Explosión de AZF en Toulouse

7
Explosión de AZF en Toulouse AZF eran las siglas de una factoría química (AZote Fertilisants) que la empresa Grande Paroise tenía a 5 km de Toulouse. A partir de 2005 y tras la fusión de Total y Elf-Aquitania que dio lugar a TotalFinaElf pasó a formar parte de la filial Atofina de dicho grupo. En un principio fue construida en 1920 en el barrio de Empalot, a las afueras de la Ville Rose pero el crecimiento de la ciudad la fue envolviendo progresivamente. Esto tuvo dramáticas consecuencias el 21 de septiembre de 2001 cuando a las 10:17 de la mañana, 40 de las casi 400 toneladas almacenadas de amonitrato (fertilizante a base de Nitrato de amonio) explotaron creando un cráter de 30 m de diámetro y 10 m de profundidad. Balance de la catástrofe Balance humano El balance oficial es de 30 muertos (21 trabajadores de la empresa, 10 de los cuales asalariados de Grande Paroisse), más de 2500 heridos graves y cerca de 8000 heridos leves. La mayor parte de los heridos fueron víctimas de una violenta onda expansiva que sacudió la ciudad rompiendo los cristales en varios kilómetros a la redonda. Años después se cuentan por varios los miles de personas que precisan tratamiento psicológico para superar los traumas originados por la explosión y las subsiguientes escenas de caos. Balance material Se calcula que los daños ascienden a 2000 millones de euros. La explosión destruyó o dañó un gran número de infraestructuras en la zona sudoeste de la ciudad, obligando a reformar o reconstruir la Escuela Nacional Superior de Ingenieros Químicos, los institutos Gallieni y Déodat de Séverac, el hospital Gérard Marchant, el

Transcript of Explosión de AZF en Toulouse

Page 1: Explosión de AZF en Toulouse

Explosión de AZF en Toulouse

AZF eran las siglas de una factoría química (AZote Fertilisants) que la empresa Grande Paroise tenía a 5 km de Toulouse. A partir de 2005 y tras la fusión de Total y Elf-Aquitania que dio lugar a TotalFinaElf pasó a formar parte de la filial Atofina de dicho grupo.

En un principio fue construida en 1920 en el barrio de Empalot, a las afueras de la Ville Rose pero el crecimiento de la ciudad la fue envolviendo progresivamente. Esto tuvo dramáticas consecuencias el 21 de septiembre de 2001 cuando a las 10:17 de la mañana, 40 de las casi 400 toneladas almacenadas de amonitrato (fertilizante a base de Nitrato de amonio) explotaron creando un cráter de 30 m de diámetro y 10 m de profundidad.

Balance de la catástrofe

Balance humano

El balance oficial es de 30 muertos (21 trabajadores de la empresa, 10 de los cuales asalariados de Grande Paroisse), más de 2500 heridos graves y cerca de 8000 heridos leves.

La mayor parte de los heridos fueron víctimas de una violenta onda expansiva que sacudió la ciudad rompiendo los cristales en varios kilómetros a la redonda.

Años después se cuentan por varios los miles de personas que precisan tratamiento psicológico para superar los traumas originados por la explosión y las subsiguientes escenas de caos.

Balance material

Se calcula que los daños ascienden a 2000 millones de euros. La explosión destruyó o dañó un gran número de infraestructuras en la zona sudoeste de la ciudad, obligando a reformar o reconstruir la Escuela Nacional Superior de Ingenieros Químicos, los institutos Gallieni y Déodat de Séverac, el hospital Gérard Marchant, el Palacio de los Deportes, la Sala Bikini amén de un buen número de empresas, piscinas, gimnasios, salas de música, etc.

Además los daños en viviendas particulares llegaron hasta el centro urbano en forma de destrozos en puertas, ventanas, techos, muros...

Consecuencias

La fuerte conmoción que supuso la explosión, con la evacuación de un área metropolitana de cientos de miles de personas y toda la psicosis terrorista que la siguió (no hay que olvidar que la catástrofe se produjo 10 días después del atentado del World Trade Center) dejó una profunda huella en la conciencia colectiva de los tulusanos. La ineficacia administrativa en el pago de algunas indemnizaciones y las discrepancias sobre el origen de la explosión no han ayudado a que se olvide.

Page 2: Explosión de AZF en Toulouse

Un ejemplo de hasta que punto el nombre de AZF y la fecha del 21 de septiembre de 2001 han marcado las conciencias del país lo encontramos en la decisión de las autoridades de tráfico galas de cambiar todas las mátriculas de la región del Alto Garona que incluyeran las siglas AZF, o la utilización de dichas siglas por parte de un grupo terrorista que en 2004 atentó contra la vía férrea París-Toulouse.

Aparte de los daños directos provocados por la explosión, la desaparición de la empresa y todo el tejido industrial del que se nutría fue un duro golpe para la economía de la ciudad y de todo Mediodía-Pirineos. Hasta aquel entonces la química había sido junto a la aeronáutica el motor económico de la ciudad, llegando incluso a bautizar una de sus universidades con el nombre del químico y premio Nobel local Paul Sabatier.

En el plano humano la destrucción de viviendas y residencias estudiantiles y la prioridad que se le dio a la reconstrucción de infraestructuras comunes antes que domicilios provocó una grave crisis de vivienda en la segunda ciudad con más estudiantes de Francia. Durante el año siguiente a la explosión muchos estudiantes fueron incapaces de encontrar alojamiento y otros tuvieron que hacerlo en condiciones muy precarias (campings, autocaravanas...).

Causas de la explosión

Solo tres días después del atentado el procurador de la República M. Bréand adelantó que se trataba de un accidente con una seguridad del 99%. Cinco años después esta hipótesis sigue siendo la tesis oficial, pese a que los abundantes flecos sueltos e inconsistencias hacen que sea muy contestada.

Según las autoridades, un empleado de AZF vertió por error sobre el amonitrato almacenado hasta 500 kg de DCCNa (Dicloroisocianurato de sodio), un producto clorado para piscinas que se almacenaba en otra parte de la planta. El contacto de ambos compuestos habría desencadenado la reacción. Esta hipótesis se desmiente a través de las reconstrucciones de los hechos que en octubre de 2002 realizaron expertos en la materia demostrando no sólo la dificultad de confundir ambos productos sino la imposibilidad de que una reacción de esas características surgiera en las condiciones que se daban.

Otra hipótesis se centra en testimonios que aseguran haber visto extraños fenómenos atmosféricos cerca de la fábrica. Según los mismos la explosión podría deberse a algún fenómeno electromagnético muy puntual, si bien no está en ningún caso probado que el amonitrato explote al sufrir descargas eléctricas (más bien lo contrario, en 2005 se hicieron ensayos en los que descargas de hasta 63 kV no producían efecto alguno sobre este material).

También hay quien habla de seísmos. Dada la magnitud de la explosión, ésta quedó registrada en todos los sismógrafos de la zona, resultando imposible afirmar cronológicamente a ciencia cierta si el temblor de tierra fue fruto o causa de la misma.

Page 3: Explosión de AZF en Toulouse

La fábrica en la actualidad

Pese a los esfuerzos de los empleados que promovieron la reparación y reapertura de la fábrica tras una mejora de las medidas de seguridad la presión política y de la opinión pública forzó a que la planta y sus devastados alrededores fueran demolidos en su totalidad.

Actualmente se encuentran en fase de descontaminación y han sido destinados a zonas verdes y a un centro internacional de investigaciones contra el cáncer.

http://www.apaprevencion.com/fotos/articulos_tecnicos/P159_2.pdf

http://www.mapfre.com/ccm/content/documentos/mapfrere/fichero/es/trebol-num23-2.pdf

http://www.belt.es/noticias/2002/02_enero/02_04/03_toulouse.htm

Noticias Profesionales

Noticias

Jueves, 3 de enero de 2002

Seguridad Industrial y Prevención de Riesgos Laborales

Page 4: Explosión de AZF en Toulouse

Un vertido indebido fue el desencadenante de

la explosión de la petroquímica de Toulouse

Los expertos concluyen que un operario vertió por error desechos

de cloro en una nave donde se almacenaba nitrato de amonio

Según los expertos que investigan la explosión de la planta petroquímica de AZF de Toulouse el pasado 21 de septiembre -que causó la muerte a 30 personas, heridas a otras 2.500 y dejó a decenas de familias sin hogar-, el accidente se produjo porque desechos de cloro pudieron haberse puesto en contacto de forma accidental con un stock de nitrato de amonio, según el diario francés Le Parisien, lo que habría provocado una reacción química catastrófica.

Un trabajador temporal en la empresa en cuestión ha declarado que alrededor de quince minutos antes de la explosión recibió la instrucción de depositar en la entrada del siniestrado hangar 221, en el que se encontraba almacenado el nitrato, un saco de desechos procedentes de otra zona de la fábrica en la que se utilizaba el cloro.

Los dos expertos químicos nombrados por la autoridad judicial han declarado a los dos jueces que instruyen el caso haber simulado en el laboratorio el fenómeno que desencadenó la tragedia, es decir, el efecto del contacto del cloro con el nitrato de amonio, llegando a la conclusión de que ambos productos son incompatibles y que bien pudieron provocar una explosión al entrar en contacto.

Si esta hipótesis se verifica, ofrecería una explicación posible al drama de Toulouse. La explosión, que no llegaban a entender los químicos porque el nitrato no explosiona solo (para ello requiere la influencia de una fuente de calor exterior que no existió), tendría entonces su origen en una reacción química que bien se pudo producir a temperatura ambiente.

Page 5: Explosión de AZF en Toulouse

En cualquier caso, el contenido del saco no pudo ser identificado, debido a que la explosión hizo desaparecer cualquier prueba, por lo que ningún elemento evidencia que se tratara de cloro (por error) y no de nitrato. Las autoridades judiciales, por su parte, se niegan a confirmar una dato que corroboraría la tesis del accidente (negligencia en las medidas de seguridad o error de manipulación), de la cual están convencidos desde los primeros días y a pesar de que se habló de la posibilidad de un atentado.

Al descuido mostrado por parte del empleado de la petroquímica si se probara que realmente confundió el nitrato con el cloro (lo que resulta improbable, según los expertos, pues además de la diferencia de olores, el primer elemento se presenta en forma de polvo blanco, mientras que el segundo, también blanco, tiene un aspecto granulado), se suman una serie de "negligencias industriales", como la humedad del almacén (que favoreció la descomposición química del nitrato), la formación de una capa de nitrato endurecido con el paso de las palas (que encerraría bolsas de gas nítrico ultra sensibles) o la falta de un sistema de detección de incendios en el almacén (cuando según un informe de la Dirección General de Medio Ambiente, el nitrato debe considerarse como una sustancia explosiva aunque los riesgos de explosión sean mínimos).

En cualquier caso, una quincena de investigadores de la policía judicial, una docena de expertos y los dos jueves instructores siguen trabajando para esclarecer el incidente y, de todas formas, habrá que esperar a que el fiscal haga públicas las conclusiones el próximo 15 de enero.