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demia Nacional de la Historia, Estudios, Monografías y Ensayos,vol. 66, 1985.

SÁNCHEZ = FRANCISCO SÁNCHEZ ARÉVALO, Vida discente y labor docente deRufino José Cuervo, en Noticias Culturales, segunda época, núm.43, julio-agosto de 1989, págs. 9-11 (discurso leído el 19 de sep-tiembre de 1944 en la Escuela Normal de Bogotá).

TANNENBERG = BORIS DE TANNENBERG, Silhouettes contemporaines: RufinoJosé Cuervo, en BHi, III (1901), págs. 107-112 (trad, española enLa República, serie I, núm. 3, Bogotá, 28 de junio de 1902).

Vida - Vida de Rufino Cuervo y noticias de su época por ÁNGEL y RUFINO

JOSÉ CUERVO, 2 vols., París, 1892. Citamos esta obra según su terce-ra edición, en CUERVO, Obras, II, págs. 889-1630.

FIESTAS, ANIVERSARIOS Y REGOCIJOS PÚBLICOS:TEATRO PARA CELEBRAR A LA NACIÓN

«EL 19 DE ABRIL O UN VERDADERO PATRIOTA»DE PEDRO PABLO DEL CASTILLO

Construir una literatura dramática basada en hechos históricos ypersonajes arquetipos, que en definitiva representara el imaginario nacio-nal de la incipiente república, constituye una de las grandes expectativasmanifiestas por los nuevos venezolanos.

Sensible es para los que aman las glorias literarias de su patria que no poseamostodavía una pieza que se pueda llamar nacional '.

Competencia de esta joven dramaturgia nacional, que sin duda surgeanimada por la ideología liberal, sería representar mediante fórmulasdidácticas, moralizantes y efectistas, prestadas del melodrama clásico yromántico francés, situaciones que unidas a personajes modélicos lepermitieran mostrar, siempre dentro de la dicotomía civilización/barbarie,aquellos atributos positivos que indefectiblemente contribuirían a fortale-cer el proceso racionalizador emprendido por los 'ideólogos' de la jovenrepública, en tanto vía para garantizar el orden y en consecuencia elprogreso del país.

1 Revista teatral, El Constitucional, Caracas, 22-10-1834, pág. [4].

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Esta dramaturgia buscó crear cierto inconsciente colectivo represen-tado en términos geográficos, históricos y culturales. Elementos que apartir de una visión orquestada como solo es capaz de darla el teatro(recordemos el alto índice de analfabetismo que enfrenta la república ysobre todo, el poder de convocatoria y representación que le son inherentesal arte de la carátula) propenderían a fortalecer la ilusión de unidad del paísa partir de una expresión imaginaria de identidad nacional. Desde luego,esta unidad interna de nación representada en la joven dramaturgianacionalista posibilitaría, en tanto efecto reflejo, la inserción soberana delpaís, en términos no solo dramático-teatrales, en el conjunto de las nuevasnaciones surgidas en el continente.

Asumido como 'vehículo de opinión', el teatro (texto dramático ytexto escénico) debía difundir, en consecuencia, las ideas liberales quefundamentaban el proyecto civilizatorio emprendido por el nuevo Estadorepublicano. Esto es, debía representar aquellas ideas que legitimaran unmodelo de nación para realizarse en el futuro, paradójicamente escenificadoen el perpetuo presente del texto escénico.

Esta ventaja o peligrosa cualidad del teatro, manifiesta en su natura-leza polisémica, en su capacidad de convertir el 'aquí y ahora' represen-tado en acto de vida, 'estampa' de lo cotidiano y sobre todo en patrón delo verosímil posible, constituye la idea capital que define Pedro Pablo delCastillo 2, al escribir en una breve nota introductoria, dirigida al lector, lasmotivaciones que dieron origen a la escritura y posterior publicación de sucomedia nacionalista El 19 de abril o un verdadero patriota 3:

El anhelo de contribuir en modo alguno a la celebración del memorable día, enque por primera vez resonó el eco sacrosanto de libertad, en el dichoso suelo donde vila luz primera; puso la pluma en mi mano para escribir El 19 de abril o un verdaderopatriota.

No fue mi ánimo, en verdad, al hacer esta composición, ocupar los tipos conella, pues no la juzgaba digna de tal honor; pero la favorable acogida que se dignódispensarle en su primera representación un numeroso concurso, y el deseo de que,despertándose en los otros puntos de la República la idea de celebrar nuestros gran-des días nacionales con este género de festejo, a mi ver, el más propio, se multipliquen

2 1816-1885 (Caracas). Poeta, dramaturgo, ensayista y periodista. Doctor en derechopor la universidad de Caracas. Funcionario del gobierno del General José Antonio Páez.(Diccionario general de la literatura venezolana, Mérida, Universidad de Los Andes, 1987,136págs., t. I.)

3 PEDRO PABLO DEL CASTILLO, El ¡9 de abril o un verdadero patriota, Caracas, I mprentade George Corser, 1842. En adelante señalaremos directamente en el texto el número depágina correspondiente a los parlamentos citados.

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las composiciones de esta especie por los muchos genios de que puede gloriarse Vene-zuela, y que están llamados a enriquecer su incipiente literatura; me han decidido aello. Dichoso yo si veo cumplido este deseo, en favor del cual se me perdonará juzgue,que esta humilde reproducción puede contribuir en algo a tan grandioso objeto, (pág.fHI]).

Pero aún más, el texto es instituido por el autor, modelo dramático-literario para ser emulado por las nuevas generaciones de escritoresvenezolanos, quienes además tendrían la obligación de responder por eldestino y/o futuro de la joven literatura nacional. Por otra parte, PedroPablo del Castillo consagra al teatro, por tratarse del género más apropiadopara tal fin, la representación, y en consecuencia, divulgación de laideología nacionalista: nueva religión que tendrá por dioses tutelaresla libertad, la asociación y el progreso. Guiadas por estas nuevas deidadesque indiscutiblemente señalan el camino hacia la 'la tierra prometida', lasplumas de los poetas dramáticos rendirían culto a la recién instituida diosa(la nación) celebrando su peregrinar hacia el progreso y la civilización deacuerdo con el nuevo 'santoral' patrio. Y no sería menos: El 19 de abrilconstituye la primera obra dramática que da inicio al 'americanismoliterario' en el país, o bien para continuar nombrándolo en singular, a lajoven dramaturgia nacional venezolana.

Como veremos en seguida, esta comedia dividida en dos actosescritos en prosa con algunos parlamentos en verso, puede leerse como unacertado 'manual' representativo de aquellas ideas y comportamientosque rigen el carácter y la conducta de un 'verdadero patriota', en este casorepresentado por el 'héroe' dramático General retirado Pedro N., otroracombatiente de la gesta independentista.

LORENZO. ¡Ah! Si todos estuviésemos animados de ese mismo amor patrio ¡quemarcha tan brillante tendría Venezuela! (pág. 6).

Pero las pautas de este 'manual' nacionalista no solo determinan laconducta personal del héroe sino que también dimensionan el ámbitopúblico. En este sentido, la fábula, que se construye en el marco decelebración de la fecha patria que da título a la obra, descubre dos niveleso espacios de celebración: a) espacio público e institucional: referido a losactos oficiales ofrecidos en conmemoración de la Independencia; y, b)espacio privado: concerniente a la tradición fiesta que en honor a la fechacelebra año a año el General Pedro.

En ambos casos la libertad, la educación, la observación de las leyesy el orden se establecen como únicas garantías para alcanzar la consolida-ción de la nación. Lógicamente el texto propone por esta vía una ligaduraentre los dos espacios de celebración representados. Tanto uno como otro

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surgen y dependen de cierta concepción de libertad expresada dentro de losparámetros de la asociación civil, es decir, a partir de una acción combi-nada en la cual el bienestar individual se administra indefectiblemente enfunción del bien colectivo.

LA HISTORIA PATRIA: LEY DEL FUTURO, UNIVOCIDAD DEL PASADO

El primer Acto, que corresponde al espacio público, se inicia con unamuy elocuente escena en la que el General Pedro sentado en un cómodo'sofá' de su acogedora 'sala' lee "un tomo de la historia de Venezuela".Esta lectura provoca en el personaje un largo monólogo del cual nospermitimos citar algunas líneas:

¡Cuan gratos recuerdos despierta en mí esta lectura! ¡La historia de Venezuela!Cómo se agolpan de tropel a mi imaginación los gloriosos hechos de que he sidotestigo durante la heroica lucha de nuestra Independencia. De nuevo resuena hoy enmi oído el intrépido y santo grito de "muerte o liberad" que lanzara el primero esteilustre pueblo caraqueño, despertando a todo el continente americano, el diez y nuevede abril, día de gloria y de eterna recordación. Treinta y dos años han corrido y parécemeestar viendo aún aquellos grandes sucesos. "Ser libres o morir luchando" los buenosjuraron, y cumplieron los buenos su patriótico juramento (págs. 1-2).

Aunque la historia de Venezuela pudiera parecemos lectura evidentey por demás obligada en el General Pedro, dado el perfil modélico del'héroe', este recurso supone otro y más poderoso discurso destinado acomprobar de manera inequívoca la existencia independiente y soberanade la nación venezolana. En sus páginas se reconstruye de manera perfectael largo y glorioso 'peregrinar' de los mártires de la patria que en aras dela libertad, el progreso y la civilización, invirtieron no solo sus fortunassino también sus vidas como obsequio de un futuro exorcizado de todosigno de barbarie 4.

Así como las leyes, las ordenanzas, autos y reglamentos determinany ordenan las relaciones socio-espaciales de los nuevos ciudadanos, lahistoria patria fija el pasado y lo instituye como valor cultural irrevocable.Especie de 'Nuevo Testamento' en el que irremediablemente había deresolverse el futuro de la nación. Lo que 'somos' y lo que 'seremos' estáescrito en 'nuestra' historia, es decir, dependerá de lo que 'fuimos'5.

4 Véanse: HERNÁN VIDAL, Literatura hispanoamericana e ideología liberal: surgi-miento y crisis, Buenos Aires, Ediciones Hispanoamérica, 1976; JAVIER SANJINES, El"Americanismo Literario" como ideología dominante en la literatura hispano americana(1830-1870), en Revista Hipótesis, Bolivia, núm. 18, 1983.

5 GERMÁN CARRERA DAMAS, Una nación llamada Venezuela, Caracas, Monte Avila, 4*ed.,1991, págs. 83-86.

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De allíque la conducta y sentimientos patrióticos del General quedenlegitimados por este sino cultural: la historia escrita. Puesto que no se tratade dar crédito a una posición personal y en consecuencia aislada, auncuando esta, como es el caso del personaje, se encuentra motivada por supropia experiencia militar, e incluso se nos propone en el texto comoejemplo de 'buen' patriota; se persigue, más bien, representar a partir dela historia patria una situación de contingencia nacional que selle endefinitiva pasado, presente y sobre todo futuro de quienes pueblan y constru-yen la nación. Es decir, en la perspectiva de un hecho unificador yrevelador de cierta conciencia nacional. De allí que el héroe reconstruyasu fragmentada memoria a través de la lectura de la historia. "Treinta y dosaños han corrido [...]" y aun así los hechos vuelven a estar presentes, tantoque le pareciera estar 'viviéndolos nuevamente' representados en laspáginas de la historia. Por esta vía el héroe pasa de protagonista de lahistoria a lector de esta y en ese proceso distanciador la acata como si setratara de una ley.

En efecto, desde esta perspectiva la historia patria determina elhorizonte de espera de los venezolanos; resulta compendio de los másvirtuosos atributos en los que fundar la identidad nacional. Corresponderíaen definitiva a los discursos de la historia crear la ilusión del Estadonacional como unidad ordenada y perfecta. De allíque muy oportunamen-te Pedro Pablo del Castillo inicie su comedia valiéndose de este recurso.¿Quéefecto inmediato produjoen aquellos espectadores, mayoritariamenteanalfabetas, la imagen de un General excombatiente de la guerra deIndependencia leyendo (o leyéndose en) el primer tomo de la Historia deVenezuela? ¿Acaso esta imagen persiguiera autorizar el discurso históricoy por igual vía invalidar posibles contradicciones y desacuerdos entre estey aquellos otros protagonistas (fuera de ficción) que aún con vida nopensaban igual que el General Pedro? ¿Acaso la intención de esta imagensea la de unificar el pasado a través del discurso histórico, esto es:oficializado, hacerlo unívoco y por tanto incuestionable cual si se tratarade un decreto?

Presumiblemente el tomo de Historia de Venezuela que se muestraal público sea la reciente publicación de 1841 realizada en París por elzuliano Rafael María Baralt, la misma que le fue encomendada por elPresidente General José Antonio Páez 6. El dato importa en la medida enque la historia de Baralt fue concebida como un texto complaciente,

6 Véase: Luis CARRERA, LOS estudios históricos en Venezuela (fragmento), en GERMÁNCARRERA DAMAS, Historia de la historiografía venezolana, Caracas, Universidad Central deVenezuela, 2* ed., 1985, 566 págs.

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mediatizado por los intereses de ciertos proceres que como el General Páezse encontraban en desacuerdo con la ideas manejadas en los primerosintentos por historiar el proceso independentista; incluso, los documentosutilizados para la redacción de esta historia fueron proporcionados por los'héroes' patrios: Soublette, Urdaneta, Briceño y el mismo Páez7.

Aceptemos en provecho de esta idea, que el propósito explícito deesta pieza, la cual está dedicada al "Ciudadano esclarecido"8, así como elde otras muchas que se escribieron y representaron en el período, estádirigido a fundar una dramaturgia nacional en tanto expresión distintivadel nuevo Estado, pretensión esta que abraza todo el continente y queperdura en el siglo con muy distintos niveles de intensidad y de intención.Retomándose incluso en el siglo siguiente bajo nuevos motivos socio-culturales en prolongada discusión que abarcaría hasta la década delsetenta 9.

A TRAVÉS DEL CRISTAL

Pero de esta primera escena, sin embargo, importa señalar algunasconsideraciones acerca de la manera como se concibe imaginariamente laciudad en el texto. Recordemos que aun cuando se trata de una miradaficcional, aun así instaura una realidad.

Al toque lejano de una marcha el General Pedro se levanta de sucómodo sofá y mira (nos hace mirar) por la ventana. A través de ellaobserva (mos): se trata de los 'jóvenes aspirantes' (especie de juventudnacionalista o soldados voluntarios) quienes marcando el paso se dirigenhacia la plaza llenos de 'noble entusiasmo': allí participarán de los actosconmemorativos al 19 de abril, ofreciendo sus servicios a la 'patria'. Lasensación que nos produce esta imagen, aun cuando la realidad apuntaraabsoluto contraste, es la de un espacio urbano limpio, ordenado, tranquilo,lleno de luz solar (en tanto símbolo del pueblo heroico) y en el cual losciudadanos acoplados a un sistema comunitario responden voluntaria-mente a las necesidades de la ciudad y/o de la nación.

7 Loe. cil.8« A. S. E. El Esclarecido Ciudadano José Antonio Páez, Señor. Al elegir un mecenas

para el imperfecto ensayo en celebridad del gran día en que brilló la aurora de nuestraregeneración política, que tengo honor de presentaros; mi pensamiento se fijó en vos, comodigno en el más alto gradodel segundo títuloque lleva. Permitidme pues, señor, que me atrevaa unir a vuestro nombre esclarecido, el de vuestro humilde y entusiasta admirador », Op. cil.,pág. [III].

9 Véase el interesante ensayo de ÁNGEL RAMA, A la búsqueda de la nacionalidad porel teatro, en Revista Escena, núm. 11, Caracas, Consejo Nacional de la Cultura (COÑAC), Oct.de 1976, págs. 33-37.

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En otro momento de esta misma escena, el General consulta su relojde bolsillo y advierte que ya es próxima la hora de reunirse con el cuerpodiplomático para asistir al Te Deum. Asimismo en la escena final delprimer Acto se evidencia la preocupación que este personaje muestra porlos preparativos de la fiesta que dará en la noche; en conversación con sucriado Valentín, le pregunta si todas las 'esquelas de convite' fueronrepartidas oportunamente a cada uno de los invitados. Estos y otrosmuchos ejemplos, cual si se tratara de un visión caleidoscópica, proporcio-nan tanto al lector como al espectador diferentes y diversas aproximacio-nes de la ciudad imaginada. De esta manera, la ciudad que bien podemosleer como nación es vista a partir de su capacidad urbana y social expresadaen tiempo y espacio en tanto comunidad racionalizada y perfectible. Estoúltimo se evidencia en el deseo del General Pedro por mejorar cada añosu fiesta conmemorativa del 19 de abril. La excelencia que se persigue enambos espacios de celebración (público y privado) se entienden comoproyección de la nación. Ambas prácticas suponen índice de civismo yprogreso de la república. Más que un divertimento la fiesta ofrecida por elGeneral Pedro, resulta anclaje en el pasado, arraigo: sostenimiento de unsímbolo de identidad tradicional.

Desde otro punto de vista la fiesta aludida implica lectura ordenaday clasificada del tiempo-calendario dentro del discurso específico deltiempo histórico de la nación. Celebrar a la nación dentro del rigorcalendárico de sus fechas patrias, en las que obviamente y en conjunto conotros elementos (lengua, raza, credo, etc), se resuelve su integridadtradicional, significa ejercicio de una voluntad común y por tantoorganizativa del pueblo. Desde esta perspectiva, El 19 de abril, indepen-dientemente de su intencionalidad política, es en relación con la fechapatria, objeto y sujeto de esa misma expresión tradicional. Supone al igualque la Historia de Venezuela, la institución de un mito-valor a través delcual se reitera la perpetuidad de ese tiempo calendario abierto (puesto quese le van sumando fechas) y en el cual la nación va tejiendo su ropaje dediosa: su inmortalidad.

Finalmente, importa señalar el uso preciso, específico, adecuado quele destina el General a su uniforme de militar. Este atuendo solo es usadopor él en ocasiones conmemorativas de la patria: el 19 de abril o el 5 dejulio. Es decir, en aquellas ceremonias de carácter oficial u otros eventosrelevantes que así lo exigieran.

GENERAL. Pues saldremos juntos. Tened la bondad de esperar un momento. Voya ponerme el uniforme. Este y el 5 de julio, días en que quisiera que todos participasende mi entusiasmo, son los únicos en que lo visto; y si os he de decir la verdad, conorgullo, pues él me presenta a cuantos ojos se fijan en mí, como soldado que supo

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lidiar y vencer por la liberad de su patria, y me recuerda el deber en que estoy desacrificar toda mi fortuna, y derramar hasta la última gota de mi sangre, para verlapróspera y feliz (pág. 6).

La adecuada selección de los atuendos que ha de vestir es sin dudasíntoma de las nuevas sociedades modernas. Resulta notoria señal delcuerpo como discurso representacional de sí mismo. El 'mensaje' quetransmite el cuerpo vestido es 'arte y parte' del protocolo social. A travésde él se reiteran las relaciones y los límites del status dentro del sistemade representación social. En el texto esta advertencia del General funcionaa ras (aunque con mejor efectividad de recepción) con las preceptivascívicas de los manuales de comportamiento.

Para efectos de la incipiente nación, el uso selectivo del uniformemilitar constituye signo de la nueva sociedad civil organizada bajo unrégimen político democrático y representativo. Desde esta perspectiva, eluniforme militar junto con la espada y todos los accesorios otros que leacompañan es una forma o discurso demostrativo de poder en términos defuerza bruta y de opresión que ya no regía los destinos del país. Este tipode poder había tocado fin con el establecimiento de la República y en sulugar la sociedad civil se ordenaba, por decirlo así, dentro de los límites delfrac y la pluma.

EDUCADA LIBERTAD

Ahora bien, más que proponer una discusión en abstracto o, peor aún,per se de la libertad, el texto, a pesar de la semántica del título, postulasiempre desde una perspectiva moralizante, significado, uso y sosteni-miento de este 'bien' conquistado por los mártires de la Independencia. Lapreguntaque enfrenta El 19 de abril, y siguiendo con la idea del 'manual',sería ¿cómo administrar la liberad?

En la Escena XI de este primer Acto, el General Pedro describebrevemente, sin mayores detalles, la ceremonia que en honor del 19 deabril de 1810 ofreciera el gobierno; en rigor la escena funciona parainformarnos del progreso del país: constatar el nivel de ilustración ycivismo alcanzado y, aún más, predeciré! destino 'risueño' que le espera:

GENERAL. ¡Brillante, si! Hace honor al Gobierno. ¡Y qué entusiasmo, qué or-den! Ni siquiera una palabra descompuesta. ¡Cómo se van notando en todos, los efectosde la ilustración!

LORENZO. ES verdad

GENERAL. En otro tiempo se veía la instrucción pública con tanto abandono...Pero hoy es otra cosa. Este es uno de los grandes bienes que nos ha traído la Indepen-dencia. Por todas partes se crean escuelas primarias, se establecen colegios, se estimula

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el talento; y hasta día ha de llegar en que no gozará de los derechos de ciudadano elque no sepa leer y escribir. ¡Qué porvenir tan risueño espera a Venezuela! Por supuesto. Mientras más ilustrado sea el pueblo, mejor será el uso que haga de su liber-tad... (pág. 14).

Obviamente las palabras del General enuncian una relación tipofórmula milagrosa entre libertad y educación. Ambos vocablos y prácticasse asumen de acuerdo con su efectividad, mancomunadamente. Como siuna complementara a la otra y viceversa; como si una fuera 'cuerpo' y laotra 'alma' encargada de modelar posibles acciones de este: medirlo,controlarlo. De hecho, el personaje advierte que llegará el día en que no"gozará de los derechos de ciudadano" quien no sepa escribir y leer. Estoes, únicamente serán 'libres' quienes se encuentren integrados al nuevocircuito escriturario. Desde esta perspectiva la educación instaura laotredad: es obvio que indios, negros, mestizos y todos aquellos que noformaran parte de los intereses de los nuevos señores republicanosmaestros de la pluma, la oratoria y las finanzas, engruesan la periferianacional.

Leer y escribir en términos nacionalistas equivale a control.Específicamente control de la libertad. Supone 'norma' destinada aunificar aquella vastedad geográfica, ideológica, social y política sobre lacual, y a pesar de la cual, se construye la nación. Implica un acuerdo tácitocon quienes conducen el Proyecto Nacional. Nada de palabras 'descom-puestas' , todo debe ser dicho dentro del nuevo orden escriturario, es decir,guardando una postura estético-ideológica: 'saber decir', que en definitivaes la lengua de los burócratas, la de los hombres virtuosos e ilustrados. Lostópicos fundamentales de la retórica a partir de la cual se imagina la naciónenmascaran en su hacer las argumentaciones básicas en las que sesustentan.

Esta nueva 'Independencia' que se decreta mediante la educación,paradójicamente encierra también una nueva dependencia. La letra no solocalca las aspiraciones imaginarias de los sectores de poder, sino tambiéncopia modelos importados de las metrópolis europeas imponiendo sudesvencijado horizonte.

La ilustración en todo caso está referida a un espacio muy concretoy limitado en cuanto a posibilidades expresivas se refiere. El 'mejor' usoque se haga de la libertad estará medido por el mayor nivel de instrucciónadquirido por los ciudadanos, en otras palabras, por la mejor y mayoradhesión que se demuestre a ese otro espacio simbólico y ficcionaldistinguido por la palabra escrita, por la oratoria oportuna y, sobre todo,legal, que en definitiva, como lo anotara Benedict Anderson, apuntala la

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'no arbitrariedad del signo' 10. Los 'hijos de la libertad' abandonan laespada y la carabina para combatir con la pluma. A través de ella'construyen' mediante signos perfectos y por tanto unívocos (inodorosaunque no por ello escasos de color y sabor enervantes) esa otra 'realidad'dimensionada por la escritura.

La libertad se hace documento, canción, poesía, drama; se convierteen signo cuyo significante adolece de toda praxis no dispuesta sobre fondoblanco y negro. Como bien lo ha señalado Rama, "(...) la Libertad habíasido absorbida por la escritura" " , constituye en definitiva entelequiasuspendida entre un pasado heroico y un 'brillante' futuro. De acuerdo conello se 'realiza' en el intersticio del anhelo, en la inmediata potencializaciónde la palabra escrita. Parafraseando a Roland Barthes podríamos concluir:escribir es hacer. La escritura asume las funciones de la praxis y lasuplanta.

UNA NUEVA GENERACIÓN

Ejemplo de ello lo es Carlos, pretendiente secreto de Isabel, hija delGeneral Pedro, y quien finalmente formalizará su compromiso con esta.Este joven, hijo de un procer muerto en brazos del General Pedro durantela batalla de Carabobo, no posee más fortuna que un "corazón para [amara Isabel], y una pluma para servir a esta patria" (pág. 11), característica estaúltima que lo hace un joven 'excelente' en palabras del General: "prometemucho". En otro orden de ideas, Carlos representa un 'boleto' para elfuturo. Su virtud es la promesa de llegar a 'ser'. Por su puesto, esta promesaestá fundada en los atributos del personaje: joven, poeta, patriota conven-cido y estudiante de derecho (muy importante); pronto Carlos ingresará alas filas de escribanos, juristas y 'todo bicho de tinta' en los que se resuelvela ciudad escrituraria.

Por esta vía infalible, Carlos confía en recuperar la fortuna de supadre. Sus estudios de derecho y patriotismo heredado de su padre lo'elevarán' alosmas 'altos puestos' dentro de la República. Consagrándoseal 'servicio' de la patria, esta le 'devolverá' los bienes que invirtiera suprogenitor en las guerras de Independencia:

CARLOS. (...) No tengo bienes qué ofrecerle es verdad. Muerto mi padre en loscampos de la gloria, después de haber sacrificado toda su fortuna por la más noble

10 BENEDICT ANDERSON, Raíces culturales en Cuadernos Políticos, México, núm. 52,Oct-Dic. de 1987, pág 9. Puede verse también ÁNGEL RAMA, La ciudad tetrada, Montevideo,Comisión Uruguaya por Fundación Internacional Ángel Rama, s. a, págs. 63y sigs.

11 Op. cit., pág. 68.

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causa, sólo me dejó por herencia su heroico patriotismo. Vos lo sabéis muy bien. Peropronto, señor, tendré una carrera que eleva a los honores, a los más altos puestos. Mientera consagración al servicio de la patria, me devolverá esafortuna de que por ellaquedé privado en la infancia (pág. 29) [El subrayado es nuestro].

Por otra parte, Carlos representa esa nueva generación de ciudadanosque da continuidad al patriciado surgido de las guerras de Independencia.En cierta forma él es un heredero natural de la naciente nación: lo quepudiéramos llamar un 'ciudadano con privilegios' ante quien la nación sereconoce deudora:

GENERAL. Si por la patria quedaste privado de un padre; yo te lo restituiré porella. Si los bienes de tu familia fueron ofrecidos ante sus aras; yo te daré los míos. Yome enorgullezco de echar sobre mí la deuda que ella contrajo contigo (págs. 30-31)[El subrayado es nuestro ).

A despecho de Lorenzo, pretendiente formal de Isabel (quien segúnel General, aunque rico, no posee juventud y "su instrucción se reciente dela época peninsular en que nació"), la joven pluma de Carlos finamenteunida a la fortuna de Isabel conformarán la pareja prototipo. Ellosconstituyen el modelo cívico de la nación proteica anclada en su 'brillante'porvenir: los 'buenos' juraron y los 'buenos' cumplirán aún a través de sushijos. De allí que no debe extrañarnos cierta prepotencia manifiesta enCarlos. Su actitud, sin duda, postula en la práctica el azar o mejor eloportunismo como bandera de sus acciones: aprovecharse de la ocasiónaunque, en este caso sin causar perjuicios a terceros.

En este personaje se presiente al 'logrero' señalado por Elias PinoIturrieta 12 como prototipo del comerciante y hombre de negocios de laRepública paecista. Desde esta perspectiva, Carlos 'juega a ganador' entodo momento. Pedir en matrimonio a Isabel en plena fiesta, aun cuandoa esta no le parezca lo más apropiado pero, aun así lo acepte, resulta enCarlos oportuna ocurrencia: al General Pedro le gustaría ver asegurado elfuturo de su hija el mismo día en que se festeja la Independencia deVenezuela. Declarar su amor a Isabel en estas condiciones significa elevarsu petición a un nivel proverbial: "lo que deseo de ti es tan sublime comola libertad que hoy celebramos", pareciera decir en su inmediatez colo-quial. Aun cuando Carlos no precisa armar este teatro, puesto que Isabelle corresponde y el General no la obligaría a desposarse con Lorenzo,aventurarse en esta 'pantomima' es para el personaje una manera decongraciarse con los deseos del General, obviamente, pero también unamanera de postular la oportunidad como concepto de vida: instaurar el azar

12 Las ideas de los primeros venezolanos, Caracas, Monte Avila, 1993, págs. 75 y sigs.

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como destino. De allí que por momentos este personaje nos parezca unfarsante y reconozcamos en él cierto perfil tartufeano.

Volviendo a los atributos de los personajes Carlos y Lorenzo, esobvio que este último funciona en relación al primero como elementocontrastante. Pese a su vejez (42 años), a la precaria educación y al rechazo(amoroso) absoluto que le demuestra Isabel, la oposición entre ambospersonajes se construye más bien a partir de sus expectativas de vida, dela manera como éstos se relacionan con la realidad, de cómo la cuestionanen función de sus proyectos 'personales'; en última instancia se trata deuna oposición cultural.

Lorenzo simboliza el pasado, representa la sumisión, la oscuridad depensamiento. El lector/espectador identifica en él ese 'mundo' colonialdetenido que marchaba a la buena de 'Dios' y 'besaba la mano de loscuras'. De allí que Lorenzo encarne en el texto al municipal gris y olvidadode todo y por todos. Lorenzo no encaja en el nuevo tiempo simbolizado porCarlos: no posee el arrojo y la determinación que caracterizan a este. Nosabe expresar sus emociones y pensamientos: escribir un poema o unacanción patriótica. La idea de hacerlo su yerno viene dada en el Generalmás por desesperación que por convicción: teme morir y dejar a su hija sinun esposo que "pusiera fia] virtud [de ésta] al abrigo de la seducción". Entodo caso porque desconocía la relación existente entre Isabel y Carlos.

BUENOS Y MALOS EN LA BALANZA

Ahora bien, como buen 'manual' nacionalista el texto propone desdeuna perspectiva maniquea perfectamente divisible entre buenos y malos,aquellas conductas que sin duda enturbian el futuro de la nación. Buenos,como hemos visto, con el General Pedro (hombre virtuoso) y todosaquellos que sienten de 'verdad' a la nación y están dispuestos a 'sacrifi-car' vida y fortuna en aras del bienestar político, social y económico delpaís, malos son los'partidosciviles'y los falsos patriotas: "¡Especuladoresque sienten tanto lo que dicen, como lo que dejan decir; muy prontos aestirar la mano cuando la patria tiene algo que dar, pero que, cuando pidealgo, la esconden que parecen mancos!" (LORENZO, pág. 7).

Independiente de la veracidad y vigencia que actualmente pudiéra-mos concederle al parlamento de Lorenzo, es obvio que el 'mensaje' estádestinado a producir en el espectador común cierta alarma y desconfianzarespecto a la diversidad ideológica o partidista, la cual sin duda conduciríaa la desunión de la nación, al caos político, es decir, a la pérdida del ordenimpuesto:

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El orden viene a ser, entonces, la implantación de una conducta uniforme através de la coerción dirigida por un sector que ejerce el gobierno exclusivamente. Elcometido de los factores del proceso debe ser, en consecuencia, la eliminación de loselementos que introduzcan heterogeneidad dentro de la simetría. Así como lajerarquización es sinónimo de proporción y perfección, la diversidad produce anoma-lías. El status requiere, pues, el eclipse de la disidencia, sea cual fuere su naturaleza.Es decir, la muerte del juego partidista 13.

En rigor, el texto postula una muy clara idea de cuál debe ser elcamino a seguir para lograr la consolidación de la nación, es decir, lapermanencia del estado de cosas tal cual desde 1830, y de quienes debíanmarchar a la cabeza de este a manera de guías irreprochables. Este 'deber'corresponde a los proceres. Pero no a todos, sino a quienes como el GeneralPedro "trabajan sin descanso para consolidar el templo de la Independen-cia, de la libertad y el orden", esto es, a quienes ostentan el poder; a sus hijosen quienes la sangre patria les obliga el más 'desinteresado' patriotismo(Carlos), y finalmente, a los letrados que defendieran con su pluma lasideas liberales de los sectores de poder.

Por esta vía el texto constituye irrefutable 'loa' al Presidente GeneralJosé Antonio Páez, a su gestión de gobierno y a sus acólitos. De hecho elautor reconoce a Páez como modelo de 'buen patriota'. Esta idea se haceexplícita en el segundo acto, el cual se desarrolla en casa del General Pedroy constituye un llamado al orden, a la unidad partidista y a la obedienciade las leyes. Todo ello, por supuesto, dentro de un ambiente festivo en elque sobran las canciones, los brindis y la buena mesa. No perdamos devista que para la fecha de representación de esta pieza se hacían cada vezmás evidentes las grietas en la pretendida integridad política y social de laRepública del 'Ciudadano Esclarecido', por lo que este segundo actoresulta un intento desesperado por recuperar la armonía social perdida, oal menos la posibilidad de reanimar una cada vez más gastada ilusión.

¡VIVA!

Mezcla de realidad y ficción este segundo acto construido siguiendola estructura del vodevil representa, como ya lo hemos anunciado, una granfiesta en conmemoración del 19 de abril. En tanto medio propagandísticode ciertas ideas político-nacionalistas no dudamos de la efectividad de laconvocatoria emitada en los mensajes-diálogos. Basta repasar la lista deobjetos que adornan el jardín y/o patio de casa o revisar el contenido de lasletras de las canciones y de los múltiples brindis que se realizan

13 PINO ITURRIETA, Op. cit., págs. 137-138.

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compulsivamente en honor a la República para constatar parcialidadpatriótica y elocuencia publicitaria. Comencemos por descubrir el textodidascálico que ordena el escenario:

El teatro representa un jardín iluminado con vasos de colores amarillos, azul yencarnado, y flores de los mismos colores pendientes de algunos árboles. En el fondotransparente figurando la ciudad de Caracas con un sol naciente en cuyo centro res-plandece un 19: a la derecha del actor otro que representa la victoria; y a la izquierdaotro que simboliza la América y la España en actitud de reconciliarse, entrelazandolos pabellones venezolanos y español: a uno y otro lado del trasparente del centro losretratos de El libertador y El Ciudadano Esclarecido (...) (pág. 19) [El subrayado esnuestro].

Utilizar imágenes de tanto significado cultural y peso político parala sociedad venezolana del período como lo son, por citar las más notorias,los 'retratos' de Bolívar y de Páez, debió producir en el espectador comúnuna gama de sentimientos encontrados. Una sensación indefinida entreespacio virtual y espacio concreto (dentro/fuera, interior/exterior) quehacía desaparecer esa línea divisoria o 'cuarta pared' límite entre realidady ficción, entre escenario y público.

El lugar de la ilusión (escenario) se llenaba, por decirlo así, de unasucesión de objetos-símbolos en los cuales el espectador común sereconocía a sí mismo como parte esencial. El motivo de lo representado,es decir, el motivo de la ficción, también era motivo de su propiaexperiencia cotidiana: a ambos lados del escenario transcurría igualtiempo, a ambos lados del escenario acontecía la misma situación memo-rable. Lo que festejaban aquellos actores en la ficción (y por qué no,también como ciudadanos venezolanos) era competencia del público y detodo el país. Recordemos que la obra se representa al mismo día 19 de abrilde 1842.

El fenómeno que debió producirse en aquellos momentos de mayorentusiasmo y ardor patriótico (obviamente direccionado por efecto de lastécnicas del vodevil) bien pudiéramos imaginarlo a la luz del teatrocontemporáneo como una especie de happening, en el que tanto actorescomo público son absorbidos por un mismo sentimiento ceremonial y enel que realidad o ficción pasan a formar parte de una 'suprarrealidad',aunque momentánea, de efecto residual en el espectador. Actores ypúblico por momentos abandonarían su condición distintiva en esa'suprarrealidad'.

Acostumbrados como estaban los venezolanos a ver representar ensus teatros tan solo historias y personajes desligados de su contextocultural y geográfico, por primera vez se encontrarían 'inmersos' y

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'atrapados' dentro de una 'construcción imaginaria' que se apropiaba desus prácticas socio-culturales y al mismo tiempo se las devolvía bajo elefecto de un 'sueño' o de una realidad virtual compartida.

Ahora bien, esta exarcebada muestra de 'realidad' representadaconstituye una "(...) realización perversa de la denegación" M. La respues-ta que se espera del público viene dada por la conmoción, por un efecto'réplica' en el que este participa emocionalmente del espectáculo canjean-do a cambio y de manera inadvertida, subliminal promesa de acatar comoley aquello que le es inherente (en tanto parte de su tradición o de lo quese construye como tal), pero que no necesariamente lo entiende comoprioridad vital.

Se trata de un proceso de convencimiento, de manipulación que llevaimplícito una doble virtualización: el 'efecto teatral' (representación de El19 de Abril/texto escénico) y el 'efecto real' (celebración del 19 de abril/público) son dados, a partir de una visión general del espectáculo, comoúnico espacio de'realidad', posible. Esto no quiere decir que el espectadordejara de percibir como ficción la 'realidad' representada, sino que a partirde la fusión de ambos espacios de 'realidad' se produce ese otro espacioal cual hemos llamado 'suprarrealidad' en el cual ocurre el efecto de'identificación', si no total, al menos lo suficientemente convincente comopara anular en el espectador cualquier otra reacción de participación queno sea la esperada. Esto, es, el mensaje visual y lingüístico que recibe elespectador supone que este acepte y, en consecuencia, se someta a lavoluntad político-ideológica expresada en la 'máscara' del 'buen' patrio-ta, como medio para acceder a esa 'realidad' representada.

De hecho, en este orden: de derecha a izquierda del actor denotandocontinuidad histórica y política, los 'retratos' del Libertador y del 'Ciuda-dano Esclarecido' parecieran solicitar a los espectadores, o mejor aún,reafirmar la unidad de los venezolanos como imperativo nacional. Aúnmás, bajo la mirada de ambos proceres se daría cumplimiento a este'mandato' manifiesto en las canciones y en los brindis. De estos últimos,nos permitiremos citar tres ejemplos representativos de cada una de estasformas de convencimiento:

voz. Rolas ya las antiguas cadenas,/ Las mortíferas armas dejaron/ Paz eterna auna voz aclamaron/ No más guerra, venganza y horror/ Y aunque a veces fatídicasnubes/ Ocultaron el iris hermoso/ Disipólas un rayo glorioso/ Y más bello ostentó sufulgor (págs. 23).

14 ANNE UBERSFELD, Semiótica teatral, Madrid, Universidad de Murcia, 1989, pág. 34.

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voz. Dividida Colombia ha dos lustros/ Venezuela un Estado formó,/ Y la cartaen Valencia dictó/ Que asegura su eterno esplendor./ Sabias leyes su código encierra:/Hoy la rige un gobierno estimado:/ Donde quiera amistad ha encontrado/ El triunfantependón tricolor (pág. 23).

voz. El comercio, las artes, las ciencia/ Van marchando con paso asombroso:/De los campos el fruto abundoso/ Recompensa al feliz labrador:/ La instrucción sepropaga en los pueblos;/ Por do quiera se ven ciudadanos;/ ¿Qué más falta?...Vivircomo hermanos/ Fieles siempre a la ley y al honor (pág. 24).

GENERAL. Aun tengo que decir (Toman las copas.) A la gloriosa memoria de ElLibertador Simón Bolívar, a que perpetuándose sus eminentes servicios y sus virtudespatrióticas, crezcan sobre su tumba consagrada por el voto nacional, los lauros de laIndependencia y la oliva de la paz (págs. 24-25).

GENERAL. Acompañadme. (Todos llenan.) Por el actual Presidente de la Repú-blica (pág. 23).

CARLOS. Y porque Venezuela en las próximas elecciones le de un digno sucesor(pág. 23).

Obviamente la función que cumplen tanto las canciones como losbrindis es la de crear entre espectáculo y público una zona comunicacionalresumen o conclusiva de los mensajes-diálogos representados en el primeracto. En ellos se expresan clara y efectistamente, puesto que su objetivoúltimo es el adoctrinamiento ideológico, el mito utópico, mito adámico yel mito demoníaco que establece Hernán Vidal l5 como los tres tipos deargumentos estructuradores de la literatura liberal y del 'americanismoliterario'l6. Estoes, respectivamente: a) la visión de la historiapatriacomoel largo y glorioso peregrinar del pueblo hacia la civilización y el progreso;b) la ilustración como vía expedita para superar el pasado sumiso, oscuroy bárbaro, epítome de la época colonial; y finalmente, c) la unidad políticacomo arma protectora contra el demonio de los partidos civiles.

En definitiva, canciones y brindis, dado su efecto conmovedoramentecontagioso (ritmo y compulsión etílico-patriótica) construyen el espaciode la 'suprarrealidad' (resultante de la fusión del espacio representado y elespacio 'realidad' de los espectadores) y que por igual vía aspira conquis-tar y realizar en el plano concreto el espectador común.

Presumiblemente los más se marcharían a sus casas repitiendoconvencidos en el camino estrofas completas de las canciones oídasaquella noche; o bien inventando nuevos brindis en honor del Presidente

15 Op. cil.. pág. 50.16 Loe. cil.

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Páez los sorprendería la madrugada. Sin embargo, es posible que esto hayaocurrido de otra manera, es decir, que luego de finalizar la representación,tanto actores como público continuaran 'representando', ya sin fronteraspúblico/escenario, la celebración del 19 de abril sin otro libreto que el delconvencimiento y el amor patrio.

DUNIA M. GALINDO

Centro de Investigaciones Teatrales (CfT)

Caracas.

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