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FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES 1 PROGRAMA DE MAESTRIA EN HISTORIA ANDINA LA ELITE QUITEÑA EN EL CABILDO 1763-1805 MARIA ELENA PORRAS P. 1 9 8 7

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FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES

1 PROGRAMA DE MAESTRIA EN HISTORIA ANDINA

LA ELITE QUITENtildeA EN EL CABILDO

1763-1805

MARIA ELENA PORRAS P

1 9 8 7

bull

INTRODUCCION

1 N D 1 C E

l QUITO EN EL SIGLO XVIII

La ciudadUna etapa en transformacioacuten

11 CONFORMACION DE UNA ELITE LOCAL

Origen y reproduccioacuten de su riquezaFormas de ampliaciloacuten y vinculacioacuten de fortunas- Alianzas familiares La Herencia- La Dote- La Iglesia- Ejeacutercito y Milicias- Compra y arrendamiento de tierras

1

126

42

42494959636567

IIIUN GRUPO HETEROGENEO TERRATENIENTES COMERCIANTES Y MINEROS 89

IV EL EJERCICIO DEL PODER 112

Delimitacioacuten del aacutembito de poder 113Beneficios del ejercicio de poder 123Modificaciones en las relaciones de poder 136

CONCLUSIONES 165

APENDICES 172

FUENTES Y BIBLIOGRAFIA 185

A Rosemariepor el encuentro

en nuestra Historia de ayer y de hoy

INTRODUCCION

Cuando el ciudadano o visitante recorre las antiguas

calles del tradicional casco colonial de Quito no deja

de sorprenderse ante sus magnificos monumentos y pintoresshy

cos rincones cargados de historia y anecdoacuteticos recuerdos

Alrededor de la otrora plaza Mayor hoy Plaza de la Indepe~

dencia pueden verse reunidos a los principales edificios shy

puacuteblicos que durante siglos han constituido las sedes prinshy

cipales de las poliacuteticas administrativas del gobierno civil

y eclesiaacutestico Alliacute estaacuten el Palacio Presidencial la Cate

dral el Municipio y la Curia Metropolitana lugares casi shy

todos que siguen manteniendo un aire de vivencia colonial

Pero no se trata soacutelo del espacio urbano de esta ciu

dad que guarda tradicioacuten y conserva un celo a su pasado

Son los propios habitantes a quienes el ayer y la costum

bre no se escapan de sus manos De todos ellos muc~os sashy

ben el porqueacute otros simplemente los aceptan

Un estudio que pretenda resolver las varias interro

gantes que guarda una realidad social como la quitentildea reshy

quiere de una amplia investigacioacuten histoacuterica que conjugue

un vasto trabajo empiacuterico -sobre todo por la riqueza de

fuentes documentales con que cuentan los archivos de Quitoshy

con un cuerpo metodoloacutegico acorde a las hipoacutetesis planteashy

das

i

Por ello hoy soacutelo hemos iniciado la primera ruta del

largo camino y lo hemos hecho a traveacutes del estudio de uno shy

de los sectores que hacen parte de la estructura social imp~

rante en el Quito colonial la eacutelite quitentildea durante el peshy

riacuteodo 1763-1805 Consideramos que en el nivel micro es posishy

ble delinear de manera maacutes concreta a los grandes y tradicio

nales grupos familiares que integraron este sector dominante

acercaacutendonos particularmente al origen y reproduccioacuten de su

riqueza las formas de vinculacioacuten social que establecieron

el tipo de actividades econoacutemicas a las que se dedicaron y

las relaciones de poder que mantuvieron con el resto de la shy

poblacioacuten a traveacutes de su ejercicio en la administracioacuten poli

tica local

Las aproximaciones que se han podido efectuar respe~

to a esta temaacutetica han partido de la formacioacuten acadeacutemica

recibida en el 1 Programa de Maestriacutea en Historia Andina

organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So

ciales Sede Quito Para los directivos cuerpo de pr9fes~

res y compantildeeros que hicieron posible que eacutesta se llevara a

cabo mi profundo agradecimiento A las colegas del Taller

de ~studios Histoacutericos que durante la etapa de investigashy

cioacuten documental siempre me dieron su mano y me apoyaron en

todo momento para que el presente trabajo pueda concluirse

mi sincero reconocimiento Una especial gratitud para los D

rectores de los Archivos Municipal y Nacional de Historia

sentildeor Francisco Serrano y Doctor Juan Freile Granizo Para

el doctor Carlos Landaacutezuri Camacho mi director de tesis

mi singular agradecimiento

ii

Gracias a una beca obtenida del Instituto de Cooperashy

cioacuten Iberoamericana en Madrid bajo los auspicios de FLAC

SO y la ayuda recibida en el Ministerio de Relaciones Exte

riores el trabajo de sistematizacioacuten de fuentes y redaccioacuten

pudo ser concluido con un mayor reforzamiento Para estas shy

instituciones va mi particular agradecimiento Las tareas

de correccioacuten de borradores y redaccioacuten del texto final ~

fectuadas con el asesoramiento y direccioacuten del Doctor Carshy

los Malamud ha sido una valiosa oportunidad que no olvidashy

reacute Para eacutel un especial agradecimiento Para todos los ami

gas y compantildeeros que me han brindado su apoyo moral y demo~

trado su intereacutes en este trabajo mis eternos agradecimienshy

tos A mi hermana Ligia por su ayuda y comprensioacuten mi es

pecial reconocimiento

iii

l QUITO EN EL SIGLO XVIII

La ciudad

Situada a treinta y cinco leguas del oceacuteano Paciacutefico y

enclavada en los Andes ecuatoriales a una altura de dos mil

ochocientos metros se asienta la ciudad de Quito capital de

la real audiencia Guarnecida por los nevados Cayambe y Cotop~

zi se recoje en las faldas del volcaacuten Pichincha de donde sur

gen los guaycos y colinas que son su fundamento Una gran parshy

te de sus edificios se sustenta sobre arqueriacutea y boacutevedas ha

ciendo irregulares sus calles y formando en su longitud cues

tas que suben o bajan del interior de las quebradas a lo al

to de las lomas Dos espaciosos llanos -Turubamba y Antildeaquitoshy

la limitan al sureste y norte con extensiones que oscilan e~

tre tres y dos leguas cubiertos de granjas y terrenos cultishy

vados colinas esmaltadas de flores grandes hatos de ganado

y suelos feacutertiles en pastos Estos se estrechan proporcionalshy

mente a medida que se acercan a Quito formando una ~gosta

garganta~ en donde se situacutea una parte de la ciudad En las

maacutergenes del ejido de Turubamba hay un pequentildeo cerro conocishy

do como Panecillo~ -por que su figura se asemeja a la de un

pan de azuacutecar- del cual se vierten algunos arroyos que unidos

a los manantiales que destila el Pichincha forman el riacuteo Mashy

chaacutengara al que se le transita por un fuerte puente de pieshy

dra y en el de Antildeaquito existe una laguna cuyo diaacutemetro es

de veinte picas~ formada de subterraacuteneas aguas que se filshy

tran de los cercanos cerros 1 (Veacutease Plano 1)

2

Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en

el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du

rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi

rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una

burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy

mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon

traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy

ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de

Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y

Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy

rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~

nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2

El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3

en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten

indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy

gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el

corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada

de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000

habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy

aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre

23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)

Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute

en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~

ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de

la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade

CUADRO NQ 1

POBLACION DE QUITO (1781-1784)

QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE

1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373

QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

1781178217831784

B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje

19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107

Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n

Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos

4

ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~

suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy

ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en

Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite

local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza

del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron

alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles

con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la

tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy

que no era tan facil su conduccioacuten8

Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten

sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las

cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de

Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte

del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital

en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo

y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten

de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy

diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian

los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy

dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~

yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten

y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy

ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma

nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y

pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo

de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-

tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los

patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o

tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A

la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban

allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban

los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall

Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre

todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y

administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy

graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy

blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la

zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica

das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y

la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en

donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy

ron un papel fundamental

Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron

al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~

mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml

tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins

trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas

mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos

es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de

frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~

raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con

tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes

perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y

5

6

que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar

de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que

en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy

mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia

el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica

Los indios por su parte fueron la principal fuerza de

trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como

en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la

de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy

lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy

ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados

el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer

za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de

bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los

oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros

trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~

tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y

activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy

pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy

distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay

otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy

nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos

en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el

pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando

el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy

cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu

ras17(Veacutease LamNQ 2)

Lam NQ 1

Indios aguateros

N

aZ

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

1

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 2: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

INTRODUCCION

1 N D 1 C E

l QUITO EN EL SIGLO XVIII

La ciudadUna etapa en transformacioacuten

11 CONFORMACION DE UNA ELITE LOCAL

Origen y reproduccioacuten de su riquezaFormas de ampliaciloacuten y vinculacioacuten de fortunas- Alianzas familiares La Herencia- La Dote- La Iglesia- Ejeacutercito y Milicias- Compra y arrendamiento de tierras

1

126

42

42494959636567

IIIUN GRUPO HETEROGENEO TERRATENIENTES COMERCIANTES Y MINEROS 89

IV EL EJERCICIO DEL PODER 112

Delimitacioacuten del aacutembito de poder 113Beneficios del ejercicio de poder 123Modificaciones en las relaciones de poder 136

CONCLUSIONES 165

APENDICES 172

FUENTES Y BIBLIOGRAFIA 185

A Rosemariepor el encuentro

en nuestra Historia de ayer y de hoy

INTRODUCCION

Cuando el ciudadano o visitante recorre las antiguas

calles del tradicional casco colonial de Quito no deja

de sorprenderse ante sus magnificos monumentos y pintoresshy

cos rincones cargados de historia y anecdoacuteticos recuerdos

Alrededor de la otrora plaza Mayor hoy Plaza de la Indepe~

dencia pueden verse reunidos a los principales edificios shy

puacuteblicos que durante siglos han constituido las sedes prinshy

cipales de las poliacuteticas administrativas del gobierno civil

y eclesiaacutestico Alliacute estaacuten el Palacio Presidencial la Cate

dral el Municipio y la Curia Metropolitana lugares casi shy

todos que siguen manteniendo un aire de vivencia colonial

Pero no se trata soacutelo del espacio urbano de esta ciu

dad que guarda tradicioacuten y conserva un celo a su pasado

Son los propios habitantes a quienes el ayer y la costum

bre no se escapan de sus manos De todos ellos muc~os sashy

ben el porqueacute otros simplemente los aceptan

Un estudio que pretenda resolver las varias interro

gantes que guarda una realidad social como la quitentildea reshy

quiere de una amplia investigacioacuten histoacuterica que conjugue

un vasto trabajo empiacuterico -sobre todo por la riqueza de

fuentes documentales con que cuentan los archivos de Quitoshy

con un cuerpo metodoloacutegico acorde a las hipoacutetesis planteashy

das

i

Por ello hoy soacutelo hemos iniciado la primera ruta del

largo camino y lo hemos hecho a traveacutes del estudio de uno shy

de los sectores que hacen parte de la estructura social imp~

rante en el Quito colonial la eacutelite quitentildea durante el peshy

riacuteodo 1763-1805 Consideramos que en el nivel micro es posishy

ble delinear de manera maacutes concreta a los grandes y tradicio

nales grupos familiares que integraron este sector dominante

acercaacutendonos particularmente al origen y reproduccioacuten de su

riqueza las formas de vinculacioacuten social que establecieron

el tipo de actividades econoacutemicas a las que se dedicaron y

las relaciones de poder que mantuvieron con el resto de la shy

poblacioacuten a traveacutes de su ejercicio en la administracioacuten poli

tica local

Las aproximaciones que se han podido efectuar respe~

to a esta temaacutetica han partido de la formacioacuten acadeacutemica

recibida en el 1 Programa de Maestriacutea en Historia Andina

organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So

ciales Sede Quito Para los directivos cuerpo de pr9fes~

res y compantildeeros que hicieron posible que eacutesta se llevara a

cabo mi profundo agradecimiento A las colegas del Taller

de ~studios Histoacutericos que durante la etapa de investigashy

cioacuten documental siempre me dieron su mano y me apoyaron en

todo momento para que el presente trabajo pueda concluirse

mi sincero reconocimiento Una especial gratitud para los D

rectores de los Archivos Municipal y Nacional de Historia

sentildeor Francisco Serrano y Doctor Juan Freile Granizo Para

el doctor Carlos Landaacutezuri Camacho mi director de tesis

mi singular agradecimiento

ii

Gracias a una beca obtenida del Instituto de Cooperashy

cioacuten Iberoamericana en Madrid bajo los auspicios de FLAC

SO y la ayuda recibida en el Ministerio de Relaciones Exte

riores el trabajo de sistematizacioacuten de fuentes y redaccioacuten

pudo ser concluido con un mayor reforzamiento Para estas shy

instituciones va mi particular agradecimiento Las tareas

de correccioacuten de borradores y redaccioacuten del texto final ~

fectuadas con el asesoramiento y direccioacuten del Doctor Carshy

los Malamud ha sido una valiosa oportunidad que no olvidashy

reacute Para eacutel un especial agradecimiento Para todos los ami

gas y compantildeeros que me han brindado su apoyo moral y demo~

trado su intereacutes en este trabajo mis eternos agradecimienshy

tos A mi hermana Ligia por su ayuda y comprensioacuten mi es

pecial reconocimiento

iii

l QUITO EN EL SIGLO XVIII

La ciudad

Situada a treinta y cinco leguas del oceacuteano Paciacutefico y

enclavada en los Andes ecuatoriales a una altura de dos mil

ochocientos metros se asienta la ciudad de Quito capital de

la real audiencia Guarnecida por los nevados Cayambe y Cotop~

zi se recoje en las faldas del volcaacuten Pichincha de donde sur

gen los guaycos y colinas que son su fundamento Una gran parshy

te de sus edificios se sustenta sobre arqueriacutea y boacutevedas ha

ciendo irregulares sus calles y formando en su longitud cues

tas que suben o bajan del interior de las quebradas a lo al

to de las lomas Dos espaciosos llanos -Turubamba y Antildeaquitoshy

la limitan al sureste y norte con extensiones que oscilan e~

tre tres y dos leguas cubiertos de granjas y terrenos cultishy

vados colinas esmaltadas de flores grandes hatos de ganado

y suelos feacutertiles en pastos Estos se estrechan proporcionalshy

mente a medida que se acercan a Quito formando una ~gosta

garganta~ en donde se situacutea una parte de la ciudad En las

maacutergenes del ejido de Turubamba hay un pequentildeo cerro conocishy

do como Panecillo~ -por que su figura se asemeja a la de un

pan de azuacutecar- del cual se vierten algunos arroyos que unidos

a los manantiales que destila el Pichincha forman el riacuteo Mashy

chaacutengara al que se le transita por un fuerte puente de pieshy

dra y en el de Antildeaquito existe una laguna cuyo diaacutemetro es

de veinte picas~ formada de subterraacuteneas aguas que se filshy

tran de los cercanos cerros 1 (Veacutease Plano 1)

2

Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en

el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du

rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi

rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una

burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy

mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon

traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy

ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de

Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y

Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy

rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~

nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2

El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3

en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten

indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy

gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el

corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada

de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000

habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy

aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre

23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)

Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute

en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~

ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de

la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade

CUADRO NQ 1

POBLACION DE QUITO (1781-1784)

QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE

1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373

QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

1781178217831784

B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje

19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107

Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n

Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos

4

ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~

suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy

ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en

Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite

local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza

del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron

alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles

con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la

tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy

que no era tan facil su conduccioacuten8

Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten

sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las

cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de

Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte

del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital

en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo

y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten

de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy

diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian

los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy

dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~

yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten

y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy

ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma

nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y

pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo

de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-

tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los

patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o

tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A

la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban

allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban

los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall

Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre

todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y

administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy

graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy

blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la

zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica

das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y

la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en

donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy

ron un papel fundamental

Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron

al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~

mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml

tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins

trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas

mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos

es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de

frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~

raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con

tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes

perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y

5

6

que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar

de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que

en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy

mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia

el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica

Los indios por su parte fueron la principal fuerza de

trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como

en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la

de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy

lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy

ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados

el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer

za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de

bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los

oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros

trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~

tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y

activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy

pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy

distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay

otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy

nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos

en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el

pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando

el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy

cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu

ras17(Veacutease LamNQ 2)

Lam NQ 1

Indios aguateros

N

aZ

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 3: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

A Rosemariepor el encuentro

en nuestra Historia de ayer y de hoy

INTRODUCCION

Cuando el ciudadano o visitante recorre las antiguas

calles del tradicional casco colonial de Quito no deja

de sorprenderse ante sus magnificos monumentos y pintoresshy

cos rincones cargados de historia y anecdoacuteticos recuerdos

Alrededor de la otrora plaza Mayor hoy Plaza de la Indepe~

dencia pueden verse reunidos a los principales edificios shy

puacuteblicos que durante siglos han constituido las sedes prinshy

cipales de las poliacuteticas administrativas del gobierno civil

y eclesiaacutestico Alliacute estaacuten el Palacio Presidencial la Cate

dral el Municipio y la Curia Metropolitana lugares casi shy

todos que siguen manteniendo un aire de vivencia colonial

Pero no se trata soacutelo del espacio urbano de esta ciu

dad que guarda tradicioacuten y conserva un celo a su pasado

Son los propios habitantes a quienes el ayer y la costum

bre no se escapan de sus manos De todos ellos muc~os sashy

ben el porqueacute otros simplemente los aceptan

Un estudio que pretenda resolver las varias interro

gantes que guarda una realidad social como la quitentildea reshy

quiere de una amplia investigacioacuten histoacuterica que conjugue

un vasto trabajo empiacuterico -sobre todo por la riqueza de

fuentes documentales con que cuentan los archivos de Quitoshy

con un cuerpo metodoloacutegico acorde a las hipoacutetesis planteashy

das

i

Por ello hoy soacutelo hemos iniciado la primera ruta del

largo camino y lo hemos hecho a traveacutes del estudio de uno shy

de los sectores que hacen parte de la estructura social imp~

rante en el Quito colonial la eacutelite quitentildea durante el peshy

riacuteodo 1763-1805 Consideramos que en el nivel micro es posishy

ble delinear de manera maacutes concreta a los grandes y tradicio

nales grupos familiares que integraron este sector dominante

acercaacutendonos particularmente al origen y reproduccioacuten de su

riqueza las formas de vinculacioacuten social que establecieron

el tipo de actividades econoacutemicas a las que se dedicaron y

las relaciones de poder que mantuvieron con el resto de la shy

poblacioacuten a traveacutes de su ejercicio en la administracioacuten poli

tica local

Las aproximaciones que se han podido efectuar respe~

to a esta temaacutetica han partido de la formacioacuten acadeacutemica

recibida en el 1 Programa de Maestriacutea en Historia Andina

organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So

ciales Sede Quito Para los directivos cuerpo de pr9fes~

res y compantildeeros que hicieron posible que eacutesta se llevara a

cabo mi profundo agradecimiento A las colegas del Taller

de ~studios Histoacutericos que durante la etapa de investigashy

cioacuten documental siempre me dieron su mano y me apoyaron en

todo momento para que el presente trabajo pueda concluirse

mi sincero reconocimiento Una especial gratitud para los D

rectores de los Archivos Municipal y Nacional de Historia

sentildeor Francisco Serrano y Doctor Juan Freile Granizo Para

el doctor Carlos Landaacutezuri Camacho mi director de tesis

mi singular agradecimiento

ii

Gracias a una beca obtenida del Instituto de Cooperashy

cioacuten Iberoamericana en Madrid bajo los auspicios de FLAC

SO y la ayuda recibida en el Ministerio de Relaciones Exte

riores el trabajo de sistematizacioacuten de fuentes y redaccioacuten

pudo ser concluido con un mayor reforzamiento Para estas shy

instituciones va mi particular agradecimiento Las tareas

de correccioacuten de borradores y redaccioacuten del texto final ~

fectuadas con el asesoramiento y direccioacuten del Doctor Carshy

los Malamud ha sido una valiosa oportunidad que no olvidashy

reacute Para eacutel un especial agradecimiento Para todos los ami

gas y compantildeeros que me han brindado su apoyo moral y demo~

trado su intereacutes en este trabajo mis eternos agradecimienshy

tos A mi hermana Ligia por su ayuda y comprensioacuten mi es

pecial reconocimiento

iii

l QUITO EN EL SIGLO XVIII

La ciudad

Situada a treinta y cinco leguas del oceacuteano Paciacutefico y

enclavada en los Andes ecuatoriales a una altura de dos mil

ochocientos metros se asienta la ciudad de Quito capital de

la real audiencia Guarnecida por los nevados Cayambe y Cotop~

zi se recoje en las faldas del volcaacuten Pichincha de donde sur

gen los guaycos y colinas que son su fundamento Una gran parshy

te de sus edificios se sustenta sobre arqueriacutea y boacutevedas ha

ciendo irregulares sus calles y formando en su longitud cues

tas que suben o bajan del interior de las quebradas a lo al

to de las lomas Dos espaciosos llanos -Turubamba y Antildeaquitoshy

la limitan al sureste y norte con extensiones que oscilan e~

tre tres y dos leguas cubiertos de granjas y terrenos cultishy

vados colinas esmaltadas de flores grandes hatos de ganado

y suelos feacutertiles en pastos Estos se estrechan proporcionalshy

mente a medida que se acercan a Quito formando una ~gosta

garganta~ en donde se situacutea una parte de la ciudad En las

maacutergenes del ejido de Turubamba hay un pequentildeo cerro conocishy

do como Panecillo~ -por que su figura se asemeja a la de un

pan de azuacutecar- del cual se vierten algunos arroyos que unidos

a los manantiales que destila el Pichincha forman el riacuteo Mashy

chaacutengara al que se le transita por un fuerte puente de pieshy

dra y en el de Antildeaquito existe una laguna cuyo diaacutemetro es

de veinte picas~ formada de subterraacuteneas aguas que se filshy

tran de los cercanos cerros 1 (Veacutease Plano 1)

2

Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en

el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du

rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi

rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una

burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy

mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon

traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy

ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de

Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y

Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy

rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~

nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2

El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3

en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten

indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy

gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el

corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada

de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000

habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy

aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre

23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)

Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute

en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~

ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de

la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade

CUADRO NQ 1

POBLACION DE QUITO (1781-1784)

QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE

1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373

QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

1781178217831784

B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje

19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107

Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n

Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos

4

ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~

suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy

ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en

Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite

local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza

del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron

alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles

con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la

tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy

que no era tan facil su conduccioacuten8

Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten

sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las

cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de

Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte

del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital

en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo

y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten

de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy

diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian

los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy

dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~

yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten

y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy

ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma

nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y

pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo

de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-

tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los

patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o

tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A

la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban

allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban

los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall

Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre

todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y

administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy

graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy

blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la

zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica

das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y

la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en

donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy

ron un papel fundamental

Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron

al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~

mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml

tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins

trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas

mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos

es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de

frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~

raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con

tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes

perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y

5

6

que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar

de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que

en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy

mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia

el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica

Los indios por su parte fueron la principal fuerza de

trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como

en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la

de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy

lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy

ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados

el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer

za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de

bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los

oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros

trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~

tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y

activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy

pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy

distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay

otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy

nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos

en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el

pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando

el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy

cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu

ras17(Veacutease LamNQ 2)

Lam NQ 1

Indios aguateros

N

aZ

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

1

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 4: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

INTRODUCCION

Cuando el ciudadano o visitante recorre las antiguas

calles del tradicional casco colonial de Quito no deja

de sorprenderse ante sus magnificos monumentos y pintoresshy

cos rincones cargados de historia y anecdoacuteticos recuerdos

Alrededor de la otrora plaza Mayor hoy Plaza de la Indepe~

dencia pueden verse reunidos a los principales edificios shy

puacuteblicos que durante siglos han constituido las sedes prinshy

cipales de las poliacuteticas administrativas del gobierno civil

y eclesiaacutestico Alliacute estaacuten el Palacio Presidencial la Cate

dral el Municipio y la Curia Metropolitana lugares casi shy

todos que siguen manteniendo un aire de vivencia colonial

Pero no se trata soacutelo del espacio urbano de esta ciu

dad que guarda tradicioacuten y conserva un celo a su pasado

Son los propios habitantes a quienes el ayer y la costum

bre no se escapan de sus manos De todos ellos muc~os sashy

ben el porqueacute otros simplemente los aceptan

Un estudio que pretenda resolver las varias interro

gantes que guarda una realidad social como la quitentildea reshy

quiere de una amplia investigacioacuten histoacuterica que conjugue

un vasto trabajo empiacuterico -sobre todo por la riqueza de

fuentes documentales con que cuentan los archivos de Quitoshy

con un cuerpo metodoloacutegico acorde a las hipoacutetesis planteashy

das

i

Por ello hoy soacutelo hemos iniciado la primera ruta del

largo camino y lo hemos hecho a traveacutes del estudio de uno shy

de los sectores que hacen parte de la estructura social imp~

rante en el Quito colonial la eacutelite quitentildea durante el peshy

riacuteodo 1763-1805 Consideramos que en el nivel micro es posishy

ble delinear de manera maacutes concreta a los grandes y tradicio

nales grupos familiares que integraron este sector dominante

acercaacutendonos particularmente al origen y reproduccioacuten de su

riqueza las formas de vinculacioacuten social que establecieron

el tipo de actividades econoacutemicas a las que se dedicaron y

las relaciones de poder que mantuvieron con el resto de la shy

poblacioacuten a traveacutes de su ejercicio en la administracioacuten poli

tica local

Las aproximaciones que se han podido efectuar respe~

to a esta temaacutetica han partido de la formacioacuten acadeacutemica

recibida en el 1 Programa de Maestriacutea en Historia Andina

organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So

ciales Sede Quito Para los directivos cuerpo de pr9fes~

res y compantildeeros que hicieron posible que eacutesta se llevara a

cabo mi profundo agradecimiento A las colegas del Taller

de ~studios Histoacutericos que durante la etapa de investigashy

cioacuten documental siempre me dieron su mano y me apoyaron en

todo momento para que el presente trabajo pueda concluirse

mi sincero reconocimiento Una especial gratitud para los D

rectores de los Archivos Municipal y Nacional de Historia

sentildeor Francisco Serrano y Doctor Juan Freile Granizo Para

el doctor Carlos Landaacutezuri Camacho mi director de tesis

mi singular agradecimiento

ii

Gracias a una beca obtenida del Instituto de Cooperashy

cioacuten Iberoamericana en Madrid bajo los auspicios de FLAC

SO y la ayuda recibida en el Ministerio de Relaciones Exte

riores el trabajo de sistematizacioacuten de fuentes y redaccioacuten

pudo ser concluido con un mayor reforzamiento Para estas shy

instituciones va mi particular agradecimiento Las tareas

de correccioacuten de borradores y redaccioacuten del texto final ~

fectuadas con el asesoramiento y direccioacuten del Doctor Carshy

los Malamud ha sido una valiosa oportunidad que no olvidashy

reacute Para eacutel un especial agradecimiento Para todos los ami

gas y compantildeeros que me han brindado su apoyo moral y demo~

trado su intereacutes en este trabajo mis eternos agradecimienshy

tos A mi hermana Ligia por su ayuda y comprensioacuten mi es

pecial reconocimiento

iii

l QUITO EN EL SIGLO XVIII

La ciudad

Situada a treinta y cinco leguas del oceacuteano Paciacutefico y

enclavada en los Andes ecuatoriales a una altura de dos mil

ochocientos metros se asienta la ciudad de Quito capital de

la real audiencia Guarnecida por los nevados Cayambe y Cotop~

zi se recoje en las faldas del volcaacuten Pichincha de donde sur

gen los guaycos y colinas que son su fundamento Una gran parshy

te de sus edificios se sustenta sobre arqueriacutea y boacutevedas ha

ciendo irregulares sus calles y formando en su longitud cues

tas que suben o bajan del interior de las quebradas a lo al

to de las lomas Dos espaciosos llanos -Turubamba y Antildeaquitoshy

la limitan al sureste y norte con extensiones que oscilan e~

tre tres y dos leguas cubiertos de granjas y terrenos cultishy

vados colinas esmaltadas de flores grandes hatos de ganado

y suelos feacutertiles en pastos Estos se estrechan proporcionalshy

mente a medida que se acercan a Quito formando una ~gosta

garganta~ en donde se situacutea una parte de la ciudad En las

maacutergenes del ejido de Turubamba hay un pequentildeo cerro conocishy

do como Panecillo~ -por que su figura se asemeja a la de un

pan de azuacutecar- del cual se vierten algunos arroyos que unidos

a los manantiales que destila el Pichincha forman el riacuteo Mashy

chaacutengara al que se le transita por un fuerte puente de pieshy

dra y en el de Antildeaquito existe una laguna cuyo diaacutemetro es

de veinte picas~ formada de subterraacuteneas aguas que se filshy

tran de los cercanos cerros 1 (Veacutease Plano 1)

2

Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en

el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du

rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi

rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una

burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy

mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon

traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy

ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de

Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y

Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy

rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~

nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2

El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3

en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten

indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy

gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el

corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada

de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000

habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy

aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre

23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)

Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute

en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~

ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de

la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade

CUADRO NQ 1

POBLACION DE QUITO (1781-1784)

QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE

1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373

QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

1781178217831784

B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje

19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107

Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n

Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos

4

ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~

suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy

ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en

Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite

local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza

del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron

alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles

con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la

tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy

que no era tan facil su conduccioacuten8

Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten

sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las

cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de

Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte

del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital

en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo

y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten

de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy

diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian

los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy

dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~

yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten

y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy

ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma

nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y

pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo

de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-

tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los

patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o

tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A

la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban

allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban

los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall

Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre

todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y

administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy

graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy

blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la

zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica

das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y

la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en

donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy

ron un papel fundamental

Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron

al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~

mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml

tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins

trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas

mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos

es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de

frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~

raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con

tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes

perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y

5

6

que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar

de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que

en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy

mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia

el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica

Los indios por su parte fueron la principal fuerza de

trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como

en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la

de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy

lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy

ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados

el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer

za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de

bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los

oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros

trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~

tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y

activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy

pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy

distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay

otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy

nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos

en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el

pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando

el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy

cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu

ras17(Veacutease LamNQ 2)

Lam NQ 1

Indios aguateros

N

aZ

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 5: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

Por ello hoy soacutelo hemos iniciado la primera ruta del

largo camino y lo hemos hecho a traveacutes del estudio de uno shy

de los sectores que hacen parte de la estructura social imp~

rante en el Quito colonial la eacutelite quitentildea durante el peshy

riacuteodo 1763-1805 Consideramos que en el nivel micro es posishy

ble delinear de manera maacutes concreta a los grandes y tradicio

nales grupos familiares que integraron este sector dominante

acercaacutendonos particularmente al origen y reproduccioacuten de su

riqueza las formas de vinculacioacuten social que establecieron

el tipo de actividades econoacutemicas a las que se dedicaron y

las relaciones de poder que mantuvieron con el resto de la shy

poblacioacuten a traveacutes de su ejercicio en la administracioacuten poli

tica local

Las aproximaciones que se han podido efectuar respe~

to a esta temaacutetica han partido de la formacioacuten acadeacutemica

recibida en el 1 Programa de Maestriacutea en Historia Andina

organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So

ciales Sede Quito Para los directivos cuerpo de pr9fes~

res y compantildeeros que hicieron posible que eacutesta se llevara a

cabo mi profundo agradecimiento A las colegas del Taller

de ~studios Histoacutericos que durante la etapa de investigashy

cioacuten documental siempre me dieron su mano y me apoyaron en

todo momento para que el presente trabajo pueda concluirse

mi sincero reconocimiento Una especial gratitud para los D

rectores de los Archivos Municipal y Nacional de Historia

sentildeor Francisco Serrano y Doctor Juan Freile Granizo Para

el doctor Carlos Landaacutezuri Camacho mi director de tesis

mi singular agradecimiento

ii

Gracias a una beca obtenida del Instituto de Cooperashy

cioacuten Iberoamericana en Madrid bajo los auspicios de FLAC

SO y la ayuda recibida en el Ministerio de Relaciones Exte

riores el trabajo de sistematizacioacuten de fuentes y redaccioacuten

pudo ser concluido con un mayor reforzamiento Para estas shy

instituciones va mi particular agradecimiento Las tareas

de correccioacuten de borradores y redaccioacuten del texto final ~

fectuadas con el asesoramiento y direccioacuten del Doctor Carshy

los Malamud ha sido una valiosa oportunidad que no olvidashy

reacute Para eacutel un especial agradecimiento Para todos los ami

gas y compantildeeros que me han brindado su apoyo moral y demo~

trado su intereacutes en este trabajo mis eternos agradecimienshy

tos A mi hermana Ligia por su ayuda y comprensioacuten mi es

pecial reconocimiento

iii

l QUITO EN EL SIGLO XVIII

La ciudad

Situada a treinta y cinco leguas del oceacuteano Paciacutefico y

enclavada en los Andes ecuatoriales a una altura de dos mil

ochocientos metros se asienta la ciudad de Quito capital de

la real audiencia Guarnecida por los nevados Cayambe y Cotop~

zi se recoje en las faldas del volcaacuten Pichincha de donde sur

gen los guaycos y colinas que son su fundamento Una gran parshy

te de sus edificios se sustenta sobre arqueriacutea y boacutevedas ha

ciendo irregulares sus calles y formando en su longitud cues

tas que suben o bajan del interior de las quebradas a lo al

to de las lomas Dos espaciosos llanos -Turubamba y Antildeaquitoshy

la limitan al sureste y norte con extensiones que oscilan e~

tre tres y dos leguas cubiertos de granjas y terrenos cultishy

vados colinas esmaltadas de flores grandes hatos de ganado

y suelos feacutertiles en pastos Estos se estrechan proporcionalshy

mente a medida que se acercan a Quito formando una ~gosta

garganta~ en donde se situacutea una parte de la ciudad En las

maacutergenes del ejido de Turubamba hay un pequentildeo cerro conocishy

do como Panecillo~ -por que su figura se asemeja a la de un

pan de azuacutecar- del cual se vierten algunos arroyos que unidos

a los manantiales que destila el Pichincha forman el riacuteo Mashy

chaacutengara al que se le transita por un fuerte puente de pieshy

dra y en el de Antildeaquito existe una laguna cuyo diaacutemetro es

de veinte picas~ formada de subterraacuteneas aguas que se filshy

tran de los cercanos cerros 1 (Veacutease Plano 1)

2

Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en

el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du

rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi

rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una

burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy

mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon

traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy

ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de

Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y

Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy

rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~

nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2

El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3

en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten

indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy

gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el

corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada

de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000

habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy

aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre

23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)

Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute

en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~

ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de

la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade

CUADRO NQ 1

POBLACION DE QUITO (1781-1784)

QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE

1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373

QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

1781178217831784

B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje

19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107

Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n

Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos

4

ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~

suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy

ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en

Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite

local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza

del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron

alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles

con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la

tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy

que no era tan facil su conduccioacuten8

Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten

sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las

cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de

Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte

del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital

en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo

y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten

de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy

diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian

los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy

dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~

yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten

y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy

ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma

nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y

pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo

de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-

tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los

patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o

tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A

la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban

allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban

los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall

Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre

todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y

administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy

graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy

blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la

zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica

das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y

la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en

donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy

ron un papel fundamental

Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron

al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~

mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml

tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins

trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas

mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos

es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de

frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~

raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con

tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes

perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y

5

6

que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar

de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que

en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy

mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia

el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica

Los indios por su parte fueron la principal fuerza de

trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como

en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la

de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy

lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy

ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados

el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer

za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de

bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los

oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros

trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~

tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y

activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy

pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy

distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay

otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy

nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos

en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el

pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando

el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy

cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu

ras17(Veacutease LamNQ 2)

Lam NQ 1

Indios aguateros

N

aZ

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 6: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

Gracias a una beca obtenida del Instituto de Cooperashy

cioacuten Iberoamericana en Madrid bajo los auspicios de FLAC

SO y la ayuda recibida en el Ministerio de Relaciones Exte

riores el trabajo de sistematizacioacuten de fuentes y redaccioacuten

pudo ser concluido con un mayor reforzamiento Para estas shy

instituciones va mi particular agradecimiento Las tareas

de correccioacuten de borradores y redaccioacuten del texto final ~

fectuadas con el asesoramiento y direccioacuten del Doctor Carshy

los Malamud ha sido una valiosa oportunidad que no olvidashy

reacute Para eacutel un especial agradecimiento Para todos los ami

gas y compantildeeros que me han brindado su apoyo moral y demo~

trado su intereacutes en este trabajo mis eternos agradecimienshy

tos A mi hermana Ligia por su ayuda y comprensioacuten mi es

pecial reconocimiento

iii

l QUITO EN EL SIGLO XVIII

La ciudad

Situada a treinta y cinco leguas del oceacuteano Paciacutefico y

enclavada en los Andes ecuatoriales a una altura de dos mil

ochocientos metros se asienta la ciudad de Quito capital de

la real audiencia Guarnecida por los nevados Cayambe y Cotop~

zi se recoje en las faldas del volcaacuten Pichincha de donde sur

gen los guaycos y colinas que son su fundamento Una gran parshy

te de sus edificios se sustenta sobre arqueriacutea y boacutevedas ha

ciendo irregulares sus calles y formando en su longitud cues

tas que suben o bajan del interior de las quebradas a lo al

to de las lomas Dos espaciosos llanos -Turubamba y Antildeaquitoshy

la limitan al sureste y norte con extensiones que oscilan e~

tre tres y dos leguas cubiertos de granjas y terrenos cultishy

vados colinas esmaltadas de flores grandes hatos de ganado

y suelos feacutertiles en pastos Estos se estrechan proporcionalshy

mente a medida que se acercan a Quito formando una ~gosta

garganta~ en donde se situacutea una parte de la ciudad En las

maacutergenes del ejido de Turubamba hay un pequentildeo cerro conocishy

do como Panecillo~ -por que su figura se asemeja a la de un

pan de azuacutecar- del cual se vierten algunos arroyos que unidos

a los manantiales que destila el Pichincha forman el riacuteo Mashy

chaacutengara al que se le transita por un fuerte puente de pieshy

dra y en el de Antildeaquito existe una laguna cuyo diaacutemetro es

de veinte picas~ formada de subterraacuteneas aguas que se filshy

tran de los cercanos cerros 1 (Veacutease Plano 1)

2

Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en

el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du

rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi

rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una

burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy

mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon

traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy

ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de

Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y

Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy

rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~

nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2

El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3

en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten

indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy

gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el

corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada

de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000

habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy

aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre

23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)

Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute

en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~

ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de

la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade

CUADRO NQ 1

POBLACION DE QUITO (1781-1784)

QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE

1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373

QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

1781178217831784

B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje

19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107

Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n

Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos

4

ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~

suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy

ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en

Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite

local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza

del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron

alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles

con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la

tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy

que no era tan facil su conduccioacuten8

Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten

sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las

cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de

Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte

del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital

en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo

y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten

de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy

diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian

los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy

dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~

yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten

y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy

ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma

nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y

pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo

de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-

tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los

patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o

tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A

la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban

allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban

los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall

Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre

todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y

administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy

graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy

blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la

zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica

das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y

la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en

donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy

ron un papel fundamental

Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron

al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~

mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml

tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins

trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas

mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos

es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de

frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~

raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con

tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes

perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y

5

6

que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar

de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que

en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy

mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia

el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica

Los indios por su parte fueron la principal fuerza de

trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como

en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la

de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy

lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy

ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados

el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer

za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de

bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los

oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros

trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~

tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y

activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy

pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy

distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay

otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy

nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos

en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el

pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando

el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy

cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu

ras17(Veacutease LamNQ 2)

Lam NQ 1

Indios aguateros

N

aZ

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 7: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

l QUITO EN EL SIGLO XVIII

La ciudad

Situada a treinta y cinco leguas del oceacuteano Paciacutefico y

enclavada en los Andes ecuatoriales a una altura de dos mil

ochocientos metros se asienta la ciudad de Quito capital de

la real audiencia Guarnecida por los nevados Cayambe y Cotop~

zi se recoje en las faldas del volcaacuten Pichincha de donde sur

gen los guaycos y colinas que son su fundamento Una gran parshy

te de sus edificios se sustenta sobre arqueriacutea y boacutevedas ha

ciendo irregulares sus calles y formando en su longitud cues

tas que suben o bajan del interior de las quebradas a lo al

to de las lomas Dos espaciosos llanos -Turubamba y Antildeaquitoshy

la limitan al sureste y norte con extensiones que oscilan e~

tre tres y dos leguas cubiertos de granjas y terrenos cultishy

vados colinas esmaltadas de flores grandes hatos de ganado

y suelos feacutertiles en pastos Estos se estrechan proporcionalshy

mente a medida que se acercan a Quito formando una ~gosta

garganta~ en donde se situacutea una parte de la ciudad En las

maacutergenes del ejido de Turubamba hay un pequentildeo cerro conocishy

do como Panecillo~ -por que su figura se asemeja a la de un

pan de azuacutecar- del cual se vierten algunos arroyos que unidos

a los manantiales que destila el Pichincha forman el riacuteo Mashy

chaacutengara al que se le transita por un fuerte puente de pieshy

dra y en el de Antildeaquito existe una laguna cuyo diaacutemetro es

de veinte picas~ formada de subterraacuteneas aguas que se filshy

tran de los cercanos cerros 1 (Veacutease Plano 1)

2

Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en

el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du

rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi

rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una

burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy

mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon

traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy

ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de

Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y

Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy

rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~

nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2

El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3

en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten

indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy

gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el

corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada

de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000

habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy

aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre

23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)

Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute

en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~

ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de

la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade

CUADRO NQ 1

POBLACION DE QUITO (1781-1784)

QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE

1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373

QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

1781178217831784

B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje

19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107

Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n

Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos

4

ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~

suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy

ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en

Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite

local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza

del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron

alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles

con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la

tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy

que no era tan facil su conduccioacuten8

Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten

sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las

cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de

Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte

del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital

en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo

y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten

de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy

diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian

los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy

dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~

yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten

y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy

ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma

nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y

pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo

de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-

tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los

patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o

tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A

la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban

allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban

los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall

Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre

todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y

administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy

graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy

blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la

zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica

das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y

la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en

donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy

ron un papel fundamental

Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron

al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~

mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml

tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins

trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas

mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos

es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de

frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~

raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con

tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes

perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y

5

6

que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar

de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que

en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy

mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia

el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica

Los indios por su parte fueron la principal fuerza de

trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como

en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la

de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy

lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy

ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados

el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer

za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de

bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los

oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros

trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~

tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y

activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy

pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy

distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay

otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy

nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos

en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el

pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando

el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy

cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu

ras17(Veacutease LamNQ 2)

Lam NQ 1

Indios aguateros

N

aZ

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 8: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

2

Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en

el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du

rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi

rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una

burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy

mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon

traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy

ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de

Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y

Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy

rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~

nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2

El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3

en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten

indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy

gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el

corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada

de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000

habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy

aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre

23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)

Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute

en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~

ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de

la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade

CUADRO NQ 1

POBLACION DE QUITO (1781-1784)

QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE

1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373

QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

1781178217831784

B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje

19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107

Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n

Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos

4

ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~

suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy

ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en

Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite

local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza

del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron

alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles

con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la

tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy

que no era tan facil su conduccioacuten8

Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten

sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las

cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de

Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte

del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital

en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo

y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten

de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy

diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian

los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy

dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~

yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten

y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy

ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma

nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y

pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo

de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-

tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los

patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o

tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A

la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban

allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban

los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall

Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre

todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y

administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy

graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy

blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la

zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica

das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y

la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en

donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy

ron un papel fundamental

Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron

al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~

mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml

tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins

trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas

mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos

es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de

frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~

raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con

tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes

perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y

5

6

que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar

de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que

en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy

mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia

el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica

Los indios por su parte fueron la principal fuerza de

trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como

en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la

de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy

lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy

ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados

el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer

za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de

bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los

oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros

trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~

tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y

activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy

pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy

distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay

otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy

nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos

en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el

pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando

el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy

cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu

ras17(Veacutease LamNQ 2)

Lam NQ 1

Indios aguateros

N

aZ

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 9: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

CUADRO NQ 1

POBLACION DE QUITO (1781-1784)

QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE

1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373

QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS

1781178217831784

B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje

19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107

Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n

Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos

4

ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~

suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy

ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en

Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite

local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza

del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron

alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles

con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la

tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy

que no era tan facil su conduccioacuten8

Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten

sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las

cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de

Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte

del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital

en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo

y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten

de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy

diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian

los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy

dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~

yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten

y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy

ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma

nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y

pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo

de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-

tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los

patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o

tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A

la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban

allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban

los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall

Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre

todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y

administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy

graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy

blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la

zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica

das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y

la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en

donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy

ron un papel fundamental

Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron

al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~

mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml

tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins

trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas

mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos

es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de

frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~

raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con

tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes

perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y

5

6

que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar

de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que

en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy

mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia

el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica

Los indios por su parte fueron la principal fuerza de

trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como

en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la

de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy

lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy

ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados

el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer

za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de

bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los

oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros

trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~

tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y

activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy

pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy

distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay

otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy

nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos

en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el

pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando

el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy

cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu

ras17(Veacutease LamNQ 2)

Lam NQ 1

Indios aguateros

N

aZ

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 10: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

4

ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~

suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy

ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en

Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite

local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza

del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron

alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles

con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la

tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy

que no era tan facil su conduccioacuten8

Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten

sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las

cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de

Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte

del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital

en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo

y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten

de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy

diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian

los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy

dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~

yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten

y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy

ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma

nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y

pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo

de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-

tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los

patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o

tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A

la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban

allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban

los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall

Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre

todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y

administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy

graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy

blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la

zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica

das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y

la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en

donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy

ron un papel fundamental

Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron

al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~

mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml

tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins

trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas

mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos

es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de

frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~

raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con

tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes

perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y

5

6

que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar

de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que

en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy

mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia

el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica

Los indios por su parte fueron la principal fuerza de

trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como

en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la

de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy

lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy

ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados

el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer

za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de

bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los

oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros

trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~

tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y

activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy

pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy

distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay

otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy

nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos

en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el

pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando

el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy

cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu

ras17(Veacutease LamNQ 2)

Lam NQ 1

Indios aguateros

N

aZ

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 11: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los

patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o

tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A

la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban

allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban

los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall

Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre

todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y

administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy

graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy

blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la

zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica

das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y

la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en

donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy

ron un papel fundamental

Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron

al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~

mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml

tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins

trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas

mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos

es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de

frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~

raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con

tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes

perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y

5

6

que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar

de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que

en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy

mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia

el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica

Los indios por su parte fueron la principal fuerza de

trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como

en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la

de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy

lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy

ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados

el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer

za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de

bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los

oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros

trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~

tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y

activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy

pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy

distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay

otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy

nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos

en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el

pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando

el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy

cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu

ras17(Veacutease LamNQ 2)

Lam NQ 1

Indios aguateros

N

aZ

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

1

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 12: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

6

que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar

de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que

en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy

mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia

el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica

Los indios por su parte fueron la principal fuerza de

trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como

en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la

de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy

lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy

ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados

el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer

za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de

bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los

oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros

trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~

tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y

activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy

pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy

distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay

otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy

nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos

en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el

pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando

el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy

cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu

ras17(Veacutease LamNQ 2)

Lam NQ 1

Indios aguateros

N

aZ

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 13: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

Lam NQ 1

Indios aguateros

N

aZ

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 14: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

N

aZ

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 15: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

9

En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy

ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando

en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices

Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada

oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy

vigiladas por el cabildo 18

Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~

taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea

como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se

cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy

liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero

de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie

rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia

de Quito

Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy

una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea

juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas

coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa

solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy

personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy

taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy

gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~

to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti

dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la

ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia

las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 16: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

10

que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a

rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los

fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy

en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy

nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy

dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy

les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones

asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el

nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~

te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy

nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social

y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)

Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan

tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo

tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~

tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy

Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban

La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas

Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy

y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el

deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy

minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy

tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al

tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~

ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia

a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan

profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

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MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 17: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

-L a m NQ 3

F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 18: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

12

tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual

Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que

tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la

sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos

como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte

de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten

de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so

ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy

pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie

ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu

nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue

ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto

es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos

hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que

expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando

caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu

ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy

ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era

una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades

para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad

A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares

y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy

breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~

dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy

viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy

ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando

de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 19: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

13

los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran

culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~

der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy

das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~

caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el

escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron

exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy

ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia

las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai

les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25

Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre

este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes

marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas

familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde

eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy

portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~

cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r

obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas

por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas

dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy

dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy

monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas

por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el

nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle

vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de

mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas

o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 20: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

14

el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy

resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma

trimonial de la eacutepoca 2 7

De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del

sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute

la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de

las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy

las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con

otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu

rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como

muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy

noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy

ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser

administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica

tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de

acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in

cremento de los precios en las transacciones de compra delas

haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29

En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia

la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo

Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~

toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~

ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las

frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy

bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de

una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 21: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

15

arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi

nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy

les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~

cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con

mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~

ninsulares y criollos 3 1

No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en

donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy

llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces

de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~

rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad

un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~

rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano

del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite

criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy

rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil

do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de

reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute

que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy

de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~

presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy

tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~

voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute

frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor

control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en

parte- a finales del siglo

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 22: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

16

En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~

bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me

didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy

sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten

del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~

nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios

de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~

se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del

riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier

ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad

como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~

diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten

de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy

so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su

vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales

que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~

laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du

rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron

el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que

requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se

financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos

estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy

terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y

la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios

caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli

la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im

puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado

a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 23: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

17

ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy

mentos de dificultad

De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in

digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda

una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re

gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~

te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca

nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba

los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37

Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~

mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex

plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar

el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado

que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca

al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio

para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy

tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte

del sistema de mercad0 38

Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera

(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone

a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy

miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy

dad 39

En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~

ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 24: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

18

domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy

cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las

cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~

de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy

cializoacute en forma independiente 40

La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ

nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy

rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~

nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy

tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas

(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~

tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy

tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos

a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio

de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2

Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom

respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad

o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy

quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una

intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo

tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~

riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al

contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado

rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los

controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor

maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de

subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 25: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

19

te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta

interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45

Finalmente como otros establecimientos comerciales en la

ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho

tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy

les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto

a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo

tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy

viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados

durante la etapa 1768-1775 4 6

A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y

econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~

da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha

cia el contexto general

- - -- -- -------

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

1

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 26: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

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MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

1

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 27: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

MAPA 1

Haciendas a fines de la colonia

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

1

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 28: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 29: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 30: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 31: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

Pad~on hecho en el antildeO de 17 S3 del nu~o Je Aln1~Ciudad de S E-rancisco del deguito vsraquo COncolmiddottnicnto con al

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Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 32: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

--~

TOtal de MalrimoniacuteOs ~ lOta1 de Alma ~~

------- J7S7J ~~

-iexcl

~

i

Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 33: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

Una etapa en transformacioacuten

Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al

siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria

representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~

nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~

so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las

regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de

esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy

1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy

broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo

(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia

1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy

fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en

principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~

lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~

ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy

cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute

satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~

nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se

trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy

militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos

contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean

articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~

regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy

la demanda con sus propios productos 48

La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del

contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 34: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

27

los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~

tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a

la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute

los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy

siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla

ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy

frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy

der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia

del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo

nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que

iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes

econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con

nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy

dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy

riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~

ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE

me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~

mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es

pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de

su virreinat04 9

Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir

tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la

lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy

no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos

a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su

posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy

tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 35: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

28

econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE

se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~

pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con

jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y

social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al

centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la

siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy

de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura

de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy

go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~

cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el

aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy

siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy

suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~

te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy

zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio

y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales

estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy

veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con

familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52

Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~

cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio

de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~

merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~

so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por

otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que

se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 36: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

29

histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea

de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3

De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~

tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo

sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda

mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-

cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el

panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la

primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-

ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a

la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente

coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas

o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90

en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-

das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los

archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1

do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~

puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-

gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la

historia andina colonial

Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-

larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta

uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri

mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~

Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci

miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de

las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 37: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

30

descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si

tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su

objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine

r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita

dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy

guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy

siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a

Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y

ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana

cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a

decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy

larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy

apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y

con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil

pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy

sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~

gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~

cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda

de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia

del informe

Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la

Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas

trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~

sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy

ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~

diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi

ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 38: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

31

se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con

abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu

tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti

cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas

pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen

tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy

do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~

cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al

tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy

costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no

implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten

estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy

ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy

terior de las comunidades62

En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy

causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII

la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando

el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy

haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita

por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en

tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade

es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute

esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro

pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-

to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy

tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a

la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

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6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 39: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

32

Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam

poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan

do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa

que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable

y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~

so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y

por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto

principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien

do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados

71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias

para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te

mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en

frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy

nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos

de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente

del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y

censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los

que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca

Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~

gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy

bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy

otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi

nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy

ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene

ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de

sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu

yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero

33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

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31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
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33

de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy

mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que

la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio

nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7

Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy

nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con

diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de

51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la

venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~

res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1

mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los

cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de

Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~

zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy

xicanos y peruanos 68

iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales

fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia

de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por

falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer

una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el

panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta

pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy

los problemas mas especiacuteficos

Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso

ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma

34

nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
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nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy

del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy

da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~

mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la

reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy

otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase

social que por encima de todo constituye una realidad temporal

definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que

soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen

en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial

de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy

sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los

destinos individuales71

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

36

6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
Page 42: FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES · recibida en el 1 Programa de Maestría en Historia Andina, organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So ciales, Sede

N O T A S

1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~

nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272

2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100

3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)

4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos

5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas

6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que

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6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

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14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

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31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
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6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~

ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76

7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~

ta Nacional Quito 1922 p 21

8 Ibid

9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~

drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231

10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~

rica IGM Quito 1983 p128

11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123

12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21

13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~

lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91

37

14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
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14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente

15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78

16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116

17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78

18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ

19 l Barrera Quito Colonial p21

20 Ibid Cap 111 p26

21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805

22 Cfr relaciones citadas

23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987

24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400

25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12

26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984

27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984

28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174

29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo

30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~

fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~

ca IGM Quito 1983 p 124

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31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
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38

31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~

dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales

32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo

33 Ibid

34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~

bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175

35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176

36 Minchom La Economia p176

37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986

38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177

39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito

40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~

poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~

dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781

41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~

de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute

39

41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

40

50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
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41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~

ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban

velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722

42 Minchom La Economiacutea p181

43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -

44 Minchom La Economiacutea p181

45 Ibid

46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98

47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102

48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982

49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984

50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa

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50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

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50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987

51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~

bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984

52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo

53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~

jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825

54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9

55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito

56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259

57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur

58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87

59 Citado por Ibid p67

60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]

61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema

62 Ibid p105

41

63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

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    • 01 Iacutendice Introduccioacuten
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63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ

64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7

65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo

66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13

67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640

68 Ibid

69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34

70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984

71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia

  • 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
    • 01 Iacutendice Introduccioacuten