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    Foucault, gubernamentalidady organizacin: una lectura dela triple problematizacin del sujetoEduardo IbarraColado

    El eerccodel poder conssteen conducir onductas"y en arreglarLasprobabidades.Ene ondo.e poderesnzms una confrontacin ntredosadversarioso auu icu lnnon deuno con tro, queuna cuestin egobierno. e le debe dar aesta alabrae ampllosign@ado queposeene siglom. Gobierno" Wsereferia nicamentea asestructums oliticas o a agestinde osestados; s biendesgnaba e modo dedirigir aconducta e ndividuoso nipos: e gobiernode osnis, e as almnc, d e Ins comidades. elas amias. de os enfermos. o solo cubr as ormasinstituidas y legitvliasde syecin conmicaopoliacasino ambin nuxios deaccin, s

    o inenos pensadosy calculados estinadosa ctuarsobrelaspsbidadesde accin e obos ndividuos.Goberweneste entido,esestructurareposible campo e accin de os otros.Michel Foucault,ELs-jetoye o d e r

    ichel Foucault es, sin duda, uno de los autoresque ms ha iniiuido en las ciencias sociales alo largo de las ltimas tres dcadas.Su pensa-% *iento, como clara transgresin de las reglas de la cien-cia normal, ha permitido la renovacin de los marcosI7TAPALAPA 50enero-junio de 2001pp. 321-358 * Profesor nvesigadorde Departamento eEconomade aUniversdad Autnoma Metropolitana, Unidad ztapalapa.

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    explicativos de los problemas de la so-ciedad y abierto nuevos cauces paracomprender lascomplejas realidades que$e han ido constituyendo enun miindomarcado por la accin y el cambio. Encierto sentido, su fuerza radica en lacapacidad que brinda para apreciar aimundo desde lamicmsica desus rela-ciones, es decir, desde esas minscu-las particulas que integran campos defuerzas en incesante movimiento, conlo cual se aleja de lasposturasdeterm-nistasendonde nocabenames, acciden-tes o errores. Adems, el pensamientode Foucault ha emergido gracias a esacapacidad que le permite sealar quesus saberes funcionan, tanslo, comoherramientas dispuestas para ser utili-zadas de manera mnngente,sinafanestoialitarios ni vanas esperanzasde "ha-cerhistoria".En este sentido, Foucaultfunge ms como detonador de nuevasmanerasde mrar, que como discursoque busca echar races a partir de suconstante repetlcin.El impacto de laobra de MichelFou-caulthasidoparticularmente relevanteen elcamp e losesMbs oganimcio-nales, pues ha permitido reconside-rar a las organiwxionescomoespaciosdegobiernodonde confluyen saberes yprcticas que ordenan y cHerenciana in-dividuos y a poblaciones, produciendoefectos muy diversos. Esta formulacindesborda ampliamente los postulados delosenoquesms tradicionales de la Leo-riade iaorganizacin,expresin y sin-tesis del conocimiento positivo para el322

    anlisis de las organizaciones.' En sulugar. se empiezan a considerar las re-laciones y procesos que explican laconstitucin y cambio de los espaciosinstitucionaibdosen los que operan ir-dividuos, grupos y comunidades. Ade-ms, estepensamientootroha facilitadola necesaria reconceptuacin del papelque han jugado los saberes sobre laor-ganizacin durante el ltimo sigio. per-mitiendo reinterpretar las teoras demoda y los 'instrumentos" administra-tivos, como tecnologas que inciden enlasprcticas sociales vinculadas al ejer-cicio cotidiano del poder (Clarke, Clegge ibarra, 20001.

    A lo largo de los tres ltimos lustrosse han realizado esfuerzos muy signi-ficativos para reintroducir el pensa-miento de Foucault, como herramientade interpretacin y anlisis de las prc-ticas oganizacionales de la moderni-dad? Desaortunadamente, una buenaparte de tales aproximaciones se ha ca-racterizado por una lectura parcial de laobrade Foucault, al rescatarnicameri-teuna o dos de sus formulaciones msconocidas y descuidando casi siemprela intencionalidad de suproyecto gene-ral Ilbarra. 2000 275-277; Starkey yMcKinlay. 1998:236). En nuestra opi-nin, para seguiravanzandorequerimosde una nueva lectura de la analiticafou-caulhanaceipcderque permita desbor-dar a las organizacionescomo unidadbsica de anlisis, restituyendo as lacentralidad de los microp~&lenas de or^q a n i z d n de In sociedad.Esta lectii-

    Eduardo barra COMO

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    Foucault. gubernamentalidady organizacin: una ectura de la triple...ra desemboca en la formulacin de unenfoque sobre la gubernamentaiidadque, como mostraremos, permite re-cuperar el significado estratgico de lasrelaciones entre saberes. poderes yconstitucin delasubjetividad,otorgan-do sentido a las relaciones que se es-tablecen en distintos espacios de la vidasocial. Tales espacios comprenden elpoder disciplinario,labiopoiitica y la mo-ralcomo niveles distintos pero enlaza-dos desde los que se constituye el suje-to moderno. Bajo esta perspectiva. losproblemas de organizacin adquierenun sentido muy distinto del que seleshaotorgado usualmente, abriendo nuwasexperienciasde conocimiento que posi-butan otras miradas en torno a unasociedad que se encuentra en su ha-cindose persistente.La ntencin bsicade este escrito es avanzaraitallecturadela analtica del poder, con la nalidadde reformular las agendas de investi-gacin de los estudios organizacionaiesbajo nuevos contextos problemticos.

    EL ROYECTO FOUCAULTIANOY LOS PROBLEMASDE ORGANIZACI6NSi tuviramos que iniciar ubicando laimportancia del proyecto intelectualde Michel Foucault, diramos que ella seencuentra en lasposibilidades que ofrecepara apreciar los territorios de la his-toria poltica de los saberes y las prc-ticas de poder que nos convierten ensujetos. El complejo ensamblaje de cadauna desusobras a lo largo de pocoms

    de dos dcadas se traduce en desplie-gues mltiples de un pensamiento otrodelaconstitucin de lamodernidady susproblemas de organizacin.En l centromismo de suproyecto se encuentra latrada saberes/poderes/constitucin-de-la-subjetividad desde la que funcio-nan la sociedad y sus instituciones.

    La obra de Foucault est integradapor once libros ms el cuarto volumende suHistorinde lasewualldad: lascon-f e s w n e s de la carne, texto que perma-nece indito debido a que Foucault nodeseaba publicaciones pstumas (Eri-bon, 1992:403-404l.Aeste cuerpo tex-tual se agrega un golpeteo incesante yminucioso mediante informes de cur-sos, ensayos. entrevistas y debates, queaprovecharon la oportunidad del instan-te.Supensamiento ha sido generalmenteorganizado distinguiendo tres etapas:

    a) l a e i a p a q ~ ~ l J 9 6 J - J 9 f 3 9 ] ,centrada en el examen de las con-diciones de posibiiidad de los dis-

    b) iaetapagenea@ica[J97O-J979J,en la que considera l as relacionesy prcticas de poder y la forma-cin de las instituciones en lasque tienen lugar: qu puedo?,qu es el podefl; y

    cl laei a p am l l 9 7~ JW J,ueexa-mina la constitucin de la subje-tividad a partir del analisis de lastecnologas y las prcticas deindividuacin: qu soy yo?. ques uno mismo? (Deleuze, 1987:17-18).

    cuTsou: qu s?,,qu ese l m

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    Eduardo Ibarra ColadoSin embargo. tales etapas son ni-camente un recurso de ordenamientoque debe ser asumido con precaucin,

    pues elias se disuelven cuando obseiva-mos el eje articulador del gran proyectofoucaultiano: lapreeminencia del poder.laridestacada en ciertas lecturas inte-resadas de la obra de Foucault, es sloaparente: el problema central que lepreocupaba seencuentra enel examendelasrelacionesentreelsujeto y la v d a d(Foucault, 1988a:227 1999a:402 ss.).Como se establece en Le DictionmredesPh i i o s o phe s . a obrade Foucault ui-tentaba responder auna preguntafun-damental: Cu&ies son losprocesos desubjetivacin y objetivacin que permi-ten al sujeto Uegar a ser, corno tal,unobjeto de conocimiento (connaiss~l?(Florence. 1996:5).La respuestaesplan-teada en los siguientes trminos:

    Michel Foucault comenz intentando evara cabo este anlisis de dos maneras.En relacin con la aparicin y la inser-cin de la cuestin del sujetoqur habla.trabaja yvive, dentro de los campos delconocimiento. teniendo un status cienti-fico y segn las formas de dicho conoci-mimto. Se trataba, entonces. de la for-macin de cierto dominio delascienciashumanas, examinadas con referenciaa la prclica de las ciencias enipicasysu discurso particular en los siglosxviiy min (Las alabras y (as cosa4

    Por Otra parte, Michel Foucault inien~f.asi. analizar la constitucin del sujeto. tal como habra de aparect-r cn elolro lado de la distribucin normativayliegar a sei un objetu de conocimirnlo

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    como individuo loco, enfermo o deiin-cuente: de aqui su acercamiento a prc-ticas tales corno la psiquiatna, la medi-cina clinicay el sistemapenai (La ictoiiade la Locura El narimiento de La clinica,VigUar y casyudProsiguiendo todava el mismo pro-yecto general, ahora Michel FoucaultSIha comprometido a estudiar la consti-tucin del sujeto como objeto para simismo: la formacin delosprocedimien-tos por los que el sujeto es conducido aVbSeNaEZa simlsmo,anahme, desci-frarse, reconocerse como un dominio deposible conocimiento.Se trata,en suma.de la historia de la subjetividad. sipor este conceptoseentiende elmodoporel cudel sujeiohace la expiencia de simismo en un juego de verdad en el cualtiene una relacin consigo mismo.la te-mtica del sexo y la sexualidad. sinduda. le pareda a Michel Foucault cons-tituir no slo un posible ejemplo, sino,al menos, un caso bastante privile-giado..En resumen, la historia de la sexua-lidad de Foucaultsecompromete a cons-tituir el tercer panel de ese tripticv,unindose a sus otrosanlisis de las re-laciones entre el sujeto y La verdad, o,msprecisamente, el estudio de losmo-dosporlos que el sujeto pudieraser in-sertadocomoun objeto en losjuegos dela verdad (Florence, 1996 5-6).La importancia de esta caracteriza-cin retrospectiva del proyecto foucaul-

    tiano reside en la wrdadera identidadde quien la escribe: Quin es MauriceFeoreme? Este nombre es tan slo una

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    de las mltiples mscaras que utilizaraFoucault (en este caso al lado de suasistente Franqois Ewaid) para intentarliberar al texto del dominio de un sm-bolo (elsmblo "Foucault"), que genera-ra necesariamente ciertos efectos. Lossentidos que puede adquirirun texto de-penden de muy diversos procedimien-tos de control y deiimitacin que escapanal texto mismo, entre losque figuran elautor, el comentario y las disciplinas(Foucault. 1983a: 20-32). Por esta ra-zn, existe en todo momento el peligrolatente de que el texto calle en nombrede su autor, proyectando un sentidoque se deriva de la presencia deun nom-bre conocido. En el caso que nos ocupa,Foucault deseaba&tar este efectoam-pliando las posibilidades de una inter-pretacin ms libre y activa del lector,que rompiera con esa verdad que sesustenta en la presencia simblica dequien detenta el privilegio del uso de lapalabra.Esta reticencia a promover su nom-bre no significa, sin embargo, que Fou-cault no deseara proyectarse para abar-car importantes auditorios y mercados(OFarrell. 1997a). De hecho, tan persis-tente actitud puede ser interpretadacomo una estrategia que persegua ase-gurar la presencia del autor/smbolo/mercanca, a travs de la seduccin queacompana a la negacin y al "silencioque habla". Ejempiiiquemos esta situa-cin con slo algunas de las palabrasque lleg a pronunciar sobre s mismoy sobre su trabajo, al iniciar su cursode 1975-1976:

    El hecho de que el trabajo que les hepresentado haya tenido esta marchafragmentaria, repetiva y disconnua,podra correspondera algo que se llama"retardo febril"y afecta caracterialmentea los amantes de las bibliotecas, de losdocumentas, de las referencias, de las es-crituras polvorientas, de los textos queno fueron nunca ledos, de los librosque apenas impresos son recluidos yduermen en losestantes de lasbibiiotecas.de los que slo son retomados algn si-glo despus. Todo esto convendra biena la inercia de los que profesan un saberparanada, na especie de saber suntuo-so. una riqueza de p m n u s uyos sig-nos exteriores se encuentran dispuestosa pie de pgina. (...I Me estoy refirien-do a la grande, tierna y calurosa ma-soneria de la erudicinintil (Foucault,1992a: 18-19).Este ingrediente de autonegacindebe ser valorado porsus efectos deafu-macin frente a los otros, los que mi-ran atentos para ver quin se encuentraoculto tras l asmscaras del anonimato,

    o qu esconde esa erudicin intil quetanto fascina. Foucault trabaj sobresu propio poder, a travs de una estra-tegia de la ausencia y la banalidad. paraoperar la presencia y el significado pro-fundo de su obra y de su propio ser. Estees, precisamente, el otro poder de Fou-cault, del que Baudriilard a0rmaba: I...el discurso de Foucault es el espejo de lospoderes que descrihe. Esa es su fuerza ysu seduccin, y no su 'indice de ver-dad, eso essu kit-mtiu. . " (Baudriliard,

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    1978 9). La chidad que Foucaultnus-mo tema sobre su estrategia de penetra-cinseexpresa cuando a dicho comen-tario responde: Parami, el problemaque yo tengo, mas bien seria el de acor-darme de Baudriard. Basta conponeruna aiabmjunto a mi ombre,y cual-quiera puede conseguir un xito deventaspalabras ambuidas a Foucault,en Eribon, 1992: 339. las cursivas sonnuestras).

    Enpornmsde dos dcadas, Foucauitmostr que es posible pensar de otramanera,asumiendo la tearia comopmC-nca local no totazadora, que nos per-mite enfrentar los acontecimientos a l wcuales estamos sometidos. Caractenzarsu obra supone inusualesdfficultades:al seruna obra dierente, rompi con lossaberes instituidos, alejndose de las re-gias que impona a voluntad de verdadde la fdosofa o la histona. En Foucaultes imposible encontrar el rigor caracte-rstico de la filosoa analticao los pro-blemas que preocupaban a losbistona-dores; sus libros no sonunos tratadosde f uasof i ani unos estudloshistricos: aloms, unos fragmentos fflosficos enunostallaeshistrim Foucault.198257).Por ello, en Foucault apreciamos unotro rigor, el del ensayo como ejerciciorenexhrode simismo. que muestravitali-dad porque,maS alldelavadad,sepreocupaporconvivirconlareabdaddelmor.Una de lascaractersticas desuobraes laconWdad, pero alcanradaa par-tir de saltosy sacudidasque exignunareescritura permanente, siempre inaca-bada, que d e s c d b a absolutamente

    de lo claro y de lo verdadero Este ca-racter elusivo de un pensamiento enpiweso, que nunca terminade corregusus pruebas, condujo a muy diversasinterpretaciones que incrementaron ladensidad de su obra;sus autores dibu-jan losmm&ws deFoucault,puescadaunode ellos realiza un montaje distinto,apart i r de muy diversos fragmentos quemcdfficansu sentido, dependiendo delensamblale que de eiios se re d i a 3

    Esta tonalidad gris de la obra fou-caultiana indica la vocacin esencial-mente polmica desupensamiento,quenunca pudo ser claramente ubicado porquienes se encontraban ya cmoda-mente instalados defendiendo susparcelas: Foucault no se sita ni a la iz-quierda ni a la derecha, aunque se letache de neoanarquista o de neoconser-vador Nerquior, 1988: 275-277. 287-289; cf. Foucault, 1984a: 383-386), sulugar est del lado de los eventos, de lassingularidades y las experiencias, de laruptura de las evidencias y las verdades sobre las que se edffican saberes yprcticas depoder.La produccin de unaotra manera de pensar se inscribe enla necesidad de provocar efectos queal-teren las relaciones entre fuerzas, queno pueden ser enunda s desde ladudsimpiiddad entre buenos y malos.puesunos y otros ly aigunos ms) actande manera contingente, quedando a b -pados en los dilemas del juego dialg-co de sus acciones/reacciones en lalinea del tiempo.

    Sin embargo, el problema no es sa-ber qu dijo Foucault, sinocomprender326

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    aquello que, ms all de su presenciaautoritaria, se encuentra nscrito en sustextos y puede resultamos de utilidad.Ya dejamos entrever que Foucault seopuso a la nocin de autor (Foucault,1984b1, digamos, a supredominio comounidad y origen de las significacionesy la coherencia de los discursos (Fou-cault, 1983a). Desde esta perspectiva,al hablar de Foucault debemos hacerloconsiderando su presencia contingen-te, como autor/accidente que intentaescabullirse para dejar hablar a sus tex-tos, liberndolos de su poderosa pre-sencia simblica (Foucault. 1988b 353-355: 1984b).+

    FOUCAULTN -A:CLAVESPARANUEVAS MIRADAS

    Como hemos podido apreciar, Foucaultnos plantea el desafo de pensar de otramanera, de desplegar nuevas miradasque muestren esas prcticas que se nosimponen sigilosamente, reordenandoconductas y formas de ser. La utilidadde nuestro dilogo con Foucault estasentada en el reconocimiento y la re-creacin de lo que consideramos comotres desusaportes ms relevantes paraexaminar los problemas de organiza-cin. Veamos.

    HistoriadelpresenteYa sealamos que Foucault era un fil-sofo preocupado por la historia, que

    crea que la funcin esencial de la o-sosa se encontraba en el trabajo criticodel pensamiento sobresimismo, diga-mos, en la realizacin de una ontologadel presente que evitara al mximo losuniversales humanistas y antropolgi-cos. Como historiador del presente, des-taca la importancia de examinar l asprcticas concretas por las cuales noshemos constituido como sujetos, parapoder liberamos con ello de nosotrosmismos y de las verdades que hemosaceptado voluntariamente sinms Flo-rence, 1996 6-7).

    Lanecesidad de diagnosticar el pre-sente nos conduce a indagar cmopensar a la sociedad hoy y sus proble-masde organizacin'? Esta pregunta debase implica exafninarqu es la socie-dad y cmo se organiza en s uhacindo-se persistente?Perosupone tambin pre-guntarnos qu somos los sujetos queconformamos a la sociedad contempo-rneay sus e s ~ c o sodos de organi-zacin? Lasrespuestas a tales preguntasno resultan sencillas. pues confronta-mos muy complejasc a m p e relacionesentre fuerzas en movimiento, ormandoun sistema organizado de inestabili-dades: la sociedad moderna experimen-ta profundas transformaciones quehanempaado a trastocar los modos deexis-tencia de sus instituciones y sus sujetos,sin mostrar nunca, cabalmente, susnuevos ordenamientos.Pero evitemos equvocos. CuandoFoucault habla del "presente" se ponenen juego. a la vez, una temporalidad ge-nealgicayunaepal Donne!&, 19901.

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    El presentegenealgico se refiere a re-laciones especificas ubicadas en tin es-pacio temporal bien delimitado: porejemplo, la descripcin del nacimien-to de la prisin. En cambio, el presentee ~ a londuce a periodos temporaleslargos y a sus efectos duraderos: porejemplo, la descripcin del nacimien-to de la sociedadcarcelaria, que repre-senta a la modernidad como umbralhistrico en el cual se producen modi-ficaciones institucionales que la dis-tinguen radlcalmente de sociedades depocas anl.eriores.A partir de esta dis-tincin, queda clara nuestra intencinde examinar las relaciones especificasque supone la transformacin de la so-ciedad contempornea, sin olvidar quesu fondo histrico se encuentra en lalarga conformacin de la modernidadysus ambivalencias Porello, problem-tizar tales rupturas significa reconocersus saberes, sus prcticas y las modi-ficaciones que unos y otras han expe-rimentado, para hacer emerger los pro-cesos de individuacin implicados enel cambio de las instituciones y en lareconstitucin de los sujetos.En suma, este nfasis por el pre-sente como historia de nosotros mis-mos, los sujetos de la modernidady suscontingencias locales, promete ser unamanerdtily prctica de reconocimientode la sociedad y sus problemas de or-ganizacin, digamos, de lastransforma-ciones de su rgimen de gobierno, en-tendido wmo esa compleja articulacinde saberes, poderesy modos de existen-:iza

    cia que operan bajo un cierto modo drracionalidad, mplicando rompimientossucesivos, aunque distantes y contin-gentes, con las formas que operaron endistintos momentos de su pasado.

    La eora como caja de hemientasFoucault se preocup por repensar elconocimiento bsicamente como expe-riencia o acto, con lo que la tradicionalseparacin entre teona y prctica pier-de sentido. Seal que lo que cuentaen el conocer es la experiencia, su utiii-dad prctica; para l,conocer es expe-rimentar. la teoria no es otra cosa queuna caja de herramientas dispuestapara ser utilizada por quien la requie-ra. como instrumento al alcance de lamano para comprender el presente ytransformarlo desde los pliegues de sucotidianidad ocal Foucault, 198Oa: 79-80; 1980b 173)."Por tanto, conocer tiene sentido sloen la medida en la que al hacer emergerlos saberes sometidos ( a i registrar contodo detalle los contenidos histricos.las miradas singularesy annimasy losdatos que pasan desapercibidos), abri-mos losarchivos de la produccin de laverdad como acto poltico (Foucault.1992a, 2000a). Este otro conocer pro-duce efectos que dislocan relaciones en-tre fuerzas,al presentar lo obvio comoproblemtico, peligroso y dificil [Fou-cault, 1982: 72-76). De esta manera,lossaberes del archivistaydel cartgrri

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    . . . . , . . .Foucault, gubernamentalidudy organizacin: una lectura de la triple...

    fo son, simultneamente, instrumentode lucha, acto de resistencia y posibi-lidad de reconstitucin de smismo.La importancia de mirar la teonacomo caja de herramientas radica en elreconocimiento de que saberes y poderesse relacionan tanto como se distancianentresi, s decir, que entre ellos no existeuna relacin de identidad o una mec-nica de las equivalencias. Por el con-trario. la reversibilidad de los discur-sos, ebido a su operacin contingente,ofrece posibilidades de resistencia y derecreacin de relaciones e identidades(Foucault, 1987a: 122-1241. Pensemos,por ejemplo, cmo desde el discursoneoliberal se persigue implantar unnuevo modo de racionalidad, pero iam-bin, cmo desde ese mismo discursose podna intentar su desarticulacin.Esta perspectiva supone, adems,una reconsideracin del papel del inte-lectual. quien pierdesu aureola de ilumi-nista universal de la modernidad alversecuestionado en sucondicin de dueoabsoluto de la verdad y protector naturalde lajusticia. ParaFoucault el inteleckdes tan slounoms entre los sujetos queluchan por la modificacin de sus par-ticulares condiciones de existencia, porlo que no posee ms conciencia que losdems, ni debe sentirse con el dere-cho de hablar en nombre de los dems(Foucault, 1980~). n la misma entre-vista que concediera a Le M o n d e, FOU-cault sealana, incisivo e irnico, que:

    La palabra intelectual me asombra porsu rareza. Personalmente. nunca he CCI-

    nocido a un intelectual. He conocido apersonas que escriben novelas; a otrosquecurana los e n f e r m o s ; personasque~~janoilaffonomiayaotmsquecam-ponen msica electrnica. He conocidoa personas que ensean; a personas quepintan y a personas de quienes nuncahe comprendido oque hacen.Sinembar-go-La intelectuales? Nunca.

    Por otra parte, he conocido a muchagente que habla sobre el intelectual.Y. al escucharlos. tengo una cierta ideade lo que puede ser este animal. No re-sulta dficil +st& bastante bien perso-nificad-. Es culpable de casi todo: dehablary de mantenerse en silencio, denohacer nada y de parikipar en todo... Enpocas palabras, el intelectual es la mate-ria prima para unveredicto, una senten-cia, una condena, una exclusin...

    No siento que lo s intelectuales hablendemasiado, puesto que para miellos noexisten. Sin embargo, cada vez se hablams y mas de los intelectuales. y no loencuentro muy tranquilizador (Foucault.1997a: 322).En lugar del intelectual como con-

    ciencia universal que legisla con baseen la verdad y la justicia, Foucaultsuea con un intelectuale s p e c o queconfronte y resista destruyendo eviden-ciasy universalismos, desde los desor-denados registros de la historia del pre-sente y sus singularidades (Foucault,1994a: 163-164, 1982: 60-61: tambinBauman, 1995).De acuerdo con lo anterior, nuestrasexperiencias con/en la realidad tendrn

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    Eduardo barraColadosentido slo en la medida en la que ha-gan emerger algunas de laszonasde larealidad social que permanecen en si-lendoyque,alhacasevisiMesyaudibles,trastoquen su accionar: todo esfuerzoreflexivo debe mostrar la operacin dela sociedad y sus@lemas deo m -cin, a parr de las luchas que prcdu-cen estrategias, programas y metasysus d i s p i W a s - desde los cuales eliasmismas seproducen, generando assusciclosdeformacin/oq+mtacin/tmx-formacin.

    Estas otras maneras de mirar son.pues, mstrumentopara registrar/resistir/romper-evidencias,y para abrir espacios de posibilidada otras estrategiasy formasdeactuar.El meticuloso traba-JO que requieren responde a la exigenciadel archivistaque debereunir todas laspiezas, registrndolas una a una y poniendolas en el lugar ms apropiado.para mostrar un otro rompecabezas.ms ciem3me n o s wnindero, esencial-mente politico.

    ARatica d el poderLas herramientas de Foucault mclu-yen,haimente,unad t t c a elpoder ,desde la que es posible reconsiderar,que duda cabe, las bansfomiaclones dela miedad desdesus minsculospro-blemas de organlzadn. La tarea de re-conacerlaanaikadelpoderde oucaUino ha resultado sencilla, pues en r e d -dad no existe como tal; ella se encuen-tra, como el poder. diseminada por

    todas partes, en inanidad de textosquedesbordan suprimera exitosa formula-cin panptica. mosrando, entre tacho-nesy enmendadmas, sumacabamiaitoante una real l dad que la sorprende y laquiebra. En el segundo volumendeHLS-toriadelaserwalidad,publicado elmis-mo ano desumuerte. Foucaultmmentasobre l a s dtacultades deun conocimien-to que se sabesin nal, que desconocede antemano a dnde se dirige y queexige un esfueno inusual y permanen-te que pocos pueden sostener:

    En cuanto a aquellospara quienes darsepenas y trabajos, comenzary recomen-Lar. intentar, equivocarse, retomarloiodo de nuevo de arriba abajoy enconi r a el medio aun de dudar a cada paso,en cuanto a aquellos+c- para quie-nes, en suma,mas v a l e abandonar quetrabajar en la reservay la inquietud, esbien cierto que no somosdel mismo plan e b [Foucault, 1988c 111El ojo de Foucault sobre el poder es

    en realidad muchosojos, pues observasus facetas mltiples en aproximacio-nes sucesivas, recuperando muy diver-sos espacios en tiempos distintos. Lalectura desuabigarrado cuerpo textualslo puede conducirse como acto refle-XIVO, que otorga necesariamenteunotrosentido del que su autor le asignara ensu momento. Por ello hemos decididoapartanios de las exposiciones tradicio-nales que creen expcar, con puntiiiosodetalle, lo que dijo Foucault. En pn-mer lugar, porque no hacerlo implicara

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    . . , , .Foucault, gubernamentalidady organuacin: una lectura d e la t r i p le ..

    una larga perorata, abumda e intil,para quienes ya conocen los textos deFoucault; pero tambin presuntuosayabsurda ante quienes no los conocen,porque Foucault ha dicho ya muy bienlo que tena que decir y para ello se en-cuentran sus textos. En segundo lu-gar, porque deseamos tan slo desplegarnuestra propia lectura, introduciendomatices, reforzando intensidades. de-jando pasar aquello que no gener sen-tido, en f i n, aprovechando algunas de"sus" ideas de cara a "nuestras" propiasproblemazaciones. Este es el Foucaultque encontrar el lector en las pgi-nas que siguen, ese Foucault ausente,sin rostro, presente nicamente comoartefacto de dilogo para favorecer nue-vas miradas.

    Ya hemos indicado la importanciaque ha tenido la obra foucaultiana alconstituirse como espacio de conluen-cia terica en diversos campos de lasciencias sociales,y de manera ms par-ticular entre quienes han avanzadoaproximaciones criticas para el estudiode las organizaciones (barra, 2000:269-277: McKinlay y Starkey,1998). Enestelmo aso, sehacentrado la aten-cin de manera predominante en el es-tudio del surgimiento del poder disci-plinario contenido en VigUar y castigar[Foucault, 1983bl y, sobre dicha base,en la reinterpretacin de la funciona-lidad de las tcnicas administrativas ylas estructuras organizativas, hsica-mente desde el punto de vista del con-trol y la dominacin.

    Sin embargo, aunque relevante, estalectura supone al menos dos grandeslimitaciones. En primer lugar, alasumirla orientacin metafrica de la prisin,estas aproximadones sevieron muchasveces atrapadas en la connotacin ne-gativa que tienen los dispositivos devigi-lancia~ontrol de lasociedad moderna.Por ello, casi siempre,se orientaron aexa-minar las relaciones de poder como re-ladones euendalmente represivas de asque debamos liberarnos (por ejemploDeetz. 1992; Sewell y Wilkinson, 1992Townley, 1993). Mientras que para Fou-cault en contraste, o queimportaen e l lases supositividad, digamos, sus efectoscomo prcductoras de realidad [Foucault,2000a: 29-30: 1999a: 394-3961:

    Lo que hace que el poder a g a r r e . que sele acepte, es simplemente que no pesasolamente comouna fuerza que dice no,sino que de hecho la atraviesa. producecosas, induce placer, forma saber, pro-duce discursos: es preciso considerarlocomo una red productiva que atraviesatodo el cuerpo socialmsque como unainstancia negativa que ene como fun-cin reprimir IFoucault. 1 9 8 0 ~ : 82).Ms an, Vig i lmy astigar no puedeser adecuadamente comprendida si sepierden devistaestas economas del po-der. Entre las reglas generales quesus-tentaron esta indagacin sobre el naci-miento de laprisin, Foucault establecela exigencia de "No centrar el estudiode los mecanismos punitivos en susnicos efectos 'represivos', en sunico

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    Eduurdo Ibarra Colado

    aspecto de 'sancin', sino reincorporar-los a toda la serie de los efectos positivosque pueden inducir, incluso si sonmar-@&saprimeravista" (Foucault, 1983b:30).Esta exigencia tom forma en lainuersn uncional de las disciplinasque supone la transicin histrica de ladisciph-bloqueo para combatir el mal,a la discipna-mecanismoparaproducirel bien (Foucault, 1983b: 212 ss.). Noobstante esta aseveracin que eliminacualquier posible ambigiiedad, muchosautores siguen realizando una lecturadel poder discipkwio en trminos esen-cialmente represivas (como prohibicin,ocultamientoo exclusin), debido enal-gunos casos a la influencia de los plan-teamientos de la Escuela de Francfort[Gordon, 1980 235-237. 246-247) o,en otros, animados acaso por el tono dealgunos pasajes del texto foucaultianoque reviven, mediante el panptico deBentham, el espritu omelano del con-Lrol omnicomprensivo de los aparatosde gobierno. De esta manera, en lugar dela soctedaddisciplinariaque se formaa partirde las relaciones entre fuemasmuy diversas y sus estrategias, nosquedaUM irremediable sociedaddisci-plinadaen la que nada escapa del poderabsoluto del Big Brother (Kellner. 1984;Lanceros, 1996 1171."En segundo lugar, las relaciones depoder son analizadas casi rxclusiva-mente bajoun esquema que, sin propo-nrselo explcitamente, queda reducidoa la relacin hinaxia entre dominadoresy dominados. Foucault rechaz siempretales posturas reduccionistas, insistien-.H2,

    do en la inexistencia de tal oposicinbinaria y global: en su lugar, apost poruna mirada que reconociera la presen-cia de fuerzasmuydistinhque sostienenenfrentamientos mltiples, prefigurandouna muy complejared de relaciones quese rehace a cada momento y produceefectos singuiares muy diversos, marca-dos por las contingencias y los eventos(Foucault, 1987a: 114;2000b 38). Nue-vamente aqu la posicin de Foucaultes contrastante, pues indic de maneraexplcitalos inconvenientes dee>ninarlas relaciones de poder en tala trmi-nosy acudiendo siempre a espacios ins-titucionales cerrados, entre otras cosasporque se corre el riesgo de asumir unenfoque esencialmente reproductivo. Poresta razn enfatiza: ". , . l asnstitucionessiempre deben analizarse a partir de lasrelaciones de poder, y no a la inversa,y que el punto de anclaje fundamentalde stas aun cuando se materializan ycxistalizan en una institucin, debe en-contrarse fuera de lainstitucin.* Fou-cault, 1988a:240:vase tambin barra.1993: 19-20).En fln. lo que deseamos destacar esque la formulacin foucaultiana del po-der es ms ampa y ms compleja delo que suponen las interpretacionesms difundidas de algunos de los au-tores de los estudios organizacionaies,y que un acercamiento ms compreben-sivo podra restituirle toda su fuerzaanalitica para interpretar las transfor-maciones recientes de la sociedad y susproblemas de organizacin. En estecontexto, hace falta desplegar una la:-

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    , . , , .--Foucault, gubernamentalidad y organizacin: una lectura de la triple ..

    tura diferente que considere las rela-ciones que se producen dentro de loslmites de la organizacin, pero tam-bien aquelias que se dan por encima,por debajoy ms all de ella,y desde lamultiplicidad de sus economas y susnegatividades.

    h A ( P 0 ) m CA DEL SUJETO MODERNO

    Ya dejamos entrever que Foucault re-chaza lasconcepciones tradicionales delpoder que se sustentaban en la norma-tividad o la ley, o en la idea de un podercomo propiedad individual o como re-curso, en claro contraste con la posturaparsoniana que tanto intiuy en los en-foques positivos de la teora de laorgani-zacin (Ibarra. 2000:254).En su lugarpropane una analtica del poder, diga-mos. unaana(p)ticadel sujeto mcder-no, que se propone repensar la prodiic-cin de lo real a partir de su minsculaoperacin local y contingente.? ParaFoucault, el poder es un desdoblamien-to complejo que supone:... a multiplicidad de las relaciones defuerza im me nt es y propias del dominioen que se ejercen, y que son constuti-vas de su organizacin: el Juego que pormedio de luchas y enfrentamientos in-cesantes las transforma. as refuerza, asinvierte; los apoyos que dichas relacio-nes de fuerza encuentran las unas enlas otras, de modo que formen cadena osistema, o,alcontrario,losconimientos,lascontradicciones que aislan a unas

    de otras: las estrategias, porltimo, quelas tornan efectivas,y uyo dibujo gene-ral o cristalizacin institucional tomaforma en los aparatos estatales,en afor-mulacin de la ley, en las hegemonassociales (Foucault, 1987a: 112-113).

    Y aade,...son l ospedestales mviles de las rela-ciones de fuerzas los que sin cesax indu-cen,porsudesigualdad, estados de poder-pero siempre locales e inestables.Om-nipresencia del poder: no porque tengael privilegio de reagruparlo todo baJo suinvencible unidad, sino porque se estproduciendo a cada instante, en todosl ospuntos, o mas bien en toda relacinde un punto con otro. El poder est entodas paries: no es que lo englobe todo,sinoque viene de todas paries (Foucault.1987a: 1131.Paraconcluir que "...Hayqueserno-minalistas,sin duda: el poder no es UMinstitucin,y no es una estructura, noes cierta potencia de la que algunos es-taran dotados: es elnombreque sepres-ta a u r ~ ~i t u a c i n estratgica compleja

    enunasociedad- Foucault. 1987a:113, las cursivas son nuestras).Desde esta perspectiva, el poder noexiste como tal, ste slo se presentaen acto, en su ejercicio, atravesando alconjunto del cuerpo social, mostrandosu inmanencia, sumltiple singula-ridad, sus propiedades disimtricas(Foucault, 2000a: 27-28: 1987a: 114-115; 1983c: 188). En suma, es unama-

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    nera de referir las relaciones entre su-jetos que se desdoblan en las redes desu quehacery desuquehacindose,entremateriales y smbolos que dan orma aestrategias, programas y metas para fa-cilitar el gobierno de las Conductas deindividuos y poblaciones. produciendo/fabrtcando/inventando particularesmodos de existencia o estilos de vida.

    Estaperspectiva nos previene contralas concepciones engaosamente voIuntanstas que conducen a explcacio-nes demasiado simples, en las que seasume la &stench deUM gran fuerarectora que todo lo determina (Ibarra,1995).Por ejemplo.sepiensa que iavo-luntad del Estado. sintetizada en suspolticas y programas, es capaz por smismade determinar el comportamien-to de losagentes sociales.Lomismo su-cederia con otro tipo de relaciones queson educidas a juegosbinariosde tiposuma cero: laorganizacin frente al in-divduo, el padre frente al hilo. el honi-brefrente a la mujer,el carcelero frentealprisionero, el mdico frente al pacien-te, etctera.En contraste con esta posicin tandifundida. para Foucaultlasestrategiasno dependen de nadie en particular o.si se quiere, depende de todaslas fuer~zas a la vez. Ellas son estrategias sn u.jeto. son configuraciones estratgicasque resultan de inanidad de interven-cionesy efectos que se van agrupando.como balance inestable de fuerzas queproyectan direccionalidad y sentido.Estamos hablando de que seproduceneJkctospor concmencia contingeniedt-334

    fuerzasy por ellono debemmbuscar losgrandes pianes maestros, ni los mons-truososcerebros que han sido capacesde concebirlos. De esta manera. comoindica Foucault,

    ...se trataba de no analizar el poder enel pianode la intencin o la decisin. noprocurar tomarlo por el Lado internu.nopianiear lacuestin (queyo crw laberiticay sin salda)que consiste endecir:&quin ene. entonces, el podef?. qutiene en lac a b ? .qubuscaquien tie-ne elpodef?HabiaqueesMiorelpode,:al mnirmo,por el lado en que su inteeri-nn-siiaha-seinvlsteporcompletodentrodeprcticasredesyefectwas:es-tudiarlo, en cierto modo,por el lado desu cara externa donde esten r e l ac i ndireciae inmedintacon lo que podemosi i a r n m d e m a n e r a m u y p r o v k o ~uob-jeto, su blanco,su ~ m p oe apcacin.en omis palabras.donde se impionta yproduce sus efectos wales.Por lo tanto.no preguntar:por qu algunos quierendominar?,qu buscan?,cul essu es-trategia de conjunto?Sino: comopasa11la s cosas en el momento mismo, en elnivel, en el plano delmecanismo de so-metimientoo en e m rocesoscontinuose Wntemmpidosque sometenlosmer.pos.dirigenlosgestos, rigen loscompor-lamientos? (Foucault, 2000b: 37. lascursivas sun nuestras).Esta posicin responde a la conwc-cin foucaultiam de que no existe unsujeto universal, de que stese encuen-tra siempre en proceso de constitucin,

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    . . . , . / , . . . ,, .I .Foucault, gubernarnentalidady organizacin: una lectura de la triple...

    como multiplicidad de fragmentos queejercen su identidad mvil. segn losespacios de relacin y las condicionesdel momento (Foucault. 1983~1.As,presenciamos victorias inesperadas yderrotas sorpresivas. xitos inexplica-bles e Increbles racasos. enBn, rayec-toriasnotmzadasque desbodan elcim-lo racional; estos acontecimientos nosrecuerdan que la realidad se aiimentade azares e incertidumbres, que no seencuentra de ninguna manera detem-nada de antemano.En este sentido, tal como lo estable-ce Foucault, las relaciones de poder seencuentran cruzadas por multiplicidadde puntos de resistencia, mvilesy tran-sitorios, que desplazan unidadesy sus-citan reagrupamientos. indicando lasposibilidades de inversin de la situa-cin, es decir, la operacin de los proce-sosde transformacin:si las relacionesentre fuerzassonmviles, reversiblesBinestables, lo son precisamente por-que existen posibilidades de combatiryderesistir(Foucault, 1987a: 116-117).o, para decirlo siguiendo al liimoFou-cault, porque existen sujetos activosque encuentran mltiples posibilidadesde resistencia y recreacin, asociadas alas prcticas de libertady a los modosde existencia de cada uno frente a unomismo y frente a los dems (Foucault,1999a).

    Noobstante lo anterior, existen tam-bin las situaciones limite, los estadosdedominacin ue corresponden a reia-ciones de poder en las cuales el margende libertad se ha reducido hasta el ex-

    tremo de hacer casi imposible un cam-bio de situacin: se trata de estados enlos que se bloquean las relaciones y sefijanlasconductas, mo smdo una pro-funda disimetra entre las fuerzas im-plicadas. En estos casos no se acta:se obedece y se espera el surgimientode puntos de resistencia que conduz-can a procesos de liberacin, como con-dicin histricaopolitica que posibiliteel inicio del ejercicio de ciertas prcti-cas de libertad (Foucault, 1999a: 394-396, 405).

    A partirde este despliegue de las re-laciones de poder en sumultiplicidadmvil, la analtica del poder de Foucaultse muestratilpara examinar asrelacio-nes y prcticas como eventos, es decir,como rupturas de evidencias quepermi-ten apreciar la singularidad de los su-cesos y la composicin/operacin de lasfuerzas en determlnados campos de ac-cin. Se trata, como indicara Foucault alcaracterizar la genealoga (Foucault,1980d. 1992a). de trabajar fragmentoshistricos de las prcticasespecificas apartir de las cuaks los individuos seconstituyen como sujetos, y de las ins-tituciones en las que tales prcticas ysujetos se producen.

    Nocabe duda, a estasalturas,de queFoucaultsepresenta como un pensadorotro de la sociedad y sus problemas deorganizacin. Asumia, por ejemplo, lanecesidad de anazar la constitucinmltiple de loseventos,supolimofismoin-trascendente, que evita verdadesintemporaleso sujetos constituyentes,y que se opone ...aldespliegue meta-

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    Eduardo lbarra Coladohistrico de las significaciones idealesy de los indemdos teolgicos.Se opone[digamosl a la bsqueda del origen:(Foucault, 198Od:8). ostenialanecesi-dad de construir unpdiedrodeintellgi-bllldadpasa . . proceder por saturacinprogresivay forzosamente incompleta.(Foucault, 1982: 62). En fin. resumasus preocupaciones d t i c a s en cuatroregiasOPresaipdoneu e prudencia.paraestudiar las relaciones de poder:

    1) lawnanencia queestablece auni-dad local entre tcnicas de sabesy estrategias de poder. pues las re-laciones de poder instituyen losdominios del conocimiento:

    2) Las uariaciones continuas paramostrar la relevancia de las ma-tricesdetransformacin.digamos.de las permanentes modificacio-nes de refuem/inversinde todarelacin:

    3) el doble condicionarniento. quesivos/reiaciones-de-soporte entreestrategias de conjunto y prc-ticas locales. entre capacidad deagregacin/totallzacin y capacidad de diferenciacin/indivi-dualizacin; y

    4) In p o l i u a i e n c i n tctica de losdis-CUTSOS, que indica la articulacininestable y conngente entre sa-bery poder en losdiscursos.mai-cando posibles desplazamientosy reutilizaciones (Foucault. 1987a:119-124).

    exhibe osen~dWatOS-SUCe-

    Pero falta todava una ltima pieza.Para completar nuestro secomdo porloscontornos de la anapoitica foucaul-tima, es necesario reconocer las formasms relevantes que adquieren las rela-ciones de poder enlamodemidad. puesellas pueden funcionar como espaciosanaticos diferenciados para examinarlos procesos de transformacin por cd-pas, es decir, en cada UM de las zonasen lasque se inventa el sujeto como ob-jeto de conocimiento e intervencin. Aello dedicaremos el siguiente apartado.

    b. ONSTTUCIONDE LA SUIFnVIDAD:DESDOBIAMIENTOSMULTIPLES

    Foucault nunca expuso de manera inte-gral las formas que adoptan las relacio-nes de poder en la modernidad, acasoporquenodebenvisualizarsecomo unatotalidad que pudiera implicar un cen-tro nico, un solo principio, una solavisin del mundo; oporque existe el pe-igmdeperderdevistasuestricto carctercontingente. como espacios de disper-sin y desorden que se hacen y rehacena cada momento (Foucault, 1988bl.EUas se encuentran diseminadas a lora el concepto de gubemnmentalidad(Foucault, 1991b) o considera el pau-latino proceso de secularizacin de lapastoral cristiana (Foucault, 199Oa: 98-104;1988a) se empieza a concebir unaformulacin transversal que las enlaza.

    Por eUo. en nuestra opinin, es elmo-mento de intentar una nueva lectura que

    largo de suobra,y slocuando incorpo-

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    Foucault, gubernamentalidady organizacin: una lectura de la tripie ..muestre esa redde formas en las cualesdescansan los procesos de subjetiva-cin: ella se propone como una manerafructfera de escribir sobre loya escrito,intentando recrear una analtica queopere esencialmente como apertura re-flexiva. Desde esta perspectiva, pode-mos identificartres formas de poder quesedesprenden del desdoblamientodelsu-jeto h t e los otros, hnte al Estado yfrente a s mismo.

    FWner desdoblamiento: el sujetocomo cuerpo/almparticuiarfrente a losotrosstos son lostemtorios del poder comoencierro y como disciplina (Foucault,1986, 1983b). Comprende relacionesque persiguen incidir en el control delhombre-cuerpo considerado como m-quina, con la halidad de potenciar suscapacidadesy de conducirs uconducta:de ah su denominacin como anat@mopoitica del cuerpo h u m o , s decir,como cuerpotil e inteligible (Foucault,198313, 1987a). El cuerpo se convierteas en objeto de la poltica, con la finali-dad de producir economas mediantela sujecin de lasvoluntades indivi-duales. Se trata de un poder ejercidosobre la singularidad y el detalle que.mediante la vigiiancia y el adiestramieri-to, consiguedividir/marcar/diferenciara los individuos en categonas particu-lares de sujetos, de acuerdo con ciertosestndares de normalizacin que repre-sentan finalidades econmicaso medi-das de eficiencia.

    Para ello, esta forma de poder pro-duce y opera infinidad de saberesy tec-nologas del cuerpo, que ordenan/nor-malizan/prescriben particulares modosde existencia: se trata de saberes queactan en el instante, de manera inme-diata, del know how que sera siste-matizado por las ciencias grises comoresultado de la observacin, el registroy la medicin de las conductas, o deesos saberes menores que valoran ydiagnostican la normalidad de los com-portamientos, al realizar pruebas yexperimentos basados en una ciertanorma contable que posibilita la com-parabilldad (Rose, 1996a. 1996h). Estossaberes facilitan el gobierno de las cosasy los hombres mediante normas, tecno-logasy procedimientos, los cuales pro-ducen nuevas economias, sustentadasen s u capacidad de individualizacin/diferenciacimHEsta primera forma de poder es su-mamente importante para esclarecerlas relaciones entre el individuoy la or-ganizaciny para comprender los modosde sujecin que lo vinculan a espaciosmaterialesy simblicos en los cuales seproduce/fabnca/inventa como sujeto.Sus espacios de realizacin se encuen-tran tipicamente asociados a la conductaen el trabajo, cuyo campo de fuerzasqueda delimitado por lasreglasde ciculoy los procedimientos que gobiernan elcomportamiento de los individuos y de-limitan su actuacin colectiva.En suma,esta primera forma de poder suponela serie cuerpo-organisrno-disciplina-instituciones,desde la que se aprecian

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    modos de ordenamiento y diferencia-cin que producen identidadesy operanestilos de vida (Foucault. 1992b: 259).

    Segundodesdoblamiento:e syeto omo cuerposocialopbiaanfrenteai EstadoCorresponde al arte de gobernar pobla-ciones, deregularel cuerposedaldesdeuna cierta razn de Estado, cuyaf d -dad consiste en el foriaiecimiento de lascapacidades productivas de la pobla-cin y en lapreservacin de la vida. Sera travs la ciencia de lapollcia que seintentar potenciar las fuerzas de la po-blacin para incrementar el podeno delEstado (Foucault. 2 0 0 0 ~ . 990a: tam-bin Guerrero, 1996: 177 =.y 216-217).Lavida se convierte as en asunto de lapoltica y en materia de regulacin ygobierno por parte del Estado. Esta bio-politini, en lugar de penetrar el hombre-cuerpo, se aplica a la vida de los hom-bres como masa global, digamos, alhombre-especie. Las intervenciones ycontroles reguladores del Estado sobrela poblacin se encuentran articuladasa todo un conjunto de problemas eco-nmicos, sociales y polticos, cuya solu-cin persigue refonar la propia fuerzadel Estado como Estado soberano. Peroaclaremos el sentido preciso que otor-ga Foucault al trmino Estado, que sedejaradicalmente de las formulacionesjurdico-polticas ms difundidas. Alrespecto seala:338

    .el Estado no tiene esencia. El Estadono es universal; el Estado no es en simismo una forma autnoma de poder:el Estado no es otra cosa que los he-chos: el perfil, el desglosamiento mvilde una perpetua estazadno deperpe-tuas estaiizaciones. de transaccionesincesantes que modifican, desplazan.conmouonan o hacen d e c a n e ins1diosamente. poco importa, las iinanzas.l asmodalidades de 1nversi6n,los centrosde decision, as formas y los tipos de control,iasreiadonesentretospodereslocalesy la autoridad central. Como bien sabe-mos el Estado no tiene entraiias. y nosimplemente en el seniido de queno ten-ga sentimientos, ni buenos ni malos.sino que no tiene entranas en el sentidode que no tiene interior. ElECtado no esotra cosa ms que el efecto mv i l de unrgimende gubemamentalidadnultiple(Foucault.199Ob 309-310, lascursivasson nuestras).Podemos apreciar nuevamente esa

    inclinacin nominalista de Foucault,que reclama UM formulacin diferentede aqulla segn la cud el Estado esubicado como poder soberano susten-tado en un esquema contrato-opresin(Foucauit. 1992a).No se trata de situarel anlisis en loc territorios del poderdelEstadocomo universalpolticodesdeel que se apoya la explicacin causalde todo lo dems. En su lugar, se pro-pone el examen del artedegobernarbajocierta razn de Estado y UM estructminstitucionai regida por principios racio-nales que le son mirnsecos (Foucault,

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    . , .. , . . , ). ,.. . ,. .Foucault, gubernamentalidad y organizacin: una lectura de la tripie...

    1991b 12-19 Hindess, 1997 106-107).Enotrw trminos,se trata de examinarl asacciones del Estado como redderela-ciones entre fuerzas muy diversas confinalidades deintervencin/regulacin.Esta postura exige desplazar la tradicio-nal centralidad de las relaciones delEstado con cada una de las institucicp-nes de la sociedad como problemaideolgico-poltico trascendente, hacialos espacios particulares de un E s t a d ogubernamentalizadoque obedece aunaracionalidad poltica basada en la ad-ministracin, la cual le otorga sus pro-pias intereses, modalidades de ejecuciny tica (Ailen, 1998: 179).Susprcticasde gobierno se encuentran asociadas ala burocracia y a i diseno de dispositivosdisciplinarios despersonalizados queposibilitan laregulacin de las conduc-tas de manera indirecta o a distancia.Este modo de racionalidad encuentrasu fuerza en el empleo sistemtico delconocimiento abstracto, el lenguaje delos nmeros y la representacion me-diante sistemas y modelos. Bajo estarazn de Estado, fundamentada en elclculo racional y la normalizacin/estandarizacin, se encauzan los com-portamientos de manera eficaz.Con l a biopoltica aparece la idea desociedady se inventa el campo de lo .wciak surgen los saberes que habrn dehacerse cargo de su conocimientoy sis-tematizacin: " . . . e lgobiernonoslo tieneque ver con un territorio, con un domi-nio y con sus pobladores,sino ambincon UM realidad compleja e indepen-diente que posee sus propias leyes ymecanismos de reaccin, sus regula-

    ciones tanto como sus posibilidades dedesorden. Esta nueva realidad es laso-ciedad Foucault, 1984~:42). Laobje-tivacin de lo social se efectuar inicial-mente a travs de la economa poltica,puessurgicomo sabersobrelaspobla-ciones, el tenitorioy lariqueza,para apo-yar l as acciones de gobierno Foucault,1991b 23-24).Asuladoseencuentralaestadstica. esa cienda de Estado quehapermitidocuantiicar los fenmenos pm-pice delapoblacin,bajo reglasde clculoque permiten operarun cierto modo deracionalidad (Foucault, 1982, 1991b).9

    As es como se pretende asegurar laconduccin de la sociedad, reconocien-do susproblemas, controlando suspro-babilidades y compensado sus efectos:la formulacin de estrategias. progra-mas y metas de gobierno, persigue pro-ducir efectos en muy diversos gruposde referenda,para preservar e incremen-tar sus fue- y energas, pero tambinpara disminuir los costos econmicosde la vida (accidentes. enfermedades,ignorancia, vejez, muerte), mostrandocon ello la capacidad del poder comototazacin/agregacin.ODestaquemos, adems, que las ins-tituciones de la sociedad funcionan eneste nivel como espacios de mediacinentre la razn de Estado y la pobla-cin, pues eilas coordinany operan laspoticas, producen y difunden la infor-macin y normazan el saber que reco-nocelas problemas ydenesus trminw.Se trata de un poder de intervencin/regulacin que busca el bienestar de lapoblacin como medio para reforzarel podero del Estado y que funciona a

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    partir de complejas redes organizacio-naies sintetizadas en la seriepoblacin/pmesosbwl@ims/mecm&mos regula-dores/Estado (Foucault. 1992b: 259).Es aqu donde Foucault enlaza estasegunda forma de poder con la primera,obsewando la doble funcin del pastor,que conduce tanto a su rebao como acadaunadesusovejas(Foucault,199a).insistamos,unode suspuntos de articu-lacin se encuentra en las agencias delEstado y las instituciones de la socie-dad, pues ellas funcionan como espaciasde onduccin que asocian,a lavezel poder individualizante ejercido sobrelos cuerpos (laorgano-&scip!ina de lains-titucin). con el poder totaZante ejercidosobre las poblaciones (la bio-regulacina traves del Estado) (Foucault. 1987a:168-169).

    Sloresta incorporar una ltima or-ma de poder, que atraviesa a lasdosanteriores, sa relacionada con lasprkc-ticas de libertad del sujetoy conel ejer-cicio de su reflexividad: se trata de unmodo de objetivacin que opera. ya nopor las prcticas divisorias de los cuer-pos o por las clasificaciones cientificasde las poblaciones, sino por lasprc-Was que permiten al individuo recono-cerse como sujeto.

    Tercer desdoblamiento:el sy.eto comocoimimientode .tientea s miSrnoy f ren te a os demsSe refiere a la relacin del individuo con-sigo mismo, a las operaciones que rea-:340

    liza sobre su cuerpo y su alma. comoprctica de conciencia y conocimientode s(Foucault, 1987a, 1988a, 199%);en otros trminos,setratade losmodosmediante loscuales un individuo actasobre simismopara operar transforma-ciones ensuconducta, con la finalidadde ser mejor y alcanzar su reakacinpersonal. Foucault nos habla en estecaso de las formas y transformacionesde una moral, y de lasprcticas de sque dan lugar a las ar tes de la existen-cia: eUas suponen el establecimiento deciertas regias de conducta, a partir delascuales l os individuos buscan desci-frarse a simismos en su singularidad,asumiendo ciertos estilos de vida (Fou-cault. 1988c, 1987b1.Aqu se ubican las tecnoicgias delyo que, al lado de las tcnicas de pro-duccin, significacin y dominacin,permiten a los individuos producirse asi mismos, conduciendo su compor-tamiento y el de los dems [Foucault,1990~): stas tecnologas de uno mismodeterminan modos de ser. tanto en elmbito individual como en lospianos delapoiticayla&e&d (Foucault, 1990r).Entre ellas se encuentran dos especial-mente relevantes para comprender elgobierno de las conductas en la mo-dernidad: por una parte, el examen deconciencia, como esfuerzo de auto-re-conocimientoy objetivacin desi renteasmismo; por laotra, la confesinque,apoyada en la voluntad de saber de laprimera, supone la obligacin de ver-balizar frente a losotroslaverdad sobreuno mismo (Foucault, 1994b).

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    . I . , . , . . . , , . , . , . .Foucault, gubernamentalidady organizacin: una lectura de La triple...

    h i , ajo esta tercera forma de poder,el individuo se constituye como sujetomoral a partir de un saber autoordena-dor que le permite descubrirse comoresponsable de sus propios actos y. enconsecuencia, como individuo libre ca-paz de desplazar los lnites que marcansu ser, modificando ciertas conductaspara constituirse de otra manera. Estaforma de autosujecin se apoya tan-bin en muy diversos saberes expertos,sobre todo en aquellos centrados en elcomportamiento individual y la con-ducta interior. Sus recomendacionesayudan al individuo a encontrarse a smismo, proporcionndole reglas de con-ducta para comportarse como se debe.Las conductas son guiadas medianteun cierto cdigo moral que establecelasnormas bsicas para juzgar vocacin yaptitud. para comprender intencionesy acciones. De esta manera, son nueva-mente los saberes expertos los que es-tablecen laverdad del bien kntea imal,de lo n o d rente a lo patolgico, de lopermitido frente a lo prohibido (Fou-cault, 1988c:26-33).stos son los dominios de las profe-siones liberales, que se han ido consti-tuyendo como ese moderno pastorsecular, que ayuda al individuo a resol-ver los problemas que enfrenta consigomismo, pero tambin aquellos derivadosde sus relaciones con sus familiares,amigos y compaeros de trabajo. Ladifusin de las prcticas de "consulta"ejemplarmente representadas por las"psy[cilencias" (Rose, 1989, 1996~). adado lugar a una gran cantidad de tex-

    tosque proporcionan consejos prcticospara conducirse en la vida, tener xitoy alcanzar la felicidad. Tales textos seencuentran inscritos en la misma tradi-cin de aquellos surgidos desde la an-tigedad clsica, aunque produciendoefectosdistintosFoucault, 19%~. 198&).Como seala Foucault, se trata de:

    ... extos que pretenden dar reglas, opi-niones, consejospara comportarsecomosedebe:textos"prccos", que en si mis-mos son objeto de "prctica" en la medi-da en que estn hechos para ser leidos.aprendidos. meditados, utlllzados, pues-tos a prueba y que buscan constituir fi-nalmente el armazn de la conductadiaria.Estos textos tienen como funcinser operadores que permitan a los indi-viduos interrogarse sobresupropia con-ducta, velar por ella, formarla y darseformaasimismoscomo sujetosticos...(Foucault, 1988~: 5).La importancia de esta forma de

    poder es mayscula, pues en ella des-cansan las posibilidades de transformacin de la subjetividad y la constitucinde UM nueva tica que permite ejercerrenovadas prcticas de libertad. Ello sedebe a que el conocimiento de si cruzalas relaciones de uno mismo kente a losdems y frente al Estado, formandoparte de ellas. En este sentido, desdesu singulaxidad reflexiva, el individuopuede alentar nuevas formas de subje-tividad que transformen sus particu-lares modos de existencia, logrando con

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    Eduardo barra Coladoeilo dejar de ser "sujeto" paraempezara ser "libre".

    En suma, si intentamos un para-lelismo con las series estabiecidas porFoucault para caracterizar las dos pri-meras formas de poder, en este ltimocaso estaramos rente aun poder de au-todisciplina/autointervencinque fun-ciona a partir de la reflexividad del indi-viduo y su comunicacin con losotros,digamos, como la cadena sujeio-reJIewvidad-cdigo moral-comportamientoticoque cruza ti-ansverdmente a lasotrasdos formas de poder. (En l cuadro1 resumimoslosrasgosprimordiales de

    ... a gubernamentalidad implica la rela-cin de uno consigo mismo. lo que sign-fica exactamente que, en esta nocin degubernamentalidad. apunto al conjun-to de prcticas mediante las cuales sepueden constiiuir,defuiir,organizare ins-inimentalizar las estrategias que losindividuos. en su fbertad, pueden tenerlos unos respecto a losotros. Son indivi-duos libres qulenes intentan controlar,determinxy delimitar la libertad de losotros y. para hacerlo, disponen de cler-los instrumentos para gobernarlos. Sinduda eso se basa. por tanto, en la liber-tad,en la relacin de uno consigo mismolas formas de poder, indicando aigunosde losespacios anaiticos que abarcan). y la relacin con el otro.. . la notion degubemamentalidad permite, eso creo,

    NUESTRO P UN l u DE LLEGADA:IA UUBERNAMENDUDADCOMO ENNLAZAMIENTO TRANSVEKSAL

    El triple desdoblamiento del sujeto quehemos comentado encuentra suunidad/diversidad en la gubernamentalidad.concepto que en sumsamplia acepcindenota el complejo enlazamiento trans-versal de las formas de poder desde lascuales se constituye el sujeto. Desdeeste momento, losproblemas de gobier-no dejan de ser territorio exclusivo de laaccin del Estado,para devenir espaciosde organizacin de lasociedady de cadauno de los individuos que la conforman.En una de las ltimas entrevistas con-cedidas por Foucault. ste se refiri ala gubernamentaiidad en los siguien-tes trminos:

    hacervaler la libertad del sujeto y la r e kcln con los otros, esdecir. lo que const-tirye la materia misma de la tica. (Fou-cault. 1999a: 414).La novedad de este concepto se en-cuentra,nos parece, en l aspbiiidadesque brinda para examinar las conexio-nes entrepodery beriad, loque supone

    un enlazamiento entre un componentepoltico (el gobierno de los otros) y unopsicolgico (el gobierno de uno mismo).Esta re-unin explica la integracin deltrmino "guberna + mentalidad, neolo-gismo qur combina las prcticas degobiernoy el arte de gobernar como con-duccin de conductas, con la reflexinsobre losmodos de raciondidad que su-pone tal conduccin (Foucault, 1988a.199Oc: tambin Gordon, 1991).Este doble signikado del conceptode guberna-mentalidad encuentra su

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    . 4 . . . . . , < . . , . , , . . I .Foucault, gubernamentalidad y organizacin: una lectura de la n p k

    CUADRO 1F o m ue adquieren las relacionesde poderenlaanalpoltiticade FoucaukPoder discipllnarlo Biopltica Moral... omo poblacinesdobhiento ...como cuerpo frentedel c@e io .. a los otros frente ai Estado frente a si mismo

    Orientacin Conduciral otm como Conducir a la poblacin Conducirse uno mismod e La relacin cuerpo individualizado en tanto masa humana como conciencia moral

    ... omo sujeto moral

    que experimentafenmenos globaiesTecnologias Tecnologas politicas del Tecnologias polticas de Tecnologas del yo:cuerpo: permiten segurldady regulacin comprende tcnicas de

    aumentar, mediante la mediante rganosde mncdmiento yverbah-vigiianciay el adiestra- coordinacin: opera tc- m n deunomismo desdemiento, la fuerzatil y la nicas de gobierno para desde las que se constitu-docilidad de los cuerpos: aumentar la potencia ye/modincae sujeto.emplea normas y pres- de la poblacin/Estado Se cu lm ci n de la pasto-cripciones de conducta en un m c o xtensivo ral cristiana reutilizandobasadas en la dis tr - y competitivo tcnicas como el examenbucin espacio-temporalde los individuos de conciencla y laconfesinSaberes Ciencias a s e s : ingenie- Economa poltica. cien- Psylcilencias: pedagogia.del onebest way. tcni- psicologa. psiquatrfa,

    a ontables. adm his b- @a,demografia. salud psicoanlisis, higienecin... pblica .. mental, trabajo social.Saberes menores: Anlisis de poticas Literatura del tipopsicologia. sociologia pblicas, gestin esta- "Howto...". rientacinindustrial, economa tal. diplomacia, ciencias profesional. persuasin yde la empresa, teoria de consejo a travs de mediosla organizacin .. masivasde municacin.. .

    cia del gobierno, sccioio-

    de la guema...Tcnicas y Estudios de tiempos y Tcnicas "contables": Tcnicas de descripcin/pmedimientos movimientos, observacin estadistica, aritmtica inscripcin: valoracinexperimental. aplicacin poltica. clculo de p m - mediante pruebasde cuestionarios y babilidades, levanta- que permiten codificary

    entrevistas. anlisis y mienta de encuestas estandarizar comporta-registro de casos... sondeos. mientos y establecerdiagnsticosESpacio Relaciones entre indivi- Relaciones entre el Es- Relaciones entre modosd i t i c 0 duos y grupos: relaciones tad0 gubernamentalizado de sujecin y reflexlvidadentre el individuo [o el/los y la poblacin con la quecnmn-en-

    pos] y la organizacin mediacin de diversas mente las formasdel poderorganizaciones/ nstitu- disciplinario y laciones y grupos biopoltica

    Fuente:Elaboracin personal a partir de la interpretacin de las obras de Foucault referidasen este apartado.343

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    Eduardo Ibarra Coladoarticulacin, como ya hemos indicado.en los modoc de acionalidadque tradu-cen la razn de Es tado +u realidadespecfica- en ciertas prcticas paragarantizar larecta disposicin de l asco-sas y de su cuidado para conducirlasaun fm conveniente (Foucault, 1991b:15).Con ello, Foucault denota la com-plejidad de un fenmeno en el que que-dan reunidas las regias de clculo y susprcticas, con la capacidad reflexiva delocsujetos paravalorarymcdificartalesreglas y prcticas.

    No hay ya, pues, lugar para la sim-plicidad: el sujeto se constituye trans-versalmente, desde el delicado equilibdoentre los alcances del gobierno y la libertad de actuacin de los individuosen sus relaciones con ellos mismos y conlos dems. Este conjunta de relacionesconfronta y complementa los disposi-tivos de regulaciny conduccin de lasagencias del Estado y las institucionesde la sociedad, con las tecnologas delyo para la comprensin y consiitucinde unomismo.Por esta mn,el gobierno presupone, a la va , la accin delEstado y el establecimiento de los l i m -tes a dicha accin. Esta confrontacinentre la accin estatal, considerandosus excesos y sus lmites, fundamentalos discursos polticos sobre la libertad(Ivison, 1997). Las concepciones libera-les sobre el gobierno que hoy inundanal mundo, derrotando a los viejos regi-menes de inspiracin keynesiana, recha-ranla limitacin de la libertad de accinde los individuos en nombre desusegu-ridad y estabilidad. Ellas sostienen que344

    es posible gobernar slo cuando existenagentes sociales que eligen librementey trabajan para hacerse cargo de simis-mos. En consecuencia, bajo esta lneade razonamiento, el Estado deber limi-tarse a garantizar condiciones de certe-La y el cumplimiento de las reglas deljuego -incluidos el mercado y la demo-cracia-, que aseguren a los individuosel pleno ejercicio de s u libertad.De hecho, de loque estamos hablan-do es de la constitucin de espec6cosregnenesdegabiemo,comprendidascomoprcticas oformas deaciuar orientadashacia la consecucin de objetivos sobrelos que se ejercita una reflexin per-manente. Por ello resultan de tanta im-portancia las discusiones en tornoa losalcances y limites de las acciones degobierno, y a lo que pudiera conside-rarse como un excesivo intervencionis-mo estatal, que interfiere en el derechoindividual de ejercer plenamente la li-bertad. El rgimen pasa a ser objeto deanlisis de los principios y mtodosde racionalizacin de la prctica guber-namental,pero tambin, al mismo tiem-PO. insbumento crtico de una realidadque debe ser permanentemente valora-da para aclarar hasta dnde es necesa-riogobernar (Foucault, 199Ob, 1999bl.

    No cabe duda que Foucault vea conciaridad lostiemposde reconstitucinpolitica que se gestabanen losaosseten-tay que hoy ocupan, sin lugar a dudas,el centro de las disputas de una sacie-dad que busca nuevas frmulas pararearticular la accin de individuos libresal lado de formas acotadas de regula-

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    - ,.. . . I , , . . , . , . , , IFoucault, gubernamentalidad y organizacwn: una Lectura de la triple...

    cin estatal. En sucurso de 1978-1979,nico dedicado a un tema contempor-neo (Szakolczai, 1998: 243).Foucaultse dedic a discutir las caractersticasdel liberalismo tomando como referenteshistricos al ordoliberalismo alemn yal neoliberalismo estadounidense. Nrespecto indica:

    ..he intentado analizar el "liberalismo"no como una teora ni como una ideo-logia y menos an como una forma de'"representarse" a 'sociedad", sino comouna prctica, es decir. como una "mane-ra de hacer" orientada hacia objetivos yregulada poruna reflexin continua. Elliberalismo se debe analizar, de estemodo, como un principio y mtodo deracionaiizacindel ejercicio de gobierno-racionalizacin que obedece,y sta essu especiicidad,a la regia interna de laeconoma maximal- ... Ms que unadoctrinamsomenos coherente, ms queuna poltica que persiga ciertos Anes mso menos debidos, me siento inclinadoa ver en el liberalismo una forma de re-flexin critica sobre la prctica guber-namental ... (Foucault. 1999b: 209-210, 213112De esta manera, la gubemamenta-lidad enlaza las formas que adquiere elpoder como desdoblamiento del sujeto,vinculando, en una compleja red de re-laciones, a las estrategias, programasy metas de intervencin/reguiacin delEstado, con los dispositivos de conduc-

    cin/control operados por las institucio-nes de la sociedad, y con los proyectos,

    intenciones y deseos de individuos ygrupos que se piensan y reconocen a smismos. El referente de este conjuntode prcticas y de lasmaneras como ellasson pensadas. se encuentra en muydiversos saberes producidos como mo-dos de objetivacin del ser humano. Ensntesis, la gubernamentalidad nospermite analizar las relaciones que vantejiendo individuos, grupos. organi-zaciones, sistemas de organizacioneseinstituciones, para producir estos es-pacios de prcticas y mentalidades bajociertos modos de racionalidad.

    Ms an. los procesos de trans-formacin de esas relaciones suponencambios en las normas, tecnologas yprocedimientos desde los que se cons-tituyen tales relaciones, como conjuntomultiforme y diverso de medios que danlugar, a i lado de otros elementos, a dis-positivos para conducir las conductasde los individuos y l aspoblaciones.Aquubicamos la importancia que Foucaultotorgabaal examen de los dispositivos,pues sintetizan la multiplicidad de li-neas de inteligibilidad que cruzan a unsistema, constituyendo cadenas de va-riables relacionadas entresique se vanagregando de manera sucesiva confor-me avanza el anlisis. Este concepto,indica. supone cuando menos tres as-pectos esenciales:

    En primer lugar.un conJunto resuelta-mente hetemgnm. que implicadi scursos,instituciones. disposiciones arquitect-nicas. decisiones reglamentartas. leyes,medidas administrativas. enunciados

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    Eduardo barra Coladocieniificos; pmpicimesAlosRcas.mo-rales, filantrpicas: en sh iesi s, tanto lodicho cuanto lo no dicho, he aqu loselementos del dispositivo.El dispositivomismo es la red que puede establecerseentre esos elementos.En segundo trmino, lo que quisiera

    senalar en el dispositivo es justamentelanaturalezadel vinculo que puede exis-tir entre esos elementos heterogneos.

    As,cierto discurso puede aparecer oracomo programa de una institucin. orapor el conimrio como un elemento quepermite justificar y enmascarar unaprctica que, en cuanto tai. permanecemuda,o bien funciomcomo reinterpre-iacin secund- de esta prctica. brin-darle acceso a un nuevo campo de racio-nalidad. Dicho conpacaspalabras, entredichos elementos discu rs iv os o no dis-

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    . . , , I .Foucault, gubernamentalidady organizacin: una ectura de la triple...

    cursivos- existe aigo asi comounjuego,cambios de posicin, modlcaciones defunciqnes, que pueden, tambin ehs,ser muy diferentes.En ercerlugox por dispositivo entiendouna especie -digamos- de formacinque, en un momento histrico dado,hatenido como funcin principai la de res-pondera una urgenciaEldtsposivo uenepues una funcin estratgica dominan-te (Foucault, 1983c: 184-185,cursivas

    en el original: vase tambin Deleuze.1990: 157-1581,Por ello, loscambios en las normas,tecnologas y procedimientos y en losdiscursos que los acomp- indicanque las relaciones tambin han camhia-do y muestran un nuevo balance entrefuerzas, que prengUra la reconstitucin

    de losmodos de existencia de institucio-nes y sujetos.Los cambios en los dispo-sitivos deben serapreciadoscon cuidado,pues pudieran implicar UM alteracinde mayor alcance, digamos de carcterepocal, en la que el rgimen gubema-mental desde el cual se conduce a losindividuos y ala sociedad se transformade manera radical.PROBLEMAS DE ORGANlZACI6NYBUSQUEDA DE LALIBERTAD

    Como hemos podido apreciar a lo largode estas pginas, l eje articulador de laanaltica del poder de Foucault se en-cuentra no tanto en las relaciones depoder y sus formas (que en smismas

    y por smismas no tienen sentido), sinoen el desdoblamiento del sujeto comocuerpo/poblacin/s@eieto momlque con-duce aiaiesreladones y formasde poder.Para decirlo con toda claridad, elana-sis del poder slo adquiere sentido a laluz del sujeto que se constituye en l ydesde l. Esto es In que hemos queridomostrar desde nuestra propia lectura,al reconocer distintas relaciones y for-mas del poder transversalmente enlaza-das, que nos permiten considerar susefectos en los espacios abiertos en loscuales el sujeto se relaciona consigomismo, con los oiros y con el Estado.Bajo esta perspectiva, losproblemas deorganizacin adquieren un sentido muydistintodel que la teoradeiaorganizaciny suvoluntad de verdad les ha otorgado,abriendo nuevas experiencias de cono-cimiento tiles para recrear nuestrasmiradas en torno a una sociedad quese construye/transfom desde las con-tingencias de sus relaciones.13Sin embargo,elesfuerzo que hemosdesplegado debe ser considerado tansloun punto de partida. Las ideas entorno a la gubernamentalidad abren,sinduda, nuevas posibilidades tericas,pues permiten considerar a la adminis-tracin como acto de gobierno y a lasorganizaciones como espacios de rela-ciones entre fuerzasdondese. conkontandiversos modos de existencia y proyec-tos ticos.Elpensamiento/experienciade Foucault representa para los estu-dios organizacionales a oportunidad dehacer teora de una manera diferente,asumiendo el trabajo acadmico como

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    Eduardo Iburru Colado

    prctica especfica desde la que podemos constituirnos como sujetos libres.En este trnsito necesitamos escucharel silencio impuesto a ciertas voces ymirar las ausencias desde cierto8 pro-blemas de organizacin que no son re-conocidos como tales o permanecensimplemente perdidoso ignorados (Ca-ls y Smircich, 1999).Nuestra lectura de la analtica fou-caulanadel poder apunta en estadi rec-cin, puesnosayuda a despiegar nuevasmradas para repensar los problemas deorganizacian. reformulandolasagendasde investigacin delosestudiosorganiza-rionaiesbajonuevoscontextosproblem-ticos. Entreellas,y Solocomo indtcios delnuevo comienzoque nosaguarda, es ne-cesario destam cuatro fundamentales:

    1 ORGANIZACCfON: ESTHUCl'lJKAS SI.. .PEKO AMBIN RELACIONES1' PROCESOS.Los problemas de organizacinnopueden ser apreciados actual-mente slo como problemas deestructuras: debemos compren-der a las organizaciones como es-pacios donde se verifican relacio-nesy procesos conihgentes desdelos que se crean y recrean los su-jetosysusinstituciones.Portanto.los problemas de organizacindeben ser repensados, a la veh.como lasestructuras que delimi-tan os procesos y relaciones entrefuerzas que producen esas es-tructuras, esto es,comoproblemasde organizaccin.'* La amplia^cin de nuestras miradas se cons^

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    tituye como una exigencia. todavez que las organizaciones re-presentan tan slo una parte dela problemtica organizacionalde la sociedad, aqulla en la quelos dispositivos disciplinarios sehacen presentes como mediacinde las relaciones entre individuosy grupos: labiopoltica y la moral.como ya hemos explicado. com-pletan la red de relaciones desdela cual se produce lo social en suconstante reorganizacin,dandolugar a prcticas diversas queadoptan distintos modos de ra-cionalidad.OE m s IVELES DSANALISIS. Foucaultnoshapermiiido apreciar el falsodilema de los niveles de andisiscelosamente protegidos por el co-nocimiento positivo: estos sabe-res fragmentados, que asumenexclusivamente el cuidado de suparcelamicro. macroomeso.operanen realldad como mecanismospara ' eleentidoderez-lidades que se nos presentan he-chas pedazoc. No podemos des-conocer por ms tiempo que larealidad es una solay que necesi-lamasmirarla simultneamentedesde sus enlazamientos, es de-cir,desde la constitucin mltipley contingente del sujeto frente alEstado, frente a losotrosy frentea s mismo. En otros tminos.necesitamos de una aproxima:cin que mire simultneamenir

    2. P O R l JN4 APROXlMACIdN DESPRENDIDA

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    ~~ . . . .Foucault. gubernamentaluiad y organuacwn: una lectura de la tnpie ..

    al piso, a la cara y al horizonte,para atender las acciones de go-bierno como problemas de orga-nizacin en su unidad multidi-mensional.La eoria de la organizacinesunateona sin sujeto, centrada en elanlisis de las estructuras, con laintencin de descubrir las leyesuniversales que rigen su compor-tamiento. Ello explica la largaausencia de UM teora de la sub-jetividad, que se ha empezado ainsinuar slo recientemente.Losestudios organjzacionalespuedencubrir esta ausencia a partir dela profundizacin de las implica-.ciones derivadas de la triple pro-blematizacin del sujeto inscritaen la obra de Foucault, permi-tiendo apreciar as los procesosde conformaciny cambio de es-tructuras que de ninguna mane-ra son inescapables o seencuen-tran dadas. Demanera relevante,debemos explorar la importar-cia prctica de los saberes admi-nistrativos y de la organizacin,puesellos han proporcionadounagamamuy amplia deherramientaspara la conduccin de conduc-tas y la fabricacin de identidades.

    4. DISCIPLINASYESEOS. Por ltimo,esurgente evitar una lectura de lasprcticas disciplinarias nica-mente como prcticas de efectosnegativos. Para lograrlo, necesi-tamos restablecerelvinculo entre

    3. REINCORPORAN00 LA SUBJETIVIDAI>.

    disciplina y deseo. ComosealanStarkey y McKinlay (1998: 2321,debemos atender no slo lascondiciones de nuestro encarce-lamientosui0tambin lasde nues-tra libertad. Ello conduce, denueva cuenta, a replantear el es-tudio de las organizaciones, yano slo como lugares de encierro,sino como espacios en los queseproducen una gran variedad dedeseos de grupos distintos, y cu-yos cdigos y prcticas necesi-tamos comprender. Se trata,pues, de una comunidad-de-comunidades en donde los deseosencuentransu expresin a travsdeformasautodisciplinarias asu-midas libremente. El estudio delos problemas de organizacinsena, en este sentido, un modode reconocimiento de las posihi-lidades de reconstitucin de lasubjetividad y sus efectos.Organizacein, constitucin ml-tiple y contingente, subjetividady desea integran la frmula inicialpara repensarlos problemas de or-ganizacin, propiciando prcticasque conduzcan a nuevos modosde existencia derivados de las for-mas establecidas de disciplina.propiciando la ruptura del rgimende sujeciones de la modernidady la emergencia de proyectos eti-cos desde los que los individuospotencien su capacidad reflexivay su libertadpara actuar en l asor-ganizaciones y mas a l l de ellas.

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    Eduardo Ibarra ColadoNOTAS

    destacar, adems, los textos ms r ecientes de Lanceros (19961.Martiarena(19951yRansom119971.que ponderan.cada cual a su manera, la importanciade la subjetividad como m i r ovttalde laobra de Foucault. Como ejemplo de laM-riedad de interpretaciones y usos disci-.piinarlos que persiguen rescatar-atra-

    Cuando hablamos de la teoriade La or^ganizaadn nos reerimos a las comen-te8 tericas queintegranelmodernismsistvim,deampiiatradicin en los Es-tados Unidos (Coopery BureU, 1988:95-96]: cuando lohacemos de los estu-dios organiui cw nal es,hablamos de losenfoques que han propiciado formua-dones alternativas.conduciendo a unamayor pluralidad paradigmtica de ladiscipllna Para una caracterizaciongeneral de este conjunto de enfoques.convencionales y cnticos. veai?e i b a ra(20001.La nfluencia de Foucault en las estudiosogantzacionalesse empezoa apre-ciar con claridad desde mediados de los&os chenta, cuando aigunosinvesti-

    2

    pariel legado de FoucaulL el lectorpuedeacudir, entre muchos otros. a la recien-te extensaedicin de OFarreU (1997blSiempre que pudo, Foucaultmsisiioenesta postura.Elia se aprecia,por ejem-plo, en 1980,cuando concede una en-trevista a Le Monde, con la condicionde que su identidad permaneciera enel anonimato.Ai respectoseiala. *&Porqu le sugeri que utilizramos el anonlmato7Ademasdelanostalgiapor losiiempw en que, por ser casi desmnccido,

    gadoresempeziroii a reruperar la malriir>oder/ronocimieritopard rclii1rrpr~-lo que decia tenia alguna poslbiklad(Irser esruchado Con el ecror potencial.t,or ejempio. eip.& delas tcnicascontables y lasdisciplinas psicologi-casen a conducdondel asorgamzacio-nes(poreJemploHoskinyMacve, 1986,

    Knights y Collinson, 1987: Rose,1969 van Krieken, 1990) A pariirdeese momento los irabajos se han mu1UpUcado, Intentando, en aigunos casos, reapropiaciones teoricas que hanmarcado los senderos de !a disciplina(Burell. 1988;Cal& y Smircich. 1999,1994).Existe unaverdadera explosin de estudiassobre la obra de Foucault, locualindica su impor%andayaamp&i&n

    c%gp.989.1994:~tSvvurdubaios.+

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    de su impact. confmmepa id iempo.entre eiim sobresalen los libms de Deleuze(1987).DreytUsyRaMnowll988lyMrey 1986). que presentan disbntosreconidos dimemionando la reievanciade sus apodes. Se encuentra tambinla muy parculat lectura de Merquiorva, denotamuchas vecesun nfado porel xitode una obra que, en suopinin.carece en muchos de sus pasajes drexactltud, origlnalldad. rigor bistoriroy conocimiento sociolgico Podemos

    (1988):SUEts i tada enUnaCI f t iCa hUS1

    la superAcie de contacto no SUMOmella.Los efectos del libro se produclran enlugares inesperados y darn lugar aformas queyo amspens.Un nombrehace quela lecturaseademasiado f d.(...)Porlotanto, siheoptadoporelano-nimato. no es para criticar a ste o aaqul individuo,cosa que nunca hago.Es una manera de m e i posiblelector, a la nica persona que me in-teresa aqu de manma ms directa:xPueato que no sabes quin soy. te sen-tirs incibado a descubrirporqu digolo que ests leyendo. 5510dJate limary diteati mismo.delamanerams sen-cilia. es cierto, esfalso.Me gusta o nome gusta. Funto. (Foucault, 1997a:321, 3231.Insistamos, este llamado de atencinpageguiaresii iuiraitporendmadela presencia ordenadora de su autor.indicndonos la utilidad prciica de re-conocer/recrear/euperhneniax lo quese dice, en lugar de seguir rindiendoculta a esa represeniacin mitica aso-ciada a un nlhlombre famoso. A pesarde tales advertencias. o incluso graciasa ellas. Foucaultse h a erigldo comoautor-simbolo/autor-Industria ue ha

  • 7/27/2019 Foucault, gubernamentalidad y organizacin- una lectura de la triple problematizacin del sujeto Eduardo Ibarra C

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    . , . I . . , .Foucault, gubernamentalidad y organizacin: una lectura de la triple...

    producido muy diversos efectos en dis-tintos espacios discursivos. dando lugara infinidad de ejercicios intelectualesde autoconsumo de muy mitada uti-lidad prctica, y permitiendoa muchoshacer grandes negocios con su nombre.Es te problema debe conducirnosa asu-mirUM nueva actitud precautoria, alutilizar la textualidad foucaultiana b-sicamente como espejo reflexivo. parareconocer, recrear y experimentar lastransfonnacionesy quiebres del rgimende gobierno que opera en la sociedad.Foucault indic en diversas ocasionesque su obra transpiraba sus propiasexperiencias y que, por ello mismo,nohaca faita hablar de su vida personal,pues sta careca de inters. Sostena:"Cada vez que he intentado llevar acabo una ohra terica, ha sido partien-do de elementos de mi propia experien-cia:siempre relacionadoscon procesosque vea desarrollarse a mi alrededor.Porque creia reconocer en lascosas quevea. en l as institucionescon asqueh-taba, en mis relaciones con los dems.grietas,sacudidas sordas, disfunciones.emprenda una tarea de esta indole:aign w e n t o de autobiografia (Fou-cault, 198 l,dt ado prE ribn , 1 9 9 2 : 5 4 ) .Foucault se ve nuevamente "derro-tado-IcomplacidoJ"por su propio poder,ese poder de atraccin que ha ejercido,para dar lugara inflnldad de obras bio-grlcas que han intentado atrapar losmisterios de su oscuramultiplicidadvf-tal.Entre la serie detmbajmbiogracossobreFoucault destacan,siduda. lm rea-liladasporEri~n(1992).Miller11995)yMacey (1995). A ellos debemos sumarlamuy originaiy sugerentereconstruc-cin de la vida-trabalo de Foucaultrealizada por Szakolczai. desde lo quecallfica como U n a perspecva bio-logo-@ca (Szakolnai. 998: 20-37).Los textos posteriores de Foucault, li-berados ya de la fue= simblica de laprisin como aparato represivo, mues-'ran mayor claridadl ascapacidadesproductivas de las relaciones de poderen una sociedad que se mueve en los

    mrpenes de la libertad de los sujetos.Adems, muchas veces se pierde devis-ta que Foucault tena claro que Vgary castigar era tan slo un comienzo,pues cierra la obra con una nota de pieen la que establece: "interrumpo aquieste libro, que debe servir de fondo his-tricoadiversos estudias sobre el poderde normalizacin y la formacin del sa-ber enlasociedad moderna." (Foucault.1983b: 314).La cercania entre Weber y Foucault hasido reconocidaya muchas veces (poreJempla:DreyhisyRabinow. 1988: 153.186:Rabinow, 1984: 26-27 Szakolczai,1998: 1-6)y ella adquiere importancia,debidoaquea m b utores identliicamnla centradad de las relaciones entretica-saber/discipna-poder omo fr-mulamnstuvadelos sujetos de lamo-dernidad (Foucault, 1982:64-72 991a:207 y 1999a: 394). Algunos autoressostienen que la obra de Foucault pue-de ser interpretada como una exten-sin de la formulacin weberiana de laburocracia, pues traza la genedo@ delas nuevas ormas de racionalidad ad-ministrativaa pa131 de la idenflcacinde los espacios de saberlpoder queconfiguran instituciones y juego3 dis-cursivos, facilitandoasila constitucinde los individuos como cuerpos-dcilesy almas-obedientes (ONeil, 1995).Otros autores sealan que el aportefoucaultiano ha permitido liberar a lasodologiadelaviejainterpretxinnterpretadnparso-niana de Weber, abriendo con ello nue-vos cauces para la consideracin de laconstitucincuiturai de sus relacionesyprocesos IClegg. 1994: ibarra, 1993).Finalmente, aigunos autores ms des-tacan que la microfisica del poder deFoucault permite restablecerla impor-tancia que Weber haba otorgado ya alpoder discipnario. aceptando con ellolos efectos que se derivan de la aplica-cin de reglas y rutinas que controlanlos espacios de operacin de los indivi-duos y dan orma a sus Identidades comosujetos (Clegg. 1998 3 4 van Krleken,1996). E n An, la continuidad mltiple

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    Eduardo IburruColadoentre Weber y Foucault se puede ex-presar sintticamente sealando que,para el pa em . a vida humana se de-Sarmllaen el interior de la jada de hierrode la burocracia, mientras que para elsegundo ella existe en el interior de unared institucional de encarcelamientri(Burell, 1988:26)