Gaceta del Centenario nº 44 - 23 de Mayo de 2002

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    De momento hay que alejar el fantasma del hambre, cueste lo que cueste, buscando el dinero donde lo haya (como alguien dijo y

    no cumpli). Pero a la larga el problema del paro exige la desarticulacin del sistema capitalista, dentro del cual no hay solucin

    para los problemas sociales, porque es l quien los crea o los agudiza. La Falange, contra el criterio capitalista que asigna la

    plusvala al capital, propugna el criterio sindicalista: laplusvala para la comunidad orgnica de productores.

    -Para nosotros, el capital no es sino un instrumento, al servicio de la produccin: no concebimos la estructura de la

    produccin como relacin bilateral entre capital y trabajo. El capital, en cuanto a instrumento nacional para el logro

    nacional de la produccin, debe pertenecer a los productores mismos -en sus formas individuales y sindicales- o a laintegridad econmica nacional.

    -La familia es para nosotros la clula social indestructible. Y no admitimos que haya ms forma de constituir, de

    conservar indisolublemente la familia que el matrimonio.

    -A nuestro modo de pensar, constituye una traicin contra Espaa la entrega de Estatutos autonmicos a regiones

    en cuyo espritu no se halla instalada la conciencia de la unidad de destino en que Espaa consiste. El Estatuto dado

    sin esa garanta es un instrumento de desmembracin. Catalua, pueblo magnfico, al que acaso est reservado

    recobrar el primero la conciencia de un gran destino comn espaol, no est al presente limpia de separatismo como

    para que pueda entregrsele sin riesgo un Estatuto que ponga en sus manos la formacin espiritual de las nuevas

    generaciones.

    Esto pens y dijo, en vsperas de la negra fecha del 16 de febrero, Jos Antonio Primo de Rivera, en un repaso esquemtico de

    temas que la actualidad brindaba. A travs de esas opiniones inditas hasta hoy, se refleja la profunda visin poltica -exactitud,

    claridad, profeca- de nuestro Ausente.

    De la sombra nos llega ahora esa palabra suya, que es, cuando empieza a formar la semilla de su esfuerzo, de su vida y de su

    muerte, norma, camino y leccin.

    LUGAR POTICO

    ORACIN A JOS ANTONIO

    PorManuel Machado

    En noviembre de 1936

    Jos Antonio, Maestro!... En qu lucero,

    en qu sol, en qu estrella peregrina

    montas la guardia? Cuando a la divina

    bveda miro, tu respuesta espero.

    Toda belleza fue tu vida clara.

    Sublime entendimiento, nimo fuerte,y en pleno ardor triunfal temprana muerte

    porque la juventud no te faltara.

    Hblanos t... De tu perfecta gloria

    hoy nos enturbia la leccin el llanto;

    mas ya el sagrado nimbo te acompaa

    i y en la portada de su nueva historia

    la Patria inscribe ya tu nombre santo...

    Jos Antonio! Presente! Arriba Espaa!

    SONETO A JOS ANTONIO

    Por P. Prez Clotet

    Laurel azul la plvora homicida,

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    y bandera la sangre de tu duelo.

    Lo proclaman la espada y el desvelo

    y la razn del cielo descendida.

    Y tu mrmol muriendo, vida a vida,

    la muerte de una Historia sin consuelo,

    porque el oriente, al filo de tu celo,

    se incendiara ms hondo en cada herida.

    Laurel, mrmol, bandera, desplegadosen una absorta luz de profeca,

    que hasta el fuego, cumplida su amargura,

    lleva por los caminos enlutados...

    Lo proclaman los ojos a porfa

    con lirios levantando tu escultura.

    SONETO A JOS ANTONIO

    Por Romn Jimnez de Castro

    Amor. Amor. Las del amor dormidas

    plazas del corazn, enamoradas,

    las de pluma y estrella fabricadas,

    le fueron por su sangre prometidas.

    Prometidas le fueron codiciadas

    ciudades de celestes avenidas;

    las de una juventud de almas partidas,

    islas en primavera conquistadas.

    Amor. Amor. Su historia estaba escrita,

    no por soldado en ro ni lucero,

    s por amante en amorosa cita.

    Solo ya y de la tierra prisionero,

    a la Tierra rindi en amor primero,

    y en cada espiga y rosa resucita.

    EL TENAZ RECUERDO

    Por Luis Santa Marina

    Pasa el tiempo, los das sucesivos

    cenicientas oleadas son de nieblaque quieren alejarle de nosotros...

    Pero es intil, queda su palabra,

    su palabra moviendo los cerebros

    o los curtidos, viejos corazones.

    No muri; le sentimos vigilanteen los peligros y malaventuras;

    se cruza con nosotros por las calles

    y le vemos tendido en las montaas

    -piedras, encinas y cielos inmensos-.

    Nada, es intil, no muri... qu importanrazonamientos de vuelo ratero?

    Vive, est con nosotros, cada da

    mira el radiante amanecer de Espaa.

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    MUCHO NOS ENSE

    Por Luis Santa Marina

    Mucho nos ense. Fue lo primerojuntar los derramados por el suelo

    sagrado, en escueto haz -acero y vuelo-

    desdn por todo lo perecedero.

    Y nuestro amargo barro y altaneroacept el arduo yugo, y el desvelo

    de la noche estrellada, y el anhelo

    de abnegacin con hito de lucero.

    Y pas el tiempo eterno y breve. Un dasubi a lo alto a contemplar Espaa

    total, inmensa -solana y umbra-.

    Y con su fin transustanci la huraa

    y seera soberbia en temple ardiente,

    a la obediencia o mando indiferente.