FLANDERS RECORDER QUARTET, música antigua (Bélgica)

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MÚSICA ANTIGUA PARA NUESTRO TIEMPO

Lunes 1° de junio de 2015. • 6:30 p.m.Quibdó, Auditorio Banco de la Republica

Miércoles 3 de junio de 2015 • 7:30 p.m.Bogotá, Sala de Conciertos Biblioteca Luis Ángel Arango

Jueves 4 de junio de 2015 • 6:00 p.m.Honda, Auditorio Cámara de Comercio

Viernes 5 de junio de 2015 • 6:30 p.m.Ibagué, Sala Alberto Castilla

Sábado 6 de junio de 2015 • 11:00 a.m.Girardot, Auditorio Banco de la República

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TOME NOTA• Los conciertos iniciarán exactamente a la hora indicada en los avisos de

prensa y en el programa de mano. Llegar con media hora de antelación le permitirá ingresar al concierto con tranquilidad y disfrutarlo en su totalidad.

• Si al momento de llegar al concierto éste ya ha iniciado, el personal del auditorio le indicará el momento adecuado para ingresar a la sala de acuerdo con las recomendaciones dadas por los artistas que están en escena.

• Agradecemos se abstenga de consumir comidas y bebidas, o fumar

durante el concierto, con el fin de garantizar un ambiente adecuado tanto para el público como para los artistas.

• Durante el transcurso del concierto por favor mantenga apagados sus

equipos electrónicos, incluyendo teléfonos celulares, buscapersonas y alarmas de reloj. Esto ayuda a crear un ambiente propicio para disfrutar la música.

• Por respeto a los derechos de autor de los compositores e intérpretes,

no está permitido realizar grabaciones de audio o video ni tomar fotografías durante el concierto.

El concierto del Flanders Recorder Quartet en Honda cuenta con la colaboración de la Cámara de Comercio de Honda.

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La flauta dulce no es un asunto solo de niños

La flauta dulce, o flauta de pico, es un instrumento bastante común hoy día. Para muchas personas puede ser uno de los pocos instrumentos musicales alguna vez interpretado (como obligación en el colegio) y para muchos padres de familia un útil escolar más, como el papel crepé, la plastilina, el alambre dulce o la caja de lápices número 2. Pero la presencia de este instrumento en las aulas escolares se debe principalmente al aporte que hizo Carl Orff (1895-1982), compositor alemán conocido por escribir Carmina Burana, al desarrollo de la pedagogía musical, al idear un sistema de enseñanza que permitiera que más niños se adentraran en la música mediante juegos, actividades colectivas, danzas, canciones y el uso de instrumentos que a primera vista eran sencillos de abordar. Además de las flautas dulces, la enseñanza Orff usa instrumentos de placas (xilófonos o marimbas), tambores e instrumentos de percusión simples como el triángulo. Por esto no es extraño que mucha gente asocie la flauta dulce con grupos de veinte niños tocando el instrumento con resultados desiguales o con el ruido propio de tener a un niño creciendo en la casa.

Sin embargo, la flauta dulce fue un importante instrumento en épocas previas al Clasicismo. Sus orígenes datan de siglos atrás, y el instrumento se inspiró en las flautas elaboradas en épocas prehistóricas con huesos de animales, en diferentes continentes. Pero las flautas con el funcionamiento tal como lo conocemos hoy (con siete orificios al frente y uno en la parte trasera del instrumento), provienen quizás del siglo XIV que es de cuando datan los instrumentos más antiguos de esta familia que han sido encontrados.

Durante el Renacimiento, ante el desarrollo de técnicas de composición a varias voces, surgieron los consorts (ensambles de instrumentos similares, pero de diferentes rangos o tesituras) y con ello aparecieron los consorts de flautas dulces. Más tarde, a lo largo del Barroco, la flauta dulce conviviría con un instrumento que, si bien ya había llegado a Europa proveniente de Asia, no había penetrado al amplio medio musical, el traverso, que eventualmente se convertiría en la flauta traversa moderna, y que empezó a tener presencia en las obras de compositores barrocos. Ya en la época de Haydn y Mozart, por su proyección, rango y expresividad, la flauta traversa se impuso como la flauta que formaba parte de la naciente orquesta sinfónica, por encima de la flauta dulce, que quedó relegada a ser un instrumento del pasado.

El interés que surgió a mediados del siglo XIX en Europa por volver a interpretar la música de Bach y que generaría un renovado interés en la música del Barroco, así como en sus instrumentos, permitió a la flauta dulce volver a tener presencia en los escenarios de concierto y, quizás, permitió a Carl Orff contemplarlo como un instrumento para el desarrollo de su técnica de enseñanza, por encima de otros instrumentos de viento, pero esto es una mera especulación. El hecho es que, como

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podremos apreciar en el concierto de esta noche, la flauta dulce es un instrumento con inmensas posibilidades expresivas, que fue relevante en un momento trascendental del desarrollo de la música occidental y para la cual compositores como Bach, Handel, Telemann o Corelli, entre muchos otros, compusieron para ella. En otras palabras, tocar este instrumento no es un juego de niños, sino más bien una de las muchas puertas que nos permiten entender la música que hoy nos rodea enriqueciendo nuestras vidas con el placer de escuchar.

Recursos en línea

• Recorder Home Page: www.recorderhomepage.net • Dos maneras de abordar el Concierto Brandeburgués No. 4 de Bach (tomado de

la Recorder Home Page) • https://youtu.be/sY_KLDOVLos • https://youtu.be/zTY5MlRJm6w• El Flanders Recorder Quartet interpretando música inglesa e italiana: https://

open.spotify.com/album/0W7w3YWa3q2dlIBBR920II• Sonatas para f lauta dulce de Handel: ht tps://open.spotify.com/

album/4PfX7G6TmR1rih0WdSQ7ve • Música contemporánea para coro y flauta dulce: https://open.spotify.com/

album/2SKkxd7OowDLGa4FG6lKaL

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Los embajadores de la flauta dulceBart Spanhove, Tom Beets, Paul Van Loey y Joris Van Goethem. Desde su fundación en 1987, el (Cuarteto de Flautas Dulces de Flandes) ha evolucionado hasta convertirse en uno de los ensambles más prestigiosos de la actualidad. Su éxito en el Concurso de Música Antigua, en Brujas (Bélgica), en 1990, marcó el inicio de una exitosa carrera. Luego de haber ofrecido más de 1800 presentaciones en los cinco continentes —que incluyeron auditorios de prestigio mundial en Tokio, Nueva York y Salzburgo—, el cuarteto ha alcanzado hoy una posición muy destacada dentro del mundo de la música antigua, que les ha valido invitaciones frecuentes de famosos festivales, como los celebrados en Helsinki, París, Ginebra, Boston, Vancouver, Singapur, Taipéi y Ciudad de México.

Han realizado varias producciones galardonadas para sellos de renombre, como Harmonia Mundi, Archiv/Deutsche Gramophon, Ricercar y Opus 111, y en 2003 iniciaron una larga e intensa colaboración artística con el sello alemán Aeolus.

El Cuarteto de Flautas Dulces de Flandes destaca un instrumento que padeció el menosprecio del público por cerca de dos siglos. Su fenomenal colección de flautas contiene finas réplicas logradas según ilustraciones de Virdung (1511) y originales de la colección de Enrique VIII, una flauta-bajo barroca de unos 2,3 metros de longitud (construida por Friedrich von Huene, de Boston) y flautas dulces modernas manufacturadas por Hans Coolsma (Utrecht). Su extensa colección de instrumentos, sumada a la interpretación virtuosa de un programa rico y variado, hace de cada uno de sus conciertos una experiencia inolvidable. Con ellos, la flauta

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dulce, uno de los instrumentos más importantes del Renacimiento y del Barroco, vuelve a brillar con todo su esplendor.

Los integrantes del cuarteto han construido también una distinguida carrera como docentes. Su facilidad para transmitir ideas de alto valor pedagógico de una manera viva e inspiradora es altamente apreciada por numerosos alumnos de cátedras y talleres. Desempeñando esa misión, estos músicos no temen poner la música antigua y la contemporánea frente a frente. Un resultado tangible de esta labor ha sido su libro sobre interpretación en ensamble, traducido ya a varios idiomas.

Este prestigioso cuarteto ha sido elogiado, además, por sus finos arreglos musicales, así como por las más de cuarenta nuevas obras que célebres compositores han dedicado al grupo. Algunas de estas piezas se han publicado a través de una serie de ediciones propias del grupo, The Flanders Recorder Quartet Series, publicada por la casa editorial alemana Heinrichshofen. La prensa, el público y los jurados internacionales han destacado la transparencia interpretativa del grupo: «La interpretación fue vibrante y extática; una combinación entre el timbre amplio y aireado del órgano positivo y la expresividad de un buen cuarteto de cuerdas» (S. Smith, New York Times).

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CONCIERTO No. 33

LOUIS-ANTOINE DORNEL (1685-1765)

TARQUINIO MERULA (1595-1665)

ANÓNIMO

JAN VAN DER ROOST (n. 1956)

JOHANN SEBASTIAN BACH (1685-1750)

PIET SWERTS (n. 1960)

FRANS GEYSEN (n. 1936)

Sonate en quatuor

La marcha y la livia

Czaldy Waldy y La Manfredina

I Continenti* South-America

OceaniaAfrica

Preludio y fuga en re menor, BWV 539

Three Gadgets * Catch Phrases

Theatre of the Absurd Flashing Flutes

On the bottle*

SINFONÍA DE LAS 7 DEGUSTACIONES

Menú

Aperitivo francés

Antipasto italiano

Sorbete

Especialidad de la casa: Flandes virtuoso

Especial del chef

La pieza de lucirse del chef

Postre

*Receta preparada especialmente para el Flanders Recorder Quartet

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Un banquete musical o Sinfonía de las siete degustaciones

Por Carlos Guillermo Páramo Bonilla

Música y comida siempre han ido de la mano, y no se trata de una asociación circunstancial. Ciertamente, en innumerables culturas —y vaya a saberse desde hace cuánto— la música cantada o instrumental ha acompañado el acto de comer, de manera formal o informal. Sin embargo, hay un vínculo más profundo, de hecho, estructural: música y comida constituyen sendas gramáticas complejas; conjuntos vastos —pero en últimas finitos— de combinaciones cuya eficacia y posibilidad varían con arreglo a la época y la sociedad. En otras palabras, lo que en cierto tiempo o en cierto pueblo puede ser incomible o puro ruido, en otro tiempo u otro pueblo puede ser algo exquisito.

Música y comida constituyen, por ende, dos formas de eso que llamamos artes: concilian un saber técnico y teórico bastante demandante y especializado con la práctica constante de ciertas destrezas corporales, pero asimismo precisan de talento y de cultivar la intuición para volcarse finalmente hacia la producción de una pieza. Ambas son, en ese sentido, dones, y sus logros son, a fin de cuentas, siempre formas trascendentales de poesía, de sorprender con una asociación coherente y placentera de cosas que aparentemente no tendrían por qué combinar. Cuando esto se logra, en ambos casos los resultados destacan por su color y textura; tampoco es en vano que hablemos de tener “sabor” cuando una interpretación musical comunica emoción y todo fluye naturalmente, como si estuviera en consonancia con el torrente sanguíneo de quien toca y de quien escucha —y que probablemente también la baila—.

El Renacimiento y el Barroco musicales tuvieron muy presente ese nexo y lo explotaron con genio. El Banchetto musicale (el “Banquete musical”), la célebre colección de danzas instrumentales —“más para los oídos que para los pies”— de Johann Hermann Schein, publicada en 1617, lo atestigua, y entre esta y la tanto más célebre Tafelmusik (“Música de mesa”) de Georg-Philipp Telemann, de 1733, hay una continuidad ininterrumpida. En ambas compilaciones, el elemento culinario no sólo aparece por la circunstancia de la interpretación de la música, sino en la idea de variedad, como si se tratase de un genuino banquete. Hay entradas, entremeses, platos fuertes y postres marcadamente distintos, más todavía en la obra de Telemann, que allí quería dejar una enciclopedia de formas y combinaciones. En los dos casos, esa variedad también ocurre a guisa de muestrario de ritmos nacionales: de Italia, de Francia, de Alemania, de Inglaterra, pero también de los confines “salvajes” del mundo: de Polonia, de Hungría y, claro, de África y de América. Acaso aludiendo en un registro escondido a los terribles conflictos religiosos de todo ese periodo —o al menos pudiendo así interpretárseles—, ambas y otras muchas colecciones de esta índole

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parecían remarcar el poder ecuménico de la música y la comida, más aun de cara al hecho irónico de que buena parte de tales guerras habían ocurrido por distintas ideas sobre lo que había significado la Última Cena.

Pero entre Schein y Telemann hay una diferencia sensible: a medio camino entre ambos ocurrió la revolución musical barroca con el romano Corelli y el florentino Lulli, este último naturalizado en la Francia de Luis XIV como Lully (y de quien sus muchos enemigos decían con evidente malquerencia que originalmente había llegado a la corte del Rey Sol como cocinero). A partir de su búsqueda de una alianza entre la suite lulliana y la sonata corelliana, Louis-Antoine Dornel (1685-1765) compuso su encantadora Sonate en quatour de 1709, obra que logra realizar algo así como un vuelo panorámico por todos los estilos importantes del Barroco, desde su arranque gravement —algo semejante a la obertura de Dido y Eneas, de Purcell— hasta la fuga cuasi-bachiana del allegro final. (La auténtica fuga de Johann Sebastian Bach (1685-1750) vendrá un poco después, esta noche, con el Preludio y fuga en re menor, que originalmente fue para órgano. Como se constatará al instante, esta es más famosa como segundo movimiento de su primera sonata para violín).

El mismo espíritu barroco habita una obra contemporánea: I Continenti (“Los continentes”) compuesta especialmente por Jan van der Roost (n. 1956) para el Flanders Recorder Quartet, en 2001. Asia es evocada por una sonoridad que imita aquella de la inefable flauta shakuhashi, y con Oceanía ocurre lo propio, semejando el onírico sonido del didgeridoo aborigen. África va acompañada de cantos y efectos de percusión, y América amanece en la Amazonía para alzarse hacia los Andes con una paráfrasis de El cóndor pasa. El lenguaje cambia, pero la perspectiva es similar en esencia: el mundo exótico traducido por Europa, en forma de platos característicamente condimentados.

Hay más sabor, en cualquier caso, y como es natural, en la danza. Czaldy Waldy y La Manfredina provienen ambas del siglo XIV; la primera es bohemia, y la segunda —aquí sucedida por la emocionante Rotta que le acompaña en el único manuscrito por el que la conocemos—, florentina.

Y como debe ocurrir en un verdadero banquete, ante todo prima el juego: el juego de colores, de formas, de sabores; el juego de las mezclas y las conversaciones inteligentes. Las dos canzonas de Tarquinio Merula (1595-1665), contemporáneo de Schein, también concebidas para órgano, justamente logran ese efecto total. La marcha inclusive pareciera anticipar por momentos al Bach de las invenciones para teclado, aunque luego deriva en una danza augusta.

Three gadgets (algo así como “Tres artilugios”, aunque ya es muy corriente usar la palabra gadget con el sentido en que titula esta obra) de Piet Swerts (n. 1960), otra composición preparada para la agrupación que hoy escuchamos, es descrita

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por el propio cuarteto como «un osado espectáculo de dulces acordes, notas cuidadosamente preparadas y contrapunto crudo. En breve, los sabores y trucos de la cocina moderna». Catch phrases (“Eslóganes”) nos dirige al mundo del cine de suspenso; Teatro del absurdo, en cambio, tiene algo adecuadamente circense; Flashing flutes (“Flautas rutilantes”), como su nombre lo indica, concluye la pieza con una apabullante pirotecnia flautística.

Tal vez por eso, lo más adecuado para concluir este banquete sea bajarlo con abundante bebida: una buena cerveza acaso, o un vino digestivo. Como se podrá constatar, On the bottle, de Frans Geysen (n. 1936) —otra obra original para el Flanders Recorder Quartet— parte justamente de este principio. Que no se niegue que a veces resulta inspirador jugar con la comida.

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Los instrumentos de Flanders Recorder Quartet ¡Tienen tantas flautas como Enrique VIII!

“Bassano” consort (Consort Bassano)En el mundo existen alrededor de 200 flautas originales de este tipo que datan del 1500-1650, que puede ser descrita como la época de oro del instrumento. Este fue el único periodo en la historia en el que la flauta fue considerada un instrumento musical serio. En esta época cuando

la familia completa de las flautas sonaba, lo hacía principalmente en consort, tocando especialmente música vocal.

Este tipo de flauta debe su nombre al taller de construcción de la familia Bassano. Se sospecha que Enrique VIII (1491-1547) estaba muy encantado con el instrumento, tanto que persuadió a miembros de la familia Bassano a emigrar de Venecia a Inglaterra con el fin de que tocarán y construyera estas flautas en su corte. Un inventario de la colección de Enrique VIII realizado tras la muerte del monarca dio cuenta de 76 flautas entre otros instrumentos musicales. Casi una quinta parte de estas flautas se encuentran hoy en día en el Kunsthistorisches Museumen en Viena.

Las flautas que usa Flanders Recorder Quartet están basadas en instrumentos que con mucha seguridad fueron hechos por la familia Bassano en Londres y Venecia. Muchos de ellos están hechos de una pieza y, por su tamaño, viajar con ellos por el mundo no es fácil.

Baroque consort (Consort Barroco)El conjunto de enormes flautas barrocas fue construido entre 1990 y 1995 en Boston por el fabricante Friedrich von Huene. Las flautas más pequeñas son las favoritas de los intérpretes del cuarteto. Estas han sido adquiridas por el cuarteto tras encontrarlas

en diferentes lugares del mundo. Hay varios módulos hechos con diferentes tipos de madera.

La afinación de las flautas barrocas es la 415 es decir un semitono por debajo de la afinación moderna. El grupo de flauta contiene variados tipos de instrumentos incluyendo: sopranino, soprano, contralto, flauta tenor, flauta bajo, contralto, la gran bajo, y hasta la contrabajo en fa, de la altura de un ser humano de la cual solo existen tres modelos en el mundo.

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Recorridos por la música de cámara ENSAMBLE DAL NIENTE,

música contemporánea (Estados Unidos)El Ensamble Dal Niente es un colectivo de música contemporánea con sede en Chicago que presenta nueva música y que busca rede­nir para el público la experiencia de escuchar. En este concierto, Dal Niente presentará el estreno en Colombia de una obra del compositor colombiano Federico García De Castro, así como obras de Giulio Caccini, Marcos Balter, Dave Reminick, Eliza Brown, Osvaldo Golijov y Carlos Sánchez-Gutiérrez.

WWW.BANREPCULTURAL.ORG/MUSICA2015

MIÉRCOLES 10 DE JUNIO DE 2015 • 7:30 P.M.SALA DE CONCIERTOS • BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO

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