Explorar las representaciones sociales de los profesionales que intervienen con jóvenes infractores...
Click here to load reader
-
Upload
rodrigo-navia-velasquez -
Category
Documents
-
view
20 -
download
0
Transcript of Explorar las representaciones sociales de los profesionales que intervienen con jóvenes infractores...
UNIVERSIDAD DIEGO PORTALESMAGISTER PSICOLOGIA MENCION EN PSICOLOGIA SOCIAL
ENSAYO: TEORIA DE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES Y PROFESIONALES QUE INTERVIENEN CON ADOLESCENTES INFRACTORES DE LEY.
CURSO: Metodología de la investigación.
DOCENTE: Gabriel Guajardo S.
ALUMNO: Rodrigo Navia Velásquez.
FECHA: 13 agosto 2012
INTRODUCCION
El presente ensayo tiene como propósito básico relacionar la figura del delegado-
profesional, que emerge en la ley de responsabilidad penal adolescente 20.084 el
año 2007 con la teoría de las representaciones sociales, sugerida Por Serge
Moscovici en el año 1961, y que ha permeado las ciencias sociales, siendo
profundizada por diversos autores hasta nuestros días. Esta teoría es utilizada
como herramienta metodológica, ya que permite explicaciones acerca de los
comportamientos de las personas, no solo considerando las interacciones, si no el
marco cultural y estructuras sociales más amplias.
La figura del delegado-profesional en la ley 20.084 es central para el sentido
último de esta ley, ya que de su interacción e intervención con él o la adolescente,
dependerá en gran medida el éxito de lo que se denomina proceso socioeducativo
e integración social.
Conocer las representaciones sociales de los delegados, es conocer el
pensamiento social, la construcción social de la realidad y el fenómeno que
abordan, la visión de mundo que las personas o los grupos construyen, así como
las determinantes de las prácticas sociales que generan. Conocer es el primer
paso para el cuestionamiento, la modificación y la transformación.
DESARROLLO
El año 2007 comienza a regir en Chile la Ley 20.084 de Responsabilidad Penal
Adolescente. Esta ley tiene el propósito de reformar la respuesta del Estado ante
los actos que revisten carácter de crimen o simple delito, cuando ellos son
cometidos por personas menores de dieciocho años, introduciendo por primera
vez en Chile, un sistema de responsabilidad penal especial para los adolescentes
mayores de catorce y menores de dieciocho años.
En su artículo 20, sobre finalidad de las sanciones y otras consecuencias, se
señala que:
“Las sanciones y consecuencias que esta ley establece tienen
por objeto hacer efectiva la responsabilidad de los
adolescentes por los hechos delictivos que cometan, de tal
manera que la sanción forme parte de una intervención
socioeducativa amplia y orientada a la plena integración social”
(p. 7).
Entre las novedades de esta ley es que posee un catálogo amplio y diverso de
sanciones, divididas en privativas de libertad y no privativas de libertad. En ambos
casos, la sanción penal retributiva forma parte de una intervención denomina
socioeducativa que tiene como propósito la “plena integración social del
adolescente”.
Si bien la ley no operacionaliza conceptos como intervención socioeducativa o
integración social, si indicará para algunas sanciones especificidades para su
cumplimiento, por ejemplo en el Artículo 14 sobre Libertad asistida especial, se
señala que en esta modalidad de libertad asistida, deberá asegurarse la asistencia
del adolescente a un programa intensivo de actividades socioeducativas y de
reinserción social en el ámbito comunitario que permita la participación en el
proceso de educación formal, la capacitación laboral, la posibilidad de acceder a
programas de tratamiento y rehabilitación de drogas en centros previamente
acreditados por los organismos competentes y el fortalecimiento del vínculo con su
familia o adulto responsable. En la resolución que apruebe el plan, el tribunal fijará
la frecuencia y duración de los encuentros obligatorios y las tareas de supervisión
que ejercerá el delegado.
Para la sanción de Libertad Asistida, Artículo 13, se indica que la función del
delegado consistirá en la orientación, control y motivación del adolescente e
incluirá la obligación de procurar por todos los medios a su alcance el acceso
efectivo a los programas y servicios requeridos. El control del delegado se ejercerá
en base a las medidas de supervigilancia que sean aprobadas por el tribunal, que
incluirán, en todo caso, la asistencia obligatoria del adolescente a encuentros
periódicos previamente fijados con él mismo y a programas socioeducativos. Para
ello, una vez designado, el delegado propondrá al tribunal un plan personalizado
de cumplimiento de actividades periódicas en programas o servicios de carácter
educativo, socio-educativo, de terapia, de promoción y protección de sus derechos
y de participación. En él, deberá incluir la asistencia regular al sistema escolar o
de enseñanza que corresponda.
En la descripción de las dos sanciones, al igual que en la mayoría de las
sanciones del catálogo establecido en dicha ley, será la figura del delegado que
acompaña, supervisa, orienta, motiva y controla el cumplimiento de la sanción
penal, con el fin de darle el sentido socioeducativo y de integración social del
mencionado Art. 20 de la ley de responsabilidad penal adolescente.
Esta misma ley señala que será responsabilidad del Servicio Nacional de Menores
la administración directa de los centros privativos de libertad y que las medidas no
privativas de libertad serán ejecutadas por organismos colaboradores de
SENAME. En este mismo contexto, una de las diversas funciones que desarrolla
este organismo gubernamental, es el de producir y actualizar orientaciones
técnicas que guíen la intervención socioeducativa de los diversos equipos que
administran programas de sanciones.
Con estos antecedentes básicos sobre el sentido de la ley de responsabilidad
penal adolescentes, la figura y función del profesional-delegado emerge como muy
relevante, asignándole vital relevancia para el acompañamiento del proceso
socioeducativo del adolescente sancionado.
Guardiola (2008) en Tesis para Obtención de grado Magister en Psicología Social,
investigó sobre el sentido de las prácticas profesionales que realizan delegados
que intervenían con adolescentes infractores de ley en la comuna de Maipú. Entre
sus conclusiones señala que dentro de los profesionales hay distintas
orientaciones académicas, también distintos periodos históricos que atraviesa el
país, lo que implica determinadas representaciones sociales sobre lo que es la
justicia, la salud, la promoción, la prevención, las intervenciones psicosociales, el
trabajo comunitario. Si bien, no precisa cuáles son esas representaciones, deja
entrever la relevancia que éstas tienen para el sentido de las prácticas de los
profesionales- delegados.
En la segunda parte de este ensayo se desarrollará la teoría de las
representaciones sociales, lo cual tiene por objetivo el poder relacionar las
funciones del delegado, la construcción de su saber y su práctica.
Ligado a la práctica y al conocimiento se han desarrollado múltiples teorías. Una
de ellas es la de las representaciones sociales, enunciada por el psicólogo social
Serge Moscovici, en su Tesis Doctoral “El Psicoanálisis: Su imagen y su público”,
publicada el año 1961 y editada por primera vez en español el año 1979. Esta
obra, más que de teoría psicoanalítica, trata de la naturaleza del pensamiento
social, en relación a la construcción social de la realidad.
Moscovici va a reconocer la influencia de Emile Durkheim, en el concepto de
representaciones colectivas, las cuales se imponen a las personas de una manera
natural, por ejemplo, la religión. Moscovici va a ser una revisión del concepto y va
a concluir, a diferencia de Durkheim, que la sociedad, los individuos y las
representaciones son construcciones sociales.
A partir de esta Tesis, se comenzará a desarrollar el concepto de
representaciones sociales. Moscovici (1979) señala de una manera general que
representación social es:
Un sistema de valores y prácticas que proporcionan a los
individuos los medios para orientarse en el contexto social y
material, para dominarlo…un cuerpo organizado de conocimientos
y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los
hombres se integran en un grupo o en una relación cotidiana de
intercambios (p.18).
Al analizar esta primera formulación vemos que se refiere a ideas, o también
podríamos decir, formas ideológicas compartidas por grupos o colectivos
humanos, que dan lugar a que se adopten determinadas actitudes o
posicionamientos. Para Moscovici las representaciones sociales son explicaciones
de sentido común, formas de entender y comunicar las teorías científicas. En este
sentido las representaciones sociales se encuentran en la línea divisoria entre el
conocimiento científico y el conocimiento popular o sentido común (Moscovici,
1984).
Luego, otros teóricos han profundizado en una serie de indicadores que han
ayudado a la comprensión de este concepto.
Jodelet (1984) indica que las representaciones sociales se relaciona con la
manera de aprehendemos los acontecimientos de la vida diaria, las características
del medio ambiente que habitamos, las informaciones y las personas que circulan
en nuestro entorno. Señala que es un conocimiento práctico, que da sentido y
participa en la construcción social de la realidad.
Farr (1984) señala que las representaciones sociales aparecen por lo general
cuando los individuos debaten temas de interés mutuo o cuando los medios de
comunicación, de manera persistente, muestran temas de interés particular. Indica
que las representaciones tienen una doble función, “hacer que lo extraño resulte
familiar y lo invisible perceptible” (p.503). En este sentido, lo insólito o
desconocido son amenazantes cuando no se tiene una categoría para
clasificarlos.
Banchs (1986) define representación social como:
Forma de conocimiento del sentido común de las sociedades
modernas…en sus contenidos encontramos expresión de valores,
actitudes, creencias y opiniones, cuya sustancia es regulada por
las normas sociales de cada colectividad. (p.39)
Páez et al. (Citado en Mora, 2002) se refiere a las representaciones sociales como
esquemas cognitivos complejos que generan las colectividades que permiten la
comunicación y que sirven para orientar las interacciones.
Sánchez (2010) ha señalado que las representaciones funcionan como un
sistema, no tanto de conocimiento, si no de comprensión e interpretación de la
realidad, que rige las relaciones entre los individuos con su entorno social y
natural, determinando y condicionando sus prácticas y comportamientos,
imprimiendo una cierta identificación con la realidad representada.
Para el psicólogo Clemente (1992) las representaciones sociales son expresión
del pensamiento natural o sentido común. No es el pensamiento del científico. Es
el pensamiento de hombres y mujeres comunes y corrientes que juzgan, creen y
opinan desde sus propias experiencias cotidianas, desde el mundo de la vida.
Farr (1984) señala que las representaciones sociales se refieren a objetos
sociales, o sea, objetos públicos que pueden ser personas, hechos,
acontecimientos, problemas, etc., que por alguna razón interesan a amplios
colectivos humano.
Es difícil trazar un inventario completo de los objetos públicos sobre los que se
producen y circulan representaciones sociales. Son incontables y se renuevan
permanentemente.
Una representación social es compartida por grupos o colectivos más o menos
amplios por ejemplo, clases sociales, generaciones, congregaciones, fieles de una
determinada religión, grupos de trabajo, militantes de un movimiento político,
equipos, miembros de una institución, hinchas deportivos, consumidores, etc. Los
grupos o colectivos naturalizan las representaciones sociales, las incorporan como
la realidad o la verdad, y las justifican, construyendo así su visión de mundo.
La representación social internalizada puede ser una guía para el comportamiento
y las interacciones. Las personas por lo general se comportan de acuerdo a las
representaciones compartidas que sustentan; como ellas constituyen una forma de
pensamiento que clasifica y explica a los objetos sociales, también dispone
actitudinal y afectivamente para determinadas reacciones respecto a dichos
objetos sociales. Por lo anterior la construcción social de la realidad aporta al
desarrollo de una identidad individual y colectiva
Araya (2002) indica que una definición actual la que señal que las
representaciones sociales son modelos imaginarios de evaluación, de
categorización y de explicación de la realidad entre actores sociales, que
conducen hacia normas y decisiones de acción, tanto a nivel colectivo como
individual.
Un punto relevante en la teoría es saber cómo se explica la formación de las
representaciones sociales. Una primera aproximación indica que es a través de
materiales aportados por las creencias compartidas, valores básicos, memoria
colectiva e identidad social. Para que esto ocurra se han identificado dos
mecanismos básicos:
Objetivación: El proceso de objetivación se refiere a la transformación de
conceptos abstractos, extraños en experiencias o materializaciones
concretas. Jodelet (1984) propone 3 fases para que esto ocurra:
1. La construcción selectiva: Retención selectiva de elementos
que después son libremente organizados. Se retiene solo
aquello que concuerda con el sistema ambiente de valores.
2. Esquema figurativo: el discurso se objetiviza en un esquema
figurativo de pensamiento, sintético, condensado, simple,
formado por imágenes vívidas y claras.
3. La naturalización: El concepto transformado en imagen
pierde su carácter simbólico, y se convierte en una realidad
con existencia autónoma. La imagen sustituye la realidad
cotidiana.
El anclaje: Al igual que la objetivación permite transformar lo extraño en
familiar. La función del anclaje es la integración cognitiva del objeto
representado dentro del esquema preexistente y sus transformaciones,
permitiendo que las personas puedan comunicarse en los grupos a los que
pertenecen.
Araya (2002) afirma que actuando en forma conjunta objetivación y anclaje
sirven para comprender, interpretar, orientar, evaluar y justificar los
comportamientos y actuar en el mundo social.
Se distinguen tres dimensiones de las representaciones sociales, entendida ésta
como contenido:
La actitud: Es una orientación global positiva o negativa de una
representación. Es el componente más afectivo y primitivo de la
representación, en ocasiones solo puede haber esta dimensión, sin tener
mayor información.
Información: Se distingue cantidad, calidad, carácter estereotipado o
prejuicios. Se refiere a la riqueza de datos o explicaciones que sobre la
realidad se forman las personas. En múltiples ocasionas mediatizada por la
pertenencia grupal.
El campo de la representación: Se refiere a la ordenación y jerarquización
de los elementos que configuran el contenido de la representación.
Constituye conjunto de actitudes, opiniones, imágenes, creencias, vivencias
y valores presentes en una misma representación. El campo
representacional se estructura en torno al núcleo o esquema figurativo que
constituye la parte más estable y sólida de la representación, compuesto
por cogniciones que dotan de significado al resto de los elementos. Por lo
general que esta dimensión es “construida” por el investigador a partir de
los estudios de la información y actitudes. Abric (citado en Alvaro & Garrido,
2002) agrega al núcleo o esquema figurativo un sistema periférico que en el
que se insertan las experiencias individuales de cada sujeto, lo que explica
la diversidad de representaciones que existen al interno de un grupo entre
sus miembros.
Para Moscovici (1984) las representaciones sociales siempre emergen de
entidades (contextos de producción) en circunstancias determinadas. Circulan en
los grupos y a menudo se extienden alcanzando gran amplitud (contexto de
reconocimiento), operando como formadoras de comportamientos y orientadoras
de las comunicaciones. En este sentido, la función orientadora de las
representaciones sociales es distinta a la de la ciencia y de la ideología. La ciencia
trata de dominar la naturaleza o de decir “la verdad” sobre ella; la ideología trata
de proporcionar un sistema de ideas que legitime las conductas de un grupo o
clase social.
Para que la ciencia y las ideologías susciten conductas que les sean pertinentes
deben ser transformadas en representaciones sociales asimilables por los grandes
colectivos sociales. Esta transformación adaptativa es necesaria porque los
razonamientos científicos en la mayoría de los casos no se acomodan a las
evidencias perceptuales de la vida cotidiana. La aplicación directa y automática de
la ciencia a la vida cotidiana es imposible. De un nivel absolutamente abstracto
debe pasarse por sucesivas objetivaciones y anclajes al nivel concreto de los
problemas cotidianos.
Las representaciones sociales logran que los descubrimientos y logros científicos
arraiguen en la vida cotidiana del común de la gente no sin antes generar
conflictos con normas y valores vigentes. Convierten en familiares y domésticos a
conceptos y teorías “misteriosos” situándolos en el plano de la comprensión
inmediata e integrándolos al léxico de la comunicación común.
Las funciones de las representaciones sociales han sido expuestas por múltiples
autores, destacando su funcionalidad y utilidad práctica en el ámbito social. Perera
(1999) desarrolla seis funciones básicas, las cuales son:
Función de conocimiento: Permiten comprender y explicar la realidad,
adquiriendo nuevos conocimientos e integrarlos de manera asimilable y
comprensible, coherente con sus esquemas cognitivos y valores. Facilitan
y son condición necesaria para la comunicación, definiendo un cuadro de
referencias comunes que permiten el intercambio social, la transmisión y
difusión del conocimiento.
Función identitaria: Las representaciones participan en la definición de
identidad y permiten salvaguardar la especificidad de los grupos, además
de elaboración de una identidad social y personal gratificante, compatible
con el sistema de normas y valores social e históricamente determinados.
Función de orientación: Las representaciones guían los
comportamientos y las prácticas. Permiten producir un sistema de
anticipaciones y expectativas, constituyendo una acción sobre la realidad.
Función justificatoria: Las representaciones permiten justificar un
comportamiento o toma de posición, explicar una acción o conducta.
Función sustitutiva: Las representaciones actúan como imágenes que
sustituyen la realidad a la que se refieren y a su vez participan en la
construcción del conocimiento sobre dicha realidad.
Función icónica-simbólica: Permite hacer presente un fenómeno o
hecho de la realidad social, a través de las imágenes o símbolos que
sustituyen esa realidad.
Considerando la figura del delegado-profesional, que tiene por función desarrollar
una intervención socioeducativa, en el marco de una sanción en el contexto de la
ley de responsabilidad penal adolescente, cabría preguntarse cuáles son las
representaciones sociales que se ha construido sobre el fenómeno de la infracción
juvenil y como esto determina su práctica profesional.
CONCLUSIONES
Luego de desarrollado este ensayo que trata sobre la teoría de las
representaciones sociales, enunciada por Serge Moscovici, y profundizada por
diversos profesionales de las ciencias sociales y la función de los denominados
delegados, quienes son profesionales de las ciencias sociales que interactúan con
adolescentes que han sido penalizados, en el contexto de la ley de
responsabilidad penal adolescente, con un propósito-mandato emanada de la
misma ley, que indica como fin último de su acción profesional la integración
social de la o el adolescente, a través de un proceso socioeducativo. Se pueden
señalar las siguientes conclusiones:
1. Escasa investigación científica nacional e internacional en torno a los
profesionales que trabajan con jóvenes infractores de ley.
2. Amplia investigación internacional en torno a las teorías criminológicas
explicativas del fenómeno delictivo juvenil. Existencia de estudios
nacionales relacionados con las representaciones sociales de jóvenes
infractores de ley en torno a su conducta y significado del delito.
3. Desde la ley de responsabilidad penal adolescente emerge la figura central
del delegado-profesional, como aquel que sostiene la intervención
socioeducativa con los adolescentes.
4. La pertinencia de la teoría de las representaciones sociales aplicada en
diversos contextos, actores y objetos sociales, permitiendo una vez
construidas procesos de crítica y transformación social.
5. Considerando la naturaleza y funciones de las representaciones sociales
señaladas en este ensayo, se hace evidente la relevancia de poder
desarrollar una investigación en torno a este tema, de manera especial al
actor social denominado delegado, ya que sobre él se centra gran parte del
sentido ley de responsabilidad penal adolescente.
BIBLIOGRAFIA
1. Alvaro J. & Garrido A. (2003). “Psicología social: Perspectivas psicológicas
y sociológicas”. Madrid-España: Mc. Graw Hill.
2. Araya, S. (2002). “Las representaciones sociales: Ejes teóricos para su
discusión”. Cuadernos de Ciencias Sociales 127, Facultad Latinoamericana
de Ciencias Sociales, Sede Académica Costa Rica.
3. Banchs, M. (1986). “Concepto de representaciones sociales: Análisis
comparativo”. Revista costarricense de psicología (89) p. 27-40.
4. Clemente, M. (1992) “Psicología Social”. Madrid-España: Eudema.
5. Farr, R. (1984). “Las representaciones sociales”. En Moscovici, S.
Psicología social II. Pensamiento y vida social. Psicología social y
problemas sociales. Barcelona-España: Paidós.
6. Guardiola, C. (2008). “Sistematización del Sentido de las Prácticas
Profesionales que realizan los Delegados que trabajan en el Programa de
Intervención Ambulatoria SIDTEL Maipú – Cerrillos, de la Región
Metropolitana”. Tesis para optar al grado de Magíster en Psicología Social
Mención en Intervenciones Psicosociales/ Mención en Psicología Jurídica.
Universidad de Valparaiso.
7. Jodelet, D. (1984). “La representación social: Fenómenos, conceptos y
teorías”. En Moscovici, S. Psicología social II. Pensamiento y vida social.
Psicología social y problemas sociales. Barcelona-España: Paidós.
8. Mora, M. (2002). “La teoría de las representaciones sociales de Serge
Moscovici”. Revista Athenea Digital N°2, p. 26-48.
9. Moscovici, S. (1979). “El psicoanálisis, su imagen y su público”. Buenos
Aires, Argentina: Huemul S.A.
10.Moscovici, S. (1984). “Psicología social II. Pensamiento y vida social.
Psicología social y problemas sociales”. Barcelona-España: Paidós.
11. Ley N°20.084 que establece un sistema de responsabilidad de los
adolescentes por infracciones a la ley penal. Promulgada 28 noviembre
2005.
12.Perera, M. (1999). A propósito de las representaciones sociales: Apuntes
teóricos trayectoria y actualidad. Clacso.
13.Sánchez J. (2010). “Puerilizado y adulterado: Representaciones
institucionales de la infancia”. Revista Universitas 13. Julio-diciembre,
p 95-130,