Foscolo Li Cenza Media 2

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Segundo modelo de examen de nivel Licenza media para el Colegio Ugo Foscolo

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Escuela Declarada de Inters Municipal por el Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de Ituzaing.

Prcticas del lenguaje. Exmen de licenza Media Nombre (s) y apellido (s).................................................Dni Fecha /- - / - - / - - - - /

El objetivo de esta prueba es poner el prctica los recursos de lecto comprensin y anlisis trabajados mediante los contenidos de Prcticas del lenguaje en Primera, Seconda y Terza media: Reconocimiento de tipos de textuales que se diferencian por su funcin e intencin comunicativa. Reconocimiento de caractersticas estticas y socio-histricas que permiten analizar los textos literarios y los gneros discursivos. Reconocimiento de categoras narratolgicas que permiten analizar estructuralmente un texto. Produccin escrita en diferentes registros. Consignas:1) Lea atentamente La pelota de Felisberto Hernndez 2) Redacte un texto expositivo donde explique las caractersticas del narrador y de cada uno de los personajes, teniendo en cuenta su funcin, tipo, registro, descripcin y conocimiento compartido con el lector. 3) Seale los diferentes momentos de la narracin mediante citas textuales que marquen los giros de la historia.

4) A qu gnero pertenece este cuento? Justifique su respuesta teniendo en cuenta el siguiente fragmento de El problema de los gneros discursivos escrito por M.M Bajtin:Todo estilo est indisolublemente vinculado con el enunciado y con las formas tpicas de enunciados, es decir, con los gneros discursivos. Todo enunciado, oral o escrito, en cualquier esfera de la comunicacin discursiva, es individual y por lo tanto puede reflejar la individualidad del hablante (o del escritor), es decir puede poseer un estilo individual. Pero no todos los gneros son igualmente susceptibles a semejante reflejo de la individualidad del hablante en el lenguaje del enunciado, es decir, no todos se prestan a absorber un estilo individual. Los ms productivos en este sentido son los gneros literarios: en ellos, un estilo individual forma parte del propsito mismo del enunciado, es una de las finalidades principales de ste; sin embargo, tambin dentro del marco de la literatura los diversos gneros ofrecen diferentes posibilidades para expresar lo individual del lenguaje y varios aspectos de la individualidad.

a. Mediante qu rasgos de la lengua se puede reconocer la individualidad del narrador y del escritor? b. Qu diferencia al narrador de La pelota y otros tipos de narradores en otros gneros discursivos.

Enunciado: Secuencia finita de palabras delimitada por pausas muy marcadas, que puede estar constituida por una o varias oraciones (RAE).

La pelota

Cuando yo tena ocho aos pas una larga temporada con mi abuela en una casita pobre. Una tarde le ped muchas veces una pelota de varios colores que yo vea a cada momento en el almacn. Al principio mi abuela me dijo que no poda comprrmela, y que no la cargoseara; despus amenaz con pegarme; pero al rato y desde la puerta de la casita pronto para correr yo le volv a pedir que me comprara la pelota. Pasaron unos instantes y cuando ella se levant de la mquina de donde coca, yo sal corriendo. Sin embargo ella no me persigui: empez a revolver un bal y a sacar trapos. Cuando me di cuenta que quera hacer una pelota de trapo, me vino mucho fastidio. Jams esa pelota sera como la del almacn. Mientras ella la forraba y le daba puntadas, me deca que no poda comprar la otra y que no haba ms remedio que conformarse con sta. Lo malo era que ella me deca que la de trapo sera ms linda; era eso lo que me haca rabiar. Cuando la estaba terminando, vi cmo ella la redondeaba, tuve un instante de sorpresa y sin querer hice una sonrisa; pero enseguida me volv a encaprichar. Al tirarla contra el patio el trapo blanco del forro se ensuci de tierra; yo la sacuda y la pelota perda la forma: me daba angustia de verla tan fea; aquello no era una pelota; yo tena la ilusin de la otra y empec a rabiar de nuevo. Despus de haberle dado las ms furiosas patadas me encontr con que la pelota haca movimientos por su cuenta: tomaba direcciones e iba a lugares que no eran los que yo imaginaba; tena un poco de voluntad propia y pareca un animalito; le venan caprichos que me hacan pensar que ella tampoco tendra ganas de que yo jugara con ella. A veces se achataba y corra con una dificultad ridcula; de pronto pareca que iba a parar, pero despus resolva dar dos o tres vueltas ms. En una de las veces que le pegu con todas mis fuerzas, no tom direccin ninguna y qued dando vueltas a una velocidad vertiginosa. Quise que eso se repitiera pero no lo consegu. Cuando me cans, se me ocurri que aquel era un juego muy bobo; casi todo el trabajo lo tena que hacer yo; pegarle a la pelota era lindo; pero despus uno se cansaba de ir a buscarla a cada momento. Entonces la abandon en la mitad del patio. Despus volv a pensar en la del almacn y a pedirle a mi abuela que me la comprara. Ella volvi a negrmela pero me mand a comprar dulce de membrillo (cuando era da de fiesta o estbamos tristes, comamos dulce de membrillo). En el momento de cruzar el patio para ir al almacn, vi la pelota tan tranquila que me tent y quise pegarle una patada bien en el medio y bien fuerte; para conseguirlo tuve que ensayarlo varias veces. Como yo iba al almacn, mi abuela me la quit y me dijo que me la dara cuando volviera. En el almacn no quise mirar la otra, aunque senta que ella me miraba a mi con sus colores fuertes. Despus que nos comimos el dulce yo empec de nuevo a desear la pelota que mi abuela me haba quitado; pero cuando me la dio y jugu de nuevo me aburr muy pronto. Entonces decid ponerla en el portn y cuando pasara uno por la calle tirarle un pelotazo. Esper sentado encima de ella. No pas nadie. Al rato me par para seguir jugando y al mirarla la encontr ms ridcula que nunca: haba quedado chata como una torta. Al principio me hizo gracia y me la pona en la cabeza, la tiraba al suelo para sentir el ruido sordo que haca al caer contra el piso de tierra y por ltimo la haca correr de costado como si fuera una rueda.Cuando me volvi el cansancio y la angustia le fui a decir a mi abuela que aquello no era una pelota, que era una torta y que si ella no me compraba la del almacn yo me morira de tristeza. Ella se empez a rer y a hacer saltar su gran barriga. Entonces yo puse mi cabeza en su abdomen y sin sacarla de all me sent en una silla que mi abuela me arrim. La barriga era como una gran pelota caliente que suba y bajaba con la respiracin. Y despus yo me fui quedando dormido.

*Hernandez, Felisberto (1902 - 1963). Escritor y msico. Naci y muri en Montevideo. Entre 1946 y 1948 viv en Pars. Public, entre otros, los siguientes libros: Fulano de tal, Libro sin tapas, La cara de Ana, y La envenenada, Por los tiempos de Clemente Colling, El caballo perdido, Tierras de la memoria, Nadie encenda las lmparas.