Evangelización/Liderazgo

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PRÓLOGO Hace más de setenta años, hombres de visión penetraron por los terribles pantanos de Tabasco y encontraron allí grandes depósitos de petróleo y gas natural. Dondequiera que perforaban encendían faroles, abastecidos por los desperdicios del gas. Ahora llamas anaranjadas danzan sobre los pantanos y de noche se contemplan en la oscuridad hasta a cien kilómetros de distancia. Estas escenas de la media noche nos traen a la memoria a otros hombres de una visión distinta que, más de cien años atrás, encontraron riquezas aún mayores en los miles de tabasqueños que vivían y morían casi desconocidos, en esos mismos pantanos. Aquellos hombres valerosos encendieron llamas de fe en los corazones fríos y necesitados. Seis pequeñas iglesias fueron organizadas. . . llamas de fe en el pantano de la incredulidad. Al principio ardieron con fulgor, pero pronto comenzaron a vacilar y parecían casi apagarse. Pasaron los años; el sol abrasador de la Revolución secó la leña... preparó los

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Esta emocionante historia nos revela el poder de Dios manifestado en la cálida tierra de Tabasco, México. La segunda entidad con mayor número de creyentes en Jesucristo en la República Mexicana.

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PRÓLOGO

Hace más de setenta años, hombres de visión penetraron por los terribles pantanos de Tabasco y encontraron allí grandes depósitos de petróleo y gas natural. Dondequiera que perforaban encendían faroles, abastecidos por los desperdicios del gas. Ahora llamas anaranjadas danzan sobre los pantanos y de noche se contemplan en la oscuridad hasta a cien kilómetros de distancia.Estas escenas de la media noche nos traen a la memoria a otros hombres de una visión distinta que, más de cien años atrás, encontraron riquezas aún mayores en los miles de tabasqueños que vivían y morían casi desconocidos, en esos mismos pantanos. Aquellos hombres valerosos encendieron llamas de fe en los corazones fríos y necesitados.Seis pequeñas iglesias fueron organizadas. . . llamas de fe en el pantano de la incredulidad. Al principio ardieron con fulgor, pero pronto comenzaron a vacilar y parecían casi apagarse. Pasaron los años; el sol abrasador de la Revolución secó la leña... preparó los corazones. De repente las llamas débiles comenzaron a brillar con una nueva luz y saltaron a otros lugares cercanos. La iglesia se iba extendiendo a través de los pantanos.Esta es la historia de la multiplicación de las iglesias en el estado mexicano de Tabasco. Es una historia de iglesias evangélicas que son llamas que se esparcen entre la yesca de una población dispuesta a recibir el evangelio.

Carlos Bennett Ginebra, Suiza.

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CAPITULO 1LLEGA EL EVANGELIO 1881 – 1890

En el transcurso de los dos siglos posteriores a la con-quista de México, la Iglesia Católica Romana floreció. Sus templos ostentosos dominaban el horizonte de cada poblado; los curas y las monjas controlaban las escuelas. Monjes consagrados, como Fray Bartolomé de las Casas, se esforzaban por defender a los indios de los abusos de los españoles.Pronto la Iglesia Católica en el Nuevo Mundo comenzó a decaer. La mayoría de los clérigos cambiaron el celo misionero por las riquezas; la piedad por el prestigio político. La Iglesia llegó a ser la más grande propietaria de bienes raíces en todo México. En 1767 los jesuitas fueron expulsados. Los religiosos que quedaron se oponían en su mayoría al creciente movimiento pro-independencia, los curas Hidalgo y Morelos fueron excomulgados por haber tomado parte en dicho movimiento.En 1813 el nuevo gobierno mexicano reconoció como oficial la religión católicarromana y, entonces, la iglesia se declaró a favor de la independencia.

LIBERALES Y MASONES

Las logias masónicas han desempeñado, un papel importante en la historia de México, especialmente en

cuanto, a la lucha por la libertad de culto, En 1810 se organizó la primera logia masónica del rito, Escocés en México, En 1825 don José Alpuche Infante, cura de Cunduacán, Tabasco, entonces con categoría de senador federal y ayudado por el embajador norteamericano, Joel Poinsett, organizó la primera logia del rito, York (1) la cual favorecía una república de tipo estadounidense.Los del rito, Escocés que favorecían un gobierno, centralizado, se oponían a los del rito, York, y después de una breve lucha, tanto con palabras como con armas, los del rito, York ganaron y prácticamente controlaron el gobierno durante algunos años posteriores. Más tarde, el rito, York fue reemplazado, por el rito, Nacional Mexicano.En 1833 el general Antonio, López de Santa Anna fue electo presidente y dominó la política del país durante los siguientes veintidós años. La situación económica iba de mal en peor. Durante el mismo período, la iglesia católica recobró su poder de antes y se hizo, cada día más: rica. Se calcula, que en 1855, cuando, Santa Anna dejó la presidencia, la iglesia era dueña de la mitad de las propiedades de toda la ciudad de México y de gran parte de las mejores tierras del país.

Preguntas de reflexión

1. Actualmente, ¿Cuál es el papel de la Iglesia Presbiteriana, de la Iglesia Católica y los Masones en la sociedad tabasqueña?

2. ¿Cuál es el poder económico que tiene cada uno de estos grupos?

3. ¿Qué postura tienen acerca de la evangelización? ¿y de la educación?

LOS LIBERALES TOMAN EL PODER

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El partido liberal volvió al poder en 1855. Todos los miembros del nuevo gabinete eran masones. El secretario, de Hacienda, Lic. Benito, Juárez García, introdujo, una Nueva ley que puso fin a los fueros del clero. Esto hizo que estallara una lucha tremenda. Guillermo, Prieto, orador por excelencia del Partido Liberal, dijo entre otras cosas lo siguiente en la Cámara de Diputados, el 30 de Julio, de 1856.

"¿El Partido Liberal perseguidor del cristianismo? ¿Creéis vosotros que el partido, liberal no se da cuenta que el espíritu del cristianismo trajo la libertad al mundo? ¿El Partido de la fraternidad negándose u oponiéndose a la religión que dice "Todos son hermanos" y "Amaos los unos a los otros"? Esto sería más que una locura. Leed los evangelios, las predicaciones de los apóstoles o de los santos y mostradme en dónde se enseña la intolerancia."

Nos dicen que la gente no quiere tolerancia. ¿Por qué no quieren la tolerancia? Porque con la tolerancia no habría un prelado rico durmiéndose mientras el mendigo llora a su puerta. Porque no, habría un cura insultando, con su lujo, a su parroquiano, miserable. . . "(2)

BENITO JUÁREZ GARCÍA

Don Benito, Juárez García llegó a la presidencia en 1857. En seguida proclamó una nueva constitución, la cual garantizaba la libertad de culto e imponía controles más severos sobre la Iglesia Católica. Los conservadores se opusieron. El papa Pío IX declaró nulas y sin efecto todas las nuevas leyes en contra de la iglesia. (3) Instigado, por el papa y algunos conservadores mexicanos, Napoleón III mandó sus

tropas a invadir el país y nombró al Archiduque Maximiliano de Austria como "Emperador de los mexicanos". Para convencer a Maximiliano de que los mexicanos efectivamente deseaban recibirlo, el ejército francés organizó una "elección" entre el pueblo mexicano.

Pocos meses después, el 27 de febrero de 1864, la gente del Estado de Tabasco hizo otra clase de "elección". El Coronel Gregario Méndez, con un pequeño ejército de campesinos descalzos, echó fuera del estado al ejército francés, compuesto de mercenarios de varios países, dirigidos por un español. Méndez, también liberal y masón, se convirtió en héroe del estado. Años después, el mismo coronel Méndez proporcionó la llave (una carta de recomendación) que abrió las puertas de Tabasco para el evangelio. También donó el terreno para el templo presbiteriano de la Villa de Comalcalco.

Expulsados por los franceses, el mismo presidente Juárez dijo en una ocasión que le gustaría que vinieran misioneros protestantes a México porque enseñarían a los indígenas a leer en lugar de hacerles gastar su dinero en velas. (4) En otra ocasión dijo: "Del desarrollo del protestantismo depende la futura felicidad de nuestro país". (5)

Preguntas de reflexión

1. ¿Qué piensan los políticos (Centro, Izquierda y Derecha) de la Cristiandad?

2. En nuestros días, ¿Qué Presidente de la república ha afirmado que de los protestantes “depende la futura felicidad de nuestro país”?

3. ¿Dónde ponen a Dios nuestros gobernantes?

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ALBORES DE LA OBRA EVANGÉLICA EN MÉXICO

El señor James Thompson de la Sociedad Bíblica Británica vendió centenares de Biblias en el centro de la República entre 1827 y 1830. Cuando los soldados norteamericanos invadieron el país en 1847, los acompañó un representante de la Sociedad Bíblica Americana que distribuyó muchas Biblias. Veinte años después, los soldados de Napoleón III dejaron también algunas Biblias. Pequeños grupos de mexicanos comenzaron a reunirse para estudiar la Biblia. En la ciudad de México un grupo era dirigido por un pariente de Juárez; otro por un ex-sacerdote. Algunos de estos grupos se unieron para formar la 'lglesia Nacional", también llamada la "Iglesia de Jesús".

El doctor Julio Prevost, cónsul de los Estados Unidos en Zacatecas entre 1846 y 1867, habló a muchos de su fe evangélica. Finalmente compró un templo católico abandonado y celebró cultos públicos en él. El irlandés, James Hickey, y el traductor de himnos Tomás Martín Westrup, predicaron y distribuyeron las Sagradas Escrituras en el norte del país después de 1856.En 1852, la señorita Melinda Rankin estableció una escuela para niños mexicanos en Brownsville, Texas. Después de la Reforma de Juárez, ella trabajó por temporadas en Monterrey. Cuando su salud la obligó a regresar a su país, dejó catorce congregaciones organizadas, las cuales más tarde se incorporaron a la Iglesia Presbiteriana.

A solicitud del doctor Prevost y la señorita Melinda Rankin, los primeros misioneros de la Iglesia Presbiteriana de1 norte de los Estados Unidos llegaron a México en 1872. Al principio dos familias se estab1ecieron en el norte del país y dos familias y una

señorita en la ciudad de México. Pronto, comenzaron a llegar misioneros de otras denominaciones que incluían a Presbiterianos del Sur, Metodistas, Bautistas Sureños, Congregacionales, Amigos (Cuáqueros) y la Iglesia Presbiteriana Asociada Reformada. .Los primeros misioneros hicieron milagros a pesar de la Oposición. No había carreteras, ni ferrocarriles. Viajaban a caballo a través de desiertos y montañas, infestadas, de bandidos. En 1878; tan sólo seis años después de la llegada de los primeros misioneros, once mexicanos fueron ordenados al santo ministerio en la Iglesia Presbiteriana. Entre los once se encontraba el reverendo Procopio Camilo Díaz.

PROCOPIO C. DÍAZDíaz era liberal y seguidor de Juárez. Peleó en contra de la invasión francesa Y llegó a tener el grado de comandante. Después estuvo trabajando en su-imprenta en Acapulco y allí dos amigos le hablaron de la Biblia. Aceptó el evangelio y muy pronto se ganó a otros y organizó una pequeña congregación.El misionero M.N. Hutchinson tuvo noticias de la conversión de Díaz e hizo un viaje especial desde la ciudad de México para bautizarlo. Al año siguiente unos fanáticos atacaron e hirieron a Díaz y destruyeron los muebles de la capilla. Lo habrían matado a machetazos si no se hubiera interpuesto su esposa con una silla en la mano.En 1875 el señor Díaz fue nombrado senador, pero después de algunos meses dejó la política para estudiar el curso de Teología en la casa del misionero Hutchinson en México. Terminó sus estudios y fue ordenado en 1878. Dos años después, Díaz acompañó a un colportor (vendedor ambulante de libros que usualmente también es predicador y evangelista) en viaje misionero hasta la Villa de San Juan Bautista, (hoy Villahermosa) capital del entonces aislado y atrasado

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estado de Tabasco. Fueron mal recibidos. El colportor murió de fiebre y Díaz regresó a México. (6)Preguntas de reflexión

1. ¿De qué manera llega la Biblia a las casas?2. ¿Qué papel juegan nuestras casas en la expansión

del evangelio?3. ¿Consideran que nuevamente tienen que venir

misioneros del extranjero para predicar el evangelio?

4. ¿Qué piensan sobre la postura de algunos Ministros y Oficiales de ser seguidores abiertamente de algún personaje o partido político de nuestros días?

5. ¿Qué se requiere hacer para que los políticos mexicanos sigan a Cristo?

EL EVANGELIO SE ESTABLECE EN TABASCO

A fines de 1881 otro colportor, Manuel Escajadillo, llegó a San Juan Bautista (ahora Villahermosa) con cartas de recomendación del patriota coronel Gregorio Méndez. Fue bien recibido pero se le negó permiso para predicar. Don Santiago Lázaro, siguiendo las sugerencias de su amigo, don Tiburcio D. Vázquez, lo invitó a Comalcalco donde Escajadillo predicó durante seis meses en la casa del señor Lázaro.

En 1882 dos nuevos colportores visitaron Comalca1co y encontraron un buen número de simpatizadores. Como no había salón adecuado para celebrar reuniones, la pequeña congregación se cambio a la finca de Agustín Lutzow, protestante emigrado de Polonia. En el vecino pueblecito de Paraíso se acababa de organizar la Logia Masónica Itzcóatl, donde tanto Lutzow como Pedro Méndez eran miembros. Ambos extendieron una invitación formal a todos los miem-bros de la logia para que asistieran a los servicios del

domingo en la finca; y en esa forma se convirtieron varios miembros de la logia.

Los nuevos creyentes y simpatizadores se congregaban en la finca todos los domingos y después del servicio el señor Lutzow les proporcionaba una buena comida. La congregación creció rápidamente. Los que vivían cerca de Paraíso compraron una casa en el centro de este pueblo y organizaron otra congregación. Lutzow dirigía a ambos grupos.

LLEGAN LOS MINISTROS

A fines de 1883 llegaron a Tabasco los ministros presbiterianos Mariano Olivera y José. Nevárez. Nevárez no pudo soportar el calor y los terribles mosquitos y pronto regresó a la capital. Olivera atendía a un conjunto de seis congregaciones entre Comalcalco y Paraíso. Seis meses después llegaron otros dos ministros, Eligio N. Granados y Salomón Díaz, hijo de Procopio C. Díaz. Ambos se casaron con tabasqueñas. Granados dedicó el resto de sus días a su estado adoptivo y Díaz hizo lo mismo desde 1905 hasta su muerte. Acostumbrados al fanatismo de otras partes del país, los jóvenes ministros pensaban que estaban experimentando otra vez los “tiempos apostólicos" Años después Granados escribió en sus memorias lo siguiente:“El protestantismo despertó a todos de su sueño. El entusiasmo con el cual las nuevas ideas fueron abrazadas nos parecía convertir a todos los habitantes del estado".

Las mejores familias de San Juan Bautista asistieron a las primeras reuniones. Varias personas hicieron decisión pública de su fe en Cristo, pero, a pesar del entusiasmo, solamente quedaron unos cuantos fieles.

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Para entonces, probablemente no pasaban de 6OO 1as personas que se relacionaban con el movimiento evangélico.

Cuando comenzó el movimiento evangélico en Tabasco, sólo había unos tres o cuatro sacerdotes católicos; no existía una sola escuela católica en todo el estado y apenas si había otra escuela oficial fuera de la ciudad capital. Los jóvenes y entusiastas ministros presbiterianos pronto establecieron escuelas primarias evangélicas en Comalcalco, Paraíso y San Juan Bautista; y pocos años después en las poblaciones de Cárdenas, Frontera y Jalapa. Se dedicó un nuevo templo de mampostería en Comalcalco en l888, construido en el terreno donado por el coronel Gregorio Méndez Magaña.Procopio C. Díaz regresó a Tabasco en l885para organizar la iglesia de San Juan Bautista. En viajes sucesivos trabajó y estableció congregaciones en Frontera, Cárdenas, Jalapa y cuando menos en dos lugares rurales. Dos de sus hijos trabajaron como ministros en Tabasco, Leopoldo hasta 1896 y Salomón de 1905 hasta su muerte en 1930.

El misionero J. Milton Greene visitó Tabasco y quedó muy impresionado al ver la labor realizada. Comenzaron entonces a llegar nuevos ministros, todos, pagados por la misión Presbiteriana del Norte. Algunos sólo permanecieron pocos meses; otros hasta cinco años o más, pero en ningún año hubo más de cinco ministros trabajando en Tabasco de 1885 a 1895; de 1896 a 1923 el máximo fue tres.

OPOSICIÓN CATÓLICA

La Iglesia Cató1ica pronto se dio cuenta de los aconte-cimientos en Tabasco y comenzó a reforzar el pequeño número de curas. La actitud de los curas en cuanto a los evangélicos variaba mucho, según las memorias del reverendo Granados:

El señor Hernández de Nacajuca, seguía el movimiento evangélico sin inquietarse, tolerante, amigable y dedicado a su iglesia, su mujer y sus hijos. El ilustrado Pbro. Don Manuel Gil y Sáenz, historiador tabasqueño, miraba estos progresos tranquilamente, casi simpatizaba con ellos, y aun se expresó en términos laudables, diciendo que el "protestantismo era la religión verdadera." Deseaba y casi tenía la seguridad de ser Obispo de Tabasco y bien lo merecía por su vasta instrucción y virtudes, pero Roma conocía sus ideas liberales y lo dejó morir casi olvidado. Sólo el cura fanático, señor Sabina, abandonando sus hijos, dio la voz de alarma y nos persiguió con fanatismo furioso, pero sin éxito.

Entonces llegó el primer obispo, señor Torres, que no hizo nada bueno. El señor Amézquita era muy inteligente, con quien medimos nuestras armas por medio de la prensa; el señor Campos, sin significación y el muy cristiano señor Castellanos, quien sólo dejó entre los evangélicos buenos recuerdos. Hubo entonces un cura en cada municipio, y también fundaron escuelas particulares y edificaron templos, como el de Paraíso.

El cura de Paraíso, Don Gilberto Fernández, acostumbraba llevar sobre el pecho un enorme crucifijo, y al cinto una pistola, y decía a los suyos: "Éste, el Cristo es para los míos; ésta, la pistola, es para esos abominables herejes."

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En una larga discusión que tuvo con el señor P. Morales, entre otras inconveniencias dijo: "Si yo pudiera, los quemaría a todos ustedes en la plaza pública de ComaIcaIco, sin compadecerme de las lágrimas de sus mujeres o de sus hijos; lo haría con toda solemnidad apostólica". Este modelo de apóstol sedujo y se llevo a la más simpática señorita de Paraíso, disfrazándola de hombre. Entre 1885 y 1888 hubo persecución directa. Algunas capillas fueron destruidas, órganos y Biblias quemadas en las plazas y cuando menos un creyente pagó por su fe con su vida. Una maestra evangélica, recién llegada de la ciudad de México, fue envenenada. Sobrevivió y regresó a, continuar su labor educativa en Paraíso hasta un año después de su matrimonio.

El reverendo Granados escribió el relato de una experiencia propia que tuvo en ComaIcaIco durante los años de persecución:En esos días llegó a la villa el cura Don José Sabino Vega, de muy perversos antecedentes, y empezó su la-bor de encono contra los evangélicos. Sugestionó a los señores Rosalino Collado y Salomé Zapata para que mataran al ministro. Estos le ofrecieron hacerlo fiel-mente y, al efecto, se pusieron de acuerdo para que cuando el ministro cerrase los ojos orando, le arrojarían ladrillazos. Se pusieron en la puerta del templo espe-rando la ocasión deseada, la cual llegó. El pastor oraba sin sospechar el peligro que corría. Zapata le decía a su compañero: "Ahora, ahora, "pero Collado, atento a la oración, le decía, "Espera, todavía no". Terminó la plegaria sin haber cumplido el criminal compromiso que tenían con el cura. El cura reclamó y los llamó cobardes. Dieron excusas y ofrecieron hacerla sin falta la próxima vez. "¿Por qué no te resolviste?" decía Zapata a Collado. "Porque esperaba yo que en su oración aquel hereje dijera algo malo contra Dios, pero

todo lo que dijo era bueno". Resultado: el crimen no se efectuó porque Collado se convirtió desde entonces a Cristo. Vive aún (1922) muy anciano y siempre feliz.

En algunos pueblos como Cunduacán y Jalpa de Méndez, fue tanta la oposición que todos los esfuerzos por establecer una iglesia resultaron vanos. Sin embargo, la primera década de la obra evangélica en Tabasco fue de entusiasmo y optimismo. Volviendo una vez más a las memorias de Granados, encontramos:

“La opinión general y de las personas inteligentes estaba en favor de las nuevas ideas; nuestra actitud era triunfal en toda la línea y la atmósfera estaba llena del nuevo pensamiento cristiano". (6)

NOTAS CAPITULO I

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1 Wilfrid Hardy Callacott, Church and State in México (Duham, Duke University Press, 1926). p.56.

2 Arturo M. EIías, Consul General de México en los EE.UU., The Mexicari People and the Church (publi-cación privada, Nueva York, cerca 1926), p. 24

3 Ibid., p.12

4 Henry Bamford Parks, A. History of México (Boston, Houghton Mifflin, 1983),p.279

5 William A. Ross, Sunrise in Aztec Land (Richmond, Presbyterian Committee of Publications, 1922), p. 45

6 Eligio Granados, "Establecimiento del Presbiterianismo en Tabasco": (memorias no publicadas).

CAPITULO 1ITABASCO Y SU GENTE

En el idioma indígena, Tabasco significa "Tierra Húmeda", nombre muy apropiado. El estado consiste de una llanura tropical costera intercalada entre la serranía de Chiapas y el Golfo de Campeche. Gran parte del estado está cubierta por una ciénaga donde abundan los lagartos, las víboras y los insectos.

La mayor parte de México sufre por falta de agua. Tabasco sufre por su abundancia. Algunas partes del estado reciben más de tres metros de lluvia anualmente. Los ríos Grijalva y Usumacinta, que atraviesan Tabasco, descargan en el Golfo de México la mayor parte del agua que cae sobre la sierra de Chiapas y Guatemala.

PREHISTORIA

La cultura Olmeca floreció mucho antes de Cristo e influyó sobre la de los Mayas que más tarde llegaron a poblar la misma zona. Nadie sabe cuándo ni cómo fueron trasladadas las gigantescas cabezas de piedra hasta su morada isleña de "La Venta" en el occidente de Tabasco. (Ver portada)

CORTÉS Y LA CONQUISTA

El capitán Juan de Grijalva fue el primer europeo que contempló la costa de Tabasco, en 1518. Un año después Hernán Cortés se detuvo algunos días allí cuando se dirigía al centro de México con la intención de conquistar el Imperio Azteca. Cortés venció en

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batalla a los indígenas de la zona, quienes le obsequiaron oro y mujeres, entre ellas a Doña Marina ("La Malinche"), que llegó a ser su consejera, intérprete y amante.

Cinco años después, Cortés volvió a pasar por Tabasco rumbo a Honduras, en un penoso viaje que le costó a su ejército largos meses para atravesar aquellos pantanos. (1)

Antes de la Conquista hubo colonias aztecas en el occidente de Tabasco y hasta la fecha hay dos pequeños grupos descendientes de los aztecas. Pero la mayoría de la gente es de origen maya. Palenque, joya de la arquitectura maya, está situada a pocos kilómetros de los límites de Tabasco, en el estado de Chiapas, y las ruinas de la zona arqueológica representan una de las zonas mayas más importantes.

Si la crónica de Bernal Díaz del Castillo es fidedigna, la población de Tabasco era numerosa cuando llegaron los españoles. (2) Otro historiador, sin embargo, calcula que antes de la conquista había solamente unos 30,000 habitantes. (3)

Tabasco disfrutó de poca importancia bajo el dominio español. Por un tiempo perteneció a Guatemala, más tarde a Yucatán. La viruela y otras enfermedades diezmaron a la población. Un historiador dice que sesenta años después de la Conquista sólo quedaban 3,000 indígenas en todo Tabasco.

Los filibusteros hacían incursiones por la costa. Algunos poblados indígenas se trasladaron tierra adentro para salvarse de ellos. Los indígenas cerraron el río Mezcalapa con una presa de piedras para evitar que los filibusteros lo usaran. Los bordes del "Río Seco"

resultantes forman ahora la zona agrícola más rica del estado. Los colonos españoles establecieron unos cuantos poblados en la ribera de los ríos más importantes, pero en la mayor parte de la región los indígenas siguieron viviendo y cultivando la tierra igual que antes de la colonia. Nunca se construyeron en Tabasco grandes templos católicos como en otras partes de México. (4)

DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA

Después de la independencia algunas haciendas flore-cieron en Tabasco. Ciertas compañías extranjeras y algunos inmigrantes europeos y norteamericanos trataron de explotar las riquezas de la zona. Todos fracasaron o vieron destruidos sus esfuerzos por la Revolución. Aunque antes de 1910 hubo esclavitud en ciertas haciendas, Tabasco jamás ha conocido la pobreza y esclavitud en gran escala como la que hubo en Yucatán y en otras partes de México.

LA POBLACIÓN ACTUAL

La población actual de Tabasco pasa del millón. (1980, 1'062,521) Se ha duplicado durante los últimos vein-ticinco años. Los tabasqueños en su mayoría han abandonado el uso del idioma maya ("chontal"), pero aún muchas familias siguen viviendo en casas de tipo maya y cultivando la tierra como en tiempos pasados.

TABASCO RURAL

La mayoría de los tabasqueños prefieren vivir en su propia parcela, en típicas viviendas rurales que están regadas cada trescientos o cuatrocientos metros. En esto Tabasco se distingue de Yucatán, por ejemplo, en

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donde la gran mayoría de los campesinos prefieren vivir en el poblado y caminar hasta dos horas o más para llegar a sus campos de trabajo.

La familia es la unidad básica de la sociedad. Los jóvenes se casan con muchachas de la misma ranchería o de la más cercana, Los recién casados suelen vivir con los padres del novio. Generalmente la parcela familiar se divide entre los hijos y si la familia es numerosa y la parcela pequeña, algunos hijos han de buscar tierras en las nuevas colonias en la selva. Otros salen a probar su suerte en la ciudad o en los campos petroleros. En todas las rancherías las familias están ligadas por una red de parentesco y compadrazgo.

TABASCO URBANO

En 193O solamente un tabasqueño de cada seis vivía en pueblos de más de 2,500 habitantes. La migración hacia la ciudad ha sido lenta en comparación con otras partes de laAmérica Latina, pero ahora que se acaban las tierras vírgenes, dicha migración se acelera. Sin embargo, Tabasco continúa siendo una sociedad predominantemente rural.

Hay dos clases de pueblos en Tabasco: los de tipo conservador y estático y los de tipo liberal y progresista. Los primeros han cambiado poco, excepto por las nuevas escuelas y clínicas construidas por el gobierno. Los pueblos y ciudades progresistas se han transformado con asombrosa rapidez.

CAMPOS PETROLEROS

Cincuenta kilómetros al oriente de Villahermosa queda Ciudad Pemex, orgullo petrolero de la nación. Su refinería multicolor, sus modernos edificios y su aeropuerto futurista contrastan con las pantanosas lagunas que la rodean. En otras islas entre los pantanos hay campos adicionales de perforación.

Cada campo petrolero tiene un barrio elegante y bien cercado para ingenieros y administradores de la empresa. Fuera del alambrado quedan las chozas de 1os trabajadores, una mezcla heterogénea de gente de todas partes del país; mujeres desamparadas, hombres que han abandonado a su familia, vendedores, prostitutas y también familias honorables. Todos han cortado sus lazos con la comunidad natal. Los pueblos petroleros constituyen la escena más antiestética y desorganizada del horizonte tabasqueño.

PROGRESO ACTUAL

En Tabasco los ricos no son tan ostentosos, ni los pobres tan miserables como en el centro de la República. En las últimas décadas el gobierno estatal ha construido numerosas carreteras, escuelas, parques, fuentes y viviendas modernas. Los tabasqueños que vivían en otras partes del país están regresando a su "patria chica".

Las carreteras, más que cualquier otro factor, han provocado los cambios. Durante siglos 1os ríos y arroyos habían sido los únicos medios de comunicación, y todavía hay unas pocas canoas que viajan por los principales ríos de Tabasco: y tos llamados "cayucos" que abundan en todos los arroyos. No obstante, los viajeros de la actualidad prefieren el automóvil o autobús. Antes de 1956 era imposible entrar al estado en automóvil, pero en la actualidad

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hay una red de caminos y puentes que ligan a todos los pueblos y rancherías del Estado con el resto del país.

Las nuevas casas particulares suelen ser copias exactas de las de la ciudad de México, aunque el clima es totalmente distinto. Los edificios públicos y los nuevos parques muestran los más adelantados estilos contemporáneos.

RELIGIÓNEspiritismo

Un siglo después de la Conquista un obispo católico se horrorizó al visitar Tabasco y encontrar a gran parte de la población entregada al espiritismo y la brujería. Todavía abundan estos fenómenos en la actualidad y hacen difícil el distinguir entre la medicina, la magia y la comunión con espíritus malignos. Aunque hay suficientes médicos titulados en las ciudades, abundan también los "hierbateros" y los espiritistas, tanto en la ciudad como en las rancherías. Estos generalmente cobran más que el médico, pero prestan mayor atención personal al paciente. Comprenden mejor su psicología, y muchas veces logran curarlo.

Católicos

Más del 70% de la población de Tabasco pertenece a la religión católico-romana, pero sólo una minoría toma en serio su religión. Tabasco, al igual que casi toda la América Latina, tiene dos clases de católicos: los bien doctrinados fieles de las clases preparadas y los mucho más numerosos "pagano-cristianos" que practican una religión sincretista que es una mezcla de las creencias indígenas y el catolicismo.

Los intrépidos misioneros españoles que tanto se distinguieron en otras partes del país, nunca establecieron una misión en Tabasco y por tanto el catolicismo jamás ha sido tan fuerte allí como en otras partes de México. Cuando llegaron los primeros ministros evangélicos había sólo tres o cuatro sacerdotes en todo el estado. En 1885 se organizó la Diócesis de Tabasco para combatir la invasión evangélica pero después de 1910 las actividades de la iglesia fueron restringidas por la Revolución y la persecución religiosa. Entre 1925 y 1935 no hubo un solo cura en todo Tabasco.

Actualmente trabajan en Tabasco unos sesenta sacerdotes. Se están construyendo templos grandes en los principales poblados y aunque están prohibidos por la Constitución, las procesiones religiosas han comenzado a constituirse en cosa común y corriente.

La iglesia católica tradicionalmente ha concentrado su atención en los pueblos y antiguamente los curas sólo iban a las rancherías para estar presentes en la fiesta anual del santo. La Biblia era un libro desconocido y prohibido. (5) Los campesinos llevaban a sus niños al pueblo a que se les bautizara, pero si el viaje era largo y no había cura disponible, llevaban al niño al río para "echarle agua".

Los campesinos católicos de la actualidad varían mucho en su devoción. Algunos que viven cerca de los poblados son muy fieles, pero otros nada de malo le ven al hecho de recurrir a un espiritista o brujo. Cuando se presenta un enfermo, los "rezadores" escogen una oración de acuerdo con el mal que padece y la rezan sobre el enfermo, imitando el tono del sacerdote. Lo mismo hacen en los velorios, novenarios y celebraciones de "cabo del año" a favor

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de los muertos. Cada comunidad tiene sus propias variantes, algunas menos ortodoxas que las otras, y todos conservan todavía mucho de los antiguos mayas, pues con pocas excepciones la religión del tabasqueños rural típico es más pagana que católica-romana.

Los católicos de las ciudades parecen conocer mejor las doctrinas de la Iglesia, pero se interesan en ellas menos que los campesinos. Los hombres de la ciudad se distinguen por su falta de interés en cuestiones de religión, aunque casi todos afirman creer en Dios. Sólo asisten a la Iglesia cuando hay una boda o bautizo. Jamás irían a confesarse y se burlan de los curas y del fanatismo de los campesinos. Por supuesto que hay excepciones.

Las mujeres son un poco más religiosas, pero no tanto como en otras partes de México. De los 7,164 tabasqueños que declararon no tener religión alguna, según el censo de 1960, casi la mitad eran mujeres.

La competencia evangélica ha dado impulso al catolicismo en muchos lugares. Algunos sacerdotes y monjas ahora salen de las ciudades para visitar las zonas rurales. En 1960 no había una sola capilla católica en los 125 Km. de carretera que están al poniente de Villahermosa, aunque en el mismo tramo había seis o más capillas evangélicas. Cinco años después había cinco nuevas capillas católicas. Eran sencillas y rústicas, co el techo de palma, piso de tierra y paredes de tabla o caña, construidas y pagadas por los residentes de la localidad. Esta es apenas una muestra visible del notable cambio de actitud que hay en la Iglesia católica. Evangélicos

El Estado de Tabasco posiblemente tenga un mayor porcentaje de evangélicos que cualquier otra zona de la República Mexicana. Según el censo de 1960, había 33,228 evangélicos en Tabasco cifra que correspondía a más del 6% de la población total. El censo de 1980 publica una cifra de 179,792 evangélicos, que constituyen el 12.3% de la población total del estado que para esa fecha ascendía a 1'062,861.

Durante más de medio siglo, los presbiterianos tuvieron "campo libre" para evangelizar, pero en 1930 entró al estado la iglesia Adventista del Séptimo Día y una década después comenzaron a llegar otras denominaciones, en su mayoría de doctrinas pentecostales. Los presbiterianos todavía son los más numerosos y de ellos nos ocuparemos en este libro.

NOTAS CAPITULO II

1 WilIiam H. Prescott, Hístory of de the Conquest of Mexíco (1843) (Philadelphia, J.B. Lippincott, 1873), Vol III Libro VI.

2 Bernal Díaz del Castillo, Historia Verdadera de la Con-quista de la Nueva España, Versión en inglés (New York, Grove Press 1956), p. 47.

3 Manuel Mestre Gigliazza, Síntesis Histórica, apéndice de Pbro. Manuel Gil y Sáenz, Historia de Tabasco, tercera edición (primera edición 1872), publicado por el gobierno del estado de Tabasco, Dirección de Difusión Cultural, 1957.

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4 Salvador Angulo Navarro, destacado sacerdote en Tabasco, en una entrevista personal, el 18 de diciembre de 1965 dijo que la "catedral" del siglo dieciséis en Villahermosa que destruyó el Gobernador Garrido no era más que una capilla de tamaño regular.

5 En una entrevista en 1965, el Sr, Nazario Juárez me contó cómo, cerca del año 1900, el Obispo de Tabasco le quitó de sus manos a la fuerza un Nuevo Testamento.

RETIRADA Y PESIMISMO1890 - 1923

Al finalizar la primera década de obra evangélica en Tabasco, tal parece que el optimismo de los jóvenes ministros había decaído. En los archivos del Presbiterio del Golfo de México se guarda la porción de una carta

sin firma, escrita desde San Juan Bautista en 1892. La redacción es elegantísima y, casi sin duda, su autor fue el reverendo Leopoldo M. Díaz, quien escribió que en todo Tabasco había sólo cinco centros de trabajo y otros tantos lugares adicionales en donde de vez en cuando se reunía la gente.

"En Tabasco se han invertido gruesas sumas de dinero en maestros y ministros y demás; sin embargo, nos duele el corazón al manifestar que no llenan nuestros deseos los resultados obtenidos... la escuela dominical de San Juan Bautista, a pesar de estar luchando más de un año, nos ha respondido mal. No es posible, casi celebrar reuniones con regularidad, sino sólo de vez en cuando".

MINISTROS NOSTÁLGICOS

La misma carta menciona que muchas personas creían que el evangelio estaba fracasando en México de "pura nostalgia por su país natal" (los Estados Unidos). El autor de la carta no pensaba así, sino afirmaba“...La falta está en los mismos ministros, que no deben descansar sobre sus laureles, ni buscar el remedio en lo humano. Se nos ha figurado haber dado ya fin a la obra".

A principios de 1894 los misioneros Carlos Millar y William Wallace visitaron las congregaciones de Tabasco. En la mayoría de ellas encontraron que la gente estaba todavía ansiosa de escuchar el evangelio, pero que los ministros estaban desalentados. Aunque tal vez no fuera cierto que el evangelio tuviera "nostalgia" por los Estados Unidos, la mayoría de los pastores si tenían nostalgia por la ciudad de México. En una carta dirigida a sus jefes en Nueva York, el

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misionero Millar describió lo que había visto en Tabasco:

Frontera... pueblo de tres o cuatro mil habitantes, mucha enfermedad... pastor, Leopoldo M. Díaz... Su esposa vivía en la ciudad de México... templo en muy malas condiciones...no se puede celebrar la escuela dominical.

San Juan Bautista... pastor Procopio C. Díaz... La esposa vive en la ciudad de México....recibe su salario de la misión... situación un poco mejor que en Frontera, pero la gente mostró muy poco interés. Cárdenas... el Rev. Hurtado, enfermo, pide permiso para regresar a México... No hay iglesia organizada, pero todo el pueblo se opone al catolicismo y se muestra amistoso con los evangélicos. Solicitan un maestro de escuela.

Jalapa... Sólo una familia creyente...muchos amigos...unos 20 asistieron a los servicios... no hay pastor disponible para mandar allá.

Paraíso... no tiene pastor... mayormente campesinos... algunos caminaron hasta cuatro kilómetros de noche para asistir... Han reunido dos mil dólares para con-struir un templo... con un pastor podría ser una con-gregación excelente.

Comalcalco... El Rev. Granados está haciendo un buen trabajo... cuarenta en la escuela dominical… Escuela primaria con 25 muchachos. Arroyo Hondo... unido con Cárdenas... cultos celebrados en casa particular... asistencia de 40 a 45... prestaron buena atención. La iglesia está organizada, es decir, los miembros están bautizados y están en plena comunión. No hay ancianos ni diáconos. En verdad creo que en todo

Tabasco nunca hemos tenido ancianos o diáconos en ninguna de nuestras iglesias;(l) ( sic.)

El Sr. Millar había llegado a México en 1883, y este era el primer viaje a Tabasco para él y para su compañero. Él estaba equivocado. Ocho años antes se había ordenado ancianos gobernantes para la iglesia de San Juan Bautista, y en 1892 uno de ellos representó esa iglesia como miembro del presbiterio de la Ciudad de México.

En 1891 el Rev. Procopio C. Díaz mandó un acta firmada por los ancianos y diáconos de la congregación de Arroyo Hondo Sin embargo, no cabe duda que la responsabilidad y esperanza de crecimiento futuro estaba en manos de unos pocos ministros enviados desde el centro del país.

El Rev. Miguel Z. Garza comenzó su ministerio en Paraíso en 1893. Más tarde el Rev. Lisandro R. Cámara cita parte de una carta escrita por el Rev. Garza al comenzar su obra allá.

“Habiendo llegado pensativo y desalentado a este mi nuevo campo, donde creí encontrar la indiferencia y la frialdad religiosa, tan extendida en estos días de apatía para todo lo santo, justo y bueno. Cuál no sería pues, mi sorpresa y la impresión tan agradable que recibí al ver que, tanto aquí como en la congregación vecina (Comalcalco), el Evangelio se conserva con entusiasmo y se propaga con rapidez vertiginosa".

El presbiterio de la Ciudad de México, en su reunión en Jalapa, Veracruz en 1895, envió una petición al Sínodo de Pensilvania (del que formaba parte) suplicándole en ella que dividiera el presbiterio de la ciudad de México

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y formara con los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche y Yucatán un nuevo presbiterio denominado "Presbiterio del Golfo de México". En octubre del mismo año, el Sínodo de Pensilvania acordó acceder a la petición mencionada. Y en la Villa de Comalcalco el día 4 de Junio de 1896 se organizó el nuevo presbiterio. En esta misma reunión se ordenó al santo ministerio el Rev. Lisandro R. Cámara, quien se agregó a las filas de ministros en Tabasco."

RECEPTIVIDAD AL EVANGELIO

Aunque la obra evangélica en el sureste de México co-menzó en Tabasco, la primera iglesia en Mérida se organizó en 1886, y el primer culto evangélico se celebró en Campeche en 1901. La primera reunión del Presbiterio fuera del estado de Tabasco se celebró en Mérida en 1902. Desde entonces hasta la Revolución se turnaron, celebrando una reunión en Tabasco, luego otra en la península de Yucatán. De 1902 a 1923 seis reuniones se celebraron en Tabasco, seis en Yucatán y cuatro en el estado de Campeche. Poco a poco la atención de la misión cambió de Tabasco a la península yucateca, y entre 1896 y 1898 había sólo tres pastores enTabasco, luego dos hasta 1903 y solamente uno desde entonces hasta 1905. Eran hombres bien preparados, pero tenían frente a sí una tarea muy grande.

Por lo anteriormente dicho, tal parece que el crecimiento de la obra se estaba estancando, ya que para 1885 la población evangélica no pasaba de unos 600 miembros plenos y otro regular de adherentes. Sin embargo, las estadísticas nacionales y datos recabados en la revista El Faro durante ese periodo nos indican que para 1895 la población protestante había aumentado al número de 1331, y para 1900 a 2553.

Las mismas estadísticas y demás documentos revelan que entre 1910 y 1921 hubo una baja considerable en el número de miembros y adherentes, lo que posiblemente obedeció a la situación política.

EL REVERENDO ELIGIO GRANADOS

Eligio N. Granados fue, sin duda, la figura sobresaliente de los primeros cincuenta años de la obra evangélica en Tabasco. Nació el 10 de diciembre de 1859 en la ciudad de México D. F. y se convirtió al evangelio juntamente con sus padres cuando vivían en el estado de Guerrero.La persecución los hizo regresar a la capital del país y allí el joven Eligio asistió al Seminario Presbiteriano. Después de graduarse fue ordenado y se le envió por cuenta de la misión a Tabasco en 1884. Por dondequiera que iba, el pastor Granados se ganaba la amistad de todos y hasta los niños lo seguían por las calles. La gente siempre frecuentaba su casa para pedirle consejos; los bolsillos de su saco siempre estaban llenos de folletos y medicinas. (2)

En el seminario, Granados había estudiado bajo la dirección del doctor J. Milton Greene y otros hombres de semejante preparación y dignidad. Trató de seguir el ejemplo de sus maestros por el resto de su vida, aun cuando su estado adoptivo figurara entre los más atrasados del país. Granados escribía con regularidad artículos para varias revistas evangélicas, generalmente de naturaleza apologética. Por ejemplo en un artículo de la revista El Faro en 1919, trataba del origen de las celebraciones de Año Nuevo y citaba textos tanto del inglés como del latín. Granados era masón activo y amigo de algunos políticos y en una

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ocasión fue secretario interino del Gobernador del estado.

Don Eligio, como lo llamaba la gente cariñosamente, poseía una cultura e inteligencia al par de los misioneros, con la ventaja de que el castellano era su lengua materna. Se identificó con la gente de Tabasco, casándose con una mujer nativa del estado y sirviendo fielmente a la Iglesia durante casi cuarenta años.

EL REVERENDO JOSÉ COFFIN

José Coffin nació cerca de Comalcalco en 1881, el mismo año que se predicó por primera vez el evangelio en esa zona. Su padre, Joe Coffin, había, llegado de Kentucky, EE.UU. juntamente con Johnny Greene y tres ex-soldados de la Confederación sureña que trató de separarse de la Unión Norteamericana, provocando así la Guerra Civil. Estos norteamericanos prefirieron el exilio antes que vivir bajo el mando de los victoriosos pero odiados “yanquis” del Norte, Joe Coffin se casó con una bella indígena chontal de apenas 15 años de edad, y junto con ella, luchó por tener una hacienda en la selva tropical.

Pasaron casi veinte años. La señora, al igual que Ana, oraba por un hijo y cuando le nació su primogénito, José, al igual que Ana, lo dedicó a Dios. El padre, Joe Coffin, no se preocupó por enseñarle inglés a su hijo que heredó el aspecto de su padre y el temperamento de su querida madre. Ya grande, José Coffin se disgustaba cuando alguien lo tomaba por norteamericano, pues aunque así lo parecía en su físico, él se consideraba mexicano "de hueso colorado".Coffin estudió la primaria en Comalcalco, siendo pastor de la iglesia del lugar el Rev. Eligio N. Granados; más tarde cursó la secundaria en la Escuela Presbiteriana

de Coyoacán, D. F. En sus primeras vacaciones regresó a casa jactándose de su nueva sabiduría. Entonces su sabia madre, queriendo enseñarle una lección, lo mandó a trabajar al campo a lado de los más humildes sirvientes. (3),Coffin estudió y se graduó en el Seminario Presbiteriano de la Ciudad de México en 1904. Contrajo nupcias con la Profra. Luz Otero de la ciudad de México en 1906. Dos años después fue ordenado al Santo Ministerio, regresando a Tabasco para unir sus esfuerzos a los de Eligio N. Granados y Salomón Díaz, únicos pastores entonces en el estado. Coffin vivió relativamente pocos años en Tabasco después de su ordenación; sin embargo, su vida estuvo íntimamente ligada con la iglesia del estado durante casi medio siglo.

AVIVAMIENTO Y REVOLUCIÓN

Después de su visita anual a Tabasco en 1905, el misionero Isaac Boyce escribió a Nueva York informando de un "avivamiento" en San Juan Bautista en el que once hombres habían hecho profesión de fe. Añadió Boyce que el viaje había sido más satisfactorio que los anteriores. En el norte del país donde reinaba el fanatismo, once miembros nuevos tal vez hubiera sido algo fenomenal, pero en un estado tan tolerante como Tabasco, no podía honradamente clasificárselo como todo un avivamiento. Sin embargo, es cierto que ya con tres pastores en el estado, la iglesia comenzó a experimentar una ligera mejoría que duró varios años.

José Coffin y su esposa establecieron una escuela primaria en Paraíso e hicieron planes para fundar otras. El Presbiterio tenía varios nuevos candidatos para el ministerio, aunque ninguno de ellos llegó a trabajar en Tabasco.

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En 1915 los pastores Coffin y Granados hicieron un viaje de exploración hasta Tenosique, en el oriente del estado, y predicaron por primera vez en varios pueblos. Coffin hizo planes para un viaje similar por la sierra de Chiapas, que se llevó a cabo seis años después.

La Revolución Mexicana se asomaba a la puerta. Hasta los peones de las haciendas y fincas oían rumores del tumulto que se acercaba.

LA REVOLUCIÓN EN TABASCO

La revolución Maderista, como en otras partes del país, afectó el crecimiento y buen funcionamiento de la Iglesia Presbiteriana en Tabasco. Cuando entraron al estado las tropas federales, proclamando la libertad de los peones esclavizados, algunas iglesias no pudieron continuar sus cultos con regularidad y algunos de sus miembros se mudaron a vivir en otros estados.

El Presbiterio del Golfo de México se reunió en San Juan Bautista en 1913 y entre los asistentes se incluyó a un misionero. En esa reunión se habló de escuelas y de trabajo entre los indígenas. Se solicitaron fondos a la Misión para construir un templo en San Juan Bautista y para aumentar sueldos. La reunión del año siguiente mostró un optimismo parecido, pero el año de 1915, cuando Venustiano Carranza ascendió al poder. Marcó el principio de una década de violencia para Tabasco. Había batallas, confusión, rumores, acusaciones, avaricia, hombres que buscaban poder, pobres que deseaban tierras, fincas destruidas y divididas entre los trabajadores. Los que tenían dinero lo enterraban y fingían pobreza.

En 1917, Carlos Greene, hijo del desterrado Johnny Greene llegó a ser gobernador de Tabasco, aunque un rival le reclamaba el puesto. En 1919 los enemigos de Greene persuadieron al Presidente de México para que desconociera su gobierno. Antes de partir para la ciudad de México para defender su caso, Greene nombró como gobernador interino a su joven secretario de gobierno, Tomás Garrido Canabal, quien sirvió con tal capacidad durante los siguientes cuatro años. En 1922 fue electo gobernador por sus propios méritos.

A fines de 1923 el ex-presidente Adolfo de la Huerta se levantó en contra del gobierno federal. Sus partidarios pronto controlaron gran parte del sureste y uno de los ejércitos marchó sobre San Juan Bautista. Carlos Greene vio en todo aquello una oportunidad para recuperar el puesto del gobernador y se afilió al movimiento delahuertista que pronto capturó 1a ciudad. Garrido se escapó a Guatemala. (4)

Después de un año el movimiento de de la Huerta fracasó. Garrido regres6 a Tabasco y después Carlos Greene y su hermano fueron fusilados cerca de la finca de su propio padre. Tomás Garrido Canabal procedió a dominar el estado durante once años y hacer de Tabasco casi una hacienda particular.

LA REVOLUCIÓN Y SUS EFECTOS EN LA IGLESIA

El hermano de José Coffin murió en la Revolución. Hubo algunos evangélicos que participaron en ella, incluyendo a Ignacio Gutiérrez, que llegó al rango de general. La intensidad de los efectos de la Revolución variaba, pero en general se sentía del oeste hacia el este.

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El templo de Monte Adentro sirvió como hospital desde 1911, y fue quemado en 1914 cuando aún servía para este propósito. En 1914 el templo de, Paraíso sirvió para lo mismo, y luego fue usado como escuela oficial. La Cruz Roja tabasqueña, fundada por el Rev. José Coffin, ministró a enfermos y consiguió una tregua para dejar salir a gente no combatiente de la plaza de Paraíso.

En 1914 los pastores Díaz y Coffin no pudieron asistir a la reunión del Presbiterio por motivo de la Revolución. Centros evangélicos como Paraíso, Comalcalco y Cárdenas tuvieron que suspender o reducir bastante sus actividades. El Rev. Díaz tuvo que suspender sus visitas a los campos, y el Rev. Coffin tuvo que suspender su colegio. Los Sres. Granados y Coffin hicieron' un viaje de Tenosique a Frontera, hablando de la Cruz Roja y el Evangelio. En 1916, el Sr. Granados pudo visitar a soldados, hospitales, cárceles y lugares nuevos.

Al hacer un viaje para rescatar a sus padres en 1917, el Rev. Coffin, halló multitud de sus familiares de Paraíso viviendo en Frontera. Encontró que Paraíso presentaba el aspecto de un pueblo abandonado, sin ninguna oficina pública, ningún gendarme, ni un solo farol público. Encontró que donde antes vivían multitud de familias evangélicas, ahora éstas vagaban sin hogar. El año siguiente el templo de Paraíso les fue devuelto y empezaron su reconstrucción. Sin embargo en Chilapilla sintieron en 1919 la fuerza de la Revolución y tuvieron que abandonar sus hogares para buscar refugio en los bosques o en Villahermosa. Para 1921 empezaron a regresar, pero en 1922 todavía era muy reducido el número de los que habían retornado a sus hogares.

A pesar de la aflicción, sufrimiento y muerte, el evangelio continuaba, y a medida que iba pasando la Revolución, el pueblo que quedaba regresaba para reconstruir sus casas y sus vidas. La Iglesia Presbiteriana había mostrado su cuidado por los que sufrían por medió de la organización de la Cruz Roja en 1911, por la dedicación de sus templos como hospitales, y por la dedicación de los pastores para ayudar a esta causa.

En 1916 el Rev. José Coffin cambió su residencia a Veracruz y Salomón Díaz dejó el pastorado para probar su suerte en el comercio. El Rev. E. N. Granados quedó una vez más como único ministro activo en todo Tabasco.

Viajar en aquellos años era peligroso. Consecuentemente, los creyentes que vivían en el campo pocas veces iban a la ciudad y el pastor Granados no podía visitar las congregaciones rurales libremente ni con frecuencia. No hubo reunión del Presbiterio entre los años de 1916 a 1920; tampoco la hubo en 1922.

En la reunión de 1923 estuvo presente de nuevo el pastor Díaz en el Presbiterio pero la ocasión se ensombreció con la tristeza, pues viajando a dicha reunión, el Rev. Eligio N. Granados se enfermó y victima de apendicitis, murió en la ciudad de Campeche, el 29 de julio de 1923.

En esta reunión Salomón Díaz, ya viejo y cansado, recibió el nombramiento de "pastor encargado de Tabasco", con residencia en Comalcalco. José Coffin fue enviado a pastorear el creciente número de congregaciones en la costa del Pacífico de Chiapas.

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Al quedarse sin pastor, la Iglesia de San Juan Bautista (ahora llamada Villahermosa) quedó desatendida. No obstante algunos fieles continuaron reuniéndose en la casa del finado pastor Granados, celebrando los cultos bajo la dirección del anciano gobernante Pedro Vera. El Rev. Granados con su muerte cerró la primera época de la historia de la Iglesia Evangélica en Tabasco.

SUEÑOS DEL FUTURO

Ocho meses antes de su muerte, Granados escribió sus breves memorias y en medio de circunstancias tristes y desalentadoras profetizó de un tiempo no muy lejano en que se había de "despertar en Tabasco un movimiento arrollador que conmovería las almas dentro de los sentimientos de amor, fraternidad y paz".

Catalogó las cosas que él creía necesarias para asegurar tal movimiento:

¿Qué necesitamos al presente para dar a nuestra obra cristiana el empuje que desearíamos? Un ministro ordenado en cada municipio, o cuando menos uno para cada dos, con templo, casa pastoral y dispensario médico en cada centro, y una escuela montada lo mejor posible. Además se necesita un Templo, casa y dispensario en la capital y colegios para niños y niñas internos y externos, con departamento para artes y oficios y kindergarten. Una lancha de gasolina, "La Evangelista", de diez caballos de fuerza para recorrer en todo tiempo las mil millas fluviales del estado, llevando a todos los rincones de Tabasco el mensaje del evangelio.

No todos los sueños de Granados se han realizado hasta ahora, pues algunos de ellos quizá no habrían contribuido efectivamente al movimiento que él tanto

deseaba ver. No obstante trece años más tarde empezó en Tabasco un movimiento arrollador que llegó a superar los sueños más optimistas de Eligio Granados.

CHISPAS ESCONDIDAS

El maestro rural de un pequeño poblado de agraristas a unos treinta kilómetros al oriente de San Juan Bautista recibió un Nuevo Testamento que le entregó un panadero ambulante. Lo leyó con gusto y luego fue a visitar al pastor Granados. Era el año de 1917, aproximadamente. Granados le explicó al maestro el mensaje de salvación y le dio varias Biblias con las que regresó a su ranchería para repartirlas y explicar lo que había escuchado. Casi todos los vecinos aceptaron la nueva fe del maestro Ángel Hernández y algunos de ellos visitaron al pastor Granados en Villahermosa. Él nunca llegó al pequeño poblado ni tampoco los visitó ningún otro ministro durante veinte años, con la sola excepción del pastor Coffin en 1931. Solitarios, los creyentes idearon sus propias y muy originales costumbres con una liturgia que incluye un himno compuesto por el maestro Hernández y la oración simultánea en voz alta por siete ancianos, uno de los cuales bautizaba y celebraba casamientos.

Dos generaciones después aquella congregación estaba relacionada indirectamente con la iglesia Presbiteriana, pero con su liturgia de antes. Muchos hijos de los primeros creyentes se separaron del movimiento para formar otra congregación, con liturgia y costumbres tradicionales. Ángel Hernández siguió desempeñando el papel de profeta y patriarca del grupo original cuando contaba, con más de noventa años.

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En el mismo año de 1917, Crecencio Ulloa, y su hermano se mudaron con sus familias a vivir en la ranchería de Naranjero, en las selvas del Occidente de Tabasco. Habían aceptado el evangelio en la finca de Joe Coffin antes de que esta fuera repartida durante la Revolución. Pasaron algunos meses y los hermanos Ulloa hicieron amistad con sus vecinos y un día invitaron a todos a un baile en que los Ulloa tocarían su guitarra y su violín. Esto llamó mucho la atención. Asistieron muchas personas, y después del baile, cuando todos estaban de muy buen humor, los Ulloa les hablaron del evangelio y varias personas lo aceptaron. Le enviaron la noticia al pastor Granados con la súplica de que los visitara. En dos ocasiones fueron hasta Comalcalco para encontrarse con Granados, pero siempre hubo algún contratiempo y Granados no pudo visitarlos, por lo que el grupo siguió solo y desarrolló sus propias costumbres. Años después, José Coffin comenzó a visitarlos.

Otro movimiento similar comenzó en Tecominoacán, donde algunos hombres se reunían en secreto para estudiar una Biblia que uno de ellos le había comprado a Granados durante la Revolución. Habían recibido antes dos visitas de ministros, el Rev. Ezequiel Castillo en 1896 y José Coffin en 1909.

Estas tres chispas escondidas, esparcidas en diferentes regiones del estado casi desconocidas, parpadearon tímidamente durante varios años antes de convertirse en llamas. Una Biblia, corazones hambrientos, una breve explicación, del evangelio, personas humildes, solitarias, aplicando en sus propias vidas la Palabra de Dios tal como la entendían: ... éstos fueron los primeros ejemplos del movimiento que iba a afectar gran parte del estado una generación más tarde.

MINISTROS AL FRENTE

En el primer medio siglo de la obra evangélica en Ta-basco, las actividades de la iglesia giraban alrededor del ministro ordenado. Los primeros ministros eran todos inteligentes, cultos y bien preparados. Imitaban a sus maestros de seminario, a los misioneros que se habían criado en una iglesia donde la cultura y la preparación formal se consideraban casi como partes integrales del cristianismo. Los misioneros enseñaron a los mexicanos que el pastor debe ser un ejemplo en moralidad, preparación y sobre todo, dignidad. Con sólo dos excepciones, todos los primeros ministros que trabajaron en Tabasco se habían criado en el centro del país; José Coffin y Lisandro Cámara fueron los únicos ministros tabasqueños durante 64 años. El contraste entre la capital cosmopolita de México y la pequeña y entonces atrasada provincia de Tabasco creó en la mente de los ministros la impresión de que eran unos precursores atrevidos.

Algunos de los primeros ministros no soportaron las privaciones y regresaron a la ciudad de México; otros habían dejado allí a sus familias. Casi todos entendían que su misión era la de llevar el cristianismo y la "civilización"(5) a los rústicos tabasqueños. El mismo Pastor Granados, que dedicó toda su vida a Tabasco, tuvo dificultades en distinguir entre la esencia del cristianismo y las mejoras culturales, y a pesar del terrible calor, el polvo y el Iodo, nunca dejó de vestirse con el traje negro típico de los ministros protestantes de los Estados Unidos en aquella época. En sus memorias Granados hizo una descripción de su misión personal: "sembrar la luz del evangelio, la civilización y la cultura cristiana en Tabasco..."

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Los presbiterianos tradicionalmente han dado mucho énfasis a la preparación académica. Los primeros ministros en Tabasco habían estudiado no solamente la teología sino también arte y lenguas clásicas. Y los creyentes tabasqueños, en su mayoría personas humildes, sin duda estimaban y respetaban la cultura, dignidad e integridad de caballeros cristianos como Eligio N. Granados. Sin embargo es probable que a muy pocos tabasqueños se les haya siquiera ocurrido que ellos también podían aspirar a ser ministros. Siendo tan elevadas las exigencias académicas del ministerio, casi sin remedio los pocos ministros que trabajaban en Tabasco eran de otras partes de la República. De los pocos jóvenes que estudiaron en una escuela presbiteriana en la ciudad de México, sólo José Coffin pasó al seminario y años después, hablando de los demás, dijo, "Todos ellos se han vuelto chayotes y calabazas".(6)

Una comisión permanente encargada para formular un plan de estudios para el ministerio fue nombrada por el Presbiterio en su reunión de 1916. El plan incluía las siguientes materias:historia, retórica, botánica, física, anatomía, filosofía, psicología, lógica y química, además de Biblia y teología como materias básicas. (7) Parece que a nadie se le ocurrió preguntar si tales estudios eran indispensables para pastorear una iglesia en donde la mayoría de los miembros ni siquiera sabían leer.

Es cierto que el cristianismo, a través de los siglos, ha sido impulsor de la civilización, la cultura y las bellas artes. Sin embargo, aun cuando la educación y la cultura son cosas notables, no lo podemos tomar propiamente como sinónimo de cristianismo. Un ministro de buena educación y cultura para cada congregación es un ideal, pero no es requisito bíblico,

pues aun cuando es bueno que el nivel de preparación del ministro sea más elevado que el de sus feligreses, generalmente se puede incurrir en el error de que el mensaje predicado por éste no tenga aplicación práctica a las necesidades de su auditorio.

Hubo muchos hombres eruditos en Palestina en tiempo de Jesucristo, tales como Nicodemo y José de Arimatea; sin embargo, es interesante notar que Jesús escogió a unos pescadores poco preparados, de una provincia despreciada, para dirigir su iglesia. Más tarde, para ganarse a los cultos griegos, llamo al bien preparado Saulo de Tarso.

Los primeros misioneros presbiterianos que establecieron el patrón ministerial para la iglesia en México, sólo reflejaban las costumbres propias de su iglesia en los Estados Unidos, donde, a principios del siglo XIX, la Iglesia Presbiteriana y la Congregacional eran las más fuertes del país. Los presbiterianos fueron los primeros en ver la necesidad de abrir iglesias en las nuevas colonias de pioneros que se iban estableciendo hacia el Oeste. Sin embargo, insistieron en que cada ministro tuviera una preparación académica que le sirviera para fungir como predicador y maestro en la comunidad.

Como resultado de esta política el crecimiento de la iglesia presbiteriana se limitó en proporción al número de maestros preparados disponibles. En cambio, las iglesias Bautistas yMetodistas crecieron rápidamente, no tanto por e1 esfuerzo de ministros preparados, sino más bien por la obra de los predicadores laicos de poca preparación académica.

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La reunión del Concilio Misionero Internacional en Tambaram, India en 1938 se refirió a este mismo acontecimiento: Las iglesias Bautistas y Metodistas son las más numerosas en los Estados Unidos precisamente porque se atrevieron a confiar el establecimiento de sus iglesias en el Oeste a unos robustos y toscos predicadores de tipo pionero, faltos de preparación académica, pero potentes en sus cualidades humanas y espirituales.

Como resultado de esta política, los Bautistas y Metodistas en los Estados Unidos tienen actualmente diez veces más congregaciones que los Presbiterianos. Así, mientras que las iglesias Presbiterianas suman un porcentaje bajo, las Metodistas tienen el porcentaje medio 'y las Bautistas el más alto.(8)

No se puede negar que los Presbiterianos en los Estados Unidos ejercen una influencia superior a lo que pudiera indicar el número de sus miembros. Se han dedicado principalmente a trabajar con un pequeño pero influyente sector social (o sea, la clase media superior), dejando así a Bautistas y Metodistas el campo libre para trabajar entre las masas.

Los primeros misioneros, junto con los pastores mexicanos, insistieron en un nivel de preparación ministerial mucho más elevado, casi imposible de alcanzar y, a la vez, dejaron casi todo el control y la iniciativa en manos del ministro ordenado. De esta manera automáticamente se limitó el crecimiento de la iglesia en proporción con el pequeño número de ministros de que se disponía.

MISIONEROS TRAS BAMBALINAS

A pesar de la brevedad de las visitas anuales a Tabasco, los misioneros ejercieron una notable influencia sobre las iglesias del estado. Durante los primeros cincuenta años de obra en Tabasco, la. Misión presbiteriana de los Estados Unidos pagó la mayor parte de ,los salarios ministeriales, ayudó con fondos del extranjero las finanzas de las escuelas y pagó la renta del salón de cultos en Villahermosa.

No todos los misioneros estaban de acuerdo con esta política paternalista. George Johnson, misionero presbiteriano en Guerrero a fines del siglo XIX, escribió una carta de veintidós páginas a sus jefes en Nueva York proponiendo el "Plan Nevius" de sostenimiento propio que entonces estaba alcanzando mucho éxito en China y Corea. Terminó en forma pesimista, diciendo que casi todos los misioneros y los "obreros nativos" se oponían a la idea del sostenimiento y gobierno propios. Sin embargo el tema de sostenimiento propio se discutió en casi todas las reuniones del Presbiterio en los siguientes años, pero no se pudo observar ningún cambio positivo.Siempre hubo en las reuniones del Presbiterio uno o más misioneros presentes como miembros en pleno hasta 1909. Dada la influencia que ellos ejercían, es natural que en la primera etapa dominaran hasta cierto punto las discusiones, según lo muestran con toda claridad los archivos y actas del Presbiterio. Basta un ejemplo inocente de poca importancia para comprobar lo dicho.

En la reunión anual de Presbiterio de 1913, se tomó el acuerdo de invitar a todas las iglesias a que celebraran un día al año que llamarían "Día de Acción de Gracias". La idea pudiera ser plausible; pero no parece simple coincidencia el hecho de que se haya escogido el segundo jueves de Noviembre, que entonces era la

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fecha tradicional para la celebración del “Día de Acción de Gracias” en los Estados Unidos.

Después de su visita anual en 1906, el misionero Isaac Boyce escribió acerca de la iglesia de San Juan Bautista que entonces se reunía en un salón alquilado: "Nuestra obra está casi paralizada por los constantes cambios de lugar que estamos obligados a hacer". Solicitó dinero a la misión para construir un templo permanente y se obtuvo una promesa de cinco mil do1ares, aunque por varias razones se aplazó la entrega del dinero. Siete años más tarde, en 1913, Granados hizo un viaje hasta Nueva York. Estando allí solicitó el dinero prometido. Aunque la misión prometió una vez más entregarlo, todavía tres años después Granados seguía solicitándolo por carta. El dinero nunca llegó.

Puede discutirse si era o no apropiado que la Misión facilitara fondos para la construcción de templos, pero la respuesta del Secretario de la Misión en México a la petición de Granados muestra claramente la actitud de la Misión en aquel entonces:… pero en muy mal tiempo viene esta oportunidad, pues en primer lugar no puede ir allá uno de los misioneros y en segundo, las leyes nos son contrarias en este sentido, pues prohíben adquirir terrenos o fincas a extranjeros, especialmente para usos religiosos. Así es que tenemos que dejar dormir estos asuntos, muy a nuestro pesar, hasta que las condiciones cambien. (9)

Aparentemente en aquellos tiempos la Misión registraba las propiedades a nombre de misioneros y, lo que era peor, aunque Granados había demostrado su fidelidad y madurez durante treinta años de servicio

en Tabasco, no se podía confiar en él para comprar un pedazo de tierra sin la presencia de algún misionero.

De acuerdo con el énfasis que entonces se daba a la erudición, los misioneros fomentaban la lectura de "ensayos" en las reuniones del Presbiterio. He aquí algunos temas típicos: "¿Están moralmente obligados los comerciantes a conceder a sus empleados el descanso dominical?", "¿Cómo fundaremos establecimientos de beneficencia y cajas de ahorro, en nuestras congregaciones?" y "¿Por qué deben los fieles abstenerse de frecuentar las bárbaras corridas de toros, palenques de gallos y diversiones inmorales?" Buenos temas todos, pero tal vez no fueran los más pertinentes en el año de 1912 cuando el país se estaba desgarrando por la Revolución.

En 1934 dos destacados ministros mexicanos escribieron una carta a la Misión Presbiteriana atacando los métodos que se habían empleado en el Sureste de México:

Este Presbiterio se reunía y discutía los ensayos, 'pero muy pocas cosas prácticas. Por lo general los ministros en esa época muy poco se enteraban de los planes y manejos de la Misión; casi, más bien, se concretaban a obedecer y ejecutar los planes ya conocidos y presentados por ellos. (10)

Los misioneros sólo eran hijos de su época, de los años de gran optimismo en los Estados Unidos. Se había dominado el Oeste del país; la marina norteamericana controlaba el Mar Caribe; la expansión colonial por las Filipinas y el Caribe estaba en su apogeo. Era natural que los misioneros trataran de imponer sus propias ideas acerca de la educación, cultura, gobierno de la

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iglesia, etcétera, junto con el evangelio que predicaban.

Aunque podemos entender ahora las razones para tales métodos autocráticos, no dejan de ser tristes y trágicos los resultados.'"NOTAS CAPÍTULO III

1 Carta a F. F. Ellinwood con fecha de 28 de abril de 1894, archivos de la "Program Agency" de la Iglesia Presbiteriana Unida 475 Riverside Drive, Nueva York.

2 Entrevista con su hija, Sra. Delia Granados de Vera, Villahermosa, marzo de 1965.

3 Maggie Coffin de Ruíz, "Irá Andando y Llorando..., "El Presbiteriano, junio de 1960 a julio de 1961.

4 Baltasar Dromundo, Tomás Garrido: Su Vida y su Ley-enda (México, Editorial Guaranía, 1953), pp. 17-25.

5 Término que Granados usó en descripción de su misión en sus memorias.

6 Entrevista con Abimael Magaña, Paraíso, Tabasco, mayo de 1965.

7 Plan de lecciones con fecha de febrero de 1916. Archivos del Presbiterio del Golfo de México.

8 International Missionary Council, The Life of the Church; The Tambaram Series, Vol. IV (Oxford University Press, 1939), p. 248.

9 Carta de Charles Millar a Granados; México, 5 de di-ciembre de 1916, archivos del Presbiterio del Golfo de México, Villahermosa.

10 Carta del Comité Ejecutivo del Presbiterio, 10 de febrero de 1934; firmada por Ezequiel Lango y Calixto Lugo. Copia en los archivos del Presbiterio, Villahermosa

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.CAPÍTULO IV

PERSECUCIÓN 1924 – 1935

Tomás Garrido Canabal tenía sólo treinta y tres años cuando llegó a gobernador de Tabasco en 1923. Era alto, de ojos azules. No era orador, ni intelectual, ni soldado, pero poseía la seguridad de un líder. Su conversación estaba salpicada de expresiones obscenas. Muchas y bien conocidas eran sus conquistas amorosas entre jóvenes señoritas, pues era "muy macho". Aún en la actualidad se le recuerda como "El Hombre del Sureste".

Garrido nació en el norte de Chiapas en 1890 en el seno de una familia que tenía varias haciendas en Chiapas y en Tabasco. Estudió en Veracruz y Campeche y en Yucatán se hizo discípulo del gobernador socialista Salvador Alvarado y de Felipe Carrillo Puerto. (l) Regresó a Tabasco en 1918 y ocupó varios puestos en el gobierno hasta llegar a la primera

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magistratura del estado. Después de fracasar el movimiento delahuertista en 1924, Garrido se dedicó a transformar a su gusto el estado y durante más de diez años fue dictador absoluto de la vida y pensamiento de Tabasco.

Garrido Canabal era muy aficionado al ganado. Le gustaba vestirse de charro y no conocía el miedo. Aunque tenía enemigos de sobra, solía caminar solo por las veredas de la selva, a veces de noche. Cuando sonreía, era señal de que estaba disgustado. Cuando se veía serio estaba en paz. (2)

Admiraba el valor. Se cuenta que en una ocasión entró con el sombrero puesto a la reunión de un sindicato, aunque él mismo había decretado que estaba prohibido usar sombrero en este tipo de reuniones, bajo pena de un baño público en una pila de agua para caballos que estaba en la plaza central. No obstante, Garrido se sentó en la plataforma con el sombrero todavía puesto. Un anciano se puso de pie y le llamó la atención a Garrido por dar el mal ejemplo, y aunque todos guardaron silencio, esperando que Garrido mandara fusilar o cuando menos encarcelar al pobre anciano, sólo se carcajeó y felicitó al anciano por su valor.

Con su sola mirada Garrido Canabal hacía temblar a hombres valientes. Años después, estando exiliado en Costa Rica, se paró una vez solo sin armas frente a una chusma vociferante en un teatro y los retó a que lo echaran fuera. Con su terrible mirada calmó a la chusma y Garrido regresó a su asiento. (3)

Sin duda Garrido era sincero y deseaba ayudar a su gente, pues nunca tomó dinero de la tesorería del estado, como lo habían hecho algunos de sus

antecesores. Usó, eso sí, su influencia para promover negocios personales y de sus familiares. Era socialista y marxista, pero a su propio modo. Decidió lo que era más apropiado para su gente y esperaba que ellos estuvieran de acuerdo. Su ética personal quizá pudiera resumirse con un dicho común: "Si no quieren por la buena, pues por la mala."

Garrido llegó a la conclusión de que la Iglesia católica y el alcohol eran los dos factores que mantenían atrasado a Tabasco y se decidió a acabar con ambos.

PERSECUCIÓN GARRIDO CANABAL Y LA IGLESIA

Garrido se enfrentó desde el principio con la iglesia de Roma, aprovechando que en todo el país estaba tomando fuerza el movimiento antirreligioso, pues el gobierno federal comenzaba a exigir el cumplimiento de la Constitución de 1917, que prohíbe toda influencia religiosa en las escuelas primarias y permite a cada gobierno estatal determinar el número de clérigos que ejercerían en su territorio. El gobernador Garrido determinó que Tabasco no necesitaba ni unoy ofreció a los curas que los dejaría seguir en Tabasco si rompían con Roma y se casaban, pues de otra manera tendrían que salir del estado. Ningún cura optó por quedarse.

En 1925 Garrido llamó a su despacho al obispo Pascual Díaz (más tarde arzobispo de la ciudad de México). Según algunas fuentes, Díaz llegó con pistolas debajo del hábito (4) y, enojado, le dijo a Garrido: "Usted manda en el Estado, pero yo mando en la Iglesia. Así que estamos de poder a poder, de tú a tú". Veinticuatro horas después el obispo estaba fuera deTabasco. Así comenzó la "guerra contra Dios" en Tabasco. Todos los templos fueron derrumbados o

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convertidos en escuelas o almacenes y hasta los cimientos de la pequeña catedral de Villahermosa fueron arrancados, obligándose a la gente a que participara en su destrucción. Algunos colaboraron gustosamente, pero los que se rehusaron recibieron un castigo. Sólo los indígenas resistieron como grupo.

Los gendarmes entraban con sus caballos en las iglesias y sacaban todas las imágenes y símbolos religiosos. Los amontonaban y quemaban en la plaza, obligaban a toda la gente a que presenciaran el acto. En algunos lugares asaban plátanos sobre las brazas de las imágenes y después de asear el lugar, celebraban allí un baile. Un anciano nos describe las escenas que él personalmente contempló:

Estaba yo tocando el violín con la banda de Huimanguillo cuando llegó el Licenciado Garrido en su avión con sus gendarmes. Había entonces en Huimanguillo un famoso "Cristo Negro" al que venían a ver gentes desde muy lejos, pues decían que hacía milagros. Los policías amontonaron todos los santos en la plaza y pusieron' al Cristo Negro en medio y le echaron gasolina. Todo el pueblo fue obligado a presenciar el acto y muchas mujeres se pusieron a llorar y a gritar. Entonces el Licenciado Garrido dijo que el que quisiera prenderles fuego a los santos podía ir a pasear en su avión.

Al fin una maestra acepto y prendió el fuego. El Licen-ciado Garrido dijo que el vuelo sería la prueba. Si los santos tenían poder, iban a hacer que le sucediera algo al avión. El avión despegó y se fue muy lejos, quizá hasta Villahermosa. ¿Quién sabe? Al rato regresó y bajo bien. El Licenciado le preguntó a la maestra cómo le había parecido el vuelo. "Muy bien" contestó ella.

"Allí está", dijo el Licenciado, "Los santos no tienen ningún poder". (5)

Se dieron nuevos nombres a todos los pueblos con nombre religioso: a Monte Cristo se le llamó Emiliano Zapata, a San Juan Bautista, capital del Estado, se le llamo Villahermosa. Desde 1918 se suprimieron todos los desfiles y fiestas religiosas, pero Garrido muy astutamente los sustituyó con otros. Por ejemplo la fiesta de San Marcos en Paraíso fue cambiada a la "Feria del Coco". En otros lugares comenzaron a celebrarse ferias de la piña, caña, maíz, y ganado a las que todo mundo debía asistir so pena de varios días de castigo si se negaban a hacerlo. Algunas imágenes de las iglesias de Villahermosa fueron colocadas en canoas con puros en la boca y letreros obscenos en el pecho y se les paseó por el río frente a la ciudad.

Garrido le puso a un hijo el nombre de Lenín y a su hija le puso Soyla Libertad, mientras que uno de sus sobrinos recibió el nombre de Luzbel Se cuenta que Garrido les puso nombres burlones a sus animales. Un toro recibió el nombre de "Dios", un asno se llamaba "Obispo", una vaca "Virgen de Guadalupe", un buey "El Papa", y un cerdo "El Arzobispo”. (6) Años después, cuando Garrido ocupaba el puesto de Secretario de Agricultura y Fomento en la ciudad de México, uno de sus ayudantes tenía la siguiente inscripción en su tarjeta de visita:

Arnulfo Pérez H., Oficial Mayor de la Secretaría de Agricultura y Fomento. Diputado del Congreso Federal. Miembro del Partido Nacional Revolucionario. Enemigo personal de Dios. (7)

Garrido estableció muchas escuelas socialistas o "racionalistas". Aunque era obligatoria la asistencia a

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la escuela primaria, nunca logró establecer suficientes escuelas en las rancherías. Algunas clases se impartían en templos e iglesias, otras bajo techos de palma y algunas debajo de los árboles. Los policías registraban las casas en los poblados para asegurarse de que los niños estuvieran acostados antes de las ocho de las noche y multaban a los padres que no cumplían.

Bajo el gobierno socialista se promulgó una nueva ley de divorcio. Se concedió a las mujeres el derecho de voto treinta años antes que en el resto de país; se prohibió a las empleadas del gobierno y maestras de escuela que se pintaran el rostro o llevaran el pelo corto y se desarrolló una campaña antialcohólica que lentamente cobró fuerza. En mayo de 1928 se prohibió la venta de toda bebida embriagante, bajo pena de un año de prisión. Más tarde la misma pena se elevó a seis años. Muchas veces se bañaba en la plaza pública a las personas que se descubrían con alcohol en su poder. Un telegrafista que le había salvado la vida a Garrido no escapó de su ira cuando lo encontraron ebrio y cuando menos uno de los parientes del gobernante fue castigado por la misma falta. (8)

EL MOVIMIENTO OBRERO

Garrido organizó a todos los obreros en "Ligas de Resistencia" y a los que se rehusaban se les quitaba el empleo. Se organizaron cooperativas que controlaban la producción y venta de toda clase de productos, incluyendo las del cacao y plátano que todavía ejercen mucho poder. Se obligó a los obreros a asistir a muchas reuniones de carácter político y los domingos en la mañana se dedicaban a reuniones en que se atacaba a Dios, la religión y el alcohol, a la vez que se impartían las enseñanzas de Marx y Lenín.

Garrido consiguió mejores sueldos para los trabajadores, mejoró la agricultura y la ganadería y estableció una exposición agrícola y ganadera anual que después fue imitada en muchas partes de México. También construyó carreteras y ordenó que en cada poblado se construyera una pista de aterrizaje para avionetas. Cuando terminó su primer período de gobernador a fines de 1926, le entregó el puesto a su fiel ayudante, Ausencio C. Cruz y en los cuatro años siguientes desempeñó los puestos de senador federal y presidente de la Liga de Resistencia del Partido Radical Socialista. A principios de 1931 volvió a ocupar el puesto de gobernador.

LOS CAMISAS ROJAS

En 1932 un grupo de estudiantes de Villahermosa organizó el Bloque de Jóvenes Revolucionarios para combatir a un enemigo de Garrido. Sus miembros se vestían de pantalón negro, camisa roja, corbata negra, y gorra rojinegra. El movimiento fue muy del agrado de Garrido, quien pronto ordenó que todo hombre entre quince a treinta años se afiliara a él. Los jóvenes marchaban y cantaban "La Internacional" y canciones semejantes en que alababan a Garrido y al Presidente Calles. Todavía en 1934 hubo treinta mil "camisas rojas" que marcharon y cantaron por las calles de Villahermosa para honrar la visita del presidente electo, Lázaro Cárdenas. La población entera de la ciudad ascendía entonces a 25,000 habitantes y los que marcharon representaban la octava parte de la población del Estado.

Los "camisas rojas" también se tildaban de "quemasantos". Iban por las casas buscando imágenes, Biblias y todo símbolo religioso. A las mujeres les quitaban las medallas, arrancaban las

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cruces de las tumbas y a la entrada de cada panteón en Tabasco pusieron una sola palabra que todavía permanece: SILENCIO. Claudio López, quien fue jefe del "Bloque" de camisas rojas en su ranchería, cuenta que la gente entregaba sus santos sin resistir y que sólo los indígenas se oponían. Muchos les perdieron el miedo a las imágenes cuando como miembros del "Bloque” se vieron obligados a quemar imágenes. Los evangélicos que se resistieron a pertenecer al Bloque de Jóvenes Revolucionarios pasaron por apuros. Uno de ellos, Joaquín Vera, yerno de Eligio Granados, se ponía su uniforme rojinegro para pasar lista pero en la primera oportunidad se lo quitaba a escondidas. Otros evangélicos hacían cosas parecidas. Afortunadamente, el poder de los "camisas rojas" duró sólo unos tres años.

LA IGLESIA EVANGÉLICA EN TIEMPOS DE GARRIDO

Después de la muerte del pastor Granados, quedó como único ministro en Tabasco el pastor Salomón Díaz. Éste nunca había sido tan enérgico como su padre, Procopio C. Díaz. Abandonó temporalmente el ministerio a causa de disgustos con un misionero.

En 1924 Díaz se cambió a vivir a Villahermosa, ya anciano, cansado y preocupado por la lucha en contra del vicio. Permaneció en Villahermosa hasta el año de 1930, cuando su falta de salud lo obligó a regresar a ComaIcaIco, donde pronto murió. El pastor Díaz, a pesar de todo, logró mantener abiertas las puertas del templo presbiteriano en Villahermosa durante más de cinco años después que fue expulsado el último sacerdote católico, gracias en parte a ]a ayuda de su yerno, que ocupaba un importante puesto en e] gobierno de Garrido.

En febrero de 1929 llegó a Villahermosa el Rev. L. C. Schaumburg, misionero de]a Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos, con objeto de servir en la capital del estado. Dos meses después fue expulsado pero logró regresar en septiembre de 1929 para quedarse hasta octubre de 1931. Schaumburg había nacido en Alemania, pero cursó sus estudios teológicos en los Estados Unidos. Sirvió en Yucatán y Campeche antes de trasladarse a Tabasco y después que se le expulsó de Tabasco por segunda vez regresó a Campeche para establecer una escuela bíblica-agrícola. Allí mismo per-dió la vida en un accidente que tuvo en 1935.

Con su simpatía, Schaumburg se ganó el cariño de los evangélicos tabasqueños y, a pesar de las frustraciones y restricciones que sufrió, logró inyectar un nuevo espíritu de optimismo a la pequeña iglesia tabasqueña. Demostró mucha confianza en la capacidad de los creyentes rurales. Dio énfasis a la preparación de elementos laicos y ayudó a seleccionar y nombrar a varios colportores y "conferencistas". Aunque no todas las personas escogidas por Schaum-burg llegaron a ser útiles, sí hubo varios que fueron dirigentes sobresalientes de la iglesia en años posteriores.Durante la mayor parte de su permanencia en Tabasco, Schaumburg no pudo salir de la capital pero de alguna manera logró hacer un viaje al occidente de Cárdenas y varias visitas Paraíso y ComaIcaIco. A fines de 1927 y de 1929 Schaumburg se unió a Ezequiel Lango para celebrar institutos para laicos de dos meses de duración cada uno. En los últimos meses de su permanencia en Tabasco, Schaumburg fue conti-nuamente molestado por la policía y finalmente el gobernador le mandó decir que si deseaba quedarse tendría que renunciar al ministerio y dedicarse a la

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agricultura o la avicultura. Los directores de la misión y de la iglesia nacional le ordenaron salir del estado. Más tarde tuvo que renunciar a su ordenación para establecer la escuela en Campeche. En su informe sobre el particular escribió:

No puedo expresarles lo mucho que me dolió renunciar a mi ordenación, pero ahora no me da remordimiento. (9)

Sólo en la eternidad se podrá saber hasta donde fue que el breve y muy limitado ministerio de L. C. Schaumburg y su valiente esposa contribuyó al futuro crecimiento de la iglesia en Tabasco, pero todos los que le conocieron lo recuerdan con cariño y lo alaban por su obra.

EZEQUIEL LANGO

En 1927 llegó Ezequiel Lango para encargarse de la iglesia de Paraíso, Tabasco. El entonces candidato al santo ministerio, en 1925, a la edad de cuarenta y dos años; después de haber sido electricista y comerciante en la ciudad de México, luego decidió dedicarse al ministerio. En dos años terminó el curso ministerial de tres en el seminario y luego fue enviado a Tabasco. Al año siguiente fue ordenado y dedicó como cuatro años a la obra en Tabasco. Posteriormente trabajó en Yucatán, Chiapas, Toluca y la ciudad de México. Sin duda fue uno de los ministros más sobresalientes en todo la historia de la iglesia presbiteriana en México.

Con su natural dinamismo, Lango se dedicó a su primer pastorado, atendiendo la iglesia de Paraíso que por muchos años había estado sin pastor. Solamente José Coffin la había visitado cada dos o tres años, aprovechando breves vacaciones de su pastorado en

Chiapas. Lango encontró una iglesia llena de "evangélicos sólo de nombre" que tomaban, adulteraban y celebraban ritos católicos como los de "novenario" y "cabo de año". De las 432 personas que oficialmente pertenecían a la iglesia, Lango sólo reconoció a cincuenta y dos como miembros en plena comunión y de buen testimonio. Después de cuatro años de trabajo, el número ascendió a 154. Además de pastorear la iglesia de Paraíso, Lango hacía viajes mensuales a cuatro congregaciones que estaban al occidente de Cárdenas. También colaboró con Schaumburg en la preparación de laicos.

Luego se encontró varias veces con Tomás Garrido Canaba1. La primera vez fue en 1928 cuando ambos coincidieron en su visita a Frontera, donde había una muy decaída congregación presbiteriana. Al terminar el culto, casi clandestino, que Lango celebró en una casa particular, salió Lango y se encontró con que lo esperaba el chofer del gobernador, Santiago Caparroso, hijo de padres evangélicos. Éste llevó a Lango a ver a Garrido. Lango llegó hasta donde estaba despachando el gobernador y se le ordenó que se sentara. Garrido estaba sentado con los pies sobre el escritorio y platicando con una atractiva secretaria y con su secretario de prensa, Trinidad Malpica. Fingió no darse cuenta de la presencia de Lango y comenzó a blasfemar y a ridiculizar a Dios, la iglesia, los curas y los ministros evangélicos. Luego ordenó que Malpica le hiciera preguntas a Lango. A cada pregunta Lango contestaba con calma y firmeza. Finalmente' Garrido le dijo, "Mira cállate, Trinidad. El señor Lango ya te mató tu gallo".

En otra ocasión, en Villahermosa, Garrido llamó a Lango para decirle que había apresado a Malpica por haberlo encontrado vendiendo licores decomisados y

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Lango le contestó que así eran muchos de sus seguidores. Otro día Garrido mandó llamar a Lango para mostrarle unos libros y revistas marxistas y ateas y le preguntó si su iglesia le prohibía leer tales libros. Lango respondió que no estaban prohibidos, pues hasta en el basurero a veces se encuentran unas cosas buenas. Luego le entregó a Garrido un libro evangélico preguntándole a su vez si tenía miedo de leerlo. Luego Garrido le explicó que se veía obligado a cerrar los templos evangélicos porque los católicos lo acusaban de favoritismo. Lango trató de disuadirlo, explicándole que él y los evangélicos tenían metas semejantes; que no era posible cambiar al hombre por medio de decretos ni a la fuerza sino que tenía que cambiar primeramente el corazón. Garrido se le quedó mirando por largo rato y luego dijo, "Tal vez usted tenga razón, pero voy a tener que atacarles".

Lango no recuerda que hubiera miedo entre los evangélicos en 1928, sino "algo de precaución". El gobierno había amenazado con confiscar las Biblias, pero no lo había hecho. Los evangélicos que se encontraban en el gobierno eran casi los únicos que se encontraban en apuros. Para no perder su empleo en el gobierno, el superintendente de la escuela dominical de Villahermosa y su esposa entregaron y quemaron su Biblia voluntariamente. Dos años más tarde, en 1930, el gobierno se apoderó de los únicos dos templos evangélicos de mampostería, que eran los de Comalcalco y de Paraíso. Poco después las capillas de palma que había en las zonas rurales fueron quemadas o confiscadas.

Durante la Feria del Coco en Paraíso en 1930, Garrido ordenó que el pastor Lango diera una conferencia sobre moral. Lango usó en la plática varias ilustraciones, entre ellas el cuento de la cangreja que

insistía en que sus hijos caminaran derecho aunque ella seguía caminando "chueca". La gente decía que Garrido se había sentido aludido y que iba a matar a Lango, pero esto sólo fue un rumor, pues Garrido respetaba a quienes tenían el valor de exponer sus propias convicciones.

A fines del mismo año de 1930, un funcionario del gobierno pidió a Lango que usara el órgano de la iglesia para enseñar canciones ateas a unos niños que iban a presentar un programa de Navidad. Lango se rehusó y el funcionario, muy disgustado, le dijo que tendría que pagar las consecuencias. Los ancianos de la iglesia local le pidieron que abandonara el estado inmediatamente y Lango pasó la Noche Buena, ("la noche más triste de mi vida") viajando por los ríos de Tabasco, camino a Campeche. (10)

UN MOVIMIENTO ESPONTÁNEO

En una ranchería aislada, ubicada a unos veinticuatro kilómetros al oriente de Villahermosa, en el año de 1927, el señor Felícito Pérez estaba estudiando para "rezador" (especie de curandero y hechicero) cuando .un vendedor ambulante lo escuchó aprendiendo rezos y le obsequió un libro que en su opinión le podía ayudar. Era una Biblia Católica. Felícito Pérez se enfermó y durante los tres meses que pasó en cama estudió la Biblia. Como resultado, experimentó una conversión muy marcada. Pronto comenzó a reunirse con un grupo de parientes y amigos para estudiada Biblia. En una de esas reuniones llegó una mujer con un niño que tenía un anzuelo encajado en el párpado. Después de que muchos trataron sin éxito de quitarle el anzuelo al niño, Felícito sugirió que oraran como dice en la Biblia. Varios hombres oraron en voz alta y al terminar la última oración el anzuelo cayó al

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piso, sin que ni la misma madre se diera cuenta cómo había sucedido. Esto le quito las dudas a la gente y muchos aceptaron la nueva fe.

En 1928 Felícito Pérez oyó que en Villahermosa había un pastor, Salomón Díaz, y fue a visitado. El pastor quedó tan impresionado con su testimonio que lo bautizó y también le dio algunas orientaciones y le obsequió unas Biblias e himnarios. Pérez y sus seguidores volvieron a visitar al pastor en dos o tres ocasiones.Los nuevos creyentes no se consideraban presbiterianos, sino simplemente cristianos o evangélicos. La persecución estaba tomando fuerza. Al saber de ellos, las autoridades municipales, comenzaron a vigilarlos, pero nunca lograron sorprenderlos en un culto. Más tarde, Felícito Pérez fue encarcelado varios días por su fe y algunos de sus seguidores fueron atacados cuando fueron a Villahermosa a comprar Biblias.

Felícito era el director espiritual del grupo y un cristiano ejemplar. Bajo su dirección el pequeño grupo de creyentes hizo varios viajes misioneros a caballo para visitar lugares hasta cincuenta kilómetros de distancia. Cuando llegaban a una casa aislada, los jóvenes atendían los caballos y los hombres se ponían en oración, las señoritas cantaban himnos y Felícito Pérez explicaba el evangelio por tantas horas como sus oyentes estuvieran dispuestos a prestar atención. Para acompañar sus "canciones espirituales" utilizaban la guitarra y el violín y aunque la música se parecía muy poco a las notas del himno, se tocaba y cantaba con mucho entusiasmo y sinceridad. Casi todas las visitas de estos "misioneros" se hacían en los días de matanza de puerco o res a fin de aprovechar la presencia de mucha gente.

Durante el apogeo de la persecución religiosa, llegaban a la Villa de Jalapa y hacían visitas de evangelización de casa en casa sin que la policía pudiera aprehenderlos. Para el año de 1940, cinco años después de que terminó la persecución, ya habían establecido ocho congregaciones y veinticinco años más tarde el número había ascendido a veintiséis congregaciones. La mayoría de los convertidos eran jóvenes. Uno de ellos, Albino Pérez, se había interesado en el espiritismo. Cuando supo que Felícito Pérez tenía un "libro negro" (la Biblia) fue a pedirlo prestado y a solicitar instrucciones. Felícito Pérez lo condujo a los pies de Cristo.

Antonio Cornelio supo también que Felícito Pérez estaba enseñando "el libro del diablo" y fue a espiar en una reunión, precisamente el día del milagro del anzuelo. Después de tres visitas se decidió a seguir a Cristo. Se enseñó a sí mismo a leer la Biblia y en su propia ranchería estableció una congregación que llegó a tener hasta trescientos miembros. Más tarde estableció otra nueva congregación en otro lugar.Durante los primeros años de este movimiento no había templos ni organización. Tampoco había elección de directivos. No se recogían ofrendas, pues todos colaboraban voluntariamente para los viajes misioneros de acuerdo con la necesidad. Varios años después, estos grupos se afiliaron a la Iglesia Presbiteriana, pero todavía conservan algunas de las costumbres de los tiempos de Felícito Pérez. (11)

NUEVOS DIRIGENTES DE LA IGLESIA

Román de la Cruz

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El 10 de mayo de 1927, un joven miembro de la iglesia en Villahermosa fue llamado para presentarse ante el pastor y los ancianos de la iglesia. Llegó con temor, esperando castigo por algún delito desconocido. Pero al entrar fue abrazado por el pastor Salomón Díaz y por el misionero Schaumburg, quienes le entregaron documentos que lo autorizaban como colportor de la Sociedad Bíblica Americana. El joven Román de la Cruz no se había imaginado que lo estuvieran considerando para que ocupara tal puesto, pero lo aceptó sin titubear, lo cual fue una afortunada y beneficiosa decisión.

Román de la Cruz nació en una finca al oriente de Villahermosa, hijo de un hombre que había sido esclavo. Su patrón, un tal Priego, les daba sólo las cosas más indispensables, cargando todo a una cuenta tan grande que jamás se podría pagar. Los que trataban de huir eran castigados y torturados sin piedad. Cuando Román tenía sólo diez años, murió supadre y Priego ordenó que tomara su lugar. Román se tenía que levantar a las dos de la mañana para trabajar en los campos hasta que llegaba la noche. En la Revolución de 1910Priego y sus sirvientes se ocultaron en el bosque para evitar la conscripción y más tarde todos los peones recibieron su libertad. Román nos describe aquel día inolvidable:

No puedo precisar la fecha memorable cuando el dueño de la finca, muy temprano un día domingo, en que a toque de campana nos llamó urgentemente. Luego nos ordenó que nos formáramos en fila y esto nos llenó de terror. Pero Priego salió de su cuarto con un papel en la mano, con rostro pálido y espíritu turbado como si algo muy serio le aconteciera. Luego mirándonos a todos, nos dijo: "Sirvientes míos, los he

llamado para decirles que según este oficio que tengo en mi mano debo ponerlos en libertad de la deuda que tienen conmigo. Hoy quedan todos ustedes libres de obligación para conmigo. Si quieren vivir aquí en la finca, quédense, pero ya no como mis sirvientes". Recuerdo que aquellas palabras oídas por la gente fueron motivo de lágrimas, pensando que el abandono del amo significaba morir desamparados. Entonces el amo volvió a decirnos: "Créanlo. Ya Son libres de todo servicio. Así me lo ordena hacer el nuevo gobierno de Madero, bajo pena de ser fusilado si no lo hago." De este modo la gente y sus familias, como mi amada madre, lloraban amargamente, pensando qué rumbo tomar.

Román y su madre se mudaron a Villahermosa y allí él consiguió trabajo en la panadería de un hombre llamado Perfecto Briseño, quien lo trataba con cariño y le contaba de la vida de Jesús. Cuando Román mostró interés, Briseño le obsequió una Biblia que el fiel católico leyó durante varios meses antes de atreverse a visitar la iglesia evangélica en donde su jefe era un anciano gobernante. A pesar de mucha oposición de parte de su madre y los vecinos, Román se hizo miembro de la iglesia, pastoreada entonces por Eligio N. Granados, a quien solía acompañar en sus visitas a los hogares y a la cárcel. Después de 1920 el sindicato a que pertenecía Román quedó bajo el control del gobierno socialista y se le obligó a asistir a las "asambleas culturales" los domingos en la mañana. Román optó por presentarse a pasar lista y luego irse a la escuela dominical, pero pronto fue denunciado y se le multó con una semana de sueldo.

Todo aquello perturbaba a Román, quien pronto comenzó a experimentar otras pruebas. En mayo de 1926 se le murió un hijo recién nacido y doce días

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después murió su esposa. Dos años después, cuando ya trabajaba como colportor, se comprometió a casarse con una bella señorita cristiana que vivía con su madrastra, pero cuando la verdadera madre lo supo, rehusó permitir que su hija se casara con un odiado protestante. Pocos días después le vino otro golpe a Román, la muerte de su propia madre. Dios estaba probando y templando a Román en el fuego del sufrimiento, como él mismo comenzó a darse cuenta.

Después de algunos días empecé a comprender que ya no había trabajado casi nada en la circulación de la Palabra de Dios cuando ya se asomaba a la puerta la persecución. Entonces sentí el deseo de formar un nuevo hogar, con lo cual me perdería la oportunidad de trabajar cuando se acercara el momento crítico, cuando se iban a cerrar las puertas de los templos y se iba a desatar una persecución contra todas las creencias religiosas. (12) (sic)

Román se entregó en cuerpo y alma a la distribución de las Sagradas Escrituras. En los siguientes cinco años, pero principalmente en 1929, visitó no menos de 16,715 hogares (entonces sólo había unas 40,000 familias en todo Tabasco), viajó más de 6,000 kilómetros, principalmente a pie, y visitó casi todas las casas de cinco municipios. Vendió 858 Biblias, 654 Nuevos Testamentos, 2,517 porciones y más de 6000 folletos. Todo esto se hizo en una región en donde la mayoría de las personas eran analfabetas y sumamente pobres y donde el tener una Biblia en casa podía llevarlos a la cárcel.

Román de la Cruz pagó caro su celo misionero, pues fue encarcelado, la primera vez en Jalapa, aunque un telegrama del gobernador Garrido logró su libertad. En 1931 fue aprehendido en Villahermosa con folletos y

Nuevos Testamentos en sus bolsillos. Fue amenazado por la policía y al fin puesto en libertad. Al año siguiente fue aprehendido otra vez:

Me acusaron de vago y propagandista religioso. Con la ayuda de mi Dios, declaré con fe y valor que yo no era soldado del clero, sino protestante, enemigo legal del clero. En cuanto a vago defendía fui oficio, pues soy panadero de oficio.

Sin embargo, Román fue llevado a punta de pistola y arrojado en un tanque de agua junto con un lagarto. Luego se le encerró en el patio de la cárcel junto con un perro descomunal que había mordido a muchos prisioneros. Pero mientras que algunos de éstos miraban desde sus celdas, Román acarició la cabeza del perro y éste se echó a su lado. En la cárcel Román fue obligado a quemar unas imágenes y . una Biblia y hacer varios trabajos degradantes. Después de varios las su hermana apeló el caso con Garrido y fue puesto en libertad.

Durante todo el tiempo de la persecución religiosa Román recibió amenazas, golpes y engaños. En una ocasión estuvo sentado en primera fila en una reunión mientras que el que había sido su maestro de escuela dominical dirigía una “misión atea" en que se burlaba de toda creencia en Dios. Cuando estaba la persecución en su apogeo, entre 1932 y 1935, Román se vio obligado a enterrar sus Biblias y vendérselas sólo a personas conocidas. Para sostenerse hacía galletas y dulces y también recibía una pequeña ayuda de la misión presbiteriana.

David Esquivel

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Cuando Ezequiel Lango tuvo que salir huyendo de Tabasco a fines de 1930, David Esquivel, un joven obrero del estado de Oaxaca, tomó su lugar. David quedó huérfano muy niño. A temprana edad huyó de la casa del tío con quien vivía. Consiguió trabajo con un panadero evangélico en Orizaba, Veracruz y allí se entregó a Cristo. Ezequiel Lango, que entonces era seminarista, hizo arreglos para que Esquivel estudiara en una escuela Presbiteriana en la ciudad de México y luego en Yucatán. De regreso a Tabasco, David se encontró con que Lango iba de huída y, después de pasar unos días con el misionero Schaumburg en Villahermosa, fue a Paraíso a encargarse de la iglesia.

En Paraíso David encontró cerrado el templo y los miembros y ancianos de la iglesia muy cautelosos. Se dedicó a visitar a todos los miembros en sus casas y luego los ancianos sugirieron que se fuera del pueblo. Así que David pasó los siguientes cuatro años visitando a los creyentes de la región rural cercana a Paraíso. Entre 1933 y 1935 vivió en una choza en el bosque y su vida transcurrió de la siguiente manera:

Estuve celebrando servicios en un potrero a la orilla del mar y me vino la idea de que sería bueno tener escuela dominical con los hermanos, lo cual estuvimos haciendo como unos cuatro o cinco meses. Pero luego no faltó quien nos denunciara y supimos que nos iban a buscar. Entonces suspendimos la escuela dominical y seguimos trabajando, visitando de casa en casa. Sin embargo no me conformé con atender estos lugares donde había congregaciones, sino que me dedique a visitar las casas de los que no eran creyentes. Algunos no querían recibirme porque sabían claramente que el Licenciado Garrido no permitía la religión en Tabasco y tenían miedo. Muchos llegaron a descubrir los centros donde celebrábamos los servicios. Una noche de 1933

me estaban esperando para aprehenderme en un servicio que se iba a celebrar en la casa del hermano Joaquín Domínguez, pero por cierto, no llegué. Me buscaron, pero no llegué. Celebraba yo un culto y luego me iba para otro rumbo muy distinto, pues me venía por toda la costa hasta Torno Largo. Tenía otro culto allí y, terminado este servicio a las diez de la noche o a la medianoche, me iba hasta la Isla. De la Isla me iba hasta los Cerritos. Así es que me buscaban por todas partes, pero no me hallaban porque yo siempre andaba en buenos caballos y conocía todas las veredas que daban al mar. Había muchas veredas porque entonces no había cocales como ahora, sólo bosques. A veces asistían cincuenta o sesenta personas a los cultos. Todos eran creyentes. El libro de la Biblia que use mucho fue el libro de los Hebreos: capítulo once de Hebreos y los Salmos. En aquellos días había mucho fervor y más compañerismo. No había pleitos. Siempre que las autoridades venían a preguntar por mí, los hermanos no daban razón. (13)

En su informe al Presbiterio en 1932, Esquivel mencionó que quince jóvenes de una ranchería se reunían con el todas las noches hasta las diez o las once para estudiar la Biblia y cantar himnos. En aquel entonces Esquivel visitaba con regularidad nueve comunidades distintas y, entre otras cosas, decía en su informe:

Ahora como en ningún otro tiempo el campo está preparado para la siembra, porque muchos católicos me invitan para hablarles del evangelio. A veces me canso, pero no quiero perder ninguna oportunidad. Doy gracias a Dios que a pesar de la terrible persecución, la obra del Señor se está extendiendo y el número de los creyentes aumenta.

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Esquivel recibía unos cuantos pesos mensuales de la misión y sembraba maíz y cacahuates para aumentar sus ingresos. Los creyentes de la Villa de Paraíso no podían ayudarlo económicamente. Las dificultades con el gobierno no cesaban. Según una carta del consistorio de Paraíso al Presbiterio fechada el 26 de abril de 1933:

Cualquier movimiento que efectuemos dentro de los nuestros, las autoridades saben hasta los pormenores, para luego censurarnos de que como explotadores del pueblo, no tenemos derecho a vivir en Tabasco.

En la misma fecha David Esquivel informaba al Presbiterio de su vida y su trabajo:

Sólo en Tabasco se hace duro el terreno cada día para la siembra del evangelio. Yo tengo poco roce con los pueblos. A veces desempeño el papel de fiera por los montes. . . (14)

Rafael Vargas

El colportor Rafael Vargas era yerno de Eligio Granados y tenía más preparación formal que los demás colportores. Fue candidato al santo ministerio, pero la persecución hizo imposible la ordenación. No obstante trabajó como pastor laico de la Iglesia de Comalcalco y visitaba seis congregaciones rurales. Cuando fueron cerrados los templos en 1930, comenzó a visitar sistemáticamente a los creyentes, enseñándoles la Biblia y el Catecismo Menor. Con gran sorpresa encontró que la clausura de los templos había sido en cierto sentido una bendición. En su informe anual de 1931 escribió:... Desde entonces me he dedicado al trabajo personal hasta donde me ha sido posible. No me equivoco

cuando digo que este sistema de trabajo ha sido más efectivo para traer almas al conocimiento de la verdad. Aunque con este trabajo no tenía yo tiempo para des-cansar pedí a Dios que me orientara para hablarles de la salvación de su alma a personas nuevas, y en todo el año se ganaron 17 nuevas familias con un total de 68 personas. (15)

Vargas tuvo que suspender toda reunión de más de diez personas y celebrar cultos en secreto con las familias en sus hogares, haciendo un total de 800 cultos familiares por año. También se reunía con los tres ancianos que quedaban en la iglesia local. Unos pocos miembros de la iglesia en Comalcalco renunciaron a su fe, principalmente los que tenían em-pleo en el gobierno, pero el número de nuevos conversos era mucho mayor de los que se apartaban. En 1933 Vargas escribió:

En Tabasco todavía hay mucho pueblo escogido que está al pie del arado y que tiene puesto los ojos en el Autor y Consumador de la Fe, Cristo Jesús.

Entre 1934 Y 1935 Vargas tuvo que suspender la mayor parte de las visitas a los hogares y él y su familia sufrieron por falta de dinero, ya que no les llegaban las remesas enviadas por la Sociedad Bíblica. Una vez, por haber recibido Biblias, fue detenido en su casa por la policía toda una semana.

Nazario Juárez

El misionero L. C. Schaumburg nombró cuatro colpor-tores adicionales pero dos de ellos redundaron muy pronto. Los otros dos contribuyeron notablemente a la distribución de las Escrituras, especialmente entre 1928 y 1932. Uno de ellos, Nazario Juárez, se convirtió

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a Cristo en 1900, aproximadamente. Al discutir con un sacerdote católico se interesó en el Nuevo Testamento y luego se convirtió. Llegó a conocer muy bien la Biblia, aunque siempre le daba una interpretación muy original.

Juárez viajó incansablemente por las congregaciones rurales al poniente de Cárdenas. Fue encarcelado por causa de su fe y por tal motivo dejó de vivir en el pueblo a fin de no toparse con la policía. En 1933 su espíritu independiente le provocó problemas con el Presbiterio y la Sociedad Bíblica y renunció.

Andrés Ramón

Andrés Ramón, quien dirigía la iglesia del puerto de Frontera, también trabajó como colportor en aquella zona. En 1932 hizo cinco viajes por el río Grijalva en una canoa con motor que le había proporcionado el misionero Schaumburg. Vendió 75 Biblias, 100 Nuevos Testamentos y unos 2000 folletos. El número de feligreses en Frontera descendió de dieciocho a trece en 1930, pero en el mismo año la asistencia en las congregaciones rurales vecinas aumentó de 163 a 283. Para 1933 había ascendido a veintiuno el número de miembros en Frontera. El mismo año se eligieron cuatro ancianos y se hicieron planes para construir un nuevo templo, pero al fin llegó también a Frontera la persecución. La policía se apoderó de los archivos de la iglesia y puso presos a Andrés Ramón y a los demás dirigentes, que estuvieron en la cárcel varios días.

LOS CREYENTES BAJO EL FUEGOEntre 1930 Y 1935 los evangélicos de Tabasco fueron atacados directamente por el gobierno, y especialmente por los "camisas rojas" a partir de 1933. La persecución variaba de lugar en lugar, como en los

casos de Comalcalco y Paraíso que se han citado, y el del obrero David Esquivel que vivía escondido en el monte y cuya cabeza tenía precio fijado por el gobierno. En Villahermosa, Román de la Cruz sufrió constantes ataques y vejaciones pero siguió propagando la fe. A pesar de todo, la iglesia de Villahermosa mantuvo sus puertas abiertas hasta 1932. Joaquín Vera dice que los miembros de Villahermosa sufrieron poca persecución directa, pero muchas burlas. Cuando se tuvo que cerrar el templo, Vera llevó el órgano a su casa que estaba en el centro de la ciudad y allí tocaba himnos junto con su esposa sin que nadie los molestara.

Algunos creyentes abandonaron el estado, otros se retiraron paulatinamente de la iglesia, aunque fueron muy pocos los que renunciaron formalmente su fe. Había dos o tres evangélicos que trabajaban en el gobierno y seguían afirmando su fe en Dios, entre ellos, Santiago Caparroso quien, más tarde, murió en una emboscada en la ciudad de México mientras protegía la vida del gobernador Garrido. (16)

Las persecuciones en los campos rurales fueron más esporádicas. Se sabe de tres capillas que fueron incendiadas y otras convertidas en escuelas. En la ranchería de Santana, los creyentes continuaron celebrando servicios cuando no había policía cerca. En la de Arroyo Hondo, el señor Benjamín Sánchez, autoridad local, era uno de los principales evangélicos y la capilla de ese lugar fue la última en cerrar sus puertas. Las "camisas rojas" registraron casas en busca de Biblias, pero no se atrevieron a tocar la Biblia de Sánchez. (17)

El colportor Nazario Juárez informó al Presbiterio en 1933 que la mitad de los habitantes de las rancherías

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de Santana, Arroyo Hondo y Naranjeño y el setenta y cinco por ciento de los de Tecominoacán eran evangélicos y que había creyentes en catorce comunidades más. Prácticamente ninguno de los creyentes en estos lugares rurales había sido bautizado, debido en parte a la falta de visitas pastorales y también a que muy pocos de ellos eran casados civilmente.La congregación de Tecominoacán envió a un joven a estudiar en la escuela bíblica presbiteriana de Yucatán, quien al regresar no pudo encargarse de la congregación debido a la persecución y tuvo que aceptar un puesto como maestro de escuela. Pronto renunció a su fe y comenzó a atacar a los que habían pagado sus estudios. Más tarde fue asesinado en una intriga política. Juan Garduza, uno de los dirigentes de aquella congregación, recuerda bien las condiciones de Tecominoacán durante el tiempo de la persecución:

El presidente municipal cerró nuestro templo y no pudimos continuar. ¿Sabe cómo continuamos? Un día nos reuníamos en la casa de Regina García, otro en la casa mía, otro en la casa de Candelaria Zenteno y así sucesivamente, pero más tarde nos cortaron por completo porque nos pusieron espías y todo eso. Un domingo tenía yo mi Biblia en la esquina de la mesa cuando llegó Don Félix (un empleado municipal). Me saludó respetuosamente porque ya me conocía y luego me dijo, "Mire Don Juan, me va a perdonar pero vengo con una orden del gobierno para que usted me en-tregue todo lo que se relaciona con la Biblia". Entonces lo miré y le dije, "Como no, Don Félix". Ese Felipe Domínguez estaba con él y ya cargaba un costal de Biblias e himnarios. Como mi Biblia estaba en la mesa, la tomé y le dije, "Esto es todo". Porque yo tenía mi himnario y mis folletos en la recámara. Luego me dijo: "Pues sólo vengo porque me han mandado, así que le

suplico que me de la Biblia". Entonces le dije, "Aquí está" y la abrí en el capítulo primero de Génesis y le pedí que leyera la historia de la creación. Después de que la leyó, abrí en el evangelio de San Juan, capítulo tres. . . (18)Durante el tiempo de la persecución el pastor José Coffin hizo varios viajes relámpagos a Tabasco en los que visitaba cada vez unas seis congregaciones rurales y permanecía sólo una o dos noches en cada lugar. Nunca llegó a Villahermosa, pero en las otras partes sus breves visitas dieron mucho aliento a los creyentes. Poco antes de la caída de Garrido, Coffin y su esposa fueron detenidos por la policía durante toda una semana, junto con dos colportores.

Las mujeres evangélicas fueron tan valientes como los hombres y dejaron muchos ejemplos heroicos, aunque aquí sólo mencionaremos dos:

Doña Chava Murillo de Riveroll, de Comalcalco, recibía a los evangélicos en su casa para que celebraran sus cultos y cuando los creyentes decían, "Cantemos más callado", ella decía, "Cantemos más fuerte". Se paraba en la acera con los brazos cruzados cuando los "camisas rojas" marchaban por la calle.

Doña Sinforosa González, nieta del héroe Gregorio Méndez, se acercó una vez a Garrido Canabal en una feria y le dijo que a ella le gustaba su campaña contra el alcohol y la ignorancia pero que él estaba dando muy mal ejemplo a la juventud con sus aventuras amorosas entre tantas señoritas jóvenes. También le dijo que él moriría antes que acabara con la religión en Tabasco. En otra ocasión doña Sinforosa dio refugio en su casa a unas señoritas y cuando llegaron los "camisas rojas" para llevárselas y abusar de ellas, ella

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se paró a la puerta y dijo que sólo pasando sobre su cadáver se las llevarían. Ellos no entraron.(19)

LA CAÍDA DE GARRIDO

Cuando Garrido Canabal se trasladó a la ciudad de México a ocupar el puesto de Ministro de Agricultura en el gobierno del General Cárdenas, dejó a un secuaz de confianza como gobernador de Tabasco y se llevó consigo a la capital a muchos de sus "camisas rojas", cuyo comportamiento despótico no les cayó bien a los capitalinos. Hubo una demostración de "camisas rojas" ante una iglesia de Coyoacán que terminó en tiroteo y muerte de varias personas. El presidente Cárdenas cesó a Garrido en el gabinete. El 21 de junio de 1935, mientras sus enemigos en varias partes del país comenzaban a planear su derrocamiento, Garrido re-gresó a Tabasco a ocupar el cargo de Director de Educación Pública del Estado.

El 14 de julio del mismo año, los miembros de una pequeña fuerza expedicionaria formada de estudiantes y tabasqueños desterrados fletaron dos aviones y volaron hasta Villahermosa. Al día siguiente los "camisas rojas" provocaron un tiroteo en una céntrica calle y diez personas resultaron muertas. El caso llegó hasta la Suprema Corte y el 23 del mismo mes se dictó un falló favorable a los "expedicionarios". El Congreso desconoció los poderes en Tabasco y se nombró un gobierno provisional.

Un día después del tiroteo en Villahermosa los "camisas rojas" desf1laron Por última vez ante Garrido en memoria de sus camaradas caídos. Una semana después los mismos jóvenes amontonaron sus uniformes rojinegros en las calles y los quemaron con júbilo. El 11 de agosto Tomás Garrido partió en su

avión particular al exilio voluntario en Costa Rica, aunque supuestamente iba a desempeñar una misión diplomática en aquel país.

OPINIONES EVANGÉLICAS SOBRE GARRIDO

Los evangélicos tabasqueños que vivieron los tiempos de Garrido no estaban de acuerdo con muchas de las cosas que él hizo pero casi todos lo admiraban como hombre. Muchos creían que sus seguidores, y no Garrido mismo, fueron responsables de las injusticias y persecuciones. La mayoría de los evangélicos que experimentaron la persecución harían suya la descripción que de Garrido hizo el señor Joaquín Vera Hernández:

Era solamente socialista, no comunista. Tenía deseos de que el pueblo elevara su nivel en estos sentidos: económico, social y cultural. Fue el primero en abrir y alumbrar el camino,. . . en establecer programas culturales los domingos por la mañana para que la gente abriera los ojos. Bajo ese pretexto atacaba a la religión. Atacaba ala Iglesia Católica pero arrastraba con la evangélica. Tenía que llevarse arrastrado todo lo que fuera religión. Muchas veces, aún en la actualidad, muchos suspiran por ese tiempo. Garrido atacó la ignorancia y trajo mucho bien para la agricultura. En las escuelas obligaba a que se diera alimentación a los niños. No tuvo influencias de la iglesia evangélica, pero él era muy amigo de todos los evangélicos. (20)

Cuando Garrido regresó a Tabasco después de perder su puesto en el gobierno federal, solamente unas quince personas fueron a recibirlo en el aeropuerto, entre ellos Román de la Cruz, el evangélico que más había sufrido por su fe. Garrido lo conocía bien y en algunas ocasiones lo había saludado sarcásticamente

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como "Hermano Román". En su diario Román describió aquella llegada:

El Licenciado Garrido; al bajarse del avión, contempló el lugar en donde en otras ocasiones lo había recibido mucha gente con tanto entusiasmo... Todos los presentes comenzaron a saludarlo. . Garrido me dio un fuerte abrazo y al mismo tiempo me dijo: "Me da mucho gusto saludarte, Román". Varios otros evangélicos, entre ellos las hijas de los pastores Eligio Granados y José Coffin han contado de sus encuentros con Garrido y de las felicitaciones que de él recibieron por tener el valor de seguir sus creencias, "no como los católicos", decía él. Por el año de 1940, cuando Garrido regresó de Costa Rica a México, una comisión de Tabasqueños, entre ellos unos evangélicos, fue a visi-tarlo en la capital. Se cuenta que Garrido les dijo a los evangélicos que siguieran propagando su fe, "porque no hay mejor religión que la de ustedes". (21)

ABANDONADOS

Algunos evangélicos tabasqueños que experimentaron la persecución opinan a veces que fueron abandonados por los evangélicos de otras partes del país, y que los dirigentes de la iglesia tuvieron miedo de prestar les ayuda. Hay quienes insinúan que los pastores Coffin y Lango mostraron cobardía al abandonar el estado, olvidando que hubiera sido casi imposible que se ocultaran personas tan bien conocidas como estos dos pastores. Durante todos los años de la persecución, la Misión Presbiteriana continuaba enviando un pequeño salario a los cuatro colportores. Algunos pastores mexicanos opinaban que el dinero se malgastaba y probablemente el señor Juan Mackay, Secretario General de la Misión en Nueva York, se basó en los informes de dichos pastores cuando escribió en su libro

That Other America, editada en 1935, las siguientes palabras:

Durante una década no se ha hecho ningún trabajo religioso evangélico en todo Tabasco. (22)

En realidad las iglesias tabasqueñas habían crecido en los primeros siete años de la década mencionada y algunas congregaciones siguieron funcionando clandestinamente, aun en los años de persecución más severa. El Presbiterio no se reunió en Tabasco durante esa época, y no había organización eclesiástica en funciones, pero sí vida y trabajo.LOS EFECTOS DE LA PERSECUCIÓN

A pesar de la creciente oposición gubernamental, la iglesia evangélica en Tabasco prosperó considerablemente entre 1926 y 1930 Y aunque durante mucho años se ridiculizaba la creencia en Dios y algunos funcionarios locales atacaban a los evangélicos, estos todavía continuaban propagando su fe, pues el ataque de Garrido Canabal era hasta entonces directamente contra la Iglesia Católica. La llegada del misionero Schaumburg y del pastor Ezequiel Lango sirvió de estímulo a los desalentados creyentes. Ambos se dedicaron a seleccionar y entrenar a elementos laicos, confiando importantes trabajos a hombres de poca preparación formal pero de sólida fe, como Román de la Cruz y David Esquivel.

Aunque los evangélicos lamentaban la enseñanza del ateísmo, se regocijaban de que el gobierno atacara a sus dos antiguos enemigos, el alcohol y el fanatismo. Lango, Schaumburg y algunos colportores impartieron conferencias antialcohólicas en reuniones patrocinadas por el gobierno.

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El año de 1929 fue de progreso especial. Aunque al principiar el año sólo había 183 presbiterianos bautizados en todo Tabasco, al final contaban ya con 277, y si se incluye a los adherentes y niños, el total ascendía a 1,197 personas, sin contar a seis congregaciones semi-aisladas que representaban unos 500 creyentes más. Ese mismo año se logró también la mayor distribución de las Escrituras.

Algunos evangélicos tabasqueños creen que la persecución resultó más benéfica que perjudicial. Cuando menos un dirigente de la iglesia en años recientes ha orado para que viniera otra persecución y despertara a la iglesia. Aunque muchos creyentes sufrieron por su fe, ninguno perdió por ello la vida, y nadie pasó más de unos días en la cárcel.

Algunos de los beneficios de la persecución fueron:

1. Rompió el poder de la Iglesia Católica y, lo que era más importante, ayudó a borrar el miedo supersticioso que la gente antes le tenía a los llamados santos e imágenes.

2. Creó hambre y sed de expresión religiosa en casi todas las clases sociales del estado.

3. Purificó ala Iglesia Evangélica de los elementos que no tenían una fe personal, sólida y vital, aunque estos fueron muy contados.

4. Provocó el deseo de poseer y leer la Palabra de Dios, pues el mero hecho de que la Biblia estuviera prohibida hizo que mucha gente sintiera deseos de conocerla. La amplia distribución de las Escrituras en 1929 hizo que hubiera muchas Biblias disponibles, aun cuándo muchas otras habían sido quemadas.

5. Fortaleció la fe y las convicciones de los verdaderos creyentes para que estuvieran dispuestos a sacrificarse y por todos los medios posibles propagar con mayor interés su propia fe.

Si el tiempo de la persecución intensa (1932 - 1935) se hubiera prolongado por una década o más, probablemente hubiera producido resultados muy distintos, Pero como sólo duró unos tres años, sirvió para purificar y fortalecer a la iglesia. La persecución fue el instrumento que Dios usó para secar y preparar el combustible para que las llamas del evangelio pudieran extenderse por todo Tabasco.

NOTAS CAPITULO IV

1 John Dulles, Yesterday in Mexico (Austin, University of Texas Press, 1961),p.612

2 Según Román de la Cruz, Paraíso, Tabasco.

3 Entrevista personal con el Sr. Maggi Cerconi, quien estuvo presente en el Teatro. San José, Costa Rica, diciembre de 1961.

4. Según el Sr. Joaquín Vera Hernández, Villahermosa.

5 Relatado al autor por el papá de Marcos Pérez, ranchería Huapacal, Huimanguillo, Tabasco, mayo de 1965.

6 Rodolfo Brito Foucher, Artículo XIII. p. 7 de catorce artículos publicados en el Día de México entre el 28 de enero y el 22 de febrero de 1936.

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7 Dulles, op. cit., p. 622.

8 Según el Sr. Joaquín V era Hernández Villahermosa.9 Informe anual de L. C. Schaumburg a la Misión Presbiteriana en México, archivos del Presbiterio, Villahermosa.

10 Entrevista con el Pbro. Ezequiel Lango, México, 19 de diciembre de 1965.

11 Varios de los primeros discípulos de Felícito Pérez relataron detalles de su conversión al

autor. El Sr. Joaquín Vera Hernández los confirmó.

12 Román de la Cruz apuntaba los eventos importantes de su vida en una libreta titulada "Notas memorables". Cerca de 1953 escribió también sus memorias. El autor también grabó en una cinta una entrevista con de la Cruz en marzo de 1965 y revisó todos sus informes anuales al Presbiterio que se encuentran en los archivos del mismo en Villahermosa.

13 Entrevista grabada con Esquivel, Villahermosa, abril de 1965.

14 Archivos del Presbiterio, Villahermosa.

15 Informe anual de Rafael Vargas, 1933; archivos del Presbiterio, Villahermosa.

16 Informe anual del Pbro. José Coffin al Presbiterio; archivos del Presbiterio, Villahermosa.

17 Relato al autor por el hijo del Sr. Sánchez, el finado Pbro. Andrés Sánchez; Villahermosa, junio de 1965.

18 Entrevista grabada con los ancianos de la iglesia de Tecominoacán; abril de 1965.19 Relatado al autor por el Pbro. David Esquivel.

20 Entrevista grabada con el Sr. Joaquín Vera Hernández; Villahermosa, marzo de 1965.

21 Según el Pbro. Ezequiel Lango, México, 19 de di-ciembre de 1965.

22 John Mackay, That Other America (New York, Friend-ship Press, 1935), p. 101.

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CAPÍTULO VEL FUEGO SE EXTIENDE

(1935 - 1942)

Por varios días después del derrocamiento de Garrido Canabal los tabasqueños quedaron atónitos. Román de la Cruz escribió lo siguiente en su diario para describir aquellos días:

Cuando esto sucedió, tal nos parecía como que acababa de pasar una guerra. Todo mundo estaba inquieto. Los que habían sido castigados cruelmente veían a sus enemigos en la puerta de la tumba. Las autoridades estaban en espera de un ataque del pueblo.

La mayoría de las autoridades siguieron en sus puestos, pues sólo fueron reemplazados los jefes

principales. Algunas autoridades locales trataron de seguir la campaña antirreligiosa pero, sin el respaldo de los "camisas rojas', les resultó imposible. Poco a poco la situación cambió y la gente empezó a darse cuenta de que en verdad gozaban de libertad.

Al principio, los evangélicos de los pueblos no se reunían públicamente. En Villahermosa un pequeño grupo de creyentes comenzó a reunirse alrededor de la mesa en la casa de Joaquín Vera Hernández, como si estuvieran cenando, pues todavía sentían miedo de sus enemigos. Sólo después de casi un año comenzaron a celebrar actos públicos. En Comalcalco unas cuantas mujeres evangélicas se reunían en casas particulares.

Las congregaciones rurales, en cambio, comenzaron a celebrar servicios públicos tan pronto como supieron de la caída de Garrido. Comenzaron también a surgir nuevas congregaciones en muchos lugares. Para mediados de 1937, dos años después' de la caída de Garrido, había cuarenta y dos congregaciones en Tabasco, incluyendo treinta y una nuevas. La mayoría de dichas congregaciones se localizaban entre Cárdenas y Comalcalco y en las selvas y los pantanos al poniente, pero también había familias evangélicas en muchos otros lugares.

UNA SOLICITUD DE AUXILIO

En agosto de 1937 cuatro representantes de las congregaciones tabasqueñas asistieron a la reunión anual del Presbiterio del Golfo que se efectuó en Xocenpich, Yucatán. Uno de ellos fue David Esquivel, quien nos cuenta:

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Se sorprendieron al vernos porque creían que toda la iglesia evangélica de Tabasco había desaparecido.

La pequeña delegación solicitó ayuda del Presbiterio en cinco formas:

1. Comunicación directa con el Presbiterio y no a través del pastor José Coffin, para evitar retrasos en la correspondencia puesto que Coffin vivía en la costa del Pacífico de Chiapas.

2. Permiso para reorganizar los consistorios de las iglesias que habían existido antes de la persecución.

3. Los servicios urgentes de un pastor ordenado o de un obrero preparado por algunos meses para "el reavivamiento de la Iglesia".

4. Un aumento de salario para los cuatro obreros de Tabasco.

5. Que el Presbiterio tomara las medidas necesarias para preparar a los obreros Román de la Cruz y David Esquivel a fin de que fueran ordenados al santo ministerio.

El Presbiterio prometió ayuda y autorizó al pastor Gabriel Urbina para que hiciera una gira por Tabasco, la cual nunca se llevó a cabo.

En 1936 José Coffin había escrito al Sínodo Nacional solicitando insistentemente que enviaran más obreros a Tabasco y que la siguiente reunión del Sínodo se celebrara en Tabasco, "por razones de estrategia misionera". El Sínodo nunca respondió a dichas peticiones. Algunos tabasqueños piensan que los dirigentes de la Iglesia Presbiteriana en otras partes de

México tenían todavía miedo de entrar a lo que había sido la notoria tierra de Tomás Garrido Canabal.

OBREROS DESTACADOS

Durante más de ocho años después de la caída de Gar-rido no vivió en Tabasco ni un solo pastor o misionero. Dos de los colportores, David Esquivel y Román de la Cruz, llegaron a ser dirigentes de la iglesia que renacía. Años después los dos fueron ordenados al ministerio. Los otros dos colportores, Andrés Ramón de Frontera y Rafael Vargas de Comalcalco, renunciaron, el primero en 1935 y el segundo en 1938. Aunque poca mención se hace de Vargas en la actualidad, él fue quien colocó el cimiento para el notable crecimiento que toda la iglesia experimentó en aquella región. En su último informe en 1937 escribió:

El trabajo personal ha sido de muy buenos resultados aquí en Comalcalco, pues lo que por muchos años no se había podido lograr por medio del púlpito en relación a la conversión de las almas, pudo hacerse con el trabajo personal.

MANASÉS SÁNCHEZ

Manasés Sánchez era un campesino analfabeto de dieciocho años cuando el misionero Schaumburg lo encontró en 1928. Lo mandó a estudiar a Yucatán, de donde regresó poco tiempo después de la caída de Garrido. Por un tiempo trabajó como obrero voluntario en el campo de su propia iglesia y, en 1938, comenzó a recibir una pequeña ayuda económica de la misión. Sánchez visitó sistemáticamente por muchos años una docena de congregaciones rurales, tanto a caballo, como a pie, cargando sobre sus hombros un pesado órgano plegadizo. Más tarde fue también ordenado y

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trabajó en varios pastorados y como primer Director de la Escuela Bíblica Tabasqueña.

JOSÉ SANTOS JIMÉNEZ

José Santos Jiménez tomó parte en la Revolución mexi-cana y ascendió hasta el grado de coronel. En Tapachula, Chiapas se hizo discípulo del Pástor José Coffin y en l935 comenzó a evangelizar por los campos petroleros de las colindancias de Tabasco y Veracruz. Al principio recibió un pequeño sueldo de la Misión, pero más tarde comenzó a sostenerse por si mismo. Después de trabajar quince años como evangelista y colportor, fue ordenado en 1950. En su carácter y manera de trabajar imitaba mucho a Coffin.

DANIEL JUÁREZLos padres de Daniel Juárez fueron de los primeros en aceptar el evangelio en Tabasco. Habían sido sirvientes en la finca de Agustín Lutzow, el inmigrante polaco que dirigió a las dos primeras congregaciones en 1882. Un hermano mayor de Daniel fue oficial del ejército en la Revolución y en una ocasión gobernador interino de Tabasco. Después fue jefe de aduana en Yucatán. Este mismo hermano mandó a Daniel a los Estados Unidos a que estudiara, pues deseaban formar juntos una compañía de exportaciones. En Pensilvania Daniel se convirtió a Cristo por la influencia de unos seminaristas y se adhirió a la Iglesia Evangélica, que ahora es parte de la Iglesia Metodista Unida.

El hermano de Daniel murió durante el movimiento de-lahuertista en 1923. Daniel regresó a Comalcalco, consiguió trabajo como maestro, se casó y compró un terreno. Poco se relacionaba con los otros evangélicos y casi nada recordaba de su experiencia de conversión

en los Estados Unidos, pero durante la persecución ocultó varias veces en su casa al pastor José Coffin.

Un día de primavera en 1938 llegó Coffin a su casa jun-tamente con algunas mujeres de la iglesia de Comalcalco. El obrero Rafael Vargas acababa de renunciar y ellas pedían que Juárez les ayudara para celebrar los servicios de Semana Santa. Juárez consintió en ayudarlas solamente por una semana, pero continuó como director espiritual de la misma iglesia por treinta años. Fue ordenado en 1946 y se retiró del servicio activo en 1968. (1)

JOAQUÍN VERA

Se ha mencionado ya al señor Joaquín Vera Hernández, yerno del pastor Eligio N. Granados. Después de la persecución resultó ser uno de los más dinámicos dirigentes de la obra Presbiteriana en Tabasco. Nunca ingresó al ministerio, pues se dedicó al comercio pero aportó generosamente su tiempo y dinero para ayudar al renacimiento de la iglesia. Como anciano gobernante ocupó varios puestos de importancia en la iglesia local y nacional. Tal vez sea el evangélico más conocido en el Estado y ha sido uno de los muy pocos evangélicos que ha tenido influencia en el gobierno de Tabasco, prestando sus servicios en varias comisiones especiales a través de los años.

REVERENDO JOSÉ COFFIN

Sin duda alguna, José Coffin ha sido la figura más pin-toresca de la historia de la iglesia Tabasqueña. Ya hemos relatado algo de su juventud. Su padre era norteamericano, pero José se sentía "mexicano de hueso colorado" y con la misma expresión se refería a su lealtad al presbiterianismo. Los archivos del

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Presbiterio del Golfo de México contienen varias de sus peticiones a favor de una actitud firme e intransigente en contra de las otras denominaciones evangélicas, las que consideraba completamente equivocadas. Por haber sido la Iglesia Presbiteriana la primera que estableció trabajo permanente en todo el estado de Chiapas, llegó a creer que Chiapas era campo exclusivo de los presbiterianos. (2)

Durante el medio siglo de su ministerio, José Coffin recibió la mayor parte de sus honorarios de una misión extranjera y se sentía frustrado bajo el control paternalista que solía acompañar al dinero. Intelectualmente, Coffin estaba a la par con cualquier misionero y en materia de cultura e idioma estaba mejor capacitado. Sin embargo, él sentía que algunos lo trataban como un inferior.

En 1928 Coffin escribió una carta abierta a las misiones que trabajaban en México con la Iglesia Presbiteriana pidiendo que los misioneros se pusieran al nivel de los pastores nacionales. Los retó a que se portaran como "misioneros apostólicos" y no como meros "empleados" de sus respectivas iglesias. Parte de su carta decía:

Ninguna ley os impide nacionalizaros para que mañana vuestros hijos carnales o adoptivos sean misioneros mexicanos DE NACIMIENTO. Si un día de estos aumentara la persecución, no volváis a huir como en 1914, sino esperad serenamente hasta que nosotros los nativos veamos si es providencial enviaros el canasto de Hechos 9:25. Si la Iglesia Nacional va al martirio, nadie en la tierra ni en el cielo os negará el sublime derecho de ser mártires.

Las relaciones entre Coffin y sus colegas misioneros fueron empeorando con el paso de los años. Cuando en 1943 las congregaciones de Tabasco solicitaron sus servicios por tres meses, Coffin inmediatamente accedió, aun cuando no le faltaba trabajo en Chiapas. Sin embargo sus superiores norteamericanos no estuvieron de acuerdo y se rehusaron a pagar sus honorarios por más de seis semanas. Esto resultó en una acalorada discusión entre Coffin y un misionero en plena reunión del Presbiterio.

Tales problemas podrían dar la impresión de una personalidad impetuosa y hasta chocante, pero nada pudiera estar más lejos de la verdad. Coffin era todo un caballero. Su cuerpo alto y recto, sus grandes bigotes y cabello blanco llamaban la atención donde quiera que iba. Su categoría de profesor y masón le daban acceso a los círculos seculares. En 1947 fue nombrado como primer presidente de la Asamblea General de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México. El año siguiente fue invitado a pronunciar un discurso ante la asamblea general de la Iglesia Presbiteriana en los Estados Unidos y recibió un doctorado "Honoris Causa" en el Whitworth College en el estado de Washington, USA.

Si Coffin era recibido con honores en los elevados círculos de los Estados Unidos, en las rancherías de Tabasco lo era con mayor respeto y admiración. Llegaba de repente y sin aviso a una ranchería aislada y la gente corría para avisar a las familias dispersas. Todo trabajo se suspendía y todo el mundo se congregaba para escucharlo. Coffin no les predicaba sino más bien les daba pláticas y sencillos mensajes de estímulo y aliento, ampliamente ilustrados con cuentos y fábulas basadas en la flora y fauna de Tabasco.

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Su palabra favorita parece haber sido "misionero", nombre con el que se refería a todos los evangelistas voluntarios. Coffin se veía a si mismo como pionero y explorador del estilo de David Livingstone. En 1935 describió así su trabajo en una carta enviada al Pbro. Calixto Lugo:

. . . pero ya conoce usted mi sistema de vida: perpe-tuamente bajo el viejo sombrero de palma, atravesando a caballo la Sierra Madre y cruzando ríos, pantanos y lagunas en cayuco todo el tiempo... expulsado la mayor parte del tiempo hasta de la misma civilización. (4)

Se vestía como cualquier campesino. Norman Taylor se acuerda de una ocasión en que presenció a Coffin llegando de una de sus prolongadas giras misioneras, montado a caballo y con un viejo sombrero, su camisa blanca de campesino hecha pedazos, bañado en sudor y con varios días de barba.

Coffin acostumbraba a alabar a personas humildes y mostrarles mucho cariño. Los niños se le acercaban sin temor y él los llamaba "mis ministritos". Soñaba con llevar el evangelio a los indígenas de Chiapas y en una ocasión fue en busca de los casi desconocidos lacandones. Viajando por una selva despoblada, llegó hasta San Quintín, viaje impresionante ahora aun cuando se hace por avión.

La manera cortés de Coffin y su deseo de identificarse con los creyentes rurales eran muy especiales. Un dirigente de la iglesia de Naranjeño cuenta lo siguiente acerca de él:

Recuerdo los sacrificios que hacía para llegar a estos lugares. Nunca se quejaba. Cuando tratábamos de

darle una atención especial, no la aceptaba. Tomaba cualquier cosa, té de limón o algo parecido. (5)

Cuentan varios tabasqueños que en algunas ocasiones Coffin rehusaba la cama del anfitrión, durmiendo de preferencia en el corredor de la casa, "donde me den el agua y viento", decía. Una vez visitó Arroyo Hondo de Cárdenas. Para retirarse le pidió a Benjamín Sánchez que le prestara un caballo y lo acompañara a otra iglesia. Ocupado en su trabajo en la tienda de su propiedad, Sánchez olvidó la hora en que debían salir y cuando alguien le avisó que Coffin había salido a pie, ensilló su caballo y se llevó otro más. Al rato alcanzó a su pastor caminando solo por la vereda con la silla del caballo a cuestas. Al oír las apenadas disculpas de Sánchez, Coffin contestó sencillamente: "Esta bien, hijito; no te preocupes". (6)

Aunque Coffin defendía hasta el menor detalle el gobierno de su Iglesia Presbiteriana, muchas veces él hacía cosas completamente contrarias a los reglamentos y costumbres de su iglesia. Esta contradicción entre dichos y hechos es, a veces, difícil de comprender. Teológicamente era un presbiteriano convencido, pero de su corazón era un campesino tabasqueño. Algunas de las costumbres que él estableció o permitió contribuyeron en gran parte al crecimiento de las iglesias rurales; pero otras echaron las raíces de problemas futuros.

Sus primeros años de trabajo ministerial fueron más o menos convencionales. Es posible que haya comenzado a modificar sus métodos después de una experiencia que tuvo juntamente con el Rev. Eligio Granados en una gira de evangelización y exploración por la zona indígena de la Sierra de Chiapas en 1921. Llegaron al pueblo de Tumbalá y, después de la

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predicación, todos sus oyentes (finqueros mestizos y sus peones indígenas) declararon haber aceptado la fe evangélica y pidieron el bautismo. Los ministros quedaron atónitos y perplejos ante tal solicitud y razonaron más o menos así:

¿Qué vamos a hacer? ¿Podemos salir sin bautizarlos después de haberles dicho que él que cree en Cristo será salvo y debe ser bautizado? ¿Podemos dudar que sean sinceros? Sabemos que no podemos regresar por varios meses o quizá años. ¿Tenemos el derecho de negar su petición? (7)

Al fin decidieron bautizar a todos los que lo pedían y luego el Rev. Granados y sus acompañantes siguieron su camino. Así comenzó la iglesia entre los indígenas Ch'ol que, con la ayuda posterior de varios misioneros, ahora tiene más de veinte mil creyentes.

Quizá como resultado de esa experiencia Coffin comenzó a bautizar casi a todos los que se lo solicitaban, tanto niños como adultos. En sus visitas a Tabasco, no solamente bautizaba a hijos de miembros de la iglesia sino también a los que tuvieran un tío, abuelo u otro pariente evangélico. Al bautizarlos solía decir: "Te estoy bautizando ahora para que más tarde puedas ser un verdadero creyente". Hacía uso de la costumbre católica de padrinos, de preferencia padrinos no evangélicos, para que el compromiso que ellos aceptaran sirviera como "gancho" para poderlos ganar para Cristo.

Algunos ministros y misioneros sospechaban que Coffin aceptaba el bautismo como medio de salvación, pero es más probable que viera en el bautismo un símbolo para quienes salían del paganismo y entraban a la órbita de la iglesia evangélica; símbolo de que estaban

dispuestos a aceptar la enseñanza que los conduciría a la salvación personal. Si así era, estaba haciendo algo parecido a lo que se hace en Guinea y otras partes del mundo animista, donde los paganos se amontonan por millares, queman sus fetiches y declaran estar dispuestos a escuchar el evangelio.

Dadas las circunstancias especiales de aquellos años, Coffin necesitaba un símbolo que les recordara a los nuevos creyentes que habían decidido romper definitivamente con su antigua religión. Desafortunadamente no tenía otro símbolo aparte del bautismo y seguramente muchos de los que fueron bautizados por Coffin creyeron que esto les aseguraba la salvación.

La gente estaba respondiendo al evangelio y no había obreros para la siega. Coffin sabía que podía pasar sólo dos días en cada lugar y que no regresaría sino hasta uno o más años después. No se puede negar que sus métodos dieron resultados. Si Coffin hubiera insistido en seguir estrictamente el reglamento de su denominación, el crecimiento de las congregaciones rurales habría sido menor, como lo afirman muchos de los que entonces fueron bautizados.

El dilema a que se enfrentaba Coffin es el mismo que frecuentemente encaran otros ministros y misioneros alrededor del mundo. ¿Qué prefiere Dios? ¿Unos cuantos creyentes bien instruidos que piensan, viven y adoran exactamente como nosotros, o grupos numerosos de creyentes en Cristo de costumbres e ideas que nos incomodan? José Coffin escogió la última alternativa, creyendo firmemente que el Espíritu Santo en el corazón del creyente puede hacer maravillas, por humilde y falta de instrucción que sea la persona. Muchos dirían que la gran confianza que Coffin tenía

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en los campesinos era ciega, pero los resultados muestran lo contrario.

Se cuenta que en una ocasión llegó Coffin a un lugar para organizar oficialmente a la congregación y que, a la hora de la reunión, vio entrar a un señor cuyos padres había conocido unos cuarenta años antes. Recomendó a aquel hombre para anciano de la iglesia, afirmando que venía de una buena familia evangélica, sin saber que el individuo había llegado al lugar para hacer negocio y tenía varios garrafones de aguardiente escondidos en el monte para venderlos después del servicio. Avergonzado ya la vez halagado por la confi-anza del pastor, el hombre decidió hacerse merecedor de tal confianza. Se entregó de corazón a Cristo Y siguió como fiel anciano de su iglesia por más de veinticinco años. (8)

En Tecominoacán bastó una sola visita de Coffin para organizar una iglesia, bautizar a todos los creyentes y ordenar ancianos de entre los que acababan de bautizarse. En todas las iglesias que organizó pasaba a los nuevos ancianos al frente y declaraban que desde aquel momento ellos eran la autoridad absoluta de la iglesia. (9)

En las congregaciones más pequeñas nombraba un "capellán" y lo investía de la misma autoridad. Tales métodos, aunque no muy democráticos, probablemente eran necesarios para asegurar algo de estabilidad, puesto que la región apenas estaba saliendo de tres décadas de confusión y alboroto.

No todos los ancianos y capellanes tan arbitrariamente escogidos fueron fieles, pero la mayoría sí lo fue, pues casi todo hombre, no importa cuál sea su nacionalidad

o nivel social, da el mayor rendimiento cuando alguien lo convence de que se puede confiar en él.

Los métodos de Coffin no eran perfectos y casi todas las iglesias organizadas por él han experimentado serios problemas en años posteriores, muchas veces como resultado de la autoridad absoluta que él confiaba a los ancianos: En muchos de sus métodos se parecía al apóstol Pablo, pero con dos importantes excepciones. En primer lugar, Pablo generalmente se quedaba varias semanas o meses en cada lugar, pero Coffin rara vez pasaba más de dos días en un mismo lugar durante sus visitas relámpago a Tabasco. Le era imposible instruir a los nuevos creyentes en tan breve tiempo. Tampoco podía conocerlos a fondo para escoger a los mejores dirigentes. En segundo lugar, tampoco le concedía Coffin a las Escrituras la misma importancia que Pablo, pues aun sus más fieles admiradores en Tabasco afirman que daba muy poca enseñanza bíblica. Aconsejaba, admiraba, inspiraba y fascinaba con cuentos y moralejas, pero enseñaba poco la Biblia.

Compensaba Coffin su falta de enseñanza bíblica con un constante énfasis sobre el uso del Catecismo Menor. El mismo método usó el obrero Rafael Vargas en el evangelismo personal que tan buenos resultados dio en Comalcalco durante el tiempo de la persecución. Estas doctrinas daban, sin duda, cierta estabilidad a las nuevas congregaciones.

Cuando las iglesias de Chiapas se constituyeron en Presbiterio en 1949, el pastor Coffin fue jubilado, pero continuó siendo miembro del Presbiterio del Golfo, que incluía a Tabasco. Desde entonces se trasladó a vivir en su pequeño rancho en la costa tabasqueña. Aunque jubilado, continuaba haciendo sus visitas anuales a las

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congregaciones del Occidente del Estado. A fines de 1956 se trasladó a vivir a Monterrey en donde más tarde falleció. Patriota, pionero, caballero y crítico. . . La Iglesia Mexicana no verá pronto otra personalidad' tan destacada ya la vez tan contradictoria como la del reverendo José Coffin.

TESTIGOS FIELES

Antes del tiempo de la persecución, la administración de la Iglesia en Tabasco había estado en manos de unos pocos ministros bien preparados, pero después de la misma quedó, sin remedio, en manos de tabasqueños de poca preparación formal. Los nuevos dirigentes, ya mencionados por nombre, trabajaron fiel e incansablemente. Reedificaron las antiguas congregaciones y plantaron algunas nuevas. Sin embargo, ellos personalmente fundaron sólo unas cuantas de las docenas de nuevas congregaciones que aparecieron en todas partes del Estado, pues la mayoría de ellas fueron establecidas por voluntarios sin ninguna preparación, creyentes humildes que hablaban de su nueva fe porque no podían quedarse callados. En algunos lugares había grupos organizados de voluntarios ("misioneros" solían llamarse), que testi-ficaban sistemáticamente de su fe de casa en casa. En otros lugares el testimonio fue individual y totalmente espontáneo. He aquí algunos ejemplos de este testimonio tan variado.

Un panadero analfabeto vendía "dos clases de pan" de casa en casa. Tenía algunos pasajes subrayados en su Biblia y se los sabía de memoria. Cuando necesitaba un texto lo buscaba rápidamente y entregaba la Biblia al oyente para que lo leyera. Dejó tras sus huellas varias congregaciones semiorganizadas. El mismo sistema lo han usado en otros países.

Los creyentes de la congregación de Tecominoacán, muchos de ellos analfabetos, la mayoría no casados le-galmente Y casi ninguno bautizado, iban a pie por las veredas de la selva para visitar comunidades aisladas que estaban hasta cincuenta kilómetros de distancia. Plantaron dieciséis congregaciones que siguen en pie hasta el día de hoy.

En 1937 Joaquín Vera compró un rancho en la región de Plátano y Cacao y mandó a Jobino Javier, evangélico de Paraíso, a que lo cuidara. La iglesia de Villahermosa prometió a Jobino pagarle un peso diario adicional para que trabajara como catequista en sus horas libres. Comenzó a celebrar cultos en casa, contando con seis o siete familias. La gente del lugar era muy supersticiosa; el homicidio era común. Las primeras dos capillas que construyó la nueva congregación fueron incendiadas, pero el número de congregantes había pasado de doscientos para 1950 y seguía aumentándose.

En la remota ranchería de "El Golpe" en 1926, un soldado le regaló una Biblia al señor Fernando Domínguez. Este comenzó a leerla con su familia y los vecinos se reunían a escuchar. Diez años más tarde, pasó por allí el colportor José Santos Jiménez. Él descubrió al pequeño grupo y lo organizó en congregación. Algunos creyentes de "El Golpe" se fueron a ocupar tierras vírgenes en la selva que estaba al occidente y se llevaron consigo la nueva fe, habiendo plantado no menos de siete congregaciones más. En total hay cuando menos diez congregaciones en Tabasco que se han formado por la influencia de una Biblia regalada a un residente local, sin ninguna enseñanza.

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Generalmente el evangelio se extendía por medio de las líneas de parentesco, pues como la mitad de las nuevas congregaciones comenzaron cuando un residente de la localidad fue evangelizado por un pariente. En otros casos los entusiastas creyentes iban de casa en casa, buscando a personas nuevas para evangelizarlas. Cuando alguien demostraba interés, se le leía la Biblia, se le cantaban himnos y se le enseñaba el catecismo o los diez mandamientos. También se celebraban muchos cultos en casas particulares.

Daniel Juárez dirigía un grupo de cuarenta misioneros voluntarios de Comalcalco. David Esquivel tenía más de quince en Paraíso. Otras congregaciones organizaron grupos similares. Claudio López nos describe el grupo al que pertenecía.

En estos tiempos teníamos valor. Teníamos catorce parejas de misioneros que salíamos en todo tiempo. Llegamos hasta Tupilco en la costa, a cuatro horas a caballo. (10)

La iglesia de Arena, a la cual pertenecía Claudio López, comenzó también por causa de una Biblia. En 1927 una muchacha de padres evangélicos de Comalcalco se casó y se fue a vivir a dicha ranchería, que entonces era una nueva colonia en la selva. Llevó consigo una Biblia, pero pronto se la regaló a su compadre Neborio, quien ya tenía un libro de Mormón que le habían obsequiado unos norteamericanos que vivían por allí antes de la Revolución. Neborio se interesó mucho en la Biblia y entre los años de 1927 y 1936 él Y sus hijos la leyeron y discutieron.

En 1936 un tal Martínez trató de derrocar al gobierno de Tabasco y muchos fueron sacrificados por los

rebeldes, entre ellos el mismo Neborio. (Se cuenta que Martínez llevaba las lenguas de sus víctimas ensartadas en un alambre). Fracasó la rebelión y las familias de las víctimas pensaron en vengarse. Los hijos de Neborio invitaron a un grupo de evangélicos de una ranchería cercana a celebrar cultos en varios hogares de su comunidad. Estos evangélicos enseñaban que Dios es el único que puede dar paz, que la venganza le pertenece sólo a él. Unos cuatro o cinco meses después los visitó José Coffin y los organizó en congregación. Como resultado del trabajo de aquellos creyentes se establecieron once congregaciones en esa área.

Entre las víctimas del rebelde Martínez se contaba el abuelo de Armando Cruz, un joven de Arena. Un año después de la muerte de su abuelo, los evangélicos celebraron un servicio de "cabo de año" en la casa de Armando y hablaron del amor de Cristo. Armando y su padre se convirtieron y cinco años más tarde, cuando la congregación de Arena se organizó como iglesia, Armando y su padre fueron nombrados entre los ancianos gobernantes, aunque Armando tenía entonces sólo dieciséis años. Años después llegó a ser pastor de esa misma iglesia.

Por supuesto que no todos los creyentes salían a predicar, pero casi todos se aprovechaban de cualquier oportunidad para testificar y ganar a otros. Lo que a continuación cuenta Alvis Acosta puede muy bien representar cientos de casos parecidos:

Yo me encontraba en el asunto de matar ganado con mi cuñado. Fuimos a la casa de don Justo Pérez y una noche, estando nosotros allá en la casa de don Justo, él nos habló del evangelio, enseñándonos las Escrituras y dándonos algunos pasajes. Felipe, mi cuñado, no le

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puso atención, pero yo sí. Entonces él me preguntó que si yo quería que celebrara un servicio en mi casa... si quería recibir el evangelio en nuestro lugar. Y yo vine y traje esta noticia a mis parientes. Al domingo siguiente vino don Justo Pérez y trabajó (celebró culto) en el hogar de mi hermano. (11)

TESTIGOS PERSEVERANTES

Algunos aceptaban la fe tan pronto como la escuchaban, pero la mayoría tardaba más tiempo. El hecho de que gran número aceptaron probablemente se debe tanto a la persistencia de los misioneros voluntarios como a la notable receptividad que había entre los campesinos. La conversión de Alfonso Narváez ilustra muy bien en este punto:

Me habló por primera vez el hermano Belisario Torres. Nos encontramos por la boca del arroyo, apacentado unos ganados que teníamos allá. Yo antes había tenido un sueño, además ya tenía nociones de los hermanos que andaban por allá. Después tuve mucha visitas,... el hermano Mauro Arcia, Felícito Pérez, etcétera. Dieciséis, dieciocho, hasta veinte venían a la vez. Pero el cabecilla era el hermano Belisario. Dilató como dos o tres meses visitándome aquellos hermanos, consecutivamente visitándome cada sábado. Venían a dormir aquí. Yo era un descalaverado. Tuve mi lucha. Había ocasiones en que estaba platicando con los hermanos que me estaban hablando del evangelio y como para agarrar valor me iba a mi cuarto y me tomaba un vaso de dos dedos de aguardiente, y luego seguía escuchando. Había ocasiones en que me ponía nervioso y me preguntaba: "¿Cómo sería esto?" y luchaba y me debatía conmigo mismo.

El padre de Alfonso se opuso enérgicamente al nuevo mensaje e hizo todo cuanto pudo para estorbar:

En una ocasión los hermanos estaban visitando y can-tando algunos himnos cuando mi padre salió de su cuarto bailando y cantando burlonamente. Los herma-nos se le quedaron viendo. Yo me levanté de la hamaca y le dije, "Papacito, si no cree usted, no inter-rumpa a los hermanos. Los hermanos están aquí con el propósito de ver si pueden pescar un alma y quizá esa alma es la mía". Así hice mi decisión.La esposa de Alfonso era una devota católica, aunque poco instruida, y se oponía al evangelio. Sus padres la amenazaron con desconocerla si aceptaba la fe de su esposo, quien nos cuenta:

Ya ella estaba un poco alerta en el evangelio y en-tonces le dije, "Pues aquí tienes dos caminos. Re-suélvelo. Porque ve lo que dice el Señor: el que amare a padre o a madre o a su hijo más que a mí. . . Aquí está. Te quieren quitar lo que no te han dado. Tu padre no te ha dado el evangelio; no te ha dado cono-cimiento de éste. El Señor te está llamando. Ella aceptó al Señor. (12)

Don Alfonso pronto se ganó a la mayoría de sus parientes ya muchos vecinos. Su padre, ya anciano y ciego, aceptó el evangelio casi veinte años después. También aceptaron el evangelio los padres de su esposa y uno de sus cuñados.

DISTINTOS RESULTADOS

El ardiente sol de la persecución no había secado y preparado todos los lugares por igual y no todos los ta-basqueños respondían al evangelio. Los que más bien respondían eran los que vivían en las nuevas colonias y

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ejidos, mientras que los que más se resistían eran las gentes de la ciudad. Los indígenas se oponían fanáticamente al mensaje. David Esquivel cuenta que en una ocasión él y su compañero visitaron de paso una capilla católica que estaba en un poblado indígena donde la gente estaba haciendo preparativos para una fiesta. Esquivel notó una cruz con la inscripción de INRI y les preguntó si sabían el significado. Al recibir una respuesta negativa, les dio una explicación y les presentó el evangelio. Luego él y su compañero montaron sus caballos y se alejaron rápidamente. Dijo Esquivel, “Si esa gente hubiera sabido que éramos protestantes probablemente nos mata".

Hubo también barreras de tipo político. Alvis Acosta (antes mencionado) había vivido veinte años a un kilómetro de la congregación fundada por el maestro Ángel Hernández en 1917 y, sin embargo, escuchó por primera vez el evangelio cuando estaba de visita en otra comunidad, pues según él mismo lo explica:

Había problemas por asuntos de políticas, del agrarismo. Éramos propietarios aquí y se cometieron unos abusos de parte del agrarismo y eso era el motivo para que no tuviéramos mucha relación con ellos (los creyentes cercanos).

HUELLAS CATÓLICAS

Muchos de los métodos y costumbres que rindieron los mejores resultados para los evangélicos habían sido adaptaciones de costumbres católicas. En 1as rancherías de Naranjeño y Tecominoacán los evangélicos celebraban grandes fiestas de Navidad en que mataban varias reses y mandaban a invitar a toda la gente de la zona. La fiesta duraba dos o tres días y

siempre había mucha predicación y testimonio. Casi todas las congregaciones rurales tenían la costumbre de celebrar cultos en los hogares con motivo de bodas, nacimientos, servicios fúnebres, dedicación de templos y servicios conmemorativos para los muertos. Tales cultos y servicios ayudaban a llenar el "vacío religioso" entre la población rural y, a la vez, presentaban muchas y muy buenas oportunidades para testificar del evangelio. En muchas rancherías siguen observándose tales costumbres hasta la fecha.

NORMAS DE LA IGLESIA CRECIENTE

Durante aquellos años de rápido crecimiento los nuevos creyentes eran conocidos por sus cualidades espirituales y no por haber cumplido con los reglamentos eclesiásticos. David Esquivel cuenta cómo se escogía a los dirigentes para las nuevas obras:

Si sus vidas se cuadraban con la enseñanza de la Biblia y sus testimonios eran buenos, los aceptábamos.

Esquivel aconsejaba a los dirigentes de las nuevas con-gregaciones para que regularizaran su matrimonio, pues los no creyentes se aprovechaban de cualquier pretexto para criticar. La mayoría de las nuevas congregaciones se integraban con personas no bautizadas, generalmente analfabetas y muchas de ellas no casadas. No habían sido bautizadas porque en todo el estado no había un sólo ministro y eran analfabetas porque existían muy pocas escuelas. Muchos no se habían casado legalmente por falta de instrucción y estímulo de parte de los líderes religiosos, otros por el costo y "papeleo" de la boda civil y los demás por complicaciones matrimoniales anteriores a su conversión.

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El legalismo que exige muchos requisitos incluyendo el matrimonio legalizado antes de ser aceptado como miembro de la comunidad evangélica habría sido piedra de tropiezo para el crecimiento de la iglesia en aquel entonces. En algunos lugares aislados lo sigue siendo hasta la fecha.

Si se hubiera enviado a Tabasco un buen número de ministros y misioneros de ''tipo tradicional" para encargarse de las iglesias tabasqueñas en los años de 1935 a 1945, ellos se habrían escandalizado al encontrar tales costumbres y condiciones. Habrían separado de sus puestos a muchos creyentes que no estaban bautizados, ni casados, o que eran analfabetos. Todo esto lo habrían hecho con sinceridad y de acuerdo con las mejores experiencias de las iglesias de los Estados Unidos y Europa, pero con ello hubieran probablemente frenado el crecimiento de la iglesia tabasqueña.

El creciente número de congregaciones tabasqueñas necesitaba, sin duda, mucha ayuda en aquellos años, lo cual los ministros dirigentes reconocían y por ello solicitaron ayuda en varias ocasiones. Pero hacía falta la ayuda de ministros y misioneros de una visión poco común, hombres capaces de dejar a un lado sus propias costumbres y prejuicios, tanto culturales como eclesiásticos, capaces de entender la naturaleza singular de la iglesia de Tabasco. Aparentemente no se disponía de hombres de tal género para que sirvieran en Tabasco por aquellos años. Puede ser que Dios no haya permitido ninguna ayuda de afuera en aquel período formativo precisamente porque deseaba dejar a los creyentes tabasqueños en libertad de encontrar los métodos más compatibles con la cultura y el medio ambiente autóctonos.

PROMESAS DE AYUDA

Para el año de 1940 había setenta y cuatro congrega-ciones que se reunían con regularidad, aparte de reuniones esporádicas en muchos otros lugares. Después de tres años de peticiones, el presbiterio envió en 1940 al Presbítero Calixto Lugo de Yucatán a que se hiciera una visita de tres meses. Lugo se dedicó a conocer las congregaciones, a bautizar a creyentes y organizar iglesias. Parte de su informe decía...

Tal es la influencia del evangelio que en todo el pueblo solamente cinco o seis familias no son protestantes. Esta gente sencilla se acostumbra a hacer mucho uso del evangelio personal. Tan pronto como una persona ha aceptado el evangelio, se le pide en una reunión que pase al frente a dar testimonio y así hacer una confesión pública de su fe. No hay ya ataques ni persecución. Por la gracia de Dios todas las puertas están abiertas, nadie molesta a nadie... A pesar de todo lo que les he informado, de ninguna manera puedo mencionar todas las cosas buenas que han acontecido entre nuestros amados hermanos de Tabasco. (13)

Lugo les predicó a 12,946 personas durante su visita a Tabasco y bautizó a 458. En su informe mencionó que un representante de la Sociedad Bíblica les había predicado a 3,500 personas en una sola semana.

Las iglesias en otras partes de México y en los Estados Unidos comenzaron a prestar atención a lo que desde hacía cuatro años les habían estado diciendo los tabasqueños y el pastor Coffin. En junio de 1940 la misión envió una comisión especial a Tabasco para ofrecer ayuda. Después de una rápida consulta, los tabasqueños solicitaron una familia misionera, una

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escuela bíblica y salarios para dos pastores por un tiempo máximo de cinco años. La misión prometió ayuda, pero ya se aproximaba la segunda guerra mundial y las cosas se ponían difíciles. Pasaron tres largos años antes de que la iglesia tabasqueña reci-biera de afuera una ayuda apreciable.

LOS CONSISTORIOS UNIDOS

Antes de 1940 las seis iglesias que existían desde antes de la Revolución ya estaban organizadas de nuevo y en el año de 1940 los pastores Coffin y Lugo organizaron seis iglesias más durante sus visitas a Tabasco. Cada iglesia tenía a su cargo un campo de trabajo con varias congregaciones que .de ella dependía. Durante los cinco años posteriores a la persecución las iglesias habían trabajado independientemente y cada una de ellas mantenía relaciones directas con el Presbiterio que entonces se reunía en Yucatán. El 28 de noviembre de 1940 los ancianos y representantes de las doce iglesias se reunieron en Villahermosa y pasaron el día en ayuno y oración. Luego organizaron lo que en efecto fue un presbiterio laico, que llamaban los Consistorios Unidos de Tabasco. Después, para demostrar su lealtad al Presbiterio oficial cambiaron el nombre a Primera Comisión Regional del Presbiterio.

José Coffin, todavía era "director espiritual" en Tabasco. Él criticó a los laicos tabasqueños por haber formado la organización sin aviso previo. Otros ministros también criticaron el hecho, pues según ellos la organización no cabía dentro del reglamento oficial de la Iglesia Presbiteriana. Un ministro influyente declaró que era peligroso permitir que se reunieran los consistorios sin la presencia de un ministro ordenado.

Los tabasqueños no deseaban ser rebeldes, pero se encontraban solos y abandonados, sin ministros ni ayuda económica y poco entendían de la organización de la denominación. Sólo sentían la necesidad de unificar sus esfuerzos y ayudarse mutuamente. Joaquín Vera, primer presidente de los Consistorios Unidos, explica cómo eran las reuniones anuales:

Nos reuníamos como si fuéramos presbiterio, pero no había ministros presentes. Teníamos un poco de miedo de los ministros porque pensábamos que nos querían perjudicar y no ayudar. Las reuniones eran una especie de mesa redonda. Había presidente, secretario y tesorero pero no había nada de "Yo soy más" o "Tú eres menos", nada de eso. Nadie ganaba nada por su trabajo excepto Manasés Sánchez y nos costaba tra-bajo reunir quince pesos mensuales para él. (En realidad había tres obreros más que recibían una pequeña ayuda de la Misión). Había mucho entusiasmo y las reuniones duraban hasta una semana.

"Vamos a hacer un plan de trabajo", decíamos. "¿Qué vamos a hacer este año? Vamos a hacer esto y esto. ¿Quién quiere trabajar? Pues yo voy a trabajar por acá y tú por allá". Todos trabajábamos. Había mucho entusiasmo. No gastábamos tiempo discutiendo sobre divisiones de campos. (14)

Aunque la misión estaba bien enterada del avivamiento en Tabasco y convencida de la necesidad de prestar ayuda, antes de 1942 nunca logró cambiar a ninguno de sus veintiún misioneros de los puestos que ocupaban en otras partes de México para que se cambiaran a vivir y colaborar en Tabasco.

El reverendo Norman Taylor y otros misioneros asistieron a la reunión anual del Presbiterio que se

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tuvo en Villahermosa en 1941 y, según relata, la sala de reuniones estaba repleta de gente y muchos se habían quedado en la calle. Los creyentes se paraban afuera para ceder la entrada a personas nuevas. Al terminar uno de los mensajes, se hizo una invitación pública y aunque el predicador pensaba que no habían entendido bien el mensaje, para su sorpresa ochenta personas hicieron su decisión esa noche.

El clamor por el evangelio continuó por casi diez años. En una ocasión la secretaría del Gobierno llamó por teléfono a Joaquín Vera para pedir que fuera a predicarles a unas 300 personas reunidas en la calle frente al palacio de gobierno. En otra vez la plaza central del pueblo de Aldama se llenó de gente todas las noches durante una semana para escuchar la predicación. El señor Vera relata otra experiencia:

Fuimos a la ranchería de Las Flores. Estuvimos toda una semana y fue algo sorprendente. La gente, día y noche, cantando, predicando y trayendo las almas a Cristo. El que predicaba tenía que hacerlo muy sencillo. En esas predicaciones dábamos invitaciones para que la gente pasara al frente en señal de haber aceptado la nueva fe. Tan pronto como aceptaban, los poníamos a trabajar como hermanos. No eran bautizados porque no había quien los bautizara. Les decíamos cómo debían portarse, es decir, de acuerdo con la Biblia. No esperábamos que los nuevos llenaran todos los requisitos de la iglesia. Había personas que no estaban casadas por la ley. (Casamiento civil). Los aceptábamos, pero se les amonestaba a que arreglaran estas dificultades lo más pronto posible. (14)

Dos años después de la visita de la comisión especial de la Misión, los tabasqueños no habían recibido

ninguna contestación a sus peticiones y comenzaron a darse cuenta de que no podían confiar en la ayuda de afuera. Al mismo tiempo empezaron a sentir optimismo y sano orgullo por su propia capacidad A mediados de 1942 los obreros David Esquivel y Manasés Sánchez visitaron la mayoría de las congrega-ciones, llevando el tema "Nacionalismo y Mayordomía Cristiana." Por "nacionalismo" querían decir sostén y gobierno propios. Después de la gira, David Esquivel informó:

Con énfasis especial les hice ver la necesidad de preparar ministros y obreros tabasqueños para atender a las iglesias. Dos jóvenes y un hombre casado se ofrecieron para asistir al Instituto Bíblico en Yucatán.

En el mismo informe, Esquivel relató que se habían impresionado por la falta de enseñanza de las congregaciones aisladas, de los muchos niños y adultos que no sabían leer, y propuso un plan de trabajo:

Los obreros van primero, predicando el evangelio. Luego siguen los maestros, pasando dos o tres meses en cada lugar, catequizando y enseñando a leer. Luego vienen los ministros, casando, bautizando y recibiendo nuevos miembros. (15)

Manasés Sánchez informó que en su gira habían prometido diezmar no menos de 166 personas y añadió:

iAh, querido hermano! iQué campos tan hermosos para la siega! El evangelio está sembrado, pero necesita cultivo. ¿Quién irá? Sólo el Señor lo sabe. (16)

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NOTAS CAPÍTULO V1 Entrevista con Juárez; Comalcalco, Tabasco, mayo de 1965.

2 Carta de Coffin a Abimael Magaña escrita desde Tapachula, Chiapas, el 7 de junio de 1944; archivos del Presbiterio del Golfo, Villahermosa.

3 Carta circular escrita por Coffin en Tapachula, Chiapas, el 24 de noviembre de 1928; archivos del Presbiterio, Villahermosa.

4 Carta de Coffin a Calixto Lugo, 9 de agosto de 1935; archivos del Presbiterio del Golfo, Villahermosa.

5 Entrevista grabada en cinta con el Sr. Salomón Ulloa y otras personas; Naranjeño, Tabasco, enero de 1965.

6 Según Andrés A. Sánchez, hijo de Benjamín.

7 Según dos hijas del Rev. Granados quienes lo acompañaron en el viaje. Algunos aspectos del viaje confirmados por el Juez de Chilán, Chiapas y por "don Pedro", un indígena Cho’l quien se convirtió en dicha ocasión. También por la Sra. Elodia Vda. de Morrison, viuda de un hacendado americano quien había recibido a los dos ministros en su finca cerca de Tumbalá , Chiapas.

8 Según el Pbro. Cuauhtémoc Angulo, Paraíso, Tabasco, junio de 1965.

9 Según los ancianos de la iglesia presbiteriana de Tecominoacán, Tabasco en 1965.

10 Entrevista con López, ranchería Arena, Comalcalco, junio de 1965.

11 Entrevista grabada en cinta con Alvis Acosta, ranchería Tequita, abril de 1965.

12 Entrevista grabada en cinta con Alfonso Narváez, ranchería La Candelaria de Macuspana, mayo de 1965.

13 Informe anual para 1941 de la Board of Foreign Missions, Presbyterian Church, U. S. A.

14 Entrevista grabada en cinta con el Sr. Joaquín Vera, arriba mencionada.

15 Carta de Esquivel a Joaquín Vera, enviada desde Paraíso en septiembre de 1942. Archivos del Presbiterio del Golfo.

16 Carta de Sánchez a Joaquín Vera, enviada desde Cárdenas en octubre de 1942. Archivos del Presbiterio del Golfo.

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CAPÍTULO VIEL MOVIMIENTO ECHA RAÍCES

(1943 - 1960)

De 1937 a 1943 las iglesias tabasqueñas solicitaron varias veces que el Presbiterio preparara para el santo ministerio a algunos de los nuevos dirigentes. Gracias a la intervención de un ministro mexicano y un misionero extranjero, el seminario de la ciudad de México consintió con renuencia en aceptar para un curso especial de un año a David Esquivel y Manasés Sánchez en 1943 y a Román de la Cruz en 1945. Cuando se toman en cuenta los heroicos esfuerzos de estos tres obreros, la renuencia del seminario se antoja ridícula.

En mayo de 1944 David Esquivel y Manasés Sánchez recibieron su ordenación juntamente con Roque May, obrero de Yucatán que entonces se fue a trabajar a Tabasco. Dos años después Román de la Cruz y Daniel Juárez fueron ordenados también y otro ministro de Yucatán se trasladó a trabajar en Tabasco, aumentándose así a seis el número de ministros en el Estado. En los años de 1943 y 1944 los Consistorios Unidos de Tabasco mandaron a cinco estudiantes al Instituto Bíblico de Yucatán. Tres de ellos terminaron más tarde sus estudios de seminario y llegaron a ser ministros en Tabasco.

En el mismo año de 1943 se comenzó a celebrar un "instituto" anual para laicos en los que la mayor parte de la enseñanza era impartida por tabasqueños. Las materias eran completamente prácticas con el propósito principal de orientar a los líderes de las múltiples congregaciones nuevas. Una clase, por ejemplo, llevaba el título de "El Capellán en Funciones de Pastor". (En Tabasco un "capellán" es el encargado de una congregación rural).

A fines de 1942 los esposos misioneros Tremain llegaron a Tabasco después de haber trabajado varios años en Japón. Visitaron dos o tres veces las congregaciones rurales para luego dedicar la mayor parte de su tiempo a la iglesia de Villahermosa. Tremain ayudó a organizar las primeras clases de la Escuela Bíblica Tabasqueña. Después de dos años se trasladaron los Tremain a la ciudad de México para prestar sus servicios en el Seminario Presbiteriano.

A fines de 1944 1ª joven pareja misionera McKaughan llegó para establecerse en la Villa de Comalcalco. El señor Mckaughan hacía giras a caballo entre catorce congregaciones de la región y cada jueves se reunían unos cuarenta voluntarios en Comalcalco para recibir instrucciones de él y de otros maestros de la localidad. En 1946 la familia misionera Tinley tomó el lugar de los Tremain en Villahermosa para dedicar la mayor parte de su tiempo a la Escuela Bíblica Tabasqueña, a cuyo personal se añadió en 1948 la familia Mckaughan.

Los misioneros se esforzaban por ser ayudantes antes que líderes. Trataban de fortalecer a las iglesias locales y dar instrucción a sus dirigentes. Desconfiaban de la ayuda económica del extranjero y por eso nunca daban dinero directamente a una congregación local sino que empleaban los fondos de la misión en proyectos que beneficiaran a toda la iglesia en general, tales como la Escuela Bíblica, programas de alfabetización, servicios médicos, etcétera. Sin embargo, en el oriente de Tabasco la misión sí pagó lossalarios de ministros y obreros, ya que se trataba de una región nueva en donde no se habían establecido antes congregaciones formales, pues las visitas del colportor M. Monjarás en 1883, de Marcelino

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Hernández en 1889 y de los ministros Granados y Coffin en 1915 habían sido más de exploración que de evangelización.

Poco antes de 1940 los llamados Testigos de Jehová y la Iglesia Adventista habían establecido trabajo en el oriente de Tabasco en la zona que se llama Los Ríos. Román de la Cruz estuvo de visita allí en 1942 y el año siguiente logró establecer una congregación en Tenosique. En la ranchería de Arenal, Balancán, el señor José Arcos se interesó en la Biblia gracias a la visita de los Testigos de Jehová. En uno de sus viajes a Villahermosa recibió Arcos por obsequió una Biblia de manos de Joaquín Vera. Después de su conversión, con la ayuda de Román de la Cruz, él estableció en su región varias congregaciones presbiterianas.

Román de la Cruz, ya ministro ordenado, continuó en la zona de los Ríos hasta 1949, año en que el presbiterio envió a varios obreros laicos a la zona, sostenidos por la misión.

INSTITUCIONES Y PROYECTOS

Durante la primera década después de la llegada de los misioneros, la iglesia tabasqueña inició varios proyectos e instituciones, algunos a iniciativa de los misioneros, otros por los dirigentes locales. Unos continúan activos, sirviendo con dedicación a la iglesia, otros han cesado en sus funciones. Pero todos estos proyectos e instituciones en alguna forma han contribuido positivamente al crecimiento y cimentación de la iglesia. Se hará sólo una breve mención de ellos.

La Escuela Bíblica Tabasqueña

Fue por iniciativa y a petición de un grupo de laicos activos que la Escuela Bíblica Tabasqueña abrió sus puertas desde mayo de 1946 en la colonia de Atasta. Antes que finalizara el año se cambió a la "Quinta de los Almendros", propiedad que con la ayuda de la misión oportunamente adquirió.

La Escuela Bíblica era una de las instituciones de capital importancia en el programa de la iglesia. Es el semillero donde jóvenes laicos han recibido orientación y conocimientos para trabajar como predicadores, ancianos gobernantes, diáconos y maestros en sus propias iglesias. Varios de ellos han seguido sus estudios en los seminarios, pues la mayoría de los que hoy son ministros activos en Tabasco empezaron sus estudios y recibieron el estímulo e inspira-ción para dedicarse al ministerio cristiano en la Escuela Bíblica Tabasqueña. Entre sus directores han figurado los ministros Manasés Sánchez, Andrés A Sánchez, Cuauhtémoc Angulo, Andrés García y Armando Cruz.

Escuela. Bíblica para Señoritas y Casa Hogar

En un viaje a la región de los Ríos en 1953 nació en la mente y corazón del Pbro. Roque May y la señorita Aída Luz Vásquez la idea de establecer una escuela bíblica para señoritas. Muy pronto los planes se transformaron en realidad La Escuela Bíblica Dorcas abrió sus puertas en Frontera a principios de 1956. En 1969 se trasladó a Comalcalco donde se construyó un moderno edificio. En sus primeros quince años se graduaron 42 alumnas y otras estuvieron hospedadas en la Casa Hogar. Algunas de las graduadas están trabajando en el campo de la Unión Femenil como misioneras, otras prestan sus servicios gratuitos en sus respectivas congregaciones.

Obra Médica

La enfermera Ruth Machuca trabajó incansablemente por siete años, desde 1955, entre las congregaciones rurales de Tabasco, enseñando higiene en los hogares y, a las madres, el cuidado de sus niños. Muchas veces desempeñó el papel de médico y de predicadora, atendiendo las necesidades físicas y espirituales de las gentes a quienes constantemente visitaba. Por algún tiempo contó con la ayuda de dos enfermeras adicionales.El Dr. Joel Flores, de la ciudad de México, ofreció sus servicios a la iglesia tabasqueña. Instaló su consultorio en la ciudad de Comalcalco en donde trabajó por tres años, prestando sus servicios también a las iglesias rurales.

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Campamento Juvenil

En 1955, el Pbro. Roque May organizó un retiro para jóvenes, los que se siguieron celebrando año con año hasta alcanzar una buena asistencia. El Presbiterio y los misioneros se interesaron en el proyecto y se adquirió un sembrado de palmeras en la costa del Golfo en donde se construyó un campamento permanente. Además de las actividades juveniles, sirvió a las iglesias y congregaciones para días de campo y al Presbiterio para retiros y otras reuniones.

Institutos Aéreos

Antes de 1958 Tabasco carecía casi totalmente de carreteras y vehículos. Los viajes a caballo se dificultaban a causa de la gran cantidad de arroyos y pantanos. Las lanchas de motor y los "cayucos" recorrían los ríos principales pero los viajes era lentos y pesados. Para trasladarse de Villahermosa a Tenosique, por ejemplo, se necesitaban siete días con sus noches. Había sin embargo, una compañía aérea que con sus anticuadas avionetas conectaba las poblaciones principales con la ciudad capital.

En 1947 la misión, con el visto bueno del Presbiterio, pidió ayuda de la asociación misionera Alas de Socorro que ya trabajaba en el estado de Chiapas para que prestara sus servicios en Tabasco. Los gastos de ese nuevo programa fueron sufragados por la misión, pero todos los pastores, obreros y misioneros tenían igual derecho de solicitar los servicios del avión. Las congregaciones rurales construyeron rústicas pistas de aterrizaje. De las cien pistas en total que se utilizaban, sesenta y ocho fueron construidas exclusivamente para el avión misionero que a veces aterrizaba en potreros, playones, calles de pequeños poblados y brechas de trescientos metros de largo en el corazón de la selva.

Con este nuevo servicio, todos los obreros de la iglesia se movilizaron para una serie intensiva de "institutos" locales de tres días de duración. En algunos años se celebraron hasta ciento veinticinco institutos aéreos. De esta manera la mayoría de las

congregaciones recibieron visitas pastorales por lo menos una vez al año. Fue así como en muchos lugares el instituto anual llegó a ser una "fiesta evangélica". Durante el día los creyentes se congregaban para recibir orientación e instrucción sobre la vida cristiana del pastor u obrero visitante; por la noche gran parte de la comunidad asistía al servicio evangelístico que a veces duraba hasta la media noche. En estas visitas el ministro bautizaba a niños y adultos y recibía a nuevos miembros.

En un principio este movimiento estuvo coordinado por el misionero Federico G. Tinley. En 1954 la familia misionera Denman llegó a Tabasco y en compañía del Pbro. Santiago Marín López se responsabilizó de los institutos y de las campañas evangelísticas que entre 1957 y 1960 registraron más de mil decisiones por año para Cristo. El misionero Tinley también utilizó otra avioneta de su propiedad en el mismo servicio hasta 1961, principalmente como parte de la labor evangelística y de plantar nuevas iglesias en la región del Río Usumacinta, al oriente del estado.

Durante los diecisiete años del servicio los cuatro pilotos de Alas de Socorro que prestaron sus servicios en Tabasco, entre ellos el autor de este libro, hicieron más de quince mil vuelos con un total de casi un millón de kilómetros recorridos. Probablemente la contribución más importante de este servicio consistió en ligar a las congregaciones aisladas en el corazón de la selva con las demás iglesias y hacerlas sentir que eran parte de un movimiento mucho mayor de lo que hasta entonces habían creído.

A medida que el gobierno construía carreteras, se abandonaban muchas pistas de aterrizaje, pero la iglesia seguía plantando congregaciones y, al mismo tiempo, abriendo nuevas pistas. Debido a la profusión de nuevas carreteras a partir de 1962, hubo menos necesidad de los servicios del avión y en 1965 se dio por terminado totalmente este servicio.

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CAPÍTULO VIIDESALIENTO Y NUEVA VISIÓN

1960 - 1970Desde 1935 la Iglesia Presbiteriana en Tabasco había experimentado un verdadero renacimiento. El censo oficial del gobierno en 1940 señalaba una comunidad protestante en el Estado de 9,323. De éstos más del ochenta por ciento correspondía a la Iglesia Presbiteriana, pues la única otra denominación en el estado para entonces era la Adventista del Séptimo Día que apenas se establecía definitivamente.

En 1940 el elemento laico más destacado de los presbiterianos unió sus esfuerzos para formar lo que al principio llamaron "Los Consistorios Unidos" y más tarde "La Primera Comisión". Entre 1940 y 1950 se ordenaron los primeros cinco ministros tabasqueños y cinco más fueron enviados al instituto bíblico en Yucatán, volviéndose más tarde para trabajar en Tabasco. Llegaron los primeros misioneros. La Escuela Bíblica tabasqueña abrió sus puertas. Se iniciaron la serie intensiva de "institutos aéreos" en todo el campo para estimular y capacitar a los creyentes.

Para 1950 las estadísticas nacionales anotan para Tabasco 18, 617 evangélicos, equivalente a un 5.2% de la población total del estado que para entonces era de 362,716 habitantes. Cierto es que no todos pertenecían a la Iglesia Presbiteriana, pues para entonces habían entrado al estado otras denominaciones, además de las adventistas, que también habían ganado conversos. Sin embargo, la Iglesia Presbiteriana tenía no menos del 70% (13,000) de la comunidad protestante.

La década siguiente (1950 - 1960) señaló una marcada actividad para la Iglesia Presbiteriana en Tabasco con la ordenación de nuevos ministros, el arribo de nuevos misioneros, el aumento de obreros egresados de la Escuela Bíblica Tabasqueña, la adquisición de un avión misionero exclusivamente para Tabasco, el testimonio y trabajo personal de los creyentes en sus respectivas comunidades y la realización de campañas evangelísticas con predicadores traídos de otras partes del país y de la América Latina. El período de 1957 a

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1960 marcaba la cima de este movimiento, sobre todo en el aspecto evangelístico.

Para 1960 cinco o seis denominaciones más habían entrado a trabajar al estado y, en términos generales, el movimiento evangélico se hacía más visible y notable. El censo oficial de 1960 indicó una población de 469,340 habitantes con 33,228 pertenecientes a las iglesias evangélicas, equivalente al 6.7% de la población total. Se estima que cuando menos 20,000 pertenecían a la Iglesia Presbiteriana.

Para 1960 las redes de caminos y carreteras en Tabasco se habían aumentado y los servicios del avión misionero se fueron haciendo cada vez menos necesarios. La Iglesia Católica Romana se esforzaba para movilizar a sus sacerdotes a las rancherías y para promover la construcción de capillas en las comunidades rurales. La competencia de las otras denominaciones protestantes también aumentaba. Entonces los dirigentes presbiterianos comenzaron a preocuparse por conservar lo que hasta entonces se había ganado y para defenderse de la competencia de las otras denominaciones.

En las rancherías nuevas de las zonas fronterizas del estado el crecimiento seguía pero la membresía en muchas de las iglesias y congregaciones más antiguas comenzó a bajarse. Así que, entre 1960 y 1965 el número de congregaciones presbiterianas en Tabasco aumentó por 38 congregaciones pero la membresía total creció solamente por 122 personas.

Afortunadamente ese período de estancamiento de membresía duro pocos años. Durante los últimos años de la década, los presbiterianos tomaron nueva fuerza y el crecimiento comenzó de nuevo. El censo de 1970 señalo un total de 766,346 habitantes, con una comunidad protestante de 63,732, equivalente al 8.3% de la población. De estos, aproximadamente 40,000 eran presbiterianos.

A medida que los misioneros fueron saliendo de Tabasco para nuevos campos de trabajo, fueron reemplazados por tabasqueños, ya que varios más habían terminado sus estudios de seminario y otros

obreros fueron ordenados después de cursar un plan de estudios por extensión.

Durante la misma década el gobierno federal empezó el famoso "Plan de Chontalpa" con nuevos caminos y nuevos poblados construidos totalmente de acuerdo con los planes y diseños del gobierno. Los presbiterianos, que formaban la mayoría de la población en la primera zona de construcción del Plan de Chontalpa, colaboraron con el proyecto con entusiasmo. A medida que el plan avanzaba, cuantas iglesias y congregaciones encontraba eran divididas en pequeños grupos que eran enviados a distintos lugares en cada poblado nuevo que se establecía. Cada nuevo grupo formaba una pequeña y nueva congregación que se ponía a trabajar para lograr nuevo crecimiento.

Al darse cuenta los dirigentes del Plan de Chontalpa que los evangélicos eran los que menos se oponían a los proyectos y que eran hombres y mujeres sin vicios, responsables y dignos de confianza, se mostraron favorables y procuraron que hubiera evangélicos en cada poblado nuevo. Se solicitó oficialmente terreno suficiente para templos y casas pastorales en cada nuevo poblado que se establecía. Los dirigentes del Plan de Chontalpa accedieron, proporcionando además materiales y dirección técnica para la construcción de los nuevos templos.

La disposición de dividir en pequeños grupos las iglesias que se encontraban dentro del Plan de Chontalpa, enviándoles a establecerse en diferentes poblados nuevos, ha resultado un elemento importante para el crecimiento de las iglesias, pues dentro de pocos años el número de congregaciones en la zona se duplicó.

RESUMEN DEL CRECIMIENTO

Hemos recorrido largo camino con el historial ameno y emocionante de la Iglesia Evangélica en Tabasco. Los números que siguen darán al lector una idea más clara de las altas y bajas de esta obra. Antes de 1940 casi todos los evangélicos pertenecían a la Iglesia Presbiteriana. Desde entonces el número de otras denominaciones se ha aumentado pero los presbiterianos siguen formando la mayoría.

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AÑO DEL POBLACIÓN COMUNIDAD PORCENTAJE

CENSO TOTAL PROTESTANTE

1885 134,839 1,331 .9%

1900 159,834 2,553 1.6%1910 187,574 400 .2%1921 210,437 692 .3%1940 285,630 9,323 3.3%1950 362,716 18,607 5.1%1960 496,340 33,228 6.7%1970 766,34 6 63,732 8.3%1980 1,062,861 129,792 12.2%

UN VISTAZO AL FUTURO

El México moderno está en marcha. Tabasco se ha transformado con asombrosa rapidez. El "Plan Chontalpa" es prueba de esta transformación, como lo es la industria petrolera. El gobierno ha logrado controlar las terribles inundaciones anuales. La maquinaria ha mejorado la producción agrícola. El número de viviendas y modernos edificios se aumenta cada día. Las enormes turbinas hidroeléctricas de la Presa de Raudales abastecen al Estado y envían energía eléctrica hasta la ciudad de México. Redes de carreteras y puentes tocan ahora prácticamente cada ranchería del estado. Cada comunidad rural tiene una escuela primaria. Los radios de transistores y la televisión llevan el mundo a la puerta de cada choza de palma en los lugares más incomunicados.

Sin embargo, Tabasco no se transformará de la noche a la mañana en una sociedad de clase media. La principal industria (además del petróleo) seguirá siendo la agricultura y el aumento de la población y las leyes agrarias impedirán que la agricultura se encuentre en las manos de un pequeño grupo acomodado.

La sociedad urbana seguirá ejerciendo su influencia cada día mayor sobre el Tabasco rural, pero los campesinos no aceptarán todo lo que

ofrece la ciudad. Las normas sociales del Tabasco urbano de hoy no serán del todo las normas sociales del Tabasco rural de mañana. Los campesinos seguirán por mucho tiempo con sus propias costumbres y sus normas distintas y ellos seguirán formando la mayoría de población. La brecha socio-económica entre los campesinos y gente urbana posiblemente se irá ensanchando.

La influencia de la educación secular seguirá en constante aumento y es probable que, entre tanto, disminuya el interés por las cosas religiosas. La prosperidad económica podría producir también un efecto semejante al de la educación secular. La Iglesia Católico Romana se esforzará por conservar su influencia sobre sus adherentes. Sin embargo; las iglesias evangélicas pueden seguir creciendo, especialmente en el medio rural y también en las ciudades.

LECCIONES DE TABASCO

Si se compara a la Iglesia Presbiteriana de Tabasco con las de otras partes de México y de la América Latina, se puede decir que los tabasqueños han hecho maravillas, y con muy poca ayuda del exterior. Los creyentes tabasqueños pueden sentirse justificadamente orgullosos, y los evangélicos de otras partes podrían aprender mucho de ellos. Sin embargo, hay que aceptar que apenas si se han colocado los cimientos del edificio y se ha iniciado la tarea de dar a cada tabasqueño una verdadera oportunidad de aceptar a Jesucristo como su único y personal Salvador.

La historia de la iglesia evangélica de Tabasco, con sus bien definidos períodos de crecimiento dinámico y de bajas bien marcadas tiene lecciones importantes que podrían ser de mucha utilidad para todos los líderes evangélicos de Tabasco, para los de las iglesias nacionales, para toda América Latina y para todo aquel que se interese en la extensión de la Iglesia.

Como era natural y de esperarse, Junto con el mensaje evangélico los primeros misioneros protestantes trajeron a México los patrones de organización, liturgia y gobierno de la iglesia norteamericana. Las iglesias mexicanas que han seguido al pie de la letra el patrón

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norteamericano han crecido poco, pues cuando se concentra toda la autoridad e iniciativa únicamente en manos de ministros ordenados, la iglesia sólo puede crecer y extenderse en proporción directa al número de ministros disponibles.

Desde un principio la Iglesia Presbiteriana en Tabasco ha sido dirigida por mexicanos, pero sus primeros ministros fueron entrenados de acuerdo con las tradiciones europeas y norteamericanas. Trabajaron incansablemente, con una dedicación sobresaliente, pero la Iglesia creció relativamente poco. Afortunadamente, desde 1935 los tabasqueños no se han limitado a ese papel de antaño y, como ya hemos visto, el crecimiento de la iglesia ha sido distinto y extraordinario. Las llamas y el ardor del Espíritu se han extendido a cada rincón de los pantanos de Tabasco.

¡A Dios sea la Gloria!