Extras de Crepusculo

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    Emmett y el osoMe sorprendi encontrar un extrao vinculo creciendo entre Emmett y yo, especialmenteteniendo en cuenta que l haba sido el que ms miedo me daba de todos ellos. Tenia que vercon el modo en que ambos habamos sido elegidos para entrar en la familia; los dos habamossido amados y habamos amado en respuesta mientras ramos humanos, aunque por pocotiempo para l. Solo Emmett recordaba y solo l comprenda el milagro que Edward era para

    m.

    Hablamos de ello por primera vez una tarde mientras los tres estbamos sentados en los sofsde la habitacin principal, Emmett entretenindome tranquilamente con recuerdos que eranmejores que cuentos de hadas, mientras Edward se concentraba en el canal de cocina habadecidido que quera aprender a cocinar, ante mi incredulidad, y le era difcil sin el apropiadosentido del gusto o del olfato. Despus de todo haba algo que no sabia hacer de forma natural.Su perfecto entrecejo se frunci mientras el famoso chef sazonaba otro plato de acuerdo a sugusto. Yo suprim una sonrisa.

    Para ese entonces l ya haba terminado de jugar conmigo, y supe que iba a morir. RecordEmmett suavemente, dando un giro al relato de sus aos humanos con la historia del oso.Edward no nos prestaba ninguna atencin; ya la haba odo antes. No poda moverme, y mi

    conciencia se estaba disipando, cuando escuch lo que pens que seria otro oso, y una luchapor ver quien se quedaba con mi cadver, supuse. De repente sent como si volara. Meimagin que haba muerto, pero intent abrir los ojos de todos modos. Y entonces la vi - Surostro pareca incrdulo ante el recuerdo; yo le comprenda completamente, y supe queestaba muerto. Ni siquiera me importaba el dolor luch por mantener mis prpados abiertos,no quera perderme ni un segundo el rostro del ngel. Estaba delirando, por supuesto,preguntndome por que no habamos llegado al cielo an, pensando que deba de estar mslejos de lo que yo haba credo. Y entonces me llev ante Dios. l ri con su risa profunda yatronadora. Yo entenda perfectamente qu alguien hubiese pensado aquello.

    Pens que lo que ocurri a continuacin era mi juicio final. Haba tenido un poco dedemasiada diversin durante mis 20 aos humanos, as que no me sorprendieron las llamasdel infierno Ri de nuevo, aunque yo me estremec. El brazo de Edward me rode con ms

    fuerza de forma inconsciente.

    Lo que me sorprendi fue que el ngel no se march. No poda entender como algo tanhermoso poda estar en el infierno junto a m pero estaba agradecido. Cada vez que Diosvenia a echarme una ojeada, yo tema que se la llevase, pero nunca lo hizo. Comenc a pensarque quizs esos predicadores que hablaban de un Dios piadoso tenan razn despus de todo.Y entonces el dolor desapareciy me lo explicaron todo.

    Les sorprendi lo poco que me afect todo ese asunto de los vampiros. Pero si Carlisle yRosalie, mi ngel, eran vampiros Cmo poda ser tan malo ser aquello? Yo asent,completamente de acuerdo, mientras l continuaba. Tuve unos cuantos problemas con lasreglas ri entre dientes. Tenias las manos llenas conmigo al principio, eh? el empujnjuguetn de Emmett al hombro de Edward nos balance a los dos. Edward dej escapar un

    leve gruido sin apartar la vista de la televisin.

    As que ya ves, el infierno no es tan malo si consigues mantener a un ngel a tu lado measegur de forma traviesa. Cuando l consiga aceptar lo inevitable, te ir bien

    El puo de Edward se movi tan rpidamente que no v lo que golpe a Emmett lanzndolesobre el respaldo del sof. Los ojos de Edward no se apartaron de la pantalla.

    Edward! le reprend, horrorizada.

    No te preocupes, Bella Emmett estaba sereno, de vuelta en su asiento. S dndeencontrarle Mir por encima de mi hacia el perfil de Edward. Tendrs que hacerlo alguna vezadvirti.

    Edward a penas si gru de nuevo como respuesta sin alzar la mirada.

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    Extended Prom RemixCuando me vas a decir que est pasando, Alice?

    Ya lo veras, se paciente orden, haciendo muecas.

    Estbamos en mi coche pero ella conduca. Tres semanas ms y ya no estara caminando

    escayolada, y entonces iba poner muy firmemente mi pie sobre el asunto de conducir. Megustaba conducir.

    Estbamos a finales de mayo, y la tierra alrededor de Forks encontraba de alguna manera laforma de ser an ms verde de lo normal. Era precioso, por supuesto, y yo estaba volvindomealgo reconciliada con el bosque, sobre todo a causa de pasar ms tiempo all de lo normal. Noramos muy amigos an, la naturaleza y yo, pero nos estbamos acercando. El cielo estabagris, pero eso tambin era agradable. Era un gris perlado, no sombro del todo, no lluvioso, ycasi suficiente calido para m. Las nubes eran gruesas y seguras, esa clase de nubes que sehan convertido agradables para m, debido a la libertad que garantizaban. Pero a pesar deestos entornos agradables, me senta nerviosa. Por una parte debido al comportamientoextrao de Alice. Ella haba insistido este sbado a la maana en que era el da de las chicasfuera, llevndome hasta Port Angeles para hacernos la manicura y la pedicura, rechazando

    dejarme tener la modesta sombra rosa que yo quera y ordenando a la manicurista que mepintara con un brillante rojo oscuro incluso insisti en que me pintara las uas de mi pieescayolado.

    Cuando acabamos Alice me llev a una tienda de zapatos, aunque solo me poda probar unzapato de cada par. En contra de mis vigorosas protestas, ella me compro un par de lo msimprctico, caro, tacones stiletto cosas peligrosas, sujetas solamente por las cintas gruesasdel satn que se cruzaban sobre mi pie y se ataban en un ancho arco detrs de mi tobillo. Erande un azul profundo, un azul jacinto, y en vano intent explicar que no tena nada con lo queponerme esos zapatos. Incluso con mi armario embarazosamente lleno de ropa que ella mehaba comprado en L.A. la mayor parte de la ropa todava demasiado ligera para ponrselaen Forks estaba convencida de que no tena nada en ese tono. E incluso si hubiese tenidoese tono exacto escondido en algn rincn de mi armario, mi ropa no haca juego con los

    tacones Stiletto. Yo no haca juego con los tacones Stiletto poda caminar apenas conseguridad en calcetines. Pero mi lgica irrebatible no haca mella en ella. Ella incluso novolvera a discutir. (?)

    Bien, no son de Biviano, pero lo van a tener que hacer murmur descontenta, y entonces nohablara ms mientras desencadenaba su tarjeta de crdito con los atemorizados empleados.Me consigui la comida en un sitio de comida rpida a travs de la ventana, dicindome quetena que comer en el coche, pero negndose a explicarme la razn de tanta prisa. Adems, decamino a casa le tuve que recordar varias veces que mi coche no era capaz de funcionar comoun coche deportivo, incluso con las modificaciones de Rosalie, y que por favor le diera a lapobre cosa una rotura (y to please give the poor thing a break).

    Normalmente, Alice era mi chofer preferido. Ella no pareca aburrida conduciendo veinte otreinta millas sobre el lmite de velocidad, la manera que algunas personas no podan soportar.Pero la agenda secreta de Alice era solo la mitad del problema, por supuesto. Yo estabatambin patticamente ansiosa porque no haba visto el rostro de Edward en casi seis horas yeso tena que ser un record en los ltimos dos meses.

    Charlie haba estado difcil, pero no imposible. El estaba reconciliado con presencia constantede Edward cuando volva a casa, sin encontrar nada sobre lo que discutir cuando nossentbamos para hacer nuestros deberes en la mesa de la cocina incluso pareca disfrutarde la compaa de Edward mientras los dos gritaban juntos a los juegos de ESPN. Pero nohaba perdido nada de su original severidad cuando sostena la puerta a Edward exactamentea las diez cada noche de la semana. Por supuesto, Charlie era completamente inconsciente dela habilidad de Edward para regresar con su coche a casa y estar de vuelta en mi ventana enmenos de diez minutos.

    l era mucho ms agradable con Alice, a veces un tanto embarazoso. Obviamente, hasta que

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    tuviera mi voluminosa escayola algo ms manejable, necesitaba la ayuda de una mujer. Aliceera un ngel, una hermana; todas las noches y todas las maanas ella apareca paraayudarme con mis rutinas diarias. Charlie estaba enormemente agradecido de ser relevado delhorror de una hija casi adulta que necesitaba ayuda para ducharseesa clase de cosa estabalejos de ser de su comodidad, y tambin de la ma, para ese tema. Pero era con ms quegratitud que Charlie llev a llamarla ngel como apodo, y la miraba con ojos perplejos cuando

    ella bailaba sonriente por la pequea casa, iluminndola. Ningn ser humano poda no serafectado por su increble belleza y gracia, y cuando ella se deslizaba por la puerta cada nochecon un carioso, Te veo maana, Charlie, le dejaba atontado.

    Alice, vamos a casas ahora? le pregunt en ese momento, las dos entendiendo que merefera a la casa blanca junto al ri.

    si. hizo una mueca, conocindome bien. Pero Edward no est ah.

    Frunc el ceo. Donde est?

    l tena algunos recados que hacer

    Recados? repet tajante. Alice, mi tono se volvi engatusado, por favor dime que estpasando.

    Ella sacudi la cabeza, todava haciendo muecas firmemente. Me estoy divirtiendo mucho,explico. Cuando entramos en la casa, Alice me llevo directa arriba, al bao de su habitacin.Me sorprendi encontrar a Rosalie ah, esperando con una sonrisa celestial, detrs de una sillarosa. Un arsenal de herramientas y productos cubran el largo mostrador.

    Sintate, orden Alice. La consider cuidadosamente por un minuto, y entonces, decidiendoque ella estaba preparada para usar la fuerza si era necesario, coje hasta la silla y me sentcon la dignidad que poda manejar. Rosalie inmediatamente empez a cepillarme el pelo.

    Supongo que no me dirs sobre que va esto? le pregunte.

    Mepuedes torturar, murmur, absorta con mi pelo, pero nunca hablare.

    Rosalie sujeto mi cabeza en el lavabo mientras Alice frotaba mi pelo con un champ que olacomo a menta y a pomelo. Alice pas la toalla a travs del enredo mojado furiosamente,entonces roci casi una botella entera de algo mseste ola como a pepinosen el pelomojado y me pas la toalla otra vez.

    Entonces, peinaron el lo rpidamente; lo que ola a pepino hizo que el enredo se comportara.Puede que pidiera algo de eso. Luego cada una cogi un secador y se pusieron a trabajar.Mientras pasaban los minutos, y ellas siguieron descubriendo nuevas secciones de peloempapado, sus caras empezaron a tomar una expresin un poco preocupada. Yo sonre

    alegremente. Algunas cosas incluso ni los vampiros podan acelerar.

    Tiene una porcin tremenda de pelo, coment Rosalie con voz ansiosa.

    Jasper! llam claramente Alice, pero no en voz alta, encuntrame otro secador! Jaspervino a su rescate, subiendo de alguna manera con dos secadores ms, que apunt a micabeza, profundamente divertido, mientras ellas seguan trabajando.

    Jasper empec esperanzada.

    Lo siento, Bella, no estoy autorizado a decir algo. escap agradecido cuando finalmenteestuvo todo seco y poufy (?). Mi pelo sobresala tres pulgadas de mi cabeza.

    Que me habis hecho? pregunt con horror. Pero ellas me ignoraron, sacando una caja derodillos calientes.

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    Intent convencerlas de que mi pelo no se rizaba, pero me ignoraron, embadurnando algo queera de un color amarillo malsano a travs de cada mechn antes de darle vueltas alrededor deun rulo caliente.

    Encontraste zapatos? pregunt intensamente Rosalie mientras trabajaban, como si larespuesta fuese de vital importancia.

    Sison perfectos, ronrone Alice con satisfaccin.

    V a Rosalie en el espejo, cabeceando como si un gran peso hubiese sido sacado de su mente.

    Tu pelo se ve bien, hice notar. No que no estuviese siempre idealpero ella lo tenalevantado esa tarde, creando una corona de rizos de oro suave encima de su cabeza perfecta.

    Gracias sonri. Ahora haban empezado con la segunda tanda de rizos.

    Qu piensas sobre el maquillaje? pregunt Alice.

    Es un dolor ofrec. Ellas me ignoraron.

    No necesita muchosu piel est mejor desnuda, reflexiono Rosalie.

    Pintalabios, decidi Alice.

    Y rimel y lpiz de ojos, agreg Rosalie, solo un poco.

    Suspire fuertemente. Alice se ri nerviosamente. Se paciente, Bella. Nos lo estamos pasandobien.

    Bien, mientras seas (as long asyou are) murmure.

    Ellas tenan ahora todos los rulos ceidamente e incmodamente sujetos a mi cabeza.

    Vamos a vestirla. La voz de Alice se emocion con expectacin. Ella no esper a que yocojeara fuera del bao bajo mi propia energa. En lugar de eso, me levant y me llev a lagrande habitacin blanca de Rosalie y Emmett. En la cama, haba un vestido. Azul jacinto, porsupuesto.

    Qu te parece? gorje Alice.

    Esa era una buena pregunta. Era suave con volantes, aparentemente era para ser puesto bajoy por debajo de los hombros, con largas mangas que se fruncan en las muecas. El finocorpio estaba rodeado por otra, plida-florecida, tela Jacinta, que se plegaban juntos paraformar un fino volante abajo en el lado izquierdo. El material florecido era largo atrs, peroabierto en la parte delantera por varias capas correspondientes de volantes de suave jacinto,

    aclarado en tono cuando alcanzaban el dobladillo t-longitud/tramo de la parte baja.

    Alice, gem. no me puedo poner eso!

    Por qu? exigi en voz fuerte.

    La parte de arriba es see-though (yo supongo que se refiere a que es muy descubierta, queno tapa casi vamos xD)!

    Esto va debajo Rosalie aguant una mirada siniestra, una prenda azul plido.

    Que es esto? pregunt aterrada.

    Es un cors, tonta, dijo Alice, impaciente. Ahora te lo vas a poner, o tengo que llamar aJasper y pedirle que te sujete mientras lo hago yo? me amenaz.

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    Supuestamente eres mi amiga le acus.

    Se buena Bella, suspir, No recuerdo ser humana y estoy intentando tener algo de diversinaqu. Adems, es por tu propio bien.

    Me quej y me ruborice mucho, pero no les llevo mucho tiempo que me pusiera el vestido. Lotena que admitir, el cors tena sus ventajas.

    Guau, respire, mirando hacia abajo. Tengo hendidura.

    Quien lo habra adivinado, Alice se ri entre dientes, encantada con su trabajo. Aunque yo noestaba completamente vendida.

    No creis que este vestido en un poco demasiadono se, atrevidopara Forks? preguntvacilante.

    Yo creo que las palabras que estas buscando son haute couture (?) se ri Rosalie.

    No es para Forks, es para Edward, insisti Alice. Es exactamente apropiado.

    Entonces, me llevaron de vuelta al bao, desenrollando los rizos con dedos voladores. Para miasombro, cayeron cascadas de rizos. Rosalie sujeto la mayora de ellos arriba, enrollndoloscuidadosamente en una equime (?) melena de rizos que se desbordaron en una gruesa lneapor mi espalda. Mientras ella trabajaba, Alice pint rpidamente una fina raya alrededor decada uno de mis ojos, ya con rimel, y pas cuidadosamente un pintalabios rojo oscuro por mislabios. Luego se fue de la habitacin y volvi rpidamente con los zapatos.

    Perfecto, respir Rosalie mientras Alice los sujetaba para admirarlos.

    Alice at el mortal zapato expertamente, y luego mir mi escayola con especulacin en susojos.

    Supongo que hemos hecho lo que hemos podido, sacudi su cabeza tristemente. no creesque Carlisle nos dejara? Mir a Rosalie.

    Lo dudo, replic Rosalie secamente. Alice suspir.

    Ambas levantaron sus cabezas entonces.

    l est de vuelta yo saba a que l se referan, y me sent energticas mariposas en miestomago.

    l puede esperar. Hay una cosa ms importante. dijo Alice firmemente. Ella me levanto otravezuna necesidad, estaba segura de que no poda andar en ese zapatoy me llevo a su

    habitacin, donde ella gentilmente me dejo de pie en frente de su ancho, borde dorado, espejo.

    Ah dijo. Ves?

    Mire fijamente a la extraa en el espejo. Ella pareca muy alta en el alto zapato, con la larga,estrecha lnea del ceido vestido aadindose a la ilusin. La blusa dcollet dnde suexcepcionalmente impresionante busto (parte de arriba, pecho) atrajo mi atencin otra vez. haca parecer su cuello muy largo, mientras las columnas de brillantes rizos bajaban por suespalda. El color jacinto de la tela era perfecto, destacando la cremosidad de su piel de marfil,las rosas en el sonrojo de sus mejillas (the roses in the blush on her cheeks). Ella estaba muyguapa, lo tena que admitir.

    Bien, Alice sonre. veo.

    No lo olvides, orden.

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    Ella me levant otra vez, y me llevo a las escaleras.

    Date la vuelta y cierra tus ojos! orden bajando las escaleras. Y estate fuera de mi cabezano lo arruines.

    Ella vacil, caminando ms despacio de lo normal bajando la escalera hasta que pudo ver quel haba obedecido. Entonces vol el resto del camino. Edward estaba en la puerta, de espaldaa nosotras, muy alto y oscuroNunca antes le haba visto vestir de negro. Alice me sentverticalmente, alisando la tela de mi vestido, poniendo un rizo en su lugar, y entonces me dejah, y se fue a sentar al banco del piano a mirar. Rosalie se sent con ella en la audiencia.

    Puedo mirar? su voz era intensa con expectacinhizo que mi corazn palpitarairregularmente.

    Siahora, dirigi Alice.

    l se giro inmediatamente, y entonces se quedo congelado en el sitio, abri los ojos de par enpar. Yo poda sentir el adulador calor en mi cuello y teir mis mejillas. l estaba magnfico;

    Sent un parpadeo del viejo miedo, que l era solo un sueo, no era posible que fuese real. lvesta un traje negro, y perteneca a una pelcula, no a mi lado. Le mire fijamente conaterrorizada incredulidad.Camin lentamente haca mi, vacilando con un pie cuando me alcanz.

    Alice, Rosaliegracias, respir sin dejar de mirarme. O la risa ahogada de placer de Alice.

    Camin haca delante, ahuecando una mano fra debajo de mi mandbula, e inclinndose parapresionar sus labios en mi garganta.

    Eres tu, murmur contra mi piel. Se apart, y haba flores blancas en su otra mano.

    Fressia, me inform mientras se fijaba en mis rizos. Completamente redundante, por lo que

    concierne a la fragancia, por supuesto. Se inclin para verme otra vez. Sonri con esa sonrisaque me paraba el corazn. Ests absurdamente hermosa.

    Ests en mi misma lnea, mantuve mi voz tan clara como pude manejar. Justo cuando meconvezco a mi misma de que eres real, te pones de manifiesto apareciendo as y tengo miedode que este soando otra vez.

    l me levant rpidamente en sus brazos. Me sujeto cerca de su cara, sus ojos quemabancuando me puso incluso ms cerca.

    Mira el pintalabios! orden Alice.

    l se ri rebeldemente, pero en cambio, dej caer su boca al hueco encima de mi clavcula.

    Ests lista para irnos? pregunt.

    Me va a decir alguien cual es la ocasin?

    l se ri otra vez, mirando por encima de su hombro a sus hermanas. No lo ha adivinado?

    No, ri tontamente Alice. Edward ri con deleite. Frunc el ceo.

    Qu me estoy perdiendo?

    No te preocupes, lo entenders muy pronto, me asegur.

    Djala en el suelo, Edward, para que pueda sacar un foto, Esme estaba bajando lasescaleras con una cmara plateada en sus manos.

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    Fotos? murmur, mientras l me pona cuidadosamente sobre mi pie bueno. Estabateniendo un mal presentimiento sobre todo esto. Aparecers en la foto? preguntsarcsticamente. Me sonri.

    Esme nos tomo varias fotografas, hasta que Edward irnicamente insisti en que se nos iba a

    hacer tarde.

    Os veremos all, dijo Alice mientras l me llevaba a la puerta.

    Alice estar all? Me sent un poco mejor.

    Y Jasper, y Emmett, y Rosalie.

    Mi frente se arrugo con concentracin mientras intentaba adivinar el secreto. l ridisimuladamente ante mi expresin.

    Bella, me llam Esme, Tu padre est al telfono.

    Charlie? preguntamos simultneamente Edward y yo. Esme me trajo el telfono, pero l melo arrebat cuando ella intent drmelo a m, mantenindome lejos fcilmente con un brazo.

    Oye! protest, pero l ya estaba hablando.

    Charlie? Soy yo. Qu pasa? son preocupado. Mi cara palideci. Pero entonces suexpresin se volvi divertida y de repente malvada.

    Dale el telfono, Charliedjame hablar con l. Lo que fuese que estaba pasando, Edwardse estaba divirtiendo un poco demasiado como para que Charlie estuviera en algn peligro. Merelaj ligeramente.

    Hola, Tyler, soy Edward Cullen, su voz era muy amistosa, en apariencia. Pero yo ya le

    conoca lo bastante para detectar el leve rastro de amenaza en su tono. Qu estaba haciendoTyler en mi casa? Ca en la cuenta de la terrible verdad poco a poco.

    Lamento que se haya producido algn tipo de malentendido, pero Bella no esta disponible estanoche. El tono de su voz cambi, y la amenaza se hizo ms evidente mientras seguahablando. Para serte totalmente sincero, ella no va a estar disponible ninguna noche paracualquier otra persona que no sea yo. No te ofendas. Y lamento estropearte la velada Nosonaba como si lo sintiera en absoluto. Y entonces, cerr el telfono con un golpe con unaancha y estpida sonrisa en su rostro.

    Me llevas al baile de fin de curso! Le acus furiosa. Mi cara y cuello se ruborizaron conclera. Pude sentir las lgrimas de rabia que se empezaban a acumular en mis ojos. l noesperaba una reaccin tan fuerte, eso estaba claro. Apret los labios y estrech lo ojos.

    No te pongas difcil, Bella

    Bella, vamos todos, anim Alice, de repente en mi hombro.

    Por qu me haces esto? exig.

    Ser divertido. Alice era todava brillantemente optimista.

    Pero Edward se inclin para murmurar en mi oreja, su voz de terciopelo y seria. Solo ereshumana una vez, Bella. Divierteme

    Entonces dirigi contra m la fuerza de sus abrasadores ojos dorados, fundindose mi

    resistencia con su calor.

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    Bien contest con un mohn, incapaz de echar fuego por los ojos con la eficacia deseada. Melo tomar con calma. Pero ya veras advert En mi caso, la mala suerte se est convirtiendo enun hbito. Seguramente me romper la otra pierna. Mira este zapato! Es una trampa mortal!Levant la pierna para reforzar la idea.

    Humm mir atentamente mi pierna ms tiempo del necesario, y entonces mir a Alice con

    ojos brillantes otra vez, gracias.

    Llegareis tarde a donde Charlie nos record Esme.

    Est bien, vamos, me columpi hacia la puerta.Esta Charlie al tanto de esto? pregunt con los dientes apretados.

    Por supuesto, sonri.

    Estaba preocupada, as que no lo advert al principio. Solo fui consciente de un coche plateado,y asum que era el Volvo. Pero entonces se par tan despacio para ponerme all que pensque me iba a sentar en el suelo.

    Que es esto? pregunt, sorprendida de encontrarme en un no familiarizado coupe. Dndeest el Volvo?

    El Volvo es mi coche diario me dijo con cuidado, aprensivo de que yo poda tener otro ataque.Este es un coche de una ocasin especial

    Que pensar Charlie? sacud la cabeza con desaprobacin mientras me suba y encenda elmotor. Ronrone.

    Ah, la mayor parte de la gente en Forks piensa que Carlisle es un coleccionador vido decoches. Se apresur por el bosque haca la carretera.

    Y no lo es?

    No, ese es ms mi hobby. Rosalie colecciona coches, tambin, pero ella prefiere perder eltiempo con sus entraas antes que conducirlos. Ella trabajo mucho en ste para mi.

    An me estaba preguntando por qu volvamos a casa de Charlie cuando ya estbamos enfrente. La luz de porche estaba encendida, aunque aun no haba anochecido. Charlieseguramente estaba esperando, probablemente asomndose por la ventana ahora. Empec aruborizarme, preguntndome si la primera reaccin de mi padre haca el vestido no serasimilar a la ma. Edward pase, demasiado despacio para l, alrededor del coche para alcanzarmi puertaconfirmando mi sospecha de que Charlie estaba al acecho.

    Entonces, mientras Edward me levantaba con cuidado fuera del pequeo coche, Charlie--muyinusitadamentesali a la entrada para saludarnos. Mis mejillas ardan; Edward lo advirti y

    me miro interrogante. Pero no necesitaba estar preocupada. Charlie no me haba visto an.

    Es esto un Aston Martin? Pregunt a Edward en una voz reverente.

    SiEl Vanquish. Los bordes de su boca se retorcieron, pero logr controlarlo.

    Charlie lanz un silbido.

    Quieres probarlo? Edward sujet la llave.

    Los ojos de Charlie finalmente se apartaron del coche. Mir a Edward con incredulidad---conuna diminuta esperanza.

    No, dijo reacio, Que dira tu padre?

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    Carlisle no tendr inconveniente, dijo Edward sinceramente, rindose. Adelante apret lallave el la mano dispuesta de Charlie.

    Bien, solo una vuelta rpida Charlie ya acariciaba el guardabarros con una mano.

    Edward me ayudo cojeando a la puerta principal, levantndome tan pronto como estuvimos

    dentro, y llevndome a la cocina.

    Eso sali bien, dije. El no tuvo la oportunidad de flipar con mi vestido. Edward parpade. Nopens en ello, admiti. Sus ojos recorrieron otra vez mi vestido con una expresin crtica.Supongo que ha estado bien que no tomramos el camin, clsico o no.Apart mal dispuesta la mirada de su rostro el suficiente tiempo para darme cuenta de que lacocina estaba inusualmente oscura. Haba velas en la mesa, muchas, quizs veinte o treintavelas blancas. La vieja mesa estaba oculta por una larga y blanca tela y haba dos sillas.

    Es en esto en lo que has estado trabajando hoy?

    Noesto solo me llev un momento. Fue la comida lo que me llev todo el da. S que teparecen los restaurantes lujosos que abruman, no hay muchas opciones que caigan en esa

    categora por aqu, pero decid que no podas quejarte sobre tu propia cocina. Me sent enuna de las blancas sillas envueltas, y empez a reunir cosas del frigorfico y del horno. Me dicuenta que haba solo cubiertos para una persona.

    No vas a alimentar a Charlie, tambin? tiene que volver a casa con el tiempo.

    Charlie no puede comer nada ms--Quin piensas que fue mi degustador? Tena que estarseguro de que todo era comestible. Puso un plato delante de mi, lleno de cosas que parecanmuy comestibles.

    Suspir. Ests an loca? pas la otra silla alrededor de la mesa para poder sentarse junto ami.

    No. Bueno, si, pero no en este momento. Estaba solo pensando ah va, en la cosa que puedohacer mejor que t. Esto tiene buena pinta. Suspir otra vez.

    El se ri entre dientes. An no lo has probadose optimista, puede que est horrible.

    Com un trozo, me detuve, y entonces hice una mueca.

    Est horrible? pregunt asustado.

    No, est fabuloso, naturalmente.

    Que alivio, sonri, tan perfecto. No te preocupes, todava hay muchas cosas en las que eresmejor.

    Nombra una.

    No contest al principio, el apenas paso levemente su fri dedo por la lnea de mi clavcula,sosteniendo mi mirada con ojos ardientes hasta que sent mi piel arder y sonrojada.

    Ah est eso, murmur, tocando el carmes de mi mejilla. Nunca he visto a nadie ruborizarsetan bien como lo haces t.

    Genial, frunc el ceo. La reacciones involuntariasalgo de lo que puedo estar orgullosa.

    Tambin eres la persona ms valiente que conozco.

    Valiente? me burl.

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    Pasas todo tu tiempo libre en compaa de vampiros; eso precisa coraje. Y no vacilas enponerte a una proximidad peligrosa de mis dientes

    Sacud mi cabeza. Saba que no podas sugerir algo.

    Se ri. Yo soy serio, t no. Pero no importa. Come. Me cogi el tenedor, impaciente, y

    empez a alimentarme. La comida estaba perfecta, por supuesto.

    Charlie volvi a casa cuando ya haba casi acabado. Mir su rostro con cuidado, pero mi suertese mantena, estaba demasiado deslumbrado por el coche como para darse cuenta de cmoestaba vestida. Devolvi las llaves a Edward.

    Gracias, Edward, sonri soador. Eso es un coche.

    De nada.

    Cmo estaba todo? Charlie mir mi plato vaco.

    Perfecto. Suspire.

    Ya sabes, Bella, puedes dejarle que cocine para nosotros de nuevo alguna vez, insinu.

    Dirig a Edward una mirada oscura. Estoy segura de que lo har, pap.

    No fue hasta que estuvimos al otro lado de la puerta cuando Charlie se despertcompletamente. Edward tena su brazo alrededor de mi cintura, para el equilibrio y el apoyo,mientras cojeaba en el inestable zapato.

    Mm, parecesmuy mayor, Bella. Poda or el principio de la desaprobacin paternal.

    Alice me visti. No pude decir mucho en algo.

    Edward ri tan bajo que solo le o yo.

    Bien, si Alice se abland. Ests guapa, Bells se detuvo con un rayo astuto en sus ojos.As que, debera estar esperando que aparezca algn joven ms en esmoquin esta noche?gem y Edward ri disimuladamente. Como poda alguien ser tan inconsciente como Tyler, nolo poda entender. No era como si Edward y yo hubisemos sido reservados en el instituto.bamos y volvamos juntos, me haba llevado a todas mis clases, me sentaba con l y su familiaen la comida, y l tampoco era tmido en cuanto a besarme ante testigos. Tyler claramentenecesitaba ayuda profesional.

    Eso espero, Edward sonri a mi padre. Hay un refrigerador repleto de sobrasdiles que seayuden a si mismas.

    No creosas son mas, murmur Charlie.

    Apunta los nombres para mi, Charlie, El indicio de amenaza en su voz era probablementeslo audible para m.

    Ah, ya basta! orden.

    Agradecidamente, al final nos metimos en el coche y nos fuimos.

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    De compras con AliceEl coche era liso, blanco y potente; sus ventanas estaban tintadas de un negro limo. El motorronrone como un gran coche mientras nos apresurbamos a travs de la oscura noche.Jasper conduca con una mano, despreocupadamente segn pareca, pero el poderoso cochevol hacia delante con perfecta precisin.

    Alice se sent conmigo en el asiento de piel negra. De alguna manera, durante la larga noche,mi cabeza haba acabado contra su cuello de granito, sus fros brazos envolvindome, sumejilla apoyada en lo alto de mi cabeza. El frente de su fina camisa de algodn estaba fro,hmedo por mis lgrimas. Ahora y entonces, si mi respiracin creca desigual, ella murmurarade forma calmante; en su veloz y aguda voz, los estmulos sonaban como cantando. Paramantenerme en calma, me centr en el tacto de su fra piel; era como una conexin fsica conEdward.

    Ambos me haban aseguradocuando me percat, con pnico, de que todas mis cosasseguan en la furgoneta- que dejarlo atrs era necesario, algo que hacer con el olor. Me dijeronque no me preocupara por las ropas ni el dinero. Trataba de creerles, haciendo un esfuerzopara ignorar lo incmoda que estaba en el equipo de prueba de Rosalie (? supongo que serefiere a alguna ropa de Rosalie, un chndal, no s). Era una cosa trivial de la que

    preocuparse.

    En las llanas carreteras, Jasper nunca condujo el robusto coche a menos de 120 millas porhora. Pareca completamente inconsciente de los lmites de velocidad, pero nunca vimos uncoche patrulla. Las nicas rupturas en la monotona de la conduccin fueron las dos paradasque hicimos para carburante. Not ociosa que Jasper fue adentro a pagar a efectivo ambasveces.

    El amanecer comenz a abrirse cuando estbamos en alguna parte en el norte de California.Mir con los ojos secos, semicerrados, como la luz gris se irradiaba a travs del cielodespejado. Estaba exhausta, pero el sueo haba desaparecido, mi mente demasiado llena deimgenes perturbadoras como para relajarme en la inconsciencia. La destrozada expresin deCharlieel brutal gruido de Edward, con los dientes al descubierto- la penetrante mirada fija

    del perseguidorla expresin triste de Laurent- la mirada muerta en los ojos de Edwarddespus de que l me besara la ltima vez; como si todava centellearan frente a mis ojos, missentimientos alternando entre el terror y la desesperacin.

    En Sacramento, Alice pidi a Jasper que parara, para conseguirme comida. Pero sacud micabeza cansadamente, y le dije que siguiese conduciendo con voz apagada.

    Unas pocas horas despus, en un suburbio a las afueras de L.A. (Los ngeles), Alice le volvia hablar suavemente, y l sali de la autova al sonido de mis dbiles protestas. Un gran centrocomercial era visible desde la autova, y se dirigi all, entrando en el estacionamiento, abajo enla planta subterrnea para aparcar.

    Qudate en el coche, le orden a Jasper.

    Ests segura? l sonaba receloso.

    No veo a nadie ms por aqu, dijo ella. l asinti, accediendo.

    Alice me cogi de la mano y me sac del coche. Se aferr a mi mano, mantenindome cercade ella mientras caminbamos por el oscuro garaje. Ella rode el borde del garaje,mantenindose en las sombras. Apreci cmo su piel pareca brillar en la luz del sol que sereflejaba de la acera. El centro comercial estaba abarrotado, varios grupos de compradorespasaban, algunos girando la cabeza para vernos pasar cerca.

    Caminamos bajo un puente que cruzaba desde el nivel superior del aparcamiento al segundolocal de un gran almacn, siempre mantenindonos fuera de la luz solar directa.

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    Una vez dentro, bajo las luces fluorescentes del almacn, Alice pareca menos destacadasimplemente una muchacha alarmantemente plida, pero con oscuros ojos y pelo negropuntiagudo. Estaba segura de que las ojeras bajo mis propios ojos eran ms evidentes que lassuyas. Todava captamos la atencin de alguno que ech un vistazo en nuestra direccin. Mepreguntaba lo que pensaban que vean. La delicada y danzarina Alice, con su llamativo rostrode ngel, vestida de un modo ligero, plidas prendas que no disminuan lo suficiente su

    palidez, manteniendo sus manos conmigo, obviamente controlando, mientras yo arrastrabacansadamente mis torpes pies pero costosas ropas, mi agarrotado pelo enrollado en nudos ami espalda.

    Alice me condujo inevitablemente a la tienda de alimentos.

    Qu quierescomer?

    El olor de las comidas rpidas grasientas dobl mi estmago. Pero la mirada de Alice nodejaba lugar a la persuasin. Ped sin entusiasmo un bocadillo de pavo.

    Puedo ir al bao? pregunt en cuanto nos dirigimos a la cola.

    Vale, y cambi de direccin, sin soltar mi mano.

    Puedo ir sola. La atmsfera banal del genrico centro comercial me hizo sentir lo ms normalque haba tenido desde nuestro desastroso juego de anoche.

    Lo siento, Bella, pero Edward va a leer mi mente cuando est aqu, y si ve que te he dejadofuera de mi vista durante un minuto ella se calm, no dispuesta a contemplar las horriblesconsecuencias.

    Al menos esper fuera del abarrotado cuarto de bao. Me lav la cara, as como las manos,ignorando las asustadas miradas de las mujeres de m alrededor. Trat de peinarme el pelocon los dedos, pero rpidamente me rend. Alice cogi mi mano de nuevo en la puerta, yvolvimos lentamente a la cola de la comida.

    Yo estaba retrasndome, pero ella no se mostraba impaciente conmigo.

    Me miraba comer, primero despacio y luego ms deprisa a medida que volva mi apetito. Bebla soda que ella me compr tan rpido que me dej por un momentosin quitarme la vista deencima, claro- para conseguirme otra.

    La comida que t comes es definitivamente ms conveniente coment cuando acab, perono parece ms divertido.

    Me imagino que cazar es ms excitante.

    No te haces idea. Centelle con una amplia sonrisa de brillantes dientes, y varias personas

    giraron la cabeza en nuestra direccin.

    Tras tirar nuestra basura, me condujo por lo anchos pasillos del centro comercial, sus ojosreluciendo aqu y all ante algo que ella quera, acarrendome junto a ella en cada parada. Sedetuvo por un momento ante una cara boutique para comprar tres pares de gafas de sol, dosde mujer y uno de hombre. Not la mirada del vendedor hacia ella con una nueva expresincuando ella le entreg una inusual y pulcra tarjeta de crdito con lneas doradas cruzndola.Encontr una tienda de accesorios donde tom un cepillo y gomas del pelo.

    Pero en realidad no dej los negocios hasta que me introdujo en el tipo de tiendas que yonunca frecuentaba, porque el precio de un par de calcetines estaba fuera de mi alcance.

    Tienes aproximadamente una talla 2. Era una declaracin, no una pregunta.

    Me utiliz como una mula de carga, lastrndome con una escalonada cantidad de ropa. Aqu y

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    all poda verla alcanzando una talla extra-pequea cuando escoga algo para ella misma. Lasprendas que seleccionaba para s misma eran todas en materiales ligeros, pero con longitud olargas hasta el suelo, diseadas para cubrir el mximo posible de su piel. Un sombrero negrode paja de ala ancha coron la montaa de ropas.

    La dependienta tuvo una reaccin similar ante la inusual tarjeta de crdito, volvindose ms

    servicial, y llamando a Alice seorita. Aunque el nombre que pronunci era desacostumbrado.Una vez de nuevo fuera del centro comercial, con nuestros brazos cargados de bolsas, de lascuales ella cargaba la parte de un len, le pregunt sobre ello.

    Qu te llam?

    Esa tarjeta de crdito dice Rachel Lee. Vamos a ser muy cuidadosos para no dejar ningn tipode pista para el rastreador. Vayamos a cambiarte.

    Pens sobre ello cuando ella me llev de vuelta a los aseos, ponindome en el recinto paraminusvlidos de modo que tuviera sitio para moverme. La escuch rebuscando en las bolsas,para finalmente pasarme un ligero vestido azul de algodn por encima de la puerta. Agradecidame quit los vaqueros muy largos y muy ajustados de Rosalie, di un tirn a la blusa que me

    envolva en todos los lugares errneos, y se los arroj por encima de la puerta. Me sorprendipasndome un par de suaves sandalias de piel por debajo de la puerta cundo las habaadquirido? El vestido me sentaba asombrosamente bien, el costoso corte evidente en lamanera en que encajaba a m alrededor.

    En cuanto dej el recinto not que estaba tirando las ropas de Rosalie a la papelera.

    Guarda tus zapatillas de deporte, dijo. Las puse arriba de una de las bolsas.

    Volvimos al garaje. Alice logr menos miradas esta vez; estaba tan cubierta por bolsas que supiel era apenas visible.

    Jasper estaba esperando. Se desliz fuera del coche ante nuestro acercamientoel maletero

    estaba abierto. Mientras alcanzaba primero mis bolsas, ech a Alice una mirada sarcstica.

    Saba que deba haber ido, murmur.

    S, reconoci ella, te habran apreciado en el bao de mujeres.

    l no respondi.

    Alice removi rpidamente entre sus bolsas antes de ponerlas en el maletero. Le pas a Jasperun par de gafas de sol, ponindose ella otro par. Me pas el tercer par, y el cepillo del pelo. Ysac una camisa larga, fina, negra transparente, ponindosela encima de su camiseta,dejndola abierta.

    Por ltimo, aadi el sombrero de paja. En ella, el improvisado traje pareca corresponder auna pista de aterrizaje (? runway). Ella agarr un puado ms de ropas y, envolvindolas enuna bola, abri la puerta trasera e hizo una almohada sobre el asiento.

    Necesitas dormir ya, orden firmemente. Avanc despacio y obedientemente en el asiento,posando mi cabeza al instante, acurrucndome en mi lado. Estaba medio dormida cuando elcoche arranc.

    No deberas haberme comprado todas estas cosas mascull.

    No te preocupes por eso, Bella. Duerme. Su voz era reposada.

    Gracias, suspir, y ca en un incmodo sueo.

    Fue el dolor de dormir en una posicin apretada lo que me despert. Estaba todava exhausta,

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    pero de repente estaba nerviosa en cuanto record dnde estaba. Me sent para ver el Valledel Sol fuera, delante de m; la extensin amplia, llana, de tejados, palmeras, autopistas, nieblatxica y piscinas, abrazada por los peascos pequeos y rocosos que llamamos montaas.Estuve sorprendida de no sentir ninguna sensacin de alivio, slo una aoranza fastidiosa delos cielos lluviosos y los espacios verdes del lugar que para m significa Edward. Sacud micabeza, intentando hacer retroceder el inicio de desesperacin que amenazaba con

    abrumarme.

    Jasper y Alice estaban hablando; conocedores, estoy segura, de que estaba consciente denuevo, pero no dieron ninguna seal de ello. Sus veloces y suaves voces, una grave, unaaguda, enlazndose musicalmente a m alrededor. Deduje que estaban discutiendo dndepermanecer.

    Bella, Alice se dirigi a m casualmente, como si ya fuera parte de la conversacin, Cul esel camino al aeropuerto?

    Sigue por la I-10 dije automticamente, pasaremos justo por l.

    Pens por un momento, mi cerebro todava confuso por el sueo.

    Vamos a volar a algn sitio? pregunt.

    No, pero es mejor estar cerca, por si acaso. Abri su telfono mvil, y por lo visto llam ainformacin. Hablaba ms despacio de lo habitual, preguntando por hoteles cerca delaeropuerto, de acuerdo con una sugerencia, luego esperando mientras era puesta en contacto.Hizo reservas para una semana bajo el nombre de Christian Bower, recitando a toda prisa unnmero de tarjeta de crdito sin siquiera mirarlo. La escuch repitiendo direcciones por el biendel operador; estoy segura de que ella no necesitaba ayuda con su memoria.

    La vista del telfono me haba recordado mis responsabilidades.

    Alice, dije cuando ella acab. Necesito llamar a mi padre. Mi voz era seria. Ella me pas el

    telfono.

    Era a ltima hora de la tarde; estaba deseando que l estuviera en el trabajo. Pero respondi alprimer tono. Me abat, imaginando su ansiosa cara por el telfono.

    Pap? dije vacilante.

    Bella! Dnde ests, cario? la fuerte revelacin llen su voz.

    Estoy en la carretera. No era necesario hacerle saber que yo haba hecho un recorrido de 3das durante la noche.

    Bella, tienes que dar la vuelta.

    Necesito ir a casa.

    Cario, hablemos de esto. No necesitas irte slo por un chico. Podra decir que l estabasiendo muy cuidadoso.

    Pap, dame una semana. Necesito pensarme las cosas, y luego decidir si vuelvo. No tienenada que ver contigo, de acuerdo? Mi voz tembl levemente, te quiero, pap. Sea lo quesea lo que decida, te ver pronto. Lo prometo.

    De acuerdo, Bella. Su voz era resignada. Llmame cuando llegues a Phoenix.

    Te llamar desde casa, pap. Adis.

    Adis, Bella. Vacil antes de colgar.

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    Por lo menos estaba de buenas con Charlie de nuevo, pens mientras devolva el telfono aAlice. Ella me observaba atentamente, quizs esperando por otro bajn emocional. Pero yoslo estaba muy cansada.

    La familiar ciudad vol por mi oscura ventanilla. El trfico era ligero. Transitamos rpidamente

    por el centro de la ciudad y luego viramos alrededor de la parte norte de Sky HarbourInternational, girando al sur en Temple. Slo en el otro lado del hmedo cauce del Ro Salt (Rode la Sal), a una milla o as del aeropuerto, Jasper sali ante la orden de Alice. Ella le dirigifcilmente a travs de las superficiales calles a la entrada del aeropuerto Hilton.

    Yo haba estado pensado en el Motel 6, pero estaba segura de que ellos se cepillarancualquier preocupacin por el dinero. Aparentaban tener una reserva sin fin.

    Entramos en el aparcamiento bajo la sombra de un gran toldo, y dos botones se colocaronrpidamente al lado del impresionante automvil. Jasper y Alice bajaron del coche,parecindose mucho a estrellas del cine con sus oscuras gafas. Yo baj torpemente, rgida porlas largas horas en el coche, sintindolo acogedor. Jasper abri el maletero, y el solcitopersonal rpidamente coloc nuestras bolsas de la compra en un carrito. Estaban demasiado

    bien entrenados como para mostrar ninguna mirada sorprendida ante nuestra carencia de unverdadero equipaje.

    El coche haba estado muy fresco en su oscuro interior; andando por la tarde de Phoenix, hastaen la sombra, era como pegar mi cabeza dentro de un horno de asar. Por primera vez en eseda, me sent en casa.

    Jasper cruz en un paso con seguridad por el vestbulo vaco. Alice se mantuvo con cuidado ami lado, los botones tras nosotros llevando con impaciencia nuestras cosas. Jasper se acercal escritorio con su aire inconscientemente majestuoso.

    Bower, fue todo lo que dijo a la aparentemente profesional recepcionista. Ella rpidamenteproces la informacin, con slo un mnimo vistazo hacia el dolo de pelo dorado delante de l

    traicionando su cuidadosa eficiencia.

    Fuimos conducidos rpidamente a nuestra gran suite. Saba que los dos dormitorios eran pormera apariencia. Los botones descargaron eficientemente nuestras bolsas mientras mesentaba cansadamente en el sof y Alice danzaba a examinar otros espacios. Jasper les dio lamano cuando se iban, y la mirada que intercambiaron en su salida hacia la puerta era ms quesatisfecha; era complacida. Luego estuvimos solos.

    Jasper fue a las ventanas, cerrando los dos niveles de cortinas con seguridad. Alice apareci ydej caer un men de servicio de habitaciones en mi regazo.

    Pide algo aconsej.

    Estoy bien, dije sin entusiasmo.

    Me lanz una oscura mirada, y recuper el men. Quejndose de algo acerca de Edward,levant el telfono.

    Alice, de verdad, comenc, pero me mir en silencio. Apoy mi cabeza en el reposabrazosdel sof y cerr los ojos.

    Una llamada en la puerta me despert. Salt tan rpido que me deslic por la derecha del sofal suelo y me golpe la frente contra la mesa de centro.

    Ouh, dije, aturdida, acaricindome la cabeza.

    Escuch a Jasper rerse una vez, y levant la vista para verle tapndose la boca, intentandoahogar el resto de su diversin. Alice lleg a la puerta, presionando sus labios firmemente, los

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    bordes de su boca estirndose.

    Me ruboric y me ech hacia atrs en el sof, sosteniendo mi cabeza en mis manos. Era micomida; el olor de carne roja, queso, ajo y patatas arremolinndose de manera atractiva a mialrededor. Alice llev la bandeja tan hbilmente como si hubiera sido camarera durante aos, yla coloc en la mesa ante mis rodillas.

    Necesitas protenas explic, levantando la plateada tapa semiesfrica (literalmente cpula,pero se refiere a esas campanas de metal que salen en las pelis de hoteles elegantes tapandolos alimentos) para mostrar un gran filete y una decorativa escultura de patata. Edward noestar contento contigo si tu sangre huele anmica cuando l est aqu. Estaba segura de queestaba bromeando.

    Ahora que poda oler la comida estaba hambrienta de nuevo. Com veloz, sintiendo volver mienerga en cuanto los azcares llegaron a mi torrente sanguneo. Alice y Jasper me ignoraban,viendo las noticias y hablando tan rpida y calladamente que no pude entender ni una palabra.

    Un segundo golpe son en la puerta. Salt sobre mis pies, evitando por poco otro accidentecon la medio vaca bandeja en la mesa de centro.

    Bella, necesitas calmarte dijo Jasper, mientras Alice responda a la puerta. Un miembro delpersonal de limpieza le dio una pequea bolsa con el logotipo del Milton y se fue rpidamente.Alice lo trajo y me lo entreg. Lo abr para encontrar un cepillo de dientes, pasta de dientes, ytodas las dems cosas crticas que me haba dejado en mi camioneta. Las lgrimasaparecieron en mis ojos.

    Sois tan amables conmigo, mir a Alice y luego a Jasper, agobiada.

    Haba notado que Jasper era normalmente el ms cuidadoso en mantener las distanciasconmigo, de modo que me sorprendi cuando vino a mi lado y coloc su mano en mi hombro.

    Ahora eres parte del clan, brome, sonriendo calurosamente. De repente sent un pesado

    agotamiento fluyendo por mi cuerpo; mis prpados eran de alguna manera demasiado pesadospara mantenerse abiertos.

    Muy sutil, Jasper escuch a Alice decir en tono sarcstico. Sus fros y delgados brazosresbalaron bajo mis rodillas y a mis espaldas. Ella me levant, pero yo estaba dormida antes deque me depositara en la cama.

    Era muy temprano cuando me despert. Haba dormido bien, sin sueos, y estaba ms alertade lo que sola estar al despertar. Estaba oscuro, pero haba destellos azulados de luzproviniendo desde debajo de la puerta. Alcanc el lado de la cama, intentando encontrar unalmpara en la mesilla de noche. Una luz apareci sobre mi cabeza, resopl, y Alice estaba all,arrodillndose a mi lado en la cama, su mano en la lmpara que fue insensatamente montadasobre la cabecera.

    Lo siento, dijo mientras yo me desplomaba de alivio hacia atrs, sobre la almohada. Jaspertiene razn, continu, necesitas relajarte.

    Bien, no le digas eso a l,me quej. Si l intenta relajarme ms, entrar en coma.

    Se ri tontamente. Lo has advertido, eh?

    Si l me golpeara la cabeza con un sartn habra sido menos obvio.

    Necesitabas dormir. Se encogi de hombros, sonriendo todava.

    Y ahora necesito una ducha, hala! Me di cuenta de que todava llevaba el ligero vestido azul,

    el cual estaba ms arrugado de lo que tena derecho a estar. Mi boca saba turbia.

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    Creo que vas a tener una magulladura en la frente, mencion mientras me diriga al bao.

    Despus de haberme aseado, me sent mucho mejor. Me puse las prendas que Alice dej param en la cama, una camisa verde militar que pareca estar hecha de seda, y pantalones cortosmarrones de lino. Me sent culpable, ya que mis nuevas cosas eran mucho ms agradablesque cualquiera de las prendas que haba dejado atrs.

    Fue agradable hacer algo por fin con mi pelo; los champes del hotel eran de una marca debuena calidad y mi pelo resplandeci de nuevo. Me tom mi tiempo en secarlo con perfectarectitud. Tuve el presentimiento de que no haramos gran cosa hoy. Una estrecha inspeccinen el espejo revel una sombra oscureciendo mi frente. Fabuloso.

    Cuando al fin aparec, la luz brillaba al mximo alrededor de los bordes de las gruesas cortinas.Alice y Jasper estaban sentados en el sof, mirando fija y pacientemente la televisin, con elsonido casi apagado. Haba una nueva bandeja de comida en la mesa.

    Come, dijo Alice, sealndola firmemente.

    Me sent obediente en el suelo, y com sin sentir la comida. No me gustaba la expresin de

    ninguna de sus caras. Estaban demasiado quietos. No apartaban la vista de la pantalla, nisiquiera cuando echaban anuncios. Empuj la bandeja a un lado, con el estmagorepentinamente revuelto. Alice mir hacia abajo ahora, observando con mirada disgustada labandeja todava llena.

    Qu es lo que va mal, Alice? pregunt dcilmente.

    Todo va bien. Me mir con ojos abiertos y sinceros que no me cre ni por un segundo.

    Bien, qu hacemos ahora?

    Esperaremos a que Carlisle llame.

    Y no debera haber llamado ya? Me pareci que me iba acercando al meollo del asunto. Losojos de Alice revolotearon desde los mos hacia el telfono que estaba encima de su bolso;luego volvi a mirarme.

    Qu significa eso? me temblaba la voz y luch para controlarla, qu quieres decir con queno han llamado?

    Simplemente que no tienen nada que decir. Pero su voz sonaba demasiado montona y elaire se me hizo ms difcil de respirar.

    Bella, dijo Jasper con una voz sospechosamente tranquilizadora, no tienes de qupreocuparte. Aqu ests completamente a salvo.

    Crees que es por eso por lo que estoy preocupada? pregunt con incredulidad.

    Entonces por que? l estaba tambin confundido. Aunque poda sentirel tono de misemociones, no poda saber las razones que las motivaban.

    Ya oste a Laurent, mi voz era slo un susurro, pero estaba segura de que poda orme, sinduda. Dijo que James era mortfero. Qu pasa si algo va mal y se separan? Si cualquiera deellos sufriera algn dao, Carlisle, Emmett Edward... Tragu saliva. Si esa mujer brutal lehace dao a Carol o Esme... hablaba cada vez ms alto, y en mi voz apareci una nota dehisteria. Cmo podr vivir despus sabiendo que fue por mi culpa? Ninguno de vosotrosdebera arriesgarse por m...

    Bella, Bella, para... me interrumpi Jasper, sus palabras fluyendo rpidamente. Te preocupas

    por lo que no debes, Bella. Confa en m en esto: ninguno de nosotros est en peligro. Yasoportas demasiada presin tal como estn las cosas, no hace falta que le aadas todas esas

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    innecesarias preocupaciones. Escchame! me orden, porque yo haba vuelto la mirada aotro lado. Nuestra familia es fuerte. Nuestro nico temor es perderte.

    Pero por qu...? Alice me interrumpi esta vez, tocndome la mejilla con sus dedos fros.

    Edward lleva solo casi un siglo. Ahora te ha encontrado, y nuestra familia est completa.

    Crees que podramos mirarle a la cara los prximos cien aos si te pierde?

    La culpa remiti lentamente cuando me sumerg en sus ojos oscuros. Pero, incluso mientras lacalma se extenda sobre m, saba que no poda confiar en mis sentimientos con Jasperpresente.

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    Narcticos

    (Este fragmento va despues del corte inical de Bella en casa de los Cullen donde en unprincipio el corte era ms profundo y Carlislie le receta Percocet para el dolor):

    Me desplom sobre la almohada, jadeando, con la cabeza dndome vueltas. El brazo ya nodola, pero no saba si era debido al efecto calmante que me haba provocado el beso. Algotir, escurridizo, de los bordes de mi memoria...- Lo siento dijo, tambin sin aliento -. Eso es pasarse de la raya.Para mi propia sorpresa, me re tontamente.- Qu gracioso farfull, y solt otra risita tonta.l frunci el ceo en la oscuridad. Pareca serio. Era para morirse de risa.Me tap la boca para amortiguar la risa que Charlie habra odo.- Bella, nunca has tomado Percocet antes?- No creo me re tontamente de nuevo - Por qu?Entorn los ojos, y no pude parar de rer.- Cmo est tu brazo?- No puedo sentirlo. Est ah todava?Suspir cuando me re de nuevo.- Intenta dormir, Bella.- No, quiero que me beses otra vez.- Ests sobreestimando mi autocontrol.Me re por lo bajo.- Qu te tienta ms, mi sangre o mi cuerpo? mi pregunta me hizo rer.- Hay un empate sonri abiertamente a pesar de s mismo -. Nunca te he visto colocada. Eresmuy divertida.- No estoy colocada intent contener las risitas tontas para probarlo.- Duerme hasta que se te pase sugiri.Comprend que me estaba poniendo en ridculo, lo cual no era raro, pero an era embarazoso,as que segu su consejo. Puse mi cabeza en su hombro de nuevo y cerr los ojos. De vez encuando se me escapaba otra risita histrica. Pero eso se hizo ms infrecuente a medida quelas drogas me adormecan hacia la inconsciencia.

    * * *

    Me senta realmente fatal por la maana. Mi brazo quemaba, y me dola la cabeza. Edward dijoque yo tena resaca, y me recomend Tylenol bastante ms que Percocet antes de besar mifrente con indiferencia y sumergirse fuera de mi ventana.No pude aliviar mi presentimiento de que la expresin de su cara era lejana y afable. Estabaalgo preocupada por las conclusiones a las que l podra haber llegado durante la nochemientras me vea dormir. La ansiedad pareca aumentar la intensidad de los fuertes latidos demi cabeza.Tom una doble dosis de Tylenol, tirando el pequeo frasco de Percocet en la papelera delbao.

    Las letras en cursiva pertenecen a palabras de Stephenie explicando las

    escena que cort de un captulo de Luna Nueva

    Esta es la seccin ms larga que cort de Luna Nueva; es la mayor parte del captulo

    seis original (Declaracin, entonces atrs), ms siete escenas cortas quecontinuaban el argumento de la beca a lo largo de la novela, completamente al fin.

    Pienso que todo era un poco divertido, pero mis editores no estaban de acuerdo. No era

    necesario, as que fue sacrificado en el altar de la edicin.

    Escena uno: El da siguiente de que Bella fuese a ver la pelcula de zombis con Jessica:

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    Todava echaba de menos Phoenix en raras ocasiones, cuando era provocado.Ahora, por ejemplo, cuando me diriga al Banco Federal de Forks a depositar mi chequede pago. Qu no dara yo por la conveniencia de un llegado, cajero automtico. O por lo

    menos el anonimato de un extrao detrs de la mesa.

    Buenas tardes, Bella, me salud la madre de Jessica.

    Hola, seora Stanley.

    Es muy agradable que pudieses salir con Jessica la noche pasada. Estaba siendodemasiado largo. Me chasque la lengua, sonriendo para hacer con esto un sonidoamistoso. Algo en mi expresin tena que estar mal, porque la sonrisa fuerepentinamente de madera, y desliz su mano nerviosamente a travs de su pelo, dondese atasc durante un minuto; su pelo era exactamente tan rizado como el de Jessica, y

    rociado para arreglar sus rgidos rizos.

    Sonre otra vez, comprendiendo tambin que era un segundo tarde. Mi tiempo dereaccin estaba oxidado.

    S, sonre con la esperanza de que mi tono fuese sociable. He estado muyocupada, ya sabes. El instituto el trabajo Me apresur para pensar en aadir algoms a mi corta lista, pero me haba quedado en blanco.

    Seguro, sonri ms clidamente, probablemente feliz de que mi respuesta sonaraalgo ms normal y bien ajustada.

    De repente se me ocurri que quiz no estaba bromeando conmigo cuando asumcul era la razn tras su sonrisa. Quin sabe que le habra dicho Jessica sobre la nochepasada. Cualquiera que fuera, no estaba totalmente sin confirmar. Era la hija de laexcntrica ex de Charliela demencia puede ser gentica. La primera socia deanormales del pueblo; salt el pasado rpidamente, estremecindome. Vctima recientede un coma andante. Decid que haba un argumento bastante bueno para estar loca, ansin contar las voces que oa ahora, y me pregunt si la seora Stanley pensaba realmenteeso.

    Debi haber visto la especulacin en mis ojos. Mir rpidamente hacia otro lado,fuera de las ventanas detrs de m.

    Trabajo, repet, llamando de nuevo su atencin mientras pona el cheque sobreel mostrador. Por eso es por lo que estoy aqu, por supuesto.

    Sonri de nuevo, su barra de labios se estaba agrietando a medida que progresabael da, y estaba claro que haba pintado sus labios mucho ms de lo que estaban enrealidad.

    Cmo le van las cosas a los Newton? pregunt alegremente.

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    Bien, recogiendo lo de temporada. Dije automticamente, aunque ella conducapor el aparcamiento del Olimpyc Outfitter mucho todos los daspodra haber vistocoches desconocidos. Probablemente conoca la bajada y el flujo de los negocios decampistas mucho ms que yo.

    Movi la cabeza ausentemente mientras tecleaba claves en el ordenador frente aella. Mis ojos deambulaban a travs del mostrador marrn oscuro, con sus ms desetenta lneas naranja brillante adornando los bordes. Las paredes y la alfombra habansido modernizadas con un gris ms neutro, pero el mostrador atestiguaba el decoradooriginal de la construccin.

    Hmmm, murmur la seora Stanley en un tono ms alto de lo normal. Volvpara echarle un vistazo, slo medio interesada, preguntndome si habra una araa en elescritorio que la haba asustado.

    Pero sus ojos todava estaban pegados en la pantalla del ordenador. Sus dedos

    estaban inmviles ahora, su expresin sorprendida e incmoda. Esper, pero no dijonada ms.

    Algo est mal? Estaban tratando los Newton de pasar cheques sin fondos?

    No, no, farfull rpidamente, mirndome con un extrao resplandor en los ojos.Pareca estar reprimiendo algn tipo de emocin. Eso me record a Jessica cuando tenaalgn nuevo chisme que se mora por compartir.

    Quieres que te imprima tu balance? Pregunt la seora Stanley ansiosamente.No era mi hbitomi cuenta creca tan predecible y lentamente que no era difcil hacerel clculo en mi cabeza. Pero el cambio en su tono me hizo curiosa. Qu haba en lapantalla del ordenador que la fascinaba?

    Claro, coincid.

    Tecle una clave, y la impresora escupi rpidamente un corto documento.

    Aqu tienes. Arranc el papel con tanta prisa que lo rasg por la mitad.

    Oops, siento mucho esto. Revolote alrededor de la mesa, sin encontrarse nunca

    con mi mirada curiosa, hasta que encontr un rollo de cinta. Peg los dos trozos depapel juntos y los empuj hacia m.

    Er, gracias, murmur. Con el trozo de papel en la mano, gir y me dirig a lapuerta principal, echando una rpida mirada para ver si poda decir cul era el problemade la seora Stanley.

    Pensaba que mi cuenta deba tener sobre mil quinientos treinta y cinco dlares. Meequivoqu, eran treinta y seis con cincuenta, en vez de treinta y cinco.

    Y haba veinte de los grandes extra, tambin.

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    Me qued helada en el sitio, intentando entender los nmeros. La cuenta estabaveinte mil dlares por encima antes de mi depsito de hoy, los que entonces haban sidoagregados correctamente.

    Durante un minuto consider cerrar mi cuenta inmediatamente. Pero, suspirando

    una vez, volv al mostrador donde la seora Stanley estaba esperando con brillantes einteresados ojos.

    Aqu tiene que haber un error del ordenador, seora Stanley, le dije,devolvindole la hoja de papel. Slo deben ser los mil quinientos treinta y seis concincuenta.

    Sonri con complicidad. Creo que parece un poco raro.

    En mis sueos, Bien? sonre tambin, impresionndome a m misma con lanormalidad de mi tono.

    Tecle enrgicamente.

    Veo el problema aqu hace tres semanas aparece un depsito de veinte milde hmmm, otro banco segn parece. Imagino que alguien dio los nmeros mal.

    Cuntos problemas tendr si retiro el dinero? Me burl.

    Se ri ausentemente mientras continuaba tecleando.

    Hmmm, dijo otra vez, su frente se arrug en tres profundas rayas. Esto pareceque fue una transferencia por cable. No tenemos muchas de stas. Sabes qu? Voy ahacer que la seora Gerandy le eche un vistazo a esto su voz se arrastr mientras segiraba lejos de la computadora, su cuello se estir para examinar la puerta abierta detrsde ella. Charlotte, ests ocupada? la llam.

    No hubo respuesta. La seora Stanley cogi el extracto y camin rpidamente atravs de la puesta trasera donde deban estar las oficinas.

    La mir despus durante un minuto, pero no reapareci. Gir alrededor y mirausentemente fuera de las ventanas delanteras, viendo la lluvia deslizarse hacia abajo

    por el cristal. La lluvia caa en impredecibles riachuelos, a veces inclinada por el viento.No llev la cuenta del tiempo mientras esperaba. Intent mantener mi mente flotando enblanco, pensando en nada, pero pareca que no poda volver a ese estado desemiinconsciencia.

    Finalmente o voces detrs de m otra vez. Me gir para ver a la seora Stanley y ala mujer del Dr. Gerandy sacando archivos de la habitacin delantera con la mismasonrisa educada en ambas caras.

    Lo siento por esto, Bella, dijo la seora Gerandy. Debo poder aclarar estoarriba con una llamada telefnica verdaderamente corta. Puedes esperar si quieres.

    Gesticul a la hilera de sillas de madera contra la pared. Pareca que pertenecan a lamesa del cuarto de estar de alguien.

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    Vale, asent. Camin sobre las sillas y me sent justo en la de en medio,deseando de repente tener un libro. No haba ledo nada durante un tiempo, fuera delinstituto. E incluso despus, cuando algunas ridculas historias de amor eran parte delplan de estudios, hara trampas con notas de roca. Era un alivio estar trabajando enGranja animal ahora. Pero tena que haber otros libros seguros. Novelas polticas.

    Misteriosos asesinatos. Los asesinatos horripilantes no eran un problema; justo tantotiempo como no haba estrellado los ojos con el que tratar un argumento secundarioromntico.

    Esper tanto tiempo que me irrit. Estaba cansada de mirar la aburrida habitacingris, sin una pintura que aliviase las blancas paredes. No poda ver a la seora Stanleymientras se arrastraba a travs de las pilas de papeles, parndose de vez en cuando parameter alguna cosa en el ordenadorme miraba alguna vez, y despus coga mi mirada,pareca incmoda y abandonaba un archivo. Poda or la voz de la seora Gerandy, untenue murmullo que se desviaba fuera de la habitacin trasera, pero no era losuficientemente claro para decirme nada de la manera en que haba mentido acerca de la

    longitud necesaria de la llamada telefnica. Haba sido tan largo que cualquiera podraestar esperando mantener en blanco su mente, y si esto no terminaba pronto, yo no seracapaz de ayudar. Poda tener que pensar. Estaba siendo presa del pnico rpidamente,intentando subir con seguridad el objeto del pensamiento.

    Estaba salvada con la reaparicin de la seora Gerandy. Le sonre agradecidacuando asom su cabeza por la puerta, su fino, blanco pelo captaron mi atencin almismo tiempo.

    Bella, Te importara reunirte conmigo? pregunt, y me di cuenta de que tena eltelfono apretado contra su oreja.

    Claro, murmur mientras ella desapareca.

    La seora Stanley tuvo que abrir la mitad de las puertas del final del mostradorpara dejarme pasar. Su sonrisa era ausente, no se encontr con mis ojos. Yo estabaabsolutamente segura que estaba planeando escuchar a escondidas.

    Mi mente corri a travs de todas las posibilidades concebibles mientras corrahacia atrs a la oficina. Alguien estaba blanqueando dinero a travs de mi cuenta. Oquiz Charlie estaba aceptando sobornos y yo estaba perdiendo su cubierta. Aunque

    Quin tendra esa clase de dinero con el que sobornar a Charlie? Quiz Charlie eraacosado, cogiendo sobornos, y utilizando mi cuenta para blanquear el dinero. No, nopoda imaginar a Charlie siendo acosado. Quiz era Phil. Cmo de bien conocarealmente a Phil, despus de todo?

    La seora Gerandy estaba an al telfono, y ella me indic con el mentn la sillade tijera de metal que encaraba su escritorio. Estaba garabateando rpidamente en elreverso de un sobre. Me sent, preguntndome si Phil tena un oscuro pasado, y si yoiba a ir a la crcel.

    Gracias, s. Bien, creo que eso es todo. S, s. Muchas gracias por su ayuda. La

    seora Gerandy derroch una sonrisa en el receptor de telfono antes del colgar. Nopareca enfadada o sombra. Ms excitada y confusa. Lo que me record a la seora

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    Stanley en el vestbulo. Juguete por un segundo con saltar a travs de la puerta yasustarla.

    Pero la seora Gerandy habl.

    Bien, creo que tengo unas muy buenas noticias para ti aunque no puedoimaginar cmo no habas sido informada de esto. Me mir crticamente, como siesperase que me golpease la frente y dijese, o ESOS veinte mil! Se me olvidcompletamente!

    Buenas noticias? puntualic. Las palabras implicaban que este misterio erabastante complicado de desentraar para ella, y daba la impresin de que yo era msrica de lo que habamos pensado unos minutos antes.

    Bueno, si realmente no lo sabes entonces felicidades! Te ha sido concedidauna beca de mir hacia abajo a sus notas garabateadas el Pacific Northwest Trust.

    Una beca? Repet con incredulidad.

    S, No es excitante? Dios mo, sers capaz de ir a cualquier universidad quequieras!

    Fue en ese preciso momento, mientras ella sonrea de oreja a oreja de felicidad pormi buena fortuna, cuando supe exactamente de dnde vena el dinero. A pesar de larepentina prisa del enfado, sospecha, ultraje y dolor, intent hablar calmadamente.

    Una beca que deposita veinte mil dlares en efectivo en mi cuenta, destaqu.En lugar de pagarlo a la escuela. Sin ninguna forma de cerciorarse de que utilizo todoel dinero para la escuela.

    Mi reaccin la ruboriz. Pareca estar ofendida por mis palabras.

    Sera muy imprudente no usar ese dinero para el propsito destinado, Bella,querida. Esto es una oportunidad nica en la vida.

    Por supuesto, dije cidamente. Y mencion esta Pacific Northwest Trust porqu me eligieron a m?

    Mir sus notas otra vez, y frunci un poco el ceo debido a mi tono.

    Es muy prestigiosa ellos no conceden una beca como esta todos los aos.

    Apostar.

    Me ech un vistazo y retir la mirada rpidamente. El banco de Seattle que manejalos fondos me expidi al hombre que a administra las asignaciones de beca. l dijo queesta beca es concedida basada en mritos, gnero y emplazamiento. Est destinada amujeres estudiantes de pueblos pequeos que no tienen las oportunidades disponibles de

    las grande ciudades.

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    Pareca que alguien pensaba que l estaba siendo divertido.

    Mritos? Pregunt con desaprobacin. Tengo un tres con siete puntos depromedio. Puedo llamar a tres chicas en Forks que tienen mejores grados que yo, y unade ellas es Jessica. Ademsnunca solicit esta beca.

    Ella estaba muy ruborizada ahora, cogiendo el bolgrafo y dejndolo otra vez,inquietante el colgante que llevaba entre su pulgar y su ndice. Oje a travs de susnotas otra vez.

    l mencion que fij sus ojos en el sobre, insegura de qu hacer con miactitud. No aceptan solicitudes. Funcionan mediante las solicitudes rechazadas de otrasbecas y escogen a los estudiantes que sienten que han sido injustamente pasados poralto. Ellos obtuvieron tu nombre de una solicitud que enviaste para la ayuda financiera

    basada en mritos para la Universidad de Washington.

    Sent que los extremos de mi boca descendan. No haba sabido que la solicitudhaba sido rechazada. Era algo que haba llenado hace mucho tiempo, antes...

    Y no haba hecho el seguimiento con ningunas otras posibilidades, aunque lasfechas topes pasaban por m. No pareca poder enfocar el futuro. Pero la Universidad deWashington era el nico lugar que podra mantenerme cerca de Forks y de Charlie.

    Cmo conseguan las solicitudes rechazadas? Pregunt con monotona.

    No estoy segura, querida. La seora Gerandy estaba infeliz. Quera excitacin yhaba obtenido hostilidad. Deseaba tener la manera de explicarle que la negatividad notena nada que ver con ella. Pero el administrador dej su nmero por si tena algunaspreguntaspuedes llamarle t misma. Estoy segura de que puede asegurarte de lo queeste dinero significa realmente para ti.

    No estaba dudando de eso. Querra ese nmero.

    Escribi rpidamente en un trozo rasgado de papel. Hice una nota mental de undonativo annimo de bloc de post-it para el banco.

    El nmero era de larga distancia. Supongo que no dej una direccin de correo

    electrnico? Pregunt escptica. No quera aumentar las facturas de Charlie.

    En realidad lo hizo, sonri, feliz de tener algo que yo pareca querer. Alcanz atravs de la mesa para escribir otra lnea en mi trozo de papel.

    Gracias, me pondr en contacto con l tan pronto como llegue a casa. Mi bocaera una lnea dura.

    Dulzura, dijo la seora Gerandy dudando. Deberas estar feliz con esto. Es unagran oportunidad.

    No voy a coger veinte mil dlares que no he ganado, repliqu, intentandomantener el rastro de indignacin fuera de mi voz.

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    Se mordi el labio, y mir abajo otra vez. Pensaba que yo estaba loca, tambin.Bueno, estaba dispuesta a hacerla decirlo en alto.

    Qu? exig.

    Bella hizo una pausa y esper con los dientes apretados. Es sustancialmentems que veinte mil dlares.

    Perdn? Me atragant. Ms?

    Veinte mil dlares es solamente el pago inicial, en realidad. A partir de ahorarecibirs cinco mil dlares todos los meses hasta que termines tu carrera universitaria. Site matriculas en cursos de postgrado, la beca continuar pagndote por ello! Se estabaemocionando otra vez, mientras me deca esto.

    No pude hablar al principio, estaba muy furiosa. Cinco mil dlares al mes que

    abarcaban un tiempo ilimitado. Quera romper algo.

    Cmo? Me las arregl para decir.

    No entiendes lo que significa para ti.

    Cmo obtendr cinco mil dlares al mes?

    Se transferirn a tu cuenta aqu, respondi, perpleja.

    Hubo un corto segundo de silencio.

    Cerrar esta cuenta ahora, dije con voz llana.

    Me llev quince minutos convencerla de que estaba seria. Ella tena uninterminable suministro de razones por la que eso era una mala idea. Argumentacaloradamente hasta que finalmente se me ocurri que ella estaba preocupada pordarme los veinte mil. Llevaron ellos esa cantidad en mano?

    Mira, seora Gerandy, la tranquilic. Slo quiero retirar mis mil quinientos.Realmente apreciara si transfirieras ese dinero de nuevo a donde procede. Lo resolver

    con esto - verifiqu el trozo de papel - El seor Isaac Randall. Realmente esto es unmisterio.

    Esto pareci que la relaj.

    Sobre veinte minutos despus, con un rollo de mil quinientos dlares, un deveinte, uno de diez, uno de cinco, uno de uno, y cincuenta centavos en mi bolsillo,escap del banco con alivio. La seora Stanley y la seora Gerandy permanecieron ladoa lado en el mostrador, mirndome fijamente despus con grandes ojos.

    ***

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    Escena dos: esa misma noche, despus de comprar las motocicletas y visitar a Jacob

    por primera vez

    Cerr mi puerta detrs de m, y saqu de mi bolsillo mi fondo para la universidad.Pareca un bonito rollo pequeo en la palma de mi mano. Lo met dentro de punta de uncalcetn desparejado y lo empuj al fondo del cajn de mi ropa interior. Probablementeno era el lugar ms original para esconderlo, pero me preocupara por proponer algoms creativo ms tarde.

    En mi otro bolsillo estaba el trozo de papel con el telfono de Isaac Randall y su

    direccin de correo electrnico. Lo rebusqu y lo coloqu en el teclado de mi ordenador,despus puls el botn de encendido, dando un golpecito con mi pie mientras la pantallabrillaba lentamente a la vida.

    Cuando estaba conectada, abr mi cuenta de correo gratuita. Me demor,tomndome tiempo en borrar la montaa de spam que se haba construido en los pocosdas desde que haba escrito a Renee. Finalmente haba terminado mi ocupado trabajo, yarranqu una caja nueva de la composicin.

    La direccin de correo era para irandall as que asum que ira directamente alhombre que necesitaba.

    Querido Sr. Randall, escrib.

    Espero que recuerde la conversacin que tuvo esta tarde con la seora Gerandy

    del Banco Federal de Forks. Mi nombre es Isabella Swan, y aparentemente usted tiene

    la impresin de que me ha sido concedida una generosa beca de la compaa Pacific

    Northwest Trust.

    Lo siento, pero no puedo aceptar esta beca. He preguntado si el dinero que haba

    recibido por transferencia se poda devolver a la cuenta de la que vino y liquid mi

    cuenta en el Banco Federal de Forks. Por favor conceda la beca a un candidatodiferente.

    Gracias. I. Swan.

    Me llev algunos intentos conseguir que sonase bienformal, y con un final sinambigedades. La le dos veces antes de enviarla. No estaba segura de qu clase deindicaciones haba recibido el seor Randall sobre las becas falsas, pero yo no poda verningn resquicio en mi respuesta.

    ***

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    Escena tres: pocas semanas antes de la cita de Bella y Jacob con las motocicletas.

    Cuando volv, cog el correo de la misma forma. Pas rpidamente las facturas y la

    propaganda, hasta que obtuve la carta de debajo del montn.

    Era un sobre normal de empresa, dirigido a mmi nombre estaba escrito a mano,lo cual era inusual. Mir la direccin del remitente con inters.

    Inters que rpidamente se torn en una nusea nerviosa. La carta provena de laOficina de Asignaciones de Becas del Pacific Northwest Trust. No haba la direccin dela calle bajo el nombre.

    Probablemente fuese un reconocimiento formal de mi renuncia, me dije a mmisma. No haba razn para sentirse nerviosa. Ninguna razn, excepto el pequeo

    detalle que pensando sobre cualquier parte de esto bastante a fondo quiz me mandehacia abajo en una espiral a la tierra del autmata. Slo eso.

    Deje el resto del correo en la mesa para Charlie. Reun mis libros en la planta de lasala de estar, y corr escaleras arriba. Una vez que estuve en mi habitacin, cerr lapuerta y rasgu el sobre para abrirlo. Tuve que acordarme de permanecer enfadada. Elenfado era la clave.

    Querida Seorita Swan,

    Permtame felicitarla formalmente por haberle sido concedida la prestigiosa Beca

    J. Nicholls del Pacific Northwest Trust. Esta beca slo es concedida infrecuentemente, y

    debera sentirse orgullosa de saber que el Comit de Asignaciones escogi su nombre

    unnimemente para este honor.

    Ha habido algunas pequeas dificultades para concederle su dinero de la beca,

    pero por favor no se preocupe. Me he tomado la molestia de ver que usted pone los

    menores inconvenientes posibles. Por favor encuentre el cheque bancario adjunto de

    veinticinco mil dlares; la concesin inicial ms tu primer mes de asignacin.

    Una vez ms la felicit por su logro. Por favor excepto los mejores deseos del

    todo el Pacific Northwest Trust por su futura carrera universitaria.

    Sinceramente,

    I.Randall

    El enfado no era problema.

    Mir en el sobre, y bastante segura, haba un cheque dentro.

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    Quin esesta gente? gru entre mis dientes apretados, arrugando la carta, conuna mano, en una apretada pelota.

    Con furia pis fuerte mi papelera, para encontrar el nmero de telfono del seor I.Randall. Sin preocuparme de que fuese de larga distanciaesto iba a ser una

    conversacin realmente corta.

    Oh, mierda, silb. La papelera estaba vaca. Charlie haba sacado mi basura.

    Tir el sobre con el cheque sobre la cama y alis la carta otra vez. Estaba en elpapel de la compaa, conDepartamento de Asignaciones de Becas Pacific Northwestescrito en verde oscuro cruzando la parte superior, pero no haba ms informacin, sindireccin, sin nmero de telfono.

    Joder.

    Hice plof en el borde de mi cama e intent pensar con claridad. Obviamente, ellosme ignoraban. No poda haber dejado mis sentimientos ms claros, as que esto no erauna mala comunicacin. Probablemente dara igual si llamase.

    As que slo haba una cosa que hacer.

    Volv a arrugar la carta, destrozando el sobre con el cheque, tambin, y me movsigilosamente escaleras abajo.

    Charlie estaba en la sala de estar, con la televisin encendida fuerte.

    Fui al fregadero de la cocina, y tir las bolas de papel en l. Despus registrnuestro cajn de varios trastos hasta que encontr una caja de cerillas. Encend una, y laempuj cuidadosamente en una grieta del papel. Encend otra, e hice lo mismo. Casi fuia por la tercera, pero el papel estaba ardiendo muy alegremente, as que realmente no lanecesitaba.

    Bella? Llam Charlie por encima del sonido de la televisin.

    Gir la llave del grifo rpido, teniendo una sensacin de satisfaccin mientras lafuerza del agua rompa las llamas en una sustancia pegajosa, lisa y cenicienta.

    S, pap? Empuj las cerillas de nuevo al cajn, y lo cerr rpidamente.

    Hueles humo?

    No, pap.

    Hmmm.

    Aclar el fregadero, asegurndome de que toda la ceniza se haba ido por eldesage, y entonces corr la eliminacin por aadidura.

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    Volv a mi habitacin, sintindome un poco apaciguada. Podan enviarme todoslos cheques que quisiesen. Pens gravemente. Siempre poda conseguir ms cerillascuando se agotasen.

    ***

    Escena cuatro: durante el periodo de tiempo que Jacob la est evitando

    En el umbral de la puerta haba un paquete de FedEx. Lo cog con curiosidad,esperando un remite desde Florida, pero fue enviado desde Seattle. No habaenumerados remitentes fuera de la caja.

    Estaba dirigido a m, no a Charlie, as que lo puse sobre la mesa y rasgu lalengeta que atravesaba el cartn para abrirlo.

    Tan pronto como vi el logotipo del Pacific Northwest Trust, sent como si la gripeestomacal estuviese volviendo. Ca en la silla ms cercana sin mirar la carta, la furia seestaba construyendo lentamente.

    No pude ni traerla para leerla, aunque no estaba lejos. Lo saqu, puse mi carasobre la mesa, y mir atrs en la caja con reticencia, para ver qu haba en el fondo. Eraun abultado sobre manila. Deba abrirlo, pero estaba tan enojada que lo tir fuera detodos modos.

    Mi boca era una lnea dura mientras rasgaba a travs del papel sin molestarme enabrir la solapa. Tena bastante con lo que tratar en ese momento. No necesitaba elrecuerdo o la irritacin.

    Estaba impresionada, y de todas formas todava in sorprendida. Que podra serslo estotres delgado montones de facturas, colocadas ordenadamente con anchasgomas. No tena que mirar los valores. Saba exactamente cunto estaran tratando deforzar en mis manos. Seran treinta mil dlares.

    Levant el sobre cuidadosamente como una rosa y gir para dejarlo caer en elfregadero. Las cerillas estaban justo en la parte superior del cajn de varios, justo dondelas haba dejado antes. Saqu una y la encend.

    Arda cada vez ms cerca de mis dedos mientras miraba fijamente el odioso sobre.No poda hacer que mis dedos la dejaran caer. Agit la cerilla fuera antes de que mequemase, mi cara se retorca en un gesto de disgusto.

    Cog la carta de la mesa, arrugndola en una pelota y lanzndola al otro fregadero,encend otra cerilla y la empuj en el papel, mirando con severa satisfaccin mientrasarda. Un calentamiento. Alcanc otra cerilla. De nuevo, ardi cerca de mis dedos antes

    de que la tirase a las cenizas de la carta. No me poda causar a m misma acabar dequemar treinta mil dlares.

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    As que Qu iba a hacer con esto? No haba direccin para devolverlo estababastante segura de que la compaa no exista realmente.

    Y despus se me ocurri que tena una direccin.

    Met el dinero de nuevo en la caja de FedEx, rompiendo la etiqueta para que sialguien ms lo encontraba, sera imposible para ellos relacionarlo conmigo, y me dirigde vuelta a mi camioneta, refunfuando incoherentemente todo el camino. Me promet am misma que hara algo especialmente imprudente con mi motocicleta esta semana.Comenzara a saltar peligrosamente si deba.

    Odiaba todas las pulgadas de conduccin mientras atravesaba los tenebrososrboles, apretando mis dientes, hasta que me estaba doliendo la mandbula. Laspesadillas seran fieras esta nochesolo estaba preguntando por esto. Los rbolesabran en los helechos, y conduca enfurecidamente a travs de ellos, permitindomeuna doble lnea de aplastados tallos rezumando detrs de m. Par delante de las

    escaleras, tirndolo en punto muerto.

    La casa pareca justo la misma, dolorosamente vaca, muerta. Saba que estabaproyectando mis propios sentimientos sobre su apariencia, pero eso no cambia lamanera en que la vea. Cuidadosa de no mirar a travs de las ventanas, camin a lapuerta principal. Dese desesperadamente por un solo minuto ser un zombi otra vez,pero la insensibilidad estaba caducada haca tiempo.

    Coloqu la caja en el umbral de la casa abandonada y gir para irme.

    Par en el escaln superior, no poda dejar solo un montn de dinero en efectivodelante de la puerta. Eso era casi tan malo como quemarlo.

    Con un suspiro, baj mis ojos, y cog la ofensiva caja. Quiz pudiese solo donarloannimamente para una buena causa. Una caridad para la gente con enfermedadessanguneas, o algo.

    Pero estaba sacudiendo mi cabeza mientras volva al interior de mi camioneta. Erasu dinero, y maldita sea, l lo conservara. Si lo hubiesen robado de su porche delantero,sera culpa suya, no ma.

    Mi ventana estaba abierta, y antes de irme, slo tir la caja tan fuerte como pudehacia la puerta.

    Nunca tuve la mejor puntera. La caja golpe fuerte contra la ventana delantera,haciendo un agujero tan grande que pareca que haba lanzado una lavadora.

    Oh, mierda! grit fuerte, cubriendo mi cara con las manos.

    Debera haber sabido que no importaba qu hiciese, slo hara las cosas peor.

    Afortunadamente el enfado se reafirm a s mismo despus. Esto era culpa suya,

    me recordaba a m misma. Slo estaba regresando a su propietario. Era su problema que

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    hubiera estado haciendo tal tarea. Adems, el sonido demoledor del cristal era la clasede froque me haca sentir una pequea parte mejor de una forma perversa.

    Realmente no me convenc a m misma, pero saqu la camioneta en punto muertoy conduje fuera a pesar de todo.

    Esto era como cerrar como poda venir enviando el dinero de vuelta a dondeperteneca. Y ahora tena un conveniente paso para dejar caer la caja con el dinero delplazo del prximo mes. Era lo mejor que poda hacer.

    Lo repas unas cien veces despus de dejar la casa. Fui a por el listn telefnicobuscando cristaleros, pero no haba extraos para pedir ayuda. Cmo explicara ladireccin? Tendra Charlie que arrestarme por vandalismo?

    ***

    Escena cinco: la primera noche que Alice vuelve despus de ver a Bella cometer

    suicidio

    No quiso Jasper venir contigo?

    No aprobaba mi interferencia.

    Olfate. No eres la nica.

    Se agarrot y luego se relaj.

    Tiene esto algo que ver con el agujero en la ventana delantera de mi casa y lacaja repleta de billetes de cien dlares en el suelo de la sala de estar?

    S, dije enfadada. Siento lo de la ventana. Fue un accidente.

    Eso normalmente est contigo. Qu hizo l?

    Algo llamado Pacific Northwest Trustme concedi una muy extraa ypersistente beca. No era un disfraz verdadero. Quiero decir, no puedo imaginar que lquisiera que supiese que era l, pero espero que no piense que soy estpida.

    Por qu, ese gran tramposo, murmur Alice.

    Exactamente.

    Y l medijo que no mirase. Sacudi su cabeza con irritacin.

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    Escena seis: con Edward la noche despus de Italia, en la habitacin de Bella

    Hay una razn por la que el peligro no te puede resistir ms que yo?

    El peligro no lo intenta, murmur.

    Por supuesto, suena como si estuvieses buscando el peligro fuera. Qu estabaspensando, Bella? Identifiqu en la cabeza de Charlie el nmero de veces que has estadoen la sala de urgencias recientemente. Mencion lo furioso que estoy contigo?

    Su tranquila voz sonaba ms dolorida que furiosa.

    Por qu? Eso no es asunto tuyo, dije, avergonzada.

    En realidad, recuerdo especficamente que prometiste no hacer nada imprudente.

    Mi refutacin fue rpida. Y no prometiste t algo sobre no interferir?

    Al tiempo que t estabas cruzando la lnea, calific con cuidado. Mantena miparte del trato.

    Oh As que es eso? Tres palabras, Edward: Pacific Northwest Trust.

    Levant su cabeza para mirarme; su expresin era toda confusin e inocenciademasiada inocencia. Era un regalo de muerte. Se supone que eso tiene que significaralgo para m?

    Eso es un insulto, me quej. Cun estpida piensas que soy?

    No tengo ni idea de qu ests hablando, dijo, con los ojos abiertos.

    Cualquiera, refunfu.

    ***

    Escena siete: las conclusiones de este hilo: la misma madrugada, cuando llegaron a la

    casa de los Cullen para la votacin

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    De repente, la luz del porche se encendi, y pude ver a Esme esperando en elumbral. Su ondulado pelo caramelo estaba echado hacia atrs y tena alguna clase depaleta en la mano.

    Est todo el mundo en casa? pregunt esperanzadamente mientras subamos las

    escaleras.

    S, estn. Mientras hablaba, las ventanas fueron abruptamente llenas con luz.Examin la ms cercana para ver quin nos haba advertido, pero la cacerola plana defango grueso y gris en el taburete en frente de ella capt mi vista. Mir la lisa perfeccindel vidrio, y comprend qu estaba haciendo Esme en el porche delantero con la paleta.

    Oh, dispara Esme! Siento realmente lo de la ventana! Iba a

    No te preocupes por eso, interrumpi con una sonrisa. Alice me cont lahistoria, y tengo que decir, que no te habra culpado por hacerlo a propsito.

    Deslumbr a su hijo, el cual me estaba deslumbrando a m.

    Levant una ceja. l apart la mirada y murmur algo impreciso acerca decaballos regalados.

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    Llamada de Rosalie a Edward (segn el punto de vista de l)El mvil de mi bolsillo son de nuevo. Era ya la vigsimo quinta vez que sonaba en veinticuatrohoras. Baraj la opcin de levantar la tapa para ver al menos quin trataba de contactarconmigo. Tal vez se trataba de algo importante. A lo mejor Carlisle me necesitaba.

    Reflexion un rato sobre ello, pero no me mov.

    No estaba realmente seguro de dnde estaba. En algn tico oscuro y claustrofbico, lleno deratas y araas. Las araas me ignoraban, y las ratas se mantenan a cierta distancia de m. Elaire era denso, con un fuerte aroma a aceite de cocina, carne rancia, sudor humano, y laprcticamente slida capa de polucin que era de hecho visible en el aire hmedo, como unafina pelcula negra que se haba depositado encima de todo. Debajo de m, cuatro historias deuna vivienda modesta convivan conmigo, formando parte de m. No me molestaba en separarsus voces de mis pensamientos producan un fuerte clamor en espaol que no escuchaba.Tan slo dejaba que los sonidos me entraran por un odo y me salieran por el otro.Insignificante. Todo ello era insignificante. Mi propia existencia era insigni