Explicación Del Evangelio de San Juan

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EXPLICACIÓN DEL EVANGELIO DE SAN JUAN 13, 1-15 EL LAVATORIO (INTERPRETACIÓN) El conocimiento, el amor y la acción de Jesús (vv 1-5). A lo largo del ministerio aún no había llegado la hora (cf. 2,4; 7,30; 8,20). Al acercarse la última Pascua y dirigirse Jesús hacia la muerte, anunció que ya había llegado la hora (cf. 11,55-57; 12,20-24.27-33). Los dos «tiempos» que recorren la narración, las fiestas de «los judíos» (2,13.23; 4,45; 5,1.9; 6,4; 7,2; 10,22; 11,55-57; 12,1) y la «hora» de Jesús, están determinados por el designio de Dios (2,4; 4,21.23; 7,30; 8,20; 12,23.27). Ahora se unen los dos, pues se celebra una fiesta de «los judíos» que es también la hora de Jesús (13,1a). La hora será el momento en el que Jesús parta de la esfera de los acontecimientos cotidianos. El que ha sido enviado por el Padre regresará al Padre, pero durante su ministerio ha reunido a unos discípulos, un grupo al que llama «los suyos» (v. Ib: hoi idioi. Cf. 1,11-12; 10,3.4.12), y su paso a través de la hora será una demostración suprema del amor que les tiene. Para indicar el tiempo en que se mostrará este amor y su calidad, se utiliza una expresión que tiene dos significados: «hasta el extremo» (v. le: eis telos). Jesús les amó hasta el final de su vida, y les amó de un modo que sobrepasaba todo amor imaginable. La unión de estos dos significados de eis telos da origen a uno de los temas principales del resto del relato: la muerte de Jesús manifiesta el amor por los suyos, y así da a conocer a Dios (cf. 3,16- 17). Los verbos están en pasado: Jesús sabía (eidos)... amó (agapesas) a los suyos... y los amó (egapésan) hasta el extremo. Se ha fijado un programa: la muerte de Jesús era la hora de su paso al Padre y un consumado acto de su autodonación amorosa. Ésta es «la transición más significativa del 1

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EXPLICACIN DEL EVANGELIO DE SAN JUAN 13, 1-15EL LAVATORIO (INTERPRETACIN) El conocimiento, el amor y la accin de Jess (vv 1-5). A lo largo del ministerio an no haba llegado la hora (cf. 2,4; 7,30; 8,20). Al acercarse la ltima Pascua y dirigirse Jess hacia la muerte, anunci que ya haba llegado la hora (cf. 11,55-57; 12,20-24.27-33). Los dos tiempos que recorren la narracin, las fiestas de los judos (2,13.23; 4,45; 5,1.9; 6,4; 7,2; 10,22; 11,55-57; 12,1) y la hora de Jess, estn determinados por el designio de Dios (2,4; 4,21.23; 7,30; 8,20; 12,23.27). Ahora se unen los dos, pues se celebra una fiesta de los judos que es tambin la hora de Jess (13,1a). La hora ser el momento en el que Jess parta de la esfera de los acontecimientos cotidianos. El que ha sido enviado por el Padre regresar al Padre, pero durante su ministerio ha reunido a unos discpulos, un grupo al que llama los suyos (v. Ib: hoi idioi. Cf. 1,11-12; 10,3.4.12), y su paso a travs de la hora ser una demostracin suprema del amor que les tiene. Para indicar el tiempo en que se mostrar este amor y su calidad, se utiliza una expresin que tiene dos significados: hasta el extremo (v. le: eis telos). Jess les am hasta el final de su vida, y les am de un modo que sobrepasaba todo amor imaginable. La unin de estos dos significados de eis telos da origen a uno de los temas principales del resto del relato: la muerte de Jess manifiesta el amor por los suyos, y as da a conocer a Dios (cf. 3,16- 17). Los verbos estn en pasado: Jess saba (eidos)... am (agapesas) a los suyos... y los am (egapsan) hasta el extremo. Se ha fijado un programa: la muerte de Jess era la hora de su paso al Padre y un consumado acto de su autodonacin amorosa. sta es la transicin ms significativa del evangelio, que introduce no slo la escena del lavatorio, sino toda la segunda parte de la obra. Pero a esto le sigue inmediatamente la siguiente informacin: el diablo ha decidido que Judas tena que traicionar a Jess (v. 2). El designio de Dios, manifestado en y a travs del amor de Jess a los suyos (v. 1), choca con el propsito de Satn de que uno de stos traicionara a Jess. Sobre este teln de fondo, Jess, en ntima unin con el Padre, y consciente de su origen y su destino, inicia la accin (v. 3). Sobre el origen y destino de Jess, explicados detalladamente en 1,1-18, se ha hablado muchas veces a lo largo del evangelio, sobre todo en los debates con los judos durante la celebracin de sus fiestas (5,1-10,42). Pero nunca han sido aceptados estos elementos tan determinantes para comprender adecuadamente a Jess. Este incesante conflicto, que condujo a la decisin de que Jess tena que morir por la nacin y para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos (11,49-53), intensifica el ambiente dramtico de la Pascua, la hora del paso de Jess hacia el Padre, un acto de amor total y definitivo (cf. v. 1). Jess se levanta de la mesa, se prepara para actuar como un siervo y comienza a lavar los pies a los discpulos (w. 4-5). El conocimiento de Jess (v. 1), incluso de que sera traicionado (w. 2-3), y su amor por los suyos (v. 1) se expresan en acciones (w. 4-5). Jess y Pedro (vv. 6-11). Simn Pedro se opone a que Jess le lavara los pies (v. 6). El lavatorio forma parte del designio de Dios (cf. w. 1-5), por lo que la objecin de Pedro indica que la forma en que entiende las acciones no est en sintona con el motivo por el que Jess las lleva a cabo. Hay una falta de apertura a la revelacin de los caminos de Dios en las palabras y los hechos de Jess. La respuesta de Jess (v. 7) admite que en el ahora del encuentro en la habitacin de arriba, Pedro no sabe lo que est ocurriendo, pero que habr un despus en el que su ignorancia se transformar en conocimiento. Algo va a ocurrir entre el ahora y el despus, y el lector sospecha que la hora del amor de Jess por los suyos eis telos formar parte de esos acontecimientos determinantes. La sospecha se ve guiada por los relatos de la purificacin del templo por Jess (2,13-22) y de su entrada en Jerusaln (12,12-16). En estas dos ocasiones, los discpulos no comprendieron las palabras y acciones de Jess, pero tras su resurreccin (2,22) y su glorificacin (12,16), recordaron, creyeron y comprendieron que haba llegado la hora de la glorificacin del Hijo del hombre (12,23). La tensin entre Jess y Pedro se intensifica al oponerse ste a que Jess le lavara los pies (v. 8a). Jess advierte a Pedro que lo que est en juego es tener parte con Jess (v. 8b: ouk echis meros met'emou). Se trata de una referencia velada a la praxis cristiana del bautismo. Al autor no le interesa tanto el rito, sino la relacin que el bautismo tiene con la muerte de Jess (cf. Rom 6,3). Tener parte con Jess mediante el lavatorio significa formar parte del amor que se entrega y que pondr fin a la vida de Jess (cf. v. 1), simblicamente anticipado en el lavatorio (v. 8). Pedro contina imponiendo sus criterios a Jess al limitarse al sometimiento de su cuerpo al ritual, como si lo que realmente importara fueran los miembros del cuerpo (v 9) Pero Jess no abandona a Pedro. Le explica los privilegios que tienen los que se han baado y que, por tanto, no necesitan lavarse de nuevo El conocimiento de Jess, que brota de su amor con el Padre, la aceptacin de su voluntad (cf v 3), se extiende tambin al conocimiento de la identidad del traidor (w 10-11) En medio de la ignorancia (v 6), la mal interpretacin (v 89) y la amenaza de la traicin (w 10-11), Jess manifiesta la hondura del amor que siente por los suyos lavndoles los pies En el v 11, el narrador coloca al lector en una situacin privilegiada Pues l saba quin iba a traicionarle Esta informacin slo sirve para intensificar el impacto del gesto de Jess. Los destinatarios de su lavatorio, una accin simblica que revela el amor ilimitado de Jess por los suyos, son unos discpulos ignorantes, y Jess saba que uno de ellos le traicionara. Un ejemplo nuevo: los discpulos deben saber, amar y actuar (vv 1217) A pesar de la aparente contradiccin entre las palabras de Jess sobre la falta de entendimiento de Pedro en el v 7 y la pregunta que hace en el v 12 sobre la comprensin de los discpulos, no se produce con este versculo ninguna cesura en el relato. No se requiere, por tanto, la teora segn la cual se aadi posteriormente una interpretacin de carcter moral conjunto al original formado por los w 1-11. A lo largo de los w 1-17 hay unidad de espacio, personajes y tema. Por ahora, Pedro no puede entender el vnculo que existe entre la accin del lavatorio de los pies de los discpulos y el amor incondicional que Jess siente por ellos (v 7) La pregunta que Jess dirige a los discpulos en el v 12 es de otro orden diferente. Est estrechamente unida al lavatorio, que acaba de ser narrado, pero aparta la mirada del smbolo de la autodonacin para dirigirla al ejemplo nuevo que ste crea y que da la vuelta a los modelos de comportamiento aceptados. La pregunta que Pedro hace en el v 6 muestra que es consciente de la subversin que se est haciendo de la prctica comn, y se opone totalmente a ella. Cuando Jess se viste y regresa a su lugar en la mesa, les pregunta si haban entendido lo que l les haba hecho (v 12), y ser l quien responder a su propia pregunta en los w 13-14. Los discpulos han sido testigos del lavatorio y han tomado parte en l, pero necesitan una enseanza suplementaria para poder comprender correctamente a Jess como Maestro y Seor (v 13), y entender, de este modo, cmo su accin en cuanto Maestro y Seor les afectaba en su vida. Jess evoca el lavatorio al decirles que tenan que repetir entre ellos lo que l les haba hecho (w 14-15). Cualquiera que haya podido ser el posible trasfondo histrico y ritual de esta instruccin (cf nota), en su actual contexto literario se entiende como una llamada que Jess hace a sus discpulos para que repitieran en su vida lo que l les haba hecho. Tienen que repetir el ejemplo del don amoroso de s mismo simbolizado en el lavatorio (v 15). El tema de la muerte aparece tras la utilizacin de la palabia hypodeigma (v 15) Esta expresin, que solo se encuentra aqu en todo el NT, est relacionada en conocidos textos judos (cf 2 Mac 6,28 [LXX], 4 Mac 17,22-23, Eclo 44,16) con la muerte ejemplar. Jess no les exhorta a realizar una accin moral, sino a imitar su autodonacin. La muerte de Jess tal como se interpreta mediante el lavatorio, es la norma de vida y comportamiento para la comunidad creyente. El mandato de perder la propia vida autodonndose amorosamente hasta la muerte, imitando el hypodeigma de Jess, se ritualiza en el bautismo (cf v 8). Aunque no trata del bautismo, este pasaje presupone la existencia de este ritual en la vida y praxis de la comunidad jonica (cf 3,3 5, 19,34). A los cristianos de esta comunidad se les invita a hacer lo que Jess ha hecho por ellos (v 15) La entrada en la comunidad jonica implicaba asumir el riesgo de aceptar el hypodeigma de Jess, un compromiso de amor, aun cuando ste condujera a la muerte (cf 16,2) 3