Fleur Jaeggy - El Angel de La Guarda

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    EL NGEL DE LA GUARDA

    Fleur Jaeggy

    Jane(cinco aos, rubia, se asemeja a Rachel).

    Rachel(siete aos, rubia, se asemeja a Jane).

    Botvid(no es joven, edad indefinida).

    Inglaterra.

    I.

    Jane y Rachel conversaban: - Otro juego de paciencia.

    JANE:Usted, Botvid.

    BOTVID:Deberais llevar una vida ms sana, caminar al aire libre. Me gustara veroscaminar al aire libre. Me gustara veros pasear por los alrededores, en plenanaturaleza. Cansaos en la naturaleza. O bien tratad de buscar otros objetivos, en vezde entregaros a largas conversaciones. Pero hacer algo. Por desgracia mis leccionesvan a la par con aquello de lo que tanto hablis. No tengo otra cosa que ensearos.Tambin yo me siento atrado por esos temas fundamentales, ya sabris que osescucho con frecuencia. Y si vuestro maestro os escucha, cmo podris hacer casode mis consejos? S que debo velar por una de las dos, pero an no s por cul. Soy

    vuestro tutor, y a pesar de encontrar razonable vuestro modo de vivir no puedodejar de insistir en rogaros que salgis y que por lo menos contesteis al telfono. Porotra parte, sois tan conscientes de vuestros deberes hacia m. No lo creeris, perode vez en cuando, por la noche, me despierto sobresaltado pensando en vosotras.Sois tan autnomas y con un cerebro tan prematuramente mecnico. Os enseo unafrmula cualquiera y en seguida la veo establecida en vuestras mentes. Pero lo querealmente me produce asombro es la falta del ms mnimo inters por todo lo que sehalla fuera de vuestras conversaciones. Me gustara escribir una carta a vuestrospadres con estas ideas, pero ya no son de este mundo. Qu enorme responsabilidadhe contrado. Los pasatiempos, aun los ms inocuos, llevan con toda seguridad acometer insensateces. Esto lo digo, pero en realidad no lo creo. Quiz sea slo eldeseo de ver crecer a dos nias a partir de un modelo cualquiera, sano, prctico. Y

    mi responsabilidad sera menor. Tanto Rachel como Jane me tratan como a un

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    sirviente, en eso no les falta sentido comn. En realidad, estoy constantemente envela. De lo que no carecen es de belleza. Es la pedagoga y el amor lo que me lleva aobservarlas continuamente. Puesto que ellas son mi nico deber.

    JANE:Nuestras habitaciones: una gran cortina divide mi zona de la de Rachel. Lasdos tenemos un espejo ovalado idntico, que refleja las mismas cosas, una hilera deminiaturas en la pared, otra hilera de dibujos, con repisas de pitch-pine, despus unespacio de pared floreado, y debajo un respaldo y dos brazos de un silln des-fondado. Si me levanto de puntillas veo a Rachel sentada en el silln que se hunde, y

    me siento en el otro silln. Rachel se levanta, hasta que el espejo refleje tan slo sufigura. Debera tapar o emparedar el espejo. Es insoportable cuando alguien seentromete incluso en el propio espejo.

    JANE: Cierra la ventana, querida, hay corriente. El tiempo est empeorando. Es

    agradable ver el inicio de un temporal. Ahora Ursi ya no vendr a burcarnos. Noencuentras que recibimos pocas, poqusimas visitas?

    RACHEL:Puede decir que no recibimos absolutamente a nadie. Ursi dentro de pocodejar de venir. Se ha dado cuenta de que soportamos de mala gana su presencia.Por otra parte hace tiempo que no atendemos ms que a nosotras mismas. Y bienque nos va.

    JANE:Pero me gustara hablar tambin de los dems. Te describir a Ursi y as laliquidamos de una vez, la ltima visita:"El rostro de la pelirroja estaba hecho de lneas aplastadas, salvo los ojos

    basedowianos, la nariz inexistente, con dos agujeros anchos y grasientos, y la boca,rojo cereza, pequea y obviamente voraz, debajo una mandbula redondeada, conuna ligera pelusa oxidada, un cuello largo, la espalda ancha, los brazos cortos, lamanos: esto, las manos eran realmente bastas, los dedos parecan prematuramentecortados, burdos, anchos y slidos, para emplear una frase hecha, manos de asesinodicen. Y quiz de idiota tambin. No es que un asesino sea idiota, por favor, pero sedice que ciertas manos extremadamente bastas las tienen los quecometen delitossexuales, en el campo, y que son un poco idiotas. El cuerpo era una caja ancha,slida, con dos msculos delante, y en medio de la barriga un ombligo mal cortado,el nudo le quedaba hacia fuera y pareca una doble nariz, sin embargo tena dospiececillos graciossimos, delicados, cndidos. Yo le habra cogido los piececitos conunas tenazas y habra mordido aquellos deditos gordinflones, el meique tambin, un

    tanto contrahecho por los zapatos estrechos. Ah! Aquel bultito del meique, no era

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    un callo, le haba crecido de la molla, simplemente era una protuberancia que hacaparecer el dedo pequeo del pie al de una pelotita de carne, una cebolla pegada casipor charme.Ursi se cort un ribete de grasa que permaneca por s solo en pie."

    RACHEL:Tengo la impresin de que han llamado.

    JANE:S, pero nosotras no lo omos.

    Jane y Rachel se arrastran de pretexto en pretexto. Un extrao vindolas por primeravez no distinguira la una de la otra, las distinguira an menos si las observase. Sonms o menos de la misma altura, Jane ha crecido estos ltimos meses, por elcontrario el crecimiento de Rachel se ha detenido. Botvid tena miedo de que Rachelse quedase pequea, la nia tambin lo tema, de la misma manera que tema ser laimagen disminuida de la otra. Las dos imgenes similares vagan por la casa y el jardnmidindose mutuamente. Botvid teme muchas veces verlas inmviles ante sus ojos.

    RACHEL: A lo mejor el que nos parezcamos tanto se debe a los ejercicios deimitacin que hacemos.

    JANE:De este parecido sacaremos provecho. Por otra parte, estando tan prxima

    esta semejanza, no podemos evitar el hablar de ella, o simplemente observarla conatencin. Con la excusa de que una cosa se parece a otra nunca nada se destruye.Porque cada recuerdo urgiendo en la memoria se transforma en la substitucin deaquello que se recuerda. Yo misma no s recordar, el recuerdo es un prstamo param. Nosotras pensamos como de prestado. Tampoco estar ningn da lejano de otro,si ha de ocurrir alguna cosa. Quiz nosotras jams seremos algo. La sola idea de quese pueda ser algo me asusta. Prefiero las cosas que al tiempo que nacen se acaban.Yo, seores, podra elevarme de entre la gente, y decir: yo soy lo que parezco. Lania que me acompaa es mi imagen, en la trastienda hay otros seres igualmentesemejantes. Sin embargo sabra frenar mi elocuencia, porque mirando a la gente queme escuchase vera que sus rostros no son distintos del de Rachel. Rachel misma,

    confundida entre la gente, sera irreconocible. Es el poder de la gente, el poder de lahumanidad y el poder de la identidad. Por lo tanto, hermana, permanezcamos entrenuestras cuatro paredes, para no salirnos del modelo, ajustmonos la una a la otra yvolvamos sobre nuestros pasos. Un intercambio de similitudes, prefiero callarme.Aquello que se empequeece puede abarcar todas las dimensiones. Casi como unjuego de pulgas. Y en ese juego vemos el transcurso de nuestros das.

    En pocas palabras nos asaltan un montn de similitudes, y cuando todos estosmontones estn archivados en una perfecta semejanza, quizs entonces nos daremoscuenta de que no existe ninguna huella de autntica similitud. Y ser un da glorioso.Borrar las huellas, el origen perfecto. Cundo? Jams.

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    BOTVID:El peligro es que dejamos demasiadas huellas -y no es tan slo mi enormemole la que me hace decir esto. Las significaciones son muchas veces excesivas,como ms se avanza hacia la higiene ms todo se solidifica para los que nos sucedan,si no se desaparece poco a poco, uno a la vez metdicamente, empezado tal vez porm, gracias a Dios estoy ya a un paso de la tumba, ya muchos de mi generacin sehan marchado, y tambin vosotras queridas mas os iris. Comprenderis, no veo lahora de ser sepultado, no s por qu pero por nada del mundo alargara mi vida. Escierto que economizo mis esfuerzos, ciertamente me reservo, pero es slo paradegustar mejor mi propia muerte, quiero estar terriblemente sano ese da. Hepensado tantsimas veces en el momento de exhalar el ltimo suspiro, y me duraramucho ms de un segundo, y despus me cerrara an en vida yo mismo los ojos,contendra la respiracin y en el esfuerzo me fallaran las fuerzas. Parece unasituacin potica, aunque os riais, pero es mi sueo predilecto. Lo msextraordinario es que no me ocurre nada, slo un gran bienestar que me hace caer enla tumba, en la tierra, y despus oscilo, porque los dems muertos me hacen sitio.Finalmente me hallo bajo tierra.

    Durante aquellos das las dos visitaron a un pariente, preguntndose qu era unhombre loco. Murmuraban tambin: un loco recoge en su persona varias odemasiadas similitudes, y stas brujulean sin hallar su modelo. Pero, cmo se puedepretender la correccin del modelo? Acercndose a las habitaciones de estos hombres

    singulares, ambas sentan una cierta curiosidad, distradas por la bifurcacin delsendero. Por una parte, al fondo, haba un patio rodeado por una tapia, por la otrauna fila de hombres que paseaban.

    En el centro un rbol corpulento arrojaba una sombra sobre un campo de tenis. En lasimetra de este paisaje el rojo oscuro con lneas blancas resaltaba. Dos formidablesse dedicaban a seguir la pelota. Las dos visitantes seguan de izquierda a derecha eljuego.

    -QU ES UN HOMBRE LOCO?

    Qu es un hombre loco? Me lo he preguntado a menudo junto a Rachel. Cuandofuimos a verlo, en la gran casa colonial, hemos visto a muchos. Algn viejo babeanteesperaba el crepsculo. Al principio no lo reconocamos, y los otros, y quiz tambinl, nuestro loco heredado, un pariente, nos venan al encuentro saludndonos,

    creyndonos tambin ellos sus parientes. Con Rachel me acercaba al que ms se

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    asemejaba a l, me acordaba de las orejas puntiagudas y lo saludo afectuosamente,el loco apunta una media inclinacin y enseguida quiere saber si soy Rachel o Jane ysi lo reconozco. Porque un amigo suyo, que duerme desde hace quince das, le hacontado algo acerca de dos muchachas idnticas como dos gotas de agua y l sequed tan perplejo de que pudieran existir dos semejanzas tan espantosas, y quehablaban con la misma voz y que decan las mismas cosas y tenan las dos un ligerodefecto en las orejas.

    Eh, tambin yo, muchachas, soy como l, eh, no exactamente, tambin yo tengo misrasgos peculiares, pero los s ocultar, y cuando los borro con un tremendo esfuerzode voluntad, ayudado por-la voluntad bestial de vuestro pariente, creo que llegamosa ser iguales, hace quince das que no duermo, hermanas, l consigue para m toda lavitalidad necesaria para vivir con su sueo. Qu bruto. Basta esforzarse un poquitn yse puede dividir en dos la propia vida, dentro de algunos das yo caer inanimado,muerto en la celda y me ausentar quince das, volved vosotras y lo podris volver aver. Adis, realmente s que os parecis...

    Abajo, en el suelo, como si quisiese enterrarse por s sola, o ensuciarse en el fango,una nia de cabellos rojos jugaba. Era la ms pequea de los huspedes, y creo quetambin la ms pequea del gnero humano. Poco a poco, arrastrndose como unanfibio, nos cont la historia de su vida:

    -Como vis, visitantes del exterior, esta es mi morada. Mi habitacin est all arribay desde all veo a todos los que estn dentro. Son treinta y cuatro. Desde all sonrocuando los veo. Se puede decir que los conozco a todos desde que nac. Si necesitancigarrillos, Whisky, u otra cosa, se lo traigo yo. Mi memoria es tan tenaz que meacuerdo de todo lo que quieran. Para m es un gran placer el poder satisfacer susdeseos, que en general son modestos. A m, digo yo, no me causa nadie placer, slo

    la tierra con la que juego. Y que ellos pisan. Habis jugado alguna vez con la tierra?Tened cuidado. Yo me mezclo en los asuntos de los dems y tambin en suspensamientos. Muchas veces me escondo debajo porque me avergenzo de sussecretos. Sabis una cosa, yo soaba con ser loca, grandiosamente loca, como unrayo. Mi tara, que es hereditaria, me lo ha impedido. Ellos, que tienen la suerte deser locos inmunes a la tara hereditaria, no lo reconocen.

    Jane resume un viaje:

    -Me haba llevado lo mnimo indispensable y bajo el brazo llevaba una cartera con losmapas. Pasaron horas interminables, la orientacin se mova continuamente y seperda de vista, en zig zag, dando vuelta. En mi mente haba trazado una lnea claradel mundo: un agujero, el agua, la veta. En la mesa segua el itinerario y veamoverse la montaa. Dese establecerme en cualquier parte, llevada por aquellamontaa. Y tener frente a m tan slo el vaco, que en mi mente, prevea, podadarme nicamente un paisaje. Una condensacin de azul, aire y lejana. De vez en

    cuando un batir de alas, aunque quieto en el cielo y despus desaparece.

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    Rachel estaba escudrindome, cuando me di cuenta de que perda mi intucin, hasido un momento humillante, aunque tambin glorioso. Acababa de regresar de aquelviaje, con la sensacin de haber comprendido, en el espejo me vea radiante eiluminada. No era despus de aquel viaje, era tan slo ayer cuando regresaba de mipaseo, estaba menos radiante de lo que pareca. Tena la impresin de estar siempreacompaada por alguien, de hecho haba salido precipitadamente de casa porque mesofocaba. Despus aqu, entre cuatro paredes, la configuracin de todo, esto es delequilibrio entre personas tranquilas, quedaba comprometida. Rachel -hiena-interceptaba todos mis pensamientos. Y yo cedo a las interferencias. Cedo. Estaba,no estaba, estaba en manos de aquella maldita que no me quitaba los ojos de encimay que quera que le contestase. Esas preguntas tan directas y nocivas para miestabilidad. Eran momentos en que me arrepenta de todo, no haca ms que pedirleperdn por todo, estaba terriblemente asustada, desarmada, peda a Rachel con lacabeza gacha que me diese tregua, un momento tan slo. Un pequeo instante desoledad por lo menos. Estaba con la cabeza entre las rodillas y ella se guardaba muymucho de darme una patada o de echarme, siempre tena que darle un significado a

    mi vida, un mnimo significado, y precisamente es ese mnimo significado lo que yono le perdono, bastara una pequea cosa para enviarlo a la papelera, a cualquierlado, pero no aqu, ella quiere que yo haga uso de ese mnimo significado que poseoy adems pretende ver cmo lo hago, ver cmo lo utilizo. Naturalmente tambin hayalgo de utilidad para ella, que consistira no en acabar con mi vida, sino endisponerla para hacerla resistente, como se suele decir, y despus ella, la hermosa, apequeos pasos se lanzara sobre lo que ha alimentado, cebado. Y esto a quin legusta?

    JANE:Rachel dice que yo era de constitucin casi perfecta porque cuando nac dabala impresin de que quera volver atrs. Este movimiento de oscilacin me ha llevadofrecuentemente de la mano.

    JANE:Una referencia de qu nace?

    RACHEL:De lo que se escucha decir. A quin? A aquellos que no han dejado rastroalguno.Dejar las cosas como estn, que el desarrollo de la multiplicacin siga su curso,aunque nazcan de cada ser seres cuadriplicados. De la intercambiabilidad de loshombres ya te he hablado, ya conoces la cadena, las distracciones, la sobreposicin,sabes que un hombre esconde a otro, que otro borra al siguiente, que el siguiente se

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    pone por encima de otro, que otro se muere, las semejanzas en general, los colorespromiscuos, etc.

    JANE: Cuando naci el primer hombre nacan tambin el segundo, el tercero, elcuarto, el quinto. No nacieron. Ellos hablan desde siempre. Una fila continua desupervivientes. Dnde estar el ltimo? Es al de en medio, al que busco,ciertamente est disperso, entre los primeros y los ltimos. O es quizs unaincapacidad de orientarse? El orden en el desarrollo de los acontecimientosfrecuentemente trae el desorden en su orientacin. Botvid, controla: cundo haocurrido la mayor desgracia de estos tiempos?

    RACHEL:Una tarde encontr al hombre metdico. Paseaba entre los rboles y de vezen cuando miraba hacia atrs. En el cielo densas nubes escondan la luna. Habadejado abierta la ventana de mi habitacin y desde el silln segua la sombra deldesconocido que se reflejaba en la pared. Cuando el hombre se paraba en medio delcamino vea su perfil. He reflexionado muchas veces sobre su historia:

    EL HOMBRE METDICO

    - Es una tarde tranquila. Es agradable pasear solo en la noche, escondido de todos.

    Tengo que adquirir la costumbre de venir todos los das por la tarde a este rincndesierto. Hasta hace poco a esta hora me dedicaba todava a los inventarios. Toda lavida no he hecho otra cosa que inventarios. Un poco ms y ya me pondra a contarestos rboles, once, doce, ms all otra docena, ms adelante estn ms tupidos,Dios mo, si es un bosque. Haca aos que no vea un bosque. Cuando era pequeo letema al bosque, efectivamente apenas tuve uso de razn me instal en una ciudadcon pocos rboles, sin parques, con un poco de csped, justo para darle color. No hehecho nunca excursiones, sobre todo jams a la montaa, porque tena miedo a laspendientes, a la altura, y no soportaba la visin del hielo. En suma, en una visin deconjunto, me doy cuenta de que le tena miedo a todo, a todo lo que concierne a lanaturaleza. No he sido jams aficionado de modo particular al mar, ni a los paisajes

    marinos, sobre la arena no poda caminar a gusto y sobre las rocas resbalaba. Enrealidad, lo que no soportaba es todo lo que me produca una sensacin de horizonte.Naturalmente estoy condenado a una visin limitada. Quizs esto sea debido a que enmi trabajo me vuelco totalmente, soy un autntico experto en mi especialidad.Desde que era pequeo mi padre deca que no hace falta mirar a lo lejos, sino quetan cerca, que casi lo que tenemos al alcance de la mano se nos escapa, es necesarioagarrar tempestuosamente lo pequeo, lo menos que pueda tenerse, y sobre esepoco montar nuestra vida. Mi padre tena una gran empresa maderera. Aprendpronto a contar las toneladas de madera, que precisamente tena al alcance de lamano. Casi poda contar la cantidad de polvo que se formaba en la serrera. Eratalmente impetuoso que a los dieciocho aos mi padre me coloc en la empresa.Cualquiera se habra sentido orgulloso. Yo no tena tiempo. No he tenido nunca

    tiempo para estas cosas ni tampoco para atender a mi carcter. De la maana a la

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    noche, y por la noche, haba un padre que deca al hijo: -S impetuoso-. Si yohubiese sido de carcter flemtico, me habra preguntado si estaba contento, perorealmente nunca me lo pregunt. Y no lo s, no podra saberlo, porque habra sidointil preguntrmelo.

    Y con los aos aprend que todo aquello por lo que preguntase no estara al alcancede la mano. He tenido que hacer trabajar mi mente para poder imaginar aquello quequedaba lejos de m. Porque, segn el padre, todo lo que est al alcance de la manoincluye el resto. Esto es, todo.

    He sido siempre objeto de reprimendas. Mi persona posee an hoy la marca de quienha recibido severas reprimendas, adems tengo la impresin de no haber tenidojams aspiraciones. Soy muy temeroso, se me nota en la cara, casi no saludo a lasseoritas que conozco. Ahora que tengo ms tiempo, visto que ya no hay el padre,podra dedicarme a ellas. Pero, cmo hacerlo? No estoy satisfecho de mi persona, demi voz, me ro mal, justo cuando no debo, me doy cuenta de que debo dejar de rer

    cuando veo que la seorita O.T. est seria y me observa pensativa. Por qu memirar tan pensativa, no creer que... Yo ro, rea simplemente por el placer dehablar con ella. Desde hace unos das ro con mucha frecuencia, por cualquier cosa.El contable me ha trado unos papeles que deba firmar y me he echado a rer. No mero cuando me siento delante de un pedazo de madera. Me pongo lgubre. Entoncesme levanto, telefoneo a la seorita O.T. Las mujeres, me digo a m mismo, y nadams. En la vida tratamos unos temas con ms tenacidad que otros y creo que lasmujeres son las que dan ms posibilidades de tema. La seorita O.T. ha naufragadopor su carcter melanclico y por ello se presta a salir conmigo, lo hace casi paradeprimirse del todo, hay en sus ojos un brillo especial cuando est frente a unasituacin sin salida. Una cara triste o aburrida la consuela, aunque no la alegra. Elequilibrio perfecto de esta criatura llega a interesarme. Un ejemplo prctico: una

    habitacin sucsima, no tiene ningn atractivo para ella, pero en cambio unahabitacin ordenada, con una capa de polvo, el olor de una colonia de lavandamaloliente, ligero, diluido, que persiste despus de haber vaporizado el ambiente,esto s que le provoca un moderado entusiasmo. Una sana mediocridad, con trucoseconmicos para subsistir y de poco resultado. Siempre algo ligeramente rancio, nocompletamente podrido, parcialmente, eterno, dolorosamente eterno. Pero que nosea nunca demasiado.

    Una vez me hablaron de un mdico conocido, para que lo consultase. Por aqu sesuele dar un poco de nuestro tiempo a estos impagables seres que escuchan. As pasaquella nica tarde. Me visto de modo particularmente elegante, casi rebuscado, un

    pauelo de color chilln en el bolsillo para dar una nota de alegra, no vaya a pensarque tampoco los colores no me gustan, un traje de buen corte, un poco pasado demoda, un viejsimo tweed a cuadros, quedaba entre el propietario agrcola que soy yuna persona casi original. Podra decirse que me hallaba prevenido, pero no loestaba. Aceptaba de buen grado una compaa pagada. Por otra parte siempre me hagustado adecuar-me a los dems. Toco el timbre y me abre una bella mujer. Es yauna buena seal. La casa es digna de un buen profesional que tiene una buena rentaanual. Me encamino a travs del pasillo con un cierto aire de fiesta, entro en elestudio, se me saluda cortsmente, me acomodo, cruzo mis piernas, lo observo, lme escruta, noto que ya me est estudiando, debe tener ya una solucin. -Bien-digo. (Me pregunto si le interesar saber que no tengo problemas econmicos.) Diceque no. El dinero no lo es todo, precisamente es insuficiente. Aqu aprovecho para

    decirle: -Precisamente es de ciertas insuficiencias de lo que quiero hablarle-. Me digo

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    a m mismo que es el momento adecuado para hablar de ellas, pero se me escapan.Ahora empiezo a observarlo mejor. Va vestido como un autntico profesional, tienecara de estar cansado, gestos lentos, ojos inquisitivos, gestos frenticos, hablarpidamente, no le sigo, no se repite, se levanta, se sienta, fuma, calla, quin sabela vitalidad que posee. Le pregunto si es comprensivo. Los ojos inquisitivos sedulcifican, se vuelven de perro fiel. Me fo, me levanto y le estrecho la mano. Lacomprensin es una gran cualidad. Es muy fcil hablar con alguien a quien despus sele ha de pagar. Ve usted, me gusta, si tuviese que pensar que usted pierde tiempopor orme no estara a gusto. No he pedido nunca favores a nadie. Ahora dgame, quese hace tarde, qu me aconseja? Mientras gozo la quietud de su despacho, fueraoscilan las petunias, como en Finlandia, un cielo limpsimo colorea las ventanas, lhabla, habla, se informa, me interroga, hombre prespicaz, animador de almas,tambin sabio en tras-tornarlas. Tengo dudas, doctor, una duda arrastra a otras, unaconfesin hace pensar en otras, las cosas llevan a otras, hasta que hablo de lodems. El contina hablando de otras cosas. Admiro su calma, la sobriedad de susgestos, la seguridad en la discusin y su imprevisto y pensativo silencio; me distraigo,

    mi voz ya no se oye, l habla de cosas alejadas de m, tengamos temas msprximos, ms cercanos a mi persona, no me veo capaz de reflexionar sobre lo quedice, debera leer libros, se lo ruego, lleguemos al punto importante. Lo habrentendido, y nuevamente hablo yo solo, soy favorable a un mtodo, una inepcia cadavez, no quiero que me den grandes explicaciones, quiz debiese consultar a unmediocre. Me falta temperamento para las cuestiones importantes, l siguedivagando... es retorcido... testarudo. El doctor G. era pariente mo, susargumentaciones eran inagotables.

    Deca que la naturaleza es chistosa, yo la he expulsado. Por lo tanto no soy chistoso.

    Doctor: -Usted debe reencontrarse as mismo.

    Cliente: -Es precisamente lo que no quera orle decir. Cmo puede aconsejar queuno se encuentre as mismo, que encuentre algo que en realidad no tenemos y quede todos modos ese s mismo ya se ha preocupado de encontrar a otro y se las arreglapara nacer y morir cuando le da la gana, sin que lo sepamos? Ese s mismo perdido,ya que usted insiste en reecontrarlo, dnde y cmo se habr perdido? Seremos tanhumanamente potentes nosotros? Nosotros no hacemos desaparecer nada, incluso loque ya hemos perdido sobra. Adems, aparte de cules sean nuestras intenciones,creo que es la ltima cosa que quisiramos encontrar. Ha llegado el momento deljuicio y de que usted me ayude a irme con quizs una ltima frase significativa queme quede grabada en la mente. Tengo la impresin de no estar solo aqu

    escuchndole, otros hombres como yo estn sentados esperando el momentoadecuado de irse. Se ha hecho tarde. Yo por mi parte me quedara ms tiempo, aqutodo es muy confortable, el timbre persuasivo de su voz acompaa mispensamientos. Qu importancia puede tener lo que diga? Ahora se levanta la sesin,la visita se ha acabado. Mis problemas tambin se han acabado por esta tarde.Tambin yo me siento un poco acabado, incluso el mdico al resumir el cuadro de susopiniones parece un hombre acabado. Algo se ha esfumado, en el aire de lahabitacin, despus de la conversacin. Me guardo el pauelo de colores en elbolsillo, ya no sirve para nada, tambin el color se ha difuminado. Decidido, melevanto. Gracias. Pago en seguida, gracias. Rpidamente vuelvo a la serrera.

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    II

    JANE:Sobre la mesa de bridge extiendo la baraja de setenta y ocho cartas. Setenta y

    ocho la locura, setenta y siete un gran xito. El fuego indica claridad, el cuadrado dela estrella luminosa se apoya sobre el obelisco, el agua corre entre dos columnas, enel inicio las bestias reposan, el crculo del obstculo no est atravesado por latraicin, un retraso fatal est sembrado de lneas transversales, el oro est mezcladocon la cruz, las penas acaban en un tringulo partido por la mitad, la carta rene elnacimiento y la cada, el pasado son vasos de oro, el amor son dos clices de oro ydos serpientes cuyas cabezas estn a los lados de la llama, las lanzas son los sollozos,los accidentes, las experiencias, el camino, la prdida, el psame, la soledad, lalejana, la amistad, las espadas se entrecruzan, lo falso est en el mismo campo,l'Extrme espada gigante est vuelta hacia lo alto. Los crculos. Efecto y duplicidad,inquietud y dinero, la ambicin y el presente, los diablos, el vaco, las alas, lacolumna, la fuerza mayor, el juego en el crculo entre el hombre y el ratn traer

    debilidad. Sobre un tronco de rbol un mono con un manto rojo espera, la coronasobre la cabeza y una espada liviana, observa el juego. Yo miro las cartas. Mscrculos, el ratn no deja de correr. La inscripcin se deshace en el agua, una medialuna, dos estrellas, un huevo, dos grandes serpientes han dejado caer el huevo en elagua, dos vocales y dos consonantes, otra serpiente tiene entre los dientes un voltily un bastn se abate sobre todo.

    Una carta lleva a otra carta. Si se las cambia de posicin cambia su sentido, si algunacosa tena significado ahora desaparece. Sobre la mesa reina la confusin, los signosestn trastocados, se burlan de la gente, se burlan de las cartas. Los signos poderososse apan en el aire, aunque ya est muerto el juego. Jane se absorbe en las cartas."Slo el lenguaje prctico de una echadora de cartas puede explicarme el juego. Laluz de sus ojos cuando me hable de la muerte, del engao, de la locura, y cuando sumano toque una carta significar que existe un obstculo. El crculo colocado sobreuna lnea, otra lnea que lo divide, y las otras lneas caen. Caen. La quiromntica meescruta sin la mirada interrogativa y en ese momento nos sentamos fundidas en

    nuestro dilogo por una extraa amistad. La agradezco por el obstculo, ella a m porhabrmelo enseado. No hay dudas en la apariencia. Yo misma puedo verlo. En ungran templo se ve la miseria. La excitacin de los malos acontecimientos. Espere unmomento no se vaya an, los acontecimientos adversos. Venga a verme pronto. Laechadora de cartas me mira y sonre dulcemente.

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    Jane no entenda aquellos signos, le parecan de pronto insignificantes, si bien fuerantan explcitos y pudiesen ser presagios, premoniciones, ya los tomaba comorecuerdos, lejanos a su existir. Jane hablaba sola, cuando entr Rachel gritando casisin resonancia, senta los pasos de la hermana que se acercaba y se asust.

    JANE:Estaba agarrada a los tubos, y los tubos estaban agarrados a ellos mismos.

    RACHEL: Perdname querida, debo haberte molestado, me parece que estscansada, quiz no te encuentres bien? Botvid quiere saber si hoy tambin vas aayunar.

    JANE:Quisiera t, bizcochos y un zumo, gracias.

    RACHEL:Y la manzana?

    JANE:...an queda el refugio del ltimo escondite.

    RACHEL:Cierto, pero naturalmente es preciso hallarlo. Presuncin, slo presuncin.

    JANE:Procura tener menos expresin en tu rostro, tu visible desprecio es demasiadoevidente, clmate.

    RACHEL:No ves que contengo una sonrisa, mi cara est inmvil, de qu esconditeestamos hablando? O prefieres jugar al escondite, o a pedir puntos de vista? Puedesllamar a Botvid, est siempre a punto para ser solicitado, como muchos.

    JANE:Botvid slo sirve para hacer la cama y servir.

    RACHEL:Me gustara poder hacerlo yo.

    Rachel tira las cartas.

    RACHEL:Pues bien, te han hablado del pasado y no se te ha permitido el futuro. Elorculo canta. Hay quien busca la buena estrella, hay quien sabe que la tiene ycuantos la han perdido. T creas que te segua el ngel. l es quien habla, l esquien est de tu parte. (Bruscamente). Ahora no quiero hablar. Es como si noexistiese. Hablemos slo de ti, me ocupar slo de ti, quiero ver adnde podrarrastrarte. Te gusta, verdad, que alguien se aproveche. Hacerle el juego a otros. Laechadora de cartas no ha entrado nunca en casa. Nadie de fuera ha venido abuscarte. Ya no sabes con quin hablar. Y a menudo crees que habla sola. Esprecisamente sola cuando te engaas tan fcilmente. Ese poco de engao te hacefeliz. En realidad, todas las apariencias te gustan. La apariencia es la gran prueba, esel resarcimiento de todas las enfermedades.

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    JANE:Est hablando Rachel, tengo que escuchar bien porque no capto lo que dice yno es la primera vez. Tampoco ella escucha cuando hablo yo. Por otra parte tambinesto es una manera de conversar. Un conversador, por ejemplo, es alguien queimprovisadamente se agarra del brazo de alguien y se acuerda de lo que quiere decircon una memoria tenaz, se alarga en particularidades, entonces yo dije, l dijo, seconvierte en un monlogo de exactitudes no requeridas, me olvidaba decir, sinolvidar aquella pequea ancdota que tanto hizo sonrir a X, l mismo an sonre, yqu grotesco resulta tantas veces lo mismo, sin olvidarse, claro, aquello que levuelve a la memoria, hablando de otra cosa. Un volver a los orgenes de cualquiercharla. Perdone pero por qu le he contado esto? Quiz porque pasando por estacalle he visto un maniqu con las piernas abiertas llevando unas medias que ocupabatodo el escaparate, perdone pero qu hora es? Precisamente ayer comentaba con laseora Harro, sabe... me ha regalado un estuche para el tabaco... la cantidad decoleccionistas que hay en el mundo. Con las analogas no se acaba nunca. Resulta unargumento inagotable. Bueno y por qu las medias y el estuche de tabaco?

    Una noche, entr en el cuarto de Rachel cuando dorma, inmvil, con unainmovilidad que habra sorprendido a quien no est acostumnrado a darse cuenta delo que quiere decir estar fuera del mundo, la toqu incluso, nada, no respiraba, heabierto la ventana, estaba devorada por el sueo, le habl, no se despertaba, inclusoBotvid se mostraba inquieto puesto que dorma desde haca mucho tiempo, duranteel da nadie la haba visto, pero no habamos reparado en ello. Tambin por unaforma de respeto, los durmientes son tan respetables, talmente alejados de nosotros.A menudo Rachel se va a dormir y yo me quedo despierta de envidia, espero. Botvidduerme normalmente, sus horas y basta. Se haba creado una competicin de sueo.Sueo 100. Sueo mastodntico. Sueo inalcanzable. Hay quien habla de la vigilia,pero no hay sueo ms grande quela vigilia, y viceversa quiz. Bah. Definicionesagotadoras. Rachel mantiene su cansancio con un dormir categrico. Yo por desgracia

    arrastro mi duermevela como algo que pesa bajo el brazo, como un deber, una bolsa,como algo que se deba recoger en cualquier momento. Empezaba a notar un sntomacercano a la fatiga, pero no era suficiente. Cun lejana me es an. Cunto megustara arrastrarme cansada, an ms cansada hacia la gran fatiga.

    La durmiente responde: re.

    Botvid tiene un cajn lleno de cartas, algunas no parecen siquiera estar dirigidas al: quiz tuvieron algo que ver con l, un tiempo:

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    UNA MUJER CON TEMPERAMENTO

    Querida seora,

    desde hace unos aos escucho de muy buena gana las historias de los dems, despusaprovecho para contar mi consabida historia, pero tambin las historias de los demsson una nica historia.

    Sus memorias estn tan impresas en mi mente que ya sueo. No tendra quecolocarme frente a la mquina de escribir y copiar todo lo que he odo sin dejarmenada. Casi querra apropiarme de la vida vivida por usted como ma, mo sumatrimonio, oh, seora, permtame que le diga que jams podra habermeconmovido tanto como por aquel encuentro tan romntico en aquella plaza de unaciudad portea, del que usted me habl. Lo que he odo es tan...

    Quiz mi carta y la vehemencia de mis sentimientos podrn sorprenderla,probablemente se necesario que usted sepa algo de m. Tambin yo encontr, hacetiempo, a alguien que me trastorn. Estaba literalmente absorbida. Ve usted, yo mepregunto si en la vida he encontrado algn hombre, un hombre autntico. Con estegrave punto interrogativo no dudo en echarme en sus brazos. Puede decirse que mimayor placer es equivocarme. Quiz sera ms justo decir que no he encontradojams a hombres. He aqu el dilema. En mi cabeza me repito ese jams, y jams ydespus jams, y despus, no s qu me ocurre exactamente, me siento (s que loestoy) nuevamente trastornada. No me resulta fcil explicar ciertas cosas. Podra darvarias versiones. Creo que existe una maldicin sobre nuestra familia, los hombres enmi casa no valan nada. Si tuviese hermanos seran unos depravados. Podra decirtambin que mi padre era un hombre noble, un militar rgido y de principios. Podra

    contarle tantas cosas sobre mis generalidades. Pero en cuanto empiezo a contarlealgo aparece un hombre que me cierra el camino. Me para, yo acelero el paso,reflexiono un momento y en seguida pienso que mejor sera volverme. Hubo untiempo en que encontraba a los hombres entre los amigos, o bien entre los hijos delos padres que conocan a otros padres y as. Hoy es distinto. Pero nunca seora, solojuro, nunca entara mucho tiempo con estos hombres. Nunca, le parecer excesivo. Am tambin.

    Mientras acelero el paso mil contradicciones me atormentan, son ellos, esoshombres, los que me hacen vacilar, basta con que uno de ellos me d un pequeoempujn en la espalda para que desaparezca ese instante de duda en el que pensaba

    si volverme o no. As contina mi vida.Suya.

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    "Toda la belleza de la vida parece olvidada y en el mundo no hay ms que ruinas."Una bochornosa aoranza arrastra a Jane hacia una modorra en la que Rachel noparticipa.

    JANE:No es por ti, rubia hermana, por lo que hablo de angustiosos episodios, no espor ti, compaera constante en esta casa, por lo que escondo mis pensamientos y meescondo, sino por otra hermana tan cercana como t lo ests en este momento. Laotra, salvaje, la sigo sin moverme, sin hacer un gesto, controlo mi paciencia, esperoinerte. Me s inexistente y espero.

    RACHEL:Y qu importancia tiene?

    JANE: Ninguna, pero deja que hable as, pero crees realmente que esto puedaimportar ms o menos?

    RACHEL:Era slo para interrumpirte. Creo que quieres hablarme de lo esttico, lo

    que dices me lo s de memoria, nuestros viejos juegos se vuelven aburridos Tustemas: el tiempo, el placer, la nada, slo yo te sigo, sabes que nosotras nosdestrozaremos la una a la otra, como todos los dems. Yo ya no tengo ganas de saliry t?

    JANE:Para ir adnde?

    RACHEL: Por qu est Botvid mustio?

    Querida Rachel,

    te acuerdas de aquella chica rubia que nos encontramos por la calle hace unosmeses? Se haba acercado tmidamente a nosotras. Pareca una chica de buenafamilia, y nosotras estbamos a dos pasos de casa. Lo que me da que pensar es que nisiquiera se nos pas por la cabeza invitarla a subir, charlamos un rato y ellademostraba poseer una cierta gracia. Y cuntas veces hemos encontrado gente as.

    Pocas. Pero todas las veces las hemos evitado. Por una causa o por otra hemosperdido el contacto. Y esto me entristece. T sueles cerrarle las puertas en lasnarices a quien sea. No piensas alguna vez en lo que harn todas esas personas?Porque t, como yo, las has observado bien, se te han quedado grabadas en lamemoria, y volviendo a casa aquel da t estabas pensativa y de mal humor.Extraamente ocurre que sentimos un cierto afecto hacia esos desconocidos, cuyasfacciones, lo s, nos hemos olvidado. T los has llamado nuestros grandesdesaparecidos. Quiz permanecern durante aos encogindose entre los muros de lacasa, la vida de ambas transcurre en la cotidiana monotona. Ningn hecho digno demencin ocurre y qu puede decirse cuando no ocurre nada, aunque, dira Botvid,quien ve casi retroceder sus pupilas, Botvid cree que debera controlar la situacin,pero ellas se le escapan, se detestan, ya no soportan la luz, en la casa reina la

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    oscuridad, ms desorden, el jardn est absolutamente descuidado, a Botvid se le haprohibido salir. Las raras veces en que Botvid logra salir de la casa es observado conextraeza. Todos empiezan a sospechar. "Hace meses" preguntan "que no vemos a lasseoritas".

    Acaso desaperecen Jane y Rachel? (Se hallan indispuestas). Lo sentimos, acaso sevende la casa?

    Ya se han presentado posibles compradores, atrados por la ptima situacin, quieren

    ponerse de acuerdo con Botvid.

    En similares condiciones hay una casa casi abandonada, un muro la rodea y dentro enel jardn un perro ronda arriba y abajo, es la casa del viudo. Muy reacio a conocergente, muy reacio a dejarse ver, este hombre sale muy poco, pero reciba las visitasde Jane. Por otra parte a quin si no a un solitario podra haber visitado Jane. Habalogrado mantener oculta esta amistad durante varios meses. Con las cosas que pasanpor el mundo y que se leen en los peridicos, Botvid estaba sustado. La nia sugerasiempre posibilidades excesivas, sin embargo Botvid ahora no poda dejar de sonrerpensando en las citas del viudo con Jane. Despus de un primer momento desorpresa, Botvid acababa siempre de acuerdo con sus pupilas.

    EL INQUILINO DE LA CASA DE AL LADO

    Hace tiempo que no tenemos noticias suyas. Parece ser que se ha ido, quiz para

    siempre. Rachel ha recibido varias postales y una agenda que est dirigida a Botvid.Botvid abre el cuaderno y lee:

    "Encuentro intil ponerles fecha a estas notas".

    Aquellas dos, una vez ms, aquellas dos, la ms pequea me ha acompaado untrecho del camino, estara esperndome? Me he despertado por la noche y meestaba hablando, la otra maana hall un dulce en la mesita de noche, la pequea sehace notar. No vi cmo iba vestida. Me hace ver cosas que no existen. Se sent sobremis rodillas. Dijo que haba soado con un asno que hua, me regal cintas para loszapatos. Dice que ella necesita compaa. Insista en que nadie lo saba. Quin ms

    que un viudo tiene necesidad de compaa?

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    Pero no me trataba mal. Me ha permitido regalarle un perfume. Se ha puesto trajesde mi mujer. Hace aos que soy viudo y sufro de melancola. A menudo cambiaba lafotografa de mi mujer por la de otras mujeres. Me preguntaba quin era mi mujer,cules eran las mujeres que yo deseaba. Mi mujer tena el pelo muy negro, las cejaseran bajas y muy juntas, tena dos grandes ojos negros, Jane correga las cejas de mimujer, le abra desmesuradamente la boca con las tijeras y le cortaba la nariz, cogaprestadas otras narices, otras bocas y dejaba siempre los ojos de mi mujer que memiraban con bondad, con proteccin. A Jane le gustaba este trabajo manual. Janeme preguntaba si aquellos ojos negros me creaban una sensacin de seguridad. Yotena cajas llenas de fotografas de mi mujer. No quera olvidarla. Jane metransportaba gradualmente hacia el aburrimiento, el aburrimiento de m mismo y dequien haba sido mi compaera. Despus empec a coleccionar otras fotografas. Amenudo me marchaba al campo, a la granja de Harro, para fotografiar los animales.

    Una serie de primeros planos de Jane en plena naturaleza. Jane acaricia animales

    domsticos. Como muchsimo. El dueo de la granja me presenta a su mujer, loshijos un poco plidos miran a Jane. Jane se sienta con los hijos, despus con eldueo, le pregunto si puedo hacerle fotos, si puedo fotografiar la casa; la cojo de lamano y nos vamos al bosque, ojal lo hubiese hecho hace aos. Ahora me olvido deella y camino rpido por el bosque entre los rboles, sumergido en mis pensamientos.La mujer me pregunta qu me ocurre, presuroso le hablo de Jane, de mi mujer,quiz he hablado demasiado.

    Probablemente he puesto a Jane en mal lugar. Me pongo en mal lugar a m mismo.Me doy cuenta que al hablar de esto me acaloro, me pongo nervioso. Tambin micompaera se pone nerviosa, se excita; sin embargo no he dicho nada que puedaponerla en tal estado. Me invita a sentarme al pie de un rbol con las races

    expuestas. Cojo mi pauelo y lo coloco en el suelo, le ofrezco caramelos de menta,tengo siempre desde que conozco a Jane. Quito el papel y le explico que en losmomentos embarazosos surge mi lado infantil y tengo la necesidad de comer algodulce. Ella lo entiende.

    -No, cigarrillos, no, la pequea no soporta el humo.

    La seora: -No s desde cuando no estoy nerviosa, ya no pienso en las pasiones.Siempre he pensado ms bien poco, salvo a la edad de Jane (Bruscamente). Laentiendo perfectamente.

    Yo: -Pero, Jane nunca est nerviosa.La seora: -No hablaba de los nervios de la nia.

    Yo: -Comprendo.

    La seora: -No quera ofenderle.

    Yo: -No se preocupe.

    Usted declarara contra m?

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    Jane se acerca y se sienta entre nosotros. Mira a la seora dndome la espalda;despus me mira con mala cara y dice:

    -No me has obedecido.

    No puedo, no poda, murmuraba huyendo, volviendo a la ciudad, suba las escalerascorriendo, d un portazo tras de m y me dej caer en la cama. Me dorm casi alinstante.

    Nada me preocupa. Al da siguiente fui a ver a Botvid, que me dio una bofetada, yme ha gustado.

    Que lo sepa Jane.

    III

    JANE:Me pregunto por qu la gente dice que en general el poder es malo. Es quetodos son pusilnimes? Quieres que te diga qu es el poder? Una serie de eminenciasgrises, grises tambin en sentido comn, que... que... no sabra decir exactamente

    qu hacen... De todas formas el mundo va hacia adelante- aparte de que nadie denosotros puede impedirlo. La justicia no es prerrogativa nuestra.

    RACHEL:Si en el mundo no hay justicia y el poder existe en el mundo, entonces elpoder no es justo y por tanto se puede pensar como los que dicen que el poder essiempre malo.

    JANE:Justicia e injusticia -no me aburras.

    RACHEL:Cul es la raz de la palabra poder?

    JANE:Las races se perdieron antes de que se formase, dejmoslo estar. Barbarroja,

    Barba zil, Gesgiskhan.

    RACHEL: No conviertes al poder en algo un tanto pintoresco? No hablabas deeminencias grises?

    JANE: (con un gran gesto): S, pero tena ganas de nombrar a alguien, de todasformas skaal...

    RACHEL:Claro.

    JANE:Y adems al hablar de poder siempre se aade algo colorido y tpico.

    RACHEL:Tienes razn, pequea, el babero de armio.

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    JANE:Skaal.

    RACHEL: (levantando el vaso): Contra el contagio, como dice aquel libro tuyo tanpedante.

    JANE:Los contagios, mira por todas partes, la escarlatina negra.

    Botvid no hace comentarios, Rachel tampoco y Jane est callada. Han pasado variosmeses y las dos no se han dirigido la palabra. Botvid busca temas de conversacin,

    pero tambin l sabe que hay poco de qu hablar. Ms bien preocupado se acuerdadel clamoroso caso de su amigo Nikolau N.V.

    JANE:Por lo menos podras contarnos cmo pens en destruir a toda su familia.

    RACHEL:Me parece un tema interesante.

    JANE:Cmo es que precisamente t eras su amigo?

    RACHEL:Pero era su amigo, eran inseparables.

    JANE:...tena algo que ver con la familia y que tal vez se puso de acuerdo con su

    amigo?

    RACHEL:Los peridicos dijeron que fue el mayor suicidio colectivo simultneo conun espectador presente.

    JANE (mirando a Rachel): De cualquier forma los responsables son los suicidas,quiero decir que nadie los indujo.

    RACHEL:Absolutamente.

    JANE:Por otra parte existen infinitas maneras de inducir a

    alguien al suicidio, no te parece Rachel?RACHEL:T crees? Su familia estaba muy unida.

    JANE:Unida hasta el fin.

    RACHEL: Lo haban pensado todo y se haban convencido discutiendo lcidamenteentre ellos.

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    Botvid querra hablar pero est obligado a escuchar la opinin de las dos, como sifueran ellas las amigas de Nikolau y no l. La polcia lo haba interrogado mucho ymanifestaba ciertas sospechas hacia l. Una amistad culpable decan. Nunca unapersona le haba parecido tan extraordinaria como Nikolau, le era incluso imposiblehacer un retrato de su amigo. Hblemos acerca de su personalidad, acaso tenapersonalidad? Y el carcter, insistan. El carcter. Se senta atrado por la teologa.Y cul es su profesin? En qu se ocupa, usted Botvid? En aquellos tiemposestudiaba, slo me interesaban los estudios, las terias, el pensamiento. Meacusaban de contestar como Nikolau. Entretanto la palabra carcter penda en el airecomo si me insultasen. Y qu costumbres tena su amigo? Trataba de volver atrs enel pasado para buscar algn episodio y me daba cuenta de que poco haba que dejarasuponer que mi amigo tuviese costumbres. Quiz sean costumbres dormir, comer,pensar, ir al campo, estudiar. Algo ms. Apretaban. Malas costumbres? El horario,era puntual en todo. Me preguntaban tambin cules podan ser las consecuencias deestas respuestas. Les ped tiempo para reflexionar. Yo mismo no lo saba. tenadudas, cmo no estar continuamente en dudas.

    JANE:Pero, qu te dijo Nikolau antes?

    BOTVID:Dijo que sus observaciones eran acertadas.

    JANE:Pero, qu observaciones?

    BOTVID:Encontraba correspondencias por todos lados. Por ejemplo: yo soy sueco. Mifamilia venera al santo Botvid, asesinado por su esclavo al que haca instantes habadado la libertad, el 28 de julio de 1100. Con estos datos calculaba y afirmaba poderadivinar que yo mismo buscaba a mi esclavo. De esto sacaba otras correspondencias.

    RACHEL:Deba conocerte bien.

    JANE:Y si alguien se pareciera al esclavo, qu haras?

    BOTVID:Le volvera la espalda. No quisiera ver a mi asesino.Sea quien sea.

    RACHEL:Pero Nikolau estaba realmente presente, miraba?

    BOTVID:S.

    RACHEL:Y no pens en salvarlos?JANE:Salvarlos, de qu, no has dicho t misma que estaban de acuerdo?

    BOTVID:Debi haber una discusin, toda la familia incluso los abuelos estaban deacuerdo, pero en el ltimo momento el hijo Nikolau dijo que de todas formas era yacomo si estuviesen muertos. La madre, enferma, en aquel momento san, chill queno era verdad, que el suicidio tena que llevarse a cabo, levant el ndice: duranteaquellos aos se haban estado preparando, se haban autoanulado ellos mismos, paramorir mejor. Haba llegado el momento y se habra condenado antes que renunciar.Los hijos se hallaban a su alrededor y asentan. Nikolau se enta como un idiota. Porqu tena que renunciar? La madre haba razonado perfectamente. Ocho muertos,

    pensaba entretanto Nikolau, yo los ayudar, siempre lo he hecho. Las promesas se

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    cumplen, dijo la madre mirando al hijo. Y t eres el ejecutor, debes mirar pornosotros, un vivo entre nosotros es el regalo que hacemos. Que todas las desdichasde los vivos enriquezcan la felicidad de los muertos. La madre estaba tan segura de smisma, segura de irse a otro mundo, segura de haber predicado bien, segura de nosacrificarse. Si quieres saber algo ms, hijo mo, los suicidas no dejan casi nuncapalabras, pero yo te aseguro que es el instinto lo que nos induce a esto. Y yo estoyhablando porque en estos ltimos momentos de mi vida quiero que sepas que me hassido de gran ayuda. No digas a la polcia que estoy enfermo, no hables de nuestrosdefectos. Desde este momento yo ya no existo.

    JANE: Por qu hablas as, Botvid? Quiz no curri as, puede que hubieran malosentendidos, Nikolau no dijo absolutamente nada, est en un monasterio y ha hechovoto de silencio.

    BOTVID:Claro, queridas, tenis razn, hubo un malentido, pero dejad que diga miversin. Cuntas veces he contado esta historia?

    RACHEL:Te escuchamos, dinos, no era pariente tuyo Nikolau?

    JANE:Siempre hay un parentesco por en medio, el parentesco del gnero humano.

    RACHEL: Que aflige a Botvid en este caso. Es un peso sagrado. La hipnosis delparentesco.

    BOTVID:Esta muy ligado a la familia de Nikolau. Era joven y estaba solo. Caminandopor el campo me deca muy a menudo a m mismo que yo no era ms que uno quecamina solo, me vea a mi mismo seguir, o mejor dicho perseguir mi paso con el otropaso, y as transcurran muchas horas. En aquella soledad estudiaba, poda caminar

    leyendo, nadie me vea, caminando tomaba apuntes. Parece ser que un da undesconocido me vio y me sigui un rato. Nikolau me lo dijo despus, yo no me dicuenta de nada. Sin darse a conocer dej unos libros para m, algunos difciles deencontrar. Nikolau me dio tiempo, unos seis meses para que yo asimilara los textos,al final se present. Pareca muy joven, qued muy asombrado, al ver aquel chicofrente a m, haba imaginado encontrar a un erudito, un hombre de rostro marcado,de ojos profundos que paracen saber mucho, en una palabra una personalidad quepudiera impresionar a un muchacho de veinte aos, sta era mi edad entonces. Porel contrario aquel joven poda tener cuatro aos menos que yo. Por unos instantesme irrit. No se preocupe, me dijo. Cierto, hoy me digo que no haba motivo parapreocuparme, durante aos haba sido su sombra obediente y me haba propuesto

    cosas bastantes difciles de contar. Poco a poco, quizs estaba destinado, meconvenci, o quiz le convenciera yo, de que persuadiera a su familia y a m mismo aponer fin a nuestras vidas. Nikolau era muy persuasivo, y yo no le iba a la zaga. Enaquella desgraciada familia no vean el momento de poder hablar de esto entre ellos,era el tema preferido. Algunas veces hacan cosas de mal gusto, las mujeresespecialmente. Se cortaban las uas, un poco de pelo, lo amontonaban todo,abandonaban las cosas terrenas y las enterraban. Adems, otras cosas de mal gusto yNikolau estaba harto. Deca que a menudo los buenos propsitos se convierten enrituales de baja brujera, tambin las ideas sufren muchas alteraciones, meengordaba, probablemente porque haba dejado de caminar. Creo que ninguno selavaba ya. Nikolau desapareca durante das enteros, durante meses, dejndome conaquella familia complicada y peligrosa, que para colmo me despreciaba, pero yo no

    me dejaba marchar. Yo tampoco me habra marchado nunca. Indudablemente algo

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    haba all que me gustaba. Por la noche, bajo la luna que iluminaba todos losarbustos, soaba en el fin, deba suspender mis fantasias porque uno de los de lafamilia me reclamaba. La madre me dijo: -Si Nikolau no se decide pronto, lo harstodo t- (amenazndome). Cada cual quera que el otro hiciera algo definitivo. Eraun juego de codazos. Por suerte el bello joven Nikolau apareci. Lo recibimos todosjuntos: -Al fin-. Hubo jornadas de discusiones, Nikolau ya no quera saber nada, losdems exigan, yo me mantena aparte, hoy me pregunto si no deba haber agarradopor el cuello a Nikolau. Como t quieras, le dije. Me encontraba muy dbil parainsistir. Me fui a la cama, me encerr y pude orlo todo desde la habitacin contigua.La polica me encontr tal como Nikolau me haba dejado. El espectculo que vi eraextraordinario.

    Jane contina con sus lecturas. La vida de la araa, de la rana, los pantanos, losparsitos. El reclamo de las mariposas, los conejos sin olfato, llenos de pelo con losojos rojos. Hablando de otra cosa: "Existen hombres terribles, instrumentosgigantescos oxidados en el fondo del ocano. Su poder sobre las almas delicadas esinmenso: las atraen y las trituran. A su manera, esto es grande y hermoso. Es laplanta venenosa que atrae a los nios en el bosque. Es la poesa del mal".

    RACHEL:No quiero distraerte de tus lecturas, pero has ledo el diario de Mary, todosdicen que tena visiones y su madre ha indicado que la hija ya...

    JANE:Y tena psimas amistades. Ya s todo lo que se dice.

    RACHEL:Nos has visto el diario, est numerado. Siento no haberla conocido. T, porqu no escribes, hermanita?

    JANE:No tengo nada que dejarte dicho. Adems no ests siempre ami lado, pareceque ests pegada a m.

    RACHEL:Los pactos.

    JANE:Durante mucho tiempo te he hecho caso, la convivencia se me est haciendoinsoportable, la casa es grande, por favor, djame en paz. Quieres?

    RACHEL:Me cuesta demasiado. Es la primera vez que te veo arisca. Bien. Lo prevea.

    JANE:Vete. (Alejando a su hermana). No logro concentrarme cuando ests aqu, yomisma me vigilo, cmo olvoidarse de que estamos vigilados, de que continuamenteestamos sujetos a una cosa que nos atraviesa la mente y que no es lo que buscabas.

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    Rachel ha dejado sobre la mesa las hojas del diario de Mary y una fotografa de lamuchacha. La cara est escondida por una sombra hay un asomo de sonrisa. Al ladouna fotografa de los padres, muy jvenes, un poco mayores que Mary, aunquesaciados, piensa Jane. Unos das antes, en un momento de autntica rabia, M. sehaba tirado desde el ltimo piso porque su padre se haba cogido el diario y lo habaledo largo y tendido, comentndolo despus con su mujer. La pequea Mary, lvida,subi al ascensor y grit:

    -Y ahora mirad tambin esto.

    Jane abre el diario:

    1 - Tengo que inventarme cosas continuamente.

    2 - Me resulta difcil mirar a mi padre sin transformarlo en una liebre.

    3 - Quisiera silencio, pocas horas durante el da, pero al menos por la noche.

    4 - Me duermo por la noche y ya es de da.

    5 - La buena voluntad de prepararse cada maana.

    6 - La liebre quiere que deje el bao abierto.

    7 - Me gustara tener muchas llaves.

    8 - O el uno o la otra entran en mi habitacin.

    9 - Este ao tambin soy la primera de la clase.

    10 - No pienso en competir.

    11 - La vida?

    12 - Cuntos nmeros lograr llenar? Qu cosa preferira llenar? Creo que mibarriga. Tener la barriga llena.

    13 - El cerebro es un parsito.

    14 - Imn.15 - Encuentro intil escribir en el diario.

    16 - Escribir es an ms efmero que hablar, no hay nada ms efmero que el darsecuenta.

    17 - Estoy muy eufrica cuando s que estoy triste.

    18 - Tengo algunas lagunas.

    .....

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    200 - Espero la ocasin. Cul?

    201 - Si fuera menos tranquila. Qu necesitara para poder tomar decisiones?

    202 - Ms rigor.

    203 - Hay una supremaca de pensamiento que cae en el momento oportuno. Comotodo pensamiento se halla dividido en impulsos. Pensamiento uno dos tres.Combinaciones. Cada. El final del tiempo. Reanudacin, domesticar, evolucin,retroceso, ceder. Chispa del pensamiento. Cede totalmente. Obnubilacin.Reanudacin del pensamiento n. 2, simulacro de la memoria del pensamiento n. 1.Fatalmente invencin base, cero. Pensamiento cero, impulso de los nmeros,pensamiento desaparecido.

    204 - Permanecen las ideas fijas.

    205 - Encantamiento.

    206 - Y yo me agarro.

    207 - Pensar siempre la misma cosa.

    208 - Es como si ya no estuviese aqu.

    209 - Las letanas.

    210 - Me alejo.

    211 - Espero.

    212 - La circunstancia.

    214 - El recuerdo de los monos.

    216 - Quien me empuja? El exterminador.

    217 - Ayer caminando por la calle estuve a punto de ir a parar debajo de un autobs.Fui arrojada lejos.

    219 - Contina la oscilacin y el deslizarse.218 - Dnde caer y cundo.

    217 - Un recinto.

    219 - Demasiada calma. Estaba a punto de echarme a volar por la ventana.

    Imprevista detencin de la vegetacin.

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    EL TURISTA

    De vuelta de un viaje al extranjero, Botvid pasea en la quietud del jardn y recuerdaen voz alta lo que ha visto y odo pocos das antes en medio de un vastsimo campo:

    "El fin de la guerra, venid, oh pblico, a visitar los campos, en el precio est todoincluido, aqu fueron martirizados, all azotados, el grito, od el grito. He aqu elcementerio, se abren las puertas, por favor, admirad, los restos de la carnicera. Elspeaker tiene que hablar ms alto, hay gente al fondo que no oye. Entretanto en laplaza grandes carteles pintados de oro indican las salas donde se exponen lasfotografas. Otro pblico corre a maravillarse. Los esqueletos colgados con sentidofotogrfico y arquitectnico, bajo la luz de nen resaltan los torturados. A lasdieciocho, todos al cine. Para que no se olvide, deca un cura, es oportuno que lajuventud se d cuenta y lo sepa, y que vea sobre todo lo que ocurri. Tres liras, laentrada, adelante pasad. Mirad. Est todo. Incitacin a la masa, adelante, haced

    preguntas, dialoguemos, estamos frente a la realidad. La realidad del ayer, notengas miedo, expresaos, cada uno de vosotros tiene voz en esto. Gracias. Sigue elaluvin de sacrosantas opiniones y en las casas se discute todava, y las fbricas dedocumentos prosperan. Y tambin las ideas. prosperidad y salud. Un brindis. Leasobre un monumento cercano a unas esplndidas cascadas, dignas de la magnficaprosa de Goethe: "Mientras en otras partes la sangre corre a raudales, mantenemosaqu nuestros Gter, nuestros bienes, para que nuestros hijos puedan prosperar."Hijos, es cierto, cunto habis prosperado. Cunta inmensa sinceridad setranparentaba en aquel pedazo de mrmol, qu coherencia. Poder de las fronteras,del bloqueo de aduanas. Alt."

    Erase una vez un seor que tena unas costumbres y haba estuadiado a fondo supropio carcter. Ante todo admita tener tendencias nocivas y peligrosas y despus sesenta presa de perodos de malhumor y sacudido por excesivas impaciencias. Paraexplicarlo mejor, se senta dominado por arranques que adems hacan que sucirculacin se resintiera. De pronto senta calor. En pocas palabras deca que tena

    trastornos. Por lo tanto alquil un apartamento en la ciudad y en cuanto "sufra" seausentaba de su casa y del trabajo. Para quien lo conoca, me parece intil decirlo,resultaba una persona muy estimable. Tena un puesto de responsabilidad. As, con lamaleta y el perro, se meta en el coche hablando solo -"mucho es inevitable, esmejor saberlo antes"- mientras llegaba a su destino. Desconfiado, deba serdesconfiado, abra al atardecer el portal, suba las escaleras volvindose hacia atrscontinuamente y se precipitaba en su apartamento. En la habitacin ya estabanperparadas dos palanganas, una llena de agua. Quizs estuviese nervioso, no se sabe,rpidamente mata el perro, se lava las manos, vuelve a colocarlo todo en su sitio. Enseguida cae en un profundo sueo. Unos das despus su vida recupera el ritmonormal. Las visitas al apartamento se repetan no s cuntas veces, pero ciertamentedurante algunos aos. Haba permeditado la ocasin de matar, como haba

    premeditado ser extremamente cauto con sus semejantes, conoca su furia. Tras las

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    primeras experiencias con perros, a las que l llamaba experimentos, conseguaolvidar que poda asesinar tambin a un hombre y se encontraba mejor. Vive todava,tiene ms de ochenta aos y se le ha pasado completamente su mana, como si nuncahubiera existido.

    Jane se preguntaba entonces si basta con matar perros para no matar a los hombres.Para aquel extrao seor parece que s.

    Jane buscaba la ocasin propicia, fijaba un punto sobre el pavimento, la trampilla,

    cerrando los ojos, para reponerse tena que saltar un muro altsimo de arcilla, sobreel que dejara su imagen de persona que desaparece.

    Las redes se tienden hacia Jane: las trampas los impedimentos de la vida, elrevolverse en el sueo, el confundirse, el dispersarse, el dar vueltas, en la extraezay durante pocos minutos en el episodio. Entre jardines y fuentes, entre hierbas yfinas palmeras, las reflexiones de Jane se entrelazan y caen como alfileres. -No haynada que no est en algn lugar-. Jane vea un oscuro torbellino erecto y recto comouna paloma frente a ella, era la arquitectura de sus pensamientos que se deshaca,era un ensimo chiste que se les apareca, de improviso, como un regalo que hay quecoger; si el tiempo tomase una forma, tendra la de una palabra.

    JANE: Me ocupo de un pequeo pensamiento transversal, el ngel. Y de que novenga. Un ser desesperado es terco. Lo espero. Me avergenzo de esperarlo. Teacuerdas cuando lo sabamos? Despus, casi de improviso, la imposicin de callar yesconder. No hemos odo hablar ms de l. Por qu este abandono? S que volver,

    pero antes transcurrirn aos de inmutabilidad. Entretanto cuenta y est triste. Elngel se ha retirado. lo oyes alejarse? Qu es nuestra imaginacin frente a esto?Algo que se derrumba a su paso. Te acuerdas que hubiese bastado poco para poderver cmo se derrumbaba. Pero no lo hemos visto.

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    LA RABIA CONTRA EL NGEL DE LA GUARDA

    JANE: Estar cansado de nosotras? Ronda a nuestro alrededor, lo sospecho de serresponsable de la semejanza entre mi hermana y yo, lo sospecho de maldad. Yo loodio. Rachel lo odia. Ahora cuando hablo sola y miro hacia arriba, o miro tercamenteel suelo, o hablo con Rachel, me atraviesa, siento que pasa a travs de m y no puedocontenerme, no puedo evitar el asco, y ahora me convenzo de que no puedo evitar ladesesperacin. Y antes no era s! Las imgenes eran completamente distintas, ahorami imaginacin no tiene races. En este momento detesto las fuerzas superiores.Atribuyo al ngel todo aquello que me destruye, en pocos aos me ha llevado alborde del precipicio. Son palabras demasiado fciles. Pero cmo podra expresarmede otra forma? Es l quien nos hace vivir en esta soledad, l quien ha quitado a todaaquella gente de en medio, l quien nos mete en la cabeza esas ideas sobre la vida,la muerte y todo lo dems. El nico placer que siento es cuando no soy nada, mesiento un peso ligero, a la deriva con moderacin. Pero dura tan slo unos segundos.

    Y el resto, el resto que no puedo nombrar, montn de fuerzas opuestas, agua, fuego,viento y aburrimiento. Me ha metido en la cabeza la eternidad. Cunto lo odio. Mehace pensar que de todas las maneras no hay un final. Y yo antes tena idea de esefinal. Saba que en un punto determinado, pues bien, me lo ha hecho olvidar, lmismo que me lo haba sugerido. Me ha sugerido a m, vctima de la mnemosis, meha sugerido las colosales fbulas del olvido, del humo, del desgaste, de lo bajo, de loms bajo posible, y mientras divago, Rachel inmvil, dormida en un nicho, es laestatua que haba apoyado en un rincn y se mueve como empujada, vacilante, ycae. Silencio en la casa, silencio en el aire, qu haba sentido aquel da, tan lejano,tan presente, qu era aquel gymkama de vigilia, aquel transcurrir de sueo,avalanchas de fro, de dormir, y ahora me ro, como todo se rinde en el teatro, yo yla estatua nos hemos rendido, se acab, se acab maravillosamente, en la gran cuba.

    Con las rodillas empuj a Rachel para que se levante, es ms pesada que el aire querespiro, yo misma ya no logro moverme, cada gesto cae, el vaso est lejos, resultacansado leer, la boca abierta y una expresin no de las ms vivaces. La monotonanos ha asaltado con el rabo. Con la tralla, con los espejos, con el sentido comn, elsobresalto de las sombras.

    JANE:He visto un cementerio de piedra sobre piedra, debajo de cada piedra habaotras piedras, as quizs hasta el centro de la tierra. Desde el punto donde convergentodos los puntos crecan las tumbas, y la superficie estaba devastada.

    Pequeos caminos estrechsimos rodeaban las lpidas y en las tumbas haba piedras.Un santo varn estaba enterrado en la superficie y yo he meditado largamente. Yoera parte de un pblico, se entraba en fila por una puerta, nuestros pasos seapoyaban en lo sepultados. He sentido el principio y el fin y una gran tristeza.

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    Jane se encontraba en un brezal y extraos objetos crecan aqu y all dando a lanaturaleza un aspecto anormal: -Cules son los casos de peligro en la vida?- sepreguntaba Jane. -Son quiz los presentimientos?- Haca tiempo que haba algoinsidioso en las costumbres de Jane, esas costumbres que la hermana llamaba horasmuertas, eran las horas de Jane. Sus jornadas duraban pocos minutos, instantes,deca. De improviso la pequea asumi un aire adulto y ya no particip en los juegosde su hermana, ya no habl con Botvid, ni frecuent la compaa de nadie ms. Aspodra haber vivido toda su vida. Era como una persona que desaparece,tranquilamente. Rachel hablaba ya de ella como de un recuerdo. Botvid, ausente,bajaba la cabeza. Ya, deca. Por otra parte Jane se mostraba amable con ellos, casiafable. Muchas veces, viniendo de la calle, volva tan cansada y plida que Rachelhaca como si no la viera y esto tambin se transform en costumbre, el no darsecuenta de la presencia de las personas cercanas y parecidas. De vez en cuando Janepoda or decir: -Te acuerdas cuando Jane haca esto o aquello? De cuando Janehablaba? - En un tiempo remoto, empezaba a decir la hermana, haba escuchado auna estatua, y la otra estatua se mova hacia m, ahora yace inerte en el pavimento,

    el alabastro, circunspecto, inerme, presente. Todava el fantstico cansancio frentea los ojos, Jane, contstame, dnde ests, no me abandones. Has sido la vctima deuna lenta corrupcin, Botvid con paso lento se dirige hacia la casa colonial, dice quenecesita descansar, mi pariente, y su amigo se han ido, queran dormir ms, y yo,Rachel, Jane quin llama a la puerta? Siempre hay alguien que quiere entrar,clausurar la puerta, tapiar las ventanas, y contemplar la oscuridad, tan amadapor Jane. Pero la vegetacin ha desaparecido ya, los rboles pulposos se acercan a lacasa, no hay nadie aqu, se han ido todos. Que sea una forma de venganza, unasubespecie de venganza. Ser una broma ms Jane? Su talento me ataca por todaspartes, soy como el viudo que ve lo que no hay, soy como cualquier otro que cree verficciones en mentes simples, el hundimiento de mi pensamiento, quin llama a lapuerta? Estoy caminando a cuatro patas, busco mi calidoscopio. En el escenario, un

    tramoyista acaricia una palanca y se cierra la cortina. Me caen encima quilos deterciopelo. Los aplausos de la platea. Soy de Jane. Botvid ha vuelto a visitarme conlos trentaidos de la casa colonial y tambin la roja que aplaude por todos, suentusiasmo contagioso desencadena la multitud. Qu es la multitud, hay de nuevoalgo que me arrastra, son todos ellos que han venido a ver a Jane? Jane? No est.Tambin se ha abandonado la copia, he hecho quilmetros y quilmetros, he seguidocaravanas por el desierto, bajo un cielo rosceo como la enca del leopardo, comodeca un amigo mo, Jane, te lo ruego, no hables, has desaparecido, qu diablos eseste juego de las convergencias? tena la impresin de estar mirando el catlogo dela muerte, las restauraciones, las tergiversaciones. Las sombras estn tomando otravez posiciones. Las veo. Estn netamente incisas en mi memoria, en mi brazo

    izquierdo, Jane, me retengo, evito decir sangre, corre la sangre lentamente por elestuario, el balbuceo est hinchando mi lengua. la hinchazn, te conjuro, eldesorden disuelve mi lengua.

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    Pas el tiempo y Rachel se dirigi nuevamente a Jane:

    RACHEL:Por lo tanto, hermana, permanezcamos entre nuestras cuatro paredes, parano salirnos del modelo, ajustmonos la una a la otra y volvamos sobre nuestros pasos.Un intercambio de similitudes podra ser letal para nosotras. T eres mi ejemplodisminuido frente a otras dimensiones, prefiero callarme.

    El ngel de la guarda, Fleur JaeggyTusquets Ediciones, Cuadernos nfimos, Barcelona, 1974.

    Traduccin: Mariano Solivellas.