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octubre 2019 | 2 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

Director: Fredy Chaparro S.

coorDinación eDitorial: Blanca Nelly Mendivelso Rodríguez • coorDinación perioDística: Diana Manrique Horta

corrección De estilo: Liliana Ortiz Fonseca • Diagramación: Ricardo González Angulo • impresión: ceet, Casa Editorial El Tiempo

Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no comprometen los principios de la Universidad Nacional de Colombia ni las políticas de UN Periódico.

Versión digital: www.unperiodico.unal.edu.co • Correo electrónico: [email protected] • Teléfonos: 3165348 y 3165000, extensión 18338

Edificio Uriel Gutiérrez, carrera 45 no. 26-85, piso 5o. • issn 1657-0987

Especial AmazoniaPáginas 2 a la 8

La Universidad Nacional de Colombia en la Amazonia: aporte a la construcción de regiones que edifican nación

La Universidad Nacional Colombia (unal) es el proyecto científico, cultural y colectivo más importante de la nación desde su Independencia. La construcción de región a través de sus Sedes de frontera es su apuesta más valiosa en la edificación de un país multicultural.

La creación de la unal en 1867 implicó traer a Bogotá selectos estudiantes provenientes de las nueve regiones organizadas en los Estados de aquella época: Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena, Santanderes, Panamá y Tolima Grande. Esas eran las regiones de la nación, y lo demás era frontera. Así, el talento de la población educada por el Estado tendría que pasar por Bogotá, por lo que la construc-ción de la nación implicaba una concentración de recursos y talento en la capital.

Por eso desde principios del siglo xx Bogotá ya anidaba a las élites nacionales y regionales, pues se suponía que aquí existían mejores y mayores elementos de juicio para decidir qué era lo conveniente para el país y sus territorios, y afirmar lo que este quería. La nación que la Universidad Nacional educaba era decididamente la que la capital podía albergar, pero no era la de la gente que vivía en los territo-rios nacionales, en su mayoría poblados de mestizos pobres, indígenas y afrocolombianos.

Hasta después de la mitad del siglo xx la construcción de la nación fue predominantemente política y económica. La propuesta que impulsamos desde nuestra Institución tiene como axioma que “la Universidad Nacional de Colombia es la más importante apuesta científica y cultural de construcción de nación”, ello como resultado de la misión universitaria de formar ciudadanos integrales que sean agentes de cambio ético y cultural con consciencia social, lo cual implicó hacer de la Universidad un proyecto de construcción de nación desde los territorios y las comunidades de nuestro país.

La creación en 1989 de la Estación de Investigación Cien-tífica de Leticia es un ejemplo de ese quehacer de la Univer-sidad para integrar y potenciar en su cuidado y desarrollo las experiencias, los saberes y las tradiciones de las comunidades étnicas, campesinas y populares, además del proceso de gestión del conocimiento, tendiente a descubrir y construir nuevos saberes que signifiquen bienestar social y beneficio económico para las poblaciones.

Allí también nace, en 1995, el Instituto Amazónico de In-vestigaciones (Imani), cuyo propósito es integrar los estudios amazónicos al quehacer universitario de investigación, docen-

cia y articulación con las comunidades. Así, se desarrolló una oferta de especialización, maestría y doctorado en Estudios Amazónicos, dirigida a profesionales de todas las áreas del conocimiento, impulsando procesos de investigación que ayuden tanto a la preservación del bioma amazónico como al cuidado de los saberes ancestrales y culturales.

Conscientes de que la construcción de ese proyecto científico y cultural de la nación solo es posible con la participación de las comunidades, los territorios y las regiones de nuestro país –tanto que la Universidad también es un proyecto multicultural de na-ción–, le hemos apostado no solo a formar para exportar talento a las regiones y fronteras, sino, y fundamentalmente, a formar el talento en los territorios que lo demandan. Por eso, mediante sus programas de admisión especial y movilidad académica, desde 2008 la Universidad ha logrado admitir, solo en la Sede Amazonia, a 1.813 jóvenes para formarse en programas de pregrado.

Estos jóvenes que pertenecen a comunidades indígenas, afro, raizales, población víctima del conflicto armado y me-jores bachilleres, hacen una etapa inicial de formación en su región, y luego se dirigen a una sede como Bogotá, Medellín, Manizales o Palmira a recibir la formación disciplinar propia de la profesión elegida. Para concluir su proceso formativo de pregrado regresan a su sede de origen a realizar sus trabajos de grado de monografía, práctica o pasantía, o inician sus estudios de posgrado. Así garantizamos no solo el acceso a educación de calidad para los jóvenes de las regiones más apartadas de nuestro país, sino que devolvemos líderes que contribuyan a la transformación de sus territorios y comunidades.

Nuestra Sede Amazonia también es un ejemplo de pre-servación y recuperación ambiental. Hace 30 años el lote de 16 hectáreas en donde se erige la Sede era un terreno defo-restado que se usaba para pastorear ganado. Hoy es el lugar de encuentro de 160 especies de insectos, 30 de reptiles, 207 de aves y 30 de mamíferos, por lo que recientemente fue decla-rada como Patrimonio Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia. La Sede, además de ser ese hermoso bosque natural, es un laboratorio vivo expresado, por ejemplo, en al menos 49 proyectos científicos y sociales desarrollados solo en los últimos tres años, articulando permanentemente a la comunidad universitaria con las diversas comunidades de la región.

El bioma amazónico, además de ser la fuente del 20 % del agua dulce del mundo, representa para Colombia el 40 % de su territorio continental. Esta región es la principal expresión de la biodiversidad del país, por lo que debe ser estudiada, protegida y conservada, ya que, junto al fortalecimiento y desarrollo del talento de nuestros jóvenes, significan las principales ventajas comparativas para seguir construyendo un proyecto de nación multicultural y desde los territorios, al tiempo que respondemos pertinentemente a los desafíos del mundo global.

Desde la Universidad Nacional de Colombia estamos com-prometidos tanto con el cuidado de la región y sus riquezas naturales, étnicas y culturales como con la generación de me-jores condiciones de vida para su población, como expresión del proyecto científico y cultural de nación que nos constituye.

Dolly Montoya Castaño, rectora, Universidad Nacional de Colombia

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meDioambiente

Saberes milenarios del Amazonas en una guía ilustrada

Fichas de fácil consulta, fotografías e información producida por los sabedores locales, complementadas con fuentes académicas, forman parte del libro La vida de la selva inundable, dirigido en especial a las nuevas generaciones, que ofrece información sobre 126 especies de plantas y animales que habitan en los lagos de Yahuarcaca y Tarapoto, en la Amazonia. Unos 30, de los 200 ejemplares impresos, servirán como material pedagógico en colegios y bibliotecas de Leticia. Este es el resultado de un trabajo conjunto entre la unal Sede Amazonia, la Fundación Proa e investigadores tikunas.

Irrespeto de áreas inundables, otra amenaza para los ecosistemas del Amazonas

Santiago R. Duque*, docente, Universidad Nacional de Colombia Sede Amazonia

Aunque desde hace varias décadas la deforestación es uno de los principales problemas de la Amazonia colombiana, existen otras situaciones que también están dejando una huella imborrable en ella, como la explotación desordenada de las tierras y la falta de planificación urbanística, que incide en el incumplimiento de las rondas hídricas (áreas inundables).

Los extensos y graves incenDios que vienen ocu-rriendo desde hace unas semanas en la Amazonia, la han convertido en la protagonista de las primeras planas de todos los medios de comunicación del mundo. Sin duda, la pérdida del bosque es un triste referente de la cons-tante deforestación que se genera desde hace décadas en la región.

Aunque sus 483.000 km2 constituyen el 42 % del terri-torio nacional, la Amazonia colombiana sigue siendo una gran desconocida. Esto a pesar de significativos intentos de darla a conocer, como por ejemplo el realizado con la película El sendero de la anaconda, que le permitió a cerca de 500.000 espectadores conocer una pequeña parte del Escudo Guayanés, una de las formaciones geológicas más antiguas del mundo, en especial el raudal de Jirijirimo sobre el río Vaupés. Sin embargo la importancia de este enorme patrimonio no solo radica en su biodiversidad, sino también en la riqueza étnica, ya que en la región habitan cerca de 26 grupos con culturas y lenguas diferentes.

Desde hace por lo menos 30 años las transformaciones en el paisaje de la región son cada vez más evidentes. Por ejemplo el tapete boscoso que se extendía en la frontera entre la Orinoquia y la Amazonia se ha perdido; zonas como el sur de San José del Guaviare evidencian las huellas de la deforestación, que incluso se estima que ya llega a las puertas del Parque Nacional Natural de Chiribiquete, declarado Patrimonio Mixto (biológico y cultural) de la Humanidad por la Unesco.

Según el Décimo séptimo boletín de detecciones tempranas de deforestación del Instituto de Hidrología, Meteorolo-gía y Estudios Ambientales (Ideam), en marzo de 2019 la Amazonia concentró el 75 % de la deforestación del país.

Algo similar sucede en el piedemonte amazónico –con-fluencia de la cordillera de los Andes y la cuenca amazónica–, el cual abarca los departamentos de Caquetá, Cauca (Bota Caucana) y Putumayo. Esta región afronta presiones y riesgos crecientes de degradación ambiental.

Tal panorama evidencia que con un puñado de funcio-narios y de exiguos recursos económicos en instituciones como la Unidad de Parques del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, nunca se frenarán las presiones sobre las regiones afectadas.

bosque y agua, recursos en peligro

Cuando se tala el bosque se pierden árboles, arbustos, plántulas y lianas, pero lo más grave es que el suelo –que es muy pobre en nutrientes– queda expuesto al calor solar y al agua, que en la época de lluvia lo lava y erosio-

palabras clave: deforestación, selva inundable, pesca, minería, petróleo, metales pesados. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Las áreas inundables les permiten a los ribereños realizar actividades agrícolas para su sustento.

Foto: archivo Unimedios.

na haciéndolo infértil y arrebatándole la posibilidad de recuperarse.

Con la deforestación también desaparece la fauna que acompaña al bosque y se altera la dinámica natural de los miles de arroyos que existen en la región. Al quedar desprotegidos de sus bosques ligados a las riveras de los ríos (riparios o de galería), los sistemas fluviales cambian drásticamente sus patrones de aumento y disminución de caudales, y hasta el color de sus aguas, que ahora transportan toneladas de sedimentos llevándose el suelo.

Esto se está evidenciando más en los ríos de montaña, cuyas corrientes ahora son más agresivas. Un ejemplo de las consecuencias fatídicas de dicha transformación sucedió en 2017 en Putumayo, cuando tras las intensas lluvias se desbordaron los ríos Mocoa, Mulato y Sangoyaco produciendo una avenida fluvio-torrencial que dejó más de 300 muertos y miles de damnificados.

Por estar ubicada en el Ecuador climático, las lluvias provocan inundaciones en vastas regiones conexas a ríos, arroyos y quebradas, entre otras, conocidas como rondas hídricas. Por ejemplo en Leticia el río Amazonas anega áreas extensas –conocidas como várzeas– que ofre-cen oportunidades de supervivencia a los ribereños, con nutrientes que abonan el suelo inundado y que luego, al bajar las aguas, les permite realizar actividades agrícolas para su sustento. La pesca es la actividad principal de las comunidades; se estima que cada habitante consume entre 18 y 20 kg de pescado al mes.

Dicho patrón de expansión y contracción de los eco-sistemas acuáticos amazónicos es una de las principales características de la región, que es asumida por los pobla-dores de manera predecible y natural, nunca vistos como un riesgo tal y como lo plantea el Estado colombiano.

Al patrimonio hídrico, el más importante del país, se suma la gran riqueza en diversidad acuática. En 2017 un trabajo de investigación –en el que participaron insti-tuciones como el Instituto Humboldt– evidenció que de las 1.494 especies de peces de agua dulce registradas en el país, 374 son endémicas, es decir que solo tienen presencia en nuestros ecosistemas. De ese total, 706 están en la región hidrográfica del Amazonas, 663 en el Orinoco, 223 en el Caribe, 220 en el Magdalena-Cauca y 130 en el Pacífico.

Siendo el agua tan importante como el bosque, cabe preguntar: ¿qué se está haciendo para conservarla? Desde los años setenta el antiguo Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente (Inderena) estableció con 30 m obligatorios a cada lado

de un sistema fluvial o acuático la protección de las áreas “inundadas naturalmente” o rondas hídricas.

importancia De la ronDa híDrica

Los esfuerzos del Estado por mantener una protección de 30 m no son suficientes porque la Guía para el acotamiento de las rondas hídricas de los cuerpos de agua desconoce las singularidades de cada sistema fluvial. Acotar una ronda hídrica es definir el límite funcional de este sistema acuá-tico, lo cual permite asegurar su integridad y con ello su funcionamiento y la provisión de servicios ecosistémicos a la sociedad.

Además de los ciclos habituales mencionados, en oca-siones también hay ciclos de lluvias multianuales más largos, los cuales incrementan los caudales de los ríos y las áreas conexas que ellos impactan, que además suelen ser zonas habitadas por poblaciones vulnerables.

En un trabajo piloto adelantado entre el Laboratorio de Manejo y Gestión de Humedales de la unal Sede Ama-zonia y la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonia (Corpoamazonia) se aplicó dicha guía metodológica en el río Hacha (Florencia), el río Mulato (Mocoa) y la quebrada Yahuarcaca (Leticia), teniendo en consideración su importancia ecosistémica y su uso como fuente de agua para acueductos.

El resultado evidenció que la medida de los 30 m a lado y lado es ineficaz. En el río Hacha la ronda de la izquierda dio 1.186 m y la de la derecha 962 m; en Yahuarcaca, por ser impactado por el río Amazonas, la distancia que más se ajusta sería de 648 m a la izquierda y 2.350 m a la derecha; y el río Mulato arrojó una ronda de 60,4 m a la izquierda y 462 m a la derecha.

De esta manera se confirma que si se trata de evitar grandes tragedias como las provocadas por la deforesta-ción y los ríos, queda claro que la naturaleza enseña que hay que entenderla y no vale intentar dominarla, pues siempre nos vencerá.

* Biólogo y magíster en Biología de la unal. Director del Laboratorio de Manejo y Gestión de Humedales de la unal Sede Amazonia.

Especial Amazonia

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palabras clave: fuego, bosques amazónicos, megaproyectos rurales. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Especial Amazonia

Salvar la Amazonia, reto ambiental del siglo xxiDoloRS aRmenteRaS PaScual*, directora del grupo de investigación en Ecología del Paisaje y Modelación de Ecosistemas (Ecolmod), Facultad de Cienciastania m. gonzález, estudiante del Doctorado en Ciencias – Biología, Facultad de CienciasUniversidad Nacional de Colombia

Resolver la gobernanza local, implementar políticas públicas para frenar la deforestación y prevenir incendios, y gestionar la solución pacífica de los conflictos sociales y económicos relacionados con la inseguridad en la tenencia de la tierra, son algunas estrategias para combatir la destrucción de los bosques amazónicos.

La agricultura intensiva, la ganadería, la falta de planificación territorial, el desarrollo de mono-cultivos, la construcción de infraestructuras como hidroeléctricas y carreteras, son temas que compar-ten los países amazónicos y que tienen que ver con un modelo de desarrollo que ha prevalecido desde la segunda mitad del siglo pasado y las primeras décadas del siglo xxi.

En los años ochenta y noventa la geógrafa esta-dounidense Susanna Hecht discutió sobre la lógica de la producción de ganado en la Amazonia y la incineración de grandes áreas de bosques de alta biomasa para convertirlas en pastizales. Por ejemplo, con obras como el libro La contienda por la Amazonia y el paraíso perdido de Euclides da Cunha, la experta en desarrollo tropical en América Latina contribuye a la comprensión de los procesos de ocupación, co-lonización y urbanización de la selva amazónica.

La profesora de la Universidad de California ex-puso claramente los impactos negativos más allá de los ambientales, y la manera como los pueblos de la región perdían poco a poco sus medios de vida. A menudo los campesinos también fueron desplaza-dos como consecuencia de conflictos violentos que sirvieron para establecer actividades ilegales –como la minería, la explotación de madera y los cultivos ilícitos–, y en muchos casos el acaparamiento de tie-rras para megaproyectos rurales o de infraestructura.

consecuencias De la Deforestación

En condiciones naturales los bosques húmedos tro-picales no se queman debido a sus condiciones de humedad debajo del dosel, y porque los rayos por tormentas eléctricas son raros y ocasionales. En cambio, se sabe que la presencia más continua del fuego llegó de la mano del hombre, y que allá donde haya asentamientos, por agricultura, ganadería u otras actividades humanas, aumentan las conflagraciones.

Varios estudios han documentado las prácticas agrícolas de tumba y quema de árboles, que en el pasado provocaron una importante deforestación a pequeña escala, pero causante de una gran pérdida de cobertura forestal. Más adelante la Amazonia se vio azotada por la deforestación a gran escala por la producción industrial de cultivos como soya y palma de aceite o africana.

Por ejemplo Brasil fue donde mayor deforesta-ción se presentó, y mucha estaba asociada con el uso del fuego. No obstante, en la última década las políticas implementadas para atajar el problema, como el Plan de Acción para Prevención y Control de la Deforestación en la Amazonia, hicieron que la tala de bosques disminuyera. Esto trajo como consecuencia que el uso del fuego quedara más restringido al manejo agrícola y de pasturas, aunque con picos de incendios en años extremadamente secos como fue 2015, como lo evidenció Luis Aragão, experto brasilero en ecosistemas tropicales y ciencias

El Instituto Brasileño del Medioambiente y de los Recursos Naturales (IBAMA) y la Policía Federal combaten la extracción y comercialización ilegal de madera en zonas como la Reserva Biológica Gurupi y las tierras indígenas Caru y Alto Turiaçu en el estado de Marañón, en Brasil.

Foto: Felipe Werneck - Ascom/Ibama.

ambientales, en una investigación realizada en 2018. Así mismo, estudios liderados por Michelle Kala-

mandeen, de la Universidad de Leeds, publicados en 2018, han permitido evidenciar que el arco de deforestación de la Amazonia, entendido como la zona con mayores tasas de tala, podría estar deteniéndose en Brasil pero aumentando en Perú, especialmente desde comienzos del presente siglo como consecuencia de la minería, y en Bolivia por la agroindustria de la soya y la ganadería.

Con respecto a Colombia, desde 2007 el grupo de investigación en Ecología del Paisaje y Modela-ción de Ecosistemas (Ecolmod), de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia, adelanta investigaciones sobre la ecología del fuego, dirigidos especialmente a comprender la dinámica, los patrones y las causas de los incendios.

Así, han constatado que el incremento en el número de incendios y la intensidad de estos es directamente proporcional al aumento de la fragmentación del bosque, lo que implica una ruptura de los ecosiste-mas, y por tanto una desconexión en el norte y el sur de la Amazonia.

También han encontrado que los patrones es-paciales y temporales de los incendios forestales se pueden explicar por variaciones regionales y climáticas, lo cual evidencia que los eventos de fuego tienden a aumentar durante los meses más secos y durante las temporadas en las que se observan valores bajos en el promedio de lluvias.

De igual manera identificaron que los determi-nantes socioeconómicos y demográficos de la ocu-rrencia de incendios tienen una marcada relación entre estos y la agricultura a pequeña escala, la ganadería (conversión a pastos) y los cultivos no legales, debido al uso del fuego como herramienta para despejar los bosques y su posterior conversión a otros tipos de usos.

Los estudios también han permitido constatar el incremento de las tasas de tala de bosques en los parques nacionales de la Amazonia. De hecho, en áreas protegidas se ha evidenciado un aumento de seis veces en los incendios después de la firma del Acuerdo Final de Paz, además de un incremento en la deforestación, probablemente relacionado con una

complejidad adicional que es la especulación del valor de la tierra. Esto indica que es imperativo diseñar e implementar mecanismos para una planificación efectiva de la Amazonia colombiana.

otra proyección para la amazonia

La tendencia a la baja en materia de deforestación que se veía en parte de la cuenca puede estar cambiando debido a la relajación en las políticas ambientales y en la implementación de las leyes por parte de Gobiernos como el de Brasil. Sin embargo en otros países el flagelo de la deforestación continúa, y aunque por ejemplo en Colombia las cifras oficiales reportan una reducción, lo cierto es que estas tienen que ser validadas por fuentes independientes.

Para que la deforestación cero sea una realidad, la lucha del siglo xxi en los países amazónicos tiene que ver con resolver la gobernanza local, implemen-tar las políticas públicas y solucionar los conflictos sociales y económicos que tienen que ver con la inseguridad en la tenencia de la tierra.

Más allá del tema político y social, algunos exper-tos proponen un nuevo paradigma de desarrollo en el cual la Amazonia sea vista como un foco de investigación e innovación de alta tecnología; en otras palabras, que la región sea vista como un bien público que permita combinar los avances digitales, biológicos y materiales para ir por una tercera vía, la de una nueva economía basada en la biodiversidad.

* Magíster en Conservación Forestal y doctora en Geo-grafía; vicepresidenta de la Asociación Internacional de Ecología del Paisaje, Fulbright Scholar; represen-tante para Latinoamérica de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal en el área de Bosques y Ecología del Paisaje.

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Especial Amazonia

palabras clave: Pacto de Leticia por la Amazonia, territorios indígenas, triple frontera amazónica. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

El de Leticia, otro pacto condenado a la intrascendenciacaRloS g. záRate Botía, sociólogo e investigador, Instituto Amazónico de Investigaciones (Imani)Universidad Nacional de Colombia Sede Leticia

La quema De granDes extensiones del bosque amazó-nico con el propósito de sembrar pasto para introducir ganado o cultivos agroindustriales como la soya o, en su versión más cruda, para despojar a los pobladores indígenas de sus territorios, es una acción presente en las últimas décadas en la Amazonia brasilera como acompañante necesaria de la política que pretende in-volucrar a la región en los circuitos nacionales y globales de extracción y producción, impulsada por la euforia desarrollista compartida por los distintos gobiernos mili-tares. Todo esto a pesar de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992 o de las subsiguientes declaraciones y pactos globales, tan notorios como poco efectivos a la hora de detener el desmadre ambiental que amenaza a todo el planeta, y en especial a la Amazonia.

Lo novedoso aquí, en el Brasil de cambio de siglo, es que las quemas y sus gravosas consecuencias están justificadas y legitimadas por una política ambiental abiertamente regresiva y negacionista, similar a la de Donald Trump, su aliado estadounidense, con la que el actual presidente brasilero aspira a sustentar una política económica abiertamente extractivista y depredadora.

Como se está evidenciando, el actual paquete de po-líticas del mandatario brasilero cancela no solo los escasos logros en materia ambiental y social logrados después de la dictadura que sufrió Brasil entre 1964 y 1985, sino los de todos los ámbitos de implementación de las políticas públicas que inciden en la vida y afectan los derechos de la población de ese país, que habita la Región Amazónica.

Bolsonaro está empeñado en desmontar algunas de las más importantes reformas establecidas en la Cons-titución de 1988, para retrotraerse a tiempos oscuros ya superados. En el lenguaje coloquial de la política colombiana, el mandatario está logrando “hacer trizas” los intentos democratizadores de la sociedad de su país. Esto confirma el temor de algunos académicos y perio-distas brasileros cuando advirtieron –poco antes del ascenso al poder de este militar– que “el golpe de Estado de 1964 aún acecha y amenaza a la sociedad brasilera”.

Los efectos perversos de esta situación ya se han hecho sentir en la Amazonia brasilera – especialmente en las fronteras de este país con Colombia y Perú–, a juzgar por la ausencia y la falta de acción del Estado en materias tan dispares y sensibles como la seguridad, los derechos civiles, las tierras indígenas o la educación. Solo para poner un ejemplo de los dos primeros asuntos, en la población fronteriza de Tabatinga contigua a Leticia, fuertemente custodiada por el Ejército brasilero, bandas armadas han asesinado a decenas de personas con el pretexto de que están luchando contra el narcotráfico y haciendo “limpieza social”.

Así mismo, pocos días antes de la Cumbre de Leticia fue asesinado –también en Tabatinga– un colaborador de la Fundación Nacional del Indio (Funai), entidad

oficial que adelanta labores en defensa de los derechos territoriales de los pueblos indígenas del río Javarí, fron-terizo con Perú. La pregunta es cómo y porqué suceden estos hechos en una frontera desproporcionalmente mi-litarizada como la de Brasil.

Detrás Del Discurso De la soberanía

Un somero análisis del Pacto de Leticia firmado hace apenas unas semanas en predios de la Sede Amazonia de la Uni-versidad Nacional de Colombia, da una idea de la respuesta dada por el Gobierno brasilero al malestar global generado por su falta de reacción y explicación a las alarmantes cifras de deforestación en la Amazonia en el último año, no solo por los incendios forestales.

Leído entrelíneas este pacto, más que una cruzada en defensa de la región fue un espaldarazo mediático de apoyo al principal autor intelectual del retro-ceso ambiental de la Amazonia, quien para colmo faltó a la cita. Es indicativa la manera en que dos de sus principa-les convocantes, los presidentes Iván Duque y Jair Bolsonaro, expresaron sus coincidencias en materia ambiental y política. El mandatario colombiano dijo que ese pacto se convocó con el ánimo de “no politizar los riesgos de la Amazonia” lo cual ya sabemos que refrendó, aunque en sentido contrario, excluyendo a Venezuela de su partici-pación en la reunión. El gobernante brasilero, además de asentir, no ahorró esfuerzos en hacer gala de una radical postura nacionalista para blindar su invocación a la defensa de la soberanía brasilera sobre su territorio amazónico.

No es difícil entrever que esta beligerancia nacionalista no tiene otro fin que emular a los Estados Unidos en evadir los compromisos internacionales que Brasil, en este caso, ha firmado en materia de conservación de la Amazonia. Es un paso necesario para superar los obstáculos que le pueden impedir subastar en el mercado mundial los apreciables activos naturales que aún quedan en la selva amazónica. De ahí su silencio en torno al papel de las trasnacionales que trafican con los recursos naturales de todo el planeta, incluidos los de la Amazonia. Para este mandatario, tanto los incendios forestales y la deforestación consecuente como el desconocimiento de los derechos territoriales de los pueblos originarios son asuntos menores en compara-ción con los grandes beneficios económicos del desarrollo y el progreso. Bolsonaro sueña con que –como durante la dictadura– su gobierno se mantenga “gracias al apoyo de la sociedad civil anestesiada por el ‘milagro’ econó-

mico”, solo que aquí, en el Brasil de hoy, tampoco existe tal milagro.

Diferencias en la forma, iDentiDaD en el fonDo

Con algunos matices y cambios de forma, la postura del autoritario presidente brasilero es congruente con la de su vecino colombiano, el presidente Duque, quien en su discurso en Leticia señaló las graves consecuencias am-bientales de la deforestación de la Amazonia colombiana causada por la “minería ilegal”, por el narcotráfico o por los procesos de ocupación informal, pero guardó silencio absoluto acerca de los monumentales estragos –incluida la misma deforestación– generados por la aprobación y ejecución de grandes proyectos extractivos de las trasnacio-nales mineras y petroleras en la alta Amazonia colombiana

y su piedemonte, o en las fronteras con el Brasil.

Lo anterior para no mencionar el ma-nejo de los recursos de cooperación para la conservación ejercido por parte de los agiotistas globales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial y algunas poderosas ong conservacionistas que, en asocio con los Gobiernos, han implementado una diversidad de programas –Reducción de las emisiones de la deforestación y la degradación de bosque (redd), Reduc-

ción de las emisiones de la deforestación y la degradación de bosques (redd+), cambio de deuda por naturaleza, servicios ambientales, etc.– que han sido cuestionados por su concepción neodesarrollista, por los oscuros métodos de instrumentación y “participación” con que manejan las relaciones con las poblaciones, por el destino incierto de esos recursos, y finalmente por sus pobres resultados.

Por último, en cuanto al significado del “Pacto de Leti-cia por la Amazonia”, poco hay que agregar a lo dicho por Manuel Rodríguez, el primer ministro de Medio Ambiente de Colombia, cuando menciona que este es simplemente otro acto simbólico, político y mediático sin ninguna acción concreta, exceptuando tal vez “la creación de una red de cooperación ante desastres naturales” pero sin ningún poder vinculante, que, al igual que el lánguido Tratado de Coope-ración Amazónica, está destinado a la intrascendencia.

En Tabatinga, ciudad fronteriza con Leticia, campean sin control las bandas armadas, el crimen, el narcotráfico y todas las formas de violencia.

Foto: MM.

Durante la reunión, sus convocantes, los presidentes Iván Duque y Jair Bolsonaro, señalaron las graves consecuencias de la deforestación causada por la minería ilegal, el narcotráfico o los procesos de ocupación informal; sin embargo guardaron silencio con respecto a los estragos provocados por la aprobación y ejecución de grandes proyectos extractivos de las transnacionales mineras y petroleras en la frontera amazónica.

No es difícil entrever que esta beligerancia nacionalista de Bolsonaro no tiene otro fin que emular a los Estados Unidos en evadir los compromisos internacionales que Brasil, en este caso, ha firmado en materia de conservación de la Amazonia.

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octubre 2019 | 6 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

geRmán PoveDa JaRamillo*, profesor, Departamento de Geociencias y Medioambiente, Facultad de MinasUniversidad Nacional de Colombia Sede Medellín

La regulación hídrica, la captura de carbono, el control de la erosión y el albergue de la biodiversidad son algunos de los servicios ambientales que presta la Amazonia, por lo que detener la destrucción diaria de cientos de hectáreas de bosques en esta región requiere de una legislación más estricta por parte de los Gobiernos.

La deforestación podría provocar un colapso drástico al convertir el bosque tropical de la Amazonia en sabana, lo cual implicaría graves consecuencias para el planeta.

Los incenDios De la Amazonia que el mundo con-templa con asombro desde hace semanas, amenazan la vida tanto de cientos de especies de animales y plantas como de unos 54 millones de personas que habitan la región en Brasil, Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia, Venezuela, Guyana, Guayana Francesa y Surinam, y entre ellos 316 pueblos indígenas.

Las quemas son el resultado de la combinación de una temporada seca –normal por esta época del año– con la imparable tala indiscriminada de bos-que tropical para expandir la frontera agrícola y ganadera. Por ejemplo el cultivo de soya (que se exporta a China y Europa) se ha convertido en uno de los principales factores de deforestación, pues se estima que por este se han destruido alrededor de 70.000 km2 de selva desde 2017.

A este fenómeno se suma la construcción de in-fraestructuras –en especial de represas y carreteras– y la minería legal e ilegal. Al respecto, una inves-tigación elaborada en 2018 por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (raisg) evidenció 2.312 puntos en los cuales se realiza minería ilegal de oro, diamantes y coltán, distribuidos así: 1.899 en Venezuela, 321 en Brasil, 68 en Ecuador y 24 en Perú.

Entre los muchos servicios ecosistémicos que presta la Amazonia se encuentran la regulación de los extremos hidrológicos (que aminoran la severidad

La selva amazónica desempeña un importante papel en la regulación del clima mundial, en la producción de agua dulce y en la conservación de especies.

Especial Amazonia

Sin una legislación estricta la Amazonia se convertirá en sabana

e intensidad de las sequías y de las crecientes de los ríos); el control de la erosión; la protección contra el calentamiento global por el secuestro de carbono y por la evapotranspiración (proceso de enfriamiento); el albergue de biodiversidad; y el almacenamiento y reciclaje de nutrientes. Sin embargo, si como con-secuencia de la deforestación el bosque tropical de la Amazonia terminara convertido en sabana, las consecuencias para el planeta serían graves.

Daños irreversibles

La deforestación de bosques tropicales causa enor-mes daños a múltiples procesos esenciales para el equilibrio del clima tanto regional como global, y del ciclo del agua (o hidrológico), mediante el cual las masas de agua cambian de estado –líquido, vapor y hielo en varias etapas del ciclo–, que puede ocurrir en cuestión de segundos o en millones de años.

Del 35 al 50 % de la lluvia que cae en las cuencas hidrográficas de los ríos de estas zonas se alimenta del agua que es evapotranspirada por la vegetación y sus bosques. Como consecuencia, se agudizan los periodos de sequía en épocas de poca lluvia, o las inundaciones en tiempos de altas precipitaciones (variaciones climáticas).

Asimismo se ha detectado que una ace-lerada destrucción de la Amazonia esta-ría reduciendo la presión ejercida por la bomba biótica de humedad atmosférica, teoría propuesta en 2006 por Anastassia Makarieva y Victor Gorshkov, del Institu-to de Física Nuclear de San Petersburgo, que señala que los bosques desempeñan un papel determinante en las lluvias, al generar vientos atmosféricos que funcionan como un me-canismo de bombeo, extendiendo la humedad de los continentes.

En cuanto a los balances de energía y carbono en los ríos y demás afluentes de la región, la tala indis-criminada afecta los flujos tanto radiativos (radiación de onda corta incidente y reflejada, radiación de onda larga incidente y emitida) como no radiativos (calor sensible y calor latente) y cambia el reflejo de la radiación solar cuando cae sobre el planeta (albedo). Además altera la formación de las nubes

y los procesos convectivos (forma de transferencia de calor), que son los mecanismos de generación de la lluvia tropical más importantes.

La destrucción de los bosques también incide en la formación de núcleos de condensación de nubes (ncn), necesarios para transformar las gotículas de agua líquida que resultan de la condensación del vapor de agua en las gotas que caen durante la lluvia. La vegetación y los árboles producen compuestos volátiles orgánicos que se convierten en ncn, lo que quiere decir que los bosques tropicales producen el agua (vía evapotranspiración) y los ncn que más adelante los va a alimentar mediante la lluvia; se trata de un elemento de alta sofisti-cación biogeoquímica de las plantas.

los anDes y la amazonia se retroalimentan

Una parte significativa de la lluvia y del agua que se condensa en los Andes tropicales proviene del vapor de agua transportado por los vientos alisios desde la Amazonia y los mares circundantes. En particular hay un alto transporte de humedad desde la Amazonia, que cruza sobre los Andes y que llega incluso hasta la Costa Pacífica colombiana; se trata de un sistema acoplado.

Una situación cada vez más preocupante tiene que ver con el hecho de que las lluvias recicladas en los Andes son del orden del 70 y 80 % y alimentan los ríos que drenan las tierras bajas de la Amazonia suministrando caudales de agua líquida, sedimentos y nutrientes

esenciales para que la extraordi-naria biodiversidad de la región se mantenga. Sin embargo, a consecuencia de la deforesta-ción, las precipitaciones y el vapor de agua se están redu-ciendo y existe mayor riesgo de sequías, mortalidad de árboles e incendios.

Las perturbaciones del ciclo del agua también amenazan el su-ministro de este invaluable recurso con que se nutren los glaciares andinos, en alto riesgo de desaparición debido al calentamiento global. Asimismo afecta la estabilidad ambiental de páramos, yungas (selvas de montaña), punas (mesetas de alta montaña) y bosques andinos (de niebla, montanos, lluviosos), y por ende el suministro de agua en ciudades como Bogotá, Lima, Quito o La Paz, incluso de Argentina, Paraguay y Uruguay porque los sistemas de circulación de vientos sobre el continente –como el “chorro de bajo nivel sudamericano” y los ríos aéreos– transportan grandes cantidades de vapor de agua desde la Amazonia hasta el río de La Plata y el sureste de Suramérica. Por todas estas razones, los incendios están afectando la calidad del

aire en todo el continente.Detener la deforestación y restaurar los ecosis-

temas de la región implica echar a andar progra-mas de investigación científica para comprender, modelar y predecir la dinámica hidrológica, climática y biogeoquímica del sistema An-des-Amazonas y de las interrelaciones entre sus ecosistemas y las poblaciones.

La comunidad internacional, tan preocupada por la integridad de la Amazonia y tan con-vencida de su valor, como uno de los puntos críticos de la estabilidad del sistema climático del planeta Tierra, debe invertir recursos finan-cieros, tecnológicos y humanos acordados con los países amazónicos, y que sean correlativos con la importancia planetaria de la región, más allá de los discursos y las buenas intenciones.

* Miembro del Grupo Intergubernamen-tal de Expertos sobre el Cambio Climáti-co (ipcc). Miembro de Número de la Aca-demia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Accefyn), e inte-grante de la Misión Internacional de Sabios 2019.

palabras clave: cambio climático, deforestación, hidrografía, Amazonia, incendios. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Foto: archivo Unimedios

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octubre 2019 | 7 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

Especial Amazonia

palabras clave: Amazonia, conflic-tos agrarios, Brasil. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Violencia y desplazamiento de indígenas, resultado de proyecto capitalista en la AmazoniacaRloS alBeRto FRanco Da Silva, docente e investigador, Departamento de Geografía Universidad Federal Fluminense (Brasil)aumeRi caRloS BamPi, docente e investigador Universidad Estatal de Mato Grosso (Brasil)

El 24 De septiembre, durante su discurso en la Cumbre 2019 Acción Climática en Naciones Unidas, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro cuestionó la veracidad de la información sobre la deforestación en la Amazonia. Según el mandatario, lo que existe es una guerra de información al servicio de los intereses extranjeros en la región, que busca socavar la soberanía nacional.

En su intervención, el presidente leyó una carta firmada por el Grupo de Agricultores Indígenas de Brasil, que apoya el uso de tierras indíge-nas para agronegocios, minería y ganadería, el cual está conformado por 60 pueblos indígenas de siete estados brasileños, incluyendo Mato Grosso –que en portugués significa “selva espesa”–, el mayor pro-ductor de soya del país. Precisamente en la región de Chapada dos Parecis existen registros de plantaciones de 18.000 hectáreas de soya, maíz y arroz por parte de las comunidades Pareci, Nambikwara y Manoki.

Al darle poder político a este grupo, Bolsonaro evidencia su intención de aprobar nuevas regula-ciones para liberar tierras indígenas susceptibles de explotación para todo tipo de megaproyectos. Sin embargo, la mayoría de organizaciones indíge-nas no solo no reconocen al presidente como su portavoz, sino que desde hace décadas luchan por el derecho a tener alternativas de desarrollo social no articuladas a la mercantilización de los recursos naturales amazónicos.

En términos de preservación del bioma amazónico –o el conjunto de ecosistemas característicos de esta zona biogeográfica–, el 28,6 % del territorio está conformado por Unidades de Conservación Am-biental (espacios territoriales para fines de preservación), lo que lo convierte en uno de los más protegidos del país. Por ejemplo El Cerrado (amplia ecorregión de sabana tropical brasileña), terri-torio de agronegocios, tiene solo el 8,7 % de las Unidades. Según el Informe Planeta Vivo 2018 - Brasil publicado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (wwf), desde 1970 el 20 % de la selva amazónica y el 50 % de El Cerrado han sido deforestados.

Las estadísticas confirman que la deforestación de la Amazonia es un problema incuestionable y el avance de los agronegocios, la minería, la ganadería y las obras de infraestructura amenaza con radicalizar la destrucción de esta área. En 29 años –1988-2017– el área destruida fue de 428.398 km2, casi el tamaño del territorio de Suecia (447.435 km2), según datos del “Programa de monitoreo de la deforestación de la selva amazónica brasileña por satélite” (Prodes). En ese sentido, la consolidación del modelo de exportación primaria de esta región no debería alterar el proceso de deforestación regional ni el impacto en las poblaciones tradicionales.

“sabanización”, minería e infraestructura: las amenazas

Existen tres amenazas para las tierras indígenas de la Amazonia. La primera es la “sabanización”, es decir, la transformación del bosque en sabanas debido a la deforestación y la sequía, consecuencia de los cambios en los patrones de lluvia. En 60 años la temperatura ha

Las comunidades indígenas protegen el bosque y ayudan a conservar los recursos hídricos, la fauna y la flora.

Foto: archivo Unimedios.

aumentado 1 oC, pero si el incremento alcanza los 4 0C, es muy probable que este escenario se presente en el sur y el este de la Amazonia.

La segunda amenaza es la minería. Según da-tos del Instituto Socioambiental, 28 millones de hectáreas de tierras indígenas (24,5 % del bioma) y

18 millones de hectáreas de áreas de la Unidad de Conservación es-tán amenazadas por proyectos mi-neros. En lo que va corrido de 2019, la Agencia Nacional de Minería ha reportado 4.332.000 procesos de exploración minera en 214 de las 735 áreas indígenas registradas, y en áreas de Protección Integral como parques nacionales o re-servas ecológicas.

Así mismo, en marzo pasado, mientras los brasileños disfru-taban con las celebraciones del carnaval, el almirante Bento Al-buquerque, ministro de Minas y Energía, anunció la apertura de tierras indígenas y zonas fronte-

rizas a la explotación minera por parte de empresas extranjeras.

La tercera amenaza son las obras de infraestructura –carreteras e hidroeléctricas–. Durante las administra-ciones de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, las inversiones en energía y apertura de carreteras tuvieron impactos en comunidades quilombolas (de afrodescendientes) y ribereñas, de agricultores familiares y en tierras indígenas.

En 2012, la investigación realizada por el antropó-logo social Ricardo Verdum, profesor de la Univer-sidad Federal de Río de Janeiro, titulada “Obras de infraestructura del Plan de Aceleración del Creci-miento (pac) y los pueblos indígenas en la Amazonia brasileña”, encontró que de las 82 obras viales y fluviales prevista para ese momento, 43 afectaron uno o más territorios indígenas. El estudio también advirtió que el 90 % de estos espacios cercanos a los proyectos hidroeléctricos estaba en riesgo por la tala, la minería y el reasentamiento de las comu-nidades afectadas.

Desplazamiento y pobreza

La modernización de la Amazonia y la injusticia espacial –o desigualdad territorial– son procesos interrelacionados, pero esta última marca los conflic-tos entre las poblaciones tradicionales y las fuerzas

capitalistas en la región. Existen registros de que entre 1986 y 2016 ocurrieron 171.749 asesinatos en áreas rurales de Brasil, especialmente en el norte del país, donde se hallan los megaproyectos agrícolas y mineros; los principales actores responsables de esta violencia fueron agricultores, empresarios e invasores de tierra.

El desolador panorama no cambió mucho durante el gobierno de Michel Temer, ya que la violencia y el desplazamiento no solo no terminó, sino que además ha continuado tras la llegada al poder de Jair Bolsonaro. En 2017, el Atlas de conflictos en el Amazonas registró 980 conflictos en 2017 que involucraban a casi 100.000 familias, y en los que se presentaron 144 asesinatos.

La violencia se registra en la población pobre privada del derecho a la ciudadanía, y por la desigualdad extrema en la distribución del ingreso per cápita, el cual se estima en 5,5 dólares, es decir unos 165.000 pesos mensuales.

Un estudio realizado a partir de las bases de datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (ibge), de ong como la Comisión Pastoral de la Tie-rra –órganos de la Comisión Nacional de Obispos de Brasil– y del Banco de Datos de la Lucha por la Tierra (Proyecto Dataluta), reveló que la política de reconocimiento y demarcación de las tierras indígenas y su reproducción física y socioecológica puede actuar como una estrategia sostenible para mantener el bioma amazónico.

Dichos territorios corresponden a 173 grupos étnicos centrados en la conservación de la biodiver-sidad y el control de la deforestación; además, junto con las Unidades de Conservación, los territorios de quilombola y otras poblaciones tradicionales amazónicas, realizan una gestión ancestral de los recursos naturales.

Las comunidades indígenas protegen el 27 % de los bosques, ayudan a almacenar carbono e interfieren con la circulación atmosférica de las masas de aire, la temperatura del planeta y la conservación tanto de los recursos hídricos como de la fauna y la flora. La invasión de sus territorios constituye una de las mayores amenazas para la reproducción de los grupos étnicos y la conservación de la Amazonia.

La expansión de los conflictos agrarios y de la desigualdad territorial es el resultado de una precaria modernización en la que los megaproyectos rurales y mineros, adelantados por multinacionales, fomentan la deforestación, los conflictos por la tierra y el agua, la transformación cada vez más acelerada de los ecosistemas, y la exclusión de las comunidades amazónicas.

Entre 1986 y 2016 ocurrieron 171.749 asesinatos en áreas rurales de Brasil, especialmente en el norte del país, donde se hallan los megaproyectos agrícolas y mineros; los principales actores responsables de esta violencia fueron agricultores, empresarios e invasores de tierra.

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octubre 2019 | 8 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

Especial Amazonia

Incendios en la Amazonia afectarían provisión de agua en los AndesmaRcoS anDRaDe F., investigador, Laboratorio de Física de la AtmósferaUniversidad Mayor de San Andrés (La Paz, Bolivia)

AproximaDamente la mitaD del carbono guardado en los bosques se encuentra en las selvas tropicales. Es importante recordar que en la fotosíntesis –proceso mediante el cual las plantas y los microorganismos convierten luz solar en energía que pueden usar fácilmente– se captura dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y se emite oxígeno como desecho. Sin embargo no todo el carbono producto de la fotosín-tesis es almacenado en la biomasa arbórea, sino que una parte se devuelve a la atmósfera a través de la respiración.

El resultado de dichos procesos se conoce como “producción primaria neta”. Esta permite el crecimiento y mantenimiento de la biomasa (ramas y hojas, por ejemplo), y a través de ella también se transfiere –indirectamente– carbono al suelo por medio de materia vegetal muerta (hojas y troncos), que even-tualmente se descompone emitiendo nuevamente este elemento hacia la atmósfera. Por lo tanto, los bosques tropicales, y el Amazonas en particular, almacenan grandes cantidades de carbono tanto en la materia viva como en el suelo que se halla protegido por la selva misma evitando que los nu-trientes almacenados allí, sean removidos por las intensas lluvias tropicales.

Por lo anterior, la quema de bosques amazónicos libera grandes cantidades de carbono a la atmósfera en forma de CO2, un gas de efecto invernadero muy importante cuya concentración en la atmósfera ha au-mentado de 280 partes por millón en volumen (ppmv) antes del inicio de la Revolución Industrial, a más de 400 ppmv en la actualidad.

Aunque el incremento se debe espe-cialmente al uso de combustibles fósi-les (petróleo, carbón, gas natural y gas licuado de petróleo), la deforestación contribuye con un porcentaje no despre-ciable que se calcula entre 15 y 20 % del carbono emitido a la atmósfera cada año.

incenDios poDrían incrementar la temperatura De la tierra

Para poner en perspectiva este aumento de cerca de 120 ppmv se deben mirar los registros climáticos obtenidos de los tes-tigos de hielo extraídos en la Antártida y Groenlandia, los cuales han permitido es-tablecer que en los últimos 800.000 años (la civilización tiene apenas unos 10.000 años) la concentración de CO2 varió entre 190 ppmv, en las épocas de máxima gla-ciación, o periodos fríos, y 280 ppmv en las épocas interglaciares o periodos calientes.

La temperatura, inferida de esos testi-gos glaciares, muestra que en los periodos interglaciares esta era similar a la actual, pero durante los periodos más fríos era Las quemas de la amazonia podrían alterar la provisión de agua y nieve en los glaciares de los Andes.

Foto: Manuel Roca.

palabras clave: Andes tropicales, Bolivia, incendios, temperatura del planeta. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

La deforestación que producen los incendios, como los que se observan desde hace varias semanas en la Amazonia boliviana y brasileña podría alterar tanto el transporte de humedad hacia la zona andina como el ciclo hidrológico en vastas regiones del continente.

unos 9 oC más baja que en la actualidad. Un hecho que se debe tener en cuenta es que estos registros revelan que las con-centraciones de CO2 y la temperatura han cambiado casi al “unísono” (en escalas de cientos de años), es decir que cuando las concentraciones se incrementaron o disminuyeron, las temperaturas hicieron lo propio.

La preocupación del mundo con respecto a las quemas del Amazonas y otras selvas tropicales está más que jus-tificada, pues grandes incrementos de la concentración de CO2 en la atmósfera podrían implicar fuertes subidas de la temperatura de la superficie del planeta. ¿Pero cómo se relaciona esto con el clima de los Andes?

la humeDaD llega Del amazonas

El sistema climático es muy complejo; en él las interaccio-nes entre muchos factores físicos, químicos y biológi-cos definen las condiciones de una región en particular. En el caso del sur de los Andes tropicales (sur del Perú y de Bolivia) existe una relación muy importante con la selva amazónica. La humedad que produce precipitación –en este caso lluvia– se transporta desde el océano Atlántico viajando miles de kilómetros. Es interesante anotar que solo de un 5 a 10 % de las masas de aire que arriban a esta Región Andina proviene del océano Pacífico, que está mucho más cerca que el Atlántico.

El mecanismo que transporta el vapor de agua a través de grandes distancias está íntimamente ligado a la evaporación de dicho líquido de las hojas de las plantas a la atmósfera. Este proce-so, denominado transpiración, les permite a las plantas mover agua y nutrientes minerales desde el suelo hasta algunas de sus partes situadas sobre la superficie del terreno, y finalmente hacia la atmósfera.

Esto permite el almacenamiento de gran cantidad de agua en el bos-que, la cual después es emitida de nuevo a la atmósfera. Dicho ciclo mantiene el vapor de agua disponible para ser transportado a través del continente sudamericano. En el verano Aus-tral (diciembre, enero y febrero), la humedad proveniente del Atlántico ecuatorial se dirige hacia las montañas an-dinas, que actúan como una barrera desviando este “río” atmosférico hacia el sureste, permitiendo la precipitación de importantes cantidades de nieve y agua sobre los glacia-res y montañas de la región, recargando acuíferos y repre-sas usadas para almacenar agua para el consumo humano y realimentando a los glaciares con nieve fresca. En invierno,

época seca en la región, este flujo de humedad se mueve hacia el noroeste del continente y no hay humedad disponible que permita precipitación en la zona, salvo que, esporádicamente, se tengan frentes fríos del sur.

Por todo lo anterior, la deforestación que producen los incendios, como los que se observan desde hace varias se-manas en la Amazonia boliviana y brasileña podría alterar tanto el transporte de humedad hacia la zona andina como el ciclo hidrológico en vastas regiones del continente.

La quema de grandes extensiones del bosque –se estima que solo en agosto se perdieron varios millones de hectá-reas–, desde el punto de vista climático, no solo producirá la emisión de grandes cantidades de CO2 hacia la atmósfera, exacerbando el calentamiento global, sino que podría afectar de manera directa la provisión de agua en la región.

Si bien el uso del fuego en el Amazonas es una prácti-ca corriente (incluso desde antes de la llegada de los con-quistadores europeos), la diferencia está en su forma e intensidad. Las grandes quemas de estos últimos años están directamente relacionadas con acciones humanas, pues los incendios naturales son raros en estos bosques.

Aunque el cambio climático –al que autoridades de los diferentes Gobiernos de la región culpan cuando son interpe-lados por los incendios de este año– es uno de los factores que favorece las condiciones para que existan grandes incendios forestales al intensificar las sequías, no es el principal factor que inicia los incendios. Estos son producto de acciones deliberadas para incrementar la frontera agrícola o limpiar

de forma “económica” los terrenos usados para agricultura.

En ese sentido, las políticas gu-bernamentales juegan un papel muy importante. Si se incentiva directa o indirectamente la quema de la selva, como ocurre al aprobar leyes que per-miten quemas de los bosques o cuando se dejan de cumplir leyes que los protegen, los efectos no pueden ser otros que incendios incontrolables. Los efectos a corto y mediano plazo

podrían ser irreversibles y devastadores para los habitantes de todo el continente. Aunque es imposible preverlos con exactitud, no es muy sensato permitir, por acción u omisión, que se destruya la mayor reserva natural del planeta.

Diversas investigaciones científicas muestran que el 90 % de las lluvias que se producen en los Andes tropicales (sur del Perú y de Bolivia) provienen de la Amazonia. Esto explica por qué es importante conservar ese “mar verde”, especialmente en un contexto como el actual, en el que la zona está siendo arrasada por los incendios.

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octubre 2019 | 9 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

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investigación & creación

30 días en la Universidad

LaUNALcuenta

Palmira. Dos regiones del genoma del arroz atacan al virus de la hoja blanca; este hallazgo permitiría generar nuevas variedades de arroz más resistentes a dicha plaga.

Medellín. La Superintendencia de Industria y Comercio le otorgó patente al hormigón autocompactable elaborado con materiales locales y adaptado a las condiciones colombianas.

Bogotá. Esteros, lagunas y pantanos fueron algunos de los sitios de la Orinoquia en los cuales se halló un importante inventario de flora acuática conformada por 129 especies de 86 géneros y 40 familias.

Bogotá. A partir de su información genómica, software identifica más rápido bacterias en ambientes clínicos.

Palmira. En el estómago de las canchi-malas de Buenaventura encuentran que el15 % de lo que ingieren es plástico.

Bogotá. Cremas faciales a base de aguacate, opción productiva para cultivadores de El Carmen de Bolívar.

Palmira. Con acuaponía mejoran gasto de agua en producción de hortalizas y peces.

Manizales. La App Epall combina un filtro de carbón activado (material que remueve contaminantes) con uno de arcilla, permitiendo que el agua sea apta para consumo humano.

Bogotá. Empaque para conservar frutas frescas hasta por 60 días facilitaría su exportación.

Medellín. Nanopartículas de sílice –similares al polvo– captan hasta un 17 % más de petróleo que el método tradicional de extracción del crudo.

Bogotá. Las cianobacterias –un tipo de alga– recolectadas en las islas de Providencia y Santa Catalina, asociadas con el arrecife de coral, poseen metabolitos que podrían controlar el crecimiento de células de cáncer.

Manizales. Un estudio realizado en 18 ciudades del país, entre ellas Bogotá, Medellín y Barranquilla, concluyó que la contaminación no influye en el incremento de los rayos.

Bogotá. Con sensores satelitales construyen un simulador de dispersión del fuego para la Orinoquia. El sistema evalúa las condiciones climáticas y la extensión del incendio.

Palmira. Harina obtenida de la cabeza y el exoesqueleto de cama-rones alimentaría peces y cerdos.

Manizales. Carbón activado ob-tenido de caña panelera removería residuos tóxicos del agua.

Bogotá. Una hamburguesa con fibra y baja en grasa fue elaborada por ingenieros químicos de la unal. El ingrediente principal fue inulina, carbohidrato usado para preparar alimentos funcionales.

Palmira. Agrónomos de la UNAL identifican 19 nuevas especies de ácaros en cafetales colombianos.

Bogotá. La App Glucontrol calcula la dosis de insulina para diabéticos, con base en alimentos típicos colombianos.

Bogotá. Estudios en radiocarbono evidenciaron que el colombiano más antiguo reportado hasta hoy habitó en Boyacá durante el periodo Precerámico, época de los cazadores-recolectores.

Bogotá. Videos e historietas con-forman “Ludon”, plataforma web que promueve la lectura en niños.

Medellín. Escombros de construcción, mezclados con un hongo del género Aspergillus, aportan calcio y fósforo a suelos degradados por la minería urbana.

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octubre 2019 | 10 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

Política & Sociedad

palabras clave: Acuerdo Final de Paz, Reforma Agraria Integral, disidentes farc. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Implementación del Acuerdo de Paz, entre “fuego amigo” e incumplimientos

El Estatuto de la Oposición, la puesta en marcha del Catastro Multipropósito, la formulación de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (pdet), y los múltiples proyectos productivos puestos en marcha por los excombatientes, muestran que no se puede seguir argumentado el incumplimiento por parte Estado, cuando se sabe que la implementación del Acuerdo Final de Paz es un proyecto a 15 años, que cubrirá tres gobiernos, y apenas transcurre el primero.

En el proceso De terminación de un conflicto armado se dan tres momentos diferenciados: el de los acercamientos iniciales o prenegociación, la negociación propiamente dicha y la implementación de lo acordado.

El inicio del periodo del posacuerdo en Colombia ratifica lo que se ha evidenciado en otros procesos de terminación del conflicto armado: es mucho más complejo implementar el Acuerdo Final de Paz, una vez firmado, que el ejercicio de construir y desarrollar lo acordado.

Lo anterior, por cuanto implica para los excomba-tientes enfrentarse a la realidad de hacer el tránsito de su condición de miembros de un grupo alzado en armas a iniciar la construcción de sus proyectos de reincorporación en el ámbito político, social y económico. Por eso es frecuente, aunque por diver-sas razones, en casi todos los conflictos armados en el mundo, y así ha sido la experiencia nuestra anterior, el surgimiento de disidencias. Esto sucedió con la desmovilización de las guerrillas liberales de mediados del siglo xx, con el m-19, el epl, y también lo ha sido con las farc. Por supuesto se trata de un hecho que incide negativamente en la implementación desde perspectivas políticas o de seguridad, entre otras.

En ese sentido, el anuncio de un grupo de disiden-tes de las antiguas farc –liderado por Iván Márquez, Jesús Santrich y Hernán Darío Velásquez alias “el Paisa”– de retomar las armas, con el argumento de los incumplimientos por parte del Gobierno, es a todas luces una decisión equivocada; no solo no honraron el Acuerdo que ellos mismos ayudaron a construir, sino que se sitúan en una perspectiva histórica superada por las luchas sociales y políticas contemporáneas, que justamente no consideran de ninguna manera aceptable que se invoque el uso de la violencia para obtener reivindicaciones políticas o sociales.

Así mismo es bueno recordar que quien desen-cadenó esto fue el sobrino de Iván Márquez cuan-do apareció como testigo protegido de la agencia norteamericana dea, lo que lo llevó a dejar su rol en la legalidad y en la Dirección del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (farc).

Además, esta desafortunada decisión termina convirtiéndose en “fuego amigo” para el posacuerdo, en la medida en que contribuye a darles argumentos a los sectores adversos a la paz para que justifiquen, aún más, sus andanadas contra la Jurisdicción Es-pecial para la Paz (jep), la Comisión de la Verdad y demás instituciones que se crearon como resultado

aleJo vaRgaS veláSquez, director, Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de PazUniversidad Nacional de Colombia

del proceso de paz y que se selló con una histórica firma en el Teatro Colón. Con o sin intención, la conformación de dicho grupo disidente está con-tribuyendo a darle “munición” a los adversarios del proceso de paz.

no toDo es negativo

Con la equivocada decisión de aquel grupo disi-dente de las farc se está desconociendo que la mayoría de los excombatientes están justamente construyendo su futuro dentro de la legalidad, con dificultades, sí, pero con la convicción de resurgir como ciudadanos en democracia y al margen de las actividades violentas, y también están tratando de consolidar su partido político. Tanto los dirigentes como las bases del partido farc deben contar con la solidaridad de todos los sectores nacionales que apoyan la terminación de la relación entre política y armas.

Por supuesto que hay incumplimientos por parte del Estado, pero se trata justamente de utilizar los mecanismos propios de la democracia, la lucha social y política, y las vías legales para hacer que se cumpla y no creer que esto se logrará mediante el chantaje con un fusil en la cabeza de la sociedad colombiana.

Los incumplimientos del Estado –algunos del Congreso de la República y otros de los gobiernos de Juan Manuel Santos y de Iván Duque– se deben denunciar sin perder la perspectiva de temporalidad a 15 años de la implementación del Acuerdo, tal y como se estableció en el Plan Marco de Implemen-tación. Es decir, este periodo cubrirá tres gobiernos, adicionales al que firmó el Acuerdo, y apenas está transcurriendo el primero.

En el periodo transcurrido no se pueden desco-nocer los aspectos positivos ya en marcha, entre los que se cuentan: •el Estatuto de la Oposición, vigente desde el 20 de julio de 2018; • la creación en 2017 del partido farc con sus curules en Cámara de Representantes y Senado; •el inicio en julio del presente año del programa piloto de implementación del Catastro Multipro-pósito, a través del cual se busca que de aquí a 2025 el país actualice todo su directorio de tierras (en la actualidad solo lo está el 5,6 % del territorio), un tema sensible si se tiene en cuenta que ayudaría a resolver el problema de propiedad de la tierra en

Colombia, que es el telón de fondo del conflicto; • la formulación de todos los Programas de Desarro-llo con Enfoque Territorial (pdet), contemplados en el primer punto del Acuerdo: el de la Reforma Rural Integral; • los programas de sustitución voluntaria de cultivos de coca y de desarrollo alternativo; • los múltiples proyectos productivos, de turismo y de transformación y comercialización que han puesto en marcha los excombatientes con apoyo de la cooperación internacional y del Gobierno; • la creación de las primeras emisoras comunitarias como parte del Acuerdo.

Por supuesto hay pendientes muy importantes: • las 16 curules en la Cámara de Representantes para las regiones pdet que fueron las más azotadas por el conflicto armado, negadas por el Congreso y que están en discusión en el Consejo de Esta-do. Es importante anotar que si no se tiene una respuesta positiva, se debe presentar de nuevo el acto legislativo en 2020; • la reforma política electoral que también fue ne-gada en el Congreso y que había sido inicialmente producto de la Misión Electoral Especial; y •varios aspectos relacionados con el punto uno del Acuerdo, Reforma Rural Integral.

Sin embargo, aunque el panorama descrito pa-rezca desalentador, lo cierto es que para ir apenas en el tercer año de implementación el balance no es totalmente negativo; más bien es “variopinto”, a pesar de contar con un sector de fuerzas políticas dedicadas a hacer proselitismo permanente contra lo acordado y que no parecen resignarse a vivir sin una situación de confrontación armada.

Afortunadamente hay un sector de las fuerzas políticas que sigue defendiendo el Acuerdo en el Congreso y un importante y amplio sector de la so-ciedad colombiana dispuesto a movilizarse a favor de consolidar la “paz imperfecta” que nos regaló el Acuerdo con las farc.

En septiembre pasado se presentaron en Medellín algunas iniciativas de trabajo de desmovilizados de las FARC, surgidas en Espacios Territoriales para la Capacitación y la Reincorporación (etcr).

Foto: Casa Editorial El Tiempo/Esneyder Gutiérrez

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octubre 2019 | 11 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

Economía& Organizaciones

palabras clave: desempleo, com-petitividad, trabajador. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Los trabajadores son generadores de riqueza ignorados por los gobiernosRicaRDo Bonilla gonzález, docente, Facultad de Ciencias EconómicasUniversidad Nacional de Colombia

Aunque tradicionalmente Colombia ha mantenido altas tasas de desempleo, los esfuerzos de los Gobiernos, por lo menos desde hace cuatro décadas, se han centrado más en reducir los costos y las cargas a los empleadores que en comprometerse con una estrategia de productividad, en la que el trabajador sea visto como un generador de riqueza y no como un insumo más.

Las modalidades de trabajo también han cambiado, pero con una dosis de educación inferior al promedio mundial de países de medianos o altos ingresos; tampoco existe el compromiso real hacia un país más educado, no se trata de competencias y oficios que se vuelven obsoletos en poco tiempo, sino de formarse para la vida y la creatividad.

En lo que va corriDo de 2019 el desempleo se convirtió en tema recurrente y preocupante con respecto al verdadero desenvolvimiento de la economía colombiana, pues esta no está creciendo lo suficiente como para generar optimismo y propiciar el surgimiento de nuevos puestos de trabajo, independientemente de la calidad de estos.

En Colombia el tamaño de la población sigue creciendo: hay más nacimientos que defunciones, y cada año se espera que haya más

personas ocupadas, cosa que este año no ha ocurri-do, pues hay menos per-sonas trabajando y mayor número buscando trabajo; como consecuencia, la tasa de desempleo volvió a los dos dígitos: 10,8 %.

En la economía colombia-na no es extraño tener una tasa de desempleo de dos dí-gitos; por el contrario, es lo normal si se mira hacia atrás, desde mediados del siglo xx. Aunque este fenómeno se ex-plica de diferentes maneras, las causas más recurrentes se

refieren a dos tipologías: i) es inversamente cíclico, es decir que se da como respuesta al comportamiento de la actividad productiva: cuando esta crece el desempleo baja, y viceversa, y ii) obedece a causas friccionales y estructurales, o sea que se origina en el funcionamiento del aparato productivo, al menos en dos factores: los costos y la educación. La tasa de desocupación de largo plazo oscila en el 10 %, del cual 8 % es friccional-estructural y 2 % es cíclico.

La preocupación por el desempleo no es nueva; hace exac-tamente 35 años el gobierno de Belisario Betancur, presiona-

En agosto la tasa de desempleo llegó al 10,8 %, es decir que 391.000 personas perdieron sus empleos, y que la cifra oficial de desocupa-dos en el país fue de 2,6 millones de personas.

do por una tasa de desempleo urbana del 15 %, convocó a una Misión de Empleo, dirigida por el economista Hollis Chenery, especialista en los pro-blemas del subdesarrollo, en la que participaron notables economistas colombianos de la época. Su objetivo era identificar las causales del desempleo y sugerir medidas de política para reducirlo y llevarlo a niveles racionales y comparables con otros países de América Latina. Desde entonces se reconoce a Colombia como el país con las tasas de desempleo más altas del continente, notoriamente por encima del 10 %, frente al 5 % de Estados Unidos o México, y al 7 % de la mayoría de los países de la región.

Entre las principales conclusiones de la Misión de Empleo están: i) que la tasa de desempleo promedio de largo plazo colombiana superaba el 10 % y era una de las más altas –si no la más alta– de América Latina, ii) que los factores friccional y estructural consolidados dejaban un 8 % básico de desempleo, iii) que el mayor factor de ajuste de corto plazo era el comportamiento económico, reflejado en las ten-dencias del ciclo: al crecer la economía se reduce el desempleo, y viceversa, y iv) que era necesario propiciar cambios en la política pública que mejo-raran las condiciones de acceso y estabilidad de las personas al mercado de trabajo.

Las sugerencias también fueron diversas y se con-centraron en dos grandes ejes: i) eliminar las rigideces en la contratación laboral y estimular la flexibilidad en este mercado, y ii) fortalecer los procesos de forma-ción para el trabajo y mejorar las competencias de quienes llegan al mercado de trabajo.

políticas Desfavorecen a los más vulnerables

El debate en Colombia sobre flexibilidad nunca giró alrededor de los ingresos –como funcionaba en ese momento en Japón con el modelo del “empleo de por vida”– sino sobre las condiciones de contratación de un trabajador a remunerar con un salario mínimo decretado por el Gobierno.

El camino de la flexibilidad eran las normas la-borales y los costos del contrato, mientras en el terreno de la formación el énfasis eran las compe-tencias, derivadas en certificaciones por horas, no en la educación.

Así, las sugerencias se transformaron en reformas, concretamente en las leyes 50 de 1990, por la cual se introducen reformas al Código Sustantivo del

Trabajo; 100 de 1993, con la que se creó el Sistema de Seguridad Social Integral; 789 de 2002, que dictó las normas para apoyar el empleo y ampliar la protección social y modificó algunos artículos del Código Sustantivo de Trabajo; 1607 de 2012, por medio de la cual se expidieron normas en materia tributaria; y 1819 de 2016, con la que se adopta una reforma tributaria estructural, se fortalecen los mecanismos para la lucha contra la evasión y la elusión fiscal.

La Ley 50 de 1990 formó parte del gran paquete reformista, previo a la Constitución Política de 1991, tendiente a la internacionalización de la economía colombiana, reduciendo costos la-borales; por eso eliminó la retroactividad de las cesantías, legalizó la contratación temporal y redujo los costos del despido.

A su vez, la Ley 100 de 1993 duplicó las co-tizaciones en salud y pensiones, y entregó su administración a entidades privadas, provocó una reacción gremial negativa, pues dijeron que los costos que redujo la Ley 50 los incrementó la Ley 100, y asumieron la vieja respuesta de la era monárquica: “se acepta, pero no se cumple”. Como consecuencia, se dejó de contratar laboralmente y se generalizó el fenómeno de la contratación por prestación de servicios, sin seguridad social, prestaciones sociales ni vacaciones. Esto cons-tituyó la verdadera reforma laboral.

En 2002, siendo gobernante Álvaro Uribe Vélez, antiguo ponente de las leyes 50 y 100, se aprobó la Ley 789, la cual reglamentó la do-ble jornada en las empresas y redujo el costo de horas extras y recargos, con el argumento de que muchos colombianos trabajaban por encima de las 48 horas semanales y recibían pagos por horas extras, lo cual resultó ser falso pues tal retribución no existía.

Las leyes 1607 de 2012 y 1819 de 2016 son de origen tributario; con la primera surgió el impuesto sobre la renta para la equidad o cree, que trasladó la cotización patronal en salud y los parafiscales del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (icbf) y del sena de impues-tos de nómina a impuesto general, mientras la segunda eliminó el cree, pero no devolvió la carga parafiscal a los empresarios.

Toda la travesía realizada por el Estado co-lombiano durante las últimas cuatro décadas ha estado dirigida a reducir costos y cargas a los empleadores; sin embargo, no hay mayores resultados en términos de desempleo porque no ha habido compromisos hacia la producti-vidad, hacia el fortalecimiento de las curvas de aprendizaje ni a construir acuerdos “gana-gana” entre empleadores y trabajadores. En Colombia, al trabajador se le considera un insumo más, ojalá del menor costo, del cual extraer mayores rendimientos, pero no es visto como origen de la riqueza.

De otra parte, las modalidades de trabajo tam-bién han cambiado, pero con una dosis de edu-cación inferior al promedio mundial de países de medianos o altos ingresos; tampoco existe el compromiso real hacia un país más educado, no se trata de competencias y oficios que se vuelven obsoletos en poco tiempo, sino de formarse para la vida y la creatividad. Los 10 años de educación que establece la Constitución Política son insu-ficientes; el país necesita una profunda reforma educativa y encaminarse hacia una meta de, al menos, 15 años, educación media más 3 años de superior.

Foto: Nicolás Bojacá/Unimedios.

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octubre 2019 | 12 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

Entrevista

“En Colombia una parte de la población es subhumana”Diana m. manRique HoRta, coordinadora periodísticaUN Periódico

Así lo afirmó el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos después de recorrer el Pacífico colombiano y evidenciar en ciudades como Buenaventura lo que él considera como “una exclusión de tal orden, que la mayoría de la población no tiene derechos, hay racismo y pobreza extrema”. En diálogo con UN Periódico, este intelectual, doctor en Sociología del Derecho de la Universidad de Yale, manifestó que mientras amplios sectores de la población permanezcan excluidos, Colombia no será un Estado social de derecho.

“Las víctimas del conflicto armado –indígenas, afros, campesinos…– no son víctimas pasivas, y están dispuestas a defender sus territorios no solo de la presencia de los insurgentes y las bandas criminales, sino de todo aquello que amenace su porvenir, llámese minería, narcotráfico o multinacionales”.

Llena auDitorios y emociona a las audiencias, pero no es un artista ni un youtuber, Boaventura de Sousa Santos, nacido de Coímbra (Portugal), seduce con una potente oratoria, muy cercana a la realidad de las personas. Una prueba de ello se vio reflejada en su reciente visita a la Universidad Nacional de Colombia, lugar que escogió para presentar su libro Izquierdas del mundo, ¡uníos!

El intelectual portugués, director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra, profesor del Instituto de Estudios Legales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Wiscon-sin-Madison e integrante del Consejo Asesor de la Comisión de la Verdad en Colombia, reflexiona sobre lo acontecido en el ámbito político, social y económico en Portugal, España, México, Brasil y Colombia desde la crisis económica de 2008 hasta las elecciones de 2018, y el papel de las izquierdas.

De Sousa Santos señaló que en los últimos años en estos países las izquierdas han seguido rumbos diferentes, pero en la actualidad afrontan un reto común: “ser útiles para la vida de las personas ante la multitud de desafíos que la situación política internacional nos arroja”. Se refiere a la puja entre Estados Unidos y China, la primera una hegemonía que se aproxima al ocaso, y la segunda la hegemo-nía que emerge. “Todo lo que acontece en este momento se explica en el conflicto entre estas dos potencias”, asegura.

UN Periódico (unp): en su ensayo Izquierdas del mundo, ¡uníos!, el análisis de la situación política de cinco países tras la crisis de 2008 lo lleva a pro-ponerle a las fuerzas de izquierda que sean más humildes y al mismo tiempo ambiciosas, ¿por qué?

Boaventura de Sousa Santos (bss): estamos en un periodo de luchas defensivas ya que las fuerzas que históricamente se identificaron con la izquier-da y que luchan por una sociedad anticapitalista, anticolonialista y antipatriarcal están en grandes dificultades debido a que, por un lado, no logramos hasta ahora definir una visión global de una sociedad alternativa a esta en la que estamos, y por otro, la sociedad es cada vez más violenta, desigual, injusta, enemiga de la naturaleza y antidemocrática. Vemos que muchas democracias han elegido personajes autoritarios como Donald Trump, en Estados Uni-

Para el sociólogo Boaventura de Sousa Santos si la izquierda gana para hacer lo mismo que la derecha, “no vale la pena”.

dos; Jair Bolsonaro, en Brasil; o Matteo Salvini, en Italia. Por eso afirmo que las democracias corren el riesgo de morir democráticamente y que debido al capitalismo agresivo es un tiempo difícil incluso para su supervivencia.

La democracia liberal, que es de baja intensidad porque no logra incluir de manera digna a toda la pobla-ción, es todavía fundamental para que sigan existiendo las izquierdas como las conoce-mos, pues cuando surgen las dictaduras lo primero que hacen es liquidar a los parti-dos de izquierda y a los mo-vimientos sociales.

Estamos en un momen-to defensivo en el cual las izquierdas no tienen la ca-pacidad de transformar polí-ticamente el sistema. Están muy divididas. Por eso es necesario que sean humildes para articularse con otros movimientos y grupos, y ambiciosas para meditar constantemente y de manera eficaz sobre el futuro, sobre la otra civilización que debe suceder al sistema actual, que no puede durar más, pues mantiene una fractura social del proceso político y civilizatorio que proyecta otra idea de sociedad. Las izquierdas se han sometido a procesos políticos mediocres, en los que los jóvenes, por ejemplo, no se sienten identificados y les es más fácil imaginar el fin del mundo por el colapso ecológico que el fin del capitalismo. Es hora de visualizar las alter-nativas de resistencia.

unp: ¿cómo percibe la izquierda en Colombia?bss: fragmentada y desconectada de los movi-

mientos sociales. Toda esta creatividad del paro cívico, las mingas y otras iniciativas populares no han sido entendidas por la izquierda; tampoco usa el mismo lenguaje porque no está en los territorios y por eso está muy lejos de unirse para conquistar el poder político.

unp: usted afirma que es necesario “reencantar” el mundo, ¿cómo hacerlo?

bss: me refiero a lo contrario que afirmaba el sociólogo alemán Max Weber, quien señaló que íbamos a entrar a un mundo desencantado, de

burócratas, de tecnologías, donde no se soñaría ni habría capacidad de crear o generar emoción. Weber entendía esto como una crítica a Karl Marx, quien apostaba por una forma de reencantar al mundo desde otra alternativa; a esto alude el proceso civi-lizatorio, pues el proceso político actual no nos da esperanza sino que, por el contrario, nos llena de

miedo y afirma que el capita-lismo es el único camino, y que cualquier otro sería peor. En Colombia, por ejemplo, las per-sonas ven que el Acuerdo Final de Paz no se está cumpliendo, por el contrario, se amenazan y asesinan líderes sociales. La desesperanza afecta la salud mental de la humanidad, en especial la de los jóvenes, cu-yas tasas de suicidio aumentan en todo el mundo. Reencanto es mantener la esperanza en la

construcción de una sociedad justa y equilibrada o del “buen vivir” –como lo señalan los indígenas– en-tre los humanos y entre los humanos y la naturaleza.

unp: en un mundo en el que pareciera que solo se escuchan discursos extremistas y hay un alto grado de polarización, ¿cuál sería el papel del diálogo intercultural por el que usted aboga?

bss: ese diálogo es fundamental. Es dramático, por ejemplo, que en un país tan diverso como Co-lombia no se aproveche su energía multicultural para apostar por un buen futuro en el ámbito político, social o cultural, y que la cultura de la muerte sea la que impida que florezca la diversidad. Siempre se creyó que la naturaleza era un objeto inerte y disponible para el saqueo; por el contrario, los indígenas piensan que la Madre Tierra no nos per-tenece, nosotros pertenecemos a ella; entonces hoy la interculturalidad nos da indicios sobre las otras maneras de comprender el desarrollo más allá del pensamiento occidental.

unp: “No existe una sola utopía sino varias uto-pías que deben ser concretas”, ¿a qué se refiere?

bss: durante mucho tiempo se habló de la muerte de la utopía, del fin de las ideologías, y justo cuando esto sucedía se dio la Revolución cubana y el mo-vimiento de Mayo del 68 que animaron la utopía.

Fotos: Luis Palacios/Unimedios.

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octubre 2019 | 13 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

palabras clave: izquierdas, hegemonía, Acuerdo de Paz, epistemología del Sur, Boaventura de Sousa Santos. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

“Con la Cuarta Revolución Industrial en los países desarrollados habrá una gran concentración de trabajos automatizados, mientras que en los no desarrollados no serán automatizados, y por ende serán desvalorizados”.

En su reciente visita a Colombia, De Sousa Santos recorrió lugares como Buenaventura, de los que afirma que una parte de la población es subhumana, es decir, carecen de derechos.

Los planteamientos del profesor Boaventura de Sousa Santos fueron escuchados por un nutrido público reunido en el Auditorio Camilo Torres de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la unal.

La idea de una sociedad mejor tiene varios nombres y maneras de construirse a partir de lo cotidiano. Las utopías van surgiendo, pero yo privilegio un tipo; desde que participé como uno de los creadores del Foro Social Mundial llegué a la conclusión de que hay muchas manera de comprender el mundo, y algunas comunidades crean utopías concretas a las que llamo las “zonas liberadas”. El pensamiento utópico es parte del ser humano.

unp: usted sigue de cerca el acontecer de Co-lombia. Después de la firma del Acuerdo Final de Paz, ¿qué es la paz neoliberal que usted afirma se hizo con las farc?

bss: es un eufemismo que utilizo para distinguir lo que es una paz democrática, que iría a la raíz de los problemas provocados por una democracia excluyente que hace más de 50 años llevó a la lucha armada a un grupo de personas, y una paz neoliberal, que maneja la idea de que la insurgencia sale de los territorios para darle paso a las multinacionales. Lo que no se ha comprendido es que las víctimas del conflicto armado –indígenas, afros, campesi-nos…– no son víctimas pasivas y están dispuestas a defender sus territorios no solo de la presencia de insurgentes y bandas criminales, sino de todo lo que amenace su porvenir, llámese minería, nar-cotráfico o multinacionales. La paz neoliberal que se firmó en Colombia es una paz falsa.

unp: ¿cómo garantizar un Estado social de dere-cho en un país como Colombia, cuyas estructuras están permeadas por la corrupción y el narcotráfico?

bss: el Estado de derecho es muy limitado porque exige muchas cosas que Estados, como el colom-biano, no tienen; por ejemplo el monopolio de la violencia legítima, en el que otros actores violentos no intervengan, y me refiero al paramilitarismo. Por otro lado, el sistema de los derechos siempre ha sido excluyente; en Colombia existe una parte de la población que es subhumana, y lo comprobé durante mi reciente visita a Buenaventura, una ciudad donde la exclusión es de tal orden, que la mayoría de la población no tiene derechos, hay racismo y pobreza extrema. Un tercer elemento es que Estados Unidos ha sido muy influyente en la construcción del sistema judicial y de la Fiscalía, con una obsesión total hacia la prohibición de la producción y el consumo de drogas. El imperio y las élites locales no tienen interés en que el sistema judicial sea eficaz en la defensa y el respeto de los derechos humanos. En esa relación tóxica se realizan esfuerzos para que las grandes propiedades –que son cobijadas por minería, agroindustria o reservas de agua– estén a disposición de las élites. Aunque el derecho se opone a esta situación no es más que una oposición simbólica porque el sistema no funciona en la práctica; Colombia tiene una de las tasas de impunidad de crímenes más alta del mundo.

unp: ¿qué es Colombia para Estados Unidos en este momento?

bss: es el vocero de Estados Unidos en el con-tinente, un aliado estratégico que va a ser cada vez más instrumentalizado en la neutralización de Venezuela para capturar el petróleo de ese país; por

eso permite que ocurran situaciones sorprendentes, que no sucederían en un Estado social de derecho, como que un grupo paramilitar sea el que facilite el paso de Juan Guaidó en la frontera.

unp: usted ha venido advirtiendo sobre las im-plicaciones de la confrontación comercial entre Estados Unidos y China, ¿qué impacto tendrá esta situación en los países con menos desarrollo como Colombia?

bss: durante la primera década del presente si-glo Estados Unidos se distrajo de América Latina por estar concentrado en Medio Oriente, y China, con su capitalismo de Estado y su búsqueda de hegemonía, aprovechó para fortalecer su presencia en el continen-te hasta convertirse en un inversor importante en países como Brasil, Argentina, y los centroamericanos. Cuando Estados Unidos evidencia lo que ha sucedido inicia su co-nocida estrategia de cambiar gobernantes, pero esta vez ya no a través del apoyo a las fuerzas militares o a las dictaduras, sino por medio de noticias falsas o fake news, y el uso de grupos de poder; así neu-tralizó a Brasil, que llegó a ser la sexta economía más grande del mundo, y que junto a China, India, Rusia y Suráfrica formaba parte de los BRICS, una alternativa al modelo capitalista occidental. Todo esto evidencia que no es posible ninguna política regional que no dependa de Estados Unidos, pues exige un lineamiento total bajo su influencia para fortalecerse. En ese contexto, utiliza los tratados de libre comercio –por ejemplo el Acuerdo Trans-pacífico de Cooperación Económica (tpp)– para

unirse a otros países débiles, retardar su decadencia y mantener la equidistancia con los chinos.

unp: también afirma que la pugna por la hegemonía en la globalización se la disputan Estados Unidos y China en tres escenarios: la inteligencia artificial, la robótica y la automoción, ¿qué implicaciones tiene esto en el ser humano y de qué manera impacta en el ámbito laboral?

bss: las revoluciones que han sucedido hasta ahora causaron miedo y preocupación porque son cambios brutales de la vida. La Cuarta Revolución Industrial es especial porque, pese a que ofrece la posibilidad de

que simultáneamente se conecten varios objetos o sistemas (internet de las cosas), es peligroso cuando se piensa cómo se regulará o quién tendrá el control de esa regula-ción. Con respecto a la inteligencia artificial (ia), esta va a exigir una concentración de recursos y de poder. Por eso no vamos a tener poderes democráticos sino au-toritarios, ya que una regulación global de la ia es imposible. Otro

aspecto tiene que ver con el trabajo; esta es la primera revolución que de alguna manera promete el fin del tra-bajo. Obviamente sabemos que no va a ser así, pero sí se incrementará la automatización. Por tanto, en los países desarrollados se avecina una gran concentración de trabajos automatizados, y en los no desarrollados serán no automatizados, y por ende desvalorizados. Asistiremos a una segmentación, a una jerarquía to-davía más violenta entre los países desarrollados y los menos desarrollados.

unp: con el tema de la innovación y las nuevas formas de trabajo se promueve el concepto de emprendimiento ¿qué opina sobre esta tendencia?

bss: es una máquina infernal para forjar autoescla-vos. Es un discurso neoliberal que le exige a las nuevas generaciones ser autónomas sin tener las condiciones para serlo; somos ciudadanos antes de ser emprende-dores o consumidores.

unp: los bosques de la Amazonia se incineran desde hace varios meses, y países como Francia quisieron pro-mover un discurso a favor de la conservación mediante estrategias económicas, pero con el protagonismo de las potencias ¿qué papel debería jugar aquí la llamada epistemología del Sur?

bss: lo que es bueno para la Amazonia lo es para el mundo. Choca es que quienes se muestran preocupados son unos hipócritas pues sus empresas son las que han destruido gran parte de la región, no los indígenas; la minería, la industria maderera y la agroindustria son financiadas por empresas europeas y norteamericanas, ellas son las grandes responsables de esta tragedia. La epistemología del Sur tiene que ver con valorar el conocimiento indígena, afro, porque ese saber es el que nos rescata, por eso debe ser mantenido, valorado y respetado, a pesar de que el pensamiento eurocéntrico siempre ha intentado ridiculizarlo.

FOTO: Casa Editorial El Tiempo/Santiago Saldarriaga

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octubre 2019 | 14 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

Educación

palabras clave: educación, educación media, sistema educativo colombiano. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Sistema educativo en Colombia es arbitrario y obsoletoFaBio JuRaDo valencia, docente e investigador, Instituto de Investigación en Educación (iie)Universidad Nacional de Colombia

Mientras en México o Chile se ofrecen ciclos de educación media diversificada que los prepara tanto para la vida universitaria como para oficios calificados, Colombia es el único país de la región que tiene un nivel de educación media de dos grados: académico y técnico, por lo que no cumple con las expectativas de los jóvenes.

La Ley General De EDucación de 1994 determi-na que la educación formal “se organizará en tres niveles”: preescolar, educación básica y educación media. Sobre el preescolar se declara que “compren-derá mínimo un grado obligatorio”; en el sector de la educación pública dicho grado recibe el nombre de “Transición”, y en la práctica de las aulas, con algunas excepciones, los docentes lo han asumido como el primer grado de primaria, pues prevalece la alfabetización con las planas y rutinas correspon-dientes, nada que ver con lo que se espera de este ciclo: el desarrollo exploratorio de los entornos, la curiosidad, el juego con la imaginación a partir del arte, el fortalecimiento de la afectividad y la comu-nicación oral en la interacción y el trabajo en grupo de los niños. Desde aquí comienzan las fisuras y la fragilidad del sistema educativo colombiano.

El artículo 18 de la misma Ley declara que “el nivel de educación preescolar de tres grados se generali-zará en instituciones educativas del Estado”, pero después de casi tres décadas esto no ha ocurrido; es decir, el Estado no ha cumplido.

En relación con el “nivel de educación media”, la legislación señala que estará constituido por dos grados y “tiene como fin la comprensión de las ideas y los valores universales y la preparación para el ingreso del educando a la educación superior y al trabajo”. Propósito loable sin duda, pero los grados décimo y once no preparan para la educación superior ni para el trabajo, y lo relacionado con los valores universales se diluye en los discursos cansinos del deber. Lo que prevalece en estos dos grados es el alistamiento, a través de simulacros de pruebas compradas a empresas fundadas con este fin, para que los estudiantes “alcancen altos puntajes para el ingreso a la universidad”.

colombia por fuera De la tenDencia regional

El carácter artificial del denominado nivel de edu-cación media se expresa en la distinción arbitraria entre “educación media académica” y “educación media técnica”. En un paneo por los países de la región, Colombia es el único que tiene un nivel de educación media de dos grados, que distingue entre bachiller académico y bachiller técnico. En la realidad de las instituciones educativas “bachiller técnico” no corresponde a un ciclo sino a los seis grados de la posprimaria; son los casos de los colegios técnicos agrícolas, industriales o comerciales sobre los cuales el niño al finalizar la primaria no elige porque es lo que hay en su municipio o porque los padres con-sideran que es lo mejor dado que los habilita para el trabajo; también es arbitrario porque los niños de manera muy temprana (de diez y once años) se insertan en una “educación técnica”, lo que hace que al terminar el grado once (quienes persisten)

no quieran saber nada de lo agrícola, lo industrial, lo comercial o lo contable.

La tendencia en América Latina, y en general en el mundo, es la de un ciclo de educación media diversi-ficada de tres grados. Chile tiene un ciclo obligatorio de cuatro grados (son los liceos del ciclo medio), de los cuales los dos primeros son de aprendizajes generales y los dos últimos con carácter diferenciado según el énfasis elegido por el estudiante, ya sea el humanístico-científico o el técnico-profesional, pero sin discriminar entre ir a la universidad o no, ni entre los que egresan para el trabajo o para la universidad, al menos desde la legislación.

México nombra el ciclo como “educación prepa-ratoria”, nombre introducido en el trayecto del siglo xx, y aquí también son nítidas las fronteras entre el nivel secundario y el de este periodo; como su nombre lo indica, es preparatorio para… También lo llama “educación media superior”, que se trata de dos semestres de carácter general y cuatro de énfasis, según la elección del estudiante en ciencias o en humanidades, o en artes o técnico-tecnológico; existen las denominaciones de “bachillerato general”, de seis semestres, en el cual prevalecen las ciencias y las humanidades, y también el “bachillerato tec-nológico” y el “bachillerato profesional técnico”, que educa en oficios calificados.

sistema eDucativo no cumple las expectativas

Otra singularidad de la educación media de la ma-yoría de los países es la formación y dedicación de los docentes: mientras que en Colombia los profe-sores ejercen en los distintos grados de los seis de la posprimaria (a las 6:30 a.m. dicta clases en sexto grado con niños de nueve o diez años, y a las 7:30 con jóvenes del grado once), en los otros países los maestros del nivel de secundaria son distintos de los de educación media. Esto obedece a que en los liceos o preparatorias hay una mayor profundidad en las disciplinas y regularmente los docentes tienen un pie en la preparatoria y el otro en los primeros semestres de la universidad; de ahí que, en el caso de México, las universidades públicas tengan preparatorias: el caso del Colegio de Ciencias y Humanidades de la

Universidad Nacional Autónoma de México (unam) es emblemático.

Frente a la ausencia de un sistema educativo que se ponga en el lugar de las expectativas de los jóvenes colombianos, a partir de 2009 se acudió a una estrategia compensatoria: se le encomendó al Servicio Nacional de Aprendizaje (sena) el compro-miso de liderar el programa sobre la articulación de la “educación media” con la educación superior o con la educación para el trabajo.

Así mismo concedió a las universidades la po-testad para iniciar carreras profesionales con los estudiantes de 13, 14 o 15 años del grado décimo; universidades privadas de perfiles muy bajos entraron en la competencia; la mayoría de las universidades públicas se negó por considerar improcedente que sin finalizar el último ciclo los estudiantes fuesen a la vez universitarios; no hemos visto esto en ningún país del mundo. El estudiante recibe al finalizar dos certificados: el que le otorga el colegio y el de la uni-versidad, que lo espera para continuar sus estudios pero pagando. El sena colapsó con este programa y solo les ofrece a los colegios los programas con disponibilidad de cupos, sin importar los intereses de los estudiantes.

Aunque se ha mejorado en cobertura respecto a la década anterior, las estadísticas todavía son preocu-pantes: por cada 100 estudiantes que se matriculan en sexto grado un poco más del 30 % no finaliza la educación media; en el Instituto de Investigación en Educación se han realizado estudios en regiones vulnerables como Guaviare, Arauquita y Tumaco, que concluyen que al terminar el noveno grado solo se matricula la mitad de los estudiantes, porque décimo y once no les parecen atractivos.

El reto de Colombia es promover un ciclo de edu-cación media diversificada, asumida por los propios colegios, o fundar colegios con las infraestructuras adecuadas solo para los jóvenes.

Desde el nivel de educación prescolar comienzan las fisuras y la fragilidad del sistema educativo colombiano.

Foto: Nicolás Bojacá/Unimedios.

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octubre 2019 | 15 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

Salud

Minería ilegal aumenta malaria en GuapimaRía aleJanDRa lóPez, Unimedios Bogotá

La presencia de colombianos y venezolanos atraídos por la minería ilegal, el debilitamiento de la red de diagnóstico y la resistencia a los medicamentos antimaláricos se encuentran entre los principales factores que desde 2015 están incidiendo en el aumento de los casos de la enfermedad en este municipio caucano.

Para las poblaciones del Pacífico colombiano son “viejos conocidos” la fiebre alta y los escalofríos provoca-dos por la malaria (o paludismo), enfermedad transmitida por la picadura de mosquitos hembra del género Anopheles, infectados por parásitos del género Plasmodium.

Aunque en las últimas dos décadas los esfuerzos en Colombia por disminuir el número de casos han sido evidentes –al pasar de 171.960 casos en 2000 a 50.301 en 2017; 62.141 en 2018 y 23.613 hasta abril de 2019–, en Nariño, Chocó, Valle del Cauca y Cauca la transmisión sigue siendo alta.

A pesar de que la malaria es una enfermedad prevenible y curable, si no se atiende a tiempo se agrava tanto que puede provocar la muerte. Se estima que en el mundo mueren cada año alrededor de 500.000 personas por esta causa, el 90 % niños menores de cinco años, por eso es considerada como un grave problema de salud pública.

Colombia, por ser un país tropical con cerca del 85 % de territorio rural, y con regiones situadas por debajo de los 1.600 msnm, presenta condiciones climáticas, geográ-ficas y epidemiológicas aptas para la transmisión de la malaria. Así mismo, su impacto se siente especialmente en aquella población a la que le es más difícil acceder a medidas preventivas –como mosquiteros impregnados con insecticida–, medicamentos antipalúdicos, tratamiento médico y transporte a los centros de salud, que pueden llegar a un 40 % de los ingresos de un hogar pobre, según estimaciones de la Cruz Roja Internacional.

La combinación de dichos factores se da en Guapi, municipio del suroccidente del Cauca, a 6 msnm, consi-

El abandono del Estado convierte a Guapi en la fórmula ideal para el aumento de casos por malaria, y en uno de los sitios con mayores casos en el Cauca.

palabras clave: malaria, Guapi, minería ilegal, migración. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

derado como uno de los lugares más lluviosos del país, con 250 días en promedio. Pero además a Guapi le hace falta de todo: agua potable, energía, alcantarillado, vías de acceso… también oportunidades para mejorar la ca-lidad de vida de sus 30.000 habitantes, la mayoría de los cuales vive de la pesca, la agricultura y la madera, y por supuesto no son ajenos al cultivo de coca y a la minería ilegal, negocios ilícitos por los que grupos guerrilleros, disidencias de las farc y bandas criminales se disputan el territorio.

El abandono del Estado convierte a Guapi en la fórmula ideal para el aumento de casos por malaria, y en uno de los sitios con mayores casos en el Cauca. Con 83 casos, es el segundo más afectado después de Timbiquí, que registra 289 casos según el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila), que reportó 422 casos en el departamento hasta abril de 2017. Para no ir más lejos, en febrero del presente año los organismos de salud presentes en la zona confirmaron un nuevo brote de la enfermedad, 323 casos, en el área rural de estos dos municipios.

Una investigación adelantada por un equipo interdis-ciplinar de la Universidad Nacional de Colombia (unal), con el apoyo del Wellcome Sanger Institute de Reino Unido y en colaboración con la Secretaría Departamental de Salud del Cauca, evidenció que la llegada de personas provenientes de Venezuela, y de Nariño y Cauca, atraídos por la fiebre del oro ilegal, está incidiendo en el incremento de los casos de malaria en el país desde 2015, sobre todo en municipios del Pacífico como Guapi.

El profesor Vladimir Corredor, del Departamento de Salud Pública de la unal, explica que cuando la minería entra abre pozos que se convierten en criaderos de mos-quitos, lo que aumenta sus poblaciones, y por lo tanto crece la circulación del parásito –del género Plasmodium– que provoca la enfermedad: “los migrantes provenientes de sitios lejanos pueden traer variantes genéticas de estos parásitos que posiblemente tienen resistencia a medicamentos antimaláricos”.

minería y migración

El estudio, realizado con 498 pacientes, se apoyó en los casos reportados en el puesto de salud de la Red Pública de Guapi, donde se hace el diagnóstico y se proporciona el tratamiento para la enfermedad. En el caso de la malaria transmitida por el parásito Plasmodium falciparum –res-ponsable de la mayoría de los reportes en el mundo– se

prescriben los medicamentos arteméter y lumefantrina, y para el paludismo provocado por Plasmodium vivax –el parásito predominante en América, donde causa el 74,1 % de los casos– se utilizan cloroquina y primaquina.

Para establecer dónde ha sido adquirida la enferme-dad, los investigadores indagaron mediante una serie de encuestas si las personas habían estado en el casco urbano de Guapi o en otras partes durante los quince días previos al reporte de la infección.

En el proceso se emplearon y capacitaron microsco-pistas del municipio de Guapi y de las localidades de El Cuerval, El Carmelo y Chanzará, una situación que evidenció las falencias de la red de diagnóstico del mu-nicipio, pues como no hay personal experto contratado en estos lugares, los habitantes tenían que desplazarse hasta el casco urbano, lo cual hizo que retrasaran su tratamiento o que optaran por medidas inadecuadas como la automedicación, otro factor que ha incidido en el incremento de los casos.

Los investigadores encontraron que la mayoría de los casos son de transmisión rural, es decir que las infeccio-nes son adquiridas en una área comprendida entre los 33 km al norte de Guapi, 27 km al sur y 17 km al oriente del municipio, y no dentro del pueblo, donde solo se reportaron 70 casos.

Asimismo identificaron dos patrones, uno que pre-senta muchos sitios que contribuyen con muy pocos casos, es decir que hay una baja transmisión endémica de malaria, y otro en el que, en pocos sitios, por encima de los 1.000 habitantes, ocurren picos de alta transmisión; estos últimos se encuentran cercanos a áreas de minería, señala el docente, y agrega que “muchos de los mineros no pertenecen al régimen subsidiado, entonces si no hay un sistema de control en esos sitios, el problema va a persistir. Se necesita un mecanismo capaz de llegar a ese blanco de la infección, que son los mineros ilegales”.

malaria resistente

En una siguiente fase, los investigadores comprobaron que existen tres poblaciones de parásitos circulando en el área, pero si se clasifican según lugar de origen, hay una población con mayor frecuencia hacia el sur de Guapi –en Nariño– y otra distinta hacia el municipio de Timbiquí, al norte.

También se encontraron parásitos provenientes de la Orinoquia como consecuencia de la migración de colom-bianos que vuelven de Venezuela. Al respecto, la doctora Angélica Knudson, del Departamento de Microbiología de la unal, advierte: “observamos la introducción de pa-rásitos no registrados antes para el Pacífico colombiano, con perfiles de resistencia, lo que constituye un riesgo para la diseminación de nuevas variantes, una situación que requiere la urgente atención del Estado”.

De otra parte, durante el estudio también se indagó acerca de la malaria asintomática en el barrio Santa Mónica de Guapi y en la vereda El Cuerval de Timbiquí, zonas con un importante registro histórico de casos de malaria, y se halló una prevalencia que, aunque baja, muestra la existencia de un reservorio humano de la enfermedad que debe recibir tratamiento, lo que no está ocurriendo en la actualidad.

Para los investigadores de la unal lograr la eliminación de la malaria en Guapi es una tarea que requiere vigilancia. En ese sentido, proponen mejorar la red de microscopía, exigirle más a la red privada y mejorar los sistemas de control, entre ellos las unidades de diagnóstico móvil, para que se trasladen a los sitios donde se presentan los picos epidémicos. Tales medidas necesitan de una férrea voluntad política nacional, regional y local.

FOTO: archivo particular

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octubre 2019 | 16 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

saluDPéptidos con respuesta prometedora contra el cáncer de mama

Científicos del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (inia), en Madrid (España), estudiaron los efectos de la lactoferrina de leche bovina sobre las células de cáncer de mama humanas afectadas con el tumor, a las cuales llamaron HS578T y T47D. Estas células se trataron con concentraciones de entre 0,125 y 125 micrómetros de lactoferrina. De este proceso se obtuvo que las tasas de proliferación del tumor disminuyeron en 40,3 y 63,9 % para HS578T y T47D, respectivamente.

El cáncer oral se genera con mayor frecuencia en los labios, piso de la boca o en la lengua, y aunque presenta diferentes tipos de tumores, el más fre-cuente (90 %) es el conocido científicamente como carcinoma escamocelular (tipo de cáncer de piel), que afecta el tejido que recubre la boca.

En Colombia se estima que el 2,3 % de los casos de cáncer registrados corresponde al oral, cuya tasa de incidencia es mayor en la costa Atlántica: 63 % en Sincelejo (Sucre) y 41,5 % en Montería (Córdoba). Sin embargo la carencia de estudios epidemiológicos recientes con mayor cobertura hace que se subestime la presencia de esta patología en el país.

Si el cáncer oral se detecta en etapas premalignas, el paciente tendrá una supervivencia cercana al 62 %, pero si el tratamiento inicia en una etapa maligna, la probabilidad disminuye hasta un 12 %

Molécula de calostro de vaca ataca el cáncer oralDiana gaBRiela HeRnánDez, Unimedios Bogotá

palabras clave: cáncer oral, salud, lactoferrina, péptidos sintéticos, calostro. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Llagas en elpaladar duro Llagas en

los labios

Bulto oengrosamientoen el interiorde las mejillas

Pérdida de sensacioneso adormecimientoen el suelo de la boca

Manchas rojaso blancasen la lengua

Dificultad para deglutirlos alimentos en la faringe

Factores de riesgo•Alcohol y tabaco.•Infecciones como el virus del papiloma humano.•Alimentación deficiente.•Sistema inmunológico debilitado.

TratamientoExtirpación del tumor,si es pequeño,y radioterapia junto con quimioterapiapara tumores más grandes.

Síntomas•Úlceras•Dolor de boca•Inflamación•Sangrado•Dificultad de masticar y hablar.

Cáncer oral, difícil de tratar

Tras modificar una molécula de la lactoferrina, proteína derivada de la primera leche que produce la vaca (calostro) después de parir, se consiguió que actúe como atacante de células malignas de cáncer oral, el cual reporta más de 300.000 muertes al año en el mundo.

Salud

porque suele confundirse con otras afecciones de la boca como fuegos o heridas leves. En un 80 % de los casos esta patología se identifica cuando ya está muy avanzada.

La química farmacéutica Diana Alexandra Mar-tínez, doctoranda en Ciencias Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Colombia (unal), ex-plica que para tratar el cáncer oral se recurre a cirugías, radioterapias o quimioterapias, según la gravedad. Algunos pacientes requieren de una resección del tumor, en la que se extirpa (reseca) la zona afectada y un margen (borde) de tejido circundante de apariencia normal. Sin embargo “cuando el quiste es muy grande o ha llegado a zonas como la faringe, se requiere de una cirugía más invasiva en la que funciones como el habla o la deglución se pueden ver seriamente afectadas, por lo que además de las lesiones físicas también se afecta la parte emocional”.

Dicha situación motiva a cientos de investigadores del mundo a buscar alternativas terapéuticas que mejoren la calidad de vida de las personas afectadas por cáncer oral. Un ejemplo de esos esfuerzos se realiza desde hace una década en el Departamento de Farmacia de la unal, donde se profundiza en el estudio de la lactoferrina bovina, proteína presente en la primera leche que produce la vaca después de que nace un ternero (calostro).

El profesor Jaiver Rosas, de dicho Departamen-to, explica que aunque se ha estudiado la actividad anticancerígena y antimetastásica de la lactoferrina, particularmente se ha analizado la lactoferricina,

un péptido (tipo de molécula) que ha demostrado su po-

tencial para inhibir células tumorales de otras clases de cáncer además del oral. La lactoferricina forma parte del sistema inmune y es una de las primeras defensas ante cuerpos extraños como bacterias u hongos.

El aporte más recien-te al estudio de la lac-toferricina ha sido el de la química farmacéutica Martínez, quien sintetizó y diseñó péptidos deriva-

dos de la secuencia de esta molécula para evaluar su

efecto antitumoral. Su tra-bajo es uno de los primeros

en realizarse en un modelo in vivo (con hámsteres) en la unal;

otras pruebas se han hecho en instituciones extranjeras.

péptiDo con potencial

En uno de los extremos de la lactoferrina bovina se encuentra la lactoferricina, una pequeña porción de proteína com-puesta por 25 aminoácidos (moléculas que componen las proteínas), de los cuales se escogieron algunos para

diseñar 11 nuevos péptidos y potenciar su efecto para atacar células malignas.

En una primera etapa de su investigación, la doc-toranda aplicó la síntesis de los péptidos en fase sólida, técnica descrita en 1963 por el bioquímico estadounidense Robert Bruce Merrifield, y por la cual obtuvo el Premio Nobel de Química en 1984. En la actualidad es el método más habitual y senci-llo para obtener péptidos y proteínas en laboratorio, para lo cual la química utilizó una especie de molde conocido como “soporte polimérico” o “resina”, sobre el cual se forma una cadena de aminoácidos.

Tras obtener el péptido crudo y exponerlo a proce-sos de purificación mediante cromatografía líquida de alta resolución, técnica de separación ampliamente utilizada en bioquímica, comprobó que correspondía al tipo de molécula que estaba buscando.

Una segunda parte del estudio se centró en probar la incidencia que tenían los péptidos en las células malignas de la cavidad oral, obtenidas de la Ameri-can Type Culture Collection, una organización sin ánimo de lucro que recolecta, almacena y distribu-ye microorganismos de referencia estándar, líneas celulares y otros materiales para investigación y desarrollo.

La investigadora explica que “aunque los péptidos probados tenían diferentes formas, por ejemplo lineales –o compuestos de una sola secuencia de aminoácidos–, los ramificados, o aquellos conforma-dos por más fragmentos, fueron los que presentaron una mejor actividad de citotoxicidad en fase de la-boratorio”. De los 11 péptidos obtenidos se escogió el nombrado como LfcinB [20-25] para la siguiente fase, pues fue el que mostró mayor potencial.

frenó el crecimiento De tumores

La fase in vivo se realizó con 18 hámsteres a los que previamente se les produjo cáncer en la mejilla, en el abazón, una especie de bolsa que tienen algunos roedores para almacenar comida.

En este tiempo se observó el comportamien-to de los roedores y otros factores como la pér-dida de peso o síntomas de dolor. También se conformaron cuatro grupos, en tres de los cuales se suministró y evaluó la acción del péptido durante 15 días, y el cuarto sirvió como control, a estos ani-males se les dio solución salina.

“Evidenciamos que mientras los tumores del grupo control crecieron hasta diez veces más de su tama-ño inicial, los de los otros grupos solo crecieron dos veces su tamaño inicial, es decir que la acción del péptido inhibió o suprimió el crecimiento del tumor”, confirma la investigadora.

De esta manera, los científicos de la unal cons-tatan el potencial del calostro bovino como alter-nativa terapéutica para el tratamiento del cáncer oral; además, por su composición, es más sencillo obtenerlo en el laboratorio, pues facilita el trabajo de los investigadores en la búsqueda de opciones que le ofrezcan mejor calidad de vida a quienes padecen la enfermedad.

Gráfico: Ricardo González/Unimedios.

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octubre 2019 | 17 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

Medioambiente

palabras clave: palmas, Chocó biogeográfico, biodiversidad, bosques tropicales. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Entre más lluvias, más palmas en el ChocómaRía aleJanDRa lóPez PlazaS, Unimedios Bogotá

Después de establecer 48 puntos de observación y muestreo en Colombia y Ecuador, se constató que existe mayor diversidad de palmas en la zona centro, donde llueve más que en los extremos norte y sur. Conocer la relación entre las lluvias y la diversidad de estas plantas, una de las familias más importantes de la región, permitiría priorizar zonas de conservación.

Los 187.400 km2 que conforman el Chocó biogeográfico abarcan la provincia de Darién, en Panamá, todo el occi-dente colombiano hasta Ecuador y terminan en Perú. En su recorrido confluyen páramos, bosques de niebla, selvas húmedas tropicales, manglares, ciénagas, extensas playas y litorales rocosos en los que –según estimaciones– habita un 25 % de las especies que no se encuentran en otro lugar del planeta; por esa razón es considerado como uno de los lugares más biodiversos del mundo.

Una de las explicaciones a tanta riqueza natural se en-cuentra en las lluvias que caen sobre Chocó durante un promedio de 200 días al año. Estas son el resultado del levantamiento de la cordillera Occidental, provocado por una intensa actividad volcánica que dejó a esta zona aislada del resto de las selvas tropicales, y de la confluencia de los vientos alisios –que soplan en los trópicos– procedentes del norte y del sur cargados de humedad.

Los bosques tropicales de esta región del Pacífico co-lombiano tienen una de las mayores concentraciones de especies de plantas; sin embargo, por ejemplo en el caso de las palmas, aunque están bien representadas en estos ecosistemas –con 122 especies de las cuales 32 son autóctonas–, su ecología ha sido poco estudiada.

Juan Carlos Copete, magíster en Bosques y Conservación Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (unal) Sede Medellín, afirma que “por su riqueza, diversidad, im-portancia socioeconómica y función ecológica, es esencial evaluar los patrones de riqueza de las palmas en el Chocó y analizar sus determinantes ambientales”. Por eso centró su estudio en indagar qué relación tiene la lluvia con la diversidad de palmas, ya que explicar dicho fenómeno ofrece información importante para priorizar zonas de conservación para estas plantas de la familia Arecaceae.

Después de examinar 57 especies de palmas y 37.955 individuos, determinó que en Bahía Málaga (Valle del Cauca) y en Puerto Pervel (Chocó), donde cae más agua por causa de las lluvias, es donde crece una mayor diver-sidad de palmas.

más abunDancia en la zona centro

En Colombia la investigación se adelantó en las regiones chocoanas de Capurganá –donde la precipitación media anual oscila entre 2.000 y 2.983 milímetros– y Puerto Pervel (7.127 mm), y en la región vallecaucana de Bahía Málaga (7.622 mm). Así mismo en Ecuador se analizó la Provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, específicamente en su capital, Santo Domingo, con 3.340 mm de precipitación media anual.

Entre 2011 y 2017 el biólogo tomó datos de distri-bución y abundancia de especies de palmas a lo largo del Chocó biogeográfico y utilizó imágenes satelitales para establecer 48 transectos (técnica usada en ecología para la observación y el registro de datos), cada uno con un tamaño de 5 m de ancho por 500 m de largo, es decir un equivalente a 12 hectáreas. Los datos de precipitación anual en milímetros se obtuvieron de la base de datos de WorldClim Versión 2.

En los transectos, las zonas de altas precipitaciones registraron hasta 35 especies de palma, mientras que en

Fotos: Juan Carlos Copete.

los lugares donde llueve menos se contabilizaron solo entre 12 y 15 especies, lo cual evidencia la influencia de las lluvias en la diversidad de palmas.

“En el caso de Bahía Málaga se observó un promedio de 1.363 individuos por transecto, seguida de Puerto Per-vel con 916 individuos, que corresponden a las regiones centrales del Chocó”, afirma el investigador.

Las especies más abundantes son las más altas –como Oenocarpus bataua (palma de seje o milpesos) y Socratea exorrhiza– aunque también hay algunas palmas pequeñas de sotobosque como Geonoma cuneata.

La palma más frecuente fue Socratea exorrhiza, ya que se observó en 45 de los 48 transectos. Esta crece hasta los 25 m y se le conoce como “la palma que camina” porque cuando recibe algún estímulo ambiental que la altera o le genera estrés, produce nuevas raíces del lado al que se moverá, mientras que las del lado opuesto se secarán, y así poco a poco se va desplazando.

En América, África y Madagascar la lluvia es el factor que mejor explica la riqueza de palmas a escalas continentales. Por ejemplo en Tailandia la precipitación es el segundo factor más importante después de la latitud en explicar la diversidad y distribución de especies de palmas; en la península de Yucatán mexicana tal riqueza fue asociada positivamente con la precipitación, pero no con la abun-dancia, y en Chocó, “expertos como la profesora Gloria Galeano y Giovanny Ramírez, del Instituto de Ciencias Naturales (icn) de la unal plantearon la hipótesis de que la riqueza aumenta hacia el centro, donde la precipitación es mayor”, agrega el magíster.

El trabajo del biólogo Copete fue dirigido por los pro-fesores Mauricio Sánchez, del Departamento de Ciencias Forestales de la unal Sede Medellín y Henrik Balslev, de la Universidad de Aarhus en Dinamarca. También codirigió el investigador Rodrigo Cámara-Leret, del Real Jardín Botánico de Kew (Reino Unido).

urge conservación

Según el profesor Sánchez los resultados del trabajo del magíster Copete son relevantes en el contexto de la crisis climática que afronta el planeta, de la cual urge anticipar sus efectos con respecto a las alteraciones en los ciclos hidrológicos, la temperatura, y por ende la biodiversidad: “necesitamos empezar a ir un paso adelante en la conser-vación de ecosistemas como el del Chocó biogeográfico”.

Un ejemplo de los aportes que la ciencia hace a la con-servación se dio en 2016 con la puesta en marcha del “Primer plan de conservación, manejo y uso de las palmas en Colombia”, elaborado por el Grupo de Investigación en Palmas Silvestres de la unal, con el apoyo del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

El docente agrega que “otro aspecto importante es que se conoce muy poco de la relación de las palmas con otras variables ambientales, como por ejemplo la precipitación, el suelo o la altura: conocer más sobre ese tipo de relaciones también ayudaría a establecer futuras herramientas de conservación”.

Por lo general cuando se habla del calentamiento glo-bal se piensa en el Ártico, pero poco en el efecto que el incremento de la temperatura del planeta tendrá en el trópico, en regiones como el Chocó biogeográfico, con-siderado como una de las 238 ecorregiones terrestres prioritarias o hotsptot de biodiversidad en el mundo, una nominación que se convierte en una “alerta” para que el Estado y los organismos ambientales formulen estrate-gias de preservación. En el caso de la prolífica región del Pacífico colombiano, todavía se trata de un territorio desconocido, y solo se protege lo que se conoce y valora.

Algunas de las especies más abundantes del dosel de los bosques del Chocó: a. Oenocarpus bataua, b. Welfia regia y c. Euterpe oleracea.

a.

b.

c.

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octubre 2019 | 18 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

palabras clave: extracción, metabolitos, disolvente, sustancias, patente. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Ciencia& Tecnología

Patente para sistema de extracción de sustancias en fármacosluiSa maRía giRalDo, Unimedios Manizales

Utilizando piezas que se pueden conseguir hasta en una ferretería, investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (unal) elaboraron el prototipo de un equipo de extracción de sustancias que se podría convertir en un importante aliado de la industria farmacéutica y estética, de alimentos, petrolera, metalúrgica y metalmecánica.

Los antibióticos, analgésicos o antigripales, entre otros medicamentos que usted compra fá-cilmente en la farmacia, conllevan un proceso de elaboración largo y costoso.

Uno de los procesos más importantes en el desa-rrollo de fármacos se relaciona con la extracción de sustancias como los metabolitos provenientes del metabolismo de microorganismos, como por ejemplo el hongo Penicillium notatum con el que se hace la pe-nicilina. Dichos compuestos se obtienen utilizando disolventes –como alcoholes y acetatos– selecciona-dos por ser insolubles en agua y reutilizables, que permiten obtener una concentración adecuada de los componentes activos, es decir sustancias a las cuales se les debe el efecto farmacológico contenido en los medicamentos.

En estos procesos industriales se utilizan grandes cantidades de productos químicos que podrían ser contaminantes o perjudiciales para la salud y que aumentan los costos de operación. Algunos sol-ventes industriales pueden generar muerte celular de quienes los manipulan y aumentar el riesgo de cáncer, particularmente de pulmón, entre otras afectaciones.

El profesor Javier Fontalvo Alzate, de la unal Sede Manizales, explica que los disolventes se evaporan rápidamente en el aire alcanzando concentraciones importantes en espacios confinados, lo cual repre-senta un riesgo para el ser humano por la absorción de estos a través de la piel o por inhalación.

Así mismo indica que “la emisión al ambiente de vapores de algunos disolventes contribuye a la de-gradación de la capa de ozono, ya que al contacto con la luz solar actúan como precursores de la formación de ozono ambiental, el cual produce efectos nocivos sobre el crecimiento de los vegetales, interfiriendo en la actividad fotosintética y en el metabolismo general de las plantas”.

La separación de sustancias se realiza hoy me-diante un proceso convencional conocido como “extracción líquido-líquido”, que “consiste en re-mover una o varias sustancias disueltas en agua mediante su transferencia a otra solución, para lo cual se requiere que las dos soluciones sean insolu-bles entre sí –como el agua y el aceite–. Por ejemplo el ácido glucónico o el ácido láctico (de amplio uso en la industria farmacéutica y alimentaria), que se producen por fermentación, se pueden remover del agua mediante otra solución que los captura”.

Para obtener una buena purificación usualmente se realizan varias etapas de separación con dife-rentes tecnologías. Estos procesos tienen costos elevados asociados con la cantidad de disolvente utilizado, ya que si se va procesar 1 ton de agua en la que se encuentra la sustancia que se quiere remover, se necesitaría 1 ton de disolvente. Otros aspectos tienen que ver con el gran tamaño de los

equipos industriales, que alcanzan hasta los 12 m de altura y 2 m de diámetro. Los costos de purificación pueden equivaler en promedio al 40 % del valor de un producto.

Para facilitar estos procesos, el profesor Fontal-vo y Alan Didier Pérez Ávila, doctor de Ingeniería Química de la unal Sede Manizales, crearon el pro-totipo del “Sistema de membrana líquida en flujo de Taylor y procedimiento para la remoción de solutos”, un equipo de extracción de sustancias que tiene aplicación en la industria de alimentos, petrolera, metalúrgica, metalmecánica, farmacéutica y estética, entre otras, y por la cual la unal Sede Manizales acaba de recibir la patente de invención por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio.

menor costo y tiempo De proDucción

El equipo patentado mide 40 cm de altura con tubos de 3 mm de diámetro; su fabricación es tan sencilla que se puede ensamblar con partes fáciles de adquirir en cualquier ferretería; y aunque es más peque-ño, con pocos gramos de solvente puede procesar 1 ton del líquido que contiene el componente activo que se quiere recuperar, y de realizar el proceso de separación en cerca de un minuto.

Los creadores del prototipo afirman que este con-tribuye a solucionar los problemas relacionados con la eficacia, el tiempo de remoción y la cantidad de solvente utilizado en la industria, y además dis-minuye los problemas de seguridad industrial y las afectaciones al medioambiente inherentes a estas técnicas industriales.

El profesor Fontalvo señala que inicialmente se en-focarán en implementar la tecnología en la industria

farmacéutica, en la cual existe una gran necesidad de reducir los costos de producción de componentes activos que se obtienen por fermentación, como la insulina, la penicilina, las vacunas para la hepatitis b y para el virus del papiloma humano, las hormonas de crecimiento y los colorantes naturales, entre otros.

Otros usos serían la recuperación y separación de sustancias esenciales en la producción de alimen-tos y medicamentos en la cual es necesario hacer separaciones con altos niveles de purificación y estabilidad de los componentes activos, como la vainilla industrial, el ácido acético, el amoniaco, los compuestos aromáticos, los asfaltenos, el ácido benzoico, el glicerol y las vitaminas a y e. También en la refinación de aceites lubricantes y disolventes; la extracción de productos que contienen azufre y la obtención de metales costosos como uranio-vanadio.

Según Paulina Flórez Arboleda, profesional de Gestión y Propiedad Intelectual de la unal Sede Ma-nizales, la importancia de esta patente no tiene que ver solo con la obtención de una nueva tecnología, sino también con la manera como esta impactará al sector industrial del país, ávido por la generación de conocimiento local.

El “Sistema de membrana líquida en flujo de Taylor y procedimiento para la remoción de solu-tos” es la cuarta patente obtenida por la unal Sede Manizales entre 2018 y 2019; otras ocho invenciones se encuentran en trámite.

Foto: Unimedios Manizales.

En solo un minuto, el nuevo equipo procesa toneladas del líquido que contiene la sustancia que se quiere separar.

Fotos: Nicolás Bojacá/Unimedios.

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octubre 2019 | 19 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

palabras clave: metano, bovinos, sauco, gases de efecto invernadero. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

LibrilloCuajar

Bonete

Rumen(panza)

Esófago

Intestinodelgado

¿Cómo contaminan las vacas?

Gas metano La fibra vegetal es ingeriday pasa por cuatro estómagos.

El 95 % lo hacena través de sus eructos.

Una vaca puede llegar a emitir hasta

200 gramos por día.

Se genera en el aparato digestivo de los rumiantes,

cuando los microbios fermentanel alimento que consumen;

a este proceso se le conoce comofermentación entérica.

Dieta con sauco para vacas disminuiría emisiones de metanocRiStian aleJanDRo valencia lóPez, Unimedios Palmira

Incorporar a una dieta a base de césped inglés el forraje de este arbusto durante su etapa de fructificación, reduciría las emisiones de metano, poderoso gas de efecto invernadero (gei), un hallazgo importante si se tiene en cuenta que cada vaca libera unos 200 g de metano al día, y se estima que hay 1.500 millones de ellas en el mundo, 24,4 millones en Colombia.

Diurético, laxante, expectorante, antigripal, antiinflamatorio, relajante y cicatrizante, entre otros, son los efectos medicinales que el saber popular le atribuye al sauco (Sambucus nigra). El zootecnista José Andrés Tabla Rojas, candidato a magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (unal) Sede Palmira, ha comprobado otra: alimento idóneo para que los bovinos produzcan menos metano, uno de los principales gases del efecto invernadero (gei) que contribuyen al calen-tamiento del planeta.

Los gei están ubicados en la atmósfera para ab-sorber y emitir diferentes flujos de calor (radiación) que favorecen el establecimiento de la temperatura de la superficie planetaria. Sin estos gases, la tem-peratura promedio de la corteza terrestre sería de unos -18 oC; sin embargo, con este efecto invernadero natural, alcanza cerca de los 14 oC.

Desde los inicios de la Revolución Industrial las actividades humanas han provocado un incremento en la concentración de los gases en la atmósfera de la Tierra; la ganadería, que se constituye como un sector económico y es una de las soluciones a la creciente demanda de proteína animal, favorece la emisión de metano.

El metano se genera en el interior del aparato digestivo de los rumiantes (vacas, ovejas o cabras) cuando los microbios fermentan el alimento que consumen; a este proceso se le conoce como fermentación entérica.

Se estima que a través de gases o eructos cada vaca libera unos 200 g de metano al día, y además que en el mundo hay cerca de 1.500 millones de ellas. Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimenta-ción y la Agricultura (fao) calcula que cada año la ganadería produce unos 100 millones de toneladas de este gas, una actividad a la que habría que sumarle varios millones si se tiene en cuenta la construcción de hatos, el transporte de animales, el uso de abonos para pastos, etc.

alternativa De alimentación

¿Qué tiene que ver el sauco con el metano que producen las vacas? El zootecnista Tabla explica que algunas investigaciones han mos-trado que este arbusto, que prácticamente se produce en todos los departamentos de Colombia, tiene un alto valor nutricional para ser utilizado en la alimentación de rumiantes, pues es una fuente importante de proteína de alta calidad y es un recurso promisorio para reducir las emisiones de metano al ser introducido en la dieta de estos animales.

El interés central en su investigación fue determinar en qué circunstancias el sauco

es más nutritivo y cuándo su incorporación en la alimentación de rumiantes produce menos metano; para eso tuvo en cuenta tres momentos del desarrollo de la planta: prefloración, floración y fructificación, y relacionó cada estado con los contenidos de me-tabolitos secundarios.

Los metabolitos son sustancias y compuestos químicos que pueden intervenir o no en el pro-ceso de desarrollo de las plantas; se dividen en primarios (carbohidratos, proteínas o lípidos), aquellos que tienen que ver directamente con su supervivencia, crecimiento y reproducción; y secundarios, que son las sustancias (terpenos, compuestos fenólicos, glucósidos y alcaloides) que en principio no son esenciales para la vida, pero que contribuyen a la adaptación de las especies.

El zootecnista señala que los metabolitos se-cundarios cumplen funciones protectoras, repe-lentes o atrayentes, razón por la cual su potencial como medicamentos, antibióticos, insecticidas o herbicidas es cada vez más estudiado. Destaca también que algunos compuestos de los meta-bolitos secundarios parecen tener potencial para inhibir la producción de metano en el rumen o panza, a través de su efecto sobre la población de microbios.

En una primera parte de su investigación tomó varias muestras de hojas de sauco de una planta-ción del arbusto en Pasto (Nariño) y analizó los compuestos que determinan la calidad nutricional del forraje –como el contenido de proteína cruda, carbohidratos o ácidos grasos– además de los niveles de metabolitos secundarios.

Así, determinó que la etapa de desarrollo de la planta sí afecta la composición nutricional del forraje, y que en la edad de fructificación –cuando empieza a germinar el fruto– el sauco posee una mayor cantidad de nutrientes en relación con cada tonelada de forraje cosechado.

nutritivo y menos contaminante

En la segunda parte de la investigación, el zoo-tecnista realizó pruebas de fermentación in vitro, es decir una simulación en laboratorio sobre cómo es la digestión bovina, con el objetivo de

saber en cuál edad específica de desarrollo del sauco produce menores niveles de gas metano.

Para ello elaboró diez tipos de dietas en las que mezcló el forraje de sauco con césped inglés (Lolium perenne), pasto ampliamente utilizado por su poten-cial para producir grandes cantidades de forraje de buena calidad, apetecibles para el ganado.

Al césped se le incorporó sauco en cantidades de 10, 20 y 30 % tanto en la etapa de prefloración como de floración y fructificación. Todas las dietas experimentaron mejoría en su composición final gracias al aporte de nutrientes del arbusto.

Con respecto a la producción de metano, los nive-les bajaron a 36,23 ml de metano por cada gramo de alimento potencialmente digerible cuando se agregó un 10 % de sauco; 27,17 ml cuando se adicionó el 20 %, y 24,37 ml cuando la inclusión del arbusto fue del 30 %.

El estudiante destaca que “en la etapa de floración en los diferentes niveles de inclusión, fue cuando se presentó la más baja producción de metano in vitro, siendo al parecer esta edad la indicada para disminuir las emisiones de metano”.

Para el profesor Hugo Sánchez Guerrero, de la unal Sede Palmira y director del trabajo de investigación, además de una dieta a base de sauco, que hará que las vacas emitan menos metano, utilizar este arbusto en sistemas de silvopastoreo intensivo –que combina árboles y arbustos con los componentes tradicio-nales de céspedes y animales– en zonas de mayor altitud, como Nariño en este caso, podría disminuir drásticamente las emisiones de gei.

La investigación adelantada por el zootecnista Tabla se constituye así en un referente regional y nacional para que se puedan comprobar las bondades del sauco en estudios de campo, con fines produc-tivos y estratégicos que beneficien la producción lechera del país, la cual representa el 2,3 % del pib nacional y el 24,3 % del pib agropecuario, además de generar más de 700.000 empleos directos.

Gráfico: Ricardo González/Unimedios.

Desarrollorural

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octubre 2019 | 20 Periódico – N.º 222 – Universidad Nacional de Colombia

Ciudad & Territorio

palabras clave: centros comerciales, conjuntos cerrados, barrio, mercado inmobiliario. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Entre rejas los conjuntos residenciales encierran los miedosJuan caRloS PéRgoliS, urbanista y arquitecto

La imposición del mercado inmobiliario, un estilo de vida basado en lo privado y exclusivo, y un imaginario de seguridad a partir del aislamiento, entronizan al conjunto cerrado como la nueva célula base del crecimiento en las ciudades contemporáneas.

En 1986 me invitaron a escribir la introducción del libro Testimonio, catálogo de la x Bienal de Arquitectura Colom-biana que se llevaba a cabo ese año. Allí intenté señalar un modelo de ciudad que comenzaba a consolidarse y se basaba en agrupaciones de vivienda en conjuntos cerrados:

Es un fenómeno reciente […] que tiene una in-cidencia peligrosa en la estructura urbana, ya que crea sectores cerrados, islotes inaccesibles dentro de la ciudad, a la vez que los centros de las ciudades van perdiendo sus bases poblacionales y el tradicional control social sobre el espacio público. La ciudad se convierte en una árida y degradada tierra de nadie.

Más de diez años después, en Bogotá fragmentada: cul-tura y espacio urbano a fines del siglo xx, quise revisar esas afirmaciones sobre la ciudad y enfatizar en dos aspectos: la penetración en el gusto del comprador a través de los medios, y la nostalgia académica por la ciudad tradicional que nos impedía ver la nueva ciudad extensa, fragmentada y compuesta por los enclaves cerrados que se estaba cons-truyendo: conjuntos de viviendas y centros comerciales.

Resulta asombroso que 35 años después de aquella x Bienal de Arquitectura, y más de 20 después de Bogotá fragmentada, la reflexión académica sobre el hecho urbano se oriente en el mismo sentido y se nutra de las mismas palabras, mientras la ciudad se construye día a día, ajena a esa reflexión, con base en islotes cerrados que fomentan todo tipo de actitudes excluyentes e individualistas.

¿Qué ocurrió en el modo de vida y en el gusto de los ciudadanos en esos años? Sin duda, ambos aspectos fue-ron permeados por el imaginario de seguridad a partir del encierro y el aislamiento que los medios y la finca raíz coincidieron en mostrar como ideal de vida en la ciudad moderna, o por lo menos como respuesta a la “ciudad del miedo”, ante la cual hay que encerrarse.

el conjunto De vivienDas no es el barrio

Desde los años ochenta la academia trata de señalar repetidamente la falacia de ese argumento basado en la seguridad, y le contraponíamos la experiencia de la ciu-dad tradicional, la de vecinos, actividades, comercios y gente: un tejido cuyas bases son la solidaridad, mientras el control social y su territorio es el espacio público. Sin embargo la ciudad se construye hoy con base en el miedo y la respuesta es el encierro, las rejas y los muros que contienen una población dividida en la que reina la desconfianza, el temor al otro, al diferente…

El concepto de conjunto cerrado de viviendas es muy distinto al concepto de barrio; aunque en última instancia en el barrio también hay una uniformidad económica, esta no implica exclusividad, como ocurre en el conjunto cerrado. En el barrio hay múltiples actividades: vivienda, comercio, recreación, servicios y producción, a diferencia del conjunto, que contiene viviendas y alguna circunstancial (y también excluyente) actividad recreacional.

Históricamente los barrios mantuvieron una estre-cha relación con el centro, dependían mutuamente y conformaban un “todo-ciudad”; allí no había dudas de identidad: ser del barrio significaba ser de la ciudad y las El imaginario de seguridad a partir del encierro y el aislamiento también ha hecho que proliferen los centros comerciales, de

los cuales se calcula que en 2018 funcionaban 244, en 60 municipios del país.

Se estima que el 40 % de los hogares de Bogotá vive en más de 3.500 conjuntos cerrados.

representaciones sociales que conducen al imaginario urbano eran claras, nítidas.

El conjunto de viviendas no es el barrio, su articulación no es con la ciudad toda; los islotes cerrados de vivienda encuentran su complemento en otro islote, mucho más cerrado aún: el centro comercial, sitio de encuentro, o por lo menos de compras-recreación, una cápsula para el consumo que se señaló como un pretendido reemplazo del centro de la ciudad. Sin embargo el centro de la ciudad es de todos, las normas que rigen no las imponen los pro-pietarios particulares o la empresa del centro comercial, sino que son las leyes del Estado.

El centro de la ciudad es, entonces, la expresión más clara de la identidad urbana, síntesis de lo colectivo y lo público. Más allá del comercio y la recreación, el centro contiene y muestra la estructura de la comunidad, allí se expresan (y se expresaron en el tiempo) las fuerzas que mantienen la cohesión y el tejido de la sociedad.

imposición Del mercaDo inmobiliario

Hay dos modos de entender el gusto por la vida en con-juntos o sectores cerrados: uno es el afán de “exclusivi-dad”, referido principalmente a las clases económicas más altas que buscan la convivencia con sus “iguales” en una identidad de clase, ajena a la identidad de la ciudad.

El otro modo evidencia que la opción por vivir en con-juntos cerrados está dada por el mercado inmobiliario,

la oferta de viviendas y las posibilidades de los compra-dores; en palabras cotidianas, “es lo que hay”, que está signado por la economía y la facilidad que representa para las empresas constructoras la estandarización y la repetición de modelos, en un proyecto amparado por el imaginario de seguridad que extiende indefinidamente la ciudad en una anodina continuidad, en un territorio que, como ya se observaba desde 1986, constituía verdaderas “tierras de nadie”, inseguras y carentes de identidad.

Pero si se observa con cuidado esa enorme exten-sión de la ciudad de los conjuntos –se estima que más del 60 % de la población colombiana vive en propiedades horizontales–, se ve que en muchos de los vacíos entre ellos se filtra la ciudad tradicional y se constituye una nueva y muy propia “tipología urbana”, identificada por la mezcla de conjuntos cerrados y ciudad tradicional, esa que desde el conjunto llaman “el barriecito”, donde, más allá del diminutivo y sus connotaciones peyorativas, encuentran el comercio y los servicios de primera nece-sidad sin la estridencia del centro comercial, accesibles y enmarcados en la familiaridad de la vida de barrio: la tienda, el montallantas, la panadería. Hay rasgos de la identidad que, afortunadamente, se resisten a desaparecer.

Fotos: Nicolás Bojacá/Unimedios.