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    42 LA SOCIEDAD MEDIEVAL APROXIMACIONES A LA VIDA COTIDIANAy sin duda albergar a varios cientos de hombres, como verdaderas ha-ciendas del mundo antiguo. se han hecho algunos ciilculos de la densi-dad de sus parcelas. La prospeccin sistemtica de Roger Agache en elcentro de Picardfa ha puesto al descubierto ms de 500 para un total de900 aldeas actuales, e distintos tamaos. En Warfuse posee unasdimensiones de 500 metros por 150, y en general son de i50 por 50.Naturalmente, no se puede asegurar que sean todas de los mismossiglos, pero el total es impresionante. La observacin area en el Magribo en Espaa, ms escasa y sobre un terreno ms escabroso, tambin hapuesto al descubierto un nmero importante de parcelas. se ha pensadoen un origen prerromano, basindose en los cercados de la Tne cltica,tambin reconocibles. No es ese mi parecer, pero de todos modos lasformas geomtricas estereotipadas de las villae denotan, en todo caso, elafrn de dominar una parte del suelo._ Podemos darnos por satisfechos con esta visin de omnipotencia?_Roma no es ms que un entramado de ciudades y calzadas mpedra-das, o una parcelacin regular de grandes dominios colindantes comolas 30 villae de santa Melania de sicilia? Esta es ra visin tradicional.Una _vez ms la arqueologa se encarga de acabar con ella. para quservan unos vastos recintos de tierra como los que se conservaron enAuvernia hasta el siglo x (Escorailles), que a veces abarcaban decenasde hectreas (130 en Vendeuil, al sur de Amiens, 60 en Lombren, en elGard), si bastaba la villa para agrupar a los hombres? De dnde vieneny adnde van estos galos cuyos conciliabula son tan temidos por Csar?Qu papel desempean los pequeos fana aislados en medio del cam-po, en las cuencas de Londres y Pars, si no hay fieles cerca? por quconstruy Roma las agrociudades antes mencionadas, si todos vivfan enla ciudad o en las villae? La respuesta es clara: fuera de stas tambinviven los hombres. como no se les puede confundir con los de los yici,burgos de los caminos que tambin son conocidos, significa que existeotro hbitat, desperdigado, ligero, que no ha dejado cimientos n el sue_lo que puedan ser detectados desde el aire, ni mosaicos que el aradosaque a la luz. Cuando se pasa el Rin o el Danubio, se comprende que,con toda seguridad, era esta la forma comn del hbitat iampesino.Quin es esta gente, en la zona romana? Colonos libres que tiabajanen la villa ms cercana, en la que slo viven esclavos, o campesinosdueos de sus bienes? Salta a la vista la importancia de la respoeita.El sistema de la villa f:ue decavendo. En muchas regiones la ar-queolo@a ha descubierto hueilas devilrae aban-donadas en el centro de la cuenca de Londres y en Costwolds, BajoSena, Maine, Santerre, Lorena y Alta Borgoa: una clara solucin de

    43como la aprisio del Languedoc, los clculos del nmero de nios decla-rados en los polpticos, gomo los que acabo de citar, han sog"riao U i",d9_Ou9l-a f99a carolingia, el-siglo rx en conjunto, fue una fs" ";;_sinde la poblacin. personarmente creo qu slo se trat " ,*."ip"-racin parcial del terreno perdido, y que rs coeficientes poritiuo, qr..encxentran aqu y all son demasiado moderados como para justificar erfcil entusiasmo de los admiradores del gran emperadorrr, q"uien, dichosea de paso, tuvo tanta responsabilidad ensto como el desdihado Justi-niano en la pandemia pestfera.- Estas disputas eruditas carecen de inters, y no deben distraernos de;l ll cllstjon principal: !1v trocor hombres, estn muy ."p*uor, y proba_/ blemente carecen der dinamismo que caracterira a os siglos posteriores.Cmo viven?I. UN rsrrAr mcn

    Hasta hace unos treinta aos, o menos, estaba vigente la teora deuna continuidad, de una permanencia del hbitat rurJ desde el mundogrecorromano hasta nuestros das, y la . Por lo menos en los pases antao romanizados, porque "n ot oal.ug^ares hubo que admitir lo conrrario. Aunque todavaAu"; uiguro,defensores de la , basrndose "n uro, pocs ejempis, laarqueologa ha barrido todos los dems.1. Elfin del reinado de la villa

    Pocos elementos han contribuido tanto a ra buena reputacin deRoma como lavilla, sus mirmores, sus mosaicos y sus estanques, visita-dos sin falta por los turistas. varrn, columela, aladio, tr-iie, virgi-lio, luego Ausonio, describieron su trazado y sus encantos. orientacinideal, edifi cios , parcelas bien trdenadu., uunqr" J rnrr_cio de la llegada del senador, el administrador, alatigazoi, t"riu qr"hacer que los esclavos se metieran en sus tugurios puiu ro'or"r"ituvista del amo. I,a arqueologa que las ha estud'-iado d Bretaa u i"itiu,sobre todo la area, ha revelado sus distintos tipos que no uoy u Lru-merar aqu. Del enorme edificio nico de Toscani, loreinos hispnicosy Aquitania a las casas alineadas en dos alas hasta 300 metros de lamansin del amo, como en P_icarda o en Brgica, estos beilos conjuntosy sus dependencias, patios y huertos, podan oiupar hasta 5 u g hecirreas,

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    44continuidad, atestiguada por la cermica y las monedas' separa la pocaromana de una eventual iecuperacin tarda del yacimiento. A veces sei;; e" un abandono bruscoi45 esqueletos en las ruinas calcinadas deVtont-Saint-ean, junto a Le Mans), bfias de una decadencia progresivaiJcpsito de cenizs y desperdicios estratificados a lo largo de dos siglosin ;rgunu, villae de pi.*iu). pero la mayora de los casos se deben atratt-ot antiguos o ineluctables. En el siglo w ya estaban en decadenciairt iipf"t*i""nes de Bretaa; las incursiones del siglo ru en Galia o enftetvciia son la causa de los principales abandonos; pffiece que en otrosiuouttt el suelo perdi valor y su xplotacin decay hasta que escasei;?;;;. ;uru.b"ro" luego en el siglo v no haba desaparecido ta.villa,Doro Bu estructura yu no "tu-lu mismfy haba perdido su rango' La llega-ilil;;rr""nos y los rebrotes prelromanos debieron revalorizar losnorfos di chozas, ms acordes con las costumbres brbaras o celtas'

    \r^J-\q*_-LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    2. Aspecto disPerso del hbtqt

    contrario.

    APRoxIMAcIoNEs A LA vIDA coTIDIAN e' 45que en otras partes, para que se volvieran crnicos' Por ejemplo, en lailontaa, donde la tirra -tit escasea y se agota pronto, en_los pases detrashumancia, donde estos movimientos conciernen a los hombres y alganado, y en los linderos de los bosques de Germania' donde los campose cuttilo se desplazan todos los aos. A falta de un control eficaz sei,r; tu io.rtuitiad. Es ms que probable que los cal.veros culriva-;;; ; ambos lados del Rin, no ie "ultivT a' por completo t?do-1losaRos, ni siquiera alrededor de una slidavilla, y que debrdo a Ia cone-riO, . fu "it*ctura familiar el grupo se desplazara en bloque' Una aten-;u1"; de los polpticos del igl,o x muestra evidentes discordancias"rt" t"p"mcie y proOuccin. Entendmonos: la parccla cultivada esti*it"u, con lindei conocidas y el suelo apropiado' Tambin "'"ll! rcaso los valiosos textos carolingios son claros' Pero por este esPacll Ilos campos

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    la de los polpticos, deros ribri traditionum, deros Brevium exempra, q.,edesdehace tanto tiempo ha centado la atencin e los eruitos "o"ionu-os. No me corresponde describir aqu su organizacin ""or*i.u, ,i "momento escrutar su organizacin sociar. El probrema es que no ,u"-o,nada de su estructura material: madera?, ii"a*t, .i',ltrrf,-,,u-o?.E]-nico ejemplo suficientemente claro]'el del fio " A"r;;*_ca.de Lille, puede sugerir una disposicin generar muy similar a i J unuvilla galonomana. Las

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    t- .' ,,1C{.^4 t1 't-^A' F t rtfn f1-i' ibo+\t"*ApRoxrMACIoNEs A LA vrDA corrDrANA 49ricin de hbitats secundarios en los que se agrupaban las casas detenentes liberados o, como enlavillicatio germnica, que vivan dema-siado lejos de la villa como para seguir considerndose dependientes.Los -villare, -mansionile, -curticella y otros son sus ejemplos ms segu-ros. De las otras premisas hay algo ms que decir, aunque a pesar de lasnumerosas excavaciones todava no lo vemos muy claro.

    del sur, contraponen slidos argumentos a estas observaciones diflcilesdc rebatir. Par empezar, sostienen que la construccin rural de la riberamediterrnea suel ser de mampostera, lo que dificultara mucho eldesplazamiento. Luego, que numerosos topnimos' como en Francialos derivados de -iacum (-y, ', -ay, -ieu, -ac y algunos ms), que indis-cutiblemente estaban en uso entre el principio de la era cristiana y lossiglos vl o vu, siguen designando hoy las aldeas. Por lmo, recuerdanlfpersistencia de la centuriacin. Aunque no es cierto que se hicierauniatastro de todo el imperio, s se realiz en los alrededores de las ciu-dades, colonias, municipios y lugares de retiro de los legionar,ios. Laslnvcstigaciones que se han realizado en Emilia, Languedoc y el Levante,y gon mcnos xiio en Borgoa, Picarda, Apulia y otros luares, revelanluo la disposicin de las parcelas posteriores, incluso de las contempo-inoa, e alinea siempre a lo largo de los caminos y los lotes de 700 my pico de frente que partan de ellas.+D- Una vez admitida la distinta evolucin, fcil de explicar, entre el sur- iruy romanizado y el norte que no lo estuvo apenas o nada, se puedenCnC6ntfar algunos elementos estables. Para empezar, en lo concernientea los pnimos. Pese a una opinin my anaigada,-npgggu'L9!fug pj eolalJfl_q-s-ob,re- tqdo- cuando se fogaarorr eq.!{ &L@ * *un tromUr, un geru, un-cian-compls--,acrA rom4!9'-q&l4ry yls -ing grmnicos, que slo tienen gn- setido de*gq!99!vidad,-cqg9.-curtis y hof. Por eso ro que se desplazaron con el grupo humano que,/" levani " cabaas en otro lugar. Hay abundantes ejemplos de aldeas' an -r, junto a los cuales el avin ha revelado las huellas delavilla que, antao tenfa ese nombre. Hay que descartar el argumento toponmicoI t como prueba de perennidad. Pero tampoco creo que se produjera una\ I ruptur completa.Me parece razonable pensar que hubo una transferenciaI I Oi hbitat. una redistribucin de los centros rurales, abandono, reagru-\ | prmlonto, divisin, cuyas probables causas ya han sido mencionadas.La agltacin interior

    Desde luego, no hay que perder de vista que incluso una sociedadparalizada como la que voy a describir a continuacin no pudo pennane-iCr al margen de toda evolucin durante cinco o seis siglos. Si le damosalguna importancia a la crucial inflexin de los siglos x y xI, es lgicobtisCar sui premisas, su

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    LA SOCIEDAD MEDIEVALescasas las menciones de ecclesia en los polpticos: esta vez se invocarla existencia de la iglesia monstica, que poda estar muy apartada. Enotros lugares ms meridionales, como en Villiers-le-Sec, el yacimientoexcavado posee una iglesia contemporinea de las casas, y muchos histo-riadores, sobre todo alemanes -1o que no deja de ser sorprendsnts-,afirman, basndose en las excavaciones, que hay numerosas iglesias ocapillas cuyos cimientos datan de los siglos vm o Ix. Pero sabemos concetteza que no se trata de casas apiadas alrededor de una iglesia quehaba permanecido aislada mucho tiempo? He aqu otro dato: las capi-llas visigodas todava aisladas en el norte de la pennsula Ibrica, o lasiglesias de piedra sin casas alrededor en Italia. No hay, pues, ninguna\ evidencia. Si soy de la opinin de que la iglesia tuvo que acudir en bus-\ ca de los fieles, y no al revs, es porque le doy ms importancia al\ esfuerzo consciente de cristianizacin de la jerarqua clerical que a la\ acumulacin de pruebas. Por lo dems, en este asunto, lo que cuenta sonIlos resultados: la iglesia ya est aqu y all, ms adelante ser uno de los'ncleos del hbitat, y volveremos a encontrarnos con ella.II. Pnonucn pARA suBsrsrrRNo me propongo hacer un examen minucioso de lo que se sabe acer-ca de las condiciones econmicas y de produccin de la poca. pero enuna sociedad en la que lo primero es la subsistencia diaria, con su corte-jo de temores, la escasez, perderlo todo, tener que huir, conviene anali-zar el sector del trabajo, y sobre todo el de la tierra.Se comprende, entonces, que la fusin entre las distintas comunida-des se realizara con tanta ms rapidez cuanto ms comparables eran losniveles de estas actividades. Se puede pensar, incluso, que las invasionescorresponden al momento en que el estadio de desarrollo econmico fueidntico a uno y otro lado del limes. Antes de esta fecha, como atestiguaTcito, la persistencia de usos arcaicos entre los getmanos les convertaen verdaderos brbaros, cuyo ingreso en el imperio, o ms bien su absor-cin, era inconcebible. Cuando ambas civilizaciones agrarias, como dosvasos comunicantes por sus bordes superiores, estuvieron al mismonivel, bast con que se produjera cierta agitacin en Asia, en Ucrania o aorillas del Bltico para que los germanos y los romanos se compene-traran, primero con bruscas sacudidas como en el siglo m, luego coninfiltraciones y al final con una mezcla completa. Cmo se podraexplicar, si no, la facilidad con que visigodos, francos o lombardos pu-dieron continuar la explotacin del suelo, all donde ocuparon tierras, o

    APRoxIMACIoNES A LA VIDA CoTIDIANA 51se incorporaron en el resto de los lugares? podemos compararro con laprogresiva desaparicin de ra agricuitura antigua en el nrte e r.i"uq,Tqo unas poblaciones de otro tipo econmiio suplantaron a ra autori-dad bizantina, en el siglo vul.

    1. El derrocheIdentidadesDe entrada no resulta difcil resaltar las diferencias. sin volver alas teoras ya abandonadas, pero que fueron apreciadas durante ;u"hotiempo allende el Rin, de la "mara>>, de la prtpiedad .ot."tiru,-i.t r-u.ui$ v redistribuida, hoy se piensa que los g"*uno, tenan un sistemasimilar a la vila romana,. ex,cepto quiz loi brbaros q"" "i"l*"-a,erca del centro del imperio, loJde Baviera y el pas O" u"n, l, purt.romanizados.

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    Naturaleza der suero o del relieve, cubierta vegetal lo bastante densaque an propiciaba una agricultura frecuentemente mvil, _ry O"p"n_diente de los productos dl bosque o de una ganadea de refuerzo. senuede apreciar bien gracias a.qu los sajones, una vez ms, nos ofrecenel cuadro de unos usos agrarios ,,pr.orri, rn"oo. evoluciondo, qu.io,de los otros puebros. rambin tor "n.ont uos en ras reyes brbaras,que prcstan mucha atencin a cuestiones de este tipo, en r, * ,.?ir-tinguen con claridad los aspectos econmicos: ra iuerte .rr,iro, .J

    fi-;l*+*"lm*r*mm'',,"l.' lel siglo x.Pero en er mismo momento rq-gconqg.d@ffi#slt :do, sus grandes rebaos, sus grupos humanos fuertemente dominadospor el amo, como en otros.lug_es po, "t3"i" L la tribu " "r "l*, ,r"""los mismos efectos sociales]Hay'un f"r" *utiz qae," ;p;;;;';1,oponimia: los lugares de hbitat ir"u* "o*o radicar uq*r "i.o-ui" a"un hombre, y allel de una familia o un ttem, pero el aspecto colectivoes el mismo. Adems, un vivo sentido de cmunidad anima a ambosgrupos. En el derecho romano se concibe como algo _a, iririuA qu"

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    52 LA SOCIEDAD MEDIEVAL-r7 \1J i *'>, dice carlos el Calvo en g43 en coulai- ' l.-r'nes. como la Iglesia sostiene, evidentemente, el > es una de las ramas de la historia de laalta Edad Media ms controvertidas y oscuras. por otra parte, sobrepasalos,lmites de mi exposicin, de modo que slo la mencionar en la medi-da en que nos informa sobre las relaciones entre los hombres. No se tratade volver a la marc> germinica y los imprecisos relatos de Tcito, nitampoco a lo que revelan las inscripciones del norte de frica acerca delos dominios bipartitos del emperadr, sino sro a la naturaleza de los con-

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    tactos ente amos y trabajadores. De modo que no voy a hablar de lo quese cree saber acerca del funcionamiento de un gran dominio delos siglos tr y m, con sus esclavos que vivan a los pies del amo, sus colo-nos, en principio libres pero sujetos al suelo, y un inendente que suele serel nico amo sobre el terreno. Como desconocemos todo lo que podaexistir allende el limes, hacer una comparacin para esta poca es purateora. Pero en cambio cuando empiezala fusin las cosas se ven con msclaridad, y hay que detenerse en el episodio de la hospitalidad.: Todava darn mucho que hablar los motivos por los que la autori-dad romana propici y sistematiz esta prctica. Se puede relacionarlegtimamente el establecimiento de germanos como en losdominios romanos con la decadencia del mundo rural antiguo a partirdel siglo m. Mientras el descenso demogrfico no es nada fcil de medir,el retroceso del esclavismo, en cambio, est fuera de toda discusin. Enla poca de Constantino, y luego en tiempo de Teodosio, quedaron sincultivar muchas zonas. En Italia fueron 130'000 hectireas, y en el nortede la Galia, el Bajo Sena y la regin de Trveris el repliegue de numerosasfamilias senatoriales hacia zonas ms seguras debido a los disturbios delsiglo w dej a muchos dominios sin brazos. Las tropas de los bagaudasse nutrieron de colonos o esclavos huidos. El establecimiento de los br-baros podra ser, en este sentido, una necesidad vital, dado que escaseabala mano de obra y en el oeste el Estado catecla de la autoridad necesariapara atribuir obligatoriamente a los vecinos las tierras vacantes.No parece que el mtodo adoptado, reparto de tierras y tal vez de lamano de obra disponible -no hay acuerdo al respecto- en proporcio-nes variables, entre el propietario y el grupo brbaro que le era impues-to, provocara rechazo en ninguna parte. Sidonio Apolinar se queja de lascostumbres de los godos, no de su presencia. El motivo de esta compla-cencia, o resignacin, hay que buscarlo en el antiguo sistema de aloja-miento de tropas, que se remontaba al siglo a.El hospes era el soldadoportador de un billete de alojamiento y un bono de vveres de los grane-ios pblicos. Luego, con los desrdenes del siglo tll, era portador de unaorden de requisa del tercio de los bienes del anfitrin. Este lote (sors)era inalienable, para dar una garanta de derecho eminente a los propie-tarios afectados. El principio de la tercio no cambi porque los soldadosfueran gennanos, y se sigui practicando sobre todo all donde se insta-laban los federados, y hasta la poca lombarda, en que Autario recurri al para dotar a sus guerreros (575). Pero las circunstancias locales pudie-ro propiciar unas exigencias mayores en los lugares donde la ley de laoferta y la demanda, en cuestin de mano de obra y tcnicas, favoreca alos germanos. Por ejemplo, los burgundios y los visigodos de Aquitania

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    ApRoxrMACroNEs A LA vrDA corrDrANA 55obtuvieron dos tercios de ros bienes, no se sabe bien si muebles oinmuebles. En cambio, en.otras partes, para que los grupos birbarosminoritarios no se desperdigaran, ." i*prso r -oo"ri"i;, y;l;r.confisc a los grandes propielarios o en una regiOn determina;. p;;; ",odas partes la operacin tuvo carcter ofici, "or;;;;;;i*,"i,l frente. Cuando el poder de Roma se desvaneci y se 'isolvi;i;,.,foedera, su recuerdo-perdur. ya que los merovingios y los alamanes,pese a no estar vinculado Ro ninguna obligacin t-egatireuia,;;_cer se limiraron a ocupar lai tierras det fiscJo 1", d;ff;il, ;;il;#;",*11111-11"r.,Hay que admitir que desconocemos muchos problemas]mpo.rta.nt9s Jos grupos germanos slo gozaron de un rercio ;1;;;;;_tas-al vivir lejos de las tierras que Ias p-roducan? O ." "rtaUt;;;;;,n la propia villa? y, en gste^c-agb, expiotaron lu tiJoa "ff, *irr"r, ":,::*"lr:*j: :'"]i*.r, o bien '"aron un hbirar il;; ;;, ii"-vindose con ellos a los colnos y esclavos qr" l", ;;;.p"iiI"'r " ""-, - ^a"U*rr3*to^

    uupa arnaoa y er romano que le aloja se cre una solidaridad de intere_ vses. cuando, en Italia, Teodorico ouiigo a ros que no daban tierra a en-hegar parte de sus rentas, evit una rivaridad interna entre sus nueios:lMl:: Los dos prop_ietarios, igualmenre intiresados en el rendimientoqe sus rrefras y la obediencia de sus escravos, tendrin un trato de igual aigual, por ejemplo en la justrcia, como pr"r".ib" la ley burgundi;:D";_cendiendo en la escala social, los pequlos propietarios i;;;;;_ervar cierta reserva, pero Ios colonos estaban en et mism pluro qu" alabrador germano. sabemos que en los cementerios estn "rit"ou, ,i,distincin, y esta prueba ltima de su vida comn anterior q;; br;;.para mostrar la eficacia de ra hospitaridad. para muchos trrsiotaaoresl Ie trata der fin der germanismo: peididos en la masa rural indgena, con- jvertidos, admitidos en er seno d una familia romana, tos uuiffii;; " ilos godos perdieron su originatidad.

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    APROXIMACIONES A LA VIDA COTIDIANAsuposiciones, basndose en lo que ha perdurado en los siglos posteriores.Es el caso de la responsabilidad colectiva en los suelos abandonados.Sabemos que en el nijo Imperio, para que los efectivos del ejrcito y la ibase del impuesto se mantuvieran a un nivel aceptable, el Estado orden ique todos ls miembros de la comunidad rural se hicieran responsables ,colectivamente de las levas y los pagos. Como la tierra era la base de ,ambos, toda parcela que caa en desherencia o era abandonada por un Icampesino aplastado por las deudas se atribua de oficio a un vecino o a Iun pariente. La adjectio sterilium (la epibol griega) brindaba la posibili- tdad de incrementar la propiedad, pero con el riesgo de contribuir ms. Se.' 7podra pensar que, por lo menos en el oeste, el hundimiento de la fiscah-dad pblica y los nuevos usos militares acarrearan la ruina. Pero no fueas, ya que los cdigos brbaros, al igual que el de Teodosio II, en lossiglos v y vI, recogen sus principios. Carlomagno la invoca en sus capitu-lares sobre el ejrcito, y como sabemos que en el siglo xI an sobreviva, \es de suponer que antes de esta poca se mantuvo en vigor. Naturalmen- |te, desconocemos su realidad, su amplitud y sus efectos, pero deba de ser jmuy gravosa para los ms pobres y propiciar la solidaridad entre ellos.El uso de tierras abandonadas (el saltus opuesto al ager) o de las queestn fuera de todo derecho, la foresta (de foris, fuera de, ms que delalemn Fhre, el pino) es una necesidad imperiosa para el hombremedieval. Se vive ms de races y bayas, de pjaros y conejos, o algoparecido, que de gachas y productos lcteos. Estos lmos, por otra par-te, dependen de un ganado que pasta en el terreno inculto. Todava nomenciono la importancia de la madera en esta civilizacin, ni la de lascanteras y las minas. Antes del siglo tx no es posible tener ms ideassobre la frecuentacin de estos suelos que las que sugiere la ley, mspreocupada de castigar al infractor que de precisar los derechos de uso.No podemos medir la fuerza comunitaria de los campesinos en el accesoal terreno inculto, pero la baja produccin del campo parece indicar que 1los hombres se encontraban -y tal vez se organizaban- para vigilar los 1rebaos, recolectar frutos y acIrrear madera. En cambio, los datos apor- itados por los anlisis palinolgicos, cada vez ms frecuentes, y los ex- fmenes antracolgicos que se empiezan a hacer, revelan que el medio /vegetal que rodeaba los claros habitados era mucho ms ralo de lo que Ida1 entnder la tradicin de las horribles selvas>> galas o germnias \descritas por nuestros antecesores; pero que la contextura botnica de !esa cubierta no vari en calidad ni en cantidad entre la protohistoria y el \siglo x, lo cual significa que la utilizacin del sotobosque debi de ser \muy escasa, y la conquista de nuevos suelos en la poca carolingia no \debi de tener mucha nvergadura. \

    575(r LA SOCIEDAD MEDIEVALtlocumcntos, escritos quiz por orden del prncipe, ya que los Breviumt.rt'ntpla que se les parecen tienen este origen, slo conciernen -or:lsi- a li Iglesia y ius inmensos dominios. No se pueden subestimarlrrs rcliclas,-pero de todas formas lo que conocemos abarca el 0,5 porl({i(lul tcrritrio del imperio. Era la regla general? O eran excepcio-rres,/ ,Quin osar zanjar esta cuestin? Por otra pafte, desconociendot:rr rrr trppsito se escribieron estos textos, Son un acta de lo que es orrrrr rclrrci(i dc lo que debera ser? Quin puede responder a esto? Porriltirrro, lr tlivisi(rn bipartita en manso dominical, la reserva, corflorlit,err Irs lristoriudores, y en mansos de tenentes, es una herencia anti-glr r,r'etcin del siglo v[I en suelos vrgenes o, al menos, noi(|lrrurrirrrrkrs'l l-ln cl sur de Europa se apuesta por la herencia, y en elotle por lrt crcacin. Todas estas observaciones son importantes por Suscleulos sohtc la situacin de los hombres, como veremos-I'or.rillirilo, otra observacin de capital importancia. Muy pronto enIrs tftlcltcntos rnediterrneos, algo ms tarde en los del norte -pero,rrrl scrlt un problema de fuentes?- surge la evidencia de una pequeairrolictlud campesina en los lmites de los grandes dominios, 9n pe-iuenas ckrnaciones piadosas y tambin en microtopnimos: locum,ixtr

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    La unin en la muerteLA SOCIEDAD MEDIEVAL

    para efectuar Ia c-orvea del amo, para vigilar el ganado, se puede acu_ir de distintos luqargs, se puede p.,i"r..o, u grup, aisldosleero paral ltimo sueohibr ey-e ae*fi, tr".o, de uno.",,"r"i"n con lose los dems' Los prur"-r ffiuao, po. tas necropotis de ra arta-__ E$d Media son de rm i*p"n"Ir"i".r.- l tou a" rull."iu, c"-i;"q*;;fi,1hff r,f.?,;?3r#ijfrHj:Ioga humana (o:-,::lt 1,.ir"Lrl, v por rtimo para ra de ras menta_idades (de Ia oue pro-3 o"up*Juhriu. eo.qu" nb me cabe ra menoruda de que ta neciEorir, *t!s iro"qu. rugar de curto, es el punto deeunin de ros homtres. se ;;;;"r, crmpo reservado desde haceucho tiempo a Ia arqueologrl-P" "r"ro-, no hay nada ,,n ilustrativoomo un cemenrerio. Su esruio abarcala "_rgr"ri"" "tJgia y tosituares' se han excavado cuiaaaosa.riJnte todos los Iugares de sepurturarancos, sajones,.ur.u*ai. v;;;:. por ro m.,rJillii-r.. a".ig_a, ya que datan de ros.primeios ,igio. mea"v;il;;;;oJ!, " ,ooe suprimen estos adjetivor "r rq;;'resurta imposibre conocer con-- seguridad er origen "i irunto. fu irlf,i.no antes que esta fusin de losI cuerpos en er Iugar comrin e e*"ans L uno de los testimonios ms cra_I ros de la asimiracin de las "h. ;;e ocupar de Ia situacin de ra necrporis' y Ia respuesa es casi categnca: si se exceph an ros tumuri fam,iares o las tum'bas iririr"i;il'r-* de ros muerros esti aisra_do. Esta costumbre, que ya era conocida go los antiguos, que colocabanas tumbas a ro rargo de '''';r,'r gu,";";ffi;i;iloi"J,o ou" representan los muertos, almas "n p"* o"r ruicio. La necrporis urbanai :,'Jii[:] i:'*]::111 1' q";"i', r,,""*' ;b;;;Hl'"das rasyaveces*rili{,i:ffi ;#:;ffi ff HJ,"#,#,::,.j#"",ffiT?us muertos' Las distancias que Ias ."* -e los vivos ,oi'gin.r,ffi ff#"fl:1,,'Jl,Y::::llr'i'r"'ir'r'o"'"'ffi;l1u...._-]+.'=;;;';'''""11J!",t#Hfl l:Tirm,l;rru*"""i",.;,sll:f,:#i."J","ji,:i::?,":,i::Tf.,T,;+-.*^ ur rado de ras tumbas, se

    tambin en ros edifici os_de las villae supervivientes, ros hombres sufrentra calamidad, que no es precisamerr".lu ,,"ror: pasan hambre. Aque_los que viven junto a un gran seor y le esctltan en sus correras, y losue reciben en el convento una pitania f*g;i_y gracias!_ pero.r.gu_ar, no remen ar esoe*ro "i" J**".il;:, podramos preguntarnosi la relativa dociridad a" ror qr""rlur'ffiro. a corvea en esta Docao se debera a que al servir.al'amo;;.1;;;-i; racin diaria, qu" .g,nnarios documenros del .iglo lxl o. ;i", Saint_Denis y f.um, "raorrecta' pero y los demi, o too. .iiurlutu ra cosecha, si se rimitabalos miserabres rendimien,or qu" .r'h;"r descubre con esrupor encreduridad en ros Breuiui ,i"wr';i" # podido carcurar .urior",ue llegaban a la asombrosu "iii'i" il 5.000 caloras, pero entros Iugares este dato ,e tu pr"rto;" ;;., I il[r;1;;;ri?l ,,esistencia humana er et equi,u;;.;; ilrones observadas en lossqueleros de las necrpolir, lo..n"ru; ;;;,; orrcalcificacin generali_ada,las dentaduras dlsastrosas, lus t"ria,,rn curar, revelan un malstado general. Gachas, popjer t".ir", ."ri" z'a y agrazforman la dietardinaria' y puede qr" , gi.iu. r;;. chazarra idea de que seS;t#;fii,'.:",::[l*f:tT:q;:-"r t'Lr er sigro x? Acaso noe ha habrado recieriremente der irrrti"iio ;ffirt#:; ilJXl?l;ocas de ms, porque su utitidad "";;;;i;;;a escasa? Se las utitizn horribles comids duranre la, tamu.".i ia sota iea pio;*; ;g_ancia y, narurarmen"..l:r_,^.llJi :;iip! l#ecto. La rg)esia, ,in ira,l:f}ii;J.o*ff;"'iTi"''vi-er"Ja""i"*g,*emperador>>noestDespus del sislo vrr en todas partes se ha terminado la aproxima_in de ambas com"unidades, dr-;;;;*r" La sociedad medievall*!r: ya.puede avanzar. rtu fr.iOn ". resultado de un acerca_lento previsible entre dos "ornrniu", _,iy prO*imas entre s. Trasarios siglos de vecindad r" ,;;;;;;;t#t" uru victoria violenta denos' ni de una vensanza.tenaz deros otros ista sociedad ene rasqosuros' preocupacions bajas, hori;;;.;""s. sera intil negar [ueos germanos aportaron r ,rv", p"." f#;;rr que Ios romanos nostaban preparados nara eilo-'El'il;"r *ffi;;rio pbrico cenrrarizadoel triunfo de ra fuza ror"rror'p;#ffi;re una sociedad conser-adora y jerarquizada cuyos rasgos vamos a examinar.franque un umbrar "n lu. *nturi;;oju.;"1,,i1llu"r:t,ffilil i;amiliaridad con el ms r,lr"."rn"rrl'l'rn Dios de perdn. Nadaontribuy ms a que tos ho;br;;fi_ ;;.idencia que et hecho desentarse junto a sus antepasados. V"luUm"*"s de ello.solidarios en ros campos y bosqr"r, t;i;o. en ra derra unos juntootros, apiados por doenai ", ri,"ir*ai, mercados campesinos o

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    3. LA FU ER ZA DE. LOS CONDICIONAM IENTOSINTERNOS

    lista. Poro esta simple observacin abre un debate: debera buscar unasaa*ut,-an buena lgica histrica, y no saltan a.la vista' Pero de momen-i" ,Of" se trata de rces profundas, las que alimentarn el rbol del fu-turo. Surge entonces un iroblema ae folfo qu lugar ocupa el mo-,.nto "otingio>> en es-ta futura eclosin? Ya me he referido a esas;i;ir; " hitoriadores, y no pienso volver. sobre el tema' ya que lanaturat"za del libro lo excluye' ategrico en la negacin si tuviera quet uUf- de economa, y con iguat conliccin si, por el contrario' tuviera[ue naUhr de fe y espritul tengo mis reservas en lo referente a loshechos sociales. L disolucin delEstado, el estallido del marco rural, latrama de los vnculos de dependencia, el progreso " iu pareja y -"1 Py: \,;;;;r;pit" de las ciudad". qo" despiertn se aprecian a palir.ae]f! i

    Las sociedades anguas gozan todava hoy de un prejuicio muyfavorable, a causa " to"upo't"u"in al bagaje cultural de la humanidad'La postura del economitti "t rna' prudet' y en materia de organiza-;;ii*; u ro, g.i"g; lro* t*'*os leJ debemos ms principiosirlril"r"res que j"r"'pro convincentes' La bella construccin roma-na, en realidud, ". orru fl.luu' Las rdenes, imperiales slo se aplican;i;;;;ir- "i."J".. s"jo el barniz de las leyes uniformes, msall de una clase ,"f""tu, ttut "l-velo de los soldados y los agentes fisca-;;; ;il h;y !*po. aisados unos de otros' poco v mal controlados poret Estado. Cuando "I J;;;;.b"r; uino uuuo *" produjo la disocia-cin poltica.El rasgo principal del mundo antiguo es' pues' el aislamiento de loshombres en su aldea ouuJ"""nd se afl-oaron las ataduras.qu elil;il;r,uo haba tratado de estrechar' Podemos suponer -que inclusodurante el intento o" r"J.g*ircin carolingia el poder pblico no pudohacer ms. En efecto, Ios'prncipes y sus agextes iarecan de los medioshumanos o tcnicos qo t, habanpermitido relacionaf entre s a estosgrupos poco numerosos. Los hombres' para subsistir y salvarse' tuvieronque apoyarse rn tu proi""tiO" qo" les brindaba su medio ms inmediato'Se puede decir que r". ""titll*amientos internos limitaron sus acti-vidades, al tiempo qu" f"t proporcionaban una seguridad indispensa-ble. La sociedad, incapaz de elvar poco a poco su nivet 0e !a1-v1viareplegada en sf misml;i'd" ;edor dL un padre' un amo' ul jefede clan. Primero u*oa u po**ot de acuerdo sobre algunas cuestiones'nn., qr" onu ,o"i" fermaneci inmvil durante cinco siglos yi-.g, "-pionto, aio-fuso a otra,.au.nque fuera por un accidente' esabsurdo. La historiogrul tobt" todo la medieval' tiene la mana de los. Tratar " n "u"t en 1o mismo' aunque la antropologla'*ov*un.iortu a ellos, tlu "n "tt" caso de gran ayuda para el medieva-

    u gOO. o lo niego, e incluso eitoy diipuesto a elogiar a los prncipes y a ilos obispos. Pero, como G. Duby, slo veo en ello Y"!'!i::::"^1!.:)\?. \agitacin interior pronto reprimida. No, la continuidad no est asegurada,n ef uno mil, todava no ha llegado el momento de una que cambiar el rostro de Europa. Esta ltima no ha nacido an'

    I

    i))))))))))

    I. Fncu-Bs ceRex'resNuestra poca brinda muchos ejemplos de coacciones' opresin yenvilecimient, de modo que podemos comprender fcilmente las estruc-toru, " dominacin y las -desigualdades indignantes de muchos perlodosmedievales. Los .,pbresrr, ou palabra que ha servido para designarJ**t" mucho tiempo a los dbilis, a los desposedos, no contaban conta proteccin de un iEstado-Providencia>>, ni de contratos de trabajo, niiqrl lu posibilidad de una promocin. De vez en cuando aparecieronalgunos eiementos esperanzadores, pero muy frgiles'1. El Estado o las leYes?'Supe rviv encia del E stado

    Hablar de la supervivencia de la autoridad del Estado entre clodoveoy C*f"t "f Calvo podra parecer provocador'-Segn una slida.radiciniirt"u, el alba i ta "tfoa Media coincide con la cada del Imperioromano. Ya he tratado de explicar que esta cada empez bajo el reinadoe Constantino, a comienzoi aet sigto rv, y que adems los reyes brba-rot ,a f*t."n a los csares. Pero no se puede negar que hay una evolu-t,

    r'G,''v

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    nv62 \nnn{\n t , rr \f* ^^LA SOCIEDAD MEDIEVALcin acererada. Empezando por una confusin creciente entre lo pbricoy lo privado. No es also-nuevo, ya que los emperadores del Bajo Imperioconfunden fcilmente"er "ir*ir*T*';iHr. consideran ra diaema:Ti**:lp^l*o,r1-Lycolocanurururniliu.ca.romagno;i;"-i;;r_

    invoca Cartos el Catv-o en 843. Ms r.r*,i, tii;';##;;l?ersona del prncipe. y el nombre de Roma o de los;;;;;;;"r;;""en los escritos, bien es cierto qu" "r, lor-" ror ecresisticos. pero quensaban los dems? qfgde:rp.ru, uig*u ayuda del jefe supremo oe sus agentes? En rearidad, el humite'o pu." esperar nada der Esta- do. Ante los excesos d.lo-r poa".oror, "irruo romano haba creadoi en las ciudades la fisua aa-"""ti, pirl'rl "ryocometido era defenderi ll":"**',f:":flr:,t:,ld'""_";i#. pero con ra excepcin delos reinos hisprnicos visigodos, ;i; ir_.td ffff?"iT"r"iemo, esta modesta protecin purO u L-o, A" fo, oUi.rplr, ;;ffi"-on lo que pudieron oara desemp"* lu ror"in, pero sin que er prncipeles obligara a eilo. n.r "*po . rr."jrr"oa"gaciones de ra autori_dad pblica en manos de los gr*a"r dunienis ,rpJ",r"r, "r-uier rastro de un contror de ls rro-u.", poi parte de Ios agentes der

    LA FUERZA DE LOS CONDICIONAMIENTOS INTERNOS 63

    i / mo. sin entrar en er examen de ros mecan,r;Jil i" .luir'#fli1,#i, conviene recordar ra desffii, pirr"a de ros medios de accinblica' cuando er merovingio qui.i.'iir-.e de arguien moresro, renva a tratar de recaudar impruests e" u ana profunda. cuando renea sus guerreros, recure a ros hombres de mano prximos a 1. cuandouiere estar seguro de su tesoro ro gu* en u, cofre, er instrumentumregni, v lo mete debajo a" ., "*.T* .}oringi* "r"irir'ae" "rotagonismo a la cosa. pblica, pero ta res privata predomin poroquier sobre la res pubiica. fo, i"r""iros y deberes de los sbditosse consideran elementos privados.-El p.opio r"y o sufamilia

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    1v64 LA SOCIEDAD MEDIEVALteodosiano destinados a los indgenas' Cabe sealar' adems' que loshistoriadores .uu'"' l'ian'"i"3ltt*" ms prstamot'*tt:-T!::sistemas de derecho. eor eernpfo, en.los reinos hispnicos haV un11ede costumbres ,o ","'iiu'-it'" A* la impresin de pertenecer a un fondocomn, tal vez p*tt""iii'J, ""i"Jt pt u*uut cmunidades' Tambinse ha podido ,uu". q'" litbig J" e*i"o' considerado visigodo' no esms ue una recopila"iO' J derecho romano vulgar' y que' por el*#;;,;i';;",J;;1;o'i"o para los. romanos de Italia est llenode reminiscencias brblai.. iu no"io" de .segregaci jrld]c1' ^e1tremiembros de una *i'"i""ii'"iliu t "t " recibol Aems' el estudio y laclasificacin de estos .t"^'It ft* tt""" muchas controversias':1::.lotesoecialistas, que no p* " encontrar prstamos y contaminaclones:irt;;ffi; il;;hd. S" ha llegado a nesar la eiistencia' o por lomenos la originalidad, " "tt"t?r"-"stas oyes'' como la ley gombe-ta de los burgundios ii; riprr.T? d" algunos francos' En conlunto'parece que los "u'"uiiJ-topilados par uso de los romanos (los deTeodorico, Alarico II;;il;;"d, por emolo) son ms o menos de lamisma fecha, entre 48'0;;;;;i q" r*-r"v"'.utobti:' *:* h'reinos hispnicos al;;;;ibria' furon objeto de numerosas rnter-oolaciones hasta el tiiio u'it' por lo dems' la mavora de las prescnp-

    "ion", acumuladas .rt l #;i; br;igl".;" encentran en las rdenesde aplicacin qo" 'oolo' "pitulares de la poca carolingia' De esta masaverdaderament" "not*" -si a ella sumamos los edictos y las decisiones conciliares- ," a"'p'""na";;;;;;"t" afn de ver las cosas claras' deI dar garantfas frente j ; iu *uio*i"ad' En medio del galimatasI de tantos ,"*,o, "onti;;;"]; p"ca' el conde' el obispo' '"1 ulT5tinI o el colono ," ni"'o'i 'in uu **ioos en el esorden y la oscuridad'I oero el historiador se il;;;p*sionado con la buena voluntad y el[espfritu prctico que triunfan entonces'

    l.A FUERZA DE Los coNDICIoNAMIENTos INTERNos 65no podfa mantenerse' Del rey que juzgaba personalmente en su palacio.o.rgunot amigos "omo "ont"rs, l conde que promulgaba una se-tencia emitidu po, oro. notables de reconocida equidad' y en.la Italiai*U*u " reonocidos conocimientos jurdicos (scabini, rachimburgi),;ilffi; y; "" emanaba de un agente qu se.limitara a aplicar un artculodel cdigo.- iu esorganizacin del sistema de pruebas a medida que caa endesuso el acta escrita supona un crecieite recurso

    a los testimonios demoralidad, amigos "u*ui"., juramentados, clientes' tanto ms persuasi-uo".o*t ms poderoso era el ligante' Los hechos en s mismos ya no;rifi;;b"" naa, slo tenan sent'ido sobre un fondo polltico o econ-mT"o. g, estas condiciones, el arbitraje o la composicin prevalecfan,oUr" fu investigacin . El jwzindeciso slo poda recurrir a una prueba. tipo irracio como la ordala, el duelo, etc' Como el derecho ger-*,errco tenda a confundir al individuo con Ia comunidad' lleg a impo-n"iiu no"lOr, tan ajena a los conceptos romanos' del precio de unhombre en funcin el lugar que ocpaba en el grupo.o la tribu' Cual--qui"i auno causado u "r" io*Lt", del asesinato a la injuria'-se- remite auna tarifa, que es una lista, a veces pintoresca' del precio de la sangrel;;;;l;Lt "otpuur" tendr que pagar a la vctima o a su familia'ifesotiuri. piohjo y po"o til sacr aqui a colacin los precios- y las,uri*t., uLuu. dL ccidente: slo cabe destacar que la variedad reve-la un origen antiguo, sin duda anterior a la entrada de los brbaros en elimperio.Un segundo rasgo muy criticado del derecho germanico es conse-.u"n"iu di anterior.3i la ctmposicin pecuniaria guarda relacin con la;;;t"tdJ hombre en la tribu, un rey o un guelrero valdran ms que un;;", un hombre que una mujer, un libre que u.n manumiso' etc' Se-iu uru equivocacin que, basnonos en nuestra lgica sin matices' loviramos como un nr"^t o""ro' con respecto al procedimiento antiguo'En un mundo violento y jerarquizado no se haba podido administrarilir;;i;i", y no hay p*"Uut put"rt"t de que los tribunales favorecie-,un ul ,i"o y se ensanarlan con l pobre ms que en cualquier otro pero-do. Lo .oui no obsta para que lJdiscordancia entre el texto de

    la ley yf^ l".iri". ii"", dejaran al hombre aislado sin los recursos jurdi2. La iusticia o el jurarnento?Cmo se juzga?

    Uno de los preceptos fundamentales del espritu jurdico' romanoresida en el juicio p'to'i*o por ul especialista en derecho' al margen0 de cualquierp,*iooto"r' ecnmica' moral'o poltica' Cuando la pro"/ gresiva devol,ucton a1auaicf"ia.potestas.a ta tgtesia' a los seores lai-cos que eran los t;;d;i y a los inmunistas de cualquier procedet'lclacoloc a los tribuni"t "' t"n"t de los ricos y poderosos' este pnnclplocos que caba esPerar.I n principio, la personalidad otorgada a las leyes de cada litigantehabra podid b.inA*t" otro tipo de garantas' Hay que reconocer-qxe-;"firt se dieron cuent; enseg"ida de que sus usos no podran;6trrr; fcilmente a la legislacin romana. Incluso podrlamos consi-.r*-q". la proliferacin de sleyes birbaras, aplicables slo a los ger-

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    66 LA SOCIEDAD MIII)IIJVALfrffi:J::..,fi:Ii:t:"::.segregacin posiriva que ravoreca a ros con_:qlF;;e..*;fu:1T!lif i:ffi'I}# j;ifiif:it,XilAfirr en ras tarifas de composicin;ffil" un ribre franco rs ms artoue eI de un roman?l no es por ,r *"rtiO, de orgullo, sino porue elnmero deba quedarse con parre e s irurta. ;i;'rliuh,,,u,renrras que el segung" i" iq!*b, ,r", o*, Iamulta iba a parar nre_iffi1'i:S,Tl?'"J':1'.r'l'" q," r,e,Lru,n,rtu anre er conde, en era",".;o;;,;;,ft :T"?Jff ;lx?f :,1i:lr,#:ff :: j;nl[:i;:l"";io;J;:i[,1#:*"a".i'"' ,,"giJ u .u p,opiu r"v.en et capitula, " c;Sillnalidad de las leyes -atestiguada an en 843;;,t*;,r,X;ti":li'-,i::','."1Ti',''ffiH:ai;i:",,'Ji'i'h:iiror lo;;;:ffi# se aferraron a elta, a veces por orgullo de casra.i',i,,u p*u ;iilliJili .ffffi.;o!*o ;i .;si;; iJ""iu,ffil,il,l*T:"'#ff"t"*iH,;i5,,:x#i"ff il,'ffi i:i3f ,",'j'##i3;,1',1111:'"';i;;""l;"#ff :t:[J:#':ff::,u,ii.,.,,,ffi;*;1:Ji::xtx,t1i3::ii::r;."ili-'ft "ra casi imposible zaniar rodos i;;;;ffirtf"^:,rrancos. En la prcticaopuestas se remitan a os der".h^c E- ^r ^, , "':ntt!, en que Ias partes

    LA FUERZA DE LOS CONDICIONAIde obras de sntesis ",," ,^,r-^- -:""uruvAMIENToS

    INTERN.. 67;L'igir;,T::;;11fi ::Ti".*,"tril,1i*t*lii?ffixi:.?**i.",151q1,$N*1

    *tt:,{-"x1j,,#mtl**ffiffgffffiEl recurso ar juramenfo -- vvrur u ros casgos'

    opuestas se remitan a dos derechos. E;;i;i;i'"utllres, en que Ias oartesse de marrimorio, .nt "";#;::::: :r^"_lsrglo v tos visigodos, trando_"rn*r,oa'iJ"1:l"",,,.tHlnx;n:n::ti[tTJf;.,:ffi Hl;i:r3;tff:::TJ.1t^ y reraciones il" sro renan garantas en;H.:T"f.:?"hiH,,",Tr,,r:#fi Xf,"#f .,;;;;yr#:s*", j", .iffi;;;:ffi,fl;J':,fffi: : xfrf uilif,.,,.|frtii!?!:i:r,f H;-:,iil"ff lffi:,trilxi".1",;;;;;;;;:,",asta el siglo vl. 'rrvru,Iolos y reservas de usufrucb

    . Aunque nada iu

    ***ffm'rr+*m,]i*f :i::*#--tt**r*,''*rffiff',melreroceso delarazoe ta pasin y Ia sensiJrecurso del dbil, de Irf****l,*****ts**ffi#ffi***fi*ffiHffi

    rerta disciplina pblica.

    ,",,Blli,Xr::;:,:i"rr, orro hecho que conrribuy a anurar esra perso_sustituyeron ;;ffi#:t.:lteriales de Ios juic^iosy Ias mezcras de razasrrq;q;i B il; ffi'I::i:if,iT|if:,ll:i* "eli* ffi;1"como er de San ruanrn " s,, ij8|#ii;ffi,:l;i*..:i:"ii,3f:ilar lo que poda proceder ."rro , i0"""r"".no."on arregro a ros usosocares. Esta fusin progr".iru"1.;;;r:r":r siglo x en Ia redaccin

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    68 LA SOCIEDAD MEDIEVAL LA FUERZA DE LOS CONDICIONAMIENTOS INTERNOS 69sea para el espritu esta visin del mundo, se olvida de otro factor, queconsideramos fundamental: no todos disponen de los medios materia-les suficientes para disfrutar plenamente de esta libertad, de modo quea los criterios anteriores se aade otro econmico. Parece que los hom-bres de los primeros siglos medievales no vieron en ello un elemento desegregacin, sino slo un , y el que trabaja es.

    La tierra, que lo es todo, exige ser trabajada. Desde luego, se puedede la recoleccin, y los ermitaos Io tienen a gala. Tambin se pue-; o incluso robar, pero eso implica que otros han producido.

    Es posible. Reliquia del recuerdo de Roma, o simple acto rudimetariode fe, el caso es qu" po. fin se introduca una gararlta de seguridad enlas costumbre*. u.u-"rtos de fe de un hombie a otro' y lueg-o.' en el;;;;ii,, a un prncipe, extendido en 810 a todos los hombres libres' yjuiurn"r,to del esposo a la esposa. Bien es. "i".tto 9"".Y:1:TlI:.:f:*-pllun, p"to se hba dado un gran paso. hacia el establecimrento oe un'o."" ir* que la ley no "ru-"upu'de los1' Afect a todos los mbi- ";d" luego al deiafamilia y at de ta vida pblica'pero la economlaiupo"o qo" d margen: Las convenientiae acordadas en el slglo lx"nt " to. cmpesinos y ls seores de Aquitania y el Languedoc son jura-;;*"; d" p- y tu.Uien contratos inmobiliarios' He mencionado a lai;i;J'*, p"ti a ieo fondo prelromano y profano aparece por doquier:lZ irrii" germnica, o ',trgua" entre guerreros de dos clanes' es unj;;; e seguridad. Bn t siglo x ie llamara

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    7O LA SoCIEDAD MEDIEVALJess le seguan personas inactivas. Pero hay que comer, y por lo tantohay que trabajar. Esto nos lleva a la explotacin rural, un tema que no- pretendo abordar aqu, pero que requiere unas observaciones sin las cua-I les no se entendera bien la condicin de los hombres. Son dos los pro-I blemas que se nos plantean. El primero, la propiedad del suelo, todavaI no est nada claro, porque nuestra documentacin permaneci bloquea-I da durante mucho tiempo en grandes conjuntos atpicos de carcter ecle-

    I sistico, y pasa por alto lo dems, que es lo esencial. La situacin de la. l,tierra libre, del alodio (al-od, bien de propiedad total) excita la curiosi-vdad del historiador. La opinin que hoy prevalece es que predominaronlas tierras libres. En el sur de Francia el cartulario deLzat les dedicacerca de la mitad de sus documentos antes de 1030, el 80 por 100 enCatalua en el siglo x; en Biterrois, Lacio, Charente, Auvernia y Ma-connais esta parte es