Evocaciones del río lambre

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EVOCACIONES DEL RÍO LAMBRE 1º de E.S.O. Lengua Castellana

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actividad de lengua castellana sobre ríos

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EVOCACIONES DEL RÍO LAMBRE

1º de E.S.O. Lengua Castellana

Se realiza esta actividad dentro del Programa Proyecta, con el fin de interrelacionar los conocimientos adquiridos en las materias de Ciencias Naturales y de Lengua Española de manera tal que los alumnos observen que todo conocimiento nuevo se puede aplicar a la vida de una manera u otra. Se les propone que realicen un relato cuyo protagonista sea un río y que prime la parte descriptiva. Esta última característica, como se puede apreciar en los relatos elegidos, no se ha conseguido. Participaron todos los alumnos aunque aquí sólo aparezcan aquellos que por una u otra razón se consideró que se adaptaban mejor a lo pedido. Objetivos: •Aprovechar lo aprendido fuera del aula para interrelacionar los conocimientos de las diferentes materias. •Estimular el gusto por la observación como posibilidad de desarrollar la imaginación y la creación. •Repasar las características de los textos narrativos, en concreto el relato, aprovechando las sensaciones vividas en la visita al río que pasa cerca del colegio.

EL RÍO CONTAMINADO

En un hermoso y colorido bosque, vivía un río. El pobre estaba muy contaminado porque la gente que iba a visitar el bosque tiraba en él todos los residuos por lo que siempre estaba muy sucio hasta que un día tomó una drástica decisión. Consideraba que deberían cuidarlo más ya que de él se tomaba el agua que llegaba a las casas, así que se puso a excavar un túnel y poco a poco, comenzó a desaparecer. Los vecinos comenzaron a buscar sus aguas y pare ello comenzaron a limpiar todo el lecho, desde el nacimiento en la montaña hasta su desembocadura. Al ver esto el río volvió y desde entonces la gente, agradecida lo cuida y desde su nacimiento, montaña arriba hasta su llegada al mar, está colonizado por grandes y hermosos peces.

Andrea Amado, 1º E.S.O

EL RÍO ENCANTADO

Aquel río era como un inmenso mar, con muchas curvas o meandros, y muy hondo… Olía a frescura y a tierra mojada y se podían percibir muy bien todos los sonidos de los animales y las conversaciones de los árboles con el agua cantarina. Un triste día fueron unos niños a pasar allí la tarde y comenzaron a tirar todo tipo de porquería al río, incluso usaron pólvora para pescar truchas… Ni que decir que a los árboles también les tocó parte de las gamberradas de los muchachos: rompieron ramas, destruyeron nidos… Tanto se enfadó el río que decidió quedarse con el más pequeño de la excursión… Justo el que sólo se había entretenido en hacer navegar barquitos fabricados con las cortezas de los árboles que se encontraban al borde del río. Cuando los niños se dieron cuenta de lo que ocurría todos saltaron al agua para ayudar al pequeño. Intentaban nadar pero se tropezaban con bolsas de plástico, las ramas de los árboles que habían roto, latas… y cuando el río vio la desesperación de los muchachos, se enterneció y muy cuidadosamente colocó al niño en la orilla y todos se pudieron marchar inconscientes del enfado que habían producido en el río. Al cabo de unos años, aquel trozo de bosque fue testigo de cómo aquellos muchachos, ya mayores, volvían acompañados de sus hijos… árboles y río se pusieron a temblar hasta que vieron las “patrullas de limpieza que se estaban formando. Los mismos que un día habían convertido aquel espacio en un basurero, recogían las basuras que por allí estaban y limpiaban de maleza las orillas del cauce… Al fin habían comprendido que el bosque y el río eran seres vivos.

Paula Deive Martínez 1º E.S.O.

LAMBRE, EL RÍO POETA

Por un pequeño pueblo llamado Monfero, pasa un río pequeño, con un puente pequeño y un molino pequeño en su orilla. Todo a su alrededor parece pequeño menos los grandes árboles que crecen a su lado y por su gran secreto: es un río poeta. Si te adentras en el bosque, verás los meandros del curso y su espesa vegetación. Un día, bajo el puente, vio a un niño que parecía estar pescando y le dijo: -¿No sabes que en esta época no se puede pescar? -Ya lo sé, pero mi madre no, y mientras piense que estoy cogiendo truchas, creerá que no tengo nada que estudiar… -¡Vaya! ¡Vaya!... Tú no sabes quién soy yo, verdad? Soy el río poeta. Todos los que vienen a visitarme acaban componiendo hermosos versos sobre lo que se encuentran a mi alrededor… ¡Incautos…! Creen que esos versos les pertenecen… No se dan cuenta de que soy yo el que se los dicto al oído… pero me niego a ser cómplice de tus mentiras… ¡Y dicho y hecho…! Atrajo de tal manera al niño que acabó en el fondo de las aguas cristalinas… Aquel chapuzón le sirvió para no volver a mentir y para escuchar una y otra vez los sonidos que el río guardaba.

Lara Gómez Pérez 1º E.S.O

EL RÍO QUISQUILLOSO

Érase una vez un río que desde su nacimiento, nunca estaba contento con nada. Tanto era así que era incapaz de ir en línea recta ni siguiera un kilómetro… que si aquel árbol le quitaba mucho agua, que si aquella roca no le gustaba, que si aquellos helechos no eran de buena familia… Todo todo le molestaba, y por eso se fue llenando de meandros hasta conseguir pasar por los lugares que más le apetecían. Cuando parecía que ya nada lo iba a molestar, comenzó a quejarse de las cosquillas que los peces le hacían al navegar en él… Tanto y tanto se quejó que los animales que vivían en él, decidieron abandonarlo y el río se quedó solo. Durante un tiempo estuvo feliz, pensando que por fin nada entorpecería su curso…, pero pronto comenzó a sentir un aburrimiento tremendo, tanto que se puso en contacto con sus afluentes para que le cedieran algunos de sus peces y comprendió que de todo lo que nos parece malo se puede obtener alguna recompensa.

Diana Caruncho (1º E.S

RÍO LAMBRE Un día nublado y con bastante llovizna, los alumnos de la clase de 1º de E.S.O., fimos hasta el río Lambre, para ver qué animales y plantas había y si el río estaba limpio… y nos llevamos agua y algunos insectos para analizarlos en el laboratorio. La profesora de lengua nos había dicho que nos fijáramos bien en lo que podíamos percibir por todos los sentidos, porque tendríamos que hacer una redacción. Tanto nos había hablado de que la naturaleza se comunicaba con nosotros que yo me senté al lado de un eucalipto y me puse a escucharlo; llegó un momento en el que creía descubrir el lenguaje de los árboles. Comenzó diciéndome lo feliz que le hacía hablar con los animales del bosque: canguros, walabíes, vombatidos, falageriformes, búhos, cacatúas…, flores enormes, árboles cuyos nombres ya no recuerdo y que tenían unas edades que oscilaban entre 200 y 300 años…, yo comenzaba a marearme con tanta información que nunca había escuchado. Cuando llegué a clase y en la redacción conté lo que el árbol me había dicho, todos se rieron de mí… Todos menos la profe de Ciencias Naturales: Ella encontró la explicación… Había escuchado a un eucalipto, un árbol que creíamos que era autóctono de Galicia porque habíamos crecido rodeados de eucaliptos, pero que provenía de Australia y en Galicia se había convertido en especie invasora. Cuánto me alegré de haber encontrado una explicación…

Rebeca Freijomil Vázquez