Examen Meditaciones - Claret

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EXAMEN DE LA MEDITACIÓN (Ejercicios Espirituales de San Ignacio por San Antonio M. Claret) 1.̊ Antes de empezar la meditación, ¿he reflexionado a qué iba, y a qué fin? 2.̊ ¿La he comenzado con deseo eficaz de hacerla bien, y aprovecharme de ella? 3.̊ ¿He prevenido antes los propósitos que debla hacer, y las gracias especiales que debía pedir? 4.̊ ¿He avivado la fe de la presencia de Dios, creyendo que iba a hablar con el mismo Dios? 5.̊ ¿Le be ofrecido la meditación, y he pedido gracia para hacerla con fruto? 6.̊ ¿He descuidado la composición de lugar? 7.̊ ¿He leído con detención los puntos, pensando que Dios me hablaba, y he aplicado lo que leía al estado presente de mi alma? 8.̊ ¿He sacado de aquí propósitos prácticos? 9.̊ ¿He guardado la conveniente compostura del cuerpo? 10.º ¿Me he dejado vencer del sueño o pereza? 11.º ¿He dado lugar a pensamientos inútiles? 12.º ¿Me he envanecido por el fervor sensible? 13.º ¿Me he inquietado por las sequedades o desolaciones? 14.º ¿He dejado los coloquios y súplicas? 15.º ¿Me he detenido demasiado en discurrir, o en otra operación del entendimiento? 16.º ¿Me he detenido poco en la moción de los afectos? 17.º ¿He abreviado la meditación por motivo de sequedad, tentación u otro pretexto? 18.º ¿Qué propósitos he sacado? ¿Pienso hoy mismo ponerlos en práctica? 19.º ¿He pedido para este fin la gracia y lo demás que necesito? 20.º ¿He dejado de rogar para quienes estoy obligado, y para toda la Iglesia? Si se halla haber faltado, se pedirá perdón y se propondrá la enmienda; y si no se encuentra falta alguna, se darán gracias a Dios por ello. Por fin, aquello que mas habrá movido se recogerá como una flor para tenerlo en el corazón todo el día, y si es fácil se escribirá, a fin de que no se olvide, como lo advierte san Ignacio.

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EXAMEN DE LA MEDITACIÓN(Ejercicios Espirituales de San Ignacio por San Antonio M. Claret)

1.̊ Antes de empezar la meditación, ¿he reflexionado a qué iba, y a qué fin?2.̊ ¿La he comenzado con deseo eficaz de hacerla bien, y aprovecharme de

ella?3. ̊ ¿He prevenido antes los propósitos que debla hacer, y las gracias

especiales que debía pedir?4.̊ ¿He avivado la fe de la presencia de Dios, creyendo que iba a hablar con el

mismo Dios?5.̊ ¿Le be ofrecido la meditación, y he pedido gracia para hacerla con fruto?6.̊ ¿He descuidado la composición de lugar?7.̊ ¿He leído con detención los puntos, pensando que Dios me hablaba, y he

aplicado lo que leía al estado presente de mi alma?8.̊ ¿He sacado de aquí propósitos prácticos?9.̊ ¿He guardado la conveniente compostura del cuerpo?

10.º ¿Me he dejado vencer del sueño o pereza?11.º ¿He dado lugar a pensamientos inútiles?12.º ¿Me he envanecido por el fervor sensible?13.º ¿Me he inquietado por las sequedades o desolaciones?14.º ¿He dejado los coloquios y súplicas?15.º ¿Me he detenido demasiado en discurrir, o en otra operación del

entendimiento?16.º ¿Me he detenido poco en la moción de los afectos?17.º ¿He abreviado la meditación por motivo de sequedad, tentación u otro

pretexto?18.º ¿Qué propósitos he sacado? ¿Pienso hoy mismo ponerlos en práctica?19.º ¿He pedido para este fin la gracia y lo demás que necesito?20.º ¿He dejado de rogar para quienes estoy obligado, y para toda la Iglesia?

Si se halla haber faltado, se pedirá perdón y se propondrá la enmienda; y si no se encuentra falta alguna, se darán gracias a Dios por ello.

Por fin, aquello que mas habrá movido se recogerá como una flor para tenerlo en el corazón todo el día, y si es fácil se escribirá, a fin de que no se olvide, como lo advierte san Ignacio.

El examinarse después de la meditación es utilísimo, así para el fruto de la misma, como para aprender el modo práctico de hacerla: en consecuencia, siempre que sea posible lo hará, no sólo en tiempo de ejercicios, sino también en todos los días del año.