Evaluación de Manejo del Fuego en las Sabanas de Pino Caribe, Honduras

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Informe Técnico Descripción General del Manejo del Fuego en las Sabanas de Pino Caribe (Pinus caribaea) de la Mosquitia, Honduras INICIATIVA PARA EL MANEJO DEL FUEGO GFI informe técnico 2006-1a junio de 2006

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Traducción del informe en ingles. Trata del estatus de manejo del fuego en los pinares de Pinus caribea en la Mosquitia de Honduras

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Informe Técnico

Descripción General del Manejodel Fuego en las Sabanas de PinoCaribe (Pinus caribaea) de laMosquitia, Honduras

INICIATIVA PARA EL MANEJO DEL FUEGO

GFI informe técnico 2006-1a

junio de 2006

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Cita: Myers, R., J. O’Brien y Steven Morrison, Descripción General del Manejo delFuego en las Sabanas de Pino Caribe (Pinus caribaea) de la Mosquitia, Honduras. GFIinforme técnico 2006-1a. The Nature Conservancy, Arlington, VA.

Traducción por Eva Vilarrubi.

La Iniciativa Global para el Manejo del Fuego de TNC reconoce el apoyo financiero delos programas Internacionales del Servicio Forestal de USDA en el desarrollo de esta evaluación.

Para mayor información, por favor póngase en contacto con:

Ronald L. MyersEcólogo de Fuego para América Latina y el Caribe Iniciativa Global para el Manejo del FuegoThe Nature ConservancyTall Timbers Research Station13093 Henry Beadel DriveTallahassee, FL 32312 USA1 850 [email protected]

Fotografía de la portada: Incendios forestales en los bosques de pino caribe de la Reservade la Biosfera Río Plátano, Honduras. ©Ronald Myers

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SSeecccciióónn PPáággiinnaa

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1Objetivos y puntos principales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1Distribución del pino caribe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2Ecología general de las sabanas de pinos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3Régimen del fuego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4Adaptaciones y respuestas al fuego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .6

Observaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12Puerto Lempira-Mocorón-Pranza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12Laguna de Brus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .17Tikales entre la Laguna de Brus y la Laguna de Ibans . . . . . . . . . . . . . . . . .18Plaplaya y las sabanas de pino de la Reserva de la Biosfera Río Plátano .19

Conclusiones y Recomendaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .22Manejo integral del fuego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .22Atributos ecológicos clave relacionados con el fuego . . . . . . . . . . . . . . . . .22Necesidades socioeconómicas y percepciones relacionadas con el fuego 25Manejo del fuego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .26

Próximos Pasos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .28

Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .29

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índiceíndice

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Objetivos y puntos principalesEntre el 2 y el 10 de marzo de 2005, un equipode ecólogos de fuego convocados por laIniciativa Global para el Manejo del Fuego deThe Nature Conservancy, compuesto por tres,con experiencia en las aplicaciones del fuego, vi-sitó lugares clave en las sabanas de pino caribede la zona oriental de Honduras. El propósito dela visita fue comprender los problemas de mane-jo del fuego que afectan a la conservación de lassabanas de pino caribe ubicadas en la Reserva dela Biosfera Río Plátano y sus alrededores y enotras áreas de conservación en el Departamentode Gracias a Dios, en el área conocida pormucho tiempo como la Mosquitia. El viaje fuecoordinado por el programa de Honduras/Nicaragua de The Nature Conservancy yMOPAWI (Mosquitia Pawisa Apiska), unaONG enfocada en el desarrollo y la conser-vación de la Mosquitia.

Los objetivos de la evaluación fueron:

(1) Recolectar información sobre las necesi-dades y los problemas del manejo del fuego en elecosistema del pino caribe y en las sabanas aso-ciadas al mismo.

(2) Evaluar los regímenes de fuego actuales yanalizar si se han alterado significativamente,separándose de lo que se considera apropiadopara mantener la integridad del ecosistema desabana de pino.

(3) Elaborar una lista de necesidades de investi-gación y vacíos de información.

(4) Evaluar las necesidades de planificación ycapacitación del manejo del fuego.

(5) Estudiar cómo se pueden integrar a lascomunidades locales y a la gente en las estrate-gias de manejo del fuego.

(6) Identificar individuos clave que puedanparticipar en cursos de capacitación, intercam-bios y programas de mentoría.

(7) Proponer talleres sobre el manejo del fuegoque puedan realizarse en la región para encararasuntos relacionados con el manejo del fuego.

(8) Presentar a TNC Honduras y MOPAWIrecomendaciones y pasos a seguir.

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Los Miembros del Equipo – Dr. Joseph O’Brien, Ecólogo de Fuego, Servicio Forestal del Departamento deAgricultura de los Estados Unidos, Athens, Georgia, EE.UU.– Dr. Ronald L. Myers, Ecólogo de Fuego para América Latina, Iniciativa Global para elManejo del Fuego, The Nature Conservancy, Tallahassee, Florida, EE.UU.– Steven Morrison, Director de Reservas del Centro de la Florida, The NatureConservancy, Lake Wales, Florida, EE.UU.

El equipo estuvo acompañado por representantes de MOPAWI, en particular CarlosMolinero, y COHDEFOR (Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal), y se reunió convarios representantes de las comunidades locales en Puerto Lempira, Mocorón, Lagunade Brus y Laguna de Ibans.

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Durante este viaje, no pudimos evaluar las ame-nazas al manejo del fuego y los problemas queafectan los bosques tropicales latifoliados de laReserva de la Biosfera Río Plátano, aunque losproblemas actuales de tenencia de la tierra y lacolonización agrícola en la reserva y en sus zonasaledañas sugieren que se puede anticipar unaumento en el problema del fuego en estas áreascomo consecuencia de las quemas para limpiarterrenos y los fuegos agrícolas que se escapan.

Esta evaluación se llevó a cabo como parte de laRed de Aprendizaje para el Manejo del Fuego enAmérica Latina y el Caribe, financiada por TheNature Conservancy, con ayuda financiera de losProgramas Internacionales del Servicio Forestalde los Estados Unidos.

La información presentada en este informeestá basada en las observaciones de los miem-bros del Equipo de Evaluación y de sus anfi-triones hondureños y en las discusiones lleva-das a cabo durante dos días de reuniones enTegucigalpa y 6 días de trabajo de campo en laMosquitia. Las observaciones del Equipo deEvaluación se limitaron a las siguientes áreas:(1) a lo largo del camino desde Puerto Lempiraa la comunidad de Mocorón, y de Mocorón a lacomunidad de Pranza, ubicada en el lado hon-dureño del Río Coco; (2) vuelos comercialesde La Ceiba a Puerto Lempira y de PuertoLempira a Laguna de Brus, los cualesofrecieron un panorama amplio de la distribu-ción de la vegetación y de los incendiosrecientes; (3) las sabanas al oeste y al norte delpoblado de Laguna de Brus, a las que se llegópor lancha y a pie; (4) la vía fluvial interior queva de Laguna de Brus a Laguna de Ibans y aPlaplaya; y (5) un sobrevuelo chárter al interiordel país desde la Laguna de Ibans, sobre laReserva de la Biosfera Río Plátano y luegorumbo este hacia Laguna de Brus.

Esta evaluación se basa en trabajo e informa-ción producto de años de experiencia de The

Nature Conservancy en las sabanas de pino deFlorida, EE.UU., las cuales son ecológicamentesimilares a las sabanas de pino caribe, y en eltrabajo actual de TNC en los bosques de pinocaribe de Las Bahamas y de las sabanas de pinocaribe de Belice. Una gran parte de esteinforme se basa en deducciones realizadassobre la dinámica de las sabanas de pino hon-dureño a partir de los extensos conocimientossobre la dinámica y los regímenes del fuego enlas sabanas de pino Pinus elliottii (var. densa) yde pino de hoja larga (Pinus palustris) deFlorida, los cuales son ecológicamente equiva-lentes. Observaciones recientes, actividades demanejo y el monitoreo en los bosques de pinocaribe y las sabanas de Belice y Las Bahamashan prestado apoyo a estas deducciones.

Distribución del pino caribe El Pinus caribaea var. hondurensis, la variedadcentroamericana de pino caribe, se extiendedesde las planicies costeras de Belice y partesdel Mountain Pine Ridge, hasta las tierras bajasdel este de Honduras y el noreste deNicaragua. Se pueden encontrar poblacionesextremas de esta especie en Quintana Roo,México, en la zona oriental de Guatemala y enlas Islas de la Bahía (Honduras). A medida queaumenta la elevación, esta especie se entremez-cla con el Pinus oocarpa, el cual eventualmentela reemplaza por completo. Existen otras dosvariedades de pino caribe: Pinus caribaea var.bahamenis en Las Bahamas y en las IslasTurcos y Caicos y el Pinus caribaea var. caribaea en Cuba occidental y en la Isla de laJuventud (Farjon y Styles 1997). Ecológica ytaxonómicamente, el Pinus elliottii var. densa(pinares del sur de Florida) en la zona del cen-tro y sur de Florida es muy similar al P. caribaea en términos de su morfología, hábitaty respuesta al fuego. Anteriormente, habíansido considerados como la misma especie(Little y Dorman 1952).

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Ecología general de las sabanas depinosLas sabanas de pino de las tierras bajas delCaribe cubren aproximadamente 6.000 km2 enel oriente de Honduras y 10.000 km2 enNicaragua (figura 1). La topografía varía desdellana hasta levemente ondulada, menos de200 m sobre el nivel del mar. Más cerca de lacosta, el drenaje es pobre y los pinos se venrestringidos a las colinas y montículos formadospor los antiguos bancos de arena insertados enuna matriz de pastizales y/o de palmares inunda-dos o anegados estacionalmente. Los bosquestropicales latifoliados se extienden a lo largo delos cursos de agua en forma de estrechas zonasribereñas y pueden formar islas en áreas protegi-das del fuego. Los suelos están compuestos dearenas, gravas y arcillas pobres en nutrientes, loscuales se superponen a arcillas pesadas, con unpredominio de las arcillas en las zonas pobre-mente drenadas. En los suelos aluviales seencuentran extensiones de bosque latifoliado

más grandes. Sin embargo, los suelos no son unalimitante para estos dos tipos de vegetación. Enausencia del fuego, los árboles de madera durapueden invadir los pinares, mientras que las que-mas repetidas de bosques latifoliados puedenfavorecer los pinos y a las especies adaptadas alfuego asociadas a éstos. En muchos lugares, ellímite entre los bosques latifoliados y la sabanade pino es abrupto; en otros, un monte denso ouna línea de maleza separa los dos tipos de vegetación.

Estos límites son una función de las diferenciasen inflamabilidad entre la vegetación de lasabana de pino, y los combustibles que ésta crea,y la vegetación latifoliada, más húmeda y menosinflamable. Prácticamente todos los incendios seoriginan en las zonas de pinos. La mayor partede estos incendios se apagan cuando llegan a loscombustibles más húmedos y sombreados delbosque. En los pocos lugares a lo largo de estoslímites que no han sufrido incendios por varios

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Puerto Lempira

Mocorón

Pranza

Laguna de Brus

Laguna de IbansPlaplaya

Reserva de laBiosfera RíoPlatano

Puerto Lempira

Mocorón

Pranza

Laguna de Brus

Laguna de IbansPlaplaya

Reserva de laBiosfera RíoPlatano

Figura 1. Ubicación general del pino caribe en el oriente de Honduras y Nicaragua (adaptado deHowell 1971) y ubicación aproximada de algunos lugares mencionados en este informe.

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años, los árboles latifoliados se han mezcladocon los pinos. Durante épocas de sequía severa,los incendios pueden cruzar estos límites ycausar daño al bosque tropical de maderas duras.El bosque se recupera si se mantiene libre deincendios, pero los cambios causados por elfuego en las características del combustiblehacen que estas áreas sean más inflamables ysusceptibles a quemas futuras.

La precipitación anual en Honduras oriental es2.600 a 3.500 mm, con una marcada estaciónseca que comienza en febrero y se extiende hastamayo. Esta precipitación es más que suficientepara mantener a la vegetación tropical delbosque, lo cual sugiere que es la interacción delfuego con los suelos, y no el clima, el factor prin-cipal en el mantenimiento de las sabanas en laregión. De hecho, se dice que la costa Miskito deHonduras y Nicaragua es probablemente la zonamás lluviosa del Neotrópico con vegetación desabana (Parsons 1955).

Es probable que los incendios en las sabanas depino pueden ocurrir en cualquier momento delaño, siempre y cuando hayan varios días soleadosy sin lluvia. Los incendios que ocurren durantelos períodos más húmedos son siempre másfragmentados y se apagan solos en la nochecuando aumenta la humedad. Al principio de laestación seca, los pastos todavía están verdes y laintensidad de los incendios es baja. Probable-mente, la mayor parte de los incendios que ocu-rren durante esta época también se apagan por lanoche. A medida que avanza la estación seca, lospastos combustibles y las agujas de pino caídasestán cada vez más secas y es probable que losincendios continúen durante la noche y ardandurante muchos días.

Régimen del fuegoLas sabanas y los bosques de pino caribe deHonduras son mantenidos por el fuego, es decir,el ecosistema depende del fuego para su existen-cia. Sin incendios periódicos, los pinares se

transformarían en algo dominado por árbolestropicales de madera dura, palmas y arbustos.Los pinos, los pastos y las especies herbáceasdesaparecerían. Hay probablemente muchasespecies de vertebrados y de invertebrados quedependen de la sabana de pino abierta que sequema con frecuencia para mantener sus hábi-tats y sus fuentes de alimento. Las especies do-minantes de plantas en el estrato superior, en elestrato medio y en la cobertura del suelo delecosistema de pino, poseen adaptaciones tantopara sobrevivir al fuego como para responderpositivamente a éste. Su inflamabilidad tambiénfacilita la propagación del fuego.

La manutención del ecosistema de sabana depino requiere un régimen de fuego específico.Un régimen de fuego se define como un conjun-to de condiciones del fuego recurrentes que ca-racterizan a un ecosistema determinado. Esteconjunto de condiciones incluye la frecuencia delfuego, la intensidad del fuego, la severidad de lasquemas, la estacionalidad de las quemas y elpatrón de las quemas. El régimen del fuegonecesario para mantener la biodiversidad delecosistema de sabana de pino caribe deHonduras puede describirse de manera generalcomo frecuente (es decir, los incendios serepiten a intervalos de entre 1 y 10 años), de bajaintensidad, y de superficie (es decir, los com-bustibles que ayudan a propagar el fuego seencuentran sobre la superficie del suelo oinmediatamente por encima de la superficie).Estos incendios afectan poco a las especies delestrato superior o al substrato del suelo. El com-bustible es quizás capaz de quemarse encualquier momento del año, siempre y cuandohayan uno o dos días secos después de una lluvia.Sin embargo, hay una extensa estación seca pre-decible que generalmente comienza a fines deenero y continua hasta mayo. La mayoría de losincendios probablemente ocurren durante losmeses de abril y mayo. La estación de incendiosse puede extender hasta junio si la lluvia sedemora en llegar. Esta evaluación se realizó entre

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los comienzos y mediados de la estación seca,cuando la humedad es baja pero los pastostodavía están verdes. Los combustibles que pro-pagan el fuego son pastos y agujas de pino. Losarbustos y palmeras existentes, entre dispersos ydensos, también contribuyen a la intensidad delfuego y, cuando se queman, pueden afectar local-mente a los estratos superiores de los pinos.

Si bien el intervalo adecuado de retorno delfuego varía entre 1 y 10 años, la palabra clave es“varía”, es decir, la variabilidad en la frecuenciadel fuego y otros factores del régimen del fuegopuede ser más importante ecológicamente quelas propiedades promedio o repetidas. Aunqueuna sabana de pino que mantiene rodales depino de edades mixtas o de edades parejaspuede soportar incendios cada año durantevarios años, incluso durante décadas, los incen-dios anuales repetidos reducirán gradualmentela densidad de los pinos hasta hacerlos desa-parecer del todo, dado que los pinos no puedenreproducirse bajo un régimen de incendiosanuales. De la misma manera, los incendios queocurren cada 10 años estarían alimentados porcombustibles muy pesados y, como consecuen-cia, aumentaría el riesgo de mortalidad de losárboles más grandes. Cuanto mayor sea la cargade combustibles, mayor será la intensidad delfuego, si todos los otros factores se mantienenconstantes. Los incendios que se repiten sola-mente cada 10 años pueden permitir la persis-tencia de arbustos y árboles de maderas duras,los cuales se queman de manera intensa, ypueden promover el reemplazo de los bosquesde pino con bosques latifoliados o de arbustos.

Existen dos fuentes de ignición: (1) Los relám-pagos, particularmente hacia finales de laestación seca, son probablemente una fuenteimportante de igniciones, aunque en muchasáreas los incendios originados por relámpagosson muy pobremente reportados, y éste esprobablemente el caso en la sabana de pino dela Mosquitia; y (2) Los seres humanos, los

cuales han sido una parte importante del eco-sistema de sabana durante miles de años, y susigniciones probablemente han sido clave, si noprimordiales, en la configuración de la estruc-tura, la composición de las especies, la dinámi-ca de los rodales de pinos y la extensión de lassabanas. Es decir, los ecosistemas de pinobiológicamente diversos invariablemente hanestado sujetos a una influencia humanaimportante.

El régimen de fuego actual en la mayor partede la sabana es probablemente demasiado fre-cuente para mantener los pinos a largo plazo,dado que muchas de las áreas se queman cadauno o dos años. Hay una significativa escasezde regeneración de pinos y de pinos máspequeños a lo largo de áreas extensas. Hacemás de 50 años, Parsons (1955) notó estasituación en la zona oriental de Honduras yNicaragua y afirmó que “estos incendios no sólohan suprimido la invasión de árboles latifolia-dos, sino también han restringido marcada-mente la regeneración de los pinos mismos. Laspresiones adicionales de las operaciones made-reras contribuyen a que la existencia a perpetui-dad de los pinos como un elemento en la asociación de la sabana sea una causa de preocu-pación muy seria”. La falta casi total de pinos enlas sabanas cerca de Puerto Lempira probable-mente refleja los efectos de la tala de madera yde las quemas frecuentes.

La figura 2 presenta un modelo conceptual delrégimen de fuego ecológico que muestra larelación entre el régimen del fuego y el tipo devegetación. La densidad actual, la estatura y lacomposición de las especies de los rodales depino y su sotobosque dependerán del intervalopromedio específico de retorno del fuego y de suvarianza en un área particular. Esto se determi-nará por la frecuencia de ignición (proximidad alas actividades y comunidades humanas) y delmodelo del paisaje (es decir, suelos, topografía,mosaico de vegetación de un área determinada).

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Adaptaciones y respuestas al fuegoLas especies en ambientes en los cuales el fuegoes previsible, como las sabanas de pino del estede Honduras, tienden a mostrar tres característi-cas: (1) RReessiisstteenncciiaa al daño causado por el fuego,(2) AAddaappttaacciioonneess para responder positivamenteal fuego y (3) MMooddiiffiiccaacciióónn del ambiente delfuego en el cual están ubicadas. Esto se aplicatanto a las especies de la cobertura del suelo ydel sotobosque como a los pinos.

PPiinnoo ccaarriibbeeLas adaptaciones y respuestas del pino caribe alfuego no han sido estudiadas en profundidad,pero se pueden hacer varias inferencias a partirde (1) las observaciones sobre los efectos delfuego que se llevaron a cabo después de losincendios en las zonas de pino caribe; (2) lascaracterísticas morfológicas del pino (por ejem-plo, el grosor de la corteza, las copas abiertasaltas, las características de las plántulas); y (3) losconocimientos sobre las adaptaciones deespecies de pino similares.

El pino caribe se regenera más fácilmente en lossuelos minerales soleados que, naturalmente,ocurren después de los incendios. El fuego eli-mina la cobertura de pasto y de materia orgánica.

El fuego también puede matar árboles másantiguos, lo que reduce la densidad del rodal y,como consecuencia, permite más luz solar. Lasplántulas no toleran la sombra y no sobrevivenbajo doseles cerrados; por lo tanto, a fin de quela regeneración tenga éxito, es necesario algúntipo de agente que abra los rodales a la luz solar.Este agente puede ser el fuego, daños provoca-dos por insectos o enfermedades, viento (princi-palmente huracanes) o tala. A veces el fuegopuede interactuar con el daño causado por losinsectos, el viento o la tala para permitir laregeneración.

Las plántulas de pino son sensibles al fuego,pero los árboles jóvenes (> 100 cm) puedensobrevivir fuegos de superficie de baja intensi-dad, siempre que las cargas de combustible semantengan bajas mediante quemas relativa-mente frecuentes y/o que los rodales se quemenbajo condiciones moderadas con un fuego enretroceso (es decir, que arde en dirección alviento). En Belice, se ha notado que la mayoríade los árboles muy jóvenes (entre 50 y 100 cm)sobreviven a los incendios en retroceso en lasprimeras épocas de la estación seca (diciembre)y que la mayoría de los árboles de más de 150 cmpueden sobrevivir fuegos en retroceso durante

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Sabana dePino Caribe

Sabana de pinoabierta sin

regeneración

Pastizal sinárboles y/o Tikal

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Tiempo

Régimen de fuego variadoFrecuencia 1-10 añosPromedio 3-5 años Incendios anuales

Bosquelatifoliadotropical

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regeneración

Pastizal sinárboles y/o Tikal

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Régimen de fuego variadoFrecuencia 1-10 añosPromedio 3-5 años Incendios anuales

Bosquelatifoliadotropical

Sin fuego

Figura 2. Modelo del régimen del fuego que muestra la relación entre la frecuencia del fuego y loscambios en la vegetación. El régimen actual de quemas casi anuales eventualmente causará la pérdi-da de los pinos. La supresión completa del fuego transformará las sabanas y los pinares en bosqueslatifoliados tropicales.

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quemas prescritas a mediados de la estación seca(febrero) en sitios que no se han quemado en10 años (figura 3). En diciembre, enero y princi-pios de febrero, el componente de combustiblevivo (combustible verde) de los pastos es alto yel suelo está húmedo. A medida que avanza laestación seca, la proporción de combustiblesvivos decrece con relación a los combustiblesmuertos. A fines de la estación seca, práctica-mente todos los combustibles de la superficieestán muertos, aumentando significativamente laintensidad potencial del fuego, la severidad de laquema y los efectos negativos sobre los árbolespequeños.

En general, las plántulas de pino caribe (es decir,menos de 1 año de edad) no pueden soportarincluso incendios de baja intensidad, peroalgunos árboles jóvenes de 0,5 a 1,0 m de alturasobreviven los incendios de superficie, especial-

mente si las condiciones de la quema son mo-deradas y el frente de la llama está en retrocesoo de flanco hacia el viento. La mayoría de losárboles jóvenes de pino caribe de más de 1,5 mde altura pueden sobrevivir condiciones de que-mas moderadas y/o fuego en retroceso o de flan-co (figura 4). Los incendios forestales de finalesde la temporada seca pueden ser mortales para lamayoría de los árboles jóvenes de menos de 1,5 m(figura 4).

Los árboles más grandes son muy resistentes alfuego. La corteza gruesa protege el cambium,mientras que el dosel alto y abierto permite ladisipación del calor antes de que se alcancentemperaturas letales (figura 5). Las copas puedensoportar un chamuscado de agujas considerable,en algunos casos hasta el 100 por ciento, dadoque los brotes están protegidos por agujas agru-padas en una densa roseta.

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Figura 3. Fuego en retroceso como parte de una quema prescrita en la sabana de pino caribe en el Áreade Conservación y Manejo Río Bravo de Belice. La quema se realizó en enero (principios de la estaciónseca) en combustibles que se habían acumulado por 8 años. El pino caribe de más de 1 m de altura tienemuy buenas probabilidades de sobrevivir a incendios con esta longitud de llama. Foto de R. Myers.

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Figura 4. Foto superior: Árboles jóvenes de pino caribe inmediatamente después de una quema pres-crita, Río Bravo, Belice, diciembre de 2003. Foto inferior: Supervivencia de árboles jóvenes en la mismavista, diciembre de 2004. Prácticamente todos los árboles jóvenes de más de 0,5 m sobrevivieron alfuego en retroceso que tuvo lugar bajo condiciones de quema moderadas. La intensidad de la línea delfuego fue menor que en la figura 3. Fotos de S. Morrison y R. Myers.

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EEssppeecciieess ddee llaa ccoobbeerrttuurraa ddeell ssuueelloo En la caracterización y el manejo de las sabanasde pino, a menudo se pasan por alto a lasespecies que componen la cobertura del suelo delas sabanas de pino, pero es precisamente allídonde se encuentra la mayor parte de la biodi-versidad de estos ecosistemas. La cantidad deespecies de plantas en la cobertura del suelo desabanas de pino que se queman frecuentemente,como las de la Mosquitia, puede ser muy alta, enalgunos casos con 30 o más especies por metrocuadrado (Walker y Peet 1983). Si bien no cono-cemos ningún estudio florístico de un añoentero de pre-quema y post-quema de la cober-tura del suelo en las sabanas de pino caribe, sesupone que deberá ser tan alta como la diversi-dad de sabanas de pino ecológicamente equiva-lentes en cualquier otra parte, o incluso mayor.Rhynchospora barbata, Bulbostylis paradoxus,pastizales de los géneros Trachypogon,Andropogon, Paspalum, Asistida yLeptocoryphium y el helecho Pteridium aquilinum, estimulado por el fuego, son todasespecies comunes.

La gran mayoría de las especies de la coberturadel suelo son resistentes al fuego. Casi todas sonperennes y poseen la capacidad de rebrotar deraíces subterráneas, rizomas o lignotubérculos.Muchos de los pastos y otras hierbas están adap-tados para florecer después de un fuego, espe-cialmente si éstos ocurren a finales de la estaciónseca y/o son intensos (figura 6 y 7). Es probableque algunas de las especies de la cobertura delsuelo no florezcan y produzcan semillas sin lainfluencia del fuego. También es probable quehaya una cantidad de especies cuya presencia esrara excepto después de un incendio.

Las especies en ecosistemas mantenidos por elfuego y quemados frecuentemente tienden a serinflamables dado que poseen una forma de cre-cimiento, estructura y composición química quefacilita la ignición y la propagación del fuego. Lasmatas de hierba o pajonales, como los que se

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Figura 5. Rodal de pinos a lo largo del caminoentre Mocorón y Pranza. La corteza gruesa y eldosel alto y abierto protegen al pino caribe delcalor de los frecuentes incendios de superficie debaja intensidad. Foto de R. Myers.

Figura 6. Especies de pastos que florecen despuésde un incendio forestal a fines de marzo (media-dos de la estación seca) en una sabana de pinocaribe de Belice. No se ha observado un floreci-miento similar en quemas prescritas en pastizalesde sabanas a principios de la estación seca(diciembre-febrero). Esto sugiere que puede haberuna estación de respuesta a las quemas o a laintensidad de las quemas. Foto de R. Myers.

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encuentran en la Mosquitia, son típicos de losecosistemas mantenidos por el fuego y poseenestas características inflamables.

EEssppeecciieess ddeell ssoottoobboossqquueeOtra especie sumamente inflamable en lassabanas de pino caribe es la especie de palmadominante, Acoelorraphe wrightii (figuras 8a y

b). La inflamabilidad asegura que los incendiosse propaguen intensamente y que mantenganlas condiciones propicias para el crecimiento yla reproducción constantes de las especiesadaptadas.

Acoelorraphe wrightii es común en las sabanasde pino de la Mosquitia y grupos de esta palmatienden a dominar algunas áreas, especialmentecerca de la costa adyacente a las lagunascosteras rodeadas de manglares. El nombrelocal de la palma es tique, y las parcelas exten-sas de palmas se llaman tikales. Puede ser queestas palmas pequeñas sean más tolerantes quelos pinos a niveles altos de la capa freática, asuelos que se saturan estacionalmente y a lasinundaciones periódicas.

Otras especies leñosas están muy dispersas portoda la sabana y por los pinares. Su baja densi-dad se debe probablemente a la historia deincendios muy frecuentes. Prácticamente todaslas especies leñosas comunes en la sabanaposeen algún tipo de resistencia al fuego y lacapacidad de rebrotar si los incendios lasdañan. Las especies Byrsonima crassifolia(nance), Curatella americana, Calliandra houstoniana, Miconia spp., Crescentia sp. y elroble Quercus oleoides son todas comunes ensabanas mantenidas por el fuego, tanto natu-rales como derivadas, en Mesoamérica. LaCuratella se extiende a sabanas derivadas y na-turales en América del Sur.

Los arbustos se destacan más en rodales depino que han escapado a los incendios por va-rios años, a costa de la cobertura herbácea delsuelo. En Belice se estudió la respuesta al fuegode dos especies comunes de arbustos en lassabanas de pino caribe (Miyanishi y Kellman1986). Se notó que la reproducción de Miconiaalbicans y Clidemia sericea a partir de semillasestaba estimulada por el fuego. Ambas especiestambién rebrotan después que el fuego ha mata-do a su parte superior.

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Figura 7b. Bulbostylus paradoxa en flor pocos díasdespués de un incendio. Es probable que estaespecie no florezca si no se quema. La presenciade especies con fuertes adaptaciones al fuegocomo ésta es una indicación de una larga historiade incendios frecuentes. Las fotos fueron tomadasen las sabanas entre Mocorón y Pranza. Fotos deR. Myers.

Figura 7a. Estado vegetativo de Bulbostylus para-doxa (Cyperaceae), una especie común de cober-tura en las sabanas de la Mosquitia y muy comúnen las sabanas tropicales mantenidas por el fuegoen las Américas.

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introducción

Figura 8a. Un grupo de palma Acoelorraphewrightii quemándose intensamente durante unaquema prescrita en febrero de 2005 en Río Bravo,Belice. Esta foto ilustra la alta inflamabilidad deesta especie.

Figura 8b. La misma vista tomada 5 mesesdespués de la quema. La palma, si bien es alta-mente inflamable, se recupera fácilmente delfuego intenso. Otras especies como el pino, queson menos tolerantes al fuego de intensidad alta,se morirían si estuvieran al lado de la palma. Porlo tanto, la inflamabilidad de la palma le ofreceuna ventaja competitiva frente a otras especies.Fotos de R. Myers.

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Puerto Lempira—Mocorón—PranzaObservación 1: Sabana cercana a PuertoLempira. Las sabanas observadas entre PuertoLempira y Pranza se queman muy frecuente-mente, en algunos casos anualmente. Estopuede explicar la escasez de pinos en las cer-canías de Puerto Lempira, si bien una largahistoria de tala local y algo de tala comercialprobablemente contribuyen a la falta de pinos.Dado que los incendios frecuentes mantienenla carga de combustible muy baja, los pinosdesde el tamaño de postes hasta los madurosque existen, por lo general no se ven afectadospor los incendios frecuentes. Por otro lado, secarece de regeneración (figura 9).

Observación 2: Manejo de los bosques de pinocerca de Mocorón. Más cerca de la comunidadde Mocorón hay una mezcla de plantaciones depinos y rodales naturales de pino bastante den-

sos como consecuencia de las plantaciones ydel manejo del bosque más intensivo quecomenzó en 1975, cuando COHDEFOR par-ticipaba más activamente en el desarrollo co-mercial de bosques de pino y en la imple-mentación de la protección del bosque en elárea (figura 10). Estas actividades de manejo seabandonaron después de 15 a 20 años.

En las últimas décadas, la mayoría de estosrodales se han quemado durante incendiosforestales relativamente frecuentes. Una guar-nición militar en las cercanías de Mocoróntodavía mantiene algunos esfuerzos de controlde fuego.

Los esfuerzos de supresión del fuego en el áreade Mocorón pueden estar, en realidad, aumen-tando la probabilidad de incendios másdestructivos a medida que se acumula el com-

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Figura 9. La sabana abierta, con una escasa población de pinos en las cercanías de Puerto Lempira, esprobablemente una consecuencia de quemas muy frecuentes y de una larga historia de tala local. Losincendios son demasiado frecuentes como para permitir la regeneración adecuada de los pinos. Bajo losregímenes actuales del fuego, los pinos terminarán por desaparecer. Foto de R. Myers.

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observacionesbustible o que progresa la estación seca. Losincendios que han estado ocurriendo parecentener resultados positivos en los rodales depino, dado que reducen los combustibles y pro-tegen a los rodales de incendios forestalesdañinos. A comienzos de la estación seca, estosincendios tienden a apagarse durante la noche,cuando la humedad relativa se acerca al 100por ciento y el rocío se acumula sobre la super-ficie de la vegetación. Estos incendios decomienzos de la estación seca son efectivos nosólo porque reducen el combustible en losrodales de pino, sino también porque crean unmosaico de parcelas quemadas que sirve pararestringir el tamaño de incendios posteriores.Los esfuerzos por suprimir estos incendiospueden exponer a los bosques a incendios más

severos a medida que avanza la estación seca,cuando la supresión es más difícil. Una mejorestrategia puede ser permitir que ardan la ma-yoría de los incendios a comienzos de laestación seca. Se podría alentar a las comu-nidades locales a que realicen sus quemas enesta época del año y que se enfoquen en lasáreas prioritarias a la vez que eviten las quemasen áreas donde la regeneración es necesaria. Sibien estos incendios no estarían, en gran parte,bajo manejo, es una actividad que dirigiría elnivel actual de la quema hacia el logro de lasmetas de manejo del bosque y de las necesi-dades de la comunidad.

La mayor parte de este bosque representado enla figura 10 está compuesto por rodales de

Figura 10. Plantaciones de pino cerca de Mocorón. La mayoría de estas plantaciones y de los rodalesnaturales cercanos se queman frecuentemente con fuego que no está bajo manejo. A comienzos de laestación seca, estos incendios son beneficiosos porque impiden la acumulación de combustible yreducen la probabilidad de incendios que dañen a los árboles más tarde en la estación seca. Estas que-mas a comienzos de la estación seca también crean un mosaico de parcelas quemadas que limitan lapropagación de incendios forestales dañinos que ocurren más tarde en la estación seca. Foto de R.Myers.

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edades parejas, con árboles de entre 30 y 40años de edad. Algunos parecen mantener variasclases de edades. Desde una perspectiva silvicul-tural y de manejo del bosque, estos rodales estánen buenas condiciones, mantenidos y protegidospor incendios antropogénicos frecuentes y nomanejados. En algunos lugares, observamosrodales que habían sufrido por incendios inten-sos, los cuales habían causado una gran mortali-dad entre los árboles (figura 11). En algunoscasos, había una importante regeneración depinos debajo de los árboles muertos. Este tipo dedaño probablemente tuvo lugar durante incen-dios frontales intensos (incendios que avanzan afavor del viento) durante períodos extremada-mente secos. La intensidad del fuego se debió alas cargas de combustibles más altas que resultande las acciones de manejo anteriores deCOHDEFOR y de las actividades actuales desupresión del fuego por parte del cuerpo militar.

La alta densidad de pinos en las áreas afectadastambién puede haber contribuido al extensodaño producido por el fuego, dado que losrodales densos tienden a atrapar el calor pordebajo del dosel.

Observación 3: Efectos del régimen de quemasactual cerca de Mocorón. Se observaron variasquemas recientes (pocos días o semanas atrás) yhabía varios incendios en curso en las zonas sury oeste de Mocorón. Pensamos que el impactode estos incendios es, mayormente, beneficioso.Varios incendios quemaron el sotobosque enrodales de pino de tal manera que un equipoprofesional encargado de quemas prescritas nohabría podido quemarlo mejor. Los incendiospueden ser demasiado frecuentes para permitirla regeneración de pinos, pero de cualquier manera, estos rodales de edades básicamenteparejas, previamente manejados, son demasiado

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Figura 11. Extenso daño y gran mortalidad de los árboles, probablemente como consecuencia de unincendio forestal a fines de la estación seca que ardió bajo condiciones ambientales severas, es decir,fuertes vientos, baja humedad relativa, baja humedad en los combustibles finos y, posiblemente, mayoracumulación de combustibles. Foto de R. Myers.

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observacionesdensos para permitir una regeneración exitosa.Con un intervalo un poco mayor entre losincendios, la regeneración ocurriría a medidaque los rodales se hacen menos densos de ma-nera natural y su edad se vuelve más despareja, ose puede facilitar la regeneración usando técni-cas silviculturales adecuadas después de una tala.Las cargas bajas de combustible, mantenidas poruna quema relativamente frecuente, están prote-giendo eficazmente al bosque de los daños pro-ducidos por incendios severos.

Más cerca de la base militar al sur de Mocorón,algunos rodales de pino tenían sotobosquesdensos de arbustos y una acumulación consi-derable de combustible fino muerto, lo queindica que transcurrieron varios años sinningún incendio. Es de suponer que estasituación es el resultado de acciones efectivasde supresión de incendios realizadas por elejército. Pensamos que sería mejor si el ejércitopermitiera que la mayoría de los incendios queocurren a comienzos de la estación seca sigansu curso, especialmente si están ardiendo conintensidad moderada o atravesando el rodal enretroceso o de flanco. La supresión agresiva deincendios debe ocurrir sólo en áreas que nece-sitan la regeneración o cuando amenazan ca-racterísticas culturales. Las cuadrillas militaresencargadas de la supresión de incendiospodrían ser incorporadas a un programa demanejo del fuego que incluye quemas pres-critas ubicadas estratégicamente para reducir elcombustible y cortar su continuidad horizon-tal. Sus esfuerzos actuales de supresión sólopermiten incendios más severos y extensoscuando la estación seca está más avanzada.

Observación 4: Cortafuegos antiguos. Hay va-rios cortafuegos antiguos que separan losrodales de pino que fueron manejados en elpasado. Estos rodales no han sido mantenidospor años. Si los rodales o las unidades demanejo necesitan protección del fuego por va-rios años, podrían quemarse estos antiguos

cortafuegos para crear líneas negras. El uso delíneas negras y áreas quemadas como cortafue-gos tiene un impacto ambiental mucho menorque el mantenimiento de los cortafuegos pormedios mecánicos que perturban el suelo.

Observación 5: A lo largo del camino desdeMocorón a Pranza. Entre Mocorón y Pranzahay extensas áreas de rodales naturales de pinocaribe (figura 12). Aparentemente, éstos nuncahan sido talados con fines comerciales, aunqueprobablemente haya una larga historia de talapara uso local. La estructura de estos rodalesrefleja el régimen del fuego al que han sidoexpuestos. Hay árboles más antiguos dispersos,una mayor abundancia de árboles ampliamenteseparados que probablemente datan de la déca-da de 1970, cuando se implementó, duranteuna década aproximadamente, la supresión deincendios, y muy pocos árboles jóvenes. Laregeneración limitada es consecuencia de lasquemas muy frecuentes.

Observación 6: Comunidad de Mocorón. Elequipo de evaluación se reunió con líderescomunitarios de la comunidad indígena deMocorón. Esta comunidad está ubicada en lasafueras de una gran extensión de bosque,sabana y plantaciones de pino, que había sidoadministrada por COHDEFOR en la décadade 1970 y comienzos de la década de 1980.Después de esta fecha, cuando COHDEFORno pudo apoyar las actividades de manejo delbosque en el área, el bosque de pino quedóbásicamente sin manejo y sólo protegido delfuego por el ejército hondureño.

Desde entonces, estos bosques se han man-tenido, en gran parte, por incendios de origenhumano, frecuentes, no planificados y sin con-trol. La gente enciende el fuego para mejorar elpasto para la ganadería, para atraer animales decaza los cuales buscan la nueva materia verde,controlar las garrapatas y otras pestes y facilitarel viaje y el acceso al mantener los senderos

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abiertos y la vegetación baja. Las personas queencienden los fuegos también creen que losincendios son necesarios para “limpiar” la sabanade pino. “Los pinares se ponen feo sin quemar”.Estos pueblos indígenas, que han vivido miles deaños en un ambiente de fuego, poseen una cul-tura de fuego que probablemente ha sido impor-tante en el mantenimiento de la extensión y calidad de las sabanas nativas de pino. Los men-sajes actuales de prevención de incendios estánen desacuerdo con la cultura del fuego usada enel área. La campaña de TNC denominada “LasDos Caras del Fuego”, que se analizará más ade-lante en este informe, es una alternativa a losmensajes actuales de prevención de incendios.

Si bien muchas personas ven una necesidad enlos incendios, los líderes comunitarios ven elfuego como un hecho negativo. Señalan losincendios que arden durante días en la estación

seca y algunos lugares en los cuales el fuego hadañado rodales enteros de pinos como indi-cadores de los efectos dañinos del fuego.

La comunidad está en proceso de ganar los dere-chos de manejo y tala en por lo menos una partede los bosques de pinos cerca del poblado deMocorón. El control y la prevención de incen-dios son una inquietud primordial tanto para lacomunidad como para las agencias gubernamen-tales que están negociando la transición al con-trol y uso comunitarios. Actualmente, la comu-nidad no posee la capacidad necesaria paraluchar contra incendios o para implementar unprograma de manejo del fuego. Más adelante eneste informe se discutirán posibles oportu-nidades para promover e implementar unenfoque más integral al manejo del fuego a nivelcomunitario para estos bosques de pino.

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Figura 12. Pino caribe abierto y mantenido por el fuego en el camino a Pranza. La estructura de este rodales probablemente consecuencia de incendios muy frecuentes, con un período libre de incendios en ladécada de 1970, lo cual permitió la regeneración de la mayoría de los árboles. Nótense los árboles desotobosque Byrsonima crassifolia y Curatella americana dispersos. Foto de R. Myers.

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observacionesLaguna de Brus Observación 1: Reunión con líderes comunita-rios. Los líderes comunitarios de Laguna de Brusexpresaron su preocupación con respecto a lasrestricciones impuestas por COHDEFOR a laquema, las cuales no son compatibles con lasnecesidades de la comunidad. A pesar de esto,COHDEFOR reconoce que no posee la capaci-dad necesaria para imponer las reglamentacionesrelativas a las quemas. Los líderes comunitariosexpresaron su preocupación sobre la visita delequipo evaluador, dado que pensaron que supresencia en la región se debía a que apoyaba larestricción de las quemas. Ellos expresaron lanecesidad de las quemas principalmente comouna forma de mejorar el forraje para el ganado.Asimismo, ellos queman para preparar los cam-pos agrícolas, para matar las larvas de insectosque atacan al maíz y para facilitar la caza de iguanas.

Observación 2: Visita a los rodales de pino cercade la comunidad y los pastizales al noreste. En

las afueras del poblado de Laguna de Brus, lospinos están limitados a “islas”, es decir, apequeñas elevaciones rodeadas de un “mar” depastizales estacionalmente inundados, conpalmeras dispersas. Estas islas de pino estáncompuestas principalmente por árboles grandesmaduros y hay muy poca o ninguna regeneración(figuras 13 y 14). Estas áreas se queman fre-cuentemente, principalmente en incendiosanuales iniciados en los pastizales con el fin demejorar el forraje. La frecuencia de la quemacausa la carencia de regeneración de pinos.Además, los pinos se talan selectivamente parauso local. COHDEFOR tiene a su cargo latarea de otorgar permisos para la tala de árboles.Debido a la falta de regeneración, los árbolescosechables se acabarán pronto. La creación deintervalos de varios años libres de incendios per-mitirá la regeneración y el mantenimiento alargo plazo de los rodales de pino. Éste podríaser un esfuerzo comunitario para manejarsosteniblemente los rodales como bosquescomunales.

Figura 13. Bosque comunal de pino en las afueras del poblado de Laguna de Brus. Las quemas casianuales y la tala pronto tendrán como consecuencia la desaparición de los pinos. Estos rodales podríanmanejarse con el fuego para su uso sostenible. Foto de R. Myers.

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La quema frecuente de los pastizales a fin deproducir forraje para el ganado sigue la prácticamuy común de quemar parcelas a lo largo detodo el año. Las quemas durante la estaciónhúmeda, hasta comienzos de la estación seca,se apagan solos durante la noche. Los incendiosque se inician más entrada la estación secaprobablemente se extiendan a parcelas que-madas previamente y, por lo tanto, son detamaño limitado. La progresión de parcelasrecientemente quemadas y parcelas que están“reverdeciendo” sirve para rotar al ganado deuna parcela verde a la otra durante todo el año.

No hay motivo que impida que los pastizalesmás húmedos y sin árboles continúen quemán-dose anualmente para cumplir con los obje-tivos de la mejora del forraje (figura 15). Sedeberán poner en práctica técnicas apropiadaspara evitar que los incendios anuales entren alos rodales de pinos. Para lograr esto, seríanecesario crear líneas negras anuales alrededorde los rodales de pinos o llevar a cabo quemasprescritas en los pastizales a comienzos de laestación seca, los cuales protegerían a las islasde pinos de los incendios en la estación seca,siempre y cuando la comunidad se compro-metiera a mantener los incendios fuera de los

rodales por varios años. Desde el aire, se venalgunas elevaciones arenosas en las sabanascosteras que podrían mantener pinos o quetienen una población muy escasa de pino. Esposible que estas áreas puedan mantenerbosques de pinos si la frecuencia de los incen-dios se redujera y si hubiera una fuente desemillas de pino adecuada.

Tikales entre la Laguna de Brus y laLaguna de IbansObservación 1. Quema de los tikales. Entre laLaguna de Brus y la Laguna de Ibans existenextensos humedales herbáceos que contienengrandes rodales o parcelas de palmerasAcoelorraphe wrightii, conocidas en el lugarcomo tikales (figura 16). La construcción de uncanal que conecta el Río Plátano con la Lagunade Ibans cruza uno de estos extensos tikales.Los incendios que se inician en el canal hanestado quemando a los tikales cada año. Estapalmera provee importante material de cons-trucción a las comunidades de las costas, lascuales usan las hojas de la palmera como mate-rial para los techos y los troncos para las pare-des. Se ha expresado la preocupación de que losincendios afectan la calidad y la utilidad de lashojas de palma. No obstante, la palmera es muy

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Figura 14. Islas de pino en elevaciones arenosas con buen desagüe, cerca de la costa entre PuertoLempira y Laguna de Brus. Los incendios casi anuales impiden la regeneración de pinos y crean rodalesde pinos muy poco densos. Foto de R. Myers.

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observaciones

inflamable y ciertamente depende del fuego. Sepodría proteger a los tikales de estos incendiosanuales quemando ambos lados del canaldurante un período en el cual los incendios nose extiendan tan lejos y se apaguen durante lanoche.

Plaplaya y las sabanas de pino de laReserva de la Biosfera Río Plátano Visitamos (1) una comunidad de bosque de pinodel lado terrestre de las vías fluviales cerca de lacomunidad de Plaplaya (figura 17) y (2) lassabanas de pino del lado suroriental de la Laguna

Figura 15. Sabana muy húmeda sin árboles y con pequeñas palmeras dispersas cerca de la Laguna deBrus, que se quema casi todos los años para mejorar el forraje para el ganado. Foto de J. O'Brien.

Figura 16. Incendios en un extenso humedal con parcelas de tikal entre el Río Plátano y la Laguna deIbans. Foto de R. Myers.

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de Ibans, la cual constituye la única sabana depino dentro de los límites de la Reserva de laBiosfera Río Plátano (figura 18).

Observación 1: Comunidad de bosque de pino.El sitio cerca de Plaplaya no es un bosque natu-ral de pino. Dada su proximidad a las comu-nidades de la costa, el bosque ha sido usadodurante años con fines ganaderos y para la talaselectiva de madera. Probablemente, los pinosde gran tamaño se establecieron en pastizales oterrenos agrícolas antiguos después de queéstos fueron abandonados. Actualmente, lacomunidad protege al bosque del fuego y con-trola otros usos del bosque. Para ellos, el fuegoes un elemento negativo. El sitio puede sermanejado para la tala sostenible de pinos usan-do el fuego para mantener una baja carga decombustible y para facilitar la regeneración. Eneste momento, el sitio carece de regeneraciónde pinos. Probablemente esto es una conse-cuencia de la sombra producida por el densorodal de pinos y por una capa de arbustosdensa. Las quemas periódicas estimularían la

regeneración de pinos en parcelas abiertas. Si laausencia de fuego continúa, los pinos final-mente desaparecerán, con o sin aprove-chamiento de los árboles por parte de la comunidad.

Observación 2: Sabana de pino de la Reservade la Biosfera Río Platano. Al sureste de laLaguna de Ibans, dentro de la Reserva de laBiosfera Río Plátano, se extiende una extensasabana de pino que se encuentra en estado casinatural. La tala selectiva para uso local y lasquemas frecuentes son comunes en las zonasde fácil acceso cerca de la laguna. Los puebloslocales que usan el bosque de pino sostienenfirmemente que los pinares necesitan ser que-mados, aunque las personas que viven en lascomunidades a lo largo de la costa expresaronsu preocupación por las quemas frecuentes. Elpaisaje es un buen ejemplo de bosque de pinocaribe y sabana, con pantanos herbáceos y pas-tizales muy húmedos en zonas de pobre drenaje (figura 18). Al igual que en otras áreas,la regeneración de pinos es escasa debido a las

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Figura 17. Bosque comunitaro de pino cerca de Plaplaya. La falta de regeneración de los pinos es unaconsecuencia de la densidad del dosel y del sotobosque. Las quemas periódicas facilitarían la rege-neración en áreas abiertas y reducirían el riesgo que presentan los combustibles. Foto de R. Myers.

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quemas frecuentes. Esta área podría manejarsecon quemas mediante un proyecto comunitario

de manejo del fuego.

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observaciones

Figura 18. Sabana de pinos frecuentemente quemada en la Reserva de la Biosfera Río Plátano.Nótense las parcelas quemadas y no quemadas, creadas por un incendio a comienzos de la estaciónseca. Las parcelas que se mantienen libres de fuego por 3 o 4 años pueden permitir la regeneraciónde pinos. Estos incendios de principios de la estación seca son de muy baja intensidad y baja severi-dad. Foto de R. Myers.

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Manejo integral del fuego La Iniciativa Global para el Manejo del Fuegode The Nature Conservancy está promoviendoel concepto de MMaanneejjoo IInntteeggrraall ddeell FFuueeggoocomo un mecanismo para el mantenimientosostenible de los ecosistemas y de las comu-nidades. El concepto de manejo integral delfuego no es nuevo y ha sido usado de manerasdiferentes y en contextos variados. Para TNCeste concepto implica la integración de trescomponentes interrelacionados del fuego(estrategias, acciones y procesos), con el fin delograr el mantenimiento sostenible de lascomunidades y de los ecosistemas. Los compo-nentes son: (1) los aspectos técnicos del mane-jo del fuego, por ejemplo, la prevención, lasupresión y el uso del fuego; (2) el papelecológico que el fuego juega en los ecosistemasen consideración; y (3) la cultura del fuego enlas comunidades que usan y viven en estos eco-sistemas. El manejo integral del fuego puedevisualizarse como un triángulo cuyos lados son:(1) el manejo del fuego, (2) la ecología delfuego y (3) los aspectos socio-culturales delfuego (figura 19).

EEll mmaanneejjoo iinntteeggrraall ddeell ffuueeggoo es un método

para hacer frente a los problemas y a las preo-cupaciones planteadas tanto por los incendiosdeseables como por los indeseables, dentro delcontexto de los ambientes naturales y de losmarcos socioeconómicos en los cuales ocurren.Utiliza la evaluación y el balance de los riesgosrelativos planteados por incendios con fun-ciones ecológicas, económicas y sociales benefi-ciosas o necesarias en un área de conservación,región o paisaje determinado. También buscamétodos eficaces en relación a los costos paraprevenir incendios indeseables. Cuando losincendios ocurren, provee un proceso de(1) evaluación para saber si los efectos serándañinos, beneficiosos o benignos, (2) un ba-lance relativo de beneficios y riesgos y (3) unarespuesta adecuada y efectiva basada en obje-tivos establecidos para el área en cuestión(Myers 2006).

A continuación se analizan los tres lados deltriángulo del manejo integral del fuego en surelación con la situación y los problemas queenfrenta la Mosquitia:

Atributos ecológicos clave relacionados con el fuego (1) La Mosquitia de la zona oriental deHonduras posee algunos de los mejores ejem-plos de sabanas de pino caribe y ecosistemasrelacionados relativamente intactos que seencuentran en América Central. A lo largo deMesoamérica y del Caribe quedan muy pocosecosistemas de pino tropical y de pino y roblerealmente protegidos por su biodiversidad ypor sus procesos naturales. Cuando realmenteexiste protección, ésta tiene lugar en un marcode intensa silvicultura y protección del fuegoque favorecen la producción de pino a costa dela diversidad biológica y del mosaico de paisajesque se encuentran en sistemas naturalesdinámicos.

(2) Estos ecosistemas son dependientes delfuego, es decir, sin fuego, o sin el tipo adecuado

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es 4conclusiones y recomendaciones

Manejo integral del fuego:

Comunidades y ecosistemas sostenibles

Manejo del fuego:Prevención del fuego, supresión del fuego,

uso del fuego

Cultura del fuego:Necesidades y

percepciones socio-económicas

Ecología del fuego:Atributos ecológicos clave del fuego

Manejo integral del fuego:

Comunidades y ecosistemas sostenibles

Manejo del fuego:Prevención del fuego, supresión del fuego,

uso del fuego

Cultura del fuego:Necesidades y

percepciones socio-económicas

Ecología del fuego:Atributos ecológicos clave del fuego

Figura 19. El triángulo del manejo integral delfuego ilustra el marco conceptual que integra laspercepciones básicas del fuego y la necesidad delas comunidades de utilizar al fuego, con las con-secuencias beneficiosas y dañinas que el fuegopuede tener para los ecosistemas, combinadoscon los aspectos técnicos del manejo del fuego.

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de fuego–demasiado o muy poco–su estruc-tura y la composición de sus especies cambiará,con la consecuente pérdida de hábitats y de lasespecies que dependen de las sabanas y de losbosques de pino. Si no se incorpora el fuego ala conservación y el manejo de estos ecosis-temas, éstos terminarán por desaparecer. Sibien la prevención y supresión del fuego sonactividades importantes para evitar los efectosnegativos de los incendios indeseables, espe-cialmente en plena estación seca, muchos delos incendios que ocurren anualmente tienenconsecuencias positivas en vez de dañinas.

(3) La importancia del fuego en el mante-nimiento de los ecosistemas de bosque ysabana de pino caribe puede deducirse de (a) lahistoria de vida y las características morfológi-cas de los pinos y de muchas otras especies, queles permiten persistir y responder positiva-mente en un ambiente caracterizado por que-mas muy frecuentes, y (b) la enorme cantidadde información ecológica disponible sobre losecosistemas relacionados de sabana de pino deBelice, la planicie costera suroriental de losEstados Unidos y Las Bahamas (Myers 2000).

(4) La principal evidencia de que, en la actua-lidad, los incendios en la Mosquitia pueden serdemasiado frecuentes es la pobreza de rege-neración de los pinos y la escasez de pinos másjóvenes. A escala de paisaje, la estructura natu-ral de los pinos bajo un régimen de fuego ade-cuado debería ser un mosaico de rodales deedad pareja y de diferentes tamaños, es decir,los árboles dentro de un rodal son de la mismaedad, pero los rodales deben representar dife-rentes clases de edades. Es decir, debe haberuna matriz de rodales abiertos de árboles viejoscon rodales cada vez más densos de árbolesmás jóvenes intercalados en la matriz. Laregeneración debe ocurrir en parcelas que care-cen de un estrato superior denso de pinos yque han sido quemadas recientemente. Lasupervivencia de las plántulas depende de unintervalo libre de incendios de 3 a 5 años.

Se han desarrollado técnicas de manejo forestalque aprovechan esta estructura natural delbosque; éstas incluyen talas selectivas en losrodales más antiguos, seguidas de quemas paraestimular la regeneración de pinos en lasparcelas taladas. Las quemas también clarean

rodales más jóvenes en los que la regeneraciónes densa y protegen a otras áreas de los incen-dios forestales. Desde el punto de vista de laconservación, las plantaciones de pino densasno son un buen sustituto de los bosques ysabanas de pino naturales.

(5) La biodiversidad del ecosistema de sabanade pino se encuentra en la cobertura del suelo.El manejo forestal y las prácticas silviculturalesque perturban a la cobertura del suelo son, porlo tanto, indeseables. Este es un hecho que muya menudo se pasa por alto en el manejo y elmantenimiento de los ecosistemas de bosquede pino. Los esfuerzos de manejo y conser-vación tienden a concentrarse en el manejo delos pinos con fines comerciales y en usoslocales más que en el mantenimiento del eco-sistema en su totalidad. Las plantaciones depino densas y su mantenimiento también sonnocivos para la cobertura del suelo dado que lasombrean totalmente. Los esfuerzos realizadosen el pasado para manejar a estos ecosistemasde pino en Honduras y en Nicaragua se hancentrado en la conversión de las sabanas enbosques de pino densos. La estructura naturaldel ecosistema de pinos es abierta, hecha derodales de pino maduros similares a un parque,con rodales más densos de pinos jóvenes y conregeneración, clareadas naturalmente porrepetidos incendios. Esta estructura del bosquepermite una cobertura del suelo continua, conarbustos dispersos y con islas de árboles demadera dura, en áreas con suelos adecuados yregímenes de fuego acomodaticios.

No conocemos ningún lugar en los ecosistemasde pino de Mesoamérica en el que se reconozcael valor de la biodiversidad de la cobertura delsuelo y se proteja el ecosistema de maneraacorde. De hecho, no hay estudios florísticos dela vegetación de la cobertura del suelo enninguna parte de la región. En la mayoría de loscasos, los pastos ni siquiera han sido identifica-dos. El fuego es esencial para el mantenimientode la diversidad de las especies de la coberturadel suelo y la regeneración de los pinos. Haytécnicas de manejo de bosques ecológicamenteapropiadas para los bosques y las sabanas depino naturales que mantienen la estructuranatural de la población de pinos y dejan intactaa la cobertura del suelo.

conclusiones y recomendaciones

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(6) Ya en 1955 se había reconocido en laMosquitia el papel del fuego y la necesidad deintervalos libres de incendios para estimular laregeneración de pinos. Parsons (1955) declaróque “el efecto más serio de los incendios es ladestrucción de plántulas de pinos jóvenes… Lareplantación no es necesaria, dado que lospinos son prolíficos productores de semillas. Síes necesaria la protección completa del fuegoen las áreas que fueron taladas durante cinco adiez años o hasta que la regeneración naturalalcance una altura de dos y medio a tres me-tros. Un sistema simple de cortafuegos seríamuy útil en este sentido, dado que, a menudo,un estrecho sendero es suficiente para frenarlas llamas”.

Nuestros datos de Belice indican que muchosárboles de entre 1 y 1,5 metros de altura puedensobrevivir incendios de baja intensidad y su-gieren que un intervalo de 5 años (o menos)libre de incendios puede ser suficiente. Nosoponemos al uso extensivo de cortafuegos desuelo mineral con el fin de limitar la propa-gación de incendios dado el daño que causan ala cobertura del suelo. Más apropiado es el usode líneas negras, la selección del día de las que-mas y la ubicación de áreas quemadas enlugares apropiados en vez del uso de cortafue-gos de suelo mineral.

(7) Se citó con frecuencia el daño al suelo y suerosión como efectos perjudiciales del fuego enel ecosistema de sabana de pino en laMosquitia. Hay una falta de comprensión con-siderable con respecto al papel y al impacto delos incendios en los suelos y en la calidad delagua. Los ecosistemas de pino son notable-mente pobres en nutrientes. Esta pobreza denutrientes es una consecuencia del materialoriginal del suelo y no el resultado de la pérdi-da de nutrientes por causa del fuego. Los eco-sistemas mantenidos por el fuego y pobres ennutrientes tienen una capacidad enorme decapturar y reciclar nutrientes liberados porincendios de baja intensidad. De hecho, una delas funciones beneficiosas que el fuego cumpleen estos ecosistemas es la liberación y el reci-claje de nutrientes que se encuentran en lasplantas muertas. El nitrógeno en el materialvegetal se volatiliza con el fuego, pero este

nutriente es recapturado por las legumbresfijadoras de nitrógeno que son comunes enestos ecosistemas y por la fijación de nitrógenode las algas verdiazules (cyanobacteria) que sonestimuladas por el cambio del pH del suelo quesigue a los incendios.

Los estudios sobre la retención y la pérdida denutrientes en las sabanas de pino caribe deBelice demostraron la resistencia de la ve-getación de la sabana a la pérdida de nutrientesque sigue a los incendios (Kellman et al. 1985;1987). Se llegó a la conclusión que las quemassucesivas no han reducido la fertilidad de lasuperficie del suelo y que las quemas facilitan laabsorción de calcio y de magnesio por parte delas plantas, los cuales de otra manera se encon-trarían en forma insoluble.

El fuego expone la superficie del suelo a laerosión, pero dado que prácticamente ningunade las plantas de la cobertura se muere con elfuego, sus raíces se mantienen intactas y lacobertura de vegetación protectora vuelve aaparecer pocas semanas después del incendio. Esmás probable que la erosión ocurra durante losaguaceros intensos que acompañan a las tormen-tas eléctricas y a las tormentas tropicales de laestación húmeda. Las áreas que sufren incendiosa finales de la estación seca pueden quedar suje-tas a los efectos de la erosión cuando comienzanlas tormentas de la estación húmeda, pero lasáreas que fueron quemadas a principios de laestación seca ya tienen un crecimiento nuevo de1–3 meses de las especies de vegetación de lacobertura del suelo antes que las lluvias fuertescomiencen. Para cuando éstas empiezan, el sueloestá protegido por la cobertura vegetal. Estoagrega otro motivo por el cual es importantepermitir que los incendios de principios de laestación seca sigan su curso natural y/o de llevarquemas prescritas entre principios y mediadosde la estación seca. [Para un análisis de laestación de quema y los efectos de los incendiosfores-tales sobre la escorrentía y sobre la erosiónen los rodales de Pinus oocarpa en Honduras,véase Hudson et al. (1983). Estos autores su-gieren que las quemas prescritas de comienzosde la estación seca protegen mejor a los suelosque los incendios forestales de fines de laestación seca.] Las actividades de supresión sola-

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mente aplazan la mayoría de los incendios fores-tales hasta finales de la estación seca, cuando sonmás perjudiciales para los árboles y el suelo.

El daño provocado a los suelos es quizás mayoren los rodales de pino artificialmente densos,los cuales perecen por causa de los incendiosintensos. En estas situaciones, la cobertura delsuelo ha sido eliminada totalmente o seencuentra muy reducida por la sombra deldosel denso y el sistema no puede respondercon el crecimiento rápido que normalmenteocurre después de un incendio.

(8) Si bien hemos reportado que los incendiosa fines de la estación seca pueden ser más dañi-nos para los pinos y para el suelo, estos incen-dios tienen una importancia ecológica. Losresultados de las investigaciones en las sabanasde pino del sureste de Estados Unidos, combi-nados con las observaciones realizadas despuésde quemas prescritas e incendios forestales enlas sabanas de pino caribe de Belice, demues-tran que los incendios a fines de la estaciónseca son importantes para estimular el flore-cimiento y la producción de semillas demuchas especies herbáceas, especialmente lospastos (Robbins & Myers 1992; Platt 1999). Elpunto clave es la variabilidad en el régimen delfuego, en este caso la estación de la quema,dentro de los límites que son ecológicamenteadecuados para el ecosistema.

Necesidades socioeconómicas y percepciones relacionadas con elfuego (1) Se puede suponer que desde que el serhumano comenzó a vivir en la Mosquitia, haestado quemándola. En todos los lugares delmundo, cuando la gente vive en ambientespropensos al fuego, se quema la vegetación fre-cuentemente y por diferentes motivos. Esprobable que esta larga historia de quemas,quizás tan antigua como desde hace 12.000años, haya sido importante en la creación yextensión de las condiciones de sabana de pinoque estamos tratando de conservar.

Los principales motivos tradicionales para laquema de la sabana son, probablemente: (1)mantener una altura baja de la vegetación para

facilitar el acceso entre las comunidades, hacialas zonas de caza, a las parcelas agrícolas y a lasáreas usadas para recolectar materiales y ali-mentos; (2) estimular la producción de losmateriales y alimentos deseados y/o facilitar larecolección de estos artículos; (3) facilitar lacaza atrayendo a los animales de caza al cre-cimiento nuevo en las zonas recién quemadas;(4) controlar las pestes, como las garrapatas ylos ácaros; y (5) quemar a fin de clarear la ve-getación en preparación para el cultivo.

Estos motivos son tan válidos hoy como lo hansido por milenios. Se le suman a estas razonestradicionales la quema para mejorar el forrajepara el ganado doméstico.

(2) Existe un conflicto entre las prácticastradicionales de quema de las personas quehabitan las sabanas de pino de la Mosquitia ylas políticas nacionales que se centran en elmanejo comercial del pino y en la proteccióndel bosque. Las actuales campañas de preven-ción de incendios presentan a todos los incen-dios como dañinos y, por lo tanto, algo quedebe evitar. Estas campañas, si llegan a teneréxito, producirán cambios indeseables precisa-mente en los ecosistemas que estamos tratandode proteger. Las poblaciones indígenas, espe-cialmente las que habitan la sabana de pino yobtienen su sustento de ésta, comprenden lafunción del fuego y las situaciones en las cualeséste es beneficioso para ellas y para el medioambiente. Hasta el momento, su cultura no seha centrado en los pinos como un productocon valor comercial.

(3) La necesidad de mantener el bosque depino en un estado saludable y productivo fueilustrada tanto en el área de Mocorón, donde lacomunidad desearía conseguir el control delmanejo del bosque y obtener beneficioseconómicos del mismo, como en el área de laLaguna de Brus, donde las quemas frecuentes,principalmente a fin de mejorar el forraje ypara la tala selectiva, llevarán con el tiempo a lapérdida de los rodales de pino a los que lacomunidad tienen acceso para su uso. Es evi-dente que se necesita un nuevo enfoque quereconozca la función y los usos ecológicos,tradicionales y económicos del fuego.

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conclusiones y recomendaciones

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es (4) TNC ha estado promocionando el con-cepto de LLaass DDooss CCaarraass ddeell FFuueeggoo, como unmensaje que integra la función, los usos y losimpactos del fuego. Hay incendios buenos eincendios malos. Los incendios buenos son losque, manejados o no manejados, mantienen a labiodiversidad y la salud ecológica general de lasabana de pino y de los ecosistemas relaciona-dos. También son incendios buenos aquellosque satisfacen las necesidades tradicionales delas comunidades indígenas, es decir, que facili-tan el acceso, controlan las pestes, etc., a la vezque cumplen con su función ecológica apropia-da. Los incendios buenos son las quemas agrí-colas que se mantienen bajo control, ocualquier quema que se inicia intencional-mente con fines económicos o tradicionales yque contribuyen a mantener la salud tanto delos ecosistemas como de las comunidades. Losincendios malos son las quemas agrícolas quese escapan de control y los incendios queentran a los bosques de pino comerciales y aotras sabanas de pino demasiado frecuente-mente. A la larga, su resultado es la pérdida delbosque porque impiden la regeneración de lospinos. Los incendios malos son cualquierquema agrícola que se escapa hacia la ve-getación sensible al fuego, tales como losbosques tropicales latifoliados. También sonincendios malos aquéllos que amenazan a lavida humana y a la propiedad.

El mensaje de LLaass DDooss CCaarraass ddeell FFuueeggooreconoce que el fuego es un proceso ecológicovital en ecosistemas específicos y una herra-mienta tradicional necesaria para el sustentohumano. Este método busca manejar a losincendios que son beneficiosos y prevenir a losque son dañinos.

(5) Si bien sólo visitamos unas pocas comu-nidades, vimos oportunidades para proyectosinnovadores al nivel de comunidad para mane-jar al fuego de manera que sea beneficiosotanto para las personas como para el ecosistema.

Mocorón podría beneficiarse de un proyectode manejo comunitario del fuego en las planta-ciones de pino de las cercanías, las cuales ellosesperan controlar. Este proyecto se centraría

principalmente en identificar dónde es nece-sario reducir los combustibles para proteger alos árboles en pie, dónde es necesario prevenirincendios durante varios años para permitir laregeneración de pinos y dónde se puede per-mitir que la mayor parte de los incendios sigansu curso natural hasta que cambien las necesi-dades ecológicas o de manejo.

La ciudad de Laguna de Brus podría benefi-ciarse de un proyecto forestal comunitario paraproteger y mantener a las islas de pino cercanasal poblado. Esto incluiría la toma de decisionesacerca de dónde y cuándo se deben realizar lasquemas.

Los poblados sobre la Laguna de Ibans podríanmanejar la sabana de pino dentro de la Reservade la Biosfera Río Plátano para satisfacer susnecesidades locales.

Manejo del fuego El manejo del fuego abarca todas las técnicas,actividades y decisiones estratégicas que inter-vienen en la prevención de incendios, en lasupresión de incendios y en el uso del fuego.

(1) PPrreevveenncciióónn:: La prevención de incendiosindeseables es el sello distintivo del manejo delfuego, tanto en ecosistemas mantenidos por elfuego como en los sensibles al fuego, dado quees bastante más económico y más efectivo pre-venir incendios indeseables que tratar de apa-garlos después de iniciados. La prevención esun componente esencial de todos los progra-mas de manejo del fuego porque siempre existeel riesgo de que un incendio amenace la salud,la vida y la propiedad o que sea dañino desdeuna perspectiva ecológica o económica. Enmuchos lugares, las campañas y los programasde prevención han sido tan efectivas que hantraído como resultado cambios ambientalesindeseables.

Las campañas de prevención que existen en laMosquitia se centran exclusivamente en losaspectos negativos del fuego. La suposición esque todos los incendios son malos y la meta esprevenir todos los incendios. Se ignora tanto lanecesidad ecológica de quemarse que tienenestos ecosistemas de pino como las necesidades

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conclusiones y recomendaciones

tradicionales y las percepciones de las comu-nidades indígenas. Recomendamos un enfoquemás equilibrado que reconozca al fuego comoun elemento esencial del medio ambiente.

(2) SSuupprreessiióónn:: El control de los incendiosindeseables es el componente costoso y logísti-camente difícil de la ecuación del manejo delfuego. La supresión de los incendios es espe-cialmente importante cuando los incendiosamenazan a la vida o la propiedad o cuandoson ecológicamente perjudiciales.

Excepto por las actividades limitadas de supre-sión del ejército de Honduras cerca deMocorón, la capacidad de supresión en laregión es inexistente. La supresión deberíatener su base en la comunidad e implementarsemediante un plan de manejo del fuego aproba-do para cada una de ellas. Pueden tomarsedecisiones acerca de qué áreas deben prote-gerse del fuego por intervalos específicos, quéáreas se pueden quemar y qué áreas necesitanquemarse ya sea para estimular la regeneracióno para protegerlas de incendios forestalesintensos. Este tipo de plan muy probablementepermitiría que muchos incendios sigan su cursonatural.

(3) UUssoo ddeell ffuueeggoo:: El uso del fuego es la apli-cación o el uso del fuego para lograr objetivoseconómicos o ecológicos específicos. Losincendios pueden ser controlados o no contro-lados y planificados o no planificados. Laquema prescrita es el uso controlado del fuegomediante un plan escrito diseñado paracumplir objetivos específicos. La quema con-trolada es básicamente lo mismo pero sin un

plan escrito. Los incendios no planificados y nocontrolados también pueden ser usados omanejados para cumplir objetivos específicos ymetas del manejo de los recursos. En este pro-ceso, se toman decisiones sobre el curso deacción que debe seguirse respecto a los incen-dios que ocurren, o que se espera que ocurran,en un área determinada. Estas decisionespueden involucrar la supresión agresiva, elmonitoreo o el manejo indirecto de dónde sepermitirá que el incendio arda, basándose enlos combustibles, los cortafuegos naturales, lascondiciones climáticas y otros factores.

Los incendios se pueden encender a propósitoen porciones de la sabana de pino con el fin dereducir los combustibles, estimular la rege-neración, satisfacer las necesidades tradi-cionales y proteger ciertas áreas que necesitanregeneración. La mayor parte de estas quemaspueden realizarse usando los conocimientoslocales de los combustibles, las condicionesclimáticas, la topografía y los efectos del fuegoque ya existen en las comunidades y usando losrecursos disponibles dentro de la comunidad.La mayor parte de las quemas no tendrían queser quemas prescritas demasiado técnicas, sibien sería útil proporcionar capacitación básicasobre quemas prescritas a los individuosresponsables de los programas.

Vemos un pequeño cambio en la frecuencia delas quemas de origen humano (hacia menosincendios) como un elemento clave en lamanutención de la integridad ecológica delecosistema de sabana de pino y en propor-cionar productos y servicios sostenibles a lascomunidades locales.

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(1) Distribuir el informe a TNCHonduras/Nicaragua, MOPAWI y COHDEFOR para recibir comentarios.

(2) Reunirse con TNC Honduras/Nicaragua,MOPAWI y COHDEFOR a fin de discutir laimplementación de estrategias y de accionesseleccionadas.

(3) Organizar un taller en Honduras ya sea aescala regional (es decir, que trate específica-mente de las sabanas de pino de la Mosquitia)o a escala nacional o internacional, para tratarsobre los asuntos del manejo integral del fuegoen todos los tipos de bosques de pino deHonduras o en los ecosistemas de pino tropicalen Mesoamérica y el Caribe. Existe finan-ciamiento disponible proporcionado por losProgramas Internacionales del ServicioForestal de Estados Unidos para llevar a caboun taller en 2006 o comienzos de 2007.

(4) Identificar y discutir las necesidades decapacitación. Tres talleres internacionales sobremanejo del fuego, organizados por la IniciativaGlobal para el Manejo del Fuego de TNC através de su Red de Aprendizaje para elManejo de Fuego en América Latina y elCaribe, contaron con participantes hon-dureños. Tres personas de la Mosquitia partici-paron en un taller en la República Dominicanaque se centró en los conceptos del manejointegral del fuego. Un representante deCOHDEFOR participó en un curso básico decapacitación técnica en quemas prescritas, rea-lizado en las sabanas de pino caribe de Belice, ydos representantes de esta organización parti-ciparon en un curso de capacitación, patrocina-

do por la FAO, para instructores en manejo delfuego a nivel comunitario, que también se llevóa cabo en las sabanas de pino de Belice. EnHonduras se podrían realizar cursos y talleresde capacitación similares. Los talleres y cursosde capacitación que se realizarán en otraspartes deberían incluir representantes de lasagencias y ONGs hondureñas.

(5) Promover los conceptos de manejo inte-gral del fuego en COHDEFOR a fin de hacerfrente y manejar mejor la gran cantidad deincendios que ocurren anualmente en todos lospinares del país durante la estación seca.

(6) Promover el mensaje de LLaass DDooss CCaarraassddeell FFuueeggoo como una alternativa a las campañasde prevención existentes.

(7) Identificar posibles proyectos modelo odemostrativos dentro de la Mosquitia o enotros lugares de Honduras, en donde los con-ceptos de manejo integral del fuego puedan seraplicados mediante programas a nivel comuni-tario. Procurar financiamiento para uno o másprogramas.

(8) Discutir el valor de una evaluación einforme similares para las sabanas de pino deNicaragua.

(9) Discutir quién debería ser el responsablede los asuntos relacionados con el manejo delfuego y servir de contacto con la IniciativaGlobal para el Manejo del Fuego dentro delprograma de Honduras/Nicaragua o la Regiónde Conservación Mesoamericana.

5próximos pasos

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