Francisco Bulnes - Los Grandes Problemas de México

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Obra del filósofo mexicano Francisco Bulnes, publicada en 1926.

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  • FRANCISCO BULNES

    LOS GRANDES PROBLEMAS

    DE MEXICO

    EDICIONES DE "EL UNIVERSAL"

    M~)('CO

    1927

  • LOS GRANDES PROBLEMAS DE MEXlCO

  • FRANCISCO BULNES

    LOS GRANDES PROBLEMAS

    DE MEXICO

    EDICIONES DE "EL UNIVERSAL"

    MEXICO

    1926

  • FRlJLM 972 884 1926 Ej.1

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    Es propiedad. Registrado conforme a la ley.

    "Imp. E:Jcallada" - Motolina 36 - Mxico.

  • ADVERTENCIA

    I F I UE "El Universal" la tribuna de D. Francisco Bulnes L-1 en los postreros aos de la vida 'vida noble y fecunda--:lel eminente pensador mexicano.

    A poco de volver del destierro, el seor Bulnes, que (ya ~nfatigable, y que en el orden intelectual tena el magnfico, d juvenil don de la perenne inquietud, acept de buen grado la invitacin que aquel diario le hizo para que, desde sus co--[umnas, abordara el estudio de los ingentes problemas que la nacin tena delante.

    La poca era de extrema agitacin social; el escritor a luien tal se peda, uno de los ms vigorosos, profundos y bien

    ~nformados de que podamos envanecernos. Bulnes cogi la pluma para escribir semana a semana,

    vi, analiz, coment, abriendo ante cada caso que se le pre--entaba, el arca inagotable de su erudicin, y dejando en l

    ~a huella de su pensamiento batallador y gil. 'Y aquella plu--1ta, que fu oriflama en tantos combates de ideas, y que se 1tantuvo siempre vibrante y deslumbradora, no cay de sus 1tanos hasta que se la arrebat la muerte.

    De los trabajos perindst1' .; en gcnral, cc,critos los ms :rj','v apremio y al calor de la iml:JyesiH lJYimcnJ, unos hay, de :lctttalidad transitoria, que slo mCVCCCH vivir la vida de un da; en tanto que otros, por el celHelal de doctrina que encie--rran, por sus originales puntos de vista, por la hondura e nte1's permanente de las cuestiones que tratan, son acreedo--

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    ,."::;5 a que se les arranque de la hoja i'mpresa "'necesariamente, pm' actual, perecedera'" para ser acogidos en la eternidad del libro,

    LoS' artculos de Bulnes en "El Universal" fueron, en buena parte, de esta lti'ma especie. Sobre tener el valor ge'" nuino que les i'mprima la enrgica personalidad de su autor, aba rcan materias de inters perdurable para nuestra historia econ'mica y social.

    De ah que se resolviera seleccionar los qU2 m:lyor sen'" sacin causaron al aparecer, agrupndolos cyonolgicamznte en secciones por separado, para formar un volumen cuyo t", turo desde luego se itnpona: "Los Grandes Problemas,~ Mxico. "

    y es lo extraordinario que nosotros mismos, una vez '}'ealizado esto con el profundo respeto, con la admiracin yendida que nos merece el gran escritor muerto, pudimos darnos cuenta de que no es la presente una mera coleccin de artculos sin trabazn ntima, sin unidad fundamental, CO'lltO podra suponerse; sino que dichos artculos, presenta'" dos en conjunto, vienen a constituir un libyo oygnico, vi'" 'tiente, palpitante: an libro que representa la sntesis del pen'" samiento de Bulnes con respecto a Mxico, y que viene a ser, en cierto 11todo, el testa'mento del ilustre pensador y socilogo.

    Sobre 1-endir, con esta obra, un homenaje a la mem:Jria de BuInes, "El Universal" cumple con un deber de cultura al reintegrar las pginas que la forman a la publicidad.

  • A GUISA DE PROLOGO

    Seor Director de "El Universal" (1) Presente.

    Mi estimado amigo:

    1_, P O RQ U E harto se me alcanza que sobrara quien to-C! mara por donde quema el que sin previa explicacin me permitiera yo, y desde casa ajena por aadidura, hacer la presentacin ante el pblico de intelectualidad tan merecidamente connotada y aplaudida como la del se-or ingeniero don Francisco Bulnes, consienta usted que el artculo que se sirvi pedirme con aquel objeto, se convierta en carta, y que sta vaya precedida de un tan trivial introito. Alejado mi escrpulo y puestos los pun-tos sobre las es, vale decir, aclarado que la presentacin la intento cediendo a una benvola solicitud de usted,-sa-bedor sin duda de antemano,. de lo vetusta que es la amistad que me liga al seor Bulnes, y lo honda que es mt admiracin a su talento privilegiado,-he de comen-zar, no presentando a quien de sobra es conocido con ventaja, sino felicitando a "El Universal" por haber.~e asegurado la colaboro cj n excl usl'o de u n a !JIu If/a de tal suprte cortada que, Sfglll/ sea el osunto de que trate, ms que plumo ()ro ((nf()j((.'ie e.'iculpel()inteiigenfe y sin

    (1 La presente carta se public el 4 de octubre de ]920, das antes de iniciar en aquel diario el Sr. Bulnes su brillante colaboracin.

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    entraas que no descansa hasta encontrar la lcera y extirparla, as el paciente se retuerza y gri~e n:i.entras dura la despiadada bsqueda; ora hacha Jushc~era y vengadora que sin misericordia decapita y derriba falsos dolos; ora ltigo que arroja del templo a mercaderes sin conciencia, despus de dejarles sealadas las meji-llas ignorantes de pudores; ora alambique de ironi a fi-nsima, que mucho evoca la de Anatole France, por lo que al igual de sta pone en la picota hasta no atomi-zarlas y untarlas por los suelos, a Zas reputaciones "in-cautadas", a las personaliflades de similor en que abun-damos tanto,-varios centenares de ellas a cada nuevo movimiento poltico triunfante de los mil y pico que lle-vamos padecidos, sin visos de que nos hayan fatigado, segn volvemos a las andadas todos los das laborables, y aun festivos/-a las glorias de oropel, a los hroes y genios de guardarropa, a las mentiras oficialmente de-claradas verdades, que tanto han desviado, y desvindo-los siguen, nuestra mentalidad y nuestros pasos; en una palabra, encarndose a cuanto l diputa por error, usur-pacin moral o maten:al, superchera y desatino. Cal-cule usted, pues, lo que las columnas de "El Universal" aumentarn en amenidad e inters, y si hay o no hay molllo para que yo lo felicite!

    y supuesto que usted me pidi una presentacin del . seor Bulnes, y que yo me compromet a hacerla, tolere que aqui reproduzca un largo fragmento del extenso es-tudio que acerca de personalidad mexicana de tamao relieve, publiqu en el primer peridico de la Habana, cuando Bulnes acababa de dar a la estampa, en ~Vueva y ork, el nico de sus libros que en Mxico, "et pour cause", fuera poco ledo; "The Whole Truth About M exico, President H~ilson's Responsability."

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    N o obstante su diploma de Ingeniero Civil y de M i-'nas, ganado triunfalmente hasta con dos medallas de oro en nuestro de veras famoso Colegio de Minera (que inaugur a primero de enero de 1792 el 52 virrey de Nueva Espaa, cuya creacin fue decretada en Aranjuez desde 1783 por la majestad de don Carlos 111, y que ha sido almcigo de porn de 'mexicanos notables, entre otros Vicente Valencia, descubridor del medio para evi-tar la prdida del mercurio que el beneficio llamado "de patio" origina; Manuel Herrera, que descubri la Fo-tografa al propio tiempo que Daguerre en Francia; Lu-cas Alamn, Manuel Orozco y Berra, Francisco Javier Gamboa, Francisco Daz Covarrubias, Velzquez de Lean, Mier y Tern, M"anuel Antonio Castro, etc.), Fran-cisco Bulnes ha sido y es, por encima de todo, uno de nuestros ms altos pensadores y uno de nuestros mejores socilogos, sin que ello menoscabe su saber en Qumica, Bacteriologa, y asuntos 'monetarios y de Hacienda, del que lleva dados muy sazonados frutos. Pero cuando en Mxico nos pongamos a hacer, justiciera y serenamente, la revisin de nuestros valores morales e individuales, de seguro que Bulnes ser catalogado entre los pensadores y socilogos. Su culto por las Matemticas, que ha de haberlo trado en su idiosincrasia y que en el Colegio hall ancho campo para desenvolverse, lo llev a ser una potencia en ellas, y as desde mozo, aprendi a racioci-nar con claridad y exactitud. Luego, afilise en el positi-vismo, sistema ahora ya desacreditado y fuera de uso; pero que entre sus escasas excelencias posee la de haber preconizado el M todo, ese conjunto de procedimientos racionales indispensables y sin substituto, para buscar la verdad en Filosofa, en Historia Natural para la cla-sificacin de los seres, y en el sentido y enseanza de

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    cualquier ciencia, el orden que ha de observarse para que enseanza y estudio resulten fructuosos.

    Por sus 'medallas de oro y por el sufragio de los con-discpulos siempre, Bulnes ha de haber salido del Co-legio de Minera con el doble ttulo de ingeniero y de inteligente, mas sin entusiasmar a nadie, todava; porque en Mxico, dicho sea sin jactancia, ha sido cosa comn en las unidades de profesionales nuevos que de tiempo en tiempo avientan nuestras escuelas facultativas al te-rreno de la lucha, no escaseen los inteligentes. El mal est en que a muchos de ellos, las ambiciones prematu-ras les quiebran las alas y paran en los lodos. Bulnes era de los llamados a volar hasta lvs cumbres, y ah que-darse a perpetuidad como en su natural y legtimo domi-cilio.

    Su primer acto sonado fue un viaje al Japn en 1871,., a observar el paso de Venus por el disco del Sol, en cali-dad de secretario-cronista de la comisin enviada por M xico bajo la presidencia del sabio astrnomo Francis-co Daz C ovarrubias. A ntes de esto, parece que Bulnes corri serios peligros de radicarse en el malsano pas de Bohemia, en el que todos cuando jvenes y algunos cuan-do viejos, hemos pasado alegres temporadas con mengua ms o menos duradera de nuestra salud y nuestra fama. De entonces a hoy, sus actividades y talentos no se han dado punto de reposo: ha sido catedrtico en el propio Colegio de M1:neria en que abrev su cerebro, y en la Escuela .LYacional Preparatoria; periodista, d'istintas po-cas; diputado o senador durante cerca de treinta aos y pre.')idente de una u .otra Cmara diversas veces; re~ dactor de leyes bancanas y corredactor del Cdigo de J.Yinero, presidente o miembro de innmeras comisiones legislatiNls y tcnicas; consultor permanente o acciden-

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    tal de varias Secretaras de Despacho; autor de tratados sobre Derecho Constitucional, J,I etalurgia, Agricultura, etc. Pero su creciente notoriedad arranca de la tribuna de la Cmara de Diputados, en la qV.e desde sus pr'ime-ros d1:scursos hizo gala de una dialctica poderosa y de una elocuenclCl tan convincent?" que, cuando en la poca del Presidente Gonzlez, por ejelnplo, subi a defender el arreglo de la deuda inglesa-repugnada por el pas ntegro hasta con su alarmante inicio de vas de hecho, que pudo transformarse en cosa de mayor enjundia,-a pesar de que comenz su discurso entre interrupciones, siseos y silbos de una Cmara ad:ersa y unas galeras enemigas, logr imponerse a la una y el las otras, 11 am-bas, adems de escucharle cuanto a l plugo decirles, todava aplaudironlo a rabiar a la conclusin de su defensa. Como ste, a porrillo podran citarse los casos en que ha vencido su oratoria. Sin embargo, Bulnes no es castizo ni es purista; antes su estilo, igual en lo que habla que en lo que escribe, resintese de irreducible independencia casi rnontaraz, de alejam.iento del buen decir, intencionado y preconcebido. Preocupado, dentro de su temperatnento de pensador, de que la idea predo-mine y convenza, la expresin, que es pintoresca y bra-va, connotativa y persuasiva, preada de ciencia y eri-zada de ironas que, a las vegadas, resultan sarcasmos crueles, la expresin es indmita e iconoclasta. Si na-da se le opone en el camino, suele andar tersa y sumisa con las leyes del idioma, mas a la menor oposicin o re-sistencia, salva barreras, abofetea pragmticas, derriba guardianes y escarnece ejemplos y precedentes. De ah, prinn'polm,ente, que sus discursos, escoltados por el me-recido prestigio del indn'duo, el calor de la l'OZ la se-

    o ,

    ducn conl'z'ncente del ademn, Zas modalidades de la

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    fisonoma, la fuerza de la mirada y ese magnetislno lnis-terioso que se desprende de las palabras de los hom,bres de talento-si son ellos m,ismos quienes las profieren,-de ah que sus dz:scursos convenzan y se ganen aplausos tantsimos. Pero de alt, tambin que sus libros y artcu-los sean discutidos y vulnerables; se presentan hurfanos de todos aquellos factores, sin quien los realce ni los valga ante el criterio del lector; criterio, por lo com n, hostil al autor de todo impreso, que significa, para el lector perteneciente al mismo oficio, un riz'nl o enem'z"go, que, cuando m,enos, puede restar compradores y elogios; y para el que slo es consumidor, la huml"llacin de tener que reconocerse una inferioridad que lo lastima !J pre-viene "a priori" en contra del autor y en contra del h-bro: S11 inferioridad disminul:r en razn directa de las mculas que a entrambos les descubra o les invente. Bulnes, adems, como todos los fuertes gusta de alardear de su fuerza, y en discursos y libros no desdea el esgri-mir la paradoja, la cual, aunque no sea la mentira en todas ocasiones, como en todas ellas s contrara y ataca las opiniones generales, esto le aumen ta e intensljica la desconfianza e incredulidad de lectores y auditorios.

    De entre las otras varias cualidades que reune Bul-nes en su dualidad de orador y publicista, descuellan tres que mucho lo recomiendan: en la tribuna, en el peridico y en el libro ha demostrado que posee independencla de criterio, lo que lo singulariza; un valor civil a toda prue-ba, y amor a la verdad en un medio donde decirla es pe-cado; cosa esta ltima que lo enaltece, pero que le ha acarreado ya, amn de cataratas de denuestos, agreslO-nes de hecho y de peligro.

    Dada la mentalidad de Bulnes, dados sus estudios y orientaciones, natural era que figurara en el grupo po-

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    ltico,-que nunca lleg a partido en forma,-llamado de los "Cientficos", en los ltimos tiempos tan conocido como abominado. All a sus principios, por mayo del 1893, compsose de cinco individuos, Bulnes en cuenta, que con motivo del nombramiento de don Jos 1 ves Li-mantour para Secretario de Hacienda, intentaron la in-dependencia del Poder Judicial por medio de la inamovi-lidad de sus miembros, y una inmediata reforma a la Constitucin, que aumentara a los periodistas la muy restringida libertad de que por entonces gozaban. Sus-tentaba el grupo la cuerda doctrina de que existe una ciencia de gobierno, y que el que la ignora y gobierna empricamente, va al fracaso.y hunde a su pas (doctri-na, sea dicha de paso, que no da trazas de aclimatarse en la Amrica latina ni para el gobierno ni para el pe-riodismo, a juzgar por lo que abundan en uno y en otro ramo con perjuicio grave para gobernados y lectores, los ignorantes e improvisados) -

    La fisonoma moral de Bulnes no es vitanda. Firme en sus credos filosfico y cientfico, es tolerante para los que no comulgan con l. Conservador chispeante y sa-brossimo, su charla es solicitada y festejada, aunque a poco que se la busque trnase en polmica contundente. Dotado de feliz memoria, lector sistemtico hace lustros de lustros; observador sagaz, resulta enciclopedia de se-gura consulta en porcin de materias, y en asuntos mc-xicanos,casi siempre una autoridad de alteza y pesa-dumbre. M atemtico profundo, es consiguientemente un maestro en lgica; su pensamiento y su raciocinio tienen claridad meridiana y precisin de pndulo. N o obstante lo disciplinado y amplio de su erudicin, suprala su ta-lento, cuya dominante es una comprensividad instantnea y clara; y aunque sus discursos sean~ como tenan que

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    serlo, sintticos esencialmente, la especialidad de Bulnes, su tendencia cerebral es marcadamente analtica; de dnde su predilecc'in por lu critica histrica. Su 1nentalidad privileg'J(la permite clasij'urlo dentro del hmitado ncleo de los ii gent hn'de,'.:,", que .')01/ el trmz'no medio entre el hombre de talento, al que dejan atrs, y el hombre de genio propiamente dicho, al que no igualan todava.

    ii Toute proportion garde", Bulnes ha sido a JI -xico, lo que raine es a Francia, y desde que produjo su primer libro de crUica histrica, "Las Grandes .J.11 enti-ras de l\~uestra Historia", puede decirse que, a su Inanera, ha 'enido escrz:biendo la historia de los orgenes del JI e-xico contemporneo, aunque por rnodo jragrnentarz'o y d310cado, con no escasas repeticiones de acaecurll'entos y puntos de l'ista, sin aquella unidad y arnwna que no son la menor perfeccin de la rnagna obra de Taine, D-bese a que Bulnes no se propuso escribir tal h1:storia, sino que en cada uno de los volmenes que ha dado a luz, in-dudablemente slo se propuso apurar el asunto concreto en que se ocupan y tocar de paso con relativa profundz-dad los que les son sus correlativos y allegados. Si se leen sus tomus con el detem mnlo ([ que son acreedores, y en el orden siylente: "La Guerra de Independencia", "JIidalgo e Iturbt"de", "T~as Grandes Mentiras de Nues-tra HI',,,tU/'W" "Jwrc; U la Rel'ollln'rl de Reforma," "El Verdadero Jurez" "La rrerdad completa sobre Mxi-co," y a7! te.') de ste "El T 'crd((dero Daz" que aparecer en breN', se pulpar que li/l ajirm,acin es fundado y exac!r, la fl'/iaCJn de Bullir.') historiador, ene en lnea recta de Hipldo Tuine, eminencia Iilosnfica con la que prC8enta ms de 11 JI punto de contacto. A ,nl)(),\ son po-sihz'tas, y por ello ostentan los defectos y l''tudes que ese sistema irnpn'me a sus odeptos; ambos poseen er/IIZ"-

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    diable y copioso c(ludol de conocnientos rigurosamente cientficos y alquitarados, sobre s u raza y su medio; an~-

    'bos profesan acendrado culto a la verdad-o a lo que por l'erdad estimccn,-y en .sus libros la exponen sz'n am-bajes ni C((Tetas, (l n'esgo de parecer "poco patriotas", y de que los mediocres, los fariseos, las turbas, los !iu-rien y lapiden J' ambos son duellos de valor idntico para no apartarse del surco q[fe ahondan, y para repetir y practicar el socorrido ('pega, pero escucha!" Y as como Taine a Sil muerte se trunsmut en orculo, y son sus p-ginas fuente de verdad h u manCI, o sase incompleta, a la que se pegan los labios resecos de engaos y 1nentiras J' as Bulnes a su muerte,-que yo apetezco no lo hiera hasta dentro de mucho tiempo!-acabar de afianzar el triunfo completo que hoy se le escatima, y en sus libros, podados de algunos excesos y errores, nuestros hijos be-bern la verdad, de la que nosotros, para nuestra des-gracia, anduvinws tan ayunos y necesltados.

    De usted amigo atto. y afmo. S.S. Federico Gamboa.

  • EL PRI MER ARTICULO

  • HOMBRES DE LUCHA, MEJOR QUE HOMBRES DE TE DEUM

    IliJXTRE los cargos que se me hacen como intelectual de gran actiyidad, el ms graye ha sido el de sealarme como insoportable hombre de paradojas. Con agrado

    acepto el cargo y para probarlo prometo en la serie de artculos que me propongo escribir, paradojear sin conceder a la opinin pblica ni el menor pensamiento de misericordia.

    Leo en un peridico serio y merecidamente prestigiado de la capital: "Dice el Presidente electo. que ~lxico ha cerrado ~u perodo de luchas intestinas, porque realiz SU; conquisia:; fundamentales y abre un perodo franco de re-construccin" Estas palabras hermosas, que sin duda hace suyas el partido obregonista, son un himno al optimismo, una rfaga de fe ciega en lo que no existe, un solemne Te Deum entonado sin canto gregoriano en el altar de la Patria.

    Contrastando con las declaraciones del general Obregn,. el mismo peridico dice en su editorial intitulado: ' Tiem-pos Ditciles": "Atrayiesan los .. Estados ~, de la tierra un momento histrico, penoso e inquietante. Fuerzas obscura" y desordenadas agitan a los pueblos, en una crisis cuya solu< cin no es posible preyer. rn descontento general h

  • 4 FRANCISCO BULNES

    presentes instantes las sociedades y los Estados, presas d una fiebre, de un delirio que se antoja ,que va a romper le cimientos sobre los que descansa la vida social"

    Segn lo que acontece en el mundo, con sonido de terr: moto final, no hay estadista, ni filsofo, ni intelectual -vulga: Li burgus nfimo, que duden que la humanidad est e crisis mortal y que, lo casi seguro, es que ha entrado en u "franco perodo" de desastre.

    Dos son los grandes enemigos del gnero humano, seg todos los grandes pensadores del globo: el bolchevis-mo y { sindicalismo, porque el ideal de ambos es hundir en miser barbarie, c1elll(,llcia y suciedad el rgimen social clsico. E bolchevismo significa el desmoronamiento de la civilizaci por" va hmeda roja' ',por medio de un militarismo arregh do a la fanatizacin feroz de las multitudes. El sindical mo significa lo mismo: la ejecucin de la sociedad por "v seca", el" paro" general. El laborismo es un ciego 'que trot con pasos de camello por el mismo camino, impulsado por 1 huelga incesante y devoradora de las entraas de la industri

    Lo pavoroso para el :rp.undo, es que mientras ms cat~ t rofes presenta Rusia, en su bolchevismo triunfante de aspe( to ya cadavrico, ms entusiasmo va produciendo en la c;ascs obreras la lgubre doctrina de Lenine. Parece qu el abismo destinado a sen-ir de tumba a la humanidad, tien garnls, dientes, miasmas infalibles para atrapar a todos lo que sufren la horrible ilusin de redimir a los miserables co el absurdo, templado en una criminalidad sin pliegue tic 111 -vibracin siquiera del instinto biolgico de existencia.

    i(- !fe * L

    Yo creo que no se me tachar de "hombre de paradojas' 81 afirmo que los mexicanos pertenecemos a la humanidad q110 nI xico es uno de los Estados de la Tierra sujetos a 1

  • LOS GRANDES PROBLEMAS DE MEXICO 5

    singular tragedia que prepara el proletariado mundial. M-xico, como todas las naciones provistas de clase proletaria bajo la tremenda influencia del apostolado moderno, est en crisis y bajo la casi seguridad de haber entrado en franco pe-rlodo de desastre con la inoculacin bolchevista y sindicalista.

    El general Obregn considera que Mxico ha cerrado su perodo de luchas intestinas, porque ha realizado "sus con-quistas fundamentales" Mi incorregible espritu paradji-co me obliga a intentar corts rectificacin. En Mxico la clase popular se compone: lo. De la clase sirviente de la aristocracia, burguesa y "medio pelo" social, que no padece :por la caresta de la vida~ recibe buen trato y goza buenos sueldos. Esta clase es casi toda reaccionaria hasta las cachas, porfirista, santanista, iturbidista y detesta In R.evolucin. 2a. De la clase ob1I'era de las industrias de lujo tan satanizadas por el p,roletariado mecnico. En esta clase hay muchos obreros y obreras con facultades artsticas, que los colocan en buena posicin y les hacen pasar fcilmente al pequeo capi-talismo. Tal clase es tambin r.eaccionaria.

    La gran masa del proletariado mecnico es en Mxico: minor:=t oOlchevista, con tendencia a mayora, y casi totalidad sindicalista, con excepcin del proletariado minero, que como prende que fuera del laborismo su ruina es completa e in-evitable.

    Desde el momento que no tenemos un gobierno" soviet ", queda probado que la fraccin bolchevista tan importante del proletariado no ha realizado "sus conquistas funda-mentales' ,

    La casi totalidad de proletariado obrero que no pertene-ce a la minera, siendo sindicalista, tampoco ha realizado" sus conrjuistas fundamentales", puesto que no vemos todas las industrias nacionalizadas e inmediatamente entregadas a los

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    respedivos Silll1iC'(ltos obreros para Sll l'xplotaein en 1H'llC-ficio propio.

    El laborismo busca el bienestar de' la clase obrera, dentro del rgimen social clsico, fundado sobre la inviolabilidad de la propiedad privada, El laborismo persigue el alto jornal ,. real" Desde la cada de la dictadura porfirista, los jorna-les aparentes han subido y los jornales reales han bajado; por consiguiente, el laborismo no ha realizado" sus conquistas funda-.:.nentales" El labor.mo persigue la destruccin de los" trusts" que roban a todos los consumidores. En Mxi-co los "trusts' ~ mientras m(ts ladrones se presentan. estn , . ms florecientes-y ms a cubierto de percances desagradables.

    La clase prolet

  • LOS GRANDES PROBLEMAS DE MEXICO 7

    que apoya al agrcola; lo que quieren es lo que les ha ofrecido durante diez aos la revolucin, especialmente el zapatismo:

    t>~ robo de la propiedad mondo y lirondo, las tierras regala-das, exentas eternamente del pago de contribuciones y he-eatomlles de propietarios, de SlIS familias, ele su raza, cuya-; cenizas deben quedar en las tierras como abonos fosfricos y potsicos. Los cinco mil apstoles de la revolucin, en su mayora maestros de escuela y trapaceros tinterillos, ofrecie, ron clara y sinceramente el bolchevismo. El pueblo no se considera, pues, servido con la iniciativa de ley agraria redac-tada por el Gobierno interino.

    * ,. *

    Lo que el apostolado redentor hasta ahora ha conquista-do para el pueblo, ha sido una miseria ms piojosa que la que lo ha caracterizado durante su doliente vida econmica. El odio del pueblo al comercio, que en su concepto lo roba, es manifestacin de hambre; su adhesin muda o estrepitosa al sacerdocio anarquista, es expresin de esa hambre insopor-table, transformadora del paria comatoso en rebelde incandes-cente y de la oveja htica en felino ultra-carnicero. Los es-tandartes procesionales eJe los gremios chorreando miel y acbar, pidiendo reparaciones sanguinolentas por la caresta de la vida, significan alaridos de caverna provocados por esa l:ambre surgida como Diosa infernal de los escombtros de la Nacin sa'queaela y pestfera. Los altos jornales no impuestos por la ley de la oferta y la demanda, sino por el impulsivismo ,-le la huelga, la teora ramplona del maestro de escuela, la majestad de los enanos universitarios; arrojados esos jornales con audacia sobre las cenizas sociales despus del portentoso incendio redentista, no han hecho ms que aumentar esa hambre, grito sordo o estruendoso de revolucin.

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    A la gran mayora de la clase jornalera campesina, la miseria le da el aspecto de las tribus errantes de Patagonia. Exasperada y creyendo en su libertad, resolvi emigrar a ricos pases extranjeros. La estadstica de inmigracin de los F.stados Unidos ha fijado en cien mil el nmero de mexicanos que con un equipaje completo de lgrimas y andrajos, se han presentado en el territorio de la libertad y la opulencia, pi-diendo trabajo, y declarando que es la miseria la inflexible autoridad que de su pas los arroja. Soportan trabajos tan duros como pescar salmn en las regiones glaciales de Alaska, antes que seguir "pescando" hambres e injusticias en su amada Patria. El xodo de miserables lleg a causar pnico al gobierno carrancista y a las piadosas clases directoras; temieron que el pais se vaciara; que se quedaran solos los militares fastuosos, los ladrones sin presas, los terratenientes arruinados, los burgueses "chupa-huesos" del presupue"to. f, Qu hacer sin la Yctima que hUla para no disfrutar de su horrible redencin? Matarlo ~iYl misericordia antes que con, sentir en el ms sagrado d~~ los actos de la libertad humana: hur del dolor, hur de la muerte de la res en el potrero auemado por la sequa; hur para trahajar y enviar a las familias pan y modestos elementos de vida.

    :\' o fue tolerado el fundamental derecho del hombre: disponer de su persona en la superficie del globo. Se di6 orden a las tropas para cazar en las fronteras a los antipatrio-tas fugitivos; para que se tratara como a negros a los hombres declarados lihrps y cuya libertad de expatriacin haba sido respetada por todos nuestros tiranos; por todas nuestras anarquas, por todas nuestras locuras, p'or todos nuestros cr-menes. Era preciso conservar a una poblacin de espectros verdosos y ulcerados para seguir explotndola hasta chupar la ltima celdilla de su gangrenosa mdula. En las viejas

  • LOS GRANDES PROBLEMAS DE MEXICO 9

    lrgislaciones negreras, los dueos de esclavos estaban obli gados a sostener en estado de salud a toda su ganadera ne-gra con todo y cras. En la Edad Media, el siervo unido a la gleba disfrutaba, por contrato respetado, del derecho de vlvir como hombre. En la Rusia de los zares, mientras hubo siervos hubo pan para ellos proporcionado por los seores; rra un deber impuesto al seoro. En el Mxico redimido, el mexicano campesino ;qued reducido a planta de hosque baldo.

    En el extranjero, la huda de una poblacin de su te-rritorio reputado como el pas 'que asombra por "sus mai'i! villosas riquezas naturales e inagotables", causa estupor y nadie se explica cmo un pueblo huye de su felicidad, cn(~anijado y despavorido, en los momentos en que se anuncia al mundo que ese pueblo acaba de obtener una completa vic-toria sobre sus enemigos, que es apto para la democracia, que es sublime para sus ideales, que es inteligente para sus int,ereses, que ejerce con brillo su soberana, Ique chupa con pasin los jugos n'.s tnicos de la libertad y de la justicia; y sobre todo, cuando est recibiendo de una revolucin ma-ternal y extremadamente generosa, las "riquezas maravillo sas e inagotables de su privilegiado suelo"; cuando ha reali zado todas "sus conquistas fundamentales" y es ob'jeto de envidia de los pueblos que lloran y llorarn hasta su muerte, por no poseer la obra maestra de la naturaleza, el medio f-. . SICO meXIcano.

    Concluyendo: Despus de este mi primer anlisis para-djico, debo concluir: 10 La mayora del pueblo mexicano re-presentado p'!' la parte campesina, ha perdido, entre otra~ libertades la fundamental de defender su vida y la de sus familiares, por medio de su trabajo contratado librement? en el lugar del mundo que ms le convenga; necesitndola. el militarismo carrancista la declar esclava de guerra de

  • 10 FRANCISCO BULNES

    hace tres mil aos. ~(). El pueblo mexicano ninguna de ls conqui.~'tas fundamentales que desea ha realizado, y con'o la mayora de esas conquistas es funesta para la Patria, para :a humanidad 'T para la mis'lla clasp popular, un glJbierllo ;~(Iherpante est obligado al uso de las ametralladoras contra los no-bilsimos ideales .del pueblo. Si los hombres de la ,situacin 110 abandonan la poltica del" Te Deum ~I', cantarn ellos mis-mos su "De Profundis"

  • LA CUESTION SOCIAL

  • LAS SENSACIONALES DECLARACIONES DEL GENERAL CALLES EN LOS ESTADOS UNIDOS

    lilr mal no recuerdo, durante el cuarto creciente de la ." luna del ::les de ab::il, el, ~eneral Calles, Secretario de

    _ GobernaclOn, declaro enfatlCamente a un grupo ele pe-riodistas de la capital, que nunca lea mis artculos. Me apen esa declaracin, porque siempre desagrada a un escl'itorque no lo tome en cuenta un Secretario ele Estado, en un pas ele gobierno de opinin pblica y cuando el pblico se ha fijado siempre en tal escritor, con benevolencia o con ira y aun con odio. Yo, por el contrario, desde que los polticos actuales han sealado al general Calles como "hombre del porvenir presidencial", mi patriotismo ha yibrado con intensidad y me he visto obligado a poner en estudio, en laboratorio exclusi-vamente mental, la personalidad ruidosa del general Calles; recojo todas sus palabras, sigo el llloyimiento ele sus ojos, no le pierdo gesto, procuro adivinarlo y registrar todas sus vs-ceras; le aplico leyes sociolgicas, biolgicas y fsicas y verda-deramente tengo obsesin por conocer a dnde ira a parar mi (uerido ~T c1es~Taciaelo pas bajo el impulso del ms radical de los l'elToluviollarios qUl' no l'OnOl'(' que en l\Ixico ser radical socialista y ser bolchevista es la misma cosa.

    Hay que volyer a fijar bien lo que se debe entender por bolcheviquismo. El principio fundamental bolchevista no es ruso, lo anunci un socialista ingls, Mr. Taylor, quien dijo: "Si el proletariado obrero se ha de salyar; ha de ser forzo-samente por el esfuerzo viril y honrado de los miembros de su clase; los burgueses jams lo han de salvar, sicmp're lo han de traicionar, siempre lo han de explotar, lo han de vender y siempre lo han de despreciar disimulando tan vil sentimiento.

  • 14 FRANCISCO BULNES

    Los que creen en la burguesa convertida al sOl'ialismo como vil medio de regeneracin del proletariado, son unos nios de poco cerebro: la guerra se debe hacer al burgus cualquiera que sea el traje que vista, la cara que;,presente, las palabras .que pro-nuncie, las comedias con que explote, las hipocresas con que ofenda la h onradez ~ ,

    Estos prill

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    ::\Ixico hay un bolcheyiquismo oficial, como hay un amenazan-te bolcheyiquismo social.

    Esto lo han sealado al mundo y particularmente a los Estados rnldos, dos grandes fiQ'uras del socialismo moderno ~ ~ Samuel Gompers y la "madre Juanita" (mother Joanes).

    El primero. es el jefe de los cuatro millones de obreros laboristas norteamericanos, :; la .. madre Juanita" una agi-tadora bolcheyista perseguida en los Estados rnido.;;. ~\.mhas personalidades yinieron a ~Ixico a tomar parte en el Gran Congreso Internacional Obrero y los socialista" mexicanos le" dieron los lugares de ms distincin. Gompers inform a sns compatriotas. y en general, al pueblo norteamericano que en ::\Ixico exista ya y cunda rpidamente el bolcheyiquismo de peor a.;;pecto que el ruso. :.~ la ,. madre J uanita" declar() ~;l1e ::\lxico era la tierra prometida para el bolcheyiquismo. Des-pus de estos hechos conocidos de todos lo.;; mexicano.;;. tienen que producir gran extraeza las palabras del general Calles en sus declaraciones al .. The X e'y York ~-\.merican", de que en ::\Ixico la propaganda bolcheyiqa e.;; un mero fantchma. a me-nos que no se encuentren en la categora ele fanta "meh les diputados Soto y Gama. ~','lueliano ~,Ii~ares. Fla':io Altamirano y casi todos los elel partido comunista en la Cmara de Di-putados: sin perder de yiqa a la gran mayora de la Comisin X acional Agraria. y a la ma~~ora de los diputados de las Le-gi~laturas de los E::-.taclos Feclerale~.

    :JIe he ocupc~do del C"ran prinClplr) del bolcheyiquismo: el gobierno debe pertenecer e,,~('~usiyamente al prolerariadl\, que en el mundo ridl ~l{:- 11e nt:110 mil ao" ch ,,:xfri-'1lento y que est representado exclu-,iyameL.te. por los o:'1'e1'o,;;, c~mpesinos y soldados. El se~~Jndo pr:cil\io es: lograr la yerdadera i::'J., lc12d social por r:.lec1io del comunis:illo. Esos do.;; princi-piG~ consti~nyell el [JolchE'yhui'JjlO ruso.

    Para llegar al comunismo es indispensable que sea abo-lida la propied[~d priyada ;- ')uostituda por la propiedad co-lectiya nacional. Todos 1,- s eapitaJi.;;tas particulares deben

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    16 FRANCISCO BULNES

    . . O sociedades cal desaparecer lo mIsmo que las corporacIOnes "1 b' , .., 1 ' , trn . P 0"0 lerl talistas; no deLe eXIstIr mas que un so o pa . 'bl b

    soviet. Terieamente el comunismo aparece pOSl ~, raCl nal equitativo, moral y capaz de lograr la anhelada Iguald~ social. Pero en el bolcheviquismo mexicano, debe haber de truccin del capital privado, pero no de una manera fran( como lo impuso Lenine, sino de una manera tortuosa y teri( y pr((tieamente descabellada. Segn el artculo 123 de Constitucin, el capital privado tiene que desaparecer, no pal en formidable eoncentracin operar en manos del gobierno e mo nico cpitalista, de acuerdo con las doctrinas rusas, sir que el capital mexicano privado debe desaparecer por la con tante succin de la elevacin de jornales indefinida y por reparto de las utilidades de las industrias a los obreros, fij das por los ms frenticos partidarios del proletariado. Nue tro capital privado tiene que desaparecer como est desap, reciendo, por medio de huelgas y leyes expoliadoras, sin mi objeto que pulverizarse en los bolsillos de los obreros y despUl ('onvertirse en humo de vicios o de miserias insondables. L nine siempre entendi que la vida econmica de los puebl< era imposible sin que en alguna parte del organismo socie existiese el capital en cantidad equivalente o sup1erior al qt exista bajo el rgimen capitalista.

    La ventaja de que el gobierno fuera el nico capitalist completamente desinteresado en materia de negocios, era 111 gar al costo de vida ms barato posible, para que con ] misll1n cantidad de trabajo del pupblo oh~cn\)r muy superiorE l';ndilllientos ~7 quedar aS. cOllstituda la feliC'id~d POPUlal En el penO-

  • LOS GRANDES PROBLEMAS DE MEXICO 17

    mo tiempo lo obliga a elevar el precio de las mercancas de primera necesidad para el pueblo. En Mxico, elevacin de jornales quiere decir, elevacin de precios, caresta de la vida 0, en otros trminos, alza de jornal aparente, igual a baja de jornal efectiya. Todaya ms, progreso del sindicalismo sig-nifica miseria del pueblo cada da mayor, porque es ineyita-ble que el capital no se dejar aniquilar tan pacientemente, como se lo figuran los radicales mexicanos, sino que luchar no haciendo revoluciones que fcilmente aplasta el gobierno con sus rifles y sus numerosos regimientos y sus oportunos pa-tbulos, sino que luchar desapareciendo del pas u ocultndo-se en nuestro territorio. a lo he escrito, el capital es un esclavo que tiene la mana de hacer pedazos todos los mar-tillos que le pegan.

    * * *

    Lo que ignora el seor general Calles y todos los radicales mexicanos, que no quieren aparecer bolcheyiques o que igno-ran lo que es el bolcheyiquismo, es que es peor el radical mexicano que el bolcheyista ruso en teora y ambos son igua-les para el resultado final.

    El seor general Calles en sus impresionantes declara-ciones a la prensa norteamericana, conviene en que en las altas esferas del Gobierno (;bregonista hay radicales. y niec:'a que haya bolcheyistas; cuando son la misma especie de hombres destructores del capital priyado, por medio de leyes que, como ya lo tengo dicho. ningn pas. excepto Rusia. se ha atreyic10 a expedir La Jiferenc:ia entre el bolcheyista mexicano lla-mado radical por l mismo, exclusiyamente, y el bolcheyiqaista ruso, consiste en la diferencia de tiempos en que el capital debe ser irremediablemente aniquilado. En Rusia. fue des-trudo el capital particular en un da; en ~Ixico tiene que serlO en menos de tr2s aos, si todos los Gobernadores de los Estactes cumplen con las obligaciones que les impone la Cons-titucin de 1917 Pero desde el momento actual se nota, que la mayor parte de esos gobernadores estn espantados ya de la ob;a radical y cada da dan mayor nmero de pruebas de

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  • 18 FRANCISCO BULNES

    estar seguros de que si cumplen con las gloriosas promesas de la Revolucin, cumplen con el desastre que har desapare-cer econmica y polticamente a su pas. El instinto de con-servacin e~ ms elocuente que la oratoria de las inteligencias ms privilegiadas; es un artista delicado, sutil e infalible pa-ra producir ruidos de muerte en las colectividades y en estos momentos la mayora de los radicales estn acobardados, ex-cepto los que son radicales sin ms mira que ro bar y enrique-cerse con los despojos de la catstrofe.

    El seor Calles inflorma al "The New York .l\.'merican", "que est muy satisfecho de los pasos dados ltimamente por su Gobierno para mej orar la suerte de los peones, esas pobres criaturas Ique antiguamente representaban la ms baja condi-cin en que puede hundirse el ser humano,'" Si Milton re-sucitara, se tragara con ira y como manojo de zacate, sus ad-mirables versos en que describe el orgullo de Luzbel, al com-pararlo con el de los radicales que creen que por haber to-mado de algunos libros algunos preceptos exticos del socia-lismo maximalista no implantado ms que en Rusia, ya logra-ron hacer la felicidad del pueb!lo mexicano, hacindolo pasar de su despreciable estado abyecto y bestial a la cspide de los superhombres, donde todos ren y nadie sufre ni puede sufrir.

    Esos titanes de nuestra Revolucin, ignoran que los prin-cipios polticos, los sociales, los qumicos, los jurdicos, los teraputicos, los militares, los industriales, los individuales y toda clase de principios, "valen lo que valen sus resul-tados' , Dnde estn los magnficos o siquiera los tole-rables resultados del socialism o maximalista? En Rusia r Ya ni los obreros, comprendidos los mexicanos 'que han visi-tado Rusia, admiten el xito del socialismo maximalista v to-dos han visto en ese ttrico pas bolchevista, lo que vl el corresponsal de ]a Prensa Asociada al penetrar cuatro kil-metros en el territorio del pas doliente: "ni una sola sonrisa se encuentra y hasta los nios estaban todos tristes y quietos"

    El agrarismo no es fenmeno bolchevista, sea que las tierras pertenezcan a les pueblos como ejidos, o a los parti-culares de pequeo capital, o a los latifundistas. El a~]'aris-

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    mo mexicano es bolcheyista, porque para yivir y crecer ha necesitado del despojo, de la extrangulacin de la justicia, de la destruccin del principio (le propiedad particular. i Y bien! b Ya nuestro agrarismo prob con resultados esplndidos o con resultados modestos, el valor de los principios revolucionarios que lo han causado 7 20 Nuestro artculo 1~;~ constitucional ha probado su bondad en la vida econmica y moral del pueblo mexicano? N o h ay motivo para vanagloriarse de una obra que aun no existe, que slo existe en proyecto formulado por la jeringonza de los apstoles modernos socialistas cuya mayor parte han publicado libros para embaucar imbciles. Hay que esperar un tiempo razonable, para observar los resultados de la prometida redencin de nuestras masas que slo existe en el papel, tapando mal la miseria efectiva y siempre cre-ciente de nuestro pueblo.

    Un peridico de la capital, ha publicado ya el primer artculo del egregio publicista ingls, Mr Wells, dedicado al estudio de la emocionante "Conferencia de vVashington", y en tan bello trabajo, el articulista dice: "Toda revolucin es una experimentacin" Mr vVells ha dicho una verdad solemne y que ninguna persona culta debe ignorar. Y la revolucin mexicana por qu 110 ha de ser experimentacin? Hornos acaso los mexicanos superhomhres o por lo menos los que proclamaron el Plan de Guadalupe y el Plan de Agua Prieta? Y aun cuando as fuera, & quin ha dicho y probado que una revolucin en pas de superhombres no ha de ser una experimentacin? , Somos los mexicanos una raza de vboras, devorando a una raza seca y abatida de servil casta e historia

    - vergonzosa? & Y quin ha dicho que una revolucin entre ofidios y sapos humanos no ha de ser una experimentacin? Tenemos que conformarnos con la verdad, aun cuando sea reaccionaria, aun cuando fuera clerical, aun cuando fuera de enemigo del pueblo, aun cuando fuera de un sentenciado a muerte por crmenes especficos no detallados en cdigo algu-no. Y si no podemos evitar el yugo de la verdad, hay que esperar los resultados de esa experimentacin y dejar de decir al pueblo mexicano que est gobernado por hombres divinos, cuando no tiene qu comer, ni qu beber, ni en qu soar, ni

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    t d 1 tierra meXIcana tierra santa en qu morir, porque . o ~ . a est manchada con el desprecio a la JustlcIa.

    * * *

    . d "No s El seor Calles en sus declaraCIOnes, ICe: _oy bolchevique soy liberal" Me permito observar 'que el senor "'(,lleral ('aes se ha declarado pblicamente "sindicalista" ~ un sindicalista no puede ser liberal, porque es principio fun-damental de libertad que los salarios sean determinados por la

    ]e~" de la oferta ~T la demanda; (\s principio de libertad, que los industriales tengan el dere~ho de hacer contratos colec-tivos o individuales del trabajo y es principio de libertad dar garanta no solamente a los obreros, sino a todos los seres hu-manos para que puedan vivir de su trabajo. Todos los mexi canos hemos visto en los casos de la huelga de los ferrocarri-leros, en Mxico, de los estibadores del puerto de Veracruz, de los obreros libres henequeneros de Yucatn, de los obreros libres maltratados en las minas carboneras de Coahuila; y, ])01' ltimo, hemos visto en todos los casos de huelgas mexi-.canas'y qne el seor general Calles ha simp'atizado, ha apoyado a 1'6s obreros sindicalistas, mirando con desdn los derechos de los obreros libres. Hemos visto tambin, que el proletariado sindicalista pblicamente ha aclamado al general Calles como su benefactor, como su poltico protector, en tanto que hemos oclo ]a rechifla que los sindicalistas han dedicado al seor Secretario Hafael Zubaran, por haber declarado que, como li-beral, estaba resuelto sostener los derechos al trabajo de todos los obn\r?s libl'l> m('::i('a?~~. El seor Calles ha dicho que no ha~T (hferenews ele opllllon en el Gabinete del seor O'ene-ral Obregn; lo q.ue no hay s0:r;t diflerencias de pOltica,b por-que conforme al sIsteina de gobIerno presidencIal . 0" Se-

    t 1 h l' . , nlno un ere ano puec e acer po ltIea al Presidente y todo t . l ' ,s lenen que

    segUIr a qne a esi l\ le plazca o irse a su casa o 1 t 1 . tl .' a 1110n e con e :"1. e o al desheI:ro con su despecho. Pero la diversidad de opllllones en cuestIOnes trascendentes existe v URst . h en el Gabinete, como lo reconoce el s~or 'C-t JI (,.' aS

  • LOS GRANDES PROBLEMAS DE MEXICO 21

    Ni el general Calles ni el Gobierno, tienen derecho a proclamarse liberales. En el orden moral y espiritual, la pri-mera de las libertades es la de la "conciencia" y es imposible que exista prohibiendo sus ineludibles consecuencias, que son la libertad de ensear y la libertad de aprender. Y la Re-volucin ha prohibido la enseanza religiosa aun en las es-cuelas particulares, primarias, secundadas o superiores. Con-forme a este artculo, las diversas religiones mal declaradas libres en Mxico, no pueden establecer seminarios ni otra cla-se de establecimientos docentes necesarios para formar sa-cerdotes.

    Hay ms libertad de conciencia en Turqua que en 1\'Ixico, y tambin mejores facultades mentales, porque en J\lxico hay libertad de conciencia para atacar las religiones, pero no para defenderlas ni para luchar por su prosperidad. Llamarse li-berales despus de un artculo tan oprobioso para la civiliza-cin corno el 30. constitucional; es igual a proclamarse refi-nado artista despus de haber arrojado el contenido de un tintero en la cara ele la "Fornarina" de Rafael. Tan des-honroso espectculo para nuestra cultura, lo debernos a que uno de los efectos de la Revolucin, ha sido el triunfo del rancio jacobinismo de provincia sobre el liberalismo elevado de la capital, obtenido por el trabajo de los liberales evolucio-nistas llamados cientficos durante los treinta aos de la dic-tadura del general Daz.

    * * *

    El general Calles, dice en sus citadas declaraciones: "Sin em bargo, esta cuestin no est en nuestras manos y todo lo que yo puedo decir, es que Mxico tiene un Gobierno repre-sentativo, honesto, moral y sincero que desea cumplir todas sus obligaciones morales y financieras" Nuestro Gobierno no es "representativo~', porque deba serlo de una sociedad culta mezclada a una sociedad analfabeta y brbara. Las dos sociedades, se caracterizan por su catolicismo, cualesquiera que sean sus opiniones filosficas y polticas, de campanario o de baslica. Mientras en Mxico, no aparezca en las Cmaras un

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    partido vigoroso catlico representante del catolicismo de la mayora de la nacin; nuestro sistema representativo conti-nuar representando los intereses dementes de fanticos ilusos o de demagogos sin moralidad. N o puede llam.arse honesto un Gobierno en que el Poder I.Jegislativo Federal, ha decre-tado para sus miembros mil pesos mensuales de sueldo, re-tribu("in exagerada para representados indigentes; no puede llamarse honesto ese Poder Legislativo que se decreta dos mil quinientos pesos de gastos de representacin para el Centena-rio, por cabeza; falta de pudor, contra la 'que han protestado ya varias Legislaturas de los Estados. N o puede ser moral un Go~ierno cuyo Supremo Tribunal de Justicia Federal, ha tardado tres aos para resolver en el amparo de una compaa petrolera, que el artculo 27 constitucional, no autoriza la apli-cacin de leyes retroactivas, cuestin que puede resolverla en diez minutos un mediano estudiante de la Escuela Nacional de Jurisprudencia; y el lamentable fenmeno se explica, por-que en ese tribunal de justicia, no hay Justicia sin poltica. De la honorabilidad del Poder Ejecutivo Federal nada tengo en contra qu decir; pero si en tres de los poderes federales hay dos podridos, su conjunto no es sano.

    Para que exista Gobierno honrado, es preciso qu'e lo sean su personal y su legislacin. Aceptando que todo el per-sonal del actual Gobierno estuviese formado de serafines, que-rubines y vestales masculinos, no podra ser el Gobierno hon-rado, si su legislacin no lo es. , Quin debe calificar la hon-radez de una legislacin? ~ El Gobierno? N o, sino los go-bernados cuando su mayora no es de analfabetos y poseen condivlnes lllorall's :mficientes para jzgar de la legislacin.

    El seor general Calles reconoce que el Gobierno mexica-no comprende la imperiosa necesidad de que acuda a Mxico capital extranjero, para sacar a nuestro pueblo de la mise-ria y dice el seor general, que nuestro Gobierno ofrece toda clase de garantas y que slo pide a los extranjeros que vengan a Mxico, que respeten nuestras leyes. Esos extranjeros a que tanto se llama y a quienes se les ofrece tantos fiambres y barbacoas en Xoehimilco, ~()n lo~ qne tienen derecho a juzgar de nuestra lei!islaein y a decidir si nuestras leyes son o n

  • LOS GRANDES PROBLEMAS DE MEXICO 23

    respetables para los intereses de los extranjeros capitalistas. El juicio de esos extranjeros capitalistas, relativo a nuestras leyes fundamentales es muy desfavorable. Lios juristas no cientficos, sino cahalsticos de la Revolucin, convienen por unanimidad, en que los tiempos modernos exigen legislacin moderna sobre la propiedad; que los que estn venerando aun el Derecho Romano, son unos infelices atrasados, unos defor-mes, unas momias, unos fsiles que no pueden comprender las nuevas doctrinas sobre la propiedad, consistentes en que sta, por cualquier medio, pase a los bolsillos del proletariado.

    El mundo moderno no tiene ms que un polo: la feli-cidad del proletariado; el cielo moderno no tiene ms que un astro: la dictadura del proletariado; la moral moderna no tiene ms que un deber: sacrificar todo por el proletariado; la ciencia moderna, no tiene ms que un precepto: la infali-bilidad del proletariado. Tal es el espritu que, segn los "ayanzados", anima nuestras leyes, que los extranjeros ca-pitalistas que quieran venir a Mxico deben respetar Y lo que ha sucedido, es que esos extranjeros capitalistas, por una-nimidad, se han declarado rancios, atrasados, llenos de ho-J;ror por las doctrinas modernas sobre la propiedad, creadas por nuestros radicales y en vez de admirar nuestra mentali-dad legislativa, han declarado, las doctrinas modernas, doc-trinas de robo; a nuestras leyes radicales las han declarado leyes de ladrones y a las garantas que se les ofrecen, las con-sideran "ruedas de molino" de mal olor y sabor.

    Naturalmente que en esa lucha entre extranjeros capita-listas atrasados y polticos mexicanos avanzados, el triunfo tiene 'que ser de los extranjeros que quieren venir a lVIxico, porque con no venir ya derrotaron y aplastaron a la revolu-cin meXIcana.

    El general Obregn sinceramente ofrece toda clase de garantas a los extranjeros, pero si esas garantas son las con-signadas en el Derecho Romano y sancionadas por el Derecho Constitucional de todas las naciones cultas, est obligado el general Obregn a declararse atrasado, momia, fsil bitumi-noso, gobernante montado a la antigua, estadista del "ao de uno", legislador de la poca tertiaria; y tomando esa di-

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    recClOn poltica donde llegara el general Obregn, sera a Tlaxcalantongo, que es el lugar donde deben pasar la noche todos los gobernantes atrasados.

    Los nicos extranjeros que pueden venir y estn VInIen-do a Mxico "ardorosos por respetar nuestras leyes", son los que no tienen un centavo en el bolsillo, ni una camisa sobre el cuerpo, ni un modo de ganarse la vida fuera de la agita-cin y que buscan situaciones donde hay todo por ganar y nada por perder

    * * *

    Es deber de. justicia, decir, que si las declaraciones del general Calles no son correctas ante la opinin pblica mun-dial, s constituyen un buen informe diplomtico extraoficial dirigido al pueblo norteamericano. Desgraciadamente lo~ pueblos, ya nada sienten cuando les habla la diplomacia.

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    LA ACCION INDIRECTA PARA DESPOJAR PROPIETARIOS

    ~I, OS propietarios de las grandes ciudades de la Rep-blica, estn alarmados por los acontecimientos de Ve-cruz, Guadalajara y los que se anuncian en la ~iudad ie Mxico, con motivo de las organizaciones que surgen para iespojarlos. Aun cuando soy propietario, mi cerebro est fro V" voy a dar mi opinin sobre los acontecimientos probables en ln no muy lejano porvenir.

    El socialismo cuenta con dos acciones: la indirecta y la :lirecta. La indirecta tiene lugar por medio de los represen-tantes polticos genuinos del proletariado, que se esmeran en ;atisfacer plenamente sus ideales. La directa, se verifica por medio de las huelgas con o sin sabotaje, por tumultos ;angrientos o insurrecciones populares volcnicas. En este utculo me ocupar de la accin indirecta.

    La revolucin rusa y la mexicana tienen el mismo padre, M:arx; el mismo padrino, Engels; el mismo capelln, Lassalle i

    ~! mismo redactor, Guesde; y el mismo libro, el muy pernicioso 'Das Kapital" Pero entre ambas hay una notable diferencia; a revolucin rusa ha sido hecha por verdaderos bolshevistas, nientras que la revolucin mexicana ha sido hecha y se est laciendo por falsos bolshevistas. .

    La prensa anunci que Mr. Wallace haba escrito otro ihro sobre Mxico de aspecto psquico, en el cual asegura que os mexicanos indios y mestizos no han dejado de tener la nentalidad de los" Pieles Rojas" Por de pronto, nada puedo lecir sobre la exactitud de la apreciacin de Mr. \Vallace; nas s creo que en la mentalidad de nuestros campesinos, de mestros obreros y de nuestras plebes, si no existe la mentali-lad de los" Pieles Rojas ", s hay algo en ella de pieles, si no

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    son rOJas, puede ser la parda del lagarto o la berrenda del rinoceronte. Esta afirmacin, como muchas mas, parecer extravagante; voy a fundarla y estoy seguro de que entonces ser aceptada con tanta facilidad como la miel por los nios.

    * * *

    El pueblo ruso est calificado como pueblo brbaro y se atribtuye a esa barbarie el que con tanta inocencia como entusiasmo, haya aceptado el bolsheviquismo. No obstante su barbarie, manifiesta una conciencia inferior; pero de naturaleza indiscutiblemente humana. Desde que en octubre de 1917, adquiri el poder poltico y militar supremo, o lo que es lo mismo, desde que se sinti verdaderamente soberano, dueo de inefables destinos y poseedor de verdades dogmticas, ensea-das por su clero socialista, procedi al exterminio de los burgueses. El odio del proletariado al burgus tiene en general su razn de ser, porque la burguesa ha explotado a las clases humildes, sin nobleza y sin programa religioso que ofrezca a los pobres lo que les ofveca Jesucristo, el reino de los cielos, teniendo cada uno un lugar de delicias proporcionado al sufrimiento en este "valle de lgrimas," La burguesa profesionista ha procurado por todos los medios posibles intro-ducir el atesmo en el pueblo y cuando le ha quitado toda esperanza de compensacin eterna, le ha impuesto sufrimientos apoyados en la doctrina del desprecio por el que es miserable.

    Pues bien; el pueblo ruso, despus de haberse saciado en el exterminio de los burgueses, sin que llegara a exterminarlos a todos, form su nuevo gobierno" soviet" con elementos ente-ramente populares; campesinos, obreros y soldados rasos y estableci la igualdad econmica disponiendo que todos los miembros del gobierno tuviesen un sueldo uniforme, pagado en especies y limitado a lo estrictamente necesario para vivir, sin distinguirse de los dems. Puede decirse 'que el pueblo ruso cumpli con la divina doctrina de la igualdad de bolsillo, de la igualdad de vientre, de la igualdad digestiva y de toda clase de igualdades semejantes a la que disfrutan apacible-mente las ovejas en un potrero de mediana calidad.

  • LOS GRANDES PROBLEMAS DE MEXICO 27

    Con la revolucin mexicana no ha pasa"do lo mIsmo. Lgicamente, dogmticamente, necesariamente, cuando en 1914 triunf positivamente el pueblo, tan indiscutiblemente como el pue bIlo ruso en 1917, el Presidente de la Repblica, por aclamacin y por unanimidad de toda la clase ex-humilde, convertida ya en clase feroz, soberbia, debi haber sido Emiliano Zapata. N o cabe duda que fue el primero que proclam en el pas el agrarismo y la reivindicacin de la clase campesina, especialmente la del indio. Tampoco cabe duda que Zapata luch nueve aos por sus principios y que luch como deba luchar un hombre primitivo, un exquisito troglo-dita, un refractario a toda civilizacin en la 'que se tomara en cuenta algo de lo bueno de la naturaleza humana. La revo-lucin de 1910, como la de 1914, debi su triunfo a Zapata, que rest en momentos muy oportunos las mejores fuerzas del ejrcito de los gobiernos de los generales Daz y Huerta y di lugar a que se desarrollara la revolucin en el Norte hasta obtener- completo triunfo con el valioso apoyo de los Estados Unidos.

    Si el pueblo mexicano hubiese tenido en 1914, la menta-lidad del pueblo ruso, la uniformidad de su pensamiento, la potencia de sus aspiracio.nes, la conciencia lcida, habrr-a acatado el principio predicado desde haca cuarenta aos: "La clase popular slo puede ser redimida por la misma clase popular; la burguesa siempre la ha traicionado y la traicio-nar; en consecuencia, para que sea trascendente y de-finitiya la victoria del pueblo, debe celebrar su banquete de redencin sobre la hedionda fosa donde haya sepultado a toda la burguesa"

    El pueblo mexicano debi haber formado su gobierno "soviet" desde 1914, y si no conoca la palabra rusa "soviet", s le eran conocidos los nombres del Congreso de la Unin, Legislaturas de los Estados, Suprema Corte Federal y Tribu-nales de los Estados y todo su servicio por inexorable voluntad del pueblo sostenida con sus armas, debi ser desempeado por gaanes, obreros, artesanos, maestros de escuela de la clase humilde y por todo lo ms escogido del analfabetismo, y lo ms clebre de la crueldad e instintos de destruccin.

  • 28 FRANCISCO BULNES

    No cabe duda que en 1914, el pueblo triunfante r.epres.en-tado por ciento cincuenta o doscientos mil revolUCIOnarlOS, tcm por de pronto actitud bastante moscovita en cuanto a la destruccin de personas y propiedades y en cuanto a la expropiacin a todos los que posean poco o mucho.

    *

    En el primer empuje de su democracia socialista el pueblo alemn design presidente de la repblica a un talabartero; el pueblo mexicano no ha hecho en su victoria socialista ms que elegir presidentes burgueses. La mayora de los gober nadores de los Estados han sido burgueses y los miem bros del p-eladajeque han sido electos gobernador'es, lo han sido pOl'\que eran generales. La burguesa y el generalato en las altas magistraturas, prueban la existencia de un pueblo servil que se prosterna por atavismo ante la "gente decente" o ante la gente de sable, o mejor dicho, de rifle, porque el caballeresco sable ha ido desapareciendo. Las cmaras federales y las legislaturas de los Estados son burguesas, aun cuando por cierto pudor inexplicable aparece uno que otro obrero o cam pesino sentado en su curul con sopor de analfabeto dispptico por el cambio radical de alimentos. i Qu triunfo el de la grande y pequea burguesa mexicana! Cuatriplicado el nmero de empleados pblicos y centuplicada su voracidad sin contar los sesenta mil ediles, la mayor parte ladrones, segn las malversaciones que denuncia la prensa. Un sueldo de cien pesos en la dictadura porfirista, es ahora de seiscientos y nadie le hace caso. LO) sueldos apetitosos que antes no existan ms que en algunos funcionarios, son ahora de mil, dos mil y tres mil pesos. Las riquezas no destrudas han cado en el bolsillo de la grande y pequea burguesa civil y militar. Los Ferrocarriles Nacionales que representan un vrtice de corrupcin, de ineptitud, de vampirismo; son un negocio de burgueses, que hacen negocios abominables con otros burgueses y todos se enriquecen, mal que le pese al pblico.

    En cambio, la clase pobre es cada da ms pobre y la clase ms pobre es cada hora ms miserable. El Estado de

  • LOS GRANDES PROBLEMAS DE MEXICO 29

    Morelos, que representa el templo azteca o la caverna troglo-dita del agrarismo, es un modelo de indigencia y de angustia que inspira piedad hasta a las alimaas de la regin. Se desprenden de ese lugar trgico comisiones para venir a la capital y suplicar a los antiguos hacendados que vuelvan a hacerse cargo de las haciendas. Ya no quieren ms redencin, ni reiyindicacin, ni soberana. La prensa de la capital acaba de noticiar que en la frontera norte existen ms de nll dos-cientos campesinos empeados en emigrar y que el gobierno ha resuelto detenerlos, si no por bien a la fuerza, tratndolos como animales marcados con el hierro de la hacienda y los que no pueden salir de los linderos. Con excepcin de los obreros privilegiados, que hacen servicios pblicos y que se imponen a la sociedad y al gobierno con su sabotage, tumultos y supresin del trfico, todos los dems obreros y campesinos quisieran emigrar y dejar sola a la burguesa burocrtica ms canbal que nunca, porque no desperdicia medio de succin, de inhalacin, de masticacin, de compresin, de absorcin para dejar al pueblo sin huesos y venderlos para fabricar fsforo o superfosfatos de cal. 1\ o hay en la Amrica Latina en el momento actual, una clase ms explotada, ms abatida y ms infe-liz ,que la popular mexicana, y no hay tampoco en el mundo una burocracia ms opulenta, ms derrochadora, ms vampiresca, ms cruel, ms escasa de patriotismo que la mexirana. Y esa es la obra de nuestro socialismo. De un socialismo que en vez de arrasar con la clase que lo tiraniza, la conserva, la eleva al poder, la contempla y la admira. Por eso creo tener razn en decir: que en la mentalidad de nuestra clase popular siempre hay algo de "piel", que si no es roja, es la parda del lagarto o la berrenda del rinoceronte; y si ninguna de esas dos es, tiene que ser la piel del asno de cualquier color.

    Nunca una clase social ha cedido el poder a otra volunta-riamente; ceder la riqueza es ceder el poder; ceder los pri-vilegios, es igualarse con los esclavos; ceder la fascinacin del civilizado o del medio civilizado sobre el brbaro o el salvaje, es precipitarse desde el trono hasta el muladar. Por consi

  • 30 FRANCISCO BULNES

    guiente, la burguesa burocrtica mexicana no ceder el poder ni sus riquezas, ni sus privilegios, ni sus fluidos fascinadores a la infeliz clase popular; y por lo tanto, no entregar al pueblo sus palacios, ni sus hoteles, ni casas habitacin, ni sus fincas de productos, ni cosa alguna que rebaje su opulencia. Be me dir que la burguesa ha cedido alpue blo las tierras para que las disfruten en calidad de propiedad ejidal. No es cierto, lo 'que se le ha cedido al pueblo, es muy poca cosa en comparacin de lo que la burguesa y media burguesa se ,han reservado para continuar su engrandecimiento y para lo que creen tener en reserva. Me comprometo a probar que el agra-rismo es un gran timo burgus y lo har en otro artculo.

    Despus de lo que he dicho con tanta claridad, pueden los propietarios de fincas urbanas estar seguros ,de que la burguesa burocrtica que nos domina, no dictar leyes que a fondo -lastimen la propiedad, pues es ms partidaria de la propiedad individual cuando ella es tambin propietaria, que el ms atrasado e intratablle de los latifundistas reaccionarios.

    No hay, pues, que temer la "accin indirecta"; la temiMe eg la accin directa, y de ella me ocupar en otro artculo.

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    UN GRAN PASO HACIA EL DESASTRE ALGO PEOR QUE EL COMUNISMO

    Ii1L desastre bolchevique en Mxico tiene

  • 32 FRANCISCO BULNES

    de nivelar y de hacer desaparecer los monopolios y ~estruir a los pulpos, se apela al comunismo fuera de toda doctrIna, de to-da equidad, ele toda lgica y de toda probabilidad de duracin. Un lder proclamaba desde una tribuna de plazuela en Vera-, . , cruz: "Las casas son del pueblo y el pueblo debe tomar poseslOll ce ellas y castigar a los infames caseros cuyos crmenes no pue-den tener perdn' , No es cierto que, segn los nuevos princi-pios, las casas sean del pueblo; sino de los inquilinos y los in-quilinos no son el pueblo. Si por pueblo se entiende como ahora acontece la clase popular rural y urbana en todo el pas; se eI1cuentran inquilinos, millonarios, ricos, burcratas con eno"r ID es sueldos, burgueses profesionistas con grandes, medianos o pequeos honorarios; obreros que hacen palidecer a la mayora del pueblo que es el que paga con su trabajo, que ganan mensualmente entre mil ,quinientos y mil ochocientos pesos, como algunos de los maquinistas de los Ferrocarriles Nacio-nales; hay fogoneros cuyos sueldos son superiores a los de les directores de las escuelas nacionales del Gobierno Federal. Hay estibadores que ganan ms que los magistrados del Tri-bunal Superior en los Estados y pocos son los obreros que no ganan ms que los maestros de escuela en la capital, y, sobre todo, en los Estados. Pertenecen a la clase popular, o sea al verdadero pueblo, millares de sirvientes de ambos sexos mal alojados por los burgueses que los ocupan. Existen obreros libres, condenados a no trabajar por los sindicalizados; que viven en la capital arrimados con algn pariente, o compadre o apiados en un miserable cuartucho ocho o diez. Existen numeroses muchachos, limosneros de ambos sexos, rateros, hampones y toda clase de miserables que viven en la calle y pasan la noche en los dormitorios pblicos, en los quicios de las puertas, en las bancas de los jardines municipales, y hasta en los muladares hay una poblacin que vive en pequeas tiendas de campaa fabricadas con las hilachas recogidas. Hay tambin una cantidad de fami.las flotantes militares, que son las de los soldados rasos u ofiCIales subalternos cuyas mujeres

    clltra~ a d~~ir en las noc.hes a los cuartel'es con todo y p~quenos hIJOS y s,on arroJadas en ~a maana al toque de dIana, pasando el dla errantes en la CIUdad o haciendo visitas

  • LOS GRANDES PROBLEMAS DE MEXICO 33

    o descansando en las casas de sus amigas. Por ltimo, el ochenta por ciento de la poblacin es de desheredados que habitan jacales infectos en todo nuestro territorio y que no pueden participar de las comodidades de los sindicatos de inquilinos. Todos esos desheredados, continan y continuarn disfrutando de la herencia que les dejaron sus padres: miseria, embrutecimiento y mal trato.

    *

    Respecto a propietarios se ha hecho una leyenda dema-ggica convertida en dogma por el bolcheviquismo y es la del inquilino "vctima ", virtuosa, desinteresada y mrtir de los propietarios crueles, despiadados, feroces, carniceros, que no se ocupan ni se preocupan ms que de arrebatar a sus vctimas el pan del sustento; arrancarles las vestiduras, sacudirlos por el ~ro y precipitarlos cuanto antes en el cementerio de los apestados.

    La verdad es, que hay propietarios de todas clases: caritativos e infames, altruistas y de egosmo infinito, avaros y generosos, insaciables y sobrios. Es un hecho, que la mujer mexicana, cualquiera que sea la clase social a que pertenezca, es en general excelente. En Mxico, las damas millonarias, adems de poseer cualidades de mujer mexicana, tienen la de mujer catlica y todos los hombres de negocios que se ocupan de ventas, hipotecas y alquileres de casas, pueden afirmar que hay una mayora de millonarias catlicas mexicanas que no rrestan dinero si no es con rdito autorizado por la Iglesia catlica de Mxico. Ese rdito, hasta los ltimos aos era de seis por ciento anual y despus, segn se me ha dicho, estn autorizadas a prestar con el ocho por ciento al ao. Si los cobradores de los millonarios mexicanos, hablaran, haran conocer al pblico el nmero de inquilinos muy pobres a los tlue esos millonarios no les cobran renta o se las cobran pequeas y les dan esperas que les permiten resollar. Convengo, en que los cobradores de los propietarios altruistas son a veces unas hienas; pero es muy difcil que se d el caso, de que un inquilino desgraciado acuda a una dama mexicana catlica,

    BaLNES 4

  • 34 FRANCISCO BULNES

    viuda, casada o soltera, solicitando piedad para su miseria que no obtenga buen resultado.

    Los propietarios duros, y no malvados, son aquellos que no teniendo para subsistir en trminos decente.s,. aunque mo-destos, se ven o Migados a exigir a sus inquIlInos e.l pa.go puntual de renta con la que viven al da. Hay otros prOpIetarIOS po bres que apenas les alcanzan sus rentas para cubrir sus ms urgentes necesidades y las de su familia y, en consecuencia, estn, por decirlo as, obligados a la implacabilidad. Hay otros propietarios muy pobres que viven en la miseria por ser sus rentas pequeas y estar mermadas por las contribuciones t y los "Matatas" que les prestan dinero para que coman ('uando sus inquilinos retardan el pago de la renta. Puede afirmarse, que los propietarios de mediana clase, los propieta-rios pobres, los propietarios muy pobres y los propietarios miserables, todos tienen encima al acreedor hipotecario que les carga rditos excesivos. La elevacin de los rditos est en razn directa con la pobreza del propietario. Lo que acabo de decir no significa que yo niegue que hay propietarios exacta-mente iguales a los ,que los agitadores presientan a las multitudes.

    Es indispensable hacer conocer bien a los inquilinos espe-ciales que tenemos sobre todo en la ciudad de Mxico. Existen diputados que se elevaron sus sueldos hasta mil pesos men-suales, diciendo al pueblo que el aumento era necesario por el alto costo de la vida, comprendidos los alquileres de las casas. Esos diputados que no sealo por mi correccin al escribir, gozan de sobresueldos enormes en los Ferrocarriles Nacionales o en otras dependencias del gobierno yesos mismos u otros se ~nriquecen explotando al pueblo por medio de contratos

    l,eo~mos celebrados con los gobiernos o municipios; y, por ultlmo, esos representantes de un pueblo en 1 . . d t d '1 " a mIserIa se ecre an os mI qUllllentos pesos por cabez t 'd " t " "d' a para gas os e rep~esen aCIOn e su ~uhd~d, fa}ta de patriobsmo y crueldad con el pueblo. Hay funCIOnarIOS publicos en toda 1 R ' bl' federales, de los Estados y municipales que r b a epu Ica, uas en actividad; veinte naturales y' veintOe anlco~l cduarenta t!' H b ' a qUI al as me-lcas. ay o reros ya propIetarios y al gunos con grandes

  • LoOS GRANDES PROBLEMAS DE MEXICO 35

    fortunas. Hay" Matatas" que devoran a los obreros, a los propietarios pobres, a los empleados pblicos y privados y que poseen, en vez de corazn fauces de tintorera. Todos esos inquilinos especiales y otros que no indico para no alargar

    e~te artculo, son los ms quejosos del propietario que ha elevado las rentas.

    Se de be aceptar que en nuestro pas, como acaba de decirlo en discurso electoral el candidato a senador, don :F'ederico Gonzlez Garza, que en la clase humilde de nuestro pueblo, "no hay hbitos de orden ni de moralidad" y la opinin pblica, sabe bien que en nuestras clases superiores hay virtudes privadas de puertas para adentro y del ms bello espritu de sacrificio. Pero para la vida pblica, no hay ms que adoracin por la piratera; el sentimiento de justicia es desconocido; el concepto de los deberes, olvidado; las maniobras de la equidad, convertidas en zafarrancho de egosmo y lo que hace la situacin ms negra, es que nadie sabe distinguir ya lo bueno de lo malo y que se confunden los pulpos y los tiburones, con los colibrs y las mariposas de ms hermosos colores.

    El gran pulpo del pueblo mexicano, se encuentra recostado en sedas, oro y diamantes, en las oficinas de las Lneas Nacio-nales. En la poca del general Porfirio Daz, el costo del personal de esas Lneas no llegaba por ao a veinte millones de pesos; hoyes de setenta y cuatro; la empresa deb'e sobre cuarenta millones de pesos fuera de su deuda extranjera y tiene un deficiente anual de veinte millones. Todas esas cargas tiene que pagarlas el pueblo mexicano; pero por de pronto sufre la clase popular una gran elevacjn elel costo de la vida para poder cubrir los cincuenta y cuatro millones de costo de personal excesivo, gran parte de l implacable y corrompido.

    En su "memorial"', los industriales han dicho al pblico, que en los buenos tiempos de la guerra mundial, vendan por cien millones de pesos anuales de tejidos de algodn y que en la actualidad slo pueden vender sesenta. Si para sostener la industria algodonera en Mxico el gobierno no le hubiera concedido derechos aduanales casi prohibitivos; el pueblo mexicano pagara por los tejidos de algodn que consume,

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    veinticinco millones de pesos en vez de sesenta. Pero como hay que sostener a l'uarenta y tres mil obreros y obreras ~e una industria perjudicial al pas, porque es un mal negocIo industrial, el pueblo paga esos treinta y cinco millones de pesos, o lo que es lo mismo, al pueblo casi le cuesta nove-cientos pesos anuales, cada obrero de las fbricas de tejidos de algodn. De modo que, entre el pulpo ferrocarrilero y algodonero, le cuestan al pueblo mexicano noventa millones de pesos por ao, cantidad muy superior al exceso de rentas que cobran en toda la Repblica todos los propietarios. Pero en nuestros agitadores y revolucionarios no existe amor al pueblo, su infeliz y desgraciada mayora puede perecer chu-pada por toda clase de pulpos, siempre qne sea en beneficio positivo de ellos y en beneficio falso de la clase obrera.

    * * *

    Yo creo, que los propietarios dan pruebas de imbecilidad, si creen que en los actuales tiempos se puede sostener en lo absoluto la ley de la oferta y la demanda. Esta no puede ser destruda; pero tampoco la fuerza popular irresistible que se opone a la soberana terica de tal ley. Es menester transar en el terreno de la moral y del patriotismo. Y el socialismo minimalista, tiene medios para esa transacin, aceptable para todos los egosmos, siempre que cada uno de ellos entienda que su intolerancia es el peor enemigo de ese egosmo. Yo ('reo que el gobierno, no debera buscar subterfugios, ni chi-canas, ni ardides con los jueces de Distrito, para aplazar resolucin de cuestiones en perjuicio de los propietarios y que dan triunfo efectivo al comunismo libertario. Piensa el seor Presidente de la Repblica, que el sovietismo har la felicidad de Mxico? Pues vamos de una vez al sovietismo de una , vez decretar la abolicin de la propiedad individual no con-sumirla hora por hora con mordidas de ratn, ni con t~rascadas de lobo. La revolucin e~ la revolucin, como bien dijo

    Cabr~ra y hay que cump}l~ sus fines con valor si se acepta que estos conducen a Mexlco al estado de prosperidad. Si ci seor Presidente de la Repblica cree que la ruina de

  • LOS GRANDES PROBLEMAS DE MEXICO 37

    Mxico es el comunismo libertario, como ya lo ha dicho; entonces debe emprender una poltica de lealtad con todas las clases sociales: una poltica de fuerza para hacer respetar las leyes, una poltica de energa para que cada mexicano crea seriamente que tiene derechos garantizados; una poltica con rumbo a cualquier parte, al Paraso o al Infierno. En las actuales circunstancias del mundo y de Mxico enderezar la proa hacia el "Limbo", es el naufragio en pocas horas. Sin poltica no hay gobierno y sin gobierno aparece su inevitable suplente: la revolucin, que es lo que est sucediendo, porque el pas se encuentra en e:-,tac1o de paz "chisporreac1ora"; la nacin est mirando chispas por todas partes, las que es menester apagar por medio de la poltica que el estado volcnico de la Repblica aconseja; poltica que debe corres-ponder a la elevada temperatura moral de la opinin pblica.

  • IV

    JESUCRISTO Y EL GENERAL OBREGON

    I:iJN la notable carta dirig'ida por el seor Presidente de la Repblica a los prelados de la Iglesia Catlica en Mxi-('0, hay claramente tencleneia del Gobierno a una polti-

    ca de paz en los espritus; hay la inclinacin respetuosa a la soberana de la opinin pblica an cuando sea catlica; hay un homenaje de rectitud para la justicia; hay el deseo de armo-nizar la conciencia del Estado con la conciencia na.cional; p~ro desgraciadamente, hay tambin errores e:xcesivamente peli-grosos para la humanitaria y patritica labor que el Gobierno con tanta inteligencia y lealtad se ha propuesto realizar. Con el respeto que debo al Supremo Magistrado de mi pas y con la simpata que me inspira su claro talento y noble intencin de obrar, voy a procurar destruir los trascendentes errores que he encontrado en la clebre carta. Mi impugnacin es ] a de un socilogo que se esmerar en no tocar puntos de teologa.

    En la lJ\encionada carta, el sellor gClleral Obregn emite conceptos qne expresan la siguiente uoctrina: La Hevolucin Mexicana es socialista, porque, tiene la conviccin de que solamente el socialismo puede redimir al desgraciado pueblo mexicano, como redimir a todos los del resto de la tierra.

    El primer socialista en el mundo, afirma el seor Presi-dente, ha sido .J esucristo, y la Revolucin Mexicana no ha l:echo ni har ms que seguir las enseanzas del Divino Apstol en materia de socialismo. No hay pues, oposicin ni mucho menos agresin de parte del Gobierno contra la reliain que profesa la ('asi totalidad de los mexicanos; por el contr:rio, el Gobierno apoya con las leyes sabias revolucionarias toda la efusin cristiana del pueblo y si no ha conseguido 'la ar-

  • LOS GRANDES PROBLEMAS DE M EXICO 39

    mona que tanto busca para hacer desaparecer toda clase de dificultades religiosas en una poca en que ya no deben existir; es, porque algunos miembros del honorable Clero, no han sabido apreciar la alteza de mIras de la Revolucin.

    * * *

    Renn no ha sido impugnado por los pensadores catlicos al escribir las siguientes lneas: "En cada pgina de los e;critos del Antiguo Testamento, se encuentra la idea de que Dios es el vengador del pobre y del dbil, contra el rico y el poderoso. ~ o hay sino abrir la historia de Israel, para ver en ella, ms que en ninguna otra, al espritu popular dominando constantemente. Los profetas, verdaderos tribunos (y tribunos de extraordinaria audacia, bajo cierto punto de vista), haban anematizado siempre a los grandes y establecido estrecha relacin entre las palabras "rico" "impo ~, "yiolento" , , , ,( malvado" de una parte v "pobres" "mansos" "humildes"

    '" , , ,

    , 'piadosos", de la otra. La asociacin de tales ideas se ro-busteci considerablemente bajo los Selucidas, en cuya poca apostataron y abrazaron el helenismo casi todos los aristcra-tas. El libro de Henoch contiene maldiciones contra el mundo, los ricos y los poderosos, mucho ms violentas que las del Evang-elio. El lujo se considera en l, como un crimen, en ese original apocalipsis, el "Hijo del Hombre", destrona los reyes, los arranca de su voluptuosa existencia y los arroja en e} infierno. La iniciacin de la Judea en los refinamientos de la vida profana y la reciente introduccin de un elemento de lujo y bienestar mundanos, provocaban una furibunda reaccin en favor de la sencillez patriarcal. "j Ay de vosotros los que despreciis la choza y la heredad de vue3tros padres! j A;: de yosotros, los (Iue cnn"trulc, yuestros palacios con el sudor de los dems ~ Cada uno de los ladrillos que los vomponen es un pecado" El nombre de "pobre" (ehin) haba lleg'ac1o a ser sinnimo de "santo" y de "amigo" de Dios" Ese era el nombre que los discpulos de Jess se daban con preferencia, ese fue tambin durante mucho tiempo, el nombre de los cristianos judaizantes de la Batanea y del Haurn, que perma-necieron fieles a la lengua y a la enseanza primitiva de Jess

  • 40 FRANCISCO 19UL.NES

    y qne se enorgullecan de poseer entre ellos, a los des-cendientes de su familia"

    Juan el Bautista, fue como apstol anterior a Jesucri~t() y respecto de sus doctrinas, Renn apoyado en textos auten-ticos dice, hablando de los discpulos de Juan: "Vese por momentos asomar en aquel grupo, la idea de la comunidad de bienes y la de que el rico debe repartir lo que posee; el pobre aparece ya figurando en primera lnea entre los que el reino de Dios debe colmar de beneficios"

    El "e bionismo" que Lue declarado hereja por la Iglesia en el siglo II, e:xista- ya, antes de la doctrina de Cristo. Y uno de los que lo p.rofesaban con exaltacin, era el evangelista Lucas, que era tambin demcrata exaltado y no cesaba de afirmar que los pobres tomaran algn da su desquite despo-jando a los ricos. El ebionista profesa la creencia, de que el reino de Dios est destinado exclusivamente a que lo disfruten los pobres.

    Por lo que he expuesto, hay lugar de convencerse de que el socialismo agresivo, comunista, feroz contra el rico, cruel para el burgus, que santifica y diviniza al pobre y que le asigna el reino de Dios como paraso exclusivo; es decir, el socialismo que nos predican actualmente Hern Pro al, Carrillo Puerto, Rafael Garca, Antonio Daz Soto y Gama, el Gober-nador Tejeda, el Gobernador Zuno y todos los oradores de los obreros rojos; ya exista antes de la doctrina ('yanglica, pues su origen se encuentra en el A'ntiguo Testamento y el Nuevo comienza con la palabra de Jesucristo. Me permito siempre, con la mayor cortesa y respeto, hacer observar al seor general Obregn que Jesucristo no fue el primer socia-lista en el mundo y ms tarde demostrar que entre el socia-lismo evanglico, y el socialismo moderno o bolchevi'quismo hay una distancia infinita.

    El error que acabo de marcar, no es personal del seor Presidente de la Repblica, sino del jacobinismo francs, trasplantado a Mxico desde 1860. En aquel ao, ya los jvenes que se llamaban liberales y que se hacan notar poco por su instruccin y mucho por su fogosidad, como don Alfredo Chavero, don Ignacio Altamirano, don Francisco Hernndez y

  • LOS GRANDES PROBLEMAS DE MEXICO 41

    Hernndez, don Juan A. Mateos, don Vicente Riva Palacio, don Jos Mara Vigil. don Alfredo Ba,b'lot, (francs), llamaban a Jesucristo el "Sublime Sans culotte" El ms clebre de-magogo de Mxico, Joaqun Villalobos, que por lo mismo que adoraba a su nica hija, se la ofreci al pueblo de regalo para probarle PU f'ario sin Hmite:.;, hablR bR. casi en todos sus discursos de Jesucristo y le llamaba: "l\fi dulce hermano en el amor divino al pueblo ,. Es de temel',-ie que Hern Proal, tiuelte la blasfemia de llamar a J esucl'isto : "l\E cal'iioso hermano en el amor divino de lo ajeno" Tan peligrosa afir-macin de Ique el Divino Galileo fue el maestro de nuestros bolcheviques, puede dar lugar a que los nuestros, declaren a los hermanos Emiliano y Eufemio Zapata, los ms dulces y santos discpulos de Jesucristo y pretendan traer sus restos A la ciudad de Mxico, para que sean depositados, quiera o no quiera el Clero, bajo las bvedas sagradas de la Colegiata de Guadalupe. j Y lo peor sera que lo aprobaran los indios de Morelos!

    * * *

    Platn fue socialista de muy distinto gnero del fIue se le dehe al pueblo judo. El filsofo griego, escribi en el cuarto siglo anterior a .J esucristo, y ya los profetas judos, haban anunciado el socialismo ruso y azteca con el aplauso del pueblo. }; o cabe duda, que el primer pueblo socialista feroz, ha sido el judo. Muchas yeces he dicho, que, todos los principios valen lo que sus resultados. k Cul ha sido para los judos el resultado del socialismo que ahora predican Hern Proal y dems socios' La nacin juda fue destruda por la espada civilizadora de' los romanos. Las gilas impe-riales de Trajano desgarraron para siempre la nacionalidad juda, haciendo desaparecer a la nacin en un cicln de igno-mmIa. Qued la raza juda; raza indudablemente maldita, porque teniendo tres millones de individuos en tiempo de David, tres mil aos despus slo ha logrado llegar a catorce; mientras que los cristianos eran doce el ao treinta de nuestra Era y dos mil aos despus, alcanzan a cerca de setecientos millones. La religin juda no se propaga y la raza vive odiada

  • 42 FRANCISCO BULNES

    por todos los pueblos de la tierra y sin ci~izacin propIa que la haga algo estimable.

    Durante siglos, escritores cristianos han sostenido, acep-tndolo los creyentes, que, la ruina del pueblo judo fue su castigo por haber crucificado al Redentor del Mundo. Esto es una hereja: El dogma catlico afirma que el Papa tiene el poder trasmitido por Jesucristo, de que lo Ique ate o desate en la tierra, ser cumplidamente atado o desatado en el cielo. Los protestantes creen_ como los catlicos, que Jesucristo posea la facultad de que gozan los pontfices romanos. Todo lo que, el "Hijo del Hombre ", sostienen los Padres de la Iglesia, at o desat en la tierra fue atado o desatado en el cielo. Jesucristo en la Cruz refirindose a los que haban causado su suplicio, dijo las memorables palabras que ha recogido la humanidad: "Padre, perdnalos porque no saben lo que hacen" Desde ese momento Dios perdon a los judos para toda la eternidad, y maldito sea el creyente Ique despus del perdn pretende castigar a los culpables.

    Pero an cuando no hubiera esa constancia de perdn completo y eterno otorgada al pueblo judo, no mereca castigo. Jesucristo estableci una religin nueva en Judea, frente a la religin establecida? S, indudablemente. La religin establecida era monotesta y, por consiguiente, into-lerante en lo absoluto, castigando con pena de muerte al idlatra o al hereje 1 S, indudablemente. Luego entonces, un pueblo ardiente en su fe durante mil ochocientos aos, tena el derecho de aplicar la ley escrita al apstol que pretendiese destruir o mancillar esa Ley.

    Se podr decir, que el pecado tan duramente pagado por los judos, fue, que no hubieran cambiado de fe al serles presen-tada la doctrina evanglica, la ms elevada que ha conocido la humanidad. Ningn pueblo en el ardor de su fe y de una fe arraigada por diez y ocho siglos de educacin terico y prctica, puede cambiar de fe en unos cuantos meses. Por otra parte, segn los libros sagrados, Jesucristo orden a los apstoles que predicaran su doctrina en toda la tierra para convertir al cristianismo, a todas las naciones, tribus y hordas salvajes, y los Apstoles cumplieron con su cometido; sin

  • LOS GRANDES PROBLEMAS DE MEXICO 43

    haber logrado ms que insignificante xito. Se necesitaron ms de trescientos aos para que el Emperador Constantino vubiese convertido el cristianismo en religin oficial e impusto-la para aumentar los cristianos que estaban en minora en el Imperio. Al mismo tiempo 'que Constantino se declaraba por el cristianismo, Arrio, obispo cristiano de Alejandra, procla-m su hereja, desconociendo entre otras cosas la divinidad de Jesucristo. Esa hereja se esparci rpidamente por todo el Imperio y estuvo a punto de arrasar el cristianismo ortocloxo. Data esa hereja aceptada por Espaa bajo el poder ele los visigodos ms de dos siglos. }1'rente al cristianismo se lcyant M ahorna desconociendo la divinidad de Jesucristo, conquis-tando sus califas Asia Menor, Africa, Espaa, y estuvo a punto de dominar a toda Europa. Cre una gran civilizacin que todas las personas cultas admiran y la religin mahome-tana en yez de desaparecer o restringirse como la religin juda, cuenta actualmente con doscientos treinta millones de creyentes, poco menos que el nmero de catlicos. El Imperio chino hasta hace muy pocos aos, se mantuvo slido, prspero, civilizado y el Imperio japons que como el chino no se ha convertido al cristianismo, ha ido en creciente prosperidad y figura al presente como una de las ms poderosas naciones del globo. Todava ms, en estos momentos llegan a mil ciento ycinte millones de seres humanos los que no han aceptado el cristianismo y hacen mayora sobre los cristianos, y ninguna de las naciones y pueblos que he mencionado han sido casti-gados ni siquiera levemente. N o se puede aceptar como justo el castigo terrible de los judos por una falta, pecado o crimen, que ha cometido la mayor parte de la humanidad durante dos mil aos.

    '* ir *

    l\1i amigo, el seor licenciado Moheno, escribi un delicioso artculo censurando al pueblo judo por haber optado por Barrabs en vez de optar por Jess, cuando el magistrado Pilatos propuso la opinin. En esos momentos, el pueblo judo, lastimado por la dominacin romana, detestaba a sus vence-dores, y ms que todo, que se pagase tributo al Csar de Roma, cuando la ley ordenaba que slo se pagase a Dios. El pueblo

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    judo se encontraba en efervescencia de patriotismo al grado de haberse organizado los sicarios que no eran ms que asesinos patriotas y piadosos, para matar a los que manifes-tasen adhesin al poder romano o impiedad. Jesucristo, pblicamente y en el tribunal de Pilatos, afirm: que se deba pagar el tributo al Csar, diciendo las bellas palabras: "Dad al Csar lo ,que es del Csar y a Dios lo que es de Diosl"'. Barrabs era un malhechor, pero muy popular, porque se manifestaba patriota exaltad