¿Qué valor tiene el argumento de las «repoblaciones antiguas»?: El ...
EXPERIENCIAS Y MÉTODOS EMPLEADOS EN LA PREPARACIdN … · cargo de la extensión e importancia de...
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EXPERIENCIAS Y MÉTODOS EMPLEADOS ENLA PREPARACIdN DEL ENSAYO DE TABLAS
DE PRODUCCIÓN
I. Trabajos de cam,po.
El año ► ^28 se dió comienzo a los trabajos de experimentación
de campo en la provincia de Vizcaya, sobre repoblaciones artificiales
de Pinus Insignis. Consistieron éstos en realizar inventarios y cubi-
caciones de precisión en parcelas volantes de ensayo establecidas en
las más variadas comarcas y cálidades de esta provincia.
Estos primeros inventarios, que habían sido precedidos de am-
plios reconocimientos de zonas de montes, sirvieron para hacerse
cargo de la extensión e importancia de estas repoblaciones, y a la
vez, para comprobar numéricamente los desarrollos y crecimientos
de las masas de dicha especie exótica, confirmando con testimonios
fidedignos las cifras enormes de producción que se le.s atribuían por
sus defensores, de las que hasta entonces no existieron datos com-
probados, y más bien se las rechazaba "a,priori". Idénticas labore ŝsobre parcelas volantes de ensayo de Pinus Insignis, en la misma
provincia, se continuaron en ^930, extendiéndose esta vez a zonas
nuevas.
Con estos trabajos preliminares de reconocimiento y ejecución
de inventarios, adquirióse la orientación previa que se juzgaba in-
dispensable para emprender una labor de experimentación.
F,1 año >>3^ se instalaron en Vizcaya los primeros Sitios de
Ensayo de Pinus Insignis, de a cuatro parc^elas cada uno, y desde
aquel año hasta la fecha se ha extendido ésta en diversas zonas de
la provincia, en Guipúzcoa, en Santander y Pontevedra, sin que los
imperativos de nuestra guerra de liberación hayan interrumpido Ias
experiencias un solo año.
3
34 IGNACIO ECiIEVERRÍA
Puede verse a continuación el siguiente cuadro:
RELACIóN DE PARCELAS DE ENSAYO
SERIE R ^ MASA PURA DE "P. INSIGNIS".
5 t T 1 O PARG6LAS POBLACIÓN PROVINCtA
t. Elorrichut!ta ............. S Galdácano ................. Vízcaya.i. Lezama ...... .............. ( ma ................... „
3. San Roque Buru....... q Durango ......"............ "q. óanta Crui ................ q )zurza ...................... „5. Aránzazu ................ 1 Aránzazu .................. "6. Erleches .................. 1 Galdácanc^ ........ ......... "^. El Cuervo ................. 1 Carasa ..................... 5anta^nder.8. Salcedo .................... 1 Satcedo .................... Pontevedra.g. Uraburu .................. q Galdácano ................. Vizcaya.
to. Erqueiz ..... .............. 2 Hernani .................... Guipúzcoa.li. Iruobuloeta ......... .... 3 Alegría .............. ...... °ts. Guadalupe ............... z Fuenterrabía ............. "t3. Laginde ....... ............ t Pontevedra ._............. Pontevedra.iq. Gainchurizqueta ....... 2 Lezo ..................... .. Guipúzcoa.
.....................15. Elor ... 3 ...................Usut'bil .. "16. Aranguren ............... t Galdácano .............:... Vizcaya.
Resumen : Sitios, 16. Parcelas. 41. Número cle inventaríos, z77•
SERIE b^ MASA MEZG[.ADA DF. "P. PINA5TER" Y"P INSIGNIS".
S I T 1 O PARCELAS POBL.\CIÓNí^
.,^PROVINCIA
t. ^La Pedreira .............. ^ Pazos de Borben........ Pontevedra.a. Laginde ................... s Pontev^dra ............... "
................3. Saenitira .. 2 Payo ........................ ..4. Castto ..................... Z Pazos de Borben........ „
. ..ç. g ...............A udelo 1 ........... ....... .Moaña .. "6. La Fracha ................. 1 Puente Caldelas......... "
................7. Landreira I " "8. BuxEl . ...................... z Redondela ............... "g. Morrillo .................. ^ Poyo ........................ »
to. ra ,ueti a........... s Pazos de Borben........ ..
t t. Portela .................... t Pontevedra ............... "12. Geve ....................... t Gtve ...... ................ . .,
ttesumen: Sitios, Iz. Parcelas, 19. Número de inventarios, qo.
ToreL: Sitios, 28. Parcelas, 60. Núonero de inventarios, 3tq.
INSTALACIÓN DE PARCELAS DE ENSAYO
Sitiu dc ensav^^ : Lczama. Parcr-
I,^ B:-}?n la Grt^^ se v<•n l^^s ár-
I>,^Ics dc Ia 1>;irccla numcra^l„s y
cun su, anill^i, pinttuL^s a la al-
tura n^^nn:^l (^.3n in.).
(;uti^Lilupr. - Pc^luctin ^ihsrrvat^^-
riu mrtcv^r^^lú^;ic^^ prGxim^^ a Ict
narccLt A.
f
F.NtiATO llE TABLAS DE PROLUCCIÓN DEL `'PINUS INSIGNIS'^ 35
ll. Métodos empleados en las experiencias de campo.
Hemos procurado ajustar todos estos trabajos a las normas
^aprobadas por la Unión Internacional de Institutos Forestales, si
bien por los caracteres especiales dé esta especie y de las otras dos
sometidas a experimentación en el N. de España, el F.. Globulus
y el Pino marítimo, nos hemos visto precisados a modificar algunas
normas establ^ecidas, según más adelante detallamos.
Aunque los métodos están expuestos con todo detalle y cla-ridad en el "Estudio sobre experimentación forestal", por D. Be-nigno Colomo y D. Octavio Elorrieta, hacemos un brev;^ resumenpara no destruir la unidad de ,este folleto, y a la vez para indicarlas alteraciones realizadas.
lnstalaaión de los Sitios de Enaayo.
Ha precedido siempre a la instalación de Sitios de Ensayo un
reconocimiento previo de la masa sobre la que nos proponíamos
establecerlos, para escoger una extensión de suficiente superficie,
de calidad homogénea y no alterada por caminos que la atravesa-
sen, claros o calveros, etc. Los sitios elegidos comprenden los tipos
de calidades más diversas, ^desde las óptimas a aquellas azotadas
por los rigores del clima y situadás en suelos paupérrimos y de
escaso fondo.
El Sitio de Ensayo consiste en un grupo d^e cuatro .parcelas
de la misma calida^d (experiencias de espaciamiento), sobre las que
se estudian las espesuras más convenientes para la mejor produc-
ción, o en una sola parcela (experiencias de producción), que pro-
porcione el curso del desarrollo de la producción ^en una determi-
nada cali^dad y tratamiento.
36 IG`ACIO ECIiEVERRÍA
Con el fin de que los árboles del borde de las parceias no expe-
rimenten intluencias exteriores debido a espesuras diferentes del
arbolado sítuado en el interior, cada parcela viene rodéada de una
faja de arbolado o calle, de ^o m. de ancho, sometida a las mismas
claras que el arbolado de aquélla.
La primera modificación que hubimos de realizar consistió en
alterar las dimensiones indicadas en las prescripciones de la Unión
Internacional. Se señala en las mismas como superficie ideal la de
5o X^o m.`. En nuestras parcelas ensayamos las más diversas di-
mensiones, y por fin hemos adoptado de patrón, en Ias más moder-
nas, la de 25 X 25 m.^', porque estas especies de rápido crecimiento
acusan, con más int^ensída^d que en las otras, diferencias de calidad
aun dentro de una superficie de 2.50o m.2, y es preferible escoger
parcelas más pequeñas representativas de una sola calidad. Por
otra parte, la espesura tan cerrada en que se ^desarrolla esta especie,
en comparación de otras, permite encontrar en la superficie adop-
tada el suficiente número de árboles, principalmente hasta los vein-
ticinco años, para recoger los datos necesarios de experimentacián.
Dea,cripcíón y preparación.
Cijado el Sítio de Ensayo, se señala primero su situación geo-
gráftca, altitud, exposición e inclinación del suelo, y se describe
botánica, geológica y edafológicamente. Es conveniente recoger
muestras de tierra, cuyo PH, composición química y caracteres
físicos se analizan. En algunos casos se han practicado calicatas
alineadas, las que nos proporcionan las muestras dé tíerra nece-
sarias, nos muestran la profundidad del suelo hasta la roca mineral
y de los diversos horizontes del mísmo, y permíten, además, trazar
sus perfiles. Concedemos siempre una importancia preferent^e a los
tres factores, profundidad', pendiente y estructura física del suelo,
por ser los determinantes del poder retentivo de agua. También
juega un papel preponderante la riqueza de materia orgánica que
ENSAYO DE TABLAS DE PRODUCCIÓN DEL '^PiNUS INSIGNIS" 3%
forma la capa vegetal, riqueza fomentada con el follaje procedente
de las podas. ,
Humedad y carbono son los dos grandes factores que aporta
el suelo. Sin ellos no puede vivir el arbolado. La abundancia de
ambos colabora con una buena temperatura en la abtención de las
mejores producciones.
En algún Sitio de Ensayo hemos situado una pequeña insta-
Iación m^eteorológica.
Establecido el Sitio, se pinta un anillo, a la altura del peche^,
en todos los árboles de las parcelas, y se numeran. A^demás, perpen-
dicularmente al mismo se séñala con pintura una raya que sirve
de punto de re,ferencia del anillo, a fin de que, al tamar los diáme-
tros con la forcípula en los Inventarios sucesivos, se mida el pri-
mero, situando la regla graduada siempre sobre dicho punto. EI
otro ^diámetro se mide sobre el anillo en dirección perpendicular
a la anterior medición, para lo cual se establece el contacto tan-
gencial de uno de los brazos de la forcípula sobre la inserción de
la raya en el anillo. ^
Una vez que se practica la toma de dobles diámetros en cada
árbol, si el Sitio es de cuatro parcelas, se calculan 1as áreas de los
círculos respectivos o secciones normales. Ellas nos sirven de índice
de sus espesuras respectivas. Adoptamos la parcela de mayor espe-
sura en cali,dad de testigo, y después de eliminar en una limpia
los árboles anormales o secos, si los tiene, la dejamos intacta. En
las restantes se practica una clara en distinto grado ^de intensidad,
de suerte que el arbolado de la masa que permanece en pie en estas
tres parcelas tenga, en sus secciones normales, un poreentaje deter-
minado con relación a la primera parcela testigo, por ejemplo, el
80, 7o y 6o por i oo.
En los Sitios de una sola parcela practicamos una clara los
años que la masa adquiera la espesura completa, esto es, cuando
las copas establezcan el contacto tangencial formando un piso con-
tinuo.
Aplicamos a este grupo de parcelas aisladas un sólo tipo de
3$ IGNACIO ECHEVERBÍA
claras, las que denominaroos moderadas, para que, pasados a lo
sumo tres años desde la extracción de árbotes en una clara, hay^
cerrado la espesura y preĉisa realizar otra clara.
De esta forma tene^os dos tipos de Sitios de Ensayo: uno,que inv^estiga los efectos de la producción por causa de claras dedistinto grado de intensidad, y otro, yue nos proporciona la, pro-.ducción del P. Insignis cuanda se la trata por un típo detertt^inadode claras, en este caso las más suaves.
Práctica del Inventsrio.
He,mos ajustado, en general, ^los trabajos de inventariación a
las normas citadas, variando solamente la frecuencia de un Inven-
tario al siguiente.
EI período de cinco años señalado en las ñormas es aceptable
para toda Europa, incluso para las especies longevas de España,
porque se precisa pase ese tiempo si los instrumentos de mc^dida
han de apreciar variaciones en el desarrollo de la altura y diáme-
tro del ;árbol., ^ , ^
^ Dicho período: es todavía corto en las zonas forestales más
septentrionales del 1^. de Europa, en Suecia y Finlandia, dond^e a
causa d^ la escasa duración del período vegetativo, los anillos anua-
les son .sumamente cortos, y por eso los inventarios s^e practican
a intervalos de; siete años. Por el contrario, ambos resultan largos
en exceso para especies como la que nos ocupa, por ser su ritmo
de crecimiento tal, que en un cuarto de siglo alcanzan las dimen-
siones ^ie gran fustal. '
Por esta razón hemos podido realizar siempre inventariosa^ruales y nos ha sido fácil obtener resultados eficaces con forcípu-
jas graduadas en milímetro, y aplicándola sobre el anillo del árbalcon las ^pracauciones que se han señalado, y precisar Ias variacionesdiametrales de un año a otro, no sólo en parcelas de buena cali^d'ad,en las que se registran con frecuencia crecimientos anuales del diá-
PRÁCTICAS DE LOS INVENTARIOS
Sitiu de cnsaw, ^riim. z: Leza-
ma.-Mrdición de diámetros su-
brc el anillo pintadn en los árbo-
les a la altura del pedio.
Siti^, ^l^• rn^a^•^^ ntí^n. i ^: (;u.ul;iln^r:.
Parccla [3. - (^uhicación dc un árh^rl
tipo cn pic.
E!VSAYO DE TABLAS DE YRODUCCIÓN DEL "PINUS INSIGNIS" 39
metro normaI de 3 cm., sino aun en las calidades más pobres con
crecimientos apreciables.
Para la toma de alturas hemos prescindido del dendrómetro,
por considerarlo inaplicable a masas tan cerradas como las que nos
han ocupado. El ^dendrómetro ha sido sustituído por una caña
larga, graduada, y una cinta. La medición directa de alturas nos ha
resultado así labor engorrosa y pesada, a la que se han dedicado
tres operarios, pero sólo por este procedimiento hemos quedado
convencidoŝ de la verdad y garantía del dato tomado.
En las masas jóvenes hemos medido la altura de todos losárboles. En aquellas que alcanzaban alturas superiores a los ^Smetros, hemos tomado unos cuantos, todas pertenecientes a lasclases diamétricas, en suficiente número, para luego elaborar unacurva media en relación con los diámetros.
Árbol^s tipos.
Es una de las operaciones más delicadas.Los errores de cubicación de rodales y parcelas provienen, en
gran parte, de estas dos causas : de no haber cubicado bien los ár-boles tipos o d^e no haber sabido elegirlos, tomando para este fi^nárboles que no son r^presentativos.
Este segundo defecto nos con^dujo a errores lamentables. E^ncl primer inventario empleábamos unos cuantos árboles del abun-dante rnaterial que las claras de establecimiento de un Sitio deEnsayo proporcionan - alrededor de una veintena -, de todaclase ^de diámetros y alturas. Como estos troncos pertenecían, ensu mayor parte, al arbolado dominado, por haberse dejado todos,o casi todos, los árboles dominantes, completábamos la cubica-ción apeando en las calles algunos árboles, tipos de las clases dia-métricas superiores.
Con esto teníamos el material suficiente para la cubicación deaquel año.
40 IG\AC'IO EC HEV ERRÍA
fin inventarios sucesivos cubicábamos cierto número de árbo-
}es apeados en las calles, agregando los de las claras en los años
que se efectuaba esta operación.
A1 comparar volumen de una parcela de unos inventarios a
otros, observamos algunas anomaiías, por la gran influencia que
en los resultados ejerce la debida elección de árboles tipas, por cuya
razón decidimos adoptar la práctica seguida en otros Institutas
Forestales, de elegir como árboles tipos determinados troncos de
la parcela cuyos ní^meros se conocen y cubicarlos en pie en suce-
sivos inventarios. De esta manera, los crecimientos de un inventa-
rio a otro vienen referidos siempre a los mismos ejemplares.
Aun en tal caso, deben escogerse cuidadosamente éstos, paralo cual se eligen salpica^dos en las distintas partes de la parcela,procurando cubicar en cada clase diamétrica árboles situados en]os pisos, dominante, medio y dominado.
I,a toma de datos para cubicación del árbol tipo en pie no
puede estenderse a la medición de diámetros de los cilindros de
metro en tnetro, hasta el ápice ^de un árbol; hemos seguido la norma
de las Estaciones de ensayo forestal extran}eras, de medir diáme-
tros hasta que el grosor del tronco descienda al tercio del diámetro
de la base. Aun desprecian^io el volumen de esta última porción
delgada del tronco, resultaría para él valor del volumen total un
error no superior al 5 por i oo en árbotes de ► 5 cm. de diámetra
normal, y mucho menor en árboles gruesos; pero si, en vez de esto,
agregamos en sustitución del. volumen real de este punto el su-
puesto ^de un cono cuya base conocemos, el error se reduce a un
tanto por mil. .
EI sistema no es completo. Los árboles en pie no nos dan losvalores del tranco con corteza, y por eso conviene ampliar la cubi-cación con árboles tipos ^peados en las calles.
Además, las claras eliminan constantemente árboles tipos de
la parcela, por lo que conviene sustituirlos por otros nuevos.
FIr^AI'O I)E '1'ANLAS llE PROllLCCIÓN llk,[. ^^YItiUS 7NSIGNIS"
lll. Traba^os de gabinete.
41
Con todos estos datos recogidos en el campo, se procede a los
cálculos de gabinete.
Gasificacibn diamétrica.
Comiénzase por hacer la clasificación diamétrica del arbolado
de la parcela.Como en cada árbol se han obtenido dos diámetros, el número
de diámetros anotado en la clasificación tiene que resultar doble
del número de árboles.La clasificación ^diamétrica nos permite agrupar los árboles
por clases diamétricas de 5 en 5 cm., y además, nos da estos ele-
mentos de juicio:Distribución del arbolado por clases diamétricas y la consi-
guiente proporción de árboles gruesos, medios y delgados.
Diámetro máximo y mínimo en cada clase diamétrica y en la
masa total de la parcela.
Diámetro medio de la masa y. de cada clase diamétrica.5ección normal de la masa, dato de sumo interés porque, rela-
cionado con la espesura en que se halle, nos lleva al conocimiento
del, espaciamiento de los árboles.
42 I C ti A C 1 O E C H E V E R R^ A
Cubicación.
Con los datos tomados a cada árbol tipo en el rnonte, consis-
tentes en considerar el tronco como una suma de cilindros de un
metro, cuyo di^metro se mide en la mitad de su altura, podemos
efectuar su cubicación. Debemos advertir que en la parte gruesa
medimos dos diámetros perpendiculares a fin de promediar su
valor. También determinamos el diámetru normal y altura tota[
del árbol.
La cubicación de los árboles tipos nos sirve para situar susvolúmenes en un sistema de coordenadas, en que las abscisas re-presentan el diámetro de los árboles a la altura de i,3o m., y lasor^denadas el volumen total, con corteza, de los troncos.
Con estos datos tenemos eiementos suficientes para construiruna curva media de volúmenes, prescindiendo de aquellos puntosdei gráfico que, por estar alejados del grupo continua, nos indicaque san anormales.
Puede verse el gráfico. ^La curva nas proporcíona el medio ^de cubicar la masa exis-
tente en la parcela.1\os hemos separado del método empleado por numerosas
Estaciones de ensayo, consistentes en cubicar cada clase diamétricamultipiicando la sección normal resuitante para los árboles deaquella clase por la altura y cceficientes mórficos medios corres-pondientes a1 diámetro medio de la misma.
Otra medio empleado en las ordenaciones españolas; consiste
en hallar el diámetro medio de cada clase diamétrica y derribar
un árbol tipo de aquel diámetro para hallar su volumen y coefi-
ciente mórfico, que nos sirve para calcular el volumen de la masa.
E1 referido procedimiento es adecuado en montes de millones de
pies, pero no tiene la precisión requerida ^en trabajos de investi-
gación.
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Nosotros seguimos el sistema de construir una tabla deducida
de la curva media de volúmenes a base de dos columnas: la pri-
mera; comprende la serie correlativa d^ diámetros, y la segunda,
sus volúmenes correspondientes.
Aplicamos luego en la clasificación diamétrica de árboles, acada diámetro, el volumen indicado por las tablas, multiplicandopor el número ^de árboles (doble número, mejor dicha) agrupadoen cada diámetro^
La aplicación de esta curva media ofrece la ventaja de prapor-
cionar valores de volumen perfectamente promediados y estar libre
de los errores a que pueda conducir un árbol tipo no representa-
tivo. Cierto que se subsana este error en las experiencias alemanas,
sustituyendo el cceficiente mórfico de este árbol tipo por el dedu-
cido de una curva media de cceficientes mórficos, y lo mismo ^^
hace para las alturas, pero nuestro procedimiento afina más, por-
que en vez de efectuar la cubicación por grupos de árboles de una
clase diamétrica, se cubica por grupos de árboles de ca^da diámetro.
Hemos seguido el sistema de hallar tres clases de volúmenes:
el total de los troncos con corteza; et de fuste, es decir, et de estos
troncos con corteza hasta 1os ; cm. de espesor, y el que denomi-
namos "celulósico", y es aquel que se refiere a los rollos de ^o a Zo
centímetros, descortezados, que puedan obtenerse, y son, como se
sabe, los que en ta industria de pastas se estiman coma mejores
para sus fines y tienen un descortezado económico. Pero en el pre-
sente trabajo nos interesa tan sólo ei primer volumen. Quedan el
segundo y-tercero de reserva para otras publicaciones que (Dios
mediante) nos proponemos escribir más a^delante.
Agregamos como datos valiosos del inventario las alturas me-dias y los coeficientes mórficos medios.
A1 efecto preparamos, por medio de los árboles tipos, dos grá-^ficos equivalentes al de volúmenes medios, según puede verse.
En numerosos casos, la curva de alturas viene enriqueci^da conmás datos que ]os proporciorrados por los árboles tipos.
Cúando se ha medido directamente la altura de todos los ár-
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^ Attura total del tronco.
^ Altura total del fuste.
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E!vSAYO DE TABLAS DE PRODUCCIÓN DEL "PINUS INSIGNIS" 4%
boles, entonces tenemos la mejor base para eonocer la altura media
de la parcela. En otro caso, deducimos de la curva de alturas cons-
truída el valor correspondiente al diámetro medio de la parcela.
De igual manera calculamos su cceficiente mórfico medio.
Agregamos en el inventario el estado de la espesura y cuantas
observaciones creemos necesarias.
Véase el ejemplo en el Cuadro núm. i.
Iníluencia dt la espesura en el desarrollo de la masa.
Cuando el Sitio de ensayo conste de cuatro parcelas, se recogeel resumen de datos en un cuadro como el Cuadro núm. z.
HNSAYO DH TABLAS DE PRODUCCIÓN DEL "PINUS INSIGNIS"
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8.° INVENTAR(O DEL VUELO
iPARCELAS ^^ MASA PRINCIPAL
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^'^I '^ i Número
Rtla- DI ,IMEiR OSSecciónoormal
Tantopor 100 VOLÚ MENES
Desi`- I ; Altura cióo densción. Cabida. !, ^ media. dt espacia- de Ia dt Ia
Con Celuló-i troncos.
miend^.Inferior Medio Superior masa. sección corteza. sico.i m/m.
__m/m. m/m. ro! tipo. m a m^
A r.boo
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18,85 (2) G9 r7,5 rro 268,3 4^ 4,r3 46 32,728 ro,2771
Por hI
ectárea. rq,65 (3) 431 • ► 275 (I) • 25^^ > 204^554 64,232,
B
I
> ^ 22,ro l2) 75 r5^7 r2o 283,3 So4 5^IO fi8 4r,618 ro,585,
Por hectárea. 15.50 (3)i4^ • > 294 (I) • 31,64 . 26o,I 18 óó,rg8
C I . 19.90 (2) 98 14ó ro7 268,9 485 5.91 79 47.147
^
14,359
Por hectárea. 14,ó0 (3) 612 ► > 277 (I) > 36.65 y 294.670 89.^4^
D I > zl.3o (z) 141 13,^ 135 251^0 433 7,40 Tes- 68,293 18,200
tigo.Por hectárea. 15,qo (3) 882 > > 259 (r) . 46,2G qg6,834 r r4,ooo
Fecha det inventario: 24 mayo 1940.Observaciones: Espesura.
A= Clara, con ligeras tangencias.B= Clara, con ligerast tangencias.
(p SianlEea el diámetro correspondiente a Ia seeción aormal dd lrbol medio.(2) SigniNca altura total.(3) SI`niflca altura del fuste.
ENSAYO DE TABLAS DF PRODUCCIÓN DEL "I'INUS INSIGNIS" ^J]
Especie: ^Pinus ínsignís Dong.^
Regidn: Vizcaya (Duraago).
. ................................................ ............^---•---
Monte: San Roque Buru.
iMASA ACCESORIA EXTRAÍDA MASA TOTAL
I
N! D I d M E T H O SSecciánnOfmai
VOLÚMBNlSTantodel ^
IINlimero
RtlaCióaSeceiónnOrmal
VOLÚMENES
Altnra de olnmens demedia tron-
f il M di iSdo ia Con Celnló- total i
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^aasCon Celuló-
cos.ora er e o oruper masa.
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, I2 , , . I,oB 3.507 2.336 I.32 I 4^ ' 32.72 zó3^óz3 ^.z93
^^> I zb7 268 270 o,I2 o,618 o,166 • 14,5 ó,o0 48,too ^4.525
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C= 60 o/a completa; 40 0/o defectiva.D= 70 0lo completa; 30 oJo defectiva.
Edad del vuelo: 24 años.
ENtiAI'O UE 'I'ARLAS DF. PkODUCCI(^N 1)EL "YI^US i!^5IGV15^^
Reaumen de inventarios.
53
En varios cuadros de sucesivos años, como el que se acaba de
ver, se puede estudiar la variación que en el curso de los años expe-
rimenta la sección normal de las masas respecto a la parcela testi-
go, asf como su influencia en la producción en volumen y en las
dimensiones y forma de los troncos.
Hasta lo que va escrito, todos los trabajos aislados de la prác-
tica de Inventarios tienen un carácter estático de determinación de
existencias, y en nada se diferencian de los aforos de una masa
inerte.
Pero cuando se empiezan a ligar ]os inventarios sucesivos de^roa parcela y se establece la relación comparativa de unas parc^lasa otras, entonces la aridez fría de estos trabajos estadísticos abrepaso a los fenómenos vitales. Se siente el crecimiento de las masasy se palpan las manifestaciones de la vida con toda su fuerza atra-yente.
Puede verse en el Cuadro núm. 3 la forma sistemática como seregistran los datos de las parcelas y la importancia de su acopla-miento, para conocer la ley de desarrollo ^de los volúmenes.
Estos Resúmenes de Inventarios registrados en todos los Si-tios durante un período, forman la base de sustentacibn de la Tabla.
54 I G N A C 1 O E C H E V E R R I A
CUADRO 3. - Srno a>c axa^►iro xdx. 4. - Saunts Craa^.
PARCELA B
I MASA NRINCIPAL MASA
^
! C H A
^ Edad.; I
- ^'Número Dil-
^^Altnra Itotal 'Sección efa'
Coeflc.mórf.
Volumencon
corteza
Volu-men
Nú-mero
Di/-metro ección
^Afloa.i de metro.`
fuste ^ normalción deeapado-
total totaleeluló-sleo
de medio normal,'i
troaces.l -I
- - mlentofu^te_ fuste - tron- _ -
^^I ma► . m. j m! p,...... . m s m^
eosm ^ m ^
,^
Oetubre1932 13 ^ L8o8 95,0I
7,ao t4,oo z3,6 ^. 6z,594 51^336 88 67,I o,3z
- 1933 t4 ^ c.796 to4,a 7,4o t6,33 ^ ^ 75.736 . tz 85,0 0,06
- 1934 t5 , t.7g6 IIIrO 7.75 t8,8o . ^ 85,000 • . . .'^,;^
i^
- 1935 tb ^
^
^ t.7go
i
tt8,5 8.z5 zi,36^ 14,15' •
^
tt6,868 • 6 85,0 0,03
FNtiAI'O 1)E TAIiLAS DE PRObCCCIÓN DSL "PINOS INtiIG^irS^^ 55
RESUMEN DE INVENTARIOS POR HECTÁREA
ACCESORIA - i MASA TOTAL C RECI MI ENTOSIÍ^ _^
I
-
i CReciAtienro Atenio cReciAaei.ToVolu- lV
VotumepV l
Í ANUAL ANUAL Crecl-i t
IOen con
c0[teza
o u-
mtp ^NÚmero Di1mt-Cop
corteza
o u-men SeCCfÓn
pormalVOLUMR'N
CON CORIl2A MA3A PRINGPAL
m en oceptai•
pfaiceluló- I ^cción ceiuló- ,
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fpslesico ^troncos medio
pormptfnste
sico Masa^ pripci-
Masapdeci- Masa Seccióo Volumcn
c^nM^
-^
^
_pai pd total normd corteza Pripei-
atPm•' m•r I m•' m•' m! m.' m! m* m?
I,514 I.156 ^ r.3q6 93,7 [4,32 64.I^ 52.49^ ^ r.o7 4.814 4,931 > > >
0,264 . r.8o8 Io3,8 16,40 7ó.aoo ^ r.15^ 5^390 5.42$ 2,zq rz,qo2 zo,o
• y I.7q6 III,O IS,íb Sg,ooo . I,25 5.^ ' 2,4^ 9.^4 I2,2
o,132 . r.7q6 rr8,3 2r,4o I17,oo0 ,^^' r,33i'
7•2R7 ' z,^ 3z,^ 37.0
I G N A C 1 O E C H E V E R R 1 A
Re^istros de datos para futuras inveati^acfanes.
Pero antes de exponer el camino seguí^ío en su preparación,deseamos indícar someramente - aun a trueque de desviar eltema - el registro de determinados resúmeires de datos y la razónde compendiarlos.
Se ofrecen en los temas ^de investigación de la producción,
además de los objetivos indicados, otros aspectos de especial inte-
rés; uno de ellos se refiere a la manera de influir en el desarrollo
de la masa el crecimiento de cada árbot o de los grupos de árboles
que constituyen los pisos dominantes,y dominados, etc.
Así, por ejemplo, la edad de culminación del crecimiento de la.masa no es, como pu^diera deducirse de un criterio simplista, simul-táneo con la de cada uno de los árboles que forman parte de aquelrodal. Por el contrario, el máximo crecimiento medio de la masaes una resultante compleja de los máximos crecimientos m^ediosde los árboles, alcanzados en las más diversas edade ŝ .
^Cómo se desarrollan las clases diversas, desd^e la más domi-nante hasta la más dominada? Esta es u^a cuestión que surge alenfrentarse con la observación del desarrollo de los crecimientosde un rodal ^de determinadas características de edad, calidad ynúmero de árboles por hectárea. Si estos árboles, como consecuencia^de las claras practicadas hasta esta edad, pertenecen a las clasesdiamétricas superiores, ^ alcanzaría el rodal el máximo crecimientomedio anual a la misma edad que si las claras hubiesen sido con-ducidas de otra manera, dejando en pie el mismo número de árbo-
les, pero pertenecientes al piso dominado?Evidentemente, no.Otro de los problemas que surge de continuo es el conocimien-
to de los efectos de las claras ^en la forma y dimensiones del árbol.
' Para desentrañar problemas de esta índole, se precisa aden-trarse en la masa, llegando a despiezar sus factores constitutivo^
mediante el análisis individual.
ENSAYO DE TABL^AS DE PRODUCCIÓN DEL "PINUS INSIGNIS" ^jĵ
Con este fin se están registrando los datos en Cuadros como
los dos que aña•dimos (núms. 4 y g), de los que vamos obteni^enda
conclusiones que esperamos vean la luz en el próximo folleto.
CUADRO ^i. - SITIO DL LN3J1Y0 14UM. H. - SA1Clf^0.
Nám.ARO 1935 ARO 1996 AÑO IY3T ARO 193d Afip t939 CORTA
deloa Díf-
metroa Alturas Dig-metros AltnrasDtá-
metros Al/urasDi4-
metros AlturasDiá-
metros Alturas
-
Año.,
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33 I
4I
4I
4IzI ^ 3.62 4.40 4.So 4,7o 1938
35 39 42 43
^I5564 67 69 7z
Iz^^ 4.45 6.35 7.90 9.IO Io,zo5z 6a ó6 68 go
II^ 79 - 85 90 93I23 5.08 6,55 7.80 8,6o Io,3o
6^ 77 83 87 91
I44 55 58 ^ ^I24^ 3,60 5.IO ó,ro 7,30 8,00
45 56 60 63 63I
60 71 75 80 8rIz5^ 5.^ 5.35 6.80 7.70 8^70
^ 58
.^ 4
^(I ,,
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77
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s
58 IGNACIO ECHEYERRÍA
CUADRO 5 - SIT10 DL L?i8^Y0 Nb1[. 8. -- Saleedo.
Pie^w It^ti^+^vit• CUBICAC16N DE
Nureetodei
ártwt
j Alfodel
ínveatarío
Di4metronormal
_
m/m.
Altnntotal_
m.
VOÓu^ °coa
corteza
-dm!
Volaaea1 celelósico^ _
dm?
^8 Ilcieatc
ii, mórtico
i ^ '^ 0,.... '---^
0 ,b ,0
D I Á
,b
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r936 ror 7,25 28,8
^ --
•
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^ 49r ;! • rrr roó 94 90
r937 rtr 8,go 39.2 ' ' 45r ^^ ^ t23 rrz ro4 99
z^ Irqg8 rzo 9,^ 5r,5 ' 493 I rf)I t3t rzo rrz rre
r939 r3o rr,oo 6q,2 z5,6^
4R5 r73 r4z r3t rr9 rr5
^r936 94 7,3o z8,6 , 568 ^ s ^
I02 97 93 84
r937 tal 8,90 4tA ^ 52t ^^ , r t r toq ro2 rao3or
I193á I17 I0,70 49,5 ' 42ó r5Ó I2Ó I18 II2 I10
t939 r28 ti,5o 79,t 19,8 502 r94 r38 tz9 r23 rzo
^t936 rro 7,30 34.r ^ 495 ^ trr rro roo 95
t937 t34 9,40 57.9 ^ 530 • r33 Iz9 r2z r2I
335t938 r46 Io,óo 85,t , 47z 184 r48 t44 r35 r36
r939
Ir63 Iz,3o rt8,3 67.4 462
,zoo r64 r59 r53 r4o
F.NSAYO I)E TABLAS DE PRODUCCIÓN DEL "PINUS INSIGNIS" 59
P111tCLLa A
í^RBOLES TIPOS
T R O S A D I S T 1 N T A S A L T U R A S U E L T R O N C O
2,b 3,0 3,5 4.0 4,5 5,0 O,b 8.0 6,5 7.0 7,5 8,0
80 7r 62 58 55 5^ 33 z8 ' ' . '
gt 85 82 74 7a f^9 47 ' ' • ' '
97 9r 93 R6 83 80 63 6o go , . .
I13 Iog Io8 97 95 94 71 70 6R . . .
84 So 65 60 56 49 31 30 . . . .
99 95 85 79 77 76 55 52 42 35 ' '
Iog Io3 98 97 93 91 So 78 76 65 • ^
I15 IIq IIO Io7 Ioo 99 Ioo 8q 88 86 84 .
92 88 82 68 64 50 40 a8 . ^ s •
IIS III Io6 qo 88 74 6g 6r 55 47 40 '
Iaj I23 I27 III Io5 99 90 89 77 71 65 '
137 135 133 13o Iaa I19 Ir2 Io2 Io4 99 95 90
ÓU IGtiACIO ECHEVERRÍA
^ IV. Construcción de las Tablas.
El sistema empleado, en nada se diferencia del que se usa enlas Estaciones Forestales de Ensayo.
Puede verse una exposición amplia y clara en el trabájo pu-
blicado por el Director de este Instituto, D. Octavio Elorrieta, con
el título "Comentarios a las Tablas de producción del Pino sil-
vestre".
El inventario de una parcela nos proporciona estos datos fun-
damentales para la construcción de las Tablas: volumen de ia
masa por hectárea, sección normal ; diámetro, altura y cceficiente^
mórficos medios; número de árboles; espesura.
En cada parcela se han practícado inventaríos anuaIes durantaun período variable; en algunos casos ha llegado a ser de ^diez años.
Todos estos datos han sido registrados en seis gráficos. En elprimero, formado por un sistema de coordenadas cuya abscisa
representa la eda^d d^e la parcela, y la ordenada la producción de
la misma en volumen por hectárea, se señalan con puntos las pro-
ducciones de cada parcela en las distintas edades en que ha sido
inv^entariada. Uniendo estos puntos con trazos, poseemos una línea
quebrada, indicadora de la producción de aquella parcela.
I.os cinco restantes gráficos tienen, como abscisas, la edad, ycomo ordenadas, la sección normal, el diámetro, la altura, el ccefi-ciente mórfico y el número de árboles, respectivamente, y recogengráficamente la variación de estos factores en ]a parcela.
Si nos fuera posible seguir el proceso de desarrollo de la masa^de una parcela desde su nacimiento hasta que alcanza los veinti-cinco años de edad, conoceríamos el desenvolvimiento de la pro••ducción del P. Insignis de una calidad ^ieterminada.
Como esto no es posible, la práctica que se ha seguido es la
^+ A, FLOftkICIIUFTA.-I'arcela A. 1 producciones de parcelas de^s _ A, Lezn++n. - Parcela A. 1j la misma calidad, pon c^c-
^ + C, Snr+ Roçue. - Parcela C. / Cárea.
^ na medir de producciún.
E\SAYO I>E TAALAS DE PRODUCCIÓN DEL "PINUS INSIGNIS" 63
siguiente: A la vez que se experimenta en una parcela o grupo deparcelas jóvenes, se hace lo propio en otros grupos de edades supe-riores.
Se sitúan en los seis gráficos todos estos datos, y si hay dosparcelas que a la misma edad coinciden en producción en volumen,altura, número de árboles, etc., quiere decir que, como ambas sonparecidas en calidad, podemos, con las líneas de las dos, hacer unacontinua. Si en vez de dos tenemos un grupo de parcelas cuyosgráficos forman una estrecha faja, tenemos la base para una curva.media, según se expresa en el gráfico.
De esta manera no hemos necesitado dedicar veinticinco añospara tener los datos precisos de producción en toda clase de edades
y calidades.Con esta norma hemos situado en los gráficos citados las llneas
continuas in•dicadoras de los procesos de desarrollo de cada parcele.Han quedado dibujadas las líneas quebradas de todas las par-
celas inventariadas desde el año de ^93 ^ hasta i94a.[,jna vez dibuja^dos estos gráficos de conjunto, todos forman
una ancha faja, dentro de la cual se comprenden las infinitas pro-
ducciones posibles del P. Insignis desde los siete hasta los veinti-
cinco años.Consideremos la faja del gráfico de volúmenes. Podemos divi-
dirla en varias fajas más pequeñas, cinco por ejemplo, que com-
prenderán cinco calidades : muy buena, buena, regular, mediana
y ma1a, y cualquier producción imaginable se encontrará dentra
de una de ellas y más o menos próxima a sus curvas medias.
Para aplicar esta norma hemos empezado por clasificar y agru-
par las parcelas, según sus calidades.
Siguiendo las indicaciones aconsejadas por Schwapach en laconstrucción de sus Tablas para las especies de Prusia, hemos to-mado, como indicador de calidades, las alturas, comproban:do, enefecto, que este factor es el más representativo de todos en rela-ción con ^la calidad, y además, el que experimenta menor influencia
por el estado de la masa.
64 IGNACIO ECHEVERRÍA
Se ha recogido para la primera calidad, en el gráfico de altu-
ras, aquel grupo de líneas de valores máximos sobre el cual ha sido
construída una curva media de alturas, que nos da el desarrollo
medio experimentado por esta ^dimensión con la edad en la calidad
mejor del Pinus Insígnis.
EI mismo grupo de parcelas nos ha proporcionado, en el grá-fico de volúmenes, una curva media de producción en el volumen demasas de primera calidad con la edad.
Debemos advertir que ambas curvas se refieren a valores de Ia
masa cuando está en espesura completa. Empezamos por construirlas curvas de Ia masa total que nos sírve de referencia, para luegoelaborar las de la masa extraida con un sistema de claras modera-das y la masa prirrcipal.
De idéntica manera que en la primera calidad, se ha operarlo
en la quinta, a base de Ias parcelas de la peor calidad.
Uisponemos asi, en alturas y volúmenes, de dos curvas límites :
la superior, que nos proporciona los valores medios de la mejor
calidad, y la inferiór, que representa los valores medios de la peor
cali^dad.
Después, entre ambas curvas, hemos interpolado tres, corres- •
pondientes a la segunda, tercera y cuarta calidad, dibujadas provi-
sionalmente como base de tanteos. Se ha procedido en este caso
en sentido inverso. Se'han situado estas curvas ^de segunda, tercera
y cuarta calidad, sobre el gráfico de conjunto de las parcelas, lo
mismo en el de volúmenes que +en el de al,turas. Esta superposición
nos ha permitido clasificar cada parcela en su calidad, incluyéndola
en aquella de curva más próxima a su gráfico.
Advertimos que no siempre hay concordancia de las alturas
con los volúmenes de una parcela. En el caso en que le corresponde
una calidad en ra•r.ón a su altura y otra por su volumen, hemos
prescirndido de los datos de esta parcela.
Aquella superposición permite agrupar las parcelas de segun-
dá, tercera y cuarta calidad. Ellas nos sirven para rectificar las
curvas medias de volúmenes y alturas, usadas en primer términu.
ENSAYO DE TA$LAS DE PRODUCCIpN DEL "PINUS INSIGNIS^^ ^^J'
Como se ve, la construcción de unas Tabias obliga a proceder poruna serie sucesiva d^e tanteos.
La labor hasta aquí lograda ha clasificado las parcelas en suscali^lades y ha elaborado el desarrollo de los volúmenes y alturasmedias de las cinco calidades.
La segunda parte ofrece mayores dificultades. Debe determi-nar diámetros, sección normal, cceficientes mórficos y nÚmero deárboles.
Todos estos factores se relacionan entre sí y dependen de laespesura. A su vez, la espesura completa es un estado de la masade apreciación subjetiva.
Para estimar cuando una masa está en espesura completa, no
nos hemos limitado sólo a la impresión visual que, por muy habi-
tuada que esté, conduce, simultáneamente, a resultados divergen-
tes, sino a un elemento de juicio que daba bastante buen resultado.
Hemos visto, por medio de los datos registrados, los efectos de la
espesura en las dimensiones y forma del árbol, sobre todo en el
diámetro, y cuando su desarrollo natural resultaba perturbado, ía
espesura no podía aceptarse como completa desde aquel inventario
en que se registra la perturbación.
De esta forma nos ha sido posible construir las curvas mediasde secciones normales sobre el gráfico ^de conjunto de las parcelas.
Conocida la sección normal, tenemos todos los factores nec2-sarios para deducir el cceficiente mórfico medio. De la fórmula
V = S. H. C. 'V - volumen.S = sección normal.H = altura media.C = cceficientes mórficos medios.
Resulta :v
c=-SH
Con estos datos, deducidos por el cálculo, se han construído
unas curvas, las que han sído contrasta^das con el gráfico de los
IGNACIO ECHEVERRÍA
cceficientes mórficos medios de las parcelas, obligándonos a realizar
rectificaciones por tanteos sucesivos, pero hechas a costa también
de rectificaciones en ^el gráfico de secciones normales medias; de
suerte que, las curvas definitivamente adoptadas de secciones nor-
males y coeficientes mórficos medios, para las cinco calidades, han
sido ligeramente modificadas para su debido acoplamiento con las
primeras que se dedujeron de los gráficos de conjunto.
Se ha podido apreciar que las secciones normales y cceficien-
tes mórficos no tienen una correspondencia absoluta con las cali-
dades. No ocurre en este caso lo que con volúmenes y alturas,
cuya relación con la calidad es directa indefectiblemente.
Falta, por fin, la determinación de las curvas de número deárboles y diámetros medios.
También en este caso se ha seguido el camino de los tanteos.l.as curvas de variación del número de árboles por hectárea;
en sus cinco calidades, deducidas del gráfico de conjunto de las par-celas, nos han servido, juntamente con las curvas de secciones nor-males, para deducir los diámetros medios por la fórmula:
s- _ s.NS= sección normal de la masa.
N - número de árboles.s- sección normal det árbol medio.
Conocida la sección normal del árbol medio, deducimos eldiámetro correspondiente.
Se han preparado con estos datos unas curvas, adaptándolascon las curvas medias de diámetros obtenidos directamente de losgráficos de conjunto, por ser estas últimas un buen punto de refe-rencia.
1('or tanteos sucesivos se han podi^do perfilar unas curvas me-
dias de diámetros y otras de números de árboles.
Con igual procedimiento hemos preparado las curvas de pro-
ducciones de la masa principad y de la masa extraida, pero después
F.NSAYO DE TARLAS DE PRODUCCIÓN DEL "PINUS 1NSIGNI5" 67
de su obtención directa, hemos encajado con la producción de la
masa total.
Esta labor de acoplami^ento de las masas total, principal yextraída, ha sido la más trabajosa de todas, pero ha permitido per-filar mejor los resultados.
Una vez en posesión de las curvas, se han traducido en cifras
a las Tablas, completadas con los cálculos de crecimientos.