Fatima Verdad Oculta

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FÁTIMA, VERDAD OCULTA


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© CESAR URIBARRI 2008

2ª edición: octubre 2008

(este libro se puede adquirir en la web: http://www.lulu.com)


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Para aquellos que buscan la verdadmás allá de las primeras impresiones,

y para María,que no sólo lo ha alentado,

sino que lo ha hecho posible.


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INDICE.

INTRODUCCIÓN. LOS SECRETOS DE FÁTIMA...................9

1ª PARTE. LA VERDAD OLVIDADA. .................................13

1.- El olvido de fátima.. ..............................................15

2.-

El comentario de las suspicacias........................... 23

3.- Rescatando Fátima de las redes del olvido. .......... 37 4.- Cuestión de hemeroteca. ...................................... 47 5.- Daños colaterales... ..............................................63 6.- ¿Y el secreto? Olvidado.........................................91

2ª PARTE. LO QUE NO HA SIDO DICHO. ......................117

1.- La conjura............. .............................................119 2.- Si no os convertís, todos pereceréis igualmente. 145 3.- Los cruzados de la ruptura. ................................ 159 4.- La cruzada fatimista............................................ 175 5.- La cruzada del “cuarto” secreto. ......................... 223 6.- La apostasía........... ............................................275 7.- El escándalo. O de las verdades adulteradas. ..... 303

CONCLUSIÓN ................................................................ 319


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incendios, sin equilibrio ni peso, entre gritos de dolor ygemidos de desesperación que horrorizaba y hacía

estremecer de pavor. Los demonios se distinguían por susformas horribles y asquerosas de animales espantosos ydesconocidos, pero transparentes y negros.

Esta visión fue durante un momento, y ¡gracias a nuestraBuena Madre del Cielo, que antes nos había prevenido con la

promesa de llevarnos al Cielo! (en la primera aparición). Deno haber sido así, creo que hubiésemos muerto de susto y

pavor.

Inmediatamente levantamos los ojos hacia Nuestra Señoraque nos dijo con bondad y tristeza:

Visteis el infierno a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en elmundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si se hace loque os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz.La guerra pronto terminará. Pero si no dejaren de ofender aDios, en el pontificado de Pío XI comenzará otra peor.Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida,sabed que es la gran señal que Dios os da de que va acastigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra,del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al SantoPadre. Para impedirla, vendré a pedir la consagración deRusia a mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora delos Primeros Sábados. Si se atienden mis deseos, Rusia seconvertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por elmundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia.Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrámucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas. Por finmi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre meconsagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido almundo algún tiempo de paz. En Portugal se conservarásiempre la doctrina de la Fe, etc. Esto no se lo digáis a nadie.

A Francisco, si podéis decírselo. Cuando recéis el Rosario,diréis, después de cada misterio. ¡Oh, Jesús mío,

perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva a todas lasalmas al cielo, principalmente a las más necesitadas!


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2º Redacción del tercer secreto, fechada en Tuy, el 3 de enero de1944 y destinada al Obispo de Leiría-Fátima.

Hecho público el 26 de junio de 2000 en el documento “El mensaje deFátima” realizado por la Congregación para la Doctrina de la Fe,entonces presidida por el Cardenal Ratzinger, siendo Secretario dedicha Congregación Monseñor Bertone.

« J.M.J.

Tercera parte del secreto revelado el 13 de julio de 1917 en la

Cueva de Iria-Fátima.

Escribo en obediencia a Vos, Dios mío, que lo ordenáis pormedio de Su Excelencia Reverendísima el Señor Obispo deLeiría y de la Santísima Madre vuestra y mía.

Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos vistoal lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto aun Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda;centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar elmundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor queNuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida haciaél; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo confuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos enuna inmensa luz qué es Dios: algo semejante a como se venlas personas en un espejo cuando pasan ante él a un Obispovestido de Blanco “hemos tenido el presentimiento de quefuera el Santo Padre”. También a otros Obispos, sacerdotes,religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuyacumbre había una gran Cruz de maderos toscos como sifueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes dellegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas ymedio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado dedolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres queencontraba por el camino; llegado a la cima del monte,

postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto porun grupo de soldados que le dispararon varios tiros de armade fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos trasotros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas ydiversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas


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clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano,

en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regabancon ella las almas que se acercaban a Dios.

Tuy-3-1-1944”.


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1ª PARTE. LA VERDAD OLVIDADA.


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1.- EL OLVIDO DE FÁTIMA.

El esperado contenido de uno de los secretos vaticanos másinquietantes vio la luz un 26 de junio del año 2000. La Santa Sede porfin hacía pública la tercera parte del secreto de Fátima que debióhaberse revelado en 1960 y que por decisión de los papasprecedentes permaneció bajo custodia en los archivos vaticanos adcalendas graecas.

La opinión pública esperaba ansiosa la consumación de este eventotras tantos años de elucubraciones y especulaciones. Pocas veces unsecreto había sido cercado tan intensamente por los estudiosos enbusca de pruebas indirectas o indiciarias sobre su posible contenidocomo lo había sido éste. Y curiosamente una vez publicado por laSanta Sede pasó algo sorprendente, el miedo a un contenido que seintuía apocalíptico rápidamente se desvaneció. Para la Santa Sede elsecreto hacía referencia a la lucha, a lo largo del siglo XX, de lostotalitarismos ateos de signo comunista contra la Iglesia católica,teniendo su culminación en el intento de asesinato de Juan Pablo IIaquel 13 de mayo de 1981. La “lectura oficial ”1 del tercer secreto deFátima favoreció la tranquila mirada al presente y al futuro propiciadapor una interpretación, que en clave de pasado, de sucesos yaocurridos hizo del tercer secreto de Fátima la Congregación para la

1 A lo largo de todo este libro se emplean las expresiones “interpretaciónoficial ”, “comentario oficial ”, “opinión oficial ”... de modo mayestático respectodel comentario al tercer secreto emanado del Documento de 26 de junio de2000, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, titulado Documento sobre

el tercer secreto de Fátima. Sin embargo, en ningún momento se ha dicho porla Santa Sede que esa sea la opinión oficial del Vaticano sobre el tercersecreto. Siempre se ha tratado de una opinión, muy cualificada, eso sí, perouna mera opinión que no ha pretendido bajo ningún concepto en erigirse en laopinión auténtica del Papa. Así lo ha reconocido de modo expreso elCardenal Bertone.

Si queremos jugar con esa expresión -esas expresiones- es para diferenciarla opinión emanada de dicho documento de aquellas otras que se hicieronfuera de él. Es por esto por lo que la expresión “oficial ” va siempreentrecomillada, porque nunca fue adjetivada así por el Vaticano.


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Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio), presidida entonces por elCardenal Ratzinger. Éste entendía que el tercer secreto de Fátima

hacía referencia a sucesos que en el año 2000 habían de serconsiderados “ pertenecientes a la historia”. No había, por tanto, nadamás que esperar. Así lo reconocía el mismo Cardenal Ratzinger en elComentario teológico que acompañaba al esperado texto del secreto:

“Quien lee con atención el texto del llamado tercer “secreto”de Fátima, que tras largo tiempo, por voluntad del SantoPadre, viene publicado aquí en su integridad, tal vez quedarádesilusionado o asombrado después de todas lasespeculaciones que se han hecho. No se revela ningún gran

misterio; no se ha corrido el velo del futuro.”

De este modo el sorprendente “tercer secreto” que se había hechopúblico tras 40 años de espera2 dejó de ser sorprendente. Lo másllamativo ahora era que Fátima podía -¿debía?- ser considerada comocosa del pasado. Los miedos a que aquel secreto, celosamenteguardado desde 1944, hiciera referencia a graves sucesos futurosquedó relegado “oficialmente” a una profecía del atentado contra JuanPablo II en la plaza de san Pedro de Roma.

“Tras los dramáticos y crueles acontecimientos del siglo XX,uno de los más cruciales en la historia del hombre, culminadocon el cruento atentado al “dulce Cristo en la Tierra”, se abreasí un velo sobre una realidad, que hace historia...”(introducción al Documento vaticano sobre el tercer secretode Fátima).

2 Sor Lucia indicó que debía ser publicado a la fecha anterior de entre o su

muerte o 1960. Cuando el canónigo Barthas preguntó el por qué de esafecha, la respuesta de sor Lucia fue rápida y concisa: “porque así lo quiere laVirgen”. No obstante el Cardenal Bertone ha reiterado que en susconversaciones con sor Lucia, y preguntada a este respecto, respondía lavidente que la fecha de 1960 fue escogida por ella, no por la Virgen, -opiniónconvergente con la del experto de Fátima por antonomasia, padre JoaquínMaría Alonso-. Es indudable que existen fuentes contradictorias respecto alporqué de esa fecha, y en ambos casos por personas cualificadas de las queno hay motivos para dudar. A día de hoy el porqué de esa fecha es unacuestión irresoluble.


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Todo descansaría ya en los umbrales del pasado. El velo del futuro nosería desgarrado para dejar intuir lo que depararía a la humanidad del

tercer milenio. La interpretación “oficial ” había disipado las aguasborrascosas de la incertidumbre y del miedo y lo que se habíapresumido como un secreto que desvelaría graves sucesosconcernientes al destino futuro del mundo, se convirtió -debidamenteacompañado de su interpretación “oficial ”- en una agradable lluvia deprimavera. “Se refiere a hechos del pasado”, dirá Monseñor Bertone.No había nada que temer.

Los bienpensantes, la ortodoxia católica del “todo está bien” seapresuró a rebatir sospechas. Los medios de comunicación no muy

favorables a la causa católica, críticos y frívolos con todo lo espiritual,tampoco tuvieron reparo en ceder su espacio a las firmas de esosbienpensantes católicos de la ortodoxia. Dando voz a los “sensatos”,los mismos medios enemigos de Roma, contribuyeron a propagar lasensación de que, sobre Fátima, todo estaba concluido. Estasgrandes empresas de la comunicación (porque negarlo, casi todas enpoder de la masonería3) parecían de acuerdo en reducir Fátima a unasunto del pasado. Así, en torno a ese día dieron inicio a una brevecampaña en la que, o bien con artículos escritos desde el respeto y laaceptación de las apariciones marianas, o bien desde artículos

cargados de ironía o descreimiento, fue común la sensación de que loúnico e indiscutible sobre Fátima era el pensamiento “cómodo” (esdecir, “sensato”) de que no había nada de lo que temer. Todo estababien. El futuro pertenecía al hombre. Dios no tenía nada que decir.

No extrañó entonces que el hermano del entonces portavoz de laSanta Sede, Rafael Navarro-Valls, comentara el suceso en laspáginas del diario El Mundo el mismo día 26 de junio de 2000:

“Se dirá que lo hecho público ahora es ya Historia. Que elvelo del futuro no ha sido descorrido... Conviene no olvidarque, con el final de la guerra fría, los apocalipsis al uso no sontanto el nuclear cuanto los catastrofismos milenaristas yecológicos. Lo cual es consecuencia directa de una ciertadegradación del propio concepto de religión, que tiende a serdeformado por lo que Luigi Accattoli llama «notas de registrobajo». Es decir, tonos que la centran en aspectos marginales,

3 Véanse al respecto los estudios de Ricardo de la Cierva, Manuel Guerra,

Massimo Introvigne...


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dotados de cierta espectacularidad y que se mueven enzonas fronterizas con los cataclismos, la magia, el folclore o la

patología. Aunque el apocalipsis retrocede, aún queda lafascinación por él. Desvelando la totalidad de lo que los pastorcillos de Fátima vieron y oyeron el 13 de mayo de 1917,se evita que ese aludido retorno de lo religioso se conviertaen mercadillo de lucro de algunos especuladores.”

Con un plumazo de displicente bonhomía, Navarro-Valls disipabacualquier duda. Toda crítica no era más que mercadillo deespeculador de bajo registro. El suyo era el alto.

Pero esta postura, en su caso, era razonable. Al menos procedía deun modo de entender la fe y la religión en coherencia con la vidapersonal. La actuación de Dios tenía que pasar por los aros de lanormalidad. Lo extraordinario fue Fátima, lo ordinario su mensaje. Nopodía haber nada más. Todo pertenecía al pasado, puesto que elfuturo es la misma normalidad de la vida.

Esta dificultad para entender la grandeza de Fátima y su actualidadcampaba a sus anchas, por tanto, en el seno de la Iglesia“conservadora”. El mismo Juan Pablo II en 1990, ante una pregunta

de la periodista portuguesa Aura Miguel, respecto al secreto deFátima, diría algo que parece un desahogo personal frente a lasactitudes de fe “cientificista” que se respiraban dentro incluso de lamisma Iglesia en la que él confiaba:

“Por otra parte, también los mayores especialistas en ladoctrina de la fe quedan muy satisfechos si ven que una

palabra o una promesa, pasados los años, se cumple dealguna manera.”

Toda sospecha sobre lo publicado por la Santa Sede, sobre el hechode que pudiera haber algo más por conocerse que se hubierasilenciado, parecía fuera de lugar. Los “sectores de la sospecha”,quedaban relegados a su debido lugar, el de las notas de registrobajo. Y por otro lado los críticos con toda teoría de la sospecha sobrela opinión “oficial” , tanto de signo conservador como progresista,hallaron, curiosamente, en la interpretación “oficial ” del tercer secretoun punto de encuentro.


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Tras publicar la Santa Sede el “secreto” y su comentario teológico, elsector “fiel” al magisterio (creyente en las apariciones marianas

aprobadas por la Iglesia, pero desde la mesura) pudo respirartranquilo: todo pertenecía al pasado. Y de otra, los “críticos” a Roma,los “progresistas” -en los que era manifiesto su odio y rechazo a todolo que fuera sobrenaturalidad o intervención directa de Dios en elmundo, como el mismo fenómeno de las apariciones marianas-quedaron satisfechos con la interpretación. No es que la aplaudieran,pero como pertenecía al pasado, facilitaba que no se hablara más deltema.

La consecuencia de estas posturas fue clara: el olvido de Fátima.

Lo que antes había sido causa de apasionados estudios,conversaciones, esperas inquietas y curiosidad en grado sumo, cediórápidamente su puesto al recuerdo borroso de estúpidas inquietudesde “agoreros de desgracias”, y al interés nulo por el mensaje deFátima, o si no nulo, por lo menos en su justo lugar: el de lasdevociones personalísimas.

La inmediata consecuencia de estas posturas es que empezó a calaren la mayoría de los creyentes un olvido de Fátima, y del olvido se

pasó rápidamente al desconocimiento.Sin gran valor estadístico, pero como claro ejemplo de esto son laspreguntas que a modo de encuesta de andar por casa cualquierapuede ir haciendo respecto de Fátima, y en concreto sobre cuál es elcontenido del tercer secreto. De estas observaciones tan pocorigurosas (que duda cabe) y acotando el muestreo a católicoscreyentes, de toda edad pero mayoritariamente universitarios, yrespecto a la pregunta de “cuál es el contenido del tercer secreto deFátima hecho público por la Santa Sede” las respuestas suelen ser detres signos. La más mayoritaria es desconocer su contenido casiabsolutamente, (como mucho algunos han respondido al menos quehablaba del atentado sufrido por el papa Juan Pablo II). La siguienterespuesta en orden porcentual, aunque significativamente menor, esdesconocer que hubiera un secreto pendiente de revelarse. Y porúltimo, otra sorprendente respuesta (y recuérdese que han sidoreferidas por católicos creyentes y universitarios) aunque mucho másminoritaria, es la de desconocer casi todo sobre Fátima, incluyendoque hubiera secretos.


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Prueba de este desconocimiento es el resumen que el mismoNavarro-Valls hace de los secretos de Fátima en el artículo antes

mencionado:

“Como es sabido, lo hecho público es la última parte de unmensaje único que sólo las circunstancias han troceado. Delmensaje único se sabía desde hace tiempo algunoscontenidos. El anuncio de la Segunda Guerra Mundial. Lamuerte prematura de dos de los tres protagonistas (Jacinta yFrancisco), como así fue. En fin, el anuncio de posterioresconflictos bélicos debidos, en buena parte, a lo que en elmensaje se enuncia como «Rusia» (hoy hablaríamos de

imperialismo soviético) y acompañados de la aniquilación devarias naciones (Estonia, Lituania, Letonia etcétera). Tambiénse insinuaba el desplome del socialismo real.”

Sorprende que un catedrático de Derecho Canónico, hermano delentonces portavoz de la Santa Sede, tenga semejante idea de lossecretos. Mezcla tantas cosas y olvida tantas otras, que cabría decirque cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Si secomparan el contenido de los secretos (más bien uno solo con trespartes) con lo dicho por Navarro-Valls uno se sorprende que

tratándose de un artículo para la prensa no se haya informado mejorantes de darlo a la “imprenta”. Frente al primer secreto -la visión delInfierno-, Navarro-Valls habla de la Segunda Guerra Mundial. O biendesconocía el contenido real de esa primara parte del secreto o teníamiedo de hablar de tema tan políticamente incorrecto, como es laexistencia del Infierno y de que no está, desgraciadamente, vacío.Frente al segundo secreto -más complejo de resumir, consistente enla invitación de la Virgen a la devoción a su Inmaculado Corazón (y lapromesa de su posterior triunfo), como remedio contra los males queen caso contrario se producirían en el mundo y en la Iglesia (talescomo la venida de una segunda guerra mundial; Rusia elegida comoinstrumento del mal, que esparciría sus errores por el mundo,aniquilando naciones, haciendo sufrir a la Iglesia, al Papa ymartirizando a los buenos), Navarro-Valls mezcla su contenido a lapar que no tiene reparo en añadir extras tales como la inexistenteinsinuación del desplome del socialismo, así como la muerteprematura de dos de los pastorcitos que nada tiene que ver con losllamados tres secretos de Fátima. Y respecto del tercer secreto dadoque Navarro-Valls tiene el documento oficial delante, no hace sino


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resumir (eso sí, perfectamente) su contenido secundando la mismalínea interpretativa de la Santa Sede, es decir, en clave de pasado:

“La última parte de ese mensaje único, adopta la forma deuna suerte de profecía simbólica, que sintetiza la historia delsiglo XX en una sucesión de hechos superpuestos en eltiempo. Como más reseñables: la contienda de lasideocracias contra las creencias religiosas; el atentado contra«un obispo vestido de blanco», que Sor Lucía identifica en eltexto con un Papa y que el Cardenal Sodano hace un mes ymedio identificaba con Juan Pablo II; el martirio de un númeroindeterminado de personas. Este tercer secreto parece

preanunciar el siglo de los grandes totalitarismos -en especial,el de los campos nazis de exterminio y el de los gulagssoviéticos- con sus millones de mártires cristianos y nocristianos.”

Si el hermano del entonces portavoz de la Santa Sede desconocíahasta ese punto el contenido de Fátima, ¡qué podemos esperar de lagente de a pié! Ahora bien, aún desde la escasa profundización en lamateria no siente impedimento en erigirse en portavoz delpensamiento “de alto registro” y de la “religiosidad no decadente”.

Pero por desgracia esto no es más que una muestra de lo queempezó a ocurrir en la misma Iglesia Católica: el olvido de Fátima,que devino en un cierto desprecio de Fátima.

Como sin darse cuenta los católicos dejaron de sentir interés sobre eltema en gran medida “empujados” por la misma interpretación que enclave de pasado se hizo de la tercera parte del secreto. Si algopertenece al pasado, ¿qué interés puede tener para el futuro?Postura, por otro lado, absolutamente lógica para la vida diaria.

Curiosamente, lo que pretendían los bienpensantes arrumbando todaidea apocalíptica se volvió en su contra. Así, decía el mismo Navarro-Valls:

“¿Por qué revelarlo ahora? Si estamos a opinionesautorizadas, la razón estriba en que el mensaje de Fátimahabía sido indebidamente secuestrado por un sector que locentraba en un catastrofismo apocalíptico de caráctertremendista. Sobre ese texto inédito se especulaba en clavemilenarista. Con lo cual quedaba en la penumbra el mensaje


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público y manifiesto de Fátima. Es decir, la insistencia en loque es central en la doctrina cristiana: la necesidad de la

oración y la penitencia. También para fomentar la esperanzaen la misericordia divina y su capacidad de alterar el rumbode la Historia.”

Si lo que pretendían era llamar la atención sobre la necesidad de laoración y la penitencia, lo que lograron (no digo culpablemente) era justamente lo contrario: el olvido de Dios. En el fondo, porque esasposturas parecían desconocer la naturaleza humana. Una sociedadadormecida por el consumismo y el relativismo absoluto sóloreacciona ante el temor a su futuro. Si le confirman la estable

durabilidad de la “buena vida” –porque las malas noticias pertenecenal pasado- difícil es sentir una llamada urgente a la oración y a lapenitencia. Así, perdido el miedo a un catastrofismo apocalíptico, lagente iba dejando de acordarse de qué fuera la conversión y deporqué y hacia quién había que convertirse.

La consecuencia es que a Dios se le estaba olvidando.


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2.- EL COMENTARIO DE LAS SUSPICACIAS.

El tercer secreto de Fátima no parece que se trate de una merarevelación privada más. El mismo pontificado de Juan Pablo II lo haido confirmando continuamente: Fátima permanece íntimamenteligado a su ministerio petrino -y así se encargó de recalcarlo- a raíz

del atentado que sufrió el mismo 13 de mayo de 1981 (día en que secelebraba el 64 aniversario de las apariciones). El punto culminanteque hizo patente que las profecías de Fátima no eran una simplerevelación privada se constató otro 13 de mayo, en esta ocasión delaño 2000. En la misma explanada de Fátima el entonces Secretariode Estado del Vaticano, Cardenal Angelo Sodano, por decisión delPapa, anticipaba el contenido del esperado tercer secreto:

“Al concluir esta solemne celebración, siento el deber de presentar a nuestro amado Santo Padre Juan Pablo II la

felicitación más cordial, en nombre de todos los presentes, por su próximo 80° cumpleaños, agradeciéndole su valiosoministerio pastoral en favor de toda la Santa Iglesia de Dios.

En la solemne circunstancia de su venida a Fátima, el SumoPontífice me ha encargado daros un anuncio. Como essabido, el objetivo de su venida a Fátima ha sido labeatificación de los dos “pastorinhos”. Sin embargo, quiereatribuir también a esta peregrinación suya el valor de unrenovado gesto de gratitud hacia la Virgen por la protección

que le ha dispensado durante estos años de pontificado. Esuna protección que parece que guarde relación también conla llamada “tercera parte” del secreto de Fátima.

Este texto es una visión profética comparable a la de laSagrada Escritura, que no describe con sentido fotográfico losdetalles de los acontecimientos futuros, sino que sintetiza ycondensa sobre un mismo fondo hechos que se prolongan enel tiempo en una sucesión y con una duración no precisadas.


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Por tanto, la clave de la lectura del texto ha de ser de caráctersimbólico.

La visión de Fátima tiene que ver sobre todo con la lucha delos sistemas ateos contra la Iglesia y los cristianos, y describeel inmenso sufrimiento de los testigos de la fe del último siglodel segundo milenio. Es un interminable Via Crucis dirigido

por los Papas del Siglo XX.”

Nunca hasta ese momento se había desvelado una revelación privadaen un contexto tan “público, oficial y solemne”. Por la mismaindicación del Vicario de Cristo, ante su presencia y ante una

concurridísima afluencia de fieles –y curiosamente en el mismo lugaren el que 64 años antes fue revelado por la Virgen a tres simplespastorinhos- se daba a conocer el contenido del tercer secreto deFátima por el ¡Secretario de Estado Vaticano! Algo tenía el tercersecreto que requería de tanta publicidad y alta jerarquía. Y esto sevolvió más manifiesto unos días después, el 26 de junio de 2000,cuando el mismo Cardenal prefecto del Dicasterio vaticano másimportante, la Congregación para la Doctrina de la Fe, JosephRatzinger, presentó en una multitudinaria rueda de prensa elDocumento que hacía público el tercer secreto y su Comentario

teológico. Y no menos significativo fue el hecho de que el mismoCardenal Ratzinger asumiera personalmente la autoría del comentarioteológico emanado de su Congregación, haciendo constar su firma alfinal del documento.

Se hacía evidente la importancia que la Santa Sede daba al tercersecreto. En primer lugar fue anticipado su contenido solemnemente(cierto que de modo parcial) en presencia del mismo Juan Pablo IIaquel 13 de mayo en la explanada del santuario de Nuestra Señorade Fátima por el mismo Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Angelo Sodano. Y en segundo lugar porque quien era considerado elverdadero soporte teológico y doctrinal de la Iglesia de Juan Pablo II,el Cardenal Ratzinger, no sólo tomó sobre si la responsabilidad derealizar a título personal el esperado comentario teológico, sino quetambién quiso dar la máxima publicidad a este evento a través de unarueda de prensa en la misma sala Stampa del Vaticano.

Nunca hasta entonces se había visto en la Iglesia tal acontecimiento,el que una revelación privada, a más inri celosamente custodiadadesde 1944, fuera de tal modo dada a conocer con tanta solemnidad


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género de duda que entre las fechas posteriores al 13 de mayo de1981 (fecha del atentado) y las anteriores al 26 de junio del año 2000

(fecha de la publicación del tercer secreto) su opinión respecto aFátima no era la de algo referente al pasado, sino de una gravedad talque de ella dependía el futuro de la humanidad. ¿Qué ocurrió el 26 de junio del año 2000 para que cambiaran de opinión?

El mismo 13 de mayo del año 2000, Juan Pablo II dirigió a los fielesen la homilía de beatificación de los dos pastorcitos de Fátima, Jacintay Francisco, las siguientes palabras:

"El mensaje de Fátima es una llamada a la conversión,

alertando a la humanidad para que no siga el juego del"dragón", que, con su "cola", arrastró un tercio de las estrellasdel cielo y las precipitó sobre la tierra (cf. Ap 12, 4). La metaúltima del hombre es el cielo, su verdadera casa, donde elPadre celestial, con su amor misericordioso, espera a todos.

Dios quiere que nadie se pierda; por eso, hace dos mil años,envió a la tierra a su Hijo, "a buscar y salvar lo que estaba

perdido" (Lc 19, 10). Él nos ha salvado con su muerte en lacruz; ¡que nadie haga vana esa cruz! Jesús murió y resucitó

para ser "el primogénito entre muchos hermanos" (Rm 8, 29).

Con su solicitud materna, la santísima Virgen vino aquí, aFátima, a pedir a los hombres que "no ofendieran más a Dios,nuestro Señor, que ya ha sido muy ofendido". Su dolor demadre la impulsa a hablar; está en juego el destino de sushijos. Por eso pedía a los pastorcitos: "Rezad, rezad mucho yhaced sacrificios por los pecadores, pues muchas almas vanal infierno porque no hay quien se sacrifique y pida por ellas".

¡El mismo día que el Cardenal Sodano interpretaba el secreto enclave de pasado, el Papa evidenciaba la importancia y actualidad delmensaje de Fátima! Si todo debía referirse al pasado ¿por qué JuanPablo II dirigió una llamada urgente a los hombres de nuestro tiempo,a la generación presente en nombre de los mensajes de Fátima?¡Cómo no sentirse destinatario de esa premura casi angustiosa con laque Juan Pablo II alertaba a todos los presentes en la explanada deFátima! El Papa quería infundir la urgencia del mensaje de Fátimaminutos antes de que Sodano lo recondujera a la Historia. La homilíade beatificación de los dos pastorcitos destinatarios del secreto


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recogía palabras claras y nítidas sobre la grave y urgente llamada delMensaje de Fátima alertando sobre la batalla actual del bien contra el

mal, en la que está en juego no sólo la vida eterna de cada hombre,sino el futuro de la humanidad.

“El mensaje de Fátima es una llamada a la conversión,alertando a la humanidad para que no siga el juego del"dragón", que, con su "cola", arrastró un tercio de las estrellasdel cielo y las precipitó sobre la tierra (cf. Ap 12, 4).”

Hacer el juego al dragón (Satanás) no sólo implica poner en riesgo lavida eterna de cada uno, sino permitir que arrastre con su cola un

tercio de las estrellas del cielo contra la tierra, es decir, permitirle sudeseo de romper las estructuras de la Iglesia5 y del mundo -simbolizadas por esas estrellas arrojadas contra la tierra, de tancargado simbolismo y de tan variadas interpretaciones-. ¿Acaso nopodría verse bajo esa metáfora la lucha de los sistemas políticos decorte totalitario, relativista, laicista en contra del mismo hombre, encontra de la Iglesia? ¿O acaso no estaría también señalando el horrorde los desastres naturales, la destrucción del medio ambiente, lasmismas guerras, el hambre, los cataclismos cósmicos...?

Pero es que en esta línea ya previamente se había pronunciado elCardenal Ratzinger relacionando de modo más directo el contenidodel tercer secreto de Fátima con los peligros que se ciernen sobre lahumanidad. Lo haría el año 1985, en una respuesta al periodistaVittorio Messori, aprovechando que se le planteaba el problema de lassectas:

“Hay en estas sectas una gran sensibilidad (que en ellas selleva al extremo, pero que, en medida equilibrada, esauténticamente cristiana) frente a los peligros de nuestrotiempo. Y, por lo tanto, ante la posibilidad del fin inminente dela historia. La valoración correcta de mensajes como el deFátima puede significar un tipo de respuesta: la Iglesia,escuchando el mensaje vivo de Cristo dirigido a los hombresde nuestro tiempo a través de María, siente la amenaza de la

5 San Gregorio Magno, en su obra Moralia in Iob, entiende, siguiendo el sentirbíblico y de otros padres de la Iglesia anteriores a él, que esas estrellascaídas del cielo son los miembros de la Iglesia que no han sido fieles a suvocación o a Roma.


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destrucción de todos y de cada uno y responde urgiendo la penitencia y la conversión decidida”.6

La claridad de Ratzinger era absoluta. Sin rodeos, de modo directo,planteaba la directa relación entre el mensaje de Fátima con laposibilidad de la destrucción de todo y todos. Lo que contrastasobremanera con su opinión “oficial ” en el comentario teológico. Obien declaraciones tan contrarias (las de la interpretación “oficial ” porun lado, y por otro las anteriores -escogidas de entre un sinnúmero deellas-) se refieren a dos textos distintos del mismo secreto, o bien lainterpretación de la visión en un caso es una opción diplomática (la“oficial ”) y en los otros, fuera de toda censura, son auténticas

profundizaciones en el contenido del secreto conocido y publicado.

¿Qué se puede decir al respecto? ¿Qué interpretación debe sersecundada? Si se cuantificaran unas y otras, sorprende descubrir quela interpretación “oficial ” resulta minoritaria, -es más, sólo ha sidodefendida una sola vez (en el mismo documento que hace público eltercer secreto), mientras que la opinión contraria, más catastrófica yapocalíptica, es continua, reiterada en el tiempo, y siempre ampliada oprofundizada en sus diversos matices-. Pero, ¿cómo no sentirsedesconcertado ante tal disparidad de juicios? Porque ante el conjunto

de declaraciones tan contrarias lo más normal es plantearse unapregunta: ¿de qué habla verdaderamente el secreto de Fátima? ¿Cuáles el verdadero significado de la visión? ¿Qué opinan personal yciertamente respecto del tercer secreto los autores del Documentovaticano? ¿Es posible afirmar que a pesar de todo, ambosprohombres tenían una opinión unitaria y concreta respecto de lossecretos de Fátima? Y de ser así, ¿es posible saber o deducir cualsea ésta? Lo que sí puede afirmarse es que no es honrado defenderuna opinión a la vista de un único documento, -en este caso el“oficial ”- olvidándose del resto de declaraciones. Más bien será a laluz de cuantas declaraciones públicas y privadas se hayan hechorespecto del tercer secreto de donde se podrá deducir u obtener esaopinión personalísima y unitaria del misterio Fátima.

En este sentido si el comentario “oficial ” al tercer secreto tuvo tresautores directos y uno indirecto -los directos fueron el entoncesCardenal Ratzinger, el entonces Arzobispo Bertone y el Cardenal

6 Joseph Ratzinger-Vittorio Messori. Informe sobre la fe. BAC popular. 1986.

Pág. 128.


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«Si hasta ahora no se ha tomado esta decisión —responde—,no es porque los papas quieran esconder algo terrible».

Entonces, insisto, ¿hay «algo terrible» en el manuscrito de sorLucía?

«Aunque así fuera —replica, escogiendo las palabras—, estono haría más que confirmar la parte ya conocida del mensajede Fátima. Desde aquel lugar se lanzó al mundo una severaadvertencia, que va en contra de la facilonería imperante; unallamada a la seriedad de la vida, de la historia, ante los

peligros que se ciernen sobre la humanidad. Es lo mismo que

Jesús recuerda con harta frecuencia; no tuvo reparo en decir:«Si no os convertís, todos pereceréis» (Lc 13,3). Laconversión —y Fátima nos lo recuerda sin ambages— es unaexigencia constante de la vida cristiana. Deberíamos saberlo

por la Escritura entera.” 7

Cuando salió a la luz el libro entrevista de Ratzinger y Messori en elaño 1985, los augurios de que el secreto de Fátima pudiera encerraralgo catastrófico parecían confirmarse. Las palabras del CardenalRatzinger eran muy claras sobre los peligros futuros que se ciernen

sobre la humanidad. Y su relación directa con el contenido del tercersecreto era patente.

De otra parte, Juan Pablo II tampoco se le quedaba a la zaga, si biensus declaraciones eran menos directas (rara vez hacía referenciaexplícita al tercer secreto) el contenido de sus palabras en contextosrelacionados con Fátima siempre reflejaban la inquietud por el futuro,y la esperanza del triunfo de María, -tanto en los escritospertenecientes a la época de la guerra fría como en aquellosposteriores a la caída del Muro de Berlín-.

El 13 de mayo de 1982 será una de esas ocasiones. En la mismaexplanada de Fátima, un año después del atentado, Juan Pablo II, haacudido como peregrino en acción de gracias.

“¿Y cómo se presenta aquí hoy, Juan Pablo II, sucesor dePedro y continuador de la obra de Pío, de Juan y de Pablo y

7 Joseph Ratzinger-Vittorio Messori, Informe sobre la fe. BAC popular. 1986.

Págs.118-120.


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particular heredero del Concilio Vaticano II, delante de laMadre que engendró al Hijo de Dios, en Su Santuario de

Fátima? Se presenta con ansiedad, para hacer la relectura deaquel llamamiento maternal a la oración, a la penitencia y a laconversión, de aquel llamamiento ardiente del Corazón deMaría, que se hizo oír aquí en Fátima hace 65 años. Sí, loreleo con el corazón amargado, porque veo cuantos hombres,cuantas sociedades y cuantos cristianos han ido en direccióncontraria a aquella que fue indicada por los mensajes deFátima. El pecado ha adquirido así un fuerte derecho deciudadanía y la negación de Dios se difunde en la ideologías,las concepciones y los programas humanos.

(...) La invitación evangélica a la penitencia y a la conversiónes hoy más actual que hace 65 años. Es por tanto másurgente.

(...) El sucesor de Pedro se presenta aquí también comotestimonio de los inmensos sufrimientos del Hombre, comotestimonio de las amenazas, casi apocalípticas, que pesansobre las naciones y sobre la humanidad.”

En aquel contexto, en la misma explanada de Fátima, con el silencioamenazante del tercer secreto, la multitud sentía renacer una llamadade alerta hacia la importancia de los tiempos presentes y los peligrosfuturos que contrasta con esa lectura en clave de pasado que añosdespués emanaría de la Santa Sede. Fátima estaba directamenterelacionada con el futuro de la humanidad no sólo con la historia de suatentado. Así lo entendía Juan Pablo II y así lo haría ver un año antes, justo el mismo año del atentado contra su vida, en una de los actoslitúrgicos más significativos de todo su largo pontificado, la oraciónsolemne en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, el 8 dediciembre de 1981:

“Oh, Madre de los hombres y de los pueblos, Tú conocestodos sus sufrimientos y sus esperanzas, Tú sientesmaternalmente toda la lucha entre el bien y el mal, entre lasluces y las tinieblas que golpean el mundo: acoge nuestrogrito directamente en Tu corazón y abraza con el amor de laMadre y de la Sierva del Señor los pueblos que másnecesitan de este abrazo, así como a los pueblos cuyaconsagración tu esperas de modo particular. Acoge bajo tu


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protección materna a la entera familia humana que concariñosa entrega, a ti, oh Madre, nosotros consagramos.”

(Oración de Juan Pablo II en la Basílica de Santa María laMayor, Roma, 8 Diciembre 1981)

La ansiedad por el futuro de la humanidad no quedaba circunscrita alpeligro soviético, los males del mundo trascendían el mismo ateismomilitante y violento del comunismo ruso. Desde muchos sectores sesilenciaba el mal soviético, y desde otros el capitalismo descarnado.Juan Pablo II iba al fondo del problema, trascendiendo losplanteamientos políticos. Y este análisis profundo sobre los males dela humanidad permanecía inalterado en el pensamiento del papa

polaco más allá, incluso, del derrumbe de la Rusia comunista, comomanifestó en 1997:

“En el umbral del tercer milenio, observando los signos de lostiempos en este siglo XX, Fátima es, ciertamente, uno de losmayores, entre otras cosas porque anuncia en su mensajemuchos de los signos sucesivos e invita a vivir susllamamientos; signos como las dos guerras mundiales, perotambién grandes asambleas de naciones y pueblos marcadas

para entablar el diálogo y buscar la paz; la opresión y las perturbaciones sociales sufridas por diversas naciones y pueblos, pero también la voz y las oportunidades dadas a poblaciones y a personas que mientras tanto se habíanlevantado en el panorama internacional; las crisis, lasdeserciones y los numerosos sufrimientos de los miembros dela Iglesia, pero también un renovado e intenso sentido desolidaridad y mutua dependencia en el Cuerpo místico deCristo, que va consolidándose en todos los bautizados, deacuerdo con su vocación y misión; el alejamiento y elabandono de Dios por parte de personas y sociedades, perotambién una irrupción del Espíritu de verdad en los corazonesy en las comunidades, hasta llegar a la inmolación y almartirio para salvar «la imagen y la semejanza de Dios en elhombre » (cf. Gn 1, 27), para salvar al hombre del hombre.(...)

Amados peregrinos, como si pudiera abrazar a toda lahumanidad, os pido que, en su nombre y por ella, digáis:«Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios. Nodeseches las súplicas que te dirigimos en nuestrasnecesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ohVirgen gloriosa y bendita».” (Mensaje de su santidad Juan


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Pablo II al obispo de Leiría-Fátima en el 80 aniversario de lasapariciones de la Virgen, Vaticano, 1 de octubre de 1997)

Con estos antecedentes sorprendió que en el año 2000 se dijera queel secreto de Fátima hacía referencia a “hechos pasados” y más enconcreto a que su culminación fue el fatídico atentado del 13 de mayode 1981.

Algo parecía no cuadrar. Si con anterioridad al 26 de junio del año2000, fecha en que se da a conocer el texto del secreto, la inquietudpor el futuro había sido expresamente manifestada tanto porRatzinger como por Juan Pablo II en todo contexto relacionado con

Fátima y el tercer secreto, ¿porqué la interpretación “oficial ” dice quese refiere a sucesos pasados? Desde el mismo momento en que elCardenal Sodano anticipó el contenido del secreto en la explanada delSantuario de Fátima, aflora la sensación que desde la Santa Sede setrasladó la consigna de reinterpretar históricamente, ante la opiniónpública, el secreto de Fátima. Lo que antes habían sidomanifestaciones respecto del secreto en directa relación con el futurode la humanidad, tras aquella fecha del 13 de mayo de 2000 pareceexistir una “opinión oficial ” en la que ahora “todo pertenece al pasado”.

Probablemente la razón de este giro en la interpretación tenga suclave en lo que el mismo Messori planteara al Cardenal Ratzinger en“Informe sobre la fe”: “¿Por qué no se ha decidido nunca publicarlo,aunque no fuera más que para evitar suposiciones aventuradas?” ¿Noserá justamente esta pregunta la clave olvidada para entender quehay detrás de dicha publicación, es decir, no será esa necesidad deque el tercer secreto sea publicado para que una vez conocido seponga punto final a todo temor –alimentado por suposicionesaventuradas- que impida el vivir valientemente?

Tampoco se puede negar que existía una demanda creciente de quefuera publicado el secreto. Movimientos de fieles, dignidadeseclesiásticas, grupos creadores de estados de opinión... presionabana la Santa Sede para que cumpliera el encargo de sor Lucia. Y almismo tiempo circulaban por los foros públicos muchos pseudosecretos que habían sido recogidos por algunos medios de


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reveló por la Virgen tal secreto allá en el año 1917, ¿se puede decirque eso profetizado ya ha ocurrido o aún está por ocurrir? Estas

preguntas nacen de la simple lectura del secreto de Fátima. Y eralógico que se buscara en la historia del siglo XX un hecho similar alque anticipaba el secreto de Fátima. Pero era en vano, porque si bienera constatable que el siglo XX había sido rico en horrores y mártires,no era constatable que se hubiera visto alguna vez el asesinato de unPapa y de la totalidad de cuanta Iglesia fielmente le siguiera en eldolor. El contenido literal del secreto refería algo que en el año 2000no podía darse aún por cumplido.

¿Porqué la Santa Sede, por el contrario, entiende que se refiere a

hechos ya pasados? ¿No será que sin una interpretación solvente lasimágenes descritas por la visión del tercer secreto podrían provocartal desánimo ante lo que está por venir que llevara a los cristianos aabandonarse a su suerte, a los vientos de las circunstancias, ante laimposibilidad de evitar lo profetizado? Sin una interpretación teológicaen profundidad podría pensarse que las profecías son inalterables.Era lógico que Ratzinger quisiera devolver al hombre su destino, a lospueblos la responsabilidad de sus actuaciones, a la libertad laimportancia de sus decisiones.

“Que una «mano materna» haya desviado la bala mortalmuestra sólo una vez más que no existe un destino inmutable,que la fe y la oración son poderosas, que pueden influir en lahistoria y, que al final, la oración es más fuerte que las balas,la fe más potente que las divisiones.” (Comentario teológico altercer secreto, in fine)

Una interpretación que recondujera al pasado el texto de sor Luciavolvería a abrir las puertas de la libertad y la responsabilidad que elmiedo podría haber cerrado. Pero el riesgo era evidente, unainterpretación en clave de pasado podía resultar tan optimista que elmensaje de conversión quedara diluido una vez perdido el miedo a unfuturo terrible.


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3.- RESCATANDO FÁTIMA DE LAS REDES DELOLVIDO.

¿Qué se puede decir de Fátima que no haya sido dicho ya? ¿No esun tema ya cerrado desde aquel 26 de junio de 2000 cuando elVaticano desveló el misterio tan celosamente guardado, aquel fatídicosecreto que quedó, finalmente, puesto en su sitio, desmitificado, des-alarmado? Es más, ¿acaso es interesante volver sobre este tema?¿Tiene sentido reiterar sobre algo cuyo interés no puede ser mayorque el de un hecho histórico, terminado, concluido, sin imbricacionespara el futuro ni interés para el pasado? ¿Qué se puede aportarnovedoso? ¿Un nuevo estilo narrativo para algo carente de interés?¿O quizá buscar posicionamiento a favor de las tesis radicales de losfatimistas contestatarios al estilo del padre Grunner, o del padreKramer? (Por lo menos hay que reconocer en ellos la chispa del fuegode metralla que obliga a ponerse a cubierto y buscar armas para

contraatacar o cuanto menos, quedarse subyugado por su capacidadde fogueo y darse en retirada, que al menos, es la forma más segurade no ser herido -ni interpelado-).

Pero, ¿verdaderamente está todo dicho? ¿Hay algo pendiente porconocerse de y sobre Fátima? Indudablemente sí. De hecho el mismoCardenal Bertone reconocería siete años después del Documentooficial de la Santa Sede que a la muerte de sor Lucia habían sidodesveladas nueva revelaciones del tercer secreto9. Si esto lo afirmabaquien había reiterado por activa y por pasiva que todo había sido

revelado, ¿cómo no iban a surgir voces discrepantes por parte decuantos habían acudido a las fuentes más solventes sobre Fátima o alas mismas hemerotecas?

La crítica más grave al documento vaticano, y casi unánime en losfatimistas, era que éste silenciaba parte del tercer secreto. El

9 Tarcisio Bertone, La última vidente de Fátima, Págs. 125 y siguientes. La

esfera de los libros. 2007.


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Vaticano, decían, no se atreve a revelar la parte más explosiva deltercer secreto. El escándalo del tercer secreto “burlado” por el

Vaticano seguía siendo el caballo de batalla de los fatimistas desdeaquel 26 de junio del año 2000. Pero lo curioso es que de año en añolas voces críticas iban en aumento y no siempre desde los sectoresmás radicalizados10. Empezaba a extenderse la evidencia de que eltexto secreto custodiado por la Santa Sede tenía algo más y de másgrave contenido.

¿Puede ser esto cierto? ¿Es creíble que aún haya algo silenciado, degravísimo contenido, del que no se quiere ni tan siquiera mentar suexistencia, pero cuyas huellas históricas y eclesiales casi se pueden

rastrear con milimétrica exactitud, hasta el punto de hacer tambalearlo publicado en el año 2000? Esta es la posición mayoritaria de losescépticos (críticos) con la interpretación “oficial ” del tercer secreto,entre los que se incluyen, cómo no, los fatimistas Grunner y Kramer,pero no sólo. Recientemente han ido a engrosar esta lista deescépticos -respecto a la integridad oficial del tercer secreto dado aconocer por el Vaticano- destacadas figuras del panorama católico“conservador” cuyo prestigio y renombrada fidelidad a la causacatólica están mas que fuera de toda duda. Es decir, figuras dereconocida lealtad y amor a la Iglesia Católica y al santo Padre de los

que difícilmente se puede encontrar otra motivación en su crítica queno sea la búsqueda de la verdad.

En primer lugar destaca Vittorio Messori, único periodista que haentrevistado a dos papas, Juan Pablo II (Cruzando el umbral de laesperanza) y Benedicto XVI (Informe sobre la fe, si bien entonces erael Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe) ycuya información religiosa, análisis y libros son leídos por millones depersonas. A Messori le toca el honor de ser el primer prohombre de laortodoxia católica que mostró su escepticismo respecto al tercersecreto y su interpretación. De hecho su primer desencuentro público

10 Importantes vaticanistas quedaron sorprendidos e insatisfechos con la

interpretación oficial . Así se lo reconocerá Giuseppe de Carli al CardenalBertone en el libro entrevista “La última vidente de Fátima”. Bertone noresponde. Es indudable que desencantó a muchos. De Carli reconoce aBertone como las plumas de vaticanistas de los considerados fieles a “Roma”dejaban traslucir cierta frustración e insatisfacción: Marco Tosatti, Luigi Accattoli, Aura Miguel, Marco Politi, Orazio Petrosillo, Andrea Tornielli, AlcesteSantini, Christa Kramer von Reisswitz... fueron vivo ejemplo de ello.


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con el tema de Fátima ve la luz en las páginas del periódico italianoCorriere della Sera, días después de la muerte de la última vidente de

Fátima -sor Lucia- ocurrida el año 2005:

“Cuando sor Lucia, la vidente de Fátima, muere en elmonasterio de Coimbra, el 13 de febrero de 2005, su celda esrápidamente sellada. La religiosa había escrito mucho, y sesabía que tenía un diario que le había mostrado a suconfesor. Mejor, por tanto, cerrar aquella puerta y evitar ladispersión de documentos antes de que fueran reclamados

por las autoridades eclesiásticas”.

Si bien Messori, como periodista de oficio, desconocía el contenidoconcreto de aquello que se pretende “sellar”, en cambio sí que poseíade modo suficiente la clave de la información tal como para al menosseñalar pistas y dejar caer indirectas. Y aún sin reconocer de modotajante ni directo la existencia de una parte no revelada del tercersecreto, su prestigio y fina crítica fueron suficientes para producir elprimer maremoto sobre la validez de la interpretación vaticanasimplemente afirmando, que de Fátima, “no está dicho todo”.

Y junto a Messori se alineó en posición de batalla contra la validez de

la interpretaciónoficial

otro periodista italiano, también fiel a Roma: Antonio Socci. Socci se hizo muy popular en Italia como director de unprograma televisivo de la RAI –Excalibur- de contenido religioso en unmoderno formato de debate, información, rigor, documentosaudiovisuales e investigación que fue muy seguido y reconocido porlos italianos y su Iglesia11. Pero Socci, moderno y conocedor dellenguaje periodístico contemporáneo, demostró ser profundamentecombativo y más directo que Messori, lo que le empezó a granjear nopocas enemistades en la Curia vaticana. A él se le debe uno de losmayores tsunamis que ha anegado la opinión pública en Italia y quede nuevo ha puesto en entredicho la validez de la interpretaciónvaticana, y no por los radicales y críticos, sino por gente que la Iglesiaha considerado siempre “de los suyos”. La culpa de este zarpazo a la

11 Por Excalibur pasaron las apariciones de Medjugorje, sus videntes, la

historia del Padre Pío de Pietralcina, temas de bioética como la manipulaciónembrionaria, el aborto, la clonación... Y en un formato alejado de losestereotipos carentes de atractivo, mojigatos y cursis, de tantos programas“religiosos” se ganó el respeto profesional de los sectores periodísticos aúncríticos con la Iglesia católica.


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calma vaticana fue una investigación teológico-periodística que Soccipublicó en noviembre del año 2006 y cuyo título era más que

elocuente: El cuarto secreto de Fátima.

La génesis de este libro tan directamente opuesto a la interpretación“oficial ” tuvo su origen en el desconcierto que le produjo a Socci laactitud de Messori, antes mencionada, en la que cuestionaba un cierto juego de silenciamiento en torno a Fátima. ¿Cómo era posible, sepregunta Socci, que tan fiel católico, renombrado y querido por JuanPablo II, pusiera en duda la actuación de la Iglesia respecto a Fátima?Y tras un primer asombro, Socci decide bajar a la arena de lapolémica, estudiando la argumentación primero de Solideo Paolini y

posteriormente tanto la de los fatimistas críticos (Grunner, Kramer)como la de los expertos en Fátima más “ortodoxos” (como frereMichele de la Sainte Trinitè y el padre Joaquín Alonso). El resultadode su investigación y de sus fuentes (en la que destaca el que fuesecretario del papa Juan XXIII, Monseñor Loris Capovilla, a través desus conversaciones con Solideo Paolini) es sorprendente: segúnSocci hay dos textos manuscritos de sor Lucia relativos al tercersecreto, en uno se refiere la visión publicada por la Santa Sede, enotro las palabras de la Virgen explicando la visión y que daríancontinuidad a la misteriosa frase “En Portugal se conservará siempreel misterio de la fe, etc

.”.El shock que este libro produjo en Italia es extraordinario.Desconcertada la curia vaticana por el ataque de uno de losperiodistas “fieles a la causa” las reacciones no se hicieron esperar. Elmismo Messori salió al paso con otro artículo en Corriere della Sera digno de un equilibrista, donde ni afirmaba ni desmentía. Pero lareacción más inesperada fue la de quien había sido objeto de lascríticas más despiadadas del libro de Socci: el Cardenal Bertone. ElSecretario de Estado Vaticano, o lo que es igual, el segundo hombremás poderoso de la Iglesia Católica, se vio obligado a presentar conurgencia otro libro en el que narra sus entrevistas con la que fue laúltima vidente de Fátima -sor Lucia- entre otras cosas (que dudacabe) para desmentir las tesis de Socci. Y es que Socci acusó aBertone de ser el artífice de la mayor estafa a los católicos: elsilenciamiento y encubrimiento de una parte del secreto. Pero Bertoneno se quedó corto en los calificativos, y le tachó de mentiroso y dehacer el juego a los enemigos de la Iglesia: la masonería.


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El río sonaba demasiado como para no alimentar las dudas de quealgo bajaba sobre las aguas revueltas de Fátima12.

¿Por qué este nuevo redescubrimiento de Fátima? ¿Por qué estasdudas? Para responder a esto es necesario ubicar lo ocurrido en eseaño 2000 –el comentario oficial y la publicación del tercer secreto- junto con el contexto político en el que se produce y los posterioresacontecimientos que se fueron sucediendo.

Siguiendo la línea “oficial ” vaticana se debería decir que todo loconcerniente al tercer secreto pertenece al pasado, por lo que delcontenido de Fátima sólo quedaría por cumplirse la promesa del

triunfo de María.

Cuando se hace público en el año 2000 este secreto, no cabe dudade que el panorama internacional aún cuando no pacífico, tenía tintesmás esperanzadores de los que tiene en la actualidad. Difícilmenteera imaginable el sombrío panorama que se avecinaría al añosiguiente. En cierto modo era posible (ingenuamente posible) creerque el 2000 iba a ser el comienzo de un siglo de (relativa) paz13. Pero

12 Y es que los vientos de la marejada no paran ahí. Fuentes de perfil

tradicionalista (cercanos a los posicionamientos del cismático –que noherético- Lefevbre) y siempre muy bien informadas, animan el misterio entorno al tercer secreto afirmando que desde el Vaticano les llegan noticias deque se trabaja en un nuevo documento sobre Fátima, dado que a BenedictoXVI lo que salió de su factoría en junio de 2000 -cuando era Prefecto de laCongregación para la Doctrina de la Fe-, no le parece suficiente. Y esasfuentes afirman que el contenido estaría más próximo a las tesis de Socci(falta algo por revelar ), que a las de Bertone (todo está dicho).13

Cómo no recordar la obra, convertida en aquellos años en un betseller, Elfin de la Historia y el último hombre, libro de 1992 de Francis Fukuyama,basado en su ensayo de 1989 "¿El Fin de la Historia?", publicado en The

National Interest . En esta obra Fukuyama exponía su tesis de que la Historiahumana, como lucha de ideologías, había terminado, con un mundo finalbasado en una democracia liberal que se ha impuesto finalmente tras el fin dela Guerra Fría. Para Fukuyama el motor de la historia, que es el deseo dereconocimiento, se ha paralizado con el fracaso del régimen comunista, lo quedemostraría que la única opción viable es la democracia liberal tanto en loeconómico como en lo político. Se constituye así el llamado pensamientoúnico: las ideologías ya no son necesarias y han sido sustituidas por laeconomía. Estados Unidos, es por así decirlo, la única realización posible delsueño marxista de una sociedad sin clases. En palabras del propio autor “elfin de la historia significaría el fin de las guerras y las revoluciones


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salvación se manifieste” (meditación a la décimo segundaestación del Via Crucis).

En el 2005 la promesa del triunfo de María todavía no se habíacumplido, y la sensación de estar inmersos de lleno en una épocaoscura se hacía patente. Por lo que algo no cuadraba con laexplicación vaticana. Si el tercer secreto se refería a hechos delpasado había un abismo que era imposible transitar: ¿cuándo severificará el triunfo de María? ¿Acaso la escalada de terror, odio y malno va en aumento? ¿Acaso no son más visibles cada día los frutos delas sociedades sin Dios? ¿Acaso la semilla del ateismo no haprendido en el corazón de occidente? ¿Acaso el islamismo no ha

retomado sus odios ancestrales a todo lo judeo-cristiano? ¿Acaso elcomunismo no sigue pujante y vivo, atroz en su escalada dedesprecio a los derechos humanos como ocurre en China y Corea delNorte? ¿Acaso los socialismos radicales y jacobinos no vanposicionándose con renovadas fuerzas en el mundo en su luchasecular contra la Iglesia tanto en Hispanoamérica como en Europa?¿Acaso Rusia no está retomando su poderío militar y su orgullo patrioherido tras el desmantelamiento del imperio soviético?

La misma Madre, que había descorrido el velo del futuro anunciando

lo que ocurriría en el mundo hasta que se cumpliera la promesa de Sutriunfo, alertando de los peligros del comunismo, de la segunda guerramundial, ¿iba a olvidarse de anunciar o anticipar lo que acontecieraen el mundo desde la caída del muro de Berlín en adelante? ¿Es que,entonces, alguien podía decir que desde la caída del imperio soviéticohasta nuestros días estábamos en el mejor de los mundos posibles enel que se constataba ya ese triunfo de María? Más bien todo locontrario. El mismo Juan Pablo II reconocía que la situación actual delmundo es peor que en los tiempos de la guerra fría con la amenazanuclear. Así por ejemplo en su carta Rosarium Virginis María (del año2003), al analizar la situación de la paz en el mundo exclamó, comoen un susurro desazonado:

"Parece que sólo una intervención de lo Alto pueda evitar untrágico final".

Y si esto no parece suficiente para vislumbrar cual era la opinión deJuan Pablo II sobre la situación del mundo, merece la pena destacarlas que fueron sus últimas líneas escritas (año 2005), por todo lo queconllevan de testamento personal, espiritual y profético (no en vano su


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sucesor en el trono de san Pedro, Benedicto XVI, ha reiterado en unsinnúmero de ocasiones el don profético de su predecesor, Juan

Pablo II):

"A la humanidad, que en ocasiones parece como perdida ydominada por el poder del mal, del egoísmo y del miedo, elSeñor resucitado le ofrece como don su amor que perdona,reconcilia y vuelve a abrir el espíritu a la esperanza. El amorconvierte los corazones y da la paz. ¡Cuánta necesidad tieneel mundo de comprender y acoger la Divina Misericordia!"?

Se hacía difícil creer que el atentado a Juan Pablo II aquel 13 de

mayo de 1981 era el secreto tan celosamente guardado y que ahora,de Fátima, sólo faltaba esperar el triunfo de María. Especialmenteporque los sucesos tan graves que se vinieron sucediendo desdeaquel 1981 no tuvieron su colofón final con la caída del muro de Berlínni con el derrumbe soviético. Y esto se reconocía, curiosa yparadójicamente, en el mismo Documento oficial sobre el tercersecreto. De hecho la Congregación para la Doctrina de la Fe notendrá pudor en volver a recoger las palabras que el Cardenal Sodanodirigió a los fieles presentes en la explanada de Fátima al anticipar elcontenido del tercer secreto. En ellas Sodano, parafraseando al

mismo Papa que directamente le escuchaba, reconoce que la cruz dela Iglesia no ha terminado su escalada hacia el Gólgota, y que elmismo mensaje de Fátima que leía los signos de los tiempos, leetambién los de nuestro tiempo actual, de nuestro presente, con unaespecial perspicacia:

“Los sucesivos acontecimiento del año 1989 han llevado,tanto en la Unión Soviética como en numerosos Países delEste, a la caída del régimen comunista que propugnaba elateísmo. También por esto el Sumo Pontífice le estáagradecido a la Virgen desde lo profundo del corazón. Sinembargo, en otras partes del mundo los ataques contra laIglesia y los cristianos, con la carga de sufrimiento queconllevan, desgraciadamente no han cesado. Aunque lasvicisitudes a las que se refiere la tercera parte del secreto deFátima parecen ya pertenecer al pasado, la llamada de laVirgen a la conversión y a la penitencia, pronunciada al iniciodel siglo XX, conserva todavía hoy una estimulanteactualidad. «La Señora del mensaje parecía leer con una


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perspicacia especial los signos de los tiempos, los signos denuestro tiempo ...”

Sinceramente este fragmento es un ejemplo vivo en el arte de lanegación del principio de contradicción (una cosa no puede ser y no-ser al mismo tiempo). Señalando a vuelapluma esas“contradicciones”, asombra leer en tan pocas líneas ideas tanopuestas, pues si “oficial mente” parece reconocerse que el contenidodel tercer secreto pertenece al pasado (“las vicisitudes a las que serefiere la tercera parte del secreto de Fátima parecen ya pertenecer al

pasado” ) al mismo tiempo se matiza ese alcance interpretativo alreconocer que esto es sólo una opinión (las vicisitudes a las que se

refiere la tercera parte del secreto de Fátima parecen ya pertenecer al pasado). Y eso sin olvidar la reiteración que en dos ocasiones se hacerespecto de que el contenido del mensaje sigue siendo actual y quehace referencia a nuestra época presente, es decir, que no perteneceal pasado (Sin embargo, en otras partes del mundo los ataques contra la Iglesia y los cristianos, con la carga de sufrimiento queconllevan, desgraciadamente no han cesado. (...)la llamada de laVirgen a la conversión y a la penitencia, pronunciada al inicio del siglo

XX, conserva todavía hoy una estimulante actualidad . «La Señoradel mensaje parecía leer con una perspicacia especial los signos delos tiempos,

los signos de nuestro tiempo ...”).

No sólo el Cardenal Sodano, entonces Secretario de Estado delVaticano, deja caer, subrepticiamente, la idea de que aún no está todocumplido en Fátima, sino que el mismo (entonces) secretario del exSanto Oficio, Monseñor Bertone, reconoce subrepticiamente también,que de Fátima no está todo dicho. En este caso de un modo mássibilino pero más explosivo, pues lo dice a través de la cita de unacarta que sor Lucia dirigió al santo Padre Juan Pablo II, en el año1982 (por tanto después del atentado):

“Desde el momento en que no hemos tenido en cuenta estellamamiento del Mensaje, constatamos que se ha cumplido,Rusia ha invadido el mundo con sus errores. Y, aunque noconstatamos aún la consumación completa del final deesta profecía, vemos que nos encaminamos poco a pocohacia ella a grandes pasos. Si no renunciamos al camino del

pecado, del odio, de la venganza, de la injusticia violando losderechos de la persona humana, de inmoralidad y deviolencia, etc.


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4.- CUESTIÓN DE HEMEROTECA.

La sombra de algo silenciado envuelve todo el Documento de la SantaSede. La “posición oficial ” no es ajena a esa sensación. Y esa sombrade misterio se hace más patente al comprobarse que lo que se quiso“oficializar” como “interpretación del secreto” ni siquiera fue asumido

como definitivo por ninguno de sus autores, no ya en declaracionesprevias, es que ni tan siquiera en las posteriores. “No es descartablela posibilidad de que la visión se refiriera a un hecho del futuro”, diríael Cardenal Ratzinger años después.

El misterio de Fátima seguía vivo aún a pesar del interés “oficial ” porenterrarlo en el pasado. Y la Congregación presidida por Ratzinger,más que arrojar luz, facilitaba el juego de sombras.

Algo extraño rondaba sobre el contenido del secreto cuando la misma

Congregación para la Doctrina de la Fe no pretendía elevar adefinitiva y menos aún a oficial su propia “interpretación”. ¿Cuándo sehabía visto tal cosa, el que un documento doctrinal oficial del ex SantoOficio no emitiera un juicio, si justamente su cometido es el de emitir juicios sobre la correcta doctrina de lo juzgado? La sombra no es querevoloteara por el comentario oficial , es que campaba a sus anchas.

¿Cuál era la intención pretendida con esta estrategia cuando la mismainterpretación “oficial ” no pretendía ser más que una “interpretación

posible” más? ¿Qué se pretendía al reconducir el secreto a sucesos

del pasado?

Analizando las consecuencias de la publicación “oficial ” sorprendemuy significativamente la atmósfera de calma que reinó en la Iglesiadesde aquel 26 de junio del año 2000 con respecto al mismo hechodel secreto. Las antaño voces críticas surgidas del mismo interior dela Iglesia hacia todo lo que se refiriera a Fátima parecían haber sidosepultadas bajo tierra. Apenas se sintieron las quejas de esossectores principal y mayoritariamente progresistas. A pesar de que elpolémico secreto viera la luz con una solemnidad tan sorprendente,


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esto no conllevó la esperable descarga de improperios por parte deesos sectores especializados en el agitprop.

La interpretación en clave de pasado había logrado extender unefecto balsámico por sobre los ámbitos contestatarios serenando todoposible conato de agitación. Si no era lo pretendido, no puedenegarse que fue lo conseguido. Pero ese efecto balsámico volvió asituar en primer plano antiguas interpretaciones del tercer secreto y nopor no surtir efecto, sino justamente por haberlo surtido.

Quien se aproxima a las fuentes documentales sobre Fátima acabasiempre encontrándose con el claretiano Joaquín María Alonso, el que

fuera durante más de 16 años archivero oficial de Fátima. Hombrepreparadísimo, profesor en la Universidad Gregoriana de Roma,accedió al cargo en 1966 para poner orden en una dispersa y caóticaacumulación y disparidad de documentos y fuentes relativas a Fátima.Todo pasó por sus manos, todo lo estudió. Conocedor minucioso de latotalidad de Fátima sus palabras no han pasado nuncadesapercibidas y siguen siendo fundamentales para comprenderFátima. Su monumental obra (24 volúmenes) de recopilación einterpretación sobre las Apariciones fue dada a publicar por el obispoVenancio, pero el que luego le sucediera en el cargo como obispo de

Leiría-Fátima, Cosme do Amaral, extrañamente mandó paralizar lapublicación, por lo que sólo en breves obras y artículos pudo dar aconocer su opinión acerca de Fátima y del tercer secreto.

“Es del todo probable que el texto (del tercer secreto) hagareferencia concreta a la crisis de fe en el interior de la Iglesia ya la negligencia de los mismos pastores, a la luchas intestinasrespecto a los fundamentos de la Iglesia y a las gravesnegligencias de carácter pastoral en la más alta jerarquíaeclesiástica.”

Así lo diría en el breve opúsculo que pudo editar resumiendo suopinión respecto al mensaje de Fátima y al misterioso tercer secreto:

“En el periodo, pues, que precede al gran triunfo del Corazónde María suceden algunas cosas tremendas que son objetode la tercera parte del secreto. ¿Cuáles?

Si en Portugal se conservarán siempre los dogmas de la fe...se deduce con toda claridad que en otras partes de la Iglesia


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esos dogmas, o se van a oscurecer, o hasta se van a perder.¿En qué forma correcta esto va a suceder? ¿Habla de

circunstancias concretas el texto inédito? Es muy posible queno hable únicamente de una verdadera “crisis de fe” en laIglesia de este periodo intermedio, sino que como, porejemplo hace el secreto de la Salette, haya referencias másconcretas a las luchas intestinas de los católicos; a lasdeficiencias de sacerdotes y religiosos; tal vez se insinúen lasdeficiencias mismas de la alta Jerarquía de la Iglesia (...)

Sería, pues, del todo probable que en ese periodo“intermedio” a que nos estamos refiriendo el texto haga

referencias concretas a la crisis de fe de la Iglesia y a lanegligencia de los mismos Pastores.” 15

El estudio de las fuentes y las posibles conversaciones con sor Lucia,llevaron al padre Alonso al convencimiento de que el tercer secreto deFátima estaba directamente relacionado con la crisis de la Iglesia.Mejor dicho, con las dos Iglesias, la conservadora y la progresista,una frente a otra. Por esto cuando la interpretación “oficial ” apenaslevantó polvareda en el sector más crítico al Magisterio y a la tradiciónde la fe, parecía deducirse indirectamente que había existido un

cuidado ánimo en evitar que toda palabra “oficial

” sobre el tercersecreto reafirmara en esas posiciones contestatarias al sectorprogresista.

Pero las fuentes documentales que relacionaban Fátima con la crisisde la Iglesia venían de mucho atrás, antes incluso de que se pudierahablar de dos Iglesias. En este sentido el hito más señalado lo supusola entrevista con sor Lucia que en 1957 mantuvo el postulador de lacausa de beatificación de los dos pastorcitos de Fátima, Jacinta yFrancisco, el mexicano padre Fuentes. El contenido de esta entrevistadio la vuelta al mundo y provocó un vendaval. Y no era para menos, loque emanaba de ella era a todas luces gravísimo, apocalíptico.

Sin embargo no pudo aparecer en peor momento. Con la elección deJuan XXIII a la silla de Pedro, sucediendo al que fue llamado el papade Fátima, Pío XII, el mensaje de Fátima había perdido su relevanciapues eran los tiempos de renovación en la Iglesia. El espíritu del

15 Joaquín María Alonso, “La verdad sobre el secreto de Fátima. Fátima sin

mitos”. Págs. 73-74. Ediciones sol de Fátima. 2ª edición.


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futuro Concilio Ecuménico, -anunciado en 1959 por el Papa Roncalli alos cardenales en la basílica ostiense- con sus cacareados aires de

agiornamentto, empapaba toda la vida eclesial y especialmente lasinquietudes de Juan XXIII. En este ambiente todo aquello espiritualcon un carácter extraordinario -¡cuánto más lo apocalíptico!- chocabacon la idea de Iglesia que quería el papa Roncalli: una Iglesiamoderna que hablara al hombre en su mismo lenguaje. Si no erantiempos para el padre Pío de Pietralcina menos aún para entrevistasapocalípticas. Eran los tiempos de una nueva esperanza para laIglesia y había que silenciar las extravagancias de los estigmatizadosy de los “profetas de desventuras”. “Si el Cielo tiene que decir algo almundo, ¿por qué no me lo dice a mí directamente? Que para eso soy

Su Vicario.” Dicen que le oyeron comentar al papa Juan XXIII.

El contenido de la entrevista del padre Fuentes era lo más contrario auna nueva primavera del Espíritu que anunciaba el Papa y que debíatraer el Concilio. Su contenido era lo más parecido al de los “ profetasde desventuras” totalmente ajenos al nuevo espíritu del ConcilioEcuménico que iba a convocar y que supondría renovar la Iglesia. Nopodía haber ninguna desventura pendiente cuando el arma oinstrumento para renovar al mundo iba a ser la misma renovación dela Iglesia. Así lo diría solemnemente el beato Juan XXIII aquel 11 de

octubre de 1962, en la apertura del Concilio:“En el ejercicio cotidiano de nuestro ministerio pastoral llegana nuestros oídos sugestiones de almas, ardorosas de celo, sinduda, pero no dotadas de un gran sentido de discreción ymoderación. En los tiempos actuales no ven sino

prevaricaciones y ruinas; van repitiendo que nuestra época,en comparación con las pasadas, ha ido empeorando. Y se

portan como quien nada aprende de la historia, que estambién maestra de vida, y como si en los tiempos de losConcilios Ecuménicos precedentes todo fuese triunfocompleto de la idea de vida cristiana, y de la justa libertadreligiosa.

Pero nos parece que debemos discordar de esos profetas dedesventuras, que anuncian acontecimientos siempreinfaustos, como si fuese inminente el fin del mundo.”

No eran tiempos para mensajes de catástrofes y era lógico que lasdeclaraciones de esta entrevista chocaran de bruces con la


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mentalidad del Papa bueno. Es muy probable que estos fuerantambién los motivos por los que decidiera no dar a conocer el tercer

secreto de Fátima en el año 1960, en contra de lo que estableció sorLucia. En ciertos sectores, incluso cercanos a Juan XXIII, Fátima eratolerada en la medida que no tuviera más pretensiones que ser elLourdes de Portugal, es decir un sitio de curaciones y punto.

La entrevista del padre Fuentes con sor Lucia tuvo lugar el 26 dediciembre del año 1957, y su contenido lo dio a conocer el mismopadre Fuentes el 22 de mayo de 1958, aprovechando una conferenciaen la Casa Madre de las Misioneras del Sagrado Corazón y deNuestra Señora de Guadalupe. Su autenticidad es clara pues fue

autorizado por el mismo Obispo de Fátima16

.

“«Quiero contaros la última conversación que tuve con ella,que fue el 26 de diciembre del año pasado: La encontré en suconvento muy triste, pálida y demacrada; y me dijo: "Padre, laSantísima Virgen está muy triste, porque nadie hace caso asu Mensaje, ni los buenos ni los malos. Los buenos, porque

prosiguen su camino de bondad; pero sin hacer caso a estemensaje.

Los malos, porque no viendo el castigo de Dios, actualmentesobre ellos, a causa de sus pecados, prosiguen también sucamino de maldad, sin hacer caso a este Mensaje. Pero,

16 Los mayores historiadores de Fátima, el padre Alonso y fray Michel de la

Trinité, han avalado la veracidad de esta conversación del padre Fuentes consor Lucia el 26 de diciembre de 1957. El problema fueron las versionesgrotescas que de esta entrevista empezaron a circular. Versiones espurias enlas que se tergiversó no sólo a sor Lucia sino al mismo padre Fuentes,poniendo en boca de la vidente los más terribles cataclismos. A raíz de estostextos falsos la curia episcopal de Coimbra –diócesis donde residía sor Lucia-elevó una nota a la que acompañaban unas palabras de sor Luciadesmintiendo lo que se ponía en su boca. Sin embargo, la nota de queja de laCuria hacía referencia a esas versiones espurias. Sin embargo al nodiferenciar una de otras –la genuina de las versiones apocalípticas- eldesmentido de sor Lucia “no distinguiendo entre el texto genuino, únicoatribuible al padre Fuentes en justicia, y esa ingente “documentación”aludida... ha cometido un error de juicio, confundiéndolo todo en una única yglobal condena” (padre Alonso). De hecho el mismo padre Fuentes nodudaría en reafirmar, pasados los años, que aquella entrevista fue cierta ytodo lo dicho en ella verdad.


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créame Padre, Dios va a castigar al mundo y lo va a castigarde una manera tremenda.

El castigo del cielo es inminente. ¿Qué falta, Padre, para1960; y qué sucederá entonces? Será una cosa muy triste

para todos; y no una cosa alegre si antes el mundo no haceoración y penitencia. No puedo detallar más, ya que es aúnsecreto que, por voluntad de la Santísima Virgen, solamente

pudieran saberlo tanto el Santo Padre como el señor Obispode Fátima.»

«Ambos no han querido saberlo para no influenciarse. Es la

tercera parte del Mensaje de Nuestra Señora que aún permanece en secreto hasta esa fecha de 1960. Dígales,Padre, que la Santísima Virgen, repetidas veces, tanto a mis

primos Francisco y Jacinta, como a mí, nos dijo, que muchasnaciones de la tierra desaparecerán sobre la faz de la misma,que Rusia sería el instrumento del castigo del Cielo para todoel mundo, si antes no alcanzábamos la conversión de esa

pobrecita Nación (...).»

Sor Lucía me decía también:

Padre, el demonio está librando una batalla decisiva contra laVirgen; y como sabe qué es lo que más ofende a Dios y loque, en menos tiempo, le hará ganar mayor número de almas,está tratando de ganar a las almas consagradas a Dios, yaque de esta manera también deja el campo de las almasdesamparado, y (el demonio) más fácilmente se apodera deellas.»

«Dígales también, Padre, que mis primos Francisco y Jacintase sacrificaron porque vieron siempre a la Santísima Virgenmuy triste en todas sus apariciones. Nunca se sonrió connosotros, y esa tristeza y angustia que notábamos en laSantísima Virgen, a causa de las ofensas a Dios y de loscastigos que amenazaban a los pecadores, nos llegaban alalma; y no sabíamos qué idear para encontrar en nuestraimaginación infantil medios para hacer oración y sacrificio (...).

Lo segundo que santificó a los niños fue la visión del infierno(...). Por esto, Padre, no es mi misión indicarle al mundo los


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castigos materiales que ciertamente vendrán sobre la tierra siel mundo antes no hace oración y penitencia. No. Mi misión

es indicarles a todos el inminente peligro en que estamos de perder para siempre nuestra alma si seguimos aferrados al pecado.»

«Padre —me decía Sor Lucía—, no esperemos que venga deRoma una llamada a la penitencia, de parte del Santo Padre,

para todo el mundo; ni esperemos tampoco que venga de parte de los señores Obispos cada uno en su diócesis; nisiquiera tampoco de parte de las Congregaciones Religiosas.No; ya Nuestro Señor usó muchas veces estos medios, y el

mundo no le ha hecho caso.

Por eso, ahora que cada uno de nosotros comience por símismo su reforma espiritual; que tiene que salvar no sólo sualma, sino salvar a todas las almas que Dios ha puesto en sucamino... Padre, la Santísima Virgen no me dijo que nosencontramos en los últimos tiempos del mundo, pero me lodio a demostrar por tres motivos:

El primero, porque me dijo que el demonio está librando unabatalla decisiva con la Virgen y una batalla decisiva, es unabatalla final en donde se va a saber de qué partido es lavictoria, de qué partido es la derrota. Así que ahora, o somosde Dios, o somos del demonio; no hay término medio.

Lo segundo, porque me dijo, tanto a mis primos como a mí,que dos eran los últimos remedios que Dios daba al mundo; elSanto Rosario y la devoción al Inmaculado Corazón de María.Y, al ser los últimos remedios, quiere decir que son losúltimos, que ya no va a haber otros.

Y tercero, porque siempre en los planos de la DivinaProvidencia, cuando Dios va a castigar al mundo, agota antestodos los demás medios; y cuando ha visto que el mundo nole ha hecho caso a ninguno de ellos, entonces, como sidijéramos a nuestro modo imperfecto de hablar, nos presentacon cierto temor el último medio de salvación, su SantísimaMadre.


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Si despreciamos y rechazamos este último medio, ya notendremos perdón del cielo; porque hemos cometido un

pecado, que en el Evangelio suele llamarse pecado contra elEspíritu Santo; que consiste en rechazar abiertamente, contodo conocimiento y voluntad, la salvación que se presenta enlas manos.

Y también porque Nuestro Señor es muy buen hijo... y no permite que ofendamos y despreciemos a su SantísimaMadre, teniendo como testimonio patente la historia de variossiglos de la Iglesia que, con ejemplos terribles, nos indicacómo Nuestro Señor siempre ha salido en defensa del honor

de su Santísima Madre.»

«Dos son los medios para salvar al mundo, me decía SorLucía de Jesús: la oración y el sacrificio (...) Y luego, el SantoRosario. Mire Padre, la Santísima Virgen, en estos últimostiempos en que estamos viviendo, ha dado una nueva eficaciaal rezo del Santo Rosario. De tal manera que ahora no hay

problema, por más difícil que sea, sea temporal o sobre todoespiritual, que se refiera a la vida personal de cada uno denosotros; o a la vida de nuestras familias, sean familias delmundo o Comunidades Religiosas; o la vida de los pueblos ynaciones.

No hay problema, repito, por más difícil que sea, que no podamos resolver ahora con el rezo del Santo Rosario.

Con el Santo Rosario nos salvaremos, nos santificaremos,consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación demuchas almas. Y luego, la devoción al Corazón Inmaculadode María, Santísima Madre, poniéndonosla como sede de laclemencia, de la bondad y el perdón; y como puerta segura

para entrar al cielo. Esta es la primera parte del Mensajereferente a Nuestra Señora de Fátima; y la segunda parte,que, aunque es más breve, no es menos importante, serefiere al Santo Padre.” 17

17 Citado por Joaquín María Alonso, "La verdad sobre el Secreto de Fátima,

Fátima sin mitos", págs. 104-108.


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Pero esa batalla de la que hablaba sor Lucia se libraba sobre todo en

la misma Iglesia, y Juan XXIII demostró que pecaba de optimismo yde ingenuidad. No en vano su postura frente a los profetas dedesventuras fue al arma arrojadiza que alineó en un único batallón decombate al progresismo más militante en su causa común contra laIglesia. Había que dejarles hacer demoliendo a la Iglesia, porque todoaquel que piase contra ellos pasaba a engrosar las listas de esos“ profetas de desventuras”. La actitud de Juan XXIII facilitó elsilenciamiento de las voces de alerta. Y esa actitud trajo gravesconsecuencias a la Iglesia. El Cardenal Biffi realiza un juicioseverísimo sobre esa actitud de Juan XXIII:

“ Sobre los “profetas de desventura”. La expresión se hizo y semantuvo popularísima y es natural: a la gente no le gustan losaguafiestas; prefiere a quien promete tiempos felices en vezde a quien presenta temores y reservas. Y yo tambiénadmiraba el valor y el empuje espontáneo de este “joven”sucesor de Pedro en los últimos años de su vida.

Pero recuerdo que casi inmediatamente me asaltó una duda.En la historia de la Revelación, usualmente también losanunciadores de castigos y calamidades fueron losverdaderos profetas, como por ejemplo Isaías (capítulo 24),Jeremías (capítulo 4), Ezequiel (capítulos 4-11).

Jesús mismo, leyendo el capítulo 24 del Evangelio de Mate

Fatima Verdad Oculta

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