Experiencia misionera en la diócesis de quibdò colombia
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EXPERIENCIA MISIONERA EN LA
DIÓCESIS DE QUIBDÒ
NOTICIAS DE FAMILIA
La Diócesis de Quibdó, se encuentra
localizada en el Departamento del Chocó,
región del litoral Pacífico, en el extremo nor-
occidental de la República de Colombia.
Comprende varios municipios de la cuenca
de los ríos Atrato y Andágueda: Quibdó,
Lloró, Bagadó, Atrato, Carmen de Atrato,
Medio Atrato, Río Quito y Bojayá, y los municipios del Atrato antioqueño de Vigía del
Fuerte y Murindó.
Siguiendo los datos del último censo oficial, la población correspondiente a la Diócesis
de Quibdó, es de unos 250.000 habitantes, con la siguiente conformación étnica:
Afrodescendientes 80%, Mestizos 14%, Indígenas 6%.
El 22 de septiembre de 2001 es
consagrado Fidel Cadavid Marín como nuevo obispo de Quibdó. El 2 de mayo de 2002 ocurre la tragedia de Bojayá, donde un centenar de personas son martirizadas cuando buscaban protección en el templo, tras la detonación de un cilindro bomba lanzado en medio de la confrontación armada entre el Bloque Elmer Cárdenas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y el Frente 57 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP). Durante estos años la Iglesia Local enfrenta la crisis del desplazamiento de miles de personas por causa de la guerra y, el 5 de diciembre de 2005, la Diócesis recibe el Premio Nacional de Paz como reconocimiento nacional a su lucha por la defensa de los derechos humanos.
Hoy, la Diócesis de Quibdó, liderada por Mons. Juan Carlos Barreto Barreto y acompañada por todos los sacerdotes, religiosos, religiosas y decenas de evangelizadores, con el compromiso radical por la defensa de la vida, muestra en medio de la guerra, del hambre y del fusil, su ministerio de profecía al enarbolar el derecho a la autonomía que le cabe a los pueblos para definir su presente y trazar su futuro como salida y alternativa de desarrollo y paz.
El día 16 de mayo, viajamos a Quibdó, las Misioneras del Santísimo: Luz Adiela Arredondo, Luz Marina Zapata, y Nancy Mazo, impulsadas por la fuerza del Espíritu Santo y llenas de fe, y alegría para ir a servir y anunciar a Jesucristo y su Evangelio en m edio de esta gente sencilla y acogedora.
Hemos vivido en estos ocho días pasados
una experiencia maravillosa de misión, empapándonos un poco de esta nueva cultura,
costumbres, ires y venires de la gente chocoana, alegres, expresivos, con una piedad
bastante marcada a su estilo afro.
A nivel social, Pobreza, explotación, miseria, hambre, abandono, falta de educación,
salud, etc.
Además nos hemos dado cuenta un poco de la gran necesidad que hay de
evangelización, de catequizar desde las bases de una vida cristiana y sacramental hasta
llegar a un compromiso con la vivencia de nuestra fe católica.
Hemos tenido, reuniones con el Señor Obispo, encuentro con algunos sacerdotes y
religiosas, para darnos a conocer la realidad de la Diócesis y sus obras apostólicas, fue
muy positivo reunirnos con algunos laicos que colaboran en la curia. De paso también
nos hemos acercado a algunos pueblos entre ellos Yuto, para ir conociendo un poco
la realidad de los mismos, de verdad que ha sido una bendición, rogamos a Dios que
así siga.
Nos ha dicho Monseñor Juan Carlos,
que estaremos dirigiendo la casa de
encuentro y además estar trabajando
en pastoral y misión a nivel de Diócesis,
así que sigamos acompañando a
nuestras hermanas con la oración, pues
la hemos sentido en estos días, que con
esta nueva experiencia misionera se
fortalezca y se afiance nuestro espíritu
misionero, y podamos seguir haciendo
realidad el deseo de NMF, el “Celo de la
misionera abarca el mundo entero”. Agradecemos a todas las comunidades, sus
manifestaciones de cercanía y apoyo congregacional.
Seguimos confiando en la compañía de María, de manera especial en este mes de
mayo, sabemos que con el Santo Rosario, nos tiene cogidas a todas.
Un abrazo fraterno. Con mucho cariño.
Martha C
Aquí se van a subir a la Panga (chalupa)
para ir a un pueblo llamado San Isidro es
por todo el río Atrato.
Visitando los CAI de bienestar familiar.
Recibiendo
información
El Jardín de la casa
EL ESPIRITU SANTO INFUNDE LA FUERZA PARA ANUNCIAR LA NOVEDAD
DEL EVANGELIO CON AUDACIA. (SS FRANCISCO)