Foro RosacruzPrimavera 2013

Tabula Smaragdina HermetisSímbolos Secretos de los Rosacruces

del siglo XVI y XVII

Publicación trimestral reservada para los miembros de la A.M.O.R.C.

Diligencia

(extracto)

Como los días que han pasado se fueron para siempre, y como los que están por venir pudieran no llegar a ti en el esta-do presente de tu ser, te es necesario, ¡oh, hombre!, emplear el estado presente sin lamentar la pérdida del pasado, o sin contar demasiado con lo que ha de venir, porque de tu esta-do próximo nada puedes saber, excepto lo que tus acciones de ahora dispongan para él.

Este instante es tuyo, el próximo está en el vientre del futuro y no sabes lo que podrá traer, la madurez de lo que no ha nacido está de acuerdo con la ley.

Cada estado futuro es lo que tú has creado en el presente.

La ociosidad es madre de la carencia y del dolor, pero el tra-bajo del bien produce placer. La mano de la diligencia derrota a la necesidad, la prosperidad y el triunfo son los ayudantes del hombre industrioso.

¿Quién es aquél que ha adquirido fortuna, que se ha elevado al poder, que se ha abrigado en el honor, de quién se habla en la ciudad con alabanza y que se planta ante el rey en su consejo? Es sólo aquél que ha desterrado la ociosidad de su casa y le ha dicho: “Pereza, eres mi enemiga”.

Lo que resuelvas hacer, hazlo pronto. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.

En Voz Confío

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Misión RosacRuz

odos estamos familiarizados con la historia de nuestra civilización y sus luchas del pasado. Esta percepción del pasado, y de nuestras lu-chas heredadas del presente, revelan nuestra

preocupación por los problemas de la sociedad y nuestro de-seo de ver esos cambios producidos que van a transformarla en una más satisfactoria e ideal para todos. Sin embargo, mirando hacia atrás en la historia, vemos que el crecimiento de la civilización fue provocado por los esfuerzos y el ahínco de excepcionales hombres y mujeres en circunstancias ex-traordinariamente difíciles.

Los primeros rosacruces, y de hecho los místicos de todas las convicciones, siempre fueron personas de acción. Ellos hacían que las cosas sucedieran en lugar de esperar a que sucedieran por casualidad. Ellos activamente influencia-ron el curso de la historia para el mayor bien del mundo. Es interesante notar cuántos de estos grandes hombres y mu-jeres eran rosacruces, o por lo menos procedían del mismo linaje del que desciende nuestra amada Orden.

Estos místicos influenciaron a la humanidad, porque tuvieron el valor de seguir su luz interior, a pesar de la ad-versidad y las grandes dificultades. Ellos fueron hombres y mujeres con una visión y percepción únicas que dejó su hue-lla en la sociedad, y no porque quisieran un reconocimiento por lo que hicieron, sino simplemente porque querían más que nada, ayudar al mundo a evolucionar para ser un me-jor lugar. Estaban preparados para hacer cualquier sacrificio para auxiliar en la liberación del espíritu de la humanidad y traer la libertad de expresión a nuestro ser más profundo. Lucharon contra los prejuicios y la intolerancia de las socie-

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dades esclavizadas y se les condenó a menudo e incluso se les martirizó por sus ideales.

Su influencia en la humanidad y en nuestra sociedad presente es enorme, y la sociedad busca, en estos hombres y mujeres, su inspiración y liderazgo para crear los ideales que anhela para la humanidad en el presente y en los años por venir.

Vivimos hoy en un mundo de grandes cambios, en un mundo de lucha y agitación, donde es difícil encontrar paz y armonía. ¿Quién hubiera imaginado, hace relativamente unos pocos años atrás, que la A.M.O.R.C. podría reiniciar sus actividades en lugares como en la República Checa y Es-lovaca, Polonia, Hungría, Croacia, Rusia y otros países don-de la sed de conocimiento místico ha sido y sigue siendo tan grande? Tenemos una gran deuda con la humanidad para poner a disposición la luz de nuestras enseñanzas a todos los que desean recibirlas sinceramente, y en este sentido, la Gran Logia Suprema trabaja silenciosamente en segundo plano para sentar las bases para la expansión en áreas del mundo que previamente estaban cerradas para la Orden.

A pesar de la disminución de las tensiones, todos nos damos cuenta que lo que se decida o planee a nivel mun-dial determinará si la civilización sobrevive o no en su forma presente. Es alentador, sin embargo, ver tantos individuos y grupos que ahora están trabajando con diligencia para des-pertar la consciencia de las personas en general, y traer a las autoridades y al sector empresarial a la comprensión de los peligros que enfrentamos. Cualquier cambio en beneficio de la humanidad, sólo puede lograrse a través de un gran esfuerzo y completa lealtad y dedicación a nuestros ideales más elevados.

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Aunque, como rosacruces estamos interesados esencial-mente en el desarrollo de nuestras facultades internas y el logro de la maestría de la vida personal, igualmente otra de nuestras prioridades es servir al Dios de nuestra compren-sión, y, en consecuencia, ayudar a la humanidad a esforzar-se por alcanzar una vida mejor. Por décadas, el hombre ha enfocado su atención en las ciencias y en el intelecto, pero los acontecimientos presentes muestran una nueva tenden-cia en su pensamiento. La gente está cada vez más conscien-te del mundo en el que vive, más consciente de mejores va-lores y se está alejando de la búsqueda de cosas materiales como una solución a la felicidad.

En estos tiempos de cambio, no solamente los valores ma-teriales han sido revalorados, igualmente los valores morales y éticos han sido perturbados. Ya no tenemos las limitaciones del pasado en la forma de autoridad, por ahora, y con la ma-yor libertad que ha surgido en todo el mundo, corresponde a hombres y mujeres aprender a utilizarla con responsabilidad, y aquí es donde radica el mayor desafío. Si los problemas del mundo fueran sólo los técnicos, entonces tendríamos toda la razón para creer que todo pronto estará bien en su camino hacia una utopía en la Tierra. Sin embargo, los problemas actuales son sobre la moralidad y sobre las relaciones con los demás. “En una época de confusión moral y de valores cam-biantes, la línea de menor resistencia es no tener normas en absoluto. Se dice a menudo que algo no es ni correcto o inco-rrecto por sí mismo, sólo si se piensa que así es.”

Vivir implica compartir parte de nosotros mismos con los demás, con respeto mutuo por la libertad y responsa-bilidades de cada uno. La mayoría de los problemas son causados por la inhabilidad de relacionarse apropiadamente con los otros, ya sean simples amigos o personas con las que se reúne cada día de diferentes culturas o razas. El hombre

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siente que la vida es una cuestión de competencia y, por lo tanto, trata de sobresalir sobre los demás y tomar ventaja de sus debilidades relativas. Precisamente, es debido a la falta de desarrollo de la naturaleza psíquica y espiritual del hom-bre que radica esta conducta humana.

Sólo hasta cuando el individuo reconozca la santidad de otros seres humanos y, de hecho, la santidad de todas las formas de vida, la sociedad puede decir que es civilizada. Hasta que el hombre vuelva su atención a la comprensión de la parte interior de su ser espiritual, no podrá haber paz y armonía verdadera en el mundo en que vivimos.

En efecto, nuestros estudios inducen a un refinamiento de la mente con un fuerte deseo de hacer mejoras en todos los aspectos de la vida y del comportamiento personal. As-piramos a hacer nuestro mejor esfuerzo en pensamiento y acción, sin embargo, muy a menudo nos quedamos cortos en el ideal que buscamos alcanzar. Sin embargo, nos co-rresponde hacer el esfuerzo por alcanzarlo, porque nos da-mos cuenta del enorme bien que podemos hacer cuando ejercemos una influencia positiva en las vidas de los demás. Predicar con el ejemplo es la mejor manera de ayudar a los necesitados y el Código Rosacruz de Vida es una excelente guía en esta dirección. Considere en particular el artículo número 7, que siempre deberíamos tener en mente: “Com-pórtate de tal manera que todos aquéllos que compartan tu existencia o vivan en contacto contigo vean en ti un ejemplo y sientan el deseo de parecerse a ti. Guiado por la voz de tu consciencia, que tu ética sea tan pura como sea posible, y que tu mayor preocupación sea siempre el pensar bien, el hablar bien y el actuar bien.”

Los rosacruces, así como otros, siempre se han esfor-zado por ayudar en el progreso de la humanidad. Esta gran

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obra se ha logrado en las artes, las ciencias y en muchos otros campos del conocimiento y actividad humana. Aqué-llos que fueron rosacruces, aprendieron una técnica especial, la cual usaron con gran beneficio para originar un cambio en los asuntos diarios. Estas mismas técnicas se nos enseñan en el presente. Sólo queda a cada uno de nosotros utilizarlas para modificar y mejorar las circunstancias de nuestras vidas y, más importante aún, lograr aquellos cambios que son más necesarios en el mundo.

La sociedad actual se enfrenta a muchos problemas y la mayoría de nosotros tenemos la tendencia de creer que, como individuos, no tenemos la fuerza necesaria para cam-biar cualquier circunstancia, pero pocos nos damos cuenta de la gran energía que realmente tenemos cuando estamos decididos a lograr una meta definida usando la técnica apro-piada. Aunque ya muchas personas están comprometidas en las diferentes ramas de la ciencia, de las artes y las ac-tividades públicas, sin embargo, como rosacruces tenemos una responsabilidad especial para ayudar con lo que esté a nuestro alcance, no sólo a los que la solicitan, sino también ayudar a mejorar lo que nuestras comunidades y la socie-dad en general necesitan. Las artes de concentración, visua-lización y creación mental pueden efectivamente causar las condiciones que deseamos en la sociedad o en nuestra vida personal. Obviamente, uno de los factores principales para tener éxito en esta creación mental, es un sumo interés, que nos dará la persistencia indispensable para cumplir la obra, y un conocimiento de lo que deseamos crear. Tenga en men-te el siguiente mandato: “Aquéllos que desean, se les dará el poder para lograrlo.

La vida mística exige que demos de nosotros mismos para el beneficio de los demás en el servicio desinteresado. –ECR

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La ConsCienCia CósmiCa

an alcanzado realmente la consciencia cósmi-ca muchos de nuestros iniciados? ¿Son todos los instructores del personal del Templo Su-premo miembros de la Gran Logia Blanca?,

pregunta un fráter. Nos es extraño, dice, que una vez que revelamos nuestra afiliación con una fraternidad mística tal como la Orden Rosacruz, las personas con quienes se está hablando investigan si hemos experimentado la Iluminación o la Consciencia Cósmica.

Hay aquí realmente dos preguntas separadas. Una trata sobre el logro de la Consciencia Cósmica por un individuo; la otra es su afiliación con la Gran Logia Blanca. Primero, aclaremos qué queremos decir por medio del término Cons-ciencia Cósmica: es tener un conocimiento de una realidad mayor de la que puede ser percibida objetivamente. El in-dividuo tiene un sentido de unidad con todas las manifesta-ciones del Cósmico. Hay una pérdida de determinismo, es decir, de una realización de las cosas y una sustitución de un sentimiento profundo de ser una parte integral del Todo.

En general, podemos aventurar la declaración que el estado verdadero de Consciencia Cósmica es uno de éxtasis y euforia. En otras palabras, se tiene una sensación indes-criptible de Paz Profunda. El individuo parece sumergirse en un estado de éxtasis. Sin embargo, las sensaciones no pueden relacionarse con las normalmente experimentadas, como lo son aquéllas de las emociones. Existe también una consecuencia noética de la experiencia de la Consciencia Cósmica, y como resultado el término “Iluminación” es en-tonces aplicado a ella. Esta experiencia noética parece pro-veer la claridad excepcional de la mente. Lo que pudo haber

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previamente dejado perpleja a la razón, ahora tiene una cla-ridad definida y una asombrosa simplicidad. Igualmente hay un brote de autoconfianza y con frecuencia un movimiento de nuevas ideas, es decir, un surgimiento fuerte de creativi-dad. La Iluminación se refiere a un estado trascendente no posible por medio de ningún esfuerzo empírico tal como el estudio.

Aclaremos que el periodo de Consciencia Cósmica no es de gran duración. En muchos casos ha sido relatado, has-ta donde pueda aplicarse el tiempo, como siendo de unos pocos segundos. Pregúntele a las personas promedio qué es la Consciencia Cósmica y descubrirá que la mayoría nunca han oído siquiera el término o les es extremadamente vago. Pero tales personas pueden ser inteligentes, profesionales, pero no están familiarizados con la literatura esotérica y particularmente la mística. No obstante, pueden a menudo entrar en tal estado inadvertidamente por medio del entona-miento con las más altas octavas de su consciencia que los pone en una unidad con la más grande realidad del Cósmi-co y haber tenido la experiencia de la Consciencia Cósmica sin saberlo.

Ciertamente, la Consciencia Cósmica no está limitada sólo a los místicos. El verdadero místico por supuesto, está más calificado para tener la experiencia, por lo menos algu-na vez en su vida, debido a su práctica de las leyes que se le han enseñado.

La Consciencia Cósmica es el estado mayor de cons-ciencia que el humano puede alcanzar y es poco usual. Se puede ser un místico desarrollado en muchos aspectos y aún no haber alcanzado esa cumbre de la experiencia humana. Además, si real y verdaderamente se experimenta la Cons-ciencia Cósmica, hay una transformación resultante en la

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personalidad, en la perspectiva de la vida y en la autodis-ciplina personal. Esto es también un factor indicativo de si uno ha alcanzado ese estado. La vida y la conducta de algu-nas personas, por lo tanto, desmienten que ellos hayan sido alguna vez bendecidos de esa manera sin importar lo que ellos profesen.

La majestuosidad de la experiencia de la Consciencia Cósmica, la santidad de la impresión que hace sobre la per-sona, induce por sí misma a la humildad. La persona no está inclinada a profanar las experiencias vanagloriándose de ellas o esforzándose por ponerla en palabras, que son inadecuadas, para justificar tan exaltado estado. Por esta misma razón, no podemos saber qué miembros de la Or-den Rosacruz AMORC han tenido tal experiencia, ni sabe-mos cuántos de los miembros del personal de la Suprema y Grandes Logias han sido así afortunados.

Podemos asumir por la claridad que ellos exhiben y su entendimiento de los complejos temas místicos y filosóficos, que ellos pueden haberla alcanzado. Pero no es nuestra cos-tumbre preguntarle a los demás: “¿has alcanzado la Cons-ciencia Cósmica?” Indudablemente, mostraríamos cierta reserva de alguien que hiciera alarde de haberla logrado. Recordemos que “Por sus frutos los conoceréis.”

Ahora, en relación a la calidad de miembro en la Gran Hermandad Blanca o Logia Blanca, diremos que ésta no es una organización a la cual se puede afiliar como indivi-duo. En realidad, nadie como individuo es un miembro de la Gran Hermandad Blanca.

La Gran Hermandad Blanca consiste en un cuerpo, no de miembros separados, sino de leyes cósmicas fundamen-tales, verdades, conocimiento esotérico, rituales sagrados y

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tradiciones siempre veneradas. Las organizaciones que se adhieren a sus principios y perpetúan las enseñanzas tra-dicionales, ritualísticas y verdades, son miembros. Por con-siguiente el individuo solamente se vuelve miembro de la Gran Hermandad Blanca a través de la afiliación con una de las Órdenes que es una parte aceptada de ella.

Podemos usar la analogía de las Naciones Unidas. Nin-gún individuo puede decir: “soy un miembro de las Nacio-nes Unidas”. Únicamente el hecho que su nación, de la que él es un ciudadano, está aceptada en las naciones Unidas, lo que lo convierte indirectamente en asociado de ésta.

Hay ciertos grupos que se anuncian y profesan ser eso-téricos y hacen la afirmación que ellos son la Gran Herman-dad Blanca. Ofrecen emitir sus enseñanzas secretas e incluso una tarjeta de miembro en su publicidad. Por supuesto, no hay ni cuotas ni estudios dirigidos a persona alguna por la Gran Logia Blanca. En el Tibet, en el pasado, habían gru-pos de iniciados perpetuando las enseñanzas secretas y tra-diciones que colectivamente eran conocidas como la Gran Logia Blanca. Éstas eran diseminadas a las organizaciones reconocidas dignas. Se podía, si se tenían las cualidades, estudiar tal material en los lamaserios. Sin embargo, eso no lo convertiría en un miembro individual de la Gran Logia Blanca. Por otro lado, están aquéllos que aseguran haber ido al Tibet y que trajeron enseñanzas secretas después de un corto tiempo, obviamente están mintiendo.

Entonces, ¿qué debemos sugerir a los miembros de la Orden Rosacruz AMORC para ayudarlos a alcanzar esta meta? Que el simple estudio y comprensión intelectual de las monografías que reciben no es suficiente, sino la ejecu-ción y práctica constante de los diversos ejercicios los llevará al despertamiento gradual de los centros psíquicos, aunque

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no se manifieste de inmediato. Por lo tanto, sean sinceros en sus estudios y prácticas, sean leales y devotos a los ideales rosacruces, y, más pronto o más tarde, se encontrarán ante el portal, listos para tener la experiencia de la Consciencia Cósmica y la Iluminación. –ECR

La maestría a través de La meditaCión

a técnica de la meditación no debe confundirse con otras funciones del cerebro relacionadas en cierto modo, pero completamente diferen-tes, que son la concentración y la contempla-ción. Estas dos funciones se utilizan algunas

veces conjuntamente con la meditación. Sin embargo, la di-ferencia básica entre ellas es la de la actividad, en el sentido opuesto al de la inactividad y quietud en el estado medita-tivo. El verdadero estado meditativo es uno de los ejercicios mentales más importantes para ayudar a una persona a que integre su mente y su cuerpo. Al mismo tiempo, sirve como una maravillosa técnica para el alivio de la tensión que con-tribuye grandemente al rejuvenecimiento del cuerpo físico.

Desde hace ya varios años, ha habido una gran canti-dad de artículos sobre “bio-retroalimentación” y las diversas longitudes de ondas cerebrales relacionadas a los diferentes estados de consciencia. Todas estas investigaciones son ex-traordinariamente interesantes para los rosacruces, ya que en sus prácticas han estado utilizando, por varios siglos, estos estados mentales y expandiendo los niveles de consciencia. No se han utilizado en los ejercicios rosacruces dispositivos mecánicos o electrónicos, como tampoco la nomenclatura científica para describirlos. Sin embargo, se ha sabido acerca

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de los diferentes niveles de consciencia por cientos de años, y nos referimos a ellos en las monografías como el subcons-ciente, el subjetivo y el objetivo.

El equipo moderno permite a los científicos distinguir los diferentes estados de consciencia de acuerdo a su frecuen-cia, es decir, al número de ondas cerebrales por segundo que ocurren a niveles diferentes de consciencia. La ciencia ahora viene a confirmar lo que la Orden Rosacruz AMORC ha venido enseñando por años. No sólo que el individuo puede controlar los diferentes niveles de consciencia, sino que también puede influenciar directamente las funciones corporales inconscientes como son la presión arterial, las pulsaciones del corazón y la circulación de la sangre, entre otras. Así, vemos cómo el cuerpo físico puede beneficiarse con periodos breves y diarios de meditación.

Consideremos el tema de la meditación desde el punto de vista mental o psicológico. ¿Qué sucede en realidad en el cerebro cuando una persona medita? Primero, debemos darnos cuenta que existen varias etapas en el proceso de la meditación. El objetivo final es hacer contacto con los es-tados mentales subliminales u otros niveles de consciencia. Mencionamos antes los niveles objetivo, subjetivo y sub-consciente de la consciencia, y son los dos últimos, los nive-les subjetivo y subconsciente, los que tratamos de alcanzar durante la meditación.

Para poder entrar en contacto con estos niveles de cons-ciencia, la mente tiene que estar completamente silenciosa y tranquila. Sólo aquietando la mente podemos obtener la verdadera meditación. Ésta no es una tarea extraordinaria-mente difícil. Sin embargo, estamos condicionados desde la niñez a depender de nuestra consciencia objetiva y a desa-rrollarla, por lo que con frecuencia no se nos ocurre buscar

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dentro de nosotros mismos las respuestas verdaderas a los problemas de la vida. El punto que debemos aclarar aquí, es que en determinadas ocasiones, cuando la necesidad es seria, el subconsciente puede alcanzarse utilizando una téc-nica adecuada de meditación, de tal manera que podamos recibir una respuesta intuitiva a un problema específico.

Se preguntarán por qué, si esto es cierto, no hay más gente desarrollando esa capacidad. Cada uno de nosotros tiene en su interior el potencial latente para este tipo de co-nocimiento. Sin embargo, se nos ha condicionado por nues-tra misma naturaleza y por nuestro medio ambiente físico, a dar mayor énfasis a la conciencia objetiva.

La consciencia se adapta a los requerimientos que le hagamos. La existencia empírica, nuestra relación con el medio ambiente físico, ejerce un gran dominio sobre nues-tra consciencia. Así, el mundo objetivo y sus sensaciones se convierten, para la mayoría de las personas, en la totalidad de la naturaleza del ser y su única expresión. Las percepcio-nes objetivas, sin embargo, son un requisito muy importante para la supervivencia.

Las sensaciones que nos proveen los placeres, distrac-ciones y sufrimiento, tienen un umbral diferente vibratorio en relación a otros niveles de consciencia. Por lo tanto, para poder alcanzar los otros niveles de consciencia, es necesario que disminuyamos al máximo las percepciones de la mente objetiva. Una forma de lograrlo es reposando los órganos de los sentidos, o deteniendo el influjo de datos que llegan al cerebro por parte de los cinco sentidos, vista, oído, olfato, gusto y tacto. A través de un adiestramiento adecuado pode-mos lograrlo. No obstante, todavía perdura la más difícil de las labores, que es el dejar de “pensar”. Aunque los sentidos periféricos se han restringido, la mente objetiva continua-

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rá estando activa, a no ser que la voluntad concentrada se utilice para aquietarla. En este momento, el razonamiento, la imaginación, el soñar despierto o ideas al azar, tratarán de mantener ocupada o de activar la mente. Pero es sólo cuando la mente está completamente calmada que se puede alcanzar una actitud meditativa.

Recuerde que la mente hará todos los esfuerzos posibles para desviarse de esa abstinencia de pensamientos. No se enfrenta al hecho de su confusión, sino que trata de escapar y de evadir la confrontación a través de la proyección de distracciones, y de permanecer activa.

La meditación no significa la abstención de las comodi-dades físicas. Para la mayoría de las personas, les es imposi-ble escaparse del mundo y del impacto que tiene sobre sus vidas. El hecho es que, mediante el uso de la meditación, podemos aprender más acerca del medio ambiente terre-nal.

Los rosacruces consideran que el hombre es más feliz cuando puede desarrollar su maestría sobre los diferentes niveles de consciencia. Desde luego, con frecuencia no es-tamos satisfechos cuando sacrificamos nuestra salud física o mental, en la búsqueda sin coherencia de riquezas y del éxi-to material solamente. Necesitamos dar respuesta a nuestra vida material, al igual que dar sentido a nuestra vida interna. Sabemos que la vida interna y la externa pueden reunirse con un método individual para alcanzar la mezcla armonio-sa de nuestras dos naturalezas a través de la práctica del arte de la meditación.

El estado pasivo de la meditación, si se dirige en forma adecuada, nos puede ayudar a olvidarnos de nosotros mis-mos en forma temporal. Los beneficios secundarios de tal

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acto nos ayudarán a aliviar las pequeñas tensiones, fatigas y frustraciones con las que nos enfrentamos en la vida diaria. Nuestros problemas también pueden resolverse a través de un punto de vista diferente que proviene de la práctica del arte de la meditación. –ECR

nuestro destino está CerCano

s una tendencia natural relacionar el destino con el futuro. Cualquiera que pueda ser nuestro fin último, o la materialización o realización de nuestras esperanzas y deseos, lo conectamos con algún acontecimiento que va a ocurrir en

un momento futuro no especificado. Tenemos conocimien-to de que nos movemos hacia algún objetivo y cualquiera que pueda ser éste está asociado por lo general con nuestro concepto del destino. El objetivo de nuestra vida, el comien-zo de alguna nueva actividad, la inmortalidad o cualquier cambio decidido que pueda tener lugar dentro de nuestro ser, física, mental o espiritualmente, lo relacionamos estre-chamente con nuestro destino.

Esta relación del destino con un tiempo por venir y un lugar lejano, es una práctica que ha hecho que la persona promedio piense que su destino está muy alejado de sus circunstancias inmediatas. Aquello que no podemos prever claramente y lo que no entendemos, no sólo nos inclina a colocarlo en el futuro, sino que inconscientemente espera-mos aislarlo del mismo. Muchos individuos han tratado de dejar de preocuparse por ciertos problemas que pueden su-ceder mañana o de aquí a un año, y de esa manera viven en una falsa seguridad.

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Es evidente que el tiempo más importante del que cual-quiera de nosotros le convendría pensar es el presente. No es propicio vivir constantemente en el futuro, particularmen-te a costa del presente, pero lo que estamos haciendo en este momento en particular, nos está ayudando a preparar-nos para el futuro, cualquiera que éste pueda ser y que en sí mismo está contribuyendo a nuestro destino final.

Por lo tanto, hay que reflexionar en nuestro destino. Es algo que no debe ser completamente abandonado como un problema futuro, al que se le hará frente a su debido tiempo. Lo que procede hacerse con respecto a él es prepararnos en el momento presente. El propósito de las enseñanzas rosa-cruces no es proporcionarnos precisamente de la habilidad de prever nuestro destino o de llegar a una comprensión de nuestra función o actividad futura, sino más bien reconocer que en todo tiempo existen potencialidades en el individuo. Todos, en algún momento, dejamos de considerar estas po-tencialidades o incluso de utilizarlas o de intentar desarro-llarlas, pero, tan pronto como se vuelve la atención hacia las habilidades internas y a las del ser interno, la respuesta es una coordinación en la consciencia de muchos principios, ideas, hechos, y las experiencias se relacionan de tal manera que dan forma a una nueva filosofía gradual de vida.

El objetivo, al utilizar las enseñanzas rosacruces de AMORC, es aprender a dirigir las potencialidades de nuestro ser de modo que puedan evolucionar, crecer y materializarse hacia un estado de realización consciente. No necesariamen-te en nuestras vidas de acuerdo con nuestros fines egoístas, o planear nuestro destino como un arquitecto edificaría un edificio. Más bien aprendiendo a aprovechar cada situación de nuestra experiencia para hacerla parte de nuestro cono-cimiento. Así, desarrollaremos la habilidad de acudir a las facultades del ser interno haciéndonos conscientes de las

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ideas intuitivas, que nos ayudarán a relacionar conceptos aparentemente separados hacia una nueva realización.

En otras palabras, el desarrollo del hombre en esta vida es controlar sus propias potencialidades y escuchar entonces a su propio ser interno, a la pequeña voz interna, o la voz del Cósmico hablando por medio del ser interno. De esta manera, se preparará para enfrentar su destino. –ECR

siguiendo eL Camino vibratorio

omo rosacruces, sabemos que las vibraciones son la base de todo lo que experimentamos. Entonces, si en el universo todo es vibratorio, ¿cómo relacionamos las vibraciones a la medi-

tación pasiva?, pregunta un miembro.

Sabemos que cualquier cosa que vibra envía ondas si-milares a las ondas producidas en una extensión de agua cuando lanzamos una piedra en ella. Las ondas se esparcen en todas las direcciones desde la fuente de interferencias. Incluso el mundo científico admite que los electrones que componen a los átomos y a las moléculas vibran.

La siguiente analogía puede ser útil para entender el funcionamiento de la meditación y el proceso de purifica-ción para la unión consciente con el Cósmico. Nuestra cons-ciencia es muy similar a la del dispositivo de sintonización que se encuentra en un aparato de radio o en una televisión. Se puede sintonizar en cualquiera de las frecuencias vibrato-rias de alrededor. Durante nuestros momentos de vigilia, ge-neralmente estamos en sintonía con la mente objetiva y las impresiones sensoriales del mundo exterior. A través de los

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ejercicios de las monografías, aprendemos a sintonizarnos con las impresiones más sutiles, abriendo de forma gradual nuestros centros psíquicos, lo que permite a estas impresio-nes transformarse en una frecuencia vibratoria más fácilmen-te comprendida por nuestra consciencia. La meditación se convierte entonces en un proceso de apagar la sintonización de las impresiones de nuestras cinco facultades sensoriales, y de sintonizarnos con las impresiones de la mente subcons-ciente que está siempre en sintonía con el Cósmico.

Los primeros pasos de este proceso consisten en apren-der a mantener nuestro sintonizador en una frecuencia (con-centración). También es necesario recopilar nuevos datos de frecuencias con las que no estamos familiarizados, con el fin de establecer una base de experiencia para comprender y utilizar la orientación disponible para nosotros del Maestro Interno. A medida que adquirimos más experiencia en el reino cósmico, nuestra conciencia se transforma lentamente y su tasa vibratoria se vuelve más en sintonía con las fre-cuencias excepcionalmente altas del Cósmico. Al servir a los demás, la mente objetiva se transforma a su vez hacia la armonía cósmica. Las experiencias de servicio nos traen a la mente las antiguas ideas y las impresiones de la memoria, lo que les permite volver a examinarse a la luz de la conciencia superior y regresar a la memoria en una forma compatible con el Cósmico. Una vez que entramos en el Camino, este proceso debe ser perseguido activamente, pero con lentitud. La perseverancia y la paciencia son necesarias para lograr la meta final. Cada acción y pensamiento que sea inarmónico con las fuerzas creativas y constructivas debe ser desecha-do. Cuando finalmente la mente se purifica, permitiéndole fundirse así con el Cósmico, recibimos la gloria suprema del Matrimonio Místico. –ECR

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El Foro Rosacruz es una publicación dedicada exclusiva-mente a los miembros de la A.M.OR.C. Los temas que en él se presentan son confidenciales, debiendo concedérseles la misma privacidad que a las enseñanzas de la Orden.

Los temas tratados son un complemento al material con-tenido en las monografías, y en ningún modo sustituyen a las enseñanzas que figuran en las mismas, ya que es en ellas donde residen las verdaderas enseñanzas de nuestra Orden. Sin embargo, contienen numerosos temas seleccio-nados de las enseñanzas rosacruces vistos desde una pers-pectiva diferente, posibilitando al estudiante adquirir una comprensión más clara de los conceptos desarrollados.

Este sistema informal de instrucción es merecedor del interés y atención que ha recibido por muchos años y todo miembro de la A.M.O.R.C. debería leer esta publicación como parte integrante del sistema de instrucción de la Orden Rosacruz AMORC.

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