Preparémonos para AdorarÉxodo 19.10-11; 20.18-21.

Introducción.Dios siempre ha deseado que su pueblo sea diferente al resto de las demás naciones, él

quiere tener una relación cercana con él hombre. Pero un Dios de luz y santidad poco contacto podrá tener con hombres y mujeres pecadoras.

Es por esto que el Salmista pregunto: “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Quién estará en su lugar santo?” (Salmos 24.3). Dios quiere estar con nosotros, su presencia quiere estar en nuestras vidas, pero nosotros ¿QUEREMOS QUE DIOS VIVA EN NUESTRAS VIDAS? ¿ENTENDEMOS QUIEN ES EL DIOS QUE SERVIMOS? ¿SE PREPARA USTED PARA ADORAR Y ESTAR EN LA PRESENCIA DE NUESTRO DIOS? ¿VENIMOS A LAS REUNIONES PREPARADOS PARA SERVIR A DIOS? Preguntémonos ¿COMO NOS PREPARAMONOS PARA LAS REUNIONES O CULTOS DE ADORACIÓN? ¿PODREMOS SUBIR DIGNAMENTE AL MONTE DE JEHOVÁ? ¿PODREMOS ESTAR EN SU MONTE SANTO? Vayamos a Éxodo 19.10-11.

I. SANTIFIQUEMONOS, LAVEMONOS Y PREPAREMONOS PARA ESTAR CON DIOS – EXODO 19.10-11.

Cuando el pueblo de Israel salio de la tierra de Egipto y encontrándose en el Desierto de Sinaí, Moisés subió al monte Sinaí a encontrarse con Dios (Éxodo 19.3), y Jehová dio algunos mandamientos a Moisés con respecto al pueblo de Israel, y después de eso Dios decidió darle una señal al pueblo para que creyesen en Moisés, pero antes de eso les da tres mandamientos: “Y Jehová le dijo: ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana, que laven sus vestidos y estén preparados para el tercer día, porque al tercer día Jehová descenderá a la vista de todo el pueblo sobre el Monte Sinaí” (19.10-11).

a) SANTIDAD.La palabra “santo” significa “apartado”. Dios quiere que nos presentemos ante él en

santidad, que aprendamos a apartarnos de este mundo, que no demos pie a las influencias, que no los contaminemos de este mundo.

El deseo de Dios es que sus hijos sean gente santa (Éxodo 19.6). Pero, ¿SOMOS SANTOS EN NUESTRAS VIDA, EN NUESTRA SEMANA? ¿NOS HEMOS APARTADO DEL MUNDO, SUS DESEOS E INFLUENCIAS PARA DARLE NUESTRA VIDA A DIOS?

Dios anhela que su pueblo antes de presentarse ante él, aprenda a ser santo. Como lo dijo el apóstol Pedro en su primer carta “Sed santos porque yo soy santo” (1 Pedro 1.16).

¿Nos santificamos en la semana para asistir a las reuniones? Fijémonos bien en esto, cada Israelita debía santificarse, o sea, apartarse de cualquier cosa o practica impura dos días antes y nosotros que somos el pueblo de Dios actual, que tenemos más bendiciones que ellos, ¿POR QUÉ NO LO HACEMOS? ¿PORQUÉ NO VIVIMOS VIDAS DE SANTIDAD? Vivamos vidas de santidad y presentémonos ante Dios también en santidad.

b) PUREZA – LIMPIEZA MATERIAL Y ESPIRITUAL.Jehová añade: “que laven sus vestidos”, en este caso vemos presentada la LIMPIEZA.

Cada Israelita debía presentarse delante de Dios de una manera impecable. Este es el deseo de Dios en que no haya ninguna mancha en su pueblo, ni física, ni espiritual que es más importante. Y nosotros cuando asistimos a las reuniones venimos de una manera impecable tanto física como espiritualmente, porque muchas veces nos preocupamos más de una que de otra. Pero haremos un énfasis en este punto más a lo ESPIRITUAL

Cuando asistimos a las reuniones no debemos traer manchas espirituales a nuestro encuentro con el Señor, no traigamos esos trapos sucios que cuartan y obstruyen nuestra relación con Dios. Debemos limpiar nuestra vida, sacar esos pecados que hacen división entre nosotros y nuestro Dios (Isaías 59.1-2).

La santidad, o sea, apartarnos del mundo y del pecado nos ayuda a purificar nuestras vidas. Debemos estar limpios, dando un énfasis a lo espiritual, para presentarnos dignamente ante Dios. Como lo dice David al considerar la pregunta: “¿Quién podrá presentarse delante de Dios?” él responde: “El de manos limpias y puro de corazón” (Salmos 24.4). Debemos

presentarnos limpios a Dios, preocuparnos de estar bien con él, orar, pedir perdón por nuestras faltas, meditar y cambiar nuestras vidas.

c) PREPARACIÓN.“Y estén preparados” ¿Qué significa esto? Dios quiere que nos mentalicemos para ir a

congregarnos, que tengamos nuestra mente orientada a estar en la presencia de Dios, en nada más. Muchos hoy en día pasan toda la semana pensando en cosas mundanas y hasta los fines de semana comparten actividades mundanas y Dios y su iglesia son lo único que piensan. Pero al llegar el domingo – el día del Señor – recién se recuerdan que son espirituales y comienzan a vivir como cristianos.

Esto no esta bien, debemos anhelar que llegue el día de reunión, no solo el culto, también los estudios de la palabra en los cuales se reúne la iglesia, preparémonos orando, leyendo la palabra, preparando nuestro espíritu y mentes para estar ante la presencia del Rey de Reyes y Señor de Señores. Él que tiene todo poder en el cielo y en la tierra.

Preparémonos para cada momento intimo con el Señor, cada estudio, cada culto de adoración, cada reunión espiritual, cada meditación personal, porque debemos entender esto, siempre estamos delante de la presencia de él, solo que en momentos gozamos de una comunión mucho más estrecha con él cuando nos encontramos reunidos como iglesia.

Debemos darle el lugar que se merece a Dios, debemos darle el primer lugar de nuestras vidas, debemos demostrarle a Dios que estar con él en comunión es lo más importante de nuestras vidas.

¿EL ESTAR EN ESTE LUGAR ES LO MÁS IMPORTANTE DE NUESTRAS VIDAS? ¿NOS HEMOS PREPARADO PARA ENCONTRARNOS CON EL SEÑOR? ¿ORAMOS, MEDITAMOS LO QUE VENIMOS HACER A ESTE LUGAR? ¡DIOS ESTA AQUÍ HERMANOS! Y EL SABE QUE MUCHOS DE LOS QUE ESTAMOS ACA NO LE HEMOS DADO LA IMPORTANCIA DEBIDA AL ESTAR DELANTE DE ÉL, ¡DIOS SE LO MERECE! CADA HOMBRE DE DIOS QUE TUVO UN ENCUENTRO CON DIOS HACI LO HIZO Y NOSOTROS ¿PORQUE NO NOS PREPARAMOS?

II. CUANDO ESTEMOS EN LA PRESENCIA DE DIOS ¿CUAL DEBE SER NUESTRAS ACTITUD)

A) RESPETAR Y TEMER A DIOS (Éxodo 20.18-21)Después de que Dios viniera y diera la ley de los mandamientos y algunas exhortaciones,

estando en la presencia de Dios cuando “Todo el pueblo observaba el estruendo, los relámpagos, el sonido de la bocina y el monte que humeaba”. La reacción del pueblo al contemplar la gloria de Dios, “el pueblo tuvo miedo y se mantuvo alejado”. Fijémonos bien en la actitud del pueblo ante Dios, ellos temían al Dios Todopoderoso. Sentían pavor al estar delante del creador del cielo y la tierra y guardaban distancia, o sea, respetaban, reconocían y entendían que ellos eran solamente criaturas y ante quien estaban era su creador.

Cada vez que nos reunimos debemos temer y respetar a Dios, no podemos conversar, ni distraernos, ni pensar en otras cosas, mucho menos reírnos o no darle importancia al culto de adoración. Hemos venido a adorar a Dios, estamos en su misma presencia, seamos respetuosos con Dios no nos distraigamos, no conversemos, ni nos paremos al baño, tenemos todo el tiempo antes del culto para ir al baño, porque hacerlo justo cuando estamos adorando a Dios. ¿Saben lo que significa eso? UNA FALTA DE RESPETO A DIOS Y NO ENTENDER DONDE ESTAMOS. Aprendamos a humillarnos ante el Rey de Reyes, y darle el lugar que se merece y mucho más en su día – EN EL DIA DEL SEÑOR. Y nosotros ¿RESPETAMOS Y TEMEMOS A DIOS? O ¿VENIMOS A DIVERTIRNOS, O A VER A LOS HERMANOS, O A CONVERSAR CON ELLOS? ¿CUANTA IMPORTANCIA LE DAMOS AL CULTO DE ADORACIÓN EN NUESTRA VIDA? ¡VENGAMOS A ADORAR, RESPETAR Y TEMER AL UNICO Y SABIO DIOS VERDADERO.

B) DIOS DEBE SER EL CENTRO DE NUESTRA ADORACIÓN (Deuteronomio 10.20-21).

“A Jehová, tu Dios, temerás, a él seguirás y en su nombre juraras. ÉL ES EL OBJETO DE TU ALABANZA y él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto”.

A Dios debemos temer, servir, alabar y tener en el centro de nuestras vidas y adoración. Dios quiere ser un Dios exclusivo y único para nosotros, y nosotros ¿Tememos a Dios? ¿Servimos a Dios? ¿Seguimos a Dios? ¿Él es el objeto de nuestra alabanza? Piénselo bien, porque muchas veces con nuestra vida demostramos lo contrario. Él es nuestro Dios y Padre, y él se merece lo mejor de nuestras vidas. Él debe ser el centro de nuestra adoración, debemos alabar a Dios, decirle a él lo que es y que significa para nuestras vidas. Debemos concentrarnos, meditar y adorar a Dios en espíritu y en verdad (Juan 4.24), y ¿SABE PORQUÉ? Porque él se lo merece y es digno de toda nuestra adoración, respeto, temor, santidad, pureza y alabanza.

CONCLUSIÓN.Considerando todo lo que hemos visto, nos falta mucho todavía para ofrecerle a Dios todo

nuestro ser ¿cierto? Les insto y me insto a que en cada reunión nos preparemos y le ofrezcamos a Dios lo que él quiere y se merece.

Comencemos a anhelar la llegada de los días de estudio o del culto de adoración, comencemos a anhelar el estar todos los días con Dios, entendiendo que no solo en las reuniones estamos delante de él, sino que también en toda nuestra vida.

Y estos principios apliquémoslos primero a nuestras vidas cotidianas y después a nuestras vidas de espirituales. Para que así todo lo que le ofrezcamos a Dios sea grato delante de él y no se quede en el techo, porque lo hicimos mal y que más arriba no puede llegar porque por nuestra falta de reverencia y fidelidad nos lo impiden.

¡APRENDAMOS A ADORAR A DIOS COMO LOS ANTIGUOS! Ellos lo hacían bien porque entendían a quien adoraban, servían y temían, no a los dioses paganos, sino al Dios Todopoderoso y verdadero.