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Julio, 2010. Bilbao Núm. 13 D.L.: 1278-07 · ISSN: 1886-5437 de la Sociedad Filarmónica de Bilbao El oletín b

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Julio, 2010. Bilbao Núm. 13D.L.: 1278-07 · ISSN: 1886-5437

de la Sociedad Filarmónica de Bilbao

El oletínb

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En portada cuadro de Gustav Klimt (1862-1918): Rosas bajo los árboles, pintor que a través del grupo “Sécession”, del que era director,

mantuvo una relación social y artística con Gustav Mahler.

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Sociedad Filarmónica de Bilbao

presentación

EL DECIMOTERCER BOLETÍN llega con las vacaciones de verano, antes de agos-to, mes en el que la mayoría de nosotros las disfrutamos. Esperamos que sirva

de re cuerdo vivo de la temporada pasada y de anhelo para la venidera.

Se abre con un artículo de opinión sobre la poca, por no decir casi nula, proyecciónque tiene la música clásica en los medios de comunicación ¿Quién nos da una res-puesta a esto?

Continuando con el año Chopin, otro escrito hace referencia, evidentemente sinpre tender ser exhaustivo, a los artistas que han actuado y a las obras de este compo -si tor que se han interpretado en la Filarmónica a los largo de nuestra historia.

La semblanza histórica está dedicada al fabuloso pianista Nikita Magaloff que tu - vo una gran vinculación con nuestra Sociedad y que fue un gran intérprete de Cho -pin. A pesar de ser considerado, con demasiada frecuencia, especialista de este com -po sitor, su repertorio era muy extenso como quedó reflejado en sus programas.

En la conmemoración del centenario de la muerte de Mahler, recordamos a estecom positor a través de la Sociedad de actividades musicales privadas que creara y diri-giera Schoenberg. Este y otros compositores arreglaron numerosas obras de ám bi tosin fónico, como la Cuarta Sinfonía de Mahler, que interpretará el conjunto Oxa lys.

Nos ha parecido oportuno incluir en nuestra entrevista al pianista Ronald Brau -ti gam que tocó el Concierto en re menor de Mozart con un pianoforte porque nosaclara muchas dudas sobre este instrumento, un tanto olvidado, pero que está rena-ciendo progresivamente.

Por último, una detallada exposición de toda la temporada 2010/11 creemosdará a conocer a todos nuestros socios los pormenores de la misma.

Algunas otras actividades, fuera de nuestros conciertos, cierran este número queconfiamos les resulte de lectura agradable.

¡Qué pasen unas buenas vacaciones!

Asís de AznarPresidente de la Sociedad Filarmónica de Bilbao

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Música clásica y los mass mediaThe unanswered question

SI LEONARD BERNESTEIN levantarala cabeza podría añadir esta sép ti ma

unanswered question a las seis char las que,bajo este título, ofreció en Har vard en1976: ¿Hay alguna razón que ex pliquepor qué la música clásica es la gran au sen -te de la sección de cultura de los me diosde comunicación desde ha ce unos años?

¿No somos noticia porque no salimosen los medios o no salimos en los me -dios porque no somos noticia? Si com -pa ramos la cobertura mediática que sededica al resto de las artes, el panoramaes desproporcionado: las ex posiciones delos grandes museos son anunciadas co -mo peregrinajes ine lu dibles, los premiosli terarios, los es tre nos cinematográficos,los reconocimientos gastronómicos…tie nen cabida siempre mientras que, porejemplo, las visitas de Da niel Harding,Krys tian Zimerman, Gio vanni Antonini,Isa be lle Faust, que he mos tenido estatem porada sólo han in teresado para de -di carles, en el mejor de los casos, unabre ve nota de prensa.

La escasa presencia que tenemos en losme dios, no favorece la cultura mu si cal denuestro país y ya se sabe que el que noaparece en los medios de co mu ni caciónno existe. Si hiciéramos una en cuesta a ungrupo de universitarios acerca del nom -bre de algún pintor o escritor contempo-ráneo, todos sabrían qué contestar. Si aesas mismas personas les preguntáramos,no ya por un compositor contemporá-

neo, sino por el nom bre de un vio linistao pianista ac tual probablemente obten -dría mos mu chos silencios. Pero es lógico,si no se es pro fesional o aficionado, se re -ci be tan po co información so bre la músi-ca clásica, que no suenan los nom bres, nilas caras... La experiencia que tuvo el vio-linista americano Joshua Bell hace tresaños cuando tocó durante tres cuartos dehora en el metro de Washington en ho rapunta y sólo fue re co nocido por una per-sona es de lo más reveladora. Si se tieneen cuenta que ese mis mo año fue elegidopor la revista Peo ple como una de las 50personas más atrac tivas del mundo toda-vía resulta más sor prendente.

Las casas discográficas hace tiempoque prestan una gran a atención a la pro -mo ción de sus artistas en los medios.Cons cientes de que no es suficiente conser una de las mejores violinistas delmun do para vender muchos discos, su fi -de lidad a Dior ha hecho más popular aAnne Sophie Mutter que sus maravillo-sas versiones del re per torio de violín. Lain creíble promoción del pianista LangLang también está dando sus frutos.Cuan do nos visitó en la Filarmónica en2003, estaba comenzando una brillantecarrera que, cinco años más tarde, le lle -vó a participar en la ceremonia inauguralde las olim piadas de Shangai. El impac-to mediático ha sido tan significativoque, a raíz de esta aparición, 40 millonesde chinos han comenzado a estudiar pia -

opinión

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no y el resto del mundo lo adora como aun ídolo. Les recomiendo abrir su “po coclásica” página web donde, entre otrasco sas, se pueden comprar unas adi dasLang Lang, una bufanda Lang Lang…

Pero exceptuando casos puntuales co -mo estos, lo normal es que la músicaclá sica y sus intérpretes sigan sólo apa-reciendo en medios especializados co -mo si únicamente interesasen a un sec-tor reducido y erróneamente considera-do elitista alejado de los mass media. ¿Aqué se refieren cuando nos señalan co -mo elitistas? La entrada de un concier-to de música clásica, con derecho a bu -ta ca, tiene un precio mucho menor queuna entrada de un concierto de rock opop en donde se comparte el lugar depie con miles de personas.

Pero esto no fue así siempre. Es eviden-te que hemos perdido nuestro espacio. Elpa norama ha cambiado progresi va mentedes de hace una docena de años cuandoprácticamente todos los conciertos quese celebraban en Bilbao veían una reseñapublicada al día siguiente. Aun que tam-poco la crítica sea siempre una referenciaabsoluta, este año, muy pocos conciertoshan aparecido comentados en la prensa.Por nuestra parte, seguimos siendo unade las temporadas de música clásica atener en cuenta en Europa. Curio sa men -te, so mos el país que más gastamos enmúsica clásica, tenemos más or questasestatales que ningún otro, nuestro paísofrece algunas de las temporadas de con-cierto europeas más im por tantes ¿quémás tenemos que hacer pa ra volver a sus -citar el interés de los me dios?

La impresión que da es que los me dios,tanto públicos como privados, se mue venma yoritariamente por índices de audien-

cia y esa especie de responsabilidad cultu-ral que se les presupone, co mo vehículosde información y formación, ha pasado ala historia ¿Cuán tas veces sale alguna no -ti cia sobre música clásica en los periódi-cos? ¿Y en los pro gramas culturales de laste levisiones? Entre los veinticinco canalesgratuitos que se pueden ver ahora ¿porqué no te ne mos un canal cultural comoel franco-alemán ARTE?

Volver a poner en su sitio a la músicaclá sica, recuperar su interés, el lugar quele corresponde, es un derecho perdidoque debemos recuperar. Una actitud másactiva por parte de promotores, músicos,melómanos y aficionados re cla mando ellugar de la música clásica en los mediosde comunicación mejoraría la situación.Y si no, que nos den una respuesta.

P. S.

Leonard Bernsteindurante una de sus charlas en Harvard

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conmemoraciones

Chopin en la Filarmónica

UNA PRESTIGIOSA REVISTA musicalin glesa, con motivo del bicente -

na rio de Cho pin co mentaba: ¿Por quéama mos a Chopin? Ló gicamente no hayuna única respuesta sino tantas como lasdiferentes y profundas emociones queins pira su música. No hacía falta llegar ala con me mo ra ción de la efemérides delge nial músico po laco para que en elmun do se siga in ter pretando, oyendo,aman do su música. La Sociedad Fi lar -mó nica de Bilbao, nues tra más cercanare ferencia, desde sus inicios mostró unaatención especial a la obra de, quien co -mo alguien ha dicho, es un artista mitadpo laco, mitad francés. Si gue siendo unode los compositores más queridos quecon tinua procurando emo ciones, pasio-nes propias de la admiración hacia unge nio atemporal. Ade más de su música,su imagen es reconoci da rápidamente através de los muchos re tratos, de los tan -tos y tantos grabados aportados por suextensa bibliografía e, incluso, en aque -llas portadas discográficas hoy ama ri -llen tas por el paso del tiempo. Igual -mente el cine, la televisión han aportadodetalles, a veces más fantásticos que do -cu mentados, de su vida, mú si ca e ima-gen. Es notable cómo con el tiem po per-siste la presencia mediática pro pia deuno de los iconos románticos de los dosúl timos siglos.

Como se ha dicho al principio, Cho -pin ha sido interpretado tan asidua-mente que las conmemoraciones no han

si do las únicas razones para que su mú -si ca continúe escuchándose, entusias-mando por propio merecimiento, comore sultado de su propia genialidad. Era1896, año en el que tuvieron lugar lospri meros conciertos de la Filarmónica,en tonces celebrados en el Salón de Ac -tos del Instituto, cuando uno de losgran des pianistas de aquellos días, elfran cés Francis Planté, nacido en 1839,pro tegido de Liszt y Rossini, los días 9y 10 de diciembre interpretó variasobras de Chopin: Estudios, AndanteSpia nato y Gran Polonesa, entre otras.Esto no sería infrecuente. Como escribeRa món Rodamiláns, (La Sociedad Fi -lar mónica de Bilbao – Fundación Bil -bao Bizkaia Kutxa 1998), otros grandesar tistas como Harold Bauer, pianistaame ricano de nacimiento inglés, al añosi guiente tocó varias piezas del compo-sitor polaco. En abril de 1899 Arthurde Greef, discípulo de Liszt, protagoni-zó dos recitales seguidos con variascom posiciones de Chopin al igual quelo haría en varios recitales posterioresda dos en nuestra Sala.

A partir de entonces la de Chopin se -ría una música recurrente en buena par -te de los conciertos “filarmónicos”. Porci tar algunos casos de especial singula-ridad de principios de siglo pasado:Mie cio Horszowski, que algo sabía deChopin por su nacimiento en Polonia,en 1905, con 13 años presentó cuatrore citales con varias obras de su ilustre

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com patriota. El compositor catalánJoa quín Malats, uno de los mejores pia-nistas españoles de principios del sigloXX, gran intérprete de Albéniz, en1905 tocó una selección de piezas deCho pin. Sobre Albéniz y su “Iberia”Ma lats decía que «el que se atreviesecon la “Iberia” tenía que pasar forzosa-mente, antes, por el más difícil reperto-rio de Chopin». Al año siguiente elmis mísimo Enrique Granados, que des -de 1896 venía actuando en la Filar mó -ni ca, en 1906, entre otras obras, algu-nas propias, incluyó música de Chopin.Siguiendo con la relación de las grandesfiguras pianísticas y compositores espa-ñoles, en 1910, Ricardo Viñes, de grantrascendencia en la difusión del reper-torio pianístico de principios del sigloXX, también interpretó varias piezasdel compositor polaco. Arthur Ru bins -tein, sin duda uno de los más grandesar tistas chopinianos, creador de una es -cuela interpretativa que rompió moldesadentrándose en su profundo significa-do, mostrando el genuino arte del com -

positor compatriota, primeramente en1916 en formación de trío con Cassadóy Valls, ese mismo año como solista, enuno de sus típicos recitales incluyó seisobras de Chopin. Volvería a la Filar-mó nica en 1926, 1927, 1931, 1957 enel Teatro Buenos Aires por necesidad deun aforo mayor y, finalmente, en 1974.En todos sus programas incluía piezasde su compatriota.

Este repaso es sólo una muestra decuán to interesó Chopin en el nacimien-to y desarrollo de la Sociedad Filar mó -ni ca. Aún así, con la brevedad que exigeel Boletín, no me resisto a mencionarva rias de las muchas actuaciones quedie ron importancia a la vida musical deaquel Bilbao a través de la Filarmónicaen relación con el compositor cuya mú -si ca sigue siendo amada igualmente porpia nistas como por las audiencias.

Otro gran pianista, José Iturbi, en mar -zo de 1925, con 30 años incluyó va riaspie zas de Chopin en su recital. Por cier-to que al de dos años fue nombrado So -

Francis Planté Arthur de Greef

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ce nario artistas tan so bre salientes comoJas cha Heifetz, Ar thu r Rubinstein,Jac ques Thibaud, Pablo Casals, VladimirHo rowitz, Harold Bauer, Nathan Mils -tein, José Iturbi, Maurice Ravel, Bro nis -law Huberman, Elisabeth Schumann,Ar thur Schnabel, Robert Casadesus, Zi -no Francescatti y muchísimos más».

Entre los artistas citados, la música deChopin siempre tuvo relevancia. Ho ro -witz en 1926 y 1927 (Sonata nº 2),Ca sa desus en 1929, Brailowsky (1933y 1958), Uninsky (1938). Una peque-ña curiosidad, en 1938 Ángeles Abru -ñe do protagonizó el primer programamo nográfico chopiniano de la Filar mó -ni ca. Las dos décadas siguientes tam-bién causan hoy asombro con pianistasco mo Arturo Benedetti Michelangeli,(1940-1941), Wilhelm Backhaus(1922), Nikita Magaloff que estuvo enva rias ocasiones y, en algún caso, con

cio Honorario de la Filar mó ni ca. Vol ve -ría en 1933 eligiendo un pu ña do de pá -gi nas chopinianas en otro re ci tal. Tam -bién en 1925 la pianista francesa MagdaTa gliaferro, nacida en Bra sil, alumna deAl fred Cortot en su concierto de presen-tación tocó música de Cho pin, como en1949. En 1950, algo que por entoncesno era muy habitual ya que en los recita-les normalmente primaban las piezascor tas, tocó la Sonata nº3, op. 58.

Aquellos años, cuando la Filarmónicacon taba tres décadas de existencia, losmás grandes artistas del piano eran ha bi -tua les visitantes de la Sociedad. Por en -tonces, –me remito nuevamente a la obraci tada de Ramón Rodamiláns– comenzó«la década más brillante de la vida de laSociedad Filarmónica. Si es cier to que lahistoria entera de la So cie dad está pobla-da de nombres ilustres, quiso el destinoque en estos diez años pasaran por su es -

Arthur RubinsteinJosé Iturbi

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or questa, (Concierto para piano nº 2).Otra curiosidad, Ataulfo Argenta en1944, tres años antes de ser nombradoti tular de la Orquesta Nacional de Es -pa ña, como pianista, en un recital inclu-yó varias piezas de Chopin. La relaciónpodía continuarse mucho más puestoque los grandes pianistas solían tocar ame nudo páginas del célebre músico,con tinuando prácticamente hasta estemismo año del bicentenario.

Un recuerdo que resulta imprescindi-ble en este repaso chopiniano es la pre-sencia del gran pianista bilbaíno Joa -quín Achúcarro. Se presentó en 1951.En dos conciertos, repetidos, con laOr questa Municipal de Bilbao, ademásdel Concierto nº 2 de Rachmaninov in -ter pretó dos Estudios de Chopin. Elpia nista bilbaíno, “enraizando su artecon la vida de la Sociedad”, “donde na -ció musicalmente”, (Rodamiláns, obraci tada) volvió a tocar en la Filarmónicaen 1953, entonces interpretó la Sonatanº 3 de Chopin. En 1961 presentó unaamplia selección de piezas de Chopin,co mo en 1963 y en 1980 que nueva-mente interpretó la Sonata nº 3.

La lista de pianistas excelentes de quie -nes en la Filarmónica se ha podido dis-frutar de logradísimas interpretacionesde páginas de Chopin es poco me nosque interminable. Es por ello que, en unsal to en el tiempo, se recordará se lec ti va -mente actuaciones tan sobresalientes co -mo la que en 1982, en su concierto depre sentación en Bilbao, causó sensaciónKrys tian Zimerman con su versión de laSo nata nº 2. Otra actuación triunfal delpia nista polaco ocurrió en 1988 en unpro grama monográfico Chopin-Liszt.Tras cuatro recitales más dados entre

1989 y 1994, en febrero de 1995 tocó,como pocas veces se había escuchado enla Filarmónica, la Sonata en si bemol op.35, «de rara perfección jamás desvirtua-do, antológico», (Me mo ria año 1995).En febrero de 1998 «demostró ser unode los grandes del piano» con la Baladanº 3 y Sonata op. 58 de Chopin. En oc -tu bre de 2004, Balada nº 2, Cuatro Ma -zur cas op. 24 y Sonata nº 2; «Un mara-villoso recital con una interpretaciónmagistral de la Sonata en si bemol me -nor de Chopin que conmovió al audito-rio», (Memoria 2005). Y dentro ya delas conmemoraciones del bicentenariodel compositor polaco, Zi merman, porde cimotercera vez en Bil bao, «impresio-nó con un trabajo sorprendente, propiode una inteligencia y sensibilidad artísti-

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Magda Tagliaferro

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cas auténticamente ori ginales en un mo -no gráfico que resultó un redescubri-miento del Chopin creador» (Crítica enpren sa bilbaína).

Brevísimamente se recuerdan algunasde las muchas actuaciones de los últi-mos años de excelentes intérpretes de lamú sica del compositor polaco: NikolaiLu gansky, marzo de 1998. Varias pie-zas, “Delicadeza y expresividad enCho pin”. 1998. Abbey Simon. Pro gra -ma monográfico. “Después de 25 años,fue un placer reencontrarnos con estafigura heredera de la tradición del pianoro mántico”. Febrero 1998. Con me mo -ra ción del 150 aniversario de la muertede Chopin. El trío Amoyal, Kliegel, Va -ka relis dio oportunidad de escucharmúsica de cámara de Chopin, faceta po -co tocada del gran músico polaco. Ma -yo. Elisabeth Leonskaja (cuatro piezas).“Tocó un Chopin con fuerza, apasiona-do, intimista cuando lo requiere”. 2000

Mayo. Murria Perahia. Programa mo -no gráfico. “Cautivó al público con sure finada sensibilidad, musicalidad y ele -gan cia”. Diciembre. Arthur Pa pa zian.24 Preludios op. 28. “Amplios re cur sosen los Preludios”. 2003 No viem bre.Jean-Yves Thibaudet. Varias piezas.2004 Marzo. Yundi Li. Andante y GranPo lonesa. “Magníficamente ex pues tos”.Abril. Nelson Freire. 24 Pre lu dios op,28. “Todo su programa ro mán tico re -sul tó excelente”. Octubre. Gri gory So -ko lov. Impromptus, Noc tur nos, Po lo -ne sa. “Otro de los grandes” 2005 Ene -ro. Piotr Anderszewski. So nata nº 3.2007 Octubre. Alexei Vo lo din. 4 Im -promp tus. “Recital excelente” 2008. Fe -bre ro. Grigory Sokolov. 24 Pre ludiosop. 28. “Una interpretación so berana”.2009 Enero. Stephen Hough. Noc tur -no op. 62/1 y Sonata nº 3. Homenaje aAl fred Cortot. Mar zo. Jonathan Biss.Varias piezas. “En el ini cio de una ca -rre ra espectacular”. 2010 Marzo. LouisLor tie. Integral de los Estudios. “Es tu -pen da sesión dentro de la Con me mo ra -ción del bicentenario de Chopin”. Abril.Nel son Goerner. Po lonesas, Nocturnos.También en la efemérides del composi-tor polaco.

Sigue la conmemoración del bicente-nario del nacimiento de Chopin en elpró ximo curso con cuatro sesiones im -por tantes protagonizadas por otrostan tos estupendos pianistas. NicolaiDe midenko interpretará un recital conalgunas piezas poco difundidas. (Enero19). Yuja Wang. 24 Preludios op. 28(Fe brero 21). Grigory Sokolov. Obras ade terminar. (Abril 7) e Ingrid Fliter, se -lec ción de valses. (Mayo 16).

K. E.

Vladimir Horowitz

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Recuerdo de Nikita Magaloff

Nikita Magaloffabril de 1943

semblanzas

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EVOCAR EL NOMBRE de NikitaMa galoff es revivir un cuarto de

si glo de la vida musical bilbaína a me -dia dos de la pasada centuria, o másexac tamente un cuarto de siglo en la vi -da de la Sociedad Filarmónica, porquedu rante los veinticinco años que trans-curren entre 1943 y 1968 el gran pia-nista ruso dedicó a nuestra sociedad na -da menos que dieciocho recitales y con-ciertos, siendo uno de los artistas másqueridos, admirados y aplaudidos quehan honrado la sala de la Filarmónica.Internacionalmente, Magaloff fue con-siderado, sin duda con todo derecho,una de las figuras del teclado más inte-resantes y carismáticas del siglo veinte.

Perteneciente a una familia aristocráti-ca de Georgia, Nikita Magaloff naciósin embargo a orillas del Neva, en SanPe tersburgo, el 8 de febrero del año1912, cuando Europa se preparaba pa -ra la guerra, y el Imperio Ruso se desli-zaba, inexorablemente, hacia su particu-lar catástrofe. Siendo todavía un niñoMa galoff fue testigo de la revoluciónde 1917 y el caos subsiguiente que leem pujaron al exilio con su familia. Setras ladaron a Finlandia donde vivieroncerca de cuatro años y donde el futuropia nista comenzó sus estudios musica-les. Finalmente, después de pasar porlos Estados Unidos, los Magaloff se es -ta blecieron en París en 1922, y el jovenpia nista entró en el Conservatorio de laca pital francesa. Aquí trabajó con el no -ta ble maestro húngaro Isidore Philipp,ce lebrado por su técnica y su eleganciaante el teclado. Y en 1929, a los dieci-siete años, Magaloff finalizó sus estu-dios en el Conservatorio con un impor-tante premier prix. No sorprende, por

tan to, el refinado estilo que le caracteri-zó a lo largo de los años.

Durante esa década de los años veintes,Ma galoff conoció en París a Pro ko fiev(de quien recibió algunas lecciones decom posición), Rachmaninov y Ra vel,com positores cuya música e in fluen ciafiguraron prominentemente en su carre-ra. Se ha citado con frecuencia la excla-mación de Ravel cuando escuchó porpri mera vez al pianista ruso, “¡qué granmúsico es Nikita Ma ga loff !”.

Tuvo particular importancia su en cuen -tro y amistad con Joseph Szigeti, na cidoen Budapest en 1892 (y que ha bía hechosu presentación en la Filar mó nica bilbaí-na en 1923). El gran violinista húngaro–más tarde nacionalizado americano–in trodujo a Magaloff en un amplio re -per torio de música de cá mara y, algo nome nos importante, le concedió la manode su hija Irene en matrimonio.

A pesar de este trasfondo cosmopolitay artístico, cuando Magaloff dio su pri -mer recital en la Filarmónica, el 15 deabril de 1943, era prácticamente un des-conocido, pero – como escribí en otraocasión – reunía las condiciones ne ce sa -rias para triunfar rotundamente: le ador-naba una elegancia interior y ex te rior, yto caba el piano maravillosamente. Poraña didura, el programa que ofreció, erade los que no dejan un solo escéptico enla sala.

Entonces vivía todavía en Bilbao An -to nio Elías Martinena, que pronto sealejó a otros países en una larga carreradi plomática y, por fortuna, su plumabrillante y su mente lúcida nos dejaronun valioso testimonio del asombro quecausó aquél recital de Magaloff.

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“El concierto XXIII del presente cur -so de la Filarmónica – escribió Elías enel vespertino Hierro – quedará como elre cuerdo de una de las revelaciones in -di viduales más formidables de virtuo-sismo, en el sentido más noble que estapa labra pueda tener. Nikita Magaloff,con su aire indolente y refinado de rusoblanco supercivilizado, es, sencillamen-te, un espécimen de la perfección artís-tica en su género, con la particularidadde que posee, además, un talento y unaper sonalidad nada comunes. Comenzóayer su recital con dos preludios de co -ra les de Bach transcritos por Busoni–mu sicalmente este fue el momentocum bre de la sesión– expuestos conhon dísimo recogimiento, con una pul-

sación medida al milímetro que hacíaso nar todo el teclado como si tuvieraun pedal independiente.

“A continuación tocó una ‘sonata’ deLiszt completamente inédita, que nosos pechábamos, aun conociéndola notaa nota, sin un asomo de romanticismodesequilibrado, de un modo que era laconcreción de la sencillez, como si enaquel momento estuviese improvisandocon una claridad y una gradación dema tices realmente prodigiosas. Con só -lo pasar la mano, sin más movimientoapa rente sobre el teclado, surgían las ca -dencias nítidas, decisivas, esos peligro-sísimos encajes que a duras penas puedeevi tarse que perturben la línea cons-tructiva del gran romántico, y a su tiem-

Nikita Magaloff con el autor en el Club de Golf de Pedreña.

Detrás están conversando Irene Magaloff y el pianista Joaquín Soriano. Agosto de 1982

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po el fortísimo cortado y seco que pa -re ce sobrevenir del techo de la sala envez de salir del piano.

“Ya las variaciones de Brahms sobreun tema de Paganini, de las que sóloeje cutó la segunda serie, no nos cogie-ron por sorpresa. Con absoluta facili-dad, y jugando con las dificultades téc-nicas, realizó lo que podíamos esperar,que fue dar un nuevo interés a cada no -ta y superar, si cabe, la demostración desus extraordinarias facultades. Tan sóloen la parte ‘cantabile’ del estudio Op.10número 3 de Chopin, que interpretótambién en esta segunda parte, notamosuna ligera morosidad, como de ‘cosa sa -bida’, compensada por la insuperablever sión que hizo de otros tres estudiosde la misma serie.

“Pero la sorpresa y el asombro se re -no varon en la ‘seguidilla’ de ‘Los veci-nos’ de El sombrero de tres picos, de Falla, enque la sonoridad y el auténtico garboderrochados por el artista acabaron porha cer volcarse al público, que desdeaquel momento no recuperó ya la sere-nidad. Y en la última parte del recital,una danza rusa de Petruchka, de Stra vins -ky, a la que llegamos sin el más leve can-sancio y con la misma curiosidad queen la primera, los aplausos fueron insu-ficientes y hubo que recurrir al grito.Por tres veces tuvo que sentarse de nue -vo Magaloff, correspondiendo a lasacla maciones con la danza de ‘Gnomos’de Liszt, un nocturno que parecía deField, y una sonata de Scarlatti”.

Se podía leer en todas las crónicas delos distintos periódicos que el público,des bordado su entusiasmo, esperó aMa galoff en la calle para ovacionarle y

rendirle unos últimos aplausos. Fue, sinduda, un acontecimiento irrepetible. Sirepasamos la larga historia de nuestraso ciedad, ya más que centenaria y llenade nombres legendarios, difícilmenteen contramos un suceso similar, una oca -sión que casi rayaba con el hipnotismocolectivo, en la que el artista es ca paz dellegar emocionalmente a todos y ca dauno de los oyentes. El arte de Ma galofftenía esa magia.

Ese mismo año, en el mes de noviem-bre, el eminente pianista volvió dos ve cesa Bilbao contratado por la Sociedad Fi -lar mónica: el día 19, en un concierto ex -traor dinario celebrado en el TeatroBuenos Aires y acompañado por JesúsArám barri y la Orquesta Municipal, in -ter pretó el Concierto en Do mayor, (K.467) de Mozart y el Concierto Op.54de Schumann; dos semanas más tardeofre ció un nuevo recital en la sala de laFi larmónica. Esto, tres actuaciones de unmismo artista dentro de un solo año, noera frecuente en nuestra Sociedad, perolo verdaderamente insólito fue su pro-gramación dentro del año 1945: entrelos meses de abril y octubre actuó cincoveces para la Filarmónica, ofreciendocuatro recitales y dos conciertos parapiano y orquesta (el 5º de Bee tho ven y elConcierto en Fa de Chopin). Pien so quela Sociedad Filarmónica se be nefició dela situación precaria que, precisamenteese año, reinaba en Eu ro pa.

Los años siguientes, hasta 1968, lasvi sitas de Magaloff a Bilbao fueron máses paciadas, pero continuaron siendofre cuentes, y en todas las ocasiones lasala estaba llena media hora antes deco menzar el recital y muchos días fuene cesario colocar sillas supletorias hasta

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en el escenario. Leyendo los periódicosco rrespondientes a estos veinticincoaños, no resulta sorprendente compro-bar que los diferentes críticos musicalesobligados a reseñar estos conciertos sequedaran sin adjetivos para poder escri-bir algo distinto de lo que habían escri-to el año anterior. Durante esa últimavi sita a Bilbao en 1968 Magaloff con-cedió una entrevista a Carlos Barrena,entonces director de El Correo Español- Elpueblo Vasco. A la pregunta del periodistasobre la diferencia que existía entre elMagaloff de entonces y el de veinticin-co años antes contestó: “Soy algo másviejo y toco algo mejor.” También afir-mó que quizás sus mejores conciertos, alo largo de los años, habían sido los deVie na, Berlín y Bilbao. ¿Fue un amablecumplido a la Sociedad Filarmónica?

Se ha considerado a Magaloff, quizáscon excesiva frecuencia, como un espe-cialista de Chopin, y es cierto que fueuno de los primeros artistas que ofreciórecitales dedicados íntegramente alcom positor polaco, pero su repertorioera muy extenso y sus programas abar-caban todo el abanico de la literaturapianística más sobresaliente, desde Bachy Scarlatti hasta Ravel y Rachmaninov.

En 1949, un año antes de su prematu-ra muerte, el ilustre pianista rumanoDi nu Lipatti tuvo que abandonar su cá -te dra de virtuosismo en el Con ser va to -rio de Ginebra, y Nikita Magaloff fuellamado a ocupar el puesto de su ami goy colega, donde permaneció du ran tediez años. Y aquí, entre sus más precia-dos y apreciados discípulos figura la,por tantos motivos, genial Martha Ar -ge rich. La pianista argentina, que sen tíagran admiración y también cariño por

su maestro, tenía una asombrosa facili-dad para imitar la original y divertidadicción francesa de Magaloff, y en unaocasión me relató una anécdota gracio-sa. En una travesía del Atlán ti co coinci-dieron en el mismo barco Ma ga loff y elgran cómico neoyorkino Danny Kaye, yel actor americano que dó tan fascinadopor las posibilidades teatrales que ofre-cía la peculiar dicción del pianista ruso,que le persiguió im pla cablemente du -ran te varios días hasta que Magaloff,ago tado, decidió terminar el viaje ence-rrado en su camarote.

En el verano de 1982 Magaloff estu-vo invitado a formar parte del ju ra do enel Concurso Internacional de Pia no, enSan tander, y con ese motivo ofreció unre cital en la capital “montañesa” quetu ve la gran fortuna de poder escuchar.Fue, para mí, una especie de canto delcisne de este gran artista.

Durante la mayor parte de su existen-cia Magaloff fue un ciudadano suizo, ysu vida se apagó, víctima de un cáncer,en Vevey, a orillas del Lago Leman, el26 de diciembre de 1992. Contabaochenta años.

R. R.

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EN 2011 CELEBRAMOS el centena-rio de la muerte de Gustav Mah -

ler. Con este motivo, la Sociedad Filar -mó ni ca ha invitado de nuevo al conjun-to bel ga Oxalys que tan grato recuerdode jó entre nosotros en marzo de 2007.En aquella ocasión nos ofrecieron obrasfran cesas de finales del XIX y princi-pios del XX entre las que tocaron elPre lude a l après midi d un faune, en un arre -glo de Benno Sachs compuesto para laSociedad de Actividades Musicales Pri -vadas dirigida por Arnold Schoen bergde la que luego hablaremos.

En las dos últimas temporadas, hemospro gramado algunos lieder de Mahler–to dos recordamos el magnífico con-

cierto de Mathias Goerne con la Or ques -ta de Cámara de Basilea dirigidos porPaul McCreesh en el que cantó losRückert lie der y el recital de Malin Har te liusen el que in terpretó cuatro lieder de DesKna ben Wunderhörn– que tendrán una con-tinuación en esta temporada con el re -cital que ofrecerá Sandrine Piau y dentrode la música de cámara, con el conciertodel Cuarteto Fauré que incluirá el Mo -vimiento de cuarteto de este compositor.

Pero es indudable que las sinfonías re -pre sentan la obra principal de Mahlerjunto a La Canción de la tierra, que puedecon siderarse una sinfonía más. Debidoa la limitación del escenario, nin guna de

ellas se puede programar en nuestra Sa -la. Por este motivo, el conjunto Oxalysse ha prestado a darnos a co no cer lacuar ta sinfonía de Mahler, en la versiónde cámara que realizó en 1921 el discí-pulo de Schoenberg, Er wing Stein, parala Sociedad de Ac ti vi da des MusicalesPrivadas. La versión que escucharemosfue reconstruida por Ale xander Platt en1993 y está escrita pa ra soprano, flauta,oboe, clarinete, pia no, armonium, per-cusión y quinteto de cuerda. El carácteroriginal de la cuar ta sinfonía, conside-rada la última del primer grupo de sin-fonías mahlerianas al estar todas rela-cionadas con el conjunto de poemas DesKnaben Wun der hörn, permanece en estaver sión. La transparencia y la claridadde las líneas resulta asombrosa. El pro-grama se completará con la Berceuse élè-giaque de Fe rru ccio Busoni en el arreglode cámara de Scho enberg y con los Seislieder para orquesta, op.8 de este com-positor en el arreglo de Hans Eisler yErwing Stein, también de 1921, com-pletado por Klaus Simon en 2007.

Todo esto nos lleva a dedicar unas lí -neas a la interesante Sociedad de Con -cier tos ya citada. Fundada en Viena enno viembre de 1918 por Schoenberg,Al ban Berg fue el encargado de redactarlos estatutos que establecieron los prin-cipios básicos: ejecuciones perfectas,

En la conmemoración deGUSTAV MAHLER

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mi nuciosamente preparadas con nume-rosos ensayos en los que se excluía alpú blico. A las audiciones dominicalessó lo se admitían a los miembros de laaso ciación que se comprometían a abs-tenerse de cualquier manifestación a fa -vor o en contra y a no publicar nada so -bre las obras o sobre la manera en laque habían sido interpretadas. Ni quéde cir tiene que los críticos musicales te -nían vetado el acceso a estos conciertos.

Schoenberg era consciente de que lafal ta de éxito de la nueva música se de -bía, en la mayoría de los casos, a malasin terpretaciones, a ensayos insuficientesy/o a la falta de comprensión de los di -rec tores. Los limitados recursos de laSo ciedad requerían restringir el númerode músicos a grupos de cámara, de ahílos muchos arreglos de obras de am pli -tud sinfónica que tanto Schoen berg co -mo alguno de sus alumnos o co la bo ra -do res realizaba.

La Sociedad estuvo en activo tres añosy ofreció más de un centenar de concier-tos con obras poco conocidas de Scria -bin, Debussy, Mahler, Reger, Pfitz ner,Stravinsky y Suk además de otras par -tituras de vanguardia. La austera po lí ticade interpretar sólo obras contemporáne-as fue interrumpida únicamente en tresconciertos: dos conciertos con músicade Mozart, Beethoven y Brahms y unter cero dedicado a valses de Strauss, quetuvieron lugar en mayo de 1921 con elobjeto de recaudar fondos pa ra permitirque la Sociedad si guie ra fun cionando.Con el mismo ob je tivo, se subastaronlos manuscritos ori ginales de éstas.

Los intérpretes que participaban en es -tos conciertos eran de reconocido pres -

tigio como los pianistas: Rudolf Ser kin yEduard Steuermann, el violinista RudolfKo lisch –que también to có en la Fi lar -mó nica– y las cantantes Ma rie Gutheil-Scho der, Felice Hüni-Mil hac sek y ErikaWag ner. La dirección es taba confiada aAl ban Berg, Erwing Stein y AntónWebern, los depositarios más fieles delpensamiento schoenbergiano.

A finales de 1921 la Sociedad dio suúl timo concierto dejando de funcionardebido a la crisis económica que generóuna inflación galopante de la monedaaus tríaca.

A. A.

Gustav MahlerFotografía de J. L. Charmet (ca. 1902)

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El 19 de mayo, Ronald Brautigam y Tafelmusik dirigidos porBru no Weil nos ofrecieron un concierto dedicado a Mo zart.Apro ve cha mos la ocasión para entrevistar a Brautigam, uno delos intérpretes de pianoforte más reconocidos actualmente.

RONALD BRAUTIGAM

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entrevista

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¿Cómo se siente más cómodo tocan-do un pianoforte o un piano?

Me siento mejor con el pianoforte por-que con el piano moderno hay que tenermás cuidado para no producir de masiadovo lumen. Con el pianoforte se consiguellevar la dinámica al límite. Ade más, meresulta más interesante este instrumento.

¿Es muy diferente la técnica que setie ne que emplear para tocar un pia-noforte que la de un piano?

Sí, es diferente. En el pianoforte sólode bes utilizar los dedos, nunca el brazo.Si se toca demasiado fuerte, el sonidose desvirtúa.

¿Cree que para interpretar el reper-torio anterior a mediados del XIX, espreferible utilizar el pianoforte?

Personalmente me gusta más como sue -nan con el pianoforte Haydn, Mozart,incluso Schumann y Brahms, por supues-to el Beethoven de la época intermedia.Suena más ligero, más trans parente

¿Hace música de cámara con piano-forte?

Sí, aunque no toco con un grupo esta-ble. En la música de cámara con másmotivo, encuentro que tocar a Mozartcon pianoforte merece la pena porquelos pianos muchas veces tapan al restode los músicos.

¿Por qué cree que el clave ha sobrevi-vido, de hecho se puede estudiar enmu chas escuelas de música, y en cam-bio el pianoforte parece que está ende suso y ha sido casi completamentesustituido por el piano?

Porque mucha gente cree, como lo ha -cía mi profesor de piano en Ámster-dam, que el piano es la culminación del

pianoforte y no es verdad, son instru-mentos diferentes. Afortunadamentees ta idea está cambiando y cada vez sepuede estudiar en más sitios pianoforte.Es como los coches, no experimentaslas mismas sensaciones con un co chemo derno que con un coche antiguo, ocon un coche de caballos… no to do lomo derno es mejor.

¿Ha realizado alguna transcricpión?

Sí, he realizado, publicado y grabado,la transcripción de un primer conciertopara piano de Beethoven que compusoa los 13 años. Está catalogado WoO4.También actualmente estoy trabajandoen la transcipción de un Rondó deMo zart del que sólo se conservan algu-nas partes.

¿Ha dirigido alguna vez?

He dirigido desde el piano, pero nun cadesde un atril un repertorio sinfónico.

¿Se interesa por la labor de docencia?

Doy clases de forma extraordinaria,mas ter class. El curso pasado fui profesorinvitado en la Universidad de Bris tol.

¿Qué le parece nuestra Sala de con-ciertos?

Me encanta. Todo se escucha de unafor ma tan clara. Es exactamente el tipode sala para la que la música que inter-preto fue escrita. Debido a que estamosacostumbrados a escuchar la música enlos CDs, creemos que todo debe sonarfortísimo y hemos perdido el interéspor reproducir el auténtico sonido de laépoca. Parece mentira que esta sala hayasido la primera y única sala de con -ciertos construida por el arquitectoFidel Iturría.

P. S.

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Temporada 2010/2011

programación

EN ESTA NUEVA TEMPORADA 2010/2011 he mos tratado, como siem-

pre, de equilibrar los grupos que la com -po nen di ver sificando los programas conespecial de dicación a las conmemoracio-nes de Chopin, Schumann y Mah ler. Seinicia con mucha fuerza al coincidir endos semanas cuatro conciertos que co -rres ponden cada uno a un gru po de losque conforman nuestra pro gramación.

Abrimos la temporada el 13 de octubrecon cuatro cantantes: Marlis Pe ter senso prano, Anke Vondung, mezzosoprano,Wer ner Güra, tenor y Konrad Jar notba rítono. A excepción de la me zzo so pra -no, todos ellos han estado con nosotrosan teriormente para hacer de manera in di -vi dual y como cuarteto, lieder de Brahms.

Esta vez serán lieder de Schu mann, en suconmemoración, los que ocu parán ese lu -gar: los Spanisches Lie ders piel, Spa nische Lie bes -lie der y Minnespiel. A dúo, co mo cuarteto ein dividualmente. Es ta rán acom pañados,co mo la vez an te rior, por los pianistasChris toph Ber ner y Ca mi llo Radicke. Acontinuación, el 15 vuelve la ChamberOr ches tra of Europe con Yannick Né -zet-Sé guin, director que cau só gran im -pre sión en su presentación en nuestra So -cie dad en octubre de 2008. El programaprevisto irá del Clasicismo al primer Ro -manticismo con obras de Haydn, Mo -zart y Schubert. El famoso che lista TrulsMork vuelve el 19 con un ecléctico pro-grama, Bach-Beetho ven-Rach ma ninov,es ta vez con la colaboración del pianista

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Truls MorkYannick Nézet-Séguin

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Havard Gimse. Cie rra es te grupo decon ciertos el 21 el Cuar te to con pianoMozart de Berlín, nuevo en la Filarmó-nica, con Jörg Wid mann cla rinete yMarie Luise Neu nec ker trom pa en uninteresante programa con la interpreta-ción por primera vez para no so tros delSex teto de Penderecki y el Cuar teto endo menor de Schu mann, obra de juven-tud recientemente editada y que será pro-bablemente estreno en Es pa ña.

Noviembre se abre el día 3 con elCuar teto alemán Auryn que actúa porpri mera vez. Con la violista NobukoImai, bien conocida por nuestro público,interpretarán el segundo Quin te to deMen delssohn. Completan el pro gramacuartetos de Haydn y Bartok. Aunqueacaba de finalizar el año conmemorativode Mendelssohn, nos ha parecido im -por tante continuar su obra de cámaracon los dos quintetos (el primero lo vol-

verá a tocar el curso que viene el conjun-to de Rysanov después de que lo hicierael Cuarteto Talisch hace dos tempora-das). Terminamos la integral de cuarte-tos que hemos venido haciendo con elcuarteto op.41/3, que interpretó el añopasado el Cuarteto Leipzig, y esta tem-porada acabaremos el ciclo de cámaracon los dos tríos con piano y el segundocuarteto con piano.

El día 10 hará su presentación la or -ques ta Musikekolegium Winterthurcon David Douglas Boyd como direc-tor (ya estuvo con nosotros como solis-ta de oboe de la Chamber Orchestra ofEurope) y la joven, y más que promete-dora, pianista Lise de la Salle como so -lis ta del tercero de Beethoven. Finaliza elconcierto con la Novena Sinfonía deSchu bert. El 17 tendremos al grupoOxa lys para la conmemoración Mahlerde la que hablamos en este mis mo Bo le -

Yuja Wang

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tín. Acabamos el mes, el día 25 con elpia nista chino Jue Wang, último ganadordel Concurso Internacional de San tan -der Paloma O Shea, concurso con el quete nemos el acuerdo de presentar a suspri meros premios.

El trimestre termina con los conciertosde diciembre. El día 1, con los ya consa-grados Julia Fischer y Martin Helm -chen, dúo que interpretará las tres So na -tas para violín y piano de Schu mann enes te año tan especialmente schu maniano.El 10 nos vuelve a visitar la OrquestaBa rroca de Friburgo, ésta vez con unafi gura estelar como director, René Ja -cobs. Su con certino Gottfried von derGoltz to cará el Concierto nº 5 de Mo -zart, bien arro pado en el programa condos Sin fo nías de J. Haydn. El 16 la jovenchelista ale mana Elisabeth Hec ker, pre-mio Ros tro po vich, con el también jovenpianista fin landés Juho Poh jo nen inter-pretarán un bello programa ro mántico

con obras de Beethoven, Brahms, Janaceky Men delssohn.

El año 2011 se inicia el 13 de enerocon el Cuarteto Wolf, otro cuartetoale mán espléndido, acompañados por lare nombrada mezzosoprano argentinaBer narda Fink. Es poco frecuente lacombinación de cuatro cuerdas con lavoz y, aunque se trata de un repertorioli mitado, tendremos la ocasión de escu-char “Il Tramonto” de O. Respighi ylie der del Cancionero italiano de Wolf.El 19 vuelve después de algún tiempo elpianista ruso Nikolai Demidenko, quenos ofrecerá otro programa conmemo-rativo Chopin/Schumann, como el añoanterior lo hizo Nelson Goerner. Otraposibilidad de explorar los grandes re -per torios pianísticos de estos dos com-positores. El 25 el Trío con pianoBrahms de Viena presenta un preciosopro grama al contar con dos invitados:el violinista Pavel Vernikov y el viola

René Jacobs Nikolai Demidenko

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Law rence Power lo que da lugar a in -ter petar un Trío con piano de Brahms,el Cuarteto con piano, op.47 de Schu -mann y el Quinteto de Arensky. Re cor -da mos a nuestros socios que con esteCuar teto de Schumann terminamos laobra de cámara con piano después derea lizar los Tríos, el otro Cuarteto y elQuinteto. Igualmente hemos finalizadola integral de los Cuartetos de cuerda.

Comenzamos febrero con la Orquestade Lausanne y su director titularChris tian Zacharias. Qué vamos adecir de este pianista y director tan alle-gado a la Filarmónica. El programa esrenovador con obras de Ravel, Bizet y elCon cierto nº25 en do mayor de Mo -zart, uno de los grandes. No lo hemoshe cho desde hace mucho tiempo (desdeque lo tocó Murray Perahia con la En -glish Chamber.). Vuelve también elQuin teto ruso de San Petersburgo contres interesantes quintetos, no demasia-

dos co no cidos, que creemos el públicosabrá apreciar: Bartok, Rozsa y Doh -nan yi. El 16 la soprano canaria NancyFa biola He rrera hace su presentaciónen nuestra Sociedad acompañada al pia -no por Rubén Fernández. Esta desta-cada cantante, que está triunfando enlos grandes teatros, nos ofrecerá unpro grama basado fundamentalmente enla canción española. El 21 se presentapor primera vez la pianista china YujaWang. Es la gran revelación del mundopia nístico. Sus cualidades técnicas ymu sicales apuntan muy alto. Una granocasión de tenerla entre nosotros conun programa magnífico en el que conti-nuará con el repertorio Schumann/Cho-pin además de Scriabin.

El 3 de marzo vuelve el violinista IlyaGrin golts que nos sorprendió grata-mente en su primera visita hace cuatroaños. Con Itamar Golan al piano quetam bién ha estado con nosotros acom-pañando a otros artistas dada su facetade apreciado músico de cámara. Un pro -grama sugerente con obras de Prokofiev,Enescu, Janacek y Franck con su famosaSo nata. El 11 vuelve el Cuarteto Fauréque recuerda a Mahler con la única obrade cámara que ha llegado hasta nosotros:el movimiento de Cuarteto en la menor.Mendelssohn, con uno de sus cuartetosde juventud y Taneyev con su brillante yromántico cuarteto, componen el restodel programa. El 17 se presenta la Ca -me rata Ire land. Su director Barry Dou -glas que también actúa como solista nonos visitaba desde hacía mucho tiem po.La trompetista inglesa, Alison Balsom,que está consiguiendo un gran renombrein ternacional, actuará como solista enun programa prácticamente ruso. In -

Ilya Gringolts

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cluye el Concierto para piano y trompe-ta de Shostakovich. El 23 volveremos acon tar con el Cuarteto Casals que ini-ció, hace tiempo, una carrera internacio-nal. Viene acompañado por el pianistaruso Alexei Volodin para hacer el Quin -te to de Shostakovich. Se completa elpro grama con obras de Beethoven.

Se inicia la programación de Abril conel recital de Grigory Sokolov el día 7,del que sólo cabe decir que sus concier-tos en la Filarmónica se cuentan por éxi-tos. El programa queda por determinarya que, como es habitual en él, no lo co -no ceremos hasta última hora. El TríoPar nassus nos dará dos conciertos: el 13y el 14, con dos programas que se com-plementan estupendamente: los dosTríos de Mendelssohn, de los que habla-mos anteriormente, los Tríos de Korn -gold y el segundo de Shostakovich, co -mo representativos del siglo XX, y sen-

dos Tríos de Haydn dentro del clasicis-mo. Para finalizar los conciertos de estemes, al inicio de Semana Santa, contare-mos por primera vez con el EnsembleMa theus y su director Jean ChristopheSpi nosi. Tendremos la rara oportunidadde escuchar una ópera en concierto: elOrlando furioso de Vivaldi, una de sus ópe-ras emblemáticas, con un reparto exce-lente, encabezado por la apreciada con-tralto Sonia Prina.

Mayo se abre con un recital de cantoel día 4, a cargo de la soprano francesaSan drine Piau que nos deleitó con sumemorable interpretación vivaldiana ensu anterior visita con el grupo Pulcinelladirigido por Ophelie Gaillard. En es taocasión será su colaboradora al pia no,Susan Manoff en un programa de lie-der y mélodies. El día 9 la pianistaIngrid Fliter que nos cautivó en su pri-mera visita, continuará con el reperto-

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Grigory Sokolov

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Sandrine Piau Josep Pons

rio chopiniano además de in terpretardos Sonatas de Beethoven. El 16, laDeuts che Kammer philhar mo nie Bre -men, que ha triunfado entre nosotrosen otras ocasiones, vuelve con un direc-tor español al frente, Josep Pons y conel reconocido violinista alemán FrankPe ter Zimmermann intérprete delCon cierto de Beethoven. La Sinfonía nº8de Dvo rak concluirá el programa. El 24el Cuar teto Takacs, uno de los grandescuartetos de nuestra época y que tantasveces ha estado entre nosotros, tocarácuartetos de Haydn y Schu bert. Ade más,con la insigne pianista inglesa Imo genCooper y el contrabajista Gra hamMitchell, interpretarán el famoso quin-teto “La trucha”.

En junio, terminaremos la temporadacon dos conciertos: el día 1, las herma-nas lituanas Baiba y Lauma Skride, ha -rán un programa de grandes Sonatas

pa ra violín y piano de Beethoven,Brahms y Shostakovich. La temporadapasada estuvieron con nosotros for-mando parte del Trío Gabetta demos-trando su clase. El día 7 StephenHough, el genial pianista asiduo a nues-tros conciertos, hace la clausura con unpro grama de sonatas de envergadura: el“Claro de luna” de Beethoven, dossonatas de Scriabin y la de Janacek. LaSonata de Liszt, que cierra el programa,será el inicio del año conmemorativo deeste gran compositor.

A. A.

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Actividades

Seguimos colaborando con la Fundación Bilbao 700 en supro yecto 365 días jazz Bilbao de la próxima temporada. Po de -mos anunciar el concierto del famoso guitarrista John Sco -field que tendrá lugar en nuestra Sala en el próximo mes deoctubre

·

La Chamber Orchestra of Europe que actúa en la Sociedad Fi -larmónica el 15 de octubre, dirigida por Yannick Nézet-Sé guinrealizará una grabación en nuestra Sala ese fin de semana.

·

Ramón Rodamiláns, nuestro colaborador y Socio honorario,acaba de finalizar la biografía sobre el compositor bilbaínoAndrés Isa si titulada Andrés Isasi y su entorno que se publicarápróximamente en la colección Mínima: música, drama, danza dela editorial Ikeder.Relacionado con la aparición de esta publicación, ha tenidolugar en el châteaux de Arcanges, en los alrededores de Bia -rritz, un concierto a cargo del Cuarteto Isasi (conjunto ale-mán conocido anteriormente como Novalis) que está graban-do por primera vez en dicho palacio, la integral de los Cuar -te tos del compositor vasco para el sello Naxos. El viola deeste Cuarteto, Karsten Dobers, está realizando un estudio enpro fundidad sobre las partituras.

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Colaboradores en este númeroPatricia SOJO

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Ramón RODAMILÁNS

Asís DE AZNAR

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El Boletín de la Sociedad Filarmónica de Bilbaoes una publicación cuatrimestral, no venal dirigida a los socios de la misma

La Sociedad Filarmónica de Bilbao quiere ofrecer la oportunidad de presentar las actividades que desarrolla

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