Prof. Mariana Couto

Gould, Joaquín

Rios, Lucas

Lemos, Agustín

-Buenas tardes

-Tardes…

-Quería… Si no es tarde…

-¿Barba?

-No se… Yo me afeito

solo.

-Bueno, tal vez me haga la barba.

-¿Barba? No, barba, no.

-Sí, sí, también barba.

Intimidante mirada del peluquero ve pelos en el piso. Los junta impulsivamente. Se guarda algunos de ellos en el bolsillo.

-Ya está. A mí no me molesta…

-Hoy me toca a mí… mañana a usted. ¿No

es así?

-Mm…¿Me siento?

-Bueno, tal vez no es necesario.

Quizás usted corte el pelo de

parado.-Y a usted ¿Quién le

corta el pelo?

-Anímese

-Yo... yo no sé. Nunca... Bueno, si usted

quiere, ¿por qué no?

-¿Qué habilidad se necesita? ¡Hasta los imbéciles se afeitan!

-Pero no. Hay que tener pulso, mano firme, mirada penetran... te para ver… los pelos… Los que se enroscan me los saco con una

pincita.

-Nunca vi a un tipo tan impaciente como

usted.

-Está mellada.

-Impecable

-Un poco... Claro, usted tiene más

experiencia que yo... Le creo.

-Nunca vi una navaja así... tan...

-Impecable

-¡Sangre! ¡No se asuste! ¿Tiene

cebollas?

-Pelo.

-Señor, ¡Yo vine a cortarme el pelo!

-Pero si usted quiere... yo...

-¿Por qué no se concentra?

- ¿Tengo que callarme? Como quiera... ¡no hay

nada de lo que no me sienta capaz.-Pelo.

-Ustedmanda.

-Cante.

-¿Que yocante?

-Algo asi? Fígaro,

fígaro fi…

-Algo mejor. No me gusta

-¡Fígaro, Fígaro!

-Cállese.

-Usted manda.

-Suficiente.-¿Me toca a

mi?

-¡Por fin nos entendemos!

-Si tenemos paciencia, ¡todo llega!

-¡Barba y pelo!

-Córteme bien. Parejito