Exposicion Baudelaire

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Baudelaire

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Baudelaire nos habl de alguien especial, el seor G. , al que llam el pintor de la vida diaria, que destac no slo como pintor, sino tambin en ese otro oficio tan francs que consiste enflanear:Para el perfecto paseante, para el observadorapasionado, es un inmenso goce el elegir domicilio entre el nmero, en lo ondeante,en el movimiento, en lo fugitivo y lo infinito. Estar fuera de casa, y sentirse, sinembargo, en casa en todas partes; ver el mundo, ser el centro del mundo y permaneceroculto al mundo, tales son algunos de los menores placeres de esos espritus independientes,apasionados, imparciales, que la lengua slo puede definir torpemente.En vez de acudir a un teatro (en la actualidad sera a un cine, a un espectculo multimedia o un parque de atracciones), el pintor de la vida diaria simplemente se lanza a la calle, a ver la vida:El observadores un prncipe que disfruta en todas partes de su incgnito. El aficionado a la vida hace del mundo su familia, como el aficionado al bello sexo compone su familiacon todas las bellezas encontradas, encontrables e inencontrables; como el aficionado a los cuadros, vive en una sociedad encantada de sueos pintados sobre tela. As, el enamoradode la vida universal entra en la multitud como en un inmenso depsito de electricidad.

Resultan evidentes en el ensayo de Baudelaire las huellas de su admirado Poe, y en concreto de aquel cuento llamadoEl hombre de la multitud, que el propio Baudelaire menciona y describe no como un cuento, sino como un cuadro, un verdadero cuadro. En el cuento de Poe, el narrador, que comienza a recuperarse de una enfermedad (detalle que quiz no sea casual), se dedica a observar a la gente que recorre las calles de Londres:Tras muchas horas de observacin, descubre a un anciano decrpito al que decide primero vigilar atentamente y luego seguir. Algo en su actitud le llama la atencin. Cada vez que las calles empiezan a vaciarse de gente, el anciano parece sentir una inquietud y angustia crecientes y busca desesperado otro lugar en el que encontrar multitudes, o al menos una cierta densidad de ciudadanos. As llega a los barrios bajos de Londres y all, rodeado de gentes que a otros asustaran, el anciano recupera sus fuerzas.

Ahora bien, cuando me refiero al personaje de Poe, me refiero tambin al narrador: l es el verdaderoflneurque se pasa las horas mirando a la multitud o siguiendo a ese anciano, quiz un flneurjubilado, ya sin la fuerza de la curiosidad, adicto simplemente a la presencia humana, sin la que no puede seguir existiendo. El pintor de la vida moderna de Baudelaire, el seor G., se parece al narrador deEl hombre de la multitud, no al anciano que da ttulo al cuento, aunque quiz no haya que subestimar ese carcter adictivo que puede sobrevenir al flneur, restndole fuerzas propias a su vida y dependiendo cada vez ms de las ajenas.En cualquier caso, del mismo modo que el narrador o el hombre de la multitud, el seor G., el pintor de la vida diaria de Baudelaire, nunca se cansa de estar entre la multitud:Todo hombre, deca un da el Sr. G. todo hombre que no est abrumado por una de esas penas de naturaleza demasiado positiva para no absorber todas las facultades, y que se aburre en el seno de la multitud, es un necio! un necio! Y yo lo desprecio!Para el seor G. nos dice Baudelaire, la multitud es su dominio, como el aire es el del pjaro, como el agua el del pez. Como el personaje de Poe, el seor G tiene una pasin y una profesin, que consiste en adherirse a la multitud. Adems de ello, pinta, pero su oficio, al que Baudelaire dedica la segunda parte de su simptico ensayo, es slo una consecuencia de su verdadera pasin, que es el flanear por las calles, deambular en busca de detalles de la vida diaria, de instantes robados a la realidad.

Al examinar el personaje annimo de"El hombre de la multitud"y la singularidad delSr.G, pintor que da fundamento a la crtica de la tradicin pictrica de costumbres,quedaren evidencia como los principales argumentos de Baudelaire sobre el arte y las nuevas formas de habitar la ciudad moderna encuentran en el relato de Poe una significativa fuente de inspiracin.

El pintor de la vida modernaes uno de los ensayos esenciales de Baudelaire. A partir del elogio de su amigo, el pintorConstantin Guys, Baudelaire nos dejar su concepto de modernidad como lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente, la mitad del arte, cuya otra mitad es lo eterno e inmutable. Y para que la modernidad sea digna de convertirse en antigedad, es necesario que se haya extrado la belleza misteriosa que la vida humana introduce involuntariamente. Esa es la tarea del Sr. G., (Constantin Guys) el artista pintor de costumbres, el perfecto paseante (flneur), el observador apasionado:El genio de este artista reside en lacuriosidad; al igual que el narrador del relato de Poe es como si se encontrara siempre, espiritualmente, en estado convaleciente; y la convalecencia es como un retorno a la infancia.

"El genio no es ms que la infancia recuperada a voluntad, la infancia dotada ahora, para expresarse, de rganos viriles y del espritu analtico que le permite ordenar la suma de materiales acumulada involuntariamente."

En base a la lectura, escritura y discurso de Poe, Baudelaire se enfoca sobre elflanurentorno a mediar el ocio propio de la modernidad transformado en un Tedio Vital entre lo novedoso en la modernidad en s misma eliminando en el termino del flaneur la identificacin con un desterrado social. Para Baudelaire existe una necesidad de reconversin social justificada ante el desocultamiento del fenmeno de las multitudes y de la perdida de una identidad.

Walter Benjamin insiste en la importancia de luchar con los conceptos para definir lo moderno para entender la ciudad, en el ajetreo desaprensivo de esta masa, que produce efectos perturbadores sobre conciencias y sensibilidades que asisten a su espectculo, donde las fuerzas reprimidas que permanecan inactivas en el hombre, por el proceso de la produccin material de las maravillas de la civilizacin, se trasuntan en un hormigueo repugnante (Benjamin: 1991;74).Es en base a la multitud, es decir a la aparicin de la masa, que elflanurentra en un juego dialectico entorno a la identidad y a la unidad del individuo en el panorama urbanstico. Igualmente la expresin natural de los gestos que el individuo expresa cotidianamente automatizando su conducta y la cognicin que tiene de si mismo, de la ciudad, la sociedad y la cultura, le sirven para poner en evidencia la representacin del aislamiento en el inters personal, es decir en la perdida de las huellas del individuo dentro de la masa urbana lo que para Baudelaire es la contraposicin a la naturaleza libre como paisaje; el mundo alienado a la vida social.Elflanurmueve su mirada con una conciencia social a profundidad, devolviendo la identidad en lo indeterminado de la masa citadina manteniendo a la expectativa la experiencia particular del individuo, leyendo, escribiendo y hablando de signos dispersos en los que puede especularse una identidad en la propia experiencia de s mismo en la vestimenta, en el rostro, en la gestualidad y a partir de ellos desconstruir las ideas de comunidad y la actividad subjetiva que discurre en cada individuo inmerso en la masa como un contenido temtico subjetivo, en cuya base se encuentran construcciones imaginarias de signos de identidad en movimientos secuenciales, esto es no lineales.

La genuina soledad en la multitud, es la obra de unflanur, quizs en la posmodernidad se trate del sntoma ms palpable y caracterstico que nos toca deconstruir y desocultar. En donde las reglas de la intimidad, de la vida privada, del mundo subjetivo de cada quien han llevado a que la vida en la Gran Ciudad asesine las posibilidades legtimas de un aislamiento real basado en el absoluto autogobierno de las costumbres. El trastorno que la posmodernidad y las tecnologas de la informacin produce en las ciudades, en los objetos y por ende en las personas es el impedimento de la intimidad, del libre juego de la identidad que deber por los tiempos en los que vivimos refugiarse por avales tales como la abstraccin narcisista o la inmersin desesperada en el ocano multitudinario.