Fraternidad y Humanismo

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Fraternidad y política: La creencia en el valor absoluto de la persona no sólo es solo un precepto humanista: es también un proceso de intervención política que reclama una organización social acorde con esta convicción. Sabemos que la organización óptima sería aquella que permitiera el mayor juego y desarrollo de las personas concretas, y que, de todas las formas de organización la menos mala es la democracia; pero no es aceptable el empobrecimiento del hombre en las democracias liberales y su promoción desequilibrada de los valores individualistas. Por ello es necesario postular que un régimen democrático hoy, si quiere ser humano, debe poner en el primer lugar de sus programas de acción la defensa de la vida, es decir, a las mayorías de los seres humanos que hoy viven en la pobreza. Siendo la fraternidad el reconocimiento absoluto de la dignidad del otro; este reconocimiento no es simétrico. Así la libertad personal junto a la esperanza en uno mismo y la fraternidad e interés por el otro es el primer punto de apoyo de nuestra vida. Y siendo está nuestra búsqueda, es a partir de ello que se da la sustentación de la creación de las cooperativas auto-sustentables, que busca “empoderar a los comunitarios en la gestación de su proceso de fraternización, dándose así lugar a la generación de sus propias y particulares soluciones a sus problemáticas sociales, asociativas y productivas entre otros aspectos. Así entonces aprendamos a fraternizar y a negociar con nuestros compañeros de nuestras comunidades y junto a ellos realicemos nuestra propia liberación de este sistema mediatizado. Si hoy las tres cuartas partes de los hombres están en la miseria y el abismo entre ricos y 'pobres es cada vez mayor, no es debido a una fatalidad inevitable, sino a que nosotros hemos permitido que suceda esto, debido a nuestro egoísmo y falta de fraternización e interés por los otros. Por tanto no avocarnos a construir la fraternidad es abdicar del acto mismo de ser humanos y el haber nacido en ámbitos socio-culturales donde toda nuestra vida interactuamos con nuestros contemporáneos. Considero en lo personal que la política a sustentar lo sería la organización sistemática del amor, un espacio institucionalizado que busque la generación de una democracia fraterna y que vele por la equidad social. Necesitamos saber lo que queremos para ir haciéndolo y darnos cuenta de que es posible y para mi solo las asociaciones comunitarias es la única solución viable a ello.

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se analiza la relacion entre la fraternidad, lo social y la relacion entre lo seres humanos

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Fraternidad y política:

La creencia en el valor absoluto de la persona no sólo es solo un precepto humanista: es también un proceso de intervención política que reclama una organización social acorde con esta convicción. Sabemos que la organización óptima sería aquella que permitiera el mayor juego y desarrollo de las personas concretas, y que, de todas las formas de organización la menos mala es la democracia; pero no es aceptable el empobrecimiento del hombre en las democracias liberales y su promoción desequilibrada de los valores individualistas. Por ello es necesario postular que un régimen democrático hoy, si quiere ser humano, debe poner en el primer lugar de sus programas de acción la defensa de la vida, es decir, a las mayorías de los seres humanos que hoy viven en la pobreza.

Siendo la fraternidad el reconocimiento absoluto de la dignidad del otro; este reconocimiento no es simétrico. Así la libertad personal junto a la esperanza en uno mismo y la fraternidad e interés por el otro es el primer punto de apoyo de nuestra vida. Y siendo está nuestra búsqueda, es a partir de ello que se da la sustentación de la creación de las cooperativas auto-sustentables, que busca “empoderar a los comunitarios en la gestación de su proceso de fraternización, dándose así lugar a la generación de sus propias y particulares soluciones a sus problemáticas sociales, asociativas y productivas entre otros aspectos. Así entonces aprendamos a fraternizar y a negociar con nuestros compañeros de nuestras comunidades y junto a ellos realicemos nuestra propia liberación de este sistema mediatizado.

Si hoy las tres cuartas partes de los hombres están en la miseria y el abismo entre ricos y 'pobres es cada vez mayor, no es debido a una fatalidad inevitable, sino a que nosotros hemos permitido que suceda esto, debido a nuestro egoísmo y falta de fraternización e interés por los otros. Por tanto no avocarnos a construir la fraternidad es abdicar del acto mismo de ser humanos y el haber nacido en ámbitos socio-culturales donde toda nuestra vida interactuamos con nuestros contemporáneos.

Considero en lo personal que la política a sustentar lo sería la organización sistemática del amor, un espacio institucionalizado que busque la generación de una democracia fraterna y que vele por la equidad social. Necesitamos saber lo que queremos para ir haciéndolo y darnos cuenta de que es posible y para mi solo las asociaciones comunitarias es la única solución viable a ello.