Eyes Of Angels—No tienes por qué disculparte, mi niña. Nada a lo que temer tampoco. Yo haré que...
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Staff
Moderadora de Moderadora de
Traducción: Corrección:
Beautifuliarx Beautifuliarx
Traducción: Corrección:
Katiliz94 Indira17
Baluki Beautifuliarx
Ladypandora ♥Karen♥
Beautifuliarx Desafio89
Nishta LilikaBaez
MewHiine♥ Edgli
Roo Alishiacheryl
Aldara Ale Rose
Mica Katiliz94
Athemis Hanna Marl
LilikaBaez
Candas_12 Revisión General:
Nanami27 Reyna Cipriano
Edgli Indira17
Ale Rose candas_12
Yamira Alicadi
TheRabble
Musher Diseño:
MaryLuna Hanna Marl
Deby92
Hanna Marl
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Contenido
Sinopsis .............................................................................................. 5
Prólogo................................................................................................ 6
Capítulo 1 ........................................................................................... 8
Capítulo 2 ......................................................................................... 11
Capítulo 3 ......................................................................................... 19
Capítulo 4 ......................................................................................... 38
Capítulo 5 ......................................................................................... 50
Capítulo 6 ......................................................................................... 78
Capítulo 7 ......................................................................................... 85
Capítulo 8 ......................................................................................... 98
Capítulo 9 ....................................................................................... 112
Capítulo 10 ..................................................................................... 125
Capítulo 11 ..................................................................................... 144
Capítulo 12 ..................................................................................... 155
Capítulo 13 ..................................................................................... 164
Capítulo 14 ..................................................................................... 177
Capítulo15 ...................................................................................... 192
Capítulo 16 ..................................................................................... 203
Capítulo 17 ..................................................................................... 216
Capítulo 18 ..................................................................................... 228
Capítulo 19 ..................................................................................... 235
Capítulo 20 ..................................................................................... 248
Capítulo 21 ..................................................................................... 256
Capítulo 22 ..................................................................................... 268
Capítulo 23 ..................................................................................... 284
Capítulo 24 ..................................................................................... 294
Capítulo 25 ..................................................................................... 308
Capítulo 26 ..................................................................................... 318
Capítulo 27 ..................................................................................... 341
Capítulo 28 ..................................................................................... 358
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Capítulo 29 ..................................................................................... 367
Capítulo 30 ..................................................................................... 383
Capítulo 31 ..................................................................................... 386
Capítulo 32 ..................................................................................... 399
Capítulo 33 ..................................................................................... 404
Capítulo 34 ..................................................................................... 412
Capítulo 35 ..................................................................................... 422
Capítulo 36 ..................................................................................... 429
Capítulo 37 ..................................................................................... 440
Capítulo 38 ..................................................................................... 445
Capítulo 39 ..................................................................................... 456
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Sinopsis
lory viene de una familia de brujas y vive bajo la ley. Está
desesperada por desarrollar sus poderes y convertirse en
una bruja. Lucas es el hijo del Jefe Fiscal de la
Inquisición—el enemigo mortal de las brujas— y su vida
privilegiada es muy diferente al prohibido mundo en el que vive.
Y entonces, en el mismo dia, les llega a los dos. Glory y Lucas
desarrollan la Fae—la marca de la bruja. En un solo golpe, sus
vidas están inextricablemente unidas, les guste o no...
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Prólogo
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Las paredes de la Cámara de Quema eran altas y con
azulejos blancos, su techo una gran chimenea.
Si tan solo la joven bruja en la estaca pudiera ver la gran
chimenea. Si tan solo la joven bruja en la estaca hubiera sido
capaz de buscar el final de la chimenea, habría sido capaz de
vislumbrar el panel distante del cielo.
En cambio, ella miró al frente. Había un panel de cristal frente a
ella, y las formas oscuras de los inquisidores detrás. Uno de ellos
tenía la mano en el interruptor, listo para encender la mecha.
Ella no podía hablar ni moverse. Su cuerpo se había quedado
rígido por la droga que le habían dado para quedarse inmóvil e
insensible durante toda su ejecución. Su reflejo en el cristal
estaba en calma. Todo estaba tranquilo y ordenado,
exactamente como debería ser. En cuyo caso... ¿debería ella
de ser consciente del material al que estaba sujeta, o sentir el
frío de las baldosas?
Apoyada en el centro de la hoguera, era consciente del peso
de la madera.
El corazón de la bruja comenzó a ir más rápido. Esto no estaba
bien.
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Algo debe de haber salido mal. La droga no estaba
funcionando correctamente. Tenía que decírselos antes de que
empezara. Tenía que decírselos, les tenía que explicar…
Pero su lengua no se movía. Sus ojos estaban totalmente
abiertos y su boca totalmente cerrada. El miedo era sofocante,
pero ella no podía hacer nada. Su cara reflejada en el cristal
parecía en paz, mientras que cada nervio, cada músculo, cada
pulso de su corazón y cerebro gritaban PARAD.
La madera empezó a arder.
No, esperad, por favor esperad…
Una pequeña llama amarilla empezó a bailar hacia arriba.
Y el humo se elevaba. El calor floreció, se intensificó.
Detrás del cristal borroso, la audiencia invisible estaba
esperando.
Alguien que me ayude, oh Dios, por favor parad, parad, parad.
Tentáculos y espirales de fuego. Sus ojos le ardían del humo, su
pelo rubio estaba ya ondeando en llamas. Y en cualquier
momento el fuego se estaría comiendo su piel. Ella gritaba y
gritaba ahora, sin hacer ruido…
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Capítulo 1
Traducido por beautifuliarx
Corregido por beautifuliarx
n la cama, Gloria estaba gritando también, su cuerpo
golpeando a la nada en la habitación iluminada por la
luna.
Una alta sombra apareció por la puerta. La luz le iluminó
después.
—Se acabó— dijo su padre, acercándose a la cama y
envolviéndola en sus brazos—. Tranquila, estás a salvo. Era solo
un sueño.— El apartó un mechón de pelo manchado de sudor
que estaba en su cara mientras ella se estremecía y se quedaba
sin aliento—¿Era el de la Cámara de Quema otra vez?
Gloria asintió. Ella tenía ocho años y ha tenido la misma
pesadilla por mucho más tiempo de lo que ella pueda recordar.
—Lo siento— susurró ella. Golpes y gruñidos se oían a través de
las paredes donde los demás residentes del edificio vivían.
—No tienes por qué disculparte, mi niña. Nada a lo que temer
tampoco. Yo haré que esa pesadilla desaparezca.
Pero al final siempre era igual. Mientras Gloria se hacía mayor,
ella aprendió a controlar sus despertares bruscos y a no molestar
a la casa con sus llantos. El terror tampoco disminuía. El sueño
parecía tan real; momentos después, ella podía oler el exceso
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de humo pegado a su pelo.
Su padre creía en la posibilidad de que ella pudiera terminar
con eso. En los primero años, él trató que ella le explicara
correctamente, y hablar de lo que creían que la llevaba a soñar
aquello. Pero incluso cuando era pequeña, ella estaba
avergonzada de su debilidad, negándose a visitar de nuevo al
pánico de la noche. Y el sueño de la Cámara de Quema
estaba enlazado a dos secretos que su padre no debería de
saber.
El primero era la imagen del panel de vidrio. En el sueño, Gloria
era la bruja de la estaca, y aún así, la cara que se reflejaba era
la de su madre. Ella la reconocía por fotografías, no por
acordarse de ella. Edie, la madre de Gloria desapareció
cuando ella tenía tres años.
La despedida de Edie Starling a su marido y a su hija había
sido una única línea escrita en una tarjeta postal, que dejó en el
felpudo la mañana que salió de sus vidas, y tal vez de la suya
propia, para siempre.
Os quiero, pero es mejor si me voy. Perdonadme.
Eso fue lo último que ellos o cualquier persona supo de ella.
—Seguro que se ha fugado con algún otro hombre—
especulaban algunos vecinos.
—Se hizo daño a sí misma— decían otros.
—Demasiado débil para la vida en familia— declaraban el
resto.
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Cualquiera de esas cosas podía ser verdad, pero lo que sea
que fuera la madre de Gloria, era también una bruja. Del tipo
ilegal: Sin registrar, sin licencia y buscada por la Inquisición.
Y este era el segundo secreto de Gloria: Ese sueño de su madre
siendo quemada se sentía tan real por que su madre había sido
cazada por la Inquisición, porque eso era verdad.
Sin embargo, a pesar de ello, cuando la pesadilla terminaba,
después de que ella se hubiera calmado y secado las lágrimas,
esperaba a que la casa estuviera quieta de nuevo. Entonces
ella escalaría fuera de la cama hacia la ventana de su ático.
Miraría a los tejados revueltos de Londres, el brillo fantasmal de
las luces de la calle y a la oscuridad por arriba.
Y Gloriana Starling Wilde levantaría la barbilla, tomaría una
respiración profunda y desafiante y diría la misma oración que
había dicho desde que ella podía recordar.
Por favor, Dios. . . Cuando crezca, hazme bruja.
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Capítulo 2
Traducido por katiliz94
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a primera vez que Lucas vio una bruja arder, el tenía diez
años. Gran Bretaña no había realizado una quema
pública por más de tres años, y el incidente dominó los
titulares durante semanas.
—Repugnante fango agitador— había susurrado su padre, aún
arrastrando otro espeluznante suplemento de periódico fuera
de la mesa de desayuno.
Como el Principal Fiscal del Tribunal de la Inquisición, Ashton
Stearne había sido fundamental en traer a la culpable bruja
ante la justicia. Lucas había esperado con impaciencia decir en
el colegio, “No lo veréis en las noticias, pero mi padre dice…”
De cualquier forma, su padre se mantuvo callado sobre los
detalles. El caso había pasado factura a todos los involucrados.
La muerte en la hoguera estaba reservada para los peores
crimines de brujas (asesinato en primer grado, traición,
terrorismo), y esto era particularmente horrible. Bernard Tynan
había usado hechizos para atraer a las jóvenes estudiantes a su
casa, donde las había asesinado.
Ashton Stearne fue el único de los oficiales que supervisaría la
quema en una cárcel secreta de la Inquisición. Sería filmado
para que el público pudiera verlo en vivo en pantallas al aire
libre. Aunque su padre no había prohibido a Lucas verlo, Lucas
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sabía que él no lo concebiría. No era porque Ashton pensase
que su hijo era muy joven o muy delicado, sino porque
desaprobaba las ejecuciones públicas sobre la ley. Complacían
a la peor chusma, el decía.
Era cierto que el pueblo estuvo agrupado durante horas para
conseguir un espacio de visión. La audiencia estaba
fuertemente vigilada. Por supuesto, casi tan pronto como la
película comenzó, alguien lograría subir un video ilegal de ello
en la web. Pero ver alguna borrosa versión pirata sería
defraudador, sintió Lucas. Si él iba a presenciar una hoguera,
quería que fuera como parte de un evento oficial, con todo el
sentido de la apegada ocasión.
Y cuando su amigo Michael le invito para verla en Trafalgar
Square, en un lugar privilegiado en el tejado de la oficina de su
padre, la oportunidad fue muy buena para resistirse.
Un coche recogió a los dos chicos del colegio el viernes por la
tarde. Ambos estaban emocionados y nerviosos, e intentaban
esconderlo.
Michael no había invitado a nadie más de su clase. Él y Lucas
no eran especialmente cerrados pero cuando una secretaria les
guió hacia el seguro tejado de la empresa en la terraza Sr. Allen
le saludo como a un viejo amigo de la familia.
—¡Aha! ¡Maestro Lucas!— Tronó el—. ¡Aquí estas!— Se volvió
hacia sus colegas e invitados—. Es su padre al que tenemos que
agradecer por la quema de hoy, ya sabéis. Este es el chico de
Ashton Stearne.
El otro hombre le miro admirado.
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—Tu viejo padre merece un título de caballero por esto— dijo
uno.
—Debes estar muy orgulloso — dijo otro.
El Sr. Allen palmeo cordialmente a Lucas en la espalda.
—Pronto estará siguiendo los pasos de su familia, estaré
comprometido. ¿Eh?
Lucas asintió. Iba a ser un inquisidor un día, justo como su
padre y su abuelo antes que él, y cada hombre de su familia
antes que… todo el camino de vuelta al siglo diecisiete y a John
Stearne el Primero, el mismo General Buscador de Brujas
Cromwell. Era halagador como todos prestaron atención, esos
hombres adultos con sus trajes caros e importantes, caras bien
alimentadas. Hicieron preguntas a Lucas sobre el caso y sobre el
trabajo de su padre, y aunque no tenía nada nuevo que
contarles, todavía parecían interesados en lo que él tenía que
decir.
—Bueno, estoy segura de que te harás un magnifico
quemador de brujas— dijo una de las pocas mujeres presentes.
—Malditas brujas¹— dijo alguien—. Las quemas les hacen bien.
—Aquí, aquí,— dijo alguien más, levantando una copa.
Esto puso molesto a Lucas. “Brujas” era una palabra que no
debíamos usar, como “arpía” o “mal de ojo”. Su padre se ponía
de muy mal humor si alguna vez escuchaba a alguien
diciéndolo. Lucas pensó en como de tenso e irritable había
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estado su padre el último par de días, casi como si no estuviera
esperando la hoguera.
Dejo a los adultos por ello y encontró a Michael con su
hermana melliza, Bea, mirando sobre el borde de la barandilla.
A finales de la tarde de Julio una opaca ola de calor se
extiende sobre la ciudad. Lucas sintió todo el privilegio de
levantarse de aquí, lejos de la polvorienta multitud y del humo
del tráfico. En frente de ellos, la Columna de Nelson erigida
hacia arriba. Nelson había usado brujas para luchar contra los
franceses; lo habían aprendido en Estudios de Brujas en el
colegio, y una de los pedestales de la plaza tenía una estatua
conmemorando a las brujas en la guerra. La escultura abstracta
solo había sido revelado el año anterior, pero ahora Lucas vio
que alguien la había pintarrajeado con pintura roja, una
sangrienta salpicadura a través del bronce.
Cada milímetro de los peldaños y de la pavimentación fue
cubierto de personas. Estaban sentados al borde de los grandes
leones entre el monumento a Nelson y un tupido a lo largo de
los bordes de las fuentes apagadas. La Galería Nacional, con
sus filas de columnas y su cremosa cúpula gris, hizo un
impresionante telón de fondo para la pantalla en frente de su
pórtico. En la esquina noroeste de la plaza, cerca del
monumento conmemorativo de saqueo, un pequeño grupo de
protestantes de los Derechos de las Brujas se había reunido.
Estaban dentro del cordón policial y llevando banderas y
pancartas: Una Ley para Todos, Quema para Nadie, y Prohibir
las Hogueras. Nadie les prestó atención.
Por un momento, Lucas, Michael y Bea se entretuvieron
dejando caer trozos de canapé en las cabezas de la multitud.
Bea se cansó de eso antes de que los chicos lo hicieran. Ella era
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delgada, una chica de apariencia seria, y sus ojos seguían
parpadeando inquietantemente hacia la pantalla.
—Estoy nerviosa,— dijo ella.
Lucas dio una patada a la pared.
—Desearía que terminaran una vez. Me refiero a la espera.
A las cinco y cuarto, la cuenta atrás comenzó. Un reloj digital
apareció en la pantalla para marcar los quince minutos hasta la
hora de la quema. Varios grupos interrumpieron el Himno
Nacional y comenzaron a agitar las banderas de la Unión de
Jack. Los invitados del Sr. Allen se trasladaron al borde de la
terraza, bebidas en mano, sus caras iluminadas con
anticipación. Una de las secretarias estaba sujetando la circular
de un periódico con la imagen de una estudiante muerta.
El canto y la conversación desaparecieron mientras los
segundos parpadeaban. Cuando el reloj alcanzo el último
minuto, la multitud dio un grito colectivo haciendo eco
alrededor de la plaza.
—Diez… Nueve… Ocho…
La fiesta en la terraza también se unió, aplaudiendo y
silbando. Pero cuando la cuenta atrás se detuvo y la pantalla
destello con los datos de hombre condenado y la sentencia fue
aprobada, el silencio fue absoluto. Después apareció el nombre
de su víctima.
—Pobre angelito— suspiró la secretaria con la circular. Ella
no era la única persona con lágrimas en los ojos. Varias personas
se santiguaron. Fue un momento solemne. Pero mientras la
espera comenzaba a ser opresiva, la pantalla se volvió negra.
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Hubo un ruido sibilante de la estática, y el interior de la Cámara
de Quema apareció.
El brujo condenado estaba ya en el lugar, atado en posición
vertical sobre la tabla que se elevaba desde el centro de la
hoguera. Por ahora, los rasgos de Bernard Tynan eran
inmediatamente familiares: la caída del pelo, la robusta nariz,
las blandas bolsas bajo sus ojos. La Cara del Mal, había gritado
el título del tabloide, pero en realidad parecía completamente
poco interesante. Eso era lo que era tan espantoso.
Poco se podía ver de su entorno. La Cámara de Quema era
más que un simple espacio blanco. Detrás de un panel de cristal
en la pared haciendo frente a la hoguera, Ashton Stearne
estaría sentado con sus compañeros de los Altos Inquisidores, el
Ministro de Interior, un médico y un sacerdote. Pero la cámara
no vio nada de esto. Su objetivo estaba fijo en el brujo.
Bernard Tynan volvió la mirada atrás impávidamente,
congelada, rígida por la anestesia que le habían dado. Gran
Bretaña era un país civilizado después de todo. En muchas de
las otras naciones las brujas fueron quemadas vivas de la misma
manera que lo habían sido durante los últimos mil años o más.
Los bultos de grasa de las maderas estaban ingeniosamente
alrededor de los pies del hombre y hasta sus pantorrillas. Un
fusible eléctrico se dirigía por debajo de la hoguera hasta la
habitación donde los tres guardias de la prisión estaban
preparándose para presionar los tres botones de ignición
separados. Solo un interruptor iluminaria el fuego, pero nadie
sabría cual de los tres era el responsable.
Michael señaló y rió nerviosamente. Había una mancha
húmeda en la entrepierna del traje blanco del brujo; conforme
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habían deslizado la aguja para su inyección, o tal vez antes,
cuando vinieron a por él en su celda, debe haberse mojado
encima. Lucas sonrió respetuosamente. Pero de alguna manera
se sintió ansioso, sin aliento, y sus palmas estaban sudorosas;
estaba preocupado por lo que personas podrían saber. En el
siguiente momento, el inadvertido interruptor fue golpeado, y
una chispa se lanzo a la madera.
El brujo espero, inanimado como el asiento que obligó a la
chica muerta hacer su voluntad. Sus ojos eran grandes y no
parpadeaban mientras el fuego iba hacia arriba. La madera
ardiendo hizo un murmurante sonido escarbador. Las llamas
comenzaron a contornearse por la carne del hombre.
Detrás de él Lucas pudo escuchar a Bea llorando
suavemente. No se volvió hacia ella, no aparto la mirada. Miró
fijamente a la pantalla tan rígido mientras Bernard Tynan
apartaba la mirada. La muerte del anestesiado brujo sería más
compasiva que la de su víctima, se dijo a sí mismo. Pero aunque
el hombre no podía sentir dolor, su mente viva sabía que su
cuerpo se estaba agrietando y abrasando; el sería capaz de
oler el hedor de la carne quemada y el aceitoso humo negro.
Escucharía el grasoso siseo y el escupir del fuego mientras su
carne se derretía desde sus huesos.
En los antiguos días de quema, podía tomar dos o más horas
para que la bruja condenada muera. En estos educados
tiempos, las ropas de los prisioneros eran tratadas con químicos
inflamables por lo que estarían consternados por el fuego en
pocos minutos. Ya, olas de humo oscurecieron el cuerpo
ardiendo. Seis minutos pasadas las cinco, el espectáculo casi
termino.
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Las personas comenzaron a aclarar sus gargantas y se movían
nerviosos. Por el momento, había una desconcertante sensación
de alivio; la celebración vendría después. Mientras la pantalla se
volvía blanca para el momento final, las campanas de la iglesia
de San Martín en los Campos suenan, junto con todas las otras
campanas de las iglesias en Londres.
Lucas no era del tipo delicado. Enterró las imágenes del
hombre ardiendo, y si decidía recordarlas, lo haría muy lenta y
cuidadosamente, como alguien examinando un vaso roto. Más
tarde, él y Michel nunca hablaron directamente sobre la
hoguera. En el colegio, estaban como siempre habían estado:
despreocupados, amistosos, no más. A veces, en los partidos de
deporte o en los días de discurso, o mientras esperaban estar
repuestos de una fiesta, Lucas vería al Sr. Allen. Siempre
saludaba a Lucas como si fueran amigos perdidos por mucho
tiempo.
—¡Aha! ¡Este es mi joven amigo quemador de brujas!
Y Lucas sonreiría obedientemente. No podía responder
porque su estómago siempre se cerraba ante el saludo. O
porque el mundo debería parecer zafarse, solo durante un
segundo, de las articulaciones.
¹. En la traducción original no dice la palabra “witch” la cual sería refiriéndose a un
hechicero, sino que pone “hag”, una palabra que significa bruja pero del modo
despectivo.
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Capítulo 3
Traducido por Baluki
Corregido por Desafio89
os colores de la escuela Clearmont eran verde con un
borde dorado. Cuando vieron a Lucas y a Tom bajarse
del bus , las chicas en la parada del camino abuchearon
y silbaron.
—Ooh — una de ellas gritó—, ¡son los Príncipes Sapos!
Lucas y Tom las ignoraron altivamente. Ahora estaban en
Décimo Año, se suponía que estaban por encima de responder
a esta clase de cosas. Se pusieron en marcha a paso
acelerado; la Escuela Secundaria estaba teniendo una charla
sobre carreras con una de las Oficiales de Reclutamiento de la
Inquisición esa mañana, y su bus había llegado tarde.
—¡Salta largo ahora!— exclamó una de las chicas más
ruidosas, la con los aros grandes y piernas desnudas con
manchas por el frío. Las otras hicieron sonidos de croar.
—Pequeñas brujas malcriadas— murmuró Tom.
Lucas miró hacia atrás y accidentalmente captó la mirada de
la chica-aro. Ella le envió un beso, para más risas chillonas.
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—Espantoso— concordó, mientras atravesaban las puertas de
la escuela.
Eran más de la nueve y la mayoría de la gente ya estaba
adentro del edificio. En su camino hacia el vestíbulo, sin
embargo, pasaron a Ollie Wilks parado fuera de la sala común
de los mayores. Disfrutaba fumando relajadamente.
— ¿No vienes a la presentación?— preguntó Tom.
—No tengo elección, ¿verdad? Mi primera prima es una bruja.
Tom y Lucas intercambiaron miradas. Ollie lo había dicho con
toda naturalidad, pero seguía siendo vergonzoso.
—No sabía eso— Lucas dijo finalmente.
—Sí. Sarah solía hacer curación con la fae para la NHS1. Ella es
una no-practicante ahora; se detuvo una vez que se casó.
La Fae era el término común para las habilidades de una
bruja, el tan llamado Séptimo Sentido. Se había calculado que
una de cada mil personas lo desarrollarían, y desde que la fae
era prácticamente siempre hereditario, cualquiera que hubiera
tenido un pariente-brujo en las últimas tres generaciones de su
familia cercana tenía prohibido trabajar en la Inquisición. “La
fae corre más espeso que la sangre, más rápido que el agua”
decía el dicho. Y los estrictos controles de antecedentes habían
funcionado: en los últimos veinte años, sólo dos inquisidores
habían sido brujas después de unirse al servicio.
1National Health Service (Servicio Nacional de Salud)
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Ollie, sin embargo, no parecía molesto por su exclusión.
—Deberías escaparte y unirte a mí— le dijo a Lucas—.No es
como si fueras a escuchar algo que no supieras ya.
—Ah, él sólo quiere charlar con la adorable inquisidora— dijo
Tom.
Lucas sonrió, y se dio la vuelta hacia el vestíbulo.
—Intenta y detenme. Tú sabes cómo me prenden esos
uniformes.
Un aire de aburrimiento ritual se cernía sobre el vestíbulo de
asambleas cuyas vidrieras y perfume a flores marchitas les daba
a todos los que entraban la sensación de estar en la iglesia. La
pantalla de un proyector había sido instalada en el frente de las
cortinas del escenario, y una mujer en el vestido inquisitorial
escarlata y gris estaba esperando a un lado. El consejero de la
escuela y los Year Heads2 estaban sentados al otro, junto con un
esbelto chico rubio. Este era el verdadero foco de interés en la
habitación. Gideon Hale había dejado Clearmont el verano
pasado, y estaba tomando un año sabático antes de la
universidad para unirse al Programa de Desarrollo Acelerado de
la Inquisición.
Tom y Lucas se deslizaron en sus asientos justo cuando la
Oficial de Reclutamiento se levantaba de la suya. Su cara era
radiante y con hoyuelos, su sonrisa determinada, mientras
comenzaba su introducción. La pantalla al lado suyo mostraba
la imagen de un ojo, dibujado en negro, con el iris dividido en
2Cumplen un rol pastoral y disciplinario en las escuelas.
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cuatro por una cruz roja. Era el emblema de la Inquisición
Británica.
—Ahora— dijo ella, —estoy segura de que todos están
familiarizados con el trabajo que hacemos los inquisidores. Sin
embargo, aún es importante desafiar la mítica imagen de
nuestra organización estando llena de malvados ancianos en
ropas negras, disfrutando de la persecución de brujas inocentes.
La inquisidora rió alegremente. Su audiencia la imitó con
cortesía. Clearmont siempre se había mostrado fuerte a la
Inquisición; la escuela tenía una orgullosa tradición de preparar
a sus estudiantes para el servicio público.
—A través de los años— continuó cómodamente la
inquisidora —, la Inquisición ha hecho un gran progreso
desarrollando buenas relaciones entre nosotros y la comunidad
de brujas. Tenemos un deber de cuidar de las brujas bajo
nuestra vigilancia y tomamos un montón de orgullo en
encontrarles un trabajo satisfactorio para ellas en el Estado. La
seguridad pública es nuestra prioridad, pero el bienestar
personal de los cumplidores de la ley, las brujas registradas son
un aspecto importante de nuestro servicio…
—Sí, claro— Susurró Tom—.Lo siguiente que dirá será ‘Algunas
de mis mejores amigas son brujas’
—…De hecho, yo misma estoy orgullosa de tener varios
buenos amigos en la comunidad de brujas…
Los hombros de los chicos se sacudieron con risa silenciosa.
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—Sin embargo, como estoy segura que saben, la seguridad
nacional es nuestra principal responsabilidad— La cara de la
inquisidora se puso seria—.Los principales desafíos enfrentados
por la Inquisición son el uso de magia en crímenes organizados,
las sociedades gángster conocidas como aquelarres, terrorismo
de brujas practicado por grupos extremistas tales como Endor.
Agradecidamente, Endor no ha estado activo en Bretaña
desde finales de 1990, pero esto no da razón para satisfacción.
La prevención, detección y castigo de los crímenes de brujas es
para lo que fue creada la Inquisición.
Hubo una pausa solemne. Luego los hoyuelos y el brillo
regresaron.
—Eso no significa que nosotros sólo reclutemos gente
interesada en la ejecución de la ley, ¡por supuesto! También
ofrecemos excitantes oportunidades en sectores tan diversos
como tecnología e investigación, educación y RP3. Y es mi
trabajo contarles todo acerca de ellos…
El resto de la presentación duró alrededor de cuarenta
minutos. Para el final, sus oyentes se movían inquietamente. Era
por Gideon Hale por lo que habían venido, y el Programa de
Desarrollo Acelerado.
Esto incluía reclutar estudiantes en la Inquisición mientras
estaban en el último año de escuela. Ellos gastarían un año
antes de la universidad en un intensivo programa de
entrenamiento, el cuál continuaría parte de su tiempo mientras
estudiaban para sus títulos. A cambio, los alumnos tenían sus
matrículas pagadas, y se unirían a la clase del inquisidor oficial
3Relaciones públicas
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una vez que se graduaran. El programa solo había estado
corriendo un par de años y era un tanto controversial. Había
sido establecido particularmente porque las brujas usualmente
desarrollaban la fae en sus tempranos veintes, y era por lo tanto
pensado conveniente el tener inquisidores en el cuerpo de
estudiantes. Era disuasivo también, para las campañas y
protestantes de Derechos de las Brujas quienes habían fijado
como blanco los campus de la universidad. Sin embargo, desde
que los estudiantes inquisidores no estaban encubiertos, de
acuerdo con la agencia de nueva política de superación y
transparencia, había quejas de que los beneficios de vigilancia
eran limitados.
Gideon Hale estaría poniendo esto a prueba una vez que
hubiera tomado su lugar para leer la Ley en Oxford el próximo
año. Mientras se levantaba para hablar de su experiencia en el
programa hasta la fecha –las partes que no estaban
clasificadas, eso sí –la audiencia revivió visiblemente. Gideon
era alto y curtido con pelo rubio polvoriento y una sonrisa fácil;
su discurso era enfocado pero aún relajado, calculado para
encantar.
Lucas observó a Clara y Daisy, dos chicas en su clase, sonreír
y mover su cabello en un esfuerzo de captar la atención de los
ojos de Gideon. No eran las únicas. Como un Head Boy4,
Gideon siempre había tenido a las chicas suspirando por él y los
chicos se enderezaban en su presencia. Ahora que se había
ido, incluso los más malhumorados profesores hablaban de él
con orgullo. Los propios sentimientos de Lucas estaban
mezclados. A su tiempo, él estaría siguiendo los pasos del chico
más viejo, y aunque la Inquisición era una vasta organización,
4Un Head Boy/Girl es un alumno destacado responsable de representar a su escuela en eventos y debe ser capaz de dar
discursos públicos.
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una vez adentro, era un mundo sorprendentemente pequeño.
No había duda de que ellos habían corrido hacia el otro en una
base bastante regular. A la luz de sus previos encuentros, no
obstante Lucas no estaba totalmente seguro si era una cosa
buena.
Su primer encuentro con Gideon fue en su segundo año en
Clermont, cuando él tenía doce y Gideon quince. Por una cita
dental Lucas iba tarde para jugar, y cuando fue al vestidor a
cambiarse, encontró ahí a Gideon con dos otros chicos
mayores, acurrucados alrededor de un portátil.
Por la manera en que lo miraron cuando entró, de manera
sospechosa y excitada, le hizo preguntarse si estaban viendo
porno. El sonido que venía del portátil estaba apagado, pero
luego creyó oír un grito.
—Ven y échale un vistazo a esto, Stearne— Gideon hizo señas
en su dirección. Sonrió con complicidad—.Encontrarás toda una
educación.
Lucas entendió que se le estaba siendo concedido un favor.
Se aproximó a la pantalla del portátil. Estaba pasando una
película sobre una hoguera. La localización era algún lugar rural
de África, pensó, a partir de la polvorienta plaza ardiente, y los
coloridos trajes de la multitud reunida. La imagen era granulosa,
grabada por una temblorosa mano sujetando la cámara, pero
se podía ver lo que estaba pasando lo suficientemente bien.
Tres mujeres en vestidos blancos estaban siendo arrastradas
hacia la hoguera.
—Míralas—dijo Gideon saboreándose lenta y suavemente—
.Mira a las sucias arpías.
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Una de las brujas era muy joven, quizás en su adolescencia.
Se había vuelto muda por el terror, pero las otras estaban
llorando y suplicando. Ahí no administraban drogas. La
temblorosa cámara volteó hacia la multitud, quienes estaban
cantando y bailando. Lucas, quien no había visto quemas
desde la de Bernard Tynan, recordó la reunión en la azotea
sobre la Plaza Trafalgar. El tintineo del vidrio y el ruido silbante de
los refrescos, el parloteo de la fiesta.
Los otros dos chicos rieron por lo bajo furtivamente. Las
mujeres estaban desnudas debajo de sus delgados vestidos, los
cuales se aferraban a sus cuerpos, manchados con el calor y el
miedo. Un hombre bailó adelante con una marca quemadora.
Lucas se inclinó hacia adelante y cerró la tapa del portátil.
—No deberíamos estar viendo esto— dijo.
Lucas ya se había acostumbrado, sin haberlo notado, a liderar
las opiniones de otras personas. Pero eso era entre sus
compañeros. Fue sólo en la pausa consiguiente –ver a los otros
dos chicos mayores tensarse, listos para la señal de Gideon –que
la enormidad de su error lo golpeó.
—Una delicada florcita, ¿verdad?—comentó Gideon
placenteramente—. ¿Qué diría papi?— Por debajo de la tapa
de la computadora portátil, ellos podían escuchar el crepitar de
las llamas, y gritos.
—Adivino que esas películas extranjeras de hogueras son
clasificadas— replicó Lucas, tan ligeramente como podía—.Y
que distribuirlas y verlas es ilegal.
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Gideon lo apreció fríamente. Sus ojos grises eran muy
pálidos. Lucas mantuvo su cara neutral.
—Entonces mejor escuchemos a papi— dijo Gideon
finalmente. Abrió nuevamente su ordenador y presionó el botón
para dejar la pantalla en blanco—.En el monte, hacen las cosas
a la manera antigua. No hay cinta roja.
—…Y lo que es tan rompe nervios como excitante acerca de
este proyecto— estaba diciendo Gideon en el escenario —Es
ese derecho desde el comienzo, estás lidiando con material
clasificado altamente sensitivo. Hay muchas cosas de
regulación que atravesar, pero la mayoría de ellas son
interesantes y todas son importantes…
Durante el resto de tiempo que estuvo en la escuela,
Gideon siempre fue agradable con Lucas, aunque ambos
mantenían cierta vigilancia en la presencia del otro. Y a pesar
de que la segunda cosa de Gideon que se quedó atascada en
la mente de Lucas también tenía que ver con brujas, era tan
trivial que no sabía por qué había dejado una impresión en él.
Pasó el último verano, una soleada y somnolienta tarde,
cerca del terrmino del trimestre, cuando Lucas y un par de
amigos estaban en su camino al parque. A lo largo de la calle
principal, se dieron cuenta de la gente que se paraba para
mirar, exclamando y apuntando hacia arriba. Dos saltadores de
cielo se estaban moviendo por los techos, deslizándose sobre los
huecos y revoloteando sobre las chimeneas con vertiginosa
facilidad. Estaban vestidos en el uniforme que la DBSS, División
de Brujas de los Servicios de Seguridad, vestía cuando hacían
brujería en público. Por su relajado progreso, parecía ser un
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ejercicio de entrenamiento. Volar entre las oscuras paredes y el
dorado cielo, eran lejanos como ángeles.
Lucas había visto imágenes de saltadores de cielo en las
noticias y como parte de Estudio de Brujas pero nunca en vida
real. Incluso entre brujas la habilidad era rara. Sueños sobre volar
eran, por supuesto, una común pesadilla de la niñez, y aunque
Lucas no había tenido una en años, ver el equivalente en la
vida real le dio un escalofrío de terror. Los fluidos, gráciles
movimientos estaban tan mal. Desafiar a la gravedad, desafiar
la solidez de ladrillos y cemento, y los frágiles lazos humanos de
carne –era contra la naturaleza. Pero, pensó Lucas, de todos
modos… cuán audaz, cuán hermoso debe ser pasar rozando la
ciudad en el aire dorado del atardecer. Y por un fugaz
momento, supo que las otras personas contemplando la escena
en el cielo lo pensaban también.
Repentinamente consciente de sí mismo, Lucas dejó caer su
mirada. Fue entonces cuando vio a Gideon de pie en la
entrada de un bar cruzando la calle. Él también estaba mirando
a los saltadores de cielo. Mientras se desvanecían en el
horizonte su cara se retorció. Sin ser notado por los otros
observadores, escupió en la cuneta.
—…Y realmente estoy esperando servir de enlace con los
agentes brujos en la ejecución de la ley y los servicios de
inteligencia. Puede sonar pomposo, lo sé, pero ser capaz de
comprometerse con diferente gente de todos tipos de
antecedentes, en servicio de tu ciudad, es un privilegio tan
asombroso…
El discurso de Gideon terminó en cálidos aplausos. Lucas se
unió, poniendo cuidado en verse tan animado como todos los
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demás. Estaba consciente de una leve presión detrás de su
cabeza, la cual había estado ahí desde que se había levantado
esa mañana y era probablemente el inicio de una jaqueca.
Sería bueno salir del congestionado vestíbulo.
Vio a Bea Allen en el pasillo afuera. Michael la había dejado
por un internado en Noveno Grado pero su gemela se había
quedado en Clearmont. La solemne niña pequeña que había
llorado en la fogata había crecido brillantemente y se había
vuelto segura de sí misma, con una boca como un pétalo de
rosa y cabello largo como oscuro jarabe de melaza. Ahora se
había parado y sonreído a Lucas. ¿Estaba esperándolo?
—Así que… ¿la Inquisición tiene una nueva recluta?—
preguntó Lucas.
—Quizás si cambiaran los uniformes— Bea hizo una mueca —
.Gris no es mucho mi color.
—Es una pena— dijo Tom desde atrás—.Porque Lucas justo
estaba diciendo como se vuelve loco por las chicas en vestido
de inquisidoras. ¿O era el viejo hombre en largas túnicas negras
lo que querías decir?
Lucas le dio un empujón juguetón. Tom lo empujó de vuelta y
siguió adelante, con un teatral guiño.
Bea pretendió no notarlo.
— ¿Realmente nunca has pensado hacer cualquier otra cosa
además de la Inquisición?— preguntó.
—¿Cómo qué?
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—No lo sé. Convertirte en corredor. Astronauta. Estrella de
Rock.
Él rió. —No dirías eso si me hubieras oído cantar. Tendré que
dejar la cosa ídolo-pop-astronauta para ti.
—Espero. Estoy pensando en medicina, de hecho. Como
mamá— Bea le dio una media sonrisa, media mueca—.Así que
supongo que estoy destinada para el negocio familiar también.
Fueron al pie de las escaleras, listos para ir a sus diferentes
salones de clase. Ella jugueteó con una hebra de cabello.
—¿Irás… irás a la fiesta de Nick mañana?
—Tal vez.
—Quizás te vea mañana, entonces.
—Claro. Nos vemos ahí.
Parecía que Lucas había conocido a Bea por siempre, sin
embargo, últimamente era como si se hubieran convertido en
personas diferentes; trabajando con el otro desde el comienzo.
Se sentía nuevo, excitante. Él había vuelto a casa con un humor
optimista, incluso aunque la presión en su cabeza se había
movido hacia detrás de sus ojos. Ahora que lo pensaba, la
tensión se había estado construyendo por un par de días.
Esperaba que el dolor de cabeza se resolviera por sí mismo
antes de la fiesta de mañana.
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Paul, el guardia de la entrada, quien había estado con la
familia cerca de diez años, dio su usual sonrisa y saludó mientras
Lucas ingresaba su código en el teclado. La seguridad era firme
en la residencia Stearne, una hermosa casa de la Regencia bien
ubicada atrás de la carretera. Sus cerradas paredes eran
monitoreadas por CCTV5 y los visitantes tenían que presentar su
ID6 para ser admitidos. Las tarjetas de identificaciones
biométricas habían sido repartidas a todos los ciudadanos del
Reino Unido desde la edad de doce, en parte para prevenir a
las brujas que alteraban su apariencia con un glamour para
acceder a lugares en los que no deberían.
La casa también tenía la usual defensa contra brujería de
campanas encerradas en cajas de plexiglás sobre las puertas
de afuera. Estaban conectadas a un sistema de alarma central,
con la función de advertir si una bruja haciendo una pesadilla se
aproximaba. Las pesadillas eran cualquier clase de hechizo que
causaran daño a cosas vivientes y así emitía un tipo
particularmente fuerte de la fae, una radiación maligna a la
que reaccionaban las campanas de acero.
“Las campanas advierten, el acero previene, el agua revela”
decía el dicho. Como un Alto Inquisidor, Ashton Stearne tomaba
la seguridad de él y de su familia muy enserio. Había aprendido
de la manera dura.
Una vez dentro de la casa, Lucas siguió el sonido de voces
hasta el salón de arte, donde su padre y su madrastra, Marisa,
estaban tomando una copa con un vecino. Lucas estuvo
sorprendido de encontrar a su hermanastra también. Philomena
5Siglas en inglés de closed circuit television es una tecnología de videovigilancia visual diseñada para supervisar una
diversidad de ambientes y actividades 6Abreviación en inglés de identification
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estaba raramente en casa en un viernes en la tarde. Aunque
ella y Lucas iban a la misma escuela, ella era dos años mayor
que él y tomaba considerables molestias en llevar una vida tan
separada como fuera posible.
—¡Lucas!— Marisa lo saludó. Se veía incluso más elegante de
lo usual, en un vestido de cóctel de seda color crema, y Lucas
recordó que ella y su padre iban a ir a cenar con Sir Anthony
Brady esa tarde. Sir Anthony era el Buscador de Brujas General,
la cabeza de la Inquisición del Reino Unido, y era ampliamente
esperado que Ashton Stearne fuera su sucesor cuando él se
retirara—.Ven y di hola al Sr. Pettifer.
Lucas fue para estrechar sus manos. Él había conocido a
Henry Pettifer, un regordete y alegre sirviente civil, en un par de
ocasiones antes.
—Philly nos estaba contando de su charla de carreras esta
mañana— dijo Henry. —¿Cómo la encontraste?
—Predecible. Un montón de confusas cosas sobre el bien de
la brujería.
—Abrazar una harpía— dijo Philomena, con un bufido.
Ashton Stearne alzó sus cejas. —Es fácil burlarse, pero las
relaciones de la comunidad son importantes. No quieres
intimidar gente cooperando con las autoridades ,los resultados
nunca son tan buenos, particularmente cuando se trata de
inteligencia, reunida.
Lucas se acomodó en una silla al lado suyo.
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—Lo sé, papá. Pero por la manera en la que la Oficina de
Reclutamiento estaba yendo, habrías pensado que —
inquisición— era una palabra sucia.
—La exactitud política se ha vuelto loca— dijo Henry,
sacudiendo su cabeza.
—Aun así, algunas de las persecuciones sufridas por la brujería
han sido muy lamentables— remarcó Ashton. —Y no hay
negación a la contribución que las brujas han hecho a nuestra
sociedad a través de los años.
Miró fijamente el whisky en su vaso, y tomó un trago
meditativamente. —Sin embargo el fuerte hecho reside en que
la mayoría del trabajo que hacen las brujas que respetan la ley
es simplemente para contrarrestar el daño que otras brujas
infligen.
—Absolutamente correcto, absolutamente correcto— acordó
Henry. —Es por eso que admiro tanto tu capacidad de trabajar
junto a ellas cuando la situación lo amerita. Jack Rawdom
puede ser el sabor del mes, pero necesita observar. No dudar
acerca de ello.
Jack Rawdon era el Director General de la DBSS, y el oficial
de IBAS, la Inteligencia de Brujas y Asuntos Secretos. Había sido
establecido después de la Segunda Guerra Mundial pero su
trabajo era controversial. Sus agentes-brujas no eran confiadas
para operar sus propias operaciones, y en cambio eran
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asignados para asistir a los oficiales del MI57 y MI68 a corto plazo,
caso por caso.
De acuerdo con las estadísticas, las brujas componían
menos del uno por ciento de la población, aunque su trabajo
estaba conectado con el veinticinco por ciento de todos los
crímenes. Oficialmente, la policía sólo trataba con
rompimientos de la ley ordinarios y si ellos o cualquier otro
encontraba evidencia de crimen de bruja, se suponía que
debían llevársela a la Inquisición. En casos particularmente
complejos, o esos que se relacionaban con seguridad nacional,
la Junta Directiva de Crímenes de Brujas de la Inquisición
trabajaba en conjunto con los servicios secretos. El incremento
de la participación de los agentes de DBSS en dichas
operaciones era algo que muchos inquisidores encontraban
difícil de aceptar.
Sin embargo, durante la campaña terrorista de Endor a
finales de 1990, la noción de los crímenes de brujas fue
derrotada por la hechicería que había ganado nuevo terreno.
Fue una idea que Jack Rawdon estuvo entusiasmado de
promover. Como un joven agente-brujo, había ayudado a
desmantelar las redes de Endor en Bretaña. Fue el primer
director del DBSS en la historia cuyo nombre fue publicado en
cargo, y uno de los brujos con el perfil más alto en Gran Bretaña.
Ayudó que se viera como un hombre en el que se podía confiar,
con una fuerte, cuadrada mandíbula con la apariencia de un
héroe de acción antiguo.
—Rawdon es altamente capaz— reconoció Ashton. —
Carismático también –lo que algunos de mis colegas 7Es un servicio de inteligencia del Reino Unido que principalmente se dedica a la seguridad interna
8A diferencia del MI5, se encarga de la seguridad externa del país.
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encuentran problemático. Pero sospecho que el incremento de
la colaboración con los agentes-brujos es inevitable.
—Y un ‘asombroso privilegio’, si se le puede creer a Gideon
Hale— dijo Lucas secamente.
—Gideon… hmm… sí, lo recuerdo. Vino y se presentó a sí
mismo cuando di una charla en su sexto curso el año pasado.
Estaba contento de escuchar que él estaba en el sistema de la
vía rápida. Un joven bastante impresionante, pensé.
—Oh, Gid es muy dulce— dijo Philomena.
—¿’Gid’?— Lucas se sintió divertido. —No sabía que
estuvieran en términos de sobrenombres.
—No hay razón por la que deberías. Aún no eres un Alto
Inquisidor.
—Cariños…— Marisa les dio una mirada reprobadora. —
Ahora, lo que yo encuentro tan desagradable— continuó ella,
alisando sus rizos de cabello rubio, —es esta tendencia de dar a
la fae un tipo de excitación falsa. Incluso hay un carácter brujo
en esa espantosa sopa, por ejemplo – ¿cómo se llama?
¿EastEnding? Al parecer es terriblemente popular.
—¡Mami! ¿Desde cuándo ves EastEnders?
—Mi manicurista me estaba contando de ella. Está
preocupada de que su hija esté adquiriendo un insano interés
en la fae. Como una clase de rebelión adolescente, ya sabes.
Henry rió, pero Ashton se veía pensativo.
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—En algunos aspectos—dijo —.Supongo que todos somos
atraídos hacia los oscuros, más primitivos aspectos de la
naturaleza humana; las partes que la civilización nunca podrá
controlar totalmente. El Séptimo Sentido no puede ser
racionalizado por la ciencia o teorías sociales. Eso siempre ha
sido parte de su atractivo.
—Sí, pero por la forma en la que algunas personas hablan, —
replicó su esposa, —pensarías que la brujería es lo mismo que
cualquier otra habilidad inusual. Como escribir poesía o… o…
ser capaz de parase de cabeza. Parecen ignorar
completamente los peligros morales.
—Es así, entonces— dijo jovialmente Henry, —tenemos a los
chicos Stearne a mano para mantener a la brujería en su lugar.
¡Simplemente mírenlos ahora! Qué cuadro hacen los tres, ¿eh?
Lucas y Ashton estaban sentados debajo de uno de los
muchos retratos familiares en la casa. Este era el —tercer—
Stearne al que Henry se estaba refiriendo: Augustine Edgar
Stearne, el décimo noveno siglo reformador responsable de
modernizar la Inquisición y apoyar el reclutamiento de oficiales-
brujos en la policía. El parecido con sus descendientes era
chocante. Los tres tenían el mismo pelo negro – plateándose, en
el caso de Ashton – surgiendo de la cima. Las mismas frentes
altas, el mismo azul oscuro en los ojos y pálida piel inglesa. Para
más, en cara del inesperado escrutinio, ambos padre e hijo
habían inconscientemente asumido el aire de clama altivo del
retrato.
—Tan guapos— dijo Marisa afectuosamente.
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Lucas hizo una mueca. Un flash de dolor había golpeado a
través de sus ojos. Fue muy peculiar: por un momento, el cuarto
pareció deformarse y temblar. De las sombras, él oyó un suave
siseo.
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Capítulo 4
Traducido por Beautifuliarx
Corregido por Katiliz94
oy, pensó Gloriana Starling Wilde, va a ser un día de
suerte. Inclinó su cabeza hacia los pálidos rayos de sol,
disfrutando el modo en que sus nuevos pendientes de
oro tiraban de sus orejas. En una buena tarde de
primavera incluso un basurero como Rockwood no era
tan malo.
Las malas hierbas que brotaban desde las grietas aún eran
suficientemente jóvenes para tener una frescura a su alrededor.
El graffiti de la boca del metro tenía un derroche de nuevos
colores y la basura se arremolinaba con un aire garboso.
El barrio de East End de Hallam tenía una dura reputación por
algunas razones y el Rockwood Estate era la principal. El lugar
era un laberinto de pasillos y rampas alineadas con terrazas
ruinosas y dúplex con un bloque de pisos en el centro.
Era demasiado fácil perderse en un par de callejones sin
salida y por rincones oscuros que te dejan sin ingenio. Para
Gloria, los caminos de las ratas eran tan familiares como la
palma de su mano. A medida que entraba en la estación de
servicio que apenas tenía un corrillo lamentable de tiendas y un
centro comunitario tapiado, uno de los chicos que estaban
merodeando por los pasillos silbó.
H
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Gloria les regaló una sonrisa. La tía Ángel podría lamentar la
forma en la que el barrio había cambiado, un montón de
inmigrantes que no sabían o no les importaba los viejos tiempos
o las viejas formas de hacer las cosas, niños salvajes montando
escándalo, pero la calle del Aquelarre Cooper tenía buena
relaciones de negocios con las bandas del estado. Además, a
pesar de su fuerza no era lo que parecía, la conexión de la calle
Cooper con la familia Morgan le aseguró respeto. Nadie se
metía con los Morgan. El Aquelarre Wednesday era el más
grande de los mundos subterráneos de Londres, y ellos
cuidaban de ellos mismos.
Tampoco nadie se me tía con la tía abuela de Gloria,
Angeline.
Una vez, cuando tenía seis años y Gloria estaba jugando en la
calle, dos chicos mayores con cabezas rapadas y nudillos con
costras se acercaron y le arrebataron las muñecas de una
patada. Los lamentos de Gloria hicieron que Tía Ángel saliera de
su casa. Ella cortó a los chicos alrededor de la oreja.
—Maldita bruja vieja. —escupió el más mayor.
—Sí, maldita sea yo. Tengo la fae suficiente para derretir la
carne de tus huesos. —Indicó la tía Ángel con cara arrugada y
ojos rotos pertenecientes a una bruja con fae. Silbó
guturalmente—. Haz uno de tus trucos sobre mi o sobre los míos,
y haré que tu entrepierna se pudra con gusanos verdes.
El niño más joven, que debía de tener unos ocho años,
comenzó a lloriquear. El otro trató de apartar la mirada, pero al
final no aguantó y ambos se escabulleron por la calle.
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Más tarde esa noche, el chico más mayor regresó con su
madre. Su cara estaba tan enfadada como la de su hijo, pero
ella tenía un paquete de cigarrillos y una lata de galletas de
mantequilla. Un regalo.
—He oído que este pequeño bastardo ha estado
molestándolos—dijo ella, apretando el brazo del muchacho—.
No se lo tome en cuenta. Tengo algo para hacer las paces con
ustedes de todas formas—luego enderezó sus flacos hombros y
miró a la tía Ángel a los ojos—. Mi padre sigue hablado de los
días cuando tus hermanos dieron su última palabra. Ellas
hicieron bien, dice. Los tiempos eran buenos entonces.
Las palabras de la muchacha le hicieron a la pequeña Gloria
de seis años tener un sentimiento de hormigueo. Ella sabía que
hubo una vez en que la tía Angel fue hermana de las famosas
Gemelas Starling, y esa era una de las cosas que la hacía
especial. Porque Lily y Cora Starling no solo eran como dos
guisantes iguales; también eran igual de poderosas, y su
aquelarre era tan bueno como para hacer funcionar East End
durante los años 60 y los 70. Gloria había oído las historias de
cómo iban a fiestas con estrellas de películas y tenían
fotografías en los periódicos, y solo cometían crímenes de brujas
que ayudaban a la gente. Pero al final la Inquisición cogió a la
abuela Cora, la tía abuela Lily murió de pena y la mamá de
Gloria, Edie, se fue y desapareció hace tres navidades. Ser una
Starling era algo peligroso.
La tía Ángel tocó el pelo de Gloria.
—Quizá esos días volverán de nuevo. La fae se mueve más
espesa que la sangre, más rápida que el agua…
…y salvaje como el viento.
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Esa era la parte final del proverbio, pero la tía Ángel los había
dejado tirados. La gente en general lo hacía. La fae se mueve
tan salvaje como el viento. Ese era el aspecto más problemático
de ser una bruja, no estar cien por cien segura de qué lado
sopla la Fae, a dónde irá o hacia quién.
Pensando en esto, Gloria—ahora de quince años, y lo
suficientemente fuerte como para poder con cualquier chico
sarnoso de cabeza rapada— sintió un escalofrío introducirse en
su día. Todavía soñaba con los azulejos blancos de la Cámara
de Quema, y con la bruja en la hoguera con la boca cerrada y
congelada en un grito. Y ella rezaba lo mismo, noche tras
noche. A Dios, solo en caso de que hubiera uno, y también a
Mab y Hecate, los espíritus guardianes de las brujas. Por el
momento no parecía que ninguno de ellos escuchara.
La abuela Cora y la tía abuela Lily se volvieron brujas a los
trece años. La madre de Gloria, Edie, también. ¿Se estaría
acabando su tiempo?
Sacudió su cabeza impacientemente, haciendo que los
pendientes de oro se movieran. Candice Morgan, la nieta de
veintitrés años de Lily Starling, consiguió la Fae el año pasado. A
la tía Ángel le llegó a los diecinueve. La mayoría de las brujas, al
menos las que ella conocía, tuvieron que esperar a los veinte.
Ella tenía bastante tiempo…el problema era, cuanto más joven
desarrolles la Fae, más fuerte tendería a hacerse.
Para Gloria no estaba planeado ser ninguna bruja. La Fae
sería su fortuna, y la de su aquelarre.
Cooper Street, de donde el aquelarre tomó el nombre, ha
tenido mejores días. Una calle victoriana en decadencia, fue
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una de las pocas supervivientes del bombardeo de Blitz que
había aplastado a la mayor parte de sus vecinos.
Las casas que había eran de ladrillo barato, en frente estaba
la expansión del Rockwood Estate. Los otros restos del siglo XIX
habían sido arrebatados por los trabajadores de la ciudad
buscando el encanto y la tensa frescura de un código postal en
East End. Cooper Street, sin embargo, había resistido a la
tendencia de gentrificación. La pintura pelada y las ventanas
mugrientas estaban a la orden del día. Solo una casa, la
Número Seis, contaba con una puerta elegantemente pintada
a lo largo de un descansillo bien fregado, el de la tía Ángel.
La Casa Siete y Ocho también pertenecían al aquelarre. Las
puertas cerradas a través de las paredes y una disposición
excéntrica de las escaleras y escotillas habían hecho a las tres
casas independientes, unas casas en un laberinto enmarañado.
Sin embargo, eso no quería decir que no había divisiones
territoriales. La planta baja de la Casa Seis era la guarida de la
tía Ángel, con Gloria y su padre, Patrick, viviendo en la parte
superior de la casa. La Casa Ocho era la casa de Joe Junior, el
jefe del aquelarre (su difunto padre, Joe Braddock, se había
casado con la tía Ángel después de que su esposa Mary
muriera)y su hijo, Nate. La casa de en medio, la Casa Siete, era
la sede oficial del aquelarre.
Las plantas superiores se utilizaban para almacenar o como
dormitorios para pasajeros de secuaces y contactos, mientras
que los negocios se llevaban a cabo en el sótano. El salón
funcionaba como una sala común general. Ahí era donde
Gloria se dirigía. Tenía planeado pasar el resto de la tarde
pintándose las uñas en frente del televisor. Sin embargo, tan
pronto como entró, se dio cuenta de que no había sitio para
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ella. El pasillo estaba lleno de pilas de microondas, aún
envueltos en polietileno, y un montón de zapatillas blancas. El
Hip Hop retumbaba por las paredes.
Encontró a Nate y a dos de sus compinches, Chunk y Jacko,
tirados en los maltratados sillones que había alrededor del
televisor. En la pantalla, un grupo de chicas semidesnudas
estaban retorciéndose contra el rapero que tenían entre ellas. Él
estaba haciendo señas de pistola con sus manos, rapeando un
monólogo acerca de sangre y disparos, proxenetas y putas,
mientras que los espectadores asentían con signo de aprecio.
Gloria pensó que era muy divertido. Al más joven del grupo del
aquelarre le gustaba jugar a ser un villano de verdad, pero al
final, todo era tan falso como los golpes y la molienda de las
chicas en el video musical.
Nate saludó a Gloria con un eructo. No era más que un par
de años mayor que ella y habían crecido juntos, pero no había
mucho amor entre ellos. A Nate le gustaba alardear de ser el
hijo del jefe y se resentía ser el rival de Gloria en su posición de
mascota de la tía Ángel.
—¿Has visto el equipo que tenemos? —preguntó Jacko.
—Como no podría haberlo visto, casi me rompo un tobillo
tratando de esquivarlo.
—Un trabajo poco agradable, ese. —dijo Chunk
complacientemente.
La forma en que él y Jacko lo dijeron, su protagonismo en el
robo del almacén (cuya guardia de seguridad estaba en la
remuneración del aquelarre) bien podría haber sido un atraco a
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un banco lleno de lingotes de oro, al estilo Hollywood. Gloria
había estado oyendo esas historias toda su vida.
Hubo un tiempo también donde ella había robado, con los
ojos bien abiertos. Pero sabía desde hace mucho tiempo que
las actividades criminales de Cooper Street no implicaban
mucho atrevimiento o habilidad, y apenas algún trabajo de
bruja.
A pesar de la reputación local de la tía Ángel, su Fae siempre
había sido de pequeña escala, buena para la adivinación y las
visiones y perdiciones menores, pero no para mucho más, y su
participación en el negocio del aquelarre estaba en declive.
Ella tenía setenta y ocho años después de todo. Y la reputación
de un aquelarre se apoyaba en su bruja cabecilla.
Pensando en esto, el estado de ánimo de Gloria se hundió un
poco más. Y aún más cuando fue a buscar una Coca-Cola en
la nevera pero solo pudo encontrar un kebab9 parcialmente
comido con costra en el estante superior y fideos chinos
salpicados por los lados. El suelo que lo rodeaba estaba lleno de
colillas de cigarros. Gloria sabía que si ella no limpiaba, nadie lo
haría. Ella cerró la nevera.
—Este sitio es un foso. —dijo ella—. Apesta.
—Entonces vete a otro lado, nena. —aconsejó Nate,
rascándose bajo su camiseta para enseñar una losa de
estómago tonificado. El entrenaba obsesivamente —el sótano
9Kebab significa "carne a la parrilla" en persa. Normalmente el kebab se hace
con cordero y ternera, también el pollo y el pescado pueden ser empleados en algunas
variantes.
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de la Casa Ocho estaba lleno de maquinaria de gimnasio— y
era capaz de encorvarse, malhumoradamente de encanto.
Esto no era algo que usara para molestar a Gloria.
Gloria le sacó el dedo. Decidió quedarse un rato más, incluso
si sólo era para molestar a Nate. Pero no se pudo relajar. Sus
sentidos se agudizaron de manera extraña, lo bastante fuerte
como para estar cómoda. El aire estaba impregnado con el
aliento masculino a cerveza y el picante marrón de hachís.
Fugazmente, parecía poder saborear los pulsos de la música
—metálico, como cuchillas, como sangre—y oír el sabor de la
chispa de la Coca Cola en su boca. Pero ella negó con la
cabeza, y la confusión se aclaró.
Golpes y maldiciones anunciaron la llegada de Patch y Earl,
dos miembros del aquelarre de mayor edad, que, a decir por los
sonidos, se tropezaron con los microondas. Patch entró por la
puerta frotándose la espinilla.
—Ahora bien, —dijo, con su cara marcada por la viruela en
una mueca— ¿Oíste acerca de lo que pasó con los
Wednesdays? ¡Charlie Morgan acaba de reunirse con la señora
del PM!
Charlie Morgan era el jefe del aquelarre Wednesday. Sus
hermanos Frank y Vince eran el financiero y el ejecutor,
respectivamente, y su esposa Kezie fue la cabecilla de las
brujas. Su aquelarre no solo era grande y brutal, sino que
también poseía negocios legítimos, incluyendo un restaurante
de moda y varias discotecas. Y ahora, al parecer, se habían
trasladado a las artes —el periódicos que Patch estaba
sujetando mostraba la tosca y carnosa cara de Charlie
viéndose al lado de la esposa del Primer Ministro. El escenario
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fue una gala repleta de VIP por Royal Opera House. Charlie se
hacía llamar “empresario e inversionista”.
Gritos de risa siguieron el periódico alrededor de la
habitación. Cuando se lo pasaron a Gloria, su brazo se movió
por lo que derramó la bebida sobre su camiseta.
—¡Maldito infierno! ¿Es que no podéis ver lo que estáis
haciendo, panda de patanes?
—Ese PTM1 está sacando lo mejor de ti de nuevo— Nate
arrastró las palabras.
No lo hacía, pero los cambios de humor se sentían como una
versión extrema. Durante toda esta semana, Gloria o estaba
volando alto o empapada de melancolía. Al igual que hoy —
conteniblemente alegre a la vista de las hierbas que soplaban
en la brisa y ahora negro como un trueno debido a un estúpido
derrame de Coca-Cola. Ya era hora de poner control.
—PTM suena bastante bien. —le dijo a Nate, arrojando su lata
vacía en su dirección. —Me largo de aquí.
La ruta más rápida para volver a casa era a través de una
puerta corredera que había en el rellano del primer piso de la
Casa Siete. Esta puerta conducía a una cocina improvisada que
contenía un microondas, una estufa y una nevera. Su padre
estaba allí, calentando una taza de sopa. Él pareció
sorprendido de verla.
—¿No tienes, uhm, escuela esta tarde?
—Formación del profesorado.
—Ah…¿ de nuevo?
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—Sep.
—Mmm
Su padre se frotó su delgado pelo castaño en un gesto
ansioso. Sabía tan bien como Gloria que nadie podría hacerla ir
a la escuela si no tenía ganas. Aguda como un cuchillo, eso fue
lo que la tía Ángel dijo. Ella no necesita ninguna certificación
para probarlo.
Como consecuencia, Gloria se perdía la escuela menos de lo
que solía. A sus primos segundos, Candice y Skye Morgan, les
gustaba alardear acerca de su fantástica escolarización y sus
educadas formas, y a pesar de que las lecciones podrían
aburrirla hasta morir, ella no pensaba en agruparse con las pijas
que iban haciendo ojitos a Nate, a Jacko y al resto.
De cualquier manera, su padre no estaba en posición de dar
lecciones. Se mantuvo fuera del negocio del aquelarre, excepto
para hacer las cuentas, y pasaba la mayoría del tiempo en su
habitación, jugando a los videojuegos en los que los inquisidores
hacían kickboxing armados con fabulosos artefactos que tienen
que desbaratar a una serie de brujas criminales y sus malvados
planes. También recogía las versiones ilegales, las del mercado
negro, donde las brujas eran las buenas, pero la calidad de los
gráficos eran siempre pobres.
—¿Cómo te va con Deathstar Enigma? —preguntó Gloria—.
¿No has pasado el nivel cinco todavía?
Las manos de Patrick acunaban la taza, delgadas muñecas
salían de su deshilachado jersey. Él sonrió con su vaga y dulce
sonrisa.
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—Aún no. Es complicado, pero ascenderé al siguiente, ya
sabes.
“Una sombra de su antiguo ser” eso era lo que la gente decía
acerca de su padre. Nunca fue el mismo desde que su esposa
desapareció una mañana de domingo de hace doce años.
Había pasado mucho tiempo desde que Gloria pensaba en él
como su protector, el nocturno consolador, que al final, no
había sido capaz de quitarle los malos sueños.
Pasó el paño de cocina sobre el microondas que se había
manchado de sopa. Nadie en ese lugar limpiaba lo que
ensuciaba.
—Hablando de ascender en el mundo… ¿Has oído lo del tío
Charlie?
—Él no es tu tío.
—Vale. Primo.
—Primo segundo.
—Lo que sea. —Gloria no estaba interesada en los puntos de
su árbol genealógico—Bueno, él está en el periódico con la
mujer del Primer Ministro. Uno de estos días se hará cargo de
Downing Street. No me extrañaría.
La frente de Patrick se arrugó dubitativamente.
—Espero no estar aquí para verlo.
—Vamos, papá. No soy fan de los métodos de los Morgan. Lo
sabes, pero sigue siendo divertido, ¿verdad? ¡Un jefe del
aquelarre codeándose con los jefes del estado! Demuestra
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hasta qué punto la gente como nosotros puede llegar, si
ponemos nuestras mentes en ello.
—“La gente como nosotros”… ¿Y qué significa eso? ¿Mmm?
—Su padre se deslizó lentamente hacia su habitación—
.Cuidado con lo que deseas, Gloria.
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Capítulo 5
Traducido por Lady Pandora
Corregido por Desafio89
ucas durmió mal esa noche. Se había acurrucado
alrededor de un puñado de hojas, y le oprimió una
sensación de aprensión, algo para lo que no se había
preparado o había dejado de hacer. Finalmente, se
durmió, sólo para despertarse unas horas más tarde. Su
cabeza bullía por el calor, inundado por todos lados por una
oscuridad que parecía estar llena de extraños aleteos y susurros.
Y a pesar de que debía de haber tenido miedo - tenía fiebre,
estaba enfermo, estaba alucinando - Lucas estaba lleno de
alegría en lugar de con una extraña emoción. Medio dormido,
se levantó de la cama y metió la mano en la vasta hirviente
oscuridad, con los brazos extendidos. Cualquier cosa que
estuviera esperando, la dejaría venir. Dejaría que lo consumiese.
Pero lo siguiente que sabía, es que había sol en la almohada,
y música en la radio. A la luz de un simple sábado por la
mañana, la extrañeza de la noche pronto se filtró de inmediato.
Su hermanastra, Philomena, y su madre estaban desayunando
en la cocina, cada bocado examinado por el Labrador de la
familia, Kip. En los cuatro años transcurridos desde que Marisa se
había casado con su padre, Lucas nunca la había visto
aparecer sin el pelo perfectamente posicionado y un rostro
perfectamente pulido, aún cuando estaba en bata. Philly, por
L
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su parte, estaba en su equipo de atletismo y agarró con mal
humor un pastel de arroz.
—Te ves tan ru-d-o —le informo.
—Buenos días a ti también.
—¡Dios mío, Lucas, estas muy pálido. ¿Estás bien?
—Sí, gracias.
Sacudió la cabeza para despejar el débil zumbido de sus
oídos, y se fue a acariciar a Kip. El perro le enseñó los dientes,
retrocedió, y Lucas lo miró con sorpresa.
—Er... es solo que no he dormido muy bien.
—Bueno, asegúrate de no excederte en la fiesta de Charlton
de ésta noche. —Marisa tomó un sorbo de té verde delicado—.
Aunque supongo que Philly te echará un vistazo.
Tanto Lucas como Philomena se pusieron tensos.
—Dios, mamá. No soy una niñera. Ya es bastante malo que los
padres de Sophie la estén obligando a permitir que los amigos
de Nick nos acompañen.
—Oh, pero, querida, creo que la celebración de una fiesta de
cumpleaños conjunta es un idea encantadora. Todo incluido.
Debemos pensar en ello para cuando tú y Luc…
—¿Esta papá por ahí? —Lucas intervino a toda prisa.
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Llamó a la oficina hace media hora. Otra crisis con el proceso
de Goodwin, me imagino.
Ashton estaba procesando el caso de Bradley Goodwin, una
bruja acusada de trabajar independientemente para el
aquelarre Wednesday. La Inquisición estaba presionando por la
pena de muerte basándose en que una de sus maldiciones
había dado como resultado la muerte de un policía. Esperaban
usar la amenaza de fuego compacto para asustar a Goodwin y
llegar a un acuerdo. Si pudiera ser persuadido para informar
sobre sus ex socios, el aquelarre estaría seriamente afectado.
Hasta ahora, sin embargo, el proceso había estado asediado
por problemas.
Las pruebas habían sido manipuladas, uno de los testigos
había desaparecido, y el otro se había retractado de su
declaración. Los juicios de brujas no utilizaban los jurados
ordinarios, pero el tribunal de jueces se componía de un grupo
de inquisidores retirados y oficiales militares, funcionarios y
magistrados. Todos los miembros del tribunal estaban bajo
vigilancia inquisitorial.
Marisa suspiró.
—¿Por qué estas situaciones de emergencia siempre parecen
suceder en los fines de semana, realmente no lo sé... De todos
modos, supongo que es hora de vestirme.
Tan pronto como su madre se había ido, Philomena miró a
Lucas con los ojos entrecerrados.
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—En serio, será mejor que no te pegues a mí esta noche.
Probablemente Gid esté allí, y lo último que querrá es ser
acorralado por un explosivo fan de la sangrienta Inquisición.
Lucas se estiró y bostezó.
—¿Tú crees que no tengo nada mejor que hacer que perder
mi tiempo en seguir tu rollo?
—No te ha detenido antes.
Filomena compartía con su madre el color del pelo
expertamente aplicado y los gustos caros, pero su estructura
robusta y sus fuertes facciones eran de su padre, el banquero
Rupert Carrington. Ella iba bien arreglada y a la moda como
para pasar por atractiva, lo bastante conocida e intimidante
para pasar por popular, pero no era algo natural. Era diferente
para Lucas. El hecho de ser más joven, y chico, no debía ser
ningún tipo de amenaza, pero era una espina que tenía
clavada y se negaba a reconocer.
En cierto modo, Lucas era consciente de eso. Eso hacía que
tolerara más a Philomena de lo que hubiera hecho.
Sin embargo, su tolerancia tiene sus límites.
Mirando a la torta de arroz de Philomena, Lucas se dirigió
hacia la nevera.
—Ahora, lo que realmente me apetece —dijo con deleite—.
Es un bueno y grasiento sándwich de tocino jugoso. Mmm. . .
La verdadera causa de la citación al trabajo de Ashton
Stearne se convirtió en aparente un cuarto de hora más tarde,
cuando Marisa llamó a Philomena y a Lucas para poner las
noticias. Una tormenta provocada por brujas (o —silbido del
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viento—) se había planteado en la oficina de Helena Howell,
MP, rompiendo ventanas, destrozando muebles y dispersado
documentos. Aunque el edificio debería haber estado vacío en
las primeras horas de la mañana del sábado, un limpiador que
salía de noche había sido golpeado en la cabeza por una
luminaria y asesinado. El motivo del ataque era lo
suficientemente claro: Howell presento un polémico proyecto
de ley para limitar los beneficios estatales disponibles para las
brujas.
Los tres vieron el último informe en la televisión del salón.
Jack Rawdon, director del DBSS, estaba siendo entrevistado
en el estudio.
—¿Sus agentes ayudarían a la Inquisición entregándoles al
perpetrador? —le preguntó el periodista.
La cara de Rawdon era solemne mientras se dirigía a la
cámara.
—El crimen es crimen, quienquiera que lo cometa. Y la justicia
es la justicia, quienquiera que trate con ella, ya sea una bruja o
un inquisidor. Ambos, el DBSS y la Inquisición aportaremos
nuestras competencias en la lucha contra el crimen en los
brujos. El compromiso y los conocimientos de la Inquisición son
celebrados con justicia. Es mi esperanza que la contribución de
IBAS también llegue a ser reconocida. Cuanto más trabajo se
nos permita realizar, más seguro estará nuestro país.
Cabrón oportunista, pensó Lucas. Ni siquiera contestó a la
pregunta.
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La entrevista fue seguida con una recapitulación de la historia
hasta ahora, y la reacción del suegro del limpiador de muertos,
que dejó atrás dos niños pequeños.
—Esa pobre familia... —Marisa murmuró, apretando su mano
al corazón. Con la otra mano, alcanzo la de Lucas.
Los ojos de Philomena se clavaron en el retrato de pluma y
tinta de Camilla Stearne sobre la chimenea. Se había hecho un
año antes de que la madre de Lucas fuera asesinada por el
grupo terrorista de brujos Endor.
Tan pronto como pudo, cortésmente, Lucas desprendió su
mano de Marisa. Tuvo cuidado de no mirar hacia la repisa de la
chimenea tampoco. A Lucas nunca le había gustado
especialmente el dibujo, él sabía que su madre había sido una
mujer bonita, pero el artista le había dado una melancolía
soñadora que estaba en desacuerdo con otras consideraciones
de alguien animado y determinado. Aunque Lucas era solo un
bebé cuando murió Camila, le molestaba el poder del retrato
para crear un recuerdo que fue puro romance, y fatal
melancolía. Era algo que trataba de resistir, siguiendo el ejemplo
de su padre.
Para el momento en que Lucas llegó a la fiesta, las
celebraciones ya estaban en marcha. Siempre le habían
gustado los Charlton, eran un grupo ruidoso y divertido, y
también le gustaba su casa. Grande y laberíntica, la grandeza
de su nivel en su mayoría era oculta por una ola de familia
desordenada. Todas las habitaciones de la planta baja ya
estaban desbordadas por los invitados y la música de los
sistemas de sonido competentes.
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Encontró el nivel de ruido demasiado alto. A medida que el
día avanzo, la tensión en su cabeza había vuelto, un pulso
caliente y pesado en su cráneo.
A pesar de que no le dolía exactamente, se esforzó por
intercambiar las bromas por costumbre con su público habitual.
Se preguntó si Bea había llegado ya y cuánto tiempo haría falta
para encontrarla en la aglomeración. Tom estaba tratando de
decirle algo, pero el zumbido en la cabeza significaba que se
había perdido la mayoría.
—Abajo, en el estudio —repitió Tom, haciéndole señas. —Ven
y lo verás.
Estaba mucho más tranquilo en el sótano. Una cadena de
luces acogedoras parpadeaba alrededor de la habitación,
iluminando un sofá y la TV de pantalla plana, y las capas de
carteles de películas e invitaciones de conciertos que cubrían
las paredes. Gideon estaba allí, en el centro de un grupo de
cinco o seis personas. Estaban admirando algo que les estaba
enseñando. Un yelmo o un bozal de algún tipo.
Eran unas riendas de bruja.
Mientras Lucas se acercaba más, Gideon levantó la vista y se
encontró con su mirada. Sonrió.
—Ven a echar un vistazo a esto, Stearne. Lo encontrarás
bastante educativo.
Y Lucas sabía que Gedeón no había olvidado el incidente
con la película de fuego compacto más de lo que quisiera.
En realidad, Lucas había visto antes tales artilugios.
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Las riendas eran una especie de jaula de hierro para la
cabeza, equipada con una cuerda metálica que sobresalía de
la boca y mantenía aplastada la lengua.
En este ejemplo, la cuerda era sencilla y plana, pero algunas
veces estaban repletas de clavos, con el fin de extraer la sangre
si el usuario intentaba hablar. Durante muchos años, la gente
pensaba que los hechizos se llevaban a cabo principalmente a
través de las palabras.
Ahora lo sabían mejor, pero el auténtico punto de las riendas
era su material. El hierro limita sus poderes. Hoy en día, los puños
de hierro habían sido usados por las brujas que optaban
renunciar a su magia y vivir vidas normales. Sin embargo, en
tiempos pasados, las riendas eran utilizadas como prisiones
portátiles, listas-para-usar.
—Este es un modelo de principios del siglo XIX —estaba
diciendo Gideon—. Y lo que es inusual es el modo de sujeción
de la muñeca que ha sido incorporado al diseño. —Levanto una
cadena unida a la parte posterior, que terminaba en un par de
esposas. A pesar de que las riendas se abrían y cerraban con un
simple cierre, la bruja encarcelada no sería capaz de alcanzarlo
para usarlo—. Debería haber sido declarado arte en su día. Y
basta con ver el trabajo decorativo. —Hizo un gesto a las
bandas de hierro, lo que dio a luz un patrón de las aves y las
flores—.Debe haber sido hecha por un verdadero artesano.
—Un torturador de la clase alta —asintió Lucas.
Los ojos claros de Gedeón eran casi incoloros en la
penumbra.
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—La gente hizo lo que tenía que hacer. Entonces era de
nuevo un mundo más duro.
—Y no ha cambiado mucho desde entonces —dijo una de las
chicas, hacia los murmullos de acuerdo—. Mira lo que pasó hoy
con la oficina del MP.
—Podríamos hacer frente a la misma amenaza —respondió
Lucas—, pero al menos tenemos mejores herramientas.
—¿Tenemos mejores herramientas? —Arrastró las palabras
Gideon—. Es curioso. No sabía que ya eras un inquisidor,
Stearne. A menos que haya un programa alternativo por la vía
rápida que no conozco. Papá está ejecutando algo, tal vez.
Lucas podría decir de las ondas de diversión que se trataba
de una ocasión, cuando él no tenía la habitación de su lado.
Incluso Tom guardó silencio.
—Ahora —continuó Gedeón, rápidamente marcó el final del
intercambio—. ¿A quién le gustaría un paseo con las riendas?
¿Alguna floreciente bruja quiere ser mi víctima?
La gente miró a su alrededor unos a otros, inseguros. Varias de
las niñas se rieron.
—Lo intentaré—anunció Nell Dawson. Ella normalmente era
una persona bastante tranquila, pero ella acababa de devorar
un vaso de vino, y se soltó el pelo en lo que fue sin duda era la
intención de ser un poco imprudente. Cuando Gideon la miró,
se ruborizó violentamente.
—Buena chica.
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Él le acarició la mejilla, y Nell volvió a ruborizarse.
Poco a poco, bajó la cabeza en sumisión.
La habitación estaba muy silenciosa mientras Gideon le ponía
las riendas.
—Abre la boca —dijo.
Nell abrió la boca y Gideon deslizó la cuerda de metal en su
lengua. Entonces, con menos cuidado, sacó sus brazos por
detrás de su espalda, sujetando sus muñecas con los grilletes.
Ella hizo un pequeño sonido ahogado.
—¿Cómo se siente, Nell? —preguntaron varias personas, y ella
logró hacer un encogimiento de hombros desigual.
—Hechizada, espero —comentó Gideon—. Piensa en todas
las brujas que han sido silenciadas.
—Cuidado, Nell —dijo alguien—. No querrás coger nada
desagradable.
—Sí —dijo otra persona—. Tal vez se venga abajo con el
poder.
—Ooooh, ¿alguna arpía en la línea de sangre de los Dawson
que debamos conocer?
—¿Es eso una peca en el brazo, o el beso del diablo?
—Siempre he pensado que Nell tenía algo espeluznante...
—¡Cuidado con la bruja!
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Riéndose, comenzaron a apedrearla con servilletas arrugadas
y tapas de botellas de cerveza.
Lucas observaba y esperaba. La ira había intensificado el
calor palpitante de su cabeza.
Tal vez Gideon había estado en su derecho al impugnar su
observación sobre los torturadores. Pero no siempre era justo
juzgar el pasado según las susceptibilidades modernas. Las
riendas de bruja eran un arma defensiva así como un
instrumento de opresión, una reliquia de una guerra que aún no
se había ganado. Sin embargo, la Inquisición había trabajado
duro para convertirse en una institución que pudiera ser
respetada y de confianza, así como temida. Y pese a todo el
cuidado de su construcción, las riendas eran algo vulgar, feo,
que pertenecía a los tiempos más primitivos.
Para hacer que tal artefacto sea parte de un juego en una
fiesta de borrachos... era como comerse por los ojos una capa
de fuego compacto pirateada. Era como esos hombres que
bebían gin-tonic mientras Bernard Tynan se quemaba.
Mientras tanto, Nell se sentó sola en el sofá, ya que el regocijo
y los misiles llovían. Su cabeza se inclinó con torpeza bajo el
peso del hierro. Lucas vio sus ojos lanzándose en su interior. Ella
hizo otro ruido sordo, y retorció los hombros.
—Creo que quiere quitárselo —dijo, cortándoles bruscamente
la diversión.
—Estoy seguro de que sí. Pero esa no es la forma en que
funciona, me temo —respondió Gideon. Apoderándose de la
cadena de la espalda de Nell, la empujo del sofá. Atrapada
perdiendo el equilibrio, cayó sobre sus rodillas. Gideon se
recolocó un mechón de pelo rubio de la frente y se humedeció
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los labios, mirando fijamente a la chica amordazada. Dio la
cadena de otro remolcador.
—Primero tiene que aprender la lección.
Se ha vuelto loco, pensó Lucas, con una descarga de asco.
—¿Y qué lección es esa?
Gideon le sonrió con suavidad.
—Ese delito de brujas no se paga.
Lucas endureció su rostro. Se acercó rápidamente a Nell y
palpo buscando el pesillo por la parte posterior de la rienda,
liberando la jaula.
Después de manipularlo un poco, se las arregló para abrir las
esposas también.
Nell tragó saliva y tosió, con la humedad rodando por sus ojos.
—¿Estás bien? —preguntó.
La siguiente tos era más como una arcada. Las manos de Nell
revolotearon en su garganta. Había marcas rojas alrededor de
sus muñecas. Entonces:
—Claro —dijo ella, demasiado brillante. Su voz era ronca—.
Estoy bien.
Siquiera Nadie la miró. Todos estaban observando como
Gideon miraba a Lucas.
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Lucas encontró las riendas más pesadas de lo que esperaba.
Parecía más frio de lo que el metal debía ser, las bandas de
hierro mordían con frialdad en la piel.
El ardor en su cráneo vaciló y titubeó. Se sentía
extraordinariamente cansado.
—Estas un poco pálido Stearne —observó Gedeón—. Tal vez
sea el momento de que subamos para arriba, ¿eh? La vida no
debe ser todo trabajo, sin juegos.
Lucas puso las riendas en las manos del otro chico.
—El problema es que te gusta mucho jugar.
Fue sólo entonces cuando se dio cuenta de que Bea estaba
allí. Ella debe haber bajado las escaleras detrás de él. Se
preguntó cuánto había visto y que había pensado, pero se fue
más allá de ella sin tenerlo en cuenta. Necesitaba un poco de
aire.
Lucas se arrepintió inmediatamente de su intervención. Había
venido como a través de un agujero pomposo, sin sentido del
humor. Y Nell era un poco tonta de todos modos, tratando de
hacerle la pelota a Gideon así. Ella no necesitaba ser
rescatada. ¿Qué demonios me pasa? pensó, mientras se
inclinaba de mal humor a través del invernadero y más allá del
jardín.
Pero la pregunta era inquietante. Por supuesto que no pasaba
nada, se dijo a sí mismo rápidamente. Es sólo uno de esos días.
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Me estoy poniendo enfermo y me hace estar irritable. Dios - si
sólo mi cabeza se quedara callada…
Varias personas, la mayoría amigos de Sophie, estaban
fumando en el patio, alrededor de unas velas dispersas. Uno de
los chicos desafinaba tocando la guitarra. Aun así, el aire de la
noche y la relativa paz eran un alivio. El crecimiento del jardín
era exuberante, borroso con la primavera. Lucas caminaba por
el césped hacia el estanque y frunció el ceño frente a su reflejo.
Alguien dijo su nombre.
—Hola —dijo Bea, un poco sin aliento.
—Hola.
—Me gustó lo que hiciste allí —le dijo—. Estuviste en lo
correcto interviniendo, se le estaba yendo de las manos.
Aunque Nell debería haberlo sabido mejor. Esta ridículamente
loca por Gideon, ya ves.
—¿No lo estáis todas?
—Oh-ho, eso ha tenido un toque amargo.
La sonrisa de Bea tenía un sesgo malicioso. A él le gustaba
eso. Lucas aprobaba a las chicas que eran confiadas, sin ser
demasiado firmes al respecto. También le gustaba su fina
camiseta dorada, y la forma en que las gotas de sus pendientes
se enredaban en su pelo.
Se alboroto su propio pelo y le devolvió la sonrisa. Se sentaron
juntos en el borde de piedra levantado del estanque.
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—Creo que la gente de hoy, en general, están al borde —
comentó Bea—. Acerca de los hechizos, quiero decir. Es a
causa del ataque. Mi padre decía que los aquelarres de brujas
se mantienen apartados de los delitos capitales, y por lo tanto
sólo los fanáticos como Endor podrían ser los responsables. Dijo
que las corrientes brujas criminales no correrían el riesgo de
enfrentarse a la Cámara de Quema. ¿Es eso cierto?
—Bueno, es cierto que los aquelarres mantienen a sus brujas
detrás de escena. Tienden a sentar las bases en vez de
comprometerse ante los crímenes reales. Pero el...
Lucas hizo una pausa. Aunque su reflejo parecía tan pálido
como siempre, las olas de calor habían empezado a palpitar a
través de su cuerpo. La sensación no era del todo
desagradable, pero se metió la mano en el agua, esperando
que el frio lo estabilizara.
—¿Sí? —apunto Bea.
—Uh... la muerte de ese limpiador era claramente un error.
Crear un silbido del viento es una cosa, controlarlo es otra muy
distinta. Esa tormenta tuvo la intención de asustar a la gente, no
de matarlos. Ese no es el estilo de Endor. Y Endor no ha estado
activo en el Reino Unido desde hace más de doce años.
—¿Te has preguntado alguna vez...? —Ella vaciló—. Conozco
el Juramente del Servicio, y cómo los inquisidores están
legalmente obligados a respetar los derechos de los brujos.
Pero, ¿te has preguntado cómo podrías... qué harías... si alguna
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atrocidad pasara, y te encontraras cara a cara con la bruja
responsable?
—¿Igual que el que mató a mi madre, por ejemplo?
Sus mejillas se tornaron rosadas.
—Lo siento. No quise ser insensible.
—No pasa nada. Es algo en lo que he pensado. Estoy seguro
de que papá también. Esperaría hacer lo correcto. Hay que
tener en cuenta que las brujas... bueno, están sujetas a impulsos
que la gente normal no puede entender. Hay algo primitivo,
natural, dentro de ellas.
—¿Estás diciendo que debemos hacer concesiones?
—No. Estoy diciendo que tenemos que recordar que no son
iguales que el resto de nosotros. Si encontrara a la bruja que
mató a mi madre, me gustaría hacer lo correcto, ya que
demostraría que era mejor que él o ella. Mejor que ellos.
— ¿Más humano?
—O más humano...
Una moto aceleró ruidosamente en la carretera. En las
brillantes arrugas de la laguna, la escena imaginada del
asesinato de su madre, nadó hasta él. El viraje, el salto hacia
abajo, los metales aplastados y los cristales rotos. La chapa en
llamas.
Podría haber sido inscrito como cualquier otro accidente de
tráfico, sino hubiera sido por un testigo que había visto a su
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madre luchando con la rueda, con el rostro congelado de
horror y con movimientos rígidos y desiguales, como si no fueran
suyos. Ya que una bruja debía de tener a la vista para lanzarle
su maldición, un segundo espectador también habría estado
presente en esa curva. Ahí habrían observado y esperado al
coche, sosteniendo un muñeco de Camilla Stearne en sus
manos. En algún lugar en el fondo, esta bruja habría
quebrantado las líneas de las sombras de la magia a través del
maniquí y en su equivalente humano; emanando su oscuridad a
través de la sangre y el cerebro de su madre, forzando a sus
miembros a su voluntad.
El accidente de coche había llegado a la altura de la
campaña de Endor, después de los atentados de Southampton
y el asesinato del secretario del Interior, antes del sabotaje al
Buque de Su Majestad Thrace. Las autoridades dijeron que el
asesinato fue concebido como una advertencia para Ashton
Stearne. Pero Camila provenía también de una familia antigua
de inquisidores. Para los fanáticos de Endor, esa sería una razón
suficiente.
Lucas miró a la mano de Bea, apoyada en la piedra a su
lado.
No obstante, aunque se acercaran, siempre serían dos
cuerpos diferentes, dos almas separadas. Entonces, ¿cómo se
debe sentir el invadir la conciencia de otra persona, como
hacen algunas brujas? ¿Para atar a otra alma a la tuya y mover
su cuerpo bajo tus ordenes? Tal vez por eso Gideon está tan
cautivado por las riendas, pensó Lucas. No sólo temía al poder
que tenían las brujas. Lo envidiaba.
La moto aceleró de nuevo, coincidiendo con el zumbido de
sus oídos.
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A pesar de que recordaba muy poco de la noche anterior,
vagamente reconoció el aumento de la desorientación febril.
Olas de alfileres y agujas habían comenzado a pinchar a través
de su piel.
—Lucas, ¿estás bien? —Bea fruncía el ceño con
preocupación.
—Estoy bien… me…
Me estoy volviendo loco.
Pero no, no, no lo estaba. Bea podría ver eso. Bea se
aseguraría de que estaba bien. Su tacto suave aliviaría la
picazón en su la sangre, su rosada boca haría callar el ruido en
aumento. Todo lo que tenía que hacer era mantener su
enfoque. Él sonrió y se inclinó hacia ella.
—¡Lucas!
Philly estaba marchando por el césped. Su maquillaje estaba
manchado y tenía el pelo revuelto, se aferraba a una botella
con una mano.
—¿Qué es eso? —dijo ella beligerante—. ¿Qué es eso que he
oído que has hecho una escenita con Gid?
Lucas y Bea se separaron.
—No tiene nada que ver contigo —dijo Lucas secamente,
sobre los tambores de sus oídos.
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—Sí, maldita sea, si quedas como un idiota delante de mis
amigos. Gid…
—Gideon nunca te miraría dos veces seguidas, estuviera yo o
no.
Hubo una pausa desagradable.
Entonces:
—Tú, gilipollas estirado —explotó Philly—. ¿Sabes cuál es tu
problema? Estas condenado a satisfacerte a ti mismo todo el
maldito tiempo, tú…
Su voz se unió al zumbido de su cráneo y a los silbidos de las
sombras. Ambos aumentaron a una nueva intensidad.
—Cállate —dijo, manteniendo la voz baja, para no añadirlo al
alboroto de su alrededor. Por alguna razón, una de las horquillas
de Philomena estaba en el bolsillo de su chaqueta, y él la
agarró con furia.
No podía oírse pensar.
Philomena le ignoro. Hizo caso omiso de los susurros y
zumbidos del grupo que salía del invernadero. Ignoró la mirada
hostil de Bea. La noche de Philomena no había tenido éxito, su
variedad de frustraciones había llegado a un punto crítico.
—Te lo advierto, si sigues actuando como si fueras superior…
Una y otra vez.
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Lucas cerró los ojos, tratando de concentrarse en el bálsamo
de rocío del jardín por la noche. Se imaginaba recogiendo su
armonía y presionándola contra la boca de Philomena que no
dejaba de parlotear.
Aumentando la presión alrededor de la horquilla para el pelo,
doblo hacia atrás el fino metal mientras rogaba por silencio. Una
cuerda de hierro, una nube de entumecimiento.
Que se calle, que se calle, articuló, como una plegaria.
Silencio...
—La cosa es, Lucas, lo que no apre…—Philomena tosió—. Tu
no… —hizo un sonido como de arcadas, igual que Nell después
de soltarle las riendas—. Tu… —Su voz se apagó en un sonido
desapacible, a continuación, en un susurro.
Y después, nada. Ella parpadeó confusa.
Uno de sus amigos, que habían estado rondando cerca, vino
y puso su brazo alrededor de ella.
—¡Vamos, Phil! —la engatusó—. Vamos adentro. Te daremos
un poco de agua y se te pasará.
Se pusieron rumbo hacia la casa, Philomena croaba en una
leve protesta, con su mano alrededor de la garganta.
—Maldición —juró Lucas.
—Está fuera de su cara —le dijo Bea—. No te preocupes por
eso.
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Lucas, de hecho, se sentía mejor. La presión se había elevado
y el calor se retiró.
—De todos modos, será mejor que compruebe que está bien.
Se levantó, tambaleándose ligeramente.
—Es gracioso —dijo Bea, y señaló—. Mira las campanas.
La puerta invernadero, al igual que todas las entradas a la
casa, tenía una hilera de campanas de hierro encajadas por
encima del umbral, listas para hacer sonar la alarma en el caso
de que una bruja que lanzara algún hechizo se acercara. Las
tres habían comenzado a temblar.
Bea estaba más intrigada que preocupada.
—Qué raro. Me pregunto que las habrá puesto en marcha.
Aunque no es como si realmente estuvieran sonando.
A pesar de todo, la amenaza de su campaneo estaba cerca,
tan cerca como un eco. Lucas parecía sentir el metal
repercutiendo a tiempo en el hormigueo de su cabeza. Pasará
lo que pasara, y bajo ningún concepto, sabía que no debía de
dar un paso más cerca de las campanas. No debía pasar por
debajo de ese umbral.
Mientras tanto, la multitud en el patio continuaba riendo,
fumando y bebiendo. La luz de las velas parpadeaban en la
brisa. La noche ya había perdido su paz, al igual que Filomena
había perdido su…
Su voz. Philomena había perdido su voz.
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Qué extraño y repentino había sido el modo en que el ruido se
había ahogado fuera de ella. Era casi como si ella... como si...
Dios mío, pensó Lucas salvajemente, hemos sido hechizados.
Se quedó alrededor de los susurros profundos del jardín. ¿Quién
sabía lo que podría estar al acecho? Con el miedo, el calor
palpitante regresó, con una fuerza que le hizo jadear. Bea le
miró con curiosidad.
—Lo-lo siento —balbuceó—. Me encuentro fatal. Me tengo
que ir. Lo siento.
—Espera —gritó ella, ya estaba dando tumbos lejos de ella,
hacia la puerta en la pared en el fondo del jardín.
Tenía que escapar.
El taxista lo miró con desconfianza, pero Lucas se dijo que era
perfectamente natural, en lo que a este hombre concernía, él
era sólo un chico de botellón, que podría estar enfermo en su
taxi.
Y Lucas, realmente se sentía enfermo ahora. Enfermo de
vergüenza. Abandonando a Bea, abandonando a Philly y el
resto así como así.
¿Y si hubiera, de hecho, malhechor al acecho? Él había
huido, abandonándolos. Abandonado todo... En el fondo, sin
embargo, sabía que su miedo por los demás estaba fuera de
lugar. Ni siquiera era cierto. Había sido creado para distraerle
del otro miedo no reconocido. Porque el instinto le decía que
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cualquier amenaza que hubiera susurrado en la brisa, y hacer
que las campanas temblaran, ya se había ido de la casa.
El taxi se detuvo casi antes de que se diera cuenta. Lucas
puso un billete de veinte libras en las manos del conductor y
salió a trompicones sin esperar el cambio. El guardia nocturno,
Andy, estaba de servicio en la garita, y a Lucas le costó con
todas sus fuerzas investigar la cámara de circuito cerrado de
televisión con su sonrisa habitual mientras tecleaba el código de
la entrada principal. Se acercó a la puerta de entrada con la
boca seca y las manos húmedas, y cuando la atravesó sin que
sonara la alarma, sólo en parte se tranquilizó. Las campanas no
advertían de todas las brujas, sólo de aquellas que lanzaran
maleficios.
La casa estaba vacía. Philomena todavía estaba en la fiesta,
Ashton y Marisa también estaban fuera. El silencio sólo fue roto
por el gutural tic tac del reloj de pared en el pasillo. Sin
embargo, la familiaridad del hogar no le daba la bienvenida.
Como un intruso, evitaba los ojos de los retratos.
Algo oscuro se movió en un rincón. Se detuvo, inseguro, y oyó
un gruñido largo y bajo.
—¿Kip? Está bien, chico, soy yo.
El gruñido se intensifico. Pero al momento siguiente, se oían
unas patas escarbando en la madera lustrada, y el perro se
había ido.
Lucas enderezó los hombros. Luego subió a su dormitorio y
empezó a sacar cosas del armario que solía usar para
almacenar viejos libros y carpetas. Se obligó a sí mismo a darse
prisa: no podía entrar en pánico aquí. Sacó un ensayo del último
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trimestre, “Como identificar a los brujos y sus trabajos”, y se
quedó mirando a su propia escritura, en cómo la enérgica tinta
negra fluía con seguridad a través de la página.
Se estima, decía el primer párrafo, que aproximadamente uno
de cada mil personas se convierten en brujos.
Menos del 0,1% de la población británica. Lucas ya sabía eso,
por supuesto. Ya sabía toda la información que estaba
buscando. Sólo necesitaba verlo escrito de su propia mano.
De éstos, las mujeres brujas superan en número a los varones
en alrededor de tres a uno. El séptimo sentido ("poder") suele ser
desarrollado entre los veinte y treinta años...
Por lo tanto, estadísticamente hablando, sus probabilidades
personales eran mucho mayores que de mil a uno. Su mente se
apresuró a hacer el cálculo.
... aunque en casos excepcionales, puede surgir antes, en la
adolescencia o incluso a veces en la infancia.
Aunque, ¿Qué eran exactamente esos casos excepcionales?
En ese momento, Lucas daría la bienvenida a algunos datos
adecuados. Listas, tablas y gráficos, como los diseminados a
través de los trabajos de investigación en el estudio de su padre.
Pero no importa, porque El poder casi siempre se da en las
familias.
Casi siempre. Casi, casi, casi.
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Pero no al cien por cien. No es infalible, de forma continua y
para siempre.
Lucas apretó los dientes y paso de página.
La aparición del Séptimo Sentido afecta a las personas de
diferente manera. Los síntomas pueden incluir zumbido en los
oídos, sinestesia (sensaciones cruzadas), alucinaciones
nocturnas y una sensación de ardor o picazón.
Estas molestias sólo se alivian con el primer hechizo de un
brujo.
—No —dijo Lucas en voz alta, aunque su voz temblaba.
Bastante. Su sangre se había enfriado, y el eco en su cabeza
se había ido, pero no había hecho ningún hechizo. ¡Por el amor
de Dios! Philomena simplemente había bebido demasiado y se
había ahogado con su propia indignación. Fue una
coincidencia, eso es todo. Tenía que serlo.
Mientras tanto, sus propias palabras marcharon sin descanso.
Una bruja utiliza su séptimo sentido mediante la canalización
de facultades mentales (similar a la telepatía, el control de la
mente, la psicoquinesia y la precognición) a través o dentro de
las personas, animales u objetos. La práctica del poder también
se basa en facultades físicas normales, como la vista, el tacto y
sonido.
Tanto como intento bloquearlos, los recuerdos se sucedían
rápido, en un patrón caleidoscópico de la vista, el tacto, el
sonido. La imagen que había creado en la cabeza de silencio
negro, envuelto contra la boca de Philomena. El apretón de su
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mano alrededor de su horquilla para el pelo. Esos susurros
pidiendo silencio. El temblor de las campanas.
Por primera vez, se acordó de que se despertó por la noche, y
la extraña sensación de exaltación que había sentido al tiempo
que abría sus brazos a la oscuridad. Exaltación y... poder.
Pero quedaba una última prueba. Una última esperanza.
... el así llamado “Beso del Diablo” es la marca física del
poder, dado en todas las brujas, aumenta y disminuye, de
acuerdo al trabajo hecho...
Lucas aparto cuidadosamente el ensayo (¡un trabajo
realmente excelente! Había escrito su profesor en la portada).
Luego bajó al cuarto de servicio y encontró el kit de costura de
la ama de llaves.
Metódicamente, buscó la aguja más larga y más gruesa que
pudiera encontrar. Con calma, se dirigió al piso de arriba y
hacia su cuarto de baño.
Poco a poco, deliberadamente, empezó a desnudarse.
Lucas se puso en pie y miró a su yo desnudo en el espejo. Su
apariencia rara vez se le preocupaba, pero esa noche parecía
como si estuviera escrutando su cuerpo por primera vez.
Empezó con las manos, procediendo a un examen preciso de
cada arruga y pliegue de su carne.
Él sabía lo que estaba buscando. Una nueva e inexplicable
marca, más grande que una peca o lunar, pero no mucho más.
Algo como una flor o un hematoma bajo la piel.
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Sin embargo, cuanto más miraba sin encontrar nada, más
asustado se encontraba. Esperar era insoportable. Creció su
obsesión, y después se puso frenético. Comenzó a apretar y
girar trozos de carne, rastrillando la piel estirada con las uñas.
Entonces…
¿Eso podría…?
Calma.
Una mancha pequeña y desconocida bajo el omóplato
izquierdo. Era de color púrpura-negro, oscuro como el pecado.
Lucas lo tocó y sintió un latido suave florecer en su cabeza,
como un eco.
Cuando el diablo besaba, decía la gente, el cuerpo moría. La
marca del poder estaba adormecida. Una persona podría
poner la punta de un atizador caliente contra ella y el portador
ni se inmutaría. Los buscadores de marcas de la Inquisición, sin
embargo, usaban agujas.
Tomando a ciegas su aguja, Lucas la clavó en la mancha. El
metal perforo la piel y se deslizó hasta el hueso de su omóplato.
No había sangre, ni pinchazo. No había rastro de daño. Nada.
Siguió empujando brutalmente con la aguja: brazos, cuello,
pecho, hasta que estuvo salpicado de sangre y se quejaba.
Arrojó la aguja.
Lucas se agacho desnudo en el suelo mientras las lágrimas
ardían en sus los ojos y las manchas de sangre se difuminaban
en su piel. Apenas las había notado. ¿Por cuánto tiempo se
quedó allí, meciéndose hacia atrás y adelante?
No lo sabía. Nítidas letras negras marcharon a través de la
inexpresividad de su cabeza.
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Mi nombre es Lucas John Augustine Stearne. Tengo quince
años. Mi padre es un inquisidor de la duodécima generación.
Mi madre está muerta.
Soy Lucas Stearne.
Tengo quince años.
Soy Lucas.
Soy Lucas.
Soy un brujo.
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Capítulo 6
Traducido por Katiliz94
Corregido por Desafio89
loria menudo se exasperaba por su padre pero después
de su último encuentro acabo sintiéndose deprimida.
De repente tuvo un impulso de celebrar la noche del
viernes, unirse a la multitud e ir a bailar. Al final, encontró
paz con Nate y al colarse en un club nocturno del que él había
estafado las entradas.
El conserje era compañero de Earl, así que conseguir entrar no
fue un problema. Pero no era el tipo de lugar de Gloria: un
sumergido sótano caro lleno de desaliñados hippies y el tipo de
chicos de colegios públicos a los que les gustan los barrios
marginales con estilo. Nate había conseguido los asientos del
dinero de un niño que quiso jugar a los gangsters, y era lo
bastante idiota para pensar que Nate era el verdadero
negocio.
Fue una extraña noche. Gloria se sintió llorosa y asustada,
pero se rio muy fuerte y habló más. Sus sentidos hormigueaban
sobre todas las manchas negras y las brillantes chispas bailando
ante sus ojos. Llegó a casa justo antes del amanecer y no se
despertó hasta el mediodía, cuando fue despertada por un
alboroto en la habitación de al lado. Jack y su “encendida-y-
apagada” novia estaban gritando un doloroso asesinato. Por los
sonidos de ello, había acabado de tirar el teléfono a la cabeza
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de él. Entonces pegó un portazo y la tranquilidad estaba de
nuevo.
Lo mismo de antes, lo mismo de antes… Gloria salió a
trompicones de la cama con un gemido. El pálido edredón
amarillo dolía contras sus ojos. El roce de una cortina raspó en su
piel. Un niño llorando en algún lugar en el exterior raspaba,
monótonamente, dentro de su cráneo.
Su ventana daba a un desorden de tejados que se extendían
por el reborde lleno de humo de Londres. Era una vista que
amaba. Hoy, sin embargo, la ciudad no parecía extenderse a
todas sus posibilidades, pero parecía empacarla en ella. Cooper
Street mostro pocas señales de elasticidad. Desde que Tía Ángel
tuvo una teoría de que la naturaleza atraía gérmenes, su propio
jardín trasero era sobretodo de hormigón y flores de plástico en
las macetas. El jardín de la Casa Siete se incremento de barro,
latas de cerveza y de ortigas; el de la Casa Ocho era un campo
de prisioneros de alambres de púas para los bull terriers de Joe
Junior.
Eso es, pensó Gloria. Mi vida, mi mundo. Estafas, inmundicia y
estúpidas peleas… debería ser mejor que esto. Omnipotente
Mab – tengo que serlo.
Al igual que Lily y Cora: hacerse a sí mismas mujeres, y dignas
líderes de brujas con ese nombre. Estilo con sustancia. Y a
diferencia de los criminales hijos de Lily, los cuales habían hecho
al Aquelarre Wednesday un refrán de crueldad y codicia,
habían mantenido su integridad. Esto es porque las personas
aún hablan con respeto sobre ellas. Gloria pensó en el otro
aquelarre de mujeres que había conocido alrededor de los
años, quienes habían crecido pellizcadas y envenenadas,
siempre desde la llegada del segundo mejor y último hombre
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presidiario, o más bien una reciente aventura. Incluso tía Ángel
no había escapado de toda su terquedad y astucia. Casada a
los diecinueve con un matón que había usado su fae cuando le
convenía, y arruinado todo lo que había salvado en la bebida y
jugando… ¿Cuál era la oportunidad de Gloria de superar los
obstáculos? Se recostó contra el marco de la ventana,
descansando su caliente mejilla contra el cristal.
En la valla del fondo del jardín de hormigón un gato atigrado
estaba lamiendo sus patas. Gloria recordó que había estado
acariciándolo ayer por la tarde, a pesar de que era una cosa
sarnosa y vieja. Ahora levantó la vista hacia ella, con las orejas
erguidas. Y en ese breve momento, el mundo cambio.
De repente todo estaba desteñido, casi incoloro, y borroso en
los bordes, incluso con la más pequeña de las partículas
hervidas con vida. Pero no era solo la calidad de visión la que
había cambiado. Su vista se había vuelto trastocada. Estaba
fuera en la parte trasera de la casa, mirando desde el jardín
hasta la ventana del ático. Durante un segundo, Gloria se vio a
si misma a través de los ojos del gato.
Gloria dio un grito ahogado. Torció los ojos cerrados, luego
miro fuera de nuevo. La vista retrocedió a la normalidad. Sin
embargo todos sus sentidos se agudizaron y confundieron,
chispeando con ferocidad, energía caliente.
Los animales eran más sensitivos para los hechizos que los
humanos. Eso era porque se hicieron buenos familiares. Se decía
que podían detectar el comienzo de una fae; algunas personas
pensaban que tenían sus propios fae, y que lo usaban para
comunicarse con las brujas.
¿Es…? ¿Esto es como…?
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No. No se inicia, se dijo a sí misma, en un tipo de pánico. No
pensar en ello, simplemente hacerlo.
El gato, despreocupado, había regresado de su aseo. Esto le
dio una idea. Desvaneciéndose, fue a buscar el vestido sin
mangas que había estado llevando ayer, cuando había
acariciado al gato. Bastante segura, el frente estaba cubierto
de pelo de gato. Sus temblorosos dedos pasaron a través de la
lana hasta que reunió un pequeño, grupo marrón grisáceo. La
actividad la calmó, dándole un enfoque para la reciente
presión en su cabeza.
Gracias a Hécate (Diosa Griega De La Brujería). El animal aun
estaba ahí cuando regresó a la ventana. Estaba rígido y
cuidadoso. Escuchando, como si hubiera sido llamado… Gloria
extrajo un par de pelos suyos, y los entrelazo con la piel del gato.
Luego escupió sobre él. Como todo lo demás, esto era puro
instinto. Pero aunque no había visto a nadie más hacer lo que
estaba intentando, sus temblores habían desaparecido, y se
sintió más fuerte y segura.
Mantuvo la vista en el gato mientras enrollaba la enroscada
punta humedecida del pelo y de piel en una hebra a través de
su palma. Cuidadosamente, lo ato alrededor de su índice
derecho, como un collar o anillo. Entonces levanto la mano
hacia la ventana, e hizo señas.
El gato movió la cola, pero su fuerza antinatural no cambio.
Algo estaba faltando.
Gloria recordó su primera reunión, y los canturreos, los ruidosos
besuqueos que había hecho cuando se acurrucaba al gato. Los
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hizo de nuevo. En respuesta, el animal abrió la boca en un
silencioso siseo. Aun canturreando, Gloria gesticuló abajo desde
la valla. Esta vez el obedeció. Su dedo se movió en círculos en el
aire. El gato se movió en círculos en el suelo. Ella señalo a la
izquierda, y el gato lo siguió. Derecha, y regreso de nuevo. Ella
se rio con deleite.
Todo el tiempo, había vislumbrado un segundo punto de vista,
no obstante un increíblemente lúcido color blanqueado, se
conglomeró con movimientos percibidos en lugar de verse. Su
propia nariz se contrajo ante el olor de sangre y tierra. Mientras
señalaba al gato a través del jardín, sintió el áspero rasguño de
cemento bajo sus patas.
El animal se acerco más. Las oscuras estrellas bailaban al
borde de su visión. El mundo se tambaleo y centelleo, y Gloria
cayó al suelo.
Cuando despertó de su desmayo o sueño o lo que sea que
fuese, era tarde y la casa estaba en silencio. Estaba un poco
rígida, pero por lo demás bien. Sin percepciones intensificadas o
estrellas fugaces.
¿Podía haberlo soñado? ¿O exagero y confundió lo que
pensó que había visto? Había sido una ocasión humillante
cuando tenía once años y tuvo gripe, y se jacto a todos de que
su acalorado estado fue el comienzo de la fae. El recuerdo aun
la hizo contraer la cara.
Aunque, realmente no dudaba de sí misma. Sin importar lo
que había sentido, visto y hecho, era cierto. Fue impreso en su
alma. El aura todavía colgaba en el aire a su alrededor.
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Gloria fue hacia el cajón de su mesilla de noche, y saco la
fotografía que guardaba allí. Ahora todo eso había cambiado,
se preguntaba si podría encontrar un parecido a la extraña en
el marco… la cara que embrujo sus visiones de la Corte de
Quema. Los ojos de la mujer eran vigilantes, distantes, a pesar
de que estaba sonriendo. Era lo mismo en cualquier otra
fotografía de su madre, incluso las del día de su boda. Edie
Starling, pensó Gloria, siempre había tenido que mirar a alguien
que estaba preparándose para salir.
A lo mejor Edie había estado planteando ese camino. Su
madre Cora había sido la más salvaje de las Gemelas Starling; el
padre de Edie podía haber sido cualquier otro de las variadas
celebridades, políticos y ladrones, porque Cora estaba de fiesta
todo el tiempo. Cuando Edie cumplió ocho años, Cora había
tenido algún tipo de ruptura, peleando con Lily, y
desapareciendo, llevando a su hija con ella. Nadie supo de ellos
durante cinco años. Cuando Cora finalmente estuvo en
contacto con sus hermanas, era tarde. Antes de que las tres se
pudieran encontrar, fue arrestada por la Inquisición, y murió en
el curso de su interrogatorio.
Por entonces, Edie tenía trece años. Lily la adoptó y la crio en
el Aquelarre Wednesday. Edie nunca habló de los cinco años
que había pasado a la fuga, pero Gloria a veces se preguntaba
si había dado a su madre el gusto para escaparse. Todos esos
comienzos y desapariciones, disgustos y falsos nombres…
¿Cuántas vidas había vivido? ¿Podía estar viviendo una
diferente ahora? A lo mejor un día Gloria soñaría sobre ello, en
lugar de la Cámara de Quema.
Sin embargo a pesar de que Gloria no se parecía a la rubia
con ojos abiertos detrás de las gafas, hoy se sentía más cercana
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a su madre de lo que nunca lo hizo antes. La fae que canto a
través de su cuerpo una vez había saltado a las venas de su
madre, y de estas a las de su abuela y tatarabuela antes de
eso.
Con cuidado, Gloria colocó la fotografía en el suelo. Se sentó
al lado de ella, cruzo las piernas, en frente del espejo. Su
ordinario pelo marrón estaba teñido para coincidir con el
blanco-rubio de las Gemelas Starling y sus ojos eran muy
marrones; suaves en algunas luces, oscuros en otras. Temía la
ligeramente nariz ganchuda de su padre, pero sus fuertes cejas
y la amplia boca curvada eran suyas. Quizás estas
características eran bastante fuertes para la hermosura, pero si
las personas recordaban su cara, era por buenas razones.
Gloria tomó una profunda respiración. Luego bajo el cuello
de su camiseta. Otra vez, el instinto la llevo directamente a lo
que buscaba. Situado debajo de la clavícula había una
pequeña flor del color de la medianoche. Era de suave
terciopelo, perfecto; un autentico lugar de belleza.
Durante algunas horas, Gloria Starling Wilde se sentó en frente
del espejo, mano apoyada en el precinto de la fae. Su
patrimonio y destino.
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Capítulo 7
Traducido por Nishta
Corregido por MewHiine
loria se despertó temprano por la mañana del día
siguiente, y durante unos segundos de aturdimiento,
podría haber sido como cualquier otro domingo.
Entonces, los recuerdos regresaron rápidamente y se
sintió como una niña de nuevo, despertándose en el día
de su cumpleaños o en navidad. Sintió chispas de regocijo por
todo el cuerpo.
Cuando su prima Candice Morgan se convirtió en bruja en
noviembre, sus padres Charlie y Kezia hicieron una fiesta que
duró tres días. No les importó que su fae fuera un asunto de
rango inferior, y era muy poco probable que la mujer le diera
mucho uso –actualmente estaba transitando el segundo
período en un complejo de rehabilitación en Arizona. Candice
siempre había sido una versión de Barbie, y ahora también era
una versión de drogadicta.
Gloria ya estaba esperando con ansias su propia celebración,
llena de champagne y bebidas. Já. Incluso Nate tendría que
tratarla con un poco de respeto.
Puesto que una bruja superior debería lucir como tal, se vistió y
se maquilló con especial atención. Base, bronceador,
delineador grueso de color negro, brillo labial rosa fuerte.
Pendientes dorados y botas de punta. La blusa roja tenía un
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escote bajo, pero al darse una palmada en la marca debajo de
la clavícula, y visualizar a la oscuridad encogiéndose en la piel,
fue capaz de reducirla al tamaño de un alfiler. Se colgó un
pañuelo de todos modos, sólo por si acaso.
Esta era la primera de muchas precauciones que tendría que
tomar. La vida estaba por volverse tanto riesgosa como
limitada, y necesitaba estar preparada. Ayer, su secreto había
sido demasiado nuevo y privado para compartirlo. Hoy,
anhelaba gritar las noticias desde el tejado –que se jodiera la
Inquisición. Pero la tía Angel le había hecho jurar que sería la
primera en enterarse cuando Gloria obtuviera la fae, y no iba a
romper su promesa.
Entonces, cuando a las nueve y media golpeó la puerta de su
tía abuela y no obtuvo ninguna respuesta, la decepción fue
aplastante. Se sentía engañada. ¿Dónde demonios había ido la
vieja dama? No tenía sentido preguntarle a su padre, quien
raras veces se levantaba antes del almuerzo, y aunque Gloria
podía escuchar las risas en el salón, no estaba lista para
enfrentar al resto del aquelarre.
Mientras la espera se extendía, el entusiasmo comenzó a
escurrirse, para ser reemplazado por frustración. Quería acción y
propósito. Quería la delicada y peligrosa emoción que había
sentido mientras su fae estiraba el brazo y tocaba a otra criatura
viva por primera vez…
Quería realizar hechizos.
Gloria había visto con frecuencia a Angeline en el trabajo, lo
suficiente para conocer los modos y los medios para practicar
su fae, y sabía que debería comenzar con algo pequeño y difícil
de detectar, que no arrojara el tiro por la culata demasiado
fuerte en caso de que algo saliera mal. Pero también quería ser
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útil. Con serenidad, consideró los asuntos recientes del
aquelarre, buscando un espacio para ser llenado o un
problema por resolver. Entonces recordó a Jimmy Warren.
Jimmy era un traficante que se ganaba la vida vendiendo
joyería robada. Cooper Street se llevaba parte de las ganancias
en retribución por enviarle los clientes en su dirección. Pero la
última semana se fugó, dejando al aquelarre entre sus tantos
acreedores. También había dejado atrás a su hermana, Trish.
Ella afirmaba que no tenía idea de a dónde se había ido. Nate,
sin embargo, estaba planeando una seria forma de refrescarle
la memoria.
A Gloria le agradaba Trish, y había cuidado a su niña
pequeña en varias ocasiones. No quería que los matones del
aquelarre se pusieran complicados con ella. Entonces sería
mucho mejor para todos, si ella lograra conseguir la información
de otro modo…
Una hora después, Gloria enfrentó a Trish Warren al otro lado
de la mesa, calentándose las manos sobre un tazón de té. Trish
generalmente tenía una belleza apagada, pero hoy, su rostro
estaba enrojecido y demacrado. Esto iba a ser fácil.
Había sido desagradable buscar en la basura de la casa,
pero dio resultados. Gloria estaba sosteniendo la caja de
plástico rosa de uñas falsas. Ahora la dejó reposar sobre el
paquete vacío de pastillas para el dolor de cabeza en su
bolsillo, asintiendo con compasión mientras Trish hablaba sobre
los defectos de su malvado ex, y las presiones del nuevo trabajo
en el bar. Parecía alegre con la compañía de Gloria y la recibió
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en el apartamento sin sospechas. La hilera de campanas sobre
la entrada del edificio había sido destrozada hacía mucho
tiempo; en un estado como el de Rockwood, los crímenes de
brujas no eran algo con lo que molestaras a las autoridades.
El mantel sucio de la mesa tenía un diseño de flores amarillas y
puntos rosados. Perfecto. Debajo del pañuelo de Gloria,
descansando sobre la clavícula, podía sentir el Beso del Diablo
comenzando a calentarse. Pensó en la marca de color púrpura,
que le palpitaba debajo de la piel.
Gloria se concentró en el mantel. En su imaginación, moldeó
los puntos rosados de nuevo, para que fueran rojos y vibrantes.
Se visualizó recogiéndolos y presionándolos, uno tras otro, en la
frente de Trish.
Trish se puso la mano en la frente, haciendo una mueca.
¿Estás bien?
Tengo una pequeña punzada. A veces tengo estas
migrañas.
Lo sé, pensó Gloria, moviendo con el dedo la uña falsa de
Trish contra la tableta de plástico de donde provenían las
pastillas. Salta, salta, salta, pensó, al mismo tiempo que se
movían los puntos rojos.
Uff. Llegan de la nada, en realidad. Su víctima se puso de
pie y fue a buscar un vaso de agua—. El doctor dice que es
estrés. Que tengo demasiado con lo que lidiar. Pero ¿qué
puedo hacer al respecto?
Mm. También debes estar preocupada por Jimmy.
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Trish se puso tensa con la mención de su hermano. Sin
embargo, la migraña que se acercaba le dificultó el
pensamiento. Supongo, masculló.
Había llegado el momento de que Gloria encontrara algo
más en la basura. Unos trozos rotos de cuentas, tipeados en
color rojo. Usaría el texto para explicar la pesadilla.
Tras la espalda de Trish, moviendo mudamente los labios dijo
Último Pedido, Última Advertencia, enviando las palabras, como
los puntos rosados al rojo vivo, dentro de la cabeza del objetivo.
El plástico de los analgésicos y el envoltorio de papel se
arrugaron contra sus dedos.
Acerca de Jimmy, le dijo amablemente. Todos estamos
muy ansiosos por encontrarlo.
Y como le dije al aquelarre, no sé a dónde se ha ido, —dijo
Trish débilmente.
Pero debes tener alguna idea, murmuró Gloria.
Último pedido… puntos rojos… papel estallado…
Punto estallado punto estallado punto estallado.
Necesito recostarme…
Sin embargo, de algún modo Trish no podía moverse del
fregadero. Quería decirle a Gloria que se fuera, pero la presión
en la cabeza la estaba haciendo perezosa.
Pronto te sentirás mejor, la calmó la niña. Sólo necesitas
sacarlo de tu pecho.
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Y repentinamente, Trish sintió eso, sí, sería un alivio para contar.
La lealtad a la familia era buena y firme, pero no era como si el
vago Jimmy hubiese ido por ella alguna vez. No le debía nada.
Jimmy tiene una mujer en dirección a Bermondsey, dijo
atontada Ella trabaja allí en un restaurante, The Hungry Bite.
Podría ser que estuviera ocultándose con ella.
Gloria sonrió. Ya veo. Una burbuja de placer le subió
directamente por la espalda. Muchas gracias.
Después de enviarle un mensaje de texto a Earl con el
paradero de Jimmy, el triunfo de Gloria comenzó a enfriarse. No
podía evadir el hecho de que había infligido dolor en alguien
para sus fines personales, y aunque no había disfrutado del
malestar de Trish, definitivamente disfrutó el proceso. Ahora se
sentía avergonzada. La próxima vez que usara su fae, y se
deleitara con la prisa atolondrada, quería que el hechizo fuera
algo limpio y brillante. Intransigente.
La fae no era como había esperado. En cierta forma, fue
como el primer período del primer beso, o incluso cuando se
emborrachó por primera vez: la experiencia no se parecía
mucho a lo que había esperado, pero una vez que sucedía, era
imposible imaginarlo de otro modo.
Un poco de dolor de cabeza era mucho mejor que ser
abofeteada por Nate y compañía, razonó ella. En cuanto al
destino de Jimmy Warren cuando lo atrapara el aquelarre…
bueno, ese no era asunto de Gloria. Él le había robado a un
montón de gente y ahora tenía que pagar las consecuencias.
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Jimmy conocía las reglas. También lo hacía Trish. Todos lo
hacían.
Para cuando llegó a casa, Gloria se había convencido de
quitarse los recelos. Incluso mejor, las luces de la sala de estar de
la tía Angel estaban encendidas, y la puerta estaba
entreabierta. Gloria se deslizó adentro para esperar su regreso.
Era una habitación donde cada objeto competía por la
atención. Las superficies estaban desordenadas, con servilletas
con puntillas y decoraciones en porcelana; las lámparas tenían
borlas y las cortinas flecos. Las paredes estaban cubiertas de
recortes de periódicos y fotos de la carrera de las gemelas
Starling. La favorita de Gloria era una foto vieja en blanco y
negro de Cora, Lily y Angeline caminando por una calle con los
brazos enlazados. Angeline se parecía tanto a sus hermanas
menores en esta foto que casi podrían haber sido trillizas
idénticas. Las tres tenían el cabello rubio claro con cortes de los
sesenta, ojos bordeados de negro y labios carnosos, y sus
expresiones tenían un brillo de travesura. Se veían jóvenes y
despreocupadas, invencibles.
Notó que la tía Angel había sacado el tazón de vidrio que
usaba para hacer adivinaciones, y se preguntó a quién había
estado fisgoneando esta vez. La tecnología de vigilancia
estaba tan fácilmente disponible en esos días que no se
requería mucho este tipo de trabajo pero, como decía su tía
abuela, los aparatos se rompían, y la fae no lo hacía. Gloria
levantó el tazón, y estaba arremolinando el agua
especulativamente cuando su dueña regresó.
No juegues con eso, dijo la vieja dama de manera
cortante—, o lo derramarás en mis muebles. Tampoco recuerdo
haberte invitado, señorita entrometida.
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Entonces miró una vez más al rostro de Gloria. Y Gloria
descubrió que ahora que había llegado el momento de la
revelación, no necesitaba decir nada en absoluto.
Ha llegado, ¿verdad? Susurró Angeline. Por las barbas
de Dios, ha llegado.
Gloria asintió, sin aliento.
La feroz mirada antigua de Angeline no se había suavizado,
pero comenzaron a deslizarse lágrimas por sus mejillas.
Todos estos años… Estos años de espera, observando y
esperando… Pero siempre lo supe. En la sangre y en los huesos,
lo supe. Eras una de nosotros. —Cerró los ojos. Valió la pena,
dijo en voz baja, como si fuera para ella misma. El sacrificio,
el sufrimiento. Sí, ha salido bien al final.
Dejó escapar un largo y tembloroso suspiro. Entonces se
acercó a su sobrina nieta y le apretó las manos solemnemente,
como si estuviera haciendo un pacto.
Una vida vivida a través de la fae es la mejor y la más
valiente del mundo. Nunca tuve la oportunidad de alcanzar mi
potencial, ni tampoco lo hizo tu amada madre. Pero para ti será
diferente. Me aseguraré de ello.
Gloria intentó sonreírle en respuesta. Con los ojos húmedos,
estaba preparada para reír y gritar y llorar, todo al mismo
tiempo. Pero la tía Angel ya estaba alejando las emociones.
Rápidamente, se sentó en el sofá y dio unas palmaditas en el
espacio junto a ella. Bien, entonces, siéntate y cuéntame
cómo fue. Hasta el último detalle, querida.
Esto era lo que Gloria había estado esperando. Cuando llegó
a lo del gato, al aliento de la tía Angel silbó. ¿Invocaste a un
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familiar? ¡Que Hécate nos ayude! ¿No sabes lo peligroso que es
eso? Han habido brujas que se han vuelto locas haciendo eso –
fundieron sus mentes con la de alguna bestia y nunca la
recuperaron.
Sucedió tan rápido que no tuve tiempo para pensar.
Mmm. La tía Angel frunció los labios. Bueno, la
invocación es una habilidad poco común. Hay probabilidades
de que seas una bruja poderosa. Lo cual es mejor, puesto que
lucir como esos piromaníacos de la Inquisición te hubiese tenido
en sus listas de vigilancia desde el día en que naciste.
Gloria miró a las tres mujeres sonrientes en la pared. Sus
hazañas habían sido de las historias que te contaban cuando
ibas a dormir, pero siempre había sabido, como en los viejos
cuentos de magia, que las brujas a menudo se encontraban
con finales infelices. La leyenda decía que las persecuciones
que sufrió su propia familia habían comenzado en el siglo
diecisiete.
Denunciar a una bruja con las autoridades permanecía como
el tabú más grande del mundo del aquelarre. Hacía dos años,
un trabajador independiente que había hecho algo de
hechizos para Charlie Morgan, fue reportado al Dictatoriado de
Crimenes de Brujas. El hombre que lo reportó fue encontrado
muerto tres días después con cada pulgada de su cuerpo
perforada con alfileres oxidados. Era la tradición del aquelarre
castigar a los soplones de brujas con torturas derivadas de las
técnicas de la Inquisición. El elemento disuasorio funcionó, a
pesar de la enérgica campaña de la Inquisición, las denuncias
eran escasas.
Pensando en esto, Gloria dijo, —Al menos tendré al aquelarre
cuidando mis espaldas.
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El aquelarre no debe saberlo. No aún.
Gloria la quedó mirando. ¿Qué?
Me has escuchado. Esto tiene que quedar entre nosotras
dos.
Pero qué había sobre su fiesta, y los regalos, y presumir
alrededor de Nate… ¿Quieres decir que no le puedo contar a
nadie? ¿Ni siquiera a papá?
Ni a un solo alma.
No lo entiendo. El aquelarre me necesita. Tú me necesitas.
Pensé que iba a ayudar, a aprender junto a ustedes, y…
Y lo harás, mi niña. Pero si eres siquiera la mitad de bruja que
pienso que eres, no sólo tendrás que cuidarte de la Inquisición.
El aquelarre Wednesday también estará detrás de ti igual de
rápido.
Gloria frunció el ceño. Los Wednesday no necesitan más
brujas. Pueden darse el lujo de tener a los mejores. Además, Kex
ya está entrenando a Candice para ser la bruja líder después de
ella.
El único entrenamiento del que esa chica es capaz, es la
forma más fácil de resoplar polvo blanco sobre su nariz.
Además, su magia es incluso más débil que la de su madre. —
Angeline olisqueó—. Kezia Morgan podrá ser una persona
tranquila, pero es una bruja común y corriente.
¿Qué hay sobre el hermano y la hermana de Candice?
Intentó Gloria Skye tiene sólo diecinueve años. Todavía
podría obtener la magia. También podría Troy, con ese criterio.
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Podrían. Pero es una apuesta arriesgada, y Charlie Morgan
no es un hombre apostador. No, una vez que sabe que eres
bruja, te querrá en sus libros, haciendo su voluntad al igual que
el resto.
—No voy a ser la ayuda contratada de nadie, especialmente
no para esa gente. Son demasiado prepotentes tal como están
las cosas.
—Por una buena razón. Cooper Street sólo tiene permitido
intervenir si los Wednesday lo dicen. Sin ellos como respaldo,
estamos muertos. —Miró a Gloria furtivamente—. También hay
algo más. Criar brujas es un asunto riesgoso, pero Charlie
Morgan juega un largo juego. Supongo que ya te está
arreglando el casamiento con su hijo y heredero. Troy tiene
cerebro; también ambición, a diferencia de esas hermanas
bobas que tiene. Dale uno o dos años, y te tendrá con brujas
bebés para el linaje Morgan.
—Agghh. No, ¡no lo haré de ninguna manera!
—Puede que no tengas opción, cariño. Si no quieres ser una
de sus posesiones, entonces serás una amenaza. Y sabes cómo
lidian los Morgan con esos.
Gloria se puso pálida y fría, y luego caliente de nuevo. —No lo
harían. No sólo somos aliados –somos familia, por el amor de
Dios. No lo creo.
—Entonces tienes tanto por aprender sobre las familias como
acerca de la fae. Mira cómo traicionaron a tu madre.
Lily Starling había adoptado a Edie con la intención de
educarla para ser bruja líder después de ella. Pero cuando Lily
murió, los otros miembros del aquelarre Wednesday decidieron
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que Edie con veintiún años era demasiado inexperta para
ocupar su lugar, y la esposa de Charlie Morgan, Kezia, se volvió
la bruja líder en su lugar. Ahí fue cuando Edie acudió a
Angeline. Si no hubiese sido por Angeline, habría estado en la
calle.
Charlie Morgan te ha estado vigilando, y esperando, del
mismo modo que yo. Igual que esos brujos imbéciles de la
Inquisición. Por suerte para ti, he estado un paso por delante de
ambos. —Angeline encendió un cigarrillo, mirándola entre una
nube de humo. Ahora, tengo un plan, pero aún hay cosas
que necesitamos poner en su lugar. Así que, mientras tanto, nos
quedaremos quietas y nos mantendremos calladas. Todo como
de costumbre.
¿Un plan? ¿Qué clase de plan?
Todo en su momento. Le dio unas palmaditas a Gloria en
la rodilla, y entonces se rió por su expresión atormentada. ¡Y a
no enfurruñarse! Lo primero es lo primero: ¿estás segura de que
nadie te ha visto metiéndote en líos con ese gato?
Segura. Pero…
¿Pero qué?
Hubo… hubo algo más. Tú sabes –yo, eh, antes hice un
poco de brujería extra. Sólo para probar las cosas.
—¿Probar cómo?
Gloria describió su encuentro con Trish. Aunque, está bien,
se puso nerviosa. Trish no sospechó nada.
Pero ahora se preguntaba si eso era cierto. Recordó la mirada
perspicaz que le había dado Trish cuando el dolor comenzó a
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retirarse, y el modo en que la mujer se había alejado de ella
mientras iba hacia la puerta. Sintió otra punzada de vergüenza.
Sólo fue un pequeño dolor de cabeza, agregó de manera
poco convincente.
Ese no es el punto, —espetó su tía abuela—. ¡Mab
todopoderoso! ¿No sabes que Trish Warren está trabajando en
estos días? En ese bar en la calle Cannoby: El Ángel. El cual
administran los Felton Cobbs.
Eso la hizo detenerse abruptamente. Felton era un informante
del aquelarre Wednesday. Oh… está bien. Aún así, no creo
que tenga ningún motivo para…
Alguien golpeó la puerta.
¡Lárgate! Gritó Angeline. Estoy ocupada.
Es para Gloria, contestó la voz de Nate de repente.
Charlie M está al teléfono. Quiere verla, pronto.
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Capítulo 8
Traducido por Nishta
Corregido por MewHiine
uedo hablar contigo, papá?
—Bien, pero hazlo rápido.
Detrás de la pila de papeles del
escritorio, Ashton Stearne le dirigió una sonrisa ligeramente
tensa. Se había comprometido para ir al servicio
conmemorativo de un colega esa tarde, por lo que vestía el
uniforme ceremonial: un uniforme de estilo militar de color
plateado y escarlata, adornado con sus medallas de servicio.
Era el que usaba en el tribunal, Lucas notó con gravedad.
—Yo, eh… es bastante importante.
—Entonces será mejor que entres.
Lucas cerró la puerta detrás de él y avanzó hasta el escritorio.
No estaba seguro de si sentarse o permanecer de pie. Los
horrores desenfrenados de la noche anterior se habían ido; a
estas alturas, sólo era consciente de la vacuidad. Se sentía
mareado e irreal. Todo era irreal. El momento de la confesión en
el estudio era, sin duda, demasiado melodramático para ser
verdad. Se paró delante del escritorio con rigidez, como un mal
actor en su peor representación.
—¿P
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Ashton jugueteó con el bolígrafo. Vio que Lucas notó el
jugueteo y dejó el objeto sobre el escritorio. Intentó dirigirle una
sonrisa alentadora. —Bien, entonces, colega. Dilo. ¿De qué se
trata?
Lucas se aclaró la garganta y dijo, demasiado rápido,
—Hay algo que necesitas saber sobre mí, y me temo que va a
ser un pequeño shock.
Su padre esperó, pero todas las otras palabras en secuencia,
ensayadas e imposibles, murieron en su garganta.
— ¿Estás en problemas?
Medio asintió, y medio se encogió de hombros.
— ¿Has hecho algo mal?
—No a propósito. El problema… el problema es… personal.
— ¿Un problema con tus amigos? ¿O con una muchacha?
Lucas sintió un arrebato de amargura cómica. Casi se rió.
Inspiró profundo. —No, el problema soy yo. Hay algo que he
descubierto sobre mí, sabes. Una diferencia. Es difícil admitirlo,
pero necesito contarte qué clase de… qué clase de persona
soy.
Su padre bajó la vista. Por primera vez, su vacilación coincidió
con la de su hijo. — ¿Es acerca de… chicos, entonces?
— ¿Chicos? —Repitió Lucas sin comprenderlo. La comprensión
comenzó a aparecer. — ¡No! No. Dios…
—En ese caso, —dijo Ashton Stearne mientras su paciencia se
agotaba—, ¿qué estás tratando de decirme, exactamente?
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Lucas esperó. Su padre esperó. Las palabras todavía no salían.
Tontamente, Lucas comenzó a desabrocharse la camisa.
Mantuvo la cabeza inclinada, demasiado consciente del rubor
de vergüenza que le inundó la piel. Una vez que se soltó la
camisa, se dio la vuelta y se la bajó, exponiendo el hombro
desnudo. La pequeña mancha aterciopelada.
Oyó a Ashton ponerse de pie, mascullando, y se inclinó sobre
el escritorio hacia él. Sintió en la piel la cercanía de la calidez de
su padre, sintió la ligereza de su curiosidad, seguida de una
repentina estricta concentración. La fuerte respiración
entrecortada.
—¿Eso es… eso es…?
—Sí.
Ashton no tocó la marca. Tenía la espalda derecha y el rostro
inmóvil. En el silencio, Lucas estiró la camisa y se abrochó los
botones, pero lo hizo torpemente, puesto que le temblaban las
manos.
—¿Durante cuánto tiempo lo has sabido? —Le preguntó su
padre finalmente, como si estuviera muy lejos.
—Desde ayer a la noche.
— ¿Se lo has contado a alguien más?
—No.
—Deberás hacerlo pronto. Deberás informárselo a la
Inquisición. Dentro de veinticuatro horas, esa es la regla.
—Sí. Sí, por supuesto.
Más silencio.
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—Eres muy joven.
—Lo sé. Debería ser imposible. Todo esto debería ser
imposible. Esto…
Su padre no parecía estar escuchándolo. —Eres tan joven, —
dijo de nuevo, tranquilamente. Cerró los ojos, y su rostro
envejeció.
Pero cuando volvió a abrir los ojos, su mirada era seria y su
tono enérgico. Puso la mano sobre el hombro de Lucas y le
dirigió una sonrisa resuelta.
—Estoy seguro de que lidiarás muy bien con esto.
Admirablemente, de hecho. No tiene sentido pretender que
esto no cambiará muchas cosas, pero juntos permaneceremos
firmes y haremos lo que sea que deba hacerse. Por supuesto,
tienes todo mi apoyo. Siempre lo tendrás, espero que sepas que
nada puede cambiar eso. No me cabe ninguna duda de que
Marisa y Philomena también te apoyarán completamente.
No dijo que todo estaría bien. No dijo, lo siento, y te quiero, ni
tampoco lo hizo Lucas. Aunque ambos sabían que el otro quería
hacerlo. Por el momento, eso tendría que ser suficiente.
El resto el día fue el más solitario de toda la vida de Lucas. Se
quedó encerrado en la habitación, aturdido por un
desconcierto tan pesado que se sentía como si hubiese sido
drogado. Ocasionalmente, era abrumado por el pánico. Los
pensamientos saltaban y chisporroteaban como maníacos.
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Entonces, él se ponía de pie, se abrazaba, y paseaba por la
habitación de un lado a otro hasta que el temblor se calmaba.
La casa estaba en un silencio absoluto. Philomena todavía
estaba en la cama, atendiendo su resaca; Marisa estaba en el
club de tenis. Ashton se había marchado para asistir al servicio
conmemorativo como lo había planeado. Todo lo demás, le dijo
con una vaguedad atípica, estaría resuelto para el lunes,
después del fin de semana. “Pasaría por la oficina” cuando se
dirigiera a su casa.
Con eso, quería decir que le daría la noticia al General
Localizador de Brujas. Después de eso, solicitaría una cita para
que Lucas fuera registrado.
Lucas sabía que el registro incluía una prueba de sus
habilidades como brujo, pero no sabía exactamente lo que esto
implicaría. Las técnicas Inquisitivas no eran divulgadas; había
aprendido sobre ellas en términos generales, pero no
específicos. Tendría que cambiar su cédula de identidad por
una nueva versión con una B estampada. Entonces vendría el
refreno en sí mismo. Las esposas de hierro permanecerían hasta
que dejara la escuela y encontrara un trabajo en el sector
público como brujo practicante. Incluso entonces, sería
monitoreado para asegurarse de que sólo hacía hechizos como
parte del negocio autorizado del gobierno.
Por lo que éstas eran sus últimas horas de libertad. Lucas se
miró las muñecas, imaginándose las bandas de metal que
pronto las rodearían. Lo correcto y educado era no mirar.
Siempre lo notabas, por supuesto, pero tanto tú como el brujo
pretendían que no lo hacías. Si no eras educado, entonces eras
otro asunto. La gente escupiría y se burlaría; Lucas lo había visto.
También había palizas.
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Con respecto a sus amigos, no estaba seguro de qué sería
peor, su compasión, o su repugnancia. Recordó la ceja alzada
que Tom y él habían compartido cuando Ollie les contó sobre su
primo. Había parecido admirablemente lejano a ellos en ese
entonces. Intentó no pensar en el rostro de Bea, sonrojado y
esperanzado, inclinándose hacia el de él junto a la laguna.
En su lugar, Lucas continuó regresando a su único acto de
hechicería. Con obsesión, repasó cada detalle de la pesadilla
de Philomena. Fue como quitarse una costra: asqueroso, pero
placentero.
También imaginó lo que Ashton Stearne les diría a sus colegas.
Se estaban tomando decisiones y se estaban poniendo marcha
acciones sobre las que Lucas no tenía ningún control. Si tan sólo
pudiera saber lo que realmente piensan todos, pensó. Si tan sólo
supiera lo que está sucediendo detrás del telón. Necesito estar
preparado.
Pero puedes estarlo, le dijo una pequeña voz traicionera.
Ahora tienes otros recursos. Y otra voz interior, una que Lucas ni
siquiera admitía estar escuchando, susurró, es tu última
oportunidad. Había un picor en su sangre que todavía no era
reconocido, e insatisfecho.
A medida que pasó la tarde, continuó regresando a una
discusión que había escuchado entre Ashton y un colega
acerca del uso del fae en las operaciones de vigilancia. Tal vez
era hora de poner a prueba su nuevo conocimiento.
Cerca de las cuatro en punto, Lucas escuchó a Philly
caminando ruidosamente por el pasillo y las escaleras. La puerta
principal se cerró de golpe. Un momento después, y antes de
que pudiera pensarlo dos veces, él estaba entrando al estudio
de su padre.
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Lucas inspeccionó la habitación, y se dio cuenta de que lo
peor de su conmoción había pasado. Ahora que tenía una
tarea en la que trabajar, todo era más fácil. Evaluó el desafió
con la fría imprudencia de alguien que no tiene nada que
perder.
Un brujo con un cuenco de adivinación lleno de agua podía
ver a través de las paredes y al otro extremo de las ciudades.
Las entradas de los edificios y los puntos de salidas eran lo que lo
hacía vulnerable. El cuenco generalmente estaba hecho de
vidrio porque las ventanas estaban hechas del mismo material, y
esto permitía que la fae trabajara a través de los cristales. Un
cuenco de madera o de acero le permitiría a un brujo ver a
través de la madera o una puerta de acero.
Pero la adivinación era uno de los pocos hechizos que
podrían ser detenidos con hierro. (Generalmente era sólo el
brujo, y no su trabajo, el que era bloqueado por el metal). La
gente que tenía algo que esconder o proteger instalaba
postigos de hierro sobre las ventanas y fijaban un panel de hierro
en el centro de las puertas. El estudio de Ashton estaba
protegido con hierro. Y de todos modos, no podías escuchar
nada en un cuenco de adivinación.
Lucas había intentado con anterioridad escuchar a través de
las puertas. Cuando su padre se involucró por primera vez con
Marisa, incluso intentó el truco del vaso contra la pared. La
teoría establecía que la pared captaba las vibraciones del
sonido en la habitación, y el vaso ayudaba a canalizarlas. No
había funcionado cuando Lucas tenía once años. Pero ahora,
las cosas eran diferentes.
El estudio de Ashton estaba junto al comedor. Lucas sacó del
armario de allí un par de vasos de vino de cristal. El pulso le
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corría a toda velocidad por la anticipación, y podía sentir que la
mancha en el hombro comenzaba a calentarse.
Un talismán era cualquier clase de objeto hechizado; un
amuleto, en contraste, era un artefacto de hechicería tallado.
De lo que Lucas podía recordar del truco de espionaje que
había descrito su padre, necesitaba proyectar su fae dentro de
los dos vasos para que se volvieran talismanes para transmitir y
amplificar el sonido. No había reglas exactas para usar el
séptimo sentido y la fae a menudo requería tanto el uso de
sustancias corporales como de apoyo físico. Lucas estaba de
acuerdo con la opinión popular que decía que los hechizos
eran demasiado improvisados, demasiado sucios, para ser
considerados como arte.
Allí va, pensó, mientras sostenía uno de los vasos de la base.
No tenía ninguna opción salvo inventar mientras procedía.
Haciendo una ligera mueca, se pasó el dedo índice dentro de
la oreja derecha, sintiendo el espiral de hueso y carne, el cálido
agujero del tambor. Después de escupirse el dedo, frotó la
punta húmeda rodeando el borde del vaso.
Cuando el movimiento de su mano levantó una onda de
vibración que viajó por el cristal, comenzó a zumbar, luego a
cantar. Era algo que había hecho en una clase de ciencias
sobre las ondas sonoras, cuando estaba en la preparatoria. Pero
esta vez, la fae hizo eco en su cabeza en respuesta: en una
nota oscura y sonora.
Incluso cuando levantó el dedo del borde del primer vaso y lo
movió al segundo, el primero continuó con la débil vibración.
Durante unos instantes, los dos cantaron juntos, y los cuencos de
cristal vibraron ligeramente. Una vez que regresó el silencio, y se
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arriesgó a volver a levantar los vasos, zumbaron con el
contacto. Reconociéndolo, dándole la bienvenida.
Las paredes del estudio estaban revestidas con libros. Lucas
dejó uno de los vasos hechizados en la sección vacía del
estante más bajo. Con un poco de suerte, pasaría
desapercibido en ese lugar. Llevó el otro vaso al comedor, y lo
escondió detrás de las cortinas. Mientras la fae se calmaba, sus
nervios se estremecieron y zumbaron, como si su cuerpo
también estuviera hecho de cristal. Por primera vez en el día, se
sintió en paz.
Media hora después, Ashton Stearne regresó. Cuando Lucas
escuchó las pisadas de su padre a lo largo del pasillo, se movió
rápidamente de la cama al escritorio, y abrió un libro escolar al
azar. Ashton entró a la habitación para ver a su hijo
aparentemente concentrado en el estudio.
—¿Cómo estuvo el servicio? —Le preguntó Lucas, tan
indiferente como pudo.
—Estuvo bien, gracias. ¿Cómo… cómo estás tú?
—Bien.
—Bien. —Ashton asintió hacia el escritorio—. Lo mismo de
siempre, veo. Muy razonable.
—¿Salió todo bien en la oficina?
—Bien.
—¿Qué dijeron? ¿Has hablado con el señor Ant…
—Dije que salió bien.
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Lucas apartó la vista. —Cierto. Lo siento.
—No necesitas disculparte. Por cierto, te he arreglado una
cita para el lunes. Saldremos de aquí a las nueve.
—Debería ir solo.
—Oh. —Una sombra cruzó el rostro de su padre—. Pensé…
pensé que te gustaría algo de apoyo.
—Gracias, —dijo Lucas torpemente—. Es sólo que será más
fácil mantener un perfil bajo si estoy solo. Aunque supongo que
tendrás que dar a conocer un, eh, ¿comunicado oficial…?
—Mm. Por ahora, me han pedido que mantenga el asunto
confidencial hasta que sepamos exactamente con qué
estamos lidiando.
Lucas lo tomó como que quiso decir que aún no habían
decidido si su padre tendría que renunciar o no. Estaba en una
posición crítica en el juicio Goodwin; si tenía que retirarse ahora,
el caso bien podría derrumbarse.
—Por supuesto, Marisa necesita ser informada. Probablemente
es mejor que ella le explique la situación a Philomena.
—Está bien. Claro. Y entonces podremos aclarar las cosas
adecuadamente. Quiero decir, hay tanto que quiero discutir.
Hay tanto para resolver. Necesito saber cómo…
—Un paso a la vez, colega.
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Marisa regresó pronto después de su marido. Desde la parte
superior de las escaleras, Lucas escuchó el bullicio usual de su
llegada, y el punto en el que se detuvo con la tranquila
intervención de Ashton. —Podría hablar contigo, Marisa…
Lucas repentinamente se sintió un poco culpable por lo que
estaba por hacer. Su padre había dejado claro que cuanto
menos supiera Lucas sobre los arreglos de su nueva vida, mejor.
Además, todos sabían que los brujos eran completamente
embusteros. Él sólo estaba cumpliendo con las expectativas.
Les dio a Marisa y Ashton unos momentos en el estudio antes
de apoyar la oreja sobre la puerta. Ni siquiera se podía escuchar
un murmullo. Entonces, con la boca bien seca, se encerró en el
comedor. Recogió el vaso de vino que estaba detrás de la
cortina, y fue a la sección de la pared detrás de la cual se
encontraba su compañero.
¿Funcionaría el talismán? Se tranquilizó a sí mismo dándole
unos golpecitos al vaso, y escuchó el zumbido en el cristal en
respuesta al zumbido que comenzaba en su cabeza. Su
siguiente preocupación fue que el uso el vaso en el comedor
hiciera que el otro que estaba en el estudio cantara. De ahora
en adelante, eran todas conjeturas.
Lucas se sentó en el piso, con la espalda apoyada contra la
pared. Respirando profundamente, se pasó el dedo por la oreja,
lo humedeció en la lengua, y comenzó a rodear la base de
vaso. Se imaginó la discusión que ocurría del otro lado de la
pared y el vaso en el estante, vibrando ligeramente en
respuesta.
Mientras hacía círculos con el dedo en el vaso que tenía en la
mano, la fae en ambos llamó al vaso de la otra habitación. Un
hilo de sonido se extendió entre ellos, luego rodeó el borde del
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cristal, le subió por el dedo y le entró en el oído. Entonces, las
voces en el estudio le hablaron.
—Tal vez deberías sentarte, —estaba diciendo su padre—. Has
tenido un pequeño shock.
Así que Lucas se había perdido el momento de la revelación.
Descubrió que estaba aliviado.
Hubo un sonido de asfixia y un jadeo. Cuando habló su
madrastra, su voz era débil. —¿Te han… te han pedido que
renuncies?
—Me quedaré donde estoy hasta el juicio Goodwin. Hay una
posibilidad de que se haga algún tipo de arreglo. Un traslado a
un puesto más administrativo, tal vez.
—Incluso si la Inquisición te apoya, la prensa saldrá a buscar
sangre. ¡La humillación! ¡Después de todo lo que has hecho por
este país! No puedo soportarlo.
—Debes hacerlo. Ahora tenemos otras prioridades.
Lucas, en estado de trance, le dio un golpecito al vidrio. La
fae le latió en la sangre. También había otro efecto. Cuando
cerró los ojos, las dos voces, o en realidad, los sonidos
separados, estaban coloridos. La de Marisa era rojo oscuro,
exponiendo una furia que no se mostraba en sus palabras
emotivas. El color de Ashton tampoco concordaba con su
aspecto de calma. Un negro arremolinado y veteado. ¿Podría
ser… pánico?
—¿Cómo puede haber ocurrido? —Preguntó Marisa
finalmente.
—Siempre hay una posibilidad.
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—Pero tu familia, biológicamente es imposible, a menos que
la de Camilla…
—No. Definitivamente no. Hice los controles de costumbre: su
linaje era impecable.
El suspiro de su padre resonó a través del vidrio. Lucas vio que
era de color gris acuoso, como la lluvia.
—La fae no es un simple gen pícaro. Sí, corre a través de las
familias, pero eso sólo es parte de la historia. Mira la guerra. Los
nazis purgaron no sólo a los judíos, sino que a comunidades
enteras de brujos. El imperio Británico hizo lo mismo en algunas
de sus colonias. E incluso entonces, cuando una generación
nueva, llamada “purificada”, nacía en esos lugares, los brujos
todavía eran parte de la mezcla. La fae es una aberración, pero
una natural. Siempre estará con nosotros.
—Entonces estoy comenzando a comprender. —El tono de su
esposa era seco, pero el verde de la emoción detrás era
ácido—. Muy bien. ¿Qué haremos ahora?
—Se ha acordado que la condición de Lucas no debería ser
revelada hasta que termine el caso Goodwin. Bien podría tener
que dar una conferencia de prensa. En cuyo caso, que
aparezcamos nosotros cuatro sería de gran ayuda, una “familia
unida” y todo lo demás. ¿Crees que podrás hacerlo?
Hubo una pausa. Entonces, —Por supuesto. —La voz de Marisa
se fortaleció de un violeta melodramático—. Por supuesto. Lo
que creas que será mejor. Juntos, podemos sobrevivir a esto.
Podemos sobrevivir a cualquier cosa. Querido…
Lucas dejó que el vaso se cayera en su regazo. No era como
si hubiese aprendido nada nuevo. Una aberración, pero una
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natural. Qué tan aberrante exactamente, lo descubriría
mañana.
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Capítulo 9
Traducido por Mewhiine
Corregido por Desafio89
shton Stearne había hecho arreglos para que su hijo
fuera evaluado en privado por un colega en una oficina
al otro lado de Londres. La necesidad de mantenerlo en
secreto habría dejado a Lucas la indignación de un
proceso en un centro público, y las miradas y susurros le
perseguirían a través de los pasillos. —¿Sabes quién es, verdad?
El chico Stearne. Si, ¡resulta que el hijo del fiscal General es un
brujo! Qué sorpresa. ¡Qué escándalo...!”
Eso vendría después. Para cuando Lucas llegó al callejón al
lado del edificio de oficinas lúgubres, y pulsó el timbre de una
puerta sin marcar, era difícil sentir el privilegio de su situación.
Todo esto escondido solo era un tipo diferente de humillación.
El contacto de su padre lo recibió en la puerta, se presentó a
si mismo como el Dr. Simon Smith. Tenía encanecido el cabello y
características suaves, su actitud era eficiente e impersonal.
Lucas decidió actuar de la misma forma, como si nada de este
negocio tuviera nada que ver en realidad con él, y el
meramente iba en favor de otra persona.
A
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En una oficina de un sótano sin ventanas, el Dr. Smith tomó su
declaración acerca de la maldición de Philomena y el
comienzo de su fae, también fotografió la marca de su hombro.
Copias de informes escolares y médicos de Lucas ya estaban en
el expediente del inquisidor.
Hacer la declaración le tomó más de una hora. Después, le
dio a Lucas una camisa gris y pantalones finos de algodón para
cambiarse. Un guardia armado lo miraba todo el rato. Lucas
sabía que esto era para asegurarse que él no pasara algo de
contrabando hechizado en la prueba, pero a medida que fue
escoltado por el pasillo, caminando descalzo en un endeble
uniforme, se sintió frio y expuesto. A pesar de que odiaría que su
padre lo viera así, una pequeña y miedosa parte de él deseaba
que estuviera allí.
La habitación de evaluación estaba vacía y parecía una
celda. Había una cámara CCTV en la esquina, una caja en el
suelo y una mesa con una campana de hierro colgando de un
marco. Lucas y el Dr. Smith se sentaron a cada lado de la mesa.
El guardia tomó su posición en la puerta.
—Como tú sabes—El Dr. Smith comenzó—, la fae es inhibida
por el hierro—Sacó una pareja de pulseras de hierro de un cajón
de muestras. Todas eran del mismo grosor pero de diferente
anchura—.Voy a pedirte que uses éstas bandas mientras realizas
un pequeño hechizo. Cada vez que completes exitosamente la
tarea, te daré una banda nueva y más amplia, hasta que llegue
el punto en que seas incapaz de realizar ningún hechizo en
absoluto.
—Y entonces usted sabrá lo que se necesita para
contenerme.
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—Exactamente. Cuanto mayor sea tu fae, mayor será la
cantidad de hierro necesaria para frenarte.
Lucas miró la campana. La campana advierte, el hierro
previene. El hierro era uno de los elementos más abundantes en
la tierra; esto era un resto químico de casi todos los organismos
vivos. El hecho de que las brujas fueran alérgicas a él era una
prueba más de su falta de naturalidad. Sin embargo, el hierro a
su vez era sensible a los hechizos. Hecho en una campana, el
metal forjado cogía la energía dañina de la fae, lo que la haría
resonar, luego sonar. El proceso era algo que quizás a Lucas le
gustaría investigar cuando él fuera un inquisidor... Se sacudió
para volver al presente.
—¿Por qué necesitamos la campana?
—Tu tarea es la de hechizar con la mayor restricción. La
campana debe sonar ininterrumpidamente tan pronto como
empieces. Se entiende que si sólo haces una pretensión de
hechizo, la campana permanecerá en silenció y sabré que tu
intento ha sido falso. —Dio otra sonrisa suave. —Ahora, como tu
víctima.”
El Dr. Smith sacó una bandeja de metal de la caja a sus pies,
junto con un muñeco de paja tejido. Era alrededor de doce
centímetros de alto con una bolsa de celofán transparente en
medio. Ésta contenía una araña negra pequeña.
Colocó el muñeco delante de Lucas.
—Me gustaría que utilizaras un hechizo para hacerlo arder.
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Como una hoguera. Que apropiado. Inesperadamente, la
imagen de Bernard Tynan se encendió en su cabeza. La
supuración, carne ennegrecida, escupiendo llamas... El fuego a
menudo es un elemento clave de los hechizos. Tal vez por eso la
gente siempre quería quemarles.
—Yo-yo no sé cómo.
—Estoy seguro de que se te ocurrirá algo. Tomate tu tiempo.
No lo haremos rápido en el primer intento.
En su celda de celofán, la araña se agitó minuciosamente. Por
supuesto, tenía que estar viva: se necesitan seres vivos para que
el hechizo funcionara.
Lucas apretó la mandíbula, consiente de la mirada impersonal
del Dr. Smith, la mirada del guardia, la cámara en la esquina. Se
preguntó quien más podría estar mirando.
Cogió la muñeca de la araña, todavía pensando en la
quema de brujas. Aunque él no quería, sabía que ayudaría a
visualizar las llamas. Una ola de compasión pasó por él; para él,
la chispa de la vida estaba a punto de extinguirse. Sacó una
hebra de paja.
Lucas la frotó entre las palmas de sus manos, sin apartar sus
ojos del muñeco de paja con la araña en el corazón. El Beso del
Diablo comenzó a calentarse, la señal visible expandiéndose
bajo su camisa, y como lo había hecho, la campana sonó
suavemente. ¿Qué necesita el fuego? Calor, combustible,
oxígeno. Lucas sopló ligeramente a la torsión de la hebra
marrón entre sus manos y silbó entre dientes, haciendo eco del
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siseo de las llamas. La hebra se ahumó, luego despertó, cuando
el muñeco y su prisionero se quemaron en un brillante destello
caliente.
La expresión del Dr. Smith no decía nada. El simplemente
asintió con la cabeza una vez, y alcanzó un par mas bandas de
hierro en el cajón. Eran unos centímetros más anchas, y solo un
par de centímetros más de espesor. Una vez colocadas
alrededor de las muñecas de Lucas, se fijaron en su lugar por un
pequeño candado.
—Una vez más, por favor.—Dijo el inquisidor en voz baja. Saco
otra muñeca de la caja. Otra araña.
El hierro estaba desagradablemente frio en la piel de Lucas,
pero era sólo una pequeña distracción. Aunque el segundo
incendio no fue tan dramático como el primero, el proceso fue
excesivo en cuestión de minutos.
Otro par de muñecos de araña, otro par de bandas de hierro.
Esta vez, tomó más tiempo para que la hebra ahumara y para
que la muñeca fuera consumida por el fuego. Estaba más
cansado también.
La tercera pulsera era seis centímetros más ancha. El metal
era anormalmente más pesado y frio. Cuando Lucas alzó las
manos un mareo inundó su cabeza. Luchó para resistir en su
tarea, y tardó casi tres minutos para que la llama funcionara.
El siguiente par de bandas fueron las últimas. A Lucas lo
sobrepasaron oleadas de nauseas. Con cansancio, arrancó otro
pedazo de paja de otra muñeca. Se sentía demasiado frio y
débil para poder hacer algo, por no hablar de un hechizo. Pero
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todavía podía sentir el pulso poco firme de su fae. Después de
cinco minutos, el muñeco se ahumó y ardió a continuación.
Hubo un frenético temblor antes de que la araña fuera reducida
a cenizas. Lucas cerró los ojos con cansancio.
—Parece que se requieren más bandas. —Dijo el Dr. Smith de
forma neutral—.Discúlpame un momento.
Se levantó y salió de la habitación. El guardia miró a Lucas.
Lucas miró sus muñecas.
Las brujas que él había encontrado nunca habían usado
bandas de más de un par de centímetros de anchas. Él ya
llevaba seis centímetros y vendrían más. Ahora comprendía el
punto de la campana. Cómo de tentador sería dejar de
intentarlo, no ir más lejos y así evitar tener una limitación aún
mayor.
Debo ser un brujo poderoso. Pensó. Peligroso también,
aunque se sentía tan débil que la mera idea era ridícula. Era de
suponer que esto sólo era el comienzo de la lucha de su fae
contra el hierro. Si dejaba de intentar realizar hechizos, se sentiría
mejor Pero entonces, la campana no sonaría y el Dr. Smith
sabría que está haciendo trampas. A no ser...
A menos que hechizará una restricción diferente, una sin
relación con las arañas y las muñecas. Algo secreto, que ni el
inquisidor ni el guardia pudiera detectar.
El único objeto posible sería el mismo. ¿Podría crear un nuevo
defecto u otra herida? La ropa de fino algodón podría no ser
suficiente para cubrir su apariencia y si se cambiaba a sus ropas
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de nuevo el guardia lo vería. Vamos, estaba febril, piensa. El
inquisidor podría regresar en cualquier segundo.
Su mirada se posó en la chaqueta del traje del Dr. Smith, se la
había quitado durante la última prueba y la colgó en el
respaldo de su silla. La chaqueta era redondeada y estrecha, y
como vio Lucas, llegaba hasta abajo y se encharcaba en el
suelo. En un suave y rápido movimiento se agachó para
recogerla. Inmediatamente el guardia empezó a ir hacía
delante y se la arrebató de las manos. Miró a Lucas y hacia la
prenda con sospecha, antes de agitarla hacia fuera y
cuidadosamente ponerla en la silla.
Lucas se hecho hacia atrás con un gesto de disculpa. Había
hecho su movimiento casi demasiado rápido para el
pensamiento. Y sin embargo, lo tenía ahí mismo; un corto pelo
cómo la plata. Su mano lo había recogido cuando rozó la
solapa. Las dos pulsaciones de Lucas – su frecuencia cardiaca y
el latido de su fae- comenzaron a acelerarse de anticipación.
Tal vez, sólo tal vez, sería suficiente.
En el siguiente segundo, el Dr. Smith regresó con otros tres
conjuntos de bandas de hierro. El más grande era por lo menos
de catorce centímetros de ancho.
—Siento mucho el retraso. Vamos a comenzar con la de diez
centímetros si estás listo.
Lucas asintió con la cabeza, teniendo cuidado de mantener
una expresión lánguida. A pesar de que aún estaba muy lejos
de llegar a un acuerdo con su condición, tenía una pequeña
pero amarga satisfacción ante la idea de que él poseía un
poder inusual. Mejor ser una fuerza fae a ser como alguna de
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esas arpías de poca monta. Burlar a su inquisidor sería la prueba
de ello. También estaría violando la ley, un acto de rebelión
contra el sistema inquisitorial entero. Pero Lucas no estaba listo
para pensar en eso.
Otra muñeca se colocó en la mesa. Deben de tener una línea
de montaje en alguna parte: inquisidores jóvenes embolsando
arañas para introducirlas en muñecos. Tal vez así era como
Gideon y el resto de los seguidores se pasaban el tiempo. Una
burbuja de risa histérica floreció en su pecho. Lucas tosió y se
paso las manos por el pelo, antes de escoger la más torpe y
frágil pieza de paja que pudo encontrar. Comenzó a frotarla
entre sus dedos, como antes, pero esta vez fue retorcida con el
pelo de plata del inquisidor, y uno negro de su propia cabeza.
Con las tres piezas frotándose entre sí, el fae se retorció dentro
de ellas también.
Fue duro. Muy duro. El esfuerzo por sacar su séptimo sentido a
través del hierro lo dejó con el sudor corriendo por su cara y los
escalofríos recorriendo su cuerpo. Era difícil, también, mantener
sus ojos en el muñeco. Sin embargo, la campana sonaba,
advirtiendo que un hechizo se estaba llevando a cabo, a pesar
de que no había humo o chispas en la paja. Esta vez, el calor
que Lucas había creado estaba solo en sus manos. Se dejó caer
hacia atrás en su silla, como si estuviera derrotado, y rozó sus
dedos calientes por su pelo apenas por encima de sus orejas.
Su joven y suave pelo vulgarizó el toque. A la vez, dejó caer su
cabeza y un mechón de pelo cayó sobre su frente. De ésta
manera, esperaba que el pequeño pelo plateado que había
puesto en él pasara desapercibido por el publico.
—No puedo hacerlo—murmuró—.No puedo hacer nada más.
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El Dr. Smith asintió con la cabeza. El cuerpo del muñeco de
paja estaba fresco y seco, su araña estaba tranquila. Lucas, en
cambio, parecía un naufragio: sudoroso y desaliñado, con los
ojos inyectados en sangre.
—Muy bien—Dijo el inquisidor—.Vamos a parar aquí.
Él no hizo ningún comentario sobre los resultados de la
prueba, pero detrás de esa pantalla en blanco de su rostro,
Lucas vio los cálculos que todavía estaban en curso: midiendo,
especulando, juzgando.
Lucas fue liberado de los puños de diez centímetros. Se le
permitió cambiarse de nuevo a sus propias ropas bajo el
escrutinio del guardia. La indignidad de esto a penas le
importaba ahora, lo único en lo que podía pensar era en su
cabello. Él lo había echado hacía arriba para cubrir su parche
gris. –el parche muerto, era como él pensaba de ello- y tomó
toda su fuera de voluntad para no seguir tocándolo.
El hierro se sentía menos frío y pesado cuando no estaba
usando su fae, pero todavía podía sentir su peso en sus brazos.
Eran una serie temporal que llevaría puesta hasta que fueran
reemplazados por un par a medida. Serian parte de su vida
hasta que cumpliera dieciocho y encontrara un trabajo
hechizando para el Estado.
La brida del negro metal era delgada como una hoja, y se
trataba con una sustancia para que fuera impermeable.
Mientras el no estirara ni levantara sus brazos, las bandas
quedarían ocultas por las mangas de su camisa. Intentó, sin
éxito, imaginarse a sí mismo por casualidad paseando en
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camiseta, con los brazos al aire brillando bajo el sol. Había una
fotografía de un brujo haciendo justamente eso en la portada
de un folleto titulado Viviendo con la fae. Era uno de los varios
folletos de información que el Dr. Smith le había dado. El brujo
en ésta imagen en particular, era un tipo de catálogo con un
bronceado falso, incluso una sonrisa falsa, iba de la mano con
una bonita -y no restringida- rubia. La primera sección del
folleto se titulaba Amigos, Familia y Relaciones. Lucas no leyó
nada más. Sabía que si él comenzaba a pensar en Tom, Bea y el
resto, el pánico paralizante volvería.
—...ideal, él o ella será nombrado en los próximos dos días, y
dos de vosotros os reuniréis después. Esto no es solo sobre
vuestras actividades, pero proporciona una amplia gama de...
El Dr. Smith debía de estar hablando sobre su director. A través
de su aturdimiento, Lucas pudo recordar los hoyuelos y el
parpadeo del Oficial de Reclutamiento quien había dado la
charla en la escuela. Si consigo a alguien como ella, pensó, voy
a morir. Voy a hechizar a los dos en el olvido. Lo sabía. Solo se
dio cuenta de que la sesión había terminado cuando el
inquisidor se puso de pie y se acercó para estrecharle la mano.
—Gracias—dijo Lucas, despertándose así mismo. Debía de
recordar que él estaba obligado a ésta persona—.Le
agradezco su ayuda y sé que mi padre también lo hará.
El Dr. Smith asintió con la cabeza. Por un momento Lucas
pensó avergonzado que seguramente extendería su simpatía y
lo compadecería. Pero todo lo que dijo fue: —Es por tu bien, ya
lo sabes—Su mirada se trasladó a la manga de la camisa de
Lucas, llegando hasta el hierro—.Es bueno para todo el mundo.
Recuerda eso.
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Lucas logró pedir un taxi sin revelar las bridas en sus muñecas,
pero hizo el paseo muy ansioso. Con cada movimiento que
hacia tenia la posibilidad de exponerlos. Estaba tan cansado; su
mente se sentía golpeada, cruda. No sería muy difícil
mantenerse oculto en casa hasta el final del juicio de su padre,
decidió. No había nadie que él quisiera ver ni ninguna parte a la
que quisiera ir.
Por lo menos el periodo de la sesión de Inquisición había
terminado antes de lo que había esperado. Con suerte, tendría
la casa sólo para él y también algún tiempo para organizar sus
pensamientos antes de que su padre regresara. Pero cuando
entró al vestíbulo, un nervioso-hecho-trizas grito llegó desde el
salón.
—Oh dios mío, oh dios mío, oh dios mío. Él me hechizó. Fui
hechizada. Oh dios mío, Oh dios mío.
No necesitaba ningún hechizo para saber que estaba
pasando ahí. La puerta ni siquiera estaba cerrada.
—Contrólate— Lucas nunca había escuchado el sonido de
Marisa ser tan brusca —.Estás perfectamente bien.
—¡Estoy en peligro de muerte! Todos lo estamos. No estamos a
salvo.
Philomena empezó a gemir; una y otra vez, cada vez más
fuerte. Se escuchó un golpe de una palma contra carne y un
conmocionado silencio.
La voz de Marisa se quebró —No le ayudarás histérica. No, lo
que verdaderamente nos amenaza es nuestra posición. Y
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después de todo el tiempo y el trabajo que he invertido en ésta
familia, por no hablar de la carrera de Ashton, no pienso
renunciar sin luchar.
—Pero papá—
—Tu padre tiene una nueva vida y una familia nueva ahora. Él
lo ha hecho perfectamente claro. Y si tú respiras una sola
palabra de esto a cualquier persona, estar hechizada será el
menor de tus problemas, ¿entiendes?
—Pero—
—¿Lo entiendes?
— Si, seguro, bien, como sea
—
Philomena se precipitó fuera de la habitación. Ella dio un
frenazo al ver a Lucas, y de inmediato se puso las manos
protectoramente alrededor de su garganta. Sus labios
temblaron.
—Brujo—susurró con voz temblorosa y sus ojos muy abiertos.
—La Reina del Drama—replicó Lucas. Al que ella le dio su
marca, y volantes por la escalera.
Marisa salió un poco después. Si ella estaba avergonzada por
encontrar su hijastro allí, no lo demostró.
—Bueno—dijo ella con calma—, esto es muy incomodo, ¿no
es así?
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Él hizo un gesto torpe. —Yo... lo siento
—Estoy segura que lo haces—Ella le dio una sonrisa breve y
apretada antes de continuar por el pasillo—.Y yo voy a
tomarme una copa. —Su voz había vuelto a su alegre voz
social, como si estuvieran en una fiesta de cóctel.
Una bebida sonaba una buena idea. La respuesta tradicional
al desastre – para conseguir vapor, rugiendo, borracho. Tal vez
debería probarlo.
Pero Lucas no tenía energía para moverse. El espejo de la sala
le mostró un extraño, con ojos sombríos y un mechón de plata
de un hombre viejo en el pelo.
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Capítulo 10
Traducido por Mewhiine
Corregido por Indira17
Sólo es una cena familiar —El tío Charlie le había dicho
en su llamada telefónica el domingo, mientras que
Gloria agarraba su teléfono con tanta fuerza que los
nudillos se pusieron blancos.— Kez ha sido muy
persistente en que vengas de nuevo. Ha pasado mucho
tiempo.
Era lunes, y Gloria estaba en el autobús hacía Hampstead a la
guarida Morgan. Esta vez, era su bolso el que sostenía en puño
con los nudillos blancos. Cuando ella era pequeña, visitar a los
parientes Morgan había sido como ir a Disneylandia. Todo en su
mansión era brillante y nuevo. Las dos niñas tenían una
habitación sólo para su ropa cada una y más juguetes de los
que nadie podría jugar. Había una sala de cine, una piscina y
sus cenas no eran de microondas o enlatadas. ¿Qué importaba
que Candice le tirara del pelo, o Skye se burlara de sus ropas de
segunda mano? Su hermano Troy le había dado paseos a
cuestas alrededor del jardín, y el tío Charlie le deslizaba billetes
de diez libras y caramelos en su bolsillo cuando su tía Ángel no
estaba mirando.
Las mejores visitas fueron en fechas especiales, como en
Navidad o en Pascua o la Noche de la Fogata, cuando su casa
estaba envuelta en oscuridad y hacían oraciones por Guy
—
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Fawkes y otras brujas mártires, mientras que el resto de las
personas quemaban las imágenes de las mártires en la fiesta en
el jardín con fuegos artificiales. La propia celebración de Bruja
era en víspera de Todos los Santos. Eran como un secreto de la
Noche de la Fogata pero mucho más divertido. Hacían una
gran cena con brujas del aquelarre y sus familias, seguidas de
bailes y competencias de trucos-fae.
Pero Gloria ya estaba harta de ser la familiar pobre. Al final de
todos los Halloween se había quedado en Cooper Street,
jugando a los juegos de beber con la gente de Nate. Ella se iba
a la cama antes de medianoche, empapada en la auto-
compasión. Y soñaba con la Cámara de Quema otra vez...
Desde que había comenzado su fae, todo había cambiado.
Ella ya no era una niña que acariciaban, visitaban y de nuevo
olvidaban. Tampoco iban a darle órdenes como a la esclava
del aquelarre.
¿Qué era lo que Charlie quería? ¿Sabría él su secreto? Incluso
si Trish Warren había despotricado sobre la migraña, no sería
más que una sospecha. Y era bastante difícil probar que alguien
era brujo – incluso a la Inquisición le costaba. La primera cosa
que aprendía una bruja era como reducir el Beso del Diablo a
pequeños puntos, y la caza de brujas solo había producido
resultados cuando una persona había utilizado su fae en un
periodo de una hora o así. Si lo hubieran hecho, las metían de
forma prolongada y violenta en agua fría hasta que mostrara
una reveladora mancha alrededor de los ojos, nariz y boca,
como si el Beso del Diablo se estuviera filtrando
desde debajo de su piel. La tía Ángel y Kezia Morgan, ambas
habían sido brujas sumergidas por la Inquisición, pero salieron
triunfantes y sin manchas para contar la historia. La abuela
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Cora, sin embargo, no había sido tan afortunada. Ella era una
de las que se habían ahogado.
Pensando en las necesidades de los cazadores de brujas, y la
larga inmersión bajo agua helada, Gloria se estremeció. En estos
días, los métodos de la Inquisición supuestamente estaban
limitados por la ley. Las técnicas del aquelarre no lo estaban.
Basta, se dijo a sí misma suspirando mientras el autobús
tomada el tramo final de la carretera. Estás siendo paranoica.
Incluso si- y sólo si- Charlie tenía alguna sospecha, él no
intentaría nada en este punto. Tendría que observar y esperar,
enviar a sus espías. Mientras tanto, tía Ángel trazaría un plan. Le
había dicho a Gloria que confiara en ella y que no se
preocupara. Todo lo que tenía que hacer esta noche era
actuar inocentemente y conseguir algo de tiempo.
La Avenida Cardinal era la casa para un jugador de fútbol,
una pareja de estrellas de cine y un magnate del petróleo ruso.
Detrás de las puertas con púas electrificadas, un carrito de
transporte barría la mansión estilo palacio moderno de los
Morgan, su deslumbrante pórtico de columnas blancas
destacaba contra el ladrillo rojo brillante.
Una criada dejó a Gloria en el vestíbulo con suelo de mármol.
Era de dos pisos de altura, de las paredes colgaban espejos y
eran iluminados por una lámpara de araña. Una amplia
escalera dominaba el otro extremo, con vidrio en las puertas
dobles de cada lado. La entrada era la única parte del interior
que no había cambiado demasiado desde que Gloria era una
niña, cuando la decoración más tenía que ver con su Castillo
de lo Sueño de Barbie. Desde entonces, las cortinas de satén
rosa-oro y las estatuas habían sido reemplazadas por una visión
más minimalista de acero, cuero negro y madera clara.
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La doncella le informó que la Sra. Morgan había tenido que
tomar una llamada telefónica y que estaría con ella en breve.
Mientras tanto, la Srta. Skye estaba en la habitación familiar, y
que si le gustaría pasar.
Gloria pasó por las puertas a la izquierda de las escaleras, y
entró en una de las menos formales de las tres salas de estar. Al
igual que en Cooper Street, el salón estaba dominado por un
sofá de cuero negro y una TV de pantalla plana, pero hasta ahí
la similitud. El sofá era tan suave como la mantequilla y tan
grande como lo era una limusina. La blanca alfombra se veía
como si nunca antes nadie la hubiera pisado. Un par de puertas
correderas en el extremo de la habitación llevaba a una
reluciente piscina cubierta. Alguien debía de estar haciendo
largos; las brazadas en el agua hacían un eco amortiguado por
detrás del vidrio.
Skye se estaba pintando las uñas delante de la TV. Levantó la
vista en cuanto Gloria entró y entrecerró sus ojos.
—¿Qué estás haciendo aquí?
—Tu padre me invitó.
—Oh. Bueno, yo voy a salir”
Bastante para una cena familiar. La hermana mayor Candice
no estaría tampoco, ella se había retirado a su americano
“retiro de salud” por lo próximos dos meses.
—Que pena.
—Mm-hmm. —Bostezó Skye.— Ha sido una eternidad desde
que vi. ¿Has hecho mucho?
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—No realmente. Lo usual
Su prima la miró complacida y compasiva. A la edad de
diecinueve años, había terminado su costosa educación sin
muchos títulos, pero con un montón de contactos y se describía
a sí misma como “en la industria de la moda/cine/música”
dependiendo de con quién estaba saliendo –modelo/actor/DJ.-
Terminada la pequeña conversación, Skye volvió a su uñas.
Eran brillantes y de un destello oro para que coincidiera con su
mohín. Su bronceada piel era casi un tono más claro que su
brillante pelo. Vestía con un vestido muy corto, escotado para
mostrar sus abundantes pechos de plástico.
Gloria se había vestido también con mucho cuidado. Pintura
de guerra, pensó ella, haciendo abundantes sus pestañas
negras, y unos atrevidos labios rojos. Al lado de Skye, sin
embargo, se sentía poco arreglada. Gris. Se había puesto un
jersey de cuello vuelto como medida de seguridad; ya en el
borde, pudo sentir la sombra del Beso del Diablo como
comenzaba a expandirse bajo la pegajosa tela púrpura.
Tengo algo que tú no tienes, pensó hacía Skye en su cabeza.
Y es todo lo que necesito. Esta idea podría haber sido más
satisfactoria si ella creyera que a Skye le preocupara realmente
el fae. ¿Por qué una chica como ella querría ser bruja? Eso solo
sería un retorcijón para su estilo. No es de extrañar que su
hermana hubiera ido a parar a rehabilitación.
Hubo un ruido de chapoteo cuando el nadador salió de la
piscina. Gloria se dio cuenta de que era Troy. Abrió las puertas
deslizantes y se quedó goteando en la entrada de la
habitación. El agua de detrás de él se mecía en su brillante
cuenca, increíblemente azul.
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—Hey, primo. Hace mucho tiempo que no te veo. Tienes buen
aspecto.
Recordó las palabras de su Tía Ángel sobre criar a bebés
brujas. Cuando eran más jóvenes, Troy había sido más amable
que sus hermanas. Hubo un momento en que ella deseó que él
hubiera sido su hermano mayor también. Era difícil imaginárselo
ahora. Sus rasgos eran angulosos, abundantes cejas y de color
rojizo oscuro que no eran nada atractiva, tanto su cara como su
actitud se habían endurecido. A otros hombres del aquelarre les
gustaba pavonearse; Troy era reservado. Tenso y vigilante.
Parecía mucho más viejo de sus años – y veintiún años, pensó
Gloria, ya era ser bastante mayor.
—¿No te puedes ir a gotear a otro lugar? —Resopló su
hermana.— Allí hay una habitación para que te cambies,
¿sabes?
—Si, y está llena de tu mierda.
Troy anudó una toalla alrededor de su cintura, luego se paseo
lentamente a través de la habitación, dejando un rastro de
huellas húmedas. Cuando llego a la puerta, su madre y su padre
entraron, al mismo tiempo el teléfono de Skye sonó avisándole
que su taxi ya había llegado.
Todo el mundo quedó envuelto en una oleada de llegadas,
salidas y explicaciones. En medio de ella, Gloria sintió el peso del
abrazo de su tío Charlie en lo hombros. Antes de darse cuenta,
ella estaba abriéndose paso a su oficina.
—Un poco de charla antes de la cena. —Dijo él alegremente.
—Comeremos en quince minutos —Llamó su esposa detrás de
ellos.
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Fibrosa y tenaz, Kezie podía ser formidable cuando lo quería
ser. Ella era de sangre rumana, y es conocimiento común que
los gitanos tienen tasas superiores al promedio de la fae. Esta
noche, a pesar de que su tono era ligero, su expresión era
calculadora. Gloria miró al otro lado del vestíbulo para ver a
Troy y a su madre de pie juntos, observándola.
La oficina de Charlie Morgan era majestuosamente opresiva
con su pesada madera oscura y muebles de terciopelo. Fotos
de la familia llenaban las paredes, incluyendo varias de su yate-
el Queen Kezia- y de su villa en España. Había incluso una rara
imagen de su padre Fred, un matón que había pasado los
últimos diez años de su vida en la cárcel, en su mayor parte
olvidado por Lily y sus hijos.
Charlie abrió el armario de las bebidas.
—¿Cuál es tu marca?
—Nada para mí, tío.
Gloria se sentó en uno de los mullidos sillones. Estaba teniendo
cuidado de no inquietarse para parecer agradable y confiada.
Como distracción, ella fijó sus ojos en una pintura del siglo XIX de
una ninfa de agua que colgaba encima de la mesa. La joven se
bañaba en una piscina, su perlada desnudez era compensada
por la oscura flor Beso de Diablo sobre su pecho izquierdo. Era
una imagen impresionante pero, como con la pornografía, las
representaciones artísticas de las hadas fueron prohibidas de
exposiciones publicas. Incluso los coleccionistas privados corrían
el riesgo de ser censurados por parte del Consejo de la
Inquisición por la Integridad Cultural.
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Mientras tanto, Charlie se sirvió un whisky y levantó el vaso a
modo de saludo.
—Encantado de tenerte en nuestras garras de nuevo.
Los dientes aparecieron en su sonrisa que era tan
deslumbrante como el blanco de las columnas del pórtico. Su
escaso cabello era rojizo y sus ojos de un frío azul. Gloria miró
directamente a ellos e hizo su mejor esfuerzo en devolverle la
sonrisa.
Un hombre como Charlie Morgan no necesitaba la fae. Su
Séptimo Sentido era centrarse en lo temores de otras personas,
en sus avaricias, sus esperanzas y deseos...
todas las cosas que los hicieran vulnerables y que pudiera
explotar. Esa era la verdadera fuente de su poder. Ahora, por
supuesto, él tenía la riqueza y la influencia de vuelta en alto. El
encanto también lo era, aunque su rostro se había vuelto
moteado y carnoso por la buena vida, y su una vez musculoso
cuerpo ahora era flácido.
—Entonces...dime como va, —invitó— chicos, escuela, familia,
¿Qué hay de nuevo?
—No mucho. Lo mismo de siempre. Lo mismo.
—Estancada en la rutina, eh? Bueno, las cosas cambiaran
tarde o temprano. Cualquiera de estos días podrías ser reina de
las brujas.
—Si, ya estoy harta de esperar. —Gloria intentó mantener sus
nervios a su favor, colocar una infeliz y ansiosa expresión.— A
veces me preocupo...el tiempo pasa...no es definitivo que el fae
se presente, ¿verdad? No es seguro.
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No te preocupes. Incluso aunque yo no haya sido bendecido
con la fae, me parece que puedo olerlo como si fuera un
cazador de la Inquisición. —Sus ojos se encontraron con los
suyos y los sostuvieron.— Todo mi instinto me dice que voy a ser
bruja para siempre.
Ella tragó saliva.
—Crucemos los dedos.
El tío Charlie se recostó en su silla.
—Eres una chica inteligente, Gloria. También valiente, al igual
que tu madre. Y sabes como de cariñosa era mi madre con los
suyos. Edie era como su propia hija.
Si, pensó Gloria. Y cuando tu madre murió, la echaron del
aquelarre. Pero lo único que dijo fue: “La familia debe
permanecer junta.”
—¡Exactamente! La familia lo es todo. Es por eso que
estábamos tan orgullosos Kez y yo cuando nuestra Candice
manifestó su fae, y tan devastados cuando cayó enferma. Existe
la posibilidad de que su discapacidad se detenga cuando ella
ponga sus dones en uso.
Discapacidad, pensó Gloria. Así que así es como ellos lo están
llamando.
—Los relámpagos a veces caen dos veces. Incluso tres veces-
en el caso de las chicas Starling. Pero tengo que afrontar los
hechos. Skye y Troy puede que manifiesten la fae, pero es más
que probable que lo lleguen hacer.
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Gloria tenía la desagradable sensación de saber a donde
llevaba esto.
—Troy tiene suficiente en su plato de todos modos. Se está
poniendo en forma para ser un buen jefe del aquelarre. Es mejor
así, ya que ninguna de mis dos princesas tiene mucha cabeza
para los negocios. —Sacudió la cabeza con indulgencia.— Las
he echado a perder y eso es un hecho...¿Y tú? ¿Te involucras en
las operaciones de Cooper Street?
Su tono casual no había cambiado, pero los nervios de Gloria
estaban en alerta máxima.
Me gusta saber lo que pasa. —Dijo ella con cautela.— Tía
Ángel me incluye tanto como puede.
—Me alegra escucharlo. Es una verdadera lástima que los días
de trabajar como bruja de Angeline estén a punto de terminar.
Será el fin de una era cuando ella se haya ido. —Un suspiro de
pesar.— Pero tengo la sensación de que estás destinada para
grandes cosas en Cooper Street – si eres bruja o no. —Él se
inclinó hacia delante.— Es por eso que te estoy pidiendo ayuda.
Así que por fin estaban llegando al último punto.
—¿Qué quieres decir?
—Las recaudaciones de tu aquelarre han bajado y quiero
saber por qué.
El aquelarre Wednesday había tomado un porcentaje de
Cooper Street beneficiándose de la parte de los contactos y el
territorio, así como del prestigio de su alianza. Era una sociedad
desigual a cada manera. El Wednesday ganó millones en el
lavado de dinero, crimen organizado, trafico de drogas,
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extorción y robos. Cooper Street, por su parte, se las apañó a
través de DVS’s piratas, estafas por correo electrónico y robos
de identidad.
Gloria consiguió encogerse de hombros.
—Nuestra líder es una bruja OAP, nuestro jefe es un borracho y
su hijo es un vago. El negocio no es lo que solía ser.
—Hmm. ¿Qué hay acerca de los saqueos del Obispo Green,
entonces? ¿Y ese gran negocio de relojes de mano que hicieron
alrededor de Navidad? Deberían de haber sido los trabajos más
remunerados para su cuenta bancaria. Pero los números no lo
muestran.
Ante la mención de los números, Gloria sintió miedo de nuevo.
—Mi-mi padre hace nuestras cuentas. Y él no es deshonesto.
—Se sonrojó.— Me quemaría antes de creerlo.
El Tío Charlie levantó las manos de forma pacifica.
—Es honesto como lo hace tu padre. Pero Patrick tiene
registro del dinero y así salió del camino. Si una parte del pastel
está desapareciendo, él no sabe nada sobre eso.
—¿Estás seguro de que alguien está descremando los
beneficios?
—Es Frank. Él fue quien me enseñó los libros. No se lo he
mencionado a Vince, aún. Todavía no.
Frank y Vince eran hermanos de Charlie. Frank se encargaba
de los asuntos financieros del aquelarre. Vince era el que
amenazaba, mutilaba y asesinaba a la orden, él era uno de los
matones de los que el aquelarre hablaba en susurros. También
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era el único hermano Morgan en tener más tiempo. Gloria no lo
había visto desde hacía mucho tiempo.
Ella comprendió la amenaza que su nombre implicaba. Nadie
quería a Vince Morgan mirando en sus negocios. También
entendió que la cuestión no era solamente el dinero.
Independientemente de las ganancias que Wednesdey se
había llevado de Cooper Street, era un pequeño cambio para
un hombre como Charlie Morgan. Era su reputación la que
estaba en juego. Para él el engaño era faltarle al respeto, y el
respeto lo era todo en el aquelarre.
—Soy un hombre muy ocupado —continuó Charlie.— La
Inquisición está encima de nosotros como un saco de pulgas,
tengo que lidiar con lo de Bradley Goodwin junto con otras diez
clases de molestias. Eso no significa que yo vaya a ser blando.
Estoy lejos de serlo. Así que si hay algo podrido en Cooper Street,
quiero que seas tú quien lo encuentre.
—Tu quieres que sea una soplona.
Tío Charlie pareció dolido.
—Yo no diría eso. Es una relación muy especial la que
tenemos aquí. Lo aquelarres son vinculados por lazos de sangre
así sea una empresa, y como tu lo has dicho, la familia hay que
permanecer junta. ¿Verdad?
—Así es.
—Esa es mi chica. Tengo fe en ti, Gloria. También planes,
grandes planes. Ahora es tiempo de que me enseñes de lo que
eres capaz.
Sus dientes centellearon brillantemente
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Dado que se trataba de una cena informal, comimos en la
cocina, en una estéril extensión de mostradores de negro
mármol y gabinetes de vidrio esmerilado1. Cuando Gloria llegó,
Kezia y Troy estaban de pie junto a la estufa. Él le dijo algo al
oído y ella le limpió salsa de la nariz. Era un pequeño momento
madre e hijo que le dio a Gloria una puñalada de envidia. Ella
se dio la vuelta, y se concentró en mantener el estado de los
chismes de arte de la cocina tal como estaban.
Aunque la posición de Kezia como jefa de brujas era un
trabajo a tiempo completo, y había un ejército de personas
domésticas a su disposición, también hacía el papel de una
tradicional ama de casa. Los cuatro se sentaron con la carne
de cerdo y todos los adornos triviales de hecho-en-casa. Charlie
estaba en buena forma: hacía chistes y chismorreaba del
aquelarre, rellenando los vasos de todos.
Era imposible que Gloria se relajara. La conversación en la
oficina había sido una mezcla de escurridiza adulación y
amenazas veladas de las que no sabía que pensar. En cuanto a
la tarea que Charlie le había encomendado... Tal vez alguien en
Cooper Street era realmente tan tonto como para estafarle. O
tal vez él había hecho salir el tema solo para ocasionar
problemas.
Cada rico bocado, era pesado y no se digería en su
estomago. No le gustaba el vino y este sabía amargo, aunque
la botella tal vez costara más que la caja que la gente
compraba. Estaba demasiado caliente y le dolía la cabeza.
Por fin se acabó. Cuando ella se levantó para darles su
agradecimiento y despedirse, Troy también se levantó.
—Te llevaré a casa. Voy por dónde tu vas de todas formas.
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Gloria encontró eso difícil de creer. Eso solo significaba que
todavía no se había escapado.
El garaje de la mansión lo ocupaba un Bentley de época y
varios coches deportivos que parecían aviones de combate. El
Mercedes de Troy era relativamente discreto en comparación.
Los primeros minutos después de arrancar los pasaron en
silencio. Ella fue consciente del escrutinio de Troy en la cena, y
cuando se detuvieron en el trafico por las obras de Blythe Hill, se
dio cuenta de que él la estaba mirando otra vez.
—¿Qué? ¿Tengo mocos en la cara o algo así?
—¿No eres una niña resabiada? Tal vez solo estoy disfrutando
de la vista.
Gloria no estaba segura de que estaba más molesta de que
la llamara niña o la observación que le siguió. Pero el lo había
dicho secamente así que decidió dejarlo pasar.
—¿Cómo te va en la universidad? —preguntó ella, en parte
para cambiar de tema y en parte porque estaba
verdaderamente curiosa en cuanto a como Troy combinaba la
vida del estudiante de último curso de Ciencias Económicas
con la de jefe-en-espera del aquelarre.
—Todo bien. Hay algo en casa que molesta. Mamá está
peinando en largo pelo de Candice. Papa reconoce su último
detox lo alisó pero.... —Se encogió de hombros.— Él está en
negociación.
Cuando Candy manifestó su fae, se fue de fiesta y duro tres
semanas. Tampoco era que lo estuviera celebrando. Ella nunca
quiso ser una bruja. Es un trabajo demasiado duro. Como sea,
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papá ni siquiera admite que tiene un problema, y eso a mamá
la vuelve loca.
Interesante. La tía Ángel dijo que las habilidades de Kezia eran
solo de promedio, pero que era una ingeniosa encargada.
Tiene que serlo, ya que una cabecilla de las brujas dirige todas
las operaciones de la fae en el aquelarre, desde hechizos a la
elaboración de talismanes para trabajos más complejos tales
como los espejismos que disfrazaban la apariencia de una
persona y fascinaciones, que eran utilizados para el
contrabando y las falsificaciones. La gran restricción de las
brujas en el aquelarre era que no podían usar su fae para la
violencia. Un delincuente común condenado por asesinato iría
a la cárcel. Una bruja iría a la Cámara de Quema.
Seguramente fue un matrimonio decidido en vez de un
matrimonio por amor. Kezia lo había hecho bien por sí misma;
una figura poderosa como cabecilla de brujas en el aquelarre y
en algunos grupos era igual que el jefe. Pero en los aquelarres
las esposas siempre difieren a sus maridos. Cuándo ella no
estaba trabajando como una bruja, Kezia estaba en casa como
una fiel esposa y madre, mientras que Charlie daba las ordenes,
se reunía con los contactos, hacia las ofertas... y jugaba con su
grupo de novias. ¿Estaba contenta la Sra. Morgan con el
acuerdo que ella había hecho?
—Mamá aún espera que Skye o yo tengamos la fae. —
Continuó Troy— Sin embargo, siendo una chica, es más
probable para Skye. Eso solo me causaría problemas a mí. El jefe
debe ser el hombre al mando; el cabecilla de brujas, el poder
detrás del trono. Necesitas una división de responsabilidades.
Combinar ambos roles, y vivir se vuelve complicado.
—Tu abuela Lily lo logró.
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—Las cosas han cambiado desde esa época. En cualquier
caso, la abuela era un caso especial.
Gloria pensó en las tres hermanas rubias de la fotografía y
sonrió a pesar de sí misma.
—Eso es porque ella era una chica Starling.
—Si... ¿Me pregunto donde puedo conseguir uno de esos?
Sintió, más que vio, sus ojos en ella. Ella tenía la certeza ahora
de que Angeline tenía razón sobre los planes que Charlie
Morgan tenía para su sangre. Él, Troy y Kezia probablemente ya
lo habrían discutido. Sus entrañas se retorcieron por la ira y el
disgusto.
Por lo menos ya habían llegado al giro de Cooper Street.
—Hogar, dulce hogar. —Anunció Troy cuando el coche se
detuvo en la acera.
—Dios, había olvidado lo sucio que está este sitio.
—Bueno, es mi suciedad, ¿de acuerdo? —Gloria salió por la
puerta.
Pero Troy la agarro del brazo, tirando de ella de nuevo hasta
su asiento. Sus ojos se estrecharon hacia ella.
Si intenta algo, pensó ella, voy a golpearlo en la nuez.
Sin embargo parecía que Troy tenía otras cosas en mente.
—Escucha, sé que mi padre te pidió que tuvieras un oído en
ese sitio. Y también sé que papá no es el hombre más fácil del
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mundo con el que tratar. Así que si llegas a algo de lo que tú no
estás segura, siempre puedes venir a mi primero.
—Muy amable de tu parte, pero estoy segura de que podré
arreglármelas.
—Espero que así sea. —Dijo con seriedad.— Estos son tiempos
difíciles, Gloria. La Inquisición ha elevado su juego y estamos
frente a un nuevo tipo de ataque. Papá no quiere admitirlo,
pero si el juicio de Goodwin no va a nuestro favor, el aquelarre
Wenesdey conseguirá un golpe importante.
—Ese no es mi problema.
—No te hagas ilusiones. Los dos.
Ella abrió la puerta.
—Lo sé, lo sé. La sangre atada más empresa es igual a Una
Relación muy Especial.
—Ten cuidado, Gloria.
No era más que un adiós con una advertencia.
La luz de la tía Ángel estaba encendida, pero Gloria no
estaba de humor para un interrogatorio. Ella decidió deslizarse a
casa por el sitio de Number Seven. Era como tener diez años,
pero ella estaba muy cansada. Sus pies le dolían en sus
delgados tacones de aguja.
—Hola, nena. —Nate estaba sentado y fumando en las
escaleras de Nº Eight.— Te has divertido con tus parientes ricos,
¿Verdad?
—En realidad no.
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—Entonces deberías de haber estado aquí. Papá consiguió
emborracharse en el Anchor y empezó a levantar el infierno con
un par de punks del lugar. Earl y yo apenas logramos arrastrarlo
fuera antes de que la suciedad llegara.
—¿Él está bien?
—Supongo. Probablemente se haya derrumbado en un
montón de su propio vómito en alguna parte. No es como si
alguien de aquí le haya echado.
Lola, la madre de Nate había perdido la paciencia y los
abandonó hace alrededor de dos años atrás. Ella solo los
visitaba cuando necesitaba dinero o favores del aquelarre.
Pensando en eso, Gloria sintió una punzada de simpatía.
—A lo mejor debemos meterlo en algún programa de
desintoxicación. —Justo como Candice Morgan– aunque sabía
que no debía hablar de ella con Nate.
—Rehabilitación y eso.
—¿Cuál sería el punto? —Nate empezó a darle vueltas.— El
viejo está más allá de eso. Tu tía Harpy está en sus últimas
también. Es hora de que deje que alguien más tome el control y
dejar el lugar estando aún en forma.
—Eso es más que ir corriendo al aquelarre a perseguir chicas
para subir alto
—¿Oh? Entonces, ¿cual es tu plan de juego? ¿Dormir en tu
camino a la cima? Porque tengo que decirte que tú y Troy
parecíais bastantes cariñosos en el coche.
—Déjalo, Nate.
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Gloria abrió la puerta del Nº Seven.
—Uno de estos días, vas a tener que decidir a donde va tu
lealtad.
—Dijo detrás de ella.
En el estrecho pasillo, las tensiones acumuladas en la tarde
finalmente la alcanzaron y empezó a temblar. Su respiración era
rápida y ligera. Que su fae se manifestara era todo lo que ella
había querido. Su mayor deseo de había hecho realidad. Y sin
embargo, nunca se había sentido tan atrapada.
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Capítulo 11 Traducido por ro0.
Corregido por ♥Karen♥
os cuatro principales departamentos de la Inquisición
eran La Dirección de Crímenes Brujos, La Oficina de
Integración para Brujos, El Comando de Inteligencia
(para vigilancia) y la Oficina de la Corte Inquisitorial.
Aparte de su tamaño, todos sabían que la Oficina de
Integración para Brujos era para los inquisidores que no eran los
suficientemente inteligentes o ambiciosos para trabajar en otro
departamento. De otra forma, el sorpresivo ascenso de Jonah
Branning desde oficial aprendiz hasta el alto rango de Guardián
de Brujos habría atraído más la atención.
Dejando las bromas arpías de lado, a Jonah le gustaba su
trabajo y pensaba que era importante. Su secreto –el cual él
sabía lo vergonzoso que era– era que cuando pequeño, él
quería de hecho tener en Séptimo Sentido, hasta que su papá
lo atrapó tratando de hacer un amuleto y lo agarró tan fuerte
de la oreja que lo hizo aullar. Incluso ahora, le preocupaba que
su interés en el trabajo con brujos no fuera completamente
profesional.
En la Inquisición, se referían a la magia como una “facilidad”,
no una habilidad, y por seguro no un don. Pero Jonah no había
crecido preguntándose si era verdad.
L
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Y entonces la llamada telefónica llegó un lunes en la tarde,
que lo convocaba a la oficina del jefe del departamento. “Una
reunión secreta de estrictos negocios”, eso le advirtió su jefe,
justo antes de dejar caer la bomba sobre el chico Stearne.
Jonah era un gran admirador del Jefe Fiscal. Sus habilidades
en el tribunal eran legendarias, así como lo eran los casos que
había ganado. El trágico asesinato de su esposa no hizo más
que adherirle autoridad, y dignidad, que incluso sus oponentes
tenían que respetar. Y ahora el jefe le decía a Jonah que el
único hijo de Ashton Stearne, el heredero de doce
generaciones de la realeza de la Inquisición, era un brujo. Uno
poderoso también: de Tipo D. Había sido evaluado esta
mañana.
La noticia fue seguida por el segundo impacto de la tarde.
—Nos gustaría que tú, Jonah, fueras su guardián.
Jonah tartamudeó algo sobre su propia edad y de su
inexperiencia. Su jefe le restó importancia.
—Ya le he discutido con Ashton. El cree, y concuerdo, que
Lucas se verá beneficiado de tener un supervisor que es
relativamente cercano a su edad. Lo que es más, tu expediente
en este departamento es ejemplar. Te estás transformando en
un malditamente buen oficial —su jefe asintió impresionado.
Jonah se sonrojó—. No hay duda de que este será un caso
difícil. La edad de Lucas es casi tan inusual como sus facilidades.
Luego tenemos la historia y posición familiar…
El jefe explicó que Lucas Stearne estaría registrado en la
sección de acceso restringido de las Base Nacional del Tipo
Brujo. Su expediente estaría vigilado por esos agentes en el
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servicio secreto y otros casos censurados o delicados—pero
bajo otro nombre. Hasta que el caso de Goodwin esté concluso,
no pueden permitir que su condición sea revelada—. Solo
cuatro personas saben sobre esto además de nosotros y la
familia Stearne. El mismo Sir Anthony,el Comandante Saunders
de la Dirección de Crímenes Brujos, el inquisidor que condujo la
evaluación de Lucas y el guardia que se encargaba de la
seguridad. Y por el momento, pretendemos que se quede así.
Eso era altamente irregular. Por una cosa, deberían haber
habido dos inquisidores presentes en la evaluación del chico.
Jonah se preguntó que otras pequeñas piezas de protocolo
habían sido ignoradas—. Me temo que, em, no entiendo.
—Estoy seguro que estás al tanto de la importancia del caso
de Goodwin en nuestra lucha contra la banda de crimen brujo.
Nada que arruine el rol de Ashton como fiscal o que interrumpa
el juicio puede ser permitido. A sido acordado de antemano
que deberíamos ocultar la condición de su hijo de la luz pública
hasta que el juicio esté terminado. En ese punto, Ashton
anunciará los poderes de Lucas junto con su renuncia, y el
procedimiento normar se llevará a cabo.
Jonah no estaba completamente convencido—. ¿El
momento no será sospechoso, señor? Aún así podríamos ser
acusados de encubrimiento —el jefe se encogió de hombros.
—Mientras el tribunal asegura la detención de Bradley
Goodwin, nadie causará problemas al respecto.
Lamentablemente, temo que la pérdida de Ashton va a ser un
asunto diferente… Pero no necesitas preocuparte por eso,
Branning. Tu única preocupación debe ser asegurarte que el
chico Stearne madure a un brujo que obedezca la ley y se
ajuste al sistema.
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—Sí, señor. Por supuesto, señor.
El jefe lo palmeó en el hombre.
—Buen chico. No hay duda que el joven Stearne estará
agradecido por tu apoyo.
Jonah trató de mantener estas palabras en su cabeza
mientras se dirigía a la casa de los Stearne el miércoles en la
mañana. De acuerdo con el archivo, Lucas era inteligente, con
buena disposición y agradable. Pero el chico estaría
traumatizado, en estado potencialmente inestable. Jonah se
tomaría las cosas tranquilamente.
La casa era tan imponente como había esperado, con un
importante guardia en la puerta. Se preguntó, un poco
aprensivamente, si el Jefe Fiscal estaba en casa. Ashton Stearne
representaba el oficial de elite que Jonah aspiraba ser con un
poco de desconfianza. La mayoría de los inquisidores del rango
de Jonah o de mayor rango habían sido educados de forma
privada, y tenía esa confianza que ese privilegio brindaba.
Jonah no tenía esa confianza pero tenía ambición. Él sabía que
un caso como el de Lucas Stearne podría bien hacer su carrera
como también destruirla. Esto no hacía más fácil el mantenerse
calmado cuando el mismo Jefe Fiscal abrió la puerta. Jonah se
tropezó con su presentación.
—He escuchado cosas buenas de usted, Oficial Branning —lo
cortó el fiscal, regresándolo a la compostura sólo con esa
mirada azul metalizada —. Adelante. Mi hijo está esperando en
la biblioteca.
Lucas Stearne estaba descansando en un sillón cerca de la
chimenea. Él medio se levantó cuando Jonah entró a la
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habitación, y le ofreció una mano lánguida. Mientras la
estrechaba, Jonah tuvo un vistazo de las esposas bajo la camisa
del chico. Diez centímetros, como correspondía con un Tipo D.
Los ojos de Lucas recorrieron a Jonah, notando lo cara llena de
pecas, el cabello color arena y la ancha mandíbula. Había una
mancha en su corbata, donde había derramado un poco de
café esa mañana. Lucas observó la mancha y su labio se curvó.
Jonah se sentó cautelosamente en la larga silla que había
sido puesta para él. Probablemente era una reliquia. La
habitación estaba decorada con descoloridos estampados y
filas de libros encuadernados. Una mujer de mirada triste
observaba desde la repisa de la chimenea.
—Mi madre —le informó Lucas—. Fue asesinada.
—Sí. Lo lamento.
— ¿Lo lamentas? No es como si la hubieras conocido… Los
brujos hacen buenos asesinos. ¿Has estado a cargo un caso de
crimen brujo?
—No.
Él levanto una ceja burlona.
—Esperemos que yo no estropee tu record.
—Estoy seguro que no lo harás.
Jonah empezó con el reglamento oficial, uno sobre
Responsabilidades, Regulaciones y Recompensas. Lucas apenas
cubría sus bostezos. — ¿Cuántos años tienes?
—Tengo veintitrés.
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—Y ya eres un guardián de alto rango… ¿Estabas en el
programa intensivo, entonces?
—No.
— ¿Así que no fuiste a la universidad?
—No.
—Divertido. Prefiero pensar que no lo has hecho.
La madre de Jonah había caído enferma cuando tenía
dieciséis. Con su padre teniendo que tomar turnos extra en
fábrica de autos, Jonah tuvo que congelar sus clases para
quedarse en casa y cuidar de ella. Su madre se recuperó, sus
notas no lo hicieron. Se había unido a la Oficina de Integración
para Brujo a los dieciocho, con un par de certificados y una
carta de recomendación de parte del director de la escuela.
Pero nada de esto tenía que ver con Lucas Stearne.
Se inclinó hacia adelante.
—Bueno, nunca es demasiado tarde para pensar en carreras.
Usando tu poder en servicio al Estado puede ser bien
recompensado. Está la policía, por supuesto, y con tus
facilidades podríamos considerar hasta la IBAS. Las fuerzas
armadas están activamente buscando reclutas. Puedes haber
escuchado también sobre el crecimiento del Departamento de
Agricultura buscando a trabajadores brujos—ayudando con la
cosecha y el ganado, como una alternativa para el GM—
—Una carrera en el establo. Qué inspirador.
—O también está el servicio de salud. Los avances médicos
han reducido la necesidad de curadores brujos, pero en
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muchos hospitales aún los contratan. La magia usualmente se
utiliza para hacer la muerte más tranquila o para partos, tengo
entendido.
— ¿Piensas que soy una buena partera?
—Entonces de nuevo —presionó Jonah—, puedes escoger no
usar tu magia. Un brujo no practicante puede elegir entre la
mayoría de los trabajos. Excepto política o la Iglesia, por
supuesto.
—O la Inquisición.
El tono era burlesco, pero Jonah podía sentir la amargura
debajo. Intentó una técnica diferente.
—¿Cómo se sienten?
Apuntó a las esposas de hierro. La piel alrededor estaba seca
y enrojecida.
—Bien.
— ¿Y cómo te sientes tú?
—También estoy bien.
— ¿De veras? Tu pelo tiene gris.
Lucas levantó su mano hacia su cabeza, luego la dejó caer.
Se encogió de hombros.
—Problema con una chica. Me mandará directo a la tumba.
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A pesar de la simple respuesta, parecía el único momento en
su conversación que el chico había lucido incómodo, pensó
Jonah. Incluso desconfiado.
Pero el momento pasó, y el resto de la visita de Jonah, Lucas
fue tan insolente como antes.
Lucas estaba determinado a desagradarle a quien fuera que
había sido asignado como su guardia y todo sobre el Oficial
Branning era irritante.
Esas pecas infantiles, su expresión paciente… la forma
evidente en que el hombre admiraba a su padre.
Lucas sabía que se estaba comportando como un mocoso
arrogante. Lo había disfrutado. Si el guardián tuviera agallas, se
abría levantado y le hubiera dicho donde podía irse. Se suponía
que estaba a cargo. Él tenía el poder. Pero no, él solo se
sentaba ahí a hacerle sus tranquilas preguntas, pretendiendo
estar interesado y a nivel, mientras que los dos sabían que todo
este montaje era una farsa. Aunque él sabía que sus verdaderos
problemas empezarían cuando el juicio de Goodwin terminara,
al final de la primera semana Lucas estaba ardiendo de
aburrimiento y resentimiento. La perspectiva de otro mes bajo
virtual arresto domiciliario era insoportable. No ayudaba el que
no haya podido dormir bien, manteniéndose despierto por la
incomodidad tanto de las esposas de hierro como de sus
pensamientos. El asiento hecho a mano que recibiría el lunes
era mejor que fuera cómodo, suave, con puntas redondeadas
para reducir el roce.
Pero la estadía permanente era difícilmente algo por lo que
esperar. Clearmont había sido informado que Lucas tenía fiebre
glandular, resultando en un montón de e-mails y mensajes de
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texto de “mejórate pronto”. Muchos eran de chicas: Bea
había mandado una carta con “xxx” al lado de su nombre.
Lucas las ignoró todas. También ignoró el programa de estudio
en casa que el Oficial Branning le había enviado, y había
pasado todos los largos días y noches mirando TV basura y
leyendo novelas de detectives. Al menos tenía a Kip de
compañía, el perro ya había superado su primera impresión
ante la magia y había vuelto a su normal devoto ser.
Vio poco del resto de la casa. Su padre estaba generalmente
en la corte o en su oficina; Philomena se mantenía lo más lejos
posible. Cada vez que sus caminos se cruzaban, ella hacía la
rutina de víctima con ojos llorosos y labio tembloroso. Mientras
tanto, Marisa estaba tranquila pero alerta. Ocupada
calculando, pensó Lucas. Siempre había pensado que era más
fuerte de lo que se veía. Bueno, bien por ella. Necesitaba serlo.
Todos deberían.
A veces se sentaba solo, agarraría la mancha plateada de su
cabella y se preguntaría si se atrevía a usar su magia. Sabía que
las esposas de hierro no serían suficientes para retenerlo; los dos
vasos con los que estaba practicando seguían en su lugar,
esperando su toque. Pero ya había tenido suficiente de
escuchar. Era verdad, después de todo, que los fisgones nunca
traían ningún bien para ellos.
En una de sus fugaces visitas, Ashton había anunciado que
estaría en casa el viernes temprano y que esperaba
impacientemente cenar con toda la familia. Lucas se preguntó
si su padre quería una conferencia. Quizás los cuatro tendrían
finalmente la oportunidad de conversar lo que había pasado, y
la mejor manera de lidiar con esto. La Unión hace la Fuerza… O,
lo más probable, sería una pequeña y dolorosa conversación
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con largos silencios, mientras todos evitaban el elefante brujo en
la habitación.
Sólo diez minutos después de llegar a casa, su padre tenía
una visita. Justo después de las seis: Marisa estaba empezando
con las preparaciones para la cena, Philly miraba televisión en
su cuarto. Lucas estaba en su habitación también, mirando por
la ventana. Desde ahí, el vio al Comandante Saunders llegar a
la puerta.
Josiah Saunders era el presidente de la Dirección del Crimen
Brujo, y uno de los compañeros de Ashton de la alta Inquisición.
Su departamento trabajaba codo a codo con la oficina del
fiscal de la corte Inquisitorial en el caso Goodwin. Lucas sabía
que estaba a punto de retirarse por asuntos de salid.
Ciertamente no se veía bien: cara delgada y demacrada,
moviéndose con la rigidez dolorosa de alguien mucho mayor
que él.
Curioso, Lucas fue a esperar en las sombras de la punta de las
escaleras, donde podía mirar todo el vestíbulo desde arriba. El
guardia ya debía haber avisado por interno al estudio, para que
Ashton estuviera en la puerta cuando el timbre sonara.
—Josiah —dijo—. Esto es inesperado.
—Perdón por entrometerme en tu tarde. Pero estaba en el
vecindario, y me temo que esto no puede esperar hasta la
oficina.
—Suena serio.
—Sí —bajo la voz—. La situación que discutimos antes, ha
sucedido.
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Ashton miró alrededor del vestíbulo.
—Vamos al estudio.
Lucas no dudo por más de un minuto. Fue directamente hasta
el comedor y agarró una de las copas de brujería.
Sudando y temblando, luchó para traspasar las esposas de
hierro para liberar su poder. Tomó todas sus fuerzas para sacarla
y meterla dentro del talismán, y la amenaza de ruido que captó
fue mucho más ligera que antes. El color del sonido era débil, y
el esfuerzo para poder sentirlo hacía que sus dientes chocaran y
sus huesos dolieran. Pero mientras más escuchaba, más difícil
era alejarse.
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Capítulo 12
Traducido por AlDaRa
Corregido por ♥Karen♥
Supongo que era inevitable —Estaba diciendo el
comandante— El soborno no puede ser detectado por
las campanas o suprimido por bridas. En cierto modo, la
lucha contra el trabajo de bruja sería más simple. Al
momento, ni siquiera sé cuál de los seis miembros del
tribunal se ha conseguido. Pero el chivatazo vino de una fuente
confiable.
—¿Alguien en el aquelarre? —preguntó el padre de Lucas—.
—Un policía informante. Hasta ahora, todos nuestros intentos
de infiltrarnos en el aquelarre Wednesday han fracasado.
Ashton lanzó una exclamación de disgusto. Detrás de los ojos
cerrados, el sonido llegó a Lucas como flema de color.
—Solo tenemos un mes para intentarlo o irnos. No tenemos
ninguna evidencia sólida de que alguien en el tribunal ha sido
sobornado, y sin un informante dentro de la secta que es poco
probable que lo logremos. Game over.
—-No... necesariamente. Todavía hay opciones a considerar,
y decisiones que tomar. Ninguna de ellas va a ser fácil —El
Comandante se aclaró la garganta—. De hecho, debo
advertirte que lo que estoy discutiendo aquí, va por encima y
más allá de las cuestiones de protocolo.
—
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—Entonces, tal vez es mejor explicar las cosas desde el
principio.
—Es una historia bastante larga.
—Ya te acostumbrarás a los tribunales. La usaremos allí.
Esta vez, el comandante se rió brevemente.
—Es cierto. Como ya sabes, aunque la inquisición encabeza la
lucha contra la actividad de aquelarres, en los últimos años mis
oficiales han estado trabajando cada vez más estrechamente
con el MI5. Fueron ellos los que nos sugirieron que a su vez
colocáramos nuestra atención en un equipo pequeño, de un
barrio conocido como Cooper Street. Es un aquelarre, si es que
se le puede dar ese nombre, pero comparte una conexión
familiar, así como los intereses empresariales, con los hermanos
Morgan. Incluso tenemos un activo allí, aunque sus recursos son
limitados. Ella es una señora de edad. Prácticamente salida de
casa.
—Ya veo. ¿Crees que este lugar podría ser una puerta trasera
en el aquelarre Wednesday.
—La colocación de un topo dentro de Cooper Street es sin
duda una más fácil proposición. Y fue en este sentido que yo y
mis colegas formamos un grupo de trabajo con los agentes de
IBAS. Operación Echo es su nombre.
—No es un movimiento popular, me imagino.
—Naturalmente, hubo cierta hostilidad hacia la idea desde el
principio. Como usted sabe, he llegado a creer que existen
circunstancias donde el trabajo de brujería puede ser un arma
útil contra el crimen de brujería, combatir el fuego con fuego,
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por así decirlo. Pero tengo que respetar que otros tienen
opiniones diferentes. Silas Paterson entre ellos. —Coronel Silas
Paterson fue diputado de Saunders. Lucas vio que la voz de su
padre, en tono neutral, tenía una mancha de color marrón
verdoso desagradable.
—Silas tendrá que aceptar que los tiempos están cambiando.
IBAS ha demostrado ser la perdición de los traficantes del mal,
hasta ahora. Con Jack Rawdon en el timón, una mayor
expansión de la agencia parece inevitable. De hecho, fue
Rawdon quien propuso que adoptara la cubierta de topo. Él
sugirió que debería ser alguien joven, sin experiencia y
previamente desconectado del mundo de los aquelarres. Un
colegial, de hecho.
—¿Cómo es esto posible? El glamour puede transformar de
una persona para que parezca. Pero no lo está usando para
alterar su muy poco fiable edad?
—Lo hace. Pero en algunos casos, la brujería nunca se
mantiene por mucho tiempo. Nosotros nunca habríamos
intentado realizar la operación si no hubiera tenido Rawdon un
candidato específico en mente. Agente Andrew Barnes se
volvió brujo muy joven, a la edad de dieciocho años, y fue
reclutado por IBAS poco después. Ahora, con veinte años de
edad, es de pequeña estatura y constitución delgada, y,
naturalmente, parece más joven de lo que es. Como
precaución adicional, sus características se han disfrazado por
el glamour.
El Comandante sonaba perfectamente integrado. Pero Lucas
estaba viendo el amarillo parpadeando detrás de su discurso.
Josías Saunders era un hombre nervioso. —Entonces, el Agente
Barnes creó el papel de "Harry Jukes", un joven delincuente de
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un entorno privilegiado. Su primer contacto con Cooper Street
fue la compra de medicamentos, no para uso personal, pero
para hacer frente a sus amigos. Desde entonces, ha
suministrado al aquelarre con información sobre las medidas de
seguridad de sus vecinos, resultando en los robos de varios
lugares, y ha colaborado en un evento falso de caridad para
recaudar fondos... naturalmente, todos los afectados serán
adecuadamente recompensados.
—Por supuesto —Era la voz de Ashton, recubierta con plata y
recelo—. Y ¿cómo va a proceder su adolescente graduado de
la escuela al aquelarre?
—Él va a tener su Fae, por supuesto —Lucas percibió un matiz
rojizo de diversión—. La próxima semana, la segunda fase de la
Operación Echo comenzará. 'Harry' llegará a la calle Cooper
con la noticia de que estará convertido en un tipo de brujo. La
historia es que él ya ha sido expulsado de la escuela, y ha salido
de casa antes de que su Fae pueda ser descubierta.
—La moral es baja en Cooper Street, y también lo es la
seguridad. Un brujo no registrado, de la edad de Harry y el
fondo parece fácil de explotar. ¿Por qué no lo quieren admitir, y
utilizarlo para sus propios fines? Incluso entre los delincuentes, un
muchacho de dieciséis años no está sujeto al mismo escrutinio
como un adulto maduro. Y por supuesto, esto es sólo la primera
etapa de la operación. Nuestro aquelarre activo nos asegura
que si nuestro joven brujo pone su Fae a buen efecto, Charlie
Morgan oirá hablar de ello y pasar a reclutarlo para su propio
conjunto. Está acostumbrado a tomar su selección de talento
del inframundo, y él no va a querer tener ideas de Cooper Street
por encima de su estación.
—Suena plausible. De hecho, yo no veo cuál es el problema.
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—El Agente Barnes estuvo involucrado en el accidente
ferroviario en Ealing el lunes. Él va a estar en el hospital durante
las próximas seis semanas por lo menos —Ashton dejó escapar el
aliento bruscamente. ¿Podría estar la brujería involucrada?
Después de aquel silbido del viento...
—En la actualidad, parece que un fallo mecánico es el
culpable. En cualquier caso, fue por casualidad, nuestro agente
estaba en el tren en ese momento. Hemos revisado a los
compañeros del Agente Barnes, con la esperanza de que la
brujería de uno de ellos tome su lugar, y ninguno de ellos es
adecuado. Nuestras respectivas organizaciones han pasado
más de un año de trabajo en esta operación. Han sido
necesarios meses de preparación —Hubo una pausa—.Los
logros del Agente Barnes son tan notables como su juventud.
Excepcional, de hecho. Para ser igualado por otra persona,
tendría que ser por un gran golpe de suerte, extraordinario, casi
se podría decir. . . destino.
En el silencio que siguió, Lucas podía sentir su corazón
latiendo, rápida y ruidosamente. Parecía imposible que no
pudieran oír en la otra habitación. Pero el silencio era absoluto.
Cuando Ashton habló, su voz y su color era hielo blanco. —Ten
mucho cuidado con lo que dices Josías. Creo que ya sabes lo
que voy a preguntar.
—Y yo creo que deberías parar ahora, antes de que
cualquiera de nosotros diga algo de lo que nos arrepintamos.
—Ashton, usted acaba de considerar…
—Él tiene quince años.
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—Lucas no es un niño. Él es un adulto joven. A Tipo D brujo,
cuya condición se hubiese mantenido en secreto y clasificado
en registros. Es una posición única. Lo siento, Josías. Esta
conversación ha llegado a su fin.
Entonces, en una explosión final de sentimientos, se mostró
como el rojo y el negro irrumpían en la cabeza de Lucas: "y no
crea que reaccionaria de manera diferente si no se tratara de
mi hijo. Cristo! Existen algunas líneas que no se cruzan. De lo
contrario ¿qué demonios es lo que representan?
—Muy bien —dijo el comandante Saunders suavemente—.
Está bien. Yo entiendo. Lo siento por haberte puesto en esta
posición. No hablaremos más de lo mismo. Déjame enseñarte la
salida —En el cuarto de al lado, Lucas dejó el vaso con un
agitando movimiento de la mano. Cuando se puso de pie, su
visión se volvió negra, y pensó que iba a desmayarse. Pero no
era el momento para la debilidad. Se enderezó, se enjugó su
cara húmeda con la manga y se alisó el pelo. Era importante
verse controlado. Entró en el pasillo al mismo tiempo que su
padre y su huésped estaban llegando a la puerta. —Saunders
Comandante —dijo—. Soy Lucas.
Los dos hombres se pusieron rígidos. El Comandante de la
cara demacrada, sin embargo, dijo con nada de distancia.
—Por supuesto. Es bueno verte de nuevo.
—Yo estaba escuchando por la puerta mientras estaban en el
estudio —Lucas pasó rápidamente, antes de que lo
interrumpieran o que perdiera su valor—. Ya sé que estaba
equivocado. Pero muchas de las decisiones para mí, son
tomadas por otras personas, y quiero estar involucrado.
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—No te metas en esto, Lucas —Él nunca había visto a su
padre temeroso, y en su propio espanto sólo vio la ira de Ashton:
duro y frío.
Él siguió adelante.
—No puedo. Lo siento. Por primera vez desde que todas estas
—levantó las muñecas embridadas— cosas han pasado, algo
tiene sentido. Me necesitan, así como lo que soy —Se volvió
hacia el Comandante de nuevo—. Mi padre y yo tenemos que
hablar. Pero esto no ha terminado, y esperaré para reunirme
con usted de nuevo.
El comandante sonrió con fuerza.
—Miraré hacia adelante a la misma.
De vuelta en el estudio, Ashton se apoyó contra la puerta. Sus
nudillos tamborilearon la madera. Lucas estaba preparado para
una explosión, pero lo único que dijo fue:—No pude escuchar
nada a través de esto.
—No. Utilice brujería —Me sentí bien de confesarlo.
—¿Y cómo has pasado la refrenar?
—Hice trampa en la evaluación. Pero ese no es el tema aquí.
Nosotros necesita…
—No te atrevas a decirme cuál es el problema —Su padre
todavía hablaba en voz baja, pero las palabras tronaron como
un látigo—. Rompiste la ley. El oficial que llevó a cabo tu
evaluación lo hizo como un favor personal hacia mí. Él podría
enfrentar una acción disciplinaria sobre esto. Mientras tanto, voy
a tener la casa inspeccionada por brujería hostil cometida por
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mi propio hijo. Quien ha sido criminalmente irresponsable en
todos los sentidos.
De alguna manera, Lucas sostuvo la mirada de su padre.
—Lo siento. Especialmente si pongo a tu colega en
problemas. Pero yo tenía que averiguar qué estaba pasando.
No me hablas. Nadie lo hace. Todos ustedes —Oyó el zumbido
al inicio de su voz, tragó saliva, y lo suprimió—. De todos modos.
Eso no importa ahora, porque sé lo que voy a hacer con mi
vida. Quiero unirme a IBAS —Josías Saunders había hecho lo que
Jonah Branning no podía. Le había mostrado su verdadera
vocación a Lucas. No podía ser un inquisidor, pero aún podía
perseguir y castigar el crimen por brujería. Él podría expiar su fae.
—Una ambición digna. La mantendremos en debate en
cuanto cumplas los dieciocho años.
—Pero él ahora es lo que cuenta. Si no averiguas quién es el
aquelarre de Wednesday está siendo sobornado, todo tu
trabajo en el juico Goodwin será en vano. Es el más importante
enjuiciamiento de tu carrera. Será tu última acusación una vez
que mi condición se haga pública. Los dos sabemos eso. Y en
estos momentos tengo la oportunidad de ayudar. Si no me dejas
hacer esto por ti, entonces déjame hacerlo por la propia causa.
—¡Por el amor de Dios, Lucas! Este no es el momento de jugar
al héroe. La única "causa" que te debe importar es tu
educación —Con visible esfuerzo, Ashton suavizó su tono—.
Puedo entender el por qué no quieres volver a Clearmont. Tal
vez te gustaría pasar algún tiempo estudiando en el extranjero.
Marisa ha estado buscando. Lucas se echó a reír.
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—¿Un internado secreto para brujas adolescentes? No,
gracias —Trató de forma distinta—. Mira. Sólo estoy pidiendo la
oportunidad de sopesar mis opciones. Si resulta que no soy
quien buscan para La operación del mando de Saunders, o si
decido que no quiero involucrarme después de todo, entonces
está bien. Pero me gustaría tener la oportunidad de averiguarlo.
Y quién sabe qué está buscando IBAS? Tal vez pueda inscribirse
en un programa de entrenamiento, o conseguir un trabajo de
escritorio que podría hacer junto con mis estudios. De esa
manera no tendría que ser refrenado, y estaría trabajando en
una carrera adecuada.
—Eres un colegial, no un espía. Y... —Ashton aclaró la
garganta, mirando Lucas directamente a los ojos— tú eres mi
único hijo.
—Papá...
—Escúchame. No tienes ni idea de los riesgos que implica. Los
peligros, las complejidades. No estás listo para esto.
—Entonces tengo que aprender a estarlo. Porque no soy un
brujo ordinario; yo soy un prodigio. No, papá. Ya sé que es
cierto. Hay un calor y una fuerza dentro de mí que nunca había
sentido antes... Yo no lo pedí, y no lo quiero, pero así es como
es. Y a veces siento que si no puedo encontrar la manera de
usarlo me volveré loco— Ashton Stearne estudió a su hijo, y fue
como si se pusiera de pie ante un extraño. —. Por favor —dijo
Lucas en voz baja—-. Tienes que dejarme encontrar mi propio
camino.
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Capítulo 13 Traducido por Mica
Corregido por Indira17
n los días posteriores a su visita a los Morgans, Gloria se
concentró en la práctica de brujería. Con su tía abuela
guiándola, le enseñó hechizos que darían calambres
estomacales a alguien o zumbidos en los oídos. Le
enseñó la mejor manera de corromper alimentos y agua
con veneno, y la forma de una buena herida y cómo calmar la
fiebre sólo por el tacto. Practicaban la adivinación en cuencos
de agua para ver visiones de personas en otros lugares.
Aprendió cómo lanzar un hechizo que iba a cambiar su
aspecto, y una fascinación que llevaba a la gente a ver lo que
ella quería. . . cómo elaborar talismanes y amuletos. . . Cómo
hacer cumplir sus órdenes a animales, encontrar objetos
perdidos, hacer silbar al viento. . .
Tía Ángel no podía hacer muchas de estas cosas por sí misma.
Pero ella le contó a Gloria cómo había visto a otros llevarlos a
cabo, y le dio ejemplos famosos de la historia y las leyendas.
Hubo algunas cosas que Gloria no quería intentar como hacer
muñecos para esclavizar a una persona sin su voluntad. O echar
hechizos oscuros irreversibles, lo que podría romper el corazón y
los ojos. Pero, no obstante, Tía Ángel le enseñó los principios. De
hecho, lo único que no practico fue volar entre las nubes. Era
demasiado arriesgado intentar eso en Londres. Tía Ángel le
prometió un día fuera del país, donde se iba a encontrar un
E
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bosque desierto o una granja vacía para que ella tuviera una
oportunidad, lejos de miradas indiscretas.
Todo era igual a como Gloria esperaba. Sus instintos estaban
en la marca, y podía hacer todo lo que ella puso en mente, y
cada nuevo acto de brujería la llenó de alegría.
La discreción en sus dones era casi tan buena como la de su
tía. A veces, la anciana se ponía sentimental, sin embargo.
—Por supuesto —me decía— tu madre te enseño esto. Al igual
que mi madre querida debería haber estado allí para
enseñarme a mí y a los gemelos.
La madre de Ángel había sido detenida casi al final de la
Segunda Guerra Mundial, y murió un año después en una cárcel
de la Inquisición. Los aliados habían utilizado a las brujas en el
conflicto – eran una de sus ventajas contra los nazis -, pero esto
había sido una estrategia secreta, y las penas por brujos civiles
permanecieron. La señora Starling había sido capturada usando
brujería para tratar de ponerse en contacto con su marido en la
marina. De hecho, su barco había sido torpedeado y él se
ahogó, así después de la muerte de su madre quedaron
Angeline de trece años de edad y sus hermanos de diez años
de edad, Lily y Cora huérfanos. Cooper Street había sido un
barrio buen vecindario entonces, y fueron atendidos por
diversas familias. Pero había sido una vida dura.
Gloria nunca se olvidó de lo afortunada que era. De vez en
cuando miraba sus muñecas delgadas, fuertes y con el
pensamiento de hierro abrazado alrededor. La Inquisición fue lo
peor de su infancia, y ella conocía todas las historias de horror.
La mayoría comenzó con una incursión de medianoche: los
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puños en la puerta, botas en la escalera y brutales manos que la
arrastraban de su cama.
Luego vino el descenso a las celdas subterráneas, con sus
tinas de agua helada, los bozales de hierro que se apretó
alrededor de la cabeza, clavar agujas largas en el cuerpo. . .
Por supuesto, la Inquisición dice que las cosas ahora son
diferentes. Los juicios secretos y los escuadrones de la muerte
habían
sido prohibidos con folletos brillantes y la misión de
declaraciones. Pero Gloria sabía -todo el mundo en los
aquelarres lo sabía- que nada había cambiado realmente. Los
inquisidores trataban a las hadas como una enfermedad que
debía ser purgada de la raza humana.
Miembros de Cooper Street se utilizaron cuando Gloria se
mudó con su tía abuela, pero como precaución muchos de sus
sesiones se llevaron a cabo temprano en la mañana o tarde por
la noche. Angeline aseguraba la habitación con persianas de
hierro y amuletos protectores. Mientras tanto, Gloria hacía
apariciones suficientes en la escuela para mantener el ausente
oficial de su espalda. Se trataba de un horario agotador,
especialmente ya que el problema de quién estaba robando
nunca se fue lejos de su mente.
El candidato obvio era Nate. Era seguramente la única
persona estúpida y arrogante como para intentarlo. Su padre,
Joe Junior, no tendría el valor -en estos días, pasó la mayor parte
de su tiempo en el local de Boozer. Todo el mundo sabía que él
era el jefe sólo de nombre. Lo era viejo-contadores de tiempo
Patch y Earl que realmente mantiene las cosas en marcha.
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Gloria misma tenía poco y nada que decir de la gestión de
aquelarre. Si hubieran sabido que ella era una bruja, sería un
asunto diferente, por supuesto. Así que se mantenía al margen
de las cosas, y para obtener pruebas del engaño de Nate que
necesitaría para poder acceder a todas las áreas.
Le había dicho a Angeline sobre la tarea que Charlie Morgan
había establecido, pero cada vez que intentaba hablar
correctamente su tía abuela se despedía con un gesto, con un
guiño y una sonrisa.
—Hay más de una manera de pelar un gato. Sólo espera y
verás.
¿Qué podría la anciana estar haciendo? Gloria tuvo la
respuesta el sábado por la tarde, una semana después. Ella y Tía
Ángel habían acordado practicar la adivinación juntas. La
mayor parte de la secta estaban fuera, haciendo alarde de
entradas falsas para el partido de fútbol en el estadio local, y la
Casa Ocho estaba en silencio excepto por el pitido. . . pitido. . .
pitidos de la computadora en la habitación de Patrick.
Tía Ángel tenía a Gloria recientemente confiado la llave de su
habitación. Después de quince minutos de espera, Gloria entró
y decidió probar la adivinación por sí misma. Sería la perfecta
oportunidad para espiar a Nate.
Al igual que toda la brujería, adivinación era sensible al
tiempo. Necesitabas un ficha personal de su blanco para
hacerlo, pero cuanto más tiempo este símbolo había estado
lejos de su dueño, menos eficaz sería. Funcionaba mejor si su
objetivo era al aire libre y dentro de poca distancia de su propia
ubicación. No funcionó en absoluto si la sala en la que estaban
en la adivinación o tenía contraventanas de hierro en las
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ventanas y un panel de hierro fijado a la puerta. El sótano de
Cooper Street era a prueba de hierro, y también la sala de estar
de la tía Ángel. Gloria tuvo que plegar las persianas y dejar la
puerta abierta durante la adivinación.
Gloria había robado algo de Nate esa mañana. Lo colocó en
un recipiente de cristal lleno de agua y se sentó en el suelo. El
zumbido ayudó a su enfoque, y así comenzó un zumbido suave
sin melodía, sintió su poder hincharse con el remolino del agua
mientras se balanceaba suavemente de lado a lado. Cuando
sintió las hadas comenzar a fluir a través de ella y dentro de la
taza, la soltó, se mojó con saliva el dedo índice, y comenzó a
revolver el agua con un movimiento circular, todavía
tarareando, y manteniendo la imagen de Nate en su mente.
Minúsculas burbujas comenzó a elevarse
desde el fondo de la taza. Eran tan pequeños, y entonces tan
numerosos, que el agua se volvió plateada con ellos.
Una vez que se nubló por completo, Gloria dejó de agitar y se
sentó de espaldas. Las burbujas eran como pinchazos, o píxeles,
formando una imagen en la superficie del agua. La imagen era
incolora y nublada, no más de unas cuantas faltas de definición
vaga y sólo duraría hasta las burbujas comenzaron a estallar. La
imagen en la cabeza de la Gloria, sin embargo, fue mucho más
clara. Esto significaba que Nate era relativamente cercano. No
hubo sonido por desgracia, pero no era más que ver a Nate
unirse a otras dos personas afuera de un pub cuando la tía
Ángel regresó.
—Tú y yo tenemos que hablar —anunció la señora.
—Uh-huh. —Gloria seguía escudriñando las burbujas.
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—Se trata de los Pyros en la Inquisición. —Cerró la puerta
detrás de ella.
—¿Qué pasa con ellos?
—Ellos necesitan nuestra ayuda.
Gloria esperó al remate de la broma. Fue entonces cuando
Angeline Starling dió la noticia de que se había convertido en
una Inquisición informante, y ella estaba ayudando a traer un
gobierno agente brujo en el aquelarre.
Gloria sintió como si le hubieran dado una patada en el
estómago. No quiso escuchar la última parte de lo que su tía
abuela le decía. Era como cuando tenía que volver de la cena
en el Morgans, y las paredes del pasillo número siete se habían
cerrado a su alrededor. Jadeó en busca de aire.
Tía Ángel le echó agua en la cara.
—No es momento para histerias. Contrólate, chica.
—No lo entiendo —dijo ella con voz ronca.— Después de todo
lo que el Inquisición ha hecho...
—No es probable que me olvide —replicó la anciana— La
Inquisición mató a mi hermana y se llevó a mi madre. Ellos me
arrastraron a sus celdas y se acercaron con sus agujas, entonces
me agaché hasta estar medio asfixiada . . Yo no le daría a esos
bastardos más que la saliva de los labios.
Gloria respiró, intentando tranquilizarse.
—Está bien. Entonces te están chantajeando. Finalmente
consiguieron pruebas de brujería y que...
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—Una vieja bruja como yo, no vale la pena la molestia. No, yo
soy más para utilizarme como informante de otra bruja. Eso es,
por eso fui a ellos. Un pobre viejecita, arrepintiéndose de sus
pecados. Ha! Los punzones no podía creer su suerte.
—Entonces. . . por qué. . . ¿Por qué estás haciendo esto?
—Por ti.
—¿Por mi?
—Tú es el heredero legítimo del aquelarre Wednesday. Si no
había sido expulsado, ella todavía podría estar con nosotros.
—Como Lily quería —La vieja resopló un poco y se secó los
ojos.— Me rompe el corazón ver cómo Charlie y su hermanos
salieron. Tu nunca habrías creído que eran los hijos de Lily
Starling. ¡Si ella y Cora pudiesen ver qué ha sido de su
aquelarre!. Hay veces que creo que mis pobres hermanas están
mejor muertas.
—Bueno, eso no importa. Con un hada como la tuya, te
mereces la oportunidad de arreglar las cosas, hacer su marca
en el mundo. Y la única forma para que pase es que si hundimos
a las Morgans
Gloria negó con la cabeza aturdida.
—El Aquelarre Wednesday es intocable. La Inquisición y la
policía y el MI5 nunca se acercaron.
—Los tiempos están cambiando. Mira Bradley Goodwin, izado
ante la Inquisición, a juicio por su vida. ¿Y sabes por qué?
Porque él tiene la tierra en cada pieza de brujería he pedido por
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el clan Morgan —sonrió Angeline con amargura— Ahora,
Bradley no es material mártir. Si es condenado, va a hablar.
—Luego, poco a poco, el maldito se venga abajo.
—Que es cuando usted va a intervenir, mi pato, para recoger
los pedazos.
Gloria miró a los recortes de periódico desteñidos en las
paredes. Lily y Cora Starling: forajidos, celebridades, heroínas. Y
Angeline, la hermana que se quedó en un segundo plano, y
sobrevivió.
El protector y el intrigante, guardián de la llama.
—Esta bruja-agente ¿Harry, has dicho? Recuerdo Nate y
Jacko hablando de él. Algunos elegantes que compra las malas
hierbas y pastillas fuera de ellos. Ellos creen que es una broma.
—Hacía demasiado que Harry había proporcionado las
entradas para el club de la noche el viernes pasado.
—Bueno, él va a tener la última palabra.
Gloria no vio el lado divertido. Sabía, por supuesto, que
algunas brujas trabajaban para la policía y otros servicios de
seguridad.
En ocasiones, incluso se prestó asistencia a la Inquisición. Pero
la lucha contra el crimen era una cosa, la lucha contra las
brujas compañeras era otra. Y aquí se le está pidiendo que
rompa el tabú mismo.
Tía Ángel le dijo acerca del tipo de información que Harry
Jukes estaba buscando, y lo que lo llevaría a su aquelarre.
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—Necesito que actues de manera afable, le muestres todo el
año. Tenemos que facilitar por lo que
se sospecha su invitación a los Morgan. Ese es el punto,
recuerda. Nadie está interesado en Cooper Street.
—¿Estás segura de eso?
—Es parte del trato: Inmunidad judicial —Angeline soltó una
risa quebradiza— La Inquisición no es lo que era. Hay normas y
reglamentos en estos días. Es la única manera de obtener de las
brujas de policía y de trabajar con ellos. Así que no te
preocupes, estamos cubiertas.
Cubierta de las represalias de la Inquisición, tal vez. Si la
verdad nunca salió, la venganza del aquelarre sería una
diferente cuestión.
Gloria pensó en la mansión de Hampstead, sus lujos
comprados con sangre y sudor de otras personas. Pensó
Candice y su burla de Skye, de Troya a su tamaño hasta que
ella llegó con una precio; Kezia astucia y la amenaza de
Charlie. No le gustaba la Morgans y todo lo que representaba.
Pero ella no los odiaba. Al menos, no lo suficiente como para
arriesgar todo por la oportunidad de hacerles morder el polvo.
'— . . No lo sé, tía —dijo al fin— No estoy segura de que pueda
hacer esto. No me siento bien.
Angeline la miró con atención.
—La ley no tiene nada en contra de los niños Morgan, ya
sabes. Van a estar bien. Nadie está frente a la hoguera, ni
siquiera Kez.
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Gloria miró hacia otro lado.
—A lo mejor no soy tan fuerte como pensaba —murmuró—
Pero por mucho que quiero reclamar mis derechos, esta no es la
forma de hacerlo. Lo siento. Tiene que haber otro camino.
Tía Ángel suspiró.
—Es natural que tengas dudas. Yo esperaba no tener que
llegar a esto. . . pero. . . No.
Ella se dio una pequeña sacudida.
—Hécate me ayude, voy a tener que decirtelo. Te mereces la
verdad.
A pesar de todo, Gloria sintió impaciencia y la ansiedad. Ella
ya había tenido más que suficiente para unas revelaciones
tardías. Pasó tanto tiempo carraspeandse y retorciéndose las
manos que Gloria estuvo a punto de sacudirla para que la
palabras salieran de ella.
—Ya sabes —empezó a Angeline por fin— que cuando los
chicos Morgan echaron a tu madre fuera del aquelarre, se
acercó a mí. Mi viejo Joe —Dios que se pudra— había muerto
un tiempo atrás, pero Junior Joe no se perfila como mucho, y
era todo un lío.
Gloria asintió. Ella había oído todo esto antes.
—Había algunos que decían que nunca debería haberlo
llevado. Dijeron que podría causar alboroto
con el Aquellare Wednesday, si aparecía Edie y me estaban
poniendo a Cooper Street como un rival. Cuando los aquelarres
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comienzan a luchar entre sí, muchas vidas se pierden, así como
negocios.
—Pero Edie mantuvo un perfil bajo cuando vino aquí. Muy
tranquilo. Después conoció a su padre, ella incluso parcheado
cosas con los Morgan. Usted vino a lo largo, y la vida se hizo aún
mejor. . .
—Fue entonces cuando Edie volvió a la brujería. Y cuando
como los beneficios subieron y el aquelarre se estaba haciendo
un nombre de nuevo, Edie desapareció.
—Se fue. —dijo Gloria en voz baja—
—Eso es diferente. Conseguimos una nota.
“Te quiero, pero es mejor que me vaya. Perdóname. . .”
—Pero no había ninguna nota después, ¿verdad?
—¿Qué estás tratando de decir? Mi madre pasó la mitad de
su niñez en la ejecución. Ella sabía cómo reinventarse a sí
misma. Puede ser que ella tiene un nueva vida, otra familia.
Tía Ángel miró con tristeza.
—No lo creo.
—No. —Se mordió el labio— Supongo que no. Había enviado
palabra, una señal. Algo.
—Claro lo haría. No estoy diciendo que Edie no tenía su
problemas, o sus días bajos, pero amaba a ti y a tu padre más
de la vida misma. Y es bastante fácil de forjar una nota de
despedida.
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¿No es verdad?
Gloria cerró los ojos. Azulejos blancos, grito congelado, el pelo
llameante.
—¿Crees que la Inquisición llegó a ella. No tendría que ser
oficial. He oído los rumores. Los escuadrones secretos .
— Alguien llegó a ella, está bien. Pero no fueron la Inquisición.
—Tío Charlie —susurró Gloria.
Tal vez parte de ella había adivinado tan pronto como
nombre de Edie era mencionado. El hecho de que ella había
suprimido este conocimiento no disminuir el choque.
—Tío Charlie —convino Angeline— No es que él no hubiera
hecho lo mismo. Dar órdenes es su especialidad. Pero sus
hermanos Frank y Vince hubiera sido en esto - así es como los
tres de ellos trabajaba en ese entonces, uno para todos, todos
para uno ".
Gloria se llevó las manos contra sus ojos. La oscuridad le dolía.
Se apretó más fuerte, como si quisiera borrar el mundo.
—¿Cómo te enteraste? —Dijo al fin.
Su visión era oscuridad, su voz era polvo.
—Tenia sospechas desde el principio. Pero entonces llegó un
pajarito susurrando. . . Una bruja había sido enterrado, en
Dunstan Wood. Si no hubiera sido por el chivatazo, nunca habría
encontrado el lugar. No había ninguna marca, excepto por una
mortaja. Ella. . . bien, contenía un mechón de cabello de tu
madre.
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Una corriente sudario era una prenda entierro. Una bruja
cubierta era un amuleto utilizado para ocultar algo o alguien, a
ocultarlos de la vista. Fueron utilizados a veces para disuadir a
los animales y que la gente no pueda encontrarlo.
Un oxidado, sollozo desgarrador sí mismo forzado a salir de la
garganta de la Gloria.
—Tú eres mi querida niña. —Las mejillas de Angeline estaban
húmedas pero su voz era firme— No te dije la verdad para
mantenerte a salvo, pero no puedo protegerte más. Ya tiene
edad, Gloria cuando entró en tu hadas. Entraste en peligro
también. Ahora sabes lo que está en contra. Va a ser una pelea
sucia, y un largo guerra. Pero perder no es una opción. ¿Ves?
Gloria asintió. Contuvo los sollozos. Apretó los puños y la
mandíbula.
—Voy a ganar o me voy a quemar. Cueste lo que cueste.
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Capítulo 14
Traducido por Athemis
Corregido por Desafio89
ra la segunda entrevista de Jonah Branning y Lucas
Stearne, fue como conocer a un chico diferente. Lucas
era cortés, cooperativo, franco. "Sé que tengo mucho
que demostrar después de mi conducta anterior. De
hecho, me da vergüenza sólo de pensar en ello..." en
una experta interpretación.
Por supuesto que quería algo. Jonah podía sentir la
impaciencia detrás del encanto. Él mismo era simplemente un
tedioso obstáculo burocrático que hay alrededor. Como
encargado de Lucas, su autorización era requerida si el chico
iba a solicitar un puesto en el IBAS. Jonah también sabía que su
contrato no era más que una formalidad. Le habían dicho
como tal por su jefe, que había tenido sus propias instrucciones.
—Lucas no es el primer brujo joven que es utilizado de esta
manera, y no será el último —había dicho el jefe, en otra de sus
reuniones— Los brujos jóvenes pueden ser un activo valioso, así
como una amenaza potencial.
—¿Valioso para quienes, señor?
E
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—Para los que tienen autoridad, por supuesto. Bien, las brujas
menores de edad no son como otros niños, ¿verdad? La magia
les distingue. Les endurece en algunos aspectos, los hace
vulnerables en otros. Mucho mejor, entonces, aprovechar sus
cualidades cuando son jóvenes e impresionables, y antes de
que puedan ser llevados por el mal camino. — el jefe sonrió.—
Tenemos que mantener la mente abierta sobre estos asuntos,
Branning.
Sir Anthony Brady, Descubridor General de Brujas, había
establecido la política de cooperación limitada con IBAS. Sin
embargo, seguía siendo controvertido, especialmente en la
Dirección de Crímenes de Brujas. Todo el mundo sabía que Silas
Paterson, subjefe de la Dirección, se opuso. Y Paterson tenía
muchos partidarios.
Algunos estaban convencidos de que toda la obra de las
brujas era un instrumento del diablo. Otros se oponían a
colaborar con una causa ajena, brujas o no, sobre la base de
que socavó la autoridad de la Inquisición. Los partidarios de esta
política argumentan que la Dirección de Crímenes de Brujas
está desbordada. Si la prioridad de la Inquisición era luchar
contra los crímenes de Brujas, ¿no deberían estar dispuestos a
explotar todos los recursos que estaban disponibles? Jonah
mismo había señalado muchas veces este punto. Sin embargo,
la situación de Lucas Stearne dio una luz diferente a la
naturaleza de esa “explotación”.
—Puedo ver cómo un niño podría ser útil como espía —
reconoció Jonah— Pero... aun así... ¿si fuera tu hijo...?
Había ido demasiado lejos. El ceño fruncido cruzó la perfecta
cara de color rosa de su jefe.
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—Respeto al padre de Lucas, como todos debemos hacer, el
coraje de su hijo y el sentido del deber.
Jonah admitió a trámite solicitud de Lucas al IBAS. Autorizó el
desenfreno también. Resultó que se había producido algún lío
con la evaluación de Lucas, y él era en realidad un tipo E de
brujas, aún más fuerte de lo que se pensaba. Jonah no podía
entender cómo la evaluación original había salido mal. No
había información sobre el error en el archivo. Recordó como
Lucas había argumentado en el caso de su contratación,
apasionado pero sereno, sus ojos azules ardiendo con
convicción. Al igual que su padre. Esto no era necesariamente
una buena cosa, pensó Jonah. Le parecía que Lucas tenía los
ingredientes de una bruja formidable.
IBAS tenía dos departamentos internos: la Unidad A, que
trabaja en la seguridad nacional y la Unidad B, que se
especializó en inteligencia extranjera. Ambos compartían un
mismo centro de trabajo y formación. Jonah iba a conocer a
Lucas allí el lunes por la mañana temprano, poco más de una
semana desde que Lucas se había convertido en un brujo.
Quedaba poco tiempo. Lucas sólo iba a tener una semana
de preparación antes de unirse al grupo. Jonah se le
supervisaría la mayor parte del tiempo, y sería el entrenador de
Lucas en la Unidad A durante su tiempo de entrenamiento.
Ashton Stearne había insistido en que esto no iría más allá del
final de la prueba Goodwin. Pero aunque Lucas no lo dijo,
Jonah sabía que una vez terminado este plazo espera para ser
aceptado por el IBAS permanentemente.
Su destino era un antiguo almacén en la zona portuaria. Gran
parte de la zona había sido reconstruido en un lugar
prometedor, con brillantes de cristales, granito y acero, una
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"vida de lujo con vistas al río". El IBAS HQ, sin embargo, era un
lugar sucio en el borde de un polígono industrial. El letrero sobre
la puerta principal decía: Avalon Atlántic SA: Naviera
Internacional.
Más allá del vestíbulo en mal estado del Avalon Atlántic, y
oculta por una pantalla deslizante, era la entrada segura para
el resto del edificio. Jonah, que se reunía en el interior con Lucas,
fue dirigido por el recepcionista falso a través de la recepción
real. Éste era a la vez elegante y funcional, y tenía un busto de
John Dee en un hueco detrás de la centralita. Dee había sido
un asesor de confianza de Isabel I (una supuesta bruja y el
llamado "Fae Queen"), y había creado un consejo secreto de
brujas espías para ayudar en la guerra contra España. En el IBAS
lo consideraban como su padre fundador, a pesar de que la
agencia no había sido formalmente establecida hasta después
de la Segunda Guerra Mundial.
La Inquisición mantuvo una estrecha vigilancia. Las
actividades de las brujas fueron supervisadas por circuito
cerrado de televisión, la mayoría de las oficinas y líneas
telefónicas fueron intervenidas, y los guardias inquisitoriales
tenían su propia estación en el edificio. Jonah tuvo que admitir
que su presencia era tranquilizadora. Nunca había estado en un
lugar donde tantas brujas se reunieran al mismo tiempo. Lucas,
también, parecía tenso. Sus modales eran corteses pero
distantes, como un huésped bien educado que llegar a un
grupo donde no está seguro de que le van a aprobar.
Lucas no había venido a través de la entrada principal, sino a
través de la llamada puerta de atrás, un pasaje subterráneo
cuya entrada estaba situada en la parte trasera de una tienda
de reparación de ordenadores a vuelta de la esquina. Aparte
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de esto y de la recepción falsa, Avalon Atlántic mostraba pocos
signos de ser un centro de espionaje. Durante el transcurso del
tour de Lucas y Jonah, que no llegaron a ver ninguna suite
informática o área técnica, simplemente oficinas ordinarias y
una serie de pequeñas habitaciones sin ventanas. La mayoría
de ellas estaban vacías, excepto por una mesa con un objeto o
dos sobre ella. Un recipiente de vidrio, una maraña de cuerdas...
una pluma atada a un hueso del dedo. Jonah lo encontró
inquietante. Pero Lucas miró alerta. Ya debía de realizar las
conexiones, entender las cosas.
El tour fue dado por una agente-bruja llamada Zoey Connor
que - si todo salía como estaba previsto - sería controladora de
Lucas. Ella estaba en sus veintitantos años, pequeña y nervuda
con un pelo oscuro de punta, sus rasgos ya estaban marcados
con líneas de decisión y responsabilidad. Ella dio la bienvenida a
Lucas pero cuando su atención se dirigió a Jonah, sintió un
escalofrío distinto. Estaba un poco decepcionado pero no
sorprendido. Brujas e inquisidores no se mezclaban bien.
Todas las discusiones y las actividades que involucraban a
Lucas tenían lugar en las pocas habitaciones que estaban libres
de la supervisión de la Inquisición. Estas medidas para reducían
las posibilidades de su identidad y condición, convirtiéndose en
el conocimiento general de la Inquisición. El trabajo de Jonah
fue observar lo que las cámaras, cables y guardias no podían.
Durante todo ese primer día, Jonah vio a Lucas emprender su
formación. Cada bruja trabajaba de manera diferente, pero
todavía había principios que aprender. Lucas y Zoey empezaron
por discutir las mejores maneras de utilizar la magia en la
vigilancia y defensa. No había artefactos o armas implicados,
sólo un puñado de objetos domésticos mezclados con material
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más íntimo - una pestaña, una lágrima, una gota de sudor o de
sangre. La tarea de Jonah era hacer un registro de cada acto
de los trabajos de las brujas, y observar las reacciones de Lucas.
Necesitaba recoger todas las señales de imprudencia, o la
frustración con la autoridad. El otro peligro a tener en cuenta
era, en palabras de un manual de formación, "un interés
enfermizo, obsesivo y / o placer en la práctica de la magia”.
Hasta el momento, el comportamiento de Lucas fue ejemplar.
Estaba tranquilo y sereno, llevaba a cabo cada acto eficiente y
sin ningún tipo de espectáculo. Aún así, Jonah sintió una
emoción reprimida detrás de su moderación. Era casi como si
Lucas no estuviera aprendiendo nada nuevo, pero basándose
de un conocimiento previo primitivo. Tal vez este conocimiento
estaba dentro de todos ellos, pensó Jonah, y la mayoría de la
gente había perdido simplemente el medio de encontrarlo. Éste
era el pensamiento herético, sin embargo, empujó la idea lejos.
A las seis de la tarde, le dijo a Lucas que había hecho lo
suficiente por un día y debería irse a casa. Jonah tenía coger un
autobús de vuelta a la oficina. Necesitaba escribir el informe,
hablar con el jefe, y comprobar sus otros casos.
Después ser ascendido a Primer Vigilante, Jonah anuncio el
trasladado de su sucursal local para la sede de la Inquisición. Era
un enclave independiente conocido como el Templo Exterior,
cerca de la Sede de la Corte y la Ciudad de Londres. Los
descubridores de brujas habían establecido una colonia allí en
1401, después de la primera Ley del Parlamente contra los
trabajos de las brujas.
La iglesia de St Cumanus era un raro superviviente del siglo XV.
Las catacumbas debajo de ella eran aún mayores, pero la
mayoría de los edificios habían sido reconstruidos o modificados
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en los siglos XVIII y XIX. Se encuentran alrededor una serie de
pequeños patios y jardines. Encajonada entre bloques de pisos y
oficinas de gran altura, el enclave estaba un poco encorvado,
mirada estrecha, a pesar de su grandeza.
Había una Biblioteca, un Gran Comedor, el Tribunal
inquisitorial, y sedes de todos los departamentos. Ya que los
inquisidores se basaban en la tecnología para contrarrestar los
poderes de las brujas, existía un complejo de laboratorios de
alta tecnología en el sótano. Había una habitación de
interrogatorios y las celdas también. Pero la vida sobre la tierra
era, como a los guías turísticos le gustaba señalar, inspirada en
los colegios de Oxbridge1, con todo su prestigio. Las Cortes de la
Quema habían sido trasladadas a otro lugar hacía mucho
tiempo.
La zona estaba rodeada por una muralla de hierro forjado,
coronado con campanas. Jonah estaba llegando al punto de
control principal cuando oyó que alguien lo llamaba. La
controladora de Lucas, Zoey, estaba de pie un poco más abajo
en la calle.
—Hola —dijo él, sorprendido— ¿Estás aquí para una reunión?
—No, yo quería hablar un momento contigo antes de que te
fueras, pero me llamaron. Así que tomé un taxi aquí a su vez. He
estado esperando para que usted pueda.
—Vamos, entonces. Mi oficina está justo ahí.
—No tengo autorización.
Jonah miró a través de las puertas a los guardias que patrullan
en sus trajes escarlata y gris. Debería haber sabido que incluso
un agente IBAS - un agente colaborador con la Dirección de
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Crímenes de Brujería en una misión de alto nivel - no se le
permitiría entrar sin todo tipo de trámites para pasar primero.
Entrar en el recinto era casi tan laborioso como pasar la
seguridad del aeropuerto. Incluso los Altos Inquisidores tenían
que someterse a una prueba de huellas dactilares y escaneo
del iris, en la presentación de su documento de identidad.
—Además —dijo Zoey— lo que tengo que decir es extraoficial.
Al menos en la calle, no hay micrófonos ocultos.
Un autobús rodaba ruidosamente y Jonah se acercó para
oírla.
—¿Hay algún problema?
—Maldita sea. —Se pasó las manos por el pelo de punta.—
Quiero saber qué diablos crees que estás haciendo, enviando
un niño a un aquelarre.
Se dio cuenta de que había estado reprimiendo todo el día su
ira.
—Estaba preocupado —dijo Jonah en voz baja.— Yo lo
eduque. Pero esta es la decisión de Lucas. Y las conexiones con
su padre.
Zoey dio un resoplido.
—Sí, claro. No hay red como la Red de los Viejos Chicos... Mira,
a Lucas. Él es brillante y capaz, y se acerca a un niño prodigio.
Yo sólo soy un tipo C. Pero ese no es el punto: él va a ser
enviado al foso de los leones sin entrenamiento, sin la
preparación adecuada y a la hora de la verdad sin protección -
¿por qué demonios te crees que había voluntarios para algo
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como esto? ¿Para que su papá este orgulloso? o ¿se trata de
una especie de adolescente rebelde que desea la muerte?
—Lucas responde al desafío de su condición, así como
recoge sus oportunidades —Jonah menosprecio sus palabras
incluso cuando le dijo— Él sabe que siempre va a ser diferente.
Ésta es su manera de lidiar con ello.
—¿Quieres decir que él siempre va a ser prescindible?
Jonah trató de hablar, pero ella habló antes que él.
—No importan todas las tonterías acerca de los valores cívicos
y el Bien Supremo. Eso es todo lo que somos para ustedes —dijo
con amargura.— Carne de cañón.
Su encuentro con Zoey dejo a Jonah cansado y deprimido. La
luz se desvanecía en las paredes de piedra suave de la
Inquisición y las ventanas altas. La gente estaba empezando a
irse para sus casas, haciendo despedidas alegres mientras se
dirigían a la hora punta de Londres. Jonah caminó cruzando la
plazuela empedrada delante de la iglesia – el Jardín Kindle en el
pasado escenario de innumerables fiestas - con los hombros
caídos. Sabía que debía presentar un informe de lo que Zoey
había dicho. La temeridad y la frustración con autoridad... que
era para lo que había sido entrenado a erradicar. El problema
era que en este caso la respetaba por ello.
La Oficina Asimilación de Brujas estaba en el extremo más
alejado del enclave, y eclipsado por el bloque de vigilancia de
la torre de Inteligencia del Comando. Además de Lucas, Jonah
era el molesto cuidador de un ama de casa, un oficial de
policía de brujas y un estudiante de biología. Los tres
presentaban dificultades. El oficial de policía se enfrentaba a
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una acusación maliciosa de perdición-embrujamiento. El
estudiante estaba tratando de decidir si graduarse como
director de biología, o unirse al Departamento de Agricultura de
Agricultura Con el programa FAE.
Mientras tanto, la pequeña ama de casa estaba siendo
intimidada en la escuela por ser "engendro-bruja”. Pensaba en
el montón de papeles que esperaban en su escritorio, los
hombros de Jonah cayeron un poco más.
—Hola, Jonah.
Miró a su alrededor. Una figura delgada, alta se paseaba a
través los adoquines. Era Gideon Hale, una nueva incorporación
de rastreador-rápido y que ya era señalado como un valor en
alza. Él había conseguido hace poco un sitio en el
departamento de Jonah, donde había sido atento y
respetuoso, pero Jonah no había confiado en él. Había habido
momentos en los que sentía - y sospechaba que debía sentir -
que Gideon estaba simplemente jugando bien.
—Corre el rumor de que has estado pasando el rato en la
Central de brujas espía —dijo Gideon.— ¿Es como un gran
espectáculo de fenómenos como dice todo el mundo?
A veces parecía que no había tal cosa como la información
confidencial en la Inquisición. Toda la organización había
corrido el chisme.
—Sabes que no puedo hacer ningún comentario.
Gideon se tocó el costado de la nariz de una manera teatral.
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—Entiendo. Todo es estrictamente secreto. Pero ser guardián
de una bruja-agente debe ser un paso adelante respecto a las
abuelitas y a los guardas lentos, ¿no?
—Será mejor que me vaya. —dijo Jonah secamente.
—Oh, lo siento. Creí que había que ir a la reunión también. —
Cuando Jonah no respondió, él asintió con la cabeza en
dirección a la iglesia.— Es él Hammers esta noche.
—Ellos no son realmente mi competencia.
Los Hammers era un club social. El nombre proviene de un
famoso manual inquisidor del siglo XV, el Meleficarum Melleus, o
"Hammers de las brujas". Sus miembros se reunían en la cripta de
St Cumanus a vestirse con trajes inquisitoriales de estilo antiguo,
recreaban famosos juicios por brujería y jugaban a juegos de
beber. La lista de miembros se leían como una votación nominal
de las antiguas familias inquisitoriales: Altham, Balfour, Grindal,
Paterson, Hopkins, Hale... Tenías que ser invitado a participar,
como Jonah sabía que Gideon era muy consciente.
—Ah —Gideon parecía ligeramente divertido— Bueno... que
tengas buenas noches, entonces.
Simplemente estaban despidiéndose cuando un grito agudo
y terrible hizo añicos la noche tranquila. Venía de la calle
exterior. Casi al mismo tiempo las campanas de hierro que
encabezaron la pared de la Inquisición comenzaron a sonar, un
sonido metálico duro que era lo suficientemente fuerte como
para hacer temblar el aire.
Jonah y Gideon se miraron horrorizados, y se apresuraron
hacia la puerta. Había una parada de autobús un poco más
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abajo en la carretera - a pocos metros de donde él vio Zoey
entrar en su taxi-.
Una mujer joven estaba alejándose de la parada e iba hacia
el exterior del Templo, tirando de su ropa y llorando. Su rostro
estaba cubierto de pústulas que rezuma negro. Fue seguida por
tres o cuatro personas, todas sufrían de la misma desfiguración.
Apenas habían llegado a la puerta cuando ellos tropezaron y
cayeron, arrastrándose borrachos por todo el pavimento y
mascullando galimatías.
En cuestión de segundos, un escuadrón de guardias
inquisitoriales se apresuró a formar un anillo protector en torno a
las víctimas. Alguien gritó que un equipo de médicos estaba en
camino. Sirenas de ambulancias sonaban a lo lejos. En el otro
lado de la carretera, los espectadores horrorizados estaban
agrupados. Un niño pequeño se lamentó. Mientras tanto, Kindle
Yard se lleno inquisidores, murmurando con miedo en busca de
noticias.
—Es un hechizo, ¿no es así? —Gideon tartamudeó.— Nunca
me imaginé - no aquí, no así...
¡Un ataque de brujas a las puertas de la Inquisición! Por
primera vez en la vida de Jonah sintió todo el peso de algo más
allá de los habituales temores humanos: sintió un poder extraño
y maligno, incognoscible e implacable. Su cuerpo se
estremeció.
Los ojos de Gideon brillaban febrilmente.
—Es una señal de los aquelarres. Deben estar tratando de
intimidarnos a causa del juicio Divino.
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Los médicos habían llegado, y aunque era difícil ver lo que
estaba pasando, parecía que los síntomas del ataque fueron
desapareciendo tan rápidamente como había comenzado.
Una de las víctimas ya estaba sentada y hablando.
Jonah y Gideon se unieron a más espectadores. Una mujer
negó con la cabeza tristemente. "Esa denuncia en la oficina del
MP fue sólo el comienzo. ¿Usted sabe el tren que descarriló en
Ealing semana pasada? Veinte heridos, tres de gravedad. Los
investigadores pensaron que era un fallo mecánico. Ahora
resulta que el conductor del tren estaba bajo una maldición.
¡Había visto a una bruja en un caballo negro gigante llegando
por la vía! Todo ha sido coordinado.
Otros decían lo mismo. El miedo estaba dando paso a la ira, y
un nuevo sentimiento de propósito.
Gideon también había recobrado su sangre fría. Su cara se
había repuesto.
—Eso es verdad, entonces todo cambia. No se trata de
control y asimilación. Esto es la guerra.
Lucas no se enteró del ataque en la parada de autobús - la
"plaga de furúnculos", como lo llamó la prensa sensacionalista -
hasta más tarde esa noche. Después de salir de IBAS, se fue
directamente a casa y se encerró en su cuarto con la brazada
de archivos que Zoey le había dado.
Aparte de Zoey, había visto muy poco de los otros agentes de
brujas, y nada de la famosa Rawdon Jack. Había esperado
encontrarse con excesivas ganas, como entre las personas que
comparten un fetiche o un pasatiempo embarazoso. Pero las
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pocas brujas que habían entrado, habían sido rápidas y
profesionales, no más. Lucas se sintió aliviado. Él no quiere
sentirse como que no pertenecía allí.
Además, tenía que alejarse de la mezcla hirviente de energías
e impulsos mágicos, como el día se había tomado conciencia
de ellos.
Mañana, él aprendería más sobre Harry Jukes y el papel que
iba a desempeñar en el aquelarre. Esta noche, tenía que
ordenar sus pensamientos, hacer sus preparativos.
Empezó a mirar un árbol genealógico de los clanes Morgan y
Starling. Iba acompañado de informes sobre los miembros del
Coven Cooper Street. Hojeando el archivo, se detuvo al llegar a
una fotografía ligeramente borrosa de una niña. Gloriana
Starling Wilde, según la nota. Quince años de edad. Dos
amonestaciones por robar en tiendas, un registro de absentismo
escolar. Riesgo de convertir en una posible bruja: alto.
No era sorprendente. Ella era la nieta de una de las brujas más
infames del siglo XX. Lo que es más, su madre, Edie Wilde de
soltera Starling, fue también una posible bruja, aunque de baja
calidad. El informe señala que esto estaba sin probar, ya que
nunca había sido registrada. La Inquisición sospechaba que se
convertirse en posible bruja a la edad de veintitrés años. A la
edad de veinticuatro años nació su hija, y tres años después de
esto ella desapareció, presumiblemente muerta. El archivo dice
que fue víctima de un golpe probablemente de un aquelarre, a
consecuencia de una pugna con los hermanos Morgan sobre
un testamento. Esto fue por lo qué su hija estuvo colaborando
con la Dirección de Crímenes de Brujas.
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Lucas echó otra mirada al marcado perfil aguileño de la niña
y el pelo rubio brillante. Su nombre ridículo empezó a tener
algún sentido ahora que había leído los archivos de la
Operación Echo. Gloriana había recibido un título honorífico de
la Gran Reina, Elizabeth I. Los Stearnes no eran la única familia
con grandes ambiciones para sus hijos.
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Capítulo15
Traducido por LilikaBaez
Corregido por Desafio89
a primera reunión de Gloria y Angeline con ‘Harry Jukes’
estaba programada dos días antes de que él debiera
unirse a la secta. Era un sábado, y Gloria sólo había
conocido la historia completa por una semana. Quedó
alborotada con cada aspecto de las revelaciones de la
tía Ángel, pero aceptó que, por el momento, llegar a un
acuerdo con ellos era imposible. Voy a pensar en todo esto más
tarde, se decía a sí misma, suprimiendo otro de esos pequeños
estallidos de histeria que la tenían atrapándola desprevenida.
Ahora no. No puedo, no debo. Voy a volverme loca.
Los eventos se le fueron de las manos. Angeline ya había
conseguido contactar con la Dirección Witchcrime para
confirmar que su sobrina—nieta estaba a bordo. Al parecer, ella
había insistido desde el principio en que la participación de
Gloria era esencial para que Harry sea aceptado en el
aquelarre, y desde allí introdujo al clan de Morgan.
Así que el sábado por la tarde, ella y Angeline se dirigieron a
la casa seguro IBAS donde iban a encontrarse con Harry Jukes, y
recibir instrucciones sobre la tarea pendiente. Dijeron al
aquelarre que iban a tratar de localizar a un viejo amigo
falsificador de Angeline. Ambas llevaban un amuleto de elusión
L
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que Gloria había hecho. Había comprado dos compases de
juguetes baratos, los cuales estampó bajo sus pies. Luego anudó
su fae en una maraña de red intrincada de cuerda alrededor
de los compases rotos y los puso en dos pequeñas bolsas de
tela. La tradición era enterrarlos en una encrucijada. Dado que
no era práctico desenterrar vías urbanas, Gloria los había fijado
debajo de una rejilla de pavimento en su lugar. Haría falta un
par de horas de peatones pisoteando ida y vuelta sobre los
amuletos para establecer el hechizo.
Hoy, ella había recuperado los amuletos y los llevaban
metidos en sus zapatos. No era cómodo, pero era efectivo. Si
alguien tratara de seguirlas, estarían atrapados en una telaraña
de confusión, inseguros de su cantera, y confundiendo la
derecha por la izquierda, el norte por el sur. Nadie podía
adivinar en ellas tampoco. Aun así, Angeline favoreció una ruta
indirecta a pie y en autobús. Fue un largo viaje, especialmente
desde que ella necesitaba descansar varias paradas en el
camino.
Su destino final era un edificio de apartamentos mediocre en
una calle residencial sin complicaciones. Ellas desmantelaron sus
amuletos al final de la misma, en caso de que hicieran
búsquedas. No tenían más uso para ellos de todos modos, una
elusión sólo duraba tanto como un viaje.
El interior de Gloria se fue encogiéndose medida doblaban en
el camino. Las autoridades sabían que Angeline era una bruja,
pero su propio estatus era secreto, y al menos un inquisidor
estaría presente durante la reunión.
—Ten en cuenta —le había advertido Tía Ángel—, que no
vamos a ver, lo que este Jukes Harry y sus amigos brujos, en
realidad parecen. Todo será espejismos, recuerda mis palabras.
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Los aspectos de Gloria y Angeline ya eran conocidos por las
autoridades. Pero Angeline sufrió una transformación física de
todos modos. Había dejado sus rulos anoche, estaba sin su
habitual pintalabios coral—rosa, y llevaba un chal sobre una
desaliñada blusa de cachemira. Mientras caminaban por la
calle, su figura erguida se desplomó y se encogió. No era sino el
hechizo, actuando de buena manera. Gloria la observó volverse
en una vieja arrugada antes sus ojos.
La puerta del apartamento se abrió a las 9am por un alto
joven de pelo rubio con una sonrisa extraña. Se presentó como
el oficial Branning. Cuando fue a darle la mano a la Gloria, tomó
todo su valor no retroceder. Él fue el primer inquisidor que había
conocido. Tan pronto como estaba de espaldas, se limpió la
mano en sus pantalones.
El Oficial Branning les condujo al comedor. Estaba un poco
demasiado limpia y descubierta para sentir como si hubieran
vivido allí. El inquisidor ayudó a la tía Ángel en un asiento en la
mesa; Gloria no podía decir si los temblores de su tía eran una
farsa. Su propio cuerpo se contraía en simpatía. Se puso un
chicle en la boca, como solía hacer cuando estaba nerviosa.
—¿Té? ¿Café? —preguntó el joven, y a ella casi le dio un
arrebato de risa incrédula.
Su bolsillo sonó y él comprobó un localizador. El oficial miró
aliviado. —Los otros están aquí. No estaré por un momento— El
momento pasó demasiado rápido. En cuestión de segundos,
Harry Jukes y su entrenador se encontraban en la habitación.
Gloria se cruzó de brazos protectoramente sobre su pecho.
No más apretón de manos para ella. Masticó la goma
mecánicamente, tratando de calmarse con el familiar
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movimiento de goma. El muchacho sacó una silla frente a ella.
Él la miró de arriba abajo con interés y ella miró atrevidamente
de vuelta. Tenía una mata de pelo rubio oscuro y un lleno rostro
de color rosa. La mujer que lo acompañaba era una pelirroja
pecosa.
—Soy Harry—dijo el chico. —Es un placer conocerles —Su voz
era suave, rica, sin prisa. ¿Era fingida también?
—Y yo soy Anne —dijo su acompañante—. Anne Jones —
Gloria casi se echó a reír de nuevo: el nombre era obviamente
un alias. Ella apostaría que 'Anne' llevaba un glamour también.
Iba en contra de todo su ser y alma sentarse en la misma
mesa que un inquisidor, pero este par debía colaborar con la
Inquisición sobre una base regular. 'Harry' y 'Ana' habían tenido
claramente un lavado el cerebro, para que crean toda la
mierda de propaganda que decían que si ellos renunciaran a su
libertad para hacer el trabajo sucio del Estado, estarían dado
algún tipo de legitimidad. Como si, después de haber sufrido
siglos de persecución, la bruja todavía tenía algo de qué
disculparse. Como si la fae fuera un obstáculo, ¡no un regalo!
Pero ella seguía estando curiosa. Quienquiera que este
personaje Harry realmente era, no podía tener más de veinte o
veinte y tantos años. Si ya era un agente de campo, entonces
tenía que ser un gran brujo.
Gloria estaba agradecida de que no tuviera que contribuir
mucho a la discusión. Tía Ángel ya había explicado su tarea:
ayudar a Harry a ser aceptado por el resto de la calle Cooper, y
utilizar su conexión familiar para presentarlo los Morgan. Todo
esto fue sometido con más detalle, junto con cosas aburridas
sobre el protocolo y el procedimiento y la Cadena de
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Comando. Gloria asintió con la cabeza de vez en cuando para
demostrar que estaba escuchando, pero por lo demás estaba
libre de seguir sus propios pensamientos.
Ella prestó más atención cuando Harry habló de cómo vio por
primera vez se puso en contacto con el aquelarre,
aparentemente para comprar drogas, y que desde allí había
formado una relación casual con Nate y su equipo.
Gloria sólo había oído a Nate mencionar a Harry en un par de
ocasiones, y siempre en términos despectivos. Aun así,
sospechaba que Nate estaba secretamente orgulloso de la
conexión. Los Mellizos Starling salieron de fiesta con los
aristócratas y ricos, y era parte de sus aspiraciones mafiosas
pasar el rato con desertores elegantes quienes deberían
conocer mejor. La Inquisición y IBAS había explotado esto.
Pensaron que Cooper Street y todos dentro, eran un detalle
flexible.
Tontos, pensó Gloria. Sólo esperen. La satisfacción tuvo que
haber aparecido un momento en su rostro, porque ella pilló a
Harry mirándola con el ceño fruncido. Sus ojos eran marrones,
ligeramente enrojecidos. Ella le devolvió la mirada, hasta que
miró hacia otro lado.
Le molestaba el hecho de que esta persona podría mirarla a
los ojos, y sin embargo, mantener sus propios ojos ocultos. Como
un fantasma. En algún lugar debía haber un amuleto que
contenía la materia prima de su ilusión. Allí y entonces, decidió
que lo haría su misión encontrarlo. Su fae podía ser fuerte, pero
ella era una niña Starling, un prodigio, una en un millón. No
había forma de que él pudiera competir.
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La primera vez que Lucas Stearne convirtió en Harry Jukes fue
el miércoles por la noche, tres días después de unirse a IBAS.
Desde que el Agente Barnes permaneció en el hospital, Lucas
nunca vio lo que su predecesor en realidad parecía, a pesar de
que estudió sus notas tan bien como su material fílmico de él en
el papel de Harry. Como parte de su cubierta, Barnes había
pasado el último mes inscrito en una escuela privada en el norte
de Londres, por lo que Lucas también tuvo que familiarizarse
con los maestros privados de Harry y compañeros de clase. IBAS
había reunido ya diversos accesorios — desde un reproductor
MP3 cargado con música de Harry hasta sus ropas del armario.
Hubo otras investigaciones también. Harry podía esperar ser
bastante ignorante de la vida del aquelarre, pero Lucas todavía
tenía que conocer los nombres, lugares, caras, relaciones de
negocio y los antecedentes familiares. Tener el control de todo
esto tomó más tiempo que el hechizo real. No había mucho de
esto a la práctica, aunque se sintió aliviado al enterarse de que
no habría tiempo para poner a prueba su capacidad de saltar
al cielo. De todas las cosas de brujas que tenía, el salto al cielo
era el más anormal.
La elaboración de un glamour todavía era su tarea más difícil.
El Agente Barnes había creado originalmente la apariencia de
Harry de una ilustración generada por computadora. Lucas
tenía una fotografía para hacer referencia a su lugar. Cabello
rubio oscuro, ojos marrones, mejillas rollizas. De lo contrario, sus
apariencias eran deliberadamente anodinas. Comenzó el
glamour trazando dos pequeños cuadros: uno de Harry, uno de
sí mismo. Él no tenía ninguna habilidad artística, como el
resultado final demostró. No importaba. El punto era sacar su
fae con cada línea del lápiz, cada trazo de color y sombra, de
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manera que la imagen en bruto sobre el papel podría canalizar
la fuerza de la imagen en su cabeza.
Bajo la dirección de Zoey, colocó su autorretrato en un espejo
colocado sobre la mesa, y luego lo encendió. A medida que la
imagen se convirtió en cenizas, su reflejo en el espejo se hizo
débil y borroso, como si sus propias características se fueran
disolviendo. Zoey ya le había advertido de esto: para los
espectadores, fue como si de repente se hubiera ido fuera de
foco. Jonah, quien estaba mirando desde una esquina, se vio
un poco verde.
Ignorando sus propias náuseas, Lucas movió un mechón de
pelo rubio, una lágrima de un ojo marrón y un trozo de uña en la
ceniza. No sabía nada de donde esto había venido y él no
preguntó. Estaba concentrado en la imagen mental de Harry
Jukes que había sacado de la filmación y fotografía. Escupió en
la mezcla de ceniza, trabajando la FAE en ella a través de sus
dedos, y con el espejo como una obra de trabajo.
Por último, se untó la pasta de ceniza a su dibujo de Harry —
un muñeco de palo glorificado, con pequeños ojos castaños,
una cara rosa redonda y pelo rubio sucio. Cuando dobló el
papel sucio en una bolsita del tamaño de un saquito de té,
comenzó a aclararse. Y después de que lo apretara con fuerza
entre sus manos, susurrando el nombre de Harry Jukes, el espejo
le mostró un rostro igualado.
Zoey asintió. —Buen trabajo. Tu nariz está demasiado
tachada, sin embargo, y olvidaste coincidir tus cejas con su pelo
—Tentativamente, Lucas tocó la nariz de Harry. Se sentía tan
derecho como de costumbre. Los contornos de su cara se
sentía exactamente como la recordaba, sin embargo, el espejo
mostró sus manos moviéndose sobre la forma de los pómulos de
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otro chico y su barbilla. Todavía podía sentir la gris raya gruesa
que se había puesto en el pelo el día de su evaluación. Pero
cuando él se retiró un mechón, con grandes manos suaves de
Harry, parecía rubio, y era más largo de lo que debería haber
sido.
"Nada ha cambiado físicamente —Zoey le tranquilizó—
Todavía estás ahí, el glamour es nada más que un velo que
escondes detrás. Es por eso que tu identidad puede estar
expuesta por medio de pruebas biométricas, aunque la
tecnología para esto todavía no está a prueba de fallos. Vamos
a crear registros falsos de tus huellas digitales, y así
sucesivamente como medida de precaución.
Hubo un golpe en la puerta. Era Jack Rawdon. —Muy
impresionante —dijo—. No podría haberlo hecho mejor —Se
acercó a darle la mano—. Estamos encantados de tenerle en el
equipo, Lucas. Siempre he tenido un gran respeto por su padre,
y estoy seguro de que su trabajo aquí va a hacer que se sienta
orgulloso. Después de todo, hay muchas maneras de servir a su
país. Mi propio camino en la vida ha dado algunos giros
inesperados, pero no me arrepiento de ninguno de ellos. Espero
que llegue a sentir lo mismo.
Aunque no era un hombre grande, la presencia de Rawdon
llenó la habitación. Incluso en un traje de negocios se las arregló
para parecer resistente. El canoso cabello, la cuadrada
mandíbula, la mirada franca y varonil… Lucas estaba
empezando a ver por qué Rawdon fue un chico de alto perfil
de brujo. Casi podía haber sido uno de los modelos en los
horribles folletos de Viviendo Con la Fae.
—Me alegro de que ustedes dos finalmente se conocieran —
dijo Zoey a Lucas después de que Rawdon los había dejado—.
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Jack ha estado estrechamente involucrado en esta operación
desde el principio. Él y el Agente Barnes prácticamente crearon
a Harry Jukes juntos.
—¿Crees que alguna vez extraña ser un espía adecuado,
quiero decir en el ámbito?
—En este momento, Jack sabe que el mayor desafío está en
la sala de juntas. Todavía tiene pocos esta organización, y
necesitamos un líder en quien la población pueda confiar —Ella
miró rápidamente a Jonah—. Hay un infierno de mucho que
probar, y un montón de personas que quieren vernos fracasar.
En ese caso, pensó Lucas, tal vez Rawdon debe reducir las
apariciones en la prensa y convocatorias de fotos. Sus
proclamaciones frecuentes de que los hechizos eran la mejor
respuesta a los crimenes de bruja podría elevar su perfil y el de
IBAS, pero malestar generaban malestares.
Volvió su atención hacia el glamour. —Está bien. ¿Cómo me
deshago de Harry? —En respuesta, Zoey tomó un encendedor y
lo acercó al amuleto de papel y ceniza. A medida que la bolsita
se quemaba, el aire circundante de Lucas ondulaba y era
borrosa. En cuestión de segundos, su reflejo era el suyo de
nuevo.
—¿Ves? Fácil. El tiempo que pasas con el amuleto cerca de tu
piel extiende la duración de la ilusión. Es un poco como cargar
una batería. Así que si te acuestas con el amuleto durante ocho
horas, puedes ir sin llevarlo por otros ocho al día siguiente, y
seguir manteniendo el glamour. Te mostraremos las maneras de
ocultarlos también. El de Andrew era lo suficientemente
pequeño como para meter en la banda de su reloj.
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Cuando Lucas fue a encontrarse con Gloria y Angeline,
estaba mucho más a gusto en su segunda piel. Podría diseñar el
glamour de Harry en menos de quince minutos, y obtener la
imagen perfecta cada vez. Zoey también utilizó un encanto
para el trabajo encubierto, pero a pesar de que ella había
tenido mucha más práctica que Lucas, tardó mucho más
tiempo en completarse. Dejándola cansada y mareada
también.
-¿Está bien? -preguntó ella mientras estaban fuera a las 9am,
esperando a Jonah dejarlos entrar, Lucas asintió con la cabeza.
Era irónico, pero disfrazada de otra persona, una persona que
no existía, estaba empezando a sentir más a su viejo yo. Tal vez
esta sensación de control era tanto una ilusión como su
apariencia, pero estaba decidido a sacar el máximo provecho
de ella.
Entraron en el comedor, Lucas utilizando desgarbado cuerpo
de Harry. Había un guardia apostado en una esquina y dos
personas en la mesa, una anciana y una niña adolescente.
Lucas se sentó delante de la chica.
Gloria Wilde era más o menos como se esperaba. El exceso
de maquillaje, el pelo mal teñido peinado hacia atrás en una
cola de caballo, una boca grande y malhumorada. Ella estaba
mascando un chicle ruidosamente, y mientras sacaba su silla,
cruzó los brazos de forma agresiva a través de su pecho.
Lucas estaba más interesado en Angeline. Aquí había una
bruja que había eludido con éxito el registro de toda su vida,
pero ahora estaba cooperando voluntariamente con la ley. Tal
extensión del programa de la Inquisición tuvo más éxito de lo
que se le dio el crédito correspondiente.
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Él ya sabía acerca de las hermanas de Angeline. Todo el
mundo lo hacía. Los Mellizos Starling habían tenido claramente
la calidad de estrella, a pesar de que era de un tipo criminal.
Esto no justifica los intentos de algunas personas para
rehabilitarlos como héroes, pero aún así era un poco triste al ver
lo que quedaba de su leyenda: una señora vieja, decrépita y
de rostro duro.
A medida que la reunión avanzaba, se encontró con que
había algo familiar en Gloria, y no fue sólo porque ya había visto
su fotografía. En un momento, ella volvió la cabeza hacia Jonah
de modo que sus pendientes se balancearon y se dio cuenta
que era la misma chica que le había gritado a él a Tom el día
de la charla de la Inquisición. Había sido algo acerca de las
ranas. Por un momento, su risa estridente resonó en sus oídos...
Pero ella había le pillado con la mirada escrutadora, y ahora su
mirada tenía dagas en ella. No parecía estúpida, por lo menos.
Lucas supuso que era una buena cosa.
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Capítulo 16 Traducido por Katiliz94
Corregido por Desafio89
l lunes, su última tarde en casa, Lucas asistió a la
conferencia del Club Ateniense. Había estado fuera de
la escuela durante dos semanas hasta ahora, y desde
que Clearmont había terminado para las vacaciones de
Pascua del Viernes, la historia oficial era que se iba al
extranjero para recuperarse de su reciente enfermedad.
Mientras tanto, su padre decidió que sería una buena idea para
Lucas presentarse en un acto público, solo en el caso de que
hubiese rumores o algo fuera de lugar. Por esta única noche,
pretenderían que todo seguía como de costumbre.
Había un motivo de más para Lucas para asistir. El tema de
discusión esta noche era “Crimen de Brujas Internacional:
Causas y Consecuencias”, y habría una fuerte demostración de
la Inquisición. Esperaba que asistan dos miembros del tribunal
sospechosos de ser sobornados por el Aquelarre Wednesday. El
evento proporcionaría una buena oportunidad a Lucas de
observarles.
Además, cualquier cosa era mejor que tener la última comida
en casa para un hombre condenado. Filomena había dicho
que Lucas era ayudando con un proyecto gubernamental de
investigación de alto nivel, y había sido obligado a firmar una
acuerdo de confidencialidad acerca de su fae.
E
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Su aire de martirio se cernía sobre la casa como una nube.
Marisa, por otro lado, se había animado considerablemente. La
restricción de Lucas ante la IBAS era la forma ideal para barrer la
vergonzosa condición de su hijastro bajo la alfombra.
Su padre estaba resignado pero no reconciliaba la situación.
No había preguntado a Lucas nada sobre el entrenamiento
fuera de las educadas y generales consultas por lo que Lucas le
dio unas respuestas educadas y generales. Pasaron el viaje en
taxi hasta el evento haciendo la más pequeña de la pequeña
charla.
Lucas se acercó a la fila de campanas de hierro sobre la
puerta del club esperando no parecer tan furtivo como se
sentía. Cuando vio a Jonah esperando en el otro lado, esta
incomodidad fue reemplazada por enfado. No había
cambiado su original evaluación del hombre. Un bien-
intencionado trabajador ineficaz, pero un trabajador ineficaz de
todos modos.
Gracias a Dios, Jonah solo estaba ahí para mantener un ojo
sobre su cargo, sin jugar al acompañante. Había una recepción
de bebidas antes de la conferencia, y la multitud adinerada en
la ante-habitación tenían un bullicio sociable. Ashton
inmediatamente fue llevado a un lado por un amigo periodista,
dejando a Lucas libre para inspeccionar la reunión. Tan lejos,
solo uno de los dos miembros del tribunal que él esperaba estar
observando, Max Holland, había aparecido.
Max Holland era el abogado de un criminal que había salido
recientemente de un costoso divorcio. El otro sospechoso, Ruth
Mackenzie, era una funcionaria superior cuyo marido tiene un
negocio que recientemente había sido salvado de la quiebra.
Mr. Holland se veía remilgado y próspero, y estaba
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acompañado de su segunda esposa – y su exhibición de
diamantes. Tal vez habían sido comprados con el dinero del
Aquelarre.
Lucas decidió moverse un poco más cerca. Pero su siguiente
paso, sin embargo, le puso cara a cara con la última persona en
el mundo a la que quería ver. Gideon Hale estaba de pie frente
a él, con una gran hermosa morena en su brazo.
—Que bien verte levantado y Stearne. Escuche que estabas
enfermo... en realidad pareces un poco apagado en esta fiesta
que en la de la otra semana. Y si no me permites decírtelo así,
aún estás un poco descolorido.
—Pensé que podría probar el aspecto pálido e interesante.
—Bueno, debería haber sabido que nada te mantendría
alejado esta noche. —Gideon se volvió hacia su acompañante.
—Otros chicos sueñan ser futbolistas o estrellas del pop cuando
crecen. Lucas solo quiere capturar brujas.
La chica da un rebuzno de risa, y alcanzó una bebida de un
camarero pasando. Al hacer eso, empujo a la persona detrás
suyo, quien se da la vuelta. Era Jonah.
—Ahora aquí está alguien que no esperaba ver. A menos, por
supuesto, que estés aquí con el deber de escolta oficial, —
Gideon da a Jonah un guiño de complicidad.
—¿Por qué una bruja quiere asistir a un evento como este? —
preguntó Lucas, un poco demasiado rápido.
—Hay uno por allí. —Señaló la chica.
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Una mujer en un vestido de corte bajo estaba de pie al lado
de un hombre mucho más mayor. Tenía un delgado collar de
hierro alrededor de la garganta. Lucas nunca había visto a
alguien embridado en tal forma. Ella era, se dio cuenta, muy
encantadora, con la arremetida de cabello bronce y ojos
violetas. Había algo familiar en su acompañante, pero Lucas no
podía situarle. Él era rechoncho y encorvado, con una calva
pecosa como cabeza, y unas pequeñas fundas en los ojos.
—Ese es Lord y Lady Merle,—dijo Jonah respetuosamente. —Él
es algún tipo de magnate de los medios de comunicación.
Creo que ella era una modelo, antes Lucas conocía a Lord
Godfrey Merle. Él era el fundador, presidente y director general
del Grupo Cardex News. Marisa había estado en uno de los
comités de recaudación al igual que su esposa. La caridad era
en beneficio a los niños enfermos -pensó que recordaría algo
sobre Lady Merle teniendo una hija discapacitada.
—Qué extraña forma de llevar el freno, —observó la chica. —
Ugh. Si fuera yo, haría cualquier cosa por cubrirlo.
—Tal vez no se avergüence de lo que es, —dijo Jonah
tranquilamente.
—Bueno, fue valeroso por su marido traerla. — La chica no se
preocupaba en bajar la voz. —Fíjate, un hombre viejo como ese
es probablemente todo lo que ella podía conseguir.
Para vergüenza de Lucas, Lady Merle miró por encima. No
parecía haber escuchado ya que les dio una dulce, en lugar de
ausente, sonrisa. Su vestido de seda rosa era un toque sobre lo
alto de la ocasión, y en su bajo escote se destinaba el metal del
freno presentado dramáticamente en la blanca piel de su
cuello. Debía ser incómodo. ¿Lo llevaba allí como una máscara
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de vergüenza, o una marca de valentía? De cualquier manera,
la visión le inquieto.
La conversación giró ante el reciente ataque a las brujas fuera
de la Inquisición. Gideon y Jonah habían sido testigos
presenciales, y pronto los otros invitados estaban hablando por
su propia cuenta. Incluso Lord y Lady Merle se sintieron atraídos
por la discusión. Había demasiados informes de represalias. Una
bruja embridada que se adueñó de un quiosquero de prensa
había sido rociada con petróleo por un grupo de adolescentes
y prendida en fuego.
Terrible, impactante, todos estaban de acuerdo. Y sin
embargo... casi uno podía... bueno, era solo natural que las
personas estuviesen enfadadas. Los Británicos siempre habían
sido remarcablemente tolerantes con las brujas. Si, de hecho: la
comunidad de Brujas debería recordar cuan afortunados eran.
Lucas estaba sorprendido al encontrar que Lady Merle era la
única más abierta sobre el tema. Tenía una entrecortada y
juvenil voz, y una forma de ampliar los ojos cuando hablaba que
la hacía verse a la vez frívola y frágil. —Oh, me molesta mucho
cuando las personas dicen que refrenar es una represión. ¿Por
qué no entienden que mi hierro me hace sentir segura? Un día
podremos encontrar una forma de curar la fae, pero por el
momento, estoy agradecida de que la condición sea
manejable.
—Incluso, decorativo, —dijo su marido, recorriendo un grueso
dedo a lo largo de su collar y después, bromeando, alrededor
de su garganta.
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—No es como si estuvieses adecuada a una carrera de bruja,
Serena, —dijo alguien con una risa. —Por mucho que nos
gustaría verte en un uniforme de policía de bruja.
—O una marcha de ejército, —dijo alguien más. —Siempre
hay Marinos.
Lord Merle sonrió. —Serena conocer sus límites... ¿cierto,
querida?
Su esposa abrazó su brazo y soltó una sonrisa. Sus ojos violeta
eran vidriosos. Lucas se preguntó si se callaba todo ahí.
Fue un alivio ser llamado a la sala de conferencias. Se sentó
en su asiento e intento parecer atento, incluso a pesar de que el
hablante, un académico Americano del Instituto de Salem de
los Estudios de Brujas, no era particularmente inspiración alguna.
El único punto de auténtico interés fue cuando Silas Paterson
vino al escenario para dar las gracias al final. Así que ese era el
comandante secundario de la Dirección de Crímenes de Bruja,
Josiah Saunder. Lucas pensó que parecía inteligente, si
prohibiendo; un alto, plateado hombre con una mirada oscura
y de majestuosa clase.
Después la audiencia fue invitada a hacer preguntas o
comentar.
Gideon se puso en pie.
—La religión siempre ha estado opuesta a los hechizo, y solía
ser nuestra primera defensa contra ello. ¿Esto quiere decir que
las personas en el secular Oeste sienten menos de un imperativo
moral para limitar los hechizos que aquellos basados en las
sociedades religiosas?
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—Hrm, hmm. Una interesante pregunta, —dijo el académico.
—Tal vez alguien en la audiencia querría responder...
Antes de que pudiese pensar mejor en ello, Lucas se puso en
pie también. —Puedes usar la religión para justificar cualquier
cosa que quiera, —Toma el Islam... el Corán prohíbe los
hechizos, sin embargo algunos clérigos argumentan que eso es
legitimar en algunas circunstancias. A menudo las brujas son
condenas en la Biblia, pero el Rey Saul va a la Bruja de Endero a
por ayuda, y Moises realiza hechizos similares a milagros ante el
Faraón. Así que necesitamos lidiar con la bruja en una base
racional, no a través de la fe o la superstición.
—¿Quieres decir, a modo de la Declaración 192? —Hay una
burla en la voz de Gideon. —Llamar despenalización global de
no practicar la brujería podría ser “racional”, pero eso no logra
nada.
—Será más efectivo si en la actualidad las personas
entendiesen de que se trata, —replicó Lucas. —O conseguir
limpiar su nombre. Asumo que es la Resolución 192 a la que
estas refiriéndote.
Alguien rió. La cara de Gideon se apretó con furia mientras la
audiencia susurraba y tarareaba.
El académico parecía incómodo. —Gracias ambos por
vuestras... e... contribuciones que invitan a la reflexión. —dijo. —
Solo deseo que tengamos tiempo para dirigirlos más allá. Ahora,
¿si alguien más tiene una pregunta...?
Lucas se sentó de espaldas en su asiento. Casi estaba tan
satisfecho consigo mismo como cuando había elaborado su
primer glamour.
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Su satisfacción no duró mucho. Dejando la sala de
conferencia, no fue capaz de ignorar el ceño en la cara de
Jonah. Y durante el viaje a casa, su padre estaba más callado
de lo normal. —No deberías haber tratado de argumentar con
Gideon, —dijo al final. —Necesitas evitar cualquier cosa que
pudiese llamar la atención sobre ti... en particular la atención de
los inquisidores. Y Gideon Hale va a llegar lejos.
Lucas sintió su corazón torcerse. Su padre solo estaba
intentando protegerle. Pero al final del día, Gideon era el tipo
de hijo que Ashton Stearne debería haber tenido, y ambos lo
sabían. Gracias a Dios estoy dejando el aquelarre, pensó. Será
mejor para ambos una vez me valla.
Harry Junes hizo contacto con Nate el Lunes por la mañana.
Nate escucho un correo de voz, frunció el ceño, luego cogió el
teléfono en el pasillo para escucharlo otra vez. Gloria no estaba
preocupada por parecer demasiado interesada cuando él
regreso y permaneció de pie en el umbral del salón,
mordiéndose el labio.
—¿Qué pasa?—preguntó Jacko. El y Chunk, con la ayuda de
Gloria, estaban empacando falsas botellas de Channel No.5
para venderlas online. Las etiquetas impresas digital mente se
veían igual que las originales, y el perfume olía muy bien en
cuanto Gloria podía decir, aunque cuando intento rociárselo le
dio una erupción.
—Una llamada de Lord Snooty. Ya sabes... el niño que lidia
con nuestras píldoras de fiesta. Y nos da el chivatazo para el
trabajo de Dalton Street.
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—¿Nos ha conseguido otro robo?
—Ni idea. Su mensaje es todo confuso. Le daré una timbrada.
Nate fue al exterior para hacer la llamada. Regreso viéndose
preocupado. Después de pasear por los alrededores un poco,
fue a hablar con Tía Ángel. Media hora más tarde, y todavía
con el ceño fruncido, salió. Gloria le observó bajar la carretera,
pero no podía resolver tranquila si el giró a la derecha o a la
izquierda al final. Debía haber preguntado a la anciana lady
para hacerle una alusión. Cuarenta minutos después, el
telefoneo a Angeline, y ella también dejo la casa.
Los dos regresaron de su cita con Harry a media tarde. Esta
vez, Nate tenía una arrogancia en su paso. Earl, Patch y los
chicos fueron convocados a una conferencia en el sótano de la
fortaleza. Tía Ángel habría insistido en eso. Gloria estaba
incluida, pero en esta ocasión no dijo nada Nate le disparo una
mirada triunfal mientras él y los otros desfilaban hacia abajo de
las escaleras.
Gloria fue a sentarse en frente de los peldaños del Número
Siete. Muchas de las falsas botellas de perfume tenían tapones
defectuosos, filtrando su enfermizo contenido por el salón, y ella
necesitaba algo de aire. Había restos de vómito por debajo del
pavimento. Joe Junior, presumiblemente. Como era llamado el
jefe del aquelarre, debería estar liderando el encuentro para
discutir con Harry Jukes; en lugar de eso, estaba durmiendo
fuera por la resaca. Probablemente Nate calculaba que si
reclutaba a una bruja para el aquelarre, llegaría a ser el jefe de
verdad.
Gloria frunció el ceño. Tarde o temprano, Nate se arruinaría a
lo grande, y los otros le verían por el destello de imbécil que era.
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Entonces Nate tendría que estar puesto en su lugar. Pero ese era
su problema... no el de la Inquisición o de la policía o de IBAS.
Tía Ángel se mostró inflexible que ella había arreglado las
cosas de tal manera que Cooper Street tenía inmunidad frente
a cualquier destino que encabezase el camino de los hermanos
Morgan.
Gloria no estaba convencida del todo. No era solo su propia
seguridad lo que había de preocupar. Nate y el resto eran
también su responsabilidad.
Alguien salió por la puerta y se sentó en el peldaño a su lado.
Era su padre.
—¿Dónde están todos?
—Conferencia en el sótano. No fui invitada.
—Ah. ¿Querrías serlo?
—Por supuesto. Soy un miembros de este equipo, ¿verdad?
Debería estar colgando por los alrededores como una pieza de
recambio. Necesito hacer cosas.
Patrick bajó la mirada a sus gastadas pantuflas. Su gran dedo
gordo del pie se asomaba y movía reflexivamente.
—Sí. Eres como tu madre en esa forma.
El corazón le dio un vuelco. Gloria había decidido hace
tiempo parar de hacer preguntas a Patrick sobre Edie, porque
vio cuanto le hería a él. Muchas de sus historias provenían de
Angeline. Ahora no podía detenerse. —¿Lo soy? ¿En serio?
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—Edie era como nadie que haya conocido. —¿Patrick aún
estaba mirando fijamente a sus pies. —Eres valiente como ella, e
inteligente. También inquieta. Pero tu madre era una persona
muy reservada. Había sido herida, lo ves, en su pasado. Eso la
hizo más fuerte en algunas formas, frágil en otras. Yo... yo intente
cuidar de ella. Pero eso no era suficiente.
No había nada que Patrick pudiese haber hecho para salvar
a Edie. Tan pronto como Charlie Morgan la tuvo en su punto de
mira, eso fue todo. Pronto Gloria tendría que contar a su padre
la verdadera historia. Eso era por qué ella había estado
evitándole los últimos pocos días -el prospecto era muy horrible
para contemplar. Ahora, sin embargo, se preguntaba si podría
encontrar las noticias con alivio. Clausura.
—Sé cuán importante es convertirse, e, en una bruja para ti, —
dijo dudosamente. —Y espero que consigas tu deseo. Pero es
muy... mucho con lo que lidiar. La presión y así sucesivamente.
Creo que tu madre... bueno, lo encontró difícil.
—Cruzaré ese puente cuando llegue a él. Si llego. —Gloria
trato de sonreír, sintiendo el peso de los secretos dentro de ella,
un indigesto nudo. —Solo tengo que asegurarme de que estoy
preparada.
—Preparada... si…., —Patrick asintió lentamente. —Eso me
recuerda...
Charlie llamó. Quería saber cómo lo llevabais. Algunas
investigaciones de proyectos, —dijo.
La hoguera y el estallido de él. Telefonear a su padre era un
especial tipo de advertencia. Un recuerdo de quien llamaba a
tiros.
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Había pasado mucho tiempo desde que Gloria había tenido
un problema con Patrick, pero sentados el uno al lado del otro
en los peldaños de las escaleras teniendo una conversación por
una vez, sintió la urgencia de confiar en él. —Frank tenía la
mirada en nuestros libros, —dijo ella. —Le dijo a Charlie que
alguien en Cooper Street está tocando el violín.
—¿Así que Charlie te preguntó por la investigación?
—Sí. Estoy muy segura de que Nate es culpable, pero necesito
probarlo.
—Hmm. —Estuvo en silencio por un tiempo irritantemente
largo.
Entonces:
—No fue Nate. Fue Patch.
Gloria le miró boquiabierta.
—Su hermano pequeño tenía un problema con el juego. —
continuo Patrick plácidamente. —Debe importante dinero en
efectivo a personas importantes. Patch dijo que el ayudaría. El
tiempo pasa, él podía haber ido a Joe y pedir un adelanto. En
este caso, parecía más fácil resolver las cosas por sí mismo. Así
que desvió algo de dinero en efectivo del depósito de trabajo
del Obispo Green. Estaba solo destinado a ser a corto plazo,
pero cuando la deuda que alguien más le debía no llego bien,
entró en pánico. Eso es cuando vino a mí: preguntó si podía
arreglar los números, comprarle algo de tiempo. Él estaba
pagando de regreso el dinero en cuotas. Debería haber sabido
que Frank lo vería.
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—Maldita sea lo correcto. ¿Te volviste blando de cabeza o
qué? —Gloria se puso en pie. Estaba más preocupada que
enfadada. A ella le gustaba Patch. El solía realizar trucos de
cartas en su fiesta de cumpleaños cuando era una niña, y solo
la última semana había mangado un alijo de revistas de moda
para ella. Con esfuerzo, relajó su tono. —No importa. Llamaré a
Charlie y lo solucionaré.
Patrick se rascó la barbilla sin afeitar. —Um, quizá debería
hacer la llamada, —dijo con incertidumbre. —O Angeline.
Deberías estar fuera con tus amigos y divertirte. Sin preocuparte
por los negocios del aquelarre.
—Alguien lo tiene que hacer.
Él la miro con una seriedad desconocida. —Sé que quieres
encontrar un propósito, Gloria, y algo en lo que trabajar. Pero no
creo que debería ser en este lugar.
—¿Por qué no?
—Oh... bueno...—Patrick se encogió de hombros y parpadeo,
su momento de autoridad ya desapareciendo. —En realidad
nada cambia aquí, ¿verdad? Lo mismo antiguo, lo mismo
antiguo. Es demasiado tarde para nosotros. Podría ser diferente
para ti.
No, también es demasiado tarde para mí, pensó Gloria. He
aceptado traer a un espía del gobierno a nuestra casa. Lo que
sea que ocurriese después, sabía que nada en sus vidas sería
igual.
Con torpeza, se agacho y beso la calva de su padre. —Se lo
que voy a hacer, —dijo ella.
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Capítulo 17
Traducido por Candas_12
Corregido por Indira17
ucas no llegó al aquelarre hasta casi las diez de la noche
del lunes.
El paseo desde el tubo lo llevó más allá de las
elegantes terrazas victorianas y bares de vino yupi, pero
mientras más se acercaba a la finca de Rockwood, los edificios
y la gente se volvieron más descuidadas. A la vuelta de Cooper
Street, dos moles con las cabezas rapadas, borrachos, en
bicicletas demasiado pequeñas, dieron la vuelta a la carretera.
Por un momento, no podía creer lo que estaba haciendo
aquí.
¿Cómo se había metido en esto? Era imposible, absurdo.
Luego se miró en el espejo lateral agrietado de un coche y vio a
Harry en el espejo. Curiosamente, lo tranquilizo. Estaba jugando
con un papel. Llevaba un traje, no ropa: capas sueltas y unos
vaqueros anchos, de aspecto descuidado como el mismo Harry.
Hiciera lo que hiciera, lo que pasó fue problema de Harry. Lucas
Stearne no existía en este tipo de mundo.
L
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17
Las luces estaban encendidas en la Casa Seven, y la música
sonaba en la calle. Lucas sabía que si seguía dudando, nunca
podría seguir con esto. Pulsó el timbre. Nate Braddock le dejó
entrar. Un chaleco blanco apretado hacia resaltar su torso
bronceado y tonificado. Su pelo estaba peinado hacia atrás, su
sonrisa arrogante, mientras se estrechaban las manos en el
pasillo.
—Eh. . . ¿Todo bien? —Lucas dijo con voz débil. En su reunión
con Nate y Angeline esa tarde, había tenido un guión que
seguir. La adrenalina pasó por él. Pero entonces había estado
en un espacio público, con Zoey cerca. A partir de aquí, estaba
por su cuenta.
El pasillo estaba lleno de todo tipo de cosas —cajas de licor,
cajas de zapatos, aparatos electrónicos que parecían caros, y
juegos de cubiertos que no. Antes de darse cuenta, Nate lo
llevaba a una gran sala llena de gente. Enormes altavoces
golpeaban a ritmo de la batería y del bajo, sacudiendo la
puerta, el suelo y las ventanas en sus marcos.
—¡Gloria!— replicó Nate—.Recoge a tía A.
La chica frunció el ceño—ella fruncía mucho el ceño, recordó
Lucas —, pero hizo lo que le dijeron. Nate le indico que se
sentara.
Se sentó, sudando un poco. La habitación estaba mal
ventilada y olía a ropa sucia y hachís, con un tono floral raro.
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Como si alguien hubiera estado rociando un enfermizo
particular ambientador. La mayor parte del espacio estaba
ocupado con un sofá de cuero de aspecto grasiento, y la TV en
estéreo más grande que Lucas había visto nunca. Un hombre
negro canoso le entregó una cerveza. Earl, pensó Lucas,
tratando de emparejar las caras con las fotos en su expediente.
Earl estaba sentado junto a Patch, que era corpulento y estaba
lleno de cicatrices de acné. Había dos chicos jóvenes, uno con
una larga cara llena de granos, el otro más oscuro, con un
tatuaje de una serpiente en el brazo.
Deben ser Chunk y Jacko, y Harry —cuando jugaban para el
Agente Barnes —había conocido a ellos brevemente antes.
Lucas devolvió sus gestos de saludo. Un hombre de mediana
edad, que a pesar de sus mofletes caídos tenía a Nate a su
alrededor, estaba apoyado en una esquina.
Nadie dijo nada mientras esperaban. Sólo bebían, fumaban y
miraban. La música fue apagada sólo cuando Gloria y Angeline
volvieron. Lucas estaba interesado en ver que la anciana no
parecía tan decrépita como antes. Su rostro arrugado estaba
maquillado, con cosméticos infantilmente brillantes, como una
muñeca.
Señaló a Nate.
—¿Tú lo detuviste por los Dubyas?—Su voz era más firme
también.
Las tres W eran hechizos, armas y alambres. Earl cacheó a
Lucas y buscó en su ropa mientras Nate fue por su bolsa de
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deportes. Aunque Lucas lo estaba esperando, todavía estaba
tenso. El amuleto de glamour estaba oculto en la correa de su
reloj barato. Pero él tenía uno más ya hecho, oculto en la base
falsa de la tapa de un desodorante.
La bolsa no contenía mucho, ya que Harry tenía que haber
salido de casa a toda prisa. Nate era minucioso; exprimiendo un
poco de pasta de dientes y destapando el desodorante. Lucas
contuvo el aliento. Sin embargo, Nate pronto se trasladó a los
objetos más interesantes—como el reproductor de MP3 que Earl
había encontrado.
—El último modelo. Dulce —dijo Nate, trasladándolo a su
propio bolsillo. Luego sacó una navaja y cortó el revestimiento
de la bolsa. No le tomó mucho tiempo para sacar el paquete
sucio de billetes que habían sido escondidos allí.
—Es todo lo que tengo—dijo Lucas, tratando de sonar tanto
indignado como consternado.
—Hay más de 300 libras aquí. . . Apuesto a que tú has
negociado nuestras píldoras.
—He enviado negocios a su manera también, recuerda.
—Bueno, aquí la cama y vivienda no son baratos. Vamos a
tomar esto como un pago inicial.
Nate puso el fajo de billetes a un lado.
El llavero de Harry también fue confiscado y pasó a Angeline.
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—Un poco de algo para tu tazón de adivinación, tía.
—¿Van a espiarme?
—Tia quiere ver cómo te acomodas. . . y hasta lo que haces
cuando no estás cerca—Nate señaló la hoja de su cuchillo en el
pecho, sólo medio en broma—.Entonces te va a importar
mantenerte en el buen camino.
—Está bien—dijo Angeline, golpeando con los nudillos en la
mesa de café—.Vamos a llegar al tema que nos toca. Todo el
mundo aquí sabe quién es Harry ahora, y lo que está a punto.
—Me gustaría oírlo de la boca del caballo—le interrumpió
Gloria. Miró a Lucas desagradablemente— Adelante.
Cuéntanos por qué estás aquí.
—Porque soy brujo no estoy registrado, y quiero que siga
siendo así —Pausa—.Y si me voy a escapar de los punzones, voy
a necesitar ayuda.
—¿Así que, qué, sólo te subiste y dejaste tu casa sin decir una
palabra?
—Había una nota. Dije que iba a viajar. Mi hermana estaría
aliviada de librarse de mí. Ella es una perra nerviosa y su marido
es peor. Tenían que cuidarme cuando mi padre se unió a su
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nueva familia en Estados Unidos. Mi madre salió corriendo años
atrás. He estado causándoles problemas desde entonces.
¿Les suena muy ensayado? él asumió que el aquelarre ya
habría hecho las verificaciones de antecedentes básicos. IBAS
no había tomado ningún riesgo: había incluso un agente
haciéndose pasar por la hermana de Harry en una dirección en
Fulham.
—A mi no me gusta—murmuró una voz desde la esquina. Fue
Joe Junior, el jefe nombrado. Eructó.— Otro niño ensangrentado
que no conoce las botas de su trasero.
—No te preocupes, papá—Nate lanzó una mirada astuta a
Gloria. —Esto se puede pagar a su manera.
Angeline se inclinó hacia delante
—Harry mi chico, es hora mostrar a los demás lo que tenemos.
Adelante— Muéstrales lo que me enseñaste.
Lucas sacó del bolsillo unas briznas de hierba y una ramita que
había pasado desapercibida durante el escarbado de Earl.
Lamiendo el césped, lo torció alrededor de la ramita, y se frotó
la ramita entre sus manos, así se torcía hacia atrás y adelante.
Empezó a silbar desafinando, canalizando su fae con su aliento.
En primer lugar, agitó los cabos sueltos de la hierba, y luego
envió la más mínima brisa flotando por la habitación. Cuanto
más tiempo silbó, más fuerte era el viento, hasta que ambas
hierba y ramita se doblaron como un árbol en el viento. De
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repente, un torbellino en miniatura pasó por la habitación,
poniendo al día la ceniza del cigarrillo y tapas de botellas, y
soplando el pelo brillante de Gloria alrededor de su cabeza. Era
una versión suavizada de la tormenta que había causado tantos
estragos en la oficina del MP.
Su público estaba cautivado. Patch rió con deleite. Nate
parecía petulante como si lo hubiera hecho él mismo. Los únicos
que no parecían impresionados fueron Joe, bebiendo en la
esquina, y Gloria. Ella se alisó el pelo con una mueca de
disgusto. Una vez que Lucas había recuperó el aliento, todo el
mundo miró a Angeline. Regiamente, se levantó para hacer
frente a la habitación.
—Harry ha venido a nosotros porque él no tiene otro lugar a
donde ir. No será el primero ni el último. La obligación moral de
un brujo es ayudar a sus semejantes porque la fae corre más
espesa que la sangre y más rápido que el agua. Esa es la regla
mis hermanas y yo vivía por ella. Él necesita nuestra ayuda, sí,
pero eso no quiere decir que no vamos a obtener nada a
cambio. Estoy vieja y estoy cansada, y cuanto antes
comencemos a entrenar a un sucesor, mejor para todos
nosotros. Son los hechizos los que levantan a Cooper Street, y
nos diferencia. Y aunque estos son tiempos difíciles, son los
hechizos los que nos hacen salir adelante.
Ella se volvió hacia Lucas.
—Te voy a enseñar lo que puedo, pero no soy la única de la
que vas a aprender. Hay un montón de experiencia en esta
sala, por no decir talento. Tú te quedas aquí, acatas nuestras
reglas y nuestra forma de hacer las cosas, y nos veremos bien.
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Fue una gran actuación. Cuando se trataba de su propia
respuesta, sin embargo, Lucas no creía que Harry era el tipo
elocuente.
—Voy, eh, dar mejor de mí —murmuró—.Muchas gracias.
—Arpías—arrastro Joe—. Todos ustedes son una vergüenza.
Piensan que son mejores que el resto de nosotros...más
problemas de los que mereces.
Nadie le prestó atención. Sus ojos estaban fijos en Angeline,
que había tomado una muñeca de papel recortada y una
aguja de su bolso. Solemnemente, le paso a Nate, que clavó la
aguja en el dedo pulgar y untó la sangre en la muñeca.
Todo el mundo lo hizo—incluso Joe finalmente.
Lucas fue el último. Angeline colocó la muñeca de papel
ensangrentada en la mano y le dijo sus líneas.
—Juro lealtad a este aquelarre y a todos en ella. . .
Mientras él hablaba, Angeline pasó un papel hechizado
torcido entre sus dedos pulgares. Era una técnica similar a la
que Lucas había utilizado en su evaluación de brujo, pero dejó
a la vieja resoplando y jadeando por el esfuerzo.
'. . . su sangre es mi sangre, sus vínculos son míos. . .
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La muñeca se prendió fuego. Lucas hizo una mueca, pero se
las arregló para mantener su mano firme.
—Así que mi carne se quemara si no puedo mantener mi
juramento — ah—
La muñequita se encendió brevemente y se desmoronó. Su
palma estaba con hormigueo pero no quemada.
Los hombres sonrieron y se daban palmadas en la espalda. A
excepción de Joe, que sólo eructó. Campanas mudas, pensó
Lucas, mientras él se sacudió las manos.
Luego se encontró con la mirada sardónica de Gloria. La
superstición tiró de él. Por un momento, se sintió como si
realmente había convocado una maldición. Una vez que
Angeline se fue, la música fue encendida de nuevo, más
cerveza fue traída de la nevera, y los hombres mayores
comenzaron a jugar a las cartas.
Jacko se fue a buscar comida. Volvió con patatas fritas y un
trío de prostitutas guapas, que procedieron a colocarse sobre él,
Nate y Chunk.
—Conozcan al Prince Harry—dijo Nate.— Él nos estará
ayudando un rato.
Las chicas chillaron de risa.
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—Me voy a sentar en su trono algún día cualquiera—,
cacareó la más gorda.
Lucas sonrió educadamente. Fue un alivio cuando Angeline
volvió a aparecer.
—Nuestro nuevo recluta está muerto a sus pies—anunció,
antes de dejar caer un montón de hojas en el regazo de la
Gloria — Es hora de mostrarle el pent-house. Continúa.
Gloria se levantó torpemente. Lucas recogió su bolso y la
siguió hasta el pasillo.
—Entonces, ¿cuál es tu papel en este establecimiento? —
preguntó, tratando de aligerar el ambiente. —¿Servicio de
limpieza?
Empujo la ropa en su pecho de él.
—Control de plagas.
Subieron las escaleras estrechas hasta la parte superior de la
casa. Lo que Lucas podía ver del resto del edificio estaba
oscuro y destartalado, y el ático no era diferente. Estaba
amueblado con un colchón, un lavabo y un montón de sillas
rotas. Desde algún lugar de afuera, un perro aulló.
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—Esto va a ser tuyo por todo el tiempo que estés aquí—le dijo
Gloria—.El inodoro y la ducha están atrás en la planta baja. O
siempre puedes mear en el lavabo.
Lucas logró no estremecerse.
—Yo estoy en el otro lado de esto—Ella apuntó a la pared—
Así que voy a darte un golpe a la hora de levantarse y brillar. Tía
Ángel quiere que te dé el gran tour de la mañana.
—Bueno. Um. . . gracias.
—Todo es parte del servicio—Sus ojos se posaron sobre él— Ese
fue un truco muy bueno con el viento y el silbido. Parece que
tienes este aquelarre comiendo de la palma de tu mano.
—Sólo estoy haciendo mi trabajo.
Su labio se curvo.
—Bueno, no te pongas demasiado engreído. Haciendo
amigos con los Morgan será una cuestión diferente.
—Créeme, yo no subestimo el desafío.
—No subestimes a la gente de aquí, tampoco.
A la luz de una bombilla desnuda, su rostro de ella era todo
hueso y sombras. Eran tan diferentes como era posible para dos
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personas, sin embargo, sabía que tenían una cosa en común. Su
madre también había sido arrebatada a una edad temprana —
no por los crímenes de bruja, es cierto, pero como resultado de
su legado. Angeline había dicho a la Dirección de Witchcrime
que Gloria quería justicia para su madre, y la oportunidad de
una vida normal. Mirándola ahora, Lucas no estaba tan seguro.
Las peleas de sangre en el aquelarre iban a la búsqueda de la
venganza, no a la corrección de errores.
Cuando se fue, Lucas se quedó absolutamente quieto
durante un minuto, dejando que el vacío pase sobre él. Luego
roció gel de ducha en todo el fregadero y el grifo. El sonido del
agua era calmante. Un espejo compacto había sido pegado
encima del lavabo con tachuelas azules, esta vez, sin embargo,
evitó la cara de Harry. Deseó tener algo, cualquier cosa, suyo.
Un libro, una postal. . . incluso su viejo reloj.
Música seguía bombeando de abajo. Lucas se acostó en el
colchón hundido y cerró los ojos. Trató de no pensar en la última
vez que vio a su padre, su abrazo hecho torpe por el peso de las
cosas no dichas. A partir de ahí, sus pensamientos se trasladaron
a su madre. Se preguntó qué clase de diferencia su fae habría
hecho con ella. Se preguntó qué pensaría si pudiera verlo
ahora. Pasaron varias horas antes de caer dormido.
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Capítulo 18
Traducido por Nanami27
Corregido por LilikaBaez
n el otro lado de la pared, Gloria yacía con los ojos
abiertos y despiertos también. Ella imaginaba al brujo de
la Inquisición merodeando al lado, planeando su
próximo movimiento. Era un brujo fuerte, eso era seguro.
Tan pronto como él había comenzado su hechizo, su
séptimo sentido había sentido el salto del fae y el crujido en el
aire entre ellos. No tenía miedo de él, al menos, no en la manera
que tenía miedo de Charlie Morgan. Pero la ponía nerviosa.
Como resultado de su mala noche, Gloria durmió a través de
su alarma y no se levantó hasta el mediodía. Aun así, el sueño
adicional le había hecho bien. Se sentía optimista y alerta. En
primer lugar, decidió, solucionaría el lío con Patch y la
contabilización. Entonces se mostraría a Harry. Podría estar más
próximo una vez que lo atrapara solo, lejos de la asamblea de
brujos.
Había una línea segura a la oficina de Charlie Morgan, en el
sótano de la sala de reuniones. Estaba amueblado con un
teléfono, una computadora y una maltratada mesa de
conferencias y sillas. Medio esperaba poder dejar un mensaje,
pero su llamada fue respondida con un irritable—: ¿Qué?
E
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—Buenos días, Tío C.
Monstruo. Asesino. Voy a hacerte caer…
Fríamente, ella explicó la situación con el hermano de Patch,
la deuda de juego y confirmó que el dinero sería devuelto al
final del mes.
Había una pesada respiración al otro lado de la línea—.
¿Entonces qué sigue?
—¿Cómo decirlo? Hice lo que querías y conseguí tu dinero en
efectivo. Patch nunca significó ningún daño. En cuanto a
Papá… bueno, es de tacto suave. Pero él sabía que Patch haría
lo correcto por él.
Charlie hizo un sonido burlón—. La cabeza de tu papá está
tan lejos en las nubes que está prácticamente en Plutón. Es lo
que sucede cuando una asamblea de brujos pierde su camino,
sin disciplina, la gente toma ventaja.
—Tal vez sea así. En cuyo caso, conseguir de nuevo el buen
camino y restaurar la disciplina, es mi problema. Y los asuntos de
Cooper Streets.
Contuvo el aliento, tratando de visualizar al hombre al otro
extremo de la línea. Los astutos ojos crueles, el rostro bien
alimentado. ¿Había ido ella demasiado lejos? Hubo una larga
espera antes de que respondiera.
—Si no eres cuidadosa, no habrá muchos asuntos restantes.
Necesito ver resultados, Gloria. Estoy dependiendo de ti.
Él colgó. Asesino, articuló al teléfono. Bastardo. Escoria
asesina, bastardo traicionero.
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Acababa de levantarse para irse cuando Jacko y Earl
pasaron por la puerta. Estaban hablando de Harry.
—… Solo me encontré con él una vez— estaba diciendo
Jacko—. Es divertido, sin embargo. Parece más joven de lo que
recordaba.
Earl rió entre dientes—. Tanto mejor para nosotros. Está
acostumbrado a vivir flojamente también. Cualquiera puede
verlo.
—Ustedes no son de madrugar—comentó Gloria, antes de
que pudieran preguntar qué estaba haciendo allí—. ¿Qué
pasa?
—Tengo que comprobar las ventas en línea de perfumes—dijo
Jacko—. La computadora de arriba sigue fallando. —Encendió
la computadora—. El Chino Dave telefoneó, dijo que hay un
problema con el último pedido de DVD. Nate ha ido a hablar
con él, y se llevó a Harry consigo.
—¿Hablas en serio? Pensaba que se suponía que Harry debía
estar recostado. No siendo paseado por ahí como un preso
caniche. A este paso, tendremos a la Inquisición olfateando
nuestra puerta antes de que la semana termine.
De hecho, la imprudencia de Nate hizo su propio trabajo más
fácil. La asamblea de brujos del miércoles estaría sobre Harry
aún más rápido. Aunque no podía creer que nadie más hubiera
considerado los riesgos.
Earl parecía incómodo—. Les dije que sean cuidadosos. Y
Nate juró no decir una palabra…
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Pero Gloria ya estaba corriendo por las escaleras hacia el
ático Número Siete. Si Nate y Harry estaban con el Chino Dave,
desaparecerían por al menos una hora. Era la oportunidad
perfecta para investigar el glamour de Harry.
Si Gloria hubiera querido exponerlo públicamente, necesitaría
destruir el amuleto que estaba usando. Ella solo quería ver a
través de su glamour sin que él supiera. Esto significaba revertir el
hechizo involucrado.
Gloria sabía que una ilusión de glamour podía durar más que
su amuleto por algún tiempo, dependiendo de su contacto con
el brujo que lo había elaborado. Pero para estar seguro, Harry
estaría usando un amuleto cerca de su piel. Para estar aún más
seguro, tendría un repuesto prefabricado. Ella podía trabajar en
eso con la misma eficacia.
Su búsqueda comenzó con los distintos rincones y grietas en el
ático. Todo lo que encontró fue polvo. A partir de ahí, fue a
través de la pila de ropa doblada en el colchón, comprobando
las costuras. Entonces se movió a la bolsa de deporte. Su forro
ya había sido rebuscado por Nate, y no encontró nada nuevo.
Se sentó sobre sus talones y contempló la habitación. Tan
malditamente limpia. El contenido de la bolsa de aseo estaba
acomodado tan pulcramente como la ropa. Cepillo de dientes
y dentífrico, gel de baño, franela y el resto estaban todos
alineados a un lado del lavamanos. El único artículo que faltaba
era el desodorante, que estaba en un bolsillo lateral con
cremallera por la otra parte del bolso vacío. Esto le pareció
extraño porque todo lo demás estaba cuidadosamente
acomodado.
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Gloria le dio una sacudida al envase, y sintiéndose tonta, lo
roció fuera de la ventana. Bien, así que funcionaba. ¿Y ahora
qué? Ya había gastado veinte minutos en la búsqueda. Eliminó
algo de su irritación en el envase, retorciéndolo en sus manos
con frustración. Fue entonces cuando la base se abrió y un
pliegue de papel sucio cayó. Bingo.
Ahora, el verdadero trabajo podía comenzar.
Primeramente, tenía que cubrir sus huellas. Mejor que fuera
sencillo: crearía alguna historia sobre tener que “pedir prestada”
la bolsa de Harry, y presentárselo con un reemplazo después. Ya
que él no podía armar un escándalo sobre un desodorante
perdido, solo tendría que elaborar otro glamour tan pronto
como pudiera.
En segundo lugar, tenía que encontrar un punto de ventaja
para deshacer el glamour. Necesitaba tener una visión clara de
su objetivo, sin embargo, mantenerse fuera de vista a sí misma.
Era más fácil decirlo que hacerlo. Pero la suerte estaba de su
lado. Era un día soleado, y cuando Nate y Harry regresaron a las
doce, fueron directamente hacia la parcela cubierta de maleza
que era el jardín trasero del Número Siete. Chunk avanzó,
llevando pizza y cerveza. Gloria podía hacer el trabajo desde la
seguridad de su propia habitación.
Sacó una mesilla por la ventana y colocó un espejo boca
abajo, para usarlo como un tablero de hechizos. Si iba a
deshacer el hechizo, necesitaba revocar la mayor cantidad de
sus componentes como fuera posible. Muy cuidadosamente,
desdobló el amuleto. Estaba pegado por una pasta de ceniza y
fragmentos de un polvo desconocido. Lo estiró rectamente
para examinar al pequeño hombre muy delgado con mejillas
rosadas y cabello amarillo garabateado. Cuando lo tocó, pudo
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sentir el cálido Beso del Diablo debajo de su clavícula responder
al fae impreso en el papel.
Gloria sacudió gran parte de la mezcla de cenizas tanto
como le fue posible, antes de lamer su dedo índice y frotarlo por
el polvo. Entonces ella tomó su borrador. Estaba alegre de que
la imagen no hubiera sido hecha con tinta; trabajar con Tipp-
Ex1 habría sido molesto y duro de controlar. Mirando a Harry en
el jardín, bebida en mano, tomó el borrador y lo arrastró en
lentos y fuertes movimientos a través del hombre muy delgado
de pelo rubio. Su fae fluyó a través, borrando al fae trabajado
en las líneas y oscureciendo la imagen.
No fue fácil. El lápiz no se desvaneció como debería. El fae del
otro brujo era resistente al suyo y el esfuerzo envió alfileres y
agujas a través de su mano. Su Beso del Diablo dolía. Aun así,
Harry parecía borroso. Como una pintura de acuarela que se
había mojado. Finalmente, tomó su nombre, un nombre falso
para una identidad falsa, y lo descosió. Lenguaje hacia atrás
era el lenguaje de las reversiones. Sekuj Yrrah susurró, mientras
los ojos de lápiz marrón se hicieron más débiles y
desaparecieron las mejillas con lápiz de color rosa. Sekuj Yrrah.
Ahora su visión de Harry no era nada sino pelusa gris. Gloria
presionó el andrajo de papel entre sus manos. Sekuj Yrrah, dijo
por tercera vez, esta vez imperativamente. Sus ojos le
escocieron y se aguaron. Y cuando la niebla se despejó, un
muchacho pálido y delgado con cabello oscuro estaba
mirándola por la ventana.
A pesar de sí misma, comenzó a alejarse en estado de shock.
Él realmente era de su edad, no sólo algún casi-adulto de veinte
años de edad. ¡Un chico brujo con poderes casi iguales a los
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suyos! Ya debía ser una importante figura en IBAS si ellos y la
Inquisición le confiaban un trabajo encubierto.
¿Quién era él y de dónde venía? Tenía mejor aspecto que su
glamour pero ella no contaba con que él y ‘Harry’ fueran tan
diferentes en el fondo. Podías detectar el tipo de escuela a
millas de distancia. Como esos tontos en uniformes verdes en la
parada del autobús el otro día. Tenían un aire. Uno brillante y
refinado… Tal vez esa era la razón por la que este chico parecía
un poco familiar. Apostaría que no estaba usando su majo
acento, o ese arrogante modal. Créeme, no subestimo un
desafío.
Pero a Gloria le gustaba el desafío también. Ver la verdadera
cara del brujo sólo había aumentado su curiosidad.
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Capítulo 19
Traducido por candas_12
Corregido por LilikaBaez
l rostro de la muchacha en la ventana era una mancha
lejana, pero había algo en la forma en que ella miraba a
Lucas que le inquietaba a él. De repente, desapareció
de la vista. Lucas volvió a pretender apreciar la última
anécdota de Nate.
Todas eran más o menos la misma. El viaje de la mañana al
proveedor de DVD había sido sobre todo una excusa para que
Nate sobrevalore sus "contactos internacionales", como si fuera
una especie de cerebro de la alta clase criminal. Ahora ellos
estaban en el jardín costroso, de pie entre los cardos como los
perros miserables gimiendo y escribiendo en el otro lado de la
pared. Lucas sólo había tenido un par de horas de sueño y se
sentía hueco por el cansancio.
—No se preocupe si Gloria actúa un poco adolorida, por
cierto —le dijo Nate—, ella puede ser una arrogante pequeña
vaca. La tía A le arruinó, llenó su cabeza con cuentos de hadas
de las chicas de estrellato Starling. El que hayas venido aquí
puso su nariz fuera de su sitio.
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—¿De quién nariz es esa? —dijo Gloria, saliendo de la casa—.
¿Y dónde está mi jamón y piña?
—Pizza es para aquellos que se lo merecen —dijo Chunk—.
Hemos estado trabajando toda la mañana.
— Exactamente —dijo Nate, con la boca llena —¿No deberías
estar fuera aprendiendo tus tablas de multiplicar o algo así?
—¿Y tú no deberías aprender a cerrar la boca cuando estás
comiendo? —Ella tomó un trozo de pizza de la caja. —Tía me
necesita para hacer las rondas. Ella quiere que el príncipe Harry
venga conmigo.
—Esa es mi bolsa —dijo Lucas, con el ceño fruncido. Gloria la
tenía colgada sobre un hombro, y parecía estar rellena con
paquetes de cigarrillos.
—Sí. Tenía que pedirla prestada —dijo despreocupadamente
—. Ahora, ¿vas a venir o qué?
—Pregúntale bien —dijo Nate —. Él no está para que le
ordenes.
—Pero tú tampoco eres el jefe —replicó Gloria.
Lucas fue tras ella dentro de la casa.
—Eh… tal vez debería llevar la bolsa.
—No eres un caballero. —Ajustó la correa —.Por suerte para ti,
no soy una dama.
Él trató de tranquilizarse con la idea de que incluso si alguien
pudiera descubrir el amuleto dentro del desodorante, no había
nada que podrían hacer con él. Por lo que había visto de los
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esfuerzos de la tía Ángel poner la muñeca de papel en llamas,
ella era una bruja de muy baja calidad.
—Así que dime lo que estamos haciendo exactamente —le
preguntó él mientras se ponían en marcha por Cooper Street.
—Conocer a los vecinos.
Resultó que la bolsa contenía paquetes de carne picada, té,
chocolate barato, junto con cigarrillos. Gloria estaba
repartiendo cajas, sobornos, pensó Lucas, para los locales del
territorio de Cooper Street. Ellos estaban en su mayoría visitando
madres jóvenes y ancianos. Fue una oportunidad para que la
gente se quejase de los alborotadores en la finca, y la lista de
varias quejas pequeñas (una canilla que goteaba, una
cerradura rota) que el Consejo no habían ido a arreglar. Gloria
escribió esto abajo.
—Earl es bueno con las cosas de bricolaje —explicó—. Él
rondará más tarde.
Ella no sólo repartió comida y cigarrillos. Había que trabajar
también. La Tía Ángel había elaborado pequeños amuletos
para la buena suerte y la salud, o la búsqueda de objetos
perdidos. La gente pagaba por ellos, entre veinte y cincuenta
libras. Lucas se preguntó cómo podían permitirse esto en
beneficios. También dieron a Gloria el chisme local: las idas y
venidas, las peleas y los romances y los sospechosos acuerdos.
Todo el mundo estaba interesado en Harry también.
—Está de becario —habría dicho Gloria, con un guiño y una
sonrisa—, o es un proyecto especial de la tía Ángel. Y, vas a
estar escuchando un montón más de él.
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Varios preguntaron si él era el "nuevo novio". Para los más
jóvenes, Gloria movía su pelo con coquetería.
—¿No puedes ver que estoy fuera de su alcance?
Para los mayores, ella daría un suspiro de pesar fingido.
—Él es un muchacho de la alta ciudad y yo soy una chica de
East End. Sabes que nunca podría funcionar.
Hasta ahora, Lucas sólo había visto dos lados de Gloria:
alborotada o feroz. Ésta era una Gloria totalmente nueva:
alegre y paciente con los viejos, afable con las madres jóvenes.
Por lo menos, ella sabía cómo trabajar una habitación.
Le sorprendió cuán fácil era aceptar a estas personas, no sólo
por cómo organizaban los crímenes, sino el ser un brujo en
general. Un par de las viejas beatas que visitaron tenían fotos de
los gemelos Starling enmarcados en sus repisas. Había habido un
aquelarre en Calle Cooper durante casi cien años, y parecía
que los viejos hábitos y lealtades murieron duramente.
Tal vez era sólo que cualquier persona que vivía aquí estaba
agradecida por cualquier ayuda que pudiera conseguir.
Algunos de los nuevos edificios del ayuntamiento no estaban
tan mal. Había unas pocas casas adosadas y desaliñadas pero
respetables. Pero la masa de la finca de Rockwood era una
jungla de hormigón de balcones oxidados, patios y rincones
húmedos y con maleza, con una torre solitaria en el centro. Sus
ventanas se extendían desde la tierra al cielo; montones de ojos
borrosos, observando.
La mayoría de los residentes tenían la misma apariencia
desgastada como su entorno. Había chicas con cochecitos y
sillas de paseo, todavía niños y hombres jóvenes con miradas
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furiosas que estaban alrededor de las esquinas, mirando de
reojo, escupiendo, jurando. Si Gloria estaba nerviosa con ellos
no lo demostró. En sus apretados jeans y su chaleco de piel falsa
extravagante, ella caminó a través de esta tierra con sus
caderas balanceándose y con la cabeza alta.
De hecho, la única característica local que Gloria comentó
era sobre el grafiti rociado en una pared que vio en el interior de
un paso subterráneo que apestaba. Una S roja con una línea
diagonal que cortaba a través de ella, como un signo de dólar
torcido.
—Es el símbolo de la pandilla de Striker —le dijo a él con el
ceño fruncido—. No he visto a alguien tan cerca de la calle
Cooper antes.
—Una pandilla local, ¿verdad? —Lucas conocía las historias
de sudaderas con capucha en la masacre: batallas callejeras
con cuchillos y pitbulls, a veces armas de fuego. Tú no
necesitabas pertenecer a un grupo de brujas para causar
problemas.
—No exactamente. Su líder es este tipo predicador loco. Le
metieron en la celda al parecer. Actúa como si él tuviera una
línea directa con Dios, poniendo al mundo a salvo, al estilo
vigilante. —Ella frunció el ceño de nuevo—. Pero éste no es su
territorio. Ellos deberían saber mejor al venir a Rockwood.
Desde el paso subterráneo, ellos fueron al mini-mercado en el
patio de la finca. Lucas tenía un par de cosas que quería
comprar, incluyendo un nuevo desodorante. Después de su
última visita a casa, Gloria había simplemente tirado la bolsa a
un canal infestado de hierbas.
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—Había tenido un trabajo de tía Ángel en ella —le había
dicho a modo de explicación—, no la queremos rastreándonos.
Lucas terminó de fumar en silencio.
También estaba furioso por su falta de fondos. Todo su dinero
había sido confiscado, aunque Nate le había repartido un
billete de diez esa mañana. El dinero del bolsillo, había dicho
con una sonrisa. El resto lo tendrá que ganar. Era una cosa
pequeña, pero Lucas nunca había tenido que contar sus
centavos antes.
Posteriormente, se llevaron latas de Cola a un banco
garabateado por todas partes con palabras de cuatro letras.
—Hicimos un buen trabajo hoy —dijo Gloria, bostezando —.Uf.
Si las malas lenguas locales no consiguen espías de Charlie al
aguzar los oídos, no sé qué lo hará.
Lucas asintió con la cabeza. El trabajo de base ya estaba
hecho. Pero él no tenía ninguna prisa para volver a la calle
Cooper, y no parecía como si Gloria quisiera tampoco. Ella
había empezado a dar golpecitos a una serie de mensajes en
su teléfono móvil. Distraídamente, tomó un periódico tumbado
debajo del banco.
La portada tenía una foto de Helena Howell, MP, frente a una
manifestación contra la brujería de demostración fuera de las
Casas del Parlamento. Una actualización sobre el ensayo
Goodwin informó que un testigo de la defensa se había rendido
bajo el intenso interrogatorio por el Fiscal Jefe, y admitió el uso
de una coartada falsa. El periodista lo describió como "un raro
éxito para la Inquisición, en un caso que se ha visto afectado
por la perturbación y confusión".
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Todas las noticias parecían ser malas noticias. Se había
producido un robo en un centro de detención para inmigrantes
ilegales un par de meses atrás, y el grupo de solicitantes de asilo
romaníes seguían en la carrera, incluyendo un niño de seis años.
Un miembro del grupo había sido recapturado ayer, y se
prendió fuego en protesta. Lucas pensó, como siempre lo hacía
cuando se enteró de la noticia de este tipo, de la quema de
Bernard Tynan. Otro artículo contenía una entrevista con la
esposa del conductor del tren que había estado bajo la
maldición.
Al parecer, él aún sufría de la alucinación que había
provocado el descarrilamiento. Un monstruoso caballo negro,
cargando hacia él…
Con un suspiro, Lucas volvió a la columna editorial. Su título
era "Ola de brujas de terror', y su autor llamó a ‘una
reevaluación urgente de los derechos y responsabilidades de las
brujas’
Gloria se inclinó y le dio una sacudida al papel.
—Aquí vamos de nuevo. La primera señal de problemas, y
sale el linchamiento.
—La gente está asustada —dijo él en breve—, se sienten
atacados. Y por supuesto, a los medios de comunicación les
encantan agitar a todo.
—Demasiado correcto. Cualquier excusa es buena para
acumular todo brujo a una gran hoguera grande y encender la
mecha.
—En ese caso, las reuniones de brujas están jugando en sus
manos— el bajó la voz —. Sabes tan bien como yo lo que se
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trata todo esto. Es Charlie Morgan y el resto de su tripulación,
utilizando hechizos para hacer descarrilar el proceso Goodwin.
—¿Por qué quieren atraer ese tipo de atención a sí mismos?
Lo más probable es que sea algún chiflado al azar. O terroristas
extranjeros.
—Es el mismo viejo círculo vicioso. Los brujos se quejan de ser
perseguidos, por lo que hieren a alguien o rompen algo en señal
de protesta. Entonces se convierten en ultrajados cuando hay
represalias. Con razón las personas piensan que no se puede
confiar en ellos.
—¿Ellos? —repitió ella—. ¿No eres un brujo también?
Se sonrojó. —Sí. Y soy muy consciente de las
responsabilidades. El Fae es como llevar un arma, algo para ser
utilizado como un último recurso. El fin siempre justifica los
medios.
Sonó pomposo, y ambos lo sabían. La muchacha levantó sus
cejas.
—Para ‘Reina y Ciudad’… Supongo que eso es lo que te
enseñan en IBAS. Lástima que no todos tienen el lujo de ser de
alto rango.
—Bueno, el hecho es que la mayor parte del trabajo que la
ley permanente de brujas cumple es contrarrestar el daño que
infligen otras brujas —Lucas no se dio cuenta que estaba
citando a su padre hasta que él lo había dicho —. Mira la
historia. Mira las estadísticas de delincuencia.
Ella dio un resoplido. —¿Y quién recoge las estadísticas y
escribe los libros de historia, quien preside los debates
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sangrientos? Tú deseas números, está bien. Toma los Tiempos de
Combustión: sesenta mil hombres brujos, mujeres y niños, niños
quemados y torturados hasta la muerte sólo en la Europa del
siglo XVI. El hecho de que yo no hablo elegantemente, no
significa que sea una cerda ignorante —añadió ella.
La muchacha estaba obviamente llevando varias fichas en el
hombro, pero la irritación principal era que ella tenía razón.
Lucas luchó por mantener su nivel de tono.
—La mayoría de la historia humana implica sufrimiento. Pero
cualquier secta de victimismo es peligrosa. Se alimenta de
rencor y venganza, por no decir la creación de mitos.
Los ojos de Gloria destellaron. —¡Los mitos! Mi abuela y mi
bisabuela murieron a manos de la Inquisición. ¿Cómo es eso un
cuento para dormir? —Ella se detuvo y respiró hondo —.
Bueno... tal vez tu familia ha sido una de las afortunadas. Pero
imagínate si no lo fueran. Imagina que tu abuela fuera
asesinada a causa de su Fae. O tu madre. ¿Aún les dirás a las
brujas que mantengan la boca cerrada?
Lucas pensó en el retrato de ensueño en la biblioteca de la
casa.
Su padre había tenido que identificar el cuerpo de Camilla
Stearne, sacados de los restos de su coche en llamas. Él la miró
con disgusto. —Si hubiera sabido que te volverías histérica sobre
esto no lo hubiera traído de vuelta.
Fue probablemente bueno que el teléfono de Gloria los
interrumpiera con el tono de un mensaje de texto nuevo. Por un
momento, había pensado que estaba a punto de pegarle.
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—Es de la tía A. — Ella se levantó, su rostro reponiéndose —. Es
hora de planear tu primer concierto.
‘Pequeño arrogante de mierda’ murmuró Gloria a sí misma.
Con todas sus burlas de clase alta y condescendencia. Pero
mientras caminaban de vuelta, con Gloria marchando por
delante y Harry o quien fuera estaba paseando con las manos
en los bolsillos, ella se obligó a calmarse. Había estado a punto
de descubrirse. Él debe saber que ella ya estaba en la lista de
vigilancia de la Inquisición, no cabe duda de que él había
estado tratando de incitarla a decir algo incriminatorio.
Ellos se reunieron con su padre fuera del Número Siete.
—¿Quién es este entonces? — dijo Patrick con una sonrisa
nerviosa—. ¿Nuevo amigo?
—Papá. Te hablé de esto, recuerda. Él es Harry. Va a hacer un
poco de trabajo para el aquelarre.
—Es bueno conocerlo, señor Wilde —Harry extendió la mano y
Patrick, dando a Gloria una mirada un poco desconcertada, la
sacudió. Harry pasó junto a él a la casa, donde fue recibido
ruidosamente por Chunk y Jacko. Él había dicho que iba a
poner sus compras en su habitación antes de reunirse con ella y
Angeline.
—El pobre muchacho se ve exhausto —dijo Patrick—. ¿Qué
tipo de trabajo está haciendo, de todos modos?
Gloria se controló para no rodar los ojos. Habían pasado por
esto antes. —Es un brujo, papá.
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—Oh, sí, eso es correcto. Pero... Dios mío... si ustedes dos son
vistos juntos, ¿no atraerá problemas? De las autoridades, quiero
decir. Tú no quieres llamar la atención sobre ti.
—La Tía Ángel supervisa. Tendremos cuidado.
—Ya veo… Pero…
—Está bien papá.
—Todo bien, amor. Si tú lo dices. —La frente de Patrick se
arrugó con sus pensamientos—. Bueno, él tiene una elegante
forma de hablar, voy a decir eso por él. Muy caballeroso.
Ugh. Encantando falsamente a su padre así, era asqueroso.
Harry podría ser un títere de la Inquisición, pero Gloria resentía
la rapidez con que había sido aceptado por el resto del
aquelarre. Sólo había estado aquí cinco minutos, sin mirar,
hablar o actuar como alguien que conocían, y sin embargo, ya
era uno de los chicos. Un ladrón caballero real.
Ir a donde la tía Ángel le hizo sentirse mejor. Entre el encaje y
las chucherías de China, las rayas de color rosa caramelo de las
paredes, las chicas Starling todavía reinaban supremamente,
malas, audaces y hermosas como siempre. Cuando Harry llegó,
ella podía ver que sus ojos fueron atraídos a sus fotos también.
Ligeramente, tocó el amuleto incompleto (reducido a un
pedazo de blanco papel sucio) en el bolsillo. Sus ojos con el
glamour habían sido marrón oscuro, pero siempre y cuando ella
llevara el amuleto podía ver su verdadero color azul oscuro.
Supuso que las sombras bajo ellos debían aparecerse en su
encanto también.
—¿Eres un fan Starling? —Ella no pudo resistirse a preguntar.
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Se encogió de hombros. —Sus instalaciones fueron notables.
Sólo pienso que es una pena que no pudieran ponerlas para un
mejor uso.
¡Instalaciones! Era como si estuviera hablando de un aparato
eléctrico. O una cocina bien diseñada.
—Tal vez ellos no tenían opción.
—Siempre hay una opción. Al igual que tú eligiendo
ayudarme.
—Eso es cierto. —asintió la tía Ángel, trayendo una bandeja
de té y galletas. Ella sonrió a ellos a través de la china —.Ahora,
vamos a sentarnos todos, y encontrar el mejor camino para
seguir robando. Leche y azúcar, ¿Harry?
Fríamente, Gloria escuchó a su tía abuela delinear el plan de
acción, asignar roles y discutir los preparativos. Después,
Angeline le dijo a Harry para completar el resto de la secta para
que pudieran comenzar las cosas.
Una vez que él se hubo marchado, ella alargó la mano y tiró
del pelo de Gloria con tanta fuerza que ella gritó.
—¿Qué sucedió con atenuar la sospecha y jugar limpio? Ya
he tenido suficiente de mal humor y berrinches. También lo ha
hecho Harry, por el aspecto de las cosas. Es hora de enmendar
tus modales, niña.
Gloria había estado a punto de presumir de deshacer el
encanto del agente de brujas. Ahora, ella decidió mantenerlo
para sí misma. Últimamente había empezado a preguntarse qué
habría pasado si nunca hubiera obtenido el Fae, y un brujo
desconocido como Harry realmente hubiera sido reclutado por
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la secta. Le gustaría creer que la tía Ángel habría continuado
luchar contra la esquina, a preocuparse de ella como ahora,
pero no podía estar segura. Tal vez habría acabado haciendo
la limpieza de la casa, como dijo Harry.
Dolía que la anciana no pareciera darse cuenta de lo difícil
que era para ella. El debut de Harry en el aquelarre iba a ser
una copia de una de las estafas más antiguas y más audaz de
los Mellizos Starling. Para colmo de males, Gloria iba a tener que
esperar y verlo alardear de su Fae con el triunfo.
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Capítulo 20
Traducido por Nanami27
Corregido por Desafio89
as Gemelas Starling tenían dieciséis años cuando
lograron el robo a la Casa de Cleeve, para un
comerciante de diamantes en Bond Street. Fue su primer
acto de crimen de brujas que golpeó los titulares, porque
habían usado glamours y fascinaciones para bailar el vals
con más de diez mil libras en joyas.
Las ambiciones de Cooper Street eran más modestas. Su
marca estaba en un pequeño joyero de una tranquila calle de
Islington. El gerente era una joven mujer, nueva en el trabajo.
Ella pasaba la mayor parte de sus días leyendo revistas de
celebridades y actualizando su cuenta de Facebook. Había un
guardia de seguridad y dos cámaras de seguridad. La tienda y
sus vitrinas estaban con alarmas y estaba, por supuesto, la usual
campana de hierro sobre la puerta.
El reporte que la gerente dio al dueño de la tienda y que la
policía entabló fue simplemente suficiente. Ella y el guardia
habían estado solos en el local la tarde del viernes, cuando una
adolescente había atravesado la puerta. Su cabello era largo y
oscuro, y estaba usando un pequeño vestido negro y unos
tacones con impresión de leopardo. Había tal vez algo un
L
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poco… común acerca de ella, la gerente pensó, pero su
vestimenta parecía cara. Su cartera Gucci y unas gafas de sol
de Chanel de gran tamaño ciertamente lo eran. Lo que es más,
había llegado en un BMW con ventanas polarizadas.
La chica había dicho que sólo estaba paseando. —Se
suponía que sea por mi cumpleaños. —Su voz era un poco
áspera alrededor de los bordes también—. Pero Blake está harto
de ir de compras. Hemos estado mirando toda la mañana.
Al mirar por la ventana, la gerente vio a un adolescente
descansando por el lado del BMW. Ella hizo una reacción tardía.
Este no era un adolescente ordinario. Era Blake Gordon,
estrella de la franquicia de cine Corazón Herético. Él hacía de
un joven y heroico inquisidor, luchando contra las brujas de
España del siglo XVI. Lo había leído en las revistas, que estaba
en Londres para promocionar la más reciente película, y aquí
estaba sin lugar a dudas. Desaliñado, con una cálida piel
caramelo y hoyuelos, justo como en todos los posters y pap-
shots10. La única diferencia era que era un poco más bajo de lo
que hubiera sabido, y parecía menor de dieciocho años.
En su declaración a la policía, la gerente fue cuidadosa en
explicar que su emoción al verlo era puramente profesional. Ésta
era su oportunidad para hacer una gran venta, y ganar algo de
publicidad para la tienda. Su pulso se aceleró.
Mientras tanto, la chica se estaba probando un zafiro en
forma de corazón y un medallón de oro, poniendo mala cara
10
Pap-shots: unión de “paparazzi” y “fotos”.
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en el espejo. —No estoy segura de que le guste puesto en mí —
dijo ella.
—Tal vez —dijo la gerente— tú… er… amigo, ¿podría querer
entrar y ayudarte a elegir?
La chica se encogió de hombros. —Dice que ha comprado
en exceso. Puede intentarlo.
La gerente no necesitaba ningún estímulo adicional. Se
apresuró en salir a la calle, dejando al guardia de seguridad
vigilar a la chica. Con deferencia, invitó a Blake Gordon a unirse
a ellos adentro.
En un primer momento, la celebridad estaba a la vez de mal
humor y renuente. Pero si hubiera sido encantador desde el
principio, realmente habría parecido demasiado bueno para ser
cierto. Estaba acompañado por su guardaespaldas, un joven
musculoso con cabeza calva y gafas oscuras.
Dentro de la tienda, Blake se acercó a la chica y apretó su
cintura. Ella puso sus manos sobre las de él, apretándolas en
respuesta, y sonrió. —¿Qué te parece?
Ella estaba tratando de decidirse entre dos collares. Uno era el
medallón de oro y el otro un collar de diamantes.
—Cualquiera de los dos, lo que sea. —Blake bostezó.
Atrapando los ojos de la gerente, él hizo brillar la sonrisa que
millones de chicas habían pegado en las paredes de sus
dormitorios. Los poderes de Blake Gordon eran mucho más
seductores que un hechizo. Era, después de todo, una
celebridad.
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Fue entonces que alguien más entró a la tienda. Una mujer de
mediana edad —del tipo anticuado.
—Oh Dios mío —susurró—. ¡Es Alanzo! —Alanzo era Inquisidor
español que Blake Gordon interpretaba en las películas—. Lo
sabía. Te vi a través de la ventana. Alanzo. ¡Realmente eres tú!
El guardia de seguridad movió sus pies con inquietud. Se
estaba poniendo bastante lleno allí dentro: la estrella de cine, su
novia, el guardaespaldas, la gerente —y ahora la fan—. Blake
Gordon le dio a la recién llegada una mirada de cansado
desdén, antes de volver sus atenciones de nuevo a la chica.
Había regresado el medallón a su caja, y estaba quitándose
el collar de diamantes. Había un pequeño problema con una
captura, que se había enredado en su cabello. Blake estaba
ayudándola. Mientras tanto, la fan se puso insistente: diciéndole
cuánto lo admiraba, pidiéndole un autógrafo para su sobrina. El
guardia de seguridad estaba entre ella y Blake, pero la situación
era complicada por el guardaespaldas de Blake, quien se
estaba poniendo agresivo. La gerente trató de intervenir. Hubo
un momento de confusión, voces levantadas y una pelea leve,
antes de que la fan fuera expulsada de la tienda.
La calma fue restaurada, pero el daño estaba hecho. Blake
quería irse. De una vez. Impacientemente, apresuró a su novia,
dejando caer los diamantes en la mano de la gerente.
—Eres una estrella —él murmuró con su suave acento
americano. Sí, había que admitirlo, quedó deslumbrada—, pero
no tan deslumbrada para no echar un buen vistazo al collar.
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Todo estaba como debía ser. Cuidadosamente lo regresó a la
caja y el guardia de seguridad abrió la puerta.
La descontenta fan ya se había ido en una rabieta; ahora el
BMW se alejaba y se dirigía por el camino. El guardia volvió a su
puesto, la gerente abanicó sus mejillas sonrojadas. La emoción
había terminado. No fue sino hasta por lo menos veinte minutos
que miró a la caja y vio que los diamantes habían cambiado a
una baratija corriente de papel, cinta y plástico.
Cooper Street sólo había tenido dos días y un poco más para
organizar la estafa, pero las preparaciones habían sido intensas,
y más disciplinadas de lo que Lucas hubiera creído posible. La
peluca de Gloria era cabello real, pero sus accesorios de
diseñador eran falsos. Así como los números de placa del BMW,
tomado prestado de un vendedor de autos que le debía un
favor al aquelarre. Sólo Lucas tenía un glamour. Usaba el de
Blake encima del de Harry, que aún llevaba puesto, así que la
ilusión original permanecería intacta después de que Blake
fuera destruido. Los otros habían usado los servicios de la
cuñada de Earl, una maquilladora llamada Val. Su trabajo más
dramático fue sobre Nate, que tenía una capa de látex
pegada en la cabeza para convertirlo en calvo. Val había
hecho de la persistente fan, y Patch había sido el conductor.
Robar la identidad de una persona real era muy diferente de
inventar un personaje como Harry, y Lucas sintió una punzada
de culpabilidad por el nombre de Blake Gordon. Los Gemelas
Starling, sabía, habían suplantado a Elizabeth Taylor en su
atraco.
Su primera tarea, sin embargo, fue elaborar el collar de
señuelo. Una fascinación era un hechizo que cambiaba la
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percepción de las personas de su entorno o los objetos que
contenía. El uso más popular para este, era disfrazar los bienes
ilegales y falsificar los valiosos. Usando una imagen de los
diamantes en el sitio web de la joyería como su referencia,
Lucas creó una copia ensartando su fae a través de una cinta
dorada y perlas de plástico. No obstante, no era sólo la
apariencia física lo que tenía que imitar. Las joyas falsas tenían
que asumir el aura de belleza y lujo que las reales
representaban. Como símbolos de este, tomó una brillante foto
de un modelo de una revista, y una rara nota de cincuenta
libras del bote del aquelarre. Humedeciendo ambas piezas de
papel con saliva, los enrolló y retorció en hilos gruesos, que a su
vez había anudado en torno a la cinta dorada. Envolvió el
resultado final en un paño de seda.
La trasformación ocurrió después de que Gloria deshiciera el
envoltorio. Lucas no podía hacerlo solo; una fascinación era
traída a la vida sólo cuando se miraba con ojos nuevos. A todos
los efectos, los diamantes y el oro eran genuinos. A diferencia
del glamour, el objeto había sido físicamente cambiado, no sólo
la percepción de la gente sobre ello. Sino, también fue una
transformación a corto plazo, y necesitaba estar cerca de su
creador para que el hechizo se mantuviera.
Pasar la fascinación a Gloria fue el siguiente desafío. Era el
propósito del ejercicio apretón de cintura. Gloria orquestó el
interruptor final: usando su largo cabello para disfrazar sus
movimientos con la mano, y sus dedos ligeros para sacar el falso
collar de donde lo había dejado caer, en el interior de su
sujetador. Mientras tanto, Lucas la ayudaba a escudarse de la
vista al pretender jugar con la captura. Las primeras veces que
intentaron el traspaso, lo hicieron con severidad y con cara
seria; pero como Lucas se mantuvo dejando caer el pase, Gloria
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se exasperó, luego se divirtió. Cuando se graduaron de la
etapa collar-abajo-del-sujetador, comenzaron a reír —con
culpabilidad, muy avergonzados de que incluso el regaño de la
Tía Angel no podía ponerlos bajo control.
Gloria ciertamente estaba actuando más amigable con
Lucas, aunque él nunca la había sentido relajarse
verdaderamente en su presencia. Estaba a regañadientes
impresionado de su juego de manos. Se acordó de la
precaución por hurto registrado en su expediente.
Probablemente ella había jugado al carterista incluso desde
que estaba en pañales.
Después de la laboriosidad de sus ensayos, lo real parecía
haber terminado en segundos. Tratando de recordar que era
como ver un clip de una obra cinematográfica a doble
velocidad. Lucas aún se estaba acostumbrando a la oscuridad,
la dulce sensación del fae, y todavía desconfiaba. Pero la
euforia más tarde, cuando se metieron al coche de huida, fue
menos compleja. Era pura adrenalina.
Lucas rompió el glamour de Blake, Nate se quitó la calva y
Gloria su peluca. Todos estaban jadeando y riendo. En el asiento
delantero, Nate gritó y golpeó el aire. Patch estaba cantando.
Gloria se volvió hacia Lucas, con el cabello derramándosele
sobre el rostro, y bamboleó los diamantes frente a él. Por primera
vez, realmente tomó en consideración lo hermosos que eran: luz
de luna sobre hielo.
—Dime que no fue divertido. —Sus ojos eran tan brillantes
como las piedras resplandecientes, su risa burlona y triunfante.
Lucas le devolvió la sonrisa.
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Se dijo que sólo era una actuación. Una aventura de la
delincuencia, como en las películas o en una novela de
detectives de pacotilla. IBAS había sido advertido de la
escapada. Él se había escabullido del aquelarre durante un
descanso en los ensayos, usando una elusión de hacer su
camino a una cabina de teléfono público. Hubo un número
especial para marcar. Murmurando a la línea hacia el operador
del servicio secreto, se sentía tan farsante como el collar de
señuelo.
Veinte minutos después de su huida de la tienda, Patch se
detuvo en un estacionamiento subterráneo abandonado. Se
estacionó para cambiar los números de la placa y limpiar el
claro BMW de huellas dactilares. Los otros tres, sin dejar de
hablar en voz alta y sobrexcitadamente, se dirigieron a Cooper
Street para mostrarle a Tía Angel su premio.
Las gemas valían poco más de tres mil libras, una considerable
suma para el trabajo de tres días, pero apenas valía el riesgo
envuelto. Ese no era el punto. El robo había hecho las noticias
de la noche y estaría reportado en todos los periódicos
mañana, añadiendo al frenesí sobre la huida, el pico de crimen
de brujas. Nadie omitiría la conexión con las Gemelas Starling. Y
el Aquelarre Wednesday estaría tan intrigado como todos los
demás.
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Capítulo 21
Traducido por Edgli
Corregido por Edgli
La calle Cooper celebró hasta tempranas horas del sábado
en la mañana. La tía Angel se quedó hasta tarde también,
descorchando botellas de champaña junto con historias del
triunfo de Starling.
—Tienes dedos de ladrona, te diré eso —le dijo Nate a Gloria,
palmeándolos con aprobación de borracho. Atajó un vistazo de
Harry y casi rió. Por un momento allí en el BMW, casi olvidó lo
que él era. Ruborizado por su éxito, su arrogancia ida, ojos
azules sonrientes, parecía una persona real por un momento. De
ahora en adelante, tal vez las cosas serían más fáciles entre
ellos.
Gloria sólo se permitió un trago o dos de champaña, gracias
al brillante y pequeño ojo de la tía Angel y la necesidad de
mantener la mente despejada. Pero estaba ebria de felicidad.
Casi no importaba que no hubiera podido hacer brujería. Su
escapada tenía todo el color y el brillo que podría haber
deseado. Esto, se dijo a sí misma, era cómo iba a ser una vez
que los hermanos Morgan recuperaran sus derechos y Harry
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Quienquiera-que-sea se haya ido, y ella fuera libre de reclamar
su herencia. Esto era sólo el inicio.
La mañana después, Gloria decidió prolongar el ánimo festivo
comprándole a todo el mundo donas para desayunar. Pasando
el cuarto de su padre, pudo oír los inevitables sonidos de su
consola de videojuegos. Había estado mas disperso y distraído
de lo usual en la fiesta de anoche, y sólo estuvo por un corto
periodo de tiempo. Ella sabía que era infeliz por el hecho de su
participación en el atraco. Ni siquiera admitiría que se veía
bonita con los diamantes, sin importar lo mucho que la tía Angel
lo molestara. Ahora él parecía ser la única otra persona
despierta. A las once y media, el salón aún estaba lleno de
cuerpos expuestos y burbujeantes ronquidos.
La panadería sólo estaba a diez minutos caminando. Gloria
estaba apenas dejando la tienda cuando un Mercedes
plateado se estacionó afuera. Troy se inclinó por la ventana.
—Justo a tiempo, estaba de camino a visitarte. Sube.
Cada pulgada de él se veía como un joven empresario, en su
traje azul intenso, laptop y un maletín de cuero en el asiento de
atrás. Los gánster exitosos necesitaban ser buenos hombres de
negocios. Pero Gloria estaba lista para la segunda tanda de
negociaciones. A diferencia de la última vez que él le había
dado una sustentación, todas las cartas estaban en sus manos.
Fingiendo reluctancia, se sentó en el asiento del copiloto y
colocó la grasienta bolsa de donas en el tablero. Troy levantó
una ceja.
—Un momento en la boca, una vida entera en las caderas…
—citó.
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Gloria mordió una de las donas ostentosamente, para que así
cristales de azúcar llovieran en el interior de cuero del auto. Él
abrió los ojos. Bien. Con un poco de suerte, haría que hubiera un
poco de glaseado también.
Momentos después estaban girando en la calle Cooper. Troy
estacionó al final de la vía, justo como la última vez. Ninguno
hizo ningún ademan de moverse para salir.
—Felicidades por el brillo —dijo él.
—Gracias —replicó a medio bocado. Sacudió los eslabones
en su muñeca—. Mercado Talbot Road. Cinco por una libra.
—Calculo que puedes hacerlo mejor. Los diamantes son los
mejores amigos de las chicas, después de todo.
—Ohhh… ¿Cómo en un anillo? Porque debo decirte Troy, no
soy del tipo que se casa.
—No te hagas la linda conmigo. —Sus ojos se estrecharon—.
Todos sabemos que la estafa de Blake Gordon fue la de la calle
Cooper. Papá esta que echa humo y mamá está peor.
Gloria se encogió de hombros, y sacudió más azúcar de sus
manos.
—Todo el mundo está de acuerdo en que tuvo que ser una
de las hazañas mas sin sentido en la historia. ¿Qué has mostrado
tú? Un par de gran poxy, y tu propia cacería de brujas. —
Sacudió la cabeza—. Ya hemos tenido una denuncia de vientos
y un accidente de tren, y ahora ha habido un ataque justo
fuera de la inquisición. Crímenes de brujería, todos ellos. Antes
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de que sepamos, habrá toques de queda, arrestos y
linchamientos. Justo como en los viejos tiempos.
—Suerte la mía entonces que no soy una bruja. —Se inclinó
por otra dona. Troy aplastó la bolsa con su mano.
—Pero conoces a un chico que sí lo es. Infierno de
embrujamiento, Gloria, incluso si no fuera por la hazaña de ayer,
el nuevo chico Brujo de la calle Cooper será el nuevo tema de
conversación de la ciudad. Tu vestimenta filtra información
como un colador roto.
—La gente tiene que saber que tenemos activos.
—Los activos de la calle Cooper son los compromisos del
Aquelarre Wednesday. Eso es por lo que los nuevos reclutas
necesitan nuestra aprobación: nosotros hacemos el chequeo, y
hacemos las preguntas.
—Olvida el chequeo. Harry tiene forma. La tía Angel ha
estado escudriñando en él por semanas. —Se apartó el
cabello—. Yo, no veo porque es el alboroto. Su magia puede ser
el hazme hablar, pero no es nada especial.
Ella y Troy sabían que el trabajo de ayer requería de brujería
del más alto nivel. Es por lo que lo habían enviado a hablar con
ella. Pero la situación era más plausible si hablaba mal de Harry,
y dejaba que Troy viera sus celos y resentimiento.
—Toda magia es especial. Es por lo que es peligrosa. ¿Estás
segura de que este chico es lo que aparenta?
—Sí, la peor suerte.
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—¿Por qué?
—Porque es un idiota.
Troy dio una sonrisa reticente. —Bueno, papá y los tíos quieren
conocerlo. Esta noche en el Gemini. Puedes venir también… a
menos, por supuesto, que tengas un medio atraco estupendo
que planear.
Saltó fuera del auto y golpeó la puerta.
—Hey, ¿Ni siquiera me dirás adiós?
Se inclinó a través de la ventana y sacudió sus pegajosos
dedos en el tablero. —Puedes quedarte con las donas.
Desde la ventana del número siete, Lucas vio a Gloria
inclinarse hacia el Mercedes. Parecía como si le diera al
conductor un beso de despedida.
Nate se cernía a su lado. —Despedida zalamera. Deberías
saber que él ha estado por los alrededores hace mucho.
—¿Quién es?
—Troy Morgan. —Nate se extendió en un cenicero
rebosante—. Él y Gloria son bastante unidos. Ella reconoce que
él es su pasaje para salir de aquí.
En medio de su resaca, todo el buen humor de ayer se había
ido. Miró a Lucas torvamente. —Mejor que te cuides. Apuesto
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que Gloria ha estado susurrándole cosas sobre tus trucos de
brujería y tú al oído. Troy no aceptará amablemente la
competencia.
Lucas ya sabía que Troy era una fuerza que se debía tomar en
cuenta. El heredero para el Aquelarre Wednesday estaba
estudiando finanzas y negocios económicos en la Universidad
Imperial. El entrenamiento perfecto para una carrera en
extorsión, chantaje, robo y fraude.
Había algo desagradable sobre que Gloria estuviera con un
matón resbaloso como Troy. Era mucho más viejo, y su primo
segundo también. Pero Troy podría ver un buen ligue con Gloria,
suponía Lucas, recordando las adolescentes cansadas de
empujar cochecitos por la finca, y las maliciosas miradas de
lobos que habían perseguido su propio progreso. Viéndola
desde la ventana, ociosamente se preguntó qué vería ella si
sacaba un poco de esa porquería cosmética de su cara.
Desearía poder raspar a Harry. En principio, había sido
asegurado por la protección del estilo. Después de cuatro días y
noches de eso, era como si su antiguo yo, su verdadero yo, no
fuera sólo invisible sino inalcanzable. Sentía la pérdida cada vez
que hacía un gesto con las manos de Harry, o respondía a
alguien con el ceño de Harry o su sonrisa. El agente Andrew
Barnes había vivido de encubierto como Harry por un par de
meses. Lucas se preguntó cómo pudo mantener la cordura.
Extrañaba otras cosas también. Una cama apropiada y una
ducha que funcionara. Limpieza. Tranquilidad. Conversaciones
normales y comida verdadera. Tratar de no fijarse en las
grandes cosas hacía más difícil sacudirse las pequeñas.
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Esto hacía su reunión con Zoey esta tarde más importante. Era
su única oportunidad de contactar con alguien que conociera
a su verdadero yo. También tendría un mensaje de su padre. No
importaba cuán breve o restringido. Sólo un par de palabras
serían suficientes. Algo a lo que aferrarse, para hacerlo sentir
como una persona de nuevo.
También había cosas de las que quería hablarle, como lo
inquieto que se sentía sobre Angeline. La vieja mujer era mucho
más alerta y activa que lo que aparentaba al principio. Y
estaba el problema de Troy. Lucas desconfiaba de él y de sus
insinuaciones, pero si Gloria tenía algo con su primo, ¿pudiera
ella estar comprometida?
Estaba de vuelta en el ático, tratando de distraer sus
pensamientos con la revista de futbol de Jacko, cuando Gloria
entró. —Está hecho —dijo—. Tú y los hermanos Morgan. Esta
noche.
La emoción y el miedo se alzaron sobre él. Trató de que
ninguna de las dos se mostrara. —Eso fue rápido. Yo… bueno,
mejor dejo mi control ahora.
Ya habían arreglado que Gloria y la tía Angel le cubrieran
mientras él se encontraba con Zoey. Pero Gloria sacudió la
cabeza.
—No podemos arriesgarnos. El Aquelarre Wednesday estará
indagando e investigando como locos. Troy me dijo que están
haciendo chequeos completos.
IBAS había dejado un falso rastro de reportes escolares,
médicos, registros biométricos y otra evidencia documentaria
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para que un hacker o un investigador descubrieran. Esta era la
verdadera prueba de la identidad de Harry Juke, y Lucas
estaba completamente al tanto de que su propia seguridad
dependía de su éxito.
Gloria le acercó un móvil barato. —Puedes llamar para
reprogramar esto. Está preparado, y nos desharemos de esto
después. Ahora no es el momento para tomar ningún riesgo.
El club Gemini fue nombrado por el primer negocio legítimo
de los hermanos Starling, un bar cabaret en Soho. Este antiguo
lugar para pasar el rato de los ricos e infames era ahora parte
de una cadena de cafeterías. Pero los hermanos Morgan
continuaban invirtiendo en la vida nocturna de Londres, y
habían revivido la marca Gemini en memoria de su madre y tía.
Lucas conocía el lugar por su reputación. Un dilapidado salón
de música Edwardiano, que ha sido convertido en un lugar de
música en vivo y un club hace diez años. A diferencia de las
otras inversiones de los Morgan, estaba en el rudo final del
pueblo, cerca del mercado de Talbot Road. Incluso si fuera lo
suficientemente viejo para entrar, no era el tipo de lugar al que
sus amigos y él aspiraban.
Muchas otras personas sí, sin embargo. A las once y media en
un sábado por la noche la cola de entrada ya se extendía muy
lejos bajando por la calle. Muchos de los aspirantes estaban
vestidos elegantemente: de acuerdo con los folletos, el tema de
la noche era Miedos y Fantasías. Lucas y Gloria se vistieron de
forma oscura y Gloria desfiló a la parte delantera de la fila para
intercambiar bromas con el gorila.
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Se volvió hacia Lucas. —Paul dice que vayamos
directamente. Le hará saber a Troy que estamos aquí.
A pesar de la multitud de personas, el lugar se sentía
cavernoso, su escenario barrido, sus anchos balcones y sus
lujosas cajas como recordatorio de su antiguo rol de teatro. El
hecho de que la pintura estuviera pelándose y las chispas
doradas sólo eran una adición a su aire decadente. Así como
los disfraces en exhibición, aunque no estaba siempre claro
cuáles eran de miedo y cuáles de fantasía: alienígenas,
payasos, reinas y soldados se mezclaban con hombres vestidos
de mujer y mujeres de la servidumbre. Nadie estaba vestido de
bruja, en los estándares de los cuentos de hadas, sombreros
puntiagudos y bastones torcidos. Eso no hubiera sido atrevido,
sólo peligroso.
Gloria se movió fácilmente entre la multitud, hombros y
caderas moviéndose con el ritmo de la música. Sus párpados
estaban llenos de sombra negra, sus labios rojos, brillantes como
sus uñas. Sus pómulos estaban iluminados con brillantina y su
cabello dispuesto en una melena rubia despeinada. En el calor
oscuro del club, no lucía exagerada, sino exótica.
Entonces, increíblemente, Lucas vio un rostro que reconoció.
Habían ido entre el bar principal y estaban esperando para
llegar a las escaleras e ir a la pista de baile cuando captó un
vistazo de alguien vestido con una capa roja y negra de la
antigua Inquisición. Gideon.
Lucas se estiró para tener un mejor vistazo. Gideon era la
última persona que esperaba ver en un lugar como éste; lo que
es más, estaba en una conversación profunda con un hombre
joven de rostro huesudo, bastante tatuado vestido con un
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chándal blanco. Estaban acurrucados juntos en uno de los
asientos de terciopelo del bar. Como si sintiera la mirada de
Lucas, Gideon se volteó. Sus ojos se encontraron, y Lucas
retrocedió confundido. Por un segundo había olvidado el estilo
escondiéndolo. Pero Gloria estaba tirando de su brazo.
—Vamos —dijo—. Es por aquí.
Estaban yendo a la salida derecha del escenario, lo que una
vez había sido los establos y ahora era la pista de baile. La
puerta tenía una caja de campanas dispuestas en el dintel, y un
gorila fortachón delante de su señal de Sólo Personal. En el
escenario, acróbatas vestidos de cuero negro atravesaban un
aro. Lucas no hubiera estado completamente sorprendido si
Charlie Morgan aparecía a través de una puerta oculta en una
bola de humo, como el villano en una pantomima.
Llegó a un alto. Si las cosas iban mal con su propia
presentación, no habría ningún humo que le escondiera,
ninguna ruta de salida…
Gloria le tocó la mano. —Estaremos bien —dijo, aliento
caliente en su oído—. Son escoria asesina y codiciosa pero
somos mejores que ellos. Sé que puedes hacerlo.
Por una vez, la forma en que lo veía era sin complicaciones:
sin burla ni agresión. Para toda su balandronada, ella estaba
nerviosa, podía decirlo. Su mano había temblado.
En cualquier caso, era muy tarde para echarse para atrás. El
gorila ya estaba murmurando en su walkie-talkie.
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—Uno a la vez. —Señaló a Lucas con un dedo achaparrado—
. Él primero.
Otro centinela estaba apostado en el área de espera al otro
lado de la puerta, listo para buscar por brujería, armas o cables.
Tenía un pequeño aparato de LED para detectar cámaras
espías también. La búsqueda fue más rápida y completa que la
de Nate. Lucas tuvo que desabotonar su camisa y sacarse el
cinturón y sus zapatos para la inspección. Pero su encanto
permanecía intacto en su reloj.
Un par de puertas batientes le llevaron a un área equipada
con monitores de vigilancia que enseñaban el interior y exterior
del club. Troy Morgan estaba allí, haciendo algo con unas hojas
de cálculo en una laptop.
A pesar del impresionante despliegue, Lucas había imaginado
a Troy como una versión más vieja de Nate. Cara a cara, sin
embargo, Troy era intimidante en una manera que Lucas no
había esperado. Lucía pulido, astuto.
—Es el chico genio —dijo.
Lucas dio el encogimiento de hombros tipo Harry Jukes. Lo
que sea. Troy no dijo nada más, sólo continuó con el escrutinio
como si fuera un dato en la hoja de cálculo, aunque un poco
más tedioso. El silencio duró hasta que Gloria llegó, protestando
por la indignidad del para-y-busca.
—Infierno sangrante. Si así es como tratas a la familia, odiaría
pensar en lo que le haces a tus visitantes. ¿Harry recibió una
antorcha brillante en la nariz?
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—Dejamos la búsqueda en sus cavidades corporales para
cuando se fuera. —Lucas esperaba que fuera una broma. Troy
miró su reloj—. Podrías entrar Harry. A través de allí, la segunda a
la izquierda.
—¿Y yo? —demandó Gloria.
—Sólo eres la escolta, princesa. Siéntate y toma una taza de
té con tu primo favorito.
Ella arrugó la nariz. —Esperaba algo más fuerte.
—No si quieres que mantengamos nuestra licencia. Pero si eres
buena, te dejaré tener un bizcocho también.
Estaban aún incitándose entre ellos cuando se fue. Lucas no
volvió la mirada hacia Gloria. No haría nada más sino hacerlo
parecer débil.
Estaba tras bambalinas, junto al viejo salón de vestuario. Los
sonidos del club estaban amortiguados aquí, un eco de libertad
desde un mundo distante. La primera puerta a la izquierda
estaba entreabierta, pero mientras Lucas caminaba por el
pasillo, quienquiera que estuviera dentro la cerró abruptamente.
Lucas enderezó su espalda, y golpeó en la que estaba al
lado.
Una voz jovial le invitó a entrar. —Ajá —dijo su dueño mientras
Lucas entraba—. El Rey Brujo de la calle Cooper.
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Capítulo 22
Traducido por Edgli
Corregido por Edgli
harlie Morgan y Lucas se estrecharon las manos. De
alguna manera se las arregló para no abrir los ojos ante
la fuerza del apretón del hombre. Los pequeños ojos
astutos se arrugaron con aprecio, como si compartieran
un chiste.
—Charlie —dijo—. Y estos son mis hermanos, Frank y Vince.
Lucas se había propuesto no pensar en esto como un
interrogatorio sino como una entrevista. Ayudaba que la oficina
fuera tan impersonal como una sala de juntas, la mesa vacía
excepto por un par de vasos de agua y una notepad. Nada de
ventanas. En escala y volúmenes de negocios, el Aquelarre
Wednesday era el equivalente a una gran corporación. Y aquí
estaba ante los miembros de la junta.
Charlie, el Jefe Ejecutivo. Frank, el Director Financiero. Vince…
Director de Operaciones.
Frank era calvo y con gafas. Se inclinó hacia adelante para
estudiar a Lucas, sus manos se juntaron como si rezara. —
Interesante —dijo.
C
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—Así que tú eres el bromista que piensa que el estilo
pertenece a las revistas de chismes —gruñó Vince.
Su padre el sicario había sido conocido como el pelirrojo Fred,
y ambos, Frank y Charlie tenían un tinte rojo, pero el de Vince
era más oscuro, su tono más como el de Troy. Su rostro mostraba
los restos de su buen estilo escarpado a pesar de la nariz rota.
Lucas trató de no pensar sobre su historial. Lesiones corporales
graves. Asalto y agresión. Lesión intencionada.
—Ahora, ahora —dijo Charlie— Harry no orquestó esa
payasada por sí mismo. La querida y vieja tía A lo pondría a eso.
Frank frunció sus remilgados labios. —Angeline siempre tuvo
inclinaciones teatrales. Es como su hermana eb ese aspecto.
—Pero sin el talento —dijo Vince.
—Talento —aceptó Charlie—. Exacto. La brujería no crece en
los arboles, y tampoco los diamantes y los artistas de cine. Eres
un chico talentoso, Harry. La pregunta es, ¿eres uno estúpido?
Lucas pensó que Harry probablemente lo era. Intentó con el
encogimiento de hombros de nuevo.
El tono de Charlie era aún tolerante.
—¿Te has interesado en las aventuras amorosas actuales?
¿Lees los periódicos? ¿Ves las noticias?
—Cuatro linchamientos de brujas en los pasados siete días,
uno de ellos fatal —dijo Frank en su voz ligera y precisa.
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—No son los gamberros usuales —continuó Charlie—. Los
predicadores están adentrándose en el acto. ¿Esa golpiza de
brujas en Bradford? Sucedió justo fuera de una mezquita. Esos
golpeadores de la biblia son incluso peores, chicos de los coros
convertidos en vigilantes. Esos predicadores en la inquisición no
tienen ni que levantar un dedo.
—Un poco de golpes no suena mal para mí —gruñó Vince—.
Podríamos vivir sin la plaga de furúnculos y las ventiscas. Si
puedo poner mis manos en la vieja bruja responsable, prenderé
el fuego de su hoguera yo mismo.
Lucas estaba sorprendido. Sonaba como si el despliegue
actual de crímenes de brujería no estuvieran conectados al
Aquerrale Wednesday o con el juicio de Goodwin, después de
todo. Por supuesto, los Morgan podrían estar fanfarroneando. O
no les gustaba admitir que sus propias brujas estaban fuera de
control.
—Yo, erm, no quiero causar problemas. —Cambió de posición
en la silla—. Angeline y el resto del Aquelarre han sido buenos
conmigo. Obteniendo esos diamantes fue mi manera de
devolverles el favor.
—Oh, siempre pagarás —dijo Vince—. De una forma… u otra.
Lucas sintió un zarpazo de miedo deslizarse por su espalda.
Charlie, mientras tanto, asentía benignamente.
—Estoy seguro de que la calle Cooper te considera un buen
partido. Mi informante me dice que tú no estás siquiera en la
lista de pirotecnia.
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—No lo creería. No ha habido muchas brujas en la familia,
excepto una tía por parte de papá, hacia los tiempos
victorianos. Escuché a Gran mencionarlo una vez.
—Ah, sí… tus afligidas relaciones. Tu hermana llenó un reporte
de personas perdidas, ya sabes. Pero lamento decir que no
parece particularmente ansiosa de encontrarte.
Las investigaciones del Aquelarre Wednesday han sido tan
exhaustivas como IBAS había sospechado. Deben tener espías
dondequiera.
—Emma estará encantada de ver mi espalda.
—No le culpo. —Charlie se deslizó a través de su notepad—.
Suspensiones, expulsiones, peleas… una pequeña transacción
comercial aquí, un asalto por allá…
Frank chasqueó la lengua.
—“Un problemático de nacimiento y una mala influencia”
según mi fuente.
—¿Quién es ese, entonces?
—Daniel Law. El padre de tu amigo Richard. Uno de nuestros
representantes tuvo una conversación con él después de la
tarde de representantes.
Este era exactamente la clase de atentado para captar a
Lucas fuera de lugar, para lo que Zoey le había preparado.
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—Ese chulo de Rich no es compañero mío. Y pensé que su
padre vivía en Australia, de todos modos.
Y así siguió, de atrás para adelante con las preguntas y
pruebas. Fue la perfecta demostración de cómo los hermanos
trabajaban como unidad. Charlie tomando el lado encantador
y el lado abusador por turnos; Frank suministrando hechos, cifras
y consultas como apoyo; Vince exudando amenaza desde la
esquina.
Era una prueba, pero también un juego, un juego que estaba
determinado a ganar. Estaba nervioso y ansioso, pero si acaso
el pesado riesgo agudizaba su ingenio.
Al final, la entrevista llegó a su fin. El localizador de Charlie
sonó. Lo observó y frunció el ceño.
—Es de Kez —dijo.
—¿Algún problema? —preguntó Vince.
—Podría ser… —chasqueó los dientes—. Es un mal momento
para nuestro tipo de negocio, Harry. Nadie quiere quedar en
medio de una caza de brujas.
—Puedo ser útil igual, ¿verdad? Mis habilidades…
Charlie sonrió con humor. —No lees los periódicos. Supongo
que tampoco sigues los marcadores financieros. Así que déjame
decirte sobre bienes tóxicos. Son recursos que empiezan muy
altamente valorados, y de repente pierden su valor. Se
convierten en una responsabilidad, en vez. Y cuando un bien se
vuelve malo, se deja. ¿Entiendes?
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Lucas dio un incrédulo asentimiento.
—Hmph. Mantén tu cabeza baja y tus manos limpias. Luego
tal vez veremos qué tipo de bien eres tú y tus habilidades en
realidad.
Charlie le escoltó hasta la puerta, y observó a Lucas caminar
hasta el final del pasaje. La puerta para la habitación al lado, la
cual había sido cerrada cuando Lucas llegó, estaba ahora
abierta. Echando un vistazo mientras pasaba, Lucas vio una
mesa desnuda con un vaso vacío. No había nadie allí.
Para su sorpresa, Gloria estaba sola en el salón. Cuando lo vio,
se levantó tan repentinamente que su té se derramó
—¿Todo bien? —dijo ansiosamente.
—Bien. ¿Dónde está Troy?
—Tuvo que hacer una llamada. Kez, su mamá, llegó hace un
momento, a través de la misma puerta que tú. Se fueron juntos.
—Está bien, si vuelven diles que fui a ver si tiré mi encendedor.
—¿Qué encendedor? Tú no fumas. ¿Qué estás haciendo?
Espera. No es…
Lucas introdujo su cabeza a través de la puerta de la que
acababa de salir y miró hacia el pasaje. Estaba vacío. Charlie
había reunido a sus hermanos en la sala de entrevistas. Nada
podría oírse desde dentro. Lucas se deslizó dentro de la
habitación a la izquierda, y levantó el vaso.
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Como sospechaba, era igual a uno de los vasos de la puerta
contigua. Una bruja del Aquelarre Wednesday,
presumiblemente Kezia Morgan, había estado escuchando.
Estaría espiando el color de los pensamientos y los
sentimientos tras las palabras.
Tratar la reunión como una entrevista de trabajo había sido
una buena estrategia. Lo había utilizado para neutralizar sus
emociones. Tal vez había sido suficiente para ocultar su
desprecio por los hermanos Morgan y lo que representaban. No
podría estar seguro, sin embargo. Y por los otros sentimientos
que Kezia podría haber visto… ansiedad, hostilidad, auto
satisfacción… bueno, eran de esperarse, dadas las
circunstancias. O así esperaba él. No era momento de
preocuparse por eso. Kezia y Troy habían sido claramente
llamados por una emergencia, pero podían regresar en
cualquier momento.
Lucas había oído que usar la brujería de alguien más era
prácticamente imposible sin su consentimiento. Ahora veía por
qué. El vaso vibró ante el toque de su magia, no dándole la
bienvenida, sino resistiéndose. Corrió un dedo por su oreja,
luego empezó a hacer círculos en el borde del vaso. Era incluso
más difícil que trabajar a través de hierro. Su cabeza fue
atacada con dolor y llenada con un ruido como de uñas
rasguñando una pizarra. Luchando contra la distorsión, sólo
pudo obtener un par de palabras aquí y allá. Ninguna de ellas
tenía color.
El primero en hablar parecía ser Frank… reunión… sólo
nosotros dos…
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Así… tú no… por qué…
… podría ser… juicio… persecución de Stearne… sonaba
mal…
El oído de Lucas se sentía como si fuera rasguñado con
pedazos de vidrios rotos del vaso. No podría mantenerlo por
mucho más tiempo, incluso si la situación hubiera sido menos
peligrosa. Con los oídos sonando, colocó el vaso de vuelta y se
apresuró de vuelta a Gloria.
Troy Morgan regresó momentos después. Miró alrededor de la
habitación, y a los dos, con obvia sospecha.
—¿Dónde está Kez? —preguntó Gloria.
—Su hermano ha sido arrestado —dijo lacónicamente—. En
un tren a las afueras de Newcastle… por sospecha de brujería.
—Dios. Espero que todo esté bien.
—Estamos lidiando con esto. Ahora, ¿no es hora de que
ustedes chicos vayan a casa? —Troy había visto a Lucas
disimular un bostezo—. Parece que ya ha pasado la hora de
dormir del prodigio.
No regresaron a la calle Cooper inmediatamente. Gloria
quería comida, así que pararon en un carrito que
hamburguesas un poco más allá del club. Lucas se estaba
acostumbrando a la agenda del Aquelarre, donde la mayoría
de la actividad se llevaba a cabo al atardecer o en la noche, y
el día era para dormir. Se preguntaba cómo Gloria se manejaba
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durante la época de exámenes. Había mencionado la escuela
y sus compañeros allí una o dos veces, así que debería
presentar evaluaciones. Pero era difícil pensar en ella como una
chica colegiala ordinaria, con tarea, uniforme y amigos
ordinarios.
Las patatas fritas estaban buenas: crujientes y calientes,
brillando con sal. Lucas, sin embargo, no tuvo mucha
oportunidad de disfrutarlas. Gloria estaba muy ansiosa por oír
sobre su reunión con los Morgan. Él encontró esta segunda
interrogación casi tan exhaustiva como la primera.
—Mira, no arruiné nada —le dijo—. Pero estoy a un largo
camino de ganarles. Charlie reconoce que ahora es un mal
momento para la brujería. Estoy empezando a pensar que los
Morgan realmente no saben quién es el responsable de los
ataques recientes.
—Ya te dije eso. El Aquelarre Wednesday no necesita brujería
para intimidar a la gente, tienen bastantes métodos diferentes.
Será algún lunático, como dije. —Gloria lamió la salsa de tomate
de sus dedos—. Está bien. Es momento de que te sinceres sobre
ese asunto del encendedor. ¿Para qué regresaste realmente?
Porque lo que sea que tramaras, tomaste un riesgo infernal.
Ella estaba en lo cierto. Sólo de pensar en todas las cosas que
pudieron ir mal era suficiente para hacerle sudar frío. Pero
cuando explicó lo de los vasos, ella estaba evidentemente
impresionada.
—¿Secuestrar el hechizo no es extremadamente difícil?
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—Sí. Doloroso también. Pero me enteré de que Charlie se
reunirá con alguien importante mañana, y creo que está
conectado con el juicio de Goodwin. Él mencionó…
Lucas se detuvo, horrorizado ante el error que casi comete.
Estuvo a punto de decir mi padre. Tragó saliva, y continuó. —Er,
Charlie mencionó al Jefe Fiscal.
—Ese punzón de Stearne. —Gloria escupió en un charco.
—Correcto. Bueno, um, se encontrará con este informante, o
quienquiera que sea, en el Radley mañana en la noche. ¿Eso
significa algo para ti?
—Por el momento no es más que un lugar de construcción. Al
norte del camino de Hallam.
—Eso suena como un buen lugar para una asignación
especial. Especialmente si es con alguien quien no debería estar
cerca de los Morgan… como un miembro del tribunal, por
ejemplo.
—No lo sabes. Charlie podría estar reuniéndose con
cualquiera.
Lucas sacudió la cabeza impaciente. El tiempo se acababa.
Al juicio de Goodwin sólo le quedaban un par de semanas, y
como había dicho Charlie, él no tenía ningún uso para su
brujería, podría tomar muchas más semanas, meses incluso,
antes de que Lucas obtuviera una oportunidad de infiltrarse en
el Aquelarre Wednesday. El juicio se acabaría y su padre lo
arrastraría a casa mucho antes de eso… con nada que enseñar
por sí mismo, y sin más opciones.
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—Estoy consciente de que es una pista vaga, pero aún así
quiero seguirla. ¿Me ayudarás?
—Claro. Quiero ver al chupasangre acabado incluso más que
tú.
Asintió… aparentemente no lo suficientemente firme.
—¿Qué? —dijo ella, erizándose—. ¿No me crees?
—Absolutamente. Y necesito tu ayuda. Es sólo… bueno, es un
riesgo muy grande el que estas tomando…
—Escucha: mi madre se crió con Charlie y sus hermanos como
su propia hermana. Y la mataron a sangre fría, sólo porque se
interpuso en su camino. Me harán lo mismo si les place. Así que
los veré revolcarse en el infierno así sea lo último que haga.
Lucas había visto a Gloria enojada antes, pero esto era odio.
Se sintió encogido por la fuerza del mismo.
Luego se sacudió a sí misma y se vio diferente de nuevo; joven
e insegura, su maquillaje se corrió como un borrón alrededor de
sus ojos.
—Olvídalo. Estará finalizado pronto. Sólo necesitamos pasar a
través de… seguir… superar la mierda, ¿sabes?
Él asintió.
—Ven, entonces. Hay un autobús nocturno que podemos
tomar, el atajo es por aquí.
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La ruta de Gloria para la parada de autobuses yacía a través
de una desierta plaza de mercado. Durante el día, el mercado
Talbot Road estaba lleno de bullicio, sus puestos colmados de
comida colorida y modas excéntricas. De noche, las únicas
señales de vida eran las ratas que se escurrían por las
alcantarillas. El laberinto de caminerías entre los puestos estaba
delimitado con manchas grasosas. Toldos plásticos flojos en sus
marcos.
Gloria y Lucas habían alcanzado la fuente que marcaba el
centro de la plaza cuando un hombre salió de las sombras,
bloqueando su camino.
La vía principal no estaba muy lejos. Lucas se preguntó si
deberían correr hacia allí, pero Gloria, en sus tambaleantes
plataformas doradas, no llegaría muy lejos. Instintivamente se
movieron más cerca, se mantuvieron un poco rectos.
El hombre soltó una risita ronca. Cinco más emergieron de las
filas de puestos vacíos.
Todos estaban encapuchados. Sin embargo, Lucas reconoció
a su líder. Las mangas de su chándal blanco estaban
levantadas para mostrar los tatuajes de sus brazos nervudos:
crucifijos, ángeles, coronas de espinas. Era el hombre con el que
había estado hablando Gideon.
Gloria también le conocía.
—Striker —murmuró bajo su aliento—. Mierda.
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El hombre tatuado sacó una caja de largas cerillas de su
bolsillo y encendió una. Hizo un bajo sonido siseante.
Los cinco hombres tras él hicieron lo mismo. Sus cerillas
golpearon y chisporrotearon a la vida. Sssss…
—¿Qué quieres? —demandó Lucas.
La cruz dorada alrededor del cuello de Striker brilló a la luz del
fuego. El diente dorado en su sonrisa brilló también
—Para salvar sus almas —dijo. Sus compañeros se rieron.
Striker se volteó hacia Gloria. —Jugar con chicos brujos sólo
terminará en llanto, Gloriana. He escuchado que el Beso del Mal
está pegando.
—Estás equivocado. Yo no… —empezó Lucas.
Pero Gloria llegó primero. —Así que sabes quienes somos.
Felicitaciones. Eso quiere decir que sabes quién es mi familia. El
tío Charlie no toma amablemente tu tipo de mierda…
especialmente cuando inicias disturbios en su territorio.
—El Aquelarre Wednesday puede tener el mal en su bolsillo.
Pero mis chicos y yo somos los propios soldados de Dios, y
sabemos adónde los del tipo brujo pertenecen. —Con una
floritura, Striker sacó una segunda cerilla y sonrió con su diente
de oro—. Porque todos tendrán su parte en el lago que arde
con fuego y azufre: la cual es la segunda muerte.
Lucas sintió aguijones en la parte trasera de su cuello. Gloria,
sin embargo, se rió insolentemente.
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—Bonita línea. Apuesto que te la tatuaste en ese pecho
abombado tuyo. Sigue mirándote el ombligo lo suficiente, y tal
vez aprendas cómo leer.
Había ido muy lejos. Striker se adelantó para sujetar un puño
de su cabello, y sostuvo su cerilla encendida por su punta. Antes
de que ella o Lucas pudieran reaccionar, ambos fueron
atrapados por detrás por los secuaces de Striker, los cuales
sujetaron sus manos sobre sus bocas.
—La cosa es —escupió Striker— que el Wednesday va a caer.
Y cuando suceda, las brujas que han estado refugiando caerán
con ellos. No habrá lugar al qué correr. —Dándole a Gloria un
tirón de cabello salvaje, se volteó hacia Lucas, y presionó la aún
ardiente cerilla contra su cuello. Lucas tuvo que voltear su
cabeza para evitar la flama—. Así que considera esto como una
advertencia, chico brujo. Tres strikes y estás fuera.
Un auto aceleró ruidosamente, y se sacudió en la acera
dentro del mercado. Era un Mercedes plateado.
Lucas nunca se habría imaginado que estaría tan agradecido
de ver a Troy Morgan. Los captores de Gloria y suyos
inmediatamente los dejaron ir, hundiéndose de nuevo en el
laberinto de puestos. Sólo Striker se mantuvo.
Si bien Charlie era un hombre rechoncho, tampoco era alto.
Su hijo sí lo era. Troy se elevaba en el resplandor de los faros.
—¿Molestando con cerillas de nuevo Striker? —dijo—.
Recuerda, los chicos que juegan con cerillas se queman.
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—¿Crees que te tengo miedo?
—Deberías. Sabes quién soy.
Striker se burló. —Niño de papi.
—Sí —dijo Troy—. Soy el hijo de mi padre. Esa es una de las
muchas razones por las que soy más fuerte e inteligente que tu
gente. Estas calles me pertenecen. Tú me perteneces. —
Casualmente se movió de regreso al carro—. Y si te interpones
en mi camino de nuevo. El infierno mismo será piedad.
En el carro, Lucas y Gloria, ambos trataron de hablar, de decir
gracias, de expresar lo que había pasado. Troy los cortó
molesto. —No quiero escuchar nada de eso. Cállense y
déjenme manejar.
Obedecieron. Por los próximos diez minutos, Troy manejó en
silencio. Las calles nocturnas pasaron, manchadas con lluvia.
Luego el teléfono del auto sonó.
—Hola… Sí… sólo tuve que tomar un pequeño desvío… no,
claro que debes ir, mamá. Te necesitan… está bien. Mis cariños
para la tía Ness. Adiós.
El silencio se rompió. Gloria empezó a preguntar algo sobre
Kezia.
—Mantén tu nariz alejada de esto —soltó Troy—. Es un asunto
familiar—. Luego su exasperación sacó lo mejor de él—. ¿Qué
demonios pensaban que hacían, corriendo por el mercado
Talbot Road a estas horas de la noche? Fue una total
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casualidad que pasara por allí cuando lo hice. Sangrientos niños
idiotas.
Había sido una noche larga y estresante, y ambos, Lucas y
Gloria estaban sintiendo los remanentes de su reciente
experiencia. La histeria llegó. El padre molesto de Troy fue la
gota que derramó el vaso. Atrás en el asiento del pasajero,
capturaron la mirada del otro, y compartieron una terrible
urgencia de reír.
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Capítulo 23
Traducido por Edgli
Corregido por Edgli
loria soñó con la Cámara de Quema de nuevo. Esta vez
Striker estaba allí, sosteniendo una cerilla contra su
garganta. Sus propios ojos veían el reflejo de su madre, y
veía una segunda cara en el espejo: un chico con ojos
azules y un mechón plateado en su cabello negro.
Estaba frunciéndole el ceño. Se despertó con el corazón
latiéndole con fuerza. El sueño siempre la dejaba aterrorizada
pero fue más intenso hoy, como un presagio.
Supéralo, se dijo a sí misma mientras apartaba las sábanas
revueltas. Su subconsciente había simplemente exagerado los
eventos de ayer, así como también los problemas futuros. Harry
le había dicho que había visto a Striker hablando con un
inquisidor en el club. No era tan sorprendente que la Inquisición
estuviera apoyando a los vigilantes bajo radar. Siempre había
habido rumores de eso. Desde que la policía no estaba
haciendo mucho sobre los linchamientos, dependería del
Aquelarre imponer el orden. Pero, pensó Gloria incómoda, no
será fácil en medio de una campaña inquisidora.
Cuando de obtener el miedo de la gente así como también
su respeto se trataba, el truco era hacerles creer que eres capaz
de todo. ¿De qué es capaz Troy? Había sido un niño pequeño
G
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cuando Edie Starling había sido asesinado, pero como el
heredero al Aquelarre debería saber sobre los cuerpos, y dónde
fueron enterrados. Le había dicho a Striker que era el hijo de su
padre, y lo había derrotado con esa amenaza. Aun así la
manera en la que había hablado a su madre en el auto había
sido tan ansiosa, afectada…
Ahora mismo, Gloria tenía sus propias responsabilidades qué
atender. Nate, celoso de que ella había sido la que había
presentado a Harry a los Morgan, había reinsertado su autoridad
llevando a su protegido a una carrera de perros ilegal el
domingo en la mañana. Dependía de Gloria reconocer la
asignación de Charlie en el Radley.
Había despedido a Harry con una sonrisa conmiserativa.
Después de la noche pasada, finalmente se sentían como co-
conspiradores, aliados, incluso. Mantenerse entero delante de
los tres Morgan debió haber tomado nervios de acero. Luego
pasó lo de su impulso del momento donde secuestró el talismán
para escuchar a Kezia. Eran el tipo de cosas que Gloria habría
intentado. ¡Imagina si alguna vez se enterara lo que podría
hacer…! La frustración de no ser capaz de usar su magia la
ponía inquieta y nerviosa, como teniendo una comezón que no
pudiera rascar.
La tía Angel estaba menos impresionada por sus actividades
nocturnas.
—No me extraña que Charlie no cayera con el cebo —dijo al
final del reporte de Gloria—. Harry se está volviendo
presuntuoso, toda esta postura de chico malo se le está
subiendo a la cabeza. Detrás de ese estilo, no estaría
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sorprendida si sólo es un oficinista nerd. Así es como al gobierno
le gusta tener a sus brujas, entiéndase: oprimidas y reprimidas.
Gloria se quedó callada. Quienquiera que fuera el verdadero
Harry, no tenía la apariencia, sin mencionar las maneras, de un
esclavo oficinista. Pero no estaba lista para producir el desecho
amuleto de él. Estaba disfrutando la novedad de mantener un
secreto de los viejos dominadores.
—Striker ahora es una amenaza —siguió Angel—. Y una con la
que tendrás que lidiar una vez que los Morgan estén fuera del
camino. Es una lástima realmente… sería un muchacho muy útil
para tener alrededor, si sólo pudieras meterle un poco de
sentido común.
—¡Es un maniático, tía! Un lunático linch…
—Es un joven gamberro excitable que necesita una causa.
Gente como esa cambian sus lealtades igual de rápido que
como cambian su ropa interior. —Angel presionó sus labios—.
Ahora, reconozco que esta reunión de Radley será más
problemática de lo que vale. Pero búsqueda inútil o no, mejor
que le sigas la corriente. Harry necesita creer que es el que está
al mando.
—Cierto —dijo Gloria con cansancio.
Angeline le dio una palmada de consuelo—. Pronto
estaremos libres de él —dijo—. De él y de Charlie. Mientras tanto,
aprieta los dientes, y recuerda que eres una Starling.
El edificio Radley era parte de una franja de oficinas
deterioradas y almacenes en los confines de Hallam. Con la
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extensión de la línea de trenes de la ciudad Este, el área se
había transformado en el sitio primario para desarrollo. Una firma
local había hecho una oferta temprana para demoler el
complejo existente y reemplazarlo con un conjunto de
apartamentos de alta categoría. Desafortunadamente para
ellos, el Aquelarre Wednesday había visto su potencial también.
El Aquelarre había sobornado a miembros del conjunto de
constructores para sabotear el trabajo, y se habían afincado en
los inversores para cortar la financiación. Cuando el dueño
original quebró, el Aquelarre fue capaz de tomar el lugar a un
precio regalado. Ahora lideraban el escenario de desarrollo.
Gloria llegó justo después de la una. El lugar vacante al otro
lado de la vía de Radley era un basurero no oficial, y encontró
un buen lugar de vigilancia entre las pilas de desperdicios y
neveras oxidadas.
Todavía la nueva fase de construcción no había empezado. El
suelo de tierra no era más que una cáscara vacía. Las vigas
metálicas de los techos sin terminar se extendían como dedos
de un esqueleto monstruoso. La rampa del estacionamiento
parecía guiar a un pozo sin fondo. Incluso a la luz del día el lugar
era amenazante. Poco tráfico transitaba esta vía, e incluso
menos peatones.
Era difícil pensar en un lugar más desolado para una reunión.
Quienquiera que fuera con quien se encontraría Charlie debe
ser una fuente confiable así como también una importante,
alguien que podía demandar una reunión fuera de horas en un
lugar fuera de la pista, sin las usuales defensas del Aquelarre.
Al menos no había campanas de hierro en un lugar de
construcción abandonado. La única seguridad era un hombre
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con un perro. Desde que no había nada que valiera la pena
robar, Charlie debió haberlos ubicado aquí por motivo de esta
reunión. Estarían revisando si no hay infiltrados, adictos
buscando un lugar para drogarse, vagabundos en busca de un
lugar dónde dormir… o fisgones buscando problemas. El guardia
tenía un bulto en su chaqueta que Gloria estaba segura de que
era un arma y el pastor alemán se veía casi tan malo como su
dueño. Aunque no sabía su nombre, lo reconoció como uno de
los principales secuaces de Charlie.
Cuando ella llegó, el guardia y el perro acababan de
terminar una patrulla. El hombre se mantuvo en el umbral, y
liberó al animal para que pudiera olfatear. Después, salió del
edificio y resopló por un par de minutos más, antes de levantar
su pata en una pila de arena amontonada en la vía. Su amo le
llamaba impacientemente. Hechas las labores, se acuarteló en
un tráiler aparcado en el patio. El perro estaba encadenado
cerca.
Gloria sopesó las opciones. Ella y Harry necesitarían pasar al
guardia para posicionarse dentro del edificio antes de la
llegada de Charlie. La entrada principal era sólo un hueco en la
pared, pero la reunión seguramente tomaría lugar en el sótano,
lejos de la mirada de un cuenco de adivinación. El perro era el
problema más grande. Incapacitada de usar su propia magia,
su contribución estaba limitada a suplir a Harry de materia prima
para su brujería. Por suerte, tuvo una buena idea de qué utilizar.
Se retrasó al puesto vacante, y tomó un desvío rodeando
para emerger a un par de cientos de metros lejos de Radley. El
perro veía con las orejas levantadas, mientras se acercaba a su
territorio. Estaba vestida como una corredora y utilizando la
peluca del atraco atada en una cola de caballo, así como
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también una gorra de beisbol para esconder su rostro.
Pretendiendo atar el cordón de su zapato, se arrodilló al lado
del montículo de arena al borde de la vía y usó una vara para
tomar un montón lleno de orina. El perro soltó un bajo gruñido
pero Gloria no le prestó atención mientras metía la arena
mojada en un paquete vacío. Anticipando la reacción de
Charlie, sonrió. Orina de perro era mucho mejor que la
alternativa.
Harry de hecho sí subió su aristocrática nariz ante la oferta. Sin
embargo, cuando llegaron a la práctica de la acción, hizo a un
lado sus escrúpulos. Estaba seguro de que Charlie se encontraría
con uno de los miembros del tribunal del Juicio de Goodwin.
Gloria, quién sabía que el Aquelarre Wednesday se apoyaba en
toda clase de oficiales corruptos e informantes, no estaba tan
convencida, incluso así, todo lo que se discutió sería
incriminatorio.
Desde que la evidencia obtenida mediante magia no era
admisible en la corte, Harry iba a filmar eventos con una
pequeña cámara espía disfrazada como un botón. No se había
arriesgado a contrabandear ningún aparato dentro del
Aquelarre y por eso había arreglado el recolectar la cámara de
un envío de IBAS.
Esto no significaba que no había cabida para la brujería. Se
lidiaría con el perro una vez que estuvieran en sus puestos, así
que Harry había empezado con sus elusiones. Gloria estaba
interesada en ver que usó un mapa en vez de un compás como
base para sus amuletos, rasgando una página cualquiera de un
A a la Z de Londres, luego usando una mezcla de tinta escupió
en la vía para dibujar marcas en un laberinto alocado.
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Para protegerlos aun más una vez que estuvieran dentro de
Radley, ensambló los materiales para una toga: un espejo de
bolsillo, fieltro negro, y dos pequeños tótems para representarse
a sí mismo y a Gloria. Para estos, usó una astillas de las uñas de
los pulgares de ambos, amarradas con una tira de tela de la
funda de sus almohadas. Gloria donó las suyas reluctantemente.
Era un gran paso, dar un pedazo de ti mismo para la brujería de
otro. Pero eran compañeros. Tenía que confiar en él.
Gloria estaba increíblemente tentada a preguntarle cómo
había sido reclutado para IBAS, y qué clase de entrenamiento
había tenido. También quería saber qué había puesto el gris en
su cabello, si ya había dejado la escuela, en qué otras
operaciones había estado envuelto…
Pero todas estas preguntas eran muy personales. No sería una
buena política sentir que le conocía, o preguntarse si, en
diferentes circunstancias, habrían sido amigos. Aun así, era una
lástima que IBAS lo obtuviera tan tempranamente. Lo que fuera
que pensara la tía Angel, Harry Quienquiera que fuera tenía
materia para ser un buen brujo del Aquelarre.
Por las seis, sus planes estuvieron en su lugar. Harry salió a
buscar la cámara espía, así como también un par de
suplementos. Por suerte, Nate se había topado con un par de
compañeros en la carrera, y estaba fuera bebiendo en algún
lugar. Angeline estaba en el bingo. Desde que no tendrían que
irse hasta las ocho, Gloria pensó que podían descansar un
poco.
Se acostó en su cama y trató de relajarse. Ninguna
oportunidad. Aunque estaba nerviosa por la expedición de esta
noche, estaba emocionada también, y la impaciencia la
inquietaba. Sus pensamientos dieron vuelta y burbujearon. En
búsqueda de una distracción, se volteó hacia el montón de
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revistas que Patch había mellado de las de la peinadora. Eran
de hacía un par de meses, pero mejor que nada.
A Gloria le gustaba leer sobre chismes de farándula y de sus
programas de TV favoritos. Estas revistas eran de un tipo
diferente de lustrosas ropas de pasarela que no podría
permitirse, fiestas a las que no podría entrar, y personas de las
que nunca había oído. El Tatler incluso tenía un diario social al
final, lleno con fotografías de gente elegante en fiestas tipo
cóctel y partidos de polo. Algunos de ellos eran de la edad de
Gloria.
Como las dos chicas lindas, La Srta. Beatrice Allen y La Srta.
Davina Henderson-Holt, posando brazo a brazo con Harry Jukes.
Excepto que él no era llamado Harry, por supuesto. Gloria ya
había visto la cara detrás del encanto; ahora leía el nombre
detrás del alias. Sr. Lucas Stearne.
Su corazón saltó un latido.
Stearne. El nombre le era casi tan familiar como el suyo. Todos
sabían sobre la familia Stearne, pero los brujos le conocían
mejor. O peor, desde que el sangriento John, compañero de
Matthew Hopkins, había dado un paso adelante para tomar su
lugar en la historia. Hopkins, el primer cazador de brujas general,
había sido un entusiasta aficionado. John Stearne, sin embargo,
convirtió la caza de brujas en una profesión. Cuando Oliver
Comwell lo hizo caza brujas general después de la muerte de
Hopkins, Stearne había persuadido al parlamento para
establecer la Inquisición Inglesa y englobarla como una ley.
Desde ese momento, todos los Stearne habían hecho lo
mismo: cazar brujas, aprisionar brujas, torturar brujas. Quemar
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brujas. A través de cada generación, justo hasta el reinado de
Ashton Stearne, rey de la Corte Inquisitorial, Jefe Precursor del
juicio de Goodwin…
Su hijo y heredero.
Lucas. Harry Quien fuera.
Lucas Hexing Stearne.
Lucas Stearne estaba en su propia casa, colaborando en la
destrucción de otro Aquelarre. Y ella le estaba ayudando.
Una nausea amarga rozó su garganta. Gloria había
encontrado formas de resistir la vergüenza de colaborar, formas
de razonarlo. Pero aliarse con un Stearne llevaba su traición a un
nivel completamente diferente. No se le ocurrió que Lucas
podría ser un pariente lejano del Jefe Prosecutor. El parecido a
su padre era muy fuerte. De hecho, se preguntaba cómo había
fallado en darse cuenta antes. Sus mejillas flamearon con
humillación. Que rápido había bajado su guardia, se había
permitido pensar que tal vez no fueran tan diferentes.
¡Qué tonta crédula debe pensar él que ella es!
Dejó salir un pequeño gemido. Luego empezó a caminar a un
lado y al otro de la habitación, brazos cruzados alrededor de su
pecho, tratando de pensar.
Así que el hijo de un Gran Inquisidor se había vuelto brujo…
eso habría puesto al gato entre las palomas. Y aun así no le
había hecho a papi ningún daño. El hombre estaba allí aún en
la corte, aún teniendo señorío sobre los brujos. Bueno, la
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Inquisición tiene muchos pequeños y sucios secretos. Deben
haber decidido volver este último en su propio beneficio. Lucas
era el arma final: mitad inquisidor, mitad brujo.
Amargamente se arrepentía de no decirle a la tía Angel para
que deshiciera el encanto. Si Angeline había visto la verdadera
cara del chico, debe haber hecho la conexión con los Stearne
desde el principio. Pudieron haber planeado una nueva
estrategia juntos, encontrar alguna manera de volverlo en su
beneficio. Tal vez aún pudieran. Pero no ahora. No había
tiempo.
Las motivaciones de Harry, Lucas, estaban más claras que
nunca. ¿Dónde, sin embargo, debería recaer la lealtad de
Gloria? Charlie Morgan, junto con sus hermanos, habían
asesinado a su madre. Aún así la familia de Lucas había estado
asesinando a los de su clase por siglos…
Alguien golpeó la puerta. Lucas Stearne estaba allí parado
sonriendo, sus ojos traicioneros y azules.
—¿Estás lista?
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Capítulo 24
Traducido por Yamira.
Corregido por Indira17
lgo estaba pasando con Gloria. Su actitud hacia Lucas
se había relajado definitivamente en el último par de
días, hasta el punto en el que podría compartir una
broma, así como trazar una estrategia. Pero ahora se
había refugiado en su hostilidad anterior. Encorvada y
pálida, apenas le habló en el camino hacia la Radley. Cuando
él le dio un codazo al ver la parada del autobús, ella retrocedió
como si hubiera recibido un golpe.
Quizás Gloria estaba más asustada de su tío Charlie de lo que
aparentaba. O tal vez estaba en estado de shock tardío,
después de su enfrentamiento con Striker. Pero Gloria no era
una chica nerviosa. Lo más probable es que estuviera teniendo
una de esas inexplicables rabietas que las niñas tienen a veces.
Philomena era experta en ellas.
Era incómodo, porque Lucas ya tenía más que suficiente en su
mente. Estaba lleno de expectación nerviosa por lo que pudiera
ver esta noche y lo que podría aprender. Pero había algo más
que lo molestaba. De camino a recoger la cámara espía —una
tienda de alquiler de DVD— había llamado a Zoey desde un
teléfono público. Estaba preocupada por salirse de sus planes
A
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de juego, y trató de conseguir que se reuniera con ella antes,
para discutir las medidas de contingencia y de respaldo,
aunque ambos sabían que no era el momento.
Lucas terminó la conversación mencionando sus sospechas
de Angeline. Sus actividades en la calle Cooper, haciendo mofa
de la actuación de la pobre, pequeña y vieja mujer que se
había puesto para la Inquisición.
―No te preocupes —le dijo Zoey secamente—. Es una fuente
probada. Su relación con la Inquisición se remonta a veintiocho
años.
¿Qué tipo de relación era? Pero de todos modos, Zoey no lo
sabía o no se lo diría.
Lucas se preguntó si Gloria sabía el alcance de lo que su tía
abuela está informando. Había dado la impresión de que
Gloria, como él, pensó en cooperar. Angeline era un fenómeno
reciente. No podía preguntarle, incluso si hubiera estado de
mejor humor.
La Radley estaba en el borde de un concurrido y destartalado
barrio, pero en una noche de domingo, el lugar parecía un
pueblo fantasma. Armatostes de almacenes y oficinas vacías
abandonadas aparecieron por todos lados. Gloria y Lucas,
vestidos con ropa oscura, amuletos de elusión que llevan sobre
la piel, se abrieron paso a través de las sombras hasta el cubo
de la basura.
El resplandor de una farola era suficiente para ver el guardia
paseándose de arriba a abajo en el patio delantero de Radley,
con un pastor alemán a su lado. Aunque el perro era en cierto
modo la amenaza más grande, los animales eran blancos más
fáciles para los trabajos de magia, más que los humanos.
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Lucas se puso detrás de una nevera oxidada. Manteniendo su
objetivo a la vista, sacó un fajo de arcilla marrón y se dedicó a
la elaboración de un encantamiento. Dado que los materiales
naturales respondían al Séptimo Sentido mejor que las sintéticos,
mezcló algo de tierra en la arcilla, así como una pizca de la
arena empapada en orina, amasando su poder de hada
profundamente en la mezcla.
Pronto tuvo un perro pequeño modelado en la palma de su
mano. Sopló sobre la cabeza en miniatura con sus orejas
apretadas y el hocico, las depresiones de los ojos, y luego pasó
el pulgar por la espalda de barro. El perro real aguzó las orejas y
gimió un poco.
De repente, el aire se había llenado con un mal olor. Lucas
sintió apetitos nuevos y angustiosos que le tiraban en todas las
direcciones. Cada pelo en su cuerpo parecía estar erizado. La
sensación no duró durante más que unos pocos segundos, pero
lo dejó sacudido. No debía acercarse demasiado: tenía que
guiar los pensamientos de los animales, no entrar en su mente.
Era difícil concentrarse con Gloria tan cerca. Aunque sus
sentidos animales ya estaban desapareciendo, el olor de su
carne y su respiración era tentadoramente fuerte. Obligó a su
mente a volver de nuevo a su trabajo, acariciando suavemente
la figura de la cabeza a la cola, envió una advertencia en el
cerebro de su contraparte viviente. Algo peligroso, algo
emocionante. En algún otro lugar... alrededor de la esquina...
hacia atrás...
El perro levantó la cabeza. Gimió, luego gruñó. Lucas gruñó
también, suave y bajo. Continuó empujando al animal:
empujando su atención lejos de la puerta de entrada, en torno
a la parte de atrás del edificio. Luego fue tirando de la correa.
Murmurando, el guardia siguió el ejemplo de su perro. Tenía la
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mano dentro de su chaqueta, apoyada en la pistola. La pareja
dobló la esquina y desapareció de la vista.
Sin soltar la figura, Lucas se lanzó al otro lado de la carretera y
hacia la Radley. Gloria le siguió. Su linterna, la luz parcialmente
atenuada por la manga, reveló un amplio espacio desnudo
intercalado con pilares de acero fijados en el hormigón. Su
destino, sin embargo, era el sótano húmedo. Tablones de
madera habían sido puestos para hacer una cubierta de suelo
bruto, lleno de rollos de alambres, tablas y pedazos de
escombros. Una hoja de hierro oxidado estaba apoyada sobre
la puerta.
Había un banco obrero cerca de la pared y se agacharon
detrás de él, bajando un poco el plástico sobre sus cabezas. Era
un escondite muy improvisado, y sin un encantamiento habrían
estado expuestos peligrosamente. Así que hubo muy poco
tiempo para montar la cubierta. Lucas puso los dos totems —
imágenes en miniatura de Gloria y él, envueltos en trozos de sus
fundas de almohada— en el espejo de bolsillo. Sopló sobre el
cristal, empañándolo, luego lo envolvió en fieltro negro antes de
la niebla se pudiera borrar. Por último, lo dispersó con arenilla y
virutas desde el suelo. Una niebla para perderse, lo negro para
ocultarlos, tierra para cubrirlos... Incluso cuando se hace a mano
con un poder de hadas tan fuerte como el suyo, una cubierta
no era muy fiable. No podían moverse lejos de donde se había
colocado en el suelo y no los hacen invisibles, simplemente
difíciles de notar. Usando la figura del perro no obstante,
debería ser suficiente con un encantamiento para mantenerlos
a salvo.
Momentos más tarde, el centinela y su pastor alemán llegaron
y un potente haz de luz de un reflector barrió el interior. A
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medida que el perro comenzó a olisquear cerca, Lucas apretó
el pulgar hacia abajo pellizcando las orejas de la figura.
—No escuches ningún mal —susurró, antes de aplastar la
arcilla del hocico, los agujeros de los ojos—. No hueles ningún
mal, no ves ningún mal, no escuchas ningún mal. La cabeza de
la figura era un bulto de lodo sin forma. La mente del animal real
también era fangosa y sin forma; sus sentidos funcionaban bien,
pero más lentos. Lucas era su amo ahora.
El guardia se acercó aún más adentro, su luz brillando en las
esquinas. Después de dos o tres minutos de angustia, se
convenció de que todo estaba bien. Volvió a subir la rampa.
Pero antes de que Lucas y Gloria recuperaran el aliento,
escucharon voces. Charlie Morgan estaba bajando.
Llegó solo, y llevaba un farol que depositó en una caja hacia
arriba. Su grueso y fornido cuerpo estaba envuelto en un abrigo
de pelo de camello, del que sacó, lo que Lucas esperaba que
fuera un puro, pero en realidad era un inhalador de nicotina.
Chupó irritado. Miró su reloj, también irritado. Las nueve y diez.
Quienquiera con quién se reunía llegaba tarde.
Lucas encendió la clavija pequeña en el botón de la cámara,
y la movió una fracción para obtener una vista mejor. Gloria se
tensó en respuesta a su movimiento.
Un momento después, la hoja de hierro de la entrada chirrió.
Los tacones altos resonaban sobre el suelo áspero. Una mujer.
Ruth Mackenzie. Debía ser. Miembro del Tribunal, funcionario y…
No era Ruth. Esta mujer era más pequeña y más delgada.
Llevaba un sombrero de ala ancha, calado, un abrigo oscuro
con el cuello levantado, y una bufanda. Cuando Charlie la vio,
cogió la lámpara y la sostuvo frente a él, entrecerrando los ojos
con suspicacia.
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La visitante abrió su abrigo y se aflojó el pañuelo de seda.
Lucas se quedó sin aliento. La luz brilló en un feo collar de hierro
que le rodeaba el cuello. Lady Serena Merle.
—No te preocupes, Charlie. —La voz de niña pequeña no era
tan entrecortada como Lucas recordaba—. Todavía estoy
atada como un perro con una correa.
Esta noche no había nada en sus ojos vidriosos, o vacío en su
sonrisa. Parecía cansada, sin embargo. Su rostro era delgado y
tenso.
—Hacía tiempo que no te veía.
—Así es. ¿Cómo está Rose?
—Igual, gracias. No ha empeorado.
—Es bueno saberlo. —Asintió con la cabeza.
—Está bien. Los dos sabemos que esto no es una visita social.
¿Qué tienes para mí?
—Problemas —dijo ella con tristeza—. Del peor tipo. Se trata
de los crímenes de brujas. Ellos... ellos no son lo que la gente
piensa. Ya ves... Me enteré... bueno, mi... mi marido está detrás
de ellos. Y otras personas de la Inquisición.
Lucas sintió a Gloria ponerse rígida a su lado. Su sangre se
heló.
Charlie, sin embargo, dio una risa ahogada.
—Bueno, bueno, bueno. El debió conseguirse una bruja pyros
como mascota. ¿Alguien al que están pagando o alguien al
que están obligando a hacer el trabajo sucio?
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—Forzando, creo que ha habido algunos problemas
"disciplinarios", al parecer. No sé los detalles. Sólo me enteré de
que fue en la noche del miércoles. Godfrey había estado en su
club, bebiendo... y él no está acostumbrado a ello, la verdad...
Luego dijo algo cuando lo puse en la cama. Yo no tenía que
fingir que no entendía. Más tarde le oí con Silas Paterson, en el
teléfono. Así que hice algo de investigación. Hay un ministro del
gobierno, Helena Howell, que está ayudando de alguna
manera, y no tienen respaldo en la Inquisición. La policía
también. No sé cómo de lejos llega.
—Hmm. Tratando de provocar una caza de brujas, ¿verdad?
—Es más inteligente que eso. —Se retorcía las manos. Sus
anillos brillaban a la luz de la lámpara—. Es Jack Rawdon al que
buscan. Lo odian y lo que está tratando de hacer con IBAS. Ellos
van a presentar pruebas de que hizo un encantamiento de
viento, peste... Dicen que cuando estaba trabajando en contra
de Endor hace tantos años, se transformó. Que ha sido uno de
los terroristas desde el principio.
—Muy limpio. Sí, es una desagradable putada. —Charlie
sonaba casi aprobatorio—. De hecho, la única cosa que no
entiendo es por qué me lo has traído a mí.
Lady Merle abrió mucho sus ojos violetas.
—Para que puedas poner fin a la misma, por supuesto.
Tendrás que ser rápido. Va a ser uno más de los ataques de esta
semana, que es cuando Rawdon será arrestado. Pero esta bruja
que están usando, la tienen encerrada en uno de los escondites
de la Inquisición. Si se llega a él o ella en primer lugar, hacer que
testifique, o...
Había una emoción en la voz, y ella extendió una mano en
apelación.
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—Por favor. Siempre te he dado una buena información, ¿no?
Con tus contactos y recursos, eres la única persona que puede
ayudar. El único en quien puedo confiar.
Charlie se rió.
—Siempre hiciste bien de damisela en apuros. Tales encantos
podrían haber funcionado sobre el pobre viejo Vince, y un
sinnúmero de solteros desde entonces. Pero yo estoy hecho de
otra pasta.
Se apoyó contra un pilar y la miró estrechando los ojos.
—Eres una chica capaz, Reeny. Has llegado hasta aquí sin
que nadie sospeche que tienes un buen cerebro o un buen
respaldo ¿Por qué no sacas el máximo partido de ello, y pones
tu mundo al derecho tu sola?
—No puedo. No puedo. Si Godfrey descubre que he dado la
espalda, derramando sus secretos… No soy yo la que me
preocupa, es Rose. Desde el accidente, ha estado
desamparada. Ella es sólo su hijastra. Él o sus amigos pueden
encontrar alguna manera de vengarse de ella. Lo sé.
En su agitación, el acento de cristal tallado se había
resbalado y puesto áspero. Sus ojos se humedecieron.
—Si Godfrey y Silas hacen caer a Rawdon, va a ser el final de
IBAS y cualquier otra institución que da a cada clase de bruja un
papel y derechos. ¿No te das cuenta? Después de ese tipo de
escándalo, la Inquisición será capaz de hacer lo que quiera.
—Es una historia triste, Reeny. Realmente lo es. Sólo el tipo de
fechoría incendiaria de dos caras. Pero seamos sinceros, no soy
fan de Jack Rawdon. Mi vida sería mucho más fácil sin su
pandilla de brujos curiosos asomando las narices en mis asuntos.
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Sonrió sin humor.
—Si hay una reacción, los aquelarres lo capearán. Siempre lo
hacemos. Además, la desesperación es buena para la
contratación. Todas esas pobres brujas perseguidas con ningún
lugar para correr, y ningún lugar para esconderse…
—Eres un hijo de puta de corazón frío.
Esta vez no hubo emoción en la voz de Lady Merle. Se secó
los ojos y empezó a abotonar el abrigo.
—Así es como todo el mundo me dice. Y ahora no es el
momento de suavizarlo. Kez está lejos, está Bradley Goodwin en
el punto de mira de un tribunal, y para colmo, me enteré esta
tarde que hay un traidor en las filas.
Lucas sintió todo el aliento salir de su cuerpo.
—Lo siento, Reeny —dijo Charlie, mientras se volvía—. Pero
esta no es mi batalla.
Charlie se quedó casi quince minutos después de que Lady
Merle se fuera. Parecía absorto en sus pensamientos. Entonces
comenzó a escribir algo en su smartphone. Justo cuando el
calambre en la pierna de Lucas llegó al punto en el que pensó
que tendría que estirarse o gritar, el guardia volvió a aparecer.
—El coche está aquí, jefe.
—OK. —Charlie suspiró pesadamente—. Será mejor que nos
marchemos también. No habrá más negocios aquí esta noche.
Él y el guardia perplejo salieron y se fueron. El ruido de un
motor se oía. Lucas y Gloria mantuvieron su posición durante
otros agónicos cinco minutos antes de salir del refugio. Gloria
encendió la linterna. En su resplandor gris delgado, su rostro era
fantasmal. Sus ojos brillaban.
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—Debí haberlo sabido. El piquete de La Inquisición y todos en
ella, nacidos y criados en la escoria.
Lucas estaba demasiado desanimado para responder. Se
sintió enfermo y hueco.
—La Inquisición es una vasta organización. Unos cuantos
funcionarios corruptos. —Ella ya estaba marchándose fuera del
sótano en el edificio principal. Cuando la alcanzó, se volvió
hacia él salvajemente.
—No te atrevas a poner excusas. Lo tienes en la película
sangrienta. No puedes confiar en ninguno de ellos. No es el
gobierno, no son los pyros, no es la policía. El grupo apesta, todo
está podrido hasta los huesos.
—Charlie Morgan es tan feliz de vender clases de brujas como
Silas Paterson.
—Charlie es una mala hierba. No es nada nuevo. Y no está ni
una pizca más cerca para darle.
—Y ahora él sabe que hay un informante en el Aquelarre. —
Lucas se mordió el labio.
—Huh. —Ella apoyó la linterna contra un pilar—. La Inquisición
probablemente le dio la mano en eso y todo. Una agente
menos para ellos del que preocuparse.
Lucas negó con la cabeza, pero no se atrevía a negar la
posibilidad por completo. Desmenuzó los restos de la figura del
perro entre sus manos, sintiendo la purga del hada lejos. Tuvo
que enfrentar el hecho de que Silas Paterson contaba con el
apoyo de La Inquisición. Había un montón de oficiales que
compartían sus puntos de vista, algunos de los cuales deben
trabajar con él. Gente como Gedeón Hale, tal vez… La idea le
ponía enfermo. Para la conspiración no era más que un crimen,
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una traición a todo lo que los reformistas liberales habían
logrado. La reputación de la Inquisición tardaría años en
recuperarse. Tanto trabajo bien hecho que no cuenta para
nada.
—Para aterrorizar a sus conciudadanos… Las personas que
han jurado proteger… ¿cómo pueden vivir con ellos mismos?
Gloria hizo un sonido exasperado.
—Muy bien, estoy seguro. Así que puedes dejar de lado los
lamentos. Sólo conseguirás que te salgan otro montón de
canas.
Hubiera pensado que era sólo una forma de hablar. Pero
entonces vio que los ojos de Gloria se estremecieron. Ella sabía
que había dejado escapar algo. Aunque se recuperó
rápidamente, no fue lo suficientemente rápido. Se miraron el
uno al otro y el espacio zumbó entre ellos.
—Dios mío. —Se sentía estúpido por la sorpresa—. Puedes ver
más allá del glamour. Eres… eres una bruja también.
Por un momento, parecía que iba a tratar de hacerle frente.
Luego se echó a reír, desafiante.
—Tan buena como una bruja, o mejor. La próxima vez,
encuentra un lugar más seguro para ocultar su amuleto. O pon
más fuerza de tu poder de hada en la elaboración.
Él tragó saliva.
—¿Significa esto que sabes quién soy?
Ella no respondió. Había dos manchas de color en sus mejillas.
—¿En serio?
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Su labio se curvó.
—¿Sabes quién soy?
Dio un paso hacia ella.
La ira y el miedo tamborileaban a través de él. Sus rostros
estaban tan cerca que casi se tocaban. Ambos estaban
respirando con dificultad.
De repente, Gloria golpeó su pecho, empujándolo. Ella se
irguió en toda su estatura.
—Sí. Te conozco bien. Lucas Hexing Stearne.
Un pensamiento terrible vino a él. Gloria debe haberse
enterado recientemente de su nombre, esa era la razón de que
su comportamiento hacia él hubiera cambiado de repente. Y
esa tarde, Charlie Morgan habían dicho que era un informante
en el Aquelarre.
—¿Tú fuiste el que advirtió a Charlie sobre el topo?
—No seas patético —escupió—. Odio la Inquisición y cada
pyro en ella, pero no me gusta Charlie tampoco.
Esta vez su mirada no vaciló.
—Está bien —dijo con frialdad— No debí haber dudado de ti.
Creo que los dos hemos tenido algunas sorpresas hoy. Has
aprendido mi nombre, y yo he descubierto que eres una bruja.
Estamos empatados. Ahora tenemos que...
—¡Sal! Mab Todopoderoso… ¿no sabes nada de mi mundo?
Hay algunos que dicen que convertirse en chivato es el peor
crimen de todos, pero incluso que el asesinato. Pero no ayudé a
la tía a traer un espía en el Aquelarre. La he traicionado frente al
hijo de un Alto Inquisidor.
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El edificio se alzaba vacío a su alrededor, oscuro y cavernoso.
Un trueno retumbó en la distancia.
—¿Estás diciendo que si hubieras sabido quién era yo desde el
principio, nunca me habrías ayudado?
—Estoy diciendo que todo ha cambiado. Esta no es la
Inquisición contra un jefe corrupto del aquelarre. Se trata de la
Inquisición contra clases de brujas. Y… y yo no creo que ni
siquiera puedo estar segura de qué lado estás.
Tal vez ella tenía razón. La idea lo enfureció.
—Me maldices, entonces. Dices que nunca voy a entender tu
mundo. ¿Qué hay de entender tú el mío? En tu mundo, te
desplegarán la alfombra roja para clases de brujas. Bueno, eso
no es como funciona de donde yo vengo. ¿Crees que fue fácil
para mí, decirle a mi padre en lo que me había convertido? —Él
la miró a la luz de las farolas—. Y tengo razón en igual medida
en desconfiar de las brujas como tú de los inquisidores. Algún
hagbitch asesinó a mi madre. Con una maldición.
Lucas no había querido decir esto. Se sintió como un golpe
bajo, pero algo de la brusquedad de Gloria se suavizó de
inmediato.
—Oh —dijo ella.
—Cristo. —Luego, con esfuerzo—: Lo siento. Porque puedo…
Quiero decir, yo sé cómo hacerlo…
Pobres, huérfanos de madre bruja, ambos.
—Sí. Así que resulta que en realidad tenemos dos cosas en
común.
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No era divertido, pero por alguna razón él quería reír. Para su
sorpresa, la boca de Gloria se contrajo también.
Fue entonces cuando las sirenas comenzaron a sonar.
Las luces intermitentes palpitaban en las rendijas de las
ventanas tapiadas y en la entrada. Varios coches de policía,
ambulancias y un camión de bomberos estaban corriendo por
la carretera.
Esta vez fue el sexto sentido de Lucas que dio inicio a la
acción. Él sabía, de alguna manera, lo que esas sirenas eran.
Gloria lo adivinó demasiado pronto. Antes de que pudiera
detenerla, ella se apresuró a salir del edificio.
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Capítulo 25
Traducido por Yamira.
Corregido por Indira17
se lejano retumbar, no había sido un trueno sino una
explosión. Cuando Gloria y Lucas llegaron a la calle en
mal estado al final de la manzana Radley, algunas
personas ya estaban tambaleándose lejos, presas del
pánico, mientras que otros, como ellos, siguieron
adelante tirados por un deseo de ayudar o dar testimonio, para
olfatear la sangre. Siguieron a la conmoción a través de una
urbanización, hasta que llegaron a lo que debería haber sido
otro camino sin complicaciones.
La policía había acordonado ya la zona. El humo acre flotaba
en el aire. Se vio un pedazo de retorcido metal ennegrecido,
atravesado por las llamas. Los restos del BMW de Charlie
Morgan.
Lucas pensó, antes de que pudiera detenerse, en su madre.
A Gloria no se le ocurría nada. Su mente era una extrema
inexpresividad.
El coche-bomba explotó fuera de una tienda de licores. Sus
ventanas estallaron, el interior hecho trizas. Una mujer estaba
sentada en la acera, un trapo con sangre presionado contra la
E
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cabeza. Otro espectador yacía en la carretera, rodeado por los
paramédicos. Una ambulancia ya se había ido y la actividad
frenética se vislumbraba en el interior de los otras dos. Una
multitud se había reunido ya.
—... que va a ser un objetivo político —alguien estaba
diciendo.
—Algún pez gordo del gobierno, a las brujas no les gustan.
—Al igual que Endor, de nuevo —dijo su amigo.
La cara de Gloria se aturdió y se puso blanca.
—Aquí tienes, cielito, toma pequeña —dijo el anciano de pie
junto a ella y Lucas.
Le entregó un petaca. Tomó un trago de whisky y tosió,
escupiendo.
—Está bien, pondrá un poco de color en tus mejillas.
—¿Vio lo que pasó? —preguntó Lucas.
—Lo he visto todo. —El anciano habló con entusiasmo—. Yo
estaba esperando el autobús, un poco más para allí. Entonces
un coche se detuvo y este tipo grande, de aspecto importante,
bajó de la parte de atrás. Entró en la tienda a por un paquete
de cigarrillos. Pero en cuanto abrió la puerta del coche de
nuevo… ¡kaboom! La explosión lo lanzó a la calle. Pobre diablo,
se veía muy mal. Aun así, todavía estaba vivo cuando lo
metieron en la ambulancia. Su conductor no tenía esperanza.
Tal vez había habido un problema con el detonador. Gracias
a esto, Charlie Morgan tendría —probablemente— la
oportunidad de sobrevivir.
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Un policía estaba preguntando los nombres y solicitando
información. El anciano se dirigió hacia él con entusiasmo. Lucas
tomó a Gloria por el brazo.
—Vamos —murmuró—. No deben vernos aquí.
Como él no sabía por dónde ir, fuimos de vuelta por la
dirección por la que habíamos venido, la desolada fila de
edificios abandonados.
—No es el Radley —se dijo Gloria, despertándose un poco—.
La tripulación del Aquelarre Wenesday, escucharon una vez,
que podrían venir a buscarlo.
Un edificio de oficinas abandonado proporcionó un refugio
alternativo. Alguien había cortado ya la alambrada a través de
la entrada, y treparon al interior por una ventana rota de la
planta baja. La linterna de Gloria reconoció un saco de dormir y
una jeringuilla tirada en el pasillo, y un par de medias velas
derretidas pegadas en tarros de mermelada. Todo estaba
cubierto de polvo.
Se trasladaron a una habitación sin ventanas, amueblada con
un par de archivadores destartalados y un montón de cortinas
sucias. Gloria apoyó la linterna sobre un armario y se sentó en las
cortinas. Sus piernas aún le temblaban. Sólo ahora, mirando a
Lucas a la luz de la linterna, pensó en retomar la discusión que
las sirenas habían interrumpido. Todavía parecía pálido y muy
lejano.
Ella había querido que Charlie fuera castigado, y pensó que
se alegraría de verle muerto. Sin embargo, no podía quitarse el
humeante montón ensangrentado de metal de la cabeza. La
imagen alternaba con una de Charlie rellenando su copa en la
cena de la semana pasada: jactancioso, arrogante, invencible.
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—Está bien... ¿quién crees que lo hizo? —preguntó, tratando
de mantener su voz firme. Aprieta los dientes y recuerda que
eres una Starling—. ¿Paterson y Merle?
Lucas le tranquilizó con su tono serio, e hizo todo lo posible
para que coincidieran.
—No veo cómo matar a un jefe del Aquelarre encaja en la
conspiración de Jack Rawdon. Y ¿qué pasa con el tiempo? Ellos
tendrían que preparar a alguien de dentro, no podrían, para
acceder y etcétera. Yo diría que es más probable que uno de
los asociados de Charlie o rivales decidieran llevarlo a cabo.
—Muy bien, tal vez no es sólo el chivato. Tal vez alguien
acaba de conseguirle la coartada.
Suspiró Gloria.
—Más vale que sea así, de todo caso. Porque si Charlie se
entera de que eres un topo de IBAS, tendrá que correr la voz. Mi
tía A y yo, estamos bajo sospecha, junto con cualquier otra
persona que haya estado a un kilómetro de ti en la última
semana.
Sacó su teléfono.
—Tengo que advertir a mi tía.
Pero Lucas detuvo su mano.
—Hazle saber que estás a salvo. Di que seguimos a Charlie,
vimos la explosión, y que nos estamos escondiendo hasta que
sepamos qué es qué. Pero no le digas lo que hemos escuchado
de Lady Merle.
—¿Estás loco? Necesitamos toda la ayuda que podamos
conseguir.
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Esto fue difícil. Lucas no quería que sus recientes acusaciones
y recriminaciones estallaran de nuevo. Hizo una pausa,
buscando las palabras adecuadas.
—¿Cuánto tiempo ha estado su tía abuela siendo informante
de la Inquisición?
—Un par de meses
—¿Estás segura de eso?
—Claro. ¿Por qué?
—De acuerdo con mi controlador en IBAS Angeline ha estado
informando durante décadas.
Gloria golpeó un archivador con frustración.
—Más mierda. ¡La inquisición miente! La tía Angel no es una
soplona.
—Er, son ambos, ¿recuerdas? Por una buena razón, por
supuesto —se apresuró a añadir Lucas—. Si Angeline se puso en
contacto con él, si se puso en contacto con la Inquisición, hace
treinta años, estoy seguro de que hay una explicación para ello.
Pero no creo que debamos arriesgarnos a que ella se involucre.
No hasta que sepamos exactamente lo que ha estado diciendo
y por qué. Y por qué no te lo ha dicho.
—¿Has dicho treinta años?
—Veintiocho, para ser exactos
Gloria sintió una sacudida en todo el cuerpo. Fue como
tropezar en la escalera. El gran evento de hace veintiocho años
fue el regreso de la abuela Cora. Después de cinco años de la
fuga con Edie, ella llamó por teléfono a sus hermanas, y se
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organizaron para conocerse. Pero la Inquisición llegó a ella
primero. Alguien les había avisado.
No vayas por ahí, se dijo con fiereza. La Inquisición miente,
todo el mundo lo sabe. Quieren hacerte paranoica. Ellos
tuercen las cosas y las personas, de acuerdo con sus propios
fines. Si la tía Ángel nunca hubiera ido a los punzones, hubiera
intentado negociar con ellos, para asegurar la liberación de su
hermana...
En este caso, sin embargo, ¿por qué no le dijo nada a Gloria
al respecto?
Lucas, sintiendo su ventaja, siguió adelante.
—Aunque mi tapadera es segura, no vamos a obtener
ninguna ayuda de los aquelarres. Charlie se lo dejó claro a Lady
Merle. No podemos correr el riesgo de volver a la calle Cooper e
IBAS no será mucho más segura. La Inquisición lo monitorea
todo. Así que tengo que avisar a mi controlador en secreto.
—¿Confías en él?
—Ella. Sí, así es. Ella es IBAS y leal a Rawdon. Encontrará una
manera de advertirle.
Mientras hablaba, se dio cuenta de que había alguien más
que podía ir. Zoey estaba bajo vigilancia, pero el brujo mayor
Warden Branning Jonah, no lo estaba. El hombre podía ser
irritante, pero no era corrupto. Esa cara pecosa prácticamente
brillaba con honestidad.
—Pero si vamos a poner fin a esta conspiración, necesitamos
una prueba.
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—El video que grabaste, lo único que hay son acusaciones.
Una charla entre un mafioso y algunos imbéciles de clase alta
no es una prueba. Sería motivo de risa de la audiencia.
—Lo sé. Es por eso que tenemos que hablar nosotros mismos
con Lady Merle. Ella puede tener más información para
nosotros. La clave de todo esto es la bruja que los conspiradores
están utilizando. Tenemos que averiguar quién es y dónde está
retenida.
—Hmm. —Gloria le miró pensativa—. Si vamos a jugar a
detectives, entonces voy a necesitar un trago.
Con un ademán, sacó una petaca del bolsillo de su
chaqueta.
—¡No me lo puedo creer! ¡La robaste del anciano!
—¿Qué esperabas de una simple ladrona como yo? —Ella
sonrió—. En realidad, se fue tan rápido que se olvidó de ella.
Pero no te daré si va a ofender tu delicada moral.
Lucas tomó un trago, sólo para demostrar que estaba
equivocada. El alcohol crudo golpeó la parte posterior de su
garganta e hizo una mueca. Se dio cuenta de que no había
comido nada excepto un sándwich, cinco horas antes. Una
búsqueda en los bolsillos produjo una chocolatina que había
olvidado. Mejor que nada. Gloria, por su parte, trataba de
escribir un mensaje de texto a la tía Angel. La dificultad de
decidir qué escribir se hizo peor por la necesidad de transmitir el
mensaje en código.
El brillo de la pantalla del teléfono recordó a Lucas a las velas
dejadas por el intruso antes. Sus hechizos les suministrarían lo
necesario, por lo que fue capaz de encender dos velas y
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colocar los tarros en el suelo entre ellos. Sacó la chocolatina
también.
Gloria levantó una ceja.
—Velas, alcohol, chocolate... ¿está tratando de seducirme,
Señor Inquisidor?
Su cara se puso rígida.
—Sabes que no soy un Inquisidor. Nunca lo seré.
Cuando la había interrogado en Radley, exigiendo que ella le
dijera lo que sabía, Gloria había sentido un instante de pánico
real. Fue una respuesta mecánica, el temor que sienten por las
generaciones de sus antepasados, que respondieron a la
amenaza hecha por las generaciones de los suyos. Como se
alzaba sombríamente sobre ella, con los ojos ardiendo con su
propio fuego pálido, le había parecido un Alto Inquisidor por
derecho propio.
Reconoció que ella le superaba esto. No era como si la
Inquisición lo hubiera criado especialmente para ser su propio
poder de hadas y cazador de brujas. Era brujo por accidente,
no por diseño. Gloria había visto cómo la esposa del fiscal jefe
había muerto. Pero ella no había olvidado o ignorado el hecho,
y eso la hizo avergonzarse. El poder en Lucas era el poder que
había asesinado a su madre. No era de extrañar que
desconfiara.
Casi como si Lucas supiera lo que estaba pensando, le dijo
bruscamente
—Conseguir el poder de las hadas era lo peor que podía
imaginar. No me lo imaginé nunca, la idea era demasiado
imposible. Y cuando sucedió, mi padre... Bueno. Tal vez fue aún
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peor para él. Sé que no lo vas a creer, pero mi padre es un buen
hombre y un buen inquisidor. Ellos existen.
Bajó la mirada a sus manos.
—Lo más loco es que los dos sabemos que si hubiera
cometido algún delito, o dejado a una chica embarazada o
comenzado a tomar drogas... ese tipo de cosas, podríamos
haberlas tratado con él. Pasaríamos por ello juntos. Pero el
poder de las hadas lo cambió todo.
Gloria no sabía qué decir a esto. En cambio, ella le preguntó
cómo había sido su primera vez con las hadas. Su respuesta fue
tan vacilante y torpe, como su pregunta. Fue entonces cuando
descubrieron que se habían convertido en brujos el mismo día. A
partir de ahí, Gloria pasó a todas las demás cuestiones que
había estado almacenando. Cuál era su formación. Qué tipo
de hechizos le gustaban más. Si alguna vez había intentado
saltar por las nubes... En poco tiempo, Lucas estaba haciendo
sus propias preguntas.
Lo que se espera de ellos en el mundo exterior, lo enfrentarían
mañana. Los dos se sentaron en las pilas de sucias cortinas,
pasándose el chocolate y la petaca entre ellos, intercambiando
sus historias. Esta noche, sus defensas bajaron, desdibujadas por
el cansancio, el whisky y el humeante parpadeo de las llamas
de las velas.
—¿Qué pasó de repente? —Gloria le preguntó soñolienta,
hacia el final—. ¿El gran hechizo?
—No confío en él. Sé que la emoción sería la misma si me
estuviera haciendo daño o hiriendo a alguien con mi poder —
respondió Lucas—. Y sin embargo quiero seguir sintiéndolo, a
pesar de todo. A pesar de la mancha. Porque eso es lo que es:
barro, sudor y sangre... una especie de fiebre...
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Gloria bajó el cuello del jersey, dejando al descubierto el
pinchazo aterciopelado debajo de su clavícula. Ella lo tocó,
sintiendo el rubor oscuro de las hadas.
—Mira —le dijo—. Mira
De mala gana, él alzó la cabeza, frente a ella, a través de la
niebla de la luz y la sombra, como el beso del diablo, floreció
bajo su piel.
—También puede ser hermosa.
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Capítulo 26
Traducido por Ale Rose
Corregido por Indira17
loriafue la primera en despertarse. Estaba helada, rígida
y manchada por la suciedad de su nido de cortinas. La
boca tenía un sabor desagradable. No había mucho
whisky en la petaca, pero con el estómago vacío, al
final de un largo y tumultuoso día, había sido más que
suficiente. Entrecerró sus ojos a su reloj. Las nueve y veinte. Se
habían quedado dormidos.
Lucas todavía seguía durmiendo. Estaba tendido boca arriba,
su pelo negro cayendo atrás de su frente, frunciendo el ceño en
sus sueños. A pesar del ceño, la vulnerabilidad de su figura
inconsciente la perturbaba, y ella se alejó.
El suministro de agua había sido cortado junto con la
electricidad, pero Gloria logró encontrar un poco de agua de
lluvia en un tonel en el patio trasero. Salpicó su rostro, enjuagó su
boca y masticó un poco de chicle. Eso no apagó su sed.
Acuclillándose detrás de un bote de basura para orinar,
pensó que si ella hubiera sabido que iría a acampar en un
abandonado edificio, por lo menos habría traido un cepillo de
G
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dientes. Y algo de rímel. Su reflejo en la ventana era deprimente,
cabello despeinado alrededor de su cara grisácea.
Lucas estaba levantado cuando ella volvió. Ásperamente, le
dijo dónde había agua. Ambos preguntándose si se habían
revelado mucho la noche anterior. Cada uno evitando mirarse.
De cualquier modo, cuando Lucas volvió, saltaba a su paso.
Sostenía un pequeño rollo de papel, lo cual procedió a rasgar
con deleite.
—El amuleto para el glamour de Harry —explicó—. Si en el
Aquelarre Wednesday sospechan que Harry es un topo,
entonces estoy seguro conmigo mismo. —Él cariñosamente miró
a sus manos—. Es bueno estar de vuelta.
Gloria también rasgó el desecho amuleto que ella había
estado cargando. Se sentía algo simbólico, aunque ella no
estaba segura del por qué. De cualquier modo, parte de la
incomodidad desapareció.
Un cuarto de hora antes de las diez, partieron hacia la
estación local del metro, donde Gloria recordaba haber visto un
centro de internet. Decidieron empezar sus investigaciones a
través de la web. Su primera parada, no obstante, fue en un
café a la vuelta de la esquina. Después de usar el baño, y pedir
sándwiches de tocino y té, ambos se sintieron un poco más
humanos.
Gloria tenía que apagar su teléfono por la noche para cuidar
la batería, y también por seguridad, en caso que lo rastrearan.
En la luz optimista de la mañana, esto parecía como llevar las
cosas a lo extremo. Encontró que tenía un corto correo de voz
de Troy —“Llámame”, recibido a las 2 a.m.—, varias llamadas
perdidas Auntie Angel, una de Nate, y un mensaje confuso de
Patch. Rumores de lo que le había sucedido a Charlie se habían
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propagado rápidamente. No había nada acerca de su padre.
Probablemente no se había dado cuenta que ella se había ido
por la noche. Al final, le envió otro texto a Auntie Angel para
pedirle que siguiera encubriéndolos, y prometiéndole estar
pronto en contacto. Estaba determinada en no darle otra idea
de la alegación que Angeline era una soplona a largo plazo.
Aún así, más vale prevenir que lamentar.
Lucas preguntó si alguno de sus mensajes habían sido
importantes.
—Troy quiere hablar conmigo. Aunque, esto no significa que él
está detrás de ti. Pobre bruto, probablemente sólo quería darme
una advertencia sobre su padre.
Charlie había hecho muchas viudas y huérfanos, pero Gloria
no podía tener ninguna satisfacción de la idea de que su propia
familia se reunieron con lágrimas por su partida.
—¿Cuál es el acuerdo entre ustedes de todos modos?
—¿A qué te refieres?
Verdaderamente no tuvo el coraje para repetir las
insinuaciones de Nate.
—Yo sólo, um, no estaba seguro de su relación
—No mucho, considerando que soy su futura señora.
Cualquier cosa que él había estado esperando, no era eso.
Estaba cansada y despeinada, y debería haber sido claro para
ella. A pesar de todo, cuando él miró su cara, los fuertes huesos
y la boca testadura, se encontró a sí mismo pensando que ella
era más bonita de lo que él se había dado cuenta. Notable, por
lo menos. Troy debió haber visto esto también.
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—Sentido de negocio —explicó Gloria—. Si yo contraía
matrimonio en el Aquelarre Wednesday, Charlie habría sido
capaz en mantenerme a mí y a mi fae bajo su mando. Tal vez él
no sabe que soy una bruja, no en definitiva, pero estába
haciendo planes de todos modos. Le gustaría que yo sea una
buena esposita, ya sabes, criando bebés brujos para el imperio
de Morgan. —Trató en sonar un poco seria, pero
verdaderamente no lo consiguió—. Resulta que no hay muchas
opciones para el Aquelarre de la niñas. Incluso para las niñas
brujas.
—Eso es… horrible.
Por alguna razón, su piedad le molestaba.
—Oh, déjate de tonterías. Apuesto que los matrimonios
arreglados pasan en la Inquisición también. ¿No es la mejor
manera de mantener lejos la fae de los demás?
Lucas recordó a su padre con Marisa en el estudio,
tranquilizándola sobre Camilla, la bruja libre de antecedentes.
Hice la investigación conveniente: su genealogía está
impecable. Nunca se le había ocurrido que el matrimonio de sus
padres había sido organizado. Mandó la idea lejos.
—Si es así, no funcionó, ¿verdad? Mírame.
Una vez en el ciber-café, encontraron una silenciosa esquina,
lejos de los otros clientes. La primer cosa que Lucas hizo fue
descargar el archivo de la grabación que él había tomado de
el Radley desde la diminuta cámara espía. Luego creó dos
nuevas cuentas de correos, y envió el vídeo como un archivo
adjunto de una cuenta a otra. Ahora estaba guardado en el
ciberespacio.
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Después, inició sesión en los nuevos archivos online de la
suscripción de su escuela. Ellos iban a usarlo para buscar por los
antecedentes de Señor y la Señora Merle.
El primer artículo de interés fue del sitio web del Hospicio
Infantil Meadowsweet. El instituto de beneficencia anunciaba
que su benefactor, la Señora Serena Merle, era la anfitriona de
un evento de gala para recaudar fondos en Semana Santa
contando desde el lunes.
—Es esta noche —dijo Gloria—. Podría ser nuestro golpe de
suerte. A una gran fiesta como esa debería ser fácil colarse.
Lucas se había perdido la noción del tiempo y de las fechas.
Había sido sólo una semana desde que llegó a la calle Cooper,
ahora su vieja vida parecía que le pertenecía a otra persona,
hace mucho tiempo y muy lejos. Recordó que hoy era el
aniversario de boda de Ashton y Marisa. Ellos estaban lejos, en
París para pasar el fin de semana. De otro modo, ellos podrían
incluso haber asistido al evento. Marisa tenía una campaña por
el mismo instituto de beneficencia.
La única historia verdadera que ellos encontraron era acerca
del accidente de Rose Merle de diecisiete años en un paseo a
caballo el pasado diciembre, sin embargo, los detalles de su
discapacidad eran vagos. Parecía que Serena Meler mantenía
un perfil bajo después de su frenado y subsecuente matrimonio.
Antes de eso, para Serena Drew, modelo y actriz, era habitual
salir en la columna de cotilleos. Una foto la mostraba abrazada
con una —famosa todavía— estrella de rock. Su sonrisa estaba
radiante, su garganta descubierta.
Lucas miró más de cerca.
—Hey, ¿no es ese Vince Morgan detrás de ella?
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Gloria también se inclinó. El peñascoso perfil del pandillero era
inconfundible.
—Sé dónde fue tomada esa foto. Es el club Morgan en el
Strand. ¡Así que allí es donde ella conoció a Charlie y compañía!
¿Notaste que su acento dejó de ser tan la-di-dah11 cuando
estaba hablando con él?
—No importa sus orígenes, en estos días ella se mueve en los
altos y poderosos círculos. No me extraña que ella ha sido una
buena fuente para el Aquelarre.
Dirigieron su atención a Godfrey Merle y el Cardex News
Group. Su dominio de los medios de comunicación era
controversial, pero permanecían intactos. No hay duda que el
Señor Merle era un donante importante para el gobierno.
El alcance y el objetivo de la conspiración eran muy claro. El
arresto y el juicio de Jack Rawdon serían dirigidos por Paterson y
sus compinches de la Inquisición, con la complicidad de su
gobierno y de los contactos con los medios. La desaparición de
Rawdon sería seguida por una represión general en los derechos
de la especie bruja que el público, ya temeroso de un retorno a
los días de Endor, apoyaría hasta el final.
De hecho, el único rompecabezas restante eran los motivos
de Godfrey Merle. Silas Paterson era un militante inquisidor de la
vieja escuela, el tipo que pensaba que todas las brujas eran el
enemigo y debería ser tratado como tal. Su aliado en el
gobierno, la ministra Helena Howell, era una cristiana
evangélica derechista, quien hizo una campaña anti-brujas.
Pero el mismo Señor Merle no hizo un gesto o declaraciones
11La-di-da: se refiere al acento y la jerga de una persona elegante, de clase alta.
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públicas que sugirieran una animosidad personal hacia los
brujas. Después de todo, él estaba casado con una.
El último sitio de internet que visitaron fue una notica del BBC,
que tenía un intento de asesinato de Charlie Morgan como su
titular. Charlie fue descrito como un destacado comerciante,
con presuntos vínculos con el crimen organizado. Su condición
sigue siendo crítica. Ellos siguieron un enlace en la parte inferior
de la página web de actualización de crímenes de brujas y la
Inquisición. La historia principal fue que el comandante Josiah
Saunders estaba seriamente enfermo. Silas Paterson era ahora la
cabeza activa de la Dirección Criminal de Brujas.
—Debemos movernos rápido —dijo Lucas—. El siguiente
ataque, el arresto de Jack Rawdon, tendrá lugar después de
esta semana. Necesitamos conseguir pruebas reales para
enseñarselas a las autoridades, así ellos pueden detener todo
esto.
—¿Las autoridades? —dijo Gloria con suspicacia.
—La IBAS y la policía. Sir Anthony Brady también tendrá que
saberlo.
—¡El descubridor general de brujas! Por Mab, ¿no aprendes
nada?
—Él hará lo correcto. No, realmente. Sir Anthony anima la
cooperación de la Inquisición con el IBAS en primer lugar. Es un
hombre honorable.
Gloria no estaba convencida. Sin embargo, podrían discutir
sobre ello más tarde.
—Bueno, estaba pensando… La fiesta de esta noche. Es en la
mansión Merle, decía en la institución de beneficencia. Ahora,
la Señora La-di-dah reconoce que a quien han estado usando
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para cometer los crímenes de brujas está encerrado en algún
lugar de la Inquisición. Pero ¿Si el brujo cautivo está cerca de
casa? La casa de lujo debió de tener montones de escondites.
Lucas estaba seguro que Serena Merle tendría la idea sobre
esto. Sin embargo, valía la pena intentarlo.
—Podemos buscar también en el estudio de su marido —
agregó Gloria—. Si su esposa ha estado entrometiéndose para
Charlie, probablemente puede darnos sus números PIN y
papeles privados y cosas como esas. Primero, necesitamos
sacarla de allí. Pero eso no significa que ella no quiera ayudar.
—Buena idea. El otro lugar en donde necesitamos buscar es
en HQ Inquisición en el Outer Temple. Allí están las celdas
inmediatamente debajo del suelo, pero muchas personas tienen
acceso a ello. Los catacumbas, de cualquier modo, son una
cosa diferente. Tú no puede bajar allí sin una llave.
—Y ¿Tú no tienes una?
—No, pero conozco a un hombre que sí. Es por eso que es lo
mejor si yo tomo la Inquisición, y tú vas a la fiesta.
Gloria comenzó a protestar, pero él la cortó.
—Escucha, puedo entrar al Outer Temple sin ningún problema.
Todos me conocen allí. Será muy diferente para ti, mucho más
peligroso.
—No necesito protección, ¡muchas gracias! —Ella lo miró—.
Estoy siendo práctica, ¿está bien? Separarnos es una estúpida
idea. Si algo malo pasa, y estamos cada uno en lo nuestro,
estaríamos en problemas.
—De acuerdo. Es el por qué necesitamos conseguir respaldo.
Mi guardia, el oficial Branning…
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—Sin punzones. No.
El argumento resultante lo llevaron fuera del café y en la calle.
El hecho que esté fuera pronunciado en susurros y silbidos no
mermaba la fuerza de sentirse involucrados. Lucas explicó que
la Inquisición tenía una fuerte presencia en IBAS que si él
contactaba a su tratante, el enemigo podría interceptar su
advertencia. Jonah, como oficial inquisidor; podría conseguir
rondar las restricciones de vigilancia. Pero Gloria rechazada
totalmente la participación de cualquier persona de la
Inquisición. Ninguno de ellos era fiable, todos eran corruptos. Tan
pronto como este oficial Branning sospechara que ella era una
bruja, sería registrada, retenida y golpeada con derecho. Y así
sucesivamente.
Estaban tan absortos en la conversación que Troy Morgan se
echó sobre ellos de la nada.
En unos segundos brutales, Lucas se encontró agarrado por el
cuello, arrastrado por un callejón y golpeado contra la pared.
—¿Quién eres? ¿Quién te envió? Dime tu nombre de embrujo.
Lucas estaba demasiado sin aliento para responder, aún si él
hubiera querido. Sin decir nada, él sacudió su cabeza.
Troy le golpeó en la cara. Fue una fuerte bofetada, más que
violenta, pero Lucas nunca había sido golpeado en su vida.
Gloria, mientras tanto, estaba tirando el brazo de Troy con una
mano
y golpeándolo con la otra. La ignoró. Su dura mirada verde se
fijó en Lucas.
—No me hagas forzarte.
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Lucas abrió su boca, pero de nuevo no le salieron las
palabras.
—Él no tiene nada que ver con el coche bomba. —La voz de
Gloria fue áspera con pánico—. Troy, lo juro. Juro…
—Lo sé —gruñía Troy—. Pero todavía va a decirme lo que
quiero saber. Los dos. —Sacó un par de gruesas esposas de
hierro de su abrigo y esposó a Lucas con ellas. Entonces le
obligó a regresar a la calle principal, abrió el maletero del
Mercedes y metió a su cautivo en él. Lucas apenas tuvo la
oportunidad de luchar antes de que la puerta se cerrará de
golpe. Una transeúnte miró hacia ellos dudosamente, pero Troy
sostuvo un impresiónate gafete brillante.
—Patrulla inquisitorial de la calle. Nada para preocuparse,
señora.
Entonces tomó a Gloria por la muñeca, ignorando todos los
chillidos de protesta, la empujó en el asiento del pasajero.
—Bien —dijo. Puso sus manos en el volante, haciendo un
esfuerzo consciente para contenerse. Su voz era como el
hierro—. Por primera vez, vas a sentarte en este coche y
hablarme sin mentir.
La primera mentira que Gloria le dijo a Troy fue que anoche
sólo había descubierto que Lucas era un agente de la IBAS La
segunda mentira fue el propósito de la misión de Lucas; Gloria
dijo que había sido enviado a los Aquelarres para investigar los
recientes ataques de terrorismo de brujas. La tercera mentira fue
que ella había ayudado a Lucas a espiar a Charlie en el Radley
porque tenía miedo que él la denunciara como una bruja a la
Inquisición.
Aún así, ella le dijo más de la verdad de lo que ella quería.
Esto incluye el hecho de que ella era una bruja y la real
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identidad de Lucas. Ella esperó que Troy reaccionara
explosivamente a ambos. En cambio, le dio una sonrisa torcida.
—¿Tengo al hijo del Fiscal General en mi maletero? Mab
Todopoderoso... este día es cada vez más surrealista a cada
minuto.
En cuanto a su fae. —No vi eso venir.
Ellos estuvieron estacionados en una calle lateral a una
cuadra de donde Troy les había recogido. Gloria hizo todo lo
posible por no distraerse pensando en Lucas. Necesitaba
concentrarse en hacer su historia con fluidez, las mentiras
persuasivas.
Ella no sabía cuánto creía Troy, pero al menos le oyó.
—¿Cómo nos encontraste de todos modos? —preguntó
Sacó un espejo y un taco de fieltro negro de su bolsillo,
además de dos astillas de uña. Los materiales de la mortaja.
—Conseguí los detalles de la reunión de padre por el tío Frank
en el hospital. Luego fui a dar un vistazo por el Radley. Tan
pronto como encontré este lote pequeño, establecí una de las
brujas del Aquelarre Wednesday a adivinar a través de una
bola.
La adivinación podría hacerse con cualquier objeto personal
a medio día después de haber sido tomado de el objetivo.
Había sido horriblemente descuidada al dejar los materiales de
la mortaja atrás. Sin embargo, para adivinar a alguien, también
tenías que saber qué estabas buscando. La bruja debió de
haber dicho a quién le pertenecían las uñas.
—Cómo… —comenzó Gloria. Pero Troy realmente le estaba
dando la respuesta.
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—Le había pedido a Nate que los vigilara, y aunque es un
idiota irresponsable, por lo menos encontró el lugar donde se
escondieron anoche. —Sonrió, disfrutando de su malestar—. Así
que le dije a la bruja a quién espera ver, y le mostré tus dos
fotografías.
Luego describió el resultado de su adivinación.
—Imagina nuestra sorpresa cuando tu compañero en el
crimen se presentó como ¡alguien más! Ahora, es posible que tú
estuvieras con alguien que no fuera Harry. Pero desde que tu
pequeño camarada es un brujo, no era difícil imaginar que él
había tenido un cambio de imagen. Al igual que lo hizo para el
negocio de Blake Gordon.
—Suerte de nosotros, mi adivinadora podía ver el frente de
tienda detrás de ti, lo más claro posible. Una vez que lo
habíamos identificado, no tomó mucho tiempo rastrearte.
Gloria mordía su labio.
—Dijiste que sabías que Lucas no fue responsable por el
coche bomba. ¿Por qué?
Su rostro se oscureció
—Porque nos enteramos quién fue. Jonesy, en seguridad.
Pudiste haberlo visto en el Gemini: cuerpo como una tanque,
cabeza rapada, dientes malos.
Esta descripción se aplica a la mayoría músculo del Aquelarre.
Ella hizo un sonido evasivo.
—Ha estado con nosotros durante casi siete años. El aviso vino
demasiado tarde. Tío Vince lo atraparon junto con él esta
mañana pero Jonesy tenía una bala en la cabeza. Al parecer él
había sido chantajeado. Alguien tenía secuestrada a su hija...
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esta dulce pequeña de tres años llamada Tess. Ella volvió con la
ex de Jonesy esta mañana. Ninguna de ellas puede decirnos
nada.
Gloria sabía que el único equipo de Reino Unido para rivalizar
con los Morgans fue el Aquelarre Side Craven, arriba en
Manchester.
—¿Podría haber sido los Cravens?
—Tal vez. O una de las mafias rusas. Ha intentado un
movimiento en el territorio del Reino Unido durante un tiempo.
De cualquier manera, tenemos que averiguarlo rápido.
—Y cómo... ¿cómo está tu padre?
En cuanto a lo que Gloria podría decir, Charlie y Troy tenían
una buena relación. Pero ella nunca había visto ningún gesto
demostrable de afecto entre ellos. De la mirada a Troy ahora, sin
afeitar y con los ojos inyectados en sangre, estaba claro que él
había estado levantado toda la noche. Pero estaba cansado y
enojado, no angustiado.
—Está bastante mal. Si sale adelante, Dios sabe en qué
estado estará. Mi madre llegó esta mañana. Ella y Skye y los tíos
están ahora en el hospital. Lo que significa la espantosa cuestión
de qué hacer contigo y tu informante-camarada es mi
responsabilidad. —Él la miró sobriamente—. Y tengo que decirte,
Gloria, estás metida en un gran desastre.
La boca de Gloria estaba muy seca.
—Ya sabes, antes de tomar cualquier decisión, es posible que
desees echar un vistazo al video que Lucas hizo en el Radley. —
Ella no había dicho todavía a Troy que los dos habían aprendido
de Lady Merle.
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—La última reunión de mi padre… Sí, debería verlo.
Gloria esperó. Troy estaba mirando por la ventana en la pared
en frente, con una mano envuelta en el volante.
—Yo sólo quería en tener un poco más de tiempo —dijo al fin,
en voz muy baja.
—¿Tiempo? ¿Por qué?
—Nada que tú entiendas. —Él la miró con impaciencia, y una
especie de envidia—. Tú eres grande en la herencia, ¿no es así?
La Chica Starling del Destino... Debe ser agradable y simple
para ti.
Antes de que pudiera responder, abrió la puerta del coche.
—Está bien. Vamos a charlar con el Pequeño Señor
Fauntleroy.
Lucas había estado encerrado en el maletero del Mercedes
durante casi media hora. Estaba muy caliente y apretado
cuando salió, la incomodidad de su confinamiento intensificada
por el efecto vertiginoso de las esposas. Éstas permanecieron
cuando Troy lo empujó hacia el asiento trasero.
Gloria dio la vuelta desde el frente.
—Le dije que tú habías sido enviado a investigar el terrorismo
de brujas —acertó a decir antes de que Troy la cortara.
—Quédense aquí y en silencio —les dijo.
Aunque Lucas no pensaba en que Gloria lo delataría, sintió
una oleada de alivio. Había pasado la mayor parte de su
tiempo en el maletero, agonizando sobre lo que podría revelar,
y hervir con frustración de que él no podía estar allí para
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escuchar cualquier historia que a ella se le ocurriera. Al menos
esto distrajo su mente de todas las cosas que Troy podría estar
planeando hacer con él.
El destino de Troy era un edificio de oficinas en decadencia
detrás de King Cross. Había un gimnasio privado en el sótano
que era usado como un informal centro de acogida para los
rangos inferiores del Aquelarre. No había nadie en ese
momento. El aire estaba lleno de sudor rancio y ambientadores;
cintas andadoras y pesas brillaban débilmente bajo las luces
fluorescentes. Troy andó con ellos por el gimnasio por detrás de
la oficina.
Fue entonces cuando le quitó a Lucas las esposas.
—Gloria piensa que la reunión que tú interceptaste anoche
es algo que yo debería saber. Así que antes de decidir qué
hacer contigo, quiero ver lo que tienes.
Con manos nerviosas, Lucas coloca la pequeña cámara espía
al ordenador portátil de Troy y pulsa el botón de reproducción.
Equipo del IBAS no lo había defraudado: la imagen era clara, el
sonido crujiente. Troy vio la discusión entre su padre y Serena
Merle en silencio sombrío. Él tampoco no dijo nada después.
—Tienes que entender —dijo Lucas, mientras el silencio se
extendía—, que la única razón por la que vine a la calle Cooper
fue porque el IBAS pensó que un Aquelarre de brujas fue el
responsable del ataque de terrorismo. Ahora que sé que es
diferente, lo que sucede en el Aquelarre no me importa. Son los
inquisidores corruptos. No tengo nada contra ti, por no hablar
de tu organización. Yo no soy ningún tipo de amenaza
—¡Amenaza! No te hagas ilusiones. —La voz de Troy goteó
desprecio—. ¿Quieres saber por qué sigues aquí, todavía
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respirando? Porque tú no eres un niño, eres un incompetente. Un
aficionado.
—No me importa lo extravagante que tu fae es. Tú no
detectaste que yo tuve a Nate siguiéndote. Dejaste rastros de
trabajo de bruja por todo el lugar. No te molestó en rehacer sus
ilusiones, o se te olvidó. IBAS debe estar muy mal si ellos están
poniendo estudiantes no entrenados en el trabajo.
Lucas se sonrojó con resentimiento.
—Si estás en una mala situación, sólo va a empeorar. Tenemos
que mirar el cuadro a lo grande. Esta es una cuestión
nacional…
—Es una cuestión de un mal plan —interrumpió Gloria. El Señor
de la finca de aire de Lucas no hacía ningún favor a nadie.
—¿Qué quieres contar, Troy?
—Ya has oído a mi padre —dijo lentamente—. Todo lo que
podríamos pensar de la situación, no es asunto del Aquelarre
Wednesday.
—Eso fue en aquel entonces. Esto es ahora —respondió
Gloria—. Con el tío Charlie con soporte vital, todo cambió. Tú
mismo has dicho que ese coche bomba podría ser el comienzo
de algo más grande, un campo de guerra, incluso. Así que si tu
padre se recupera o no , el Aquelarre Wednesday se va a
enfrentar a un desastre infernal. Va a ser una venganza de
sangre del Aquelarre por un lado, y una caza de brujas en el
otro.
Troy no respondió.
Lucas tomó un profundo respiro.
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—Mira. Viajé a Cooper Street con muchos prejuicios sobre el
mundo del Aquelarre. Algunas de esas ideas estaban mal. No
entendía que los aquelarres existían para proteger a las
personas, para darles a las brujas oportunidades y derechos que
ellos no tienen en ninguna parte. —Él no estaba seguro de creer
en lo que estaba diciendo. Eso era en parte la propaganda del
Aquelarre, parte mito. Pero lo mitos eran muy poderosos, y
algunas veces eran verdad en su núcleo—. Ese el por qué
muchas brujas siguen confiando en ellos. Es el por qué ellas dan
su lealtad, y el por qué la Inquisición y la policía las encuentran
tan difíciles de romper. Tal vez una caza de brujas es buena
para reclutar, como tu padre dice. Pero si la gente se entera de
que ustedes tuvieron la oportunidad de detener los
linchamientos y quema, y no lo hicieron… Bueno. No hicieron
nada, que no es tan diferente de la colaboración, ¿verdad?
Gloria se puso tensa. Se preguntó si Lucas había ido
demasiado lejos.
—Tú me dijiste que confiabas en este chico antes —dijo Troy a
ella, con una expresión indescifrable—. Él mentía. Él te podría
estar mintiendo ahora. O ustedes estan mintiendo, y siempre lo
han hecho. ¿Qué les parece?
—Creo que esto es más grande que cualquiera de nosotros.
—Hmm. ¿Y qué piensan hacer al respecto?
Vacilantemente, ellos le explicaron que Gloria va a
encontrarse con lady Merle en el baile, y Lucas busca la HQ de
la Inquisición.
—Estoy seguro de que se sentirá como en casa —comentó
Troy—. De hecho, tengo curiosidad en cuanto a por qué no has
salido corriendo a Daddy Dearest.
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A menos que, por supuesto, sospeche que el Fiscal General está
metido en esto
—Mi padre no es corrupto.
—¿Ah, sí? Es un Gran Inquisidor que ha dado lugar a una bruja
pero
mantuvo su trabajo. Yo hubiera pensado que había algo en el
reglamento acerca de eso.
—No lo hay. Él va a renunciar al final del ensayo de Goodwin.
Mientras tanto, mi.. condición no es ampliamente conocida. Eso
es el por qué el IBAS me reclutó.
—Eso aún no explica por qué no le has pedido ayuda. ¿O es
que no le dirigen la palabra, ahora eres un descubierto y
orgulloso niño brujo?
—No es nada de eso. Tengo que conseguir pruebas
adecuadas primero.
—¿Tu padre no te va a creer sin ellas?
—Por supuesto que lo haría. Pero él ha insistido en hacer las
cosas con el libro. En el momento en que examine el protocolo,
y busque
las autorizaciones emitidas y de los testigos citados, podría ser
demasiado tarde.
—Si los conspiradores sospechan que vamos tras ellos —Gloria
prosiguió—, esa bruja que están usando es tan buena como
muerta. No van a arriesgar manteniéndolá viva para contar
cuentos.
Lucas asintió con la cabeza.
—Supuestamente, sólo un puñado de gente de alto rango de
la Inquisición saben que soy un brujo. Sin embargo, tan pronto
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como hagamos nuestras acusaciones, la verdad va a salir. El
enemigo será rápido para convertirlo en su propio beneficio, así
que la credibilidad de padre estará tan dañada como la mía.
Conseguirlo complicó todo.
Esto no era toda la verdad acerca del por qué Lucas no
estaba listo para pedir ayuda a su padre. Puede que no han
logrado infiltrarse en el Aquelarre Wednesday, o guardar el
ensayo del Goodwin del colapso, pero ahora tenía una nueva
oportunidad de probarse a sí mismo, para detener un crimen
aún mayor, contra todos los pronósticos aún peores. Usaría su
fae para purgar la Inquisición del enemigo interno. Él sería un
Stearne digno del nombre…
Pero Troy se reía en sus adentros.
—Ya veo. Tú no sabes cuándo o cuál será el próximo ataque
de brujas, donde la bruja responsable se encuentra detenida, o
cómo llevar a los culpables a justicia. No se puede confiar en
ninguna de las autoridades. Y quieres empezar tu cruzada por
colarte a evento de gala de la alta sociedad. —Se inclinó
hacia atrás en su silla, dedos entrelazados detrás de su nuca—.
Bien… En primer lugar, tú necesitas conseguir que Gloria esté en
la lista de invitados de la Señora de Merle. Esto no es una disco
escolar, no se puede simplemente llegar y esperar lo mejor.
Tendrás que buscar el papel y tener un escolta, así como una
buen tarjeta de invitación de lujo.
—¿Un escolta? —Gloria repitió.
—Si me hacen el honor. —Él dio un medio saludo poco
burlón—. Y preferiblemente me lavaré de antemano.
¡Así que ellos se habían ganado a Troy! Gloria sintió una
oleada de optimismo. Lucas no estaba seguro de si sentirse
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aliviado o alarmarse. Sino tal vez algún tipo de ayuda —incluso
del tipo criminal— era mejor que nada.
Irónicamente, la mejor esperanza de Lucas de la infiltración
de la Inquisición sería jugar el papel del hijo de su padre. La
mayoría de los guardias y los funcionarios allí sabían quién era,
pero casi nadie sabía de su condición. Sus registros serían
mantenidos bajo un nombre falso hasta que haya terminado
Goodwin, sólo en caso de un exceso de celo de un inquisidor se
entere de su condición, e insistió en que Ashton Stearne se
retirarse. Esta tarde, explicó a Troy y Gloria, él no haría más que
aparecer en la puerta y explicar que había venido a recoger
unos papeles de su padre.
—Voy a tener que hacer una parada en casa primero —dijo—
. Mi padre y madrastra están ausentes, y sé dónde mi padre
guarda sus llaves de las catacumbas. Pero una vez que esté en
el Outer Temple, voy a ser capaz de deambular sin ser
molestado.
No fue, de hecho, tan simple, aunque Troy y Gloria no debían
saber nada diferente. Lucas había visitado a su padre en la
oficina y en el tribunal en un montón de ocasiones, pero todavía
se necesita una buena razón para estar allí sin vigilancia durante
la noche. La Inquisición fue una organización 24-7. A pesar de
que se trataba de una festividad, todavía habría gente
alrededor, y estrictos controles de seguridad.
Por suerte, Lucas tenía la coartada perfecta. Había tenido la
idea en
mente desde que había pensado en buscar las catacumbas. Su
camino sería a través de los Hammers: los miembros del club de
los inquisidores de jóvenes que se reunieron en la iglesia de St.
Cumanus. Lucas no era un miembro oficial. Pero la Navidad
pasada, en algún evento de la Inquisición, uno de los oficiales
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más jóvenes, que estaba dispuesto a congraciarse con Ashton
Stearne, se había ofrecido a llevar Lucas a un social.
—Ven como invitado mío —le había dicho—. En cualquier
momento que gustes. Sólo hazme una llamada.
Ahora era el momento de tomar la oferta. Los Hammers se
reunían los miércoles por la noche, pero también en las religiosas
fiestas: Navidad, Noche Balefire y Pascua. Esta noche lo haría
ser un gran evento.
Diré que me curé de mi enfermedad y quiero celebrarlo,
pensó Lucas. Voy a conseguir uno de esos trajes encapuchados
que llevan, y una botella de licor, y si me pillan en algún lugar,
voy a ser simplemente un idiota borracho que se perdió en el
camino a la fiesta. Si lo mal viene a peor, sólo tendré que llamar
a mi padre.
Dado que los planes de Lucas parecía estar arreglados, los
tres
estaban pensando cómo asistir al evento de gala de la Señora
Merle. A pesar de que las entradas se vendieron en beneficio de
la caridad de los niños, y los Merles eran anfitriones del evento,
la actual organización fue realizada por los servicios de un
profesional de planificación de fiesta. Troy utilizó sus habilidades
de su IT para introducirse en los archivos. Ellos descubrieron que
Silas Paterson estaba en la lista de invitados, presumiblemente
para mantener a su buen amigo Godfrey Merle.
—A pesar de que está agotado, todavía puede agregarnos a
la lista —Troy dijo—. Hay una foto de un ticket en la web, así que
tú puedes hacer falsificaciones con una fascinación.
—¿Qué pasa con el nombre de Morgan, sin embargo? —
preguntó Lucas—. Eso podría hacer sonar las alarmas.
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—Mi familia son los principales donantes de caridad —Troy le
informó con frialdad—. Sucede que mi padre le dio una
donación para el
Hospicio para niños Meadowsweet a principios de este año.
Además de
que soy un ciudadano bien honrado sin una mancha en mi
expediente. —Se volvió hacia Gloria—. Tú tal vez deberías
pensar en glamour, sin embargo.
—No es tan seguro. Si vamos a convencer que la señora Merle
confíe en nosotros, no considero que debamos escondernos
detrás de un hechizo.
Cuando ella se fue para el baño, Lucas se sintió
repentinamente vulnerable. Efectivamente, tan pronto como
Gloria había cerrado la puerta, se inclinó Troy encima de la
mesa y lo miró con sus enrojecido deslumbramiento.
—Sé quién eres y dónde encontrarte —dijo—. Nunca lo
olvides.
—Er… OK.
—Ahora —continuó Troy—, es cierto que mi organización no
puede permitirse el lujo de una caza de brujas, no con nuestro
jefe y por una disputa de sangre en la perspectiva. Tal vez
provocar la guerra entre los Aquelarres es parte del plan de
Paterson, y así se las arregló con el coche bomba para
enmarcar uno de nuestros competidores. Si ése es el caso,
entonces necesito saber sobre esto.
—Sin embargo. Eso no quiere decir que me gustas o que
confío en ti. Así que si pasa algo malo esta noche, yo y mi
Aquelarre te perseguiremos, y te haré pagar. A ti y a Paterson,
ambos. ¿Entiendes?
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Lucas asintió con la cabeza.
Troy pellizcó la mejilla, en una parodia de afecto bastante
difícil para dejar un moretón.
—Buen chico.
Poco después, llegó el momento de Lucas para irse. Arden
House, la pila de campo del Señor Merle, era una unidad de
cuarenta minutos en las afueras de Londres, y Troy y Gloria
tendría que compensar en torno a las siete menos cuarto. Lucas
tuvo como objetivo llegar a los Hammers a las siete y media,
pero tenía que pasar por la casa primero. Ya eran treinta
minutos para las tres, y había mucha preparación por hacer.
Cuando llegó el momento de decir adiós, se sintió constreñido
por la presencia de Troy. Gloria parecía demasiado constreñida
también. Ella estaba inusualmente tranquila, con los brazos
cruzados con fuerza sobre el pecho, ojos en el suelo. Lucas
estaba controlado con un presentimiento. Ninguno de ellos
realmente sabían lo que estaban haciendo y cómo podría
terminar. Entonces se acordó de la noche en el Gemini, justo
antes de ir a ver a Charlie, y el cálido aliento de Gloria en su
oído.
—Vamos a estar bien —él le dijo en voz baja, y le tocó la
mano—. Ellos son una escoria de asesinos codiciosos pero somos
mejores que ellos. Sé que tú puedes hacer esto.
Gloria sonrió un poco, torciendo la boca.
—Cuida de ella —dijo Lucas a Troy.
¡Qué cosa tan estúpida de decir!, pensó mientras los dejaba.
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Capítulo 27
Traducido por Athemis
Corregido por Alyshia Cheryl
uídala.
Era algo estúpido para decir. Pero Gloria no se sentía
tan insultada por él como ella debía estar. Se quedó mirando la
puerta. Las palabras de Lucas habían sido tan... definitivas.
—Todo por el pequeño caballero —observó Troy—. ¿O le
soportas por su alta estima como un “Gili”?"
—Es sólo un Gili parte del tiempo. Y está haciendo su mejor
esfuerzo.
Troy rodó los ojos.
—No me digas. Los dos estuvieron toda la noche de fiesta de
pijamas, unidos por su disfuncional vida familiar y la alegría de la
Magia. —Entonces su expresión se volvió seria—. Se necesita a sí
mismo, Gloria. Lucas podría ser un brujo, y podría estar de
nuestro lado, por el momento. Pero tiene doce generaciones de
inquisidores en su sangre. No es de nuestra especie.
Gloria estaba resentida por los distintos tipos de especies.
C
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—No me importa de qué "especie" es o no es. Sólo quiero
conseguir que él haga su parte del trabajo, y que nosotros
hagamos la nuestra. Eso es todo. Entonces podemos seguir
adelante con nuestras vidas.
—Nuestras vidas han cambiado —dijo Troy, y parecía muy
serio.
Dado que Troy ya les había agregado a la lista de invitados
para el baile de lady Merle, la siguiente etapa de su
preparación en su mayoría implicaba compras. Necesitaban los
materiales para la transformación de Gloria, un vestido, el
maquillaje y una peluca para completar su apariencia.
Primero, sin embargo, Troy alquiló un auto con un nombre
falso, ya que su Mercedes estaba siendo seguido. La siguiente
parada fue en su apartamento. Éste estaba en un lujoso
complejo de apartamentos discretamente cerca de la Torre
Bridge.
Gloria estuvo esperando en el pasillo exterior mientras él
recogía su esmoquin, otros accesorios y piezas.
A medida que Troy abría la puerta, se vislumbraba una luz de
la sala grande, con un montón de libros en los estantes y,
curiosamente, dos vasos de vino en la mesa. Hubo un par de
pisadas de tacón de mujeres por debajo de ella.
—¿Por qué no puedo entrar? —se quejó—. ¿Tienes miedo de
que rebaje el nivel al lugar o algo así?
—Éste es mi espacio privado. No tiene nada que ver con el
Aquelarre, y tampoco con mi familia. Y me gustaría mantenerlo
de esa manera.
Troy le cerró la puerta en las narices, reapareciendo unos
minutos más tarde con una camisa limpia y llevando un bolso
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de viaje. Gloria se estaba muriendo por preguntar a quién le
pertenecían los zapatos, pero no se atrevió del todo.
A pesar de todo, ella tenía ganas de ir de juerga con el dinero
de Morgan. Pero también en ese punto Troy resultó una
decepción. Sólo dejó que mirara en una boutique y rechazó sus
primeras tres opciones de vestimenta: estampado de leopardo,
escarlata y lentejuelas.
—No quieres destacar. Quieres desaparecer en el fondo —le
dijo, antes de presentar ante ella una selección de trajes que
eran tan simples como costosos.
—Desaliñado. —Hizo un mohín ella.
—Clásico —replicó—.Y no te vuelvas loca con los tacones.
Puede que tengas que moverte rápido.
Al final se vio comprometida en un vestido de cóctel de color
púrpura oscuro y zapatos sin talón negros. Cualquier cosa era
mejor que la actual normalita Gloria. Se sentía como una
chiquilla, con sus ropas sucias y el cabello sin lavar. El asistente
de ventas claramente pensó que Troy la había recogido en la
calle y que manejaba su tarjeta de crédito platino como si
hubiera sido sumergida en el estiércol. Esto proporcionó casi la
única diversión del día de Gloria.
Tal vez para evitar una censura similar, Troy eligió un hotel
claramente de baja gama para su nivel. El lugar sólo lo utilizarían
por un par de horas para hacer los últimos preparativos y
consolidar sus planes. La recepcionista los miró con cansancio,
con el aire de alguien que lo ha visto todo antes.
Gloria fue a usar la ducha, mientras que Troy hizo llamadas
telefónicas al hospital y diversos contactos del Aquelarre. Ella
regresó y lo encontró escribiendo en su smartphone.
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—¿Qué hay de nuevo?
—Papá está en cuidados intensivos. Él ha sufrido quemaduras
en el cuarenta por ciento de su cuerpo, pero su condición es
estable, por lo menos.
—Lo siento. —Bueno, ella lo sentía por Troy, por lo menos—.
Estoy segura de que debe querer estar con su familia en este
momento.
—Papá no es el tipo de persona que me agradecería ir
lloriqueando a su lado. No cuando hay trabajo por hacer.
Mamá entiende eso. El equipo del tío Vince está buscando a los
sospechosos habituales, tratando de descubrir quiénes son
extorsionadores de Jonesy, y una vez que sepamos eso, voy a
pensar sobre cómo tratar con ellos, ya sea que estén
conectados a la Inquisición o no, pero mientras tanto... —Él se
encogió de hombros—. Yo también podría patear algunos
traseros de chicos malos contigo.
Mientras Troy tomó su turno en el baño, Gloria se dedicó a la
elaboración de las entradas. Ella ya les había mirado en la
página web de la caridad, y había visto que se habían
diseñado como tarjetas de invitación personalizadas. Ahora, ella
estaba cuidadosamente copiando el texto a dos postales
blancas. Utilizaba tinta de oro, y reproducía el estilo y el diseño
con la mayor precisión posible. Habían decidido que ocultar la
verdadera identidad de Troy sería más trabajo de lo que valía la
pena, pero que ella debía cambiar su nombre para que
coincidiera con su aspecto sutilmente alterado. El nombre en su
billete era Elizabeth Brantly.
El sistema que usó Gloria estaba cerca del que Lucas había
usado para replicar el collar de diamantes, ya que ambos
objetos representaban cosas similares. Antes envolvió las cartas
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en la cachemira que ella estaría llevando a la fiesta, hizo un
dibujo del escudo de armas de Lord Merle —que encontró en
un sitio de heráldicas en Internet— y pegó un billete de veinte
libras —cortesía de la cartera de Troy— en la parte posterior de
cada uno. La fascinación por el lujo, el dinero y los privilegios
estaban representados en el trabajo de las brujas.
Cuando estaba terminando las cartas, su móvil sonó. Era un
mensaje de texto de Lucas, con un número de teléfono móvil.
ZConnor, en caso de emergencia. Buena suerte. Ella estaba
guardando el número de la agente bruja cuando Troy volvió del
cuarto de baño. Se sentía culpable al esconderlo de él, pero
tal vez Lucas tenía razón. Más vale prevenir que curar.
—Aquí tienes, Cenicienta —dijo ella, entregándole la
invitación a Troy para que la viera—. Tu Hada Madrina dice que
¡tú sí irás al baile!
Sacó los billetes y los examinó con atención.
—Yo sabía que tenías talento —dijo—. Pero esto es realmente
impresionante.
Gloria resplandecía. Se sentía muy bien por trabajar como
bruja al aire libre. También era bueno estar en términos
amistosos con Troy. Una vez más, se preguntó qué sabía sobre el
asesinato de su madre y, si lo supiera, lo que él pensaba al
respecto. Sin embargo, al preguntarle levantaría sospechas
acerca de sus motivos para ayudar a Lucas. No podía correr el
riesgo.
***
Mirando por el autobús, Lucas vio el barrio de su casa con los
ojos de un extraño. Las plazas eran frondosas, las calles
tranquilas y la pintura de las paredes como una suave crema.
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Las personas que paseaban por las aceras no tenían tatuajes o
chándal.
Se bajó del autobús una parada antes para buscar un
teléfono público. Por costumbre y la superstición, miró a su
alrededor para comprobar si era observado. Las amenazas de
Troy no debían tomarse a la ligera. Pero Lucas sabía que si las
cosas iban mal, alguien en una posición de autoridad tendría
que saber la historia completa. Comenzaría con el Director de
Brujas Branning.
La llamada no empezó bien. El Oficial Branning estaba más
enojado de lo que Lucas hubiera creído posible. Puesto que él
sabía de la tentativa de asesinato de Charlie Morgan, el padre
de Lucas había estado llamando a Jonah a cada hora sobre la
última hora, pidiendo noticias de su hijo, y exigiendo que Lucas
recordara sus funciones. Él había amenazado con ir a Jack
Rawdon.
Jonah sólo había conseguido encontrarlo apagado después
de hablar con el Agente Connor. Había esperado tener noticias
de Lucas después de la operación de vigilancia en la Radley, y
había dado el paso de ponerse en contacto con Angeline tras
la noticia del coche-bomba que estalló. La anciana le confirmó
que ella había escuchado de Gloria que Lucas y ella estaban
vivos y bien, pero ahora estaban fuera de contacto. Esta noticia
fue sólo parte del camino hacia el alivio de la ansiedad general.
Lucas estaba avergonzado. Honestamente nunca se le
ocurrió cómo el ataque a Charlie y su propia falta de
comunicación afectarían a las personas encargadas de
protegerlo. Sin embargo, no le gustaba ser tratado como un
niño temerario, incluso si se hubiera comportado como tal.
Además, había cosas mucho más importantes en que pensar,
como lo que le dijo al Oficial Branning:
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—Es una cuestión de seguridad nacional —dijo con una nota
de arrogancia inconsciente en su voz—. Va a entender la
gravedad de la situación viendo la grabación que hice.
—¿Qué situación? ¿Qué grabación? ¿Qué…?
Lucas explicó que él había salvado la película del encuentro
de Charlie en la Radley en una cuenta de correo electrónico
anónimo. Era algo que el Agente Connor tenía que ver también,
pero no podía arriesgarse a alertar al equipo de IBAS porque no
sabía qué tipo de vigilancia tenían ellos.
—Yo te daré el nombre de usuario y contraseña de la cuenta
en un par de horas. Pero hay algo que tengo que hacer
primero.
Jonah hizo varias exclamaciones de protesta, exasperado y
alarmado.
—Lo siento —dijo Lucas al final—. Realmente no puedo decir
nada más por el momento, una vez que hayas visto la película,
asegúrate de que el Agente Connor también la vea. No te
preocupes. Voy a estar en contacto pronto. —Luego colgó.
De hecho, no había nada que detuviera a Lucas para que le
mostrara la película a Jonah en ese mismo momento. Pero eso
pondría en marcha un tren de cosas para las que no estaba
listo. No era porque estaba asustado por la reacción de Troy y
Gloria si él ponía a las autoridades en sus espaldas. Ya que
estaba seguro de que estaban en el camino correcto. Sólo
necesitaban una ventaja inicial para continuar con el trabajo sin
ninguna interferencia exterior.
Lucas sabía por Jonah que aunque su padre y su madrastra
habían planeado regresar de París a principios de la tarde,
Francia se veía paralizada por una huelga del sindicato de
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transporte. Incluso si tuvieran que venir antes, no habrían
llegado más allá del bloqueo. Desde luego, estarían fuera por
unas horas más. Dado que Filomena estaba pasando el fin de
semana de Pascua en casa de su padre, la cosa estaba clara.
Consiguió pasar el código de guardia, cámara y acceso a la
puerta de la residencia Stearne, y luego se acercó a la puerta y
puso la llave en la cerradura.
Podía oír ladrar a Kip en el interior. El perro se precipitó en un
frenesí baboso de entusiasmo, como si hubiera estado fuera un
año.
Sin embargo, se mantuvo alejado de los retratos. Todas esas
generaciones de Stearnes, con la boca sonriente y ojos
soberbios, serían los testigos de su robo. No había otra manera
de describirlo, incluso si el fin justifica los medios. Su padre estaría
implicado en la trama si tenía éxito, por lo que sería su trabajo
para condenar a Jack Rawdon contra el terrorismo de brujas y
traición a la patria, y enviarlo a la Corte Burning. Pero Lucas tuvo
que recordarse que si el caso llegaba a juicio, su secreto saldría
a la luz, y los Stearnes caerían en desgracia. Un nuevo fiscal jefe,
probablemente uno de los compinches de Paterson, llevaría a
cabo el juicio.
No podía preocuparse por eso ahora. Era el momento de
hacer su segunda llamada del día. Encendió el móvil que había
dejado en su habitación, haciendo caso omiso de los mensajes
de texto, mensajes de voz acumulados y las llamadas perdidas,
y marcó el número de Rory Dixon.
—¿Rory? Hola. Aquí Lucas Stearne. Sí... Realmente bien,
gracias... En realidad, tengo que pedirte un favor...
Rory estaba más que dispuesto a complacernos. Él era un
abogado menor en la Fiscalía de la Audiencia inquisitorial, quien
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calculó que el hacer amigos con el hijo del Fiscal General sería
maniobra política. Sin embargo, fue un problema.
—La cosa es, Lucas, que tengo unas cosas importantes que
hacer. Yo no estaba realmente pensando en ir a los Hammers
esta noche.
La voz de Lucas se llenó de decepción.
—Pero usted dijo que podía venir en cualquier momento...
Y de alguna manera, Rory se vio prometiendo visitar la
Inquisición por la noche, y procesar la solicitud de llevar a Lucas
Stearne como su invitado.
Lucas se recompensó con una ducha en el baño de la suite.
Era como si la miseria de la calle Cooper humeara fuera de sus
poros. Su ropa se sentía como viejos amigos. Allí estaba su
propio ser: lo mismo pero diferente. Irrevocablemente así. Su
mano derecha se apoyaba en su hombro izquierdo, el único
con el Beso del Diablo. Él vio a Gloria de nuevo, inclinándose
hacia él a través de la luz de una vela, la cera producía una
mancha oscura y menguante bajo su piel.
Parpadeó borrando esa imagen.
Del baúl del desván, sacó el manto inquisitorial que había
pertenecido a su abuelo. Estaba hecho de lana negra pesada
con un forro de seda escarlata que se desvaneció con la edad.
Se lo metió en la mochila, recogió unos guantes negros y una
pequeña linterna de su dormitorio y se dirigió hacia las
escaleras. Entrar en el estudio de Ashton era bastante fácil.
Lucas sabía que un duplicado de la llave estaba escondido en
el jarrón de porcelana china en la biblioteca. Momentos más
tarde, se estaba alejando del conjunto de la Enciclopedia
Maleficia de las estanterías para poner el trasero seguro.
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Su padre le había enseñado cómo tener acceso a la caja
fuerte en caso de emergencia. Los números de la cerradura de
combinación eran la fecha de la muerte de Camilla, en orden
inverso. La caja fuerte que contenía diversos documentos
legales, tales como las escrituras de la casa y de la voluntad de
Ashton. Lucas no estaba interesado en ninguna de ellas. Su
objetivo eran las dos llaves de hierro escondido en la parte
trasera.
Una de las manijas de las teclas estaba marcada con una
cruz pequeña, la otra con una espada. Eran demasiado
pequeñas y sencillas para que parecieran algo especial, sin
embargo, eran una de las cuatro parejas que daban acceso a
las catacumbas de la Inquisición. La única manera de llegar allí
era a través de la cripta de iglesia de San Cumano. Un par de
veces al año, las catacumbas se abrían para las excursiones
históricas. De lo contrario, estaban fuera de los límites. La
propiedad de las llaves era una cuestión de prestigio, en lugar
de la práctica. Al margen de la Asamblea General Witchfinder,
sólo tres familias inquisitoriales tenía un juego personal: los
Stearnes, los Hopkins... y los Paterson.
Lucas las metió en la mochila con la capa. Eran de hierro,
pero la cantidad de metal era demasiado bajo para causarle
ninguna molestia. Con cuidado, cerró la caja fuerte y colocó las
enciclopedias. Luego se dirigió al ordenador de su padre. Con
la huelga en Francia, todavía tenía una hora antes de que
Ashton y Marisa probablemente volvieran, y antes de que fuera
necesario para detonar a los Hammers. Sabía que nunca podría
tener una oportunidad como ésta.
El comienzo fue fácil. Él había visto a su padre Iniciar Sesión
suficientes veces como para saber que su contraseña
empezaba con una "G" y tenía ocho caracteres de longitud.
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Lucas adivinó que la G era para Grantham, el nombre de la
histórica casa Stearne que había vendido siendo desde el siglo
XIX. Efectivamente, "Grantham" funcionó.
Inmediatamente entró en la Base de Datos Nacional de
Brujas. Había cuatro niveles de acceso. Nivel Uno registraba los
nombres de cualquier persona sospechosa, pero no que
demostraban ser una bruja. Nivel Dos proporcionaba
información básica sobre todas las brujas probadas cuya
identidad no ha sido clasificada. Nivel Tres daba acceso a sus
archivos personales. Nivel Cuatro contenía informes resumidos
sobre todas las brujas cuya identidad era secreta o
confidencial. Para leer sus historias clínicas completas había que
solicitar directamente a su director, o cualquier funcionario del
Estado que fuera responsable de su supervisión.
Sólo los inquisidores de alto nivel podrían utilizar el Nivel
Cuatro. Lucas sabía que los códigos de acceso individuales
para éste se cambiaban cada semana, y se enviaba al
personal pertinente a través de un archivo cifrado. Mientras que
Ashton había iniciado sesión en el Nivel Cuatro en los últimos
siete días, Lucas tenía una buena oportunidad de recuperar la
secuencia. Su herramienta principal sería el polvo.
El polvo doméstico se compone principalmente de la
contaminación atmosférica, la piel y el cabello humanos. Ésta
era la habitación privada de su padre, por lo que en su mayoría
serían polvo de su padre. Aunque el ama de llaves habría
estado en el fin de semana, para cuidar de Kip y poner las cosas
en orden, no tenía una llave del estudio. A pesar de ello, las
superficies estaban bastante limpias, y Lucas tardó algún tiempo
para barrer la fina película de polvo que se encontraba sobre el
escritorio y ventana sobre un trozo de papel. Tuvo mejor suerte
con los estantes superiores de la estantería, detrás de los
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volúmenes que eran consultados en raras ocasiones. El polvo
era muy grueso allí.
Reunió los materiales, Lucas cliqueó en el página de conexión
para el Nivel Cuatro de la base de datos de las brujas. Se sentó
un rato en la silla de su padre, con los dedos hacia fuera en el
teclado, visualizado a Ashton en su escritorio. Luego ocupó el
papel con capas de polvo sobre el teclado y sopló, muy
suavemente.
El polvo no se cayó. Le colgaba encima de las teclas en una
niebla gris-beige. El aliento de Lucas había enviado a los ácaros
en esta niebla, y ahora se abría camino entre las partículas de la
piel de su padre y el pelo de las fibras de la ropa. Por un
segundo o dos, los ácaros del polvo flotaban ante sus ojos, antes
de que regueros borrosos comenzaran a flotar hacia abajo
sobre las teclas negras, un hilo tras otro.
La primera clave del polvo fue aterrizado en P, donde se
quedó más débil que las manchas, como una huella digital. A
continuación, 5. Entonces 9. La ?/ clave. J, Q, R. Con un soplo
final, 6.
Lucas escribió en P59, y se detuvo.
El cuarto símbolo bien podría ser ? o /, dependiendo de si se
utiliza la tecla de mayúsculas o no. De repente, todo estaba en
duda. No sabía qué letras, si las había, debían estar en
mayúsculas, y si los números deberían ser símbolos en su lugar. Él
sólo tendría tres oportunidades para escribir el código antes de
que el sistema de seguridad fuera alertado y la base de datos
cerrada.
Lucas se quedó mirando las teclas borrosas de nuevo. ¿Lo
estaba imaginando, o era algo más pesado el polvo en la
tecla? ¿/clave, la J y la 6?
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Tecleó p59?Jqa^, y contuvo el aliento.
Acceso Confirmado.
Un escalofrío de culpabilidad le recorrió. ¡Esta era su
oportunidad! Como medida de precaución, comenzó a escribir
su propio nombre en el buscador, y se sintió aliviado al ver que
nada ocurría. Su identidad estaba protegida todavía por un
nombre falso. Ahora podía pasar al verdadero objeto del
ejercicio: averiguar lo que la Inquisición tenía que decir sobre
Angeline Starling.
Era muy sencillo. Hasta apareció el perfil de Angeline, junto
con una foto. Rápidamente, escaneó las notas. Su primer
encuentro con la Inquisición estaba en la edad de veinte años,
cuando ella había sido una bruja esquiva y pinchó bajo
sospecha de Trabajo de Bruja. Los resultados no fueron
concluyentes. Había sido detenida e interrogada por la policía y
la Inquisición en tres ocasiones posteriores, y cada vez fue
puesta en libertad sin cargos. Lucas adivinó que esto estaba
relacionado con las “actividades de las gemelas de Starling”.
Pero con veintiocho años. Angeline se había presentado en la
Dirección de Crimen de Brujas y “ofreció información
relacionada con el paradero de un conocido criminal de
brujas”.
Cora Starling. Tenía que ser. Lucas pudo ver que las fechas
coincidían, y se sintió estúpido por no hacer la conexión antes.
También explicaba por qué Gloria se había puesto tan agitada
cuando él le dijo el año en que Angeline fue acusada de haber
empezado a informar. ¡Debió de haber entregado a su propia
hermana a la Inquisición! En dónde estaba la esquiva bruja, y se
ahogó...
Lucas pensó en el santuario de la muchacha Starling en la h
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abitación de Angeline en Cooper Street, y cómo la anciana
siempre estaba disertando sobre la sagrada memoria de sus
hermanas queridas. Luego fue la forma en que ella adoraba a
Gloria, y odiaba a los Morgan. Su traición no tenía sentido.
Siguió leyendo. Angeline nunca había sido probada
formalmente, pero su magia se estimó en un humilde Tipo B. Es
de suponer que por eso no había sido refrenada: sabían que
ella era una bruja, pero ella era más útil para ellos como
informante. Su estado actual decía: Operación Eco. Activa. La
Operación Eco fue la misión de colocar a Harry Jukes en
Cooper Street. Para más información sobre las actividades de
Angeline con más detalle, tendría que presentar una solicitud al
comandante Josiah Saunders u otro nombre que él no conocía.
Lucas presionó "Imprimir". Sabía que le haría daño a Gloria al
ver esto, pero necesitaba saber, a pesar de que ella no tenía
dudas, y encontrar alguna manera de descartar todavía más
propaganda de la Inquisición.
Vio que había una lista de números de referencia en la parte
inferior de la página de Angeline. Eran enlaces a más archivos
de Nivel Cuatro, probablemente las relacionadas con sus
hermanas. Las otras chicas Starling podrían estar muertas, pero
los registros se clasificaron activos todavía. Lucas hizo clic en el
superior.
Le llevó a Edie Wilde, de soltera Starling.
La madre de Gloria. Víctima de Charlie. Presunta bruja.
Había leído todo esto en el archivo de la calle Cooper que
había sido recopilada por la Inquisición y complementada por
IBAS. De acuerdo con esto, ella era una bruja no registrada de
bajo grado que además probablemente había conseguido la
magia en sus veinte años. Sin embargo, la versión de Edie
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Starling en la base de datos parecía una persona
completamente diferente.
En primer lugar, Edi era de tipo E, no Tipo A. Tipo E fue el más
alto rango conocido, el mismo que Lucas. Por su propia
admisión, se había convertido en joven bruja a la edad de trece
años, aunque no fue hasta la edad de veintisiete años, cuando
su hija Gloria tenía tres años de edad, que Edie fue probada
oficialmente y registrada. Éste fue el mismo año en que ella
desapareció. Sin embargo, no hubo ninguna mención de una
pelea con los Morgan o un golpe al Aquelarre. Y ahora Lucas
entendía por qué Edie Starling se desenfrenó y tenía un perfil
falso en el archivo de Cooper Street, ella también era un agente
encubierto. No por el IBAS, sin embargo. Ella trabajaba
directamente para la Dirección Crimen de Brujas.
Estado actual: Operación Swan. Desaparecida en combate.
El último avistamiento de ella había sido cinco años antes.
Lucas miró con incredulidad a la pantalla. Era imposible, pero
cierto. La madre de Gloria estaba… sólo tal vez… viva. La
fotografía de ella no se parecía mucho a su hija. Ella parecía ser
una rubia natural, con características finas y ojos asustados. Se
desplazó hacia abajo para ver los nombres de los oficiales que
supervisan su caso, y su corazón casi se detuvo. Uno de los
cuatro era Ashton Stearne.
No hubo tiempo para amortiguar el impacto de este
descubrimiento. Algo en la esquina de su ojo fijó su atención. El
monitor de la puerta, que en ese momento giró hacia la puerta
de entrada, mostró a una rubia luchando con una maleta.
Marisa y Ashton habían regresado.
Lucas no creía que alguna vez se hubiera movido tan rápido
en su vida. Apagó el ordenador, sacudió el polvo del teclado
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con la manga, y agarró la impresión del perfil de Angeline, todo
ello en menos de veinte segundos. Entonces saltó fuera de la
habitación y cerró la puerta detrás de él. Unos momentos más
tarde, la llave estaba de vuelta en su escondite y la impresión
detrás de un aparador.
Mientras tanto, Kip estaba ladrando.
―OH, cállate, perro callejero estúpido ―dijo una voz petulante
familiar. No era Marisa, pero era Philomena. Lucas esperó hasta
que los golpes en las costillas se habían calmado, contó hasta
diez, y entró en la sala.
—Hola, Philly.
Ella hizo un movimiento teatral.
—Lucas, ¿qué estás haciendo aquí?
—Una visita relámpago. Sólo tenía que recoger algunas
cosas... —Cogió la mochila con la capa del inquisidor y las
llaves.
Philomena se alejó poco a poco, pegándose a las paredes,
como si de pronto fuera a volar como un rayo.
—¿Cuándo vas a volver?
Buena pregunta.
—Pronto, probablemente.
—Bien, ha estado absolutamente horrible aquí. Tu padre está
de un gruñón permanente y mamá no es mucho mejor. No hay
nadie con quién hablar de lo que estoy pasando.
—Lo siento si te he hecho sufrir. —Él no pudo evitar el
sarcasmo en su voz.
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—Dios. ¿Por qué nadie me toma en serio? Todavía es todo
sobre ti. Cómo te debes estar sintiendo. ¿Qué vas a hacer tú?
Siempre lo mismo, lo mismo.
Lucas se movió hacia la puerta.
—Cuando veas a mi padre, ¿puedes decirle que estoy bien?
¿Y... y qué voy a hablar con él más tarde?
—No soy tu condenada máquina contestadora.
—Simplemente hazlo, Phil.
Ella lo miró fijamente.
—Tú causas todo este problema —dijo ella—, y sin embargo
sigo pensando que tienes un hechizo tan especial.
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Capítulo 28
Traducido por Candas_12
Corregido por Alyshia Cheryl
onsciente de las instrucciones de Troy acerca de la
mezcla en el fondo, Gloria se puso un maquillaje
absolutamente aburrido. Máscara, delineador de ojos,
brillo de labios claros y un toque de colorete. Suspirando,
se puso la peluca de color marrón hasta los hombros. El
hecho de que estuviera cerca de su color de pelo natural no
significaba que le quedaba bien. Por lo menos, estaba llegando
a la ronda del vestido. El color morado oscuro era agradable, y
el material se aferraba en todos los lugares correctos. Estaba
bastante decepcionada cuando el único comentario de Troy
fue “Bueno”.
Troy llevaba el esmoquin del mismo modo informal con el que
usaba sus trajes. Lo complementó con una funda de pistola bajo
la chaqueta. Ella lo vio ajustar las correas de los hombros y se
preguntó para qué había utilizado el arma antes.
—¿Crees que vamos a necesitar un arma?
—Creo que lo mejor es estar preparado. El hechizo sólo te
puede ayudar hasta cierto punto.
C
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Condujeron fuera de Londres, con la radio encendida, cada
uno perdido en sus propios pensamientos. Sin embargo,
prestaron más atención a la hora de las noticias. La policía
había hecho una declaración en la cual no se sospechaba de
ningún hechizo en el coche-bomba de Charlie. Todos, excepto
dos de los inmigrantes gitanos que habían escapado de su
centro de detención habían sido encontrados. Otro futbolista
había quedado atrapado en un escándalo de sexo y drogas.
Otro testigo se había retirado del juicio Goodwin. Sin embargo,
la atención se centró principalmente en los esfuerzos de Helena
Howell para precipitar una nueva serie de terror de brujas a
través de la legislación en el parlamento. Su dulce y chirriante
voz sonaba completamente razonable mientras explicaba el
porqué Gran Bretaña estaba al borde de un emergencia
pública que amenazaba la vida de la nación. Troy apagó la
radio con un chasquido.
—¿Estás nerviosa por esta noche? —preguntó a Gloria.
—No —mintió ella.
—Deberías estarlo. No sabemos cómo va a reaccionar Lady
Merle a nosotros o lo que podría comenzar. Esto no es un collar
llamativo de un escaparate. Estamos entrometiéndonos en los
asuntos del Estado.
—Sí, bueno, por eso Lucas y yo te pedimos que nos ayudaras.
Tú eres bueno para entrometerte en asuntos.
Habían llegado al desvío que llevaba hacia la casa Arden. La
mansión se levantaba al final de un camino arbolado: tres
plantas de desgastado ladrillo rosa, la entrada protegida por un
pórtico en dos columnas redondas. Gloria casi se echó a reír. Era
muy similar a la Casa de Charlie Morgan en la avenida
Cardenal. Apenas más grande, más vieja y colonial. De verdad.
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Su primer contratiempo fue el descubrimiento de que el
evento no estaba teniendo lugar en la casa realmente. En su
lugar, un pabellón de marquesina se había erigido en el jardín
delantero. Tanto la entrada de la marquesina y la casa fueron
supervisadas por hombres que parecían menos corpulentos que
los gorilas a los que Gloria estaba acostumbrada, sin embargo,
tenían un aire prohibido. Echar un vistazo por el lugar iba a ser
aún más difícil de lo previsto.
—Esos boletos cuestan 300 cada uno. ¡Y están
despreciándolos en una tienda de campaña adornada! —
refunfuñó ella mientras salía del auto.
—Pensé que esto iba a ser una fiesta, no una noche en el
circo.
—Oye, ¿qué estás haciendo?
Troy había tomado las llaves de su auto alquilado y
casualmente rayó una línea larga en la pintura a lo largo del
lado del pasajero. Él sonrió.
—Uno nunca sabe cuándo puede ser que necesitemos una
distracción. —Luego marcó a Porche vecino también.
Un grupo de radiantes y jóvenes mujeres estaban esperando
para comprobar las entradas y dirigir a los invitados al
guardarropa. Sus escritorios estaban adornados con fotografías
en blanco y negro de buen gusto de la casa de niños que se
beneficiaría con el dinero recaudado.
—Oh, querido Sr. Morgan —dijo la chica de las entradas—. Su
nombre y el de la señorita Brantly no aparecen en la lista.
—Pero tenemos nuestras invitaciones —dijo Troy,
mostrándoselas.
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La chica escribió en una computadora portátil.
—Bueno, sí, sin duda están en la base de datos. Lo siento
mucho. Debe haber alguna falla en el sistema.
—No hay problema en absoluto —dijo Troy sin problemas.
Gloria tuvo que admitir que la carpa era impresionante por
dentro. El techo estaba envuelto en toldos de oro y púrpura, en
los cuales había lámparas de araña y una fuente en el centro
del piso de parquet. Los arreglos florales de lirios y rosas amarillas
seguían el esquema de colores, lo más grandioso de la vista era
un árbol dorado del cual colgaban coloridos huevos de pascua.
Gloria miró a uno y otro, con la esperanza de avistar a su
anfitriona.
—Para de estar sorprendida —le dijo Troy—. Ella estará aquí
muy pronto. No hay duda de que habrá discursos y así
sucesivamente antes de que las cosas realmente se pongan en
marcha.
No era sólo su tarea lo que le estaba haciendo sentir nerviosa.
La forma de organización era inquietante. Gloria pensó que Troy
podría haber sido menos aguafiestas sobre el conjunto cuando
inspeccionó a las otras damas, que estaban bañadas en joyas,
así como todo tipo de pieles y plumas inverosímiles. Todo el
mundo tenía la misma forma de hablar que Lucas. De repente
se dio cuenta, éste era el mundo de él. Personas como éstas.
Casas como éstas. Fiestas como éstas. Miró a una de los pocos
huéspedes que tenía una edad cercana a la suya, una morena
en un vestido de seda melocotón sin espalda. Su rostro era
demasiado rosa, y tenía una risa dulce y tintineante que hizo
rechinar los dientes de Gloria.
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Los camareros se deslizaron entre la multitud, trayendo
champán y bandejas de canapés que eran los adornos de
guarnición, y no mucho más. Gloria probó una galleta pequeña
cubierta con un rizo de mousse rosa.
Ella esperaba que fuera dulce, pero sabía sospechoso y
horrible y, cuando pensó que nadie estaba mirando, ella
escupió los restos en uno de los centros de flores. Para quitar el
sabor, se sirvió un poco de champagne. Troy inmediatamente
confiscó la copa y le dio un zumo de naranja en su lugar.
—¡Dios mío!, ese no es el camino a seguir —le comentó
jovialmente un hombre calvo de cara roja—. ¡No hay nada
como un poco de burbujas para ablandar a las damas! Media
botella, y ella será toda tuya. —Troy le dio la mirada de Morgan.
—Esa es una insinuación asquerosa.
Su cara roja se puso más rojiza y se fue. Al momento siguiente,
Lady Merle llegó y subió al escenario en el extremo de la
marquesina, donde la banda estaba sentada. Ella llevaba un
vaporoso vestido violeta del mismo color de sus ojos. Sus curvas
eran demasiado ondulantes también. La brida oscura parecía
más que nunca una mutilación contra su piel pálida. Lucas
había descrito su primer encuentro con ella a Gloria, pero
todavía le resultaba difícil relacionar a esta persona con la
desesperada y enfocada mujer en el sótano de Radley. Su voz
era seca y su rostro flojo. Lo único que Gloria logró percibir del
discurso de Lady Merle fue que estuvieron maravillosos, gente
maravillosa para apoyar esta causa maravillosa. Habría una
subasta de caridad más tarde, llena de maravillosos regalos. Ella
esperaba que todos ellos tuvieran un maravilloso tiempo.
Luego dijo unas pocas palabras Lord Merle sobre lo
encantado que estaba de dar la bienvenida a la gente a su
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casa. Él no parecía estar encantado. El lucía aburrido y
despectivo. Gloria pensó que él tenía la apariencia de un sapo
manchado en grasa.
—¿Tú sabes que Serena era una de las fuentes de tu papá? —
preguntó a Troy al amparo del ruido de la fiesta social.
—Yo sabía de ella, pero no su identidad, sólo su nombre en
clave. La Reyna Nacarada.
—¿Por qué crees que una criatura como ella se casó con un
cerdo como él?
—Dinero, contactos, desesperación. Lo que sea.
Gloria observó a Lord Merle acariciar la cintura de su esposa
con una mano regordeta, y se estremeció. No todas las
mansiones en el mundo pueden compensar por eso.
Troy había visto el escalofrió.
—El matrimonio es un contrato como cualquier otro. Siempre y
cuando ambas partes saben lo que se espera de ellos, y
aceptan atenerse a ella, no hay razón por la que no pueden
hacerlo funcionar.
—Apuesto a que no es el tipo de matrimonio que querrías
para ti mismo ―dijo ella sin pensar.
—Bueno, eso dependería. En ti… como pasa. —Él se dio la
vuelta y la miró con la ceja levantada—. ¿Qué te parece?
El mundo se detuvo.
—Mab Todopoderoso. ¿Se trata de una propuesta?
Troy se rió.
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—No soy un asalta cunas. Tú tienes mucho por crecer todavía.
—Él habló con el esfuerzo y seguridad de alguien que siempre
había buscado y actuado mucho mayor que su edad. Varios
años, de hecho—. Vamos, Gloria, no puedo creer que esto es
una sorpresa total. La idea debe de haberte cruzado en tu
mente antes.
¡Pero decírselo ahora, en este momento y lugar! Un tornado
entre la indignación y la incredulidad, todas las respuestas
posibles atrapadas en su garganta.
—Pero tú ya tuviste una novia —dijo ella al final agarrándose a
un clavo ardiendo.
—¿Y? Eso ya es un problema difícil ahora.
—Puede ser que sea muy tarde.
—No si nosotros ponemos algunas reglas del juego. Yo no soy
un hipócrita. He visto lo que funciona el matrimonio de mis
padres, y lo que no lo hace. Somos la generación siguiente,
podemos hacer las cosas a nuestra propia manera. Yo quiero
una pareja igual en el hogar así como en el trabajo.
—En el trabajo... ¿en la secta?
—Obviamente.
La ira estalló.
—Y obviamente nosotros no estaríamos teniendo esta
conversación si yo no fuera una bruja.
—Oh, pero tú siempre quisiste ser una bruja, ¿o no? ¿Gloria?
La jefa de brujas en una secta poderosa. Está en tu naturaleza y
está en tu sangre. Sólo el talento te puede hacer llegar tan lejos.
Tú necesitas conexiones, también. Yo puedo darte todo eso. —
Troy sonrió, una sonrisa fácil, la más encantadora que ella había
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visto antes—. ¿Quién sabe? Ahora yo pienso que eres un dolor
en el trasero.
Estoy segura que el sentimiento es mutuo. Pero con el tiempo
quizás hasta logremos encontrar maneras para gustarnos a
cada uno.
La primera vez que Gloria se enteró del esquema de
matrimonio de los Morgan, la idea le había repelido por todos
los medios posibles. Pero ella estaba empezando a ver que
había más de Troy de lo que ella se había dado cuenta. Él le
había hecho una oferta justa. Ella trató de considerarlo
prácticamente. Aunque Charlie sobreviviría a su estadía en el
hospital, su recuperación sería lenta y difícil, y Kezia tendría que
dedicarse a cuidar de él. Vince Morgan era un matón, y Frank
un salvaje y un viejo delicado chupatintas. Le habían dejado a
Troy ejecutar el imperio Wednesday como le gustaba a él. Y si él
hablaba en serio sobre el deseo de que Gloria fuera una propia
persona, y tuviera un lugar importante en la secta, entonces
podría encontrar otras formas de hacer a Charlie pagar. Quizás
el dicho era verdad: “Vivir bien es la mejor venganza”.
—No hay prisa —dijo Troy suavemente—, éste es un plan de
largo plazo. Yo sólo te estoy preguntando para que tú lo
pienses. Porque los dos sabemos que tiene sentido.
Y era así. Como cualquier bueno e ideal negocio.
Gloria miró a su alrededor en la elegante multitud. El aire olía
a rosas, el champán brillaba, la fuente salpicaba. La banda
acababa de dar un vals. La mayoría de la gente pensaría que
era un escenario de ensueño para una propuesta. La morena
del vestido melocotón se dio la vuelta para besar a su novio. Sus
ojos estaban brillando, sus abrazos despreocupados. Gloria sintió
una opresión en su pecho, algo afilado y apretado, que
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también pinchó en la parte posterior de sus ojos. Yo no estoy
viviendo en un cuento de hadas ella pensó. Esas historias nunca
son sobre chicas como yo.
Troy tocó su brazo.
—Mira… Lady M está en movimiento, ahora es nuestra
oportunidad.
Eyes Of Angels
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Capítulo 29
Traducido por The Rabble
Corregido por Desafio89
ucas se acercó a Outer Temple con un dolor en el
pecho. Por todo el tiempo que podía recordar, la sede
histórica de la Inquisición Británica había sido una parte
tan importante de su futuro como lo fue su familia en el
pasado. Los edificios señoriales se alzaban detrás de la
pared de hierro, su ambigua piedra calentada por el resplandor
de las farolas de la calle Victorian.
Las ventanas del bosque de vigilancia brillaban a lo alto y
resplandecían. Durante toda la noche, los inquisidores estarían
trabajando allí, viendo y escuchando para mantener salva a la
nación. O eso es lo que Lucas siempre creyó.
En el control de seguridad, el rostro del guardia se dividía en
una mueca de bienvenida.
—¡Stearne el más joven, mientras yo viva y respire! Ha pasado
un tiempo desde que te he visto por aquí, has estado
trabajando demasiado duro en esa escuela tuya, supongo.
El padre, tío y abuelo de Jeff Buller habían guardado
también las puertas de la Inquisición, y él tomó un interés
personal en todas las personas allí, desde el más humilde
L
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jardinero hasta el ayudante mismo del General Witchfinder. No
era culpa de Jeff que estuviera a punto de soltar una bruja tipo
E no registrada en las instalaciones.
—He estado enfermo —dijo Lucas—. Así que no hay escuela
para mí. ¿Podrías acordarte de Rory Dixon? Se supone que me
llevará con los Hammers.
Jeff comprobó en el equipo para la aplicación de Rory como
un pase de visitante para Stearne Lucas, y lo comparó con los
documentos impresos en su expediente. —Aquí tiene, joven
señor —dijo, pasándole a Lucas un formulario para llenar—.
¿Tienes tu identificación contigo? Eso está correcto. Mira
fijamente a la cámara. Y una huella digital, si no te importa. Más
vale prevenir que curar, ¿no? —Se rió entre dientes.
El ministerio de Identidad del Interior y el Servicio de
Pasaportes era el responsable de la expedición de documentos
nacionales de identidad y la recolección de datos biométricos.
Lucas estaba almacenado bajo el nombre de Harry Jukes para
la duración de su encubierta. En lo últimos meses, sin embargo,
el sistema oficial del Interior se había visto afectado por
problemas técnicos y la seguridad se asustó, por lo que la
Inquisición había decidido emitir sus propias cartas y recoger sus
propios datos para el personal y los visitantes regulares del
compuesto Inner Temple. Como resultado, este era el único
control de seguridad en Reino Unido, donde la huella digital de
Lucas y el escaneo del iris, no lo mostraría como Harry.
—Ahora, tómatelo tranquilo esta noche —dijo Jeff—. Algunos
de esos Hammers y sus festejos alborotados pueden ser un poco
ruidosos para mi gusto, aunque sé que sus corazones están en el
lugar correcto. Recaudando más de dos mil dólares en su último
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evento para recaudar fondos, bendiciéndolos. —Dio unas
palmaditas a la lata de colección en su escritorio. Llevaba la
insignia de las Viudas Inquisitorias y los Huérfanos de Fondos.
Lucas metió un par de libras.
—Por cierto, ¿está Jonah Branning de servicio?
Cuando había hablado con Jonah, el director había estado
en casa.
Sin embargo, le gustaría estar seguro.
—Déjame comprobar el registro… No, el Oficial Branning está
de baja hoy. ¿Tienes algún mensaje para él?
—En realidad estoy tratando de evitarlo, para ser honesto. —
Lucas bajó su voz en complicidad—. Papá me regañó
estableciendo aluna experiencia de trabajo en la Oficina de
Asimilación.
—¿Funciona? ¿En la cuadrilla del “Abrazo de una arpía”?
Querido-oh-querido. Estoy seguro de que podemos encontrar
algo un poco más emocionante que eso. —Esta venía de Rory,
quien daba grandes zancadas hacia las puertas.
Su rostro estaba pálido y como un bebé regordete, con una
sonrisa tan aceitosa como su pelo.
—Hola, Rory. Terriblemente bueno de tu parte dejarme solo,
sobre todo en tan poco tiempo.
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—No te preocupes en absoluto. Vamos a hacer una noche
de ello, ¿eh? —Mientras Rory acababa con el papeleo, Lucas
compuso un texto para Jonah.
Aquí está la información que necesitabas. Por favor
asegúrate de que Z lo vea. G y yo iremos a averiguar más esta
noche. Hablamos después.
Luego tecleó en la cuenta de correo electrónico y la
contraseña que Jinah necesitaba para acceder a la grabación
Radley. Presionó “enviar”, borró la copia del texto en la carpeta
de mensajes enviados, y cambió su teléfono a modo silencioso.
Trabajo hecho, Lucas se puso el manto, y envió su mochila a
través de la máquina de Rayos-X. Él ya había añadido las claves
para las catacumbas de su juego de llaves de la casa, que dejó
caer en la bandeja para artículos de bolsillo, junto con su
cartera, teléfono móvil y reloj. Sus posesiones pasaron a través
del escaneo sin alarma, y también lo hizo Lucas. Entró en el
corazón de la Inquisición.
El manto estaba húmedo y pesado, y Lucas tenía que seguir
llevándolo hacia arriba de manera que no se arrastrara por el
suelo. Pero la capucha era cómoda, ocultando su rostro de la
vista cuando cruzaron Yard Kindle.
Incluso si Jonah aparecía, era muy poco probable que lo
manchara.
—Estás de enhorabuena —dijo Rory—. Es un poco de una
ocasión especial, como con Pascua y así sucesivamente. Va a
ser un juicio. —Cuando los Hammers no estaban recolectando
dinero para las viudas y huérfanos, les gustaba recrear famosos
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juicios inquisitoriales, leer las transcripciones de la corte y jugar
con los partes de buscador de brujas, los testigos y brujas por
igual.
—Estupendo —dijo Lucas, obligando tanto entusiasmo en su
voz como sea posible.
—Va a ser el Berwick. ¡Qué lástima que no es uno de los
Especiales de los Stearne! De lo contrario, podríamos haber
acordado que jugaras con tu gran abuelo o lo que sea, ja, ja.
Por cierto, pregunté alrededor para ver si Gideon Hale asistiría.
Sé que eran viejos amigos de la escuela. Pero tengo miedo de
decir que no puede hacerlo esta noche.
—Eso es una vergüenza.
La muestra de arrepentimiento de Lucas era tan sincera como
su entusiasmo. Él no tenía pruebas de que Gideon estuviera
involucrado en los esquemas de Paterson. En cualquier caso,
estaba seguro de que su condición seguía siendo un secreto, y
no había ninguna razón para que Silas Paterson o cualquiera de
sus aliados sospecharan que él actuara en contra de ellos. Pero
la presencia de Gideon habría sido una complicación que se
sintió aliviado de evitar.
Los Hammers estaban empezando la noche en una de las
salas de recepción al lado de la gran sala. Rory abrió el camino.
A su llegada, llamó a la puerta de una complicada
secuencia de grifos. Se abrió una grieta.
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—Maleficae dictae a maleficiendo12 —comenzó la persona
en el otro lado.
—¡…Seu a male de fide sentiendo!13 —murmuró Rory
roncamente de vuelta.
Este intercambio les dio la entrada a una habitación llena de
luz de las velas, jóvenes hombres y mujeres, vestidos con túnicas
negras con capuchas y escarlata sobre sus trajes. Varios
llevaban crucifijos adornados. Estaban bebiendo vino de vasos
de plata, y se quejaban de las horas extraordinarias.
Rory presentó a Lucas, a quien él pensó que impresionaría por
el nombre Stearne. Varias personas se presentaron a Lucas con
diversas bebidas. Desde que pretender que estaba ebrio era
parte de su cubierta, Lucas necesitaba un poco de aliento.
Había un montón de risas y palmadas en la espalda mutuo.
Mientras él furtivamente apuntaba al vino en vaso de otra
persona, se preguntó cómo lo estaban haciendo Gloria y Troy.
La habitación estaba cada vez más caliente y llena de gente,
más risas estridentes. Hubo una oleada de emoción con la
entrada de una atractiva morena en una camisa blanca muy
corta. Lucas la reconoció como la compañera de Gideon en la
conferencia de Crimen de Brujas; Zilla, pensó que era su
nombre. Debe de estar haciendo el papel de la bruja en el
juicio. Poco después de su llegada, un alto brillo, carillón resonó
en la habitación, y se hizo el silencio. El presidente de la
sociedad había golpeado una campana con el martillo de
plata que era su emblema.
12 Los hechiceros tienen una maldición. 13 O un mal presentimiento acerca de la fe.
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Todo el mundo se formó para el brindis. Uno a la Reina, uno a
la Asamblea General de Buscadores de Brujas. El tercero fue a
—¡Veintidós-Dieciocho!— Lucas mordió abajo en el borde de su
vaso. Era una referencia al libro del Éxodo, capítulo veintidós,
verso dieciocho, y el lema de la antigua Inquisición Inglesa. “No
dejarás que una bruja viva”.
La campana fue golpeada de nuevo. Con un grito de júbilo,
todos emergieron del cuarto y fueron hacia la Iglesia de San
Cumano. La que pretende ser bruja tiene un caballito del
presidente. Un trabajador de turno nocturno en el camino a su
mesa se detuvo para dejarlo pasar, murmurando entre dientes
con resentimiento.
Lucas tropezó a lo largo de los adoquines. Él siguió tropezando
con el borde de su manto, que al menos añade a la impresión
que había tomado unos pocos de más. Rory, que había estado
cada vez más distraído con todas las demás personas que
quería impresionar, miró a su protegido nerviosamente. Ashton
Stearne estaría menos que satisfecho si su hijo se emborrachaba
y alteraba del orden público en el reloj de Rory.
Había una cola para las escaleras hasta la cripta. Cuando
llegaron a la final, Lucas se quedó atrás.
—No me siento tan bien —le murmuró a Rory.
—Creo que será mejor que empujarlo.
—Caramba, ¿estás seguro? ¿Quieres que te saque? O…
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—No, no, no. Estoy bien. Honestamente —hipó él—. No debo
estropear la velada. Estoy bien, voy a por Jeff a ver si me llama
un taxi. Papá no está en casa esta noche.
Lucas se agarró del brazo de Rory y lo miró con solemnidad,
borracho.
—Gracias, sin embargo. Él siempre quiso que sea un Hammer.
Como cuestión de hecho, Ashton Stearne pensaba que los
Hammers eran cosa de fraternidad pretenciosa y era hora de
que alguien la ponga bajo control. Pero Rory no tenía que saber
esto. Dio a Lucas un fuerte apretón de manos, y siguió adelante.
Lucas dio un paso atrás para dejar pasar a los otros al cuerpo
de la cripta. Era un espacio grande y aireado
sorprendentemente, presidido por la tumba de San Cumano, el
inquisidor del siglo XV que dio a la iglesia su nombre. Para la
reunión de los Hammers, una cortina roja de terciopelo había
colgado arriba entre los pilares. Era puramente un efecto
teatral, pero muy útil para Lucas. Ahora que todo el mundo se
reunió detrás de la cortina, tanto él como la puerta de las
catacumbas se ocultaba a la vista.
La puerta era de hierro galvanizado, y cuando tocó el frío
metal rozó su espalda. En realidad no podía hacerle daño, o
incluso bloquear su fae —a menos que no se mantenga en
contacto físico con el metal. Aun así, sintió la amenaza que
representaba. Sirvió el mismo propósito que la pared alrededor
del compuesto inquisitorial.
Mantente fuera.
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El Presidente de los Hammers estaba dando otro discurso. Baja
la cobertura de los aplausos, Lucas encajó la llave marcada
con una cruz en la cerradura. No conocía el propósito de la
segunda clave, pero el signo de la cruz era apropiado para una
puerta de la iglesia. Con un crujido de protesta, la puerta se
abrió y Lucas se metió, avanzando a través. Tuvo cuidado de
cerrarla detrás de él.
Las catacumbas estaban atrás de la iglesia. Según la leyenda,
una orden religiosa de buscadores de brujas medievales habían
sido los originales pobladores del lugar, y habían construido las
catacumbas para sus rituales.
A través de los siglos, se hubo utilizado como un lugar de
enterramiento, prisión y las instalaciones de almacenamiento. En
primer lugar, sin embargo, era un lugar de refugio.
Los inquisidores se habían refugiado allí durante la Gran Plaga
—Iniciada por la bruja Ambrose Vitela, y se extendió por su
Aquelarre— y otra vez durante el Gran Incendio, cuando una
avalancha de balefires se salió de control y dejó a Londres en
fuego. La gente había dormido también aquí durante el Blitz. A
pesar de que las catacumbas no cubrían una gran área, la serie
de pequeñas celdas de piedra era densa y como un laberinto.
Era un lugar ideal para un cautivo secreto.
Las cámaras funerarias lo habían resuelto en el siglo XIX, y sus
contenidos se trasladaron al cementerio inquisitorial en
Brompton. Todavía había un par de urnas en las alcobas, pero la
atracción turística principal eran las pinturas murales. Eran muy
ambiguas, y apocalípticas en la naturaleza, mostrando lagos de
fuego y horribles bestias del Apocalipsis. Había también fotos de
las brujas trabajando: realizando orgías, sacrificando niños, y
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bailando con el diablo. Aunque los colores se desvanecían y
eran infantiles, las líneas crudas, la intensidad de la visión del
artista era intacta.
Caras gruñendo se encendieron brevemente a la vida
mientras la antorcha de Lucas desnataba las paredes. Durante
una gira el año pasado, había encontrado que el lugar era
extraño y espeluznante, pero no siniestro. Había subestimado
que la diferencia habría de venir por su cuenta y en tales
circunstancias. No pasó mucho tiempo para pasar la visita
oficial circuito. Cuanto más caminaba, más opresivo el silencio
se volvía y se convertía en oscuridad. El peso de la tierra parecía
una multitud a su alrededor, miedos y odios antiguos sudando
de la piedra.
Su inquisidor manto arrastrándose por el suelo. Trató de no
pensar acerca de lo que se había hecho aquí cuando el lugar
era una prisión.
La mayoría de las celdas estaban abiertas y vacías, pero se
encontró con una con el marco de la cama rota y un orinal. La
puerta tenía una reja en la parte superior y había una bolsa de
herramientas de obrero en la planta; tal vez alguien había ido a
arreglar el lugar. Si es así, el proyecto había sido abandonado
hace mucho tiempo. La bolsa y la cama estaban cubiertas de
telarañas. Era el momento de admitir la derrota: las catacumbas
estaban sin vida tanto como los sepulcros que una vez las
llenaban.
Lucas estaba dispuesto a volver sobre sus pasos, siguiendo las
cruces de tiza que había hecho a lo largo del camino. Barrió
con su linterna alrededor de una última mirada al pasaje de
túnel delante de él, y sólo entonces vio las escaleras. El pasaje
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era un callejón sin salida después de todo. Los escalones eran
muy empinados, y muy gastados, conducían a una puerta de
hierro.
Era difícil hacer un seguimiento de la dirección y la distancia
por debajo de suelo, pero Lucas calculó que sus exploraciones
lo habían llevado al norte-oeste de la iglesia. Eso significaba que
estaba en algún lugar de las inmediaciones de la Dirección de
Crimen de Brujas. El edificio había sido ampliado y remodelado
en gran medida en los últimos años, pero la original estructura
era vieja, y las esquinas impares apenas sobrevivían. Lucas
recordó algo acerca de un claustro histórico. Era posible que
estas escaleras estuvieran conectadas al mismo.
Miró la cruz marcada con la espada. La cruz y la espada… las
dos armas antiguas del inquisidor.
La segunda cerradura era mucho más rígida que la primera y
tuvo que poner todo su peso contra el hierro para empujar la
puerta. Esto no podría haber sido utilizado durante mucho
tiempo. El metal le dolía en su hombro y su brazo. Una bruja
menor no podría haber sido capaz de soportarlo. Pero consiguió
abrir la puerta por fin. Lo llevó a un pasaje cubierto. Cuando
volvió a mirar a través de la columnata, vio una ventana que
reconoció. O más bien, reconoció el reloj de sol en el patio
fuera de ella. El sitio web de noticias de la BBC tenía ilustrado su
informe Crimen de Brujas con una fotografía del coronel
Paterson en su escritorio, un reloj de sol se podía ver a través de
la ventana detrás de él.
Bajo tierra, una creciente sensación de fracaso se había
añadido a la claustrofobia de Lucas. En el aire fresco, se llenó
con nueva determinación. Él no podía y no quería fallar, no
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después de haber llegado tan lejos. Sobre todo porque una de
las pocas cosas útiles que había aprendido en la calle Cooper
era que Nate lo había guiado para romper y entrar.
Él se quedó atrás en las sombras del claustro, agradecido por
la protección de su manto negro y la capucha. Eran casi las
nueve en punto. No había luces en cualquiera de las ventanas
con vistas al patio. En este momento de la noche, y en un día
de fiesta, las únicas personas en el edificio serían un puñado de
oficiales de servicio nocturno. Los guardias inquisitoriales estarían
haciendo sus patrullas habituales por los terrenos. Pero no se
molestarán con este patio. Fue cerrado por todos lados, y la
única salida o entrada era a través del edificio principal, a
menos que, por supuesto, llegara a través de las catacumbas.
La oportunidad era demasiado buena para resistirse. La
oficina Silas Paterson tenía una ventana de caja de guillotina,
que era el tipo de ventana que Nate dijo era la más fácil de
abrir desde el exterior. Los postigos de hierro ni siquiera fueron
elaborados. Una vez más, Lucas ensayó su tapadera historia. Él
había estado bebiendo con los Hammers y pensó que sería
divertido explorar las catacumbas. Se había perdido. Él no
quería meterse en problemas. Sólo estaba tratando de
encontrar una manera fuera…
Lucas volvió a las catacumbas, y la célula con la bolsa de
herramientas de obrero abandonada. Parecía como si el
destino lo hubiese ayudado cuando encontró una pequeña
sierra. Se puso los guantes, y volvió a subir las escaleras. Se
arrastró a lo largo del claustro, al amparo de las sombras y su
capa, hasta llegar a la ventana de Paterson. Su corazón latía
tan fuerte que su cuerpo se sentía como si estuviera vibrando,
sin embargo, se dio cuenta de que se estaba divirtiendo. Quizás
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una vez que hubiese terminado con el espionaje tomaría hasta
el robo. Deslizó la hoja fina de la sierra entre el marco superior e
inferior, en el centro donde estaba el pestillo. Teniendo en
cuenta las instrucciones de Nate, movió la hoja hacia arriba y
hacia abajo hasta que lo consiguió contra la cubierta, y luego
obligó el cierre de nuevo.
Abrió la ventana y se metió a través.
Era mucho más estresante en la oficina que cuando había
estado tratando de entrar en él. La enormidad de sus acciones
de repente dio en el blanco. Tuvo que hacer una pausa,
esperando a calmar el nerviosismo. La habitación estaba oscura
y tranquila. Así que era el patio de afuera. Ni había molestado a
nadie y nadie le molesta él. Silas no era titular de la Dirección de
Crimen de Brujas todavía, pero no conoces esto por la
decoración de su oficina. Su escritorio era de madera de
caoba, y una alfombra persa adornaba el suelo. No había fotos
de su familia en su escritorio, sólo fotografías enmarcadas de
Paterson grave y estadista junto al Embajador, el Primer Ministro
y un menor de edad real de Estados Unidos. Lucas abrió la parte
superior derecha del cajón para encontrar una botella de
whisky de malta.
Los cajones del otro escritorio estaban cerrados. Entonces
estaban los gabinetes, aunque encontró la llave pegada en un
trozo de Blu-tack en la parte de atrás. Él deseaba que sus
guantes no fueran del espesor como la lana, mientras
ralentizaba hojeaba el papeleo. Ninguna de las hojas de
presupuesto, informes de gestión o actas de las reuniones
departamentales parecía particularmente interesantes, y
mucho menos incriminatorias.
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El tiempo se estaba acabando. Si no echaba un vistazo a la
seguridad de las puertas en plazo razonable, las alarmas se
encenderían. Eso significaba que tenía que salir antes o con los
Hammers. Si se topaba a Rory, siempre podía decir que había
dormido en alguna parte, o ido a la cantina a tomar café. Miró
su reloj de nuevo, y decidió que podía permitirse el lujo de diez
minutos.
Lucas miró el ordenador. Ahí fue donde los secretos están
guardados. Algo en los mensajes de correo electrónico, una
carpeta especial… Necesitaba nombre de usuario y la
contraseña de Paterson para iniciar la sesión —y sabía cómo
conseguirlos.
No había habido nada peligroso acerca de la piratería en la
computadora de su padre. Esto era diferente. Su historia acerca
de ser un borracho perdido y no engañar a nadie si se quedaba
sorprendido cometiendo trabajo de hechicería. Y él tendría que
quitarse los guantes, por lo que sus huellas estarían por todo el
lugar. Pero si no le daba una oportunidad… Bueno.
¿Quién sabía qué gloria puede o no puede aprender de Lady
Merle? Esta podría ser su única oportunidad.
Tomando una respiración profunda, Lucas encendió el
ordenador.
Cuando se quitó los guantes, se dio cuenta de lo sucias que
sus propias manos se habían convertido durante sus
exploraciones en las catacumbas. Él no estaba seguro de si el
polvo de mezcla de diferentes fuentes puede dañar la
hechicería de alguna forma. Lo único que podía hacer era
limpiarse las manos en su capa, y esperar lo mejor. Se dedicó a
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recopilar la oficina de polvo sobre el papel, mirando debajo de
la alfombra persa, en torno a las estanterías y en la parte
superior de la barra de la cortina.
Estaba de pie sobre el teclado, hoja de polvo en sus manos,
cuando oyó pasos ligeros en el corredor exterior. Se quedó
inmóvil, esperando a que pase. Los pies no pasaron. Se
detuvieron afuera. Llaves tintinearon, la puerta se abrió. Y Lucas
cometió su grave error en primer lugar.
Su único instinto era salir de allí, a través de la ventana, al otro
lado del patio, y en las catacumbas. Pero no había tiempo para
pensar cualquier cosa. El fae, ya relatado a través de su cuerpo
y cerebro, estaba en sus manos. Tomó un asimiento de él. Y en
cuanto se abrió la puerta, retrocedió en la dirección de la
ventana, y sopló el polvo que había reunido —el polvo de la
oficina Silas Paterson, y la mugre de las catacumbas— en el aire.
Había tenido una idea confusa acerca de cubrir su retirada. El
resultado superó todas las expectativas. El polvo de hadas
soplado se impregnó de la alarma al momento, el miedo que
había sentido en la catacumbas y la mugre de las celdas
antiguas. El pequeño soplo sucio se reunió en una niebla con vil
olor que rodó en oleadas a través de la habitación.
Al amparo de la nube, como el inquisidor desconocido
maldecía y se sacudía, Lucas se lanzó por la ventana. Él aún
podría haberlo hecho, si no hubiera tropezado con el cesto de
papeles y se le enredara en su capa. El inquisidor tropezó a
través de la habitación después de él, y lo tomó de la manga.
Ambos cayeron al suelo, golpeando a ciegas en el polvo tóxico.
Tos y asfixia, el captor de Lucas lo arrastró a sus pies.
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En sus peores imaginaciones, Lucas se había preguntado qué
haría si Silas Paterson regresaba temprano del baile de Lady
Merle. La realidad era casi tan mala. Tenía la vista fija en el rostro
de Gideon Hale.
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Capítulo 30
Traducido por Hanna Marl
Corregido por Sisbelmari
l mismo tiempo que Lucas dio sus primeros pasos en las
Catacumbas, la agente Connor de IBAS estaba sentada
en el coche del Alto Brujo Alcaide Branning en un
aparcamiento desierto. La película que Lucas había
grabado en el Radley se reproducía en el portátil de
Jonah.
Mientras veía, el rostro de Zoey era una máscara tensa y
blanca. Era la segunda visualización de Jonah del material, pero
en todo caso, su horror solo había aumentado.
Cuando las imágenes llegaron a su fin, un sordo rubor se
propagó bajo sus pecas.
—En nombre de... que es... como un inquisidor, siento que
debería… que es mi responsabilidad —Tragó dolorosamente. —
No hay palabras. Pero quiero que sepas que realmente lo siento.
Esto debe confirmar todas sus peores sospechas de nosotros.
—Juzgo personas como las encuentro— Zoey dijo por último y
con esfuerzo. —Pero no juzgo a una comunidad sólo por los
criminales. La Historia de brujas nos ha demostrado el peligro.
Jonah no quería pensar en la Inquisición como una
comunidad, pero quizás fue porque no se sentía encajar. Era
una vocación, sin embargo, y su fe en que la vocación había
sido mal sacudida.
A
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—¿Sabes dónde está Lucas ahora? — le preguntó.
—No. Él cortó todo contacto. Ya no puedo esperar a Gloria.
Me preocupa que ellos dos hayan tomado los asuntos en sus
propias manos.
—Bien, Lucas tenía razón en ser cautelosos acerca de
contactarme. La Inquisición tiene una pesada presencia en IBAS
para nosotros hacer uso de sus recursos sin alertar al enemigo.
—¿Puedes encontrar una forma de advertencia, Rawdon?
—Jack está lejos en una Conferencia, pero él volverá
mañana. Voy a hablar con él. Ayudaría si tuviéramos alguna
idea de lo que probablemente sea el próximo objetivo.
Ella inició sesión en su smartphone. Después de acceder a la
programación de Rawdon, coincidieron en que el destino más
probable era un desfile en Windsor para las tropas que regresan
del extranjero de tareas de mantenimiento de la paz.
El Director de IBAS estaría allí para resaltar el papel de bruja-
soldados de las fuerzas armadas. El evento se estaría llevando a
cabo mañana y atraería a grandes multitudes. Sería la perfecta
oportunidad para un atentado terrorista, seguido de un
espectacular arresto.
—Le diré a Jack para cancelar todos los contratos públicos, —
Zoey dijo.
—Mientras tanto, tenemos que lidiar con nuestros
adolescentes fugitivos. Ellos están tratando de ayudar, pero
probablemente sólo harán las cosas peor. Y ellos mismos
entrarán en un montón de problemas a lo largo del camino.
Jonah se frotó la cara con cansancio. —Es una suposición,
que van a tratar de ponerse en contacto con Lady Merle. Sería
el lugar obvio para el Inicio. Pero Lucas tiene un montón de
información privilegiada sobre la Inquisición. Estoy preocupado
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por él, podría tratar de actuar sobre ellas, sin saber realmente lo
que él está tratando.
Zoey estuvo a punto de responder cuando sonó su teléfono.
—Hmm. No es un número que reconozco.
Ella pulsa el botón de respuesta. —Connor—, dijo quebradiza.
—¿Hola? Hola?
—¿Quién es?
—Es Gloria. Gloria Starling. Lucas me dio su número –Yo no —su
voz era un susurro crudo. —No quería llamarle a usted. Pero se
trata de una emergencia. Estamos en el lugar de Lady Merle.
Todo comenzó. Ella – él – creo que está muerta. Vamos a… —La
línea se cortó. Y cuando Zoey llamó de vuelta, pasó
directamente a correo de voz.
—Tenías razón—, dijo a Jonah lúgubremente. —Lucas y Gloria
deben haber ido a ver a Lady Merle. Y ahora están en
problemas. Tenemos que llegar a ellos, rápido.
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Capítulo 31
Traducido por candas_12
Corregido por Desafio89
roy y Gloria habían seguido a Lady Merle fuera del
marco únicamente a una pequeña y discreta puerta al
lado de la casa. Ellos pasearon cogidos del brazo,
tratando de parecer como si estuvieran simplemente
admirando los jardines. Sin embargo, esta entrada
también tenía un miembro del personal rondando cerca, listo
para acompañar a los invitados fuera de las habitaciones
privadas de la familia.
—¿Qué vamos a hacer? , —susurró Gloria, mientras daban
marcha atrás por la esquina.
—Voy a conseguir distraerlo para que puedas colarte. Tu eres
la bruja damisela en peligro es más probable que Lady M
responda a ti. Yo voy a alcanzarte en un momento."
Troy avanzó por la hierba. —Mira aquí.—le dijo al criado o
portero o quienquiera que fuera—.Fui a buscar algo de mi
coche, sólo para encontrar que algún idiota se ha introducido.
El coche al lado del nuestro también. Me pareció ver a un niño
escondido en el paseo, pero cuando le grité él se escapó.
El lacayo estaba nervioso. —Lo siento mucho, señor. ¿Le
importaría venir conmigo para mostrarnos el daño?
T
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Tan pronto como sus espaldas se giraron, Gloria se escabullo a
lo largo de la terraza y por la puerta que Lady Merle había
utilizado. Se encontraba al pie de las escaleras traseras. La
llevaron a un pasillo, llena de cuadros cubiertos de barniz oscuro
e iluminado por pequeñas lámparas con capucha. Las puertas
a lo largo estaban todas cerradas. Era oscuro y caliente y
silencioso por completo. Su peluca le picaba, y ella se la quitó y
lo introdujo en el abrigo de cachemir. Ella quería que Lady Merle
le vea como verdaderamente era, raíces y todo.
Había un segundo conjunto de escaleras en el extremo norte
del corredor, más empinadas y diminutas que las anteriores. Ella
las subió también y se encontró en un pequeño descanso, con
un cuarto de baño a la derecha y otra puerta en frente de ella.
Ella vaciló, tratando de escuchar sonidos de vida. ¿Ya había
perdido a Lady Merle? Ella había pensado que había oído
voces en su camino por las escaleras, pero todo estaba
tranquilo.
Cuando abrió la puerta, se encontró en un desván largo y
bajo. Se había convertido en un dormitorio de niños,
cómodamente pero escasamente amueblado. Los muebles
que había allí eran suaves y acolchados. Sentada en un sillón
frente a un biombo estaba una chica de unos diecisiete años.
Cuando ella la vio, Gloria se detuvo confundida. Cabello como
el fuego, piel como la nieve, ojos del color de las violetas. . . Era
como mirar una imagen en un cuento de hadas.
—Um, hola,—dijo Gloria.
La muchacha giró la cabeza, muy lentamente. Sus ojos
estaban muy abiertos y sin pestañear. Gloria se dio cuenta de
que ella no era tan perfecta después de todo. La piel de su
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mano derecha era brillante y arrugada, como una cicatriz que
se había curado mal.
—Yo. . . no… te. . . conozco.—dijo la niña al fin. No había
ninguna alarma o curiosidad en su voz, o en esa congelada,
encantadora cara.
Hablaba en un tono monótono vacío.
Pero Gloria sabía quién era ella: Rose Merle, la chica del
accidente de equitación.
—Está bien—dijo ella—,Estoy buscando a tu madre.
—¿Quién eres y qué estás haciendo aquí?
Era Serena Merle en persona, que había llegado de una
habitación contigua. No parecía tan perdida como estaba en
la carpa, pero tampoco se veía nada bien. Sus ojos se
desviaron y sus manos temblaron.
—Perdóneme por la interrupción, Su Señoría, pero mi nombre
es Gloria Starling y —
—Starling?
—Eso es correcto. Realmente necesito hablar con usted. Se
trata de lo que usted le dijo a Charlie—'
—No—Serena se puso las manos sobre las orejas—.No, no, no.
No quiero saber nada de eso. Ya es demasiado tarde. Han
pasado muchas cosas.
Se oyó un golpe en la puerta, y una mujer de rostro apacible
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en uniforme de enfermera entró en la habitación.
—El coche está aquí, mi lady.
Serena dio a Gloria una mirada agitada.—No me importa
quién eres o porque estás aquí. Nada de eso importa ya. Mi hija
se esta yendo, y tengo que —que —Ella respiró hondo, e hizo un
visible esfuerzo para calmarse—.Tengo que decir adiós.
Se acercó a Rose, y la ayudó a salir de la silla.
—Tú te vas a ir y te vas a quedar en un lugar seguro —le dijo—
.La gente de allí te cuidará mucho mejor que yo —Luego tomó
a Rose por los hombros y miró inquisitivamente a sus ojos en
blanco—.¿Recuerdas cuánto yo te amo, siempre. Trata de
entender. Trata de recordar.
—Siempre—repitió Rose con voz apagada—, Siempre—Su
expresión no cambió. Ella se movió en movimientos rígidos y
precisos, como una muñeca de cuerda. La enfermera le tomó
de la mano y suavemente la llevó por las escaleras.
Serena les vio marchar con tanta angustia en su rostro que
Gloria tuvo que apartar la mirada. Pero un instante después, la
mujer se volvió hacia ella.
—¿Cómo te atreves a invadir mi casa? ¡En esta noche de
todas las noches!
—¡No tuve otra opción! Me enteré de su conversación con
Charlie en Radley, y el complot que ha descubierto. Alguien
tiene que actuar. Así que estoy trabajando con el hijo de
Charlie, Troy, y tenemos la ayuda de IBAS. Yo no me doy por
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vencida. No puedo. Yo soy —Soy una bruja también.
—Una Starling, dijiste —Serena de repente se suavizó—.De tal
palo, tal astilla. . . ¿Has visto a mi Rose, lo hermosa que es?
—Ah, sí.
—Talentosa también. ¡Y tan popular! Rose estaba destinada
para grandes cosas. Todas las bellas, encantadoras cosas que
nunca llegué a hacer porque me volví bruja.
Sus ojos se nublaron de nuevo. Ella definitivamente había
estado bebiendo, Gloria decidió. O tomando píldoras de algún
tipo.
—Porque yo iba a ser una estrella, ya sabes. Todo el mundo lo
decía. Pero nadie quiere una bruja con riendas en sus juegos y
pantallas. O en sus centros de reunión. La fae robo todo eso
lejos de mí. Así que cuando Rose —mi hermosa, talentosa Rose—
cuando le pasó a ella. . . Yo estaba dispuesto a intentar
cualquier cosa. Cualquier cosa. Lo que fuera.
—¿Rose es una bruja?
—Ya no más.
—Pero. . . una vez que te vuelves una bruja, la fae es una
parte de ti. Para siempre.
—Bueno, nosotros lo cortamos— Su voz era quebradiza—.Hay
una clínica que lo hace. Psicocirugía Experimental.
—No lo entiendo—La idea era demasiado terrible para ser
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verdad. Gloria estaba cada vez más desorientada por los
cambios bruscos de actitud de Lady Merle. Era como hablar
con tres o cuatro mujeres diferentes a la vez—.La fae no es un
pedazo de tu cerebro. Es más que eso. "
—Como un "fantasma en la máquina", ¿como dijo el filósofo?
Tal vez sea así. Pero la Inquisición de EE.UU. realizó una
investigación en los cerebros de las brujas, allá por los años
cincuenta. Al igual que los nazis hicieron, en sus campos. Y en
las brujas, encontraron una diferencia. . . un diferente tipo de
conexión nerviosa. . . "Circuito anormal", lo llamaban. He leído
los trabajos de investigación, escuché los testimonios. Pero no
había mucho tiempo. El cirujano me dijo que el procedimiento
sólo funcionaba si la fae era tomado a tiempo. Tuvimos que
hacerlo rápido, y en secreto, antes de que Godfrey se entere.
Ella se retorcía las manos, como lo había hecho a la hora de
hacer su apelación a Charlie. Se veían rojas y frotadas.
—Fue mi idea, pero después empecé a tener miedo. Sin
embargo, Rose no. Me suplicó que la dejara hacerlo. Si ella era
una bruja, su vida estaría arruinada, al igual que la mía. ¿Cómo
podría negarme? Y luego, cuando ella salió de la operación, y
su fae se había ido, estábamos tan contentas que lloramos.
¡Imagínate eso! Nosotros pensamos que lo derrotamos.
Pensábamos que estábamos seguras. Y entonces. . .
—¿Entonces. . .?
—Entonces, una mañana, en el jardín, Rose se derrumbó.
Estuvo inconsciente solo por unos minutos, pero después. . . ella
era ciega. Ciega, sorda y muda. Esto duró por veinte y cuatro
horas. Y aunque recuperó sus tres sentidos principales, su
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memoria se había ido.
Ella no puede mantener un pensamiento por más de unos
pocos minutos a la vez. Tal vez sea una bendición, teniendo en
cuenta lo que se ha convertido. . . Es posible que hayas visto la
cicatriz en su mano. Es de cuando ella puso su mano en agua
hirviendo y no se dio cuenta. Rose, ya ves, ha perdido la
capacidad de sentir dolor. Ella podría morir desangrada y
nunca darse cuenta. Es por eso que tiene que ser vigilada cada
minuto de cada día. Mi hija nunca está herida o asustada, pero
ella no se siente nada bien tampoco.
Todas las emociones perdidas de Rose inundaban la voz de su
madre.
—Cuando eliminamos la fae, eliminamos su corazón. He
traicionado a mi hija. He traicionado a nuestra especie.
El cuerpo de Gloria avanzo lentamente con horror. Ella quería
alejarse de esta mujer con los ojos desorbitados, el recuerdo de
la joven arruinada, lejos de este mausoleo de casa. Pero ella
tenía un trabajo que hacer.
—¿Es por eso que comenzó a ayudar a los aquelarres?—le
preguntó.
Las manos de Serena se retorcían y giraban.—Yo no lo planeé
así, pero al poco tiempo de Rose. . . después de Rose. . . Me
crucé con Charlie Morgan. Yo había sido amigo de él y Vince
una vez. Muy lejos y hace mucho tiempo. . .
—Más que amigos, supongo—Era Troy, que había estado de
pie desapercibido en la puerta—.Vi a Rose en el pasillo. Ella es la
niña de tío Vince, ¿no es así?
El pelo rojo, pensó Gloria. Charlie había insinuado siquiera
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algo por el estilo, de vuelta en Radley.
—No es de Vince, ella es mía. Mi crimen. Mi culpa.
—Tú no eres la criminal—dijo Gloria con vehemencia—.Fueron
los ladrones que hicieron las cosas psico experimentales.
—Hablando de ladrones—dijo Troy—, me gustaría tener una
charla acerca de Su Señoría. Cerró la puerta y se dirigió hacia
Serena—.Las circunstancias han cambiado desde que tú fuiste
a mi padre. El aquelarre del miércoles está listo para ofrecer su
apoyo. Pero cuando se trata de identificar a los culpables,
necesitamos algo más que tu palabra.
—Estamos fuera de tiempo— Sus ojos se clavaron en el reloj de
la pared. Eran las nueve menos cuarto—.Ya le dije a Charlie
todo lo que sabía.
Troy no iba a dar marcha atrás.—Tú hiciste tu propia
investigación, ¿verdad? Tiene que haber algún tipo de rastro del
papel. Esta bruja que ellos han encarcelado—
—No te preocupes, cariño—Serena dio una risa fuera de tono,
y pasó el dedo alrededor de su collar de hierro—.La única bruja
cautiva por aquí soy yo.
—No veo por qué Lord Merle se casó contigo, si tanto él odia
a los brujos —dijo Gloria.
Ella se echó a reír de nuevo.—El odia a los brujos porque nos
envidia. Irónico, ¿no? Godfrey tiene prestigio, riqueza, influencia.
Pero él no tiene la fae. ¡El poder que él no tiene! La amargura le
consume. Es su obsesión. Él incluso tiene una colección de
objetos de hechizo. Él los mantiene en su guarida: todo pulido
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bajo llave. Al igual que su esposa.
De repente, ella agarró la muñeca de Gloria, jadeando con
urgencia.
—No confíen en ellos. Ellos nos odian y nos quieren. Nos tienen
miedo incluso a medida que nos desprecian. Eso nunca va a
cambiar.
Gloria se echó atrás. Ella no sabía si Lady Merle estaba
hablando de no brujas, o los hombres en general, pero ella se
asustó por la enojada luz en sus ojos.
Troy había tenido suficiente también.—Está bien. Dinos dónde
es la oficina de su marido, y cómo llegar a ella. Entonces nos
iremos.
—¡Tan majestuoso! —Serena se burlo. —Al igual que su padre.
En los viejos tiempos, claro está, era Vince que tenía esa
atracción. . . Yo siempre he tenido debilidad por los hombres
peligrosos. Pero, en realidad, no tienes que preocuparte. Silas no
se saldrá con la suya, y tampoco lo hará Godfrey.
—¿Qué quieres decir?
—Quiero decir que yo he hecho mis planes. Lo entenderás
después.
Es por eso que ustedes tienen que irse —es por su propio bien.
Pero cuando fue a abrir la puerta, se tambaleó hacia atrás.
Lord Merle estaba contemplando con el ceño en la parte
superior de las escaleras.
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—¡Godfrey! Estás — estás temprano. Te pedí encontrarme a
las nueve.
—Es mi maldita propia casa. Voy a ir y venir cuando me dé la
gana. Además, tú eres la que hizo todo el alboroto acerca de
decir adiós a Rose. No tiene sentido como va a ser—Se abrió
paso con el hombro, y vio a Troy y Gloria por primera vez—
¿Quién diablos son ustedes?
—No son nadie, nada—dijo Serena agitadamente—.Sólo
algunos invitados que deambulaban por aquí por accidente. Se
están yendo ahora. Trató de sonreírle.
—Por favor, Godfrey. Toma asiento. La clínica recogió a Rose
antes, pero. . . Yo. . . Yo aún tengo que hablar contigo.
Lord Merle se volvió a Troy. —¿Te conozco? Me pareces
familiar.
—No creo que nos hayamos encontrado—dijo Troy impasible.
Godfrey miró a de él a Gloria y a Serena de nuevo. Serena
estaba pálida y temblando. Gloria estaba mirando el suelo. De
los pliegues de su abrigo de cachemir, que había puesto sobre
una mesa auxiliar, un mechón de la peluca marrón se estaba
mostrando.
Su de él voz se afiló. —¿Qué está pasando?
Serena tomó a Troy y Gloria por el brazo y trató de empujarlos
fuera de la habitación. —Ya se los advertí. Váyanse—Se volvió a
Lord Merle y sonrió alegremente—.Ves ¡se están yendo! ¡Tal
como querías! ¡Todo está bien!
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—No estoy de acuerdo. De hecho, voy a llamar a seguridad.
Caminó hacia la puerta.
—No— Serena salió corriendo—.No lo hagas—¡no deberías!
Se giró a Troy, y le echó los brazos al cuello.—Haz que se
quede— suplicó—.Tienes que hacerlo.
Troy trató de empujarla. Ella se aferró, balbuceando.
Su marido la miró con disgusto.
—Toma el control de ti misma, por el amor de Cristo. O toma
otra maldita píldora. Tal vez entonces te convertirás tan vegetal
como tu hija —
Crack.
Gloria no entendía lo que había ocurrido al principio. Aun
cuando el Lord Merle cayó al suelo ella no lo creía. Entonces vio
la pistola que Serena había sacado de la funda de Troy y la flor
roja en el frente de la camisa de Lord Merle.
—Oh Dios— dijo Serena—.Oh Dios, oh Dios.—Todo su cuerpo
empezó a temblar. Rápidamente, brutalmente, Troy le arrebató
el arma de las manos y cerró la puerta. Luego se arrodilló junto
al cuerpo.
—¿Está muerto? Gloria preguntó, forzando a toda su fortaleza
en su voz para mantenerla firme. Ella no debería ser débil. Troy
no debería saberlo.
—Casi.
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Serena se derrumbó en la silla de Rose. Ella puso su rostro entre
las manos.
—Deberíamos llamar a un médico. . . o. . . ? —Gloria preguntó.
—Es demasiado tarde para eso. Aún así, podríamos ser
capaces de obtener algo de él.
Troy puso la mano sobre los hombros de Lord Merle y lo
sacudió. El moribundo hizo un coagulado, sonido de asfixia. Una
burbuja de sangre brotó de sus labios. Gloria tuvo que apartar la
mirada.—Jesús, Troy—murmuró ella.
—Este no es el momento de ser delicada—replicó Troy,
poniendo la pistola bajo la chaqueta—.Sal a la calle y
comprueba que nadie escuchó la conmoción. No podemos
tener a nadie viniendo aquí.
Gloria tomó una última mirada a la escena. Serena estaba
temblando y jadeando. Troy tenía sangre en las manos y la
camisa. Sacudió a Merle de nuevo.—Mírame—dijo entre
dientes—.Mírame—Merle se quejó.
Había un olor tenue y acre de pólvora. Al menos no había
sonidos de alarma o actividad del resto de la casa. Afuera, en el
descanso, toda lo que Gloria podía oír era su propio corazón,
golpeando contra sus costillas. Ella cerró los ojos. Entonces ella
sacó su móvil. Había poca o ninguna recepción en el ático.
Tenía que bajar al pasillo oscuro por debajo antes de que
llegara la señal. En uno de los dormitorios fuera de la sala, marcó
el número que Lucas le había dado.
—Connor,—dijo una voz al otro lado.
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—¿Hola? ¿Hola?
—¿Quién es?
—Es Gloria. Gloria Starling. Lucas me dio su número — yo no —
yo no quería llamarte. Pero es una emergencia. Estamos en la
casa de campo de Lady Merle. Todo comenzó. Ella — el — Creo
que está muerto. Vamos a —
Se quedó helada. Alguien estaba subiendo las escaleras
traseras. Una voz gritó: —¿Serena? Es Silas. ¿Estoy en el buen
camino?
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Capítulo 32
Traducido por Musher.
Corregido por Sisbelmari.
ideon cerró los puños de hierro alrededor de las
muñecas de Lucas y tiró de él a sus pies. Se miraron
fijamente el uno al otro a través de los remolinos de
polvo. Los pálidos ojos de Gideon eran fríos, divertidos.
―Bueno ―dijo―. Esto es interesante.
Lucas juntó todos los fragmentos de su historia. Empezó por
decir algo acerca de los Hammers, acerca de tener demasiado
dinero, tomando un giro equivocado...
―De hecho lo tienes. ―Gideon sonrió con verdadero placer.
Entonces él habló por su auricular―. Alpha Uno a Alpha Dos.
Protocolo seis brecha de seguridad en uno-oh-nueve,
solicitando apoyo.
El polvo fae ya estaba desvaneciéndose. Pronto no habría ni
rastro de él. Lucas sabía, sin embargo, que no había ninguna
esperanza de negar lo que Gideon había presenciado. Era un
hechizo de trabajo de una muy alta orden. Vertió alrededor una
explicación, no obstante desesperado.
―Había unos intrusos en la oficina ―, dijo. ―Los vi desde el
patio. No estaba pensando claramente, pero pensé que
debería… ya sabes… perseguirlos fuera. Pero cuando entraba
por la ventana, el polvo apareció. Creo que quien era debe de
haber sido es una bruja. Quiero decir, esa niebla no era normal,
G
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¿verdad? De todos modos, nunca obtuve una ojeada exacta
de esa persona. Cuando yo estaba tratando de entrar, ellos
decidieron salir. Entonces llegué... todo era confuso... y...
―Entonces, ¿cómo estos otros intrusos entraron y salieron?
―Um, de la misma manera que yo, supongo. A través de las
catacumbas. Encontré la puerta en el claustro abierto. Ya
sabes, alguien probablemente debería ir a buscar el lugar.
Se oyó un golpe en la puerta. Lucas se sintió aliviado. Si tenía
suerte, sería un oficial que conocía. Tenía que adherirse a su
historia hasta que las autoridades competentes se hiciesen
cargo de su padre o Jonan sería llevado dentro.
Pero el recién llegado no era un guardia inquisitorial o incluso
un trabajador de dirección. Era Zilla, la inquisidora que juega a
la bruja de los Hammers mofándose de las pruebas. Ella estaba
vestida con un traje debajo de su abrigo, pero no había ni rastro
de la coqueta chica fiestera de antes. Si se trataba de 'Alpha
Dos', entonces Lucas estaba en serios problemas.
―Míralo. ―Gideon le dijo tan pronto como llegó―.Y mira esto.
―Tiró la mochila de Lucas, y luego hizo una llamada en su
teléfono―. ¿Hola? Es Hale. . . Lamento perturbar su noche, señor,
pero ha habido un robo en su oficina… Sí… Creo que sí… ―Él
miró a Lucas―. Hay algo más… ―continuó en el pasillo y cerró la
puerta.
No pasó mucho tiempo para que Zilla encontrar y confiscara
el foco de Lucas, teléfono, llaves y guantes. Ella había traído sus
propios guantes y una bolsa de pruebas. La sierra entró junto
con el resto.
Lucas observaba desde una silla. Él trató de parecer borracho
y confundido, un colegial culpable que había sido sorprendido
en lo que no debe, pero sabía que era demasiado tarde. La
llamada a Paterson era una mala señal. El procedimiento
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correcto era convocar al oficial de guardia. Todos ellos deben
estar en la suite de custodia, rellenando papeleo, por ahora.
―Buenas noticias ―anunció Gideon, cuando regresó a la
oficina. Su llamada telefónica había tomado algo de tiempo―.
El coronel nos ha autorizado a hacer más preguntas y tú, Lucas,
me vas a ayudar. Juntos, vamos a llegar al fondo de lo que
sucedió en este lugar. Tal vez incluso vamos a encontrar a la
bruja responsable. Estoy seguro de que encontrarás que es muy
esclarecedor. Yo sé el ávido estudiante de la Inquisición que
eres.
―Claro, sí, estoy listo para hacer mi declaración. Si vas a
llevarme a la sala de guardia...
―No saldrás delante de nosotros mismos.
Zilla tiró de él a sus pies.
―¿A dónde vamos?
―A algún lugar donde no molestemos ―dijo Gideon―. No se
puede ser demasiado cuidadoso: Aquí hay brujas terroristas que
andan sueltas.
Lucas pasó la lengua por los labios resecos.
―Está bien, es sólo que la gente va a preguntarse dónde
estoy. Jeff Buller sabe que estoy aquí, y Dixon Rory. Luego está
mi padre, por supuesto. Si no firmo pronto, van a empezar a
preocuparse.
―No hay nada de qué preocuparse, Stearne. El Coronel
Paterson y yo hemos estado trabajando juntos muy de cerca, ya
ves. Tengo su plena confianza.
Gideon estaba sonriendo mientras daba un paso hacia
adelante, agitando la mano hacia fuera para tirar abajo algo
que había estado oculto en contra de su muñeca. Lucas se
apartó del abrazo de Zilla, pero ya era demasiado tarde. Ya
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podía sentir el aguijón de la jeringa donde había perforado su
capa de inquisidor, conduciéndose a través de su piel.
Lucas intentó oponerse, arrancándosela a sí mismo. En
cambio, él cedió. Su cuerpo era como el de una marioneta
cuyos hilos habían sido cortados. Trató de gritar que Gideon y
Zilla eran traidores y criminales, que la integridad de la
Inquisición estaba bajo amenaza. Pero cuando abrió la boca, el
único sonido en salir fue un baboso sonido ronco.
―¿Qué... Qué... Qué...
Zilla y Gideon se lo cogieron entre ellos y medio lo llevaron,
medio lo empujaron por el pasillo y hacia fuera a través de una
entrada lateral. Sus miembros estaban ridículamente flojos. Su
sentido de la orientación se había ido también, pero podía sentir
los adoquines del patio Kindle bajo los pies. Un par de Hammers
estaban caminando hacia delante, en su camino a casa. Zilla
devolviendo sus bromas.
El trío se acercó a la puerta de seguridad. Jeff Buller no estaba
en servicio. La voz de Gideon era confiada y capaz.
―Estoy asustado de que el joven Stearne haya tomado las
celebraciones un poco demasiado lejos.
El guardia chasqueó la lengua.
―Estos jóvenes muchachos no saben cuándo parar.
―No es nada que un cuartillo de agua y una aspirina no
pueda curar. No te preocupes, Zilla y yo lo veremos llegar a
casa con seguridad.
Con un esfuerzo monstruoso, Lucas trató de trabajar a través
de la droga, forzando su lengua para recuperar la forma de las
palabras. Todo lo que salió con un insulto era ilegible. Incluso
mirar al guardia a los ojos era imposible, cuando los suyos
rodaban por todo el lugar.
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Hubo más risas y comentarios acerca de la mañana siguiente.
El brazo de Gideon le apretó con cariño. Los tres salieron de la
Inquisición, Lucas con patas de goma y una cabeza llena de
pelusa. Encerrado entre los otros dos brazos del apoyo, fue
llevado a lo largo de la calle y a la vuelta de una esquina en
donde una camioneta lo estaba esperando. Y por segunda vez
ese día, Lucas se encontró esposado en hierro, y atado en la
parte posterior de un vehículo en movimiento.
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Capítulo 33
Traducido por MaryLuna
Corregido por Ale Rose
ilas Paterson llegó al corredor justo cuando Gloria
desconectaba su teléfono. Él no parecía en un apuro. Él
abrió la primera puerta y entró en una especie de modo
exploración. Mientras su atención se desviaba, ella se
lanzó fuera de la habitación y regresó a las escaleras.
Cerró la puerta del ático con la mayor suavidad posible.
—Silas Paterson está en camino —dijo ella. Estaba mareada
con la irrealidad de todo.
Troy estaba mirando hacia el cuerpo sin vida del Señor Merle.
Serena estaba colapsada aún en la silla, frotándose sus manos y
balanceándose. Pero cuando escuchó a Gloria, su rostro se
iluminó. —¡Silas! Oh bien. Está justo a tiempo. —Su ataque de
histeria había terminado casi tan rápidamente como había
comenzado. —Rápido —dijo ella. —Por aquí.
Ella corrió hacia el cadáver de su esposo y, con la ayuda de
Troy, lo arrastraron detrás del biombo. Gloria pasó una manta
sobre las manchas de sangre en la alfombra. Pesados pasos se
escuchaban en las escaleras exteriores.
Serena agarró a Troy por el brazo. Habló en un tono urgente.
—Lo siento. Godfrey apareció temprano, bueno, me inquieto.
S
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No era el plan. Ellos dos deberían haber llegado aquí al mismo
tiempo. Pero todo está bien. Puedo improvisar.
Hubo un golpe en la puerta. —¿Serena? ¿Estás Ahí?
—Tú no me creíste antes —susurró ella. —Por lo tanto créeme
ahora. Tienes que ir.
De alguna manera, Troy y Gloria se dejaron ser empujados a
la habitación contigua, en una que Serena había entrado
originalmente. Era la habitación de la esquina conectando
entre el ala oeste de el ático donde Rose tenía sus aposentos.
—Hay un conjunto de escaleras en el otro extremo, —dijo
Serena. —De allí, ustedes deberían ser capaces de salir. Sean
rápidos.
Troy empezó a protestar, pero ella cerró la puerta en sus
narices y giró la llave. —Un momento, Silas —dijo su voz
intensamente.
Gloria y Troy miraron a su alrededor. Ellos estaban en otra
habitación, pero su mobiliario incluía un botiquín y varios
cuadros clavados a la pared. La segunda puerta daba a un
corredor y a una serie de pequeñas habitaciones que deben
haber pertenecido alguna vez a los criados.
—La mujer esta chiflada. —murmuró Troy. —¿Qué demonios
está ella haciendo?
—Lo averiguaremos muy pronto. —Gloria señaló a un monitor
de TV en la esquina. Serena había dicho que Rose necesitaba
ser vigilada todo el tiempo, en caso de que se lesionara sin
darse cuenta. Esta habitación debe ser para su enfermera
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privada. Ella presionó su oreja a la pared, y se alegró de
encontrar que la mampara era lo suficientemente delgada
para escuchar. Mantuvo sus ojos en la pantalla.
Godfrey Merle era un intimidador. Gloria estaba
acostumbrada a hombres como él. Silas Paterson, no obstante,
era un tipo diferente de estafador. Aparte del oficial Branning, él
fue el primer inquisidor que había visto de cerca. Se veía mucho
más cómo se imaginaba que tal persona sería: alto y delgado
con una plateada, siniestra elegancia.
Lady Merle había sufrido otra de sus transformaciones. —
Siento mucho haberlo hecho esperar, Coronel —estaba
diciendo ella, con encanto.
—Yo nunca he tenido una asignación secreta en un ático
antes.
Tu nota fue de lo más misteriosa. Confieso que no estaba
seguro de qué hacer con ella.
Ella se rió con picardía. Su pecho se elevaba sobre el vestido
violeta. Ella se fue detrás de él y cerró la puerta de las escaleras.
—Tal vez sólo quería tenerlo todo para mí misma.
—¿Y qué diría Godfrey sobre eso?
—El probablemente me diga que deje de ser tan teatral. —
Serena sacó un paquete de cigarrillos de su bolso. —Y puede
que tenga razón… Sin embargo, quería hablar contigo en algún
lugar que sabía no seríamos molestados. —Encendió un cigarrillo
y aspiró placenteramente. —Mm… mm. Yo sé que tú y Godfrey
están detrás de todos estos ataques de brujas, ves.
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Troy y Gloria intercambiaron miradas. ¿Cómo terminará todo
esto?
Silas Paterson, sin embargo, no parecía alarmado.—¿Qué
harás ahora? ―Él se sentó en el sillón—Qué interesante.
—Ya me lo imaginaba, sí.
—¿Y Cómo te enteraste, si puedo preguntar?
Ella sonrió, exhalando una bocanada de humo cremoso. —
Pillow talk.
—Oh, Serena. —Silas negó con la cabeza indulgentemente. —
Estoy seguro que había algo más que eso. Siempre he pensado
que Godfrey te subestima… Y ahora que lo pienso, sospecho
que has hecho algo hablando de los tuyos. Sólo hace veinte
minutos tuve una llamada de uno de mis asociados. Él justo
detuvo a un intruso en mi oficina. Un amigo tuyo, ¿supongo?
Gloria mordió su labio, con tanta fuerza que probó la sangre.
Lucas. Tenía que ser.
—Yo no tengo ningún amigo, Silas cariño. Incluso mis
admiradores son cada vez pocos en la tierra. —El coronel
sacudió una mota de polvo de su manga.
—No importa. Tenemos acuerdos establecidos para tal
contingencia. La situación está bajo control. Soy curioso, sin
embargo, ¿qué esperas lograr trayéndome hasta aquí? ¿Vas a
suplicarme para ver los errores de mis caminos? ¿Hacerme una
oferta que no pueda rechazar?
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—En realidad, estoy aquí para darte un regalo. —Su mano
izquierda trazando, burlonamente, la curva de su collar de
hierro. —Te gustan las hogueras, ¿verdad, Silas? ¿Te gusta ver a
las brujas arder? Bueno… esta es tu noche de suerte. —Sacudió
el cigarrillo encendido en la dirección de la puerta.
Yacio ardiendo por no más de uno o dos segundos. Antes de
que la alfombra y el panel de la puerta se quemara con un
¡silbido!
Troy y Gloria, observando los eventos en la pequeña pantalla,
retrocedieron en estado de shock. Silas se puso de pie.
—Eres una perra loca – ¿Qué maleficio estás haciendo?
—Tostando mi éxito. Es alcohol puro, cariño, sin olor o mancha.
La habitación ha sido empapada con ello. Como están las
escaleras. Ellos serán ya una luz.
Saco su teléfono, vio que no había señal, y maldijo. Penachos
de humo del aceite ya estaban aumentando desde la puerta y
hasta las esquinas de la habitación. Las llamas ondeaban tras
ellos. Las ventanas del ático eran demasiadas pequeñas para
ofrecer alguna esperanza de escape. Silas se lanzó hacia la
única otra puerta en la habitación, detrás de la cual Troy y
Gloria estaban de pie. Por supuesto que estaba cerrada.
—Abre esta puerta. Ahora.
Serena lo observaba calmadamente.—No sería posiblemente.
Arroje la llave por la ventana. No se preocupe —añadió―, el
humo llegará a nosotros antes del fuego. No sentiremos nada.
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El inquisidor continuo tropezando mientras las llamas crecian y
corrían por el suelo y por las paredes. Dio una patada sobre la
pantalla, dejando al descubierto el cadáver ensangrentado del
Señor Merle, y dio un grito de horror.
—¡Vas a arder en el infierno de tu propia hoguera por esto!
—Me lo merezco, —dijo Serena―. Y tú también. Ten un poco
de dignidad, Silas. —Era una habitación grande, pero la mitad
de ella ya estaba en llamas. El lente de la cámara se estaba
oscureciendo por el humo; poco después la pantalla se apago.
Troy se volvió hacia Gloria.
—Es hora de salir de aquí. —Él abrió la puerta del resto del
ático.
—Pero no podemos dejarlos.
—¿Por qué, no? Ella está loca y él es malo. Con Merle ya
muerto, que por cierto eso es unos cuantos problemas resueltos.
—¡Eso no cambiara nada! Paterson y Merle tienen asociados.
Seguirán adelante sin ellos. ¡Esto sólo será utilizado como una
prueba más de cómo de malvadas las brujas son!
Él vaciló.
—Y, además, has oído lo que el bastardo dijo. Sus matones
tienen a Lucas. Tenemos que saber lo que han hecho con él.
Vamos, Troy. Por favor.
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—Está bien. Lo que sea.
Troy comprobó el pomo de la puerta. El metal estaba todavía
relativamente frío al tacto. Él dio un paso atrás, y luego corrió a
golpear su hombro contra la puerta.
Silas le gritó desde el otro lado. Troy intentó de nuevo, de
nuevo sin éxito. El humo se filtraba por los bordes.
—Permanece atrás. —Troy gritó y sacó su arma.
Le disparó varias veces a la cerradura. Momentos después,
Silas Patterson tropezó y colapso en el piso. Era sorprendente la
rapidez con la que el fuego se había propagado. La habitación
era una cueva parpadeando de calor, las cortinas y drapeados
se estaban despegando en escamas mientras ardían.
Lady Merle estaba en la cama de Rose, tratando de levantar
el cuerpo de su esposo a su lado. Troy y Gloria se agacharon,
levantaron sus brazos por encima de sus narices y bocas, y se
lanzaron hacia ella. En cuclillas agachados por el piso, donde el
aire era más claro, se las arreglaron para escapar de lo peor de
los humos. Gloria intento tirar a Selena lejos, pero la mujer lucho,
pateando y arañando. Troy lucho contra ella hasta el final y
comenzó a arrastrarla hacia la salida.
—No, no, no voy —se atragantó ella. —Estas arruinando todo.
Déjame ir.
—¿Qué pasa con Rose? —intervino Gloria.
—Ella está mejor sin mí. He hecho mi… mi cama y… ahora…
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ahora voy a acostarme en ella.
Serena se libró y corrió de vuelta al inundante calor. Gloria
miró con ojos llorosos como la piel blanca, la seda violeta,
fueron tragados por el humo.
—Déjala —gritó Troy. —No podemos salvarlos a ambos. Por el
amor de Dios, ¡Gloria! ¡Muévete!
Se sumergieron de nuevo por la puerta en llamas. Silas se
desplomo en el suelo al otro lado, con el cuerpo sacudiéndose
por la tos. El aire era toxico de espesor. Gloria sentía como si
fuera un animal luchando por salir de su pecho, caliente pelaje
negro obstruyendo sus pulmones. Todo lo que quería era
acostarse, cerrar sus ojos, sólo hasta poder recuperar su fuerza.
Pero la mano de Troy estaba en su espalda, empujándola hacia
adelante, y juntos se tambalearon a través en los límites más
lejanos del ático, acarreando al inquisidor junto con ellos.
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Capítulo 34
Traducido por AlDaRa
Corregido por Ale Rose
abía más espacio en la parte trasera de la furgoneta
que en el maletero del Mercedes de Troy, pero a causa
de la droga, Lucas no podía sentarse derecho y
colgaba sin poder evitarlo, sacudido por el movimiento
del vehículo. Tal vez la droga tenía sus beneficios: estaba
demasiado confundido para tener miedo realmente.
Pronto, demasiado pronto, la camioneta se detuvo. Las
puertas se abrieron y Gideon y el conductor, un joven de rostro
apretado que Lucas creyó reconocer como un guardia
inquisitorial, lo sacó al exterior. Estaban en una calle de grandes
casas de color blanco sucio, de esas que alguna vez fueron
casas impresionantes, pero ahora servían para ganarse la vida
como hostales y hoteles económicos. Su destino particular tenía
astillas, cornisas y peldaños rotos donde crecían brotes de malas
hierbas. La planta superior habían sido convertida en
apartamentos; a través de las cortinas caídas de la ventana en
la planta baja, Lucas vislumbró una mujer sentada en una mesa
con un niño pequeño. Él coloreaba con lápices de colores. La
luz era tranquila y cálida.
Mientras era apresurado hacia las escaleras del sótano, Lucas
quería que la mujer mirara hacia afuera. Incluso si ella no podía
H
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decir lo que, en todo caso, estaba mal, él quería que ella viera
su rostro, que sus ojos se conectaran con los suyos. Pero, por
supuesto, su atención estaba centrada en el niño. El niño se
echó a reír, y Lucas sintió una contracción anticipada en el
pecho. El efecto confuso de la droga ya terminaba. Nadie
sabía que estaba allí, nadie podía detener lo que estaba
sucediendo. Esto era real.
Se hizo aún más real en la habitación que ellos lo llevaron: sin
ventanas, con una puerta de hierro, e iluminado por una
bombilla desnuda. Gideon y Zilla enfrentaron a Lucas a través
de la mesa: reales adultos inquisidores haciendo un verdadero
interrogatorio adulto. A pesar de sus miradas graves, estaban
entusiasmados con él, podría decir Lucas. Gideon
probablemente practicaba este tipo de cosas en frente del
espejo. La severa de Zilla se sentó incómoda, con su mala cara,
elegante, luciendo un mal aplicado maquillaje. ¿Qué estamos
haciendo aquí? Lucas pensó. Todos somos aficionados.
Ninguno de nosotros sabe cómo terminará esto.
Intentó y no pudo sentarse con la espalda recta. Estaba
drogado y sucio, con esposas de hierro. Él miró a Gideon en su
bien cortado traje, su pelo liso inclinado sobre la frente. Los ojos
claros, la sonrisa fácil.
Él era todo lo que Lucas se suponía que debía ser.
Lucas se aclaró la garganta. ―Esto es ilegal. Secuestro, drogas y
asalto.
―Estoy decepcionado, Stearne ―dijo Gideon―. Yo esperaría que
a un empollón como tu hubiera estudiado la letra pequeña de
la Ley antiterrorista de las brujas de 1997. Te gusta citar las reglas
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y reglamentos, ¿no es cierto? Así que permíteme recordarte la
Cláusula 9: en tiempos de crisis nacional, el Parlamento británico
puede votar para imponer medidas especiales a corto plazo
para la prevención de ataques terroristas de brujas. Algo que
hicieron apenas por la tarde. Los poderes de emergencia se
encuentran en efecto.
―Bien. Antes de ir más lejos, deberías saber que estoy
trabajando para la IBAS.
Zilla se rió. ―¡Un muchacho detective! Qué emocionante.
―Es por eso que estoy fuera del registro. Mi expediente está
clasificado.
Gideon cruzó los brazos sobre el pecho. ―Qué conveniente.
Porque ciertamente no apareces en ningún registro que he
visto.
―Bueno, ya que eres un interno glorificado, y no un Alto
Inquisidor, no es exactamente una sorpresa. ―Finalmente, Lucas
se sintió listo para una pelea―. Debe ser por eso que tenían a
Paterson reclutado para su chiflado plan, él sabía que ibas a ser
vanidoso como para pensar que eras su hombre de confianza
en algún tipo de promoción. ―La cara de Gideon se tensó, y
Lucas sabía que él tenía razón. Dejó que el aumento de la ira,
empujara el miedo―. Así que, sí, lo sé todo acerca de Paterson y
de Lord Merle y esa horrible mujer Howell. Sé lo que estás
haciendo. Estas planeando un hechizo para tus propios
crímenes, para que puedas devolver a este país la edad de oro
de una hoguera en cada esquina, y una caza de brujas dos
veces a la semana.
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―Una ofensiva general está en el interés nacional ―dijo Zilla
con frialdad―. Tenemos el conocimiento que Endor se está
reagrupando. Necesitamos estar preparados para ellos, tener
los poderes necesarios y procedimientos en vigor.
Ahora era el turno de Lucas de reír. ―¿En serio?¿Ustedes en serio
me van a dar ese pretexto de mierda "el fin justifica los medios"?
―Si vamos a hablar de clichés ―replicó Gideon―, vamos a
comenzar con los liberales. Todo lo que hacen es quejarse de los
derechos brujos, los interminables apretones de manos sobre las
llamadas persecuciones. . . ¡y la gente realmente es engañada!
Es retirada tras retirada. Concesión tras concesión. ―Él habló
con una pasión que se había perdido en su desempeño en el
salón de clases―. Se han insinuado en todos los aspectos de la
vida pública. El ascenso de Jack Rawdon es un ejemplo de ello .
¡Hemos puesto la seguridad nacional en las manos de las
personas que representan la mayor amenaza! ¿Para qué estaba
la misión de Endor, en primer lugar? Un mundo regido por brujas.
Diez, quince años abajo de la línea, las oficinas de la Inquisición
serán poco más que un parque temático del patrimonio.
Lucas vio un destello de la cara de Gloria, luminoso, llena de
indignación. El pensamiento lo avivó. ―¡Piedad para los pobre
oprimidos inquisidores! Qué suerte tienen ellos al tenerte como
campeón.
―Yo no pretendo ser un héroe ―dijo Gideon―. Pero yo no tengo
miedo de hacer lo que hay que hacer, por desagradable que
sea. Alguien tiene que estar dispuesto a ensuciarse las manos .
Hubo un golpe en la puerta. Se abrió para revelar un hombre
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joven de cabeza afeitada, con un chándal blanco. Cuando vio
al prisionero, se remangó la camisa en una especie de regodeo,
y Lucas miró una vez más los ángeles y cruces, sangre y espinas,
enmarañado en su piel. Pero, por supuesto, el hombre pareció
no reconocerlo. Él sólo había visto a Harry Jukes.
―Lucas, me gustaría que conocieras al señor Striker. Es uno de
nuestros más apreciados colegas.
El hombre asintió con satisfacción. ―Debemos “estar firmes
contra las asechanzas del diablo" ―entonó él, tocando el
crucifijo alrededor de su cuello―, "porque nuestra lucha no es
contra sangre ni carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este
mundo...”
Gideón y Zilla intercambiaron miradas un poco cansadas.
Deben de haber tenido su ración bíblica-paliza por ahora. Aun
así, los fanáticos hicieron de a buenos soldados de pie.
―Ese es el espíritu― dijo Zilla.
Lucas no trató de resistir, luchar o mucho menos, cuando Striker
lo alzo de la silla y se dirigió con él hacia la puerta.
Gideón los siguió, dejando tras de sí a Zilla. Fue llevado a un
desnudo cuarto de concreto. Había un un tanque de hierro
atornillado al centro del suelo. Un espejo picado de viruela
colgando en una pared.
Lucas sintió como latía su pulso en la garganta. Miró a Gideón.
―Ya sabes que no hay razón para ello. Mi condición está
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registrada, así como mi posición en IBAS. El Comandante
Saunders, el Director Jonah Branning y el General de el Buscador
de brujas en sí mismo, todos podemos dar fe de ello.
―Mm. Siempre fuiste bueno al dar nombres al azar, ¿no es así ?
Creo que eso es parte de tu problema, Stearne. Delirios de
grandeza, lo que lleva a la paranoia y la fantasía. Francamente,
no puedo confiar en una palabra de lo que dices. ―Gideon fue
a la cisterna, y agitó el agua perezosamente con la punta del
dedo―. ¿Eres un brujo, un espía o un mentiroso patológico? De
cualquier manera, me gustaría averiguarlo.
Lucas trago. Las brujas murieron en estos tanques. ¿Qué ha sido
de las instrucciones de Patterson?
El agua fría, rebosante de hierro, deja ver la marca de la Fae.
El problema era, que no fueron sólo los no brujas los que
surgieron libres de manchas desde el tanque. Si una bruja no
había utilizado su fae recientemente, la mancha sería muy débil,
o no aparecería en absoluto. En teoría, una persona libre de
manchas tendría las pruebas de su inocencia. En la práctica, los
frustrados inquisidores a veces empujaban el proceso hasta el
límite, pensando que si ellos continuaban por mucho tiempo, las
Fae surgirían eventualmente. Esa es la razón por la que la gente
a veces se ahogaba, y por qué el proceso estaba estrictamente
regulado. Sin duda, estas regulaciones fueron otras de las quejas
de Gideon contra los Bleeding Heart-liberales que querían tener
a la Inquisición a sus rodillas.
―¿Van a salir agujas también? ―preguntó.
―No seas melodramático. Esto no es personal.
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―La delincuencia es siempre personal. ¿Qué pasa con Jack
Rawdon? Un hombre inocente que está enmarcado por
asesinato. Cristo, Gideon, alguien murió en tus ataques contra
las brujas.
―Un error trágico. Las bajas se han reducido al mínimo. Que
no sería el caso si fuera un ataque real de terrorismo de brujas. El
público británico ha olvidado la dimensión del peligro al que nos
enfrentamos. Se han vuelto complacientes, relajando las reglas.
Necesitan que se les enseñe la lección.
Lucas recordó algo parecido que Gideón dijo en la fiesta de los
Charltons con Nell Dawson reprimiéndose a sus pies.
―¿Lecciones? Reglas? Ya no estamos en la escuela.
―No ―dijo Gideon―. Desafortunadamente para ti, no lo
estamos.
No había nada más que pudiera hacer, Lucas fue despojado
hasta quedar en ropa interior. Se desnudó lentamente y con
desprecio. Él no iba a pelear, no tenía sentido. No le quiso dar la
satisfacción. Se sentía muy tranquilo y distante, como si pudiera
verse a sí mismo como un extraño lo miraría, de lejos. Así fue
cómo la abuela de Gloria, Cora había muerto, recordó.
Angeline también había sido zambullida en varias ocasiones. Era
divertido pensar en esa vieja repugnante, de pie en una
habitación como esta, todo hace tantos años.
Striker lo sostuvo por los hombros y lo empujó hacia el tanque.
Era poco menos de un metro de alto, un metro de ancho y
alrededor de un metro y medio de largo, lleno de agua helada.
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Un asiento de hierro fue fijado en la parte superior de un
extremo. Había una palanca en un lado que, cuando se
empujaba hacia abajo, inclinaba la silla y su ocupante caía
hacia atrás dentro del tanque, en un ángulo tal que se
aseguraba que el cuerpo y la cara se sumergieran totalmente.
Lucas había visto los diagramas de cómo funcionaba esto.
Recordó al pequeño hombre delgado en el libro de texto
mientras Striker lo ataba en el asiento. Los enlaces de cuero
lucían usados y antiguos. Debían de haber atado muchas
brujas. Ya se encontraba temblando por el frío que provenía del
concreto húmedo, y trató de prepararse a sí mismo contra él.
No quería que Gideon pensara que estaba temblando.
Striker merodeaba por la palanca, sacando la anticipación,
esperando que lo nervios se hicieran cargo. Su diente de oro
brilló. Lucas comenzó a contar en su cabeza para no perder el
equilibrio, para mantener su respiración lenta y segura. Había
llegado a los doce cuando la palanca fue puesta hacia abajo,
y su cuerpo se hundió con ella, profundamente en el agua.
No era sólo el frío. Era el hierro que contenía. Las náuseas
corrieron hasta la garganta, la cabeza crujió con la estática.
Todos los músculos de su cuerpo luchaban contra sus ataduras.
Era imposible no tratar de luchar.
La primera zambullida fue corta y aguda, como el viento. Su
corazón se estrelló en el pecho. Su piel se sentía desollada.
Cuando él surgió, los dedos de ambas manos temblaban sin
control. Tragó saliva y se quedó sin aliento, y antes de que
pudiera siquiera parpadear para quitarse el agua de sus ojos,
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estaba sumergiéndose ella otra vez.
Esta vez se le mantuvo allí. El agua y el metal se convirtieron en
uno, exprimían sus pulmones en un puño helado. Estaban
arrastrando la mancha de bruja fuera de él. Estaba
ardientemente, con el hueso agrietándose por el frío. Justo
como si su pecho y el cráneo se encontraran en punto de
estallar, Striker lo elevo. El cuarto de concreto, las figuras de
hombres observándolo, corriendo y manchados, como si ellos
también estuvieran bajo el agua. A través del diluvio, le pareció
ver a su padre junto a la puerta. La visión disuelta en vetas,
como lágrimas.
Bajó sin preparación y trago agua. Le asó alrededor y dentro
de él, quemando sus pulmones. Sabía que iba a morir. Se
retorcía, primero con desesperación, después sin fuerzas.
La oscuridad se desató tras sus ojos. La oscuridad se extendió. Él
ni siquiera era consciente de que había sido arrastrado fuera de
él, hasta que sintió el golpe en el estómago. El puño de Striker le
obligó a escupir el agua que había tragado, para abrir los ojos
mientras hacía muecas de dolor por el brillo de la luz.
Tosió y vomitó. Una y otra vez. En medio de ello, Striker
desabrochó las correas y tiró de él en posición vertical, de modo
que se pudiera ver ante el espejo en la pared.
―Ahí está. ―La voz de Gideon rebosaba de satisfacción―. Su
mancha.
El beso del diablo se había extendido. Esta ya no se limitaba al
lugar por debajo del omoplato de Lucas. Estaba sangrando de
las comisuras de sus ojos, manando también de su nariz y sus
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orejas, entintando las yemas de los dedos. La Fae estaba
reclamándole: la sombra púrpura que se extendió como la
sangre antigua, como la medianoche, al igual que los ríos del
inframundo.
Gideon estaba muy cerca. Lentamente, pasó la punta de su
dedo por la frente de Lucas, el puente de la nariz, la curva de la
mejilla.
―Mírate ―le dijo en voz baja―.Mira la bruja sucia.
Lucas, chorreando, jadeante y tembloroso por todos lados, miró
hacia atrás a los pálidos ojos de Gideón. Eran ligeros como el
cristal. Sintió su yo oscuro y secreto, golpeando y agrupándose
debajo de su piel. Recordó la primera vez que había visto la
mancha en su omoplato, y cómo la aguja había empujado
hasta el hueso. Allí había sangre, luego, lágrimas. Y a pesar que
él sentía aún más miedo ahora, en las garras de verdadero
desastre, él sintió, detrás de todo, una separada y extraña paz.
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Capítulo 35
Traducido por Deby92
Corregido por MewHiine
ilas Paterson recuperaba y perdía el conocimiento.
Cuando Troy trató de hacer que se moviera, sólo pudo
gatear como borracho por el suelo. Al final, Troy y Gloria
medio cargaron y medio arrastraron al inquisidor por el
ala sur del ático. Era un proceso lento. ―Mas vele que
esta cargada valga la pena―, Troy dijo con los dientes
apretados. Aire oscuro se onduló tras ellos; Gloria miro atrás para
ver una capa de flamas amarillas.
Finalmente llegaron a las escaleras y cayeron dentro de la
habitación principal de la casa. El aire aquí sabia limpio y fresco,
y lo inhalaron agradecidos. Después de aquel malicioso siseo y
chisporroteo del fuego, el silencio era un alivio; si el lugar tenía
alarma contra incendios, Lady Merle debió de haber
encontrado una manera para desactivarla. Era difícil de creer
que un infierno se desataba en algún lugar por encima y debajo
de ellos. El humo se había penetrado tanto en sus pieles que
apenas se daban cuenta del hedor.
Alcanzaron una galería que rodeaba los lados de los arboles
de la entrada cuadrada del pasillo. Desde las sombras, Gloria
miró hacia el umbral de la puerta, donde un oficial con
chaqueta amarilla fluorescente escoltaba afuera a unos pocos
del personal. El fuego se había descubierto a tiempo; parecía
una evacuación ordenada.
Mientras tanto, Troy había apoyado a Paterson contra la
S
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pared, y estaba atando sus manos detrás de su espalda con el
pañuelo del inquisidor. La búsqueda que hizo Paterson en sus
bolsillos no reveló nada útil; su celular se debió de haber perdido
durante la lucha por los áticos.
―¿Quién son ustedes? ― murmuró.
―Tus ángeles guardianes―, dijo Gloria. ―Y no lo olvides.
Si no hubiera estado hecha polvo, lo abría pateado.
―Está tan bien que encontramos nuestra propia salida―, le
dijo a Troy.
―No veo a nadie apurándose por ir a sacar a la gente del
fuego. ―
―Deberíamos ir a la parte trasera del edificio, tratar de salir por
la cocina o por donde sea.”
Troy limpió su rostro sudado con la manga y vigiló a su
prisionero.
―Una vez cuando los tres estemos en un lugar más bonito y
privado, veremos lo que tiene que decir el Coronel por si mismo.
―
Por el momento, Paterson no decía nada. Se había
desmayado otra vez.
―Bien. Pero mientras estamos aquí, deberíamos echar un
vistazo rápido alrededor, ¿verdad?
―La brigada de incendios estará aquí en cualquier momento.
Necesitamos volver al Aquelarre. ―
―No tomará mucho tiempo―
―¡Ya tenemos a un rehén inquisidor! ¿Qué más querrías?―
Pero Gloria ya había tenido suficientes acusaciones,
sospechas y amenazas. Necesitaban más. Se apuró por la
galería, abriendo puertas al azar.
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―¡Maldita sea, Gloria! ―
―¡Ya casi termino!―
La última habitación a la derecha de la galería daba hacia la
avenida. Desde la ventana, podía ver el amontonamiento de
los refugiados. Era difícil de creer que en todo este tiempo ahí se
había estado dado un baile. Se preguntó desde cuando y si los
invitados se habían dado cuenta que sus anfitriones habían
desaparecido.
Sin embargo, lo que llamó su atención fue la habitación.
Tan pronto como abrió la puerta, sintió que brotaba su
Séptimo sentido. Las paredes estaban alineadas con gabinetes
con frente de vidrio y expositores. Comenzó a examinar las
etiquetas. Ceremonia del Tazón Persa de la Adivinación siglo
XVII. Witch’s Bridle*, Alemán, circa 1815. Amuleto Gris-gris, de la
tumba de Marie Laveau. Sobre la puerta colgaba un
portarretrato de la joya de la corona de la colección de Lord
Merle: Su esposa.
Sus ojos pintados miraban fuera sobre la banda exagerada de
su arnés. Su calma estaba atormentada. Después, Gloria supo,
que tendría que pensar en esos abrazadores últimos momentos
en el ático, el frenesí y las flamas.
Pero ahora no era el momento.
La conspiración de Paterson le había dado a Godfrey Merle la
oportunidad perfecta para satisfacer su fetiche al utilizar una
bruja cautiva para realizar brujería en su comportamiento.
Seguramente quería guardar algo de tiempo para su triunfo.
Sería muy arrogante si no lo hiciera. Gloria comenzó a abrir
cajas y a hurgar en los cajones. Troy le gritó para que parara lo
que fuera que estaba haciendo, y salir de ahí. Podía escuchar
sirenas. La brigada de incendios estaba en camino.
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―¡Sólo un segundo!―
El último compartimiento del gabinete más cercano a la
ventana estaba cerrado con llave. Gracias a Hecate, ella se las
había arreglado para aferrarse a su bolsa de noche. Su llave
para el guardarropa era un pequeño cuadro de plástico
laminado, no muy diferente a una tarjeta de crédito. La deslizó
en la grieta entre la puerta y el marco. Después de unos cuantos
rápidos movimientos y una última sacudida, se abrió.
Todo lo que el armario contenía era una pequeña caja de
cartón. La abrió para encontrar que tenía un montón de
rarezas. Un silbato rojo destellante, un caballo de plástico, una
muñeca con garabatos en la cara, y un modelo de tren. Tenían
pedacitos de tierra y unos cabellos pegados. Gloria pensó en los
ataques de brujas, y en cómo estos objetos se relacionaban
perfectamente. ―Dame un respiro― le dijo en lo que Troy
entraba a la habitación, cargando a Peterson en la nuca de su
cuello. ―Creo que tenemos algo―.
―Genial―, Troy comenzó a decir. ―Entonces vamos a...―
No llegó muy lejos. De repente Paterson había vuelto a la
vida. Con las manos libres se desamarró las ataduras, y agarró el
Tazón Persa de la Adivinación de su estante y lo estrelló contra
la cabeza de Troy. Estaba hecho de bronce e hizo un sonido
metálico al golpearlo. Troy se tambaleó y calló al suelo. El
Coronel cogió el arma de Troy.
―Baja esa caja, niña―, le dijo a Gloria. ―Sea lo que sea, estoy
seguro que no te pertenece. Será mejor que la entregues y te
rindas―.
Gloria dejó la caja. No tenía otra opción. Los ojos de inquisidor
estaban inyectados de sangre y su tos era ronca. Pero no se
dejó vencer por el humo o el agotamiento. De hecho parecía
estar muy alerta. Debió de haber estado fingiendo todo este
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tiempo. En el exterior las sirenas sonaban, y la noche tenía
flashes negros y azules. ―Serena Merle era un perverso maniaco,
con conexiones al inframundo criminal―. Paterson habló
despacio, cuidadosamente y desenvolviendo las cosas.
―Ustedes tres me trajeron a mi y a Lord Merle al ático, donde
ustedes―
― ¡Le salvamos la vida! ―
―Me tomaron como rehén. Una puta del aquelarre y dos
encapuchados”. Miró a Troy. ―De tal palo tal la astilla. Parece
ser que es una mala semana para la familia Morgan―.
―¿Tu eres el responsable de la bomba, verdad? ―
Paterson sonrió. ―Charles Morgan es un hombre nada
popular. Hay una fila de personas muy larga esperando darle a
él solo sus desiertos. Yo simplemente… alenté la operación.
Morgan Senior tuvo suerte. Ustedes dos no serán tan
afortunados―. ―No nos adelantemos―. En la puerta estaba
parada una pequeña mujer de cabello negro que Gloria jamás
había visto. El oficial Jonah Branning estaba atrás de ella,
sosteniendo su distintivo inquisitorial. Ambos estaban respirando
fuerte. ―Baja el arma, Coronel―, dijo la mujer. Paterson se giró.
Se veía más irritado que alarmado, y cuando vio a Jonah, se
relajó visiblemente.
―Espera… te conozco… Branston, ¿verdad? ¿Qué estás
haciendo aquí? Bueno- no importa- Tu ritmo es perfecto. He
capturado un par de criminales peligrosos, y necesitaré que
pidas refuerzos por radio. ―
―Me temo que no puedo hacer eso, señor. Tengo una orden
de arresto para usted del General Buscador de brujas, con un
cargo de alta traición―. Las facciones duras de Silas Paterson se
pusieron gises como el hierro. ―Eso es imposible―.
―No obstante, señor, le voy a tener que pedir que entregue su
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arma y venga con nosotros. ―
La pequeña mujer de cabello negro avanzó por la
habitación. Su rostro estaba atento y su objetivo no vaciló.
Desdeñosamente, el Coronel Paterson bajo el arma.
Gloria cogió la caja de brujería, y fue hacia Troy. Él se agitó,
gimió y para su inmenso alivio, se las arreglo para sentarse.
―Sabía que eras problemática―, murmuró.
―Estás cometiendo un grave error―, decía Paterson, en lo que
la mujer lo esposaba. ―Y vas a vivir para arrepentirte, tan pronto
como mis colegas ―
Un radio se escuchó crujir, y un hombre llamó desde el pasillo
de abajo. La brigada de incendios ya estaba en camino.
Paterson sonrió. Sabía que él tenía la verdadera autoridad en la
habitación. Tan rápida como un flash, la agente le pegó un
pedazo de cinta adhesiva sobre la boca. Sus ojos sobresalieron.
―Nuevo procedimiento operacional― le explicó ella, en lo que
procedía a sacar una capucha negra por encima de sus
gruñidos y se la arrojó en la cabeza. ―La clausula número 9 de
la Acta de Terrorismo de Brujería entró en vigor esta tarde.―
Empujó a su ahora captivo anónimo fuera de la galería.
Jonah ayudó a Gloria a poner de pie a Troy, y los cinco se
dirigieron hacia las escaleras. Un bombero los encontró ahí y los
miró un poco inquieto.
― ¿Está todo bien, señor? ―
―Sí, Jonah dijo rápidamente. ―Y gracias por su cooperación.
El agente Connor y yo vamos a escoltar a los sospechosos a un
centro de detención de alta seguridad. Estos dos nos
acompañarán como testigos.
Silas Paterson sacudió furiosamente la cabeza e hizo un grito
como de estrangulación. Jonah lo ignoró. ―Como te lo expliqué
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al llegar, eso es un asunto de seguridad nacional. Las medidas
especiales están en vigor. La inquisición espera tu mayor
discreción―. Al servicio de Incendios y Rescate y a sus oficiales
no les correspondía cuestionar los dictados de la Inquisición.
―De acuerdo, está bien. Pero tengo que pedirles que se vayan
inmediatamente. Tenemos que evacuar este edificio.―
Jonah asintió. Tan pronto como el bombero se fue, giró hacia
Gloria y su compostura se relejó. ―¿Pero en dónde está Lucas?
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Capítulo 36
Traducido por Candas_12
Corregido por Beautifuliarx
illa entró en la habitación agachado con un montón de
mantas. Ella miró a Lucas con curiosidad impersonal. Las
manchas del brujo ya estaban desapareciendo de su
piel, pero los temblores habían empezado. Él estaba
sentado contra la pared, con los brazos envueltos
alrededor de su cuerpo en un vano intento de mantener el
calor. Sus temblores eran duros y despiadados, los músculos
contrayéndose en sacudidas mecánicas. Sus dientes
traqueteaban como piedras sueltas. Ella tiró de las mantas a sus
pies y él se metió en ellos con alivio animal. Estoy vivo, pensó. Ya
está hecho. Por el momento, no le importa nada más.
—¿Has oído hablar del coronel?—Preguntó Gideon —.Le dejé
un mensaje pero no contesta su teléfono. ¿Cómo te fue aquí?
—Muy bien, incluso me las arregle para conseguir algunas
fotos para el archivo. Realmente, fue como un reloj. Mucho
mejor que el demo.
—Qué suerte. ¿Qué hacemos con él ahora?
—Retenerlo aquí hasta nuevo aviso, me imagino. Todo va a
estar concluido mañana por la noche de todos modos.
Z
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—En ese caso, voy a comprobar. . . bien. Ya sabes. Luego, voy
a tratar de nuevo con el coronel. Querrá una actualización.
Zilla se fue, y Striker se fue a hacer guardia en la puerta. Por
primera vez desde que llegó aquí, Lucas se preguntó acerca de
la bruja que habían estado usando durante los ataques.
¿Estaba él o ella encerrado en este sótano también? ¿Era eso
que estaba revisando Zilla? Sin embargo, no pudo reunir la
energía para real interés. El enrolló las mantas sobre él con más
fuerza. Eran de lana maloliente y con comezón, pero de lana
gruesa. Después de un tiempo, los temblores se volvieron
sacudidas, luego temblores. Se concentró en respirar adentro y
fuera, lento y seguro.
Gideon, por su parte, se sentó en una silla cercana y jugueteó
con su teléfono. Tal vez él estaba enviando comunicaciones
urgentes a los otros conspiradores. Tal vez el estaba publicando
las fotos de Lucas en su página de Facebook.
—La gente va a estar buscándome—dijo Lucas con el tiempo.
Su voz era áspera y fina y difícilmente estable—, mi padre, mi
director, IBAS. . . no descansarán hasta que sepan lo que pasó.
—Eso es bastante simple—arrastró las palabras Gideon—, tú
fuiste sorprendido forzando una oficina de un Alto Inquisidor,
donde utilizaste un hechizo para atacar a un empleado
inquisitorial. Has intentado alimentarnos un poco de basura
acerca de ser un agente secreto, sin embargo, no hay registros
de ti en cualquier archivo oficial. Tu detención e interrogatorio
son totalmente legítimos. Realmente, Stearne, solo te tienes a ti
mismo para culpar.
—Mantenerme aquí no va a hacer ningún bien. Alguien de su
equipo ya ha filtrado el complot al aquelarre Wednesday. IBAS
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tiene los detalles, la Inquisición también.
—Es curioso. Estás tan lleno de certeza, tú dices que tienes
todo este apoyo. . . y sin embargo, decidiste robar a la
Inquisición por tu cuenta. Eso parece bastante desesperado
para mí.
Gideon se echo hacia atrás en su silla. —Además, los
aquelarres no están en posición de causar problemas. No
después del accidente desafortunado de Charlie Morgan. Y,
como sabemos, la credibilidad de IBAS está a punto de ser
fusilada en pedazos.
—No todos los inquisidores son como tú—dijo Lucas en voz
baja—.Sabrán que algo pasa. Van a empezar a hacer
preguntas.
—Estoy seguro de que lo harán. Tales como, —¿qué cadenas
tiró el Fiscal Jefe para mantener a sus brujas fuera del
registro?—, por ejemplo. Tú ves, está empezando a parecer
como si la familia Stearne habría cortado un montón de
peligrosas curvas .Importantes procedimientos de seguridad han
sido violados. El hecho de que un puñado de funcionarios de la
Inquisición se hayan puesto de acuerdo en esto no hace sino
confirmar cuan profundo que va la corrupción. Una vez que el
coronel Paterson y su equipo se abalanzaran para arrestar a
Rawdon y salvar la situación, yo creo que mucha gente va a
estar llamando a un cambio de régimen .
A Lucas le estaba resultando cada vez más difícil mantener el
ritmo. Él miró a Gideon con voz cansada. —¿Cuánto tiempo,
realmente, has sabido que soy un brujo?
—Ah. . . —Gideon hizo una mueca triste—.Solo digamos que tu
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hermanastra ha estado teniendo un momento muy difícil. Pobre
Philly siente que nadie la escucha.
Philomena. Por supuesto. No es que hubiera hecho ninguna
diferencia en el final. Gideon tenía razón: él había traído esto a
sí mismo. Lucas cerró los ojos y dejó que el mundo se
desvaneciera.
Él estuvo dormido por un momento o menos. El agotamiento
había sobrepasado a todo lo demás. Pero él rompió de nuevo a
la vigilia cuando se dio cuenta de que Striker estaba en la
habitación.
—Muy bien—Gideon estaba diciendo—.Voy a hablar con ella.
Quédate aquí, y mantén un ojo en nuestro amigo.
Striker se puso en cuclillas sobre sus talones y miró a Lucas. Su
afilado y huesudo rostro tenía una mirada de hambre.
—Ssssssss— susurró, y se chupo el diente de oro. Lucas
mantuvo la mirada en el suelo. Él estaba tratando de escuchar
la conversación de Zilla y Gideon en el otro lado de la puerta.
—. . . Helena en la línea. . . Hay un problema. . . incendio. . .No
puedo. . . conseguir. . . Nadie ha visto. . . Estoy seguro. . .
Pero luego se alejaron, y no podía oír nada más, excepto el
suave siseo de Striker.
Después de sólo cinco minutos más o menos, Gideon volvió.
No se veía tan elegante o tan seguro. Algo andaba mal. Lucas
sintió un destello de esperanza. Entonces vio lo que Gideon
tenía en la mano.
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—Zilla y yo tenemos unos asuntos que atender, así que
tendremos que decir adiós por ahora. Striker aquí cuidará de ti.
Lo siento por la brida, de verdad lo estoy. Pero no podemos
permitir que intentes cualquier truco de brujas mientras no
estamos. Como hijo de un inquisidor, estoy seguro de que lo
entenderás.
Él pasó la brida de bruja a Striker. Era el mismo que había
usado para silenciar a Nell Dawson.
Lucas levantó la cabeza.
—¿No te vas a quedar a ver? Eso es lo que realmente te gusta
hacer, ¿verdad, Gideon? ¿No es eso por lo que tomaste mi
fotografía?
Si Gideon sintió su desprecio, no lo demostró. Se detuvo en la
puerta, y se alisó el pelo con desdén.
—Me gusta que se haga justicia. Eso es lo que el público
quiere también. Una vez que los poderes de la Inquisición se
restauren, vamos a empezar a ver más castigo, menos crimén
de brujas.
Una vez que Gideon se fue, la habitación parecía aún más
fría. No fue a la brida de bruja que Lucas tenía más miedo. Era
estar a solas con Striker.
El incendio en el ala oeste de la mansión de lord Merle se
había extendido desde el ático hasta los pisos superiores.
Mientras Gloria llevo a los demás fuera de la entrada principal,
podía ver las espesas llamas rojas brotando como sangre del
costado de la casa. El molino de los bomberos, médicos y
espectadores boquiabiertos le recordaba a lo posterior del auto
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bomba de Charlie. Pero con toda la actividad y emoción, su
propia salida pasó relativamente desapercibida. Una furgoneta
negra estaba esperando fuera de la puerta con el motor en
marcha. Sin más preámbulos, el coronel Paterson fue incluido en
la parte de atrás y ella y Troy se treparon en los asientos de los
pasajeros, al lado de Jonah. La agente Connor se sentó con el
conductor.
Jonah ya estaba en el teléfono con la Inquisición.
—Dicen que Lucas se fue hace una hora—le dijo a Gloria—
.Había estado bebiendo al parecer, se encontraba en un buen
estado. Un antiguo compañero de colegio con el nombre de
Gideon Hale estaba cuidando de él. A mi me parece un
montaje.
Gloria miró su reloj. El encuentro entre Serena y Silas, el fuego y
la huida, el enfrentamiento en la sala de colección de Merle. . .
había tomado un poco más de media hora. Y todo este tiempo,
Lucas había estado en manos del enemigo.
—¿Cómo han llegado hasta aquí tan rápido?—preguntó ella,
mientras salían rápido de la avenida y de regreso a la ciudad.
—Tenemos que dar las gracias a Matt por eso— Jonah indico
al conductor—. Él trabaja para la policía, en la unidad de
respuesta armada. Tenemos más o menos. . . bueno, requisado
su vehículo.
—Jonah es mi hermana bruja vigilante—dijo Matt, un hombre
de mediana edad con una complexión robusta y manera
tranquila—. Ella está embridada, y el año pasado algunas
prostitutas lanzaron una piedra contra ella en la calle. No dio a
Stacey, y golpeó a la pequeña niña en su lugar. Cegándola en
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un ojo. Fue el oficial Branning que llevó al hombre a la justicia —
Él se encogió de hombros—. Romper algunas normas de tráfico
es lo menos que puedo hacer.
El agente Connor se dio la vuelta desde el asiento a su lado.
—Lo siento. No ha sido realmente tiempo para
presentaciones, ¿verdad? Soy Zoey—dijo—.Hablamos por
teléfono.
—Sí, nos hemos visto antes—Este era, pues, el verdadero rostro
de la pelirroja que había acompañado a Lucas a la casa de
seguridad—.Um, gracias por el rescate.
—No nos lo agradezcan todavía—dijo ella secamente—
.Hemos secuestrado ilegalmente a un Alto Inquisidor. Nuestros
problemas apenas han comenzado.
Gloria había querido ir directo al asunto de Lucas, pero
menciono a ella algo corto.
—Creía que tenían una orden.
—Todavía no. Jonah ha informado al Fiscal Jefe de la
situación. Él está camino a su casa desde el extranjero, y está en
contacto con el Ministro del Interior y el Comisionado de Policía,
por no mencionar el Buscador de brujas general. Pero, mientras
tanto, estamos operando fuera de la ley —Zoey negó con la
cabeza—.Es mucha suerte que te encontramos cuando lo
hicimos. No teníamos ni idea de lo que íbamos a tratar. . . ¿Qué
tal va tu amigo, por cierto?
Troy tenía los ojos cerrados. Su pelo rojo estaba oxidado con la
sangre de donde el borde del cuenco de adivinación le había
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cortado.
—Estoy bien—murmuró—. Un poco de dolor de cabeza, eso
es todo.
—Parece un fuerte golpe—dijo Jonah—. Deberías ir al médico.
—He dicho que estoy bien— El murmullo de Troy se profundizo
a un gruñido.
Gloria lo comprendía. Un viaje por carretera con un inquisidor,
un policía y un agente IBAS daría a cualquier Morgan
nerviosismo. Gloria miró la caja que había se había llevado de la
colección de Lord Merle. Le había parecido tan importante en
ese momento, pero lejos de la tema de los hechizos, el
contenido podría haber sido algunos trastos viejos.
—Tenemos que encontrar a Lucas—dijo ella—.Ahora los
punzones saben que estamos a por ellos, probablemente estén
tirando todas las pruebas. Incluso si conseguimos órdenes
judiciales y cosas por el estilo, ya será demasiado tarde.
—Paterson no quiere cooperar —dijo Jonah—.Es duro, es
inteligente, y sabe sus derechos. Hasta que no vea una orden,
no vamos a sacar nada de él.
—Ya veremos eso —dijo Troy.
—No— Jonah frunció el ceño—.Yo no aprobaré ninguna
coacción física.
Troy rió débilmente. —Eso debe ser un inquisitorial primero.
Estás en el trabajo equivocado compañera.
Zoey negó con la cabeza. —Jonah tiene razón. No más
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violencia. Demasiadas líneas ya se han cruzado.
Gloria todavía no entendía por qué una bruja optaría por
trabajar para el gobierno, y en contra de los aquelarres. Ella casi
tenía ganas de decir: ¿Veis? ¿Veis hasta dónde se ha llegado?
Ella quería escupir y maldecir a la agente Connor, golpear su
puño con rabia. Su profesional y frío frente no era algo que
Gloria pudiera entender.
—Puedo conseguir que Paterson hable—dijo ella
bruscamente.
—¿Y cómo vas a hacer eso?—Jonah preguntó.
—Encanto femenino.
Troy volvió a reír. Pero la agente Connor se había vuelto a su
asiento, y la miraba con seriedad. Tal vez ella ya había
adivinado lo que Gloria estaba planeando, y lo que significaba.
En respuesta a la pregunta de sus ojos, Gloria hizo un gesto muy
leve. Cara a cara. . . bruja a bruja.
—Déjeme intentarlo—dijo ella—. Yo sé cómo llegar hasta él.
Nada de agresión, simplemente charlar. Te lo prometo.
La Agente Connor la miró de nuevo. Otro entendimiento
silencioso pasó entre ellas.
—De acuerdo—dijo Zoey—.Cinco minutos.
La camioneta se detuvo en un área de descanso. Gloria dio
la vuelta hacia atrás. El inquisidor, encapuchado y amordazado,
fue atado a uno de los bancos incorporados por las esposas en
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la muñeca, y un segundo conjunto alrededor de sus tobillos.
Matt, el policía, se puso en guardia fuera mientras Gloria
entraba y cerraba la puerta detrás de ella. Entonces ella quitó la
capucha del preso y — con una satisfactoria rasgadura — la
cinta.
No parecía asustado, ella diría eso a él. En cambio, él dejó
escapar un suspiro cansado de desprecio.
—¿Es aquí donde se sacan las manoplas?
—Oh, yo sólo soy de una puta secta, recuerda. Estoy segura
de que no hay nada que pueda hacer para asustar a un gran
inquisidor tan fuerte como usted.
Ella se inclinó y rozó el hombro de su traje.
—Tienes caspa—le dijo ella. Entonces ella se sentó sobre sus
talones, y desenvolvió el rollo de tejido que había traído con
ella. Contenía una bola de tierra desde el lado de la carretera.
Un gusano minúsculo se retorció en él, que ella retiro
cuidadosamente y lo dejo de lado en un trozo de papel.
El coronel Paterson ya estaba pálido, pero él se puso más
pálido.
—¿Sabes lo que estoy haciendo? —preguntó, casualmente
rodando la bola de barro y la caspa de ida y vuelta entre las
manos. El gusano se retorció en su nido de papel.
Él no respondió.
—¿No lo has adivinado aun? ¿No resolviste lo que soy?
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El tragó saliva.
—Esto—dijo—, es exactamente por lo que yo y mis compañeros
nos hemos visto obligados a tomar las medidas que tenemos. Si
los acontecimientos de esta noche demuestran algo en
absoluto, es que los brujos son tan inestables e
irremediablemente crueles como siempre hemos temido.
—Bueno, ya que eres un experto en nosotros —dijo Gloria—,
estoy segura de que sabes lo que estoy elaborando. Ella
escupió en su mano y empezó a moldear en el barro una
pequeña figura de un hombre. —Yo soy una bruja fuerte, sabes.
Una de las más fuertes. Y sé cómo hacer una pesadilla
duradera. ¿Entiendes?
Él no dijo nada. Estaba completamente inmóvil, hipnotizado
por el trozo de barro en sus manos.
Ella hizo su voz suave. —Así que voy a poner un gusano en su
cerebro. Nadie más que tú sabrá que está ahí. Sólo tú lo oirás,
como susurra y roe. . . sólo tú sentirás que se desliza a través de
tu cráneo. . . Va a crecer hinchándose allí, y pudriéndose. Tu
cerebro también se va a ir pudriéndose. Y no hay nada, nada
en el mundo que te puede ayudar.
Ella ladeó la cabeza y le sonrió. El truco consistía en hacer
creer a las personas que eran capaces de cualquier cosa.
—. . . A menos que, por supuesto, puedas decirme lo que has
hecho con Lucas.
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Capítulo 37
Traducido por MaryLuna
Corregido por Hanna Marl
a brida no fue tan dolorosa como Lucas esperaba. A
medida que el bordillo de metal se cerraba en su lengua,
y el hierro presionaba su cráneo, sintió una oleada de
debilidad. Alfileres y agujas picaban toda la superficie.
Pero después de un tiempo el efecto del hierro era
simplemente adormecedor. Todos sus sentidos estaban
amortiguados. Su visión era atenuada, su audición apagada.
Incluso sus pensamientos más lentos. Estaba frío, frío hasta los
huesos. Se sentía como si hubiera estado frío por siempre. Él no
lo notó mucho ahora.
El tiempo pasó. No sabía cuánto. Él era vagamente consiente
del delantero moviéndose pero no estaba particularmente
preocupado. Lucas derivó adentro y afuera de un limbo sin
cuerpo. Algo brilló en la bruma. Sus ojos nublados tomaron un
tiempo para identificar el brillo. No fósforos, esta vez, sino un
encendedor. El delantero lo estaba agitando dentro y fuera,
arriba y abajo. La llama de él bailaba en sus ojos.
—Has absorbido una gran cantidad de agua, bruja, —
murmuró él.
—Tal vez es tiempo de que se seque. Tal vez es tiempo para
calentar de nuevo… para brillar un poco de luz…
Él empezó a silbar.
—Ssssssssss…
L
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Gloria se mantuvo firme que no debería pasar la información
que recibió de Paterson a las autoridades. Lady Merle había
dicho que la policía estaba implicada en su complot. Los cinco
de ellos tuvieron que llegar a Lucas antes que alguien más lo
hiciera. No podían arriesgarse al enemigo alertando a sus
captores. Sin embargo, Jonah insistió en que Ashton Stearne
fuera informada. Él llamó mientras ellos ingresaban a las afueras
de Londres. Fue una conversación necesariamente breve.
Ashton estaba en una llamada con la General Buscador de
brujas en ese momento.
Se estacionaron en una calle un poco más abajo de la
dirección que Paterson les había dado. Dado que el lugar no
era una fácil adquisición oficial, ellos esperaban que las
medidas de seguridad fueran mínimas. De hecho, el número 26ª
se veía para toda intención y propósitos como un piso
residencial normal. El área del sótano debajo de este estaba
tapiada y el edificio en su conjunto tenía un aire descuidado.
Gloria se preguntaba si Paterson les había mentido después de
todo. Este no era el escenario para la mala alta tecnología de la
guarida inquisitoria en su imaginación.
Zoey hizo el reconocimiento inicial, y reportó que había una
segunda entrada a la planta baja a través de la parte posterior
del edificio. Se acordó que Troya y Mateo cubrirían la puerta
principal, en caso de que cualquier intento de fuga fuera
hecho, mientras que los otros tres entraron por la parte posterior.
Paterson, mientras tanto, permanecía encerrado en la
furgoneta.
El salto del constructor facilitó su trepar por la pared. A pesar
de todo, Gloria sintió un escalofrío de entusiasmo mientras ella
se dejaba caer en el patio cerrado. Las ventanas que estaban a
la vista estaban a oscuras y en silencio. Zoey había claramente
tenido más experiencia que Troya derribando puertas, porque
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ella lo consiguió en tres patadas rápidas, impulsando el tacón
de su bota en el área justo por debajo de la manija. Jonas
estaba detrás de ella, cubriéndola con la pistola.
Sin inquisidores al acecho. Sin alarmas siendo activadas o
armas desplegadas. Ellos se encontraron en una cocina
ordinaria y destartalada. Ropa interior caía de un estante de
ropa, platos grasientos mojados en el fregadero. En la puerta
interior una mujer con un pálido rostro delgado y el pelo
alborotado estaba en su bata, la mano en el corazón. Un niño
se retorcía a su lado.
—Por favor, —dijo la mujer en un fuerte acento de Europa del
Este.
—Tengo Visa. —Su voz temblaba. —Papeles, visa, todo. El
hombre dijo. Él lo prometió.
Su pequeño niño tenía una nariz mocosa y grandes ojos
marrones. La cerradura rota, la noche despertando, los extraños
caraduras con armas… Así era como Gloria había imaginado la
inquisición viniendo por ella. Pero él miraba hacia ellos
solemnemente, sin miedo.
—Nosotros no somos de inmigración —dijo Jonas, mostrando
su placa. —Nosotros somos la inquisición.
La mujer parecía, en cualquier caso, aliviada. De todos
modos, ella asintió vigorosamente.
—Sí. La adquisición británica. Si, los que prometieron. Ellos
tienen nuestros papeles. Ellos organizan todo.
El niño se retorció lejos de su madre y corrió hacia la
habitación delantera. La alfombra estaba rociada con lápices
de colores, y líneas de soldados de juguete dispuestos en el
suelo.
—Esta es la bruja, —dijo Gloria lentamente, maravillada. Jonas
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y Zoey se volvieron para examinar a la mujer de nuevo.
—No, —dijo Gloria. —El niño.
La caja de trabajo de la bruja de Lord Merle tuvo una nueva
clase de sentido. El silbato rojo, el tren de juguete, la muñeca
con manchas de garabatos en la cara, el caballo de plástico…
Ellos eran juguetes convertidos en armas; accesorios infantiles,
pesadillas para adultos. Fueron los soldados de juguete que
hicieron que lo viera. Zoey había hablado en el coche sobre el
desfile militar que Jack Rawdon había estado por asistir.
La mamá del niño sacudió su cabeza. Sus ojos se movían,
temerosos y rápidos.
—No entiendo. No es posible.
—No es posible, —hizo eco Jonas, aunque él sabía que lo era.
Él adivinó también quienes eran estas personas. Ellos fueron los
últimos fugitivos del centro de detención, los gitanos
desaparecidos que se habían desatado con la esperanza de
una vida mejor. Las palabras de su jefe regresaron a él.
Las brujas jóvenes pueden ser un recurso valioso.
—¿Donde está Lucas? ¿Qué has hecho con él?
La mujer miraba desesperada. No entendía.
Pero Zoey ya se había empujado adelante en el pasillo. Había
una puerta al final, hacia abajo al sótano. Gloria siguió detrás
de ella, aunque Jonas tiró de ella hacia atrás.
—Espera, —dijo él.
—No es seguro. Déjame.
Ella se retorció libre y bajó corriendo las escaleras. Vio a un
hombre en un chándal blanco, tumbado en el suelo con Zoey
en su espalda y un encendedor a su lado. Vio un tanque. Un
charco de agua, un chico, enjaulado en hierro.
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Choques y gritos sonaban en todas partes. Agentes armados
habían llegado. Troya y Mateo llegaron con ellos, el fiscal
General los siguió de cerca. Gloria apenas lo notó.
La piel de Lucas todavía tenía una débil mancha alrededor
de los ojos y la boca, las puntas de sus dedos. No un moretón,
sino como una flor, más pálida que las violetas. Cuando ella se
levantó para quitar la brida, sintió el frío del metal pasar a través
de ella, como un eco del dolor recordado.
¿Qué hizo Lucas para saber de ello? Un olor a quemado, y el
destello brillante del cabello de Gloria. El humo en su piel, la sal
de sus lágrimas. Su luz y fuego. Y después, su padre, estallando a
través, levantándolo como un niño, sosteniéndolo en sus brazos.
Mi hijo. Mi hijo.
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Capítulo 38
Traducido por Katiliz94
Corregido por Desafio89
loria no fue a casa esa noche, ni la noche siguiente.
Envió un mensaje a Cooper Street de que había ido a
visitar a los primos de Morgan, para ofrecer apoyo en la
hora de necesidad de Charlie. De hecho, estaba
alojándose en el apartamento de Troy. Él mismo regreso
a la casa familiar en Cardinal Avenue.
Con la llegada del equipo de Sección Especial, los
profesionales habían terminado. Inmediatamente Lucas fue
trasladado en una ambulancia con su padre, pero ante el único
punto Gloria pensó que tendría que permanecer en el sótano
toda la noche.
Los hombres en uniforme irrumpían por todos lados: luces
brillando, tomando fotografías y coleccionando muestras,
ladrando códigos en los transceptores. El oficial Branning y el
Agente Connor hicieron la mayor parte de la conversación. De
alguna manera, se las arreglaron para mantener los detalles de
la participación de Troy y Gloria a un mínimo. Gloria hizo la
mayor parte de la actuación aturdida y confusa; Troy, al final,
tenía la herida de la cabeza que le excusaba. Posteriormente,
les permitieron salir. Las declaraciones formales serían tomadas
después.
Eso fue cuando Troy la llevó al apartamento. ―Necesitas un
G
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espacio para respirar, ―dijo mientras se iba. ―Tomate tu tiempo.
―Tras eso, Gloria apenas recordaba meterse en la cama, su
cuerpo aún clasificado con sudor y humo. Temía que el olor
atormentaría sus sueños, tomándola en la Camara de Quema, o
en el ático con Lady Merle. Pero la noche estaba tranquila, su
sueño se profundizó lo suficiente para ahogarse.
Se quedó en el apartamento todo el siguiente día. Pasó dos
horas obteniendo espuma de jabón y agua por todos los
inmaculado y carísimos accesorios de baño de Troy. Después
saqueó la inmaculada y carísima nevera surtida.
Examino sus estanterías, rebuscando por los cajones,
saqueando un par de calcetines de cama de cachemir.
Mantuvo encendida la televisión, en parte porque el ruido de
fondo era confortable, y por otra parte porque estaba
esperando noticias del escándalo para romper. Tan lejos, la
única parte de la historia que salió fue “trágico incendio en la
mansión del magnate de los medios”. El reporte era más que
especulación.
Gloria pensó en Rose Merle, sentándose tranquilamente en
algún cuarto de hospital, su cara perfecta tan blanca como sus
pensamientos. Tal vez Lady Merle había estado en lo cierto al
llamar a su memoria perdida una misericordia.
Zoey Connor dio una vuelta por la tarde. Estaba cansada
pero alegre. Dijo que todos los cómplices de Paterson,
incluyendo el MP de Helena Howell, habían sido tomados en
custodia, y estaban cooperando con la policía. La madre Roma
y su hijo estaban bajo guardia en una casa segura, mientras las
autoridades intentaban decidir qué hacer con ellos. Habían
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embridado al chico.
―Resulta que uno de los informantes de la Dirección de
Crímenes de Brujas le encontró, y alertó a Paterson. No estoy
segura de como descubrieron la fae del chico. Creo que la
madre estaba quizá planeando usarlo en su solicitud de asalto.
Pero Paterson ofreció un tipo de trato diferente. Una nueva y
legal vida en Gran Bretaña para ella y su hijo, a cambio de su
ayuda con algunas operaciones del gobierno clandestino.
Todavía no está claro cuánto entendió la mujer. Obviamente
el pequeño chico no sabía lo que iba a hacer.
Gloria asintió. Eso no era por lo que estaría más allá de toda
sospecha. Un brujo de seis años era tan improbable como para
parecer imposible. ―Paterson no iba a entregar jamás un par de
nuevos brillantes pasaportes y un plano del consejo, ¿verdad?
―No. Una vez que el trabajo estuviese hecho, estoy segura de
que el plan era despedirse de ellos a hurtadillas.
―O deshacerse de los cuerpos en una zanja. ¿Por qué no salía
ninguna de estas cosas en las noticias?
Zoey parecía un poco incomoda.
—Hay un medio oscurecido, hasta todos los hechos que son
conocidos. Una historia tan grande como esta requiere un
manejo cuidadoso. ―En absoluto se encontró con los ojos de
Gloria. En la mañana del miércoles, Gloria fue a comprar con el
dinero que saco por la aspiradora.
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Cuando volvió, Jonah telefoneo con las noticias de que Lucas
estaba regresando a casa. Él estaba pidiendo verla.
Se encontraron en la casa segura de IBAS donde Gloria
primero había sido presentada a Harry Jukes. Jonah la dejo
pasar, y ella les sorprendió a ambos con su saludo. Le mostró la
pequeña cocina desnuda donde Lucas estaba esperando,
pero no entro.
Lucas se levantó de la silla cuando Gloria llegó, y esto la
inquieto. No estaba segura de que hacer. ¿Sacudir la mano?
¿Darle un abrazo? Se sentía torpe, y mal preparada.
Él se veía bien, pensó. No mucho más pálido que de
costumbre, de todos modos. Las sombras bajo sus ojos le
recordaron las manchas de las brujas. Él le sonrió y las sombras
se aligeraron.
Por algún motivo esto también la confundió.
― ¿Qué estás haciendo? ―preguntó abruptamente, para
cubrirlo.
―Estoy bien, ―dijo él. ―Me mantuvieron en el hospital durante
la noche como una precaución. Pero no había necesidad. Era...
solo era agua, después de todo.
Inconscientemente, movió una mano para tocar las marcas
de rozaduras en su muñeca. Gloria podía ver las líneas rojas de
las correas de cuero. Se sentó en el asiento contrario a él. Se
aclaró la garganta.
―Tenían a los bastardos que lo hicieron. Striker, y ese Gideon
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se arrastraron y a su novia. Zoey me lo dijo.
―Eso escuche. Ellos y los otros cómplices tienen confesiones
completas. Patterson y Howell también. Lo que quiere decir que
tú y Troy probablemente jamás valláis a ser llamados como
testigos.
―Pero tú tendrás que testificar.
―Sí. Sin embargo, mi identidad será protegida. El juicio va a
tener lugar en una corte cerrada.
― ¿Cerrada?
―Es cuando al público y la prensa no se les permite acceder,
por lo que las evidencias clasificadas....
―Se lo que es eso. Es lo que sucede cuando hay un
encubrimiento. ―El calor se precipita a sus mejillas, y da una
amarga y restringida sonrisa. ― ¡Todopoderoso Mab! Nada
cambia, ¿verdad? Las personas al cargo van a barrer su
suciedad debajo de la alfombra, al igual que siempre hacen.
―No pueden, ―dijo Lucas... con desdén, pensó Gloria. ―La
historia es muy grande, y mucha personas están involucradas.
Jack Rawdon y el General Buscador de Brujas van a hacer una
declaración conjunta ante la prensa esta tarde.
Frunció el ceño un poco. ―Pensé que habías estado aliviada
por el juicio. Es bueno, ¿verdad, que tú y Troy no tendréis que ser
interrogados? Mantendré los negocios con Harry Jukes y las
cosas fuera de Cooper Street. Serás capaz de permanecer sin
registrar, y fuera del centro de atención, y las partes culpables
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aún obtendrán lo que merecen.
En realidad Gloria no quería ir a la corte, y tendría que haber
hecho lo mejor para salir de allí. Pero Lucas estaba tan
malditamente seguro del asunto – tan fríamente casual en la
cara de indignación de ella. Podía sentir el mismo conflicto
antiguo, engrosando el aire entre ellos.
Lucas debió haberlo sentido también. ―De todas formas, no
quiero discutir. Quiero darte las gracias. Te debo... todo.
Sus ojos, el azul en ellos, era muy intenso. Ella apartó la mirada.
―Puedes guardar los discursos. Fui afortunada, tu no.
―Es más que eso. Todo lo que fue descubierto, y logrado, es
reducido a ti. Si no me hubieses encontrado cuando lo hiciste,
no sé lo que habría ocurrido.
―Ese no fue tu error. Era toda una carga de accidentes. Nos lo
estábamos inventando conforme avanzábamos.
Él aún estaba mirándola. Ella podía sentirlo.
―¿Qué vas a hacer? ―preguntó el.
¿Ahora, hoy? ¿O el resto de su vida?
―Regresar a Cooper Street, imagino.
―Sin embargo, no será lo mismo. ―Se dijo como a sí mismo.
―No puede ser. Han sucedido muchas cosas. Ni siquiera quiero
pensar en volver a mi antigua vida, incluso si tuviese la
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oportunidad. ―Por primera vez, parecía un poco tímido. ―Sabes,
IBAS no solo trabaja con los crímenes del aquelarre. Hay
industrias de espionaje, y la seguridad del gobierno, y el
terrorismo internacional...
―¡Lucas Stearne! ―Ella abrió los ojos teatralmente. ― ¿Estás
intentando reclutarme?
Él se sonrojo.
―Estoy difícilmente en una posición de hacer ofertas de
trabajo. No estoy seguro de cuál es mi estatus en este momento.
Nadie sabe a ciencia cierta que hacer conmigo. Pero si tengo
una oportunidad, quiero continuar con ello. Creo... bueno que
este tipo de trabajos es digno de hacer, eso es todo.
Esta vez, ella le miro seriamente. En su bolsillo, el quebradizo
borde de la tarjeta que el Agente Connor le había dado estaba
asomando por sus pantalones vaqueros. Espero antes de
replicar, intentando hacer lo correcto. ―Puedo ver que el IBAS
hace un trabajo importante, ―dijo. ―Imagino que hay algunos
inquisidores que también hacen las cosas bien. Con Paterson y
su repudiado grupo, quizá los buenos chicos tendrían más de
una oportunidad.
―Hay algunas cosas, sin embargo, que nunca cambiaré.
Como con este juicio... son solo más que secretos y
maquinaciones... más ofertas detrás de puertas cerradas. ―Ella
sacude la cabeza.
―No estoy diciendo que los aquelarres tengan la respuesta.
Tienen sus propios problemas. Pero es tan importante tener
buenas personas en los aquelarres como lo es tenerlos en
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cualquier otro lugar.
―Las personas pensáis que si hacéis las suficientes regla, las
formas lo suficiente llenas, entonces haréis las cosas seguras. No
es suficiente. Lady Merle no debería haber hecho lo que dijo. No
a Rose, ni tampoco con el fuego. Pero las personas
desesperadas hacen cosas desesperadas. Siempre serán
personas como ella, y siempre necesitaran una forma de salir... a
algún lugar fuera de las reglas y las formas.
―Así que necesito permanecer fuera, Lucas. Es donde encajo.
Las palabras de Gloria pusieron a Lucas inmensamente
cansado. Sabía que algo de lo que dijo era cierto... más de lo
que ella pensaba, de hecho.
Una estrategia para salvar la cara ya estaba en el lugar. El
descubrimiento de la conspiración estaba siendo re-escrito
como un oficial unido a la operación entre el IBAS y la Dirección
de Crímenes de Brujas. En esta versión de los eventos, Lucas -
conocido solo como una anónimo agente del IBAS- había sido
reclutado por el Comandante Saunder para monitorear las
actividades de su suplente, quien ya estaba bajo sospecha de
mala práctica. No habría mención de Cooper Street o de Harry
Jukes, o de la Familia Morgan. En privado, el Jefe del Ministerio
había admitido que Gideon y Zilla saldrían a la ligera. Se
presentarían como ingenuos jóvenes idealistas, cuyo patrimonio
y entusiasmo había sido cínicamente explotado por los
auténticos villanos de la pieza.
A Lucas no le gustaba esto. Sin embargo, lo aceptó. El
gobierno, la Inquisición, incluso el IBAS, aceptaron que era en
todos los intereses minimizar las consecuencias. También estaba
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en el interés público. Una agobiada y hostil comunidad de
Brujas eran malas noticias para todos. Lucas entendió eso. Gloria
no. Parte de él la respetaba por eso. Ella siempre estaba tan
segura, de todo.
No había sabido lo que sería verla de nuevo. Estaba medio
atemorizado, inseguro de qué tipo de recuerdos reviviría ella. El
chocante peso del agua, el problema de los enlaces, el eco del
hierro y el palpitar... Mirar atrás sobre lo que había sucedido,
incluso ahora, era sentirlo en pedazos. Al igual que intentar
encontrar el propio reflejo en el cristal roto. Pero tan pronto
como Gloria había caminado por la puerta, supo que todo
estaría bien. Lo que fuese que hubiese sido roto volvería a
juntarse de nuevo.
Ese era por qué no podía confiar completamente las razones
para lo que estaba a punto de hacer.
Lucas sacó el trozo de papel que había retirado de detrás del
aparador esa mañana.
―Tengo algo que necesitas ver. Lo encontré el lunes, cuando
estaba tratando de introducirme en los archivos de la
Inquisición.
Le pasó a ella al perfil de Angeline Starling desde la Base de
Datos Nacional de las Brujas.
En segundos, Gloria había rozado la página. Su cara se
endureció en una máscara de china blanca. Sus cosméticos
destacaban tan brillantemente como la pintura.
― ¿Es verdad? ―le preguntó. Su voz se había vuelto muy
artificial: diminuta y distante.
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―Sí, creo que lo es. Lo siento.
La respiración salió de ella y durante unos largos segundos no
volvió.
―Ok. ―Sus manos arrancaron el papel, retorciéndose y
jugueteando. ―Entonces tengo que decírselo a ella. Tengo que
ver... escuchar...
―Hay algo más. ―Hasta el último momento posible, no estaba
seguro de cómo hacer eso, y ahora las palabras se atascaban
en su garganta. ―El informe de Angeline es... es de una base de
datos... hubo actualizaciones en el resto de su familia... y tu
madre...
― ¿Si?
―De acuerdo con el expediente, tu madre fue vista por última
vez hace cinco años.
― ¿Vi-viva?
―Sí.
― ¿Dónde? ¿Qué estaba haciendo? ¿Quién estaba con ella?
―No lo decía. No había otra información. ―La miró
directamente a los ojos. ―No podemos estar seguros de que tu
madre aún está viva. Pero no fue asesinada por Charlie Morgan.
Al menos, no de la manera que dijo Angeline.
Lucas sabía que Gloria necesitaba que le dijesen que Edie
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Starling había estado trabajando para la inquisición cuando ella
desapareció. Pero no sería justo cargarle a ella con eso ahora,
cuando había tan poca información autentica. La veré de
nuevo, razonó Lucas. Lo haré. Entonces le contare la historia
completa. Solo necesito conseguir que los hechos se aclaren
primero.
A menos, claro está, que mi padre sea el responsable de la
desaparición de su madre. O peor. Porque si es verdad, ella
nunca me perdonará.
Él había suprimido el conocimiento, como el cristal roto. Sabía
que su cara debía haberse agudizado con eso, porque Gloria
alargó el brazo y cogió su mano. Ella había confundido la
naturaleza de su dolor.
―Gracias, Lucas. Por contármelo.
Él le devolvió la sonrisa, previniendo su traición.
―Gracias por encontrarme.
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Capítulo 39
Traducido por katiliz94
Corregido por Hanna Marl
loria regresó a la Calle Cooper al final de la tarde. Se
había vuelto ardiente otra vez y un húmedo olor verde
quedó en el aire, mezclándose con los humos del
tráfico. Al igual los chicos de cabeza rapada perdían el
tiempo en las sombras del bloque de pisos; masticando,
escupiendo, atracando, maldiciendo. Cuando caminaba, uno
silbó y los otros se burlaron.
Patrick estaba sentado en los escalones del Número Ocho,
escudriñando en los juegos de consolas de mano que Patch
había robado para él la última Navidad. Su fino pelo se infló un
poco en el viento.
—Ahí estas, Gloria.
—Hola, Papá.
Ella fue a sentarse a su lado, y se tendió contra su hombro.
Plink, plink, pip sonaba la consola. Aún estaba en bata. Recordó
al Jefe de Ministerio, irrumpiendo en el sótano con un escuadrón
de hombres armados. Cómo había caído al encharcado suelo y
acunó a su hijo en sus brazos. Cómo de feroz era su dolor.
—Sentí escuchar lo de Charlie, —dijo Patrick, con los ojos fijos
en la pantalla. —esos negocios sucios. ¿Cómo esta
sobrellevándolo la familia?
—No muy mal.
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—¿Y que hay sobre, er, Harry? ¿Está ahora con los Morgans?
—No, yo… no estoy segura de que estaré viéndole mucho
más.
—Oh, cariño. Parecía un chico agradable.
—Supongo. Resulta que teníamos más en común de lo que
pensé. —Gloria cansadamente se puso de pie. —Necesito
hablar con Tía Ángel.
Patrick miró arriba hacia ella al final. Dio una tos. —Ah. Hmmm.
Sabes, pasaste muchísimo tiempo con tu tía abuela. A veces me
preocupo de que ella tenga un poco más de influencia sobre ti.
—¿Si? ¿En serio? —Su voz tembló. —¿Y nunca pensaste decirlo
antes?
Su cara se nubló con la confusión. Antes de que pudiese
volver a herirle, consiguió una sonrisa. —Nunca me importó,
Papá. No importa. Yo… te quiero.
—También te quiero.
Plink, plink, bleep. Fue un poco por el suelo de la calle y llamó
a la puerta de la señora anciana. —¡Gloria! He estado muy
preocupada. ¿Por qué no me devolviste las llamadas?
Manteniéndome en la oscuridad… ¿A qué piensas que estás
jugando? Absolutamente grosero, lo llamo. También
desagradecido. ¿Tienes alguna idea de cuantas personas han
estado buscándote, señorita? ¿Y qué es eso que escuché de ti
correteando con Troy Morgan? ¿Dónde está Harry? Hay todo
tipo de rumores volando, puedo contarte…
Siguió parloteando durante un rato. Gloria no escuchó nada
de eso. Aún permanecía muy quieta en el cuarto en el que
había sido criada. Conocía cada borde, espiga y clase de
dulce, cada pedazo de periódico, cada sonrisa en blanco y
negro. El Templo Sagrado de la Hermandad Estornina.
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Angeline se había quedado sin aliento por regañar. O quizás
el silencio de Gloria había llegado a ella. —Vamos, chica —dijo
bruscamente. —Habla.
Gloria desplegó la pieza de papel que Lucas le había dado y
se lo pasó a su tía abuela.
—Sé que es verdad. —Se sentó en una de las mullidas sillas. —
Ahora dime porque.
Gloria había visto a Angeline hacer su actuación de frágil
anciana antes. Esta era diferente; un desvestir, no una
simulación. La cara de su tía abuela aumentó en parcheada y
grisácea, y cuando bajó la cara aumentada parcheada y gris, y
cuando se sentó en una silla, su arrugada piel y sus manos
temblaron. Pero su voz se mantuvo firme.
—Quieres la historia de la Chica Estornina ¿verdad?
—La autentica. Si.
—Está bien, —dijo Angeline, con una especie de desigual
desafío. —Todo bien, entonces. Te contaré como fue con mis
hermanas y conmigo. —Su boca se convulsionó —Les soplaba la
nariz y les limpiaba el culo desde que tenía la edad suficiente
para mantenerme erguida. Después nuestra ma y pa se fueron,
escatimaba y trabajaba como una burra para mantenernos
juntas y fuera de las calles. Me casé con Joe, a pesar de que
fuera un borracho, un matón y tuviera quince años más que yo,
así tendrían un techo sobre sus cabezas, y porque nuestra
familia se lo debía al aquelarre. Y tan pronto como pudieron,
salieron a buscar sus fortunas. Nunca miraron atrás.
—Bueno, debería haberlo sabido. Todos decían que habían
crecido para ser rompecorazones. ¡Las adorables Gemelas
Starling! Lo bastante dulces para encantar a los pájaros de los
arboles, lo bastante cuidadosas para robar de vuelta el abrigo
de un borracho.
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—Se convirtieron en ricas, amantes, poderosas, sus imágenes
en los periódicos. No las envidié, estaba orgullosa. Todo lo que
quería era que se me permitiera ayudar… ser una pequeña
parte de la leyenda. Quizás mi fae no era tan deslumbrante
como los suyos, pero aun lo usaban, y yo, cada vez que
convenía. Me cubrí por ellas. Trabajaba de bruja por ellas.
Conseguí clavarlas con agujas, y las hundí en tanques.
—Quise a las chicas pero ellas solo se querían la una a la otra.
Ni a cualquiera de sus sofisticados hombres, realmente ni
siquiera a sus propios hijos. Eran el mundo entero de la otra…
Había una capa en sus ojos. Gloria se endureció contra ella.
—Ya veo. Quisiste a mi abuela tanto que la entregaste a la
inquisición.
—No era un plan. Difícilmente supe lo que estaba haciendo.
Estaba medio loca, en ese momento. Cuando Cora llamó,
acababa de llegar a casa desde el entierro del Viejo Joe. La
policía y los punzones estaban pululando sobre la Calle Cooper;
levantamos nuestros globos oculares en deuda. Y allí estaba mi
hermana pequeña al teléfono, riendo y charlando a lo lejos
como si nunca se hubiese ido. Cinco años había estado fuera, y
nunca una palabra.
—Oh, tengo ese tipo de aventuras para contarte, —dijo ella.
— ¡Muchas historias! ¿Y como estas? —preguntó. —¿Cómo está
la pobre anciana Angie?
—Cora nunca se asustaba de nada. Era solo una salvaje.
Descuidada de todo y de todas las personas. Solo una vez, quise
que ella supiera cómo se sentía. Ser menos poderosa, humillada
y temerosa. La quería en esos tanques, si. Pero nunca… nunca
quise que se ahogara…
—Pero lo hizo.
—Sí, lo hizo. —Resopló ruidosamente Angeline. —Dios me
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perdone, lo hizo. E intenté reparar el daño cuidando a su hija.
Pero Lily me quitó a Edie; dijo que yo nunca había sido una
madre, que ella sabía lo que era mejor para la niña de su
preciosa gemela. Y fue solo cuando Lily murió y tu ma estaba
sola de nuevo que recordó la Calle Cooper, y a su pobre
anciana Tía Ange. Ja. Debió haber sido una completa
humillación para ella.
—De todos modos, yo estaba tan contenta. Tan feliz. Todos
podían ver que Edie era especial. Solo Dios sabía quién era su
padre, pero tenía el talento de su madre, cierto, y su propia
confianza. Los ingredientes de ser una buena bruja. Había dado
a la Calle Cooper lo que necesitaba, lo que yo merecía. Juntas
seríamos imparables.
—Así que ¿Qué sucedió? ¿La vendiste a la Inquisición
también? —Angeline parecía confusa.
—Puedes cortar el rollo, tía. Sé que Charlie no la mató. Fue
vista hace cinco años. Viva.
—¿Pero cómo has…?¿Donde…?No puede ser…
—Lo es, —dijo Gloria ásperamente. —Porque ambas sabemos
que nunca hubo una tumba en el Bosque Dustan, o un amuleto
de entierro. Mi madre en realidad se fue. Había tenido bastante.
Justo como decía su nota. ¿Qué le hiciste para alejarla?
La anciana sonrió con amargura. —Edie era más como Cora
de lo que yo sabía. Del tipo que siempre se va, nunca mira atrás.
No lo vi hasta que fue demasiado tarde.
—Cállate. Mentiste antes y estás mintiendo ahora. Me
manipulaste así me convertiría en una soplona, sería una
traidora como tú. Los Morgans…
—Los Morgans han estado llenos de viudas y huérfanos, chica.
No lo olvides. —Los brillantes ojos negros de Angeline miraron
fijamente a los suyos. —Y nunca mentí sobre tu herencia. Quiero
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que seas una buena bruja, Gloria. Quiero que hagas de este
aquelarre el más grande o el mejor que jamás hubo. Eso es
porque te enseñé todo lo que sé, eso es porque lucharé por tus
derechos hasta que la respiración abandone mi cuerpo. He
puesto todo mi amor en ti, y mis esperanzas. Te he hecho mía.
Gloria miró alrededor de la habitación. Los titulares se
desvanecieron. Las tres chicas riendo. La lamentable anciana
ante ella.
—No soy tuya. Nunca lo he sido, y nunca lo seré.
Angeline dio un pequeño sollozo seco. Luego mostró sus
amarillentos dientes. —Supongo que piensas que puedes ir
arrastrándote hasta los Morgans. Ten en cuenta que si te
enfadas lo bastante bien, Troy se arrastrara a tus pies. O tal vez
quedarás bien ante la Inquisición en su lugar, ¿ahora tú y los
pirotécnicos son tan amigos?
Gloria se puso de pie.
—Adiós, Tía.
—Ve, entonces. Déjame, al igual que todos los demás. —Se
tambaleó recta. —Pequeña zorra desagradecida. —su voz se
alzó, ronca, en un grito. —Sal y no regreses jamás. Porque será
demasiado tarde entonces… muy tarde…
Gloria cerró la puerta. Respiró el húmedo aire frio. Un lavado
de color carmesí flotaba en el cielo detrás del bloque de pisos.
A través de la ventana del cuarto de Patrick pudo escuchar
un bleep, bleep, bleep. La música golpeando desde el Número
Siete; la siguiente puerta, los bulls terrier aullaron. En los
escalones del Número Ocho, Nate fumaba y se recostaba.
—Hola, nena, —dijo él mientras pasó enfrente de él. —Troy ha
estado buscándote.
No miró alrededor.
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—¿A dónde vas?
—No lo sé.
Soy Gloriana Starling Wilde. Tengo quince años. Soy una bruja.
Puedo hacer cualquier cosa.
Caminó más lejos, más rápido. Puso atrás la cabeza, y rió.
Extendió los brazos. Comenzó a correr.
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Witch Fire #2 Burn Mark
Lucas y Gloria están
trabajando duro en WICA
(Witchkind Inteligency
and Covert Affairs).
Como parte de su
entrenamiento,
aprenden más acerca
de la bruja de Endor-
organización terrorista. Se
cree que se ha infiltrado
en Endor un internado
para jóvenes brujas en
Suiza, por lo que WICA
envía a sus dos jóvenes
agentes - Lucas y Gloria -
a la escuela, encubiertos.
Allí, aprenderán más
acerca de un implante
cerebral experimental
que bloquea el poder de las hadas. Es un
procedimiento peligroso... más de lo que nunca se
podrían haber imaginado.
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Laura Powell
Laura Powell creció en el Gales
rural y ahora vive en el oeste de
Londres. Escribió su primer libro
cuando estudiaba Classics en
Oxford y trabajó en el mundo
editorial durante cinco años
antes de concentrarse en su
escritura.
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