FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADOifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/04/7diez.pdf · DE...

12
Rev. Zurita, 74. Pp. 163-174.I.S.S.N. 0044-5517 FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADO DE LOS REYES CATÓLICOS. DIVISAS, MOTES Y MOMOS POR MARÍA JESÚS DÍEZ GARRETAS* «Puesto que la realidad terrena es tan desesperadamente lamentable y la negación del mundo tan difícil, demos a la vida un bello colorido ilusorio, perdiéndonos en el país de los ensueños y de las fantasías» HUIZINGA Durante el reinado de los Reyes Católicos fueron frecuentes los eventos que dieron lugar a la celebración de fiestas, aunque quizá no fueron tan fas- tuosas y complejas como las celebradas en los reinados anteriores y en el vecino reino de Portugal 1 . Las crónicas, cronicones, viajes de extranjeros por España, libros de cuentas y otras fuentes de esta época recogen, con mayor o menor detalle, las fiestas celebradas en las distintas ciudades del Reino por distintos acontecimientos: nacimientos, bautizos, bodas, funerales, entradas reales, etc. Acontecimientos que llevaban aparejados toda una serie de cere- monias, fiestas y espectáculos; y, sin duda, una boda real era la celebración en la que concurrían un mayor número de actos, tanto oficiales como festivos. En un estudio que Eugenio Asensio hizo hace unos años sobre los momos cortesanos, y refiriéndose en concreto a las fastuosas fiestas que se celebra- ron en la Corte portuguesa de Évora en diciembre de 1490, que conmemora- ban la reciente boda de la Princesa española con el Príncipe de Portugal, seña- * Universidad de Valladolid. 1 Recordamos las fiestas celebradas en 1428 en tiempos de Juan II, el Paso de 1459 en el reinado de EnriqueIVo las fastuosas fiestas celebradas en la corte portuguesa en los siglosXVyXVI.Véase la Crónica de JuanIIde Castilla, en Crónicas de los reyes de Castilla, III, edic. de C. ROSELL, Madrid, Atlas, 1953 (BAE, 68), pp. 430-446; Crónica de Enrique IV de Diego Enríquez del Castillo, edic. de Aureliano SÁNCHEZ MARTÍN, Valladolid, Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Valladolid, 1994, pp. 168-170. Los estudios de SUÁREZ FERNÁNDEZ, Luis, Nobleza y Monarquía, Valladolid, 1975 (2 a edic), pp. 105 y ss.; Rico, Francisco, «Unas coplas de Jorge Manrique y las fiestas de Valladolid de 1428», Anuario de Estudios Medievales, II (1965), pp. 515-524; Ruiz, Teófilo, «Fiestas, torneos y símbolos de la realeza en la Castilla del siglo XV. Las fiestas de Valladolid de 1428», Realidad e imágenes del poder, Valladolid, 1988, pp. 249-265; ASENSIO, Eugenio, «De los momos cortesanos a los autos caballerescos de Gil Vicente», Estudios Portugueses, París, 1974, pp. 25-36. RHJZ - 74 163

Transcript of FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADOifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/04/7diez.pdf · DE...

Page 1: FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADOifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/04/7diez.pdf · DE LOS REYES CATÓLICOS. DIVISAS, MOTES Y MOMOS POR MARÍA JESÚS DÍEZ GARRETAS* «Puesto

Rev. Zurita, 74. Pp. 163-174.I.S.S.N. 0044-5517

FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADO DE LOS REYES CATÓLICOS. DIVISAS, MOTES Y MOMOS

POR

MARÍA JESÚS DÍEZ GARRETAS*

«Puesto que la realidad terrena es tan desesperadamente lamentable y la negación del mundo tan difícil, demos a la vida un bello colorido ilusorio, perdiéndonos en el país de los ensueños y de las fantasías»

HUIZINGA

Durante el reinado de los Reyes Católicos fueron frecuentes los eventos que dieron lugar a la celebración de fiestas, aunque quizá no fueron tan fas­tuosas y complejas como las celebradas en los reinados anteriores y en el vecino reino de Portugal1. Las crónicas, cronicones, viajes de extranjeros por España, libros de cuentas y otras fuentes de esta época recogen, con mayor o menor detalle, las fiestas celebradas en las distintas ciudades del Reino por distintos acontecimientos: nacimientos, bautizos, bodas, funerales, entradas reales, etc. Acontecimientos que llevaban aparejados toda una serie de cere­monias, fiestas y espectáculos; y, sin duda, una boda real era la celebración en la que concurrían un mayor número de actos, tanto oficiales como festivos.

En un estudio que Eugenio Asensio hizo hace unos años sobre los momos cortesanos, y refiriéndose en concreto a las fastuosas fiestas que se celebra­ron en la Corte portuguesa de Évora en diciembre de 1490, que conmemora­ban la reciente boda de la Princesa española con el Príncipe de Portugal, seña­

* Universidad de Valladolid. 1 Recordamos las fiestas celebradas en 1428 en tiempos de Juan II, el Paso de 1459 en el reinado de Enrique IV o las

fastuosas fiestas celebradas en la corte portuguesa en los siglos XV y XVI. Véase la Crónica de Juan II de Castilla, en Crónicas de los reyes de Castilla, III, edic. de C. ROSELL, Madrid, Atlas, 1953 (BAE, 68), pp. 430-446; Crónica de Enrique IV de Diego Enríquez del Castillo, edic. de Aureliano SÁNCHEZ MARTÍN, Valladolid, Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Valladolid, 1994, pp. 168-170. Los estudios de SUÁREZ FERNÁNDEZ, Luis, Nobleza y Monarquía, Valladolid, 1975 (2a edic), pp. 105 y ss.; Rico, Francisco, «Unas coplas de Jorge Manrique y las fiestas de Valladolid de 1428», Anuario de Estudios Medievales, II (1965), pp. 515-524; Ruiz, Teófilo, «Fiestas, torneos y símbolos de la realeza en la Castilla del siglo XV. Las fiestas de Valladolid de 1428», Realidad e imágenes del poder, Valladolid, 1988, pp. 249-265; ASENSIO, Eugenio, «De los momos cortesanos a los autos caballerescos de Gil Vicente», Estudios Portugueses, París, 1974, pp. 25-36.

RHJZ - 74 163

Page 2: FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADOifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/04/7diez.pdf · DE LOS REYES CATÓLICOS. DIVISAS, MOTES Y MOMOS POR MARÍA JESÚS DÍEZ GARRETAS* «Puesto

María Jesús Díez Garretas

laba que «Jamás la Princesa había visto nada semejante en la Corte castellana, donde su madre gastaba en guerra lo que antes se derrochaba en fiestas, y poniendo freno a la religión del amor cortesano, había mandado a sus poetas Iñigo de Mendoza y Ambrosio de Montesino que compusiesen versos piado­sos para las damas de Palacio»2.

Pretendemos en este trabajo un doble propósito, para el que partimos de la crónica festiva de un solo acontecimiento de los numerosos que se sucedieron durante el reinado de los Reyes Católicos, la boda de la infanta doña Isabel, hija mayor de los Soberanos de Castilla, con el Príncipe don Alfonso, hijo de Juan II de Portugal. Una boda regida por la etiqueta y el ceremonial, y en la que el lujo, la ostentación y la magnificencia de los Reyes y de la nobleza pre­sidieron las grandes fiestas que vivió la ciudad de Sevilla durante quince días. Y en segundo lugar queremos poner de manifiesto cómo revive el viejo ideal caballeresco y la Corte vuelve a ser centro de reunión y cortejo impulsados por la propia Reina Católica.

CRÓNICA DE UNA BODA REAL

No es nuestro cometido analizar las circunstancias políticas que rodearon este casamiento, estudiadas detenidamente por Luis Suárez, quien subraya que «la unión íntima entre los dos reinos peninsulares era sin duda una meta que Fernando e Isabel acariciaban, un eslabón para su política exterior al que concedían singular valor»3. Nuestro interés se centra en las celebraciones fes­tivas que seguían a los esponsales y a la celebración litúrgica4; festejos nobi­liario-caballerescos —justas, torneos...— y populares —juegos de cañas, toros...—5, que combinaban la música, el juego, la máscara y la poesía. Aspectos artístico-literarios que contribuyen a un mejor conocimiento de la corte literaria de los Reyes Católicos.

En los primeros días de marzo de 1490, emprende viaje hacia Sevilla la embajada portuguesa: Hernando de Silveira, regidor de la Casa de Suplicación y Juan Teixeira, canciller mayor del reino, a los que se une en

2 ASENSIO, Eugenio, «De los momos cortesanos a los autos caballerescos de Gil Vicente», en Estudios Portugueses, París, Fundaçao Calouste Gulbenkian-Centro Cultural Portugués, 1974, pp. 29-30.

3 SUÁREZ FERNÁNDEZ, Luis, Los Reyes Católicos. El tiempo de la guerra de Granada, Madrid, Rialp, 1989, pp. 215-222; la cita en p. 219. También Cordeiro de Sousa, J.M., «Notas acerca de la boda de Isabel de Castilla con el prín­cipe don Alfonso de Portugal», Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, LX (1954), pp. 33-51.

4 Los esponsales y el acto religioso llevaban aparejadas unas implicaciones propagandísticas y legitimadoras del poder que han sido estudiadas por NIETO SORIA, José M., Ceremonias de la realeza. Propaganda y legitimación en la Castilla Trastámara, Madrid, Nerea, 1993, pp. 56-57.

5 Es la clasificación que establece NIETO, J.A., Ceremonias de la realeza..., op. cit., p. 57.

164 RHJZ-74

Page 3: FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADOifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/04/7diez.pdf · DE LOS REYES CATÓLICOS. DIVISAS, MOTES Y MOMOS POR MARÍA JESÚS DÍEZ GARRETAS* «Puesto

Fiestas y juegos cortesanos en el reinado de los Reyes Católicos. Divisas, motes y momos

Sevilla Rui de Sande como secretario6. Fueron recibidos y agasajados por los Soberanos de Castilla7 y una vez concluidos los acuerdos matrimoniales, el 18 de abril, domingo de Quasimodo, se celebraron los desposorios de doña Isabel y don Alfonso, siendo Hernando de Silveira, que llevaba poderes del Príncipe, quien recibió por su mujer a doña Isabel de mano del cardenal don Pero González de Mendoza8, en presencia de los Reyes, el Príncipe don Juan, las infantas sus hermanas y los grandes de Castilla9.

Los reales Alcázares de Sevilla, según narra el Cura de los Palacios10, apo­sentaron durante estos días a la familia real y a todos los ilustres visitantes venidos de Castilla, «de los reinos de Aragón, e Valencia, e Cataluña, e del reino de Sicilia e de las otras islas e señoríos del Rey e de la Reyna»11, así como a los embajadores de Portugal, Francia, Inglaterra, Escocia y Borgoña12.

Sevilla se vistió de gala, alegría y gozo durante los quince días que dura­ron las «ricas e sumptuosas fiestas» en las que tanto los Reyes como todos los grandes que allí se dieron cita mostraron su magnificencia como el que más, en el lujo y la riqueza del vestuario que lucieron, como en el gasto sin fin que prodigaron en las justas, bailes, banquetes e «invenciones»13.

Durante estos días, todos los grandes, caballeros y pajes compitieron en el lujo y riqueza de sus trajes: si los fijos-dalgo llegados del extranjero y de otros reinos peninsulares venían «armados de vestiduras de paños de oro e cadenas e collares de gran precio», la ostentación era mayor en los cien «continos» de

6 Este personaje había participado en las guerras de Granada con los Reyes de las que había salido herido; ya curado se une a la comitiva portuguesa. Véase CORDEIRO DE SOUSA, J.M., «Notas acerca de la boda...», op. cit., p. 36 y GARCÍA DE RESENDE, Vida e Jeitos del rey Dom Joao segundo, (sin portada, B.N. de Madrid, R-4360), fol. LXV.

7 El tesorero Gonzalo de Baeza recoge con detalle los gastos y obsequios que recibieron los dichos embajadores y sus acompañantes. Cuentas de Gonzalo de Baeza, tesorero de Isabel la Católica, I, Ed. de A. DE LA TORRE y E.A. DE LA TORRE, Madrid, C.S.I.C., 1955, pp. 341-342. También recoge este recibimiento García de Resende en la Crónica citada, fol. LXV V°.

8 PULGAR, Hernando del, Crónica de los Reyes Católicos, III parte, en Crónicas de los Reyes de Castilla, III, orde­nada por Cayetano ROSELL, Madrid, Atlas, 1953 (BAE 70), pp. 505-506; Andrés BERNÁLDEZ, Cura de los Palacios, Historia de los Reyes Católicos, en Crónicas de los Reyes de Castilla, III, op. cit., pp. 635-638; García de Resende, Vida efeitos..., op. cit., fol. LXV V°; CORDEIRO DE SOUSA, «Notas acerca de la boda...», op. cit., p. 37.

9 BERNÁLDEZ, Historia de los Reyes Católicos, op. cit., p. 638; GARCÍA DE RESENDE, Vida e feitos..., op. cit., fol. LXV v°. El acto litúrgico se repitió en la corte lusitana, celebrándose la misa de velaciones el 24 de noviembre en el Monasterio de Santa Mana del Espiñeiro, a las afueras de Évora, a cargo del obispo de Braga, Primado de Portugal. Acto religioso al que siguieron, tres días más tarde, «grandes fiestas, justas e torneos que duraron treinta días». PULGAR, Hernando del, Crónica de los Reyes Católicos, op. cit., p. 506; SUÁREZ FERNÁNDEZ, LOS Reyes Católicos..., op. cit., pp. 219-220; CORDEIRO DE SOUSA, «Notas acerca de la boda...», op. cit., pp. 38-41. Sobre las fiestas celebradas en la corte portuguesa, véase, GARCÍA DE RESENDE, Vida efeitos..., op. cit., sobre todo los capítulos CXIV, CXXIV y CXXV.

10 BERNÁLDEZ, Historia de los Reyes Católicos, op. cit., p. 638. 11 PULGAR, Hernando del, Crónica de los Reyes Católicos, op. cit., p. 505. 12 La llegada a estas fiestas de los embajadores extranjeros la hemos deducido de las Cuentas del tesorero Gonzalo

DE BAEZA, I, op. cit., pp. 332-333 y pp. 398 y 393. 13 Según las Cuentas de Baeza gastaron los Reyes en estas fiestas tres millones de maravedís (Baeza, I, pp. 334-

344; SUÁREZ Fernández, Los Reyes Católicos..., op. cit., p. 232, nota 92). A los que podemos añadir 3.277.227 mrs. en los objetos de oro y plata, ropa blanca y otras cosas que llevó la Princesa a Portugal (Baeza, I, pp. 347-363), sin contar la dote estipulada en 106.666,6 doblas de oro en tres plazos anuales (Suárez Fernández, ibidem, p. 218).

RHJZ - 74 165

Page 4: FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADOifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/04/7diez.pdf · DE LOS REYES CATÓLICOS. DIVISAS, MOTES Y MOMOS POR MARÍA JESÚS DÍEZ GARRETAS* «Puesto

María Jesús Diez Garretas

la casa del Rey y de la Reina; así lo resume Hernando del Pulgar: «ningún caballero ni fijo-dalgo ovo en aquellas fiestas que pareciese vestido, salvo de paños de oro e seda»14. Y todo parecía poco comparado con el lujo exhibido por las damas: la reina doña Isabel vestía un brial en el que el terciopelo que­daba oculto bajo las hojas de helecho bordadas en oro que lo cubrían; de plata y oro estaban labradas las ropas de la Princesa de Portugal15 y las de las setenta damas «de los mayores señores de España», que acompañaron estos días a la Reina y a la Princesa, adornadas con «grandes arreos de cadenas e collares e joyeles de oro con muchas piedras preciosas, e perlas de gran valor»16.

«JUGUETES CORTESANOS»: JUEGOS E INVENCIONES

En cualquier corte europea de la segunda mitad del siglo XV la fiesta duraba el día completo. Solía comenzar con la asistencia de todos los invita­dos a un acto religioso; lujosamente vestidos en sus hacaneas guarnecidas con hilos de oro, acompañados de la música de trompetas, atabales, chirimías y otros instrumentos, y del alborozo de las gentes que llenaban las calles del recorrido del palacio al templo. El banquete en la sala principal del palacio seguía al acto litúrgico; en las mesas cubiertas por finos paños y vajillas de oro y plata, se servían los distintos manjares y vinos al son de la música. Después de comer, bailar y danzar a la moda la Pavana y la Gallarda17, en la plaza o en campo abierto, los caballeros ponían a prueba su destreza y habili­dad en el manejo de las armas, con la presencia de las damas, en justas o tor­neos, o se corrían toros o se jugaban cañas hasta la llegada de la noche. La ilu­minación con antorchas y faraones permitía hasta la hora de la cena correr la sortija. Danzas y bailes, momos y entremeses cerraban la fiesta hasta bien entrada la noche. Festejos que se repetían cada día18.

14 PULGAR, Hernando del, Crónica de los Reyes Católicos, op. cit., p. 505. 15 Gonzalo de BAEZA en las Cuentas recoge los gastos y la confección de la ropa de la Reina para estas fiestas, I,

pp. 342-344; los gastos de la ropa de la infanta, I, p. 327. 16 PULGAR, Hernando del, Crónica de los Reyes Católicos, op. cit., p. 505. 17 La Pavana será hacia la mitad del siglo XV la danza áulica por excelencia; a fines del siglo, Pavana y Gallarda

triunfan en el siglo XV en toda la sociedad europea. Sobre estos y otros tipos de danza cortesana puede verse la obra de MARKESSINIS, Artemis, Historia de la danza desde sus orígenes, Madrid, 1995, pp. 73 y ss.

18 La variedad de juegos era numerosa; aunque con menor frecuencia también hubo Naumaquias o «justas de bar­cos e marineros», como la celebrada en Barcelona en 1492, o corridas de bueyes y alanos, como las celebradas en Burgos en 1495. Véase, DOMÍNGUEZ CASAS, Rafael, Arte y etiqueta de los Reyes Católicos, Madrid, Alpuerto, 1993, pp. 207-212. También podrían mencionarse cacerías, monterías, juegos de dados y naipes, fuegos artificiales, etc.

166 RHJZ - 74

Page 5: FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADOifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/04/7diez.pdf · DE LOS REYES CATÓLICOS. DIVISAS, MOTES Y MOMOS POR MARÍA JESÚS DÍEZ GARRETAS* «Puesto

Fiestas y juegos cortesanos en el reinado de los Reyes Católicos. Divisas, motes y momos

JUSTAS, TORNEOS Y OTROS JUEGOS CORTESANOS

Todos los cronistas coinciden en señalar que durante estos quince días se celebraron «grandes fiestas e justas e torneos por los caballeros cortesanos de estos reynos, e justó el Rey, e quebró muchas varas»19.

Sebastián de Covarrubias define la justa como «un exercicio de la cava­llería de los hombres de armas, que propiamente se llama cathaphactos, por ir todos armados de punta en blanco, y tómase por fiesta y regocijo»20. El tor­neo había nacido con la función de entrenar a los caballeros en el manejo de las armas, enseñarles a luchar en grupos e infundirles la virtud del valor. Con el tiempo evoluciona hacia formas distintas: la justa, el torneo y el combate a pie; desplazando la justa al torneo como lucha individual. El caballero se con­vierte en cortesano y la justa de guerra se cambia por la justa de paz, en la que la lanza se rebaja y se remata con bolas; de modo que lo que era un ejercicio militar pasa a formar parte de una ceremonia cortesana más con el consi­guiente adorno: el lujo del vestuario, la alegoría, la música y la poesía. Aunque seguía manteniendo el viejo ideal caballeresco y el objetivo del caba­llero medieval, «ser bien visto en las armas»21.

En las justas celebradas en Sevilla en este año de 1490 se cuidaron al máximo todos los detalles. Toda la comitiva salió de los reales Alcázares en sus caballerías; la Reina y su hija, la Princesa de Portugal, en sus hacaneas engalanadas con terciopelo rojo y raso verde y con guarniciones de plata dorada y cintas de seda22, acompañadas por las damas en sus muías enjaeza­das con sillas altas de damasco morado y terciopelo negro, argentería dorada y blanca y cintas de seda de colores23, dirigiéndose hacia las afueras de la ciu­dad, entre las atarazanas y el río24, lugar en el que se había dispuesto «un campo grande»25 para la realización de las justas. El campo se dividió en dos partes por «una tela de paño de seda» en cuyo centro y a ambos lados se encontrarían los justadores. A cada lado se construyeron cincuenta cadahalsos

19 PULGAR, Hernando del, Crónica de los Reyes Católicos, op. cit., p. 505; BERNÁLDEZ, Historia de los Reyes Católicos, op. cit., pp. 637-638; García de Resende, Vida e Jeitos del rey Dom Joao segundo, op. cit., fol. LXV V°; ZURITA, Jerónimo de, Anales de la corona de Aragón, ed. de Ángel Canellas López, Zaragoza, C.S.I.C, tomo 8, 2* parte, libro XX, cap. 84, p. 582.

20 COVARRUBIAS, Sebastián de, Tesoro de la lengua castellana o española, ed. de Martín de RIQUER, Barcelona, 1943, p. 724.

21 Véase el estudio de STRONG, Roy, Arte y poder, versión española de Maribel de Juan, Madrid, Alianza, 1988, pp. 26-28.

22 La guarnición de plata dorada de la mula reina fue encargada a Diego Bernal y costó 56.536 mrs. (Baeza, I, p. 334). La guarnición en plata de la hacanea de la Princesa, 111.697 mrs. más 15.128 mrs., según las cuentas de Baeza (Baeza, I, pp. 324-325 y 336). Los gastos de la guarnición del caballo del Príncipe ascendieron a 310.032 mrs., Baeza, I, pp. 336-337.

23 Los gastos para las sillas altas de las damas que salieron a las justas están recogidas en las Cuentas de Baeza, I, pp. 334-335.

24 BERNÁLDEZ, Historia de los Reyes Católicos, op. cit, p. 638; Zurita, Anales de la corona de Aragón, op. cit., p. 84. 25 PULGAR, Hernando del, Crónica de los Reyes Católicos, op. cit, p. 505.

RHJZ - 74 167

Page 6: FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADOifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/04/7diez.pdf · DE LOS REYES CATÓLICOS. DIVISAS, MOTES Y MOMOS POR MARÍA JESÚS DÍEZ GARRETAS* «Puesto

María Jesús Diez Garretas

«cubiertos de tapicería e de paños de oro e de seda» para dar acomodo a la Reina, sus hijos, prelados y grandes señoras que fueron a ver el juego26. El Rey como mantenedor de las justas y los caballeros que participaron en ellas, desprovistos de sus «falsos visajes» y luciendo en sus cimeras y armaduras sus divisas y motes, quebraron lanzas hasta bien entrada la noche27.

La noche era propicia para los fuegos artificiales y otros juegos como correr la sortija. Los cronistas no dan noticia de la celebración de este juego en estas fiestas, pero el tesorero Baeza ha dejado constancia de los gastos que se hicieron con este motivo. El mismo campo en que se hacían las justas podía servir para correr la sortija, previamente alumbrado con antorchas, hachas de cera y farao­nes dispuestos en bases de madera con «caçoletas» de cobre que contenían pez, sebo y otras sustancias que al arder mantenían iluminado el recinto28. El Príncipe don Juan participó en este juego, al que salió en su caballo con una guarnición de terciopelo carmesí y hojas de plata de «fechura de hiedra», le acompañaban en un carro iluminado con antorchas de cera, dieciséis pajes vestidos de momos con falsos visajes y penachos, y mantos y sombreros de fieltro guarnecidos con sirgo y argentería blanca y dorada. Presidían el lugar los pendones de «çebty car­mesy» adornados con espejos; de una cuerda pendían las «sortijas plateadas» que debían atravesar los participantes con las lanzas «pintadas y doradas», obte­niendo el premio estipulado el que más carreras y sortijas consiguiera.

INVENCIONES: DIVISAS, MOTES Y MOMOS

La celebración de estos juegos cortesanos llevaba aparejada una serie de ingredientes que formaban parte del decorado del lugar donde se celebraban: la riqueza y el contraste del color de los trajes y pendones, las guarniciones de los caballos, la música y otros adornos, que con el tiempo se fueron lle­nando de contenido poético y teatral. Nos referimos a las divisas y motes, que tanto los caballeros como las damas lucían en sus armaduras y vestidos; a los «falsos visajes», máscaras o momos, bajo los que se ocultaban los grandes de la corte; y a las carrozas, cabalgatas alegóricas y montajes escenográficos con mecanismos más o menos complicados que ponían en escena temas del

26 Ibidem, pp. 505-506. 27 Así lo recoge BERNÁLDEZ en su Historia: «Iban de día a las justas, y venían de noche con antorchas a los alcá­

zares», p. 638. 28 Según una nómina de 1490, sin fecha, se gastaron 224.037 mrs. en los materiales empleados para correr la sor­

tija el príncipe. Baeza, I, pp. 336-337 y 340.

168 RHJZ - 74

Page 7: FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADOifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/04/7diez.pdf · DE LOS REYES CATÓLICOS. DIVISAS, MOTES Y MOMOS POR MARÍA JESÚS DÍEZ GARRETAS* «Puesto

Fiestas y juegos cortesanos en el reinado de los Reyes Católicos. Divisas, motes y momos

mundo caballeresco. Toda una serie de entretenimientos cortesanos que reu­nimos bajo el nombre de «invenciones»29.

La reorganización de la corte bajo el reinado de los Reyes Católicos hizo posible que ésta volviera a ser centro de reunión y cortejo; revivía así el viejo ideal caballeresco, reducido a luchas, intrigas y ambiciones por la nobleza de Enrique IV, impulsado por la propia Reina Católica. El embajador veneciano, Andrea Navagiero, en la visita que hizo a Granada a comienzos del siglo XVI, subraya la importancia que para este hecho tuvo la presencia de la reina Isabel, acompañada de sus damas, en los campamentos de los soldados en las pasadas guerras de Granada: «No había caballero que no se hallase enamorado de alguna dama de la corte, y como éstas presenciaban cuanto se hacía, y daban por su mano las armas a los que iban a combatir y con ellas algún favor, dicién­doles palabras de esfuerzo para que demostrasen con altos hechos cuánto las amaban, ¿qué hombre, por vil que fuese y por débil, no había de vencer des­pués al más valiente enemigo, y no había de preferir perder mil veces la vida antes que volver con vergüenza ante su señora? Por eso se puede decir que en esta guerra venció principalmente el amor»30. La canción de amor y la poesía cancioneril en general eran de nuevo juego y pasatiempo de los cortesanos y las colecciones poéticas colectivas renacían, auxiliadas ahora por la imprenta31. La nómina de poetas adscritos a la corte de los Reyes Católicos es extensa, según testimonian los cancioneros manuscritos e impresos de este período, sobre todo el Cancionero General de Hernando del Castillo de 1511 32.

Y en esta poesía de corte en la que la dama es el motivo del canto de amor, loor y queja del enamorado poeta, como tema lírico por excelencia, la mujer contribuye con su creación. Es cierto que su colaboración es escasa, pero sufi­cientemente «interesante y significativa», según ha puesto de manifiesto Pérez Priego en su magnífico estudio33.

29 Invención en general es «novedad». A lo largo del siglo XV se refiere a la Divisa o al Mote o a la unión de los dos, lo que se denominará «empresa» en el siglo XVI. También es invención la máscara, el momo, el disfraz o cualquier montaje escenográfico. Véase Rico, Francisco, «Unas coplas de Jorge Manrique y las fiestas de Valladolid en 1428», en Anuario de Estudios Medievales, n (1965), p. 522, nota 21.

30 Viaggio in Spagna, 58. Tomado de Ramón MENÉNDEZ PIDAL, Romancero Hispánico, Madrid, Espasa-Calpe, 1953, n, pp. 36-37.

31 Sobre la revitalización de la lírica y de la canción trovadoresca en particular en el reinado de los Reyes Católicos, véase BELTRÁN, Vicente, La canción de amor en el otoño de la Edad Media, Barcelona, PPU, 1988, pp. 129 y ss.

32 Cfr. Cancionero General de 1511, ed. de A. RODRÍGUEZ MOÑINO (edc. facsímil), Madrid, Real Academia Española, 1958, y las adiciones, Valencia, Castalia, 1959. Sobre los poetas de la Corte de los Reyes Católicos, véase BELTRÁN, Vicente La canción de amor..., op. cit., pp. 14-26. Para los cancioneros, la obra fundamental de DUTTON, Brian, Catálogo-Índice de la poesía cancioneril del siglo XV, Madison, 1982 y el Cancionero del siglo XV (1360-1520), Salamanca, Universidad de Salamanca, Biblioteca del siglo XV, 1990-1991, 7 vols.

33 Señala este autor que desde 1403, fecha de la cantiga de despedida de doña Mayor Arias, en el Cancionero General de 1511, la mujer como poeta no deja de estar presente a lo largo del siglo XV. Véase, PÉREZ PRIEGO, Miguel Ángel, Poesía femenina en los Cancioneros, Madrid, Castalia, 1989, p. 8.

RHJZ - 74 169

Page 8: FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADOifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/04/7diez.pdf · DE LOS REYES CATÓLICOS. DIVISAS, MOTES Y MOMOS POR MARÍA JESÚS DÍEZ GARRETAS* «Puesto

María Jesús Díez Garretas

La participación de la mujer en la creación literaria forma parte de la rege­neración del reino que Isabel la Católica se había propuesto al subir al trono; regeneración en la que la atención a la instrucción y a la cultura corría pareja a los problemas de estado. Su preocupación por elevar el nivel intelectual abarcaba por igual a hombres y mujeres, de ahí su inquietud porque la mujer armonizara las labores tradicionales con el aprendizaje y el deleite de la len­gua, la poesía, la música y el arte34.

Y uno de los lugares y momentos en el que las damas podían lucir sus dotes poéticas eran los juegos cortesanos. Ya hemos señalado cómo las justas eran un espectáculo en el que se combinaban numerosos y variados elemen­tos, de ellos destacamos ese adorno plástico-poético que decoraba las arma­duras de los caballeros y los vestidos de las damas: la «divisa», adorno o dibujo, que completaba su significado con la «letra» o «mote», compuesto por una breve sentencia poética. Invenciones que tuvieron tanto éxito entre los cortesanos que pasaron de ser un adorno de moda a ocupar un lugar en la lite­ratura, de ahí que en el Cancionero General de 1511 tengan una sección pro­pia bajo el título de «Invenciones y letras de justadores».

Ya hemos comentado que durante las fiestas celebradas con motivo de las bodas de la infanta Isabel se celebraron justas en las que el Rey fue mantene­dor y la participación cortesana fue muy numerosa. El Cancionero General de Hernando del Castillo y otros Cancioneros de la época nos han transmitido divisas y motes de caballeros y damas que participaron en las fiestas celebra­das a lo largo del reinado de los Reyes Católicos. Es una tarea muy compleja saber con exactitud cuáles fueron las invenciones que se lucieron en las fies­tas de 1490. García de Resende en su Crónica cuenta con todo lujo de detalle las fiestas celebradas en la corte portuguesa con motivo de dicho aconteci­miento y da una relación de todos los justadores con sus divisas y motes35. No ocurre lo mismo con los cronistas castellanos que se limitan a dar una infor­mación escueta de los hechos. Sin embargo, podemos suponer las divisas y motes que llevaron algunos personajes. El Cancionero General de 1511 enca­beza la sección de «Invenciones y letras de justadores» con la que pudo lucir el rey don Fernando en estas fiestas: por divisa «sacó el Rey nuestro señor vna red de cárcel y dizía la letra: «Qualquier prisión y dolor / que se sufra es justa cosa / pues se sufre por amor / de la mayor e mejor / del mundo y la más her-

34 Sobre la influencia de la Reina Católica en la formación e instrucción femenina de su época, véase CLEMENCÍN, Diego, Elogio de Isabel la Católica, Madrid, 1820 y GÓMEZ MOLLEDA, M" Dolores, «La cultura femenina en la época de Isabel la Católica», Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 61 (1955), pp. 137-195.

35 GARCÍA DE RESENDE cuenta día a día todos los festejos, banquetes, vestidos, bailes y juegos de los treinta días que duraron en Évora las fiestas de la boda. Véase Vida e feitos..., op. cit., fols. LXV y ss.

170 RHJZ - 74

Page 9: FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADOifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/04/7diez.pdf · DE LOS REYES CATÓLICOS. DIVISAS, MOTES Y MOMOS POR MARÍA JESÚS DÍEZ GARRETAS* «Puesto

Fiestas y juegos cortesanos en el reinado de los Reyes Católicos. Divisas, motes y momos

mosa»36. Mote que expresaba uno de los tópicos de la poesía de cancionero, la cárcel de amor sufrida con gusto por el amador cortés por el amor de su dama. También fue ocasión, por su estancia en Sevilla en estas fiestas, para la participación en estas justas de Hernando de Silveira, cuya divisa y mote recoge el Cancionero General de 1511: «Sacó por cimera un físico que le ten­taua el pulso y dixo: «Tu dolor no tiene cura /ningún remedio te siento / por ques baxa tu ventura / y alto tu pensamiento». Letra en la que de nuevo se recoge un tópico de la poesía cortés, la enfermedad por causa del amor.

El Cancionero General conserva también invenciones que algunas damas lucieron en sus vestidos. De las setenta damas que acompañaron a la Reina en estas fiestas identificamos a varias que en estas fechas estaban al servicio de doña Isabel. Así, doña Catalina Manrique, que es dama de la Reina al menos de 1490 a 1496, adornaba su vestido un mote que decía «Nunca mucho costó poco», expresando el valor de su persona y el alto precio que por ello debía pagar el enamorado si quería conseguir el galar­dón37. Otra dama de las que probablemente participó en estas justas fue doña Marina Manuel, esposa de mosén Baudin (Balduino de Borgoña), hermano bastardo de Carlos el Temerario, criada de la reina de 1490 a 1500. En su mote pone en manos de Dios su sufrimiento amoroso: «Esfuerçe Dios el sofrir»38.

También hemos podido identificar a otra mujer que dejó su mote bajo el nombre de «Braçeida». Puede ser Breçaida de Benavides que figura como dama de la Reina entre 1489 y 1498, y en 1503 la Reina ordena que se le dé una limosna a esta señora, «monja del Monasterio de Nuestra Señora de Calabaçanos». En la letra que llevó a estas fiestas maldice su propia existen­cia por el sufrimiento amoroso, tópico de la poesía amorosa cancioneril: «¡O, si yo, nunca nasçiera.»39

36 La otra invención del Rey, que recoge este Cancionero, llevaba «un yunque por cimera y una letra que decía: «No me hace mudamiento / mal ni dolor que me hiera / pues traygo en mi pensamiento / la causa de mi cimera», la sacó el Rey en las justas celebradas en 1475 en Valladolid, según recoge el Cronicón Vallisoletano, ed. de P. Sáinz de la Baranda, Madrid, CoDoIn, España, 1848, tomo XIII, p. 94.

37 Cfr. las nóminas de las Cuentas de Gonzalo de Baeza, I, p. 403 y n, pp. 330-335. Para los textos y comentarios, véase PÉREZ PRIEGO, M.A., Poesía femenina..., op. cit., pp. 17 y 58-59.

38 Esta dama figura en las Cuentas de Baeza en marzo de 1490, I, p. 310. En A.G.S., Casa y Descargos, leg. 2, fol. 319, «se ordena a Martín de Salinas, thesorero de los descargos de la Reina, que se paguen a mosen Baudin, marido de doña Marina Manuel, mi criada, 562.500 mrs. que se le deben por merced de años pasados hasta fin del año quinientos». Sobre el texto y los comentarios, véase PÉREZ PREGO, M.A., Poesía femenina..., op. cit., pp. 17 y 60-64.

39 Figura en las nóminas de las damas de la Reina en las Cuentas de Gonzalo de Baeza, I, pp. 97 y 403, y en n, pp. 380 y 595, en esta última en nómina de 20-9-1503 como monja de Calabazanos. Texto y comentarios en PÉREZ PRIEGO, M.A., Poesía femenina..., op. cit., pp. 17 y 67-69.

RHJZ-74 171

Page 10: FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADOifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/04/7diez.pdf · DE LOS REYES CATÓLICOS. DIVISAS, MOTES Y MOMOS POR MARÍA JESÚS DÍEZ GARRETAS* «Puesto

María Jesús Diez Garretas

ENTREMESES, MOMOS Y MÁSCARAS

Otros de los entretenimientos palaciegos que estuvieron de moda a lo largo del siglo XV y que seguirán de forma más compleja en el Renacimiento, fue­ron los disfraces, momos, cabalgatas y entremeses. Estaban asociados a las justas, los bailes y los banquetes, aunque algunos por su complejidad se pue­den considerar espectáculos con entidad propia. Sólo alguna referencia reco­gen las crónicas y las obras literarias de estos juegos cortesanos en la época de los Reyes Católicos.

Con motivo de la boda de los Reyes, el 18 de octubre de 1469 en Valladolid, comenta Valera: «Aquel día todo se consumió en fiestas y danzas e mucha ale­gría», festejos que se prolongaron siete días40. En la misma ciudad, el 3 de abril de 1475, el duque de Alba rindió homenaje a los nuevos Reyes con siete días de festejos en los que hubo justas, y de ellas señala el Cronicón: «Fue la más rica justa que se vido, según dicen cinquenta años auía»41, evocando la cele­brada en 1428 en tiempos de Juan II, y grandes fiestas en las que «fueron los momos que el duque de Alva hizo esta noche tan ricos y costosos que, por temor de no ser creydos, me dexo de escreuir los grandes gastos que en estas fiestas se hizo, no sólo aquel día y noche, mas toda aquella semana»42.

Fiestas y momos hubo en Zaragoza, Valencia y Murcia durante la estancia de los Reyes entre 1487 y 1488, según se deduce de las cuentas de Baeza43. En los primeros días de enero de 1489, en la ciudad de Valladolid, con motivo de la llegada de los embajadores del Rey de Romanos, para tratar los matri­monios de Felipe y Juana y Juan y Margarita, «el Rey e la Reyna mandaron hacer justas e torneos e otras muchas fiestas de grandes e suptuosos gastos e arreos». En esta ocasión los Reyes, sin duda, se esforzaron en demostrar a los representantes de la Casa de Borgoña la grandeza de la Corte castellana, sabiendo que los de Borgoña publicaban orgullosos que en ningún reino se celebraban fiestas tan solemnes como en el suyo44.

Entre octubre y noviembre de 1489, los Reyes tienen el campamento real en Úbeda. Durante esta estancia se celebraron fiestas y momos, según consta en los gastos en las cuentas de Baeza45. Después de las grandes fiestas celebradas en

40 VALERA, Diego de, Memorial de diversas hazañas, ed. de C. Rosell, Madrid, Atlas, 1953, (BAE, 70), pp. 54-55. 41 Cronicón Vallisoletano, op. cit., p. 94. 42 Crónica incompleta de los Reyes Católicos (1469-1476), edic. de Julio PUYOL, Madrid, Tipografía de Archivos,

Real Academia de la Historia, 1934, cap. XX, p. 168. 43 Véase el Itinerario de los Reyes Católicos, de Antonio Romeu de Armas, Madrid, C.S.I.C, 1974, pp. 156-157 y

159-161. Sobre los gastos de estas fiestas, BAEZA, G. de, Cuentas, I, pp. 209-210, 236-237 y 243 y 247. 44 PULGAR, Hernando del, Crónica, m, p. 480; Cronicón, p. 178, Romeu de Armas, A., Itinerario, op. cit., pp. 164-165. 45 ROMEU DE ARMAS, A., Itinerario, p. 171; Baeza, Cuentas, i, pp. 295-296 y 298.

172 RHJZ - 74

Page 11: FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADOifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/04/7diez.pdf · DE LOS REYES CATÓLICOS. DIVISAS, MOTES Y MOMOS POR MARÍA JESÚS DÍEZ GARRETAS* «Puesto

Fiestas y juegos cortesanos en el reinado de los Reyes Católicos. Divisas, motes y momos

Sevilla con motivo de las bodas de la Princesa Isabel con Alfonso de Portugal, en 1490, tenemos referencias de las fiestas, juegos de cañas y momos celebrados en Zaragoza y Lérida, entre los meses de agosto y octubre de 149246. Con motivo del casamiento de la infanta doña Juana con don Felipe de Borgoña, en 1496, se conservan unas coplas, compuestas por tal motivo, en las que se mencionan las fiestas, justas y torneos que se hicieron47. La llegada de la Princesa Margarita para desposarse con el Príncipe don Juan, el 3 de abril de 1497, se celebró con grandes fiestas en Santander, costeadas por el conde de Haro; Burgos les recibió con danzas, toros y juegos de cañas; Medina del Campo con la animación de sus grandes ferias, y en Valladolid, el duque de Alba les festejó espléndidamente48. En 1501, vinieron a España Felipe el Hermoso y Juana, en cuyo honor se cele­braron grandes fiestas de toros, justas y cañas49.

A lo largo de esta relación hemos reseñado las celebraciones festivas más significativas del reinado de los Reyes Católicos. Hubo fiestas, aunque no conservemos su descripción; las referencias de las crónicas y obras literarias se reducen a señalar que las hubo, con mayor o menor número de espectácu­los. Sólo García de Resende, en su crónica, menciona los momos entre los festejos que se hicieron en Sevilla, con motivo de los desposorios de la Princesa de Portugal, dice que hubo «muito grandes e lunptuosas festas de momos e justas reaes em que el rey justou e foy mantenedor... e ouue outras e muytas e grandes festas»50. Son únicamente los gastos de estas fiestas reco­gidos por Baeza en sus cuentas, los que nos han permitido saber de su exis­tencia e intentar su reconstrucción.

La palabra momo designa a la vez «un espectáculo y los actores que en él participan»51. El momo es el disfraz o «falso visaje» tras del que se ocul­taban los aristócratas y caballeros que participaban en los juegos cortesa­nos52. Pero también momo y, o entremés designa un espectáculo más com­plejo, en el que se mezclan con la máscara, la poesía, la música, la danza, el lujo y los ingenios escenográficos.

46 Entre agosto y octubre de 1492 la corte se encuentra en estas ciudades; véase ROMEU DE ARMAS, A., Itinerario, pp. 197-198; Baeza, Cuentas, n, p. 35.

47 Véase ALENDA Y MIRA, Jenaro, Relaciones de solemnidades y fiestas públicas de España, Madrid, 1903, pp. 12-13. 48 ALENDA, Ibidem, pp. 13-14. 49 LALAING, Antonio, «Primer viaje de Felipe el Hermoso a España en 1501», en Viajes de extranjeros por España

y Portugal, de GARCÍA MERCADAL, J., Madrid, Aguilar, 1952, p. 463 y ss. 50 GARCÍA DE RESENDE, Vida e Jeitos..., op. cit., fol. LXV r". 51 ASENSIO, Eugenio, «De los momos cortesanos...», op. cit., p. 26. Véase, sobre los momos y entremeses en

Castilla, LÁZARO CARRETER, Fernando, Teatro Medieval, Madrid, Castalia, 1976 (4" edic.) y GÓMEZ MORENO, Ángel, El teatro medieval castellano en su marco románico, Madrid, Taurus, 1991.

52 Desde el siglo XIII está documentado en Europa el empleo de la máscara o disfraz, desarrollándose en el XIV y en los siglos posteriores. Véase STRONG, Roy, Arte y poder, op. cit., p. 28.

RHJZ - 74 173

Page 12: FIESTAS Y JUEGOS CORTESANOS EN EL REINADOifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/04/7diez.pdf · DE LOS REYES CATÓLICOS. DIVISAS, MOTES Y MOMOS POR MARÍA JESÚS DÍEZ GARRETAS* «Puesto

María Jesús Díez Garretas

Las cuentas de Baeza mencionan con frecuencia los gastos de los «falsos visajes» usados en los juegos de cañas, justas o correr la sortija. Pero también muestra una relación de los gastos y de los materiales empleados en la cons­trucción y montaje de unos momos y entremeses que se hicieron en la cele­bración de estas fiestas. Así se menciona la hoja de lata y otros utensilios que se emplearon en la edificación de una «floresta» de donde salieron los momos de las damas y la lujosa vestimenta de los caballeros-momos, compuesta por briales de seda blanca y negra, con cintas de igual color para sus cabezas y guarnecidos con argentería dorada y blanca53.

Pero sin duda, el edificio construido para los momos del Príncipe, remedo del de los cortesanos, era el que reunía el mayor número de elementos para construir un verdadero y complejo entremés: un castillo, leones, salvajes y disfraces. Un «hedeficio» que contenía un castillo, guardado por leones y salva­jes cubiertos por «hojas de oro de Baçín»54. Elementos a los que se añadirían el lujo de los vestidos, la danza, la música, y los breves poemas, y desarrollado en un escenario movido por los hilos de una compleja maquinaria. Reflejarían estos momos un tema muy repetido y empleado a lo largo de todo el siglo XV, en las artes plásticas y en los juegos cortesanos: el combate del caballero y el salvaje, contemplado por las doncellas desde las almenas del castillo, o sim­plemente la lucha de uno o varios caballeros que intentan salvar a las damas, o se disputan su favor. En cualquier caso, una derivación del tema del Enyas el Salvaje, que podía contemplarse en los muros de la Alhambra55. Trama que ponía en escena la victoria del caballero sobre el espíritu del mal, simbolizado por los salvajes y leones y que exaltaban «la ventura y la aventura puesta al servicio del bien y del amor»56.

Lástima que no se conserve la descripción de éstos y otros momos y fies­tas cortesanas, que como hemos visto, sí tuvieron lugar durante el reinado de los Reyes Católicos y que son muestra del lujo y la magnificencia de la Corte castellana, comparable a la de otros reinos peninsulares y europeos.

53 Baeza da cuenta de los materiales empleados: «hoja de lata, clauaçón, sogas, langas, cera y luminarias, para el edificio; argentería blanca y dorada, varas de çintas de seda blancas y negras, agujas, hilo, seda, alfileres, etc. para los ves­tidos». Se gastaron 525.171. mrs. BAEZA, Cuentas, I, 334-335.

54 Costaron estos momos 357.153 mrs. BAEZA, Cuentas, I, pp. 338-340. 55 Sobre el tema del salvaje en las artes plásticas, véase AZCÁRATE, José Mª, «El tema iconográfico del salvaje»,

Archivo Español del Arte, XXI (1948), pp. 81-99; también BERNHEIMER, R., Wild men in the Middle Ages, Cambridge-Massachusetts, 1952, quien presenta esta figura desde los diferentes ángulos en la literatura y el arte, la función social del mito y su naturaleza, y ARA GIL, Julia, Escultura gótica en Valladolid y su provincia, Valladolid, Institución Cultural Simancas-Diputación Provincial de Valladolid, 1977, pp. 241-242.

56 ASENSIO, E., «De los momos cortesanos...», op. cit., p. 33.

174 RHJZ - 74