Exaltación de la Navidad 2011 · 2014-05-17 · Exaltación de la Navidad 2011 Hace unos años en...
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Exaltación de la Navidad 2011
Hace unos años en un pequeño islote del océano índico,
los nativos empezaron a enfermar y poco tiempo después
a morir de manera fulminante, esta enfermedad estaba
provocada por un virus mortal.
La población fue muriendo ya que el virus era sumamente
contagioso. Las autoridades sanitarias decidieron poner a
toda la aldea en cuarentena para que no se expandiera la
enfermedad.
Después de muchos análisis en laboratorios extrayendo
pruebas de sangre a toda la población descubrieron que
un niño de corta edad que también había sido
contagiado, desarrolló unos anticuerpos, unas células,
que aislaban el virus y lo destruían.
Inmediatamente las autoridades sanitarias se pusieron
en contacto con los padres, y después de muchas pruebas
comprobaron que la sangre del niño era el antídoto
necesario para destruir el virus y salvar de una muerte
segura a toda la población, rápidamente fueron a
comunicárselo a los padres y así empezaron a administrar
parte de la sangre del niño, pero comprobaron con temor
que solo con parte de esta sangre no era suficiente.
Pasaba el tiempo y verificaron que necesitaban toda la
sangre del niño para salvar a la población. Entonces les
informaron a los padres el resultado de los estudios
realizados, comunicándoles que para salvar a sus
habitantes necesitaban toda la sangre del joven y por lo
tanto este moriría.
Con horror acogieron la noticia. En un primer momento
no sabían qué hacer y con gran valentía se lo expusieron
al pequeño.
Inmediatamente la reacción del niño, al contrario de lo
que pensaban sus familiares, fue de una entereza
increíble, siendo consciente de que moriría y de forma
rotunda dijo SÍ, estaba dispuesto a morir para salvar a
toda la población, le comentaba a sus padres que para
que quería seguir viviendo, manifestando “si no voy a
disfrutar del amor de mis padres, del amor de mis
hermanos, de mis abuelos y no podré jugar más con mis
amigos, no podré dormirme oyendo las aventuras que me
cuentan mis abuelos, si han de morir todos que sea yo, el
que muera por ellos”.
Y así ocurrió, este pequeño dio toda la sangre que tenía
hasta morir, para salvar a la población entera.
Al día siguiente se celebró el funeral y este niño fue
honrado por todos, prometiendo que jamás lo olvidarían.
Pero pasaron los años, pasó el tiempo y muchos de los
habitantes de este islote fueron olvidando la proeza que
el niño había hecho por ellos, y aquella promesa que
hicieron de no olvidarlo y honrarlo por siempre se la llevó
el viento.
Reverendo Sr. Cura Párroco de Sta. María de la Estrella,
D. Antonio Santos Moreno
Sr. Presidente del Consejo General de Hermandades y
Cofradías de Coria del Río, D. Francisco Romero Muñoz y
Junta Superior
Querido presentador y Hno. Mayor.
Junta de Gobierno de la Muy antigua, Fervorosa y
Venerable Hdad. Servita y Cofradía de Nazarenos del
Santo Entierro, Cristo Resucitado y Ntra. Sra. de la
Soledad Coronada.
Hnos. Mayores y representaciones de Juntas de Gobierno
de las diferentes Hermandades y Grupos Parroquiales
Ilustrísimas Autoridades
Hermanos y Hermanas, Amigos todos
Buenas Tardes:
En primer lugar dar Gracias a Dios porque es Él, el motivo
por el que estoy hoy aquí
Expresar mi Agradecimiento a:
D. Antonio Santos Moreno por la confianza en mi
persona, por alentarme a realizar esta Exaltación, por su
ayuda prestada y por hacer que mi Fe en Cristo esté cada
vez más arraigada
A mi amigo y presentador Tomás Fuentes, por la
Presentación realizada de mi persona, por estar siempre
ahí, cada vez que he necesitado un consejo, por tu ayuda
y por ser uno de los culpables de que hoy esté en este
atril
A mi padre y a mi madre por formarme en la Fe cristiana
A mi mujer Lola por tu amor y por no dejar nunca que la
barca de mi vida navegue a la deriva
A mis Hijos Adrián y Claudia, a Sara que la considero
como hija, por ser tres de mis motivos de felicidad
A toda mi familia por tenerlos siempre cerca en los
momentos de alegría, pero también de tristeza
Agradecer a mis hermanos en Cristo de esta Junta de
Gobierno, toda la confianza que han depositado en mí.
Al Coro de Voces Marianas de Ntra. Sra. de la Estrella
A Julio de Carmen
A nuestro Coro de Campanilleros Virgen de La Soledad, y
a Paco Coria que ha tenido la gentileza de escribirnos un
villancico maravilloso.
Y a todos vosotros por asistir a este acto.
El relato del niño que hemos oído, es verdaderamente
trágico pero a la vez hermoso, un niño que da su vida
para poder salvar de una muerte segura a sus familiares y
amigos, y que con el paso del tiempo muchos se fueron
olvidando del sacrificio que este joven llegó a hacer por
ellos.
Rápidamente se nos viene a la mente al escuchar este
relato la vida de Jesús de Nazaret. Pero fijaos Jesús no
solo da su vida por nosotros, además muere de forma
cruel y despiadada, viene al mundo por Amor, por el
amor constante de Dios a toda la humanidad
Los Profetas
Mil años antes ya lo anunciaron las palabras de los Profetas en nombre de Dios y escritas están, todo el pueblo esperaba la llegada de aquel que redimirá a los hombres de sus pecados el que traerá un reino de Paz, Amor, Justicia y Esperanza.
Así Isaías habló al rey de Judá Ajaz, para que no hiciera pactos con los hombres ofreciéndole la confianza solo en el Señor y como señal y prenda de liberación le ofrece la realidad de Emmanuel “Dios con nosotros”, profetizando “La doncella está en cinta y va a dar a luz un hijo le pondrá Emmanuel”
“Zacarías ya profetizó 500 años antes de Jesucristo: “Salta de gozo, hija de Sión, da gritos de júbilo, hija de Jerusalén. Mira a tu rey que viene a ti: es justo y victorioso, humilde y cabalgando en un asno, en un pollino, hijo de un asna. Destruirá de Efraím los carros, y de Jerusalén los caballos; quebrará los arcos de guerra, anunciará a las naciones la paz. De mar a mar se extenderán sus dominios y desde el rio hasta los confines de la tierra”.
El Mesías prometido, Jesucristo, viene al mundo para cumplir las promesas que Dios ha hecho a su pueblo. El contexto de su venida no es nada bueno, ya que existe dominación por parte del imperio romano, injusticias de parte de los gobernantes, la religión es utilizada para
explotar más al pueblo. El panorama es bastante desolador y el pueblo sufre las consecuencias. No hay esperanza alguna de algo bueno. En esta realidad es cuando hace su aparición Jesús, el Mesías, trayendo buenas nuevas de gran gozo, para que se cumpliera la profecía: “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor” (Luc. 4:18-19). Es en base a este gran amor de Dios por su creación que envía a su Hijo para que por medio de él seamos salvados y vivamos una vida plena: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Jn. 3:16-17). Esta es la razón por la cual vino Jesucristo al mundo. Es el Plan de Salvación para toda la humanidad. Esta salvación está expresada en la redención de todo ser humano, la liberación de toda esclavitud y atadura social y espiritual.
Dios quiere por medio de Jesucristo que seamos restaurados y vivamos con alegría la salvación y la vida eterna, la única condición para gozar de esta promesa y sus beneficios es creer en Jesucristo y obedecerle. Desde este atril propongo aclamar el nacimiento del Mesías, el Redentor.
La Anunciación
Me imagino a una joven de belleza indescriptible,
educada y formada en el amor a Dios, por nombre María
quizás el nombre de mujer más hermoso, una joven pura
de corazón, llevando una vida contemplativa y de oración
En uno de sus retiros, en un lugar tranquilo y silencioso
de su aposento, de pronto se le aparece un ángel y siendo
tan grande su Fe en Dios, que en vez de asustarse
reacciona con tranquilidad asombrosa ante tal aparición,
escuchando con cierta turbación las palabras del Ángel sin
comprender lo que realmente significaban.
Fandango de la Anunciación
Y el Ángel le dice:
“¡Salve superdotada de gracia! El señor está contigo. No
temas María porque has hallado gracias ante Dios. Mira
concebirás en tu seno y darás a luz a un hijo a quien
pondrás por nombre Jesús. Este será grande y será
llamado hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono
de David, su padre reinará por los siglos de los siglos en la
casa de Jacob y su reinado no tendrá fin.
Permitid a este exaltador recitaros con unos versos el
momento de la Anunciación
Quien pudiera turbarse de esta manera
Al entrar en tu aposento y saludarte
Gabriel te anunciara la buena nueva
Y así madre de Dios y de la humanidad te hiciera
Para que seas el norte que nos lleve a Dios
Bendita por siempre, llene de Gracia seas.
María dulce nombre
Y en ti Dios quiso
Que el verbo fuera hombre
De dicha te hizo Dios plena
Por sentir en tu vientre
Que lleno de Amor
Y de Esperanza envolviera
El latir de un corazón
Que ha de ser nuestro Mesías
El esperado, el Redentor
El Nacimiento
Jesús nació en Belén de Judea en un pobre establo, pero
un portal no como nos muestra los pintores o los
escultores, como avergonzándose realmente de lo pobre
que era, un portal que era la casa de los animales,
animales de un pueblo pobre y oprimido, mal oliente,
sucio y oscuro, donde lo único limpio era el pesebre,
pesebre que acogería al hijo de Dios, al más grande entre
los hombres, aquel que dio su vida por la humanidad para
poder redimirnos de nuestros pecados y alcanzar la vida
eterna, el prometido Mesías. Fijaos que contrasentido de
un lugar tan oscuro y sucio salió la Luz que tendrá que
iluminar al resto de la humanidad
Jesús nació en la pobreza, para darnos ejemplo de
humildad, los primeros que le adoraron no fueron reyes,
ni gobernantes, fueron los esclavos de los hombres “los
animales” y después los sencillos, entre los sencillos los
niños y los pastores. Cristo no ha venido para reinar sobre
la riqueza, sino sobre la Pobreza, no sobre la soberbia,
sino sobre la Humildad, no sobre la violencia sino sobre la
Paz, no sobre la maldad, sino sobre la Bondad y no sobre
el odio sino sobre el Amor.
Hoy os invito a ver dos portales vivientes que han
fundado en Coria y que permanecen montados todo el
año, son portales donde Jesús nace diariamente, donde
se acoge a los más sencillos de entre nosotros, a esos que
nuestra sociedad por motivos fehacientes los tienen
olvidados, portales llenos de Humildad y Amor a los
demás y no son otros que nuestras residencias de
ancianos. La residencia de ancianos del Convento Santa
Ángela de La Cruz y La residencia de ancianos de Ntra.
Sra. De la Soledad y San José, donde los pastores son las
Hijas de la Caridad o las Hermanitas de la Cruz y donde
los Magos de Oriente son las visitas de sus familiares y
amigos, nuestra sola presencia al visitarlos se convierte
en oro, incienso y mirra para ellos.
Desde aquí os animo a que visitéis estos portales
vivientes que os impregnéis del Amor que allí se irradia y
como cuenta la historia de ese niño, que dio la vida por
sus familiares y amigos, no olvidemos a nuestros abuelos,
ahora que tanto nos necesitan, que no se lleve el viento y
quede en el olvido todo lo que anteriormente han hecho
por nosotros, porque junto a ellos encontrareis a Jesús,
presentado en su Humidad y Amor a los demás.
Villancico: En un pobre portal
Los Reyes Magos de Oriente
Unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén
preguntando “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha
nacido? Porque hemos visto salir una estrella y venimos a
adorarlo”. Al oír estas palabras el rey Herodes
sobresaltado convocó a los sumos sacerdotes y a los
escribas preguntándoles donde había de nacer el Mesías.
Ellos le contestaron en Belén de Judea, pues así lo ha
escrito el profeta: “Y tú, Belén, tierra de Judea no eres ni
mucho menos la última de las ciudades de Judea, pues de
ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel”
(Mat 2, 1-12)
Los Magos de Oriente, posiblemente procedentes de la
región de Caldea, en la antigua Babilonia, llegaban para
adorar a un rey y se encontraron a un niño mal fajado,
escondido en un establo, un niño que desdeñará más
tarde los tesoros materiales. Después de las bestias, que
representan la naturaleza, después de los pastores,
representando al pueblo, ellos que eran el saber, fueron
los siguientes en arrodillarse ante Jesús.
Los Magos de Oriente significan las viejas teologías que
reconocen la definitiva revelación, la ciencia que se
humilla ante la inocencia, la riqueza que se postra a los
pies de la pobreza. Le ofrecen Oro, que no es porque
María lo necesitara para ese posterior viaje a Egipto, no,
es por obedecer por adelantado los consejos del
Evangelio “vende lo que posees y dádselo a los pobres”.
Ofrecen Incienso, no para vencer el hedor del establo,
sino porque sus liturgias van a acabar y ya no necesitaran
humos y perfumes para sus altares. Ofrecen Mirra que
sirve para embalsamar a los muertos, porque saben que
aquel niño morirá joven y su madre necesitará aromas
con los que embalsamar el cadáver. Fijaos en este niño
Jesús, en esas delicadas manos y pies, que más tarde van
a ser atravesados por los clavos que lo fijaron al madero,
en su cara que va a ser cubierta de sangre por las
espinas de una corona impuesta para mofarse de Él y
por ese cuerpo con las señales del látigo impregnando
toda su espalda en sangre, que será clavado en la Cruz,
para luego convertirse en el Redentor de los mismos que
hicieron todas estas barbaridades, el ser humano.
Recuerdos de mi infancia
Me pongo a recordar la Navidad que viví durante mi
infancia, en mi pueblo, en Coria, retrocedo cuarenta años
en el tiempo, noto el humo en la calle, me embriaga un
olor a castañas asadas, otro aroma que me es familiar y
es ese rico olor a dulces.
Llegaba esa mañana en la que mi madre nos levantaba
temprano, a pesar de no haber colegio, y montábamos el
portal de belén
Observo que mi madre se reúne con las vecinas y cargada
de bolsas y talegas se marchan todas juntas camino de La
Puebla, me dice que va a hornear unas tortas en la
panificadora recordándome que tenga cuidado con mi
hermano, sobre todo con mi hermana, y que no haga
irritar a mi padre
Empiezo a sentir que algo estaba cambiando en Coria,
notaba como los mayores estaban contentos, oía
constantemente la palabra “Jesús” en boca de mis
padres. Mi madre y mis tíos cantaban frecuentemente
esas coplillas tan pegadizas, acompañadas de
instrumentos musicales que no eran otros que la botella
de anís, que tanto tiempo llevaba guardada en el estante,
de la que mi hermano y yo a escondidas ya habíamos
dado cuenta alguna vez, el cántaro que se utilizaba para
el agua, que lo tocaban con unas alpargatas viejas, unas
panderetas que había comprado mi padre, unas palilleras
hechas con platillos de cerveza. A fin de cuenta esos
villancicos que terminabas aprendiendo y cantándolos
con los mayores.
Recuerdo esos grupos de niños saliendo a las calles y
cantando villancicos dedicados al Niño Jesús, a la Virgen
María, a San José o a los Reyes Magos. Unos años más
tarde éramos nosotros mi hermano, mis primos, mis
amigos de la infancia, los que salíamos a la calle a cantar
casa por casa esos villancicos que habíamos heredado de
nuestros mayores. Nos poníamos unas camisa blanca,
(evidentemente con la camiseta interior debajo, sino nos
no dejaban salir), adornadas con cintas de colores y cada
cual trayendo el instrumento que conseguía de sus casas,
eso sí el cántaro lo comprábamos entre todos.
Y por fin llegaba la gran noche, donde en cualquier casa
se reunía toda la familia, cenando alrededor de una gran
mesa hecha con tablones, donde la comida no era muy
diferente a la de otros días, pero sabia mejor que el resto
de días. Recuerdo que ese día lo que si había era pollo al
ajillo, ave que procedía del corral de mi casa, con la gran
angustia al día siguiente que me daba cuenta que
desaparecía el pollo con el que tantas veces había jugado,
diciéndome mi madre que se había escapado.
Mi madre nos apremiaba a terminar la cena, eran cerca
de las doce, y rápidamente nos dirigíamos, junto con los
vecinos, hacia la parroquia, iba a empezar la misa del
gallo, cuando llegábamos a penas había sitio, la parroquia
estaba llena de familias corianas.
Al día siguiente, los aguinaldos, nos juntábamos todos los
primos y no había una de las casas de nuestros tíos que se
nos escapara.
Casi terminando las vacaciones de Navidad llegaba un día
muy especial, la cabalgata de los Reyes Magos con la
recogida de caramelos y por fin la noche. Esa noche
prometí no quedarme dormido y esperar entre las
sábanas la llegada de los Reyes Magos a mi casa, si por un
momento me quedaba dormido al despertarme corría
hacia el salón donde estaba el nacimiento, para ver si
había pasado los reyes, me daba cuenta que no, ya que
las copas de coñac, que mi madre dejaba para que
entraran en calor los reyes o el cubo de agua para saciar
la sed de los camellos, estaban intactas y no había regalo
alguno. Al final me podía siempre el sueño y me
levantaba ya de día, con la gran noticia de los regalos,
para luego esperar la llegada de mi tío José y mi tía
Concha porque siempre los Reyes se acordaban de
nosotros y nos dejaba algún regalo en su casa de Sevilla.
Ahora más de 35 años después esos niños de aquel
entonces, resultan que ya no son tan niños pues alguno,
ya ha cumplido los 50 años y otros están al caer. Muchos
de ellos están hoy aquí acompañándome en esta
exaltación a la Navidad, porque uno de los medios que
tenemos, en nuestra Andalucía, para alabar el
nacimiento de Dios es a través del villancico.
Allá por el mes de septiembre surgió la idea de formar un
grupo de campanilleros y evidentemente pensé en
hacerlo con mis amigos de la niñez y se me ocurrió,
porque no, reunirlos para volver a recordar esos
villancicos que íbamos cantando por las casas. Cuando iba
proponiéndoselo a cada uno, escuché de todo, muchos
creían que era broma mía, otros se llevaban las manos a
la cabeza, diciéndome si estaba loco, que si lo que quería
es que lloviera toda la Navidad, otros sin embargo no
vieron mal la idea. Bueno pues a partir de ahí lo primero
que teníamos que hacer es empezar a ensayar y cuando
se lo conté a Aurelio me dijo que una vez, que más o
menos, iba formándose el grupo y sabíamos con los que
contábamos, deberíamos empezar en Octubre, a mi me
sorprendió empezar tan ligero, pero pensándolo mejor, y
sabiendo que la mayoría no teníamos, como se dice
“buena oreja” pensamos que sí que estaba bien empezar
en Octubre, pero de un año antes. Lo cierto es que aquí
estamos y hemos disfrutado muchísimo con nuestros
ensayos, volviendo a ser esos niños que nos reuníamos de
antaño, eso sí casi todos con gafas para leer de cerca las
letras de los villancicos
No sabéis lo feliz que me habéis hecho estos días y con la
ilusión tan grande, que no solo yo, sino todos vosotros
habéis acogido estos días de ensayos, para al final poder
cantarlos y enaltecer de esta forma el nacimiento del
Niño Dios. Por lo que estoy tremendamente agradecido
con vosotros, muchísimas gracias a todos, que Dios os
guarde y podamos reunirnos muchos años, en el seno de
esta, que es vuestra hermandad.
Villancico: El almendro en flor
El Sueño de la Virgen María
Contaba la virgen María a su esposo San José, el siguiente
sueño que había tenido la pasada noche
Anoche tuve un sueño muy extraño José, en el sueño
aparecía un pueblo a orillas de un gran rio, por el que
navegaban unos barcos enormes. En este pueblo se iba a
celebrar el nacimiento de nuestro hijo Jesús, con un mes
de antelación, todo el pueblo parecía eufórico, se dirigían
en multitud a grandes establecimientos, hermosamente
iluminados, adquirían magníficos regalos que envolvían
en papeles brillantes y adornados con lazos de colores,
compraban abundantes manjares y todo tipo de bebidas
extrañamente almacenadas.
Recuerdo como las calles estaban engalanadas con luces,
dentro de las casas, también iluminadas, había un
hermoso árbol cubierto de adornos de distintos colores y
en la copa del árbol me pareció distinguir una estrella
coronándolo, me recordó a la estrella que mencionaban
los magos de oriente que nos visitaron. La noche antes
del cumpleaños todo el mundo era feliz, el sueño me
llevó a una de esas casas, distinguí una gran mesa, repleta
de exquisitos manjares, bebidas y confituras, se
intercambiaban los regalos que anteriormente habían
comprado, pero sabes José, no había un solo regalo para
nuestro hijo, ni si quiera lo nombraban. De repente sentí
un gran deseo de llorar, te imaginas que gran tristeza
para Jesús, no ser deseado en su propia fiesta de
cumpleaños. Pero bueno al despertarme me alegré de
que solo fuera un sueño, pero que terrible seria si esto se
convirtiera en realidad.
Sin embargo José había una parte donde me inundaba la
felicidad, me llevó este sueño a una preciosa plaza de
este pueblo, en el centro una majestuosa palmera,
aunque la verdad es que me pareció verla un tanto triste,
y a un lado una hermosa capilla donde encontré una
imagen tan bonita que radiaba belleza y dulzura
inigualable, esa imagen representaba a una mujer, me
sentí un tanto confundida pues más tarde veía el interior
de la capilla como si mirara a través de ella, no lo sé José
pero creo que esa imagen era yo misma, pues podía oír
las oraciones y peticiones que estas persona hacían.
Y en esa capilla, José, aturdida parecía estar porque en
vez de María me llamaban Soledad.
Villancico. Mi portal de Belén
Quiero dar las gracias, a Miguel y a Manuela, mi otro
padre y mi otra madre, desgraciadamente tuve poco
tiempo para estar con Miguel, tan solo cinco años, pero
fueron cinco años en los que el buen humor y la alegría
con la que Dios te obsequió, me la llevé con migo, al
recordarte todavía me haces reír, y hoy te doy las gracias
por eso, gracias Miguel. Hoy gozas en la presencia de
Dios, y sabes que siempre te llevo mi corazón.
No puedo terminar esta exaltación sin darte gracias
mamá, ya sabes que soy poco expresivo, gracias por
hacer que en mis labios el nombre de Jesús se repita
constantemente, por transmitirme tu amor a Dios y a su
Bendita madre en su advocación a María Stma. de la
Soledad, le doy gracias a papá, recuerdo la gran devoción
que le tenía a su Virgen del Rocío y fue Ella quien guió su
camino, presentándose en el lecho de su muerte terrenal
para que esté en presencia del Altísimo al igual que tus
hermanos Antonio, Goro, Manuel y Rosario que ya gozan
de la Gloria.
La Navidad nunca debe ser triste, debe ser motivo de
alegría pues aunque te falte un ser querido, tienes
depositada la confianza en Jesús y sabes que está en
presencia del Altísimo viviendo en paz y con gozo de la
vida eterna.
Ahora campanilleros cantad para alegrarnos aún mas el
corazón, recordadnos en esos villancicos el gran
acontecimiento, nos ha nacido el niño Dios, EL Mesías,
nuestro Salvador.
Hacer que volvamos atrás en el tiempo, hacednos niños
otra vez y a los tres golpes de cántaro empezad a cantar
campanilleros, vámonos ¡A ESTA ES!
(Popurrí)
Hoy es tiempo de Adviento, estemos vigilantes ante la
venida del redentor, aquel que murió para liberarnos de
nuestras ataduras, velad que se acerca el dueño de
nuestro corazón, la luz que necesitamos para guiar
nuestra vida, que por ti Señor habremos de alcanzar la
ansiada Resurrección.
Recordad: Jesús ese antídoto necesario para salvarnos de
la muerte y poder alcanzar la salvación eterna. Feliz
Navidad a todos. Muchísimas gracias.