Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

38

description

SEFAC

Transcript of Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

Page 1: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1
Page 2: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

FC1

Editoriales 3 Una revista de presente que mira al futuro N. Floro Andrés Rodríguez, Jesús C. Gómez

4-5 Un tiempo y un lugar para marcar diferenciasSebastián R. Martínez, Lola Murillo

Originales 6-11 Calidad de prescripción de montelukast en pacientes adultos: Estudio en tres farmacias comunitarias de la Comunidad Valenciana

Ma Teresa Peris Molina, Fernando Ferrer Estrela, Ma Pilar d’Ocón Navaza, Amalia Úbeda Pascual

12-17 Estudio epidemiológico de la dermatitis atópica desde la farmacia comunitaria: Estudio DAFAC

Paqui Moreno

Originales breves18-22 Evaluación de la fiabilidad y validez de un aparato de medida de la presión arterial en la farmacia comunitaria

José Espejo Guerrero, Oliva Espejo Martín

Artículo especial23-28 Propuesta de un servicio de cesación benzodiazepínica en la farmacia comunitaria

Eduardo Satué de Velasco

Revisión29-34 Fármacos y suplementos nutricionales para llevar en el botiquín del alpinista

Saioa Gómez-Zorita, Aritz Urdampilleta

Casos35-37 ¿Qué hacer cuando hay oposición médica al farmacéutico? (Caso de reinicio con clozapina)

Adrián Bartoll Andrés, Juan Salvador Escoda Casanova, Emilio Pol YanguasÍND

ICE

ISSN 1885-8619 © SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria). Todos los derechos reservados.

www.farmaceuticoscomunitarios.org Revista trimestral Volumen 6 No 1 2014 

Page 3: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

2

NORMAS PARA EL ENVÍO DE TEXTOSDisponibles íntegras en www.farmaceuticoscomunitarios.org

MANUSCRITOS, SUGERENCIAS Y [email protected].: 915 221 313

PUBLICIDAD, INFORMACIÓN Y [email protected].: 685 523 353

PERIODICIDADTrimestral

ISSN1885-8619

PROPIEDADSociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC)Paseo de las Delicias, 31, escal. interior, 4º dcha.28045 MadridCIF: G-82999913

INDEXACIÓNLa revista farmacéuticos comunitarios está indexada enCompludoc (http://europa.sim.ucm.es/compludoc/)Dialnet (http://dialnet.unirioja.es/servlet/revista?codigo=18399)Dulcinea (http://www.accesoabierto.net/dulcinea/nueva.php?directorio=dulcinea)Latindex (http://www.latindex.unam.mx/)

AVISO LEGALLos artículos publicados en farmacéuticos co-munitarios expresan únicamente la opinión de sus firmantes. Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser —ni en todo ni en parte— reproducida, distribuida, comuni-cada públicamente ni utilizada o registrada a través de ningún tipo de soporte o mecanismo, ni modificada o almacenada, sin la previa au-torización escrita de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC).

© SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria). Todos los derechos reservados.

COMITÉ DE DIRECCIÓNDIRECTORNicanor Floro Andrés Rodríguez, farmacéutico comunitario en Vigo

DIRECTOR ADJUNTOJosé Antonio Fornos Pérez, farmacéutico comunitario en Pontevedra

SUBDIRECTORAMª Dolores Murillo Fernández, farmacéutica comunitaria en Sevilla

COORDINADORPedro Molina Porlán, coordinador general de SEFAC

COMITÉ EDITORIALBelén Cobián Rodríguez, farmacéutica comunitaria en A CoruñaBenigna Villasuso Cores, farmacéutica comunitaria en A CoruñaJosé Carlos Andrés Iglesias, farmacéutico comunitario en VigoMª Francisca Ezquieta Zubicaray, farmacéutica comunitaria en Navarra

COMITÉ CIENTÍFICO DE SEFACNeus Caelles Franch, presidenta del Comité Científico y farmacéutica comunitaria en TarragonaMª Dolores Murillo Fernández, coordinadora y farmacéutica comunitaria en SevillaEva Anca Cancodia, farmacéutica especialista en NutriciónDiego Barbero Barbero, farmacéutico comunitario en GranadaTeresa Bonnin Sánchez, farmacéutica comunitaria en BalearesLuis Brizuela Rodicio, farmacéutico comunitario en A Coruña y médicoMercé Carbonell Brufau, farmacéutica comunitaria en BarcelonaBegoña Cerdá Martínez-Pujalte, secretaria Escuela Nutrición Humana y Dietética de la UCAMCarmen Cociña Abella, farmacéutica comunitaria en MadridAlejandro Eguilleor Villena, farmacéutico comunitario en MadridPilar García Delgado, miembro Grupo Investigación en AF Universidad de GranadaJosé Ramón García Solans, farmacéutico comunitario en ZaragozaMiguel Ángel Gastelurrutia Garralda, farmacéutico comunitario en GuipúzcoaElsa López Pintor, vicedecana Farmacia Universidad Miguel Hernández ElcheJoan Ramón Lladós Tirado, farmacéutico comunitario en BarcelonaPurificación Lledó Polo, técnico responsable de AF del COF de MadridMariano Madurga Sanz, coordinador Sistema Español de FarmacovigilanciaDiego Marro Ramón, director Grado Farmacia Universidad San Jorge (Zaragoza)Lucrecia Moreno Royo, profesora de Farmacología de la Universidad CEU Cardenal HerreraEmilio Pol Yanguas, jefe Unidad Farmacia Centro Doctor Esquerdo de AlicanteMiguel Ángel Rodríguez Chamorro, farmacéutico comunitario en ToledoLuis Salar Ibáñez, farmacéutico comunitario en ValenciaNancy Solá Uthurry, patrona Fundación Pharmaceutical CareAmparo Torres Antiñolo, farmacéutica comunitaria en JaénMaría Ángeles Vía Sosa, farmacéutica comunitaria en Barcelona

2FC

www.farmaceuticoscomunitarios.org Revista trimestral Volumen 6 No 1 2014 

Page 4: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

2

NORMAS PARA EL ENVÍO DE TEXTOSDisponibles íntegras en www.farmaceuticoscomunitarios.org

MANUSCRITOS, SUGERENCIAS Y [email protected].: 915 221 313

PUBLICIDAD, INFORMACIÓN Y [email protected].: 685 523 353

PERIODICIDADTrimestral

ISSN1885-8619

PROPIEDADSociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC)Paseo de las Delicias, 31, escal. interior, 4º dcha.28045 MadridCIF: G-82999913

INDEXACIÓNLa revista farmacéuticos comunitarios está indexada enCompludoc (http://europa.sim.ucm.es/compludoc/)Dialnet (http://dialnet.unirioja.es/servlet/revista?codigo=18399)Dulcinea (http://www.accesoabierto.net/dulcinea/nueva.php?directorio=dulcinea)Latindex (http://www.latindex.unam.mx/)

AVISO LEGALLos artículos publicados en farmacéuticos co-munitarios expresan únicamente la opinión de sus firmantes. Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser —ni en todo ni en parte— reproducida, distribuida, comuni-cada públicamente ni utilizada o registrada a través de ningún tipo de soporte o mecanismo, ni modificada o almacenada, sin la previa au-torización escrita de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC).

© SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria). Todos los derechos reservados.

COMITÉ DE DIRECCIÓNDIRECTORNicanor Floro Andrés Rodríguez, farmacéutico comunitario en Vigo

DIRECTOR ADJUNTOJosé Antonio Fornos Pérez, farmacéutico comunitario en Pontevedra

SUBDIRECTORAMª Dolores Murillo Fernández, farmacéutica comunitaria en Sevilla

COORDINADORPedro Molina Porlán, coordinador general de SEFAC

COMITÉ EDITORIALBelén Cobián Rodríguez, farmacéutica comunitaria en A CoruñaBenigna Villasuso Cores, farmacéutica comunitaria en A CoruñaJosé Carlos Andrés Iglesias, farmacéutico comunitario en VigoMª Francisca Ezquieta Zubicaray, farmacéutica comunitaria en Navarra

COMITÉ CIENTÍFICO DE SEFACNeus Caelles Franch, presidenta del Comité Científico y farmacéutica comunitaria en TarragonaMª Dolores Murillo Fernández, coordinadora y farmacéutica comunitaria en SevillaEva Anca Cancodia, farmacéutica especialista en NutriciónDiego Barbero Barbero, farmacéutico comunitario en GranadaTeresa Bonnin Sánchez, farmacéutica comunitaria en BalearesLuis Brizuela Rodicio, farmacéutico comunitario en A Coruña y médicoMercé Carbonell Brufau, farmacéutica comunitaria en BarcelonaBegoña Cerdá Martínez-Pujalte, secretaria Escuela Nutrición Humana y Dietética de la UCAMCarmen Cociña Abella, farmacéutica comunitaria en MadridAlejandro Eguilleor Villena, farmacéutico comunitario en MadridPilar García Delgado, miembro Grupo Investigación en AF Universidad de GranadaJosé Ramón García Solans, farmacéutico comunitario en ZaragozaMiguel Ángel Gastelurrutia Garralda, farmacéutico comunitario en GuipúzcoaElsa López Pintor, vicedecana Farmacia Universidad Miguel Hernández ElcheJoan Ramón Lladós Tirado, farmacéutico comunitario en BarcelonaPurificación Lledó Polo, técnico responsable de AF del COF de MadridMariano Madurga Sanz, coordinador Sistema Español de FarmacovigilanciaDiego Marro Ramón, director Grado Farmacia Universidad San Jorge (Zaragoza)Lucrecia Moreno Royo, profesora de Farmacología de la Universidad CEU Cardenal HerreraEmilio Pol Yanguas, jefe Unidad Farmacia Centro Doctor Esquerdo de AlicanteMiguel Ángel Rodríguez Chamorro, farmacéutico comunitario en ToledoLuis Salar Ibáñez, farmacéutico comunitario en ValenciaNancy Solá Uthurry, patrona Fundación Pharmaceutical CareAmparo Torres Antiñolo, farmacéutica comunitaria en JaénMaría Ángeles Vía Sosa, farmacéutica comunitaria en Barcelona

2FC

www.farmaceuticoscomunitarios.org Revista trimestral Volumen 6 No 1 2014 

Page 5: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

Farmacéuticos Comunitarios. 2014;6(1):3-4. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.00FARMACÉUTICOS COMUNITARIOS 2014; 1(1): 136-140 DOI: http://dx.doi.org/10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.01

www.farmaceuticoscomunitarios.org Revista trimestral Volumen 6 No 1 2014 

Cite este artículo como: Martínez SR, Murillo L. Un tiempo y un lugar para marcar diferencias. Farmacéuticos Comunitarios. 2014 Mar 01; 6(1):4-5. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.00ISSN 1885-8619 © SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria). Todos los derechos reservados.

Un tiempo y un lugar para marcar diferenciasSebastián R. Martínez1, Lola Murillo2

1. Presidente del comité organizador del VI Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios. 2. Presidenta del comité científico del VI Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios.

SEFAC celebra este año en mayo el VI Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios (www.congresosefac2014.org) con el reto de continuar creciendo y de­mostrar con hechos la importancia que tiene la labor del farmacéutico para mejorar el funcionamiento del sistema sanitario. El lugar escogido para la cita es Málaga, donde todos los que defendemos el valor asistencial de la farmacia comunitaria tenemos una cita imprescindible, pues se esperan más de mil asistentes procedentes de toda España e incluso de otros países.

Como cada dos años, los farmacéuticos comunitarios dispondremos del 22 al 24 de mayo de un espacio propio en el que exponer, debatir y compartir los re­sultados de nuestra actividad asistencial, científica y profesional. El lema de esta nueva edición es Marcando diferencias y con él queremos resaltar el protagonismo de nuestro colectivo para garantizar el uso adecuado de los tratamientos farmaco­lógicos y colaborar activamente en la prevención y la promoción de la salud. Todo ello mediante un mejor aprovechamiento de nuestras capacidades y de la provisión de servicios profesionales farmacéuticos que contribuyen decisivamente a mejorar la salud de las personas.

Como presidentes de los comités organizador y científico, pretendemos que esta nueva edición del congreso de SEFAC sirva para marcar diferencias en muchos aspectos. El primero de ellos, ya apuntado antes, es el de demostrar que el sistema sanitario que todos conocemos y que atraviesa por momentos delicados no puede desaprovechar el caudal de conocimientos que atesoramos los farmacéuticos comu­nitarios. Y mucho menos en un momento de transformación como el que vivimos, en el que disminuyen los recursos disponibles y aumenta el envejecimiento pobla­cional, las enfermedades crónicas y la polimedicación. Como consecuencia de todo esto, aparecen nuevos retos como la conciliación de la medicación, la adherencia terapéutica y la atención domiciliaria, entre otros, que no pueden ni deben ser abordados sin contar con nuestro colectivo, pues no se debe olvidar que en mucha ocasiones somos tanto la puerta de entrada de los pacientes al sistema como el último profesional sanitario con el que tratan antes de enfrentarse en solitario a la toma de sus medicamentos.

En definitiva, el farmacéutico comunitario puede, con su trabajo, marcar las diferencias entre un Sistema Nacional de Salud realmente eficiente y otro en el que aumenten los problemas de salud y de costes derivados del uso inadecuado de los medicamentos. Y nosotros debemos ser capaces de hacer ver esto y alzar la voz si otros no son capaces de hacerlo.

Es por esto que para el sexto congreso de SEFAC se ha elaborado un extenso programa (de más de treinta sesiones) con el que se quiere transmitir toda nuestro potencial y en el que no faltarán asuntos como la colaboración multidisciplinar para mejorar la atención de las personas con enfermedades crónicas, al tiempo que conoceremos la opinión que los pacientes y la población general tienen de nuestra labor asistencial a través de un simposio específico. Es ésta la mejor manera de co­nocer si estamos cumpliendo con las expectativas y demandas de quienes más nos importan en nuestro día a día.

Pero además, queremos marcar diferencias mostrando la capacidad del farma­céutico comunitario para innovar y generar evidencia científica, mediante la pre­sentación de los resultados de numerosos proyectos de investigación en ámbitos tan variados como la diabetes, la cesación tabáquica, el seguimiento farmacotera­péutico, la indicación farmacéutica… y también en nuevos servicios profesionales

Sebastián R. Martínez

Lola Murillo

EDIT

ORI

AL

4FC

Page 6: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

Martínez SR, Murillo L. Un tiempo y un lugar para marcar diferencias

relacionados con la HTA, el riesgo vascular y la revisión del uso de la medicación. Sin olvidar tampoco otros pun­tos que se incluyen en el programa como la vinculación del farmacéutico con las nuevas tecnologías a través de la receta electrónica, la dispensación online de medica­mentos sin receta, la informática aplicada a la farmaco­genómica y el uso de aplicaciones móviles en la práctica asistencial farmacéutica.

A todo esto hay que añadir un listado amplio y va­riado de talleres de formación (anticoagulación, alergias, vacunas, sobrepeso y obesidad, desnutrición en ancianos y un largo etcétera) para facilitar a todos los inscritos la actualización y ampliación de conocimientos; un aspecto éste sin duda imprescindible en todo profesional sani­tario.

Y repetiremos la instalación de una carpa con servi­cios farmacéuticos para la población. Una iniciativa que se llevará a cabo en el centro de Málaga y que a buen seguro será un éxito, como en la edición de Barcelona en 2012, pues ya cuenta con el apoyo de las instituciones sanitarias malagueñas.

Pero sin obviar, sino todo lo contrario, la alta cali­dad de los contenidos y ponentes que se darán cita en el VI Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios, lo más importante es la confirmación de que este even­to es un cita ineludible para todos aquellos profesionales farmacéuticos que creen que la farmacia asistencial es el único camino posible para nuestra profesión. El congreso de SEFAC ha vivido una evolución acorde al crecimien­to de la Sociedad y hoy podemos decir bien alto que no solo es un punto de encuentro en el que poner al día los conocimientos más vanguardistas de la farmacia comu­nitaria, sino que es un foro que marca tendencias y que estimula debates hasta entonces no planteados o, al me­nos, no consolidados como fueron en 2010 la propuesta

de SEFAC sobre carrera profesional y en 2012 sobre nuevo modelo retributivo de la dispensación. Ahora, en 2014, y después de que en 2013 SEFAC haya sido una de las pri­meras entidades en presentar una propuesta firme de ca­tálogo de servicios profesionales farmacéuticos, estamos convencidos de que volveremos a marcar diferencias en nuestro congreso, demostrando que somos una Sociedad innovadora con un congreso vanguardista que es capaz de adelantarse a los acontecimientos para señalar un ca­mino que permita obtener y mantener con la colaboración de todos el reconocimiento científico y profesional que el farmacéutico comunitario se merece por parte del resto de agentes del sector salud.

Han pasado ya más de diez años desde el nacimiento de SEFAC. Un periodo en el que esta Sociedad ha de­mostrado tener claro su camino para tratar de mejorar la realidad de la farmacia comunitaria y marcar —una vez más— diferencias con todo aquello que quiere mantenerse inamovible. No ha sido ni es un camino de rosas. Los farmacéuticos comunitarios que hemos vivido su creci­miento y evolución podemos dar fe de lo mucho que ha costado disponer de una sociedad científica propia que nos represente en igualdad de condiciones que a otros profesionales de la salud. Ahora podemos decir que se ha conseguido y nos toca trabajar con ahínco por man­tenerlo. Ha llegado ese tiempo. Y la mejor forma de ha­cerlo es citándonos en el acontecimiento más importante que aglutina a toda sociedad científica que se precie: su congreso nacional. Es ahí donde tenemos la mejor opor­tunidad posible de demostrar a todo el sistema sanitario lo que podemos hacer en beneficio de la salud y debemos aprovecharlo.

Tenemos el sitio, tenemos el programa, tenemos los ponentes. Málaga nos espera.

Juntos. Marcando diferencias.

Farmacéuticos Comunitarios. 2014;6(1):4-5. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.01

5 FC

Edito

rial

Page 7: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

6FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014;6(1):6-11. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.02O

rigi

nale

sFARMACÉUTICOS COMUNITARIOS 2014; 1(1): 136-140 DOI: http://dx.doi.org/10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.01

www.farmaceuticoscomunitarios.org Revista trimestral Volumen 6 No 1 2014 

RESUMENIntroducción: El objetivo de este trabajo es analizar la utilización de montelukast en adultos

desde tres farmacias comunitarias.Material y métodos: Estudio descriptivo, observacional en tres farmacias comunitarias (enero

2009 - febrero 2013) en pacientes mayores de 15 años que acuden a la farmacia con receta de montelukast. Los datos se recogen a través de encuesta (edad, patología, régimen terapéutico, duración del tratamiento, medicación asociada) y se valora la idoneidad de la prescripción según las indicaciones autorizadas y su adecuación a las guías de práctica clínica. Se remitió al médico, cuando se detectó un tratamiento inadecuado para la revisión del mismo.

Resultados: Se incluyen un total de 106 pacientes, de los cuales, el 26 % no padece asma y están tomando montelukast fuera de indicación. De los asmáticos, el 29 % de los tratamientos pautados no se ajusta a las recomendaciones de las guías. Destaca tanto la elevada instauración de montelukast como tratamiento de inicio (59 % asmáticos, 63 % no asmáticos), como el empleo de montelukast en monoterapia (16 % asmáticos, 41 % no asmáticos).

Conclusiones: Se está haciendo un uso fuera de indicación de montelukast en pacientes no as-máticos con rinitis alérgica o bronquitis que podría derivar de la falta de claridad en las indicaciones de algunas guías. Además, en pacientes asmáticos, no siempre se está utilizando montelukast según las recomendaciones de las guías clínicas, lo que evidencia la necesidad de información clara a los profesionales sanitarios sobre el papel de montelukast en la terapéutica actual.

The Quality of Montelukast Prescriptions in Adult Patients. A Study in three Community Pharmacies in the Valencia Region

ABSTRACTIntroduction: The objective of this piece of work is to analyse the use of Montelukast in

adults from three community pharmacies.Material and Methods: Descriptive, observational study in three community pharmacies

(January 2009 - February 2013), in patients over the age of 15 who went to the pharmacy with a prescription for Montelukast. Their data was collected in a questionnaire (age, pathology, therapeutic regime, duration of the treatment, associated medication) and the suitability of the prescription was assessed according to the authorised indications and their adaptation to clinical practice guides. The patient was sent to the doctor when inadequate treatment was detected, to have it reviewed.

Results: 106 patients were included, of whom 26 % did not suffer from asthma and were taking Montelukast inappropriately. Of the asthmatics, 29 % of the treatments prescribed did not adapt to the recommendations given in the guides. We would highlight the high level of establish-ment of Montelukast as an initial treatment (59 % asthmatics, 63 % non-asthmatics), as well as the use of Montelukast in single-drug therapy (16 % asthmatics, 41 % non-asthmatics).

Conclusions: Montelukast is being used incorrectly in non-asthmatic patients with allergic rhinitis or bronchitis which could lead to a lack of clarity in the indications in some guides. In addition, in asthmatic patients, Montelukast is not always being used according to the recom-mendations in the clinical guides, which shows the need for clearer information for health pro-fessionals about the role of Montelukast in current therapy.

PALABRAS CLAVEmontelukast, asma, rinitis alérgica, glucocorticoides orales, recomendaciones de guías farmacológicas, régimen terapéutico

KEYWORDSmontelukast, asthma, allergic rhinitis, oral glucocorticoids, pharmacological guide recommendations, therapeutic regime

Calidad de prescripción de montelukast en pacientes adultos: Estudio en tres farmacias comunitarias de la Comunidad ValencianaMa Teresa Peris Molina1, Fernando Ferrer Estrela2, Ma Pilar D’Ocon Navaza3, Amalia Úbeda Pascual41. Farmacéutica comunitaria. Moncada (Valencia). 2. Farmacéutico comunitario. Mislata (Valencia). 3. Doctora en Farmacia. Catedrática de Farmacología en la Universidad de Valencia. 4. Doctora en Farmacia. Profesora Titular de Farmacología en la Universidad de Valencia.

Este trabajo fue presentado como comunicación en forma de póster en el V Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios de SEFAC en Barcelona, noviembre de 2012.

Financiación: Ninguna ajena.Conflicto de intereses: Los autores declaran no existir ningún conflicto de interés en relación con el contenido del presente artículo.Cite este artículo como: Peris Molina MT, Ferrer Estrela F, D’Ocon Navaza MP, Úbeda Pascual A. Calidad de prescripción de mon-telukast en pacientes adultos: Estudio en tres farmacias comunitarias de la Comunidad Valenciana. Farmacéuticos Comunitarios. 2014 Mar 01;6(1):6-11. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.02Autora para correspondencia: Teresa Peris Molina ([email protected]).ISSN 1885-8619 © SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria). Todos los derechos reservados.

Recibido: 20-5-2013 Aceptado: 15-7-2013 Disponible online: 1-3-2014

ABREVIATURASATC: sistema de clasificación Anatómica Terapéutica Química.bAC: betaagonista de acción corta.CI: glucocorticoides inhalados.GEMA: Guía Española para el Manejo del Asma.IC: intervalo de confianza.n: número.semFYC: Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria.SNS: Sistema Nacional de Salud.

Page 8: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

FC7

Peris Molina MT, et al. Calidad de prescripción de montelukast en pacientes adultos: Estudio en tres farmacias comunitarias de la Comunidad Valenciana

Ori

gina

les

IntroducciónEl asma es un importante problema de salud pública

mundial. En España, la prevalencia se sitúa entre un 5 y un 10 % de la población (1-4). La educación sanitaria de las personas asmáticas es la estrategia más útil y adecuada para alcanzar un buen control de la enfer-medad.

En la actualidad, se realiza un tratamiento es-calonado, ajustado según el nivel de gravedad del asma, que tiene como objetivo lograr y mantener el control de la enfermedad en la mayoría de los asmá-ticos (5).

Los antileucotrienos son fármacos utilizados en el tra-tamiento del asma, que llevan en el mercado más de diez años. A pesar de ser los glucocorticoides inhalados (CI) la piedra angular del tratamiento del asma persistente en niños y en adultos, la prescripción de antileucotrienos y, en concreto, montelukast, ha sobrepasado el lugar que les correspondería según la evidencia que actualmente se tiene de sus beneficios terapéuticos, lo que quizá se debe a su mayor facilidad de uso, comparados con otros an-tiasmáticos (6).

Varios ensayos han analizado el tratamiento con an-tileucotrienos frente a los CI en pacientes con asma per-sistente de leve a moderada. La mayoría de las compara-ciones se han hecho entre montelukast y fluticasona (7). La conclusión general es que los CI son el tratamiento antiinflamatorio más eficaz y representan el fármaco de elección para el asma en cualquier grado. En general, la magnitud de los efectos antiinflamatorios de los antileu-cotrienos es menor que la obtenida con los corticoides (7), por lo que se considera el empleo de un antileuco-trieno como segunda opción cuando no se puedan ad-ministrar los glucocorticoides inhalados (dificultad para utilizar la vía inhalada, problemas de candidiasis oral o intolerancia a los mismos) o cuando sea necesaria la vía oral (6).

En febrero de 2005, el laboratorio fabricante de montelukast incluyó como nueva indicación el alivio sintomático de la rinitis alérgica estacional en pacientes asmáticos. Aprobada esta indicación como tal, la prácti-ca de uso puede llevar también, erróneamente, a utilizar montelukast en rinitis alérgica en cualquier tipo de pa-cientes, lo que, claramente, estaría fuera de indicación. De hecho, en la Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA) (8), se establecen unas recomendaciones para el tratamiento de los pacientes con rinitis alérgica, ya que múltiples estudios epidemiológicos, fisiopatológicos y terapéuticos han demostrado la asociación entre rinitis y asma (9).

En esta guía se detalla la pauta terapéutica en po-blación adulta, indicando que montelukast y zafirlukast son eficaces en el tratamiento de las rinitis y conjunti-vitis alérgicas, y que se han mostrado igual de eficaces que los antihistamínicos, pero menos que los glucocorti-coides tópicos nasales. Vemos, por tanto, que la guía no parece establecer una diferencia clara entre los pacientes con rinitis alérgica asmáticos, para los que sí estarían indicados los antileucotrienos, de los pacientes con ri-nitis no asmáticos, en los que la utilización de monte-lukast se produciría off-label, al no estar oficialmente aprobado su uso para el problema de salud en el cual se requiere o utiliza (8,10).

El objetivo del presente trabajo es analizar, desde la farmacia comunitaria, la utilización de montelukast en pacientes asmáticos y no asmáticos y sus condiciones de uso asociado a otros medicamentos, valorando si el régimen terapéutico que lleva el paciente se ajusta al recomendado en las guías farmacoterapéuticas.

Material y métodosSe trata de un estudio descriptivo, observacional, de

utilización de medicamentos (estudio prescripción-indi-cación). La recogida de encuestas se realizó entre enero de 2009 y octubre de 2010 en tres farmacias de la Comu-nidad Valenciana (Moncada, Alginet y Mislata) a un total de 106 pacientes adultos.

Criterios de inclusión: pacientes mayores de 15 años que retiran una receta de montelukast en la farmacia co-munitaria y acceden a responder a una encuesta. La medi-cación habitualmente es recogida por el propio paciente, al que se realizaba la encuesta tras el acto de dispensa-ción.

Variables recogidas: datos sociodemográficos, patolo-gía para la que reciben montelukast, medicación adicional prescrita (que normalmente es retirada a la vez que mon-telukast con su correspondiente receta prescrita) y pautas de administración, otras patologías y grado de satisfac-ción de la medicación recibida.

Se ha valorado la idoneidad de la prescripción de montelukast según las indicaciones autorizadas en su ficha técnica (11). La adecuación de los medicamentos prescritos a los pacientes asmáticos se ha realizado con-sultando en la Guía Española del Asma 2009 (GEMA 2009) (8), la Guía de Práctica Clínica sobre el Asma (del Osakidetza/Servicio Vasco de Salud) (12) y la Guía de la British So ciety for Allergy and Clinical Immunology 2008 (13).

De igual forma se han valorado los tratamientos pautados en los pacientes no asmáticos (pacientes con rinitis o bronquitis) y que están recibiendo montelukast fuera de su indicación autorizada. Se han empleado las guías: Guía de Seguimiento Farmacoterapéutico sobre la Rinitis Alérgica 2005 (14), Guía de Bronquitis Aguda 2006 (de Guías Fisterra) (15), Guía de Rinitis 2003 (de Guías Fisterra) (16), Guía Rinitis semFYC 2007 (9), Rini-tis Alérgica de Aula de la Farmacia 2007 (17) y la Guía de la British Society for Allergy and Clinical Immuno-logy, 2008 (13).

ResultadosLa media de edad de los 106 pacientes encuestados

es de 48 ±19 años (Intervalo de Confianza [IC] 95 %: 44-52), con un rango desde 16 años en adelante. To-dos los pacientes recibían dosis diarias de montelukast de 10 mg, en forma de comprimidos recubiertos. Del total de pacientes incluidos en el estudio, 79 eran as-máticos (74 %) y 27 no (26 %), reflejando que aproxi-madamente la cuarta parte de pacientes a los que se realizó la encuesta no eran asmáticos y, sin embargo, estaban recibiendo montelukast en su farmacoterapia (figura 1).

Page 9: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

8FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014;6(1):6-11. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.02O

rigi

nale

s

La figura 2 muestra el tiempo de tratamiento con este fármaco, al 46 % se les prescribe entre 2005 y 2008, y al 34 %, a partir de 2009, cuando se publica la Guía GEMA (8). Sólo el 20 % lo llevan pautado desde antes de 2005.

En la figura 3 se resumen las patologías de los pa-cientes para las que se ha prescrito montelukast, junto con la duración del tratamiento con este fármaco. La mayoría de los pacientes (49 %) son asmáticos que ini-cian el tratamiento a partir de 2005, y a casi un tercio (32 %) se lo han prescrito en el año 2009 o con posterio-ridad. Un 26 % de los pacientes no son asmáticos y, de ellos, un 22 % padece rinitis alérgica y un 4 % bronqui-tis. A la mayor parte (78 %) de los pacientes con rinitis

alérgica se les ha pautado montelukast a partir de 2005, año en que se aprueba su indicación para la rinitis alér-gica en pacientes asmáticos.

Evaluación de la calidad de prescripción de montelukast en pacientes adultos asmáticos

El grupo de 79 pacientes asmáticos presentó una edad media de 49±19 años (IC 95 %: 45-53). El 84 % de los pa-cientes utiliza montelukast junto a otros fármacos como: agonistas b2 adrenérgicos de acción corta (mayoritaria-mente salbutamol), glucocorticoides inhalados (budesoni-da de forma mayoritaria), antihistamínicos (desloratadina y cetirizina), glucocorticoides nasales (mayoritariamente

Figura 1 Algoritmo de actuación en los pacientes tratados con montelukast

Figura 3 Clasificación de los pacientes según su patología y el tiempo de tratamiento con montelukast

Figura 2 Tiempo de tratamiento con montelukast en los

pacientes del estudio

Page 10: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

FC9

Peris Molina MT, et al. Calidad de prescripción de montelukast en pacientes adultos: Estudio en tres farmacias comunitarias de la Comunidad Valenciana

Ori

gina

les

mometasona), y broncodilatadores (bromuro de ipratropio como más empleado) y vacunas.

El régimen terapéutico se resume en la figura 4, en la que se agrupan los pacientes según los escalones terapéuti-cos recomendados en la Guía GEMA 2009 (8). Destaca que 13 pacientes (16 %) utilizan montelukast en monoterapia, situación que no corresponde con ninguno de los escalo-nes recomendados. También es destacable que 10 (13 %) pacientes utilizan montelukast junto con CI, sin incluir en su tratamiento un agonista b2 adrenérgico de acción corta como medicación de rescate. Un 71 % de los pacientes sigue las recomendaciones terapéuticas de las guías.

El 59 % de los pacientes asmáticos ha iniciado el tra-tamiento del asma con montelukast, a pesar de que no es la primera opción recomendada. De los que llevaban tratamiento previo, al 14 % se le añade el montelukast al tratamiento anterior, mientras que en el 27 % se prescribe montelukast para sustituir a otra medicación. Los fárma-cos más sustituidos fueron antihistamínicos, agonistas be-taadrenérgicos y vacunas.

Prescripción de montelukast en adultos no asmáticos

La edad media de este grupo de 27 pacientes es de 45±18 años (IC 95 %: 41-49). La mayor parte de estos pa-cientes está tomando montelukast para la rinitis alérgica (85 %) sin ser asmáticos, y el resto, para la prevención de bronquitis. En cuanto a su régimen terapéutico, 11 pa-cientes (41 %) emplean montelukast en monoterapia. En el empleo asociado encontramos mayoritariamente agonis-tas betaadrenérgicos (empleado en las crisis como fármaco de rescate), antihistamínicos, glucocorticoides, corticoides nasales, mucolíticos, xantinas, broncodilatadores y va-cunas.

Un 37 % de los pacientes no asmáticos llevaba un tratamiento previo con otros principios (antihistamíni-cos, betaadrenérgicos, glucocorticoides, broncodilatado-res beta y vacunas), retirándoles la medicación previa al 90 % de ellos y adicionándoles montelukast a los res-tantes.

DiscusiónMontelukast fue autorizado en 2001, pero es en fe-

brero de 2005 cuando se añade la nueva indicación de “tratamiento en rinitis alérgica en pacientes asmáticos” y, en la Guía GEMA 2009 (8), aparece como recomenda-ción en alérgicos. Ello contrasta con otras guías clínicas que no incluyen a montelukast como primera opción en este caso, sino que el tratamiento de elección para es-tos pacientes son los corticoides nasales y los antihis-tamínicos, más eficaces y de menor coste (9,10,13-18). Si analizamos en nuestra muestra de población la fecha de inicio del tratamiento con montelukast, observamos que el 80 % de las prescripciones se han hecho por un periodo a partir de 2005, lo que indica que el número de pacientes se incrementa significativamente a partir de esta fecha, en la que aparece la nueva indicación de uso de montelukast en la ficha técnica “asmáticos con rinitis alérgica”.

Dentro de este 80 %, un 42 % de los pacientes ha ini-ciado el tratamiento a partir de 2009, coincidiendo con la publicación de la Guía GEMA (8), en la que se recomienda montelukast en pacientes con rinitis, sin marcar claramen-te una diferencia en el tratamiento de los pacientes con rinitis asmáticos de los no asmáticos. Este aumento que encontramos en nuestra población también viene reflejado en los datos de consumo del Sistema Nacional de Salud (SNS) extraído de los boletines de Información Terapéuti-ca del SNS, donde se detallan los subgrupos ATC (sistema de clasificación anatómica, terapéutica, química) de mayor consumo a nivel nacional, siendo el gasto nacional corres-pondiente al grupo de antileucotrienos de 79,9 millones de € en 2006 (1.833,3 miles de envases) (19), 92,14 millones de € en 2007 (2.125,72 miles de envases) (20), 101,20 millo-nes de € en 2008 (2.335,5 miles de envases) (21), 109,8 mi-llones de € en 2009 (2.537,6 miles de envases) (22), y117,8 millones de € en 2010 (2.722,8 miles de enva-ses) (23), lo que refleja un aumento creciente en su prescripción.

El incremento que se produce en 2009 se observa tanto en asmáticos como en pacientes no asmáticos con rinitis alérgica o bronquitis, en los que montelukast no

Figura 4 Régimen terapéutico seguido por los pacientes asmáticos

Page 11: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

10FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014;6(1):6-11. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.02O

rigi

nale

s

está indicado. El uso de montelukast para indicaciones no aprobadas en ficha técnica no se considera adecuado ni siquiera como uso compasivo, ya que no hay eviden-cias suficientes de la eficacia del montelukast en estos procesos (24-26).

Cuando analizamos la adecuación del régimen te-rapéutico de los pacientes asmáticos a las recomen-daciones de las guías consultadas encontramos que en la mayoría de los casos sí se corresponde con las indicaciones, pero detectamos una inadecuación del tratamiento en un 22 % de los pacientes que reciben montelukast en monoterapia o bien combinado con CI, pero no están utilizando un agonista (b2-adrenérgico de acción corta como medicación de rescate.

El uso de montelukast en monoterapia no está reco-mendado por ninguna guía, y esta situación puede deber-se a varios motivos, entre los que podemos considerar que el paciente no conozca bien su tratamiento, que no tenga una buena adherencia al mismo o que no esté siendo ade-cuadamente tratado.

Considerando estos tres supuestos, el farmacéutico co-munitario puede mejorar el tratamiento de los pacientes asmáticos, por un lado, informando al paciente sobre su tratamiento, incidiendo tanto en el cumplimiento terapéu-tico como en el correcto uso de cada uno de los fármacos prescritos y, por otro lado, controlando que el régimen terapéutico se ajuste al recomendado por las guías clínicas vigentes según la patología referida.

En cuanto a la población que está recibiendo mon-telukast sin padecer asma, sería importante la labor del farmacéutico comunitario identificando a estos pacientes y, en colaboración con su médico, valorar la posibilidad de cambiar a tratamientos de primera elección según las guías farmacoterapéuticas consultadas.

La información obtenida a través de las encuestas puede no reflejar con exactitud el diagnóstico de las en-fermedades y la medicación prescrita, aunque sí refleja los conocimientos que tiene el paciente de su medicación, y que en muchos casos no sigue las pautas recomendadas por las guías e indica un tratamiento inadecuado del asma.

ConclusionesLos resultados indican que se está haciendo un uso

fuera de indicación del montelukast en pacientes no asmáticos con rinitis alérgica o bronquitis, que podría derivar de la falta de claridad en las indicaciones de la Guía Española para el Manejo del Asma (2009). Además, en pacientes asmáticos, no siempre se está utilizando el montelukast según las recomendaciones de las guías clí-nicas. Dado que el tratamiento con montelukast es no-tablemente más costoso que los tratamientos convencio-nales, además de disponer de menos experiencia clínica en su uso comparado con las alternativas tradicionales, se considera la postura más racional la que adoptan la mayoría de las guías clínicas consultadas, siendo deseable una recomendación clara en la Guía Española del Asma respecto a su uso en rinitis no asmática. Por todo ello, se evidencia la necesidad de información clara a los profe-sionales sanitarios sobre el papel de montelukast en la terapéutica actual.

Referencias bibliográficas 1. Grupo Español del Estudio Europeo del Asma. Estudio Eu-

ropeo del Asma: Prevalencia de síntomas relacionados con el asma en cinco áreas españolas. Med Clin (Barc). 1995;104:487-92.

2. Grupo Español del Estudio Europeo del Asma. Estudio Euro-peo del Asma: Prevalencia de hiperreactividad bronquial y asma en adultos jóvenes de cinco áreas españolas. Med Clin (Barc). 1996;106:761-7.

3. European Community Respiratory Health Survey (ECR-HS). Variations in the prevalence or respiratory symptoms, self-reported asthma attacks, and use of asthma medication in the ECRHS. Eur Respir J. 1996;9:687-95. doi:10.1183/09031936.96.09040687

4. International Study of Asthma and Allergies in Childhood (ISAAC) Steering Committee. Worldwide variation in pre-valence of symptoms of asthma, allergic rhinoconjunctivi-tis, and atopic eczema: ISAAC. Lancet. 1998;351:1225-32. doi:10.1016/S0140-6736(97)07302-9

5. De Andrés Jácome J, Iñesta García A. Estudio prospectivo sobre el impacto de un servicio de Atención Farmacéutica Comunitaria en personas asmáticas. Rev Esp Salud Pública. 2003;77:393-403.

6. Sistema de Salud de Navarra [Internet]. Lugar de los anti-leucotrienos en la terapéutica infantil. Boletín de Informa-ción terapéutica de Navarra. Volumen 17, N° 1. 2009 [Acceso 25 de abril de 2012]. Disponible en: http://www.navarra.es/home_es/Temas/Portal+de+la+Salud/Profesionales/Docu-mentacion+y+publicaciones/Publicaciones+tematicas/Medi-camento/BIT/Vol+17/BIT+17+1.htm

7. Knorr B, Franchi LM, Bisgaard H, Vermeulen JH, LeSoeuf P, Santanello N, et al. Montelukast, leukotriene receptor antago-nist, for the treatment of persistent asthma in children aged 2 to 5 years. Pediatrics. 2001;108(3):E48. doi:10.1542/peds.108.3.e48

8. GEMA. Guía de Práctica Clínica sobre el Manejo del Asma [Internet]. 2009 [Acceso 20 de marzo de 2013]. Disponible en: http://www.gemasma.com/images/stories/GEMASMA/Do cu-mentos/GEMA%202009/index.html

9. Vilaseca Canals J, Espinas Boquet J, editores. Guía Terapéu-tica en Atención Primaria basada en la evidencia. 3a edición. Barcelona: SEMFYC Ediciones; 2007.

10. Sistema de Salud del País Vasco [Internet]. Informe de eva-luación: Montelukast. Comité de evaluación de nuevos me-dicamentos. Gobierno Vasco N° 109. 2006 [Acceso 25 de enero de 2013]. Disponible en: http://www.osakidetza.eus-kadi.net/contenidos/informacion/cevime_nuevo_medica-mento/es_nme/adjuntos/montelukast_informe.pdf

11. Agencia Española del Medicamento [Internet]. Fichas téc-nicas de medicamentos [Acceso 25 de abril de 2013]. Dis-ponible en: http://www.aemps.gob.es/cima/especialidad.do? metodo=verFichaWordPdfacodigo=742858formato=pdfa-formulario=FICHAS

12. Servicio Vasco de Salud. Guía de Práctica Clínica sobre Asma [Internet]. 2005 [Acceso 20 de marzo de 2013]. Dispo-nible en: http://www.osakidetza.euskadi.net/r85-pkpubl02/es/contenidos/informacion/osk_publicaciones/es_publi/ad-juntos/guias/asma.pdf

13. BSACI. Guidelines for the management of allergic and non-allergic [Internet]. 2008 [Acceso 20 de marzo de 2013]. Disponible en: http://www.bsaci.org/Guidelines/bsaci-gui-delines

14. Grupo de investigación en Atención Farmacéutica. Guía de Seguimiento Farmacoterapéutico sobre la Rinitis Alérgica. Granada: Universidad de Granada; 2005.

15. Fisterra. Guía Clínica de Bronquitis aguda de Fisterra [In-ternet]. 2006 [Acceso 20 de marzo de 2013]. Disponible en: http://www.agamfec.com/pdf/CADERNOS/VOL13/VOL13_3/ 06_Guias_de_Fisterra_B.pdf

Page 12: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

FC11

Peris Molina MT, et al. Calidad de prescripción de montelukast en pacientes adultos: Estudio en tres farmacias comunitarias de la Comunidad Valenciana

Ori

gina

les

16. Fisterra. Guía Clínica de la Rinitis en Atención Primaria de Fisterra [Internet]. 2003 [Acceso 20 de marzo de 2013]. Dis-ponible en: http://www.ugr.es/~cts131/esp/guias/GUIA_RI-NITIS.pdf

17. Aula de la Farmacia. Rinitis Alérgica: Actualizaciones [In-ternet]. 2007 [Acceso 20 de marzo de 2013]. Disponible en: http://www.auladelafarmacia.com/af/documentos/rinitis.pdf

18. Sistema de Salud del País Vasco [Internet]. ¿Montelukast en el tratamiento de la bronquiolitis? Infac: Información Terapéutica de la Comarca. Volumen 12, N° 6. 2004 [Acce-so 24 de abril 2013]. Disponible en: http://www.osakidet-za.euskadi.net/r85-pkcevi03/es/contenidos/informacion/cevime/es_cevime/r01hRedirectCont/contenidos/informa-cion/cevime_infac/es_cevime/adjuntos/infac_v12_n6.pdf

19. Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud [Internet]. Subgrupos ATC de mayor consumo en el Sis-tema Nacional de Salud en 2006. Inf Ter Sist Nac Salud. 2007;31(4):130-5. [Acceso 20 de abril de 2013]. Disponi-ble en: http://www.msc.es/biblioPublic/publicaciones/docs/vol31_4SubgruposATC2006.pdf

20. Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud [Internet]. Subgrupos ATC de mayor consumo en el Sis-tema Nacional de Salud en 2007. Inf ter Sist Nac Salud. 2008;32(4):128-132. [Acceso 20 de abril de 2013]. Disponi-ble en: http://www.msc.es/biblioPublic/publicaciones/recur-sos_propios/infMedic/docs/vol32_4NoticiasTemasInteres.pdf

21. Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud [Internet]. Subgrupos ATC de mayor consumo en el Sis-

tema Nacional de Salud en 2008. Inf ter Sist Nac Salud. 2009;33(4):120-2. [Acceso 20 de abril de 2013]. Dis-ponible en: http://www.msc.es/biblioPublic/publicaciones/recursos_propios/infMedic/docs/vol33_4NotasInteresSub-gruposATC.pdf

22. Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud [Internet]. Subgrupos ATC de mayor consumo en el Sis-tema Nacional de Salud en 2009. Inf ter Sist Nac Salud. 2010;34(3):89-92. [Acceso 20 de abril de 2013]. Disponible en: http://www.msc.es/biblioPublic/publicaciones/recursos_propios/infMedic/docs/vol34n3SubgrATCppiosActivos.pdf

23. Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud [Internet]. Subgrupos ATC de mayor consumo en el Sis-tema Nacional de Salud en 2010. Inf ter Sist Nac Salud. 2011;35(4):124-8. [Acceso 20 de abril de 2013]. Disponible en: http://www.msc.es/biblioPublic/publicaciones/recursos_propios/infMedic/docs/SubgruposATCvol35n4.pdf

24. Bousquet J, Khaltaev N, Cruz AA, Denburg J, Fokkens WJ, Togias A, et al. Allergic Rhinitis and its Impact on As-thma (ARIA) 2008 Update. Allergy. 2008;63(Supl.86):8-160.

25. Togias A. Rhinitis and asthma: evidence for respiratory sys-tem integration. J Allergy Clin Immunol. 2003;111(6):1171-83; quiz 1184. doi:10.1067/mai.2003.1592

26. Bisgaard H, Flores-Nunez A, Goh A, Azimi P, Halkas A, Malice MP, et al. Study of Montelukast for the treatment of respiratory symptoms of post-respiratory syncytial vi-rus bronchiolitis in children. Am J Respir Crit Care Med. 2008;178:854-60. doi:10.1164/rccm.200706-910OC

Page 13: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

12FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014;6(1):12-17. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.03O

rigi

nale

sFARMACÉUTICOS COMUNITARIOS 2014; 1(1): 136-140 DOI: http://dx.doi.org/10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.01

www.farmaceuticoscomunitarios.org Revista trimestral Volumen 6 No 1 2014 

RESUMENObjetivos: Diseñar y evaluar la utilidad de un protocolo de actuación del farmacéutico comuni-

tario ante las consultas realizadas sobre dermatitis atópica en la farmacia comunitaria, acordando con dermatólogos los criterios de derivación. Conocer los motivos de consulta más habituales y determinar en qué casos constituyen motivo de derivación al médico.

Métodos: Estudio epidemiológico realizado en farmacias comunitarias españolas entre febrero del 2011 y enero del 2012. Se incluyeron en el estudio todos los usuarios de las farmacias que con-sultan un problema de salud dermatológico. Los farmacéuticos participantes, tras recibir formación específica online, aplicaron el protocolo de actuación consensuado.

Se registraron los motivos de consulta, los casos de derivación al médico, la existencia de so-breinfecciones, el uso de productos adecuados para el cuidado de la piel.

Resultados/Discusión: Participaron 259 farmacéuticos de 15 comunidades autónomas que re-gistraron 688 intervenciones válidas. La distribución por sexo de los pacientes corresponde a 354 (51,5 %) de sexo masculino y 334 (48,5 %) del femenino, con mayor incidencia de la patología en menores de 14 años. En el 70 % de los casos no se requirió la derivación al dermatólogo. Motivos de consulta: prurito, irritación, dificultad para dormir, ansiedad y estrés, y sobreinfección (35 %), principal causa de derivación.

La elaboración y difusión del protocolo y criterios de derivación, así como los resultados del estudio a los socios de SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria) y al resto de farmacéu-ticos comunitarios permitirán la resolución de muchos de los casos de dermatitis atópica, contribu-yendo así a la mejora de la calidad de vida del paciente.

Epidemiological study of atopic dermatitis from the community pharmacy perspective. The DAFAC study

ABSTRACTObjectives: To design and evaluate the usefulness of a community pharmaceutical intervention

in reference to atopic dermatitis consultations in the community pharmacy office, establishing consensus with dermatologists regarding the criteria for patient referral. To identify the most com-mon reasons for consultation and determine which cases require referral to the physician.

Methods: An epidemiological study was carried out in Spanish community pharmacies between February 2011 and January 2012, including all pharmacy users consulting due to skin problems. After receiving specific online training, the participating pharmacists applied the consensus-based intervention protocol. The reasons for consultation were registered, along with the cases of referral to the physician, the existence of overinfections, and the use of adequate products for skin care.

Results/Discussion: A total of 259 pharmacies from 15 Spanish autonomous communities par-ticipated in the study, with the registry of 688 valid interventions. A total of 354 patients (51.5 %) were males and 334 (48.5 %) females, and disease conditions were found to be more frequent in patients under 14 years of age. In 70 % of the cases referral to the dermatologist was not necessary. Reasons for consultation: itching, irritation, sleep disturbances, anxiety and stress, and overinfec-tion (35 %) as the main cause of referral.

Development and diffusion of the protocol and referral criteria, as well as of the results of the study among the associates of SEFAC and the rest of community pharmacists will allow the reso-lution of many cases of atopic dermatitis – thereby contributing to improve patient quality of life.

Recibido: 6-9-2013 Aceptado: 21-12-2013Disponible online: 1-3-2014

PALABRAS CLAVEdermatitis atópica, protocolo de actuación,criterios de derivación, dermatólogo, farmacéutico comunitario

KEYWORDSatopic dermatitis, interventional protocol, referral criteria, dermatologist, community pharmacist

Estudio epidemiológico de la dermatitis atópica desde la farmacia comunitaria: Estudio DAFACPaqui MorenoFarmacéutica comunitaria en Barcelona. Coordinadora del grupo de Dermatología de SEFAC.

Financiación: La plataforma online de formación Letiderma fue financiada por Laboratorios LETI.Conflicto de intereses: La autora declara no existir ningún conflicto de intereses en relación con el contenido del presente artículo.Cite este artículo como: Moreno P. Estudio epidemiológico de la dermatitis atópica desde la farmacia comunitaria: Estudio DAFAC. Farmacéuticos Comunitarios. 2014 Mar 01;6(1):12-17. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.03Correspondencia: Paqui Moreno ([email protected]).ISSN 1885-8619 © SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria). Todos los derechos reservados

Parte del contenido fue presentado en diversas comunicaciones en los Congresos Nacionales de Farmacéuticos Comunitarios de Valencia 2010 y Barcelona 2012.

ABREVIATURASDA: dermatitis atópica.DAFAC: Dermatitis Atópica en Farmacia Comunitaria.SEFAC: Sociedad Española de Farmacia Comunitaria.

Page 14: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

FC13

Moreno P. Estudio epidemiológico de la dermatitis atópica desde la farmacia comunitaria. Estudio DAFAC

Ori

gina

les

IntroducciónLa dermatitis atópica (DA) es una

enfermedad inflamatoria cutánea cró-nica, con una alta predisposición ge-nética y que se presenta en episodios de brotes. Incide principalmente en edades infantiles, hasta la pubertad, que es cuando mejora el cuadro en la mayoría de los casos (1-3). Se trata de un proceso multifactorial (2), en el cual desempeñan un papel diferentes factores como son: • Predisposición genética. • Alteraciones inmunológicas (4). • Alteraciones vasculares. • Alteraciones de la función de la barrera cutánea.

Un porcentaje muy elevado de pacientes atópicos tiene antecedentes familiares con alguna de las patolo-gías que se incluyen en la denomina-da tríada atópica. En este sentido, mu-chos de los pacientes que en la edad infantil presentan dermatitis atópica, después, en la edad adulta, presentan asma o rinoconjuntivitis alérgica. El riesgo de un hijo de desarrollar DA, si uno de los progenitores la ha sufrido, es del 50 %, un porcentaje que sube al 80 % si ambos progenitores padecen la enfermedad (1,2,5).

Es la enfermedad dermatológi-ca más frecuente en la infancia. Su incidencia ha ido aumentando a lo largo de los años, y actualmente se considera que afecta entre un 10 y un 30 % de la población infantil, como lo revelan diversos estudios que se han realizado en España en los últimos años.

El estudio ELIHO analizó los fac-tores de riesgo y prevalencia familiar de la dermatitis atópica en España. Se realizó en consultas pediátricas entre noviembre del 2003 y marzo del 2004. Como conclusión se encontró, entre los pacientes con dermatitis atópica, una clara predisposición genética (6).

Otros estudios han servido para conocer la prevalencia de la patolo-gía, como el estudio sobre prevalencia de la dermatitis atópica en escolares de Granada, de Guiote-Domínguez et al. (7) en 2008 para conocer la preva-lencia de la patología en una pobla-ción escolar.

La prevalencia y la incidencia de la patología van en aumento y el far-macéutico comunitario puede y debe realizar una labor esencial como edu-cador sanitario para los cuidadores de estos pacientes, para de esta manera

ayudar a garantizar una buena cali-dad de vida al paciente y contribuir al mejor control de los brotes.

En el ámbito de la farmacia co-munitaria no se ha realizado ningún estudio que analice los diferentes aspectos de la dermatitis atópica, de cómo el farmacéutico comunitario puede abordar a los pacientes, y cómo y cuándo puede actuar o bien derivar al dermatólogo. Es por ello que des-de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC) se proyectó el estudio DAFAC (Dermatitis Atópica en Farmacia Comunitaria).

Ante el desconocimiento por bue-na parte de la población, tanto de la enfermedad como de los cuidados que requiere la piel afectada, y la necesidad de disponer en la farma-cia comunitaria de un protocolo de actuación, para que el farmacéutico pudiera abordar las consultas que recibía sobre la patología y acordar con los médicos implicados unos cri-terios consensuados de derivación, en el año 2009 el grupo de Dermatolo-gía de SEFAC, conjuntamente con un grupo de especialistas del departa-mento de Dermatología del Hospital del Mar de Barcelona y con el patro-cinio de laboratorios LETI, se planteó la elaboración de un procedimiento de actuación.

Se realizó una prueba piloto con una muestra de farmacias comunita-rias, cuyos resultados fueron presen-tados en el IV Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios: Estudio piloto para evaluar el protocolo de ac-tuación en las consultas por dermati-tis atópica en la farmacia comunitaria (8). Las conclusiones de dicho piloto derivaron en el planteamiento de un estudio a mayor escala, que aquí se presenta: Estudio DAFAC 2011, con el fin de evaluar su utilidad.

ObjetivosObjetivo general • Evaluar la utilidad de un protocolo de actuación del farmacéutico ante las consultas realizadas sobre der-matitis atópica en la farmacia co-munitaria.

Objetivos específicos • Diseñar conjuntamente con el co-lectivo médico un protocolo de actuación ante las consultas reci-bidas en la farmacia sobre lesiones

cutáneas sospechosas de dermatitis atópica.

• Acordar conjuntamente los crite-rios de derivación.

• Conocer cuáles son los motivos de consulta más habituales.

• Determinar en qué casos constitu-yen motivo de derivación al médi-co, o pueden ser abordadas por el farmacéutico comunitario, con la formación adecuada y siguiendo el protocolo de actuación.

• Analizar el grado de conocimiento del cuidado adecuado de la piel del paciente atópico por parte de los cuidadores del mismo.

MétodoDiseño

Estudio epidemiológico para eva-luar la demanda que el farmacéutico comunitario recibe sobre lesiones cu-táneas sospechosas de dermatitis ató-pica y analizar si los pacientes o sus cuidadores son conocedores de los cuidados que requiere la piel atópica.

ÁmbitoFarmacias comunitarias de todo

el ámbito estatal español. El estudio se realizó entre los meses de febrero del 2011 y enero del 2012.

SujetosCriterios de inclusión: pacientes de

cualquier edad (aunque la prevalencia es mayor en menores de 14 años) que, por sí mismos o mediante un familiar o cuidador, consultan un problema de salud dermatológico, de forma que el farmacéutico comunitario siguiendo el protocolo de actuación pueda de-terminar si es una lesión sospechosa de dermatitis atópica o no.

Criterios de exclusión: lesiones que no cumplen los criterios mayores de dermatitis atópica (2)

Diseño del protocolo de actuación

Se realizaron reuniones de los far-macéuticos comunitarios del grupo de Dermatología de SEFAC con los médi-cos del Departamento de Dermatolo-gía del Hospital del Mar (Barcelona). Se consensuó un procedimiento de actuación en el que se establecían los criterios de derivación al médico es-pecialista y se evaluaba la necesidad

Page 15: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

14FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014;6(1):12-17. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.03O

rigi

nale

s

de derivar al paciente a la consulta del médico o bien la posibilidad de tratar al paciente en la farmacia y las herra-mientas terapéuticas, farmacológicas o no que el farmacéutico utilizaría para la resolución o alivio del proble-ma de salud planteado (9).

Este procedimiento fue pilotado por 40 farmacéuticos para compro-bar su aplicabilidad. Posteriormente se propuso participar en el estudio a los farmacéuticos comunitarios so-cios de SEFAC. En una primera fase se impartió la formación online a través de la plataforma Letiderma y poste-riormente se realizó el registro de las consultas recibidas en las farmacias comunitarias entre febrero del 2011 y enero del 2012.

Formación de los farmacéuticos participantes

Patrocinada por Laboratorios LETI®, se creó una plataforma (Letiderma), a través de la cual se realizó una for-mación online con vídeos y material teórico acreditada con 4,3 créditos. Al finalizar el curso y tras evaluación de su aprovechamiento, los farmacéuti-cos acreditados registraron los casos que recibieron en la farmacia comu-nitaria y la actuación que realizaban contestando a un cuestionario (fi­gura 1).

ProcedimientoEn el estudio DAFAC 2011 la cap-

tación de sujetos participantes en el estudio no está sujeta a variables, es decir se realiza registro de todas las consultas recibidas en la farmacia so-bre lesiones dermatológicas suscepti-bles de ser indicativas de patología de dermatitis atópica.

Tras la identificación por parte del farmacéutico se realiza el cuestiona-rio y la recogida de datos.

Expresión y análisis de los resultados

El análisis estadístico se ha rea-lizado utilizando el software de esta-dística SPSS 19.0 para Windows. En todas las tablas se describe el número de casos válidos (no se describen los valores perdidos).

Para el análisis estadístico se han creado 4 variables:

Cumplimiento (malo vs bueno): los casos en que el farmacéutico ha

1. Edad del paciente a) 0-2 añosb) 2-6 añosc) 6-14 añosd) >14 años

2. Sexo del paciente a) Masculinob) Femenino

3. Zona de residencia a) Urbana (>10.000 habitantes) b) Suburbana: (2.000-10.000 habitantes) c) Rural (<2.000 habitantes)

4. Tras aplicar el protocolo, ¿existen criterios de derivación al dermatólogo? a) Sí (Indicar los criterios de derivación detectados) b) No

5. El paciente, ¿ha sido diagnosticado previamente de dermatitis atópica? a) Síb) No

6. Motivo de la consulta (marcar todos los necesarios) a) Pruritob) Irritaciónc) Sequedad cutánead) Brote de dermatitis atópicae) Sobreinfección de las lesionesf) Dificultad para dormir, ansiedad, estrésg) Demanda de información de dermatitis atópica

7. Si existe diagnóstico previo de DA, ¿utiliza productos adecuados para el cuidado de la piel atópica? a) Sí, de higiene y emoliencia b) Sí, pero solo de higiene c) Sí, pero solo de emoliencia d) Sí, el tratamiento farmacológico prescrito por el medico e) Sí, el tratamiento farmacológico prescrito por el médico y productos emolientesf) Sí, el tratamiento farmacológico prescrito y productos de higiene y emolienciag) No, ni de higiene ni de emoliencia

8. En caso de que en la pregunta anterior el farmacéutico identifique un mal cumplimiento en referencia al uso de productos adecuados para la piel atópica, indique el motivo que señalan los cuidadores a) Por el elevado coste de los productosb) Porque no creen que sean ni eficaces ni necesariosc) Porque el/la niño/a es reacio/a a tener que aplicarse los productos cada díad) Porque desconocían la importancia del cuidado diario para la mejora de la calidad

de vida

9. Si utiliza productos para la piel atópica, ¿cuándo los utiliza? a) Tratamiento farmacológico solo durante el broteb) Tratamiento farmacológico en el brote y entre brotesc) Tratamiento farmacológico y emoliencia en el broted) Tratamiento farmacológico durante el brote y emolientes entre brotese) Solamente emoliencia en el brote f) Solamente emoliencia durante el brote y entre brotesg) Otros. Especificar

10. Indicación o acción farmacéutica a) Información sobre el problema de saludb) Tratamiento farmacológicoc) Higiene y emolienciad) Coadyuvante e) Fototerapia/Homeopatíaf) Otros

11. En relación a la sobreinfección de las lesiones, ¿consideran los cuidadores del niño atópico que se le infectan las lesiones? a) No, nuncab) Solo ocasionalmentec) Si, siempre que tiene un brote de la enfermedad

Figura 1 Cuestionario de recogida de datos DAFAC 2011

Page 16: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

FC15

Moreno P. Estudio epidemiológico de la dermatitis atópica desde la farmacia comunitaria. Estudio DAFAC

Ori

gina

les

detectado un mal cumplimiento y ha descrito los motivos, se han conside-rado como casos “mal cumplimien-to”, el resto se han considerado como “buen cumplimiento”.

Motivos de consulta: a partir de los diversos motivos de consulta des-critos se han creado 2 variables de agrupación: • 1 motivo vs. > 2 motivos • 1 motivo vs. 2-3 motivos vs. > 3 mo-tivosSobreinfección (no vs. sí): para

describir la sobreinfección, en fun-ción de las respuestas a la pregunta “¿consideran los cuidadores del niño atópico que se le infectan las lesio-nes?”, se han agrupado las categorías “no nunca” versus “solo ocasional-mente” y “si, siempre que tiene un brote de la enfermedad”.

Resultados/discusiónProtocolo de actuación y criterios de derivación

En la figura 2 se presenta el pro-tocolo de actuación consensuado para resolver en la farmacia comuni-taria las consultas relativas a DA (3). Los criterios de derivación acordados son los siguientes:

Criterios de derivación • Extensión de las lesiones: se debe evaluar qué extensión ocupan las lesiones, siendo necesaria la deri-vación al dermatólogo si afectan a una superficie grande.

• Alteración del sueño nocturno: si las lesiones alteran el descanso nocturno, es necesaria una indica-ción médica para tratar las le siones.

• No respuesta al tratamiento: si el paciente ya tiene instaurado un tratamiento para la dermatitis y no mejora su sintomatología, será necesaria la derivación al médico.

• Exacerbación de las lesiones (zonas crítica, blefaritis): la derivación al médico también debe considerarse si las lesiones afectan zonas críti-cas (cara, parpados, etc.)

• Sospecha de sobreinfección (cos-tras, exudación abundante, fie-bre, etc.).

• Varicela: si el paciente presenta brotes de atopía conjuntamen-te con la varicela, esto supone un criterio de gravedad de derivación urgente al médico.

En el estudio DAFAC participa-ron 259 farmacéuticos de 15 comu-nidades autónomas, que registraron un total de 688 intervenciones ante consultas por lesiones dermatológicas sospechosas de DA.

La distribución etaria de los pa-cientes se refleja en la figura 3. Se ha observado que existe una mayor incidencia de la patología en los me-nores de 14 años. La distribución por sexo corresponde a 354 (51,5 %) de sexo masculino y 334 (48,5 %) del femenino, no existiendo diferencia significativa en la variable sexo del paciente.

Los motivos de consulta se re-flejan en la figura 4. Tras aplicar el protocolo de actuación en la farma-cia comunitaria, se advierte que en el 70 % de los casos registrados no se identificaron criterios de derivación al dermatólogo. En estos casos se aplicó el protocolo de actuación para realizar una indicación farmacéutica y/o indicación de hábitos higienico-dietéticos adecuados.

Se ha observado una relación significativa entre varios motivos de consulta y la existencia de criterios de derivación al dermatólogo: pruri-to, irritación, brote agudo de DA, difi-cultad para dormir, ansiedad y estrés, y sobreinfección. En todos los casos denota una mayor gravedad de los pacientes que requieren ser derivados al dermatólogo (tabla 1).

La sobreinfección, como motivo de consulta, es la que muestra una re-lación estadística más intensa con la necesidad de derivar al dermatólogo, ya que más del 80 % de los pacien-tes con sobreinfección cumplen los criterios de derivación. Esta relación

¿Paciente diagnosticadoanteriormente?

Leve

No

Cuestión para evaluarlesión

Intervención farmacéutica SospechaDA

Nosospecha

DA

Indicaciónfarmacéutica

Hábitosde vida

Derivaciónmédico

Higiene,emoliencia, coadyuvantes

No responde 7 días

Grave

Figura 2 Protocolo de actuación y criterios de derivación

0-2 años (191)

2-6 años (212)

6-14 años (110)

> 14 años (175)

Figura 3 Distribución etaria de los pacientes

25 %

16 %

31 %

28 %

Page 17: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

16FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014;6(1):12-17. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.03O

rigi

nale

s

es igualmente intensa cuando la so-breinfección de las lesiones, indepen-dientemente o no de ser un motivo de consulta, forma parte del historial clínico del paciente.

El uso de productos para el cui-dado de la piel atópica se muestra en la figura 5. Se ha observado que solo un 25 % de los pacientes que hicie-ron las consultas utilizaba productos adecuados de higiene y emoliencia. Se encontró una relación significativa p = 0,011 entre la edad de los pacien-tes y el cumplimiento de las medidas terapéuticas, de forma que este es ma-yor cuando se trata de niños muy pe-queños y el cumplimiento correspon-de al de sus padres. A lo largo de toda la infancia, el cumplimiento disminu-ye, siendo mínimo entre los 6 y los14 años y volviendo a aumentar a partir de los 14 años. La zona de re-sidencia también parece afectar sig-nificativamente al cumplimiento, de modo que este es más bajo en las zo-nas rurales (p = 0,014) (tabla 2).

Los identificados como mal cum-plidores del uso de productos adecua-dos refirieron causas como el desco-nocimiento de los cuidados necesarios en un 44 % o el alto coste de los pro-ductos en un 27 % (figura 6).

El 35 % de los pacientes refiere sobreinfección de heridas en algu-na ocasión. Se ha observado que dos motivos de consulta, el brote activo de DA y la dificultad para dormir, an-siedad y estrés, se relacionan con ma-yor frecuencia con un historial de so-breinfección de las lesiones; mientras que, cuando el motivo de consulta es la sequedad cutánea, la proporción de pacientes con historial de sobreinfec-ción es significativamente menor.

Se ha observado una relación sig-nificativa entre la sobreinfección de las lesiones y la edad, de forma que la mayor proporción de pacientes con sobreinfección se halla entre los mayores de 14 años. No obstante, no puede descartarse que se trate de una relación esperable al haber más tiem-po de evolución de la enfermedad.

En este sentido, también se obser-va una relación significativa entre la existencia de un diagnóstico previo de DA y el historial de sobreinfec-ción de las lesiones.

Se destaca como resultado del estudio que en el 70 % de las con-sultas recibidas no existían criterios de derivación al dermatólogo y por tanto han sido consultas resueltas

Tabla 1 Criterios de derivación al dermatólogo tras aplicar el protocolo

Factores

Criterios de derivación al dermatólogo

Significación*

Sí No

n % n %

Prurito (motivo de consulta)

No 67 20,70 % 257 79,30 %p < 0,001

Sí 140 38,50 % 224 61,50 %

Irritación (motivo de consulta)

No 83 22,30 % 290 77,70 %p < 0,001

Sí 124 39,40 % 191 60,60 %

Brote DANo 98 23,00 % 328 77,00 %

p < 0,001Sí 109 41,60 % 153 58,40 %

Sobreinfección (motivo de consulta)

No 130 21,90 % 463 78,10 %p < 0,001

Sí 77 81,10 % 18 18,90 %

Alteración sueño/ansiedad/estrés (motivo de consulta)

No 144 24,50 % 444 75,50 %p < 0,001

Sí 63 63,00 % 37 37,00 %

En relación a la sobreinfección de las lesiones, ¿consideran los cuidadores del niño atópico que se le infectan las lesiones?

No, nunca 71 20,20 % 281 79,80 %

p < 0,001

Solo ocasionalmente

98 40,80 % 142 59,20 %

Sí, siempre que tiene un brote

26 63,40 % 15 36,60 %

Total 195 30,80 % 438 69,20 %

Antecedentes de sobreinfección

No 71 20,20 % 281 79,80 %p < 0,001Sí 124 44,10 % 157 55,90 %

Total 195 30,80 % 438 69,20 %

* Prueba chi cuadrado de Pearson.

Figura 4 Motivos de consulta

Figura 5 ¿Utiliza productos adecuados para el cuidado de la piel atópica?

Page 18: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

FC17

Moreno P. Estudio epidemiológico de la dermatitis atópica desde la farmacia comunitaria. Estudio DAFAC

Ori

gina

les

por el profesional farmacéutico, por lo que el rol de detección y reco-mendación farmacéutica es muy im-portante.

En más de la mitad de las consul-tas se ha detectado un mal cuidado de la piel atópica, identificándose una infrautilización de los productos para tratar la piel atópica (9). Este último dato refleja en primer lugar el papel de educador sanitario del farmacéuti-co y en segundo lugar la falta de in-formación que reciben los pacientes atópicos.

La sobreinfección de lesiones, complicación de la DA con graves consecuencias, presente en un 35 % de los casos, puede atenuarse si los productos de higiene utilizados diariamente contienen ingredientes que puedan favorecer la flora sa-

profita y disminuir así la reproduc-ción de los agentes infecciosos más comunes.

Limitaciones del estudioEn este estudio hay un sesgo de

población, ya que la población diana no es la población general sino la que acude a la farmacia por el problema de salud, por lo tanto los resultados del estudio deberían extrapolarse.

Aplicabilidad prácticaSe espera que la difusión del pro-

tocolo y de los resultados a los socios de SEFAC y al resto de farmacéuticos comunitarios permitirá la resolución de muchos de los casos de dermatitis atópica, contribuyendo así a la mejora

de la calidad de vida del paciente. De este modo, siguiendo los criterios de actuación y derivación consensuados con los dermatólogos del Hospital del Mar de Barcelona, el farmacéutico comunitario ejerce una importante labor profesional, actuando además como educador sanitario en colabo-ración con el profesional médico.

Referencias bibliográficas1. Gascó A, Buesa S, Labat MP, Lujan

T, Zaborros E, Higueras MI [editores]. Dermatitis Atópica [monografía en CD-ROM]. Zaragoza: Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza; 2004.

2. Guerra Tapia A, González-Guerra E. Dermatitis atópica [monografía en In-ternet]. Actualizaciones Aula de la Far-macia. 2001. [acceso 12/6/13]. Dispo-nible en http://www.auladelafarmacia.org/Documentos/doc/dermatitis.pdf

3. Herrero JE, Moreno F. Protocolo de dermatitis atópica. Farmacéuticos Co-munitarios. 2010;2(3):116-21.

4. Santamaría LF. Las células de Langer-hans en la inmunidad cutánea, con especial referencia a la dermatitis ató-pica. Act Dermatolog. 1998;3:179-81.

5. Rudikoff D, Lebwohl M. Atopic der-matitis. The Lancet. 1998;351:1715-21. doi:10.1016/S0140-6736(97)12082-7

6. Blanco Quirós A, Díaz Castella JM, Balañá Vilanova M, Valveny Llobet N. Factores de riesgo y prevalencia fami-liar de la dermatitis atópica en Espa-ña (estudio ELIHO). An Pediatr (Barc). 2005;63(6):480-8. doi:10.1016/S1695-4033(05)70246-0

7. Guiote-Domínguez MV, Muñoz-Hoyos A, Gutiérrez-Salmerón MT. Prevalen-cia de dermatitis atópica en escola-res de Granada. Actas Dermosifiliogr. 2008;99(8):628-38. doi.org/10.1016/S0001-7310(08)74759-8

8. Moreno Fernández P. Estudio piloto para evaluar el protocolo de actuación en las consultas por dermatitis atópica en la farmacia comunitaria. Farmacéuticos Comunitarios. 2010;2(Supl.1):S51-S52.

9. Fernández del Pozo MB, Carbajo Es-pejo JM, Palazón Ors JJ. Tratamiento cosmético en afecciones dermatológi-cas. En: Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Atención Farmacéutica en Dermofarmacia. 1ª ed. Madrid: BGA Asesores; 2008. p. 398-410.

Tabla 2 Relación entre el cumplimiento y la edad del paciente y su zona de residencia

Factores

Cumplimiento

Significación*

Malo Bueno

n % n %

Edad del paciente

0-2 años 94 49,20 % 97 50,80 %

p < 0,0012-6 años 131 61,80 % 81 38,20 %

6-14 años 74 67,30 % 36 32,70 %

> 14 años 103 58,90 % 72 41,10 %

Zona de residencia

Urbana 241 57,70 % 177 42,30 %

p < 0,001Suburbana 87 52,70 % 78 47,30 %

Rural 74 70,50 % 31 29,50 %

* Prueba chi cuadrado de Pearson.

Figura 6 Causas del mal cumplimiento

Por el elevado coste de los productos

Porque no creen que sean ni eficaces ni necesarios

Porque el/la niño/a es reacio/a a tener que aplicarse los productos cada día

Porque desconocían la importancia del cuidado diario para la mejora de la calidad de vida

109

48

70

175

Page 19: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

18FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014; 6(1):18-22. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.04FARMACÉUTICOS COMUNITARIOS 2014; 1(1): 136-140 DOI: http://dx.doi.org/10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.01

www.farmaceuticoscomunitarios.org Revista trimestral Volumen 6 No 1 2014 

RESUMENIntroducción: La medida de la presión arterial es una práctica habitual tanto en la

farmacia comunitaria como en el domicilio del paciente. Por ello, es conveniente que dispongamos de una técnica de comprobación de la fiabilidad y validez de los aparatos de medida, tanto de los propios como de los que el usuario tiene en su domicilio.

Material y métodos: Al respecto se propone y se ejecuta un caso práctico de evaluación de la fiabilidad, mediante la técnica de Bland y Altman, y de la validez, mediante una prueba t para datos apareados y una adaptación de los criterios de la Sociedad Europea de Hipertensión (SEH).

Resultados: En el caso práctico que exponemos, el aparato evaluado resulta ser fiable con el nuestro de referencia tanto en la presión arterial sistólica (PAS) como en la presión arterial diastólica PAD, presentando un sesgo en la PAD, midiendo como media 5,1 mmHg más que el nuestro de referencia. El aparato evaluado no pasa respecto al nuestro los cri-terios de validación de la SEH.

Discusión: Como aportación personal se ha construido un archivo Excel® que realiza todos los cálculos anteriores, incluida la potencia de la prueba t, así como los gráficos de Bland y Altman, con solo introducir los resultados de las mediciones que se proponen.

Assessment of the Reliability and Validity of Blood Pressure Monitors in Community Pharmacies

ABSTRACTIntroduction: Measuring blood pressure is a habitual practice in community pharma-

cies as well as in patients’ homes. Therefore, it is important to have a technique to verify the reliability and validity of blood pressure monitors, both the ones in the pharmacies as well as the ones that users have at home.

Material and methods: For this, we propose and carry out a practical case of assess-ing reliability using the Bland and Altman technique, and of assessing validity by means of a t-test for matched data and an adaptation of the criteria of the European Society of Hypertension (ESH).

Results: In the practical case we deal with, the monitor assessed was found to be re-liable in comparison with our reference monitor with regard to the SBP as well as the DBP, showing a bias in the DBP, measuring on average 5.1 mmHg more than the reference moni tor. The monitor assessed did not pass, with regard to ours, the ESH’s validation criteria.

Discussion: As a personal contribution, an Excel® spreadsheet was created that did all the above-mentioned calculations, including the t-test power, as well as the Bland and Altman graphs on introducing the results of the monitoring in question.

PALABRAS CLAVEfiabilidad, validez, aparato de medida de la presión arterial, procedimiento de medida, técnica de Bland y Altman

KEYWORDSreliability, validity, blood pressure monitor, measurement procedure, Bland and Altman method

Evaluación de la fiabilidad y validez de un aparato de medida de la presión arterial en la farmacia comunitariaJosé Espejo Guerrero, Oliva Espejo MartínFarmacéuticos comunitarios en Adra (Almería).

Nota de los autoresLa hoja Excel® programada para realizar estos cálculos está a disposición de los interesados, dirigiéndose para ello al correo del primer autor.

Recibido: 21-5-2013 Aceptado: 4-9-2013Disponible online: 1-3-2014

Financiación: Ninguna ajena.Conflicto de intereses: Los autores declaran no existir ningún conflicto de intereses en relación con el contenido del presente artículo.Cite este artículo como: Espejo Guerrero J, Espejo Martín O. Evaluación de la fiabilidad y validez de un aparato de medida de la presión arterial en la farmacia comunitaria. Farmacéuticos Comunitarios. 2014 Mar 01;6(1):18-22. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.04Autor para correspondencia: José Espejo Guerrero ([email protected]).ISSN 1885-8619 © SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria). Todos los derechos reservados

ABREVIATURASSEH: Sociedad Europea de Hipertensión.PAS: presión arterial sistólica.PAD: presión arterial diastólica.PULSAC: pulsaciones.

Ori

gina

les

brev

es

Page 20: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

FC19

Espejo Guerreo J, Espejo Martín O . Evaluación de la fiabilidad y validez de un aparato de medida de la presión arterial en la farmacia comunitaria

Ori

gina

les

brev

es

IntroducciónUna de las actividades que con

mayor frecuencia realiza el farma-céutico comunitario es la medición de parámetros, lo que hace de nuestro trabajo algo objetivable, evaluable y transmisible a otros. Antes medíamos en mayor proporción valores físicos y fisicoquímicos de productos (peso, densidad, volumen, solubilidad...) y, actualmente, con la cada vez mayor implantación de la atención farma-céutica, medimos parámetros bioló-gicos en personas (presión arterial, glucosa, colesterol, etc.).

Toda medida está sujeta a error. Para una buena comprensión y posi-ble solución, los errores se clasifican en aleatorios y sistemáticos.

Se denominan aleatorios a aque-llos errores que se producen por el simple azar y que conducen unas veces a valores superiores y otras a valores inferiores a los reales de una forma arbitraria (1). Por el contrario, se clasifican como sistemáticos a los que de una manera permanente dan lugar a medidas que se alejan de las reales en un mismo sentido, subes-timando o sobreestimando el verda-dero valor. Mientras que los errores aleatorios introducen imprecisión en nuestras medidas, los errores sistemá-ticos introducen sesgo.

Llamamos fiabilidad (reproduci-bilidad, confiabilidad, precisión, es-tabilidad, consistencia) a la falta de error aleatorio y validez a la ausen-cia de error sistemático (1,2). El error aleatorio, al igual que el sistemático, puede ser introducido en la medición tanto por el observador como por el observado como por el instrumento de medida.

En el largo camino de la lucha contra el error, los procedimientos son diferentes según se trate de uno u otro tipo. Grosso modo, podemos detectar y corregir el error aleato-rio repitiendo nuestra medida una y otra vez, y comparando entre sí los resultados. Si la variabilidad entre los resultados es pequeña, probable-mente el error aleatorio será también pequeño. Es lo que hacemos, cons-ciente o inconscientemente, cuando repetimos una y otra vez la medición y hacemos la media, comprobando previamente que los resultados se parecen entre sí.

La detección y posible correc-ción del error sistemático es un ca-mino más tortuoso que el anterior,

que exige, entre otros argumentos, el establecimiento del criterio verdad o patrón de oro (gold standard), lo que, además de planteamientos filo-sóficos (la verdad puede ser incom-prensible e inalcanzable), requiere de alguna técnica de medida que cuente con la aquiescencia de los comités de sabios de que “lo que dice es la verdad”.

En el presente trabajo se propone una técnica de evaluación de la fia-bilidad y, si admitimos nuestro equi-po de medida como patrón de oro, un acercamiento a la validez de los aparatos automáticos de medida de la presión arterial, de forma que, entre otras cosas, nos ayudará a dar una respuesta fundamentada a la cues-tión: “Parece que el aparato de la ten-sión que me vendió usted la pasada semana no va bien”.

Material y métodosPara la evaluación de la fiabilidad

y la validez se ha procedido a la repe-tición y comparación de las medidas del equipo investigado con nuestro equipo de referencia (Omron® M3), en paralelo a cada una de las personas, alternando brazo derecho y brazo izquierdo, según el esquema que se muestra en la tabla 1.

Es decir, en cada sujeto se pro-cede de la siguiente forma: • Aparato prueba: tres medidas en brazo derecho.

• Aparato referencia: tres medidas en paralelo en brazo izquierdo.

Se obtienen tres diferencias. A continuación, cambiamos los apa-ratos de brazo y tenemos: • Aparato de prueba: tres medidas en brazo izquierdo.

• Aparato de referencia: tres medi-das en paralelo en brazo derecho.

Se obtienen otras tres diferencias. Sobre las diferencias observadas, se trabaja para valorar tanto la fiabi-lidad como la validez. En adelante, para abreviar nos referiremos solo a la presión arterial sistólica (PAS), pero es sustituible por presión arterial diastólica (PAD). También se ha tra-bajado con las pulsaciones (PULSAC), aunque no son objeto del presente trabajo.

Para evaluar la fiabilidad se pro-pone la técnica de Bland y Altman (3), que grafica las medias de cada una de las medidas frente a las diferencias, es decir, en el eje X (PAS prueba + PAS referencia)/2 y en el eje Y (PAS prue-ba – PAS referencia)/2, de forma que obtenemos en nuestro caso un gráfico

Tabla 1 Esquema utilizado

Persona N°

Medida N°

Brazo izquierdo

Brazo derecho

PAS prueba - PAS referencia

PAD prueba - PAD referencia

1 1Aparato prueba

Aparato referencia

Diferencia 1 Diferencia 1

1 2Aparato prueba

Aparato referencia

Diferencia 2 Diferencia 2

1 3Aparato prueba

Aparato referencia

Diferencia 3 Diferencia 3

1 4Aparato referencia

Aparato prueba

Diferencia 4 Diferencia 4

1 5Aparato referencia

Aparato prueba

Diferencia 5 Diferencia 5

1 6Aparato referencia

Aparato prueba

Diferencia 6 Diferencia 6

2 1Aparato prueba

Aparato referencia

Diferencia 7 Diferencia 7

... ... ... ... Diferencia .... Diferencia ....

5 6Aparato referencia

Aparato prueba

Diferencia 30 Diferencia 30

Total de individuos: 5.Total de medidas: 5 personas x 6 pares de medidas = 30 pares de medidas (30 con cada aparato).Total de diferencias: 30 medidas con cada aparato = 30 diferencias de PAS y 30 diferencias de PAD.Tiempo entre cada par de medidas: 2 minutos.

Page 21: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

20FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014; 6(1):18-22. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.04O

rigi

nale

s br

eves

con treinta puntos. En el supuesto de normalidad de las diferencias, se ad-mite que el 5 % (100 %-95 % del inter-valo de probabilidad) de las diferen-cias se salga de la franja delimitada por los valores (4): • Inferior: media de diferencia – 1,95 × desviación estándar de la dife-rencia.

• Superior: media de la diferencia + 1,95 × desviación estándar de la diferencia. En nuestro caso admitiríamos

hasta 1 (el 5 % de 30, redondeado) diferencia fuera del rango admisible.

Estos cálculos también nos per-miten evaluar la validez (5), pues se puede practicar una prueba t para datos apareados de comparación de ambas medias (media de PAS del aparato de prueba frente a media de PAS del aparato de referencia). Si el resultado de la prueba es significati-vo, podremos decir que existe sesgo y, si admitimos que nuestro equipo de referencia “dice la verdad”, el de prueba presentará este error sistemá-tico.

Se propone también otro método de evaluación de la validez, toman-do como referencia las propuestas de la Sociedad Europea de Hipertensión (SEH) sobre validación de aparatos de medida de la presión arterial (6). Basándonos en este documento y en la excelente traducción de Saba-ter (7), lo hemos adaptado para un total de cinco individuos y treinta diferencias (el documento original habla de 33 individuos y 99 dife-rencias).

Este documento de la SEH no trabaja con medias, sino con valo-res absolutos (número de diferencias mayor de 5 mmHg, número de suje-tos con dos diferencias mayores que 5 mmHg, etc.). A modo de ejemplo: el documento exige que 81 de las 99 diferencias sean iguales o menores de 10 mmHg, lo que nuestro caso sería que 25 diferencias (el 81 % de 30) sean menores de 10 mmHg. O que al menos 24 de los 33 suje-tos deben presentar como mínimo dos diferencias menores o iguales a 5 mmHg, lo que en nuestro caso serían cuatro de las cinco personas –(24/33) × 5– que se prestan a hacer la prueba.

Para la realización de todos estos cálculos hemos construido un Excel®, donde, simplemente introduciendo

los valores de las mediciones, se ob-tienen los resultados de la prueba de Bland y Altman con sus correspon-dientes gráficos (valora fiabilidad), la prueba t con la potencia de la misma (valora validez) y el análisis de las diferencias según el documento de la SEH (valora validez).

ResultadosLa prueba se ha llevado a cabo

en una farmacia comunitaria en Adra (Almería). El aparato de referencia ha

sido un Omron M3 de reciente adqui-sición. El sometido a prueba es una referencia descatalogada y con más de 5 años de este mismo fabricante. El propio personal de la farmacia se ha prestado para la realización de las mediciones. El tiempo empleado ha sido de una hora y media aproxima-damente.

En las tablas 2 a 4 y en la figura 1 se observan: la tabla con los valores introducidos (tabla 2), los resulta-dos intermedios (tabla 3), los fina-les (tabla 4) y los gráficos de Bland

Tabla 2 Datos introducidos

PacienteN°

TomaN°

Total tomas

PAS A PAD A Pulso A PAS B PAD B Pulso B

1 1 1 110 72 67 107 69 68

1 2 2 115 69 69 100 65 72

1 3 3 105 70 69 102 66 69

1 4 4 102 68 68 111 63 70

1 5 5 110 63 69 103 65 76

1 6 6 104 69 79 110 62 69

2 1 7 119 71 69 103 60 69

2 2 8 118 62 69 103 60 69

2 3 9 111 65 74 107 59 71

2 4 10 94 45 72 113 58 73

2 5 11 107 67 70 106 55 72

2 6 12 102 62 71 105 55 70

3 1 13 140 90 77 131 75 77

3 2 14 137 87 76 123 78 75

3 3 15 133 93 78 124 78 76

3 4 16 125 83 77 126 82 78

3 5 17 130 85 81 129 81 82

3 6 18 121 79 79 121 78 74

4 1 19 99 70 57 106 66 57

4 2 20 102 65 61 98 58 59

4 3 21 97 67 64 99 58 62

4 4 22 96 63 62 91 61 63

4 5 23 99 64 64 91 61 65

4 6 24 98 66 64 96 62 62

5 1 25 136 82 72 126 77 71

5 2 26 128 80 74 125 69 72

5 3 27 119 77 71 116 69 70

5 4 28 117 70 71 115 68 71

5 5 29 120 70 69 112 70 69

5 6 30 123 82 76 133 75 71

Page 22: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

FC21

Espejo Guerreo J, Espejo Martín O . Evaluación de la fiabilidad y validez de un aparato de medida de la presión arterial en la farmacia comunitaria

Ori

gina

les

brev

es

y Altman (figura 1). La diferencia media de la PAS es de 2,8 mmHg (DE = 7,98) y la de la PAD 5,1 mmHg (DE = 5,41). Los intervalos que mar-can el rango admitido son los que aparecen como IPi 95 % e IPs 95 % (12,8 a 18,5 para la PAS, –5,5 a 15,7

para la PAD). Como se observa en los gráficos de Bland y Altman sólo un punto para cada parámetro supera estos límites, por lo que podemos de-cir que el aparato a prueba es fiable (consistente o concordante) respecto al nuestro de referencia. Los valores

fuera de rango están señalados con fondo rojo en los resultados inter-medios.

La prueba t para datos apareados muestra un sesgo casi significativo para la PAS (p = 0,06) y muy significa-tivo para la PAD (p = 0,00001). Cuando el valor de p no es significativo, es con-veniente leer la potencia de la prueba, que para la PAS es del 50,56 %. Por tanto, si la hubiéramos repetido con más sujetos, probablemente sí hubie-ra sido significativa. Estos resultados concuerdan con el intervalo de con-fianza de la media, que para la PAS incluye el 0 (no significativo) y para la PAD, no. Por ello, podemos afirmar que el aparato a prueba tiene un ses-go en la PAD que mide como media 5,1 mmHg (IC 95 % entre 3,08 y 7,12) más que el de referencia.

Si aplicamos los criterios de vali-dación de la SEH, el aparato a prueba no pasa ninguno de los 4, ni para la PAS ni para la PAD, por lo que habría sido declarado como no válido.

DiscusiónPara hacer esta propuesta de tra-

bajo de evaluación, nos ha movido el intentar dar al usuario una respues-ta basada en algo más que nuestras creencias u opiniones personales, o en pruebas aleatorias de comproba-ción, y teniendo en cuenta que no todos los fabricantes tienen un servi-cio de comprobación (que no de cali-bración) de sus respectivos aparatos. Estas técnicas son las realizadas por otros autores en estudios similares (8,9).

Respecto al número de sujetos po-dría ser mayor, pero hemos propuesto cinco porque:

Tabla 3 Datos intermedios

Dif. PAS Dif. PAD Dif. pulso Media PAS Media PAD Media PP

3 3 -1 108,5 70,5 67,5

15 4 -3 107,5 67 70,5

3 4 0 103,5 68 69

-9 5 -2 106,5 65,5 69

7 -2 -7 106,5 64 72,5

-6 7 10 107 65,5 74

16 11 0 111 65,5 69

15 2 0 110,5 61 69

4 6 3 109 62 72,5

-19 –13 -1 103,5 51,5 72,5

1 12 –2 106,5 61 71

-3 7 1 103,5 58,5 70,5

9 15 0 135,5 82,5 77

14 9 1 130 82,5 75,5

9 15 2 128,5 85,5 77

-1 1 -1 125,5 82,5 77,5

1 4 -1 129,5 83 81,5

0 1 5 121 78,5 76,5

-7 4 0 102,5 68 57

4 7 2 100 61,5 60

-2 9 2 98 62,5 63

5 2 -1 93,5 62 62,5

8 3 -1 95 62,5 64,5

2 4 2 97 64 63

10 5 1 131 79,5 71,5

3 11 2 126,5 74,5 73

3 8 1 117,5 73 70,5

2 2 0 116 69 71

8 0 0 116 70 69

-10 7 5 128 78,5 73,5

En rojo las celdas que se salen de la franja permitida.

Figura 1 Pantalla de gráficos de Bland y Altman

Dife

renc

ia P

AD

20

15

10

5

0

-5

-10

-15

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90

Media PAD

Dife

renc

ia P

AS

20

15

5

-5

-10

-15

-20

-25

0 20 40 60 80 100 120 140 160

Media PAS

0

10

Page 23: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

22FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014; 6(1):18-22. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.04O

rigi

nale

s br

eves

Tabla 4 Resultados

PAS PAD PULSAC

Diferencia (media) 2,83333333 5,1 0,56666667

Desviación estándar 7,97445635 5,40976129 2,90876598

Error estándar 1,45592987 0,98768276 0,53106558

ICi 95 % med -0,14404326 3,08018875 -0,51936245

ICs 95 % med 5,81070993 7,11981125 1,65269578

IPi 95 % -12,7966011 -5,50313213 -5,13451466

IPs 95 % 18,4632678 15,7031321 6,26784799

t-Student 1,94606442 5,1636013 1,06703708

p valor 0,06139501 1,6097E-05 0,29475791

Potencia 0,50555931 0,0006786 0,81406149

Potencia (%) 50,56 Valorar p 81,41

Criterio 1 (pasar los 9) No pasa No pasa Pasa Pasa Pasa Pasa Pasa Pasa Pasa

Criterio 2 (1 de cada) No pasa No pasa Pasa No pasa No pasa Pasa No pasa No pasa Pasa

Criterio 3 No pasa

Criterio 4 No pasa

• Podemos obtener 30 diferencias, número que permite aplicar con cierta seguridad pruebas estadísti-cas paramétricas sin hacer compro-bación previa de la normalidad de las mismas.

• Podemos hacer la comprobación prácticamente en el día, pues es relativamente sencillo reclutar a cinco personas (pueden servirnos los propios trabajadores de la far-macia).

• El tiempo de ejecución es ase-quible: aproximadamente quince minutos por persona, por cinco personas = una hora y quince mi-nutos.

No obstante, si así queremos, po-demos hacerlo con más sujetos, au-mentando de esta forma la potencia de nuestros resultados.

Respecto al número de medidas por sujeto, las hacemos por triplica-do, como se aconseja en los proto-colos de correcta toma de la presión arterial, por aparato y por brazo, para compensar las diferencias que pueden existir entre el brazo derecho y el iz-quierdo.

Para valorar la restricción que su-pone el reducido número de sujetos, en la aplicación Excel® se calcula la potencia a posteriori de la prueba t para datos apareados, lo que nos puede ayudar a tomar una decisión sobre repetir la evaluación con más sujetos.

Se han adaptado las pruebas de validación propuestas por la SEH (6), pues a nuestro entender hace un uso más democrático de los datos, refiriéndose a número de personas que no pueden sobrepasar una de-terminada diferencia, en contraste con muchos análisis estadísticos que machacan los datos persona-les, hablando solo de medias, des-viaciones estándar, etc. A veces, la estadística es, como dice el profesor Silva, el arte de perder información (10).

Esta forma de trabajo es extrapo-lable a la evaluación de la fiabilidad de un aparato de medida de la gluco-sa capilar, colesterol. y, si dispusiéra-mos de un equipo validado, valorar también la exactitud.

En resumen, se propone un mé-todo de valoración de la fiabilidad y

la validez de los aparatos de medida de la presión arterial, fácil y asequi-ble en tiempo y costo. Nuestra apor-tación ha consistido en programar un archivo Excel® que automatice los cálculos.

Referencias bibliográficas 1. Viladrich MC, Doval E. Medición:

Fiabilidad y validez. Bellaterra: Labo-ratori d’Estadística Aplicada i Mode-lització (UAB); 2006.

2. Prieto G, Delgado R. Fiabilidad y Validez. Papeles del Psicólogo. 2010;31(1):67-74.

3. Bland JM, Altman DG. Statistical methods for assessing agree ment be-tween two methods of clinical mea-surement. Lancet. 1986;1:307-10. doi:10.1016/S0140-6736(86)90837-8

4. Doménech JM. Fundamentos de Di-seño y Estadística. UD14. Medida del cambio: Análisis de diseños con me-didas intrasujeto. 11a ed. Barcelona: Signo; 2010.

5. Delgado M. Diseños para el estudio de pruebas diagnósticas y factores pronósticos. UD6. En: Doménech JM [editor]. Diseño de Estudios Sanita-rios. Barcelona: Signo; 2002.

6. O’Brien E, Atkins N, Stergiou G, Kar-pettas N, Parati G, Asmar R et al. European Society of Hypertension International Protocol revision 2010 for the validation of blood pressure measuring devices in adults. Blood Pressure Monitoring. 2010;15:23-38. doi:10.1097/MBP.0b013e3283360e98

7. Sabater-Hernández S, Sabater-Her-nández D. Validación Clínica de los dispositivos de medida de la pre-sión arterial y recomendaciones para su elección. Aula Farmacéutica. 2013;9(95):16-21.

8. Moraté M, Huerta R, Fiabilidad de un aparato de medición automáti-ca de presión arterial en un Servicio de Medicina Interna. Hipertensión. 2002;19(4):151-55.

9. Vera E, Planelles MV, Salas F, Bernal V, Sánchez-Alcón D, Granero S. Es-tudio de concordancia entre distintos dispositivos de medición de la presión arterial, en reclusos de un centro pe-nitenciario. Revista Española de Sani-dad Penitenciaria. 2005;7(1):23-32.

10. Silva Aycaguer LC. Técnicas de mues-treo para encuestas de factores de riesgo de enfermedades no transmi-sibles [Internet]. Videoconferencia en Youtube 2012 [acceso 12/5/2013]. Disponible en: http://youtu.be/klzRV-Cr-oG4

Page 24: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

Satué de Velasco E. Propuesta de un servicio de cesación benzodiazepínica en la farmacia comunitaria

Art

ícul

o es

peci

al

FARMACÉUTICOS COMUNITARIOS 2014; 1(1): 136-140 DOI: http://dx.doi.org/10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.01

www.farmaceuticoscomunitarios.org Revista trimestral Volumen 6 No 1 2014 

Propuesta de un servicio de cesación benzodiazepínica en la farmacia comunitariaEduardo Satué de VelascoFarmacéutico comunitario de Maella (Zaragoza). Presidente de SEFAC Aragón-Lifara.

RESUMENEl consumo de benzodiazepinas (BZD) en España es más que amplio, agravándose

en dos situaciones claves: el uso por parte de ancianos de BZD de semivida larga, lo que puede originar problemas de somnolencia diurna, desorientación, caídas, etc. y el uso prolongado en todos los grupos de edad, que puede llevar a tolerancias y adicción.

La propuesta de servicios realizada recientemente por la Sociedad Española de Far-macia Comunitaria (SEFAC) incluye la deshabituación de BZD dentro de su catálogo de servicios profesionales.

A la hora de retirar las BZD encontramos básicamente tres escuelas: las que abo-gan por una retirada más o menos rápida, consistente en ir retirando un 50 % de dosis cada pocos días con una duración total de unas seis semanas; una segunda escuela que prefiere una retirada gradual y lenta, de entre tres y seis meses de duración y una op-ción ultralenta que se inclina por retirar hasta en periodo de años. Este modelo podría ser adecuado en personas con una gran adicción a altas dosis de BZD. En cualquier caso, el farmacéutico puede adoptar su propio protocolo de servicio, siempre y cuando cumpla con los criterios generales acordados por las sociedades científicas, colegios profesionales, etc.

A Proposal for a Service to come off Benzodiazepines in the Community Pharmacy

ABSTRACTThe use of benzodiazepines (BZD) in Spain is very far reaching, and is aggravated

in two key situations: the use of BZDs with a long half-life by elderly people, which can lead to problems of daytime sleepiness, lack of orientation, falls, etc. and the prolonged use in all age groups that can lead to tolerance and addiction.

The proposal for services recently made by Sociedad Española de Farmacia Comu-nitaria (SEFAC) includes treatment for dependency on BZDs as part of its portfolio of professional services.

When coming off BZDs there are mainly three schools of thought: those who advocate coming off it at a faster or slower rate, consisting of cutting back by 50 % every few days over a total period of six weeks; a second school of thought that prefers a more gradual, slower withdrawal of between three and six months, and a very slow option which advises coming off them over a period of years. This model could be suitable for people with great addiction to high doses of BZDs. In any case, pharmacists can adopt their own protocol for service, as long as they comply with the general criteria agreed by scientific societies, professional associations, etc.

FC23

PALABRAS CLAVEbenzodiazepinas, deshabituación, servicios profesionales farmacéuticos, farmacia comunitaria

KEYWORDSbenzodiazepine,treatment for drug dependency, professional pharmaceutical services,community pharmacy

Resultados parciales del servicio de cesación benzodiazepínica propuesto en este artículo fueron presentados en el V Congreso Nacional de Far-macéuticos Comunitarios (SEFAC) celebrado en Barcelona, noviembre de 2012.

Financiación: Ninguna ajena.Conflicto de intereses: El autor manifiesta no existir conflicto de intereses en relación con el contenido del presente artículo.Cite este artículo como: Satué de Velasco E. Propuesta de un servicio de cesación benzodiazepínica en la farmacia comunitaria. Farmacéuticos Comunitarios. 2014 Mar 01;6(1):23-28. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.05Correspondencia: Eduardo Satué de Velasco ([email protected]).ISSN 1885-8619 © SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria). Todos los derechos reservados.

Recibido: 17-6-2013 Aceptado: 25-10-2013 Disponible online: 1-3-2014

ABREVIATURASBZD: benzodiazepinas.SPF: Servicios Profesionales Farmacéuticos.semFYC: Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria.SEFAC: Sociedad Española de Farmacia Comunitaria.

Page 25: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

24FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014;6(1):23-28. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.05A

rtíc

ulo

espe

cial

IntroducciónLa deshabituación a benzodiazepinas (BZD) o, me-

jor dicho, cesación benzodiazepínica ha sido una de las grandes ausentes en las reflexiones sobre los servicios que puede prestar la farmacia comunitaria, tradicionalmente centrada en este aspecto en la cesación tabáquica. No es un secreto para nadie que el consumo de BZD en nuestro país es más que amplio, agravándose en dos situaciones claves: el uso por parte de ancianos de BZD de semivida larga, que puede originar problemas de somnolencia diur-na, desorientación, caídas, etc. (1) y el uso prolongado de BZD en todos los grupos de edad (2), que puede llevar a tolerancias y adicción. Incluso el consumo a bajas dosis puede desencadenar la adicción, si el periodo de consumo es suficientemente prolon gado (3).

La primera pregunta que podemos hacernos es si resul-ta apropiado que la farmacia comunitaria preste este ser-vicio. Podemos encontrarnos detractores de este servicio, fundamentalmente por dos razones: una formal, el pro-ceso implica cambiar dosis y principios activos (para lo que el farmacéutico no está reconocido legalmente en este país) y otra de fondo, el proceso puede escapar a la capa-cidad del farmacéutico en pacientes que combinan varias patologías mentales como ansiedad, depresión, esquizo-frenia... Por el contrario, podemos encontrar argumentos a favor, como es el hecho de que en otros países (Ca nadá) los farmacéuticos comunitarios ya lo están practican-do con éxito, que su prescripción se realiza fundamen-talmente en atención primaria (2), que es el entorno del farmacéutico comunitario, que la extensión del problema requiere de todas las ayudas posibles, que el farmacéutico comunitario es un profesional cercano al paciente y de confianza... Las razones a favor hablan por sí solas. Sin embargo, merece la pena reflexionar sobre las opiniones en contra. Con respecto al primer argumento en contra, qué duda cabe que el marco competencial del farmacéu-tico comunitario español es muy limitado con respecto a otros países. Sin embargo, no es una cuestión de fondo, ya que es una cuestión de legalidad más que de legitimi-dad, si entendemos por esta la idoneidad de realizar una acción profesional. Mientras la administración sanitaria no perciba que dar más competencias al farmacéutico re-dundará en favor de la sociedad española, como ya se ha constatado en otros países, la forma de abordar esta cuestión reside en la alianza terapéutica médico-farma-céutico-paciente. Un acuerdo con el médico de primaria es posible para establecer la pauta de cesación, ejecutada por el farmacéutico y supervisada por el médico. Sí que atañe más a la legitimidad la cuestión de si el farmacéutico está preparado o no en determinadas patologías para entrar a realizar este servicio. La respuesta no es sencilla porque implica una casuística muy extensa. Baste decir que en la situación en que se encuentra la farmacia comunitaria en España parece recomendable comenzar este servicio por aquellos pacientes menos “complejos” que presentan una situación de abuso a BZD fundamentalmente por insom-nio, sin otras patologías mentales asociadas, como pueda ser la ansiedad. No albergo la menor duda de que una vez iniciado el camino, la farmacia comunitaria sabrá ahondar en estas dificultades y ganarse la confianza de la sociedad para ampliar su capacidad legal y espectro de actuación. Destacar también que, recientemente, la propuesta de ser-vicios realizada por la Sociedad Española de Farmacia Co-

munitaria (SEFAC) (4) la incluye ya dentro de su catálogo de servicios y, a mi modo de ver, será uno de los servicios que, bien planteado, puede llegar a tener más desarrollo en España.

Previos a la implantación del servicioUna vez expuestos los argumentos a favor y en contra

para la realización de este servicio, la segunda pregunta es cómo lo hacemos. Estamos en un momento muy in-teresante. De repente, los famosos servicios están en el tablero de juego. Han pasado de ser una posibilidad teóri-ca, realizados por algunos pioneros, a convertirse en una revolución que no parece que sepamos muy bien cómo encauzar: ¿hace falta algún tipo de titulación, de forma-ción, de trámite administrativo?, ¿cuáles son los recursos materiales necesarios?, ¿puedo hacerlos por mi cuenta?, ¿qué pasa con la protección de datos?... Cuando escribo estas líneas, muchas de estas cuestiones no se han resuelto en la práctica, pero sí podemos tener claro que hacer cada uno la guerra por su cuenta no parece la mejor estrategia para ganarse la confianza de la sociedad. Un mínimo es-tándar de calidad es imprescindible para salir airosos de este reto y resolver sus problemas, tal como plantea el documento de servicios de SEFAC ya referenciado. Cada servicio precisará de un marco de especificaciones que, se-gún SEFAC, son: Nombre del servicio, Población/Pacientes diana, Objetivo/s, Descripción breve, Recursos necesarios, Protocolización, Documentación y registros, Certificación, Resultados obtenidos, Retribución y, en su caso, Finan-ciación.

Sin embargo, puede ser interesante abordar un embrión de proyecto de implantación de servicio de deshabituación en las siguientes líneas de cara a hacernos una idea de cómo se puede prestar, a dibujar el futuro de lo que debe-ría ser. Obviamente, un proyecto de estas características supondrá un trabajo mucho mayor del que se puede expo-ner en estas pocas páginas, pero al menos sirvan las pre-sentes para exponer los puntos de mayor relevancia a la hora de afrontar un servicio de cesación benzodiazepínica.

Anteproyecto de servicio de cesación benzodiazepínica

Si abordamos los epígrafes descritos por SEFAC, te-nemos:

Nombre del servicioCesación benzodiazepínica. Es mejor utilizar cesación

que deshabituación en medicamentos que afectan al sis-tema nervioso central, ya que entran en juego conductas adictivas, no meramente de hábito. No es lo mismo desha-bituarse a los descongestivos nasales, cuyo consumo ex-cesivo puede ser un mal hábito que puede provocar efecto rebote, pero no adicción, que no a sustancias psicoactivas como tabaco, drogas ilegales o legales, etc.

Población dianaPaciente con insomnio primario con un consumo

prolongado de BZD. La cesación de BZD en pacientes menores de edad con otras patologías mentales o como consecuencia de otras enfermedades puede requerir de la intervención directa del médico de primaria o de otros

Page 26: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

FC25

Satué de Velasco E. Propuesta de un servicio de cesación benzodiazepínica en la farmacia comunitaria

Art

ícul

o es

peci

al

especialistas como psiquiatras. Por ello, el escalón de inter-vención directa del farmacéutico comunitario tiene sentido en el paciente insomne adulto que no presente otros facto-res de riesgo. De este modo, el farmacéutico debe derivar al médico a los pacientes habituados a BZD por problemas de ansiedad, más que por insomnio.

Por otra parte, y en contra de la opinión generalizada, no parece que la edad avanzada suponga un problema adicional para la retirada (5).

ObjetivoCesar el consumo de BZD o al menos disminuir el con-

sumo de forma continuada.Existen ocasiones en que puede ser un éxito la dismi-

nución del consumo, pero en general tratará de conseguir-se la cesación completa. Sin embargo, a diferencia de esta, el consumo puede volver a darse de forma ocasional. El éxito de este servicio de seguimiento es superior al éxito obtenido si el paciente lo intenta por sí solo (5,6).

DescripciónIntervención farmacéutica en pacientes dependientes

de las BZD donde se ha diagnosticado por parte de un mé-dico la conveniencia de iniciar un programa de cesación. La intervención farmacéutica consistirá, bajo supervisión del médico, en seguir al paciente, generalmente, en un programa de cesación progresiva a las benzodiazepinas. Este programa suele incluir educación higienicosanitaria, cambio de dosis, cambio de principio activo y seguimiento a más amplios intervalos una vez finalizado el tratamiento.

Recursos • Zona de atención personalizada. • Base de datos de seguimiento a pacientes. • Material para el paciente: folleto informativo, diario de sueño.

• Autorización del médico para colaborar en la cesación. • Consentimiento informado del paciente. • Laboratorio de formulación (opcional).

Protocolización

A la hora de retirar las BZD podemos encontrar bási-camente tres escuelas: • aquellas que abogan por una retirada más o menos rápida, consistente en ir retirando un 50 % de dosis cada pocos días con una duración total de unas seis semanas (8);

• una segunda escuela que aboga por una retirada gra-dual y lenta, de entre tres y seis meses de duración (8),

• y existe una opción ultralenta (9) que aboga por retirar hasta en periodo de años, pero con gran controversia por considerar que conlleva el riesgo de centrar las preocupaciones del paciente solo en su cesación. Este modelo podría ser adecuado en personas con una gran adicción a altas dosis de BZD.

El procedimiento que parece tener mejor eficiencia es la segunda escuela, consistente en una rebaja gradual de la dosis (8). Sin embargo, la realidad indica que lo aconsejable es pactar con el paciente para determinar el ritmo que mejor se le acomode. La regla de oro que hay que respetar es procurar no volver hacia atrás en la cesación. Es posible estar un tiempo sin bajar dosis, pero, en la medida de lo posible, no volver a subirla. Finalmente, puede existir cambio de principio activo que facilite la retirada. La combinación con un acom-pañamiento conductual y educación higienicodietética mejora la eficacia (8,9).

Un ejemplo de protocolo utilizado en España de la es-cuela gradual es el recogido por la Sociedad Española de Medi cina de Familia y Comunitaria (semFYC) (figura 1) (10), donde se sintetizan los pasos más importantes del procedimiento y, además, se insiste en temas muy rele-vantes, como es la prescripción racional de BZD, a fin de evitar tratamientos prolongados o su uso inadecuado en ancianos.

En cualquier caso, el farmacéutico puede adoptar su propio protocolo de servicio, siempre y cuando cumpla con los criterios generales acordados por las sociedades científicas, colegios profesionales, etc.

Documentación y registrosSe utilizarán documentos de consentimiento informa-

do, de educación sanitaria, de acuerdo con el médico o de registro de las intervenciones. El documento de trabajo principal será el diario de sueño, donde el mismo paciente rellena los datos de cómo ha sido su sueño. Este docu-mento permite evaluar la bondad del proceso iniciado y la posibilidad de seguir ajustando dosis.

CertificaciónDe cara a poder hacer este tipo de servicio es nece-

sario realizar una formación que capacite para llevarla a cabo adecuadamente. Los anglosajones suelen utilizar la

Método de deshabituación

Descender entre un 10 a 25 % la dosis total diaria cada 2-3 semanas aproximadamente, acercándose al 10 % cuanto mayor estimemos que es la dependencia, y al 25 % cuando supongamos una dependencia menor.

Es preferible repartir y espaciar las dosis, dando la última dosis por la noche.

Si apareciesen síntomas de abstinencia, mantendremos la misma dosis unas semanas más antes de bajar al siguiente escalón, o incluso podemos volver a la dosis previa.

Las etapas para reducir las dosis serán más largas cuanto más elevado sea el nivel de dependencia.

En pacientes que consuman benzodiazepinas de vida media corta, es preferible cambiar por otra de vida media larga como, por ejemplo, el diazepam. La dosis diaria de diazepam debe ser equivalente a la de la benzodiazepina consumida (ver tabla 1), pudiéndose fraccionar o dar en toma única nocturna para mejorar la calidad del sueño.

Figura 1 Protocolo de actuación de semFYC-CV en cesación benzodiazepínica

Page 27: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

26FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014;6(1):23-28. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.05A

rtíc

ulo

espe

cial

fórmula one-training-day, esto es, un día de formación tipo taller. Además de capacitar, esta formación tiene otro importante objetivo, que es homogeneizar la prestación del servicio mediante un protocolo de actuación, de modo que sea reproducible e integrable en estudios de evaluación.

Esta certificación, en espera de la futura ley de ser-vicios profesionales, la pueden conceder las autoridades competentes como sociedades científicas, organismos ofi-ciales, colegios...

Resultados obtenidosLos resultados deben poder ser evaluables y revisables

de forma externa.En los casos de cesación, el indicador de éxito será la

cesación efectiva del consumo de benzodiazepinas y su mantenimiento en el tiempo, aunque es posible, en fun-ción de los casos, que una disminución del consumo pue-da entenderse como éxito, para lo cual habrá que registrar el porcentaje de disminución de dosis habitual.

Un aspecto importante a tener en cuenta es el riesgo de recaída en los seis meses posteriores al tratamiento, siendo este otro de los indicadores para valorar el éxito del tratamiento.

Retribución y financiaciónTodo servicio profesional debe ser retribuido, ya que

de no darse se produciría una competencia desleal, así como un perjuicio en la calidad del servicio. El cómo debe ser retribuido es complicado, dado que la directiva ómnibus de servicios impide a los colegios profesionales poner tablas de referencia, ni siquiera orientativas, sobre el precio de servicios, supuestamente para favorecer la competencia, excepto para los abogados. De todos modos, nadie puede negar la posibilidad de valorar los costes del servicio y que se publiquen. A partir de ese coste, cada farmacia podrá plantear el beneficio que considere. A la hora de valorar el coste, habrá que tener en cuenta: • Infraestructura: local, electricidad. • Recursos materiales: material para el paciente, servicios informáticos, formulación magistral.

• Recursos humanos: tiempo empleado, capacitación.

Es de prever que el mayor coste sea el del tiempo em-pleado por el profesional, será necesario evaluarlo. Al final se trata de considerar cuánto vale nuestro tiempo (estudios de coste-oportunidad). ¿Nada, poco, mucho? De cómo con-testemos a esta pregunta dependerán probablemente la ca-lidad, la sostenibilidad y la credibilidad de nuestro ejercicio.

Revisión del protocolo de semFYC para la cesación benzodiazepínica en farmacia comunitaria

El protocolo de la semFYC nos puede servir de modelo de referencia para realizar este servicio. Tiene las ventajas de ser un protocolo relativamente sencillo de aplicar, al menos en sus planteamientos teóricos, pero en el que la cuestión más complicada es algo tan intangible como lo que tradicionalmente se ha conocido como el “ojo clíni-co”, esto es, la capacidad del profesional sanitario de ha-cerse cargo de la realidad de un paciente por un conjunto de síntomas y datos que suelen implicar la asociación de ideas y la intuición. Los puntos clave son:

a) ConfianzaEfectivamente, un proceso de abandono de una adic-

ción tiene una parte de ciencia, pero también una parte de fe. Fe del paciente en que va a ser capaz de vencer la adicción, fe del profesional en que el paciente es capaz de lograrlo y confianza mutua en lo que se llama la alianza terapéutica, esto es, que el proceso iniciado es el que tanto paciente y profesional acuerdan llevar a cabo en el mayor beneficio del paciente. La fe no significa caer en el irra-cionalismo, puesto que la ciencia sigue actuando y nos marca los puntos de referencia donde el tratamiento ya no es eficaz o puede producir perjuicio al paciente, pero es prácticamente imposible acometer un proceso de estas características sin una confianza mutua.

b) Retirada gradualLa cuestión fundamental es la velocidad de retirada.

Y tal como marca el protocolo de semFYC, este paso debe ser gradual y adaptado a la respuesta del paciente. Aquí debemos tener en cuenta varios factores: • Capacidad legal: dada la legislación actual, que plan-tea la incapacidad del farmacéutico para cualquier operación que implique un cambio de dosis, existe la necesidad de actualizar el marco legal para que bajo un protocolo el farmacéutico pueda ir ajustando la do-sis. Sin ese cambio legal, no queda más remedio que el médico autorice directamente cada bajada de dosis, con lo que eso puede suponer de engorroso para la práctica diaria y de dificultad para la confianza far-macéutico-paciente.

• Pauta de visitas: la pauta general consiste en una visi-ta cada dos o tres semanas, evaluando el progreso de la deshabituación a través del diario de sueño (figura 2),

Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Domingo

Horas totales en cama

Horas totales de sueño

Hora que se acuesta

Hora que se durmió

Número de despertares

Hora que se levanta

Síntomas nocturnos

Calidad general del sueño

Número de siestas

Dormir en situaciones inaceptables

Figura 2 Diario de sueño

Page 28: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

FC27

Satué de Velasco E. Propuesta de un servicio de cesación benzodiazepínica en la farmacia comunitaria

Art

ícul

o es

peci

al

donde el propio paciente anota su evolución. En fun-ción de la respuesta del paciente podremos seguir con la misma pauta o descender desde un 10 a un 25 % de la dosis previa. El arte reside en no ir ni demasiado deprisa para evitar resistencias del paciente, ni dema-siado despacio para no estancarnos. En pacientes con una fuerte resistencia podría ser preciso acompañar la cesación de psicoterapia. A menudo, el paciente solo cuenta la mala experiencia de un día puntual, cuando tal vez la mayoría de días duerma relativamente bien.

• Ajuste de dosificación: el paciente no puede eliminar un 10 % de una pastilla por su cuenta en la mayoría de los casos. Así, tenemos varias opciones para realizar desde la farmacia: � Fraccionar el comprimido pesando la parte necesa-ria. Como es una manipulación, necesitaremos con-sentimiento informado del paciente. Obviamente, esta manipulación solo puede realizarse en aquellas presentaciones donde fraccionar el comprimido no suponga una alteración de la galénica, como puede suceder con las presentaciones retard.

� La formulación magistral puede tener gran utilidad, ya que pueden individualizarse las dosis y ajustar con precisión las necesidades del paciente. Así, el médico puede prescribir la fórmula magistral con la cantidad previa establecida para cada periodo de seguimiento. Por ejemplo: lorazepam 0,9 mg 21 cáp-sulas, lorazepam 0,7 mg 21 cápsulas, etc.

� Otra opción es recurrir a diazepam en gotas, que per-mite también un buen ajuste sin necesidad de utilizar formulación magistral. El problema es que a veces no es bueno cambiar desde el comienzo de principio activo, como se verá a continuación.

c) Cambio de principio activoEste es otro paso que debe ir autorizado expresamente

por el médico. La pauta habitual es cambiar por el equi-valente en diazepam a la BZD que esté tomando, tal como puede verse en la tabla 1. Esto se debe a que las BZD de acción corta suelen causar más dependencia que las de acción media-larga, ya que su rápido efecto y eliminación conllevan a menudo una suerte de “miniabstinencia” has-ta la siguiente dosis.

Una cuestión relevante es el uso de diazepam en an-cianos. Un efecto secundario habitual de BZD de acción media-larga es la confusión en ancianos al día siguiente. Una estrategia adecuada, en este caso, es cambiar la BZD de acción corta a diazepam una vez que se ha reducido hasta la mitad de la dosis habitual. De esta forma, el efecto secundario de acción larga es menor y la retirada se rea-liza más suavemente.

Otra posibilidad en la última parte de la retirada es sustituir totalmente las BZD por otros principios activos, como la trazodona y la mirtazapina, lógicamente, previa prescripción médica.

d) Finalización de la retiradaUna vez terminada la retirada, lo importante es po-

der establecer pautas que impidan una recaída. Existen otros medicamentos que pueden actuar como sustitutivos de las BZD de cara a evitar el insomnio, que pueden ser prescritos por el médico, como se ha indicado en el punto anterior. Por otra parte, existen soluciones de indicación

farmacéutica como son doxilamina, difenhidramina, mela-tonina (11), fitoterapia, que pueden pautarse dentro de las recomendaciones generales de uso de estos medicamentos.

La doxilamina, además de ayudar con el insomnio, tiene la ventaja de mitigar las náuseas y vómitos en muje-res embarazadas, en las que no es adecuado el uso de BZD por riesgo fetal (12).

ConclusionesTal como se exponía al principio, la cesación o retirada

de BZD es un servicio que la farmacia comunitaria debiera ser capaz de ofrecer a la población de forma generalizada, dada la alta repercusión que este tipo de dependencia tiene en España. Son necesarios cambios legales que doten de mayor autonomía al farmacéutico para ejercer esta labor, siempre en colaboración con el médico. A nivel profesio-nal, la complejidad fundamental es el factor humano, don-de se espera del farmacéutico que sepa acompañar y dar confianza al paciente en la eliminación de su dependencia. Finalmente, es necesario darse cuenta de la importancia de dar valor al servicio que se presta. La retribución justa de los servicios significa dignificarlos y comprometerse con una exigencia que, de otra manera, es difícil de obtener.

Tabla 1 Tabla de equivalencias entre benzodiazepinas

Principio activo (nombre comercial, presentación mg)

Vida media

(horas)*

Dosis equivalentes

(mg)**

Acción ultracorta (< 6 h)

Bentazepam (Tiadipona 25) 2-5 25

Botrizolam (Sintonal 0,25) 3-8 0,25

Triazolam (Halcion 0,125) 3-5 0,125-0,25

Acción corta (6-24 h)

Alprazolam (Trankimazin 0,25; 0,5; 1; 2) 12-15 0,25-0,5

Bromazepam (Lexatin 1,5; 3; 6) 10-20 3-6

Flunitrazepam (Rohipnol 1; 2) 15-30 0,5-1

Loprazolam (Somnovit 1) 4-15 0,5-1

Lorazepam (Orfidal 1) 11-30 0,5-1

Lormetazepam (Loramet 1; 2) 11-30 0,5-1

Acción larga (> 24 h)

Clobazam (Noiafren 10) 18 10

Cloracepato dipotásico (Tranxilium 5; 10; 15; 50) 30-48 7,5

Diazepam (2; 2,5; 5 y 10) 20-100 5

Flurazepam (Dormodor 30) 24-100 15

Halazepam (Alapryl 40) 30-100 10

Ketazolam (Sedotime 15; 30; 45) 6-25 7,5

Quazepam (Quiedorm 15) 40-55 10

Clonazepam (Rivotril 0,5; 2) 18-50 0,25-0,5

** La vida media presenta una considerable variabilidad individual.** Las dosis equivalentes varían según diferentes autores.

Page 29: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

28FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014;6(1):23-28. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.05A

rtíc

ulo

espe

cial

Referencias bibliográficas 1. Blasco F, Pérez R, Martínez J, Jiménez AI, García MJ. Estudio

del consumo de fármacos inadecuados o no indicados en el anciano que ingresa en un servicio de medicina interna. An Med Interna. 2008;25(6):269-74.

2. Velert Vila J. Intervención Farmacéutica para la adecuación de la prescripción de benzodiazepinas en pacientes mayores. [Tesis doctoral]. Moncada: Universidad CEU-Cardenal Herre-ra; 2011.

3. Oude Voshaar RC, Gorgels WJMJ, Mol AJJ, van Balkom AJLM, Mulder J, Van de Lisdonk EH, et al., Predictors of Long-Term Benzodiazepine Abstinence in Participants of a Randomized Controlled Benzodiazepine Withdrawal Pro-gram. Can J Psychiatry. 2006;51(7):445-52.

4. Propuesta de la Sociedad Española de Farmacia Comunita-ria (SEFAC) sobre servicios profesionales farmacéuticos en farmacia comunitaria. Comisión de Servicios Profesionales. Madrid: SEFAC; 2013.

5. Oude Voshaar RC. Benzodiazepin addiction: a silent ad-diction among older people. Tijdschr Gerontol Geriatr. 2012;43(3):137-47.

6. Morin CM, Bélanger L, Bastien C, Valliéres A. Long-term out-come after discontinuation of benzodiazepines for insomnia:

a survival analysis of relapse. Behav Res Ther. 2005;43(1):1-14. doi:10.1016/j.brat.2003.12.002

7. Gorgels WJMJ, Oude Voshaar RC, Mol AJJ. Predictors of dis-continuation of benzodiazepine prescription after sen-ding a letter to long-term benzodiazepine users in family practice. Family Practice. 2006;23:65-72. doi:10.1093/fampra/cmi065

8. Lader M, Tylee A, Donoghue J. Withdrawing benzo-diazepines in primary care. CNS Drugs. 2009;23(1):19-34. doi:10.2165/0023210-200923010-00002

9. Ashton CH. The Ashton Manual. Benzodiazepines: how they work and how to withdraw [Internet]. [Acceso 1/6/13]. Dis-ponible en: http://benzo.org.uk/espman/bzcha02.htm

10. Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria. Tratamiento de deshabituación de las Benzodiazepinas [In-ternet]. [Acceso 1/6/13]. Disponible en http://www.svmfyc.org/fichas/f014/ficha014.pdf

11. Kunz D, Bineau S, Maman K, Milea D, Toumi M. Benzo-diazepine discontinuation with prolonged-release melato-nin: hints from a German longitudinal prescription database. Expert Opin Pharmacother. 2012;13(1):9-16. doi:10.1517/14656566.2012.638284

12. Sleep complaints: Whenever possible, avoid the use of slee-ping pills. Prescrire Int. 2008 Oct;17(97):206-12.

Page 30: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

Gómez-Zorita S, Urdampilleta A. Fármacos y suplementos nutricionales para llevar en el botiquín del alpinista

Revi

sión

FARMACÉUTICOS COMUNITARIOS 2014; 1(1): 136-140 DOI: http://dx.doi.org/10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.01

www.farmaceuticoscomunitarios.org Revista trimestral Volumen 6 No 1 2014 

RESUMENCada vez son más los individuos que acuden a montañas de gran altitud, con

el riesgo que esta práctica entraña. Por tanto, es de gran importancia conocer los peligros y déficits que esta práctica puede conllevar, con el fin de evitarlos o poder-los tratar. Es por ello que la preparación del botiquín, tanto con fines preventivos como paliativos o curativos tiene una gran transcendencia. Entre los suplementos nutricionales más importantes que debemos llevar están los multivitamínicos mi-nerales, y entre los fármacos destacan aquellos para tratar y prevenir el mal agudo de montaña, destacando acetazolamida.

Drugs and Dietary Supplements to be Carried in Mountaineers’ First Aid Kits

ABSTRACTThere are a growing number of people who are climbing high mountains, with

the risk that this sport involves. Therefore it is very important to be aware of the dangers and shortfalls that this practice can entail in order to prevent them and be able to treat them. Preparing one’s first aid kit for preventative, palliative and thera-peutic purposes is essential. We need to include multivitamin and mineral dietary supplements and drugs to treat and prevent acute mountain sickness, in particular Acetazolamide.

FC29

PALABRAS CLAVEalpinismo, hipoxia, fármacos, suplementos dietéticos, botiquín, mal agudo de montaña

KEYWORDSmountaineering, hypoxia, drugs, dietary supplements, first aid kit, acute mountain sickness

Fármacos y suplementos nutricionales para llevar en el botiquín del alpinistaSaioa Gómez-Zorita1, Aritz Urdampilleta2,3,4

1. Departamento de Farmacia y Ciencias de los Alimentos. Facultad de Farmacia. Universidad del País Vasco (UPV/EHU). 2. Departamento de Fisiología. Facultad de Farmacia. Universidad del País Vasco (UPV/EHU). 3. Centro Público para la Enseñanza de los Deportes, KIROLENE. Gobierno Vasco. 4. Entrenamientos en Altitud e Hipoxia Intermitente. Unidad de Fisiología del Ejercicio. Centro Deportivo K2. Vitoria-Gasteiz. NUTRIAKTIVE.

Financiación: Ninguna ajena.Conflicto de intereses: Los autores declaran no existir conflicto de intereses en relación con el contenido del presente artículo.Cite este artículo como: Gómez-Zorita S, Urdampilleta A. Fármacos y suplementos nutricionales para llevar en el boti-quín del alpinista. Farmacéuticos Comunitarios. 2014 Mar 01;6(1):29-34. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.06Autora para correspondencia: Saioa Gómez-Zorita ([email protected]).ISSN 1885-8619 © SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria). Todos los derechos reservados.

Recibido: 21-5-2013 Aceptado: 10-7-2013 Disponible online: 1-3-2014

ABREVIATURASAAS: ácido acetilsalicílico.MAM: mal agudo de montaña.

Page 31: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

30FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014;6(1):29-34. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.06 Re

visi

ón

IntroducciónCada vez es mayor el número de personas que acuden

a hacer expediciones a altas montañas. Esto supone ex-ponerse a la hipoxia hipobárica (reducción de la presión parcial de oxígeno) y a condiciones ambientales extremas, así como realizar actividad física extenuante, con el fin de alcanzar la cumbre, lo cual conlleva una serie de riesgos médicos y nutricionales por las condiciones anteriormente citadas, acompañados de una disminución de los recursos médicos y de los recursos nutricionales que se tienen al alcance (1).

Dadas las dificultades que entraña la ascensión a grandes altitudes, una buena planificación de los suple-mentos y fármacos a llevar es de vital importancia (2). Debemos conocer su utilidad y qué consecuencias puede acarrear su empleo.

A grandes altitudes (por encima de 4.000 metros), se-gún la susceptibilidad individual a estados hipóxicos, es frecuente padecer el mal agudo de montaña (MAM) (3). Sus principales síntomas son cefalea, insomnio, anorexia y astenia (4), debido a una falta de adaptación a la alti-tud. Por otro lado, en casos más severos pueden aparecer alteraciones del estado mental, ataxia e, incluso, se puede llegar a dar la muerte del sujeto. Además de la susceptibi-

lidad individual, parece ser que la mala forma física, mala alimentación-hidratación... pueden tener gran importancia en el MAM (5).

Otros problemas que pueden aparecer son traumatis-mos, infecciones, quemaduras y congelaciones, entre otros (6). Ante estas situaciones, para tratar estos problemas mé-dicos, será necesario llevar la infraestructura necesaria des-de el punto de vista farmacológico y del botiquín de prime-ros auxilios.

Aunque algunos autores han estudiado sobre los as-pectos dieteticonutricionales en la alta montaña (7,8), la importancia de la hidratación (2) o los riesgos mediconu-tricionales en el alpinismo (1) y los fármacos (acetozala-mida) y suplementos (Ginkgo biloba) (9) necesarios para hacer frente al MAM, vemos importante hacer una tabla resumen de los fármacos que necesitaría llevar el alpinista a sus expediciones y, desde el punto de vista farmacológi-co, explicar por qué podría ser de utilidad en la montaña, así como dar indicaciones de la dosis y otros aspectos de interés.

Así, es importante saber cómo actuar ante situaciones o enfermedades que pueden aparecer en montañas de gran altitud cuando no haya un profesional sanitario a quien consultar (8). Por otro lado, el farmacéutico comunitario puede colaborar con el deportista en la elaboración de un botiquín de primeros auxilios adecuado a sus necesidades específicas.

MétodoSe ha realizado una búsqueda bibliográfica sobre

los fármacos utilizados en el alpinismo, tanto para pre-venir el MAM como posibles problemas debido a una mala respuesta a la altitud u otros que puedan surgir en la montaña. Para ello, se han utilizado los busca-dores como: PUBMED (MedLine), SPORDISCUS, Scielo y Google Académico como motor de búsqueda y, a su vez, se consultó en el vademécum sobre los fármacos (www.vademecum.es).

Por otra parte, se realizó la estrategia de bola de nie-ve para intentar buscar más artículos de interés en la te-mática. No se han acotado los años de búsqueda y las palabras clave utilizadas fueron: alpinismo, montañismo, fármacos, suplementos, vitaminas, minerales, mal agudo de montaña, hipoxia.

ResultadosLas expediciones a altas montañas entrañan una se-

rie de riesgos que ponen en peligro la vida del alpinista, por lo que es de vital importancia cuidar hasta el último detalle durante las expediciones (10). Además, si se quiere realizar cumbre, se debe estar en las condiciones más óp-timas que sean posibles.

Suplementos nutricionalesEn primer lugar, se puede observar cómo en las es-

tancias a elevadas altitudes, puede haber cierto grado de desnutrición (figura 1) (11). Por tanto, se debería prestar atención a la ingesta de alimentos y, si fuese necesario utilizar, suplementos, tal y como indicaremos a conti-nuación.

Figura 1 Consecuencia de las expediciones superiores a treinta días en altura sobre el estado nutricional del alpinista (elaboración propia)

Page 32: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

FC31

Gómez-Zorita S, Urdampilleta A. Fármacos y suplementos nutricionales para llevar en el botiquín del alpinista

Revi

sión

Además, la hipoxia, per se, incrementa las pérdidas de agua, tanto por vía renal como pulmonar (figura 2), lo que conlleva un mayor riesgo de deshidratación (12).

El balance hídrico es esencial para el adecuado fun-cionamiento de los órganos. El agua es el medio donde ocurren las reacciones del organismo, y es esencial para mantener el volumen sanguíneo y, de este modo, la inte-gridad del sistema cardiovascular. Cada compartimento acuoso tiene una concentración dada de electrolitos que regula el volumen de agua de cada uno de los compar-timentos y mantiene el potencial electroquímico de la membrana (13). En el líquido extracelular, el principal catión es el sodio (Na) y el principal anión, el cloro (Cl). En cambio, el potasio (K) es el principal catión intracelu-lar. Los tres son esenciales para mantener el balance de fluidos y electrolitos.

Durante la actividad física hay gran pérdida no solo de agua, sino también de electrolitos, por el sudor. Por tanto, dado el peligro que ello puede conllevar, se debería ingerir agua con electrolitos, es decir, ligeramente hipertónica. El déficit de Na y/o una excesiva ingesta de líquido sin sa-les (Na, K y Cl) pueden ser un factor desencadenante de hiponatremia.

Las altas ingestas de agua que se requieren en el al-pinismo hacen que sean un colectivo de riesgo de pade-cer hiponatremia, siempre y cuando no se aporten sales. Como norma general se requiere 0,5-0,7 g Na/L de líquido ingerido, es decir, 2 g de sal común (1), ya que la sal co-mún contiene cloro y sodio, en un porcentaje 70/40 %, respectivamente.

Respecto a las carencias nutricionales, podemos en-contrar déficit de vitaminas hidrosolubles (necesitan ser ingeridas a diario, ya que no se almacenan en el organis-mo) y de minerales importantes como el calcio (Ca), mag-nesio (Mg) o hierro (Fe), debido a la escasa diversidad de alimentos que son ingeridos (1). Por esta razón podrían ser administrados multivitamínicos y multiminerales. Como norma general, parece una estrategia interesante, antes de acudir a las montañas elevadas, cuando se prevén es-tancias superiores a las tres semanas, hacer una “carga” de vitaminas liposolubles, y así no es necesaria la toma de estas en la propia montaña, ya que al ser liposolubles (vitamina A, D o E) se almacenan en el tejido adiposo del alpinista-turista (1). Además, se ha visto que la vitamina E (antioxidante) puede ayudar a contrarrestar el elevado estrés oxidativo que supone esta práctica (2,14).

El déficit de Fe es uno de los riegos nutricionales que se tienen que suplir en las estancias superiores a 2-3 se-manas, porque la dieta del alpinista es deficitaria en ener-gía y proteínas de origen animal, tanto por déficit en la ingesta como por un incremento en su excreción. Por tan-to, podría estar aconsejada la suplementación de Fe (200-300 mg/día), preferiblemente acompañado de vitamina C (1 g/día) para favorecer su absorción. Esta ingesta del Fe debería ser en ayunas (1,15).

El Ca es un mineral de gran importancia, cuyo déficit de forma puntual y aguda puede ocasionar alteraciones de la contracción muscular y calambres musculares, aunque generalmente en estos casos suele ser extraído el Ca de los huesos para evitar una disminución de su concentración en sangre (11). Observar los efectos del déficit de Mg no es habitual, siendo sus síntomas calambres musculares y debilidad muscular principalmente.

Otros problemas observados son las alteraciones in-munológicas que se dan durante las expediciones a altas montañas (16), por lo que se podrían utilizar probióticos, glutamina o incluso AM3 (glucofosfopeptical) con el fin de prevenir estas alteraciones inmunológicas y con fines inmunomoduladores.

Por otro lado, el Ginkgo biloba ha sido ampliamente estudiado como agente para prevenir y tratar el MAM, así como el edema cerebral. Sin embargo, los resultados obtenidos han sido muy dispares, por lo que no se reco-mienda su utilización en el alpinismo, ni como medida preventiva ni paliativa, ya que los estudios realizados no muestran una eficacia segura y es necesario realizar más estudios (17).

MedicamentosEn cuanto a los medicamentos, conviene saber que

una buena planificación de los medicamentos que se de-ben llevar a las expediciones es de vital importancia. Si tenemos en cuenta que por lo general las heridas, golpes, accidentes y patologías que ocurren en la montaña no se pueden tratar de inmediato, disponer de algunos produc-tos y materiales con los que atender el problema de forma rápida puede llevar incluso a salvarnos la vida. Por otro lado, como se ha dicho anteriormente, es posible padecer MAM, patología a tener en cuenta a la hora de preparar el botiquín (18).

Figura 2 Efecto de la hipoxia sobre la hidratación (elaboración propia)

Page 33: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

32FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014;6(1):29-34. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.06 Re

visi

ón

Así, en la tabla 1 podemos observar lo que sería un botiquín básico para llevar expediciones a montañas de gran altitud, en donde la patología principal es el MAM y los accidentes pueden ser dramáticos.

Para prevenir y tratar el MAM, el medicamento más empleado y más útil es acetazolamida, el medicamento de primera línea para esta patología (18). Acetazolamida es un diurético inhibidor de la anhidrasa carbónica renal

que incrementa la pérdida de bicarbonato, sodio y potasio por vía renal. Esto da lugar a una mayor hiperventilación con el fin de evitar la acidosis metabólica. Este fármaco se utiliza tanto para la prevención como el tratamiento del MAM (125-250 mg/8-12 h). En el caso de emplearse como agente preventivo, se debería comenzar su admi-nistración un día antes de comenzar el ascenso y hasta 2-5 días después de alcanzar la altitud (19). Las reacciones

Tabla 1 Propuesta de medicamentos a llevar a expediciones a montañas de gran altitud

Principio activo Dosis Efecto Empleo Dosificación Otras observaciones

Ácidoacetilsalicílico (AAS)

300 mgAntiagregante plaquetario

Congelaciones 300 mg/24 hNo con el estómago vacíoComprimido

Enoxaparina 20 mg/0,2 ml Anticoagulante Congelaciones 20 mg/24 h

InyectableJunto con AASNo utilizar con acetaminofén (pa-racetamol) y en la medida de lo posible tampoco con diuréticos

Acetazolamida 250-500 mg DiuréticoPrevención y trata -miento del mal agudo de montaña (MAM)

250 mg/12 h500 mg si liberación sostenida/24 h

Si es de liberación sostenida no masticar ni romperEvitar AAS

Ibuprofeno 400 o 600 mgAnalgésico y antiinflamatorio

Dolor o inflamación 400-600 mg/8 hPreferiblemente junto con ali-mentosComprimido o sobres

Metamizol 575 mgAnalgésico Antipirético

Dolor agudo si el analgésico de prime-ra línea no es sufi-ciente

575 mg/8 h

Se puede combinar con ibuprofeno dejando un intervalo de tiempo entre ambos de 4 hCápsulasNo masticar las cápsulas ni abrir

Diclofenaco gelAntiinflamatorio tópico

Contusión sin herida

1 aplicación/8 h Gel

Loperamida 2 mg Antidiarreico Diarrea

Cada vez que haya deposición, se puede empezar to man do 2 a la vez (máximo 6 cápsulas/día)

Si más de 3 días seguidos parar tratamiento y lo mismo si hay fiebre (posible infección)

Metoclopramida 10 mg Antiemético Náuseas y vómitos 10 mg/6 hEvitar paracetamol y aspirina si es posibleCápsulas (no romper ni masticar)

Amoxicilina/ ácido clavulánico

875 mg/125 mg Antibiótico

Heridas sin asisten-cia médica antes de 6 h Infección vías respi ratorias y uri-narias

Cada 8 h/7-10 días

Ciprofloxacino (500 mg) en caso de alergiaEvitar su utilización con anticoa-gulantes si es posibleNo ingerir con antiácidos

Mupirocina 20 mg/gAntibiótico tópico

Infección piel Cada 8-12 hPomadaSe puede cubrir la zona con gasas

Temazepam 10 mg Sedante Insomnio 1 mg/díaEn la cenaSi es posible, evitar su utilización

Omeprazol 20 mgInhibidor bomba protones

Acidez, ardor esto -macal

20 mg/24 h

Cetirizina 10 mg Antihistamínico Alergia 10 mg/24 hComprimidos recubiertos (no mas-ticar ni romper)

Page 34: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

FC33

Gómez-Zorita S, Urdampilleta A. Fármacos y suplementos nutricionales para llevar en el botiquín del alpinista

Revi

sión

adversas que ocasiona son poco frecuentes y destacan las parestesias, alteraciones gastrointestinales y somnolencia.

En casos extremos del MAM, es frecuente recurrir a la utilización de oxígeno o cámaras hiperbáricas (20). Dexametasona también puede ser efectiva para prevenir y tratar el MAM. No obstante, no ayuda a la aclimatación del montañero (4). Por tanto, sería un fármaco de segunda línea en la prevención del MAM, pero sí que se ha visto que es de gran utilidad cuando se padece un edema cere-bral y pulmonar (17,21).

En el tratamiento de la cefalea causada por el MAM se pueden emplear diversos analgésicos como AAS (300 mg/ 4-6 h), ibuprofeno (600 mg/8 h), naproxeno (550 mg/8 h) o paracetamol (1 g/8 h) (21). En caso de úlcera, se reco-mendaría la utilización de paracetamol (no antiinflama-torio) frente a ibuprofeno y AAS. Si hay dolores severos (traumatismos...) se podría combinar paracetamol con otro analgésico como ibuprofeno, combinándolos y separando su toma 4 horas. En caso de que no hagan efecto se podría utilizar metamizol. Estos fármacos, al suprimir las moles-tias (enmascaramiento), pueden inducir a continuar con la ascensión y, por tanto, pueden exponer al individuo a padecer formas más graves de MAM. Los principales efec-tos secundarios que producen son a nivel gastrointestinal.

Para tratar el insomnio tradicionalmente se utilizan benzodiazepinas como lorazepam o diazepam (21). Sin em-bargo, la mayoría de ellas causan depresión respiratoria, por lo que su uso no estaría recomendado. En caso de utilizarse, se ha observado que temazepam (10 mg/noche) podría ser el más indicado (18), dado que no causa depresión respiratoria.

En caso de padecer edema cerebral, el tratamiento de primera elección consiste en la administración de corticoi-des como dexametasona (8 mg dosis inicial y posterior-mente 4 mg/6 h) o prednisona (50-100 mg y posteriormente 50 mg/8-12 h) hasta descender o hasta que desaparezcan los síntomas. Se ha visto que dexametasona también pue-de ser administrada como medida profiláctica para el ede-ma cerebral (4 mg/6 h).

En caso de edema pulmonar, se utiliza tanto para la prevención como para el tratamiento nifedipina (10 mg/ 15 min 2 veces y posteriormente 20 mg/8-12 h), cuyo me-canismo de acción consiste en el bloqueo de los canales de calcio. También se puede emplear salmeterol (125 pg/12 h), que facilita la difusión alveolar, e inhibidores de la fosfo-diesterasa como sildenafilo (20 mg/6-8 h) y tadalafilo (7,5-10 mg/12 h) (17), ya que reducen la hipertensión pulmonar. A su vez, dexametasona suele resultar ineficaz en el caso del edema pulmonar, especialmente en sujetos parcialmente aclimatados o cuando tienen una historia previa de dicha enfermedad, por lo que en este caso su utilización no esta-ría justificada.

En cuanto a la administración de antibióticos (prin-cipalmente amoxicilina o ciprofloxacino), únicamente se emplearán si se sospecha infección, como puede ser en el caso de padecer neumonía (21).

En el caso de edemas periféricos, se pueden emplear diuréticos si, descendiendo de altitud, no se llegan a con-trolar (17), aunque raramente es necesario. En este caso, deberíamos controlar la pérdida de líquidos y mantener-nos bien hidratados.

Asimismo, en caso de padecer congelaciones, se re-comienda la utilización de ácido acetilsalicílico para mejorar la circulación y mitigar el dolor, junto con una

heparina de bajo peso molecular como enoxaparina (22). De nuevo en este caso los efectos secundarios que pue-dan derivar de este tratamiento pueden ser un mal menor dado el impacto que tienen las congelaciones en el in-dividuo. No obstante, no cabe duda que ante las conge-laciones la mejor opción es su prevención. Una correcta hidratación en la montaña con bebidas isotónicas será lo más seguro, ya que en un estado de deshidratación elevada a altas altitudes el organismo, para proteger los órganos vitales, ejerce una vasodilatación periférica y, en consecuencia, una mayor susceptibilidad a las con-gelaciones.

Finalmente, se deben llevar otros medicamentos para utilizar en caso de sufrir algún otro tipo de incidentes como contusiones, pequeños traumatismos o algunas otras alteraciones como la diarrea. Así, por ejemplo, para el tratamiento de la diarrea se recomienda la utilización de loperamida, siempre y cuando no se sospeche de infección.

ConclusiónComo se ha observado, no es fácil la preparación del

botiquín del alpinista, y un gran número de considera-ciones han de tenerse en cuenta a la hora de preparar-lo. Asimismo, se debería disponer de todo aquello que pudiéramos necesitar hasta ponernos en manos de un pro-fesional sanitario, e intentar que nuestro organismo esté en condiciones óptimas para soportar las posibles des-avenencias a las que la expedición nos pueda conllevar.

Por otro lado, cabe recordar que es primordial mante-ner un adecuado balance hídrico, por lo que deberíamos aportar agua y sales minerales al organismo y evitar cier-tas carencias nutricionales, con lo que se deberían llevar a la expedición vitaminas hidrosolubles y algunos mine-rales como el hierro. Finalmente, entre los medicamentos que no deberíamos olvidar están la acetazolamida, anal-gésicos, corticoides y antibióticos.

Referencias bibliográficas 1. Urdampilleta A, Martínez-Sanz JM. Riesgos médico-nutri-

cionales y planificación dietética en el alpinismo. Motrici-dad. European Journal of Human Movement. 2012;28:35-66.

2. Westerterp KR. Energy and water balance at high altitude. News in Physiolical Sicences. 2011;16:134-7.

3. Dumont L, Mardirosoff C, Tramer MR. Efficacy and harm of pharmacological prevention of acute mountain sickness: quantitative systematic review. British Medical Journal. 2000;321:267-72. doi:10.1136/bmj.321.7256.267

4. Hackett PH, Roach RC. High-altitude illness. The New England Journal of Medicine. 2001;345(2):107-14. doi:10.1056/NEJM 200107123450206

5. Wagner DR, Fargo, JD, Parker D, Tatsu-gawa K, Young TA. Variables contributing to acute mountain sickness on the summit of Mt Whitney. Wilderness & Environmental Medi-cine. 2006;17:221-8. doi:10.1580/PR43-05.1

6. Martinez-Carpio PA, Battestini R. Medicina de montaña en el año 2002 (Año Internacional de las Montañas de las Na-ciones Unidas). Pasado, presente y futuro. Med Clin (Barc). 2002;119(20):776-84. doi:10.1016/S0025-7753(02)73577-X

7. Oliver SJ, Golja P, Macdonald JH. Carbohydrate supplemen-tation and exercise performance at high altitude: a rando-mi-zed controlled trial. High Alt Med Biol. 2012;13(1):22-31. doi:10.1089/ham.2011.1087

Page 35: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

34FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014;6(1):29-34. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.06 Re

visi

ón

8. Kechijan D. Optimizing nutrition for performance at altitu-de: a literature review. Journal of Special Operartions Medi-cine: a peer reviewed. 2011;11:12-7.

9. Chow T, Browne V, Heileson HL, Wallace D, Anholm J, Green SM. Ginkgo biloba and acetazola mide prophyla xis for acute mountain sickness: a randomized, place-bo-contro-lled trial. Archive of Internal Medicine. 2005;165:296-301. doi:10.1001/archinte.165.3.296

10. Westhoff JL, Koepsell TD, Littell CT. Effects of experience and commerciali-sation on survival in Himalayan mountai-neering: retrospective cohort study. BMJ. 2012;344:e3782. doi:10.1136/bmj.e3782

11. Mayor F, Cascales M. Enfermedades metabólicas. Monogra-fías XX, Real Academia Nacional de Farmacia. 2006.

12. Yanagisawa K, Ito O, Nagai S, Onishi S. Electrolyte-carbo-hydrate beverage prevents water loss in the early stage of high altitude training. The Journal of Medical Investigation. 2012;59:102-10. doi:10.2152/jmi.59.102

13. Sawka MN, Mountain SJ. Fluid and electrolyte supplementa-tion for exercise heat stress. Am J Clin Nutr. 2000;72(2):564-72.

14. Warner PD. Operation Everest II. High Altitude Medicine & Biology. 2010;11(2):111-9. doi:10.1089/ham.2009.1084

15. Mariscal-Arcas M, Carvajal C, Monteagudo C, Lahtinen J, Fernandez de Alba C, Feriche B et al. Nutritional analysis of diet at base camp of a seven thousandmeter mountain in

the Himalayas. Revista Andaluza de Medicina del Deporte. 2010;3(4):127-32.

16. Mishra KP, Ganju L. Influence of High Altitude Exposure on the Immune System: A Review. Immunological Investiga-tions. 2010;39(3):219-34. doi:10.3109/08820131003681144

17. Fiore DC, Hall S, Shoja P. Altitude Illness: Risk Factors, Prevention, Presentation, and Treatment. American Family Physician. 2010;82(9):1103-10.

18. Luks AM. Which medications are safe and effective for improving sleep at high altitude?. High Alt Med Biol. 2008;9:195-8. doi:10.1089/ham.2008.1025

19. Low EV, Avery AJ, Gupta V, Schedlbauer A, Grocott MP. Identifying the lowest effective dose of acetazolamide for the prophylaxis of acute mountain sickness: systematic re-view and metaanalysis. BMJ. 2012;345:e6779. doi:10.1136/bmj.e6779

20. Netzer N, Strohl K, Faulhaber M, Gatterer H, Burtscher M. Hypoxia-Related Altitude Illnesses. Journal of Travel Me-dicine. 2013;20(4):247-55. http://dx.doi.org/10.1111/jtm. 12017

21. Strapazzon G, Procter E, Brugger H. The quest for eviden-ce-based medicine in mountain areas. High Alt Med Biol. 2011;12(4):399-400. doi:10.1089/ham.2011.1058

22. García R, Soto JM, Barranco F. Patología derivada de la altu-ra: experiencia en el K2. Medicina Intensiva. 2006;30(5):232-5. doi:10.1016/S0210-5691(06)74512-0

Page 36: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

Bartoll Andrés A, Escoda Casanova JS, Pol Yanguas E. ¿Qué hacer cuando hay oposición médica al farmacéutico? (Caso de reinicio con clozapina)

Caso

s

FARMACÉUTICOS COMUNITARIOS 2014; 1(1): 136-140 DOI: http://dx.doi.org/10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.01

www.farmaceuticoscomunitarios.org Revista trimestral Volumen 6 No 1 2014 

RESUMENA. B. es un paciente con esquizofrenia y tiene pautada clozapina. Tras una serie de problemas

con su medicación, presenta un episodio de agresividad contra su psiquiatra y el enfermero. El médico le retira clozapina y tras un periodo sin tomarla decide reinstaurarla a las dosis que tenía pautadas antes del episodio agresivo. El farmacéutico se opone a esta medida, y apoyándose en la información de la ficha técnica, afirma que la reinstauración de clozapina debe ser desde la dosis inicial, y semanalmente hacer controles hematológicos. Tras discusiones entre médico y farmacéutico sobre este caso, el médico persiste en desoír las advertencias del farmacéutico. Finalmente, debido a la insistencia desde el servicio de farmacia, se consigue empezar la pauta de clozapina correctamente, evitando de esta manera, un posible problema relacionado con el medicamento.

What to do in the event of physician disagreement with the pharmacist? (Case of reintroduction of clozapine)

ABSTRACTAB is a schizophrenic patient receiving clozapine. Following a series of problems with the

medication, the patient had an episode of aggressiveness against his psychiatrist and nurse. The physician suspended clozapine, and after a period without the drug, he decided to reintroduce it at the doses administered before the episode of aggressiveness. The pharmacist was against this decision and, based on the information contained in the Summary of Product Characteristics, considered that the reintroduction of clozapine should be made from the starting dose, with weekly blood controls. Following discussions between the physician and pharmacist on this sub-ject, the former insists on paying no attention to the warnings of the pharmacist. Finally, after insistence from the Department of Pharmacy, it proved possible to prescribe clozapine correctly, thereby avoiding a possible drug-related problem.

FC35

PALABRAS CLAVEclozapina,oposición,psiquiatría,dosis, delirium

KEYWORDSclozapine,disagreement,psychiatrist,dose,delirium

¿Qué hacer cuando hay oposición médica al farmacéutico? (Caso de reinicio con clozapina)Adrián Bartoll Andrés1, Juan Salvador Escoda Casanova1, Emilio Pol Yanguas1,2

1. Universidad Miguel Hernández de Elche. Facultad de Farmacia. 2. Centro Asistencial Doctor Esquerdo, Alicante.

Financiación: Ninguna ajena.Conflicto de intereses: Los autores declaran no existir ningún conflicto de intereses.Cite este artículo como: Bartoll Andrés A, Escoda Casanova JS, Pol Yanguas E. ¿Qué hacer cuando hay oposición médica al farmacéutico? (Caso de reinicio con clozapina). Farmacéuticos Comunitarios. 2014 Mar 01;6(1):35-37. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.07Autor para correspondencia: Adrián Bartoll Andrés ([email protected]).ISSN 1885-8619 © SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria). Todos los derechos reservados.

Recibido: 12-10-2013 Aceptado: 22-12-2013Disponible online: 1-3-2014

Page 37: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

36FC

Farmacéuticos Comunitarios. 2014; 6(1):35-37. doi:10.5672/FC.2173-9218.(2014/Vol6).001.07Ca

sos

AntecedentesA. B. es un paciente que proviene de una familia

desestructurada, tiene antecedentes familiares de dro-godependencia y enfermedad mental. Se le diagnostica esquizofrenia hebefrénica. En 2005 es internado en una institución para el tratamiento de enfermedades mentales por presentar pseudoalucinaciones cenestésicas y auditi-vas, que le llevaban a presentar conductas que el entorno vivía como amenazantes. Se le pautó valproato y cloza-pina, obteniéndose cierta mejora, hasta que durante un permiso, abandonó el tratamiento y su situación empeoró.

Hasta el verano de 2013, el paciente ha tenido diversos episodios de heteroagresividad, teniendo también perio-dos largos de estabilidad.

Exposición del casoEl problema surge el mes de agosto de 2013, cuando

presentó un estado alterado, violento y agresivo, llegan-do a golpear físicamente a su psiquiatra y al enfermero. Este hecho se produjo tras varias amenazas por parte del paciente al estar en desacuerdo con su tratamiento, pues-to que, según él, deberían retirarle clozapina, y pautarle aripiprazol.

Este suceso de agresividad ocurrió el 16/08/2013 por la mañana, después le retiraron la medicación oral, inclui-da clozapina, puesto que le encamaron con sujeción mecá-nica, y se le administró por vía intramuscular tratamiento antipsicótico (haloperidol y levomepromazina). Clozapina no fue pautada de nuevo hasta el 20/08/2013. En la pre-paración del tratamiento para el día 20/08/2013 (que se realiza el día anterior por la tarde en el servicio de farma-cia) (tabla 1), no aparece todavía clozapina. Fue puesta a dispensar ese día, pero ya para comenzar el día siguiente, por lo tanto, clozapina se retiró el 16 por la mañana, lo que al sumar los días sin medicación resultan 5 días).

Tras esta complicada situación, hubo un desacuerdo entre el psiquiatra y el farmacéutico, debido a mantener ambos distintos criterios a la hora de reanudar el tra-tamiento de este paciente. Desde el día 19/08/13, hubo discrepancias entre ambos, ya que el facultativo médico proponía instaurar la dosis de clozapina que tomaba el paciente en el momento de la suspensión, siendo esta de 500 mg.

EvaluaciónEl farmacéutico, defendía que tras una interrupción,

si es mayor de 48 horas, la clozapina debe reinstaurarse, para evitar problemas relacionados con el medicamento, comenzando por una dosis de 25 mg al día, y hacer con-troles hematológicos semanales previos a su elevación. Además concurrían factores de riesgos concomitantes como el uso de benzodiazepinas y neurolépticos depot (tabla 2).

Tabla 1 Medicación pautada el 20/08/2013

Medicamento Pauta Total

Atorvastatina 40 mg 1-0-0 40 mg

Biperideno 4 mg oral/5 mg IM 1-0-0/1-1-1 19 mg

Haloperidol IM 5 mg 1-1-1 15 mg

Levomepromazina IM 25 mg 1-1-1 75 mg

Omeprazol 20 mg 1-0-0 20 mg

Valproato 500 mg 2-1-2 2.500 mg

Tabla 2 Características de clozapina

Situación Dosis Controles hematológicos Dosis máxima

Inicio

• 12,5 mg; 1 o 2 veces el primer día• 25 mg; 1 o 2 veces el segundo día• Si tolera bien, aumentar lentamente de 25-50 mg

en 2/3 semanas. Hasta un rango de 200-450 mg/día

Semanal durante 18 semanas

900 mgA partir de los 450 mg au-menta el riesgo de efectos adversos (en especial con-vulsiones)

MantenimientoDentro del rango, con la menor dosis efectiva, durante un mínimo de 6 meses

Mensuales

RetiradaReducción gradual de la dosis durante 1 o 2 semanas, si es necesaria la retiración brusca, observación clínica para evitar reacciones por retirada

Al mes de retirarlo

Reinicio del tratamiento (tras interrupción mayor o igual a 48 horas)

• 12,5 mg; 1 o 2 veces el primer día• 25 mg; 1 o 2 veces el segundo día• Si tolera bien, aumentar más rápidamente de 25-

50 mg en 2/3 semanas. Hasta un rango de 200-450 mg/día

Más de 3 días y menos de 4 semanas → semanal durante 6 semanasSi es más de 4 semanas → igual que a inicio de tratamiento

Page 38: Farmacéuticos comunitarios 2014 volumen 6 número 1

FC37

Bartoll Andrés A, Escoda Casanova JS, Pol Yanguas E. ¿Qué hacer cuando hay oposición médica al farmacéutico? (Caso de reinicio con clozapina)

Caso

s

Clozapina es un antipsicótico atípico útil en el trata-miento de las esquizofrenias resistentes. Sin embargo, pro-voca una fuerte sedación, aumento de peso, tiene efecto hipotensor, se ha asociado a aparición de síndrome me-tabólico y casos de agranulocitosis. Actualmente, por sus efectos adversos, dentro de las guías de tratamiento de la psicosis, clozapina está propuesta como segunda elección, y a la hora de instaurar un tratamiento o reinstaurarlo, hay que seguir una pauta progresiva de aumento de la dosis (1).

El rechazo por parte del psiquiatra a la colaboración del farmacéutico que, apoyado en su responsabilidad pro-fesional, hace propuestas sobre los tratamientos y reaccio-nes adversas que se pueden presentar y que puede poner en peligro la salud del paciente, se enmarca dentro de las reservas que algunos facultativos médicos mantienen ante otros colectivos clínicos (2).

Al tratarse de un riesgo de esta magnitud, vemos un conflicto importante, en la cual, la solución debe ser el beneficio del paciente. Las indicaciones, posología, pre-cauciones y reacciones adversas a los medicamentos, aparecen en la ficha técnica por haber sido información extraída de ensayos clínicos, teniendo éstos estudios más validez que la opinión de expertos y facultativos. En el artículo de Benckhuijsen et al. (3), se da a conocer un caso de reinicio de clozapina a las dosis habituales que utili-zaba el paciente, tras un periodo de dos días sin tomarse la medicación, que desemboca en delirium. Nos encontra-mos, pues, ante el riesgo de que se produzca un resultado negativo de la medicación (RNM) de inseguridad como consecuencia de un problema relacionado con el medica-mento (PRM) ocasionado por la prescripción de una dosis, pauta y/o duración inadecuada (4).

IntervenciónLa intervención del farmacéutico se orienta a que,

apoyándose de la ficha técnica, la reinstauración de clo-zapina se realice a partir de la dosis inicial, realizando semanalmente los correspondientes controles hematoló-gicos.

ResultadoInicialmente el médico persiste en desoír las adverten-

cias del farmacéutico, pero finalmente, debido a la insis-tencia desde el servicio de farmacia, se consigue empezar la pauta de clozapina correctamente, evitando de esta ma-nera, un posible problema relacionado con el medicamen-to que podría haber provocado graves repercusiones en la salud del paciente.

Referencias bibliográficas1. Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.

Ficha técnica de Nemea© [Internet]. [Acceso 2/9/2013]. Dispo-nible en: www.aemps.gob.es

2. De Almeida Neto AC, Chen TF. When pharmacotherapeutic recommendations may lead to the reverse effect on physi-cian decision-making. Pharm World Sci. 2008;30(1):3-8. doi:10.1007/s11096-007-9143-x

3. Benckhuijsen JA, Keet IP. Delirium on re-starting cloza-pine after a short break in treatment. Tijdschr Psychiatr. 2007;49(9):661-5.

4. Grupo de Expertos. Foro de Atención Farmacéutica. Do-cumento de Consenso. Madrid: Consejo General de Cole-gios Oficiales de Farmacéuticos; 2008. ISBN 978-84-691-1243-4.

Tabla 2 (Continuación) Características de clozapina

Interacciones farmacológicas Efectos adversos Precauciones

Benzodiazepinas → aumento de riesgo de colapso circulatorio

Taquicardia, cambios en ECG, trastornos sanguíneos y lin-fáticos, somnolencia, mareos, convulsiones (a dosis altas) hipersalivación, estreñimien-to, incontinencia urinaria, au-mento de peso, hipotensión postural, fatiga, fiebre, au-mento de transaminasas

Si es una dosis de más de 200 mg, dando la fracción de dosis mayor antes de dormirSi no excede de 200 mg/día, dar una sola dosis antes de dormirPara el reinicio de tratamien-to, especial atención si el paciente ha experimentado eventos cardíacos o un paro

Anticolinérgicos → aumento riesgo de delirium

Antihipertensivos → potencia el efecto hipotensor

Alcohol, IMAO, depresores SNC→ aumento efectosedante

Litio → aumento de riesgo de sufrir SNM*

Inductores (omeprazol)/inhibidores (cafeína) del CYP1A2 → Inductores provocarán disminución de concentraciones de clozapina, inhibidores un aumento de las concentraciones

* Síndrome neuroléptico maligno.