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12 12 Y mis manos poder prestar Con tu ayuda ser luz y sal Congo el cielo más cercano está Don Bosco, tu corazón generoso Se dio con fuerza en los pobres Y en los jóvenes de ayer Don Bosco nos acercas la amistad con el señor Que es fuente de la vida y del amor. Don Bosco con su auxilio ayúdanos Senmos su presencia si, Senmos su presencia si Senmos tu presencia y tu calor Don Bosco, don Bosco, espéranos. . . . . REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Braido Pietro, PREVENIR, no reprimir, Madrid – España, Central Catequísca Salesiana (CCS), 2003. Dicasterio de Pastoral Juvenil, La Pastoral Juvenil Salesiana cuadro fundamental de referencia, Bogotá - Colombia, Ediciones Salesianas, 2005. Len Arthur J, Don Bosco: Historia y Carisma 2, Madrid – España, Central Catequísca Salesiana (CCS), 2011. Peresson Mario L, Educar con el Corazón de Don Bosco, Madrid - España, Central Catequísca Salesiana (CCS), 2010. Rodríguez Jorge, Bicentenario del Nacimiento de San Juan Bosco 1815 – 2015, Cali – Colombia, Instuto Técnico “San Juan Bosco” 2011. RECONOZCO: Tener un corazón oratoriano, es en nuestros días, el sueño de toda educadora y todo educador, que desea ser auténcamente salesiano. TEMA: El Educador Salesiano: Pastor con Corazón Oratoriano. OBJETIVO: El educador salesiano de las obras de las FMA en la Inspectoría MME, idenficar las caracterísca de un proceso educavo que nace del corazón que quiere ser como el Corazón de Don Bosco y de Maín, para hacer cada vez más salesiana su prácca educava entre las, los niños, adolescentes y jóvenes. Ficha 4 Ficha 4 Ficha 4 ¡EXPERIENCIA! Responde las siguientes preguntas en forma personal y luego comparte con un compañero o compañera. ¿Te gusta compartir momentos de risa y de juego? ¿Contagias tu risa? ¿Por tus venas corre la alegría? ¿Tu corazón late? ¿Estás atento a tu corazón? ¿Qué miras en el patio cuando sales con tus chicos al recreo? ¿Eres auténtico educador o educadora? PALPITANDO CON CORAZÓN ORATORIANO ¿Cómo ser hoy Corazón Oratoriano? Al finalizar el tema de esta ficha, el educador podrá...

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Y mis manos poder prestar Con tu ayuda ser luz y sal Contigo el cielo más cercano está Don Bosco, tu corazón generoso Se dio con fuerza en los pobres Y en los jóvenes de ayer Don Bosco nos acercas la amistad con el señor Que es fuente de la vida y del amor. Don Bosco con su auxilio ayúdanos Sentimos su presencia si, Sentimos su presencia si Sentimos tu presencia y tu calor Don Bosco, don Bosco, espéranos.

. . . .

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Braido Pietro, PREVENIR, no reprimir, Madrid – España, Central Catequística Salesiana (CCS), 2003.

Dicasterio de Pastoral Juvenil, La Pastoral Juvenil Salesiana cuadro fundamental de referencia, Bogotá - Colombia, Ediciones Salesianas, 2005.

Lenti Arthur J, Don Bosco: Historia y Carisma 2, Madrid – España, Central Catequística Salesiana (CCS), 2011.

Peresson Mario L, Educar con el Corazón de Don Bosco, Madrid - España, Central Catequística Salesiana (CCS), 2010.

Rodríguez Jorge, Bicentenario del Nacimiento de San Juan Bosco 1815 – 2015, Cali – Colombia, Instituto Técnico “San Juan Bosco” 2011.

RECONOZCO: Tener un corazón oratoriano, es en nuestros días, el sueño de toda educadora y todo educador, que desea ser auténticamente salesiano.

TEMA:

El Educador Salesiano: Pastor con Corazón Oratoriano.

OBJETIVO: El educador salesiano de las obras de las FMA en la Inspectoría MME, identificar las característica de un proceso educativo que nace del corazón que quiere ser como el Corazón de Don Bosco y de Maín, para hacer cada vez más salesiana su práctica educativa entre las, los niños, adolescentes y jóvenes.

Ficha 4 Ficha 4 Ficha 4

¡EXPERIENCIA!

Responde las siguientes preguntas en forma personal y luego

comparte con un compañero o compañera.

¿Te gusta compartir momentos de risa y de juego? ¿Contagias tu risa? ¿Por tus venas corre la alegría? ¿Tu corazón late? ¿Estás atento a tu corazón? ¿Qué miras en el patio cuando sales con tus chicos al recreo? ¿Eres auténtico educador o educadora?

PALPITANDO CON CORAZÓN ORATORIANO

¿Cómo ser hoy Corazón Oratoriano?

Al finalizar el tema de esta ficha, el educador podrá...

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Don Bosco ha personificado el corazón oratoriano en su propia vida, en su amor sin medida a los niños, adolescentes y jóvenes que encontró por las calles de Turín, y que sigue encontrando en nuestros ambientes, en nuestras colonias, en nuestras comunidades educativas.

Y para nosotros que nos dedicamos a la educación, a ese proceso tan bello de ver crecer a nuestros interlocutores y acompañarlos en este caminar, tener un corazón grande es condición insustituible para ejercer con alegría y éxito nuestra tarea.

Un educador salesiano tiene frente a sí un gran reto, pues si viene a esta Obra buscando un trabajo, encuentra en ella una VOCACION y una MISIÓN.

En este encuentro de reflexión puntualizamos cómo ha de ser un Educador con Corazón Oratoriano.

El “corazón oratoriano” no puede ser limitado sólo a un lugar: es nuestra identidad salesiana. Es el criterio de identidad de nuestro ser educadores salesianos, educadoras salesianas, es el criterio de resignificación de cada ambiente educativo y de cada presencia salesiana y es también metodología.

El “corazón oratoriano” brota de una experiencia personal del amor de Dios, Buen Pastor.

El “corazón oratoriano” es sentirnos todos responsables para que la buena noticia de un Dios-Padre misericordioso sea conocida en todo el mundo, sobre todo llegue a quienes son marginados. Por esto decimos que nuestros predilectos son los/as jóvenes, especialmente los más pobres y para ellos creamos un ambiente especial.

Para formarnos un corazón oratoriano miramos a Don Bosco:

El número de muchachos que frecuentan el oratorio, aumenta todos los días, sea por una atracción espontánea, sea por la invitación de Don Bosco, su preocupación es la de buscar a los más pobres y abandonados para sacarlos de la calle. Para ello emplea diversas técnicas, todas basadas en el contacto personal y la amistad que conquista corazones.

A veces pasa frente a los talleres y a las canteras en el momento de la comida, se mete en los grupos de aprendices y dialoga con ellos interesándose por sus problemas; otras veces se pone a jugar cartas y dados, se sienta con ellos poniendo también lo que le corresponde; entra en las pensiones, cafés y en las peluquería, hace amistad con los patrones y aprendices, invitando a éstos últimos al Oratorio. Su lugar privilegiado

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Quiero testigo ser Quiero saber hacer Quiero tu ardor misionero Quiero un mundo de amor. Quiero forjar unión Quiero mi tiempo ofrecer Quiero soñar tu mismo sueño Y mis manos poder prestar Con tu ayuda ser luz y sal Contigo el cielo más cercano está Don Bosco, tu corazón generoso Se dio con fuerza en los pobres Y en los jóvenes de ayer Don Bosco nos acercas la amistad con el señor Que es fuente de la vida y del amor. Quiero decirte si Quiero sonrisas mil Quiero valor, confianza Quiero tu sencillez Quiero firme creer Quiero sin ir a servir, Quiero siempre educar Quiero a cristo anunciar Quiero a los chicos más pobres Quiero ser signo fiel Quiero esperanza y fe Quiero gastarme de amar. Quiero soñar tu mismo sueño

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CAMINO PELIGROSO: Prestar atención a no separar pastoral juvenil de la pastoral familiar anclándola fuertemente a la pastoral vocacional.

CAMINO SIN SALIDA: Evitar reducir el ambiente educativo a contenedor de “iniciativas carentes de finalidad” apuntando a hacerlo laboratorio de fe y cantera de esperanza.

LIMITE DE VELOCIDAD: Cuidar las jóvenes generaciones, teniendo sencillez y prudencia al involucrarse sin dejarse trastocar.

CINTURON DE SEGURIDAD OBLIGATORIO: Transmitir a los jóvenes la fascinación por las cosas grandes, sosteniéndolos en el camino hacia la meta.

PROHIBIDO EL PASO: Esperar con dulzura y respeto los tiempos de madurez de cada uno, reconociendo que “cada joven tiene su tiempo”

ALTO: Conjugar firmeza y mansedumbre, paciencia y audacia, ejercitando con las jóvenes generaciones la autoridad de decir NO con la misma dulzura que se dice SI.

PROHIBIDO EL RUIDO: Observar y proponer, bajando el tono de las inútiles lamentaciones y reduciendo las estériles exhortaciones.

TODAS LAS DIRECCIONES: Estimular a los jóvenes a tomar el camino, evitando dejarlos en la trinchera del paternalismo que los ahoga para sí.

CELEBRACIÓN:

Concluyamos nuestra reflexión con el CANTO: Quiero amar como tú, pidiéndole a Don Bosco nos de un corazón grande como el suyo.

Quiero amar como tu Quiero amar como tú, Quiero ver como tu Quiero tu fuego, tu entrega Quiero arriesgar por ti Quiero tu fe vivir Quiero avanzar como tu.

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Porta Palazzo, los va conociendo por su nombre y los va vinculando al Oratorio.

En este ambiente Don Bosco educa con su Sistema Preventivo, que tiene como eje la pedagogía del CORAZÓN. “El Sistema preventivo se expresa como un amor educativo que hace crecer y crea correspondencia”.

En la pedagogía del Corazón hay un rasgo fundamental que consiste en que el educador Salesiano tiene como misión amar a aquel que se le ha encargado educar. Pietro Braido, un estudioso de Don Bosco, escribe: “el amor debe ocupar el primer puesto en la acción educativa, con un corazón amante, tierno y generoso es como un maestro que debe desempeñar su importante ministerio”.

El educador que expresa ese amor en su pedagogía, lo refleja en su modo de educar, muestra interés por la formación de sus educandos, los habilita para la sociedad y mantiene una relación de cercanía con ellos. Se interesa por su situación, por sus problemas, es un amigo que genera confianza, despertando aprecio y amor educativo.

El papel que tiene el Educador Salesiano es fundamental para el estilo pedagógico a implementar en la educación del joven. Ha de estar en todo momento entre sus alumnos, alumnas, para colaborar y guiarlos con sentimientos de aprecio, de cariño, siempre dispuesto a acompañarlos tanto humana como espiritualmente. Es decir, se trata de vivir la experiencia de la asistencia Salesiana.

Ya en el sueño de los nueve años este personaje famoso que era Jesús le decía a Don Bosco “No con golpes, sino con la mansedumbre y la caridad deberás ayudar a estos tus amigos”. Y añade el mismo Don Bosco “la educación es cuestión del corazón”

El auténtico Educador Salesiano participa en la vida del educando, se hace su amigo, comparte experiencias, entabla momentos de dialogo fraterno y todo esto con el fin de conocer mejor al muchacho, muchacha y poder orientarlo en la vida. De aquí la importancia de que el educador salesiano sea alguien a quien le guste estar con los jóvenes. Ya lo dice Don Bosco “aquí con ustedes me encuentro feliz, mi vida es estar con ustedes”

Don Bosco decía que no basta solo amar “es necesario que los jóvenes sientan, experimenten que son amados” (Peresson 261).

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INTERPRETO: APROPIACIÓN

Tener un corazón Oratoriano hoy es también tener un corazón que ve y salva.

El cristiano tiene un corazón como el de Jesús, un corazón que “ve”, el cristiano y salesiano se acerca a cada persona con una mirada limpia de prejuicios, para ver en ella al semejante, que Dios le confía para concretar su amor. El cristiano participa de la misma mirada de Jesús que, desde el corazón, conoce y comprende las necesidades de los demás y, además, es capaz de discernir los caminos para acercarse a él y prestarle el mejor servicio.

Este sentimiento debe ser percibido por el joven, sentir que hay personas que se interesan por él, que quieren lo mejor para él y en quienes puede espejarse porque ve en sus educadores testimonios de vida.

El educador salesiano hacer sentir a los jóvenes que son amados; ellos sienten de inmediato el cambio de ambiente como si fuera una segunda casa, una nueva familia en donde son tenidos en cuenta y donde saben que tienen unos padres o madres espirituales que los aman y que están pendientes de ellos en buena parte del tiempo.

“El educador que quiera ser amado debe amar primero y manifestar su amor” . Es un sentimiento de reciprocidad, de correspondencia, de querer expresar su cariño a aquel que fue como un amigo, como un padre, como un maestro, y que incluso se llegan a constituir como modelos a seguir.

El amor salesiano es el que sabe hacerse corresponder, que hace crecer al joven. “el muchacho sintiéndose estimado, aprende a estimarse, a tener confianza, y a dar también él gratuitamente”.

El Educador Salesiano tiene esa misión, hacer que cada uno se sienta amado por igual cada niño, niña, adolescente o joven, sin importar la condición o situación en la que se encuentre, cada uno debe sentirse como el más importante en su camino educativo.

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3- ¿Ofrezco apoyo emocional y animación a los educandos inseguros en su modo de proceder?

4- ¿Ofrezco a los educandos ocasiones para aprender a tomar decisiones para el futuro?

5- ¿Los ayudo a clarificar sus intereses y objetivos personales?

6- ¿Acojo sus propuestas e iniciativas?

7- Estimulo la participación activa de los, las muchachos (as) a través de la conducción democrática del grupo?

8- ¿Me dirijo a ellos con un lenguaje asertivo?

9- ¿En la propuesta de actividades estoy atento (a) a responder a sus intereses?

10- ¿Dedico tiempo a la escucha de mis muchachos (as)?

11- ¿Al escucharlos, demuestro atención y respeto?

12- ¿Abro mi corazón para acogerlos a todos indistintamente?

Señalética del Educador Salesiano con Corazón Oratoriano.

DAR EL PASO: Explorar las fronteras del mundo juvenil, moviéndose por la convicción de que “evangelizar es gracia y la vocación propia de la Iglesia”

DIRECCION OBLIGATORIA: Acercarse a los jóvenes con entusiasmo sincero, testimoniando que ellos no son un problema, sino una fuente de esperanza.

CAIDA MÁXIMA: Trazar caminos de pastoral juvenil practicables, más que proyectos abstractos.

CRUCE PELIGROSO: Ayudar a los jóvenes a conjugar soledad y comunión, pidiéndoles establecer relaciones auténticas y no simples conexiones.

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COMPONENTE DESCRIPTIVO

¿Cómo es el contexto del que

provienen mis interlocutores?

COMPONENTE EXPLICATIVO

¿Cuáles considera que son la causas o

factores que condicionan la

situación particular de mis chicos, chicas?

COMPONENTE PREDICTIVO

¿Cuáles serían las

consecuencias, qué sucedería si no intervengo

educativamente en su vida?

Describo la realidad de mis interlocutores porque estoy con ellos…

CUESTIONARIO DE AUTOVALORACIÓN DEL EDUCADOR CON CORAZÓN ORATORIANO

A cada pregunta sigue una escala relativa a la frecuencia con la que actúas de acuerdo a ese comportamiento. Elige el nivel que a tu juicio corresponda a tu modo de actuar:

RASGOS 1 2 3 4 5

1- ¿Demuestro a cada niño, niña, adolescente, joven que lo aprecio como una persona diversa de los otros?

2- ¿Permito que cada educando exprese con libertad su pensamientos y sus convicciones personales

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Cuando el hombre abre su corazón para descubrir a su prójimo, la capacidad de amar que Dios puso en su corazón se ensancha...hasta llegar a albergar en su corazón el amor con las dimensiones del amor de Dios. De esta manera puede llegar a “ver” a Dios en el otro y “contemplar” en el otro a Dios.

Este es el fundamento de un corazón que como el de Jesús, como el de Don Bosco, ve y salva de las situaciones de pobreza, de exclusión, de ignorancia, de falta de amor y por ende a las personas de los chico, chicas, carentes de ideales y deseos de superación.

Un corazón oratoriano hoy…

Un corazón Oratoriano, ve, es decir describe la realidad, mira cómo suceden las cosas; sabe encontrar causas y contexto del por qué se dan de esa manera y puede prever las consecuencias que sucederán si no interviene educativamente.

El educador, educadora, Salesianos con corazón Oratoriano saben hacer suya la tarea de caminar con los niños, adolescentes y jóvenes que se les han confiado, dando respuesta de este modo a la propuesta que nos ha hecho el Documento en preparación al Sínodo de los Jóvenes, en el que nos invita a salir de los propios esquemas preconfeccionados, para encontrarlos, as allí donde están, como lo haría Don Bosco. El mismo documento dice en el apartado III, no. 1:

“Acompañar a los (niños, niñas, adolescentes) jóvenes exige salir de los propios esquemas pre confeccionados, encontrándolos allí donde están, adecuándose a sus tiempos y a sus ritmos; significa también tomarlos en serio en su dificultad para descifrar la realidad en la que viven y para transformar un anuncio recibido en gestos y palabras, en el esfuerzo cotidiano por construir la propia historia y en la búsqueda más o menos consciente de un sentido para sus vidas.

… Muchos niños son bautizados en la fe de la Iglesia y continúan el camino de la iniciación cristiana. Esto, sin embargo, no equivale a una elección madura de una vida de fe. Para ello es necesario un camino, que a veces también pasa a través de vías imprevisibles y alejadas de los lugares habituales de las comunidades eclesiales”.

Entramos aquí en la tarea importante de acompañar para un discernimiento vocacional: “Por esto, como ha recordado el Papa

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Francisco, «la pastoral vocacional es aprender el estilo de Jesús, que pasa por los lugares de la vida cotidiana, se detiene sin prisa y, mirando a los hermanos con misericordia, les lleva a encontrarse con Dios Padre» (Discurso a los participantes en el Congreso de pastoral vocacional, 21 de octubre de 2016). Caminando con los jóvenes se edifica la entera comunidad cristiana.

Interpelar a los jóvenes, ya desde su infancia, requiere del educador creatividad y abrir espacios a la novedad, a la búsqueda de caminos audaces y propositivos para evangelizar hoy.

“Tres verbos, que en los Evangelios connotan el modo en el que Jesús encuentra a las personas de su tiempo, nos ayudan a estructurar este estilo pastoral: salir, ver y llamar”, que es también un estilo del educador con corazón oratoriano:

Salir: Pastoral vocacional en este sentido significa acoger la

invitación del Papa Francisco a salir, en primer lugar, de esas rigideces que hacen que sea menos creíble el anuncio de la alegría del Evangelio, de los esquemas en los que las personas se sienten encasilladas y de un modo de ser Iglesia que a veces resulta anacrónico. Salir es también signo de libertad interior respecto a las actividades y a las preocupaciones habituales, a fin de permitir a los jóvenes ser protagonistas. Encontrarán atractiva a la comunidad cristiana cuanto más la experimenten acogedora hacia la contribución concreta y original que pueden aportar.

¡Cuánto no hizo Don Bosco en este aspecto!, que fue capaz de dejar en manos de sus antiguos alumnos la vida de su reciente congregación religiosa.

Ver: Salir hacia el mundo de los jóvenes requiere la disponibilidad

para pasar tiempo con ellos, para escuchar sus historias, sus alegrías y esperanzas, sus tristezas y angustias, compartiéndolas: esta es la vía para inculturar el Evangelio y evangelizar toda cultura, también la juvenil. Cuando los Evangelios narran los encuentros de Jesús con los hombres y las mujeres de su tiempo, destacan precisamente su capacidad de detenerse con ellos y el atractivo que percibe quien cruza su mirada. Esta es la mirada de todo auténtico pastor, capaz de ver en la profundidad del corazón sin resultar intruso o amenazador; es la verdadera mirada del discernimiento, que no quiere apoderarse de la conciencia ajena ni

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predeterminar el camino de la gracia de Dios a partir de los propios esquemas.

Es toda la vida de Don Bosco, que vio y compartió todo con sus jóvenes: tiempo, recursos, vida.

Llamar: En los relatos evangélicos la mirada de amor de Jesús se

transforma en una palabra, que es una llamada a una novedad que se debe acoger, explorar y construir. Llamar quiere decir, en primer lugar, despertar el deseo, mover a las personas de lo que las tiene bloqueadas o de las comodidades en las que descansan. Llamar quiere decir hacer preguntas a las que no hay respuestas pre confeccionadas. Es esto, y no la prescripción de normas que se deben respetar, lo que estimula a las personas a ponerse en camino y encontrar la alegría del Evangelio.

Don Bosco, a cuántos de sus jóvenes, invitó no solo con la palabra, sino con su propia vida a dejarlo todo para seguir su estilo de vida Salesiana.

ELIJO: ACCIÓN.

Educar significa dar y recibir. El que no da nada y pretende solo respuestas, no conquista a sus educandos; quien da sin exigirse, le falta compromiso:

¿Conozco los nombres de mis educandos? ¿Conozco sus situaciones personales?

¿Les hago entender que me interesan? ¿Cómo manejo los prejuicios, las “etiquetas” con mis chicos, chicas?

¿Estoy presente para impedir conductas negativas y para obtener un crecimiento armónico de sus actitudes?

¿Pretendo de ellos lo que es justo, evitando paternalismos y sin hacer diferencias entre ellos?

¿Me preocupo por acompañar el camino de descubrimiento de sus valores, cualidades, inquietudes y deseos que lo preparan a encontrar la propia vocación.

¿Mi corazón ve y salva o está un poco ciego? ¿Qué me impide mirar la realidad de mis educandos, educandas?