Fundamento teórico pymes

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UNIVERSIDAD ESTATAL AMAZÓNICA CARRERA DE INGENIERÍA EN TURISMO FORMACIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE MICROPYMES NOVENO SEMESTRE GUIA DEL ESTUDIANTE LA EMPRESA Una empresa es una organización dedicada a actividades con fines económicos, para satisfacer las necesidades de bienes o servicios de los demandantes, a la par de asegurar la continuidad de la estructura productivo-comercial así como sus necesarias inversiones. En la práctica, se puede encontrar una variedad de definiciones del término. DEFINICIONES De uso común: “Una empresa es un sistema con su entorno definido como la industria en la cual se materializa una idea, de forma planificada, dando satisfacción a demandas y deseos de clientes, a través de una actividad comercial". Requiere de una razón de ser, una misión, una estrategia, objetivos, tácticas y políticas de actuación. Se necesita de una visión previa, y de una formulación y desarrollo estratégico de la empresa. Se debe partir de una buena definición de la misión, y la planificación posterior está condicionada por dicha definición. La Comisión de la Unión Europea sugiere la siguiente definición: «Se considerará empresa toda entidad, independientemente de su forma jurídica, que ejerza una actividad económica. En particular, se considerarán empresas las entidades que ejerzan una actividad artesanal u otras actividades a título individual o familiar, las sociedades de personas, y las asociaciones que ejerzan una actividad económica de forma regular». De acuerdo al Derecho internacional: la empresa es el conjunto de capital, administración y trabajo dedicados a satisfacer una necesidad en el mercadoEl diccionario legal de EE. UU. define a la empresa como: “an economic organization or activity; especially: a business organization” (una organización o actividad económica; especialmente una organización de negocios). 4 Otra definición -con un sentido más académico y de uso general entre sociólogos- es: “Grupo social en el que a través de la administración de sus recursos, del capital y del trabajo, se producen bienes o servicios tendientes a la satisfacción de las necesidades de una comunidad. Conjunto de actividades humanas organizadas con el fin de producir bienes o servicios”. Otra definición seria: que Una empresa es una organización, institución o industria dedicada a actividades o persecución de fines económicos o comerciales para satisfacer las necesidades de bienes o servicios de los demandantes, a la par de asegurar la continuidad de la estructura productivo-comercial así como sus necesarias inversiones

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Fundamentación teórica de introducción a la asignatura de Formación y administración de micropymes

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UNIVERSIDAD ESTATAL AMAZÓNICA

CARRERA DE INGENIERÍA EN TURISMO

FORMACIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE MICROPYMES

NOVENO SEMESTRE

GUIA DEL ESTUDIANTE

LA EMPRESA

Una empresa es una organización dedicada a actividades con fines económicos, para satisfacer las

necesidades de bienes o servicios de los demandantes, a la par de asegurar la continuidad de la estructura

productivo-comercial así como sus necesarias inversiones.

En la práctica, se puede encontrar una variedad de definiciones del término.

DEFINICIONES

De uso común: “Una empresa es un sistema con su entorno definido como la industria en la cual se

materializa una idea, de forma planificada, dando satisfacción a demandas y deseos de clientes, a través de

una actividad comercial".

Requiere de una razón de ser, una misión, una estrategia, objetivos, tácticas y políticas de actuación.

Se necesita de una visión previa, y de una formulación y desarrollo estratégico de la empresa.

Se debe partir de una buena definición de la misión, y la planificación posterior está condicionada por dicha

definición.

La Comisión de la Unión Europea sugiere la siguiente definición: «Se considerará empresa toda entidad,

independientemente de su forma jurídica, que ejerza una actividad económica. En particular, se

considerarán empresas las entidades que ejerzan una actividad artesanal u otras actividades a título

individual o familiar, las sociedades de personas, y las asociaciones que ejerzan una actividad económica de

forma regular».

De acuerdo al Derecho internacional: “la empresa es el conjunto de capital, administración y trabajo

dedicados a satisfacer una necesidad en el mercado”

El diccionario legal de EE. UU. define a la empresa como: “an economic organization or activity;

especially: a business organization” (una organización o actividad económica; especialmente una

organización de negocios).4

Otra definición -con un sentido más académico y de uso general entre sociólogos- es: “Grupo social en el

que a través de la administración de sus recursos, del capital y del trabajo, se producen bienes o servicios

tendientes a la satisfacción de las necesidades de una comunidad. Conjunto de actividades humanas

organizadas con el fin de producir bienes o servicios”.

Otra definición seria: que “Una empresa es una organización, institución o industria dedicada a actividades

o persecución de fines económicos o comerciales para satisfacer las necesidades de bienes o servicios de los

demandantes, a la par de asegurar la continuidad de la estructura productivo-comercial así como sus

necesarias inversiones”

PERCEPCIONES DE LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA EMPRESA

Adam Smith se encuentra entre los primeros en

teorizar al respecto. Para él una empresa es la

organización que permite la

"internacionalización" de las formas de

producción: por un lado permite que los factores

de producción (capital, trabajo, recursos) se

encuentren y por el otro permite la división del

trabajo. Aún cuando para Smith la forma "natural"

y eficiente de tal organización era aquella

motivada por el interés privado -por ejemplo: «Es

así que el interés privado y las pasiones de los

individuos los disponen naturalmente a volver sus

posesiones (stock en el original) hacia el empleo

que en el caso ordinario son más ventajosos para

la comunidad» - Smith propone que hay también

una necesidad o área que demanda acción pública:

«De acuerdo al sistema de Libertad Natural, el

Soberano sólo tiene tres deberes que atender,

tercero, la obligación de realizar y conservar

determinadas obras públicas y determinadas

instituciones públicas, cuya realización y

mantenimiento no pueden ser nunca de interés

para un individuo particular o para un pequeño

número de individuos, porque el beneficio de las

mismas no podría nunca reembolsar de su gasto a

ningún individuo particular o a ningún pequeño

grupo de individuos, aunque con frecuencia

reembolsan con mucho exceso a una gran

sociedad» (op. cit p 490 (en inglés) -

estableciendo así las bases de lo que algunos han

llamado la “Teoría de la empresas públicas”.7

El razonamiento de Smith es que es el caso que

hay ciertos bienes y servicios cuya existencia o

provisión implica beneficios que se extienden a la

comunidad entera, incluso a quienes no pagan por

ellos (ver Externalidad positiva en Externalidad).

Esto da origen -en la percepción de Smith- al

problema del polizón, es decir, al problema de

que los individuos de esa sociedad están en la

posición de beneficiarse, contribuyan o no a los

costos. Consecuentemente Smith propone que la

manera apropiada y justa de proveer y financiar

esos bienes y servicios es a través de impuestos y

empresas públicas. (ver op cit)

Bienes y servicios que han sido generalmente

considerados como incluibles en la producción

pública, en adición a los sugeridos por Smith,

como la “defensa” de la sociedad de otras

sociedades, la “protección de los ciudadanos de

injusticia u opresión por otros”, la educación,

algunos caminos y obras públicas (especialmente

faros, y algunas obras de defensa fluvial o

marinas como espigónes; rompeolas, etc), obras

de salud pública (incluyendo alcantarillas, etc),

incluyen: redes o sistemas postales; ferroviarias y

eléctricas, etc, y, en general, las que constituyen

ya sea un monopolio natural o requieren grandes

inversiones (que exceden la capacidad de

cualquier inversionista real) o las que solo

generan ganancia después de un largo periodo,

que excede las expectaciones -o incluso la vida-

de inversionistas potenciales.

Posteriormente, Paul Samuelson retoma esa

percepción de Smith para sugerir que la

maximizacion del beneficio o utilidad social se

puede lograr satisfaciendo la famosa Condición

de Samuelson, lo que ha llevado a algunos a

sugerir una economía mixta. En las palabras de

Joseph E. Stiglitz: «El verdadero debate hoy en

día gira en torno a encontrar el balance correcto

entre el mercado y el gobierno. Ambos son

necesarios. Cada uno puede complementar al otro.

Este balance será diferente dependiendo de la

época y el lugar».

Desde otra perspectiva Max Weber llama nuestra

atención a los aspectos organizacionales de las

empresas. Se ha aducido que Weber sugiere una

similitud entre las empresas modernas y los

sistemas burocráticos: en ambos el ideal es la

racionalización de actividades en aras del

resultado, con atención centrada en la eficiencia y

productividad. En ambas los “productores” no

poseen los medios de producción, medios cuya

propiedad ha sido incrementalmente concentrada

en las manos de una élite directora, etc. Esto se da

contra un telón de fondo en el cual la consecución

de ganancia parece ser el valor supremo, un fin en

sí mismo y no el medio para el mejoramiento de

la vida (ver La ética protestante y el espíritu del

capitalismo).

Sin embargo para Thorstein Veblen -para quien

“el ‘sistema industrial moderno’ es una

concatenación de procesos que tienen mucho del

carácter de un proceso mecánico único,

comprensivo, balanceado”. - las grandes

corporaciones no están primariamente interesadas

en maximizar las ganancias a través de la

producción y venta de productos o servicios. El

objetivo principal de los gerentes corporativos es

maximizar el valor de sus inversiones. Para

Veblen el capital de una empresa incluye no solo

elementos materiales sino también aspectos

intangibles -medido en el buen nombre o

reputación de la empresa.13

Ese análisis parece relevante para explicar la

práctica de muchas grandes empresas modernas -

por ejemplo: Goldman Sachs, Apple, Google14

etc- que no ofrecen o ofrecen solo sumas menores

como dividendos a sus accionistas, descansando

primariamente en el aumento del valor de las

acciones para atraer y mantener inversionistas:

«Sin embargo, al final de la década de los noventa

se promovió desde EEUU que, para las empresas

en bolsa, el criterio primordial para establecer el

bonus debería ser el llamado ‘valor para el

accionista', es decir el incremento del valor de la

acción durante el período en cuestión. Eso

implicaba que la mejora de la acción estaba

directamente relacionada con la gestión de la

compañía de manera que si subía el valor de la

acción era debido a una buena gestión.»

Wilhelm Röpke -junto a otros miembros del

llamado "neoliberalismo alemán" (ver

Ordoliberalismo) quienes denunciaron lo que

percibieron como excesiva matematizacion de la

economía, que llevaría a -en las palabras de

Röpke- «la expulsión del hombre de la

economía»- parece extender esa sugerencia de

Veblen. Para Röpke el objetivo principal de las

empresas es producir valor en su sentido moral:

«Es evidente que la satisfacción -de las

necesidades del hombre- no puede resultar ajena o

indiferente al éxito o fracaso de la productividad

técnica. Sin embargo, hacer de la "producción de

cosas" el fin último de la economía desmerece de

la condición humana de lo económico. Para

Röpke, el problema de fondo ha sido el

encumbramiento de una concepción materialista o

utilitaria de la vida, a lo que no fue ajeno el viejo

liberalismo.».16

Para Röpke el desarrollo de las

empresas (y el desarrollo que las empresas

producen) depende de un telón de fondo

valorico17

y el Estado debe producir un marco

legal que lo promueva, interviniendo si es

necesario a fin de preservar esos valores (ver

Escuela de Friburgo).

Esta posición de Röpke dio origen a un fuerte

debate interno en la Sociedad Mont Pelerin con

los partidarios de la visión de Ludwig von Mises

y Friedrich von Hayek, lo que terminó con la

renuncia de Röpke y algunos otros de los

“neoliberales alemanes”. R. Hartwell, único

historiador de la Sociedad hasta el momento, en el

capítulo denominado “The Hunold Affair” de su

obra, describe así la situación:18

«Existían tres

posibles conflictos en estas aspiraciones:

seguridad versus progreso, igualdad versus

eficiencia, y solidaridad versus individualismo.

Había algunos en la conferencia, como L. Von

Mises, que tomaron una posición libertaria en

todos estos temas... otros como Röpke, creían que

el sistema competitivo sin controles podía destruir

valiosas instituciones humanas. Röpke defendió

fuertemente la intervención agrícola, por ejemplo,

porque quería preservar las pequeñas granjas

familiares como una forma valiosa de vida. El

deseo por seguridad que muchos de los

participantes aceptaban condujeron en algunos

casos a propuestas intervencionistas –sugerencias

de controles agregados, salarios controlados por el

gobierno, y programas de apoyo a la agricultura,

por ejemplo. Estas propuestas, sin embargo, eran

formuladas sin una justificación analítica

adecuada y fueron rechazadas vigorosamente por

otros participantes, que enfatizaban tanto su

inefectividad como su carácter no-liberal.»

Se puede agregar que, como es generalmente

reconocido, la posición de Röpke tuvo mucha

influencia en la concretizacion de la llamada

economía social de mercado, posición que se

benefició mayormente -Alemania fue el mayor

exportador a nivel mundial hasta el 2009- de la

implementación de las posiciones de von Mises y

von Hayek en EUA, países en el cual esas ideas

contribuyeron mayormente a la adopción de

políticas de desregulacion19

20

que condujeron

directamente al proceso de expansión económica

de la segunda mitad del siglo XX conocido como

globalización. Sin embargo se ha alegado que esa

misma desregulación condujo también a un

sistema de corrupción empresarial que terminó

con casos tales como los de Enron, Bernard

Madoff, etc, que a su vez llevaron a la crisis

financiera de 2008

FINALIDADES ECONÓMICAS Y SOCIALES DE LA EMPRESA

Finalidad económica externa, que es la

producción de bienes o servicios para

satisfacer necesidades de la sociedad.

Finalidad económica interna, que es la

obtención de un valor agregado para

remunerar a los integrantes de la

empresa. A unos en forma de utilidades

o dividendos y a otros en forma de

sueldos, salarios y prestaciones. Esta

finalidad incluye la de abrir

oportunidades de inversión para

inversionistas y de empleo para

trabajadores. Se ha discutido mucho si

una de estas dos finalidades está por

encima de la otra. Ambas son

fundamentales, están estrechamente

vinculadas y se debe tratar de alcanzarlas

simultáneamente. La empresa está para

servir a los hombres de afuera (la

sociedad) y a los hombres de adentro

(sus integrantes).

Finalidad social externa, que es

contribuir al pleno desarrollo de la

sociedad, tratando que en su desempeño

económico no solamente no se vulneren

los valores sociales y personales

fundamentales, sino que en lo posible se

promuevan.

Finalidad social interna, que es

contribuir, en el seno de la empresa, al

pleno desarrollo de sus integrantes,

tratando de no vulnerar valores humanos

fundamentales, sino también

promoviéndolos.

La empresa, además de ser una célula económica,

es una célula social. Está formada por personas y

para personas. Está insertada en la sociedad a la

que sirve y no puede permanecer ajena a ella. La

sociedad le proporciona la paz y el orden

garantizados por la ley y el poder público; la

fuerza de trabajo y el mercado de consumidores;

la educación de sus obreros, técnicos y directivos;

los medios de comunicación y la llamada

infraestructura económica. La empresa recibe

mucho de la sociedad y existe entre ambas una

interdependencia inevitable. Por eso no puede

decirse que las finalidades económicas de la

empresa estén por encima de sus finalidades

sociales. Ambas están también indisolublemente

ligadas entre sí y se debe tratar de alcanzar unas,

sin detrimento o aplazamiento de las otras.

Esto es lo que conocemos como responsabilidad

social empresarial, el rol que la empresa tiene

para con la sociedad que va más allá de la mera

producción y comercialización de bienes y

servicios, sino que también implica el asumir

compromisos con los grupos de interés para

solucionar problemas de la sociedad. En el Portal

de RSC de Chile podemos encontrar una

enumeración de los beneficios concretos y

tangibles que significa para la empresa:

Un incremento de la productividad, ya

que el trabajador está a gusto en la

empresa y se le capacita para que lo haga

cada vez mejor;

Mejoramiento de las relaciones con los

trabajadores, el gobierno y con las

comunidades a nivel regional y nacional;

Un mejor manejo en situaciones de

riesgo o de crisis, ya que se cuenta con el

apoyo social necesario;

Sustentabilidad en el tiempo para la

empresa y para la sociedad, dado que RS

fortalece el compromiso de los

trabajadores, mejora su imagen

corporativa y la reputación de la

empresa, entre otros.

Imagen corporativa y reputación:

frecuentemente los consumidores son

llevados hacia marcas y compañías

consideradas por tener una buena

reputación en áreas relacionadas con la

responsabilidad social empresarial.

También importa en su reputación entre

la comunidad empresarial,

incrementando así la habilidad de la

empresa para atraer capital y asociados,

y también con los empleados dentro de la

empresa.

Rentabilidad de sus negocios o

rendimiento financiero: se refiere a la

relación entre prácticas de negocio

socialmente responsables y la actuación

financiera positiva. Se ha demostrado

que las empresas fieles a sus códigos de

ética resultan de un rendimiento de dos a

tres veces superior respecto a aquellas

que no los consideran, de esta forma las

compañías con prácticas socialmente

tipos de empresas según sus ámbitos y su

producción.

Según las relaciones que mantengan con otras

empresas y con los clientes

Empresas aisladas o de lazo cerrado: se trata de un conjunto de empresas que

son independientes del resto del

mercado, por lo que solo dependen de sí

mismas (Este hecho implica que todo el

producto ha sido realizado por ellas

mismas, desde la materia prima hasta el

producto elaborado, sin utilizar ningún

producto semielaborado). En la

actualidad este modelo de empresa es

prácticamente inexistente.

Redes de empresas o empresas de lazo

abierto: Unión temporal de empresas

con unos objetivos comunes, en la que

cada una aporta sus competencias

principales para ayudar a las necesidades

del mercado y mejorar la situación de

competencia. En la actualidad, debido a

la globalización es muy común encontrar

empresas especializadas en un

subproducto concreto que forma parte de

un producto elaborado. De esta forma

también existen empresas especializadas

en comprar y ensamblar las distintas

piezas del producto acabado

Según sector de la actividad.

Las empresas pueden clasificarse, de acuerdo con

la actividad que desarrollen, en:

Empresas del sector primario.

Empresas del sector secundario.

Empresas del sector terciario.

Empresas del sector cuaternario.

Una clasificación alternativa es:

Industriales. La actividad primordial de este tipo

de empresas es la producción de bienes mediante

la transformación de la materia o extracción de

materias primas. Las industrias, a su vez, se

clasifican en:

Extractivas. Cuando se dedican a la explotación

de recursos naturales, ya sea renovables o no

renovables. Ejemplos de este tipo de empresas

son las pesqueras, madereras, mineras, petroleras,

etc.

Manufactureras: Son empresas que transforman la

materia prima en productos terminados, y pueden

ser:

De consumo final. Producen bienes que satisfacen

de manera directa las necesidades del consumidor.

Por ejemplo: prendas de vestir, muebles,

alimentos, aparatos eléctricos, etc.

De producción. Estas satisfacen a las

personas de uso de consumo final. Ejemplo:

maquinaria ligera, productos químicos, etc.

Comerciales. Son intermediarias entre

productor y consumidor; su función primordial es

la compra/venta de productos terminados. Pueden

clasificarse en:

o Mayoristas: Venden a gran

escala o a grandes rasgos.

o Minoristas (detallistas): Venden

al por menor.

o Comisionistas: Venden de lo

que no es suyo, dan a

consignación.

Servicio. Son aquellas que brindan

servicio a la comunidad que a su vez se

clasifican en:

o Transporte

o Turismo

o Instituciones financieras

o Servicios públicos (energía,

agua, comunicaciones)

o Servicios privados (asesoría,

ventas, publicidad, contable,

administrativo)

o Educación

o Finanzas

o Salud

Según la forma juridicial

Atendiendo a la titularidad de la empresa y la

responsabilidad legal de sus propietarios.

Podemos distinguir:

Empresas individuales: si sólo pertenece

a una persona. Esta puede responder

frente a terceros con todos sus bienes, es

decir, con responsabilidad ilimitada, o

sólo hasta el monto del aporte para su

constitución, en el caso de las empresas

individuales de responsabilidad limitada

o EIRL. Es la forma más sencilla de

establecer un negocio y suelen ser

empresas pequeñas o de carácter

familiar.

Empresas societarias o sociedades:

constituidas por varias personas. Dentro

de esta clasificación están: la sociedad

anónima, la sociedad colectiva, la

sociedad comanditaria, la sociedad de

responsabilidad limitada y la sociedad

por acciones simplificada SAS.

Las cooperativas u otras organizaciones

de economía social.

Según su tamaño

No hay unanimidad entre los economistas a la

hora de establecer qué es una empresa grande o

pequeña, puesto que no existe un criterio único

para medir el tamaño de la empresa. Los

principales indicadores son: el volumen de ventas,

el capital propio, número de trabajadores,

beneficios, etc. El más utilizado suele ser según el

número de trabajadores (siempre dependiendo del

tipo de empresa, sea construcción, servicios,

agropecuario, etc). Este criterio delimita la

magnitud de las empresas de la forma mostrada a

continuación:

Microempresa: si posee menos de 10

trabajadores.

Pequeña empresa: si tiene un número

entre 10 y 49 trabajadores.

Mediana empresa: si tiene un número

entre 50 y 250 trabajadores.

Gran empresa: si posee 250 o más

trabajadores.

Según su ámbito de actuación

En función del ámbito geográfico en el que las

empresas realizan su actividad, se pueden

distinguir:

1. Empresas locales: son aquellas

empresas que venden sus

productos o servicios dentro de

una localidad determinada.

2. Empresas nacionales: son

aquellas empresas que actúan

dentro de un solo país.

3. Empresas multinacionales: o

empresas internacionales, son

aquellas que actúan en varios

países.

4. Empresas Transnacionales: las

empresas transnacionales son

las que no solo están

establecidas en su país de

origen, sino que también se

constituyen en otros países, para

realizar sus actividades

mercantiles no sólo de venta y

compra, sino de producción en

los países donde se han

establecido.

Según la cuota de mercado que poseen las

empresas

1. Empresa aspirante: aquélla cuya

estrategia va dirigida a ampliar su cuota

frente al líder y demás empresas

competidoras, y dependiendo de los

objetivos que se plantee, actuará de una

forma u otra en su planificación

estratégica.

2. Empresa especialista: aquélla que

responde a necesidades muy concretas,

dentro de un segmento de mercado,

fácilmente defendible frente a los

competidores y en el que pueda actuar

casi en condiciones de monopolio. Este

segmento debe tener un tamaño lo

suficientemente grande como para que

sea rentable, pero no tanto como para

atraer a las empresas líderes.

3. Empresa líder: aquélla que marca la

pauta en cuanto a precio, innovaciones,

publicidad, etc., siendo normalmente

imitada por el resto de los actuantes en el

mercado.

4. Empresa seguidora: aquélla que no

dispone de una cuota suficientemente

grande como para inquietar a la empresa

líder.

Recursos y transacciones contables de la

empresa

Toda empresa requiere una serie de recursos para

su existencia y consecución de sus fines, estos

recursos pueden ser: Humanos y Materiales. Los

recursos humanos, la empresa los obtiene a través

del proceso de reclutamiento y selección de

personal y los recursos materiales, se obtienen

mediante la aportación del dueño y además

recurriendo a préstamos y créditos que le

conceden otras personas ó entidades comerciales.

Podemos concluir entonces, que los recursos

materiales de la empresa los obtiene a través de

dos fuentes: 1. Fuentes propias-Propietarios:

aportaciones, utilidades 2. Fuentes ajenas-

Acreedores: préstamos, créditos.

Transacciones contables (operaciones

contables)

Todas las empresas de cualquier tipo que sea,

realizan una serie de transacciones u operaciones

que requieren registrarse contablemente.

Una transacción contable puede definirse como

un acontecimiento comercial que produce efectos

financieros sobre los recursos y fuentes de donde

proceden esos recursos y que por lo tanto deben

registrarse en los libros contables como Libro

diario, mayor, balance que reflejen el resultado

del ejercicio. Ejemplo: Compra de un escritorio,

pago de servicios públicos, etc. Las transacciones

u operaciones comerciales. generalmente deben

de estar fundamentadas o apoyadas en

documentos comerciales. Estos documentos

constituyen la fuente de datos para los procesos

contables. Pueden ser recibos, letras de cambio,

pagarés, facturas, notas de crédito, etc. Depende

de la ley comercial de cada país va a variar los

libros contables obligatorios que son exigidos

legalmente para cada tipo de empresa.

El Empresario

Un empresario es aquella persona que, de forma

individual o colectiva, fija los objetivos y toma las

decisiones estratégicas acerca de las metas, los

medios, la administración y el control de las

empresas y asume la responsabilidad tanto

comercial como legal frente a terceros. El

empresario es la persona física, o jurídica, que

con capacidad legal y de un modo profesional

combina capital y trabajo con el objetivo de

producir bienes y/o servicios para ofertarlos en el

mercado a fin de obtener beneficios.

El término generalmente se aplica tanto a las altas

capas de gerencia -los llamados directores

ejecutivos —por ejemplo Steve Jobs y Bill Gates–

como a los miembros del consejo de

administración o junta de directores —por

ejemplo: Sergio Marchionne y Ramón Aboitiz– o

a algunos accionistas (generalmente "accionistas

mayoritarios" o aquellos que poseen múltiples

inversiones —por ejemplo: Warren Buffett y

Ricardo Claro– y, generalmente, a los propietarios

de empresas de cualquier tamaño.

Se puede sugerir que en el rol del empresario se

encuentran tres funciones distintas: la de

propietario, capitalista o financiero; la de gerente

o administrador y la de emprendedor o innovador

que asume riesgos.

Jean-Baptiste Say sugiere en su Traité d'économie

politique de 1803 que "es raro que tales

empresarios sean tan pobres que no posean por

lo menos parte del capital que emplean"; que "él

es el lazo de comunicación entre los diferentes

clases de productores, como entre los productores

y los consumidores. Él dirige el negocio de la

producción y es el centro de muchos encuentros y

relaciones; él hace ganancia de su conocimiento

y de la ignorancia de otros, y de cualquier

ventaja accidental de producción"; que "el mérito

del mercader que logra, a través del buen manejo

hacer que el mismo capital sea suficiente para

expandir un negocio es precisamente análogo al

del ingeniero, que simplifica la maquinaria o la

hace más productiva", y nota al mismo tiempo

que "el empresario esta expuesto a todos los

riesgos, pero en cambio se aprovecha de todo lo

que puede serle favorable".

Concepto de empresario en la economía del

siglo XXI

En la economía actual, el concepto de empresario

aparece íntimamente unido al concepto de

empresa, concebida ésta como realidad

socioeconómica. El empresario personaliza la

actuación de la empresa y es la figura

representativa que, según sus motivaciones,

persigue objetivos coherentes con los fines a

conseguir por la empresa en un intervalo

temporal. En definitiva, el empresario se

constituye como el órgano individual o colectivo

encargado de administrar (establecer los objetivos

empresariales y la toma de decisiones oportunas

para alcanzarlos)

Características del concepto de empresario

Las características del empresario pueden ser

agrupadas en dos:

Los que consideran que la función

económica del empresario se caracteriza

por la asunción del riesgo y por el

prestigio de la empresa, como:

o Piensa en la ejecución de los

trabajos.

o Delega responsabilidades y

controla los resultados.

o Define las estrategias para

solucionar dichos problemas y

se adelanta a ellos.

o Solo está al pendiente de los

cambios que la empresa

presenta.

Los que estiman que la función principal

es la directiva y de control del proceso

económico, como:

o Mide los resultados de la fuerza

de trabajo.

o Se rodea de gente capaz de ver

la profundidad de las

decisiones.

o Ve con buenos ojos el esfuerzo

de la fuerza de trabajo.

o Conoce los números con los que

se relaciona la producción.

Características del concepto de "Hombre de

negocios"

En cambio el término "Hombre de negocios" o

businessman es más amplio y también aplica a los

trabajadores de cuello blanco que generalmente

están asociados a oficinas en grandes empresas o

entidades gubernamentales.

Evolución histórica

Primera etapa

En una primera etapa histórica, que nace con la

Revolución industrial, la noción del empresario

puede ser concebida como la del propietario

administrador: los intereses de la empresa y los

del propietario del capital coinciden

absolutamente.

Esta visión corresponde a la de Adam Smith, para

quien lo natural y eficaz es que los hombres

controlen o manejen directa e individualmente sus

negocios. No es que él no vea diferencias entre la

labor del propietario y la del administrador2 sino

que considera que solo tal control directo de los

propietarios puede producir la maximizacion de

beneficios que los propietarios desean: las labores

de administración solo pueden ser delegadas con

buenos resultados en asuntos o áreas triviales -

solo cuando “todas las operaciones son capaces de

ser reducidas a lo que es llamado una rutina, o a

tal uniformidad de métodos que admitan solo

pequeñas o ninguna variación”.3 - debido, por un

lado, al problema del agente:,4 y, por el otro, a

que Smith rechaza, en principio, toda unión de

intereses -incluso patronales- como contraria al

interés general (en que aumenta precios, reduce

producción y competitividad, etc (ver op. cit)

Así pues el empresario es, según este enfoque, el

individuo que compromete su capacidad en el

funcionamiento de la empresa y, en consecuencia,

afronta el riesgo patrimonial de la actividad. Por

consiguiente, las características del empresario

tradicional o capitalista son la propiedad y el

carácter de tomador de riesgos individual. Esto es

enfatizado por Richard Cantillon, quien postula

que el resultado de toda actividad es incierto,

implica un riesgo, y alguien tiene que asumirlo

con la esperanza de recompensa en el futuro.5 y

por Jean-Baptiste Say, para quien el empresario es

-entre otra cosas- quien “esta expuesto a todos los

riesgos, pero en cambio se aprovecha de todo lo

que puede serle favorable”.6

Segunda etapa

Esta segunda etapa puede ser concebida como la

del empresario profesional. Esos empresarios

existían ya aún en los tiempos de A Smith, pero -

como se ha visto- no eran generalmente

percibidos como eficientes y el sistema no se

había generalizado.

Sin embargo varios factores condujeron a la

creciente extensión del sistema de empresarios

profesionales. Entre esos podemos contar los

avances tecnológicos que permitieron tanto

niveles de producciones cada vez mayores como

una mayor productividad de la mano de obra, lo

que expande los mercados, ya que los

incrementos salariales (tanto en el número de

asalariados como en los salarios mismos -ver

Fordismo) crean un mayor poder de compra y los

grandes volúmenes de producción reducen los

costes.

La consecuencia de este proceso es la aparición

de unidades de producción de mayor dimensión y

consecuentemente la necesidad un mayor

volumen de capital para financiarla. Ante las

dificultades de hacer frente a estas exigencias con

el patrimonio de solo un individuo o un grupo

pequeño de tales individuos, surgen las grandes

sociedades mercantiles en las que varios

propietarios financian conjuntamente la empresa.

Con ellas comienzan a disociarse los roles del

empresario y del capitalista.

Ese proceso se aceleró y llegó a ser ampliamente

reconocida y aceptado con desarrollos en EE. UU.

que tienen que ver tanto con la expansión de la

bolsa de valores como -principalmente- la

expansión de la red de ferrocarriles en ese país:7

dadas las distancias y cantidades de fondos

necesarios para esa expansión, se hizo necesario

emitir grandes cantidades de acciones que se

vendían en esas bolsas de valores, generalmente

situadas a mucha distancia de las obras.

Eso promovió la expansión de un sistema

empresarial no conformado con los propietarios

del capital sino con gerentes profesionales, lo que

impulsó la creación de mecanismos de

supervisión de tales empresarios profesionales,

dando así origen a las formas modernas de

gobierno corporativo, tales como el Consejo de

administración, etc., que eventualmente dieron

origen a un amplio y complejo sistema

burocrático de administración.

En este sistema el capital obtenido es confiado a

un profesional -que puede ser participe del

capital- en base a sus conocimientos respecto a la

toma de decisiones, interpretación del mercado,

tecnologías, etc. Esas altas capas gerenciales

paulatinamente no solo asumen la responsabilidad

sino que toman las decisiones acerca del manejo

de la empresa. Esos nuevos empresarios

profesionales, siendo en teoría empleados de la

empresa, reciben una remuneración salarial. Sin

embargo, la mayor parte de sus ingresos se

perciben en forma de acciones o bonos de

producción.

Lo anterior modifica a su vez la concepción de la

empresa, en la medida que la utilidad con que

define su actuación económica llega a concebirse

de forma diferente, tomando en consideración no

solo la ganancia sino también otros factores. Así,

por ejemplo, para Thorstein Veblen las grandes

corporaciones no están primariamente interesadas

en maximizar ganancias a través de la producción

y venta de productos o servicios. El objetivo

principal de los gerentes corporativos es

maximizar el valor de las inversiones que

controlan. Para Veblen el capital de una empresa

incluye no solo elementos materiales sino también

aspectos intangibles -medido en el buen nombre o

reputación de la empresa.

En terminología financiera más moderna: "Los

requerimientos de información a las compañías

son principalmente de índole económico o

recaudatorio pero, a nadie escapa, que un Balance

de Situación o una Cuenta de Perdidas y

Ganancias, en la mayoría de los casos, no

representa la realidad económica de la empresa

sino una información fiscal paralela, y cuyo

análisis, lejos está de poder determinar si la

compañía está haciendo las cosas de forma

óptima."

Eso dio lugar a empresas que no ofrecen, o solo

ofrecen, sumas menores como dividendos a sus

accionistas, confiando primariamente en el

aumento del valor de las acciones para atraer y

mantener inversionistas: "... se promovió desde

EEUU que, para las empresas en bolsa, el criterio

primordial para establecer el bonus debería ser el

llamado ‘valor para el accionista', es decir el

incremento del valor de la acción durante el

período en cuestión. Eso implicaba que la mejora

de la acción estaba directamente relacionada con

la gestión de la compañía, de manera que si subía

el valor de la acción era debido a una buena

gestión."

El empresario no afronta ahora un riesgo

patrimonial, sino un riesgo profesional, es decir,

arriesga la continuidad en su puesto. Se produce

entonces una importante ruptura en la identidad

de los objetivos empresariales: los accionistas

persiguen la obtención de unos beneficios

presentes o futuros de la inversión, mientras que

el empresario profesional busca una continuidad

que depende tanto de los accionistas como del

crecimiento de la empresa que incremente su

poder y le brinde alternativas de cambio hacia

otros puestos más atractivos en otras empresas.

Esta doble dinámica va a configurar la plasmación

de los objetivos de la empresa empeñada en una

supervivencia dentro de un contexto competitivo

en el que el crecimiento, en un sentido muy

amplio, es una garantía de subsistencia. Las

características predominantes del empresario

actual son las de promotor, innovador y

administrador profesional.

Lo anterior dio origen no solo a una percepción

del creciente aumento de la capacidad ejecutiva

de las capas directivas, sino también a una

concomitante perdida de la capacidad de los

propietarios de tomar decisiones incluso acerca de

la conducción general de las empresas, percepción

que culmino en la propuesta del profesor John

Kenneth Galbraith acerca de la existencia de una

tecnoestructura , que se define como el conjunto

de profesionales y técnicos de altos niveles

empresariales: economistas, ingenieros, abogados,

especialistas en administración, marketing,

finanzas, etc, que realmente dirigen esas grandes

empresas.

Galbraith describe la situación como similar a los

monopolios y oligopolios del mundo neoclásico

pero con modificaciones significantes: las grandes

empresas no pueden ser dirigidas por una sola

persona, sino solo de forma colegiada. Y esa

dirección colegiada paulatinamente desplaza a la

dirección de los propietarios, sean esos

propietarios privados o estatales. La

tecnoestructura sería un monopolio u oligopolio

interno a las empresas, pero que -en la medida

que los gerentes de una empresa a menudo son

miembros de los "Consejos de administración" en

otras- se generaliza y tiene consecuencias a nivel

más general.

En general, la posición jurídica de los accionistas

como propietarios de la empresa se mantiene,

pero aparece el derecho de propiedad restringido -

manteniendo el primitivo poder de los

"propietarios como directores" solo en las

empresas individuales y familiares o en las

pequeñas y medianas sociedades- y en las grandes

empresas el derecho a voto de los accionistas

individuales carece prácticamente de significado

porque la capacidad de decisión estratégica se

concentra en los llamados "Consejos de

Administración" que funcionan como cuerpo

colegiado: “Al evolucionar hacia los sistemas

organizativos empresariales contemporáneos, al

constituirse la organización requerida por la

tecnología y la planificación modernas, y con la

separación del propietario del capital y del control

de la empresa, el empresario ha dejado de existir

como persona individual en la empresa industrial

madura”.

El accionista privado individual, poseyendo la

acción como un título que le da derecho a percibir

unas rentas (dividendos y derechos de

suscripción) y a esperar una ganancia al subir el

precio de su inversión (acciones), se ha

convertido en un simple inversionista. Si los

resultados no son los esperados, la forma de

mostrar su disconformidad no es sometiendo a

crítica la política de la empresa frente a la Junta

General de accionistas (lo que está de antemano

destinado al fracaso), sino vendiendo sus acciones

de la compañía y dirigiéndo su capital hacia otra

inversión.

De acuerdo a lo anterior se puede sugerir que los

propietarios pueden subdividirse en dos grupos:

1. Propietarios permanentes, con dominio y

control financiero y directamente

integrados o muy cercanos al Consejo de

Administración.

2. Propietarios temporales o simples

inversores financieros.

Sin embargo, el poder de la tecnoestructura no es

ilimitado. Sus integrantes mantienen sus

posiciones en tanto que son capaces de generar

los resultados necesarios para satisfacer las partes

interesadas, especialmente en relación a -o en

competición con- otros sectores o grupos

empresariales: 'La optimización continua de todos

los segmentos y recursos de la organización en un

entorno dinámico y hostil, es la clave, no ya para

obtener mayores beneficios en una compañía, sino

de cara a mantener un nivel de competitividad tal,

que asegure su permanencia en el mercado.'

Emprendedor

El término emprendedor, del francés

entrepreneur, es usado para referirse a un

individuo que organiza y opera una o varias

empresas, asumiendo cierto riesgo financiero en

el emprendimiento realizando acciones dificiles./

Fue definido por primera vez por el economista

anglo-francés Richard Cantillon como «la persona

que paga un cierto precio para revender un

producto a un precio incierto, por ende tomando

decisiones acerca de obtención y uso de recursos,

admitiendo consecuentemente el riesgo en el

emprendimiento».

Otros estudiosos han definido este término de

distintas maneras, entre ellas:

1803: Jean-Baptiste Say: Un emprendedor es un

agente económico que une todos los medios de

producción. La tierra de uno, el trabajo de otro y

el capital de un tercero y produce un producto.

Mediante la venta de un producto en el mercado,

paga la renta de la tierra, el salario de sus

empleados, interés en el capital y su provecho es

el remanente. Intercambia recursos económicos

desde un área de baja productividad hacia una

área de alta productividad y alto rendimiento.

1934: Joseph Alois Schumpeter: Los

emprendedores son innovadores que buscan

destruir el estatus-quo de los productos y servicios

existentes para crear nuevos productos y

servicios.

1964: Peter Drucker: Un emprendedor busca el

cambio, responde a él y explota sus

oportunidades. La innovación es una herramienta

específica de un emprendedor, por ende el

emprendedor efectivo convierte una fuente en un

recurso.

1975: Howard Stevenson: El emprendimiento es

la búsqueda de oportunidades independientemente

de los recursos controlados inicialmente.

Etimología y evolución del concepto de emprendimiento

El término emprendedor deriva de la voz

castellana emprender, que proviene del latín,

coger o tomar, aplicándose originalmente -tanto

en España como en otros países- a los que

entonces eran considerados aventureros,

principalmente militares, término que

posteriormente pasó a tener connotaciones

comerciales. La palabra fue definida por primera

vez en el Diccionario de autoridades de 1732,

todavía con esa connotación, como: "La persona

que emprende y se determina a hacer y

ejecutar, con resolución y empeño, alguna

operación considerable y ardua". También se le

describe como "Señor esforzado y emprendedor

de hazañas notables, como su padre".

Ese sentido y evolución está estrechamente

relacionado con el vocablo francés entrepreneur,

que aparece a principios del siglo XVI.

Posteriormente, a principios del siglo XVIII, los

franceses extendieron el significado del término a

los constructores de puentes y caminos y a los

arquitectos.

Así, L'Encyclopédie define el término

entrepreneur como «se dice por lo general del que

se encarga de una obra: se dice un emprendedor

de manufacturas, un emprendedor de

construcciones, un manufacturador, un albañil

contratista».

La traducción de la frase anterior es difícil, dado

que el sentido de las palabras ha cambiado, pero

se ha sugerido que el sentido de la frase francesa -

a diferencia de la hispana- se relaciona con la

persona que obtiene un contrato con otros y está a

cargo de su ejecución, lo que en España se

denominaba en aquellos tiempos "maestros de

obra" -personajes tales como Carlín o Alonso

Rodríguez- o un contratista en su sentido original:

quienes recibían contratos reales -en el sistema de

la Casa de Contratación de Indias- y, en general,

quienes contrataban la producción de algunos

bienes por encargo. El elemento de riesgo no

aparece aún, dado que tales personajes

financiaban sus actividades sobre la existencia de

un contrato con alguna autoridad y sus ingresos

estaban, por lo general, asegurados.

Posteriormente, ese sentido de «entrepreneur» se

generalizó para identificar tomadores de riesgos

económicos.

Jean-Baptiste Say jugó un papel importante en esa

generalización, haciendo en 1803 explícito y

coherente ese nuevo sentido. En su “Traité

d'économie politique”, -traducido extensivamente

y con gran influencia- Say presentó al

“entrepreneur” (en castellano, empresario ) como

el que “dirige una empresa, especialmente un

contratista, actuando como intermediario entre el

capital y el trabajo”. Notó que es raro que tales

empresarios sean tan pobres que no posean

siquiera parte del capital que emplean. Sin

embargo, para él lo importante es que “el

empresario está expuesto a todos los riesgos

mientras que se aprovecha de todo lo que puede

serle favorable”.

Esa concepción perduró hasta comienzos del siglo

XX y se puede resumir como la del propietario

que maneja empresas y asume riesgo. Y -se puede

alegar- aún perdura como el sentido general de la

palabra en países de habla hispana.

No obstante, esto empieza a cambiar con Joseph

Schumpeter, quien sugiere que invenciones e

innovaciones son la clave del crecimiento

económico y quienes implementan ese cambio de

manera práctica son los emprendedores. Para

Schumpeter, la clave de este concepto es la

capacidad de transformar innovaciones desde un

invento a un producto práctico, lo que implica un

alto riesgo económico. En palabras de Eudald

Domènech: “La innovación por la innovación no

sirve para nada. Innovar es crear productos que

hagan la vida más fácil.”

Así, en la concepción moderna, el

entrepreneur/emprendedor pasa de ser

principalmente un tomador de riesgos

económicos, en general, a un innovador. Por

ejemplo, se ha sugerido que Henry Ford llegó a

ser un emprendedor no en 1903, cuando comenzó

a producir automóviles, sino en 1908-9, cuando

comienza a producir el modelo T e introduce la

producción en cadena, resultando ambas

innovaciones en una revolución tanto en la

industria como en la sociedad de Estados Unidos.

En otras palabras, se sugiere que la diferencia

central entre personas del tipo de, por ejemplo,

Bill Gates o Steve Jobs y otros no es que éstos

sean los únicos dispuestos a de tomar riesgos o

capaces de ello, sino que estos personajes -

motivado no necesariamente en forma principal

por la ganancia - son capaces de introducir

innovaciones que modifican profundamente algún

área económica o la sociedad entera.

Posteriormente aparecerán otros que copian o

adoptan esas innovaciones, quienes también

asumen un riesgo, pero no son -según esta

concepción- verdaderos emprendedores, sino más

bien un hombre de negocios, un comerciante o un

empresario.

Ése es el sentido central de la concepción

schumpeteriana acerca del emprendedor: los

entrepreneurs son aquellos capaces de, superando

resistencias, incorporar tales innovaciones a los

procesos del mundo real: “la gran mayoría de los

cambios en las comodidades del consumo han

sido forzados por los productores sobre los

consumidores, los que, más a menudo que no, han

resistido el cambio y han tenido que ser educados

por las elaboradas técnicas psicológicas de la

publicidad”.

Esta visión, del emprendedor como creador de

colores especialmente materiales, o desarrollo

económico, puede ser concebida como un retorno

al espíritu del término hispano primigenio, cuando

se aplicaba a quienes crearon los elementos

físicos básicos -desde catedrales y palacios a

máquinas y sistemas de organización- de la Edad

Moderna. Hay quien, con en ese espíritu, en la

actualidad considera al emprendedor como un

héroe cultural. Según Fernando Giner y Grima, el

emprendimiento no es una moda política, es el

espacio económico creativo que ha generado el

enorme cambio tecnológico que suponen las

tecnologías de la información y el agujero negro

provocado por la falta de crédito a las pymes tras

la crisis financiera de 2008.

Contexto actual y desarrollo

Todo lo anterior ha dado origen a dos posiciones

o percepciones principales. Primero, una posición

que puede ser trazada en torno a Adam Smith y

los clásicos en general, para quienes la innovación

es una cualidad humana que se manifiesta en la

solución de los problemas: dado la existencia de

éstos, alguien los percibirá y encontrará alguna

solución. Algunas de esas posibles soluciones

fallarán o no serán adoptadas, otras adquirirán una

gran difusión y éxito económico. Esta posición

está representada en la actualidad en las

posiciones de la llamada escuela austriaca: “el

emprendedor está alerta ante las oportunidades

que se presentan en el mercado... Allí donde el

emprendedor cree ver un desfase de precios entre

los recursos y sus usos, se vislumbra y se puede

explotar una oportunidad de negocio. En un

entorno de incertidumbre, el emprendedor puede

equivocarse en sus presunciones; si acierta, la

implicación es que ha encontrado un mejor uso

para el recurso hasta entonces infravalorado y el

mercado le premia con beneficios que, como bien

sabemos, tienen una vida efímera. Si falla, ha

malgastado ese recurso y no le queda más que

soportar las pérdidas de su fallida actuación,”

Otros perciben la innovación efectiva como

dependiente de factores previos: “A nuestro

juicio, la innovación es una actitud cultural que se

sustenta en el conocimiento del mundo que

provee la ciencia, y que posibilita por un lado

generar y, por otro, sacarle partido, a las

herramientas conceptuales y tecnológicas de las

que disponemos, identificar problemas, encontrar

las soluciones apropiadas y tener la capacidad de

transferir estas soluciones a otros contextos u

otros problemas. Es decir, podemos crear o

modificar distintas soluciones a fin de ponerlas en

circulación, pero ellas se sustentan en un saber

que ha llegado a su fase creativa como resultado

del aprendizaje acumulado y de la maduración

alcanzada por ese saber “.

En otras palabras: si consideramos que innovar es

adaptar una invención al mercado -”Es el proceso

en el cual, a partir de una idea, invención o

reconocimiento de una necesidad, se desarrolla un

producto, técnica o servicio útil hasta que sea

comercialmente aceptado” - es obvio que alguien

tiene que haber hecho esa invención previamente.

A su vez, en el mundo contemporáneo, esto

depende crecientemente de desarrollos en la

educación y estudios científicos y técnicos.

Así, por ejemplo, Joel Shulman aduce: “Una

investigación de Harvard sostiene que América

Latina tendrá dificultades para avanzar porque no

está generando un número suficiente de nuevas

patentes. En el texto, el autor hace una

comparación entre México y Singapur hace 30

años. En ese tiempo, el país latinoamericano

superaba a Singapur, pero a partir de entonces ha

venido decayendo, mientras que Singapur tomó

una posición muy fuerte frente a otros mercados.

En definitiva, el argumento es que si un país no

desarrolla nuevas patentes, entonces se va a

quedar atrás”.

Sin embargo, y dada la necesidad de generar

riqueza y empleos, en el contexto económico

actual se empieza, en muchos países, a dedicar

esfuerzos en las innovaciones organizativas como

instrumento del desarrollo del potencial creativo

general. Esto lleva a investigar el papel y la

evolución de las pymes en general: por un lado las

microempresas o startup y por otro las empresas

asociativas o de autogestión. Esto también tiene

una dimensión de búsqueda de independencia

económica de las comunidades y desarrollo

humano a través de una economía social que

trascienda la centralización administrativa y

burocratizante de las que las grandes empresas -

tanto estatales como privadas- suelen adolecer. Es

decir, esta visión intenta poner la responsabilidad

y el control del desarrollo en las comunidades

mismas, lo que se espera, produciría soluciones

locales, basadas en conocimientos y recursos

locales a problemas locales.

En algunos casos son las grandes empresas, a

través de sistemas concursales, los que fomentan

la innovación y el emprendimiento, con la idea de

impulsar ideas y start-ups, asesorándolas,

tutorizándolas y presentándolas a foros de

inversores internacionales con el aval de estas

grandes corporaciones.

En La educación de los emprendedores, Arieu

considera que el énfasis que se está dando a la

difusión y el desarrollo del espíritu emprendedor

tiene sus raíces en una multiplicidad de factores

entre los cuales es posible mencionar:

El reconocimiento de un destacado rol de

las pequeñas empresas en la creación de

riqueza y trabajo.

El notable aporte de las nuevas

tecnologías a la generación de nuevos

productos y empresas, con la

consecuente deslocalización espacial de

una importante parte de la actividad

económica.

Una vida laboral caracterizada por ciclos

de trabajo asalariado, empleo por cuenta

propia y desocupación.

La orientación de las teorías económicas

hacia factores humanos (capital humano)

que afectan los procesos de crecimiento

y desarrollo económico, por ejemplo, a

partir de procesos de aprendizaje.

En Finanzas para emprendedores, Florencia Roca

resalta que, a diferencia de inversores en el

mercado de valores, los emprendedores

típicamente concentran en su empresa la mayor

parte de su capital. De tal forma que son

inversores poco diversificados (en términos de la

teoría de Markowitz), que potencialmente podrían

lograr grandes beneficios de reducción de riesgo

simplemente buscando correlaciones negativas

con otras inversiones.

Beneficios del Espíritu Emprendedor - Fomenta el

crecimiento económico - Incrementa la

productividad - Crea tecnologías - Fomenta la

competencia en los mercados - Aumenta la tasa

de PyMES

Emprendedores sociales

También se llama emprendedora a la persona que

emprende por igual la creación de otros tipos de

organizaciones o instituciones no necesariamente

comerciales, como las cívicas, las sociales o las

políticas. Esto es debido a que el acto de

emprender en sí no sólo es característico del

mundo de los negocios o el comercio, sino que es

transversal a la sociedad del siglo XXI.

Un caso "mixto" es el del emprendedor o

emprendimiento social que busca generar

beneficios económicos a la par de tener un

enfoque desarrollado en potenciar el bienestar

humano que trascienda lo económico y beneficie

también a la sociedad en su conjunto.

En política

El agorismo es una forma de anarquismo que

plantea a los emprendedores como la clase social

emergente, el emprendetoriado, dentro de una

economía dinámica, libre de trabas o mercado

libre, en un orden político voluntario o anarquía.

Para esta doctrina política, el auge de los

emprendedores sería propio de una economía red,

de mercado popular y de propietarios radicales.

Cultura emprendedora

La ley española 14/2003, de apoyo a

emprendedores, recoge que es objeto de la misma,

entre otros, la cultura emprendedora.

La cultura emprendedora es el conjunto de

cualidades, conocimientos y habilidades

necesarias que posee una persona, para gestionar

un proyecto concreto o su rumbo profesional. La

cultura emprendedora está ligada a la iniciativa y

acción.El tenerla, ayuda:

por un lado, a saber lanzar nuevos

proyectos propios con autonomía, con

capacidad de asumir riesgo, con

responsabilidad, con intuición, con

capacidad de proyección al exterior y

con capacidad de reaccionar y resolver

los problemas;

por otro lado, a saber llevar a cabo

proyectos de otros con el mismo espíritu

de innovación, responsabilidad y

autonomía.

La falta de educación emprendedora (o educación

en emprendimiento) es una de las causas de que

no exista cultura emprendedora. Por lo que para

promover el espíritu emprendedor, y de esta

manera las actitudes, habilidades y, por lo tanto,

dicha cultura emprendedora, se debe enseñar a

emprender desde la educación primaria, que es lo

que prevé la ley. Nótese que dicha ley es nula en

lo relativo al derecho a la educación al entrar en

conflicto con el artículo 81 de la Constitución

Española.

Se pueden fomentar determinadas competencias

como: la capacidad de resolver problemas, de

analizar, planificar, evaluar y tomar decisiones, de

asumir responsabilidades, de cooperar, de trabajar

en equipo, de comprometerse en nuevos papeles,

de desarrollar la confianza en uno mismo, de

aprender a pensar de modo crítico e

independiente, de ser más creativo e innovador y

con más iniciativa personal, de preparase para

asumir y limitar el riesgo.

¿Cómo debe utilizar las teorías motivacionales un

emprendedor? Un emprendedor al utilizar

distintas herramientas para un camino al éxito

debe de ser importante las motivaciones es por

eso que existen teorías tanto enfocadas en valores,

como en relaciones interpersonales y en conjunto

que ayudan al emprendedor a tener una mejor

vision sobre como actuar y reaccionar ente

diferentes circunstancias que sobre la marcha se le

irán presentando es por eso que el uso adecuado

de estas teorías harán que el emprendedor tenga

una mejor visión sobre lo que hará en un futuro.

Intraemprendedor

Un intraemprendedor o imprendedor es aquel

trabajador con visión empresarial, que invierte

tiempo suficiente a las ideas innovadoras desde el

interior de la propia empresa, a través de procesos

abiertos que las recogen, moldean, mejoran y

canalizan en forma de negocio, beneficiándole a

él mismo y al crecimiento de la propia empresa en

la que presta sus servicios.31

LA PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA

La pequeña y mediana empresa (conocida

también por el acrónimo PyME, lexicalizado

como pyme, o por la sigla PME)1 es una empresa

con características distintivas, y tiene dimensiones

con ciertos límites ocupacionales y financieros

prefijados por los Estados o regiones. Las pymes

son agentes con lógicas, culturas, intereses y un

espíritu emprendedor específicos. También existe

el término MiPyME (acrónimo de "micro,

pequeña y mediana empresa"), que es una

expansión del término original, en donde se

incluye a la microempresa.

Las pequeñas y medianas empresas son entidades

independientes, con una alta predominancia en el

mercado de comercio, quedando prácticamente

excluidas del mercado industrial por las grandes

inversiones necesarias y por las limitaciones que

impone la legislación en cuanto al volumen de

negocio y de personal, los cuales si son superados

convierten, por ley, a una microempresa en una

pequeña empresa, o una mediana empresa se

convierte automáticamente en una gran empresa.

Por todo ello una pyme nunca podrá superar

ciertas ventas anuales o una determinada cantidad

de personal.

Importancia

Las pequeñas y medianas empresas cumplen un

importante papel en la economía de todos los

países. Los países de la OCDE suelen tener entre

el 70 % y el 90 % de los empleados en este grupo

de empresas.2 Las principales razones de su

existencia son:

Pueden realizar productos

individualizados en contraposición con

las grandes empresas que se enfocan más

a productos más estandarizados.

Sirven de tejido auxiliar a las grandes

empresas. La mayor parte de las grandes

empresas se valen de empresas

subcontratadas menores para realizar

servicios u operaciones que de estar

incluidas en el tejido de la gran

corporación redundaría en un aumento

de coste.

Existen actividades productivas donde es

más apropiado trabajar con empresas

pequeñas, como por ejemplo el caso de

las cooperativas agrícolas.

Ventajas e inconvenientes

El avance tecnológico y el desarrollo de los

medios de comunicación traen consigo ventajas y

oportunidades para la empresa sin embargo

también traen amenazas; una empresa puede

crecer y prosperar con la utilización de los

avances tecnológicos si es que éstos se encuentran

a su alcance, por otro lado puede empequeñecerse

al no tener acceso a las nuevas tecnologías o

medios a los que la competencia si puede. Aunado

a esto la desaparición de las fronteras gracias a la

nueva era global en la que vivimos hace posible

que un competidor lejano sea próximo gracias a la

amplia cobertura de los medios.

Las PyMEs tienen grandes ventajas como su

capacidad de adaptabilidad gracias a su estructura

pequeña, su posibilidad de especializarse en cada

nicho de mercado ofreciendo un tipo de atención

directa y finalmente su capacidad comunicativa.

La mayor ventaja de una PyME es su capacidad

de cambiar rápidamente su estructura productiva

en el caso de variar las necesidades de mercado,

lo cual es mucho más difícil en una gran empresa,

con un importante número de empleados y

grandes sumas de capital invertido. Sin embargo

el acceso a mercados tan específicos o a una

cartera reducida de clientes aumenta el riesgo de

quiebra de estas empresas, por lo que es

importante que estas empresas amplíen su

mercado o sus clientes.

Financiación. Las empresas pequeñas

tienen más dificultad de encontrar

financiación a un coste y plazo

adecuados debido a su mayor riesgo.

Para solucionar esto se recurren a las

SGR y capital riesgo.

Empleo. Son empresas con mucha

rigidez laboral y que tiene dificultades

para encontrar mano de obra

especializada. La formación previa del

empleado es fundamental para éstas.

Tecnología. Debido al pequeño volumen

de beneficios que presentan estas

empresas no pueden dedicar fondos a la

investigación, por lo que tienen que

asociarse con universidades o con otras

empresas.

Acceso a mercados internacionales. El

menor tamaño complica su entrada en

otros mercados. Desde las instituciones

públicas se hacen esfuerzos para formar

a las empresas en las culturas de otros

países.

El análisis de mercado, en él radica:

1. la identificación de oportunidades del

negocio,

2. la identificación del tamaño y

composición del mercado,

3. las perspectivas de crecimiento del

mercado,

4. las características del mercado objetivo,

5. detectar nichos no explorados,

6. la competencia.

7. el diseño o adaptación del producto y/o

servicios para la exportación,

8. los patrones de consumo,

9. los pronósticos de demanda, y las ventas.