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Dos visiones de la dignidad humana15.ENE.2015Fuente: Public Discourse

DisminuirAumentarCompartirPrintArchivoPDFVotarMark Regnerus, profesor de sociologa en la Universidad de Texas e investigador en dos think tanks estadounidenses, ha detectado que en el debate sobre la concepcin del matrimonio y en el de la eutanasia est ganando terreno una visin de la dignidad que prima lo subjetivo frente a la naturaleza humana.

No es infrecuente, escribe Regnerus en Public Discourse, que las posiciones enfrentadas en las guerras culturales recurran a trminos positivos para suscitar simpatas. Un ejemplo claro es el debate sobre el aborto, donde unos se declaran a favor de la vida (prolife) y otros, partidarios del derecho a decidir sin restricciones (pro-choice).

Pero a veces ocurre que las partes en conflicto compiten por la misma palabra. Es lo que ocurre con el trmino dignidad, cuya definicin provoca desacuerdos. [La dignidad] es algo que tienes? O es una forma de actuar? Se puede ganar o perder?.

Regnerus distingue entre lo que llama Dignidad 1.0 y Dignidad 2.0. La primera versin coincide con la definicin clsica que han compartido a lo largo de los siglos los cristianos y creyentes de otras confesiones, los tericos de la ley natural y otros tantos pensadores. La segunda es mucho ms reciente, y surge en un clima cultural que tiende a negar la existencia de una naturaleza humana.

La Dignidad 1.0 se basa en la idea de que todos los seres humanos son valiosos por s mismos. Dado que la dignidad es una cualidad intrnseca de la persona humana, no se puede renunciar a ella ni se puede perder. Esta concepcin, plasmada en la Declaracin Universal de los Derechos Humanos, es la que ha prevalecido en la historia.

Pero los partidarios de la Dignidad 2.0 asocian este trmino a la autonoma y al derecho a definirse a s mismo. As lo defendi, por ejemplo, el magistrado Anthony Kennedy en la sentencia del Tribunal Supremo de EE.UU. que est permitiendo aprobar el matrimonio gay en numerosos estados donde antes estaba prohibido (cfr. Aceprensa, 27-06-2013).

Kennedy, ponente en la sentencia, lleg a mencionar por lo menos diez veces la palabra dignidad para defender las bodas gais. Y casi tantas veces la invoc el juez Antonin Scalia, uno de los cuatro magistrados que se opusieron a la mayora de los otros cinco.

Pero el debate sobre el matrimonio gay no tiene nada que ver con la dignidad. Oponerse al deseo de alguien a casarse con otra persona del mismo sexo puede afectar a su sentido de la dignidad. Pero eso es algo muy distinto a daar o comprometer su dignidad real, sostiene Regnerus. No hay nada de animadversin ni de indignidad en afirmar que una relacin es matrimonio, y otra, no.

Tambin en el debate de la eutanasia, aade el socilogo estadounidense, se est siguiendo la misma estrategia. Y as, se apela al derecho a morir con dignidad para legalizar el suicidio asistido. Pero esta visin de la dignidad, entendida como autonoma, choca de frente con la concepcin que la ve como una cualidad intrnseca de la persona, que no depende de su condicin (cfr. Aceprensa, 3-07-2013). No hace falta recurrir a la eutanasia para tener un fin de vida digno.Morir con dignidad: dos modos de entenderlo3.JUL.2013Fuente: Comit Consultatif National dthique

DisminuirAumentarCompartirPrintArchivoPDFVotarEn los debates y encuestas sobre la eutanasia se hace a menudo referencia a que las personas puedan morir con dignidad en cualquier circunstancia. Pero hay dos usos muy diferentes de este trmino. El dictamen sobre el fin de la vida que acaba de publicar en Francia el Comit Consultivo Nacional de tica, tiene la ventaja de explicar claramente las diferencias con estas palabras:

Los partidarios de escoger la muerte se refieren a una concepcin subjetiva o personal de la dignidad: la dignidad es aqu entendida como una mirada del individuo sobre s mismo en funcin de sus valores, de sus deseos, de las relaciones que mantiene con los cercanos, mirada que puede variar por completo de una persona a otra, y sufrir una alteracin cuando la vejez o la enfermedad se hacen ms presentes, segn la imagen que los otros le devuelven. La dignidad remite aqu a una dimensin normativa (a una manera de ser, a la buena imagen de s que uno se presenta ante s mismo o ante el otro, o al hecho de estar presentable segn normas muy variables en el tiempo y en el espacio, a la decencia). La dignidad es tambin esta virtud estoica segn la cual cada uno debe ser capaz de dominarse, de no infligir a otro el espectculo de su desamparo.

Frente a la dignidad entendida como autonoma, la otra concepcin la ve como una cualidad intrnseca de la persona, que no depende de su condicinEn esta acepcin, el derecho a morir con dignidad corresponde a la prerrogativa que tendra cada uno de determinar hasta dnde considera aceptable que queden mermadas su autonoma y su calidad de vida. Esta demanda debe ante todo ser puesta en relacin con las situaciones objetivas de indignidad que, como hemos mencionado antes, sufren numerosas personas discapacitadas o dependientes. Para otros, la solicitud de un derecho a morir con dignidad corresponde sobre todo a la afirmacin de la autonoma de la persona; es de hecho una expresin de su libertad individual y de la posibilidad de oponer esta frente a terceros.

En la otra concepcin, que es la que la tradicin moderna coloca como fundamento de los derechos humanos, la dignidad reviste un sentido ontolgico, es una cualidad intrnseca de la persona humana: la humanidad es digna en s misma, de modo que la dignidad no dependera de la condicin fsica o psicolgica de una persona. La dignidad se entiende aqu como lo que expresa la pertenencia de cada persona a la humanidad, como la seal profunda de la igualdad de los individuos, una realidad moral que cualifica al ser humano en su existencia e implica deberes hacia l.

Lo que debe movilizar a la sociedad y a los poderes pblicos es la lucha contra las situaciones objetivas de indignidadAnte el momento de la muerteLa cuestin no es tomar partido entre esos dos usos de la nocin de dignidad, sino de comprender lo que significa su manejo en el debate sobre la voluntad de escoger el momento de la muerte. A este respecto, las diferencias son grandes.

La dignidad entendida como absoluto es inalienable el que est mental y fsicamente disminuido no la pierde y no es cuantificable. A este respecto, todos los hombres nacen y permanecen iguales en derechos y en dignidad, y decir que el suicidio asistido o la eutanasia permiten, en ciertas situaciones, una muerte ms digna no tiene sentido.

En cambio, cada uno puede ligar el sentimiento que l tiene de su dignidad a las aptitudes de comprender, de reflexionar, de tomar decisiones o a una calidad de vida. Cuando una persona estima que su vida no es ya digna de ser vivida sentimiento a la vez natural, fcilmente comprensible en ciertas situaciones, pero tambin trgico pues la representacin que nos hacemos de nuestra dignidad est ligada a cmo nos miran los otros, habra que darle la oportunidad de una muerte prematura?

El Comit subraya que las dos concepciones de la dignidad expresan significados muy diferentes de la palabra y que no se excluyen a priori. Subraya tambin que lo que debe movilizar a la sociedad y a los poderes pblicos es la lucha contra las situaciones objetivas de indignidad: la falta de acceso a los cuidados paliativos para todos, el aislamiento de ciertas personas al final de sus das, las malas condiciones de vida y la carencia de acompaamiento de los enfermos y de los discapacitados que hacen imposible para ellos morir en casa. La situacin ms indigna consistira en considerar al otro como indigno por razn de ser enfermo, diferente, solo, no activo, costoso

Pero, por otra parte, el paso de la dignidad-decencia a la dignidad-libertad que hacen algunos no deja intacta la dignidad entendida como garanta de igual valor de todos los seres humanos, cualquiera que sea su condicin. Considerar el suicidio asistido o la inyeccin letal hecha por un mdico como una posible respuesta al sentimiento ntimo de indignidad o al temor de perder la dignidad entendida como plenitud de facultades, o bien como capacidad de ser suficientemente feliz y autnomo, puede tener la consecuencia de que personas vulnerables se sientan indignas. Y este temor puede tambin manifestarse en cuanto a la posibilidad que ha sido dada a las personas enfermas de rechazar todo tratamiento vital, y por lo tanto de elegir no prolongar su vida.

El valor del hombreExiste, pues, una tensin clara entre la necesidad de tener en cuenta el sentimiento personal de dignidad y el riesgo de que esta dignidad se confunda con la dignidad inalterable que los parientes y el personal cuidador deben respetar en las personas muy vulnerables, prodigndoles su apoyo, consuelo y afecto. Desde el punto de vista social, hay que prevenir la marginacin de todos los que son vulnerables, ya sea en razn de su salud, ya sea por su dificultad o su ineptitud para encontrar su puesto en el seno de la sociedad o de su entorno prximo.

Como la cultura ambiente tiende a decir que el valor del hombre depende de su capacidad de actuar, de producir y de ser rentable, as como de su facultad de desarrollarse, es esencial no perder de vista que la dignidad es tambin este valor inalterable que, sin abolirla, puede chocar con la libertad individual.El ObservatorioEutanasia en Holanda: Estbamos equivocados22.JUL.2014Fuente: Euthanasia Prevention Coalition

DisminuirAumentarCompartirPrintArchivoPDFVotarTheo Boer, experto holands en tica mdica que impuls la aplicacin de la eutanasia en su pas, ha cambiado su visin del tema. En un artculo originalmente escrito para la prensa britnica y publicado ntegro por la Euthanasia Prevention Coalition, aconseja a los lores britnicos que no aprueben la ley de muerte asistida, actualmente en trmite parlamentario.

Segn Boer, en los primeros cinco aos de eutanasia legal en Holanda, hasta 2007, la cifra de muertes provocadas por mdicos se estabiliz, e incluso baj en algunos aos. Esto le llev a concluir, junto con otros colegas, que una buena ley en la materia, combinada con los procedimientos de revisin establecidos para cada solicitud, garantizara un nmero estable y relativamente bajo de eutanasia.

Pero estbamos equivocados, terriblemente equivocados. Desde 2008, las muertes comenzaron a incrementarse a un ritmo del 15% anual. De 1.882 casos registrados en 2002, se pas diez aos despus a 4.188. Este ao o el prximo, es probable que se pase de 6.000. Para los pacientes de cncer, la eutanasia va en camino de convertirse en la forma normal de morir.

Mientras esto ocurre, la Sociedad Holandesa del Derecho a Morir (NVVE) ha impulsado una red itinerante de doctores, denominada Clnica Final de la Vida, que practica la eutanasia de modo expedito, sin demasiada interaccin con el solicitante. Acuden, le administran la droga letal, y asunto resuelto.

Asimismo, se estn verificando otros excesos: En los primeros aos apenas aparecan en los informes pacientes con enfermedades psiquitricas o demencia, pero el nmero de ellos experimenta hoy un marcado ascenso. A personas deprimidas por estar solas, o por haber enviudado, se les ha aplicado la eutanasia. La ley considera la eutanasia una excepcin, pero de hecho est comenzando a ser vista como un derecho que los mdicos bajo presiones de pacientes o de familiares tendran el deber de aplicar.

Doce aos de experiencia han disuadido al profesor Boer de su anterior apoyo a la ley de eutanasia. Por eso aconseja a los lores: Al menos esperen a tener un anlisis honesto e intelectualmente satisfactorio de las razones que subyacen bajo el explosivo incremento de los nmeros. Es porque la ley debera contar con mejores salvaguardas? O quizs porque la mera existencia de tal ley es una invitacin a ver el suicidio asistido y la eutanasia como cosa normal, en vez de como un ltimo recurso? Antes de que se conteste a esas preguntas, no sigan adelante. Una vez que el genio est fuera de la botella, no es probable que se pueda meterlo otra vez.Eutanasia en Holanda: Fuera de controlACEPRENSA 14.OCT.2013

DisminuirAumentarCompartirPrintArchivoPDFVotarLa eutanasia en Holanda sigue creciendo en nmero y cada vez se aplica por motivos ms amplios. Ahora se ha sabido que en 2012 una mujer de 70 aos que se haba quedado ciega pidi y obtuvo la eutanasia, alegando que la ceguera le estaba provocando un sufrimiento insoportable y continuo, que son las caractersticas exigidas por la ley.

Ha sido el primer caso en el que la ceguera ha sido considerada como sufrimiento insoportable. Uno de los especialistas que han llevado el caso, Lia Bruin, ha explicado que se trataba de un caso excepcional ya que se haba convencido de su sufrimiento, lloraba casi todos los das, aunque no tena depresin y, entre otras cosas, estaba obsesionada por la limpieza y no poda soportar no ver las manchas en su ropa.

En 2012 el nmero de eutanasias en Holanda subi a 4.188, un 13% ms que en 2011. En los aos anteriores, creci anualmente a una media del 15%.

Las asociaciones pro-vida defienden que la ceguera es una enfermedad no extraordinaria en personas mayores y es normal que en momentos de depresin tengan el deseo de acabar con sus das. Sin embargo, mantienen que lo que esa persona necesitaba no era una ayuda a morir, sino asistencia psicolgica para poder superar la situacin. Peter Saunders, promotor de la campaa Care not killing Alliance UK, afirma que en Holanda la eutanasia ya est fuera de control. A pesar de que se necesita el informe favorable de dos mdicos, casi cualquier supuesto empieza a ser aceptado como caso vlido para la prctica de la eutanasia. Otro militante pro-vida, Anthony Ozimic, ha recordado que millones de personas en todo el mundo son ciegos, sesenta mil solo en Holanda, y no van buscando la eutanasia.

La misma deriva hacia la eutanasia para enfermos no terminales se observa en Blgica donde ha tenido gran eco en la prensa la reciente eutanasia de una persona despus de que le practicaran varias operaciones de cambio de sexo, de mujer a hombre, con las que no qued satisfecho.