Filososfía: primera aproximación

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Primera aproximaciónPrimera aproximación

Si queremos saber qué es la filosofía resulta necesario adentrarse en ella y explorarla. No es posible hacerse una idea de lo que es “desde fuera”, “de oídas”; es indispensable una aproximación propia, un recorrido personal por sus temas, sus cumbres y sus complejidades.

Aunque, para no perderse en la intrincada selva que en ocasiones parece esta disciplina; para no extraviarse en sus laberintos, resulta aconsejable apoyarse en quienes han vivido intensamente esa experiencia; es decir, los maestros pensadores.

Una llama que Una llama que enciende otra llama.enciende otra llama.

Gabriel Marcel ha dicho que “la

verdadera experiencia

filosófica, tal como Platón no sólo la

definió sino que la vivió, es como una

llama que enciende otra llama”.

El camino hacia la El camino hacia la sabiduría es el sabiduría es el

diálogo.diálogo.

El camino hacia la sabiduría sería, según Platón, el diálogo, en el que las palabras que aluden a vicisitudes del espíritu tiene el poder de despertar otras palabras, en un intercambio participativo, vivo y conjuntamente inventivo hacia (diá) la razón (logos).

Pero hay que tener en cuenta que el saber, aun el conseguido por la vía de la discusión, de la

interrogación o del diálogo, tiende a cristalizarse sedimentándose en sistemas y

teorías.

De esta forma, la filosofía , que en su sentido original no era otra cosa que “amor a la

sabiduría”, “afán de saber” desahogado en discusiones dialécticas, se ha convertido hoy

en sinónimo de “exposiciones escritas de temas abstractos y racionales”.

¿Cuáles son los puntos básicos de referencia que sirven de denominador común a toda esa cantidad

de doctrinas, teorías, pensamientos, escuelas, corrientes, tendencias, críticas, métodos, etc., a

veces tan distintos entre sí, tan cambiantes en el curso de la historia, pero que coincidimos en

englobar bajo en nombre genérico de filosofía?

la aspiración al saber de la totalidad; un saber que, como decía Nietzsche, no es sólo tinieblas, sino también rosas.

Recordemos una advertencia que hace Platón en uno de sus diálogos respecto al modo adecuado de “aspirar a la sabiduría”. En él, Sócrates narra el siguiente mito:

“El rey Tamus reinaba entonces en todo aquel país, y habitaba la gran ciudad del alto Egipto, que los helenos llaman Tebas egipcia, y que está bajo la protección del dios que ellos llaman Ammon. Teut se presentó al rey y le manifestó las artes que había inventado, y le dijo lo conveniente que era extenderlas entre los egipcios. El rey le preguntó de qué utilidad sería cada una de ellas, y Teut le fue explicando en detalle los usos de cada una; y según que las explicaciones le parecían más o menos satisfactorias, Tamus aprobaba o desaprobaba. Dícese que el rey alegó al inventor, en cada uno de los inventos, muchas razones en pro y en contra, que sería largo enumerar. Cuando llegaron a la escritura:

“¡Oh rey! –le dijo Teut– , esta invención hará a los egipcios más sabios y servirá a su memoria; he descubierto un remedio contra la dificultad de aprender y retener. Ingenioso Teut –respondió el rey– el genio que inventa las artes no está en el caso que la sabiduría que aprecia las ventajas y las desventajas que deben resultar de su aplicación. Padre de la escritura y entusiasmado con tu invención, la atribuyes todo lo contrario de sus efectos verdaderos. Ella no producirá sino el olvido en las almas de los que la conozcan, haciéndoles despreciar la memoria; fiados en este auxilio extraño abandonarán a caracteres materiales el cuidado de conservar los recuerdos, cuyo rastro habrá perdido su espíritu Tú no has encontrado un medio de cultivar la memoria, sino de despertar reminiscencias; y das a tus discípulos la sombra de la ciencia y no la ciencia misma. Porque cuando vean que pueden aprender muchas cosas sin maestros, se tendrán ya por sabios, y no serán más que ignorantes, en su mayor parte, y falsos sabios insoportables en el comercio de la vida.” (Fedro).

Platón llama filosofía a sus discusiones dialécticas en busca de la sabiduría, a su

actividad investigadora y educativa motivada por el deseo de saber.

En la actualidad esta búsqueda de la sabiduría tiene lugar más bien como diálogo con las obras escritas de los filósofos cuya comprensión va inevitablemente ligada a una

interpretación.

Platón nos advierte que los escritos en lugar de hacer sabios a los hombres, puede llevarnos al

olvido de la sabiduría, producirnos engañosamente la

ilusión de creernos sabios cuando tan sólo somos, si acaso, eruditos; y por ello “no recordarán desde su interior, sino de un modo externo”.

La compañía de estos hombres le La compañía de estos hombres le resulta a Platón insoportable, y lo mismo resulta a Platón insoportable, y lo mismo

le sucede a Nietzsche.le sucede a Nietzsche.

La compañía de estos hombres le La compañía de estos hombres le resulta a Platón insoportable, y lo mismo resulta a Platón insoportable, y lo mismo

le sucede a Nietzsche.le sucede a Nietzsche.

¡Ah, qué tedio me infunden esos hombres sabihondos y óptimos ,

esos cazadores que vuelven sombríos de la selva del conocimiento puro! Tiene espinas, pero no veo en ellos

ninguna rosa.

No hay que dejarse impresionar demasiado por la experiencia de los libros si ello va en

detrimento de la experiencia vital: la vida no es sólo lo que está escrito en los tratados.

Debemos concederles razón a quienes postulan que la experiencia de un vivir activo es insustituible e insuplantable.

A su vez, lo meditado, lo comprendido ante el estímulo de lo escrito, sirve para que el

vivir sea más consciente, más enriquecedor.

Con los escritos se puede dialogar, pero de una manera limitada, ya que –como dice Platón– “si alguien les dirige la palabra para aclarar su significado, seguirán expresando una sola cosa, y siempre la misma”.

No será, por lo tanto, sólo a través de los libros como podremos adecuadamente “aspirar a la sabiduría”, sino intentando realizar lo que enseña aquel antiguo adagio: “Primum vivere, deinde philosophare” :

PRIMERO VIVIR, DESPUÉS FILOSOFAR.

Aunque convendría aclarar el justo sentido de esta sentencia. Ya que, desafortunadamente, La visión actual que tenemos de la filosofía

suele provocar sentimientos encontrados si no es que negativos.

Continuará…

Próxima presentación: la metamorfosis de la filosofía