Extractivismo Gudynas 2015.pdf

7/25/2019 Extractivismo Gudynas 2015.pdf

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Ecologa, economa y poltica de un modode entender el desarrollo y la Naturaleza

EXTRACTIVISMOS

Eduardo Gudynas

Centro Latino Americanode Ecologa Social


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Eduardo Gudynas (Montevideo, 1960)

es investigador en el Centro Latino Ameri-

cano de Ecologa Social (CLAES), desde

donde acompaa distintas iniciativas

ciudadanas y acadmicas en Amrica del

Sur. Ha trabajado en los impactos de losextractivismos y de las estrategias de

desarrollo por muchos aos, y en el caso

de Bolivia junto a organizaciones y redes

ciudadanas, o en cursos en universidades

en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.

Entre sus publicaciones ms recientes, en

Bolivia, se incluyen Derechos de la

Naturaleza y Polticas Ambientales (2014).

Integra adems el sistema de investiga-

dores de Uruguay, y es investigador

asociado en la Universidad de California

en Davis.


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Ecologa, economa y poltica de un modo

de entender el desarrollo y la Naturaleza


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Ttulo

Extractivismos. Ecologa, economa y poltica deun modo de entender el desarrollo y la Naturaleza

Eduardo Gudynas, 2015sobre los textos originales y las fotografas(excepto donde se indiquen otras fuentes).

CEDIB, 2015Centro de Documentacin e InformacinBolivia (CEDIB) sobre la presente edicin.

Autor

Eduardo Gudynas

Editor General

Oscar Campanini

Editor Grfico

Efran Ramos

Las opiniones en esta obra son personales del autory no comprometen necesariamente a los editores.

Primera Edicin, Enero 2015

Depsito legal: N 4-1-459-15

ISBN: 978-99974-844-0-6

Impreso en Sagitario SRL Artes Grficas

Esta publicacin es posible gracias al apoyo de

Calle Calama N 255, entre Nataniel Aguirre y Esteban Arze

Telfono: 4 25 78 39 Fax: 4 25 24 01Cochabamba - Bolivia

Copies of the book available from the publisher


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Prlogo

E

ste libro es un notable aporte a la compresin de la realidad contempornea

de los pases, que cmo Bolivia, en su historia han atravesado por variostipos de extractivismos. En el siglo XXI, debido a la descomunal intensi-

dad con que se extraen recursos naturales y el modo en que sta repercu-te en todas las dimensiones de nuestras sociedades, como nos recuerda E. Gudynas,

es incompleto cualquier entendimiento sobre la realidad latinoamericana si no se

considera el papel de los extractivismos. Es por tanto, una tarea de suma urgencia el

entendimiento del fenmeno, empezando, como l nos propone, por bsicas delimi-

taciones conceptuales. Esta es quizs la mayor contribucin del autor, la capacidad de

hacer inteligible realidades tan complejas.

Sobradamente respaldado en datos y cifras, el libro aporta fundamentales elemen-

tos para diagnosticar, evaluar, comparar y cuestionar los distintos tipos de extractivis-

mos en Bolivia y el continente. Nuevamente es considerable el aporte de Gudynas a la

re-interpretacin de esta informacin.

Otra razn para destacar este trabajo, es la capacidad del autor de abordar la pro-

blemtica desde distintos ngulos; algunos de ellos, a pesar de su importancia, dejados

de lado con frecuencia. Es el caso de la dimensin tica y cultural de los extractivismos.

Coincidimos que el debate sobre el tema se ha desplazado del inters por la justicia

social o el bien comn hacia la obtencin del excedente o la redistribucin de ste. En

ese sentido, no slo el Estado o los funcionarios pblicos, sino la misma sociedad y en

muchos casos, los movimientos afectados, reproducen visiones culturales desarrollis-tas que impiden la construccin de alternativas.

Aunque formalmente gran parte de este libro se centra en el diagnstico y caracte-

rizacin de los extractivismos, no deja de proponernos, como suele hacer Eduardo en

cada encuentro, senderos de salida. En cada uno de los captulos del libro nos remarca

sugerencias y propuestas. De all que el texto no slo recoge un enorme esfuerzo indi-

vidual de estudio de la problemtica, sino una notable calidad personal para escuchar,


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EXTRACTIVISMOS: ECOLOGA, ECONOMA Y POLTICA DE UN MODO DE ENTENDER EL DESARROLLO Y LA NATURALEZA

debatir y aprender de las colectividades y realidades con las que est en constante rela-cin en los distintos pases. Este es un aporte invaluable del autor.

Desde el Centro de Documentacin e Informacin Bolivia estamos seguros que

este libro ser una obra que contribuir en Bolivia a los emergentes movimientossocio-ambientales y al mundo acadmico comprometido con el medioambiente y lasociedad. En tal sentido nos es muy grato, conjuntamente CLAES, el poder ser partci-

pes de la presente publicacin. A nombre de nuestro equipo gradecemos a Eduardo laamistad y el cario de siempre.

Marco GandarillasCEDIB


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L

os extractivismos invaden Amrica Latina. La explotacin minera, petrolerao la agricultura intensiva se expanden hasta alcanzar los rincones ms ale-

jados, rodeadas de un aura de beneficios econmicos y xitos tecnolgicos.

Junto a ella, se repiten las denuncias por sus impactos sociales y ambientales,se duda de sus reales aportes econmicos, y crece la alarma por las transformacionesterritoriales. A pesar de las promesas de bienestar, casi todos los emprendimientos ex-tractivistas generan resistencias ciudadanas y hacen estallar conflictos de todo tipo.

En el presente libro se analizan diferentes facetas en estos fenmenos. Se comien-za por delimitar el concepto de extractivismo, que no solo incluye a los sectores quetradicionalmente reciban ese nombre, como los minero y petrolero, sino que debe serampliado a otros, en particular los monocultivos de exportacin. Encontramos actual-mente una diversidad de extractivismos, donde en unos casos persisten las prcticas

clsicas que descansan en las grandes corporaciones trasnacionales y en otros casos,aparecen los propios Estados llevndolos adelante. Es importante revisar tanto los as-pectos comunes como las diferencias entre estos extractivismos.

A lo largo de varios captulos se examinan los extractivismos en sus dimensionespolticas, econmicas, sociales y ambientales. Por lo tanto, el libro no es un compen-dio de los efectos especficos de distintos emprendimientos extractivistas, sino que seenfoca en cmo stos generan efectos derrames sobre mltiples dimensiones, como laeconoma, la poltica, los entendidos sobre la justicia o las formas de concebir la justi-cia. Es que los extractivismos actuales son mucho ms que un conjunto de proyectos,ya que estn generando y cristalizando ideas del desarrollo arraigadas sobre el progresomaterial, obsesionadas con la valoracin econmica y cada vez menos democrticas.

Tambin es importante tener presente que si bien a lo largo de los captulos se reco-rren dimensiones polticas, sociales y econmicas, en muchos casos desde una posturainterdisciplinaria, todas esas miradas y reflexiones estn articuladas sobre el eje de laecologa poltica. Incluso all donde se utilizan categoras que provienen de marcosconceptuales distintos y alejados, son reubicadas bajo la ecologa poltica. Es frecuente

Introduccin


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que un ejercicio de este tipo, genere alguna incomodidad entre especialistas en otrasdisciplinas, y por ello apelo a la paciencia de los lectores. No olviden que este es un es-fuerzo que aborda las relaciones con la Naturaleza en campos que van desde la ecologa

a la cultura, o desde la economa a la poltica.Algunas de las ideas presentadas en el libro se han adelantado en distintos artculos

en revistas o captulos en libros (todos ellos listados en la bibliografa). En la elabora-cin de esas publicaciones, as como en revisar ideas o textos informales que sirvieronde insumo al presente libro, he contado con los aportes de M. Antonelli, A. Bebbing-ton, Joachim Becker, J. de Echave, C. Monge, J. Seoane y J. M. Tortosa.

A su vez, el presente libro no hubiera sido posible sin el acompaamiento y apren-dizaje con organizaciones, compaeros y amigos en distintos pases, pero muy es-pecialmente en Argentina, Brasil, Colombia, Bolivia, Ecuador, Per y Uruguay. He

compartido jornadas de reflexin o visitas de campo con lderes sociales, activistas dedistintas organizaciones, acadmicos, funcionarios gubernamentales, entre otros. Enespecial es necesario reconocer el largo camino que compartimos con la Red por unaGlobalizacin con Equidad (RedGE) de Per, en Ecuador con el Centro Andino de Ac-cin Popular (CAAP), en Bolivia con la Liga de Defensa del Medio Ambiente (LIDE-MA) y el Centro Documentacin e Informacin Bolivia (CEDIB). Algunas activida-des fueron realizadas con apoyos de Oxfam y otras con la Fundacin R. Luxemburgo;mientras que el trabajo cotidiano y la redaccin final fueron posibles gracias al apoyode la Fundacin C.S. Mott al programa sobre sustentabilidad e integracin en el CentroLatino Americano de Ecologa Social (CLAES), en asociacin con el Centro EstudiosUruguayo en Tecnologas Apropiadas (CEUTA). Amablemente me han apoyado confotografas J. Chvez Ortz (Per), Miriam Gartor (Ecuador), Colectivo de GeografaCrtica (Ecuador), Arturo Revollo (Agua Sustentable, Bolivia), Marcelo Cruz (Justianos Trilhos, Brasil), OPSur (Argentina), CEDIB (Bolivia), CENSAT (Colombia), Tho-mas Mueller y SPDA (Per), Marykee Deelen (Catapa, Per), y finalmente, en Uru-guay, a Vctor Bacchetta (Movimiento Uruguay Libre de Megaminera) y Gerardo Evia.

Finalmente, no puedo dejar de sealar la amistad y apoyo, entre otros, de Alberto

Acosta (Ecuador), Alejandra Alayza (Per), J. Gruenberger (Bolivia), Maristella Svam-pa (Argentina), Francisco Rohn (Ecuador), Jos de Echave (Per), Arturo Escobar (EE.UU.) y Marisol de la Cadena (EE.UU.), con quienes he discutido muchas de estas ideas.En Montevideo, estoy muy agradecido a Virginia Matos (por la correccin de estilode un borrador inicial) y a los compaeros en CLAES, Luca Delbene, Lylieth Varela,Gerardo Honty y Mariela Buonomo. En Bolivia, esta edicin es posible gracias a CE-DIB (agradeciendo especialmente a Oscar Campanini, Marco Gandarillas y GeorginaJimnez).


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Extraccin yextractivismo:

El trmino extractivismo se ha popularizado en los ltimos aos. En sus usosms comunes, se refiere a la apropiacin de recursos naturales para expor-tarlos. Por mucho tiempo fue aplicado a las explotaciones mineras y petro-leras. Bajo ese marco, el trmino se refera a la apropiacin de los recursos,

y su comercializacin como materias primas, por ejemplo hierro o petrleo en estado

crudo.

Actividades de ese tipo tienen una larga historia. Algunas de ellas se iniciaron en

tiempos de la colonia con los envos de metales preciosos hacia las metrpolis euro-

peas. Desde aquel entonces, la exportacin de recursos naturales ha acompaado la

historia latinoamericana, sea en sus momentos de bonanza econmica como en las

crisis. Pero el notable aumento de lo que actualmente se dice y se escribe sobre extrac-

tivismos se debe, en gran parte a que el papel de esos rubros se ha disparado y prcticas

similares se han reproducido en otros sectores, alimentadas por una euforia econmica

basada en los altos precios de las materias primas y una persistente demanda interna-cional. Los extractivismos se diversificaron y se convirtieron en componentes centrales

de las estrategias de desarrollo que defienden gobiernos latinoamericanos desde dis-

tintas opciones polticas, y junto a ello se han multiplicado los conflictos ciudadanos.

Estas situaciones explican que el trmino sea usado de muy variadas maneras. Por

lo tanto es necesario comenzar por preguntas bsicas: Qu quiere decirse con extracti-

vismo? Cules son las actividades incluidas bajo el concepto y cules son excluidas? Es

CONCEPTOS Y DEFINICIONES


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necesario abordar esas limitaciones ya que se observan usos muy diversos del trmino.Esa es la tarea de este primer captulo. Se delimita el concepto de extractivismo entrelas distintas formas de apropiacin de recursos naturales desplegadas por el ser huma-

no. Se describen los componentes centrales de su definicin, y se precisan trminosrelacionados.

Surgimiento y aplicaciones del trmino

Posiblemente el trmino extractivismose populariz en Amrica Latina asociadocon el calificativo de industria. En efecto, el rtulo de industrias extractivas apareceen algunas publicaciones desde inicios del siglo XX, y fue utilizado por varios econo-mistas por lo menos desde la dcada de 1950, pero se volvi muy popular a partir delempuje dado desde varios pases desarrollados, agencias y bancos internacionales. Bajoesa perspectiva, se conceba al extractivismo minero o petrolero como una industriams, tal como la manufactura de automviles.

El Banco Mundial contribuy mucho en popularizar esas ideas. El banco tena unrea de trabajo en industrias extractivas, enfocada especficamente en petrleo, gasy minerales, a los que adjudicaba un enorme potencial para remontar la pobreza, ge-nerar empleos, proveer ingresos fiscales y contribuir a un desarrollo sostenible (WorldBank, 2009). La institucin brind prstamos para emprendimientos especficos endistintos pases, y paralelamente evalu aspectos de gobernabilidad, transparencia y

gestin ambiental. Ms recientemente, el sistema de Naciones Unidas ha lanzado algu-nas iniciativas que tambin usa el rtulo de industria extractiva (como la estrategiade sustentabilidad y equidad de las industrias extractivas del Programa de las NacionesUnidas para el Desarrollo - PNUD).

Paralelamente, empresarios y gobiernos adoptaron la misma terminologa por va-riados motivos, entre ellos el poder defender al extractivismo como una industria, ycomo tal, argumentan que esos emprendimientos brindan contribuciones esencialespara superar la pobreza, asegurar empleos y generar crecimiento econmico.

A su vez, las organizaciones ciudadanas que comenzaron a organizarse contra esosemprendimientos, e incluso importantes grupos internacionales, tambin utilizaron laetiqueta industrias extractivas.

Ms all de estos usos, es muy importante sealar que en algunos pases, especial-mente Brasil, el trmino extractivismo es aplicado para un tipo particular de conserva-cin. El ms conocido es el de reservas extractivistas, correspondiendo a sitios dondesolo se permite la extraccin o cosecha sostenible de recursos propios de esos ecosiste-mas, tales como frutos o semillas (un temprano ejemplo en Ruz Prez y colab., 1993).


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Este uso, propio de la situacin brasilea, en parte se debe a las demandas de caucherosamaznicos (vanse los casos en Emperaire, 2000). Se debe tener presente que aqu nose utilizar el trmino extractivismo en ese sentido.

Clasificacin de la extraccin de recursos naturalesAtendiendo tanto a los antecedentes como a los usos actuales, est claro que el ex-

tractivismo corresponde a un tipo de extraccin de recursos de la Naturaleza. Sin em-bargo, es necesario diferenciarlo de otros modos de apropiacin de recursos naturales.

Un primer paso es reconocer que existen al menos dos modalidades de interaccincon el entorno. En unos casos las modificaciones sobre el ambiente son acotadas, yaque no se remueven elementos del entorno o es alterado limitadamente (por ejemplo

disfrutando de un paisaje o recolectando frutos silvestres). En otros casos ocurre unaextraccin de recursos por medios que implican mayores impactos sobre el ambiente,tales como deforestar la selva para la ganadera o la megaminera a cielo abierto. Esposible adelantar que en esta segunda opcin se ubican los extractivismos junto a otrasactividades que tambin tienen gran impacto ambiental.

Cuando ocurre una extraccin, sta puede ser directa, entendida como aquella enla que se toman los recursos en ambientes naturales o poco modificados, para ser uti-lizados directamente por los humanos (como por ejemplo, talar rboles para obtenermadera). La extraccin tambin puede ser indirecta, en el sentido de que existe un

paso previo de transformacin sustancial de la Naturaleza, y es sobre un ambiente mo-dificado a partir del cual se obtienen los recursos (es el caso de convertir un bosquenatural en predios cultivados, donde luego se cosecharn granos). Aqu tambin esposible adelantar que existen ejemplos de extractivismos tanto bajo apropiaciones di-rectas como indirectas.

Para avanzar todava ms en definir este concepto se vuelve necesario distinguir en-tre distintos modos de extraccin de recursos naturales. Por ejemplo, no es lo mismo, laagricultura campesina que una cantera a cielo abierto de una gran mina. Los diferentescasos se pueden analizar considerando los siguientes aspectos bsicos: por un lado el

volumen de recursos extrados o intensidad en la extraccin, y por otro lado, el destinocomercial del recurso. En el Cuadro 1.1 se presentan las posibles combinaciones. Con-sideremos en primer lugar los contenidos de cada una de esas dimensiones.

VOLUMEN.El volumen de recursos se debe evaluar por indicadores fsicos (porejemplo, en toneladas, barriles, pies cbicos, etc.). Pero las mediciones convencionalesson incompletas y no reflejan la remocin total de materia. Por ejemplo, es frecuenteencontrar noticias anunciando subas o cadas en la produccin minera, expresadas

EXTRACCIN Y EXTRACTIVISMO: CONCEPTOS Y DEFINICIONES


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en su volumen (como pueden ser toneladas, onzas, etc.). Dejando de lado por el mo-mento que los minerales no se producen, sino que se extraen, ese tipo de indicadoresson medidas fsicas parciales de la materia total extrada. En efecto, se restringen al

producto final buscado o comercializado.En cambio, una medida correcta debe contabilizar toda la materia extrada o remo-

vida, incorporando tambin aquella que no es utilizada. Por lo tanto, se debe incluir lallamada mochila ecolgica (la que es parte de los llamados indicadores de intensidaden el uso de materia por unidad de servicio; MIPS en su sigla en ingls). Considerandoeste indicador para algunos de los minerales exportados por Bolivia, se puede sealarque por cada tonelada de plata se deben extraer 7 500 ton, para el plomo 15 ton, y parael cobre 348 ton (Lettenmeier y colab., 2009). Por lo tanto, la llamada produccin deun mineral, pongamos por caso la plata, estimada en 5 900 ton entre 2006 y 2011, se

le debe sumar esa mochila ecolgica, mostrando que se debieron remover ms de 44millones ton de rocas y suelo1. Este tipo de abordaje se puede ampliar a otras variables,como el agua consumida, la energa utilizada, etc. En emprendimientos mineros escomn que nicamente se indique el volumen final del mineral comercializado, y seomite esa mochila ecolgica, a pesar de que sta es un mejor indicador del impactoambiental.

INTENSIDAD AMBIENTAL. Es importante considerar la intensidad bajo la cualse realiza la extraccin, ya que puede haber actividades que se apropian de volmenes

pequeos o medios, pero que tienen un grave impacto en el entorno por otras razones.En efecto, la intensidad alude a los efectos ambientales en el proceso de extraccin,tales como su ecotoxicidad, generacin de contaminantes, uso de sustancias txicas,empleo de explosivos, efectos negativos sobre especies en riesgo o endmicas, emisinde gases invernadero, etc. Se puede ilustrar esta dimensin sealando que en los meta-les, una parte significativa de su ecotoxicidad se genera a nivel de la extraccin minera.Por ejemplo, la ecotoxicidad del cobre es aproximadamente el doble de la del hierro;mientras que la del oro es una diez mil veces mayor a la del cobre (UNEP, 2010).

DESTINO.Los destinos de los recursos extrados deben ser igualmente precisados.En unos casos, los pasos siguientes en procesarlos y en consumirlos son esencialmentelocales (por ejemplo, la agricultura para obtener alimentos que se aprovecharn local-mente). En otros casos, el procesamiento y consumo es sobre todo nacional; los recur-sos son transportados hacia otros sitios dentro del mismo pas, donde son procesados,y luego se distribuyen hasta llegar a los consumidores dentro de las fronteras de un

1 Esta cifra es slo un ejemplo, ya que el volumen exacto depende de la proporcin de cobre en cada uno de los yacimien-tos, y est basada en la mochila ecolgica promedio. Los datos para la plata se basan en La Razn, La Paz, 4 febrero 2012.


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pas. Una tercera opcin, es la extraccin de recursos que en su mayora no son proce-sados localmente y son exportados como materias primas a otros pases.

A partir de todas estas consideraciones queda en claro que existen varias combina-

ciones posibles entre los atributos que se acaban de describir, las que se resumen en elCuadro 1.1. Todas las opciones corresponden a distintos tipos de extracciones, y entreellas, el extractivismo expresa un caso particular.

Por lo tanto, el extractivismo es aqu definido como un tipo de extraccin de re-cursos naturales, en gran volumen o alta intensidad, y que estn orientados esencial-mente a ser exportados como materias primas sin procesar, o con un procesamientomnimo2.

Se considera que la orientacin exportadora prevalece cuando al menos el 50% delrecurso extrado es destinado al comercio exterior. Las etapas incluidas en el extrac-

tivismo comprenden las acciones de exploracin, descubrimiento, etc., las actividadespropias de la extraccin, pero tambin las fases posteriores (como cierre y abandonode los sitios de apropiacin).

Esta definicin articula al menos dos miradas. Por un lado, siempre parte de unamirada local, ya que se enfoca en la actividad de extraer los recursos naturales que

2 Esta definicin fue presentada por primera vez en diversos talleres en 2008, publicndose formalmente en Gudynas(2009b), elaborada en ms detalle en publicaciones siguientes y en este captulo.

Cuadro 1.1. Tipos de extraccin y destino de recursos naturales.En cada caso se ofrecen ejemplos ilustrativos

DESTINO

VOLUMEN / INTENSIDAD DE LA EXTRACCIN

BAJO MEDIO ALTO

LocalCultivo campesino dealimentos para

autoconsumo

Tala de bosque nativo

para obtener lea

Captura de agua para

riego o uso domstico

NacionalFibras vegetales para

cestera, techos, etc.

Frutas y verdurasconvencionales paramercados nacionales

Arenas y gravas para

construccin

Exportacin Alimentos orgnicos Flores deinvernadero

EXTRACTIVISMO

MineralesHidrocarburos

Monocultivos de expor-tacin



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ocurre en territorios especficos, con sus comunidades afectadas y ecosistemas altera-dos. Los extractivismos estn enraizados en territorios precisos. Por otro lado, tambincontiene una dimensin global, ya que reconoce que esa apropiacin tiene un destino

que se orienta al comercio exterior. Pero ms all de tener presente ese vnculo, en ladefinicin de extractivismo no se incluyen los detalles de la organizacin y funcin deesas redes internacionales que comercializan los recursos naturales.

Es necesario tener presente que este particular concepto de extractivismo y su n-fasis local, tambin refleja los debates y movilizaciones en marcha en Amrica Latina.Ocurren resistencias ciudadanas ante emprendimientos especficos, tales como distin-tos proyectos mineros, petroleros o agroindustriales afincados en territorios precisos yafectando grupos humanos tambin particulares. Cuando se instalan debates a escalanacional o internacional, stos siguen teniendo como referencia a proyectos concretos.

Por lo tanto, una conceptualizacin de extractivismo debe siempre tener presente esevnculo ntimo con las movilizaciones ciudadanas.

Esta conceptualizacin permite despejar algunas superposiciones. Por ejemplo, elextractivismo tal como se entiende aqu no es sinnimo de minera ni de agricultura.La consecuencia de esa distincin es que la denuncia del extractivismo no implica es-tar en contra de todo tipo de uso minero o agrcola, sino de una forma especfica dellevarlo adelante. Consecuentemente, esto deja sin sustento a quienes afirman que loscrticos al extractivismo estn en contra de todo tipo de aprovechamiento minero o

que impediran la agricultura.

Los aspectos bsicos de los extractivismos

Como se indic arriba, los extractivismos son un caso particular de extraccin derecursos naturales. Los ejemplos ms conocidos son las grandes explotaciones minerasy petroleras. En el caso de las primeras, en los ltimos aos se ha difundido la llamadamegaminera a cielo abierto, hacindose necesario precisar qu se entiende por mega.Aqu se define que se alcanza la condicin de mega-minera cuando se remueven msde un milln de toneladas de materia por ao (incluyendo tanto el mineral como sumochila ecolgica), y donde se afectan ms de mil hectreas de superficie. Este um-bral no est determinado desde una mirada productiva o econmica, sino ecolgica.A su vez, deja en claro que ciertos tipos de minera no son sinnimo de extractivismo.

En efecto, existen otras actividades en las cuales tambin se remueven grandes vo-lmenes, bajo prcticas intensivas de alto impacto, pero que no corresponden a unextractivismo segn la definicin que aqu se usa, ya que no estn destinadas en sumayor parte a la exportacin. Este es el caso, por ejemplo, del aprovechamiento de


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arenas, piedras o grava (ridos), que en muchos casos es muy intensa, pero que por logeneral se utiliza a nivel local o dentro de los mercados nacionales. Esto no implica quese minimicen o ignoren los impactos sociales y ambientales de esos otros tipos de acti-

vidades, sino que aqu se est planteando una definicin de trabajo para los casos queestn anclados en la globalizacin, dado la enorme importancia que han adquirido.

La presente definicin de trabajo tambin sirve para advertir que algunas explo-

taciones que apareceran a primera vista para un aprovechamiento local, tambin sonformas de extractivismo ya que sirven a la exportacin. Este es el caso de la minerade oro aluvial, tal como se observa especialmente en algunas zonas de Per, Bolivia,Colombia y Brasil. Si bien las prcticas individuales de cada minero podran aparecercomo de poco volumen, stas son muy intensas (con alta contaminacin por mercurio,deforestacin y otros impactos sobre la biodiversidad, etc.), y al sumarse unas a otras,el volumen de materia total finalmente removida es muy importante, el mineral obte-nido se acopia y su destino privilegiado es la exportacin.

Figura 1.1.Ejemplo del tpico extractivismo en Amrica Latina: minera a cielo abierto en Cerrode Pasco (departamento de Pasco, Per). Remocin de grandes volmenes de materia, severosimpactos ambientales, sociales y territoriales, y orientado a la exportacin. Fotografa MarykeeDeelen / Catapa (2009).



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Otros tipos de aprovechamiento de recursos naturales que son exportados tam-bin representan extractivismos. Estos son los casos de monocultivos de exportacin,ciertas pesqueras y otros casos similares (estos puntos se analizan en detalle ms ade-

lante). Esto explica que este concepto deba ser entendido de una manera plural. Asi-mismo, indica que se basa tanto en recursos naturales renovables como no renovables.

En la definicin de extractivismo se postula que los materiales extrados y exporta-dos son recursos naturales. Este es el trmino ms adecuado, para dejar as en claro que

su fuente de origen es la Naturaleza. Otros trminos asociados que tambin se utilizanpara describir estas actividades son materias primas o commodities (en el Cuadro 1.2.se comentan con ms detalles los alcances de cada palabra).

A su vez, los extractivismos son exportaciones de recursos naturales sin procesar

o poco procesados, de donde se vuelve necesario precisar esa condicin. Para ello setoma como marco de referencia el criterio de la Divisin de Estadstica de las NacionesUnidas (muy difundido en Amrica Latina al ser utilizado por CEPAL). Por lo tanto,la condicin de un procesamiento limitado o ausente se refiere al conjunto de los lla-mados productos primarios, que incluye productos alimenticios y animales vivos,

bebidas y tabaco, materiales crudos no comestibles, combustibles, lubricantes, minera-

les y productos conexos, minerales no ferrosos, aceites, grasas y ceras de origen vegetaly animal3. En varios de estos productos la situacin es muy clara, aunque habr otrosdonde sern necesarios estudios ms detallados para determinar si deben ser incluidos

en la categora de recurso natural con escaso procesamiento.El peso determinante otorgado a la condicin exportadora de los extractivismos

responde a varias condiciones. Por un lado, se debe a los usos histricos de la palabra,ya que estaba asociada a los sectores mineros o petroleros de exportacin. Por otrolado, tambin se debe a que, en los ltimos aos, los extractivismos se han extendido

en todo el continente, no por la demanda interna, sino por la de otras regiones. Elresultante es que se aprueban e implantan emprendimientos extractivos para atenderintereses exportadores. Esta subordinacin y dependencia impone caractersticas muy

particulares, que no se repiten bajo los otros tipos de extracciones.La materialidad de los extractivismos es siempre local, pero de todos modos su

organizacin social y econmica estn directamente afectados por factores globales,como las inversiones, precios o demanda internacionales. Esto hace que las capaci-dades que tienen las comunidades locales, e incluso de los gobiernos, para regular los

3 La delimitacin del conjunto de productos primarios sigue la CUCI (Clasificacin Uniforme para el Comercio Internacional),que es utilizada por las agencias de Naciones Unidas (vase su sitio en: http://unstats.un.org/unsd/default.htm). Estosindicadores son utilizados, por ejemplo, en los Anuarios Estadsticos de Amrica Latina y el Caribe de CEPAL.


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extractivismos sean mucho ms limitadas a las que se pueden ejercer, por ejemplo,sobre las extracciones para uso local o nacional.

Esta clasificacin y el uso de un trmino especfico no son caprichosos, sino que

responden a las caractersticas particulares de este modo de apropiacin de los recursos.An en el caso de quienes quisieran usar el trmino extractivismo de manera ampliada,

para todas las formas de apropiacin intensa de recursos naturales, sea dentro de fron-

teras o exportados, de todas maneras necesitarn un trmino especfico para aquellasque dependen de los mercados internacionales. Es que esas corrientes comerciales son

las responsables en casi todos los casos de la enorme proliferacin de emprendimientos

extractivistas. Por el contrario, las necesidades propias y especficas que los pases lati-

noamericanos tienen de recursos mineros, petroleros o agroalimentarios son muy in-

feriores en comparacin a los enormes volmenes exportados hacia otros continentes.

Considerando todos estos factores, queda en claro que bajo la definicin aqu ofre-cida, los extractivismos siempre deben cumplir simultneamentetres condiciones: unalto volumen y/o intensidad en la extraccin, ser recursos sin procesar o con escasoprocesamiento, y donde se exportan el 50% o ms de esos recursos. No basta que cum-pla con una o dos de ellas, sino que deben encontrarse las tres al mismo tiempo.

Como se adelant arriba, la definicin de extractivismo que aqu se sigue englobaotras actividades adems de ciertas explotaciones mineras o petroleras. El caso msevidente ocurre con los monocultivos de exportacin, que tambin son intensivos, cu-

bren amplios territorios con altos impactos ambientales, y suman enormes volmenesque son exportados sin procesar o con procesamiento mnimo. Un ejemplo se observaactualmente con los monocultivos de soja, que cubren enormes superficies en el ConoSur y estn destinados casi exclusivamente a la exportacin (sea como poroto de soja,pellets, y en menor medida, harinas o aceites). Esta enorme expansin tiene efectosambientales agudos, especialmente en prdida de biodiversidad en regiones como elCerrado, aumento en el uso de algunos agroqumicos con afectacin de la salud, con-flictos por el uso de la tierra con comunidades locales, etc. De manera anloga, cultivoscomo caa de azcar, cacao, banano o palma africana para biocombustibles, represen-

tan otros tipos de extractivismos en algunos pases.

El ejemplo de la soja sirve adems para ilustrar la importancia de su destino expor-tador. En efecto, del total cosechado en ese pas, aproximadamente el 45% es exportadoen bruto como grano, y un 47% es procesado dentro del pas para obtener harina yaceite, que a su vez son en parte exportados (un 51% para las harinas, y un 22% para losaceites; datos de la zafra 2010/11, segn Pacheco, 2011). Por lo tanto, ms de la mitadde la soja extrada es exportada, y su principal destino es China.



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Cuadro 1.2. Recursos naturales, materias primas, commodities y otrostrminos relacionados

Es necesario precisar el sentido de los conceptos de recursos naturales, materias primasy otros trminos emparentados, dada su importancia en la denicin de extractivismo.

En efecto, estos trminos aunque estn enfocados en un mismo elemento, poseen con-

notaciones diversas ya que son el resultado de anlisis y disciplinas muy distintas entre

s. Mientras un eclogo ve una montaa donde entre sus diferentes minerales se en-

contrar el cobre, un gelogo se enfoca en las vetas minerales, el economista identica

una materia prima, y el administrador de inversiones se preocupa por el commodity.

Es evidente que los extractivismos estn enfocado en lo que conocemos como recursos

naturales o materias primas. Este concepto tiene una larga historia, especialmente en las

disciplinas vinculadas a la gestin ambiental (por ejemplo, enfocadas en los recursos fo-

restales). A los efectos del presente anlisis es necesario contemplar tanto la perspecti-va ambiental como econmica. Siguiendo ese propsito, aqu se entiende a los recursos

naturales como un conjunto de materiales que se encuentran en la Naturaleza y que los

seres humanos aprovechan en su estado primario, o con un procesamiento mnimo, para

su consumo o procesamiento en la obtencin de otros productos.

Las materias primas, productos o bienes primarios, es el trmino usado para indicar

recursos naturales que son ingresados en procesos productivos, para obtener a partir de

ellos, las diferentes mercancas y servicios disponibles en los mercados. Es un trmino

corriente para los indicadores nacionales, y que usualmente se basa en la denicin de

la Divisin de Estadstica de las Naciones Unidas (por ms informacin vase el texto

principal). A su vez, alude al denominado sector primario de una economa. Este se

diferencia del sector secundario, donde ocurre la industrializacin de los productos, y

del terciario, referente a servicios, como telecomunicaciones. En el sector primario se

encuentran los emprendimientos responsables del extractivismo.

Un trmino emparentado es el de commodity, y que en muchas ocasiones es usado

como sinnimo de materias primas. Es una palabra muy utilizada en ingls y en la litera-

tura especializada incluso en castellano. Se reere a bienes que son considerados homo-

gneos independientemente de su origen, que no revisten una fuerte diferenciacin entre

sus variedades, que incluso pueden estar estandarizados, y que son comercializados en

grandes volmenes. Una materia prima es abordada por el mercado como un commo-

dity cuando se entiende que tiene atributos similares ms all de que provenga desde

distintos sitios de obtencin. Por ejemplo, una tonelada de cobre de Bolivia sera similara una extrada en Chile, y los mercados demandan y valoran econmicamente el cobre

en general, y no sobre sus variedades en particular. Sin embargo, entre los productos

manufacturados hay una gran diversidad dentro de una categora, con distintos atribu-

tos, a veces muy diferentes entre s, y cada uno de ellos posee nichos de mercado ms

diferenciados. Un caso de esto seran los televisores, en los que el consumo, demanda,

precio, etc., depende del tipo de televisor, su marca de fabricacin, prestaciones, etc.

(Tabla contina en la siguiente pgina...)


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Bajo algunas condiciones, se ha insistido que un commodity primario puede poseer cier-

tas caractersticas comerciales que le permiten diferenciarse de otros. Intentos de este

tipo son la asignacin de nombres de origen a algunas materias primas (por ejemplo,carne vacuna argentina), o presentarlo de manera particular (es el caso del envasado

de letes de salmn chileno). A los efectos del extractivismo, esas diferenciaciones no

son relevantes, y por lo general siguen intereses comerciales.

Tambin se encuentran referencias a los llamados bienes de lujo o prestigio, o preciosi-

dades. Estos tienen sobre todo un valor simblico en la sociedad, son costosos, no co-

munes, y quienes los poseen son calicados como parte de una elite. Actualmente esto

ocurre, por ejemplo, con minerales o piedras preciosas que sobre todo se utilizan en la

joyera, tales como oro, diamantes o rubes; alimentos como el caviar o camarones; etc.

(la idea de preciosidades o bienes de lujo fue usada originalmente por Wallerstein, 1974).

Para ms informacin sobre estos trminos consultar Rutherford, 2002 y Black, 2003; la

denicin de recursos naturales se basa en parte en WTO, 2010, pero aqu es extendida

a agroalimentos y otros productos.

(...Viene de la anterior pgina)

Tambin cumplen estas condiciones otras actividades, tales como algunas pesque-ras orientadas a exportar pescado sin procesar o como harina de pescado (en especialcuando el procesamiento se realiza en alta mar), algunas formas de piscicultura (comopuede ser el caso de las salmoneras en el sur de Chile), y las camaroneras all donde

destruyeron los ecosistemas de manglares.Algunas otras actividades pueden ser consideradas extractivistas. Por ejemplo, el

turismo de masas, como ocurre con los grandes cruceros, puede ser considerado unaforma de extractivismo. En este caso, turistas extranjeros disfrutan de los paisajes, perodejan impactos ambientales por residuos, contaminacin, etc.

Como ya se adelant antes, los extractivismos se pueden tambin dividir entre dosmodalidades: Directas, que corresponden a las apropiaciones directas de los recursosdesde el ambiente, como la megaminera o pesqueras. Mediadas, cuando primero sedebe modificar el ambiente, para despus poder extraer los recursos. Un ejemplo deesta condicin es primero deforestar un sitio para que despus sea posible la agricultu-ra, y ser en esa siguiente etapa cuando se realizan las cosechas.

De una manera u otra, en todas las variedades de extractivismo estn envueltosamplios efectos territoriales y ambientales, y casi siempre est organizado como econo-mas de enclave. Sin embargo, no es adecuado analizarlo como un modo de produc-cin. En cambio, aqu se analizarn sus particularidades bajo el concepto de modo deapropiacin (abordado en el captulo 8). Es un modo fuertemente territorializado, que



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corresponde a la primera etapa de cadenas o redes de produccin y comercializacinque son internacionales. En ese sentido, los modos de apropiacin son las expresionesconcretas de los primeros eslabones en esas cadenas globales, mientras que otras for-

mas de extraccin de recursos naturales son procesadas en cadenas nacionales.Entendido de esta manera, queda en claro que estamos frente a un concepto que

es en buena medida plural por los diversos tipos de actividades que involucra. A suvez, como se ver en captulos siguientes, se organiza econmica y polticamente demanera diversa, y la presencia estatal tambin difiere entre sectores y pases. Todo estofundamenta las razones por las cuales los extractivismos deben ser entendidos comouna pluralidad.

Delimitando el concepto de extractivismo

Establecido el marco bsico de la definicin es posible avanzar con otras precisionesadicionales. La primera de ellas es dejar en claro que hablar de industrias extractivases un error conceptual. Si bien el trmino es muy frecuente, bajo la definicin aqu pre-sentada, el extractivismo no es una industria. La simple extraccin de un recurso noconfigura una industria, ya que lo que se exportan son materias primas, sin pasar porlos procesamientos que son propios de la manufacturacin. En sentido estricto, unaindustria se refiere a los sectores de manufacturacin o construccin, los que tomanmaterias primas y/o bienes intermedios, los procesan, modifican y ensamblan, para as

obtener otros bienes fsicos (mercaderas). Como resultado de esas modificaciones, losbienes iniciales adquieren un valor econmico adicional (valor agregado) (vase porejemplo, las definiciones en Black, 2003).

Es evidente que hay diferencias sustanciales entre una cantera minera a cielo abier-to, y una planta siderrgica; y tambin es diferente un pozo petrolero y sus estacionesde bombeo, de una fbrica de automviles. Reconocer esas diferencias no implica ol-

vidar que los recursos naturales extrados, tales como minerales o hidrocarburos, po-drn alimentar procesos industriales, pero el concepto de extractivismo deja en claroque esas otras etapas ocurren en otros continentes.

A pesar de todo esto, una y otra vez se insiste con la imagen del extractivismo comoindustria. Esto aparece en diversos frentes, desde los documentos del Banco Mundiala los discursos gubernamentales y empresariales. Esa insistencia no es ingenua, y cla-ramente apunta a invocar imgenes de fbricas repletas de obreros con lo que se esperalograr la adhesin de la opinin pblica. Es un abuso que se usa para conquistar apoyosocial para los emprendimientos mineros o petroleros, pero que carece de fundamentoen los planos prcticos y conceptuales. Es, sin dudas, una exageracin, no slo porque


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esas fbricas no existen, sino porque la demanda de empleo de esos emprendimientoses escasa y el valor agregado limitado.

Otro problema a sealar ocurre con las confusiones que se generan por la ausencia

de una definicin precisa. No es raro que en algunas discusiones recientes se use elvocablo extractivismo, pero sin definirlo con precisin y por lo tanto se confunden ac-tividades muy diversas. Un buen ejemplo de esto son las duras crticas de Garca Linera(2012) a buena parte de indgenas y ambientalistas, pero que nunca deja en claro cules su propia definicin de extractivismo, confundiendo actividades de consumo localo nacional, con otras insertadas en la globalizacin. En ese caso y en muchos otros semezclan actividades distintas, tales como la megaminera con la minera local, o losmonocultivos de soya con la agricultura campesina, y as sucesivamente. Cuando lostrminos y conceptos se usan de manera tan liviana, se termina cayendo en interpretar

cualquier aprovechamiento de los recursos naturales como un extractivismo, lo quees obviamente un error. Otros dan incluso pasos adicionales, y se refieren a extrac-tivismos de la mente o de las emociones. Ante estas situaciones se vuelve evidente lanecesidad de presentar definiciones ajustadas de los extractivismos.

Tambin ocurren ampliaciones del uso del trmino extractivismos desde otras esfe-ras. Una confusin usual es entender el concepto de extractivismo con el de una econo-ma primario exportadora. Si bien un pas volcado a las exportaciones de commoditiesseguramente albergar sectores extractivistas, tambin en este caso, la economa pri-

mario exportadora es un concepto distinto. Precisemos adems, que hay pases indus-trializados que no son primario exportadores, pero que poseen enclaves extractivistasmuy importantes (un buen ejemplo es la minera en Australia).

Otra ampliacin exagerada es sostener que el extractivismo es casi un sinnimo dedesarrollo o de capitalismo. Estos tambin son usos exagerados del trmino. Es ciertoque los extractivismos adems de representar emprendimientos especficos, expresanotros atributos de las economas nacionales, e incluso del capitalismo globalizado. Perono puede irse ms all de esos puntos. El extractivismo no es un sinnimo, ni da cuen-ta, de la estructura y funcin de toda una economa nacional, la que incluye muchos

otros sectores, actividades e instituciones. Tampoco puede usarse para describir el ca-pitalismo, ya que es un fenmeno mucho ms amplio, con toda su carga econmica,pero tambin poltica, social y cultural.

Puede entenderse que la enorme preponderancia que han adquirido los extracti-vismos en los ltimos aos en varios pases latinoamericanos, parecera dejar a otrostemas bajo su sombra. Pero es necesario no extraviarse, y tener en claro que existenmuchos otros componentes en cmo se expresa el desarrollo en cada pas.



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Sucesivas generaciones de extractivismos

En los extractivismos actuales conviven distintos tipos de actividades de acuerdo

a condiciones tales como el uso de tecnologas, los volmenes de recursos removidos,el papel de la mano de obra humana o los niveles de mecanizacin, etc. Por ejemplo,existen diferencias sustanciales entre pequeas actividades mineras y los grandes tajospropios de la megaminera, as como son muy distintas las prcticas agrcolas tradi-cionales frente a los monocultivos mecanizados. Esas diferencias tambin responden acondiciones histricas, donde unos modos de apropiacin suplantaron a otros.

Por lo tanto, este captulo de presentacin de conceptos claves, se complementa conuna clasificacin que diferencia sucesivas generaciones de extractivismos, distinguien-do una de otra desde una perspectiva basada en la ecologa poltica. Son distinciones

que consideran la creciente intensidad en la apropiacin de recursos naturales, los ba-lances entre la energa, agua y materia consumida y los recursos obtenidos, y el uso detecnologas.

Primera generacin

En los extractivismos iniciales, los recursos naturales eran obtenidos sobre todo porel uso de la fuerza humana o animal, con una muy limitada aplicacin de tecnologas.Esto corresponde a las viejas prcticas de las minas de socavn, utilizando pico y pala,

con ayuda de fuerza animal o maquinaria simple, como puede ser aquella movida porfuerza hidrulica, separacin simple de los minerales por medios mecnicos o amal-gamas. En el caso de la agricultura, se repiten condiciones similares, con predominiode fuerza humana o animal, empleo de arados simples bajo traccin animal, mtodostradicionales de fertilizacin, etc. El caso ilustrativo corresponde a las plantaciones decaa de azcar colonial. El transporte de los recursos extrados se realiza por mediossimples, tales como carretas, barcazas, etc. El consumo de energa, agua, y otros ele-mentos, en relacin al volumen extrado es bajo.

Este tipo de extractivismo predomin histricamente desde los tiempos coloniales

y en los inicios republicanos. Sus ejemplos conocidos son las conocidas minas contro-ladas por espaoles y portugueses, o las grandes plantaciones, con empleo de mano deobra esclava.

Segunda generacin

En estos casos aumenta el volumen e intensidad de recursos apropiados gracias agracias a un uso mayor de aplicaciones tecnolgicas, superando el aporte de la fuerza


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humana o animal. Son

las situaciones donde

comenzaron a utilizar-

se mquinas de vapor omotores de combustin

interna simples, em-

pleados por ejemplo en

las mineras o en la agri-

cultura (tractores para

labranza, cosechado-

ras, etc.). Se incorporan

otros elementos, como

explosivos en la minerao agroqumicos simples

(especialmente fertili-

zantes) en los cultivos.

Todo esto hace que la

intensidad en la apro-

piacin de los recursos

sea mayor que en el caso

anterior. Incluye tambinlos primeros pozos de

extraccin petrolera, de

mediados del siglo XIX,

horadados por medio de

percusiones repetidas, y

luego por perforacin rotatoria gracias a mquinas de vapor. En general, son cambios

propios de la revolucin industrial, tales como las mquinas de vapor alimentadas por

carbn o los primeros motores de combustin interna.

La separacin de los productos extrados es ms eficiente, tanto en minera como

en hidrocarburos, por lo menos desde mediados del siglo XIX. Se mejoran los mto-

dos fsico-qumicos para separar minerales, que si bien tienen antecedentes, como el

aprovechamiento del azoge (mercurio) para separar plata durante la colonia, a partir

del siglo XX se vuelven ms complejos (como es el uso de cianuro para retener oro).

Aumenta el consumo de energa, agua y otros productos en relacin al volumen de

recursos extrados.

Figura 1.2.Extractivismos de primera generacin: minera co-lonial en Per a inicios del siglo XVIII. Se ilustra los recursos

disponibles, incluyendo llamas (A), molino minero (B), un patiode trabajo (C), piletones (D), cortes esquemticos de las insta-laciones de manejo del azogue (E, F, G y H). Lmina del relatode viaje del explorador francs Amde Franois Frzier, en lascostas de Chile y Per entre 1712 y 1714.



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Se realizaron mejoras sustanciales en las vas de transporte. Entre ellas se destaca eltendido de vas frreas, que permiti que los extractivismos ingresaran a nuevas zonasdentro de cada pas y transportar hacia los puertos volmenes mucho mayores.

Desde un punto de vista histrico, estos extractivismos de segunda generacin flo-recieron en el siglo XIX, y se adentraron en el siglo XX. Aumentaron los volmenesextrados, pero adems se sumaron nuevos rubros extractivistas. Entre ellos sobresaleel inicio del comercio internacional de petrleo en la dcada de 1860 en el hemisferionorte, y a inicios del siglo XX desde Amrica Latina (por ejemplo, desde Mxico yVenezuela).

Tercera generacin

En este tipo de extractivismos, la apropiacin de recursos naturales aumenta toda-va ms en volumen e intensidad. En buena medida esto se debe a complementos tec-nolgicos que permiten escalas de apropiacin mayores. Se utilizan, por ejemplo, ex-cavadoras y camiones cada vez ms grandes, grandes dragas en la minera informal deoro aluvial, cosechadores de mayor envergadura, plataformas petroleras con mltiplespozos, enormes redes para captura de peces, etc. Pero adems se incorporan nuevastecnologas, como innovaciones en la separacin de minerales, otro tipo de explosivos,plataformas petroleras en las costas ocenicas, variedades de cultivos transgnicos, etc.

Son estos los extractivismos ms comunes en la actualidad, y alrededor de los cua-

les se generan la mayor parte de los conflictos en Amrica Latina. Esta es la generacinque corresponde a la megaminera a cielo abierto, a la exploracin petrolera en mlti-ples pozos y a gran profundidad, a los monocultivos y a la pesca industrial.

En la megaminera se aplican tecnologas que incluye acceso al subsuelo, por ejem-plo, uso intensivo de explosivos, remocin y transporte de enormes volmenes congrandes maquinarias, procesos de separacin variados, pero que en varios casos in-cluyen sustancias contaminantes, importante consumo de agua, etc. La megamineragenera tajos que pueden alcanzar los centenares de hectreas en su superficie, asocia-dos a escombreras y reservorios de aguas contaminadas, dejan enormes volmenes demateriales no utilizados, y gran consumo de agua. Entre las minas a cielo abierto msgrandes se pueden mencionar casos emblemticos como Chuquicamata (Chile), Yana-cocha (Per), o Carajs (Brasil).

En el caso de los hidrocarburos, se perfora ms rpido y a mayor profundidad. Sehan sumado procedimientos que permiten perforaciones mltiples, en varios ramalesligados a un mismo pozo, y que avanzan lateralmente o en diferentes ngulos. La per-foracin a alta profundidad comenz en la dcada de 1990 (operando entre 300 y 1500


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metros de profundidad), y en 2005 se pas a las explotaciones de ultra-profundidad(ms de 1 500 m; el accidentado pozo de British Petroleum en el Golfo de Mxico supe-r los diez mil metros). Como la extraccin de hidrocarburos desde aguas superficialesse ha estancado, la nueva frontera de avance se encuentra a mayores profundidades.Las dos principales reas son el Golfo de Mxico y la costa de Brasil.

En el caso de la agricultura, los extractivismos de tercera generacin estn ejem-

plificados en los monocultivos de soja. Este es un paquete tecnolgico que descansaen una variedad de planta transgnica, el uso de herbicidas especficos a los cuales esasoja es resistente, lo que lleva a que se reduzcan los tipos de agroqumicos utilizadospero aumente enormemente el volumen de los que son aplicados. Esto se complementacon un uso intenso de maquinaria, incluyendo enormes sembradoras y cosechadoras.Los cultivos se suceden sin rotaciones o descansos hasta el agotamiento de suelos; laaplicacin de la siembra directa aumenta la cobertura en los predios pero incrementael deterioro de los suelos.

Figura 1.3.Extractivismos de segunda generacin: minera en socavn con asistencia de untaladro neumtico. Trabajos de perforacin, en 1932, en la mina de oro de Santo Domingo (de-partamento de Puno, Per). Lmina reproducida de Samam Boggio (1979).



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En estos extractivismos de tercera generacin, se consume mucha ms energa,

agua y recursos por cada unidad de recurso obtenida. En algunos casos, como en lamegaminera, los recursos desechados multiplican en varias veces al mineral que serexportado. Desde un punto de vista ecolgico, la eficiencia en el uso de energa, mate-ria y agua, es muy baja.

Desde el punto de vista histrico, estos extractivismos se han desarrollado desde elltimo cuarto del siglo XX, y han proliferado en el siglo XXI.

Cuarta generacin

Esta es la generacin de extractivismos de ms reciente aparicin, donde se obser-van las mayores intensidades y aportes de energa y materia para obtener los recursos.Bajo esta categora se incluye, por ahora, a la obtencin de hidrocarburos por mediode la fractura hidrulica (tambin conocido como fracking, o explotacin de gas deesquisto, shale gas, etc.), y la remocin de hidrocarburos en arenas bituminosas (oilsands, tar sands). Los planes de explotacin minera en el lecho marino a muy alta pro-fundidad, como el llamado pre Sal en Brasil, podran corresponder a esta generacinen caso de concretarse.

Figura 1.4.Extractivismos de tercera generacin: megaminera a cielo abierto (tajo o rajo). Minade cobre y molibdeno Chuquicamata (Antofagasta, Chile), bajo control de la empresa estatalCODELCO. La cantera o rajo principal cubre una gran superficie (800 hectreas) y alcanza granprofundidad (1250 metros), se utilizan enormes maquinarias, con una extraccin final de cobreentre ms de 600 mil ton /ao hace diez aos, a casi 340 mil ton en 2013. Fotografa @Chile-Satelital bajo licencia CC.


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La fractura hidrulica es una prctica cualitativamente y cuantitativamente muy in-tensa, que en parte combina efectos tanto de la explotacin petrolera con otros propiosde la megaminera. En este caso, la obtencin del recurso implica la inyeccin forza-

da de agua y sustancias en el subsuelo, la sucesin de fracturas (que son alteracionesfsicas), y la extraccin de los hidrocarburos y otros elementos asociados. Se afectanreas muy grandes, en tanto requiere una sucesin de pozos, cada uno de ellos de vidatil acotada. Es un procedimiento particularmente invasivo e intensivo, que ocurre agrandes profundidades y cubriendo enormes superficies. Pero a su vez es posiblementeel ms ineficiente de todos considerando el uso de los recursos, el agua y la energa.

Desde el punto de vista histrico, estos extractivismos se han desarrollado desde elltimo cuarto del siglo XX, y han proliferado en el siglo XXI. En Amrica Latina, exis-ten reas en operacin, exploracin o evaluacin en varios pases (destacndose casos

como los yacimientos en el sur de Argentina)4

4 Ms informaciones en La petrolera Total y el avance no convencional en Neuqun, Observatorio Petrolero Sur, 16 Mayo2014, http://www.opsur.org.ar/blog/2014/05/16/total-y-el-avance-no-convencional/

Figura 1.5. Extractivismos de cuarta generacin: extraccin de hidrocarburos por fractura hi-drulica (fracking). rea Aguada San Roque (provincia Neuqun, Argentina) para la extraccinde gas, manejado por la empresa Total. Torre de perforacin al fondo, y a su lado, la hilera decamiones que transportan el agua y qumicos que se inyectarn. Foto del Observatorio Petrolerodel Sur (OPSur), Argentina (2013) 4



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Como puede verse en esta clasificacin, que es esquemtica, se evidencia una ten-

dencia histrica en aumentar el volumen y la intensidad de las extracciones. Los ex-

tractivismos de primera generacin, en tiempos coloniales o las jvenes repblicas,

lograban importantes volmenes de exportacin en esos aos al aprovechar, por ejem-plo en la minera, con yacimientos de mejor calidad, o por medio de gran nmero de

trabajadores (por esclavitud y otras imposiciones). Estos fueron paulatinamente su-

plantados por maquinarias, mientras que las tecnologas de extraccin se diversifica-

ron. Simultneamente los mejores yacimientos se agotaron, y al pasar a otros de menor

calidad, se imponen estrategias como las de tercera generacin.

Este esquema no postula un modelo de evolucin lineal, donde una etapa suplanta

a otra. En realidad, existen variadas superposiciones entre estas generaciones de ex-

tractivismos. Por ejemplo, en Bolivia, hacia fines del siglo XX e inicios del siglo XXI,

podan encontrarse algunas prcticas mineras o agrcolas individuales o familiares que

podran ser calificadas de la segunda generacin, junto a otras de la tercera generacin.

Las sucesivas generaciones de extractivismos que se acaban de describir muestran

que al pasar de una a otra se deteriora el balance entre los recursos obtenidos por el ser

humano y la energa, agua y materiales empleados en la extraccin. Se pueden ilustrar

esos cambios en la apropiacin de hidrocarburos, comparando el nmero de barriles

de petrleo extrados con la energa necesaria para obtenerlos. Un balance de este tipo

es posible usando indicadores de los retornos netos de energa sobre la energa inver-

tida, conocidos como EROI por sus siglas en ingls (energy return on investment5).Cuando el EROI es mayor al a 50:1, la sociedad tiene amplios mrgenes para apro-

vechar energa. Por ejemplo, con un EROI de 100:1, se puede disponer el 99% del pe-

trleo extrado, y se usar al menos un barril para seguir extrayendo. Esa fue la si-

tuacin con los yacimientos petroleros tradicionales en Estados Unidos en la primera

mitad del siglo XX. Pero poco a poco el retorno medido de esa manera, comenz a

caer, ya que se explotaban yacimientos ms profundos o de menor calidad, y por lo

tanto es necesario un esfuerzo mucho mayor. En la actualidad, bajo extractivismos de

hidrocarburos de tercera generacin, se estima que en ese pas el EROI est en el ordende 11 a 18. A nivel global se repite lo mismo: el EROI de petrleo y gas ha sido estimado

en 33:1 en 1999 y 18:5 en 2005 (datos en Lambert y colab., 2013). La figura 1.5 ilustra

esta tendencia para los hidrocarburos. Precisemos que bajo un EROI de 10:1, de todos

modos el 90% de la energa puede ser aprovechada.

5 Tambin son conocidos como energy returned on energy invested. La energa invertida incluye tanto la utilizada directacomo indirectamente en la obtencin del energtico; en algunas versiones revisadas se incluye el gasto de energa enexplorar, refinar, transportar y comercializar el energtico; vase Lambert y colab (2013).


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No basta que el balance sea de 1 a 1, ya que cuando el EROI es 2:1 o menor, esosignifica que la mitad o ms de los hidrocarburos extrados se debern utilizar en pro-

veer energa para la siguiente extraccin. Se ha sostenido que considerando todos losgastos en obtener y procesar hidrocarburos, el umbral de viabilidad energtica est enpor lo menos 3 a 1 (Hall y colab., 2009, Lambert y colab., 2013). Sin embargo, los ex-tractivismos de cuarta generacin tienen un balance mucho peor, en el orden de 2:1 y1:1 (Lambert y colab., 2013). Son actividades inviables desde un punto de vista social yambiental, muy caras econmicamente, y adems insostenibles desde el punto de vistaenergtico.

La figura 1.6. permite ubicar las distintas generaciones de extractivismos en hidro-carburos. Queda en evidencia que la sociedad se est enfocando en utilizar recursosque tienen cada vez peores balances energticos. La marcha de los extractivismos nosdirige al llamado precipicio energtico, una cada repentina del EROI hacia la re-

100

90

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30

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50:1 40:1

ENERG

A

OBTENIDA

RETORNO ENERGTICO DE LA INVERSIN - EROI

VIEJOS YACIMIENTOSHIDROCARBUROS ACTUALES YACIMIENTOS

HIDROCARBUROS

GAS ESQUISTOS

ARENASBITUMINOSAS

PETRLEOESQUISTOS

30:1 20:1 10:1 1:1

%

Energa disponiblepara el consumo

Energa usada enextraer, procesary comercializar

Figura 1.6. Relacin entre el retorno energtico de la inversin en energa (EROI) y la energa ob-tenida que est disponible para ser aprovechada. El deterioro del balance energtico, especial-mente en los extractivismos en hidrocarburos de cuarta generacin, lleva al llamado precipicioenergtico, prximo a una relacin en la cual para extraer un barril de petrleo se debe gastarotro barril. Redibujado con modificaciones de Lambert y Coalb. (2013) y Kitchen (2014).



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lacin 1:1 a partir de la cual dejan de tener sentido, al menos energtico, todo esosextractivismos.

Se puede reconocer a los extractivismos de tercera y cuarta generacin por esos ba-

jos retornos netos en energa. Los de tercera generacin muestran una cada en su ba-lance energtico, ya que tienen gastos mucho ms altos en energa, sea por extraccinen sitios ms profundos o en reas ms alejadas, o bien porque se comienzan a prove-char crudos de menor calidad, que requieren procesos de refinados especiales (petr-leos pesados y ultrapesados). La explotacin petrolera a alta y muy alta profundidad noslo es ms cara, sino que se incrementan los riesgos de accidentes (por ejemplo, en laexplotacin marina, a 300 metros de profundidad se tiene un 30% de probabilidad detener un accidente en el ao, que se eleva al 70% a los 1 500 m)6.

Los peores balances estn en los de cuarta generacin, los hidrocarburos y gases

de esquistos. Adems, sus costos econmicos son enormes (estimados en US$ 70 a 90por barril en el gas de esquisto o arenas bituminosas; Hall y Klitgaard, 2012). Tampocodebe perderse de vista que estos son balances energticos, y que si se sumaran los im-pactos sociales y ambientales, sin duda que los resultados seran peores (aspectos quese analizarn en otros captulos).

Queda en claro que lo que se presenta una y otra vez como avances tecnolgicosde los extractivismos en realidad son peleas contra la escasez, y formas de ocultar losrendimientos decrecientes.

6 Deepwater drilling: recommendations for a safer future, M.A. Cohen, 2010, en Resources for the Future, http://www.rff.org/Publications/Resources/Pages/Deepwater-Drilling-Recommendations-for-a-Safer-Future-177.aspx


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Alo largo de este libro se han abordado los extractivismos en sus distintasdimensiones. Se revisaron sus impactos a nivel local, como son el deteriorode la calidad ambiental o el estallido de conflictos ciudadanos, pero ms es-pecialmente sus efectos de derrame sobre otras diversas dimensiones, como

son los entendimientos sobre los derechos, las prcticas democrticas o el desempeoeconmico.

Teniendo presente esos recorridos, este captulo final busca ofrecer una reflexinsobre algunas de las principales cuestiones que surgen de la problemtica de los ex-tractivismos. Es, por lo tanto, un final que simultneamente expresa posibles iniciospara nuevas tareas. Comienza por insistir en la urgencia y necesidad de atender losfenmenos extractivistas, para despus subrayar sus expresiones multidimensionales,las diferentes prcticas y reacciones ante ellos. Se concluye con el papel de los valores yla tica, tanto en analizar la situacin actual como en promover alternativas.

Urgencia y necesidad

Los extractivismos, tal como se entienden en este libro, son plurales: incluyen un con-junto de apropiaciones muy intensas y de altos volmenes de recursos naturales, local-mente determinados pero que al alimentar exportaciones, estn globalmente articulados.

Si bien los extractivismos tienen una historia que, en Amrica Latina, se puederemontar a los tiempos coloniales, en las ltimas dcadas han adquirido una enorme

Un final quees inicio


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importancia, hasta convertirse en uno de los principales factores de reestructuracinterritorial, impactos ambientales a gran escala, y efectos sociales, econmicos y polticosmuy amplios. Los extractivismos de tercera y cuarta generacin implican apropiaciones

de alta intensidad y amplia cobertura sobre las geografas nacionales. Estos no slo sonimportantes por los impactos de cada uno de los emprendimientos, sino que esas estra-tegias tienen efectos que se derraman en muchas otras esferas, tales como la poltica, laeconoma, la justicia, los modos de entender la Naturaleza, y hasta la cultura.

Bajo estas circunstancias, cualquier entendimiento sobre la realidad latinoameri-cana en los comienzos del siglo XXI es incompleto si no se considera el papel de losextractivismos. El inters en ellos no es una rareza de militantes sociales, ni demandasfolclricas de indgenas o campesinos. Es, en cambio, un fenmeno que ha pasado aocupar papeles centrales en las dinmicas polticas y sociales en todo el continente.

Es necesario abordar los extractivismos, pero adems hacerlo con urgencia. Estosafectan directamente a comunidades locales en todo el continente, deteriorando suscondiciones de vida y sus ambientes. Las personas bajo esas circunstancias necesitanapoyos, respuestas y alternativas cuanto antes. Lo mismo sucede con los ecosistemasimpactados. A medida que los extractivismos siguen progresando se pierden sitios na-turales, se contaminan suelos y aguas, se afecta la salud de las personas, y hay comuni-dades desplazadas que ya no podrn recuperar sus territorios.

Mltiples dimensionesA esos efectos locales, se suman los derrames al resto de la sociedad y sobre el fun-cionamiento de nuestros pases. Es que, pongamos como ejemplo, la reformulacin dela democracia para hacerla funcional a los extractivismos, impone cambios que alcan-zan a toda la poltica nacional, afectando las opciones de movilizacin ciudadana, seencogen las concepciones de la justicia social y hasta fortalecen los hiperpresidencia-lismos. La proliferacin de extrahecciones, en las que se violan los derechos de las per-sonas y la Naturaleza no quedan restringidas a emprendimientos mineros o petroleros,sino que afectan todos los dems planos de la vida nacional. Todo esto lleva a subrayarla urgencia en abordar la problemtica de los extractivismos. No se puede perder tiem-po, y se debe admitir que los relojes corren en contra tanto de las comunidades localescomo de la ciudadana en general.

Esto explica que los extractivismos sean fenmenos multidimensionales. No pue-den ser encarados apenas como las acciones de extraccin de recursos naturales de unsitio y su transporte hacia los mercados globales. Es cierto que eso son, pero siempredebe tenerse presente que van mucho ms all de esas actividades.


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Como se ha considerado a lo largo de los anteriores captulos, los extractivismosson parte, y a la vez refuerzan, concepciones sobre la Naturaleza, modos de entenderla economa, la preponderancia de regmenes polticos ms verticales, ideas de una

justicia esencialmente economizada, y derechos recortados. Los abordajes ms comu-nes, que se enfocan en emprendimientos especficos, como pueden ser una minera oun campo petrolero, sin duda son valiosos, pero nunca debe desatenderse esta multi-dimensionalidad. Es ms, en este libro se insiste en que esos derrames tienen efectosmuchos ms profundos y extendidos que los impactos locales de los emprendimientosespecficos.

Muchos de los abordajes tericas convencionales no estn bien equipados para li-diar con estas intrincadas vinculaciones. Por ejemplo, por dcadas se ha sostenido quebastaba con nacionalizar los recursos y empresas extractivistas para generar un nuevo

tipo de desarrollo, mucho ms justo y sin explotacin de las personas. Los extractivis-mos latinoamericanos actuales muestran que la cuestin es mucho ms compleja, yaque bajo todo tipo de propiedad de los recursos y de las empresas extractivas, inclu-so all donde fueron nacionalizadas, se repiten los problemas. Surge entonces que laracionalidad del desarrollo convencional apunta a controlar y organizar las cadenasproductivas y comerciales, y mientras stas brinden los recursos necesarios, toleranque estn en manos estatales.

Investigacin y ciencia

Muchas de las discusiones sobre los extractivismos otorgan una enorme impor-tancia a los saberes cientficos. Se encontrarn centros universitarios o catedrticosapoyando distintas variedades de extractivismos, mientras gobiernos y empresas sebasan en ellos para presentar sus planes como objetivos e indisputables. Son saberescientficos que legitiman los extractivismos. A su vez, desde la sociedad civil tambinse elaboran otros saberes cientficos, independientes de los intereses comerciales, cer-canos a las necesidades de la gente y comprometidos con el ambiente. Se generan, as,disputas entre saberes expertos.

Esto explica que el aporte de la investigacin est inmerso en todo tipo de tensiones.Bajo ese marco se debe reconocer que mucho se ha avanzado en entender la dinmicade los extractivismos. Pero tambin hay que reconocer que la produccin acadmicalatinoamericana aparece desproporcionadamente inclinada sobre los sectores que pro-mueven los extractivismos, o discurre bajo prcticas por las cuales su incidencia enesos debates es acotada. Entre los primeros casos es evidente que desde las escuelas degeologa, economa, agronoma, etc., la tendencia ms evidente es generar y reproducir

UN FINAL QUE ES INICIO


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paquetes de desarrollo extractivistas (existen sin duda gelogos, agrnomos, etc., quepueden reconocer las limitaciones de esas estrategias y sus impactos, pero estos sonen muchos casos personas o grupos minoritarios e incluso aislados en los mundillos

universitarios). En algunos pases, parte de las regalas son destinadas a universidadeso incluso a becas de investigacin o estudiantiles (esto ocurre en Argentina, Boliviay Colombia). A su vez, las prcticas universitarias actuales, al estar enfocadas en unaproduccin cientfica que sobre todo se debe difundir en revistas acadmicas arbitra-das internacionales y en ingls, termina desconectada de las coyunturas nacionales.Las comunidades locales no pueden esperar aos hasta que un artculo sea publicadoen unjournal, y adems en ingls.

En paralelo ocurre otro problema cuando las comunidades locales tambin deseancontar con su propio experto, y mejor si proviene de una universidad del norte. Ese

tipo de aportes son muchas veces importantes para detener emprendimientos muydainos, pero tambin legitiman la existencia de saberes expertos acadmicos.

Esto hace que sea necesario seguir mejorando los conocimientos sobre los extracti-vismos, pero tambin se deben apelar a otras prcticas cientficas, otros compromisoscon los temas, las comunidades y la Naturaleza, y otros modos de insercin en losdebates pblicos. Las principales responsabilidades descansan sobre los propios lati-noamericanos.

Felizmente contamos con ejemplos de aportes tcnicos concretos, ofrecidos entiempos oportunos, y directamente articulados con las coyunturas nacionales y lasdemandas locales frente a los extractivismos. Como ejemplos de ese tipo de inves-tigacin comprometida se pueden citar el trabajo de ONGs como CooperAccin enPer y CEDIB en Bolivia, la extraordinaria investigacin de la Contralora General dela Repblica en Colombia, o los seguimientos que se hacen desde el Observatorio deConflictos Mineros (con sede en Chile). Tambin son importantes las articulacionesentre los propios acadmicos, ya que los temas del extractivismo son multidiscipli-narios, y desde all vincularse con las organizaciones ciudadanas y la opinin pblicaen general. Ejemplos en esas tareas son el Colectivo Voces de Alerta en Argentina, lasinvestigaciones promovidas por Alberto Acosta en Ecuador junto a distintos colegas,el equipo animado por Catalina Toro en Colombia, o los estudios del grupo PoEMASsobre poltica, economa, minera y ambiente y sociedad en Brasil, con Bruno Milanezy R.S.P. dos Santos, entre otros. Estos ejemplos no agotan la lista de casos latinoameri-canos, pero son suficientes para indicar posibles rutas a seguir.

La situacin se vuelve ms compleja con los aportes acadmicos que desde las uni-versidades de Europa o Amrica del Norte se hacen sobre lo que sucede en AmricaLatina. Buena parte de ellos se publica en ingls, est enfocado en discusiones dentro


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de sus propios espacios acadmicos, congresos y citas en losjournals. Aunque all hayunos cuantos autores que hacen seguimientos cercanos de lo que sucede en AmricaLatina, tambin hay contribuciones que son solamente descripciones de los procesos,

sin acompaamientos, o bien se apropian de los aportes latinoamericanos para re-es-cribirlos en sus propios lenguajes. En algunas situaciones la sensacin que le queda allector es que se repasan nuestras discusiones, pero que ser finalmente la academia delnorte la que le dar lo que se consideran justos trminos o base terica (a mi modo de

ver, un ejemplo de esto es la revisin de Burchardt y Dietz, 2013). Tambin reconozcoque ese no es un problema restringido al norte acadmico, ya que en muchas de nues-tras universidades se repiten las mismas manas (mi ejemplo preferido es la aparentetendencia en que cualquier anlisis del extractivismo no es suficientemente serio si nocuenta con algunas citas claves del norte).

Teniendo presenta estas alertas y dificultades, se debe decir muy claramente que esimperioso mejorar el conocimiento sobre los extractivismos latinoamericanos. Muchose ha avanzado en ese sentido, pero es necesario continuar en esa tarea, y ella debe nu -trirse tanto de los saberes expertos del mundo acadmico, incluso de aquel que piensay escribe en ingls, como de los saberes tradicionales y locales. Es importante que tantodesde las organizaciones de la sociedad civil como desde acadmicos comprometidos,se generen saberes propios, claramente enfocados con los derechos de las personas yla Naturaleza.

Contamos en Amrica Latina con una rica tradicin en promover saberes desde

estas otras perspectivas. Los ejemplos ms conocidos son las experiencias en investi-gacin participativa, la investigacin-accin participante e incluso desde la educacinpopular. Tambin se cuenta con la ventaja de poder aprovechar los debates que estnen marcha en el norte, no para ceirse a ellos, sino como insumos a nuestras propiasreflexiones. Dicho de otro modo, una mirada acadmica alternativa e independientedesde Amrica Latina no tiene porqu quedar atrapada por la bibliografa en ingls,alemn o francs, sea para ajustarse a sus modas o para ignorarla, sino que debe apro-

vecharla creativamente en su propio beneficio.

La investigacin propia debe ser rigurosa, y posiblemente todava ms exigente queaquellas que sirven de apoyo a los extractivismos. Tambin debe construir sus propiosmarcos conceptuales, avanzando todo lo que sea necesario en los niveles de abstrac-cin. Es necesario crear nuestras propias teoras, y no siempre caer en forzar realidadesy situaciones desde las teoras confeccionadas en Paris o Cambridge.

No debe olvidarse que este otro tipo de investigaciones debe presentar sus resulta-dos en medios de difusin rpidos, ajustados a las necesidades actuales y concretas, encastellano o portugus, y de maneras comprensibles para lectores promedio en Am-



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rica Latina. Esto no quiere decir que se abandone participar de las discusiones acad-micas que discurren en losjournals, sino que se debe incidir en ese mundo, abriendobrechas para otro modo de hacer ciencia y otros tipos de compromisos. Tampoco est

dems agregar que esos aportes deben ser rigurosos; de nada sirve denunciar, pon-gamos por caso impactos ambientales si los documentos tcnicos encierran erroresevidentes o son de baja calidad.

Acciones, prcticas, praxisAs como hay tareas necesarias y urgentes en el frente de la investigacin y la cons-

truccin de contra-saberes, tambin es necesario identificar algunas cuestiones quedeben asumirse cuanto antes. Estas, a mi modo de ver, deben estar guiadas por trescomponentes: impedir que contine la expansin de los extractivismos depredadores,

aliviar las situaciones concretas de sitios o comunidades que estn seriamente afecta-dos por los impactos de los extractivismos que ya estn en marcha, y promover prcti-cas alternativas a estos tipos de desarrollo.

Considero que los tres componentes estn muy vinculados entre s. No olvidemosque bajo las circunstancias polticas actuales en muchos pases del continente, cual-quier denuncia de las actividades extractivas siempre suscita respuestas defensivas queincluyen pedidos tales como cul es la alternativa?. Esas acciones, a su vez, debenestar estrechamente relacionadas con la generacin de nuevos conocimientos para queas sean ms efectivas y sustantivas. Se debe apelar a las amalgamas entre exploracionestericas o conceptuales, con las prcticas concretas, mutuamente determinadas, bajossucesivos aprendizajes, y comprometidas ticamente.

Entre la multiplicidad de temas que se pueden abordar, se pueden subrayar algunosque se destacan por su urgencia o relevancia. Tan slo como ejemplo, entre ellos se en-cuentra entender mejor las vas por las que se despoja a la Naturaleza de toda organici-dad para convertirla en bienes y servicios que pueden ser extradas. Este es un problemaque tiene, a su vez, muchas relaciones con las amplias reconfiguraciones territorialesque promueven los extractivismos bajo las concesiones y licencias de explotacin. Es

una investigacin que debera servir a prcticas que no slo detengan la destruccinambiental, sino que impidan nuevos avances de una gestin ambiental mercantilizada,reconozcan la diversidad de valores en juego, y respeten los territorios prexistentes.

Los extractivismos tienen muchas implicaciones en temas econmicos, y entre ellosse vuelve necesario denunciar las contabilidades totalmente distorsionadas que ocul-tan los costos de sus impactos y exageran los beneficios financieros. No puede dejar demencionarse que es prioritario abordar la problemtica de la lucha por los excedentesextractivistas. La apetencia por captar dineros de esos excedentes se esparce en muchos


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movimientos sociales, y ello termina en conflictos entre distintas localidades o grupos,indgenas contra campesinos, municipios contra vecinos, etc. Se deben dedicar esfuer-zos intensos para desactivar esos enfrentamientos y para dejar en claro que ensimis-

marse en esa discusin termina corroyendo las ideas tradicionales de responsabilidad,reciprocidad y justicia que ha albergado la sociedad civil.

Tambin es necesario abordar las prcticas polticas de nueva manera, ya que los ex-tractivismos se sostienen bajo condiciones muy particulares. En efecto, al ser defendidostanto por derecha como por izquierda, y ms all de sus diferentes instrumentalizacio-nes, buena parte de los actores polticos los legitiman y generan las condiciones que loshacen viables. Esa defensa desde la derecha o el progresismo, explica que unos resistenlas crticas tildndolas de radicales o izquierdistas, y los otros las califican de infantiles ofuncionales a la derecha. Esto hace que cuando se enfrenta a los extractivismos, se debe

avanzar hacia prcticas polticas que adems de denunciar sus efectos, necesariamentedeba ubicarse ms all de posturas partidarias conservadoras o progresistas.

No olvidemos la importancia de entender de mejor manera los diferentes modos deapropiacin que usan los extractivismos, sus contextos culturales, y cmo son reapro-piados por una racionalidad econmica.

Desde el seno de la sociedad civil se repiten problemas anlogos, que van desde quie-nes se ilusionan en creer que bastar pasar desde gobiernos conservadores a progresistaspara resolver esta problemtica, a aquellos que apoyaron esos cambios y ahora se sientendesilusionados entre otras cosas por los proyectos extractivistas. Ante esto, es necesario

insistir que cualquier accin ante los extractivismos ser siempre poltica, ms all deque quienes la lleven a cabo lo acepten o reconozcan, o no. Como los extractivismos sesostienen en entramados polticos, todo abordaje crtico afectar esos sostenes.

Sostener que las prcticas y las valoraciones frente a los extractivismos siempre sonpolticas puede parecer un simplismo. Pero ha dejado de serlo en la actualidad. Es quebajo las democracias delegativas latinoamericanas hay unos cuantos casos en los que seintenta excluir a los extractivismos del campo de la poltica, reubicndolos como unamera cuestin tcnica. Desde el poder se sostiene que no se debe politizar el asunto.Ante esto se vuelve imperioso reivindicar prcticas que repoliticen las discusiones sobrelos extractivismos y dejen en claro que eso es legtimo, necesario y propio de cualquierrgimen democrtico. Esto permitir avanzar hacia prcticas que busquen detener losextractivismos apelando, por ejemplo, a los derechos de la ciudadana o la Naturaleza.

Los sujetos envueltos en estas prcticas son muy variados, y aqu no sirven las de-terminaciones a priori, ni los enfoques clasistas. Esa multiplicidad y diversidad se ob-serva, por ejemplo, en agrupamientos indgenas, campesinos, grupos vecinales, ONGs,o centros acadmicos. Pero as como hay grupos locales que activamente enfrentan



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los extractivismos, hay otros que los desean. Esto hace que las praxis polticas parasalir del extractivismo no puedan estar predeterminadas, y que necesariamente debaninsertarse en la sociedad civil para promover cambios en aquellos sectores que todava

estn ilusionados con ellos.Todas estas circunstancias explican la importancia de la independencia de la so-ciedad civil. Esta no puede ser un mero apndice de partidos polticos enfocados enconquistar el Estado, y su independencia debe ser defendida. Sin duda esto no implicacaer en el otro extremo, asumiendo que se debe abandonar la poltica en general, ola participacin partidaria en particular. Es necesario alentar y apoyar a aquellos quedesean actuar dentro de los partidos polticos para cambiar sus posiciones frente alos extractivismos. Pero lo que se desea sealar es la gran importancia de los espaciosciudadanos, donde se hace poltica de otra manera, y que al ser independientes de los

partidos y el Estado, sirven para regularlos, controlarlos y mejorarlos.Finalmente, debe quedar claro que estas prcticas, todas ellas, necesariamente son

democrticas. No se puede suplantar un hiperpresidencialismo a favor de los extracti-vismos por otro, en sentido opuesto, que todo lo prohba. Los cambios deben moversebajo las demandas y exigencias de las mayoras. Son alternativas que se nutren delrescate de mltiples valoraciones frente al ambiente y la sociedad, lo que las obliga aser democrticas.

Desarrollo y culturaExisten relaciones recprocas intensas y estrechas entre las variedades de desarrollo

y los extractivismos actuales. En efecto, ambos se necesitan mutuamente. Toda vezque estos se concretan en emprendimientos extractivos especficos, se refuerzan esastendencias. A su vez, las concepciones del desarrollo generan las condiciones de ne-cesidad, legitimacin y aplicacin de los extractivismos. Se reproducen estrategias dedesarrollo obsesionadas con el crecimiento y la insercin comercial global, y por ello,fatalmente caern en los extractivismos. Estn embebidos en smbolos de todo tipo,tales como presentar a l

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