Expedición por la música misional La medicina se...

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Bogotá, D.C. • No. 66 • Noviembre 14 de 2004 • PÁGINA WEB: http://unperiodico.unal.edu.co • CORREO ELECTRÓNICO: [email protected] • ISSN 1657-0987 MEDIO AMBIENTE San Andrés: de la playa al bosque 17 LITERATURA Fayad, letras urbanas 22 CIENCIA ¿Se deslien los nevados colombianos? 19 UNIVERSIDAD Las memorias de Apartadó 6 La medicina se distingue Aportes a la comprensión del lupus, el cáncer y la osteoporosis llamaron la atención de la comunidad cientifica al galardonar la semana pasada a tres grupos de investigación de la Universidad Nacional. El centro de educación superior ganó los premios de la Academia Nacional de Medicina en las tres áreas que componen el reconocimiento. Pág. 11 Detalles de la reforma académica La modernización de los programas académicos en la Universidad Nacional contribuirá al avance de una cultura investigativa y docente de cara al desarrollo del país. Págs. 12 y 13 Págs. 2 y 3 INTERNACIONAL Al Qaeda, un periodo más de terror. Págs. 20 y 21 Evolucionismo, economía de resultados Como una corriente de pensamiento que se concentra en el análisis de los procesos de creación e innovación, antes que en la obtención inmediata de resultados, la economía evolucionista e institucional se constituye en una opción ante el paradigma económico dominante. Richard Nelson, candidato al Premio Nobel de Economía, y uno de los máximos exponentes de esta teoría estuvo en la U.N. Págs. 8 y 9 Archivo. En desarrollo de un convenio entre la Universidad Nacional y la Embajada de Bolivia, cuatro jóvenes bolivianos pertenecientes a dos de las provincias indígenas herederas del único patrimonio vivo de las misiones en América, cursan estudios avanzados de música en el alma máter. En el futuro, compañeros suyos también podran venir, mientras estudiantes y profesores del Conservatorio viajarán allá para apoyar procesos pedagógicos en las escuelas jesuíticas e investigar los catálogos sonoros de La Colonia. Expedición por la música misional Guillermo Flórez P.

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Bogotá, D.C. • No. 66 • Noviembre 14 de 2004 • PÁGINA WEB: http://unperiodico.unal.edu.co • CORREO ELECTRÓNICO: [email protected] • ISSN 1657-0987

MEDIO AMBIENTESan Andrés: de la playa al bosque

17 LITERATURAFayad, letras urbanas

22CIENCIA¿Se deslien los nevados colombianos?

19UNIVERSIDADLas memorias de Apartadó

6

La medicina se distingueAportes a la comprensión del lupus, el cáncer y la osteoporosis llamaron la atención de la comunidad cientifica al galardonar la semana pasada a tres grupos de investigación de la Universidad Nacional. El centro de educación superior ganó los premios de la Academia Nacional de Medicina en las tres áreas que componen el reconocimiento.

Pág. 11

Detalles de la reforma académicaLa modernización de los programas académicos en la Universidad Nacional contribuirá al avance de una cultura investigativa y docente de cara al desarrollo del país. Págs. 12 y 13

Págs. 2 y 3

INTERNACIONALAl Qaeda, un periodo más de terror.

Págs. 20 y 21

Evolucionismo, economía de resultadosComo una corriente de pensamiento que se concentra en el análisis de los procesos de creación e innovación, antes que en la obtención inmediata de resultados, la economía evolucionista e institucional se constituye en una opción ante el paradigma económico dominante. Richard Nelson, candidato al Premio Nobel de Economía, y uno de los máximos exponentes de esta teoría estuvo en la U.N.

Págs. 8 y 9

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En desarrollo de un convenio entre la Universidad Nacional y la Embajada de Bolivia, cuatro jóvenes bolivianos pertenecientes a dos de las provincias indígenas herederas del único patrimonio vivo de las misiones en América, cursan estudios avanzados de música en el alma máter. En el futuro, compañeros suyos también podran venir, mientras estudiantes y profesores del Conservatorio viajarán allá para apoyar procesos pedagógicos en las escuelas jesuíticas e investigar los catálogos sonoros de La Colonia.

Expedición por la música misional

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Internacional

Paul Rogers*

Al acercarse el gobierno de Bush a su se-gundo mandato tras las elecciones del 2 de noviembre, el periodo entre este momento y la posesión presidencial va a ser impor-tante por dos razones bastante diferentes: políticas y militares.

La primera es la composición del nuevo gabinete, y especialmente el hecho de que Colin Powell y Donald Rumsfeld retengan o no sus cargos. Los nuevos nombramientos indicarían claramente el poder real de los neoconservadores; lo más posible es que el vicepresidente Dick Cheney conserve su-ficiente poder para asegurar un gabinete al gusto de la comunidad neoconservadora de Washington.

La segunda es el decidido esfuerzo que las fuerzas estadounidenses harán para contener a la insurgencia iraquí en el po-co tiempo previo a las elecciones de fina-les de enero de 2005. Solo durante los úl-timos días ha habido una serie de graves incidentes: el asesinato del vicealcalde de Bagdad y de un alto empleado del minis-terio del petróleo; sabotajes importantes

a las instalaciones petroleras; una bomba cerca del ministerio de educación que mató a ocho personas; y numerosos secuestros. Todo esto fuera de los frecuentes ataques sangrientos contra las fuerzas de Estados Unidos, de la policía y las fuerzas de segu-ridad iraquí.

En respuesta habrá una intensa acción contra las ciudades de Fallujah, Ramadi y Samarra, que ya empezó en la primera, oca-sionando los mayores bombardeos, en pre-paración del terreno para la ofensiva final, al día siguiente de las elecciones.

Fuera de Irak, se presentaron tres mani-festaciones de los grupos insurgentes clara-mente vinculados a Al Qaeda. En el sur de Tailandia, un líder de una aldea fue asesi-nado en venganza por la muerte por asfixia de 78 detenidos musulmanes (y la muerte violenta de otros siete). Al día siguiente, en cuatro ataques separados, fueron asesina-dos dos policías, un empleado del gobierno y cuatro civiles. En Filipinas hubo enfrenta-mientos entre las tropas del gobierno y las milicias del Frente Moro de Liberación Islá-mica (Fmli), justo antes de las proyectadas conversaciones de paz pensadas para con-solidar una tregua de dos años.

Pero quizás el desarrollo más importan-te fue la difusión de la transcripción com-pleta del mensaje televisivo de Ben Laden.

La versión recortada que mostró Al Jazeera en el fin de semana anterior a las eleccio-nes en Estados Unidos tuvo mucha publi-cidad y puede haber ayudado a George W. Bush. Sin tener en cuenta los titulares, la versión completa es notable por varios su-tiles elementos.

Un sermón políticoEn el mensaje, Osama ben Laden osten-

tó un aspecto casi de autoridad, al usar un atril y desechar el uniforme de camuflaje y cualquier clase de arma. Junto con la con-dena directa al presidente Bush y las acer-bas críticas a las élites árabes, se refirió en forma mordaz a la invasión israelí del Líba-no y a Beirut occidental en 1982. Esta últi-ma referencia en particular encuentra eco en el público árabe al vincular la destruc-ción de los edificios altos de Beirut, como parte de una larga acción militar durante julio y agosto de 1982 en la que murieron 10.000 personas, con la destrucción de las torres del World Trade Center en 2001.

Se trata de una vinculación retórica doblemente hábil. En primer lugar, la co-nexión retrospectiva de los Estados Uni-dos con la operación israelí en el Líbano en 1982, que aquel había apoyado tácita-mente; así trata Ben Laden de establecer que el tan cacareado eje estadounidense-

sionista lleva décadas de existencia, y que por tanto los ataques del 11/9 fueron una respuesta más que razonable frente a una alianza que ya era evidente hace más de veinte años.

El segundo elemento es que tanto los Estados Unidos como Israel fueron “derro-tados” en los meses y años que siguieron a la campaña de 1982. En 1983, murieron 241 marines en un ataque suicida a sus ba-rracas en el aeropuerto de Beirut; y para 1985, las fuerzas armadas israelíes tuvieron tantas dificultades para controlar el sur del Líbano, frente a las acciones de la guerri-lla Hezbollah, que se retiraron de la mayor parte del territorio que habían ocupado.

Más allá del vínculo entre los Estados Unidos e Israel, la transcripción completa de la intervención de Ben Laden contiene una amplia presentación del pensamiento y las políticas de Al Qaeda. El gran esfuer-zo de su líder por parecer casi razonable, si no un verdadero estadista, se refleja en sus referencias a las entrevistas que concedió a la CNN y a la revista Time a mediados de la década del 90.

De más peso es la relación que estable-ce entre las guerras de Irak de 1991 y la de 2003, al poner en un mismo saco las accio-nes del presidente Bush y las de su padre, y describir el fin del régimen de Saddam Hussein como la instalación de “un nuevo títere para que ayude en el robo del petró-leo iraquí”.

Aquí como en otras partes, el texto se relaciona en forma estrecha con eventos

La hábil retórica y el contenido político de alto voltaje del último mensaje en video de Osama ben Laden representa una potente amenaza para el recién reelegido presidente Bush.

Cuatro años más de Al Qaeda

Desde la época de la guerra de Vietnam, George W. Bush ha utilizado el discurso bélico como estrategia de posicionamiento político.

Tras el triunfo de George W. Bush, los expertos se preguntan ¿seguira otro cuatrienio de guerras preventivas y de causa islámica global?

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Internacionaly actividades del mundo occidental. Cita unas conferencias en el Instituto Real de Asuntos Internacionales; ofrece datos de muertes de civiles reunidos por el Iraq Bo-dy Count; incluso, recuerda que muchos per-sonajes occidentales sostuvieron que Bush hubiera podido lograr la eliminación de las armas de destrucción masiva mediante el proceso de inspección, “pero la oscuridad del oro negro nubló su visión y su com-prensión, y le dio prioridad a los intereses privados a costa del interés público de los Estados Unidos”.

El tema de la guerra por el petróleo lo repite después y lo vincula a las pérdidas humanas en la guerra de Irak:

“Así que os digo que más de 15.000 per-sonas de nuestro pueblo murieron y dece-nas de miles fueron heridas, mientras que más de 1.000 de los vuestros han muerto y más de 10.000 han sido heridos. Y las ma-nos de Bush están entintadas de la sangre de los muertos de ambos bandos, todo en nombre del petróleo y de las arcas de las compañías privadas”.

Hay otros aspectos relevantes en el tex-to, sobre todo el énfasis en el severo cos-to de la guerra para los Estados Unidos. El conflicto puede ser muy productivo para las corporaciones privadas, pero Ben La-den alude con mordacidad al creciente dé-ficit federal, sosteniendo aparentemente que uno de los objetivos de Al Qaeda es arruinar a los Estados Unidos infligiéndo-le costos exorbitantes en su guerra contra el terrorismo.

En una de las partes más interesantes de todo el texto, parece incluso burlarse de Washington, presentándole al gobierno y al ejército de Bush blancos imaginarios con el fin de agotar sus recursos:

“Todo lo que hemos mencionado ha si-do facilitado por nosotros para provocar y hostilizar a este gobierno. Solo tenemos que mandar dos mujaidines a un sitio re-moto del Oriente con un trozo de tela en el que esté escrito ‘Al Qaeda’, para hacer que sus generales acudan allí velozmente y así lograr que Estados Unidos tenga pér-didas humanas, económicas y políticas sin lograr hacer nada digno de mención, sal-vo algunos beneficios para sus compañías privadas”.

La difusión de la marca “Al Qaeda”

Aunque las declaraciones de Ben La-den están relacionadas con con los Esta-dos Unidos, tal vez su aspecto más impor-tante es la revelación del deseo, y tal vez de la necesidad, de que Al Qaeda adopte nue-vas causas. El énfasis en Israel y el Líbano, por ejemplo, implica un apoyo indirecto, si no tácito, a la causa palestina y al Hezbo-llah en el sur del Líbano. Ni este pueblo ni este grupo han apreciado mucho a Al Qae-

da, pero Ben Laden continúa tratando de sugerir un vínculo con ellos ante el publico islámico general.

También es significativo que Ben Laden esté recalcando la relación entre la guerra de Irak y el control de sus recursos petro-leros. Se trata de un reflejo de los esfuer-zos constantes del gobierno de Bush por dar realce a la participación de milicias extranjeras en la insurgencia iraquí, inclu-so sin pruebas contundentes. Es evidente que Ben Laden desea hacer exactamente lo mismo, para demostrar la presencia de Al Qaeda en el tema de relaciones exteriores que tiene más impacto en los medios es-tadounidenses.

Es posible que Al Qaeda sea más una red floja de afiliados motivados por una ideología religiosa que una organización con una estructura coherente, una jerar-quía precisa y una estrecha coordinación cotidiana. Contrarrestar mediante tácticas tradicionales antiterroristas una entidad de esta clase es extremadamente difícil. Se requiere, en cambio, una comprensión de los factores que sustentan el apoyo a es-tas ideas, que se están volviendo cada vez más comunes en todo el Medio Oriente, y en otras partes del mundo.

Por diferentes razones, sin embargo, ambos “bandos” necesitan presentar una imagen de Al Qaeda como una organiza-ción poderosa, unificada y eficaz. Osama ben Laden tiene que demostrar su poder y autoridad, George W. Bush la necesita co-mo foco de su ocupación de Irak. En cierto sentido, se necesitan mutuamente. La re-elección del presidente Bush es sin duda importante para las relaciones internacio-nales durante los próximos cuatro años. También, a su modo, lo es el video de Ben Laden.

*Profesor de estudios sobre la paz en la Universidad de Bradford, Inglaterra. Publicado por la Universidad Nacional de Colombia con propósitos pedagógicos y bajo licencia académica de openDemocracy.

Traducción de Nicolás Suescún.

A George Bush le conviene presentar una imagen poderosa de Al Qaeda para mantener su foco de ocupación en Irak.

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Justicia

Marcel Silva*

La Cámara de Representantes aprobó en segundo debate, de ocho previstos, el proyecto de acto legislativo que presentó el gobierno para adicionar el artículo 48 de la Constitución Política que de ser adoptado prohibiría negociar pensiones en conven-ciones colectivas, cesar en 2010 lo pacta-do en ellas sobre esta materia y pondría un tope máximo de 25 salarios mínimos a las mesadas.

Este proyecto comprende algunas de las materias del artículo 8º del reprobado re-ferendo convocado por la Ley 796 de 2003. En aquellos días el Presidente manifestó en la audiencia pública celebrada por la Corte Constitucional que si el pueblo co-lombiano lo aprobaba, él desvincularía a Colombia de la obligatoriedad de los con-venios que le fueran contrarios. ¿Pero po-demos llevar a nuestra Constitución lo que queramos, aún así está en contravía de los compromisos internacionales? ¿Tendría va-lidez una reforma o una nueva Constitución que implantara la esclavitud o la tortura?

Algunos tratadistas sostuvieron que los Convenios Internacionales del Trabajo de-bidamente ratificados solo crean obligacio-nes entre el Estado y el organismo multi-lateral con la posibilidad de desvincularse de sus mandatos con la denuncia, mientras otros afirman que una vez ratificados tie-nen el carácter de ley internacional impe-rativa, y una tercera tesis predica que son un mínimo de derechos mundiales y nadie puede desconocerlos.

Esta última ya fue acogida parcialmente en la declaración de 1998 de la Organiza-ción Internacional del Trabajo (OIT) cuyo núcleo principal es: “2: Declara que todos los Miembros, aun cuando no hayan rati-ficado los convenios aludidos, tienen un compromiso que se deriva de su mera pertenencia a la Organización de respetar, promover y hacer realidad, de buena fe y de conformidad con la Constitución los

principios relativos a los derechos funda-mentales que son objeto de esos conve-nios, es decir: a) la libertad de asociación y la libertad sindical y el reconocimiento efectivo del derecho de negociación colec-tiva; b) la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio; c) la abo-lición efectiva del trabajo infantil; y d) la eliminación de la discriminación”.

Aún si el Presidente quisiera denun-ciar dentro de los términos de vencimien-to, hasta el año 2006 y no ahora, los Con-venios 87 de 1948 sobre libertad sindical y 98 de 1949 sobre negociación colectiva, no podría sustraerse a su aplicación por tratarse de derechos mínimos internacio-nales, obligatorios para todos los Estados que integran la OIT, salvo que decida seguir el funesto ejemplo peruano cuando una ley pretendió desconocer la jurisdicción de la Corte Interamericana de Justicia.

¿Una posición internacional y otra interna?

Cuando se prohíbe pactar, en conven-ciones colectivas, materias sobre condicio-nes de empleo, como son las pensiones, o dejar sin vigencia los acuerdos ya suscri-tos, la OIT, a través del Comité de Liber-tad Sindical, en muchas oportunidades ha expresado que se violan los convenios sobre derecho de negociación: “876. Si un gobierno desea que las cláusulas de una convención colectiva vigente se ajusten a la política económica del país, debe tratar de convencer a las partes de que tengan en cuenta voluntariamente tales con-sideraciones, sin imponerles la renegociación de los con-venios colectivos vi-gentes”. “895.

El Comité ha considerado que el ejercicio de las prerrogativas de la autoridad pú-blica en materia financiera de una mane-ra que tenga por efecto impedir o limitar el cumplimiento de convenios colectivos que hayan previamente negociado los or-ganismos públicos, no es compatible con el principio de la libertad de negociación colectiva”.

De aprobarse el acto legislativo subsis-tirían dos mandatos constitucionales anti-nómicos: uno ordenando la prevalencia de los tratados de derechos humanos funda-mentales (artículos 53 y 96) y otro (artículo 48) desconociendo el derecho de negocia-ción colectiva.

Alguien podría invocar la parte de la sentencia C-551 de 2003 que declaró constitucional el numeral 8º del referendo, pues la Corte consideró que su contenido no desconocía los Convenios Internacio-nales, ya que el 128 de 1967, no ratificado por Colombia, permite a los Estados fijar hasta 65 años como tope de edad para las pensiones y señaló cómo el derecho de negociación no es absoluto. Claro que los Estados pueden ponerle límite a la edad de jubilación con tal de conservar los de-rechos en curso de adquisición (Convenio 157 de 1982), pero esto no se puede con-

fundir con que el derecho de negociación colec-tiva es un ‘derecho en

sí mismo’, tal como lo calificó la Cor-te Constitucional en la sentencia C-013 de 1993, y por ende no

puede derogar una norma el contenido de una convención colectiva. Si alguien quie-re lograrlo debe utilizar los mecanismos de negociación libre y voluntaria como lo exige la OIT.

Es confusa la postura del gobierno, pues el Ministro de la Protección Social, Diego Palacio, comprometió al Presiden-te en sentido distinto al del proyecto, en la XIV Conferencia Interamericana de Mi-nistros de Trabajo de la OEA reunida en septiembre de 2003 en Salvador de Bahía (Brasil), donde se adoptó la declaración, que entre otros puntos expresa: “Reafir-mamos nuestro compromiso con la De-claración de la OIT sobre los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo y su Seguimiento, adoptada por la Organi-zación Internacional del Trabajo (OIT) en 1998, que proporciona los elementos para un desarrollo sostenible de base amplia y la justicia social, mediante el respeto in-tegral de los derechos fundamentales del trabajo internacionalmente reconocidos. Recordamos el compromiso de nuestros líderes en adoptar e implementar la legis-lación y políticas que llevan a la aplicación efectiva de los principios y derechos labo-rales reconocidos en la Declaración”.

Finalmente, la Convención de Viena so-bre los Tratados de 1986, aprobada por Ley 406 de 1997, dispone que un Estado Parte en un tratado no podrá invocar las disposi-ciones de su derecho interno como justifi-cación del incumplimiento del tratado.

* Director de la Especialización en Instituciones Jurídicas de la Seguridad Social, Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Colombia.

Aún si el Presidente quisiera sustraerse de los convenios sobre libertad sindical y negociación colectiva, no podría por tratarse de derechos mínimos internacionales, salvo que decida seguir el ejemplo peruano.

Derecho internacional y reforma a las pensionesDesconocer los convenios internacionales ya pactados, dada la eventual reforma pensional propuesta por el presidente Álvaro Uribe, no exime a Colombia de la obligatoriedad de su cumplimiento. ¿Cuál sería el escenario para el país en caso de desestimar estos tratados?

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Economía

Equipo periodístico Unimedios

La aprobación de la ley de presupues-to, el 20 de octubre último día del plazo, lo que es ya una tradición en la vida legis-lativa colombiana, ha refrendado un nuevo episodio de disciplina fiscal del Congreso frente a propuestas gubernamentales moldeadas, en parte, por los compromi-sos contraídos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

No obstante, nuevas realidades permi-ten deducir que esta vez la programación del presupuesto general de la Nación, sin duda la principal herramienta normati-va en la lucha contra el déficit fiscal, ha

asumido, junto a su teórico papel clave como instrumento de ajuste, un rol más central en 2005: mantener (mas no redu-cir) el déficit dentro de metas viables de crecimiento económico, según los dictá-menes del FMI.

El Gobierno públicamente comprometi-do con la reducción del déficit, por ejem-plo, a través de la disminución del tama-ño del Estado, entonces, ¿qué ha llevado a que el Congreso aprobara un presupuesto que pasó de $71 billones en 2004 a $94 bi-llones en 2005, configurando un incremen-to cercano al 25%?

Para los expertos consultados por Uni-medios, como Jorge Espitia, de la Contra-

loría Delegada de Economía y Finanzas, se trata de un presupuesto que si bien ha si-do presentado y defendido como financiera-mente equilibrado, registra “un elevado défi-cit implícito”.

Situaciones de como esta han pasado ca-si inadvertidas en el debate que precedió a la aprobación de la ley, como la que alude al tema de la deuda pública, un rubro para el cual el Gobierno deberá destinar el año en-trante un total de $32 billones, de los cuales $30 billones provendrán, paradójicamente, de créditos externos e internos, dando lugar a la perversa fórmula, propia de cualquier economía doméstica, de pedir prestado para pagar las deudas.

Más preocupante resulta para los exper-tos el hecho de que, en términos generales, la suma de los ingresos previstos en la ley de presupuesto aprobada emiten un resultado fiscal deficitario calculado en $19.8 billones, lo que equivale al 6,5% del Producto Interno Bruto (PIB), un porcentaje que en el año 2000 fue del 4,5%.

La posibilidad de que la ley de presu-puesto confirme el perfil deficitario de las iniciativas anteriores se evidencia mejor con el hecho de que en 2005, por ejemplo, los ingresos tributarios, del orden de los $39 bi-llones, solo superan en un 24% el rubro de entradas por concepto de nuevos emprésti-tos, aforados en $30 billones, y el de ingresos de capital, correspondientes a los excedentes de las entidades estatales, industriales y co-merciales, un recaudo que se espera sea de $4.6 billones.

Así las cosas, los ingresos estimados en $73.6 billones y gastos por $94 billones, arro-ja un déficit de $19 billones, para lo cual el Gobierno apelará a las fórmulas cotidianas de reformas tributarias, adiciones presupues-tales y una mayor enajenación de activos, la reflexión apunta a una amplia gama de con-clusiones.

Una de ellas, según el profesor Ricardo Bonilla, del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacio-nal de Colombia, apunta a que el Gobierno está jugando a la idea de que el PIB crezca el año entrante a una tasa que le permita man-tener el déficit en un terreno manejable a la luz de lo que es su magnitud dentro del PIB y llevarlo con ello a un margen de maniobra compatible con las expectativas del FMI.

En otras palabras, para Bonilla, se trata de un nuevo objetivo, que no apuesta ahora a reducir el déficit, especialmente en un año electoralmente estratégico para el Gobierno, sino a mantenerlo en el límite posible y con el cual pueda pasar el examen del organismo financiero y, al mismo tiempo, tratar de sos-tener el creciente peso del gasto público.

La lógica anterior, en opinión de Jorge Es-pitia, de la Contraloría Delegada para Econo-mía y Finanzas, podría verse frustrada en la medida en que el Gobierno del presidente

Uribe, al incluir como gasto social prác-ticamente todo el gasto público, se en-cuentre con una reducción real de los re-cursos para inversión social productiva.

Un panorama como este confirmaría sus denuncias acerca de lo que conci-be como un ajuste público miope en toda América Latina que al sacrificar la inversión pública productiva, crucial en la región para el logro de un mayor cre-cimiento económico, derrumbaría el re-caudo tributario con el cual se pretende, justamente, controlar el déficit.

¿Gasto social?¿Inflacionario? ¿Recesivo? ¿Deficita-

rio? ¿Cuáles son, en síntesis, las mayo-res críticas a esta iniciativa que regirá el nivel de ingresos y gastos de la Nación para el año entrante? Para Espitia, el presupuesto aprobado es más de lo mis-mo, es decir, una respuesta coyuntural a un problema estructural de las finanzas públicas.

Además, una estrategia encaminada a conseguir dos objetivos a partir del mismo insumo presupuestal. De un la-do, apostar por un crecimiento econó-mico del 4% en 2005, un porcentaje con el cual el Gobierno aspira a mantener a flote un déficit apenas internacional-mente presentable, pero fundamental en las necesidades de gasto inherentes a un año electoral. Una lógica que para los analistas consultados por Unimedios puede terminar en agravar el problema fiscal del país.

Y también un presupuesto que privi-legia el verbo “controlar” en detrimento de otro: aquel que habla de “reducir” la creciente brecha entre menos ingresos y más gastos, sin importar que, en suje-ción a tácticas contables, cada vez más los gobiernos prefieran intervenir dichos conceptos, haciendo difusa la diferencia entre las muchas categorías contempla-das en el gasto público y permitiendo que lo que es de funcionamiento aparezca co-mo social.

Contabilizar como gasto social lo que es en realidad un gasto de funciona-miento –como los aportes que por pen-sión debe hacer el Estado en su calidad de empleador– es, de entrada, una prime-ra evidencia del tamaño de la discusión que debe dar el país en la construcción de su diccionario sobre lo que es y no es gasto social.

La petición reciente de los presiden-tes del Grupo de Río al FMI para depurar la terminología a este respecto, refleja el tamaño de una duda que a la hora de elaborar presupuestos construye imagi-narios, solo eso, acerca de la presunción de grandes rubros con destino a la inver-sión social.

Presupuesto 2005: ¿seguirá el déficit?

La baja inversión social productiva, contemplada en el presupuesto aprobado por el Congreso, arruinaría la expectativa de un mejor crecimiento económico y las propias metas de recaudo fiscal.

Derecho internacional y reforma a las pensiones

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hivo

Al igual que los últimos años, el Congreso aprobó sin mayor discusión el presu-puesto para 2005.

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7Bogotá, D.C. • Noviembre 14 de 2004

Universidad

Diana Manrique Horta, Unimedios

“¡Tómenme una foto para mandarle a mi mamá!”, fue lo único que atinó a decir-les Javier Oswaldo Peña a su amigos fren-te a la imponente belleza de las playas de Tolú, en Bolívar. No quería que se le esfu-mara un solo instante de sus vacaciones de Semana Santa, por eso deseaba tener las “pruebas” de aquella experiencia para compartirlas con su familia tan pronto re-gresara a casa.

Sin embargo ésa, una de sus últimas fo-tografías, y varios de los relatos de aquellas vacaciones, no alcanzaron a ser descritos ni contados por el inquieto estudiante de la Facultad de Agronomía sede Bogotá, pues una bomba le arrebató la vida en una dis-coteca en San José de Apar-tadó, Urabá, el pasado 22 de mayo.

Así mismo, a sus com-pañeros sobrevivientes An-drea Carolina Díaz, Juan Da-vid Castillo y Miguel Ángel Daza, con quienes Peña se encontraba realizando las pasantías en algunas em-presas bananeras de la re-gión, la explosión de un maletín-bomba, les provocó heridas tan profundas que su cicatrización sobrepasan la piel misma.

Hoy, a los primeros “rolos” de la Fa-cultad que hacían prácticas en Urabá en enfermedades y fisiología vegetales y fer-tilización, les da vueltas en la memoria el recuerdo de los atardeceres en Arboletes y Tolú y el reconocimiento a su labor en tor-no al cultivo del banano por parte de las empresas que los acogieron. Prometían un excelente futuro profesional.

Ellos, decidieron romper el silencio de cinco meses el pasado 4 de noviembre con el “Homenaje a la memoria de un amigo”, el de la sonrisa inquebrantable, apasiona-do por su carrera y la biología molecular, y gran admirador del vallenato. “Queremos que si el país ya olvidó este hecho, la comu-nidad universitaria no, no solo por la muer-te de Javier sino porque ésta es una prueba más de cómo no es necesario ser malo para que la violencia nos toque”, afirma la estu-diante que se enfrenta a una sordera parcial pues la explosión perforó sus oídos.

Después de la celebración eucarística en la que participaron los padres de Javier, así como los “mil y un amigos” que el carisma

Un homenaje al estudiante de Agronomía Javier

Oswaldo Peña, muerto hace seis meses en un atentado terrorista en

Apartadó, fue la excusa para reunir a sus tres

amigos sobrevivientes y reflexionar sobre cómo la violencia amenaza la

investigación agropecuaria en zonas de conflicto.

Lo que la violencia no destruye

del muchacho capturó durante su perma-nencia en la Universidad, Andrea, gestora del evento, mostró en 47 diapositivas al-gunos de los últimos momentos de vida compartidos junto al estudiante, en las que además aparecen frases que resumen los sueños y las expectativas de estos jóvenes no mayores de 26 años, quienes desde en-tonces se debaten entre la incertidumbre y la rabia.

Sueños intactosEl 22 de mayo no era día de pago por lo

que la idea de “ir a rumbear” aquella no-che no había sido considerada previamen-te. “Entramos al lugar cinco minutos antes de que estallara la bomba, ni siquiera nos habíamos acomodado”, recuerda Andrea, quien también sufrió quemaduras en el 55% de su cuerpo y durante las primeras semanas, tras el atentado, permaneció in-consciente.

Lo que sucedió allí, en pleno centro de la capital bananera, es algo indescriptible, dicen las tres víctimas. “Se derrumbó el te-cho, había gente llorando y tantas perso-nas heridas que el espacio visual era insufi-ciente para apreciar una situación de estas dimensiones”, cuenta por su parte Miguel Ángel. “Al darme cuenta que no me podía parar, todo para mí entró en caos”. El bo-gotano de 24 años había sufrido una frac-

tura abierta de tibia y peroné, con pérdida de tejido blando, que además comprome-tía su pie derecho.

Cuando apenas intentaba entender un poco lo que había pasado, la noticia de una posible amputación lo hizo pensar en la muerte. Tenía perforaciones en uno de sus oídos, a lo que se añadió la angustia de quedarse sin piernas como la única salida que le ofrecían los médicos para “controlar” la infección. “¿Qué más me podía pasar?”

De no ser por la ingente labor realizada por la Universidad Nacional de Colombia hoy el joven Daza sería otra de las perso-nas discapacitadas por causa de la violen-cia. “Mi caso podía solucionarse con una microcirugía, solo que esta alternativa es más costosa (oscila entre los $20 millones y $25 millones) y dispendiosa (no existen mucha oferta de especialistas en esta área), por lo que el Sistema de Salud ofrece “solu-ciones” como la amputación (apenas cues-ta entre $4 millones y $8 millones)”, explica el muchacho, a quien el propio médico le contó después de la cirugía que éste era el procedimiento aplicado frecuentemente.

Andrea fue una de las 96 personas he-ridas de gravedad y de las 21 remitidas a Medellín para atención urgente. “La situa-ción era muy crítica, me tenían que hacer transfusiones de sangre todo el tiempo”. En este caso el apoyo de la sede Mede-llín se convirtió en una verdadera cruzada humana de estudiantes, administrativos y docentes, quienes hacían largas filas todos los días para realizar sus donaciones.

“Ahora que esto ha pasado me pregun-to si nuestra recuperación hubiera sido tan positiva si nosotros hiciéramos par-te de esas víctimas anónimas que el país nunca conoce”.

Juan David, menos ileso que sus com-pañeros, ya finalizó su tesis de grado y es-pera obtener el título en marzo. Su traba-jo lo desarrolló simultáneamente con las prácticas y se enfocó en el estudio de ne-mátodos, unos microscópicos “bichos” que afectan el cultivo de banano, cuyo estudio le apasiona.

Detrás de la apariencia de hombre fuer-te, Miguel Ángel no deja de pensar en su futuro incierto. Ya había conseguido exce-lentes resultados en la optimización del fruto, probando diferentes colores de bol-sa para empacar, pero su situación física le ha impedido concluir la redacción del trabajo de grado.

“El grado me afana menos que pensar qué voy hacer después de recibir mi títu-lo. Debo estar en recuperación cerca de dos años y, ¿cómo voy a trabajar?”. Por eso piensa que lo mejor es continuar es-tudiando en el campo de la fisiología ve-getal, mientras pasa el tiempo conveniente para la recuperación.

Para Andrea, su tesis relacionada con la fertilización del banano está por concluir, aunque volver a Apartadó para completar los resultados deberá esperar, pues su ci-rugía de tímpano le exige además de quie-tud, no cambiar de altura.

Por ahora los “rolapos”, como los lla-maron tan pronto llegaron a sus sitios de práctica en la capital bananera, quieren recuperarse junto a sus familias y seguir construyendo país en el campo. A pesar de los recuerdos de violencia, anhelan volver al Urabá antioqueño.

Juan David, Andrea y Javier (de izquierda a derecha en la foto), y Miguel Ángel fueron los primeros estudiantes de la Facultad de Agronomía en conseguir sus prácticas académicas en empresas bananeras.

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Salud

César Moreno*

UN Periódico: ¿Es el mercado eficiente para mantener los precios de los medica-mentos al alcance de la población?

Francisco Rossi: Yo sostengo la si-guiente hipótesis: la eficiencia del merca-do perdió control social y político, pervir-tiendo la función social del medicamento por dos vías: la tergiversación del papel del medicamento y la propiedad intelectual en la dinámica de acuerdos comerciales.

La primera está dada por una tendencia generalizada en la gran industria que es-tá haciendo crisis. Impera el mero interés económico aún cuando se desbordan lími-tes éticos e incluso legales. Las decisiones de los gerentes comerciales, de los jefes de ventas, o de los gerentes generales se vol-vieron palabra de Dios y así se ha perdido buena parte del norte que antes se fijaba para toda la industria farmacéutica en las perspectivas sanitaria, técnica y científica.

Así, lo importante es incrementar ven-tas, consumo. La publicidad dicta: “coma lo que sea capaz, que yo le resuelvo su problema”. Desde una perspectiva sanita-ria y ética esto no es correcto. Y en general, las sociedades y los gobiernos se han que-dado sin instrumentos de control, con el agravante del “muy elegantemente” nom-brado fenómeno de la “captura”, según el cual, mediante diversos mecanismos co-mo el lobby o la financiación de campañas políticas, sectores industriales obtienen desmedidos beneficios, como ocurre en Estados Unidos con la llamada industria farmacéutica innovadora.

UNP: ¿Cuáles beneficios?FR: La presión ejercida para generar

esquemas de liberación de precios, que debería, por la vía del estímulo a la com-petencia, generar mejores precios para el consumidor, se presta para muchos abu-sos en la comercialización de productos que se encuentran en condiciones de ex-clusividad por cuenta de las patentes.

Y de otro lado, que en la negociación de tratados bilaterales de libre comercio con Estados Unidos, como me lo informó uno de los partícipes de la formulación del TLC Chile-EEUU, una negociadora norteameri-cana afirmó que tenía claro que su postura era la defensa de la industria farmacéutica innovadora, no de la industria productora de genéricos de Estados Unidos.

UNP: Pero la industria farmacéutica in-novadora justifica las aplicaciones de pro-piedad intelectual a sus productos para ha-cer posible la generación de invenciones en bien de la salud

FR: Yo diría más bien que en vez de pro-ducir y proteger invenciones, se protegen inversiones, que se ubican en tres áreas: investigación, desarrollo de productos y publicidad. Los consumidores terminan pagando diversas acciones promocionales innecesarias e incluso indebidas. Además es materia de discusión a cuánto asciende la inversión en investigación para generar un nuevo fármaco.

Creo que se terminan pagando los me-dicamentos bajo el concepto de posicio-namiento de marca y metas de venta, en vez de un razonable nivel de rentabilidad, fruto de una especie de acuerdo entre la industria y la sociedad en el que la prime-ra cumpliera con una función social que es ayudar a resolver problemas de salud. Pero la rentabilidad dejó de ser razonable y las reglas del juego se desdibujaron. Es legí-

timo el ánimo de lucro en la producción y comercialización de medicamentos, no lo es el afán de lucro a toda costa.

Además, las inversiones de este sector industrial se enfocan en productos ren-tables para compradores muy solventes. Así mientras en 2002 se comercializaron US$2.900 millones en productos para la diabetes, 11 veces más se vendió en pro-ductos para bajar de peso, y sólo el 7% de los seis millones de personas con VIH-sida está recibiendo terapia completa.

Desde esta perspectiva es mucho mejor crecer en productos rentables, como los que actúan ante la disfunción eréctil, obe-sidad, arrugas y no en productos frente a la malaria o la enfermedad de chagras, males de países de bajos recursos.

En síntesis, la función del medicamen-to se ha pervertido. El mercado en el ám-bito farmacéutico tiene que moverse den-tro de marcos éticos, sociales, políticos y científicos.

UNP: ¿Qué salidas se presentarían en bien de la salud?

FR: Diversas acciones ya son señales claras de que la sociedad civil no está con-forme con los abusos en los precios de los medicamentos: de Estados Unidos salen buses llenos de ancianos que hacen “turis-mo farmacéutico” en Canadá y México. Con todo y viaje, ahorran frente a comprar a los precios de Estados Unidos.

Hace unos meses un laboratorio mul-tiplicó por cuatro el precio de un medi-camento antirretroviral (fármaco útil en el tratamiento del VIH-sida), por razones estratégicas, para abrirle mercado a otros de sus productos. Esto encontró una inte-resante respuesta de los médicos: la aso-ciación médica y especialmente la de in-fectología de este país amenazaron con no asistir a los lanzamientos y simposios de productos de ese laboratorio; en síntesis, no se continuarían prestando a los esfuer-zos publicitarios de esta industria, que ter-minó por ceder bajando los precios.

UNP: ¿Cómo accede la sociedad civil a información vez sobre esta materia?

FR: En cuanto a la divulgación de in-formación, se estableció una alianza entre

diez de las principales revistas científicas del mundo en el ámbito farmacológico pa-ra no volver a aceptar publicaciones de las que no se tuviera certeza de la independen-cia técnica del estudio descrito, porque la forma en que se estaban manipulando al-gunos resultados no era admisible.

Las redes de información farmacéutica por Internet cumplen también una función importante al ser un espacio de expresión y denuncia con cientos de profesionales sus-critos cada vez mejor informados. Ejemplos de estos grupos son E-Drug, E-Fármacos y Diálogos farmacéuticos, este último con sede en Colombia bajo la dirección de la Organi-zación Panamericana de la Salud (OPS).

UNP: ¿Qué propuestas multilaterales se manejan para acceder a los medica-mentos?

FR: La OPS está sometiendo a discusión una agenda de carácter multilateral, cuyos ejes en materia de propiedad intelectual y medicamentos se centren en no acep-tar medidas superiores a lo establecido en el seno de la Organización Mundial del Comercio en 1994, en el Acuerdo General sobre los Aspectos de Propiedad Intelec-tual, conocido como Adpic (trips en inglés). Además busca que se apliquen a plenitud las flexibilidades que estos acuerdos indi-can junto a la Declaración de Doha en 2001, como son las licencias obligatorias, impor-taciones paralelas, etcétera.

Incluso, en la agenda de la OPS se con-templan mecanismos sui generis de patente y excepciones en casos de fármacos esen-ciales.

En Colombia, esta institución está apo-yando estudios que indican el impacto que el TLC con Estados Unidos causaría en el acceso de la población a los medicamen-tos, de lo cual pronto se divulgará infor-mación.

*Químico farmacéutico y Coordinador del Programa de Comunicación, Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia.**Consultor del Proyecto de Propiedad Intelectual del Centro de Pobreza del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Gobierno del Brasil.Las afirmaciones expuestas en esta entrevista no representan ni comprometen a estas instancias.

En lenguaje directo, el médico epidemiólogo Francisco Rossi** se refirió a la problemática del acceso a los fármacos, la propiedad intelectual y el libre comercio. El experto participó como conferencista del Congreso de la Federación Farmacéutica Sudamericana realizado en Bogotá y concedió una entrevista a UN Periódico, en la que habló sobre el papel del medicamento.

Medicamentosen función del lucro

Mientras en 2002 se comercializaron US$ 2.900 millones en productos para la diabetes, 11 veces más se vendió en productos para bajar de peso.

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Francisco Rossi es consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

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Entrevista

Yino Castellanos y Nelly Mendivelso, Unimedios

Hace unos días, numerosas personali-dades del mundo económico, empresarial y social se reunieron en la ciudad de Barce-lona (España) para discutir sobre el comer-cio justo y los agentes del cambio global, ante el fracaso de las reformas neoliberales implementadas durante la última década, especialmente por los países en vía de de-sarrollo como Colombia.

Las conclusiones apuntaron a la necesi-dad de replantear las premisas del modelo económico actual, dadas las crisis sociales que acentúan cada vez más la distancia en-tre países ricos y pobres.

Como una corriente de pensamiento alternativo, resurge la Teoría Económica Evolucionista, diseñada como una línea de investigación formal de la actividad econó-mica, guiada por los procesos de innova-ción industrial y aprendizaje, según uno de sus pioneros, el profesor de la Universidad de Columbia, Richard Nelson.

No se trata de una teoría económica más, sino de un cambio en la manera de pensar. Incluyente y heterodoxa, que de acuerdo con uno de sus impulsores, el profesor de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional, Iván Darío Hernán-dez, “habilita para llevar a cabo una proyec-ción más consecuente de nuestras metas, pero sin tornar la obtención de resultados en nuestro motivo único ni ulterior”.

En esa medida, mientras la escuela neoclásica se preocupa más por alcanzar un estado de equilibrio en el cual las con-diciones del mercado deben ser perfectas, los evolucionistas defienden trayectorias acordes con el propio desarrollo econó-mico de cada nación. “El evolucionista se concentra entonces en el recorrido idiosin-crásico de cada país, de cada cultura”, rei-tera Hernández.

Por ejemplo, la cultura calvinista de los países nórdicos influyó en la concepción de un hombre nuevo de negocios cuyo obje-tivo era vivir y trabajar antes que acumular riqueza. De esta manera la forma de traba-jar, la cultura, primaba ante la ansiedad de lucro, “el dinero venía por añadidura”. En contraste, en el caso español, el “oro fácil” proveniente de las colonias generó hábi-tos contrarios: poca creatividad y dinamis-mo en la actividad productiva.

Estos elementos culturales, aunque importantes, no determinan la compleja realidad económica de un país. Vale la pe-na anotar que, para el evolucionismo no existen fórmulas preestablecidas, ya que cada nación elabora su propio desarro-llo. Asunto olvidado tras el totalitarismo teórico neoliberal, que pretendió igualar a todos los países bajo un mismo esquema de desarrollo.

Colombia inspiró el evolucionismoAunque marginado del debate, el evolu-

cionismo económico mantuvo una presen-cia intelectual importante en Europa, aún cuatro décadas después de concebido. Fue en los años sesenta, cuando Richard Nel-son, inspirado en el desarrollo industrial colombiano, paradigma latinoamericano de prosperidad en aquel entonces, pensó en el evolucionismo como una interpreta-ción viable para explicar dicho desarrollo.

Este primer análisis lo llevó a compa-rar la economía colombiana con la norte-

americana, encontrando elementos comu-nes, que aparecen registrados en la revista económica más importante de los Estados Unidos: American Economic Review. Años más tarde, el profesor Nelson junto a Sidney Winter, destacado pensador evolucionis-ta, publicó su libro clásico: Una teoría evo-lucionista del cambio económico (1982). Trabajo que, con las mismas bases conceptuales, le permitió a Nelson enfocar su atención en el este asiático.

En esa región del mundo, el portentoso desarrollo tecnológico ilustra una manera

específica de concebir el crecimiento eco-nómico, distinto al emprendido por otras naciones que como en el caso colombiano no lograron identificar su propio derrotero productivo. Las consecuencias se reflejan en los índices de desarrollo.

“En Colombia la urgencia en la búsque-da de resultados muchas veces nos aleja de los problemas realmente importantes concernientes a los procesos y su evolu-ción. Reemplazamos la historia y el apren-dizaje por la estricta obtención de resul-tados”, reflexiona el profesor Iván Darío Hernández.

De ahí que la academia colombiana haya decidido presentar al país a los pre-cursores de esta alternativa, cuyo trabajo contribuye al análisis de las condiciones económicas de la nación. “Renunciamos a las perspectivas amplias e integrales por resignarnos con ‘fotografías’ de la realidad. Es decir, nos terciamos por el análisis es-tático y descontextualizamos, de esta ma-nera, la raíz de los problemas. Por eso no creo que nuestro gran defecto esté en su-frir de una visión cortoplacista. Es más que esto: lo urgente no nos deja tiempo para lo importante”, agrega Hernández.

Richard Nelson, candidato al Premio Nobel de Economía, vuelve cuarenta años después al país que lo inspiró, para pro-ponerle al mundo una alternativa de pen-samiento económico. UN Periódico habló con este intelectual que visitó la Univer-sidad Nacional durante el seminario “Eco-nomía evolucionista e institucional, ¿una alternativa?” organizado por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional en asocio con las universidades Externado de Colombia y Autónoma.

UN Periódico: Uno de los fenómenos socioeconómicos que motivó la concep-ción de la teoría evolucionista fue el cre-cimiento económico de América Latina en los años sesenta. Usted se centró en el ca-so colombiano y lo comparó con el norte-americano. ¿Por qué?

Pensamientoeconómico en evolución

Como una alternativa al programa económico establecido en el Consenso de Washington reaparece en los foros de discusión la Teoría Económica Evolucionista. Sus autores Sidney Winter, Stan Metcalfe y Richard Nelson, este último nominado al Premio Nobel de Economía, estuvieron en la Universidad Nacional de Colombia exponiendo sus ideas sobre esta teoría, la más crítica al modelo económico dominante.

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Richard Nelson.

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Entrevista

Richard Nelson: Cuando trabajaba en la corporación Rand, que es un centro de investigación en California, muchos jóve-nes estábamos interesados en investigar sobre desarrollo económico. En ese mo-mento mi interés particular era Latinoamé-rica y en especial Colombia; coincidencial-mente también era el de la Agencia para el Desarrollo Internacional (ADI), entidad que financió el proyecto. La razón para ha-cer la comparación con Estados Unidos en el índice de productividad, era porque mis colegas y yo estábamos interesados en ha-cer un Bench Marking (punto de referencia) que permitiera evaluar la industria colom-biana. En ese tiempo la mayoría de indus-trias estadounidenses tenían una produc-tividad parecida a la del resto del mundo. La comparación nos llevó a reconocer, a medida que obteníamos mayor y mejor in-formación sobre Colombia, que había una gran dispersión en la productividad de la industria colombiana; algunos sectores te-nían altos niveles y otros no. Esta dinámi-ca mostraba que había firmas de tipo más moderno desplazando a la industria tradi-cional, cuyos niveles de productividad eran más bajos. Así se revelaba la particularidad y el desarrollo de cada economía.

UNP: Si el nivel de desarrollo colombia-no iba por buen camino, ¿qué pasó?

RN: No podría afirmar categóricamente lo que ocurrió, puesto que cada nación si-gue su propia vía de desarrollo. Luego, me concentré en otros estudios y no he visto personalmente lo que ha pasado en Lati-noamérica en los últimos años. Yo pien-

so que esta pregunta debería hacérsela cada país.

UNP: Usted además estudió el desarro-llo económico del este asiático, junto a H. Pack. ¿Qué aspectos de este desarrollo lla-maron su atención y cómo podrían los paí-ses latinoamericanos encontrar respuestas de este caso?

RN: La razón por la cual estudié el es-te asiático es porque fue y todavía es un caso sobresaliente y una historia exitosa de desarrollo de la industria manufactu-rera. Mientras estudié a Corea y Taiwán encontré un número de economistas in-teresados en este mismo fenómeno. Estos países experimentaron un rápido aumen-to de su economía durante los años de la Guerra Fría, y dejaron a los demás países asombrados tratando de encontrar la fór-mula secreta que les sirviera para crecer a pasos agigantados. Pero efectivamente no se trata de fórmulas. Quizá, parte de este crecimiento se podría explicar porque en los setenta los países asiáticos perfeccio-naron nuevas tecnologías en las que no te-nían mucha experiencia, lo que llevó a una nueva forma de organización económica y desarrollo de habilidades.

UNP: Usted también desarrolló con B. Sampsat y K. Nelson la idea de que detrás de los sistemas nacionales de innovación está la coevolución entre las tecnologías fí-sicas y las sociales. ¿Cuál es la relación de esta idea con el desarrollo?

RN: Por tecnologías sociales Sampsat y yo queremos llamar la atención sobre for-mas de hacer las cosas que son muy impor-

tantes en la vida económica y que no están dominadas por la maquinaria o por clases particulares de artefactos. De otro lado, queremos hacer énfasis sobre las formas de gerenciar procesos, modos de organizar el trabajo, la manera como universidades y laboratorios estatales trabajan los meca-nismos normativos y asuntos de ese esti-lo. Y si uno mira el proceso de desarrollo o de crecimiento económico, en general, es muy claro que los cambios en lo que hemos llamado tecnologías sociales, jue-gan un papel extremadamente importante junto con los cambios en las tecnologías físicas. Sampsat y yo argumentamos en un documento que estos cambios tienen que ir de la mano.

UNP: Se está discutiendo en el mundo la necesidad de un cambio de paradigma económico. ¿La Teoría Económica Evolu-cionista es una alternativa?

RN: Yo sí creo que lo sea. Y no sólo es mi teoría. Varias personas en economía tienen ese punto de vista y lo han veni-do desarrollando por varios años. Sidney Winter y yo en el libro Una teoría evolucio-nista del cambio económico,(1982), dijimos que lo que estábamos haciendo era desarrollar ideas que ya estaban en el pensamiento económico hace muchos años y que van más en consonancia con lo que pasa en la vida económica de las personas que los presupuestos del pensamiento neoclási-co. De pronto dan una idea más general los contenidos consignados en la página web Globalics, orientada hacia la economía evolucionista y la noción de los sistemas nacionales de innovación. Esta es una red que funciona desde hace tres años y que supone compartir conocimiento e informa-ción. Muchos académicos de Latinoaméri-ca y las personas que estamos atendiendo dicha red, pensamos que efectivamente desarrollamos una alternativa al paradig-ma neoclásico de Washington.

UNP: ¿Cómo le puede servir Globalics a Latinoamérica?

RN: Globalics promueve una visión evo-lucionista con una tendencia instituciona-lista y es lo suficientemente amplia para estructurar una visión distinta del mundo económico a la teoría estándar económica. Es una visión amplia y flexible. Mi punto de vista es que puede ayudar a resolver pro-blemas dependiendo de los análisis de los científicos sociales.

UNP: ¿Usted considera que estamos an-te un cambio de paradigma económico?

RN: Yo creo que sí, aunque no estoy muy seguro. Muchos economistas y cien-tíficos sociales alrededor del mundo es-tán muy atraídos por este cambio y es-tán incursionando en él. Ahora, si usted

me pregunta si han cambiado mucho los posgrados de economía de las universi-dades más importantes de Estados Uni-dos y en la concepción de sus principales líneas de investigación, la respuesta es no. Ellos se mantienen en un núcleo neoclási-co muy fuerte.

UNP: ¿La teoría evolucionista puede ser aplicable en cualquier contexto socioeco-nómico?

RN: No creo que mi teoría aplique a to-dos los lugares del mundo. Lo que creo es que el cambio económico se lleva a cabo mediante un proceso que involucra inno-vación; muchos intentos que fracasan y algunos que tienen éxito. Las estructuras institucionales amplias de los países, la naturaleza de las firmas, las característi-cas de las universidades y de los gobier-nos, son las variables claves que pueden alimentar el cambio idiosincrásico de un país. Esta es en realidad una propuesta que puede ser útil.

Así, el lugar de la economía ortodoxa como la corriente del pensamiento econó-mico más influyente en las universidades, centros de investigación y diversas instan-cias de política económica del país, hoy es cuestionada. Existe la creencia entre la mayoría de investigadores, académicos, profesores y estudiantes, de que la econo-mía evolucionista e institucional es una co-rriente en decadencia en el mundo, pero no es así; se ha consolidado vertiginosamente en los últimos treinta años, de manera tal que se constituye ahora, no solo en una fuerte línea de investigación, sino en una corriente del pensamiento económico al-ternativo. Cuenta con sus propias revistas especializadas, centros de investigación, apoyo financiero de diversos Estados y empresas multinacionales, programas de doctorado y facultades de economía y ad-ministración.

Queremos hacer énfasis sobre las formas de gerenciar procesos, modos de organizar el trabajo, la manera como universidades y laboratorios estatales trabajan los mecanismos regulatorios.

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El “milagro asiático”, el fenómeno socioeconómico más importante de la segunda mitad del siglo XX, mostró la relevancia de las “tecnologías sociales” en el proceso de desarrollo.

Un trabajo alternativo, con referencias darwinistas, presentaron los pioneros de esta corriente de pensamiento, invitados por la U.N.

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Medios

La Universidad Nacional y la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (Fnpi) realizaron un seminario durante los días 22 y 23 de octubre en la sede de esta Funda-ción en la ciudad de Cartagena sobre la for-mación de periodistas en universidades.

Asistieron expertos en la creación de programas de periodismo y reconocidos periodistas colombianos, entre ellos: Úr-sula Freundt, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas; Andrés Azócar, Uni-versidad Diego Portales de Chile; Maryluz Vallejo, Universidad Javeriana; Germán Rey, Casa Editorial El Tiempo; María Jimena Duzán, columnista de El Tiempo; Jaime Abe-llo, director de la Fnpi, y José Luis Novoa, Coordinador de Comunicaciones de la Fn-pi. Por la Universidad Nacional asistieron Carla Bocchetti, asesora de Rectoría; Diana Obregón, Directora Nacional de Programas Curriculares, y Jorge Celis, asesor de la mis-ma Dirección.

En el seminario se trataron los siguien-tes temas: el periodismo como disciplina o como oficio; la formación de periodistas en programas de pregrado o de posgrado; el perfil de un egresado y el currículo de una carrera de periodismo.

¿Disciplina u oficio?Sobre este tema se concluyó que el pe-

riodismo, además de ser un oficio, es una disciplina cuyo papel es seleccionar, inter-pretar, narrar y difundir información para unas audiencias específicas. Generalmen-te, este trabajo se desarrolla en las salas de redacción, donde los periodistas rea-lizan unas rutinas específicas para cons-truir una noticia, que luego será narrada y publicada.

El mundo académico ha sido renuente en reconocer el periodismo como una dis-ciplina. La academia tradicional piensa que no ha desarrollado unos métodos propios; por tanto, no estaría en capacidad de ge-nerar conocimiento, ni sería capaz de re-novar los modelos periodísticos emplea-dos en los medios.

Sin embargo, quedó claro que aunque su manera de proceder como disciplina di-fiere de las ciencias humanas que serían su parangón más cercano, el campo del pe-riodismo tiene una historia, unos debates, unos temas y unas rutinas de trabajo que constituyen un cuerpo de conocimiento y de relativa teorización.

¿Pregrado o maestría?Sobre la conveniencia de que los perio-

distas se formen en programas de pregra-do o posgrado en periodismo, se vio que

no hay una respuesta unívoca. Es más, los periodistas también se pueden formar en instituciones no universitarias, como es el caso de El País de España que mantiene un posgrado de un año. La Universidad de Co-lumbia ofrece un Master of Arts de un año, aunque ahora está virando hacia un Master of Sciences de dos años para formar perio-distas especializados en un tema en el se-gundo año. Las universidades de Kansas y Missouri tienen pregrados con muchas dé-cadas de existencia. En Francia priman los institutos técnicos y en Alemania, las es-cuelas de oficios. En América Latina se ha impuesto el modelo de las facultades de comunicación.

A pesar de la diversidad de opciones, hay una característica común a todas las experiencias en formación periodística: el proceso pedagógico se estructura alrede-

dor de un medio de comunicación o de una sala de redacción bajo la guía de pe-riodistas reconocidos que trabajan en me-dios, o que lo hicieron durante años.

En cuanto al contexto colombiano, al-gunos de los participantes argumentaron que una de las deficiencias más frecuentes de los periodistas es la falta de una forma-ción de criterio y una ética sólida. Por esta razón, se inclinaron más por un pregrado, debido a que para la formación de un só-lido criterio y principios éticos se requie-re de un largo proceso, el cual con más fuerza se daría en un pregrado de cuatro años, a diferencia de un posgrado de uno o dos años.

También se indicó que el periodismo como profesión debe enseñarse en un pregrado; pero, como disciplina donde se investiga, debe hacerse en maestrías de

investigación. De igual manera, se vio la conveniencia de maestrías profesionales en alianza con uno o varios medios. Éstas estarían dirigidas a profesionales de diver-sas áreas del conocimiento (incluidos los comunicadores) interesados en aprender las habilidades necesarias para hacer pe-riodismo en los medios.

El perfilAlgunos participantes reiteraron las de-

ficiencias del periodismo en Colombia, an-teriormente señaladas, y agregaron el des-conocimiento de los problemas sociales. Por ello, propusieron formar periodistas con criterio, con excelente formación ética y con interés en lo público.

Las universidades privadas pueden (y deben) formar periodistas para defender la información como bien público; pero ocurre que desde hace décadas, algunas de esas universidades tienden a formar profesionales para lo privado. De allí la multitud de carreras de comunicación so-cial con enfoque en mercadeo o en relacio-nes públicas, en las que poco se hace para abogar por el interés público.

El currículoAlgunos consideraron que las compe-

tencias son útiles para delimitar los obje-tivos de la formación; igual de importante es definir las estrategias de enseñanza y se-leccionar los métodos de otras disciplinas que fortalezcan este proceso.

Se concluyó que las competencias que debería tener todo periodista son: repor-tería, narración, argumentación, organiza-ción y gestión de medios, ética y domino de las técnicas de otras disciplinas. Estas competencias fueron desglosadas en habi-lidades, conocimientos y actitudes, valores éticos del oficio periodístico y relación con otras áreas del conocimiento.

En fin, el seminario concluyó con un gran interés por parte de los asistentes en contribuir para que en un futuro no lejano la Universidad Nacional pueda contar con un programa en periodismo.

Seminario sobre la formación de periodistas

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El mundo académico ha sido renuente a reconocer el periodismo como una disciplina.

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Medios

El lupus eritematoso, la osteoporosis y el cáncer gástrico exhiben una epidemiología con más de cuatro cifras en su diagnóstico mundial. A su estudio se han unido tres grupos de investigación de la Universidad Na-cional de Colombia, que por sus resultados dominaron este año en el XV Premio Aventis de la Academia Nacional de Medicina 2004, otorgado la semana anterior.

Se dice que el médico que sabe de lupus sabe de medicina. Un dicta-men que el profesor titular de la Facultad de Medicina, Enrique Iglesias, corroboró en la “Historia del lupus”, que lo llevó a recoger los antecedentes de esta enfermedad autoinmune, desde cuando a los cazadores en Roma se les desfiguraban áreas de la cara a causa de las mordeduras de lobos, hasta cuando su estudio dio origen a la inmunología. Con este trabajo, que permite documentar el desarrollo de la medicina a través de esta patología y los avances de la ciencia para su tratamiento, el investigador determinó que el lupus influenció notablemente el desarrollo de la medicina. Con-clusiones que le valieron el premio en el Área Clínica.

El proceso de formación y disolución del tejido óseo es todavía un mis-terio para la biología, que intenta conocerlo desde distintos modelos cien-tíficos. Tres investigadores, Carlos Arturo Guerrero y María Andrea Murillo de la Facultad de Medicina, y Carmen Alicia Cardozo del Instituto de Bio-tecnología, desde hace dos años intentan explicar cuál es el mecanismo natural que promueve la actividad de las células que degradan el hueso (osteoclastos). Su trabajo, ganador del premio en el Área de Ciencias Bá-sicas y Experimentales, busca responder si este proceso se da por la sim-ple fusión de células, sin la ingerencia de ningún factor externo, o porque además están estimuladas por una hormona que las induce a resorber el hueso. En el futuro, el modelo creado por este grupo se convertirá en una herramienta para evaluar distintos medicamentos utilizados en la terapia de una de las enfermedades más frecuentes en la población mayor de 40 años: la osteoporosis.

El tercer grupo, distinguido en el Área de Proyectos de Investigación, explora el tipo de alteraciones genéticas que intervienen en la generación del cáncer gástrico. El análisis de la disfunción telomérica que conlleva a la inestabilidad cromosómica, permite aproximarse a la enfermedad, iden-tificada como la primera causa de mortalidad por cáncer en Colombia. El grupo de seis científicos encabezados por el genetista Humberto Arbole-da, trabaja en descubrir cómo esta anomalía se asocia con la progresión tumoral, en la que etapas tempranas de la gastritis, pasando por la atro-fia, la metaplasia y la displasia, terminan en cáncer, en un lapso de tiem-po entre 20 y 30 años.

gráficaArtes

Llaves de ajusteColección

Escuela de Artes PlásticasFacultad de

RAMÓN VANEGAS

Noticia sobre la obraVía Láctea 2004Fotografía y medios digitalesObra concebida especialmente para la

colección “Llaves de ajuste”[email protected]

Noticia sobre el autor

Ramón Vanegas es profesor de la Escue-la de Artes Plásticas de la Universidad Na-cional de Colombia.

Obtiene el titulo de Magíster en Artes Plásticas y Visuales de la Universidad Na-cional de Colombia en el 2003. Ha sido alumno de artistas como Luis Camnitzer, Swietlan Kraczyna, Anthony Gorny y Oc-tavio Paz.

Ha tenido exposiciones individuales y colectivas en el país y en el exterior.

Insertados entre estructuras de astros y átomos somos la conciencia de la Tierra y desde aquí nos proyectamos a través de nuestra creatividad, preguntándonos por nuestros destinos, mitologías, símbolos y significados que nos permiten compren-dernos y desarrollarnos cada vez más, con el asombro en mí, siempre presente de la contemplación de un cielo estrellado.

Esta imagen se despliega como galaxia y hace parte de un proyecto gráfico, en donde me desplazo por el conocimien-to científico–tecnológico que desde hace unas décadas nos ha permitido vernos y pensarnos como seres planetarios perte-necientes a un universo de constelaciones y creencias.

UN Periódico continúa con la colección gráfica titulada LLAVES DE AJUSTE, integrada por obras realizadas espe-cialmente por artistas y profesores. Se trata al mismo tiem-po de un regalo de la Universidad Nacional de Colombia a miles de personas que aprecian el arte, y que en su vida diaria no tienen posibilidades de acercarse a él y de adqui-rirlo. Dicho de otra manera es un proyecto que otorga valor a la producción cultural y que le da sentido a una reflexión y a un conocimiento unidos a la práctica del arte, dentro de la contemporaneidad, y en nuestro contexto.

INSTRUCCIONES DE USO1. En UN Periódico usted encontrará, en algunas de nues-

tras próximas ediciones, junto con la gráfica impresa en una separata a tamaño doble página, una noticia sobre la obra y una noticia sobre el autor.

2. Los artistas firmarán las obras en la Escuela de Artes Plásticas en la fecha anunciada: martes 1 de febrero de 2005. La autoría, el aura de la obra y los problemas de la reproducción han sido ampliamente analizados y dis-cutidos dentro del ámbito del arte. La producción de este original impreso, cuyo tiraje como obra de arte es el más grande realizado hasta la fecha en Colombia, se relaciona con grandes debates teóricos y académicos.

3. Las obras y las colecciones pueden ser conservadas y enmarcadas. Idea que naturalmente está conectada con nociones de conservación, acumulación de capital cultural y económico (tesoro), cultivo de una reflexión, placer esté-tico. Al final de este año usted puede tener cinco (5) obras originales, y en diciembre de 2005, si el proyecto sigue en curso, cerca de veinte. Una colección importante.

Entre varios profesores invitados a este primer capí-tulo de la colección figuran Santiago Cárdenas, Humber-to Giangrandi, Miguel Ángel Rojas, Clemencia Echeverri, Raúl Cristancho, Miguel Huertas, Rosario López, Cristóbal Schlenker, María Elena Bernal, Ramón Vanegas, María Te-resa Pardo y Gustavo Zalamea.

Podrán ser también invitados artistas de gran significa-ción –incluidos diseñadores, arquitectos, cineastas y mú-sicos– en el ámbito nacional, y egresados antiguos o re-cientes cuya trayectoria amerite su inclusión.

La idea de la colección se origina en la Escuela de Ar-tes Plásticas y recuerda el proyecto del artista Álvaro Ba-rrios: grabado popular impreso a través de un periódico, editado por El Heraldo de Barranquilla (cerca de 1966). Las obras podrán derivarse de la utilización de cualquier me-dio gráfico, fotográfico o electrónico y podrán ser imáge-nes, textos o partituras, entre otros.

El nombre de la colección es: LLAVES DE AJUSTE, y su símbolo se toma prestado de una imagen de la planta arquitectónica de la Escuela de Artes Plásticas realizada con estos instrumentos, que alude a la Caja de herramientas, de Wittgenstein y Foucault.

UN acaparó el Premio Nacional de Medicina

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La búsqueda de nuevas estrategias de prevención del cáncer gástrico es el objetivo a mediano palzo del Grupo de Patología Molecular.

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Ensayo

Las premisas sobre las cuales se define el pregrado en muchas universidades co-lombianas remontan sus raíces al contexto científico, económico y social, al menos, de la década del 70. En dicha época se con-cebía el pregrado como “etapa terminal de formación, en la cual el estudiante debe acumular una gran cantidad de informa-ción sobre su disciplina o profesión y su trabajo de grado debe ser sometido a al-tas exigencias” 1.

La explosión del conocimiento que se ha vivido en las últimas décadas, el acele-rado ritmo de renovación del saber tecno-científico obligan a redefinir la estructura de la educación superior, y a revisar los al-cances del pregrado. El título universitario que en otra época acreditaba de por vida la idoneidad, hoy tiene a lo sumo una va-lidez temporal. En lugar de certificar la asi-milación definitiva de un cuerpo de cono-cimientos relativamente estable, el título de pregrado ha pasado a acreditar el do-minio de un conjunto de conocimientos básicos, la capacidad de plantear proble-mas, formular estrategias para resolverlos, aplicar herramientas analíticas y encontrar soluciones, siempre dentro de un paradig-ma disciplinario o profesional. En últimas habilita para un aprendizaje complejo con-tinuado, necesario en un contexto de cono-cimiento cambiante y de ámbitos laborales más exigentes e interdisciplinarios. La va-lidez temporal del título universitario y el carácter parcial de la formación del pregra-do están asociados con esquemas de edu-cación a lo largo de la vida, propios de la sociedad contemporánea.

Orígenes de la reforma académicaSin embargo, además de surgir con una

referencia clara al contexto aludido, la ac-tual reforma académica está motivada por la propia dinámica de la Universidad Na-cional y, en particular, sus procesos de autoevaluación. Algunos miembros de la comunidad académica, para descalificar y rechazar de plano la reforma actualmente en discusión han argumentado que no se

ha hecho una evaluación rigurosa y exhaus-tiva del Acuerdo 14 de 19902, que permita identificar, describir y analizar las debilida-des y fortalezas de los programas curricula-res de pregrado; de lo cual concluyen que la reforma solo responde a meros intereses reformistas: “cambiar por cambiar”, y pre-gonan que ello se hace en detrimento de la calidad de la educación. Así pues, la re-forma no solo quedaría impregnada de un sinsabor de improvisación, por carecer de unos referentes que la revistan de un sus-tento educativo sólido, sino que sería in-válida de partida por atentar y acabar con el sello de calidad que siempre ha caracte-rizado la formación de los egresados de la Universidad Nacional.

Es apenas obvio que si una iniciativa de reforma académica naciera del afán de pro-tagonismo de una Rectoría, y además to-das sus propuestas destruyeran el prestigio formativo de la Universidad, la comunidad académica, en particular, y la sociedad co-lombiana en general, tendrían todas las ra-zones para rechazar y oponerse sin ningún tipo de discusión a tal reforma.

Sin embargo, la postura mencionada ca-rece de fundamento: muchos de los argu-mentos de la reforma han sido obtenidos tanto del análisis crítico, hecho por los mismos programas de pregrado durante el proceso de autoevaluación, como por la evaluación externa adelantada por pa-res nacionales y extranjeros seleccionados por convocatoria pública por la misma Universidad. Ésta, en su devenir académi-co, entonces, ha dado las bases y trazado el horizonte de discusión de la reforma.

Desde el Consejo Académico de julio del año pasado, cuando se expuso por pri-mera vez los lineamientos generales de la reforma en los programas de Ingeniería, to-do el sustento conceptual y formativo de la presentación elaborada por la Dirección Nacional de Programas Curriculares (Dnpc) tuvo como referentes básicos y únicos los documentos de autoevaluación y evalua-ción externa.

Estos documentos señalaban, entre otros problemas, la repetición de conte-nidos en varias asignaturas, prerrequisitos injustificados, número excesivo de asigna-turas, intensidades horarias desmesuradas, repetición de asignaturas pertenecientes al núcleo común, un desfase entre la duración efectiva y nominal de los programas, de-bido en parte a la falta de claridad sobre los alcances y las exigencias del trabajo de grado. También se mencionaban como deficiencias en la formación el escaso de-sarrollo de unas competencias tales como el liderazgo, el trabajo en equipo, la capa-cidad de generar empresa. En cuanto a los profesores, los evaluadores externos seña-

laron el escaso número de profesores con título de doctorado, una baja producción investigativa, vínculos muy débiles con comunidades académicas internacionales, deficiencias en la comunicación pedagógi-ca sobre todo en lo relacionado con las pe-dagogías intensivas.

Pero lo más interesante de estos docu-mentos es que no solo se quedaron en su-brayar sus problemas, sino que se dieron a la tarea de proponer soluciones, aten-diendo a una de las exigencias del modelo de autoevaluación de la Universidad: pro-poner un plan de mejoramiento. Algunas propuestas consistían en revisar los con-tenidos de las asignaturas por áreas temá-ticas, otros sugirieron hacer más claros los alcances formativos del pregrado con res-pecto a otros niveles de formación como la maestría.

Por esto, en septiembre de 2003, la Dnpc elaboró el documento Problemas curriculares y pedagógicos del pregrado en la Universidad Na-cional de Colombia, que sintetizó en forma crí-tica los 38 documentos de autoevaluación y los 20 de evaluación externa de progra-mas de pregrado de diferentes áreas de conocimiento. Allí se seleccionaron y ana-lizaron los problemas –de índole curricu-lar y pedagógico–, comunes a todos estos programas que más afectaban la calidad y pertinencia de la formación que actual-mente ofrecen.

Los documentos fueron reiterativos al afirmar que la Universidad carece “... de una visión pedagógica institucional que aporte en la superación de esta proble-mática, pues no hay inducción, acompa-ñamiento o apoyo al profesor en su que-hacer docente, ni se producen documentos sobre el tema pedagógico. En los casos en que se ha intentado favorecer la formación pedagógica, ésta se considera asistemáti-ca y con escaso material bibliográfico. Hay que añadir que la Universidad no ahondó en la discusión conceptual sobre las peda-gogías intensivas y tampoco brindó estrate-gias para implementarlas en el quehacer docente” (Dnpc, 2003: 7).

El documento subrayó otras debilida-des que han hecho que los estudiantes no desarrollen el trabajo autónomo y au-tomotivado, situación que se traduce en la dependencia de los apuntes de clase y en el poco interés de buscar contenidos que redunden en un mejor conocimiento de una temática.

En la Universidad no hay una reglamen-tación, y en especial la del Acuerdo 14, que defina al pregrado en términos educativos. Existen unos acuerdos tácitos que se han venido explicitando a lo largo de los de-bates que se han suscitado por la reforma académica. Por esto se ha propuesto em-pezar a delimitar el pregrado como un pri-mer nivel de formación, reconociendo que es necesario seguir formándose en otros más avanzados.

Motivos de la reforma académica y la participación

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Ensayo

En este proceso se estudiaron los pro-blemas relativos al diseño curricular de los programas. En muchos de éstos hay repe-tición de contenidos, lo cual genera una desarticulación entre las asignaturas y un uso ineficiente del tiempo; así mismo, privi-legian una formación monodisciplinaria en contraposición a una interdisciplinaria nece-saria para el desempeño profesional de un egresado de un primer nivel de formación. “En esta situación incide de manera signi-ficativa el patrón vigente de organización y división del trabajo académico generado por las Facultades actuales. Algunas son de carácter monodisciplinario y otras son solo entes administradores de diversas carreras monodisciplinarias, carentes de interacción y sinergias mutuas” (Dnpc, 2003: 14-15).

Por otra parte, hay poco reconocimiento de los itinerarios intelectuales de los estu-diantes; la mayoría de las veces los estu-diantes quedan sometidos al perfil y a los intereses de los profesores. En general, los programas presentan excesiva intensidad horaria, que pone de manifiesto una vie-ja asociación entre exceso de asignaturas y horas presenciales con calidad en la for-mación. Finalmente, aparecen prerrequisi-tos injustificados que no tienen ninguna razón de tipo epistemológica o técnica si-no que responden a inercias o tradiciones. El documento mencionado, que recogió la evaluación más exhaustiva hecha al Acuer-do 14, fue el insumo sobre el cual se empe-zó a construir la reforma académica.

El nuevo estudiante de la Universidad y el modelo educativo

El trabajo citado identificó una serie de problemas que obstaculizan el avance de los estudiantes a través de los planes de estudio. La reprobación repetida de ciertas asignaturas, que lleva incluso a la pérdida de la condición de estudiante; la rigidez en el currículo y en la intensidad horaria que dificulta, y en muchos casos impide al es-tudiante trabajador culminar con éxito la carrera, así como los requisitos de grado, son todos factores que generan una pro-longación de hasta el 75% en la duración efectiva de los programas, y conduce en el caso extremo al abandono.

La Universidad está recibiendo un nue-vo tipo de estudiante, más joven, formado en un modelo educativo muy distinto al de la universidad. La duración, el enfoque pe-dagógico y la calidad de la educación bá-sica y media influye de manera decisiva en el modelo educativo de la educación supe-rior. Los problemas surgen cuando se da una ruptura entre los dos niveles; cuando entre los dos modelos educativos en lugar de una relación complementaria se da una de ruptura.

“Existen actualmente pedagogías y cu-rrículos cada vez más novedosos y flexi-bles en los colegios (proyectos, módulos, talleres, etcétera), en los que los alumnos identifican, describen y desarrollan proce-sos de formación alrededor de núcleos de interés personal o grupal, y en los que se busca transformar la posición de poder del maestro frente al conocimiento y se forta-lece cada vez más su papel como partícipe en la formación integral del estudiante”. (Dnpc, 2003: 13).

En ciertos aspectos, las instituciones educativas de básica y media han ido más lejos que las universidades en la innova-ción educativa, y tienden a formar indivi-duos más inclinados al trabajo autónomo y a la iniciativa para el aprendizaje. ¿En qué medida, la insatisfacción que expresan mu-chas veces los docentes hacia la formación del bachillerato se debe más a una incohe-rencia y discontinuidad entre modelos de formación que a una debilidad en sí de la formación en el nivel preuniversitario? ¿Será que la universidad está entendiendo que es posible obtener de una vez por to-das las competencias para la vida académi-ca y el trabajo intelectual desde la secun-daria, y que la experiencia educativa de la Universidad no debe continuar perfeccio-nándolas, profundizándolas y haciéndolas más complejas?

¿Qué se propone ante estos problemas?

Durante los meses de mayo y junio, el Comité Nacional de Programas Curricula-res (Cnpc), donde participan los directores académicos de las sedes, propuso un con-

junto de estrategias con el fin de mejorar la calidad de la formación de los programas de pregrado. Estas estrategias quedaron consignadas en el documento Lineamientos curriculares para una reforma del pregrado y del Acuerdo 14 de 1990.

En este texto se ofrece una definición del pregrado: “... un primer nivel de forma-ción, en el cual un estudiante se inicia en una gran área de conocimiento, desarrolla destrezas generales y adquiere habilidades específicas”3. Las destrezas o competencias generales son: analizar, sintetizar, escribir, leer, argumentar, etcétera, para que un es-tudiante pueda transitar de manera fluida por la vida académica de la Universidad.

Las competencias, como nuevo modelo educativo, estarán en el centro del diseño de los programas curriculares. Estas com-petencias garantizarán que los estudiantes no se queden con contenidos específicos que pueden volverse obsoletos en poco tiempo, sino que creen una estructura de pensamiento que les permita estudiar cual-quier contenido perteneciente a su área de conocimiento. Así, los contenidos, aunque no se descuidarán, no serán el punto de llegada de una asignatura. Éstos serán una excusa para desarrollar las competencias que, en últimas, garantizan la posibilidad de que un estudiante esté en constante actualización.

La participación en el proceso de reforma académica

La reforma no se ha adoptado todavía. Hasta ahora se ha expuesto una visión so-bre el horizonte hacia el que debe avanzar la Universidad, un conjunto de principios

y una serie de cambios concretos en que esa visión y esos principios se expresarían. Hay una apertura sincera, como correspon-de al carácter académico de este proceso, al cuestionamiento, la reflexión y las pro-puestas alternativas.

La discusión se ha ido dando en las ins-tancias académicas previstas para ello: los órganos colegiados de gobierno universi-tario y en reuniones en las distintas facul-tades y en diferentes foros. En esos ámbi-tos se han ido asimilando las críticas y las sugerencias, con lo que la versión inicial de la reforma ha evolucionado. Lo que si-gue es un examen en cada Facultad de las implicaciones que tendría la adopción de la reforma.

Se dice que no ha habido participación en el proceso de discusión de la reforma. Lo cierto es que ciertos sectores de la Uni-versidad estaban habituados al viejo mo-delo corporativista de participación, en el que representantes gremiales negociaban con la dirección universitaria los cursos de acción de la institución, desvirtuando la función y el estatus de los órganos esta-tutarios de la universidad y de los demás ámbitos de la comunicación académica. Era un tipo de participación que subor-dinaba lo académico a la negociación po-lítica. Como lo reseñó el número anterior de esta publicación, ha habido un amplio proceso de consulta que comenzó con los Claustros y Colegiaturas. Ese proceso con-tinuará y los argumentos académicos serán bien recibidos; lo que no parece factible es el regreso a la negociación corporati-va y gremial de lo académico; la discusión académica tiene sus propios ámbitos y su propia lógica.

1 Dnpc, Problemas curriculares y pedagógicos del pregrado en la Universidad Nacional de Colombia, p. 20, 2003, en adelante se citará Dnpc, 2003. http://www.unal.edu.co/noticias/claustros_y_colegiaturas/agenda_tematica.html. 2 El Acuerdo 14 contiene los lineamientos sobre los cuales se diseñan actualmente los planes de estudio de pregrado de la Universidad Nacional. 3 Dnpc, Lineamientos curriculares para una reforma del pregrado y del Acuerdo 14 de 1990, 2004, p. 2.http://www.unal.edu.co/noticias/noticias_04_20040629.html.

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El título universitario que en otra época acreditaba de por vida la idoneidad del profesional, hoy tiene a lo sumo una validez temporal.

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País

Claudia Mosquera Rosero-Labbé*

Durante los últimos años en Améri-ca Latina y el Caribe, grupos organizados de afrolatinoamericanos y afrocaribeños se han apropiado de la memoria histórica como vehículo de reivindicación política y de ciudadanía inclusiva en el ámbito de los remozados estados pluriétnicos y multicul-turales. Esas comunidades contribuyeron a propiciar el reconocimiento dado por algu-nos estados a las diversidades étnico-racia-les y a la reconstrucción simbólica de sus naciones, mediante los cambios constitu-cionales de finales de 1980 y principios de 1990. En la actualidad, claman por ir más allá de las buenas intenciones, de lo pura-mente simbólico, y demandan políticas pú-blicas inclusivas para salir de las situacio-nes de inequidad, a la cual se asocian con los peores indicadores económicos y socia-les, al escaso reconocimiento cultural y la inaccesibilidad al poder político.

El censo de 2005Colombia es uno de los tantos países

que no posee información confiable sobre pertenencia étnico-racial, a pesar de los es-fuerzos del Departamento Nacional de Es-tadística (Dane) por capturar estos datos desde el censo de 1993 y en la encuesta de hogares de 2000 y 2003. El censo del próxi-mo año se presenta como una nueva opor-tunidad para dar cuenta no solo del núme-ro de afrocolombianos, sino de indígenas, raizales y gitanos en el país. Nos colocará de nuevo en la reflexión sobre cómo com-partir el pasado creando un futuro juntos, que materialice la Constitución de 1991 en la vida cotidiana.

Con el Censo 2005, el gobierno colom-biano debería responder por los com-promisos adquiridos en la tercera “Con-ferencia mundial contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia” (de Dur-ban), que instó “a los estados a que reco-jan, recopilen, analicen, difundan y publi-quen datos estadísticos fidedignos a nivel nacional y local, y a que tomen todas las demás medidas necesarias para evaluar

periódicamente la situación de los indi-viduos y los grupos que son víctimas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia”. Además, en septiembre de 2003 con ocasión de la visita del señor Doudou Diéne, Relator Es-pecial de Naciones Unidas para Asuntos Étnicos, el gobierno colombiano ratificó el compromiso de crear un sistema de infor-mación para los afrocolombianos.

La actual dirección del Dane no puede desconocer estos acuerdos, ni el trabajo que después del censo de 1993 realizaron distintas organizaciones afrocolombianas para que el Censo de Población y de Vi-vienda incluya la variable étnica. Muestra de ello fueron los eventos “Todos conta-mos” de Cartagena 2000 y Perú 2003.

Memoria y exclusión socialTanto en Colombia como en el resto

de países de la región, las exclusiones y las marginalidades a los afrodescendien-tes se sustentan en las jerarquías socio-rraciales existentes. Es de señalar cómo los cuadros directivos de las instituciones, quienes por medio de un cuestionado “pa-trimonialismo” de cargos públicos, fungen de guardianes del orden sociorracial de marras e impiden cambios sociales y cul-turales reales.

En varios países latinoamericanos y ca-ribeños conviven grupos sociales que tie-nen como base la fortuna o la desgracia genealógica que, en el caso de los afroco-lombianos, se refiere a la impronta huma-na de origen africano que sigue recordán-donos la inserción de nuestro país en la “trata transatlántica”, hoy considerado “cri-men de lesa humanidad”. Pese a la aboli-ción de la esclavitud, la población negra no hizo parte integral y masiva del proyecto de Nación que comenzó a construirse con la Independencia de España. La desgracia genealógica impide la igualdad de opor-tunidades en los afrocolombianos y hace olvidar que la Nueva Granada tuvo mano de obra esclavizada, que sus descendien-tes –en vez de ser admirados por haber aportado conocimientos, saberes y traba-jo para erigir esta Nación– son quienes

viven en las peores condiciones de todos los colombianos, con altos índices de ne-cesidades básicas insatisfechas. Olvidarlo nos haría cómplices de un “crimen contra la memoria”.

La rigurosa investigación del Banco Mundial Inequality in Latin America and the Caribbean: Breaking with History? (La des-igualdad en América Latina y el Caribe: ¿romper con la historia?) acaba de darle la razón a los movimientos sociales étni-co-raciales de la región. La cuestión de la desigualdad social como obstáculo para la reducción de la pobreza puede leerse en clave étnico-racial. Según el estudio, la si-tuación en 20 países, que cubrió a 3.6 mi-llones de personas, llama la atención sobre

los hábitos de exclusión naturalizados que se observan en la política, la cultura y lo social, heredados de La Colonia española y portuguesa.

La investigación muestra que las pobla-ciones indígenas y afrodescendientes están en desventaja considerable con relación a los blancos; ocupan el lugar más bajo de la pirámide estratificada. En la cúspide están generalmente blancos, quienes también reciben los salarios más altos de la región. En siete países –Bolivia, Brasil, Chile, Gua-temala, Guyana, México y Perú–, los hom-bres indígenas tienen ingresos 35% a 65% más bajos que los blancos. La disparidad entre mujeres blancas y no blancas se situó en la misma franja. En Brasil, el salario de los hombres y de las mujeres afrodescen-dientes es 45% inferior al de sus contra-partes blancas.

La inclusión social y cultural de los afro-colombianos tiene muchas aristas. La guerra que vive el país, que da lugar al drama del desplazamiento forzado y a prácticas geno-cidas como la ocurrida en Bojayá, hace im-perativa la reflexión sobre la compleja situa-ción de injusticia social en la cual viven.

Carlos Rosero, líder del Proceso de Co-munidades Negras (PCN) sostiene que después de haber sido desplazados de Áfri-ca, de reconstruir parcialmente su cultura de origen, de recrear nuevas significacio-nes; de haber tejido un frágil sentimiento de pertenencia a la Nación en condiciones de marginalidad impuestas, la población afrocolombiana es hoy víctima de un des-plazamiento masivo que recuerda la época de la esclavización: dolor, rompimiento de lazos familiares, imposibilidad de poseer y conservar bienes, de construir una memo-ria reciente, sufrimiento generalizado hacia mujeres, infantes, hombres, adolescentes. Todo esto aporta nuevos y urgentes ele-mentos de reflexión sobre la memoria his-tórica y la justicia social contemporánea. En los afrocolombianos confluyen los ve-jámenes de un pasado de esclavización que aún tiene heridas abiertas y las arbi-trariedades del conflicto de hoy que han convertido sus territorios en premio para los señores de la guerra, los traficantes de drogas y armas, y los empresarios de pal-ma africana.

Así las cosas, estaremos atentos a que el Dane cuantifique la “esencialización” de la etnia afrocolombiana en la escala más baja de los indicadores sociales y su inaceptable calidad de vida. Queremos saber las cuen-tas para demostrar que la exclusión de los afrocolombianos no es “puro cuento”.

* Candidata Ph.D. Universidad de Laval (Canadá). Investigadora del Grupo de Estudios Afrocolombianos y profesora del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Colombia.

Afrocolombianos: “años sin cuenta”

La pregunta étnica en el Censo de Población y Vivienda que se adelantará en el país el próximo año, es una nueva oportunidad para aproximarse a la realidad étnico-racial y cumplir con los compromisos internacionales suscritos por Colombia frente a las comunidades afrocolombianas.

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Tecnología

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Sociedad

María Cristina Torrado y Ernesto Durán*

El próximo 20 de noviembre se cele-bran 15 años de la adopción por parte de la Asamblea General de las Naciones Uni-das, de la Convención sobre los Derechos del Niño, el instrumento más ampliamen-te ratificado en el campo de los derechos humanos. Éste es la culminación de más de 70 años de esfuerzos por obtener de la comunidad internacional un reconoci-miento de las necesidades específicas de los ciudadanos más pequeños y un com-promiso con condiciones de vida mínimas para ellos.

La Convención considera a los niños1 sujetos plenos de derechos exigibles, en contraposición a la anterior visión que los consideraba un conjunto de necesidades, objetos de protección y control de los pa-dres o el Estado, que fue el eje de la lla-mada “legislación de menores”, de la cual el Código del Menor colombiano es un buen ejemplo.

Al suscribir y ratificar la Convención, Co-lombia adquirió, de acuerdo con la Con-vención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, la obligación de incorporar su contenido y alcance en las normas jurí-dicas internas. De hecho, sus fundamen-tos fueron incorporados a la Carta Cons-titucional de 1991 a través del artículo 44, que consagra como prevalentes los dere-chos de los niños y señala al Estado, la sociedad y la familia como responsables directos de éstos.

Durante 15 años se ha aplazado la ac-tualización de la legislación en materia de niñez, lo que convierte al país en el único en Suramérica pendiente de hacerlo, como lo recordó el Comité para los Derechos del Niño de las Naciones Unidas en las reco-mendaciones hechas en 20002: “Sigue pre-ocupando al Comité que la legislación del Estado Parte (Colombia) sobre los dere-chos del niño no sea todavía enteramente compatible con los principios y disposicio-nes de la Convención”.

Colombia tiene, entonces, una deuda que no puede aplazar más con sus niños

en materia de legislación. Esto salta a la vista cuando ocurren casos como el de la niña embarazada que conmovió al país en días recientes volviéndonos a recordar que estamos muy lejos de la protección inte-gral (doctrina expresada en la Conven-ción). La niña era abusada desde hace va-rios años, al parecer con el consentimiento de su propia madre y el conocimiento de sus vecinos, sin que ninguno hiciera nada por evitarlo. En el momento de descubrirse los hechos, la comunidad, paradójicamen-te, en vez de defender a la menor intentó proteger al abusador.

Si a esta niña se le hubieran respeta-do integralmente sus derechos, a la edu-cación, a la salud, a la recreación, a no trabajar (vendía dulces en las calles), a ser cuidada y criada por sus dos padres (vivía solo con la madre), a ser protegida contra el maltrato (era golpeada frecuen-temente) y desde luego a no ser abusada; si la familia hubiera cumplido su función protectora básica y la comunidad hubiera cumplido su deber de apoyar, vigilar y de-nunciar, o si el estado hubiera hecho pre-vención activa y detección temprana, otra sería su historia.

Aunque tener unas leyes apropiadas no es la solución a problemas como es-tos, sí es un paso importante. Se necesita una legislación que reconozca, sin discri-minación alguna y bajo los principios uni-versales de dignidad, igualdad, equidad y justicia social, los derechos de niños y ado-lescentes, estableciendo condiciones para su ejercicio, y mecanismos para la exigibi-lidad y restablecimiento de los derechos cuando éstos sean conculcados (autorida-des competentes, procesos de investiga-ción, sanción, reparación, etcétera).

La legislación existente (Código del Me-nor) es anterior a la Convención y no acoge sus principios, lo que ha creado una espe-cie de limbo jurídico, pues hay contradic-ciones entre la Ley, la Constitución y los convenios internacionales, dando pie a diferentes interpretaciones por parte de abogados y jueces.

Entre los temas que es urgente actuali-zar en la legislación, están:

- El de niños y adolescentes vinculados y desvinculados del conflicto armado, que no aparece en la legislación de niñez.

- Las adopciones, tema en el que hay acuerdos internacionales recientes no in-corporados a la legislación, y en torno al cual se mueven importantes intereses pri-vados.

- Cuándo declarar un niño en aban-dono.

- La edad antes de la cual no está permi-tido que los niños trabajen (15 años).

- La regulación y protección del trabajo de los adolescentes de 15 a 18 años, para que ellos no asuman oficios riesgosos, ni jornadas extensas de trabajo y accedan a la seguridad social y la protección laboral.

- La prevención, prohibición y castigo ejemplar de la explotación sexual infantil.

- El respeto integral de los derechos de niños y adolescentes discapacitados.

- El respeto a los derechos sociales, po-líticos, económicos y culturales de niños, y adolescentes pertenecientes a minorías étnicas.

- La regulación de la disponibilidad y propaganda de sustancias psicoactivas, como el alcohol y el cigarrillo, para los menores de 18 años.

- El establecimiento de normas que, protegiendo la libertad de información, impidan la vulneración de los derechos de los niños, como el de la intimidad.

- El trato que se da a los menores de 18 años que infringen la ley, pues como lo han evidenciado diferentes estudios es diferen-

te según las condiciones sociales y econó-micas de los infractores y sus familias, da-do que hay discrecionalidad del juez, o del personal jurídico encargado de tomar las medidas que consideren más adecuadas.

Es necesario establecer una igualdad real, basada en normas más pedagógicas y menos punitivas, para que los niños y jóvenes aprendan a asumir sus responsa-bilidades y a respetar los derechos de las otras personas. Además, se pretende la res-tricción de los castigos como la pérdida de la libertad en instituciones especiales para los mayores de 15 años que han cometido delitos graves.

En el Congreso de la República está en curso el proyecto de Ley Estatutaria de la Niñez y la Adolescencia 032 de 2004 que contempla los planteamientos presenta-dos, en el que participó la sociedad civil, el Estado y los legisladores, con el aval de la Alianza por la Niñez Colombiana. Esta es una nueva oportunidad para que el país tenga una legislación moderna que proteja su bien más preciado: los niños.

La comunidad académica, la ciudada-nía, los legisladores, los partidos políticos, las ONG y toda la sociedad, incluidos los niños y los adolescentes, tienen el deber de ayudar a que se expida la mejor legislación posible en medio de esta discusión que se ha iniciado en el Congreso. El presente y el futuro del país están en juego.

* Investigadores del Observatorio sobre infancia del Centro de Estudios Sociales (CES), UN.1 Entendiendo por niño toda persona menor de 18 años2 Recomendaciones al estado colombiano del Comité Internacional de Derechos del Niño. 2000.

En materia de infancia, la legislación colombiana tiene serios vacíos. Observaciones hechas por expertos de la UN para evitar que los niños colombianos sigan padeciendo a causa de una legislación anticuada, hacen parte de un proyecto de ley que cursa en el Congreso.

Urgencia de una ley grande para los pequeños

Durante quince años Colombia ha aplazado la actualización de la legislación en materia de niñez.

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Medio ambienteEquipo periodístico Unimedios

Con cerca de 200 especies de plantas de las 400 que tiene en total el Archipiélago, la Universidad Nacional sede San Andrés comenzó a dar vida al único Jardín Botá-nico insular de Colombia, custodio de una mezcla particular de vegetación antillana y continental.

El proyecto, que ya había comenza-do con estudios sobre caracterización de la flora realizados por investigado-res de la Universidad, acaba de dar otro paso firme con la construcción de la pri-mera fase de la planta física en la que se levantarán sus principales senderos, el laboratorio, el herbario, el vivero y el área administrativa. Así, el propósito de conocer, conservar, valorar y aprovechar la vegetación del archipiélago a través de la investigación, pero sobre todo, de fomentar entre los isleños una cultura ambiental, está cada vez más cerca.

Ubicado en el sector de Harmony Hall Hill, sobre la vía que conduce de La Loma a San Luis, este nuevo espacio verde recrea, a través de su colección de plantas vivas, la riqueza de la tradición vegetal y cultural de esta región insular. En su interior se re-cupera un bosque, el cual incluirá jardines especiales con la vegetación más signifi-cativa de San Andrés y Providencia. Según el profesor Petter Lowy Cerón, director del Jardín Botánico, “no faltarán especies co-mo el bread fruit o árbol del pan utilizado como alimento desde la época de la es-clavitud; el sorrel con la que se preparan ri-cos aperitivos; y el bit and sweet, una naran-ja particular de la Isla que se exportó en la década del 60”.

Los senderos del jardín también estarán surcados con la emblemática palma de co-co, uno de los monocultivos de la Isla que dio hasta para crear una fábrica de produc-ción de aceite; el manzanillo, la especie de playa más “temida” debido a la toxicidad de su leche; y la wild papta una palma en-contrada solo en Providencia y Jamaica que fue reportada por investigadores de la Universidad Nacional en la década del 90. Los residentes y turistas podrán conocer los usos tradicionales de plantas medici-nales y aromáticas, como la monkey apple o hog apple, popularmente conocida como noni, introducidas a la Isla en 1630; sus “milagritos” le son atribuidos en la última década, pues antes se le consideraba una maleza y su fruto era comúnmente picado para dárselo a los cerdos. Tal vez solo los abuelos utilizaron sus hojas como aromá-tica para disminuir la tensión arterial, pe-ro nada más.

Colección vivaLa serie de plantas vivas la integran

especies vegetales localizadas en el perí-metro, previamente identificadas, organi-

Un jardín en medio del mar

La playa, la brisa y el mar no serán en adelante los únicos atractivos turísticos de las islas de San Andrés y Providencia. Del corazón del archipiélago está emergiendo un Jardín Botánico que promueve la conservación de la vegetación natural junto al sano esparcimiento.

zadas y etiquetadas. Incluye una zona de reserva natural, colecciones etnobotánicas y decorativas.

Desde 1999 se etiqueta la colección viva con un resultado de 500 árboles inventa-riados que aparecen registrados en el sis-tema de información instalado en los jar-dines botánicos colombianos legalmente acreditados, estrategia liderada por la Red Nacional de Jardines Botánicos de Colom-bia y el Instituto “Alexander von Humboldt”

con el patrocinio de la iniciativa Darwin del Gobierno Británico y Botanic Garden Conser-vation International.

Otros espacios incluyen el área de in-vestigación (con un herbario, un banco de semillas y un laboratorio), otra de pro-ducción de material vegetal donde se en-cuentran los viveros para la propagación del material requerido, ya sea con fines de investigación u ornato, así como un espa-cio de educación ambiental y divulgación.

Ciencia y lúdica“Un componente importante del proyec-

to es el establecimiento del Museo de la Ciencia y el Juego, basado en la premisa de re-crear la ciencia a partir de montajes inte-ractivos en los cuales los visitantes podrán descubrir sus principios de manera sencilla y divertida”, comenta el profesor Lowy. El museo incluirá exhibiciones permanentes y contará con un programa de formación para docentes de primaria y secundaria en ciencias básicas, salud y tecnología.

Según Ana María Muñoz, profesional que avanza en la elaboración del progra-ma de educación ambiental, el proyecto se complementa con estrategias de educa-ción, comunicación y participación comu-nitaria, con especial énfasis en la formación escolar, que vincula a las 11 instituciones educativas de la Isla que cubren los pro-gramas de preescolar, primaria y bachille-rato. “La pretensión no es solo que los ni-ños aprendan botánica, sino que cambien su actitud frente al ecosistema del cual ha-cen parte”.

En este entorno verde también habrá es-pacio para la fauna a partir de campañas de conservación de especies propias, como las que se adelantan actualmente con la tortu-ga swanka y el ave vireo de San Andrés, co-nocido como “chincherri”. Aprovechando la declaratoria que le otorga a la Isla de San Andrés el título de zona especial para el es-tudio de las aves, una bióloga monitorea desde el jardín a los pájaros que migran de norte a sur entre los meses de agosto y febrero, con miras a estudiar su taxonomía, vuelo y canto, como parte de la investiga-ción permanente de flora y fauna.

Así, en menos de seis meses, el Jardín Botánico de la Universidad Nacional sede San Andrés, que forma parte de la Red de Jardines Tropicales del Caribe, y que cuenta con alianzas estratégicas con instituciones de otras latitudes como el Fairchild Tropical Garden de La Florida, abrirá sus puertas a la comunidad isleña y a los cerca de 300 mil turistas que visitan esta ensoñadora Isla cada año.

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Los colegios y las escuelas de la isla son los principales blancos de la educación ambiental.

Montajes interactivos del Museo de la Ciencia y el Juego enriquecen el proyecto de acerca-miento a la ciencia y la naturaleza.

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Tecnología

Equipo periodístico Unimedios

En praderas experimentales situadas en predios del Centro Agropecuario Marengo de la Universidad Nacional, el trébol “pa-ta de pájaro”, leguminosa forrajera del vie-jo mundo cuyo uso ha sido comúnmente ornamental, se apresta a contrarrestar los costos económicos y ambientales ocasio-nados por la aplicación de fertilizantes ni-trogenados en pastos que alimentan la ga-nadería bovina de clima frío en Colombia. La especie vegetal se proyecta como fuen-te de proteína para los rumiantes, pues transfiere el nitrógeno que los animales eliminan en la excreción y la orina, a sus tejidos musculares y a productos derivados de la leche, según comprobaron a través de la aplicación de un modelo de simulación, investigadores del Grupo de Nutrición Ani-mal de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia.

El estudio partió de reconocer la baja capacidad que tienen los suelos de la zo-na alta andina colombiana para proveer de nitrógeno y otros nutrientes a las plantas forrajeras, debido a su condición (ácidos y de baja fertilidad) y al tipo de vegetación. Un problema que se extiende a toda Amé-rica Latina en donde el 70% de los 1.500 millones de hectáreas existentes son im-productivas o afrontan graves problemas de degradación.

Con la intención de subsanar tal defi-ciencia y atender las exigencias de la gana-dería intensiva en términos de crecimiento y productividad, los sistemas agropecua-rios han centrado su interés en aplicar grandes cantidades de fertilizante nitroge-nado para el mantenimiento de las prade-ras. Lejos de cumplir un propósito nutri-cional, va a depositarse en acuíferos y en la atmósfera incrementando el contenido de nitrógeno en ellos, debido a la ineficiencia

de su utilización por parte de las plantas y los animales que lo consumen.

Ello ocurre, según el investigador de la Universidad Nacional, Édgar Cárdenas, por el proceso de transformación que su-fren los fertilizantes al aplicarse en el sue-lo: “se pueden volatilizar, lixiviar o ser to-mados por las plantas”. Durante el proceso digestivo de los rumiantes, los microorga-nismos presentes en el rumen son los que se apropian de gran parte del nitrógeno y se encargan de llevarlo al estiércol y a la orina del animal. De acuerdo con investiga-ciones, una vaca lechera (20 litros de leche/día) excreta en un año 138 kilogramos de nitrógeno, lo cual representa entre el 75% y el 80% del total de su dieta, es decir mu-cho más del que usa para producir leche o tejido corporal.

Mundialmente ese escape de nitrógeno es advertido como una amenaza ambiental. En Colombia, los excedentes de nitrógeno siguen su curso a la atmósfera o corrientes subterráneas como ríos, lagos y lagunas, principales receptores de los desechos de la ganadería intensiva; sector que además ejerce fuerte presión sobre ecosistemas frágiles como páramos, bosques de niebla, andinos y sabanas nativas.

El uso indiscriminado de fertilizantes nitrogenados es tal, que en el planeta se aplican cerca de 70 megatoneladas al año, de las cuales unas 350.000 se emplean en los suelos agrícolas colombianos, alimen-to de bovinos y otros animales de granja integrantes del sistema de producción le-chera en el país.

Calidad a tono con cantidad Advirtiendo la magnitud del problema,

con alta incidencia en la proteína de la car-ne y la leche que consumimos los colom-bianos, y ante la necesidad que tienen los

sistemas de producción lechera de contar con alternativas forrajeras de calidad, a bajo costo y sostenibles ambientalmente, integrantes del Grupo de Investigación en Nutrición Animal, en cabeza del profesor Cárdenas, decidieron probar el trébol “pa-ta de pájaro”, conocido en el mundo de la ciencia como Lotus corniculatus.

El experimento consistió en asociar el trébol con diez especies de gramíneas empleadas en lecherías de clima frío, para comparar su producción de biomasa con la de pasturas de tipo comercial –kikuyo y ryegrass en cultivo puro– fertilizadas con ni-trógeno (urea).

La fusión mostró una alternativa de manejo con un balance positivo del nitró-geno en su ciclo, productiva en suelos de baja fertilidad, resistente a periodos pro-longados de sequía y a plagas y enferme-dades. La producción de biomasa se man-tuvo abundante durante todo el año, y su elevado valor nutritivo se reforzó a partir de la simbiosis que realizó la planta con una bacteria nitrificante llamada rhizobium, la cual tomó parte del 71% del nitrógeno presente en la atmósfera y lo transfirió a los vegetales a través de sus raíces.

En tanto, el ryegrass tomó del suelo el 60% de la urea aplicada (1.200 kilos) y el restante 40% se volatilizó en la atmósfera o fue a parar a aguas subterráneas. Algo similar ocurrió con las pasturas de kikuyo puro al emplear 25% de los 869 kilos de la urea aplicada al año, mientras el 75% restante hizo lo propio como contaminan-te ambiental.

Además de contrarrestar la utilización de compuestos nitrogenados, este trébol demostró ventajas adicionales: contiene factores antinutricionales o taninos que facilitan la degradación del nitrógeno en el duodeno y no en el rumen. Así se asegura que los nutrientes dejen de ser productos residuales en el estiércol y sean constitu-tivos de la leche y la carne del animal. “Es una planta resistente a heladas, compite con praderas agresivas, es mejoradora de suelos y crece bien en los mal drenados”, explica el investigador Cárdenas.

Con la puesta en marcha de esta tecno-logía, cien por cien natural, el país no solo le apostará a una producción limpia y sos-tenible de pasturas y a conservar las esca-sas fuentes de agua, sino que tendrá que invertir menos en la importación de dichos fertilizantes nitrogenados.

Mientras, en Marengo, el trébol “pata de pájaro” continúa en proceso experimental. En tres o cuatro años, sus semillas y las de las gramíneas con las cuales se asoció, serán distribuidas entre campesinos y pro-ductores ganaderos, quienes podrán cono-cer de primera mano las bondades de la leguminosa del viejo mundo, adaptada a las alturas colombianas.

Una leguminosa adaptada a la altura colombiana promete reemplazar el uso indiscriminado de fertilizantes nitrogenados en pasturas para favorecer la producción de leche y carne bovina y hacer más competitiva la cadena láctea nacional.

El trébol de la abundancia

El trébol “pata de pájaro” es una alternativa limpia y sostenible para la producción de “leche competitiva”.

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Ciencia

Antonio Flórez*

Los nevados existentes en Colombia son relictos de la última glaciación. Como hechos globales, los ciclos glacial-intergla-cial funcionan en toda la Tierra, aunque con diferencias regionales ligadas princi-palmente a la disponibilidad de humedad o condiciones térmicas localizadas. En Co-lombia, y gracias a los trabajos de Thomas van der Hammen y Henry Hooghiemstra, se sabe que durante los últimos 3.5 millones de años han ocurrido unos 27 ciclos glacial-interglacial; esto no quiere decir que hayan ocurrido 27 glaciaciones o tiempos de for-mación de nevados (glaciares).

No sabemos cuántas glaciaciones han ocurrido en Colombia, pero hay evidencias discontinuas (depósitos rocosos abando-nados por los glaciares al fundirse, lla-mados morrenas) de una penúltima gla-ciación. Lo mejor que se conoce son las evidencias geomorfológicas de la última glaciación.

Después de que terminó el último perio-do interglacial (cálido) comenzó a enfriar-se nuevamente la atmósfera terrestre, hace unos 116.000 años. Pero, en las montañas de Colombia, la formación de glaciares so-lo empezó hace unos 70.000 años o quizá crecieron los nevados residuales de la pe-núltima glaciación (si los había).

La glaciación continuó y tuvo su mayor esplendor (pleniglacial) hace 35.000 años bajo condiciones que se mantuvieron has-ta hace unos 25.000 años; entonces, una capa de 17.109 km² cubrió las montañas colombianas, en altitudes que superaban 2.900 ó 3.000 metros sobre el nivel del mar. Desde entonces, y por una menor humedad atmosférica, los glaciares perdieron lenta y parcialmente su masa, mientras hace unos 18.000 años la temperatura global empezó a subir de nuevo.

Los rasgos geomorfológicos que hoy vemos en la alta montaña colombiana, co-mo herencia de la última glaciación, son los nevados residuales, las morrenas y, hoy ocupadas por lagunas, los circos y los va-lles glaciares.

Es difícil imaginar que también las la-gunas de alta montaña son herencia de las glaciaciones, aunque hay que aclarar que solo en su forma o recipiente. Los An-des colombianos, en altitudes superiores a 2.900 metros, tienen pequeñas depresio-nes modeladas por los hielos de la última glaciación.

son los años de mayor desarrollo industrial del que se tenga noticia, con efectos en el calentamiento atmosférico y, al parecer, es-ta causalidad antrópica es dominante en el fenómeno de fusión glaciar.

Durante el siglo XX desaparecieron va-rios de nuestros nevados (de sur a norte y fechas entre paréntesis): Chiles (1950), Cumbal (1985), Galeras (1948), Sotará (1948), Pan de Azúcar (1960), Puracé (1940), Quindío (1960), El Cisne (1960), Cerro Ne-vado (Sumapaz, 1907 [?]).

Hoy los nevados residuales son: Huila, Tolima, Santa Isabel, Ruiz y los dos con-juntos de picos nevados aislados o sierras nevadas del Cocuy (Chita o Güicán) y San-ta Marta.

La fusión glaciar en las últimas décadas parece acelerada. Un proyecto de monito-reo, incluyendo planimetría de los nevados, comenzó en 1986 en el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, posteriormente continuó en el Ideam con participación del Departa-mento de Geografía de la Universidad Na-cional, también se conocen trabajos del La-boratorio Vulcanológico de Manizales. Los resultados nos permiten mostrar que:

- La extensión de los nevados para 1990 era de 84,2 km² y en 1997, se redu-jo a 63 km².

- Hoy, y por extrapolación de datos, la extensión no supera los 57 km².

- Cada año, el borde inferior se reduce

entre 15 m y 20 m y se pierde un espesor de dos a cuatro metros y no se ha detecta-do crecimiento glaciar.

- La temperatura de 0 °C sube anual-mente unos cinco metros y hoy se ubica hacia los cinco mil metros.

El fenómeno del derretimiento es glo-bal; afecta a todas las masas de hielo del planeta con algunas consecuencias: aumento del ni-vel del mar y la correspondiente erosión litoral. En la costa Cari-be, por ejemplo, el mar avanza hacia el continente entre uno y diez o más metros por año, se-gún características locales.

Para la alta montaña colom-biana, debemos considerar:

- Si los nevados se funden, hay más espacio para los pá-ramos que crecen hacia arriba, y por el mismo aumento de la temperatura, la frontera agrícola se expande en el piso paramuno y alto-andino.

- El hielo que aún queda es una reserva de agua y las cuencas hidrográ-ficas que nacen allí aumentan ligeramente su caudal, pero si la tendencia sigue como va, y las proyecciones así lo sugieren, po-siblemente no tendremos nevados en unos 15 ó 20 años, por tanto la reserva en aguas de fusión glaciar será menor para las co-munidades campesinas que habitan en su cercanía.

¿Qué hay acerca de una próxima glaciación?

Estadísticamente, estamos al final del periodo interglacial (cálido). ¿Cuándo em-pezará el siguiente periodo glacial? ¿Será lo suficientemente frío, especialmente consi-derando el calentamiento global a causa de los desechos industriales proyectados a la atmósfera (efecto invernadero)? Ante estas inquietudes, no hay respuestas concluyen-tes, pero las tendencias muestran un ma-yor impacto por el calentamiento global.

Mientras tanto, nuestros nevados des-aparecen y con ellos no solo ese elemento de belleza paisajística sino también parte de la reserva hídrica, que por su extensión nacional empieza a ser insignificante, pero que puede ser vital para las comunidades vecinas a los nevados, tema que es nece-sario conocer mediante proyectos de in-vestigación.

*Profesor titular del Departamento de Geografía de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia. Publicó recientemente Colombia: evolución de sus relieves y modelados.

Por extrapolación de datos, en menos 15 años la extensión total de los nevados se redujo de 84 km2 a 57 km2 en el territorio nacional. Teóricamente, estamos al final del periodo interglacial, cuyas temperaturas cálidas han generado, solo en el siglo XX, el deshielo de nueve nevados. Aún así, los investigadores no subestiman la influencia antrópica en este fenómeno.

Sistema montañoso

No. de lagunas

Área (ha)

Sierra Nevada de Santa Marta

383 1.500

Cordillera Oriental 693 8.700

Macizo colombiano y Cordillera Central

445 3.300

Cordillera Occidental 7 30

TOTAL 1528 13.530

Los nevados colombianos se derriten

Para 1999, el Departamento de Geogra-fía de la Universidad Nacional inventarió 1.528 lagunas de origen glaciar en la alta montaña con un área de 135,3 km² (13.530 hectáreas). Aunque no conocemos el vo-lumen en agua, esto implica una reserva hídrica importante a la hora de pensar en la planificación de los recursos.

Reserva a cuentagotas La reserva hídrica lagunar de la alta

montaña se está reduciendo como res-puesta a otro de los tantos impactos am-bientales por las formas de ocupación in-adecuada de estos espacios: la erosión de suelos por intervención agropecuaria que aporta sedimentos.

A partir de la dinámica glaciar y las nue-vas condiciones bioclimáticas del planeta, la última glaciación se considera termina-da hace 10.000 años, cuando comienza el periodo interglacial actual denominado Holoceno. La temperatura fue aumentan-do gradualmente hasta hace unos 6.000 años y luego ha descendido hasta el pre-sente. Estos procesos muestran tenden-cias generales pero con variaciones me-nores relacionadas con otras condiciones. Por ejemplo, la disminución global de los glaciares fue alterada hacia el año 1650 de nuestra era por una leve disminución de las explosiones en la corona solar, condi-ción que duró hasta 1850 aproximadamen-te. Es el tiempo conocido como la Pequeña Edad Glacial o Neoglacial y los nevados co-lombianos se recuperaron un poco y des-cendieron hasta los 4.300 m y cubrieron una extensión de 374 km².

Desde entonces, la Tierra ha estado re-cibiendo más energía solar, pero también

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Si el comportamiento de la temperatura global sigue ascendiendo, en 15 ó 20 años Colombia no tendrá nevados.

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Música

María Claudia Rojas, Unimedios

Glenda, Yuly, Ángela y Percy, como los demás colegiales, se agolpan antes de las siete de la mañana, para esperar a que abran la puerta para entrar a clases. Ellas no llevan la falda de cuadros rojos ni, él, el pantalón gris con la camisa blanca del uniforme. Sus rasgos tampoco concuerdan con el común de los chicos.

Pero sus diferencias son más que físicas y de vestimenta: ser indígenas bolivianos y provenir del último reducto vivo de la épo-ca de las misiones en América, sí que los hace diferentes. Una condición que lleva la clave de la música y la arquitectura co-mo elementos de identidad colectiva, por lo cual son hoy Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Eso explica por qué sus padres accedie-ron a dejarlos venir a Colombia a pesar de sus conservadoras costumbres. Hace tres meses soportan el frío del altiplano bogo-tano y la nostalgia de estar lejos, a cambio de mejorar sus conocimientos y habilida-des como músicos, porque el talento les viene como don natural.

Durante un año, el Conservatorio de Música de la Universidad Nacional de Co-lombia será el entorno de estos jóvenes, mientras en las cálidas sabanas de Santa Cruz de la Sierra y las húmedas selvas de Beni, sus comunidades aguardan con ex-pectativa a que su decisión colectiva de formar pedagogos calificados para las es-cuelas misionales de música de sus pue-blos, funcione.

Pero, ¿por qué ir tan lejos y sacrificar tanto para ese fin?

Lazos entre hermanosEl modelo pedagógico que tiene el Con-

servatorio de la Universidad Nacional pa-ra la formación musical inicia con edades tempranas, pues la educación superior en música comienza en la infancia. A casi 609 estudiantes se les imparte un nivel básico, desde los siete años, y un nivel profesio-nal, que ofrece carreras en cada uno de los instrumentos de la orquesta y canto, en di-ferentes énfasis teórico-prácticos. Además, el modelo fue heredero de la Academia Na-cional de Música, fundada en 1882, trayec-toria que le ha permitido aportar en for-ma significativa al desarrollo instrumental y pedagógico de la música en el país. Lo anterior fundamenta la decisión de la Em-bajada boliviana para establecer relaciones de cooperación académica.

“Este es uno de los resultados de la gestión del Conservatorio, que pretende crear redes de interlocución con institucio-nes pares para el mutuo enriquecimiento y proyección académica, y se enmarca en el proceso de internacionalización que está consolidando actualmente la Universidad”, afirma la maestra Carmen Barbosa, coordi-nadora de la Red de Cooperación Acadé-mica Interinstitucional para la Formación Musical en el Conservatorio.

La infraestructura de la Facultad de Ar-tes, el sistema de pasantías y la posibilidad de contar con un colegio para la educación básica escolar en el campus de la Universi-dad, fueron otros elementos que atrajeron la atención de las autoridades bolivianas. En contraprestación, estudiantes y profe-sores del Conservatorio irían a apoyar el campo pedagógico de las escuelas misio-nales jesuíticas y a realizar trabajos de in-vestigación etnomusical sobre el patrimo-nio sonoro de Moxos y Chiquitos, uno de los más antiguos de América.

“Cinco mil partituras originales en la pri-mera región y seis mil en la segunda, dan cuenta de la riqueza musical del periodo de La Colonia”, dice la maestra Carmen Barbosa, para contextualizar la importan-cia del convenio de intercambio. “Conocer y estudiar el archivo musical de las misio-nes es de un interés único, para conocer los procesos culturales de la América mi-sional”, añade.

En el perfeccionamiento de la técnica vocal e instrumental y la gramática mu-sical, y destrezas pedagógicas está la res-puesta al valor de los cuatro niños y sus familias, para llegar tan lejos, y confían en fortalecer el renacimiento de sus tradicio-nes, devaluadas por la discriminación, don-de la música tiene una función de dignifica-ción y cohesión altísima.

A diferencia de casi todo el resto de América, la disminución de su cultura no les vino por la línea de los conquistadores

ni los colonizadores, como sí por la crea-ción de la República.

“La experiencia misional en el caso de San Ignacio de Moxos y Chiquitos fue la ex-cepción a esa colonización tan cruel y des-piadada que buscaba riqueza, y por el con-trario respetó la identidad de los pueblos”, aclara Herman Antelo Laughlin, embajador de Bolivia en Colombia. Una afirmación que corrobora el historiador Alcides Pare-ja Moreno, cuando afirma que allí se dio el primer encuentro del conquistador espa-ñol con el indígena, y “donde la Compañía de Jesús estableció uno de los más intere-santes e importantes experimentos socio-culturales de la historia americana”.

Por el contrario, en 1767, con la expul-sión de los jesuitas, llegaron épocas de abuso y explotación. “Fueron momentos difíciles: obligados a trabajar para otros en un estado de semiesclavitud y sacados de su medio, sus opresores se aprovecha-ron de su organización y manera de ser, provocando en ellos el sentimiento de ser personas de segunda categoría... Las con-secuencias no se dejaron esperar: subesti-mación de todos los valores propios de la cultura, costumbres e idioma”, afirma Raúl Arrázola, uno de los autores del libro Chi-quitos, la utopía perdura.

Cuando la Unesco declaró en 1991 su ar-quitectura y manuscritos musicales como Patrimonio de la Humanidad, una segun-da colonización se puso en marcha: la de sí mismos, a partir de lo que mejor saben ha-cer, alabar a Dios a través de la música. La revitalización de las orquestas, y los coros heredados de las misiones jesuíticas, ha

permitido reclutar niños desde muy tem-prana edad, de tal forma que a los ocho años ya cantan y tocan algún instrumento. “La música está cambiando la autoestima de estos chicos y chicas”, dice Karina Cari-llo, pues veían como único futuro emplear-se como peones o empleadas domésticas en las haciendas de los karayanas (hombre blanco), quienes tienen el poder económi-co de la región, pese a que los nativos con-forman el 75% de la población.

Percy de 14 de años, Yuly de 15, y Glen-da y Ángela de 16 ratifican la tenacidad de sus pueblos por rescatar y revaluar su cul-tura. Reciben clases de violín los martes y viernes de dos a tres de la tarde; de gra-mática, los mismos días de cinco a seis; de coro, los miércoles de cinco a siete de la noche y los sábados de once a una de la tarde; de preorquesta los sábados de nue-ve a once de la mañana; y de flauta, los martes de cuatro a cinco y los miércoles de cinco a seis de la tarde. Horario que el Conservatorio les ajustó a sus obligacio-nes académicas en el Instituto Pedagógico “Arturo Ramírez Montúfar” (Iparm), el cole-gio de la Universidad Nacional. Eso quiere decir que su día comienza a las cinco de la mañana y puede terminar a las diez de la noche, luego de hacer tareas, preparar exposiciones, cumplir con el horario en el conservatorio y ensayar todos los días, sin falta, porque su compromiso es llegar a ser instructores de los más chicos, en la es-cuela de música de sus poblaciones; “de-bemos rescatar lo que se está perdiendo”, anota con seguridad Percy.

Expedición por la música misionalNueve mil partituras originales de la época de las misiones apenas han sido estudiadas superficialmente. Un universo musical que se abre a los estudiantes del Conservatorio de Música para su investigación e interpretación a cambio de que los jóvenes de las Escuelas Misionales Jesuíticas vengan a profundizar sus conocimientos musicales. Gracias a un convenio entre la Universidad Nacional y la Embajada de Bolivia, cuatro aprendices del vecino país ya están aquí.

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Percy y Yuli (izquierda) provienen de la región de Chiquitos, y Ángela y Glenda, de Moxos.

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Música

Sentimiento místicoHaendel, Zipoli o Bach; suite, cantata o

adagio; crescendo, ligaduras o fraseo musical forman parte de su vocabulario cotidiano, que bien les permite relacionarse con los demás estudiantes del conservatorio. Al fin y al cabo no están partiendo de cero y las enseñanzas de la tradición oral, aunque resquebrajadas, sirvieron para aprender la música barroca universal.

El sentimiento místico atraviesa to-do el repertorio misional, ya sea por sus costumbres aborígenes más genuinas, al provenir de cazadores nómadas, o por su singular conjunción con los misioneros je-suitas y su catequesis en los valores cri-stianos más auténticos. Todas las compo-siciones son eminentemente religiosas. Los distintos géneros fueron cultivados –himnos, sinfonías, sonatas y hasta una ópera–, con el único sentido de alabar a Dios. Pero en sus expresiones quedaron plasmados con la misma relevancia, sus creencias sobre los espíritus amos de to-da la naturaleza, los cantos en su lengua y el estilo festivo que caracteriza el tem-peramento de chiquitanos y moxeños. Los predicadores admitían que los indígenas mantuvieran el cabildo, hablaran su idio-ma y danzaran en los templos. Ellos en-tendieron perfectamente que la mejor for-ma de catequizar era a través de la música. “Desde otra perspectiva, los sacerdotes in-tentaban adaptar los templos a la nueva liturgia del Vaticano Segundo: comunión antes que espectáculo; cristianismo hori-zontal antes que púlpito alejado”, afirma Raúl Arrázola.

“Los misioneros agruparon pueblos con diversas manifestaciones, pero no tendie-ron ni mucho menos a aniquilarlas, sino que se dio un sincretismo muy especial

entre la liturgia cristiana y sus tradiciones propias”, agrega el embajador Herman An-telo Laughlin. El barroco mestizo no solo se proclamó en la música como acervo in-dígena, también en la arquitectura de los templos, con materiales, formas y elemen-tos que se integraron en una simbiosis ori-ginal entre lo europeo y lo autóctono.

Ejemplo insigne es la ópera San Francis-co Javier, escrita originalmente en idioma chiquitano sobre la épica de San Ignacio de Loyola y su lucha contra las tentaciones del mal. La obra alaba sus virtudes y sus nexos con la divinidad, “donde las construcciones en las formas más clásicas del barroco dan paso a fragmentos más dinámicos y ale-gres, propios de esas culturas”, señala el diplomático.

Según los investigadores de las misio-nes, cuantitativamente el aporte de estas etnias también fue destacado. Por orden de la Corona, en La Colonia los indígenas no tenían derecho a firmar sus obras, por lo que se amparaban bajo el anonimato. Al escudriñar sobre los compositores de las nueve mil partituras, se encontró que el grueso de las piezas guardadas de Moxos y Chiquitos son anónimas, indican-do así que correspon-den a autores na-tivos.

En el re-cientemente abierto archivo de San Igna-cio de Moxos, reposan las partituras más nuevas. En ellas se descubrieron misas de primera y segunda clase, canciones de dos coros a cuatro voces, folias para dos vio-lines y violonchelo y villancicos. “También encontramos varios juguetes, un estilo mu-sical propio de la tradición navideña, pie-zas jocosas y canciones de cuna”, explica

Karina Carrillo, ex directora de la Orques-ta de San Ignacio de Moxos, quien cuenta que en la Nochebuena pasada, cuando los niños cantaban Morenito niño, los ancianos se quedaron sorprendidos al escuchar la introducción de nuevas notas. “Estábamos hablando en la música heredada hace más de 400 años. No la estábamos inventando, pero al interpretarla sentíamos el cordón umbilical. Los ancianos y la nueva genera-ción no estaban confrontados sino unidos en un solo cuerpo”.

Alma de chiquitosLa dinámica de estudio ha implicado pa-

ra los cuatro jóvenes bolivianos interpretar obras que jamás habían escuchado y una exigencia que les implica de tres a cuatro horas diarias de dedicación, aparte de las clases establecidas por horario.

“He mejorado en los cambios de posi-ción con mi violín”, reconoce Percy, mien-tras Glenda admite haber progresado con la respiración y la ubicación de los dedos en su flauta. Los matices de la voz, espe-cialmente cuando está acompañada de la orquesta, ha sido para July, una de las lec-ciones más costosas en la educación de su voz en tono soprano; al tiempo que Ánge-la se siente privilegiada de tener un tutor exclusivo para avanzar con su “traversera”, como localmente llaman a la flauta.

Esa evolución quedó registrada hace una semana cuando mimetizados entre más de 100 músicos de 7 a 16 años, hi-cieron su debut en el Auditorio “León de Greiff”, durante la ceremonia de premiación de las Olimpiadas Nacionales de Química. Percy con su violín y Ángela y Glenda con sus flautas, ocuparon su lugar en la orques-ta infantil y juvenil para tocar la Suite # 2 de Bach, y July, con su voz en el coro para inter-pretar una de las cantatas de Buxtehude.

La práctica de conjunto es una de las que más les gusta, ya que deben guardar el justo equilibrio interpretativo de sus partituras, porque saben que si falla uno se desequilibra todo. Con seguridad, saben que es-

tas herramientas influirán positivamente en la calidad de la sexta versión del Festival Internacional de Música Barroca Americana “Misiones de Chiquitos”, que cada año par se realiza en siete pueblos de la provincia de Chiquitos y en dos de la de Moxos, don-de los grupos nativos tienen un papel pro-tagónico. Son diez días de gozo, en los que orquestas de todo el mundo envían su soli-citud para tocar los repertorios misionales. En la última versión (abril de 2004), 40 or-questas participaron con 200 conciertos.

Más allá del espectáculo, tanto estos cuatro chicos como sus comunidades dis-ciernen la celebridad y el aplauso de su búsqueda trascendental. Gracias al proce-so de restauración del patrimonio arquitec-tónico y musical, “los indígenas han recu-perado su noción de autenticidad, sin caer en el individualismo, un valor que perdura como la mejor herencia misional”, asegura Raúl Arrázola. Y saben que en ese proceso la música ha sido fundamental porque “nos ha permitido crecer espiritualmente”, com-plementa Karina Carrillo.

El regreso a sus valores más profundos está en mitad de camino. Al menos eso di-ce su creencia de que la música es el medio para encontrarse con Dios: cuando el hom-bre guarayo muere debe atravesar el río can-tando en su canoa. Por herencia comprende que el caimán lo espera apostado en la ori-lla del paraíso para precisar si su melodía sale desde lo más profundo de su corazón. De no ser así, es devuelto al mundo de los

mortales porque aún no está en armonía

con la naturale-za. Eso dice su

mito.

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Lo autóctono y lo cristiano integran un sincretismo muy original en los pueblos misionales.

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Literatura

María Catalina Rincón Ch. y Jaime Báez*

A propósito de la presentación de su úl-timo libro Testamento de un hombre de negocios, Luis Fayad habló sobre la labor del escritor y sobre la literatura urbana en Colombia. El autor de Los parientes de Ester está radicado en Berlín desde hace más de 30 años y es considerado uno de los mejores narrado-res latinoamericanos de la segunda mitad del siglo XX.

María Catalina Rincón:¿A qué edad ini-ció su actividad como escritor? ¿Qué escri-bió? ¿Cuál fue su experiencia?

Luis Fayad: Antes de escribir cuentos trabajé en un grupo escénico que se llamó primero Grupo Escénico Infantil y luego Grupo Escénico Juvenil. Una de las tareas era adaptar obras para teatro y hacer guio-nes para radio y televisión. El primer cuen-to que escribí fue a los dieciséis años. Esos primeros cuentos los rompí. Cuando salió mi primer libro de cuentos, el primero de ellos “Los momentos del verano” lo escribí más o menos a los 18 ó 20 años.

Jaime Báez: ¿Cuál es su experiencia al iniciar y finalizar la escritura de una no-vela?

LF: He escrito cuatro novelas. Antes me parecía poco, pero después me di cuenta que he escrito cuentos con estructura y len-guaje de novela. Por lo general, hasta que no esté seguro, no empiezo; ya he tenido la experiencia de que tengo una idea para la novela y se me tranca y es porque no tengo la concepción completa. Es curioso, necesi-to una cosa, sobre todo para avanzar: tener el final. Siempre se habla de tener el prin-cipio, y estoy de acuerdo, pero yo necesito imaginarme un final aunque éste cambie después. Saber para dónde voy, saber que tengo que seguir desarrollando algo, es lo que más me estimula.

JB: Antes de comenzar a escribir, ¿usted ya tiene configurados los capítulos y las pá-ginas de éstos?

LF: Sí. Si no todo, algo. Hay muchas cosas que uno ha pensado y que cambian en la novela, pero hay unas reglas que de-ben mantenerse, sino ésta se empantana o cambia; por ejemplo, las diferencias de una parte a otra no son por técnica ni por innovación sino porque se perdió el hilo. Cuando voy a escribir una novela no em-prendo el trabajo si no estoy seguro de qué se trata, del mundo que quiere encerrar. En Los parientes de Ester hay un mundo bogota-

no, una sociedad colombiana, que son las relaciones entre los personajes de acuerdo al trabajo y a la posición social. Compañeros de viaje es el movimiento estudiantil, el na-cimiento de las guerrillas, el momento en que cambia la política de Colombia. La caí-da de los puntos cardinales es la inmigración li-banesa a Latinoamérica. Mi última novela, que está próxima a publicarse, Testamento de un hombre de negocios es otro tema: las cosas de un hombre de negocios.

La novela, por ser tan amplia, es el me-jor género porque encierra prosa, cuento, relato, poesía, hasta teatro; puede tener muchas trampas porque se abusa de la li-bertad que ofrece. Si hay una técnica en la novela, se puede sostener el tema por muy intrincado que sea. No se puede cambiar a menos que la intención sea clara como lo hace Joyce en Ulises de un capítulo a otro, pero ahí se ve claro que son trece libros unidos que forman una novela.

JB: En sus narraciones siempre se pre-senta la escena; pero, ¿hay una reflexión por parte del narrador acerca de lo que es-tá ocurriendo?

LF: Reflexiones hace todo el mundo, en filosofía sobre todo después de deter-minada edad, y uno las puede transcribir, es cuando se convierten en pensamiento, en filosofía. Toda novela tiene ideología, la que no la tiene es el mismo caso, el no tener ideología es tenerla, pero describirla y tratar de enseñársela al lector me pare-ce de una arrogancia ajena a la literatura, una equivocación, porque de pronto el lec-tor está viendo otra cosa y está haciendo otras reflexiones. El personaje está dado y tiene que responder a la acción, al argu-mento y a lo que dice. Muchas novelas y cuentos se malogran porque la situación quiere sustituir al personaje y al hacerlo le cambia a él la psicología y la estructura a la narración. Uno ya no escribe novela psi-cológica, pero los personajes tienen su psi-cología para responder con coherencia en

cada momento de la novela. La literatura no da esa libertad entendida como “yo ha-go lo que quiero”, en absoluto. Un escritor es en el fondo un empleado de los demás, tiene que responder con convencimiento a lo que dice. Todo tiene unas bases: si un pintor va a pintar un cuadro sólo para él, píntelo como quiera, pero si es para los de-más, muestre su sensibilidad, hágale sentir algo al que está viendo, y si tiene que pen-sar, que piense en pintura, no en “historia en un cuadro”, ni en filosofía, ni hacerse reflexiones sociológicas.

MC: Sentimos que usted es uno de los escritores más importantes de novela ur-bana de Colombia desde la segunda mi-tad del siglo XX.

LF: La novela urbana puede ser estudia-da como un gran cambio dentro de la lite-ratura de un país, pero el escritor tiene que percibirlo de otra manera y escribir sobre ciudad o sobre pueblo. Mis primeros cuen-tos transcurren en pueblos. Alguien me di-jo: “bueno, sí, es un pueblo, pero en rea-lidad son cuentos de ciudad porque eso parece más un barrio de Bogotá”. Debe ser la influencia de ambas partes: estar en la ciudad y haber viajado mucho a los pue-blos. Hay que acabar con la discusión de novela urbana y novela rural, pues aunque una novela transcurra en un ambiente ru-ral tiene visos urbanos en tanto que esa es la posición del escritor mismo, la ma-nera de describir sus personajes es lo que lo hace urbano.

El cambió en Los parientes de Ester fue por-que la novela dejó ver las características de la urbanización de Colombia en los años cincuenta, la visión del habitante y la sen-sación de vivir en una ciudad. En Colombia, esta variación fue notoria, porque antes la literatura estaba ligada a temas rurales de los que no se desprendió la novela urbana. Los intereses del hombre de ciudad son di-ferentes a los del hombre de campo; por ejemplo, si llueve o no en el campo es para dañar o salvar los cultivos, en la ciudad la lluvia retarda las citas y no tiene nada que ver con supervivencia. En este caso sí creo que la novela innovó porque los personajes no están relacionados con el campo.

JB: ¿Usted se preocupa por el lector al momento de escribir?

LF: Sí, porque es el diálogo, es el diá-logo del escritor y es la comunicación, es el lector; éste puede hacer la crítica inme-diata leyendo la novela a la mitad, a las diez páginas: “Esta novela no me cogió por esto” o “qué lástima, quería seguir le-yendo pero sonó el timbre o tuve que ir a cumplir el deber en la oficina”, estos pue-den ser los dos conceptos inmediatos del lector que es solo lector, con la sola ansia de leer y de dar una opinión que a mí me interesa mucho.

* Estudiantes de Literatura de la Universidad Nacional de Colombia.

Literatura y escenas urbanas

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“El alma, aparte de una técnica y una manera de escribir, es lo que tanto le enseña a uno”, Luis Fayad.

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Arte

Juliana Quintero, Unimedios

A Santiago Plata Rodríguez pedalear su bicicleta no solo le ha proporcionado un buen estado físico, sino conocer el arte pri-mitivo de los países suramericanos.

Su pregrado en Artes Plásticas de la Uni-versidad Nacional de Colombia, le permitió tener la sensibilidad y el criterio precisos para abordar las manifestaciones rupes-tres, que fueron, en su momento, una de las más importantes formas de comunica-ción humana.

El recorrido en bicicleta por los sende-ros milenarios de América del Sur, lo em-prendió en Colombia, donde formó su es-píritu de aventura, que lo ha llevado hasta los lugares más recónditos del hemisferio, en busca de las huellas de los que se fue-ron, pero de los que aún hay rastro.

El proyecto de este maestro se ha con-vertido, más que en un reto, en un estilo de conocer y divulgar el arte rupestre en países como Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Brasil y Venezuela.

Su idea la plasmó inicialmente en un proyecto presentado a la Facultad de Ar-tes, justificado en la deficiente investiga-ción que este tipo de arte ha tenido y en la carencia de documentación gráfica del mismo.

A partir de ello, propuso elaborar la co-pia de petroglifos mediante la técnica de frottage o calco. “Ésta consiste en colocar un papel de modelar o tela especial de al-godón sobre el grabado (petroglifo) y fro-tar con carboncillo para que quede el bajo relieve. Posteriormente se fija con colores naturales como los que produce la pepa bi-che del aguacate, el vástago del plátano o el mamoncillo”, explica Santiago Plata.

Código ancestralEl arte rupestre suramericano compren-

de petroglifos o grabados sobre piedra y pictografías o dibujos, cincelados o pin-tados en las laderas de los cerros, piedras sueltas y cuevas.

“El arte rupestre es de orden universal, trasciende las fronteras y sus códigos se repiten en todas las latitudes del planeta”, expone Plata Rodríguez como introducción a sus conferencias, en las que enseña las manifestaciones ancestrales como fuerza

Un viaje al arte primitivo

Más de 15 mil kilómetros a lomo de su bicicleta ha recorrido un artista colombiano, quien investiga la estética rupestre en América del Sur. Con una técnica rudimentaria, los registros de su travesía han llamado la atención de los más disímiles espectadores en escenarios culturales de las ciudades suramericanas.

de expansión del hombre en la prehisto-ria; “son los primeros intentos por sinteti-zar su pensamiento e ideas”.

Los atávicos utilizaron esa herramienta artística para representar su entendimien-to sobre la naturaleza y el ímpetu que ope-ra sobre ella. En Ecuador, por ejemplo, se encuentran en mayor cantidad las picto-grafías, ubicadas por encima de los 2.000 metros sobre el nivel del mar y no hay pe-troglifos. En Perú, en cambio, el artista ha-lló imágenes de la flora y la fauna que cir-cundaban a los habitantes en el año 3000 a. de C.

Los petroglifos encontrados a mayor al-tura en el sur del continente, están en Bo-livia, a 3.800 metros, y sus efigies son muy parecidas a las de Perú. En Chile, descu-

brió figuras antropomórficas como chama-nes, guías espirituales e imágenes rituales de danzas en ceremonias y caravanas de camélidos que representan la domestica-ción de los guanacos.

Las improntas del cuerpo humano, co-mo manos y pies, son una característica de los petroglifos en Argentina. Hay pisa-das de puma y ñandú. Uno de los lugares más conocidos es la Cueva de las Manos, en la provincia de Santa Cruz, sur de la Pa-tagonia.

Viaje en bicicletaLa autofinanciación de su viaje se daría

–tal como él lo sustentó inicialmente en su proyecto– a través de la venta de objetos artesanales relacionados con el arte rupes-tre, ahorros personales y ayudas familiares. En su odisea, no han faltado exposiciones itinerantes de la obra recogida y muestras de paisajes naturalistas en acuarela que él mismo ha pintado. De Colombia, partió con tan solo un millón de pesos, y en su equipaje: una carpa, su equipo de video, algunos metros de tela de algodón, papel carbón, una caña de pesca, una cocineta, y por supuesto con su bicicleta, que sopor-taría unos 100 kilos encima.

Salió de Bogotá el 20 de octubre de 2002, y llevaba consigo un itinerario de las fechas en que debía llegar a cada país. Es-tipulaba dos años de recorrido por Sura-mérica. Su primer país de arribo fue Ecua-dor. Allí pintó el Nevado de Cotopaxi, y un paisaje costero de la provincia de Esme-raldas en murales de gran formato (56 me-tros cuadrados). Ello le permitió tener un ingreso adicional de unos 400 dólares; pe-ro en Perú, la suerte no estuvo de su lado. “Desgraciadamente en ese país, un asalto a mano armada me hizo perder toda la acumulación de dinero que llevaba, mi cámara y mis documentos. Por fortuna la bicicleta no me la robaron. Quedé sin un centavo en el bolsillo y de ahí en adelante tuve que echar mano de las artesanías que luego vendí en Bolivia”, cuenta Santiago, al recordar tan apabullante episodio.

Además, ha dictado charlas y conferen-cias en universidades en las que expone sus hallazgos en el arte rupestre, dando su perspectiva estética y narrando las posibi-lidades que la técnica le ha proporciona-

do a su investigación, no más importantes que las que le ha brindado su bicicleta, al poder llegar a lugares apartados, que con otro medio de transporte hubiese sido im-posible.

En cada país han recibido su trabajo con aceptación. Las embajadas y los consula-dos de Colombia han manifestado su apo-yo, especialmente en Argentina en donde Santiago mostró su obra en una exposición realizada en dos de los más importantes escenarios, el Centro Cultural de la Coope-ración y la Recoleta en Buenos Aires.

Para el Embajador de Colombia en Ar-gentina, Rodrigo Holguín, “la obra de San-tiago es un trabajo interesante y valioso, puesto que parte de un proceso de inves-tigación riguroso y de una manera muy creativa logra ser puesto en escena”. Así mismo, el diplomático señaló que el Esta-do apoya este tipo de actividades, en tan-to promueven a los jóvenes artistas en el ámbito internacional y difunden la riqueza cultural que tiene Colombia, para muchos desconocida.

Dieciocho meses y 15 mil kilómetros transitados a lo largo de la ruta del Océano Pacífico para llegar hasta Ushuaia, la parte más austral. De allí inició su ascenso por el Atlántico hasta Argentina, en donde hoy cumple siete meses de permanencia.

“Aunque fue difícil dejar Colombia, el proyecto no solamente me compete a mí, sino a la humanidad entera, porque no busca promover la identidad de un país en particular sino de todo el continente, e intenta mostrar los lazos de hermandad que alguna vez existieron entre los pueblos suramericanos”.

Para Fernando Urbina, especialista en arte rupestre colombiano, es muy laudable la labor de este egresado por lo diverso e inconmensurable de esta expresión ances-tral en Suramérica. “Un registro que permi-tirá comparar diferentes manifestaciones, porque constatará la proporción que llegó a tener esta forma de comunicación en Su-ramérica”, anota Urbina.

La ruta de Santiago seguirá hacia Uru-guay, Brasil, Venezuela y finalmente retor-nará a Colombia en unos 22 meses, en donde mostrará los resultados de su in-vestigación.

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En la Provincia de Salamanca (Chile), Santiago de nuevo pone a prueba la técnica frottage, para calcar figuras humanas.

En el cruce de Las Joyas, los nevados

quedan atrás, cuando pasa de Bolivia a

Chile.

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Bogotá, D.C. • No. 66 • Noviembre 14 de 2004 • PÁGINA WEB: http://unperiodico.unal.edu.co • CORREO ELECTRÓNICO: [email protected] • ISSN 1657-0987

Equipo periodístico Unimedios

En la separata de ciencia y tecnología de la revista Time que saludaba la llegada de un nuevo siglo, Marvin Minsky, direc-tor del laboratorio de Inteligencia Artificial del Instituto Tecnológico de Massachus-sets (MIT), advertía que en ninguna parte estaba escrito que la inteligencia humana fuera el punto de llegada del pensamiento. “Es más, creo que nuestra inteligencia se encuentra a medio camino entre el simio y el ordenador”.

Llama la atención que la sentencia pro-venga de un lúcido hombre de tecnocien-cia. También Michio Kaku, otro científico solvente, cofundador de la Teoría del Cam-po de las Cuerdas en física teórica, reflexio-naba como Minsky: “Es probable que hacia 2050, los robots hayan alcanzado un nivel de inteligencia parecido a la humana. Más adelante las diferencias entre lo humano y lo no-humano, serán cada vez más esca-sas”. Apreciaciones respecto al futuro de la especie.

El escenario de seres humanos con mi-crochips en su cuerpo, sin temor a la vejez ni al dolor, compartiendo su trono en la naturaleza con avanzadas criaturas, podrá aterrar a muchos y preocupar a otros, pe-ro a los miembros de la Asociación Trans-humanista Mundial la idea ciertamente los seduce y los impulsa a trabajar.

Según este organismo multidisciplinar creado hace seis años –tres de presencia en América Latina–, la tecnología está alte-rando profundamente la identidad huma-na, redefiniendo límites y conceptos sobre el ser individual, y la noción de ente bioló-gico. Por este motivo es necesario pensar los avances tecnológicos y la manera como pueden aportar éstos al desarrollo de un ser poshumano.

“De algún modo ya somos transhuma-nos, puesto que usamos la tecnología pa-ra mejorar nuestra salud y extender nues-tras habilidades, aunque recién nos damos cuenta”, afirma Santiago Ochoa, cofunda-dor de la Asociación Transhumanista Vene-zolana. “En 40 años habremos alcanzado el estado poshumano al perder todos nues-tros remanentes biológicos”, agrega.

Implantes, clonaciones, manipulación de material genético, parecieran dar la razón a los transhumanistas que como Ochoa, prevén un mundo sin dolor, sin ve-jez, incluso, los más osados, sin muerte. Sin embargo, ante el declive de la utopía política, es necesario tomar precauciones ante la utopía tecnocientífica.

El horizonte tecnocientífico se expande ante los ojos atónitos de algunos pensadores sociales mientras los poshumanistas toman atenta nota de lo que consideran es el principio de la evolución. ¿Estamos ad portas de eliminar la línea que separa la utopía tecnológica de la realidad humana?

Más allá de lo humano, ¿habrá humanidad?

Según los poshumanistas, nuestra espe-cie no representa el fin de la evolución, sino el principio, dado que el desarrollo tecnoló-gico permite avizorar la transformación ra-dical de nuestros cuerpos biológicos, para potencializarlos y expandir sus capacida-des, superando lo que los poshumanistas consideran limitaciones como la enferme-dad y la vejez.

Además, es necesario señalar que el proceso tecnológico es irreversible y avan-

za, como argumenta Regis Debray, “bo-rrando sus huellas”. En esta medida, y si-guiendo la dinámica de la ley de Moore, según la cual cada 18 meses, mientras se disminuye el tamaño de los soportes ma-teriales que usan silicio se duplica su ca-pacidad, parece ineludible que en algún momento del presente siglo la tecnología aplicada en los campos de la medicina y la inteligencia artificial (IA), sirva, en el pri-mer caso, para ralentizar el reloj biológico, y en el segundo, para superar la capacidad de procesamiento de información de los cerebros humanos.

Ante este inquietante panorama se re-viven las distopías futuristas consignadas por autores como Aldous Huxley en Un mundo feliz, en la que los niños son con-cebidos en laboratorios y predestinados a vivir en un mundo con cárceles sin muros, donde la esclavitud será amada, y el libre albedrío, curiosidad de bibliotecario.

Un mundo previsto por la ficción y pro-puesto como tema de reflexión no solo por los mismos poshumanistas, sino por pensadores como Martín Heidegger, quien en su ensayo Serenidad llamaba la atención sobre la omnipresencia del pensamiento cientifista, en detrimento de otras formas de conocer como la poética.

Así mismo, Orlando Mejía Rivera, pro-fesor asociado de la Universidad de Cal-das, en su ensayo De clones, cyborgs y sirenas, advierte lacónicamente que la racionalidad tecnocientífica “nunca buscó el desarrollo de lo humano, sino la superación de la humanidad”. Por esta razón ante la eufo-ria poshumana del discurso tecnocrático, “es necesaria la construcción de un nuevo lenguaje y de una nueva manera de pen-sar”. Esto porque, según Rivera, “la tecno-ciencia está revestida del silencioso poder del mito, es obnubilante ”.

El debate está abierto y los primeros in-teresados en promoverlo son los propios poshumanistas. El profesor Hernando Ra-mírez es investigador de la Universidad del Bosque, en el área de sistemas y miembro del capítulo colombiano de la Asociación.

Él res-palda los valo-res y métodos tradicionales del humanismo como la educación, la li-bertad y la tolerancia, pero siempre utili-zando el progreso científico como el punto de partida para el mejoramiento de la ca-lidad de vida y con la premisa de que no somos el fin de la evolución.

Sin embargo, es bueno recordar que no más del 5% de la población mundial tiene acceso a Internet, que la clonación aún es-tá en su infancia y que ante los desafíos de la IA, el filósofo Karl Popper señalaba que conocía ordenadores que eran capaces de “resolver muchos problemas pero no cono-cía el primero capaz de plantear uno”.

Por otro lado, la nanotecnología, es de-cir la manipulación de la materia a nivel molecular, uno de los ejes de la revolución tutelar del movimiento, está en ciernes, si bien antes de 30 años se prevén avances espectaculares; por ejemplo, la creación de agentes bioelectrónicos que serían ins-talados en el cuerpo, y que servirían para tratar enfermedades cuando los nanobots sean capaces de autoreproducirse como cualquier célula biológica.

“Estamos entrando en una era total-mente nueva de la historia”, afirma Ramí-rez. El trabajo teórico está adelantado, y al parecer el poshumanismo, entendido co-mo la aceptación irrestricta de los avances tecnológicos y la confianza en los mismos para avanzar hacia un mundo distinto, sin los límites que impone la biología, se con-vierte en eco de lo “no-humano que desde siempre nos habitó”, como resume en su análisis el profesor Orlando Rivera.

Reflexiones, interrogantes y dudas que lentamente irán copando las agendas de los pensadores y los gobiernos, mientras en algún lugar se elevan otros altares, qui-zá pidiendo un freno al impredecible desa-rrollo tecnológico que con taimada certeza cierra el círculo.¿Qué lugar ocupará el deseo en la época del eros electrónico?

Evolución: ¿año cero?