EL ATEISMO VIVIENTEEL ATEISMO VIVIENTE

No hay moralidad sin No hay moralidad sin inmortalidadinmortalidad

Fiodor DostoyevskiFiodor Dostoyevski

Alumno: Walter Córdova Fuentes

Dice en su corazón el Necio :

    «No hay Dios».     Se han corrompido, hacen obras despreciables,     no hay quien haga lo bueno.

Salmos 14:1

No hay Dios.     Se han corrompido, e hicieron abominable maldad;     No hay quien haga bien.

Dice en su corazón el Necio :

Salmos 53:1

El Necio afirma tal cosa, no con la cabeza, sino con el corazón.

La gente religiosa cree que Dios sostiene y fortalece al hombre, pero el teísmo sostiene al ser y a los valores humanos.

Debido al surgimiento de la libertad humana, es el único ser que puede poner límites al hombre y establece fronteras.

Sin Dios, no hay límites al desarrollo constantemente renovado e inquieto de la libertad humana. La consecuencia del ateísmo es el ejercicio sin límites de la libertad.

Naturaleza dinámica de la “libertad humana” se va a expresar en los siguientes modos:

1. Individualmente

En el aspecto individual Dostoyesvski lo va a personificar en Kirillov personaje de los poseídos. El suicidio es una consecuencia lógica interior del ateismo vital.

Mientras el hombre exista y se sienta obligado a aceptar su existencia, no tendrá libertad plena; y cuando la tenga, no se sentirá obligado a ello. Cuando la libertad finita se hace Dios, en aquel momento “este Dios no existirá”.

“No tengo idea más alta, que mi falta de fe en Dios… reconocer que no hay Dios, sin reconocer al mismo tiempo que uno mismo es Dios, es absurdo …¡El atributo de mi divinidad!

Si Dios muere el hombre se convierte en Dios; y cuando uno es como Dios, completamente libre en ese momento tiene que morir, puesto que ya no está obligado a aceptar las condiciones de su propia existencia.

Si hubiese Dios, habría una naturaleza humana determinada y fija, lo cual negaría la libertad. Pero como la libertad existe, no hay naturaleza inmutable, ni Dios.

2. Socialmente

Sin Dios, la libertad no tiene límites; y una libertad ilimitada exige, fatalmente, una sumisión ilimitada. Esta es la esencia de la revolución y, antes del liberalismo social ateo.

3. Universalmente

Se ha hablado de la falta de convicción del corazón de que no hay Dios y en lo que afecta a la libertad individual y social. Y las dos coinciden.

Sin Dios, no hay deber moral, es decir que el único fundamento de la moralidad es “un alma humana inmortal”.