Estoy muy feliz por mi incorporación como entrenador al staff de la “Fundación Leo Messi” para este año 2013.Desde ya, las veces que me tocó iniciar un proyecto de fútbol que esté vinculado a los “sueños” de los chicos y jóvenes, tiene para mí un sabor muy especial, pues esto siempre me remite a mis orígenes, a la necesidad de expresarme que sentía como ellos lo hacen a través de un deporte que es el “juego” más lindo que existe sobre la tierra.

No me importa haber trabajado antes en futbol profesional competitivo, cuando se conoce por primera vez a un grupo, la sensación es la misma, las ilusiones se renuevan y siempre será energizante para el alma conservar esa dosis de “amateurismo” el cosquilleo que jamás debe perderse aunque se llegue muy alto.

También influyó en mi decisión el “grupo de trabajo” que posee la fundación, donde reina el optimismo, se respira un clima de colaboración y aprendizaje entre todos, lo mismo que debemos imprimirle a nuestros grupos.

Otra de las buenas razones para estar allí es el método de trabajo que se trata de implementar, sus similitudes con los de formación del Barcelona FC y adaptarlos a nuestras realidades, dificultades y competencia.

Lo primordial es poder transmitir “valores humanos” a nuestros chicos con todo lo que esto implica en esta convulsionada época con su nuevo estilo de vida, llena de ofertas hacia el camino más fácil para ellos, sin “pasión” por cómo se hacen las cosas que nos importan de verdad.

Mi madre es una persona de jóvenes 86 años a quien el fútbol nunca le gustó demasiado aunque siempre estuvo pendiente de mis éxitos y caídas lo mismo que mi padre, (ya fallecido) un italiano que tenía el corazón más grande que conocí en este mundo.

Ella entiende poco de fútbol pero me dice, –me gusta ese chico Messi, hace goles pero sigue siendo la misma persona de siempre-.Esto es toda una declaración de lo que piensa la gente común, creo, que bueno sería que nuestros chicos se miren en ese espejo, ser el mejor del mundo y seguir esforzándose siempre.

Tuve la suerte de estar dirigiendo muchos y muy variados grupos humanos, desde jóvenes amateurs, semiprofesionales y profesionales del fútbol, conocí gente de todo tipo en este viaje, algunos que valieron la pena recordar quizás otros no tanto, pero esto es así, como la vida misma. Espero nuevamente poder disfrutarlo como siempre, que me ayuden a ser mejor entrenador y “persona” cada día.

Javier Graziottin