Europa Despues de Europa

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EUROPA DESPUÉS DE EUROPA JOSÉ M. DE AREILZA CARVAJAL Profesor de Derecho de la Unión Europea, titular de la Cátedra Jean Monnet en IE Universidad y Decano de IE Law School. PAUL ISBELL Director del Programa de Energía y Cambio Cli- mático en el Real Instituto Elcano de Estudios In- ternacionales y Estratégicos en Madrid. EMILIO LAMO DE ESPINOSA Catedrático de Sociología de la Universidad Com- plutense, y Académico de la Academia Europa de Ciencias y Artes. Ha sido Secretario General de Universidades, Director del Instituto Universitario Ortega y Gasset y Director y fundador del Real Instituto Elcano. JAVIER NOYA Profesor Titular del Departamento Sociología V de la Universidad Complutense e Investigador Princi- pal del Real Instituto Elcano. FLORENTINO PORTERO Profesor Titular de Historia Contemporánea en la UNED. Es columnista del diario ABC y colabora con algunos otros medios de comunicación. CHARLES POWELL Licenciado y Doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Oxford, es Profesor de la Universidad CEU San Pablo, Subdirector del Real Instituto Elcano, y Director de la Fundación Tran- sición Española. JAIME REQUEIJO Catedrático Emérito de Economía Aplicada de la UNED y Técnico Comercial y Economista del Esta- do, es autor de seis libros, el último de los cuales, Odisea 2050, analiza el porvenir de la economía mundial. RICK SANDELL Investigador Titular en IMDEA Ciencias Sociales, ha sido Profesor Adjunto de Sociología en la Uni- versidad de Estocolmo y Profesor Visitante en la Universidad de Salamanca. Ocupó el cargo de Analista Principal en el Real Instituto Elcano como responsable del Programa de Demografía. JOSÉ IGNACIO TORREBLANCA Profesor Titular en el Departamento de Ciencia Política de la UNED y Doctor Miembro del Insti- tuto Juan March de Estudios e Investigaciones. Fue Investigador Principal, Área Europa, en el Real Instituto Elcano y en la actualidad es Direc- tor de la Oficina en Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR). La ACADEMIA EUROPEA DE CIENCIAS Y ARTES inició sus actividades en España en 1997. Siguiendo las pautas de su Casa Matriz en Salzburgo, aspira a convertirse en un punto de referencia en la formación de criterios con los que evaluar con rigor, y desde la perspectiva de nuestro país y sus Comunidades Autónomas, los pro- blemas que plantea la nueva construcción de Europa. Desde su creación, decidimos concentrar nues- tras actuaciones en proyectos de estudio e investigación orientados a sensibilizar a los di- ferentes responsables y estudiosos de la socie- dad española, sobre el alcance e importancia para nuestro país de los desenvolvimientos más notables del difícil proceso de integración euro- pea con el que estamos comprometidos todos. Ayudándoles, en alguna manera y forma, a la hora de adoptar o recomendar decisiones en sus diferentes campos de competencia política, social o económica. Y procurando implicar en las conclusiones de sus Proyectos, estructura- dos en estudios y debates, a todos cuantos par- ticipan, en una u otra forma, en este proceso de integración. Todos y cada uno de los Proyectos diseñados y desarrollados por nuestra Academia implican, como resultado final de los estudios, investi- gaciones, debates y colaboraciones integrados en ellos y con independencia de las Actas de las reuniones de trabajo, la plasmación de sus resultados en documentos de diverso rango e importancia, en función de su actualidad, singu- laridad o interés general o específico. El libro EUROPA DESPUÉS DE EUROPA corresponde a la investigación desarrollada por nuestra Aca- demia durante los últimos cuatro años por un grupo de cualificados expertos bajo la dirección del Profesor Emilio Lamo de Espinosa sobre El Papel de Europa en el Mundo. Su publicación pretende enfrentar académicamente sus argu- mentos y conclusiones con aquellas orientadas desde ópticas diferentes y establecidas con ri- gor y documentación equiparable, buscando un contraste enriquecedor. EUROPA DESPUÉS DE EUROPA E. LAMO DE ESPINOSA (COORDINADOR) ACADEMIA EUROPEA DE CIENCIAS Y ARTES ESPAÑA J. M. DE AREILZA P. ISBELL J. NOYA F. PORTERO CH. POWELL J. REQUEIJO R. SANDELL J. I. TORREBLANCA IMAGEN DE CUBIERTA: Interpretación de un Mapamundi chino de 1763, supuestamente copia de uno anterior de 1418 atribuido al legendario almirante imperial de la dinastía Ming Zheng He (1371-1433). A partir de los años 40 del pasado siglo el filósofo checo Jan Patocka, abrumado por el drama de la guerra, el Gulag y el Ho- locausto, fue elaborando escritos varios publicados más tarde con el título de Europa después de Europa en los que daba tes- timonio de la aparición de un mundo «post-europeo» al que lla- maba, con visión casi profética, la «era planetaria». Como antes Stefan Zweig, Patocka aseguraba que Europa se había «suici- dado» en las dos guerras mundiales, pero sin embargo había generado una «mundialización» de Europa y sus instituciones en una «herencia espiritual» que habría que recuperar. Europa, concluía Patocka, debía repensarse en ese nuevo mundo post- europeo. Una nueva Europa después de Europa. Este libro ha sido pensado con este trasfondo: el de un mundo post-europeo. Pero ha sido escrito por europeístas convenci- dos, profundamente preocupados por la marcha del proyecto que hace décadas llamamos la UE. En él hay pocas dosis de euroescepticismo y muchas, sin embargo, de preocupación y puede que, en ocasiones, de desaliento pues hace falta más Europa, no menos, y hace falta ya mismo (quizás ayer), no ma- ñana o pasado mañana. Los autores de Europa después de Europa nos explican que, si no se producen cambios importantes en la actitud de los euro- peos, en la gestión de las grandes políticas y en el diseño de la Unión Europa, ésta no será capaz de reaccionar con la suficien- te celeridad y contundencia y perderá peso específico —lo está haciendo ya— en la nueva sociedad mundial. La Europa después de Europa, que en este libro se propone, no es pues una Europa menor, ni ausente, sino renovada y fortale- cida. Puede que los próximos años sean la última oportunidad para que la vieja Europa recobre el control de su destino. ACADEMIA EUROPEA DE CIENCIAS Y ARTES ESPAÑA 9 788461439799 ISBN 978-84-614-3979-9 E. LAMO DE ESPINOSA (COORDINADOR)

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    JOS M. DE AREILZA CARVAJALProfesor de Derecho de la Unin Europea, titular de la Ctedra Jean Monnet en IE Universidad y Decano de IE Law School.

    PAUL ISBELLDirector del Programa de Energa y Cambio Cli-mtico en el Real Instituto Elcano de Estudios In-ternacionales y Estratgicos en Madrid.

    EMILIO LAMO DE ESPINOSACatedrtico de Sociologa de la Universidad Com-plutense, y Acadmico de la Academia Europa de Ciencias y Artes. Ha sido Secretario General de Universidades, Director del Instituto Universitario Ortega y Gasset y Director y fundador del Real Instituto Elcano.

    JAVIER NOYAProfesor Titular del Departamento Sociologa V de la Universidad Complutense e Investigador Princi-pal del Real Instituto Elcano.

    FLORENTINO PORTEROProfesor Titular de Historia Contempornea en la UNED. Es columnista del diario ABC y colabora con algunos otros medios de comunicacin.

    CHARLES POWELLLicenciado y Doctor en Historia Contempornea por la Universidad de Oxford, es Profesor de la Universidad CEU San Pablo, Subdirector del Real Instituto Elcano, y Director de la Fundacin Tran-sicin Espaola.

    JAIME REQUEIJOCatedrtico Emrito de Economa Aplicada de la UNED y Tcnico Comercial y Economista del Esta-do, es autor de seis libros, el ltimo de los cuales, Odisea 2050, analiza el porvenir de la economa mundial.

    RICK SANDELLInvestigador Titular en IMDEA Ciencias Sociales, ha sido Profesor Adjunto de Sociologa en la Uni-versidad de Estocolmo y Profesor Visitante en la Universidad de Salamanca. Ocup el cargo de Analista Principal en el Real Instituto Elcano como responsable del Programa de Demografa.

    JOS IGNACIO TORREBLANCAProfesor Titular en el Departamento de Ciencia Poltica de la UNED y Doctor Miembro del Insti-tuto Juan March de Estudios e Investigaciones. Fue Investigador Principal, rea Europa, en el Real Instituto Elcano y en la actualidad es Direc-tor de la Oficina en Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).

    La Academia Europea de Ciencias y Artes inici sus actividades en Espaa en 1997. Siguiendo las pautas de su Casa Matriz en Salzburgo, aspira a convertirse en un punto de referencia en la formacin de criterios con los que evaluar con rigor, y desde la perspectiva de nuestro pas y sus Comunidades Autnomas, los pro-blemas que plantea la nueva construccin de Europa.

    Desde su creacin, decidimos concentrar nues-tras actuaciones en proyectos de estudio e investigacin orientados a sensibilizar a los di-ferentes responsables y estudiosos de la socie-dad espaola, sobre el alcance e importancia para nuestro pas de los desenvolvimientos ms notables del difcil proceso de integracin euro-pea con el que estamos comprometidos todos. Ayudndoles, en alguna manera y forma, a la hora de adoptar o recomendar decisiones en sus diferentes campos de competencia poltica, social o econmica. Y procurando implicar en las conclusiones de sus Proyectos, estructura-dos en estudios y debates, a todos cuantos par-ticipan, en una u otra forma, en este proceso de integracin.

    Todos y cada uno de los Proyectos diseados y desarrollados por nuestra Academia implican, como resultado final de los estudios, investi-gaciones, debates y colaboraciones integrados en ellos y con independencia de las Actas de las reuniones de trabajo, la plasmacin de sus resultados en documentos de diverso rango e importancia, en funcin de su actualidad, singu-laridad o inters general o especfico.

    El libro Europa despus de Europa corresponde a la investigacin desarrollada por nuestra Aca-demia durante los ltimos cuatro aos por un grupo de cualificados expertos bajo la direccin del Profesor Emilio Lamo de Espinosa sobre El Papel de Europa en el Mundo. Su publicacin pretende enfrentar acadmicamente sus argu-mentos y conclusiones con aquellas orientadas desde pticas diferentes y establecidas con ri-gor y documentacin equiparable, buscando un contraste enriquecedor.

    EUROPA DESPUS DE EUROPA

    E. LAmO DE ESPinOSA (coordinador)

    AcAdemiA europeA de cienciAs y Artes

    espAA

    J. m. dE ArEilzaP. isbEllJ. noya

    F. PortEro

    Ch. PowEllJ. REquEijoR. SandEll

    J. i. TorrEblanca

    Imagen de cubierta: Interpretacin de un Mapamundi chino de 1763, supuestamente copia de uno anterior de 1418 atribuido al legendario almirante imperial de la dinasta Ming Zheng He (1371-1433).

    A partir de los aos 40 del pasado siglo el filsofo checo Jan Patocka, abrumado por el drama de la guerra, el Gulag y el Ho-locausto, fue elaborando escritos varios publicados ms tarde con el ttulo de Europa despus de Europa en los que daba tes-timonio de la aparicin de un mundo post-europeo al que lla-maba, con visin casi proftica, la era planetaria. Como antes Stefan Zweig, Patocka aseguraba que Europa se haba suici-dado en las dos guerras mundiales, pero sin embargo haba generado una mundializacin de Europa y sus instituciones en una herencia espiritual que habra que recuperar. Europa, conclua Patocka, deba repensarse en ese nuevo mundo post-europeo. Una nueva Europa despus de Europa.

    Este libro ha sido pensado con este trasfondo: el de un mundo post-europeo. Pero ha sido escrito por europestas convenci-dos, profundamente preocupados por la marcha del proyecto que hace dcadas llamamos la UE. En l hay pocas dosis de euroescepticismo y muchas, sin embargo, de preocupacin y puede que, en ocasiones, de desaliento pues hace falta ms Europa, no menos, y hace falta ya mismo (quizs ayer), no ma-ana o pasado maana.

    Los autores de Europa despus de Europa nos explican que, si no se producen cambios importantes en la actitud de los euro-peos, en la gestin de las grandes polticas y en el diseo de la Unin Europa, sta no ser capaz de reaccionar con la suficien-te celeridad y contundencia y perder peso especfico lo est haciendo ya en la nueva sociedad mundial.

    La Europa despus de Europa, que en este libro se propone, no es pues una Europa menor, ni ausente, sino renovada y fortale-cida. Puede que los prximos aos sean la ltima oportunidad para que la vieja Europa recobre el control de su destino.

    AcAdemiA europeA de cienciAs y ArtesespAA

    9 7 8 8 4 6 1 4 3 9 7 9 9

    ISBN 978-84-614-3979-9

    E. Lamo dE Espinosa

    (coordinador)

  • EUROPA DESPUS DE EUROPA

  • EUROPA DESPUS DE EUROPA

    E. Lamo de Espinosa (coordinador)J. M. de Areilza

    P. IsbellJ. Noya

    F. PorteroCh. PowellJ. RequeijoR. Sandell

    J. I. Torreblanca

    ACADEMIA EUROPEADE CIENCIAS Y ARTES

    ESPAA

  • La decisin de la Delegacin Espaola de la ACADEMIA EUROPEA DE CIENCIAS Y ARTES de pu-blicar los resultados de esta investigacin no implica responsabilidad alguna sobre su conteni-do ni sobre la inclusin, dentro del mismo, de documentos o informacin complementaria fa-cilitada por los autores.

    Ttulo: Europa despus de EuropaAutores: E. Lamo de Espinosa (coordinador)Autores: J. M. de AreilzaAutores: P. IsbellAutores: J. Noya

    F. PorteroCh. PowellJ. RequeijoR. SandellJ. I. Torreblanca

    EUROPA DESPUS DE EUROPA

    Cubierta: Mapamundi chino de 1763, supuestamente copia de uno anterior de1418 atribuido al legendario almirante imperial de la dinasta Ming Zheng He(1371-1433).

    edita: Academia Europea de Ciencias y Artes

    isbn: 978-84-614-3979-9depsito legal: M-43.194-2010

    Impreso en papel reciclado libre de cloro

    preimpresin, impresin y encuadernacin: Sociedad Annima de Fotocomposicin

    Talisio, 9. 28027 Madrid

  • NDICE

    PRLOGO

    INTRODUCCIN

    1. Europa, libre y feliz como Suiza . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

    2. Un mundo post-europeo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75

    PRIMERA PARTE

    FORTALEZAS Y DEBILIDADES DE EUROPA

    3. La economa europea en la encrucijada. . . . . . . . . . . . . . 1394. La trampa de los recursos. Energa y cambio climtico . . 1835. Europa sin europeos? La realidad demogrfica de Europa . 2596. El poder blando de la Unin Europea . . . . . . . . . . . . . . . 319

    SEGUNDA PARTE

    EUROPA Y LA GOBERNABILIDAD DEL MUNDO

    7. La gobernabilidad del mundo y la fragmentacin del po-der europeo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 365

    8. Instituciones, procesos y medios para la proyeccin exte-rior de la Unin Europea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 417

    9. Europa y la seguridad mundial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46110. Espaa en Europa, Europa en Espaa . . . . . . . . . . . . . . . 511

    ALGUNAS CONCLUSIONES PARA EUROPAEN UN MUNDO POST-EUROPEO

    Nota biogrfica de los autores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 615

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  • PRLOGO

    A partir de los aos 40 del pasado siglo, una de las gran-des figuras de la brillante intelectualidad centroeuropea, elfilsofo checo Jan Patocka (1907-1977), perseguido prime-ro por los nazis y ms tarde por los comunistas, y abruma-do por el drama de la guerra, el GULAG y el Holocaus-to, fue elaborando escritos varios publicados ms tarde enfrancs con el ttulo de Europa despus de Europa 1. Para en-tonces haca dcadas que haba fallecido. En 1977 habaaceptado firmar junto a Vaclav Havel, la Carta 77, loque le llevara a la crcel, a un interrogatorio brutal de msde once horas y, pocos das despus, a su muerte. En aque-llos anlisis y comentarios Patocka daba testimonio de laaparicin de un mundo post-europeo al que llamaba,con visin casi proftica, la era planetaria. Como antesStefan Zweig, Patocka aseguraba que Europa se haba sui-cidado en las dos guerras mundiales, pero sin embargo ha-ba generado una mundializacin de Europa y sus insti-tuciones en una herencia espiritual que habra que recu-perar. Europa, conclua Patocka, deba repensarse en esenuevo mundo post-europeo. Una nueva Europa despus deEuropa.

    La idea estaba en el aire pues era una ms de las eviden-tes consecuencias de la guerra. Por aquellos mismos aosconcretamente el 16 de febrero de 1955 el gran histo-

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    1 LEurope aprs lEurope, Verdier, Paris, 2007.

  • riador britnico Barraclough pronunciaba en la Universi-dad de Liverpool una trascendental conferencia titulada Elfin de la historia europea en la que aseguraba que, tras pasarde la Era Mediterrnea a la Era Europa, y tras ella la EraAtlntica, vemos ahora emerger una Era del Pacfico quenos fuerza pensar el mundo de otro modo 2. Ello no signifi-ca continuaba Barraclough que la historia europeahaya terminado, por supuesto. Pero s que deja de tenersignificacin histrica y pasa a ser una historia regionalms, ya no la historia del mundo, como ha sido durantelos ltimos siglos.

    Este libro ha sido pensado con este trasfondo: el de unmundo post-europeo y una Europa despus de la Era deEuropa. Pero ha sido escrito por europestas convencidosprofundamente preocupados por la marcha del proyectoque hace dcadas llamamos la UE, antes la CEE. En el haypocas dosis de euroescepticismo y muchas, sin embargo, depreocupacin y puede que, en ocasiones, de desaliento, fati-ga e incluso irritacin. Estamos profundamente convenci-dos de que hace falta ms Europa, no menos, y hace falta yamismo (quizs ayer), no maana o pasado maana.

    Recordemos que, con ocasin de la guerra de Irak que di-vidio a la UE, tanto el presidente francs Chirac como elcanciller alemn Scrder y nuestro presidente RodrguezZapatero entonces todava en la oposicin, seguidosde no pocos intelectuales y buena parte de la opinin pbli-ca, esperaban que la UE se transformara en un polo de po-der alternativo a la hegemona unilateral de los EstadosUnidos. Se trataba de una versin remodelada de la viejatrilateral que, a comienzos de los aos 80, propuso Bushpadre; una gobernabilidad mundial articulada por Japn, laUE y los Estados Unidos, Agotado el primero en una crisis

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    2 Barraclough, History in a Changing World, University of Oklaho-ma Press, Norman, 1956, pp. 206 y 207.

  • sin fin que contina, quedaban los dos gigantes: lafuerza del mal y la fuerza del bien. Eran aos de exagerado eingenuo euro-optimismo a los que han seguido otros de nomenos exagerado euro-pesimismo. Alain Touraine nos ha-bla del fracaso en toda regla de Europa, la desaparicinde su papel mundial, e incluso del fin del modelo occi-dental 3. Otros, ms moderados, concluyen que Europaest en cada libre 4. El Tratado de Lisboa no ha clarificadoel proceso de toma de decisiones; la Cumbre de Copenha-guen ha mostrado qu lejos est la UE de poder imponerun multilateralismo efectivo; y la crisis econmica poneen entredicho la misma continuidad del euro. Sin duda es-tn mucho ms cerca de la realidad estos anlisis que aque-llos. Pero, con todo, conviene tomar distancias.

    Por ello nuestro punto de partida con el que comienzael primer captulo, es que la Unin Europea ha sido unxito, sin duda el gran invento poltico de este continentetras los terribles fracasos de los totalitarismos del siglo XX.Un xito certificado por el hecho de que jams los ciudada-nos europeos han vivido con mayor seguridad y menorriesgo de guerras o conflictos, jams han sido ms libres nihan disfrutado de mayor seguridad jurdica y respeto a laspersonas, ni jams han disfrutado de mayor prosperidad ybienestar.

    Pero tras ese xito Europa se encuentra en una encrucija-da, en un punto de inflexin en el que puede jugrselotodo. Nada singular en esta afirmacin: hay una marea enlos asuntos humanos, deca Shakespeare y reitera HermanVan Rompuy, actual Presidente del Consejo de Europa, ensu discurso a los jvenes del Colegio de Brujas acerca de Losretos para Europa en un mundo cambiante. El principal retode Europa asegura Van Rompuy no es el riesgo de gue-

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    3 A. Touraine, El fracaso de Europa, El Pas, 28 de mayo de 2010.4 Richard Youngs, In Free Fall, The Worldtoday.org, june 2010.

  • rra entre naciones europeas; tampoco lo es el de estable-cer la democracia; nuestro principal reto asegura escomo lidiar, en tanto que Europa, con el resto del mundo...Cmo podemos imaginar a la Unin Europa en el ocanogeopoltico? Estamos todos en el mismo barco bajo la mis-ma bandera? 5.

    En las prximas tres o cuatro dcadas el mundo enterosufrir cambios drsticos como consecuencia de una se-gunda revolucin poltica, social y econmica slo compa-rable con la revolucin industrial de los siglos XIX y XX,slo que mucho ms extensa (pues afecta a todo el planeta),ms intensa y profunda y, sobre todo, ms rpida. Ello escausa y consecuencia de cambios demogrficos, econmi-cos y polticos de alcance histrico-universal con el ascensode China, India y otros grandes pases, que pasaran a ocu-par en el mundo posiciones similares a las que tuvieron his-tricamente hasta el siglo XVIII, antes del ascenso europeocon la Revolucin Industrial.

    Todo ello tiene consecuencias importantes de todo or-den: ascenso de una inmensa clase media mundial, movi-mientos de poblacin, presin sobre los recursos energti-cos, materias primas y alimentos, pero tambin sobre elagua y el medio ambiente y emergencia de un mundo neo-malthusiano y, finalmente, una profunda reordenacin dela arquitectura poltica y estratgica del mundo que, des-de la bipolaridad de la guerra fra ha pasado a la unipolari-dad de la hegemona americana pero, desde esta, se mueveaceleradamente a un terreno incierto: nueva bipolaridadasimtrica entre USA y China? multipolaridad tambinasimtrica? un orden westfaliano mundial? un mundo depoder y de realpolitik para una UE que ha dejado eso atrs?En todo caso como afirma Van Rompuy, mientras la

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    5 Discurso de Van Rompuy en el Colegio de Brujas, 25 de febrero del2010, The Challenges for Europe in a Changing World.

  • globalizacin era esencialmente econmica se trataba de unjuego de suma positiva; todos podamos ganar. Pero hemosentrado en una segunda fase de la globalizacin, polti-ca tanto como econmica, y la poltica es acerca de rap-ports de force; el poder es relativo, si uno gana otro pier-de. Mientras la prosperidad se extiende, el poder cambiaHacia dnde?

    En todo caso es casi seguro que el resultado ser una pro-funda alteracin del centro de gravedad del mundo que semueve (tanto en poblacin como en poder poltico y eco-nmico) hacia Asia y el Pacfico, marginando a Europa (ya Espaa dentro de Europa) y reorientando, tanto fricacomo Amrica (norte y sur), hacia el Pacfico.

    Sin embargo, y al tiempo que el mundo galopa en unadireccin nueva, la UE, tras el fiasco casi un engaodel supuesto Tratado Constitucional, y la posterior y decep-cionante puesta en marcha del de Lisboa, y aun reponin-dose de la ltima ampliacin, camina a paso lento sin aca-bar de tener una papel claro en el nuevo orden mundial. Noes una percepcin de elites o expertos pues incluso los son-deos de opinin pblica realizados en el mundo ponen demanifiesto que, as como USA y China (e incluso el ReinoUnido) s son percibidos como grandes potencias, la UEes as percibida... pero slo por los europeos.

    La presente investigacin pretende pues abordar el pro-yecto europeo tomando distancias con el presente, tanto enel espacio como en el tiempo, nico modo de objetivarnuestra visin de nosotros mismos. No sabemos lo quenos pasa, y eso es lo que nos pasa, aseguraba Ortega confrase rotunda. Para salir de la ignorancia pretendemos mi-rar a Europa tomando distancias, ms desde fuera (y desdearriba) que desde abajo (y desde dentro), es decir, comouna (eventual) unidad o sujeto entre otras unidades o suje-tos que conforman hoy el mundo. Trata de mirar a Europadesde el mundo, y no slo el mundo desde Europa. Y por

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  • supuesto, mirar ms hacia delante, hacia el futuro, ms quehacia el pasado. Hace ms de un siglo que el gran aragonsque fue Joaqun Costa cuyo centenario celebraremos enel 2011 nos interpel a los espaoles asegurando que de-beramos cerrar con siete llaves el sepulcro del Cid paraolvidar las viejas glorias del Imperio y mirar adelante. Pue-de que no slo los espaoles, sino todos los europeos, haya-mos cado de nuevo en la tentacin que denunciaba Costa.

    Pues el supuesto central es que nos encontramos enuna encrucijada vital: o Europa se articula como unidadpara asumir un papel central en la gobernabilidad del nue-vo mundo globalizado, o quedar relegada a un papel cadavez ms dependiente y secundario. Como recordaba Barra-claugh, durante varios siglos la historia del mundo se ha es-crito aqu en Europa, especialmente en la Europa atlntica,en las cancilleras de Londres, Pars, Lisboa o Madrid. Esodej de ser as ya en el pasado siglo, de modo manifiestotras la descolonizacin que sigui a la segunda guerra mun-dial. Y puesto que hablamos de una liberacin del mundodel imperialismo y el colonialismo, debemos alegrarnos deello. Pero el riesgo que corremos es que en el nuevo si-glo XXI se inviertan los destinos y sean otros quienes escri-ban nuestra propia historia. No queremos esa Europa des-pus de Europa, pero sin Europa.

    El destino no est marcado, desde luego, pero los europeosy los espaoles debemos entender que estar a la alturade los nuevos tiempos exige de nosotros un esfuerzo de ge-nerosidad, trabajo, visin e inteligencia para devolvernos almenos el protagonismo de nuestra propia historia. Pues Eu-ropa, los europeos, no tenemos alternativa alguna a ese es-fuerzo colectivo. Puede que no tengamos ya fuerza para lide-rar el mundo pero nuestros intereses y responsabilidades songlobales y Europa no puede limitarse a ser; debe estar.

    Esta investigacin no pretende hablar a eruditos o exper-tos, sino a cualquier persona culta interesada en ese proyec-

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  • to colectivo de vida en comn que es Europa; que comotodo proyecto colectivo que fusiona, une e impulsa, es unembrin de nacin, en el mejor sentido de esa palabra:una idea que unifica, fortalece y orienta. Est escrito poreconomistas, historiadores, socilogos, politlogos, exper-tos en relaciones internacionales. Un equipo cientficamen-te multidisciplinar pero tambin ideolgicamente plural.Ello no ha impedido en absoluto compartir visiones y preo-cupaciones. El libro ha sido redactado individualmente, ycada autor es responsable del captulo que firma. Pero todol ha sido resultado de un trabajo colectivo producto de va-rias sesiones de discusin y puesta en comn. Por eso se hasuavizado la autora suprimindola del ndice, y el captulofinal de conclusiones y recomendaciones es asumido portodos. Con matices, como es evidente y como debe ser.

    Cuando damos las ltimas pinceladas al texto la UE se en-cuentra en una profunda crisis econmica de la que parecepoder salir al tiempo que las grandes potencias emergentesrecobran ritmos de crecimiento espectaculares que slo mo-mentneamente abandonaron. China vuelve a crecer a rit-mos prximos al 10%, la India crece al 8%, Brasil y otrospases mantienen ritmos similares. Parece haber una GranConvergencia econmica mundial que cierra aceleradamen-te la brecha abierta en el siglo XIX con la Gran Divergenciaentre Occidente (the West) y el resto (the rest) 6. Pero todoello se realiza con ritmos cada vez ms acelerados y en mediode una gran volatilidad e incertidumbre. No pocos aseguranque los cisnes negros los eventos improbables sonms y ms frecuentes, y debemos acostumbrarnos a pensarlo impensable. La ciencia social ha fracasado rotundamenteen ocasiones cruciales en las ltimas dcadas, y no fue capazde prever ni la cada de la Unin Sovitica, ni la amenaza del

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    6 K. Pomerantz, The Great Divergence, Princeton University Press,2000.

  • terrorismo islamista en el 2001, ni la crisis econmica del2007. Y uno de los grandes expertos en historias imperialesNiall Ferguson nos advierte que la cada de estos puedeseguir lgicas no lineales para precipitarse en pocos aos aconsecuencia del aleteo de una mariposa; al fin y al cabo elImperio Romano se hundi en menos de 50 aos pero laFrancia borbnica o el Imperio britnico tardaron an me-nos 7. Y otro tanto ocurri con la caida de la Unin Sovitica,probablemente el punto de partida de la globalizacin. De-bemos pues ser humildes y muy conscientes de que nuestrosargumentos y escenarios pueden verse devaluados en sema-nas por algn nuevo cisne negro.

    Tambin dentro de Europa. La crisis econmica ha su-puesto un envite fuerte a la solidez de la moneda nica,del euro, la corona del mercado comn. Est siendo difcilcoordinar polticas comunes para hacer frente a la crisis y apases con serios apuros, alguno prcticamente en quiebra.Y la crisis del euro es todo un indicador de cuanto nospreocupa: no es posible avanzar en un mercado y una mo-neda comn sin avanzar en la gobernanza econmica, peroesto implica saltar desde la economa a la poltica, aunquesea la poltica econmica. Europa no ser nunca un Estadoy menos una nacin clsica, de eso estamos convencidos, yen su diversidad se halla una de las fuentes de nuestra ri-queza. Pero tampoco puede ser un simple mercado. Y en-contrar un camino intermedio que permita fusionarla alldonde es, no ya conveniente, sino imprescindible, actuar encomn, es el reto urgente al que se enfrenta.

    Ya redactadas estas ltimas pginas el Presidente FelipeGonzlez presenta el informe del Grupo de Sabios, el Pro-yecto Europa 2030. Sus conclusiones son por completo con-cordantes con las aqu sostenidas. Vivimos tiempos de inse-

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    7 N. Ferguson, Complexity and Collapse. Empires on the Edge ofChaos, Foreign Affairs, marzo-abril 2010.

  • guridad que hacen que Europa se encuentre en un puntode inflexin de su historia. Y como en todas las transforma-ciones, habr ganadores y perdedores; pero si Europa noquiere caer entre los segundos necesita mirar hacia fuera yembarcarse en un ambicioso proyecto de reforma de largoplazo para los prximos veinte aos. La UE aade elinforme puede ser un agente de cambio en el mundo, uncreador de tendencias, y no slo un testigo pasivo. Pero paraello debemos trabajar juntos y nuestra capacidad para in-fluir desarrollos fuera de nuestras fronteras depender a suvez de nuestra capacidad para asegurar un crecimiento sli-do y la cohesin interna de la Unin... esta es la conclusinalcanzada por nuestro Grupo de Reflexin. Esta misma es laconclusin alcanzada en este ms modesto informe 8.

    No pretendemos tener soluciones, aunque algunas ofre-cemos. Nos daremos por satisfechos si podemos contribuira profundizar en la sensacin de urgencia, de tiempo hist-rico en que nos encontramos. Pues la alternativa es, cierta-mente, ser un testigo pasivo. Ya lo dijo Octavio Paz de no-sotros hace no mucho:

    Lo nico que une a Europa es su pasividad ante el desti-no. Despus de la Segunda Guerra Mundial las naciones delViejo Mundo se replegaron en s mismas y han consagradosus inmensas energas a crear una prosperidad sin grandezay a cultivar un hedonismo sin pasin y sin riesgos. De ah lafascinacin que ejerce sobre sus multitudes el pacifismo, nocomo una doctrina revolucionaria, sino como una ideolo-ga negativa 9.

    Evitar que Paz tenga razn es nuestro reto inmediato.Construir una nueva Europa despus de la Era de Europa.

    Madrid, julio del 2010

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    P R L O G O

    8 Project Europe 2030, EU, mayo 2010.9 Octavio Paz, Tiempo nublado, Seix y Barral, Barcelona, 1983.

  • INTRODUCCIN

  • CAPTULO 1Europa, libre y feliz como Suiza 10

    Presentacin

    La UE es sin duda el gran experimento poltico exitosodel siglo XX. Con el Europa cerraba un duro aprendizaje enmateria de relaciones internacionales, sustituyendo un or-den westfaliano basado en la confrontacin de soberanas(y en ltima instancia, en la guerra), por otro articulado enla puesta en comn de esas mismas soberanas y la coopera-cin. Que ello es un juego de suma positiva que redunda enbeneficio de todos es lo que hace de la UE un xito, un ob-jeto de deseo para los vecinos y un modelo a imitar en elmundo.

    Pero la ltima globalizacin iniciada tras la cada delmuro de Berln en 1989 est suponiendo un cambio mun-dial cuyo ritmo es muy superior al ritmo actual de la articu-lacin de Europa. A pesar de que la UE es la principal eco-noma del mundo, es el principal donante, sus sociedad debienestar es envidiada en todas partes, dispone del mayor ymejor cuerpo de diplomticos, y sus ejrcitos suman msde dos millones de efectivos, las dificultades para articular-se con una sola voz y una sola voluntad estn deterioran-do aceleradamente su peso en el mbito internacional. Altiempo, otros pases, gigantes desde cualquier dimensin, seproyectan con fuerza tras salir de la condicin de colonias oterritorios sometidos.

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    10 Captulo redactado por Emilio Lamo de Espinosa.

  • Este libro trata de ese contraste: el existente entre una UEque camina y avanza, a veces con retrocesos y vacilaciones,pero camina hacia adelante, por una parte, y un mundoemergente que galopa y parece querer devorar la historiaafirmndose a velocidad de vrtigo en este comienzo delnuevo milenio de la era cristiana.

    En este primer captulo se analiza, en primer lugar, el xi-to de la UE como indiscutible punto de partida, sin obviarsus serias deficiencias y su incapacidad para pasar de unmodelo confederal articulado por un mercado, a una lgicapoltica federal que supera el Estado-Nacin. En segundolugar, el ascenso demogrfico, econmico, poltico, e inclu-so militar, de un nuevo mundo, fundamentalmente asi-tico, que hace gravitar todo el planeta en esa direccin, aconsecuencia de una nueva Revolucin Econmica y socialmundial mucho ms poderosa que la Revolucin Indus-trial. Y en tercer lugar, lanzaremos una mirada la historiapara ubicar esos cambios tomando perspectiva, cambiosque no son sino una Gran Convergencia mundial que suce-de a la Gran Divergencia de los siglos XIX y XX. Europa ca-mina, cierto, pero el mundo galopa y es necesario avanzarmuy rpido para no quedarse atrs.

    1. El xito de Europa, libre y feliz comoSuiza

    Vivimos tiempos turbulentos que parecen confirmar laidea del viejo Hegel: los periodos felices de la humanidadcarecen de historia y en ellos no pasa nada. Y ciertamente,desde que el 11S penetramos en el nuevo siglo bajo puer-tas de fuego (como seal Kofi Annan 11), la acumulacin

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    11 Vase E. Lamo de Espinosa, Bajo puertas de fuego. El nuevo desor-den internacional (Taurus, Madrid, 2004).

  • de acontecimientos (atentados terroristas, cambio climti-co, guerras en Irak y Afganistn, brutal e insospechada cri-sis econmica) han generalizado una sensacin de mie-do, vulnerabilidad e incertidumbre que, en este nuevofin-de-siglo, casi se tien de milenarismo (y recordemosque el joven Ortega se doctora en 1904 con una tesis sobreLos temores del ao mil, el pnico que acompa el anteriorcambio de guarismo). Cunde pues la sensacin de que elprogreso se ha detenido o incluso retrocede, y la humani-dad camina hacia atrs, incluso hacia su auto-destruccin.Para unos en general la izquierda esta vendra de ladestruccin de la naturaleza agotada por las demandas deun consumo hipertrofiado, alimentado por la economa demercado; para otros en general, la derecha sera la des-truccin de la sociedad por atentados terroristas con armasde destruccin masiva, amenaza cuya peligrosidad se equi-para a veces a la del viejo comunismo sovitico. Pero ya seaa la derecha o a la izquierda, todos parecen tener a mano unrelato apocalptico que los medios de comunicacin, el cinede Hollywood y no pocos intelectuales, se encargan deamplificar 12. El post-modernismo articula esa nueva na-rrativa alrededor del recelo hacia el futuro y una descon-fianza creciente hacia el progreso, la ciencia y la tecnologa,cuando no hacia la misma razn, antao la solucin a to-dos los problemas y hoy problema ella misma.

    Pero ese juicio negativo, que numerosos sondeos de opi-nin corroboran, no es del todo cierto. No es cierto por loque hace al mundo en general y, sobre todo, no lo es por loque respecta a Europa, que ha sido el gran experimento po-ltico exitoso del siglo XX tras los terribles fracasos del co-

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    12 La pelcula Avatar, de evidente xito, emblematiza esta sensibili-dad apocalptica retomando el mito rousseauniano del buen salvaje enarmona con la naturaleza, enfrentado a la perversa civilizacin ame-ricana.

  • munismo y del fascismo (los otros dos grandes experi-mentos polticos europeos), un xito histrico que debeser destacado en esta introduccin a este captulo introduc-torio.

    Hace cinco siglos Europa conquist y coloniz el mundo.Pero aquella gigantesca epopeya, la de la europeizacin yoccidentalizacin del mundo (que es tambin la historia delimperialismo y del colonialismo), iba a acabar dividiendo yenfrentando a la misma Europa que, tras dos brutales gue-rras mundiales, guerras civiles europeas que marcan elcorto siglo XX 13, acab perdiendo la hegemona sobreesas conquistas. Gan el mundo, pero en el camino se per-di a si misma. Hoy se enfrenta casi a la situacin contraria:mediante el instrumento comunitario Europa se ha con-quistado a s misma, quizs definitivamente. Pero tiene de-trs la tarea de no dejarse conquistar por el nuevo mundo,la tarea de acomodarse y acomodar un mundo emergenteque es, en buena medida, el producto de su propia accin.Tras europeizar y Occidentalizar el mundo Europa presen-cia el fin de la Era de Occidente, e incluso el riesgo de ser,ella misma, des-Occidentalizada.

    Efectivamente, Europa se ha hecho a s misma, y desde elTratado de Pars de 1951 que creaba la Comunidad Econ-mica del Carbn y el Acero (la CECA) hasta hoy, ha conse-guido xitos, progresos, simplemente espectaculares.

    Para comenzar, ha conseguido reforzar y extender orde-nes polticos basados en el Estado democrtico, el rule oflaw, la separacin de poderes, una sociedad civil fuerte y elrespeto a los derechos humanos. En 1945 no ms de mediadocena de Estados europeos eran democracias; hoy lo son

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    13 Corto siglo XX que habra comenzado con la Revolucin Rusay terminado con el fin de la ilusin comunista en 1989. Vase EricHobsbawm, Age of Extremes: The Short Twentieth Century, 1914-1991,1994.

  • los 27 miembros de la UE pero en el linde exterior al menosotra media docena de pases se preparan para cumplir loscriterios de Copenhague y alcanzar la ansiada integracin,de modo que el modelo UE se extiende como una man-cha de aceite hacia el Este traspasando los Balcanes hastallegar a Ucrania y el Cucaso, e incluso puede que la Tur-qua musulmana. As, segn el ltimo informe de FreedomHouse 14, slo ocho de los 53 Estados europeos seran dicta-duras, siete de ellos en Europa central y del Este, de modoque no es exagerado afirmar que jams en la historia tantosciudadanos europeos han gozado de tanta libertad.

    En segundo lugar, la UE ha conseguido reforzar y am-pliar la prosperidad a toda Europa. Para los pases de la yavieja UE15 la pobreza ha quedado atrs y hemos entrado,no en el bienestar, sino en la afluencia y, en ocasiones, in-cluso en la opulencia y el consumo ostentoso (aunque en-deudado). Primero los antiguos (Alemania, Francia), luegolos nuevos (Espaa, Irlanda, Grecia), ahora los novsimosde Europa central y del Este, han mejorado sustancialmentesus niveles de vida. Hoy la economa de la UE, con un volu-men de ms de 17.000 billones de dlares de PIB (ms de12.000 en la zona euro), es la ms grande del mundo, apro-ximadamente el 30% del total, bastante mayor que la de losEstados Unidos (aunque sea notablemente inferior en rentaper capita). Y de nuevo no es exagerado afirmar que jamsen la historia de Europa tanta gente ha gozado de tantaprosperidad como ahora, prosperidad que se extienden alos vecinos y, eventualmente, tambin a los vecinos de losvecinos (aunque desgraciadamente no a la frontera sur deEuropa, la del Mediterrneo).

    Finalmente, Europa ha conseguido gozar de una seguri-dad jams vista. Como dijera el entonces ministro de Rela-ciones Exteriores de Alemania Joschka Fischer el centro

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    14 Vase Freedom in the World 2009, en freedomhouse.org.

  • del concepto de Europa despus de 1945 ha sido y siguesiendo un rechazo del principio europeo del equilibrio depoderes y de las ambiciones hegemnicas de Estados in-dividuales que emergieron tras la Paz de Westfalia en1648 15. No olvidemos que esa fue la causa y el objetivo delproyecto europeo: acabar con el horror de las guerras, ynunca fue ms cierto el comentario de Borges: no nos uneel amor sino el espanto. Nos une el miedo a la reiteracinde conflictos. Y efectivamente, tras 300 aos de paz West-faliana y casi 50 aos de bipolaridad y divisin, es decir, tras350 aos de guerras continuas, prcticamente una en cadageneracin guerras de dinastas, guerras de pueblos o na-ciones, guerras de clases, guerras de bloques, el riesgo deguerra ha desaparecido casi por completo. Para ello Europaha sustituido la clsica confrontacin de soberanas estata-les como mnadas impenetrables, por la puesta en comn,la suma, de soberanas (y eso es el mtodo comunitario),dando lugar a un orden internacional e inter-estatal nuevo,post-hobbesiano (en terminologa de Schmitter 16), kantia-no (segn Robert Kagan 17) o post-moderno (segn Coo-per 18), un orden jurdico en el que el recurso a la violenciaha desaparecido de las relaciones internacionales. De hechoEuropa ha dado el salto desde el clsico orden inter-estatal aotra cosa, un orden cosmopolita interno, en buena medidauna sociedad civil europea, ciertamente un objeto polti-co no identificado. Y otra vez ms, los Estados vecinos seaprestan a entrar en ese orden post-estatal renunciando al

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    15 Discurso en la Universidad Humboldt en Berln, 12 mayo del2000.

    16 Schmitter, Philippe C., The European Union as an Emergent andNovel Form of Political Domination, Working Paper, Juan March Ins-titute, Madrid, 1991/26.

    17 Robert Kagan, Poder y debilidad, Taurus, Madrid, 2003.18 Robert Cooper, The Post-Modern State, en Mark Leonard (ed.),

    Re-ordering the world, London, The Foreign Policy Centre, 2002.

  • uso de la fuerza a cambio de un lugar al sol de la anheladaEuropa.

    Podemos pues decir con nfasis, y como lo hace la Estra-tegia de Seguridad Europea, que jams Europa ha sido tanprspera, tan segura, ni tan libre. Lo que no es poco pueseso es todo lo que un ciudadano sensato puede pedir de unorden poltico: seguridad, libertad, prosperidad. Es un xitode alcance histrico-universal (como hubiera dicho MaxWeber), que explica que todos los pases vecinos desean sereuropeos y, en buena medida, el poderoso atractivo que Eu-ropa ejerce en el mundo, su carcter modlico, su soft po-wer. No slo; la excelente imagen de la UE (un modelo desociedad que se desea imitar y no resulta agresivo ni ame-nazante) hace que en casi todas partes se desee una mayorpresencia internacional de la UE. Un sondeo del 2007 deGallup International para el European Council on ForeignRelations, realizado en 52 pases, mostraba que la UE era(con un 35%) la potencia cuya presencia internacional msse echaba de menos, seguida de la India, otra potencia noamenazante (con 27%).

    Tienen pues razn quienes han argumentado que la UEposee un poder transformador basado, en primer lugar,en que es un modelo, un esquema a seguir; en segundo lu-gar, en su capacidad para ofrecer (o excluir) beneficios aterceros pases; y finalmente, en su capacidad normativa, ensu obsesin por regular todo mediante contratos, normas yreglas, en la creacin de derecho vinculante en un orden ju-rdico kantiano 19. El poder militar se argumenta per-mite cambiar regmenes, pero la legislacin permite cam-biar sociedades. Y efectivamente, los nuevos miembros dela UE deben transponer a su legislacin nacional ms

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    19 Por ejemplo, Mark Leonard, Por qu Europa liderar el siglo XXI(Taurus, Madrid, 2005). Tambin John McCormick, The European Su-perpower (Palgrave MacMillan, Londres, 2007).

  • de 95.000 pginas de normativas obligatorias, e inclusoquienes slo desean cooperar con la UE se ven atrapadospor normas que afectan a derechos humanos, proliferacinde armas, emigraciones, corrupcin o buen gobierno. Y as,se recuerda cmo la ampliacin al Este de la UE ha sido elmayor programa de cambio pacfico y de democratizacinde la historia, y puede que incluso la verdadera y ms efecti-va poltica exterior de la UE. El poder blando de la UE, seargumenta, sera tan eficaz, si no ms, que el poder duro deotros pases como los Estados Unidos. Estaramos ante elascenso de los poderes herbvoros frente a los carnvo-ros, representados todava por los amenazantes actores dela guerra fra (USA, Rusia o China) 20.

    Pero incluso sus defensores no dejan de reconocer que laUE rinde por debajo de sus posibilidades 21. Y ello por nu-merosos problemas que recientemente se acumulan sin en-contrar solucin. Aludir a algunos de ellos.

    2. Los retos de la UE, un objeto polticono identificado

    En primer lugar, el de la amplitud de Europa, quizs elms importante y sin duda uno de los ms visibles. Esta-mos ante una unin poltica de la regin Oeste del conti-nente euroasitico, o ms bien ante un mtodo nuevo dearticulacin de relaciones internacionales y resolucinde conflictos? Es decir, se trata de sustituir a los viejos Esta-dos o de sustituir al viejo orden internacional westfaliano?

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    20 Ivan Krastev and Mark Leonard, New World Order: The Balance ofSoft Power and the Rise of Herbivorous Powers, European Council on Fo-reign Relations, Policy Brief, 2007.

    21 Vase, por ejemplo, Mark Leonard y Richard Youngs, El efectoEuropa, Foreign Policy, octubre/ noviembre 2007, pp. 34 ss.

  • Puede parecer paradjico pues se presenta como lo primeropero, en buena medida, la UE es ms lo segundo: un mto-do de articulacin de la sociedad internacional medianteel engagement, la cooperacin y los negocios, mediante lasuma y no la confrontacin de soberanas, que genera soli-daridades fcticas en crculos concntricos. Ms que una fe-deracin (o incluso una confederacin), es un original m-todo de articulacin internacional, inter-estatal, que puedeextenderse como una mancha de aceite y, tendencialmenteal menos, podra llegar a abarcar al mundo entero; una al-ternativa real al sistema de Naciones Unidas; este basado enla soberana de los Estados, la UE en la soberana comparti-da. La otra opcin, por supuesto (que mira hacia adentro yno hacia afuera), es la de una unin poltica geogrfica,necesariamente limitada a una regin del mundo, pero eneste caso debe tener fronteras territoriales precisas y clarasCules? Actualmente es ya una unin de 27 pases ms trescon estatus oficial de candidato (Turqua, Croacia, Macedo-nia), treinta pues en total. A los que habra que aadir otroscuatro con intencin clara de pertenecer (Macedonia, Alba-nia, Islandia y Serbia), y al menos otros cinco o seis que hanmanifestado en algn momento su intencin de hacerlo(Bielorrusia, Ucrania, Moldavia, Georgia y Armenia), vo-luntad que parece debilitarse recientemente. Toda Europapues (incluidas Suiza y Noruega) menos Rusia. Puede que,como se repiti hace aos, la ampliacin fuerce a la profun-dizacin (aunque eso est todava por ver), pero la lgica dela ampliacin continua impide la profundizacin, comohemos podido comprobar estos ltimos aos.

    Y este es el segundo dilema, el de la profundidad Esta-mos ante los Estados Unidos de Europa, una confederacinde Estados que camina hacia su eventual federacin? Esta-mos ante un nuevo producto para el que no tenemos toda-va modelo o teora, como se sostiene en el captulo 7.?Hasta el momento Europa no ha necesitado un liderazgo

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  • poltico fuerte, pero a medida que el mercado comn pri-mero y la unin econmica y monetaria despus, avanzan,el dficit poltico se agudiza pues cmo tener unin mone-taria sin control presupuestario, sin armonizacin fiscal y,sobre todo, sin gobernanza econmica? Acabo de decir quela UE es un gigante econmico. Cierto, si por tal se entiendeun inmenso mercado y una poderosa mquina productiva.Pero en la medida en que esa poderosa economa no puedeponerse al servicio de un proyecto poltico por carecer degobernanza, el gigante no controla sus miembros que cami-nan cada uno a su propio ritmo, como la actual crisis eco-nmica (o las crisis energticas con Rusia) han puesto demanifiesto. Por lo dems, en qu consiste actualmente es-tar o no estar en la UE? Si admitimos cooperaciones refor-zadas, opting out e integraciones diferenciadas (Schengen so no; Euro s o no) que diversifican el estatus de los miem-bros en una geometra variable; y si admitimos ademsacuerdos diferenciados de vecindad con no miembros, quelos aproximan al estatus de miembro, el resultado son unasfronteras borrosas y una cada vez mayor indefinicin de loque es la misma UE o de lo que significa ser (o no ser)miembro. Podramos estar caminando, no slo hacia unaUE a la carta, sino hacia una no-UE tambin a la carta, loque sera tanto como la banalizacin de la pertenencia 22.

    El tercer dilema afecta al modelo socio-econmico. Seacepta el modelo bvaro de Estado de Bienestar franco-ale-mn, un modelo que sirvi muy bien en el pasado pero hoyno es eficiente? O se opta por un modelo anglo-americano,privatizado y des-regulado, que acaba de mostrar su peorcara? La opcin, por fortuna, no es rotunda y quizs en lavieja Agenda de Lisboa y en la nueva Estrategia UE 2020, yen una economa del conocimiento y la innovacin po-dramos encontrar la superacin del dilema, si el proyecto

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    22 Vase Charles Grant, Europes Blurred Boundaries, CER, 2007.

  • avanzara, que no lo hace. En todo caso la UE, que sin dudagoza del modelo social ms avanzado del planeta, debe pre-guntarse cmo puede pagar su coste y competir con losnuevos pases, y ello exige aumentar la productividad en to-dos los rdenes 23 y revisar la demografa, como se sostie-nen en los captulos 3., 4. y 5. Segn el historiador Mad-dison, Europa occidental lleg a ser el 33% del PIB mundialentre 1870 y 1913 pero ha descendido desde entonces a un20% aproximadamente 24. Y la poblacin europea decrecey envejece, aumentando las tasas de dependencia; de lostreinta pases del mundo con porcentaje ms alto de pobla-cin mayor de 60 aos, nada menos que veintinueve soneuropeos. Es posible, sin cambios radicales, seguir pagan-do pensiones, sanidad, desempleo, y sostener la sociedad debienestar ms generosa del mundo? La pregunta empieza aser dramtica.

    Los dos ltimos dilemas afectan a la UE como actor en elescenario mundial, tema en el que se enfrenta hoy a dos se-rios problemas, dos retos que la amenazan, uno interno yotro externo. De una parte, a su propia institucionalizacin,a su definitiva configuracin como lo que dice quiere ser:un sujeto histrico, una entidad con personalidad propia ycapacidad de accin en el mundo y no como una coleccinde Estados bien avenidos por intereses y valores comunes.Lo que no sera quizs urgente de no ser porque, por otraparte, Europa tiene que habrselas (confrontar sera untrmino excesivo cargado de connotaciones negativas) conun mundo emergente, que es ya casi toda la humanidad,que aflora a comienzos de este nuevo siglo pero a no dudartendr presencia, peso, y voz determinantes en poco menos

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    23 Vase, al respecto, Anthony Giddens, Europa en la era global (Pai-ds, Barcelona, 2007).

    24 Vase A. Maddison, The World Economy (OECD Publishing,2006) y la web http://www.ggdc.net/Maddison/.

  • de dos dcadas, erosionando el poder relativo de la UE ydesdibujando su presencia internacional.

    Efectivamente, la UE sigue siendo un objeto poltico noidentificado, un OPNI, que se ha construido por la puertade atrs, sin modelo o diseo previo, siguiendo el mtodofuncionalista: arbitremos un mercado y una unin moneta-ria y que la economa tire de la poltica y que la poltica tirede la cultura. Era la estrategia de Robert Schumann: reali-zaciones concretas para generar solidaridades de hecho,tal deba ser la primera etapa de la federacin europea.Dicen que Jean Monnet dijo al final de su vida que, de tenerla oportunidad de construir Europa de nuevo, habra em-pezado por la cultura. No es cierto, no lo dijo, pero en todocaso menos mal que no se hizo as pues entonces no ten-dramos UE. Por el contrario, el mtodo funcionalista hasido un xito, aunque el precio pagado ha sido construirEuropa por la puerta de atrs, sin verdadera participacinciudadana, sin proyecto claro, casi como un subproducto:algo que se alcanza tanto mejor cuanto menos se explicita.Construccin que implicaba una gestin de la poltica eu-ropea en trminos ms de despotismo ilustrado que de de-mocracia: todo para los pueblos pero sin los pueblos. Y elresultado es un serio dficit democrtico: la UE no respon-de ante los ciudadanos, no es accountable, y adems no seentiende, es opaca y burocrtica. La UE profundiza y ex-porta democracia pero ella misma es dudosamente demo-crtica (hasta el punto de que se ha podido asegurar conirona que si la UE pidiera maana ingresar en la UE, puedeque tuviera que ser rechazada por no cumplir los crite-rios de Copenhague). Estamos ante un orden poltico cua-si-constitucional pero sin los fundamentos y las bases cons-titucionales adecuadas.

    Un dficit democrtico que los redactores del non natoTratado Constitucional trataron de taponar con una Con-vencin poltica, casi un Parlamento Constituyente, su-

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  • puestamente representativo de la ciudadana europea y alque le gustaba compararse con la Convencin de Filadelfiaque dio lugar a la Constitucin de los Estados Unidos. Perosu fracaso tras los referndum francs y holands, y el sub-siguiente fracaso del Tratado de Lisboa tras el referndumirlands (finalmente resuelto), no hacen sino profundizar eldficit institucional, que se manifiesta en la vida cotidianade Bruselas pero que se hace casi insoportable en los dos as-pectos que afectan a la UE como actor en el escenario mun-dial: la poltica exterior y la de seguridad.

    La pregunta es ya insoslayable: es posible y realistauna poltica exterior europea comn que vaya ms all delo que ha sido una prctica meramente declarativa some-tida siempre a la regla de la unanimidad? La pregunta notiene respuesta clara pero, considerando la diversidad deintereses econmicos y polticos, el peso de la historia colo-nizadora de los pases europeos y su variada proyeccingeogrfica, no parece tarea fcil, como se sostiene en los ca-ptulos 7. y 8. Es razonable esperar que Francia comu-nitarice su poltica africana o rabe? Puede Europa asu-mir la agenda latinoamericana de Espaa? La experienciamuestra que la UE puede, en ocasiones (pero slo en oca-siones), articular polticas comunes en escenarios concretos(Israel, los Balcanes, Georgia), pero es realista pensar enuna fusin de los servicios exteriores de los 27 pases o enuna representacin comn en los organismos internaciona-les? Como se desarrolla en el captulo 7., los pases de laUE disponen de 30.000 diplomticos en activo, casi el doblede Estados Unidos, y la ayuda al desarrollo es casi el tripleque la de Estados Unidos. No faltan pues recursos sinocoordinacin y voluntad. Dficit institucional interno quese dobla de inadecuacin institucional externa pues el siste-ma de Naciones Unidas es muy anterior a la UE y no la con-templa, y as debemos preguntarnos: renunciaran Franciae Inglaterra a su posicin permanente en el Consejo de Se-

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  • guridad de Naciones Unidas a cambio de la presencia de laUE? Pero es todo el sistema de Naciones Unidas el que de-bera revisarse para dar entrada a la UE en lugar de / ade-ms de, los Estados. En resumen, puede la UE hablar conuna sola voz, tener un solo telfono al que llamar, comoquera Kissinger? Y no basta con que haya un solo telfonosi este no responde porque estn reunidos discutiendo. Eu-ropa tiene demasiada geografa, demasiada historia y dema-siada cultura, y en el mundo, en los organismos internacio-nales, o en las cumbres ms variadas, tenemos muchos eu-ropeos pero poca Europa.

    Finalmente, Europa ha sido un free-rider, un gorrn dela seguridad americana desde 1945, tema del que, en buenamedida, se ha desentendido 25. Porque no ha podido, por-que no ha querido, o porque no la han dejado (que de todohay), el resultado neto es que su seguridad ha dependido deun ejrcito ajeno que responde ante un taxpayer ajeno. Y assigue en buena medida, a pesar de muy importantes avan-ces como son las veinte misiones PESD o la ms reciente,ATALANTA, primera misin martima en el Indico.

    Como seala Robert Kagan 26, Europa apost en los 90por la primaca de la geoeconoma sobre la geopoltica, porel poder blando en lugar del militar, por la UE como mode-lo del mundo. Fue un momento en el que Rusia estaba pos-trada, la pax americana garantizada, Japn emerga, y elmundo pareca gravitar hacia Europa. Fueron los quinceminutos de fama de la trilateral: un mundo gestionadopor Estados Unidos, la UE y Japn. Era la opcin de BushSr en su famoso discurso Hacia un nuevo orden mundial de

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    INTRODUCC IN

    25 Empleo el trmino free-rider o gorrn en su sentido tcnico, asaber, quien se aprovecha de bienes pblicos (como la seguridad, eneste caso) sin contribuir a ellos. Como es bien sabido la teora delfree-ride fue elaborada por Mancur Olson en La lgica de la accin colec-tiva, libro del que hay numerosas ediciones.

    26 R. Kagan, op. cit., pp. 20-21.

  • 1990: el nuevo orden tendr que sustentarse en un sistemade seguridad global que requerir la cooperacin estrechaentre las tres grandes reas industriales del mundo Nor-teamrica, Europa y Japn, y entre los miembros delConsejo de Seguridad 27. Pero esto ya es historia, de modoque estamos en condiciones de dar un giro, tanto mentalcomo econmico, para asumir plenamente nuestra propiaseguridad? O, por el contrario, queremos una UE confede-ral de bajo coste y con leve presencia, tal que de nuestra se-guridad siga encargndose el big brother americano?

    No es cierto que la UE no haya avanzado en este terreno,como se dice con frecuencia. Al contrario. La Poltica Euro-pea de Seguridad y Defensa (PESD) fue lanzada en 1999tras la guerra de Kosovo que puso de manifiesto la debili-dad de las fuerzas armadas europeas y la falta de entendi-miento con las americanas. Desde entonces ha habido cier-to progreso en cuanto a los recursos disponibles, aunquelos compromisos se han multiplicado a mayor velocidad(en Afganistn, Bosnia, Chad, Ksovo, Lbano o Somalia).

    Efectivamente, durante los diez aos transcurridos desdeentonces los presupuestos de defensa combinados de los 27han subido casi un 30% hasta los 210.000 millones de eu-ros, el 22% del total mundial, el segundo del mundo, muypor encima del de China. Pero ello es debido a la amplia-cin pues sin ella el crecimiento sera inferior al 5%, y me-dido en porcentaje del PIB ha descendido del 2,1% al 1,7%.Y casi el 70% del gasto se concentra en slo cuatro pases: elReino Unido, Francia, Alemania e Italia (si sumamos otrosdos, Holanda y Espaa, el porcentaje se eleva al 80%), pa-ses que en conjunto tienen una poblacin equivalente a lade USA y un PIB conjunto comparable, aunque su gastomilitar es de slo el 40% del americano.

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    27 Toward a New World Order, Discurso pronunciado ante el Con-greso el 11 de septiembre de 1990.

  • Donde ms se ha notado el progreso, sin embargo, es enla mejora de la calidad del personal. Al final de la guerra fra(hacia 1975), los efectivos de los ejrcitos de los Estadosmiembros eran de 2,8 millones de hombres 28. Y todavahace diez aos los 27 Estados de la UE contaban con casi2,5 millones, de los que nada menos que 1,1 millones eranreclutas. Actualmente el volumen se ha reducido a 2 millo-nes pero slo hay 200.000 procedentes del servicio militarobligatorio. Nmeros que podran ser suficientes si estuvie-ran coordinados y pudieran desplegarse. Sin embargo ape-nas medio milln podran ser desplegados, y slo unos cienmil podran serlo en operaciones internacionales, por loque se estima que alrededor del 70% de las fuerzas armadasde la UE son intiles fuera de su territorio nacional. Porejemplo, aunque el numero de carros de combate se ha re-ducido a la mitad, todava quedan casi 10.000, muchos msde los necesarios en operaciones de mantenimiento de paz.Y a pesar de su notable incremento (casi un 50%), una delas mayores deficiencias es la falta de aviones de transporte,imprescindibles en casi todo tipo de operaciones, inclui-das las de ayuda humanitaria (por ejemplo, tras el tsunamien Asia o en el reciente terremoto de Hait) 29. Y ello sinmencionar un tema rara vez abordado: la total ausencia deportaviones de gran tonelaje (de 90.000 toneladas, tipo Ni-mitz), de los que no existe ninguno. Los seis en funcio-namiento actuales (tres britnicos ms uno francs, otroitaliano y otro espaol), son muy inferiores, al igual quelos dos en construccin en el Reino Unido (que sern de65.000 toneladas), cuando los expertos consideran que se

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    28 Edouard Pflimlin, Vers lautonomie des capacits militaires delUnion Europenne?, 33 Notes de la Fondation Robert Schuman, mayo2006.

    29 Vase un excelente resumen de la situacin en Strenghth in Num-bers? Comparing EU Military Capabilities in 2009 with 1999, ISS PolicyBrief, EU Institute for Security Studies, 05, diciembre 2009.

  • necesitaran no menos de tres (uno para el Atlntico, otropara el Mediterrneo y un tercero de reserva). En resumen,buena parte del no muy generoso gasto en defensa alimentaejrcitos clsicos, westfalianos, preparados para defender elterritorio de ataques de vecinos, justo el escenario que laUE parece haber cancelado definitivamente. El gasto militareuropeo se seala con frecuencia, es ms una realidadaritmtica que poltica. Y as, preguntado el entonces presi-dente del Comit Militar de la UE, general Henri Bentgeat,cuantos soldados tiene a sus ordenes la respuesta fue rotun-da: ninguno. Para aadir ms adelante con sinceridad: laUE puede gestionar crisis importantes, pero no puede ha-cer la guerra 30. Y as, sin fuerza que la respalde, la ren-queante poltica exterior de la UE es escasamente creble,como vemos a diario. Sobre todo si se considera que debera-mos correr mucho para no perder posiciones; segn el SIPRIen los ltimos diez aos China aument su gasto militar casiun 200%, Rusia un 173%, frica del norte un 94%, la Indiaun 44%, versus un 5% de la UE. Comparativamente el nadadesdeable hard power de la UE se erosiona a gran velocidad.

    Y sin embargo, los Eurobarmetros ponen de manifiestoque la poblacin europea desea que estos y otros temas seande decisin conjunta entre los gobiernos y la UE: el 67%apoya la europeizacin de temas de defensa y asuntos exte-riores, el 64% en energa, el 60% en inmigracin y, por su-puesto, casi el 80% en la lucha contra el terrorismo y la pro-teccin del medio ambiente 31. No falta apoyo de la ciuda-dana a una UE ms fuerte, sino voluntad de las lites y losgobiernos para alcanzar acuerdos vinculantes.

    Tareas urgentes que hoy, sin embargo, se presentan para-lizadas con una UE que navega sin rumbo claro, sin lideraz-go, perdiendo da a da el apoyo de los ciudadanos, ms

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    30 Diario El Pas, 9 de octubre de 2007.31 Eurobarmetro, 70, 2008.

  • bien aletargada. Y cuyo peso en los asuntos mundiales de-crece en lugar de crecer, tanto en trminos diplomticoscomo de seguridad. Y esto es muy importante.

    As, y por lo que hace a lo primero, en los aos 90, la UEtuvo un 72% de apoyo en la Asamblea General de NacionesUnidas en temas de derechos humanos, pero en las dos lti-mas Asambleas los porcentajes descendieron fuertemente al48% y el 55% respectivamente. Mientras, el apoyo a las posi-ciones de China subi de menos del 50% en los aos 90 anada menos que el 74% en el periodo 2007-2008 32. Terriblesdatos para quien hace de los derechos humanos el objetivoprincipal de su poltica exterior, y de las Naciones Unidas elinstrumento principal de una estrategia multilateral 33.

    El 19 de septiembre de 1946, poco despus de acabar elcombate, en su famoso discurso de Zurich, deca Churchill:

    hay un remedio que si se adoptara de una manera generaly espontnea, podra cambiar todo el panorama como porensalmo, y en pocos aos podra convertir a Europa, o a lamayor parte de ella, en algo tan libre y feliz como es Suizahoy en da. Cul es ese eficaz remedio? Es volver a crear lafamilia europea.

    Pues bien, la familia ya se ha creado y Europa es tanlibre y feliz como Suiza. Pero aquel deseo contena unaprofunda irona que hoy vemos con claridad: el de transfor-marnos en una sociedad de alta calidad pero aislada y ensi-mismada: ser la Suiza del mundo. As nos ven en el resto

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    32 Richard Gowan y Franziska Brantner A Global Force for HumanRights? An Audit of European Power at the UN, ECFR September 2008.

    33 Europa debe dirigir la renovacin del orden poltico multilateral.Las Naciones Unidas se sitan en la cspide del sistema internacional.Y ms adelante seala toda la actuacin de la UE en el mbito de la se-guridad ha estado vinculada a objetivos de la ONU. Informe sobre laaplicacin de la estrategia europea de seguridad, Bruselas, 1 de diciembrede 2008, pp. 2 y 11.

  • del mundo, y cuando se indaga fuera de Europa sobre la UEcomo eventual potencia mundial, el resultado es descorazo-nador. Para los habitantes del planeta los Estados Unidosson la gran potencia indiscutible (81%), seguida por China(50%), y ya muy por detrs, y casi empatados, por Rusia(39%), Japn (35%) y la UE y el Reino Unido (empatadosen el 34%). Un rnking que no deja de ser sorprendente: laUE no es percibida como ms poderosa que el Reino Uni-do, Japn o Rusia! Pero ms interesante es analizar quienotorga a la UE esa mediocre posicin, pues mientras que el81% de los alemanes o el 76% de los ingleses aseguran quela UE es hoy un poder mundial, slo piensan lo mismo el5% de los indios, el 12% de los brasileos, el 13% de los ru-sos, el 20% de los japoneses, e incluso el 26% de los ameri-canos. Y similares resultados obtenemos si la pregunta esacerca de las potencias del 2020, no de las actuales 34. Msen concreto, para los chinos la UE no existe como centropoltico con visin estratgica 35, mientras para los indios laUE es, simplemente, el pasado. Para unos y otros los Esta-dos Unidos son la referencia internacional y la UE ni acabade estar, ni se la espera. Los europeos estamos convenci-dos de que somos una potencia mundial pero, desgraciada-mente, muchos, al parecer, no se han enterado. Algo hemosdebido hacer muy mal para ser as percibidos.

    El problema es que Europa no puede no ser un podermundial efectivo, no puede conformarse con ser la Sui-za del mundo, incluso si ello resultara atractivo, cosa dis-cutible. Como afirma la Estrategia de Seguridad Europea,como unin de 25 Estados hoy ya 27 con ms de 450millones de poblacin, produciendo una cuarta parte del

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    34 Vase el sondeo de opinin pblica Who Rules the World, Berlin,octubre 2007, realizado para la Fundacin Bertelsmann.

    35 Karine Lisbonne-de Vergeron, Contemporary Chinese Views ofEurope, Royal Institute of International Affairs, 2007.

  • PIB mundial, y con una amplia variedad de instrumentos asu disposicin, la Unin Europea es inevitablemente un ju-gador global (global player)... que debe estar preparada paracompartir responsabilidad en la seguridad global y la cons-truccin de un mundo mejor 36.

    Efectivamente, la UE es la primera economa del mundo,pero la ms globalizada con el 44% de las exportaciones y el43% de las importaciones mundiales, muy por delante delsegundo (Asia, con el 27% y 25% respectivamente; datosdel 2007), comercio disperso por todo el mundo (el mayorimportador y exportador, Estados Unidos, cubre slo el14% y el 23% respectivamente), y con un saldo creciente-mente negativo. La UE tiene inmensas inversiones directasfuera de rea, sobre todo en Estados Unidos (41%) concuya economa est inextricablemente unida 37, pero tam-bin en el resto del mundo. Su dependencia energtica essuperior al 50% (y slo un pas de la UE, Dinamarca, tie-ne supervit energtico), importando petrleo de Rusia yOriente Medio, gas de Rusia y norte de frica, carbn defrica del sur y Australia. Y la propia Comisin estima quepara el 2030 importaremos el 75% del petrleo y gas. Tienefronteras fsicas con dos reas especialmente problemticas,por una parte Rusia y aliados (que se proyecta sobre losBalcanes y el Cucaso), y de otra el sur del Mediterrneo,una frontera al tiempo religiosa, cultural, poltica (la delfundamentalismo islmico) y econmica, con una de las

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    36 Una Europa segura en un mundo mejor, Estrategia Europea deSeguridad Bruselas, 12 de diciembre de 2003. Documento redactado ainstancias del Alto Representante de la UE para la Poltica Exterior y deSeguridad Comn (PESC), Javier Solana, y presentado al Consejo Eu-ropeo, que lo adopt en su reunin del 12 y 13 de diciembre de 2003, enBruselas.

    37 Joseph Quinlan, Drifting Apart or Growing Together. The Pri-macy of the Transatlantic Economy, Center for Transatlantic Rela-tions, Washington, 2003. Actualizado posteriormente en varias ocasio-nes para el German Marshall Fund.

  • mayores desigualdades del mundo, una diferencia casi de1 a 12 en renta per capita (la de Mxico-Estados Unidos esla mitad) 38. Adems, y por si fuera poco, la poblacin deOriente Medio y Norte de frica, el patio sur de Europa,ha crecido desde 78 millones en 1950 a nada menos que307 millones en el ao 2000, pero estimaciones conserva-dores proyectan un crecimiento de hasta 450 millones en el2020 y 656 millones en el 2050 39. De modo que, ya sea bus-cando mercados, recursos, mano de obra o incluso capital,la UE depende del exterior. Como concluyen Nicole Gne-sotto y Giovanni Grevi en su informe El nuevo puzle global.Qu mundo para la UE en el 2025?, los verdaderos retospara la prosperidad y la estabilidad de Europa estn fuerade sus fronteras, desde las tensiones geopolticas en reasvecinas al impacto poltico y econmico de nuevos actoresemergentes 40. El futuro de Europa est fuera de Europa.La Unin Europea como protagonista mundial, dice laEstrategia Europea de Seguridad.

    Y as debe ser, pues mientras Europa camina, quien sabesi a buen paso, el mundo galopa.

    3. Una revolucin econmica mundial; la UEen el nuevo mundo emergente

    El 11 de septiembre de 1990, justo once aos antes de losatentados de Nueva York y Washington, el presidente Geor-ge H. W. Bush padre habl de un nuevo orden mundial

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    38 Vase igo Mor, La vida en la frontera (Marcial Pons, Madrid,2007).

    39 Citado por Anthony H. Cordesman, The Transatlantic Alliance. Is2004 the Year of the Greater Middle East?, CSIS, Washington, enerodel 2004.

    40 Nicole Gnesotto y Giovanni Grevi, The New Global Puzzle. WhatWorld for the EU in 2025?, Institute for Security Studies, Paris, 2006, p. 209.

  • producto de una transformacin, en el que las nacionesdel mundo, del este y del oeste, del norte y del sur, puedanprosperar y vivir en armona y en el que la ley del derechosustituya la ley de la jungla 41. Era la vieja esperanza de quepor fin habamos transitado desde sociedades militares yagresivas a otras industriales y comerciales, pacficas pornaturaleza, la esperanza de Spencer en las sociedades in-dustriales o antes, de Montesquieu en el dulce comercio:el efecto natural de la interdependencia y del comercio esconducir a la paz. Momentos de optimismo con fuertesecos en Europa. La UE era una nueva arquitectura polti-ca post-moderna, una adelanto del mundo del siglo XXI(Mandelbaum) un imperio cooperativo... dedicado a la li-bertad y la democracia en el que nadie impone nada(Cooper 42), una fuerza para el bien.

    Pero no ha sido as, y como afirma Robert Kagan en Elregreso de la historia y el fin de los sueos, el mundo es, denuevo, normal y no se ha transformado, los Estados siguensiendo poderosos y su rivalidad se mantiene e incluso crece,los nacionalismos no han desaparecido, Estados Unidos si-gue siendo la gran potencia. La promesa de una nueva erade convergencia internacional se desvanece. Entramos enuna era de divergencia 43 Cierto? Slo en parte.

    Cierto por lo que hace al ascenso acelerado y ya impara-ble de nuevas potencias, de nuevos inmensos actores en elescenario internacional 44, sin cuya comprensin el papelactual y futuro de Europa no se puede entender.

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    41 Toward a New World Order, discurso a ambas cmaras del Con-greso, 11 de septiembre de 1990. Vase tambin Georg Bush y BrentScowcorft, A World Transformed (New York, 1998).

    42 Robert Cooper, The New Liberal Imperialism, The Observer, 7de abril del 2002.

    43 Robert Kagan, The Return of History and the End of Dreams (Al-fred A. Knopf, New York, 2008), pp. 3 y 4.

    44 Cuya relevancia ni fui capaz de identificar en mi libro Bajo puer-

  • China es un gigante dormido, djenlo dormir, porque elda que despierte har estremecer al Mundo. Fue la cono-cida respuesta que en 1793 dio Napolen Bonaparte, a LordMCartney, embajador de Jorge III de Inglaterra en China,cuando le pregunt por los intereses franceses en Asia. Elmismo Lord MCartney que qued estupefacto cuando elemperador chino Quianlong le dijo abruptamente: loschinos no tenemos la ms mnima necesidad de las manu-facturas britnicas. Pues bien, ya es as. Quien iba a pensarque despertaran al tiempo China, la India, Brasil, Mxico ybastantes otros pases. Quien iba pensar que sera Chinaquien llenara Gran Bretaa (y el mundo) de productosmanufacturados, y no al revs. O que sera la India quienllevara la contabilidad de los britnicos, y no al revs.

    Llevo muchos aos investigando los estereotipos de lasnaciones, y s bien que nos dicen ms del que habla que delobjeto al que se refieren. Y creo que la cita de Napolen re-produce a la perfeccin el pre-juicio occidental sobre China(que puede extenderse a India y todo el Oriente 45), un pre-juicio compuesto por tres principales ideas: son gigantes,por fortuna duermen, y es peligroso que despierten. De lastres ideas, una es verdad, la otra, en absoluto, y la tercerapodra o no ser verdad. Veremos cual es cual.

    Hace pocos aos, en el 2005, el Banco Mundial asegurque, medido en paridad de poder adquisitivo (PPA), la pro-duccin de las economas emergentes haba superado ya lade los pases desarrollados 46. No era cierto, y revisiones

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    tas de fuego, ya citado, y que me llev a magnificar el momento unipo-lar americano. Sirva esto como autocrtica.

    45 Para los estereotipos sobre la India vase Amartya Sen, The Argu-mentative Indian, (Penguin, 2006).

    46 El trmino pases (o economas) emergentes, introducido hacia1980 por el economista del Banco Mundial Antoine van Agtmael, apa-rece reiteradamente en estas pginas y las diversas fuentes utilizadas nosiempre lo usan con el mismo referente. Usualmente alude a aquellos

  • posteriores matizaron la afirmacin. Efectivamente, el PIBmundial haba alcanzado la cifra de 59 billones de dlaresen el 2006, lo que significa un fuerte incremento de casi el50% en slo diez aos (medido en PPA), una magnfica no-ticia. Pero mientras el porcentaje de los pases ricos sobre elPIB total descendi del 66% al 59%, las economas en desa-rrollo crecieron ms rpido que las desarrolladas y su parti-cipacin subi del 34% al 41%. Sobre todo en Asia del Estey del Pacfico, cuyo output casi se dobl (incrementando suparticipacin del 9 al 14%) 47.

    Por supuesto, no estamos ante una casualidad cclica ovoltil sino el resultado de una tendencia clara: las econo-mas emergentes crecieron a poco menos del 3% en losaos 80, al 4% en los 90 y a cerca del 6% en el nuevo siglo.Desde que Deng Xiao Ping introdujo reformas radicalesen 1978, China lleva treinta aos creciendo casi al 10%anual, un ritmo endiablado 48. La India creci a tasas del3% o 3,5% (la llamada con irona tasa hind de creci-miento) hasta las reformas de los aos noventa, un ma-gro crecimiento desbordado y absorbido por el de la po-blacin, pero creci al 9,3% en el 2007. No ya Rusia (quecreca al 8,1%) o Amrica Latina (Brasil creca al 5,4%) o,por supuesto, Asia; incluso frica creca por encima del6% y Europa del este y Oriente Medio al 6%. El ao 2007,y por cuarta vez consecutiva sealaba The Economistla totalidad de las 32 economas emergentes monitoreadas

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    pases que antes se llamaban en vas de desarrollo y con frecuencia seidentifica con pases subdesarrollados. La lista de mercados emergen-tes de Morgan Stanley, por poner un ejemplo, incluye 25 pases; la deThe Economist, 28.

    47 Banco Mundial, World Development Indicators, 2008.48 Un dato impactante: el 80% de las gras de construccin del

    mundo estn en China, una cuarta parte slo en la ciudad de Shangai.Federico Steinber, El impacto de las potencias emergentes en la econo-ma mundial, Real Instituto Elcano, ARI, 4, 2008.

  • mostraban signos positivos de crecimiento, ms del triplede lo que crecan las economas desarrolladas (8,1% ver-sus 2,5%).

    Todo ello ha tenido tres muy relevantes consecuencias.La primera, por supuesto, es una notable reduccin de ladesigualdad entre los pases (aunque con aumentos de la des-igualdad medida dentro de los pases) y el inicio de una granconvergencia entre reas ricas y pobres del planeta, entre elNorte y el Sur. En slo quince aos el numero de pobres(con menos de 2 dlares diarios de renta) se habra reduci-do del 63% al 47% mientras la clase media en los pases endesarrollo pas del 33% al 49% hasta alcanzar los 2.600 mi-llones de personas (el 81% en Asia) 49. La segunda conse-cuencia es que, segn el FMI, en el 2007 las nuevas econo-mas contribuyeron ya a generar las dos terceras partes delcrecimiento mundial, mientras Estados Unidos slo aportel 14% y la UE un 15%. Slo China contribuy a generarcasi un 17% del crecimiento mundial, y si a China suma-mos la India y Rusia, estaremos ya en el 33% del crecimien-to, que parece depender menos de sus motores tradicionales(la trilateral). Por supuesto, son datos a precios de merca-do, pues en paridad de poder adquisitivo slo China habracontribuido con el 33% del crecimiento mundial. De hecho,si la crisis econmica desatada en agosto del 2007 en losEstados Unidos tuvo escasas repercusiones hasta bien entra-do el ao 2008 (nulas o escasas en la India o Amrica Latina,por ejemplo), se debe a ello, y los economistas hace tiempose preguntan si el decoupling, el desacoplamiento de las eco-nomas del mundo a la americana, ha tenido ya lugar 50.

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    49 Martin Ravallion, The Developing Worlds Bulging (but Vulne-rable) Middle Class, Policy Research Working Paper, The World Bank,4816, enero 2009.

    50 Desacoplamiento paradjico pues las reservas de divisas de Chinase aproximan ya al billn y medio de dlares dos veces el stock de in-versin extranjera pero el 70% de ellas estn en bonos del tesoro

  • La segunda consecuencia es ms importante para noso-tros pues define el peso econmico de los pases y las regio-nes: el PIB de China para el 2007 era ya, medido en PPA, un14% del total mundial, el segundo del mundo, ms del do-ble del siguiente pas, Japn. Cuyo PIB era ya (tambin enPPA), similar al del cuarto pas del mundo, la India. Que asu vez dobla el del Reino Unido o Francia. Brasil era ya lanovena economa del mundo y Rusia la dcima. Justo cuan-do comenzaba el siglo, el ao 2001, un analista de GoldmanSachs, Jim ONeill, acuaba el acrnimo BRIC para aludira esos cuatro pases emergentes: Brasil, Rusia, India y Chi-na 51. Recuerdo haber ledo su ensayo entonces, con notableescepticismo. Pues bien, estaba equivocado y ya los tenemosa los cuatro en el pelotn de cabeza de la economa mun-dial. Por supuesto, los datos varan sustancialmente si losmedimos en valores de mercado. Ahora China, tras so-brepasar a Alemania en el 2008, sera la tercera economamundial detrs de Japn (pero se espera que en breve supe-re a Japn), y Brasil sera la dcima, seguida muy de cercapor Rusia, India, Mxico y Corea del Sur. Si tomamos lasquince primeras economas del mundo, seis pertenecen ya apases emergentes.

    Ante estos simples datos la pregunta es inmediata: quest pasando en el mundo? Cmo nos afecta a los euro-peos? Pues la realidad es que estamos siendo testigos de unatransformacin social sin parangn desde la RevolucinIndustrial, testigos de la segunda gran revolucin poltica yeconmica del mundo tras la Revolucin Industrial de lossiglos XVIII / XIX. Slo que esta es mucho ms extensa,ms intensa y ms rpida.

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    americanos. De modo que la emergente y pobre China est financiandoel consumo de la clase media americana.

    51 Building Better Global Economic BRICs, Global Economics Pa-per, 30 del noviembre del 2001, vase en http://www2.goldmansachs.com/insight/research/reports/report6.html

  • Es ms extensa pues aquella afect a no ms de un terciode la poblacin del mundo (el mundo nor-atlntico ms Ja-pn) y esta afecta a todo el mundo. Es mucho ms intensa yprofunda, pues altera ms aspectos de la vida, afecta a msproductos, procesos, hbitos o instituciones. Un dato a noolvidar: en el 2007 la poblacin urbana del mundo habrasobrepasado a la rural por vez primera en la historia de lahumanidad, y nada hace cambiar ms la sociedad y las per-sonas que el trnsito rural-urbano (tendencia que continua-r; la ONU estima que hasta el 70% de la poblacin delmundo ser urbana en el 2050). Y sobre todo, la actual GranTransformacin es mucho ms rpida que la Revolucin In-dustrial: comenz, con la globalizacin, hacia 1989, y tardarno ms de veinte o treinta aos en completarse, mientras quela Revolucin Industrial tard siglo o siglo y medio. Un ejem-plo: a comienzos de la revolucin industrial Inglaterra o Es-tados Unidos necesitaban casi 50 aos para doblar su PIB percapita, pero China o India lo hacen cada nueve o diez aos.

    La pregunta inmediata es qu est causando este brutalcambio del panorama mundial? Por supuesto, se trata deun proceso multicausal, como siempre que ocurre algoimportante, aunque podemos resaltar cuatro causas, entreotras: demogrficas, polticas, econmicas y, finalmente,tecnolgicas (aunque, al final, todas tienen que ver con laciencia y el conocimiento, la variable de apertura de todoslos sistemas sociales). Vale la pena detenerse un momentopara analizarlas en este captulo introductorio.

    Y sin duda el alivio del peso de la poblacin a consecuen-cia de las tecnologas de medicina preventiva y control de lanatalidad, es la primera de ellas. Como veremos con detalleen el captulo 5., de 1950 al ao 2000 la poblacin mundialcreci de 2.500 millones a casi 6.000, un 137%, ms del do-ble. Era la fase inicial de lo que los demgrafos han llamadola transicin epidemiolgica: descenso fuerte de la mortali-dad causada por pandemias (hambres y enfermedades in-

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  • fecciosas), mientras la natalidad segua siendo alta 52. Perola bomba poblacional (que dio lugar a informes alarmis-tas como los del Club de Roma) ha quedado atrs, hemosentrado ya en la fase descendente del ciclo, y la natalidad seajusta a la baja mortalidad (la urbanizacin y la educacinde la mujer son claves para este resultado). Por supuesto lapoblacin contina creciendo, pero a ritmos muy inferio-res, de modo que del ao 2000 al 2050 crecer de 6.000 mi-llones a menos de 9.000, slo un 50%, menos de la mitadque en los cincuenta aos anteriores. China es el pas delmundo en el que ms mujeres usan mtodos anticoncepti-vos modernos (ms del 80%) y ha controlado el crecimien-to de su poblacin; de hecho decrece y se envejece rpi-damente, caso nico de pas cuya poblacin envejece antesde alcanzar el desarrollo. Transicin demogrfica que tieneadems un efecto coyuntural muy beneficioso: el babyboom. Pues durante una generacin la poblacin se compo-ne de pocos ancianos (pues la mortalidad ha sido alta) ypocos nios (pues la natalidad decrece), pero con un volu-men importante de poblacin activa, lo mismo que ocurrien Europa y Estados Unidos en los aos 60 a 90 del pasadosiglo antes del actual envejecimiento.

    Una segunda causa es la extensin de la economa demercado y la consiguiente globalizacin. Ya nadie cita aMarx ni se usa la palabra capitalismo (aunque es un fantas-ma que regresa); no est de moda e incluso se ha hablado(por Peter Drucker) de post-capitalismo 53. Nada ms fal-so pues precisamente estamos ante la generalizacin delmodo de produccin capitalista, hoy llamado economade mercado. Pero fue el propio Marx quien habl con en-

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    52 Abdel Omtan, The Epidemiological Transition. A Theory of Epi-demiology of Population Change, Milbank Memorial Fund Quarterly,1971, p. 509.

    53 Peter Drucker. Post-Capitalist Society, New Cork, HarperCollins,1993.

  • tusiasmo de la gran influencia civilizadora del capital quearrasa particularismos, aldeanismos y tradiciones para im-poner la modernidad y el progreso 54. Y de hecho, una delas mejores predicciones del actual proceso globalizador lapodemos encontrar en el Manifiesto del Partido Comunistade 1848. Vale la pena releer hoy algunos de sus profticosprrafos:

    La burguesa ha desempeado, en el transcurso de lahistoria, un papel verdaderamente revolucionario... al ex-plotar el mercado mundial, da a la produccin y al consu-mo de todos los pases un sello cosmopolita... Las viejas in-dustrias nacionales se vienen a tierra, arrolladas por otrasnuevas, cuya instauracin es problema vital para todas lasnaciones civilizadas; por industrias que ya no transformancomo antes las materias primas del pas, sino las tradas delos climas ms lejanos y cuyos productos encuentran salidano slo dentro de las fronteras, sino en todas las partes delmundo... ahora, la red del comercio es universal y en ellaentran, unidas por vnculos de interdependencia, todas lasnaciones. Y lo que acontece con la produccin material,acontece tambin con la del espritu. Los productos espiri-tuales de las diferentes naciones vienen a formar un acervo

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    54 El capital, dice Marx en los Grundisse, pasa por encima de las ba-rreras y perjuicios nacionales, as como sobre la divinizacin de la natu-raleza, liquida la satisfaccin tradicional, encerrada dentro de determi-nados lmites y pagada de s misma, de las necesidades existentes y de lareproduccin del viejo modo de vida. Opera destructivamente contratodo esto, es constantemente revolucionaria, derriba todas las barrerasque obstaculizan el desarrollo de las fuerzas productivas, la ampliacinde las necesidades, la diversidad de la produccin y la explotacin e in-tercambio de las fuerzas naturales y espirituales. De ah, lo que deno-mina gran influencia civilizadora del capital, es decir, la produccinde un nivel de la sociedad frente al cual todos los anteriores aparecencomo desarrollos meramente locales de la humanidad y como una ido-latra de la naturaleza. No est describiendo la globalizacin? VaseK. Marx (Grundrisse): Elementos fundamentales para la critica de la eco-noma poltica (Editorial Siglo XXI, Buenos Aires, 1971, tomo I, 1972),p. 363.

  • comn. Las limitaciones y peculiaridades del carcter na-cional van pasando a segundo plano, y las literaturas localesy nacionales confluyen todas en una literatura universal.

    Marx acert plenamente en sus previsiones, aunque noen sus propuestas, pues no ha sido el control pblico de losmedios de produccin, sino la liberalizacin, la causa delcrecimiento. El mximo de propiedad pblica de mediosde produccin se dio hacia 1982 con nacionalizaciones enAsia, Amrica Latina y Europa (la Francia de Mitterrand,por ejemplo). Toda la economa China y casi toda la de laIndia eran pblicas, y en aquel momento casi un tercio delPIB mundial era pblico. El resultado fue catastrfico y enlos aos 80 y 90 se inici el proceso privatizador que haabarcado a ms de cien pases, de modo que para el ao2000 las empresas estatales producan menos del 4% delPIB en los pases desarrollados y alrededor de un 15% enlos dems. China crece porque ha liberalizado su economa,no porque es un Estado totalitario (o autoritario, como ar-gumenta Bregolat): China tiene una economa de mercadoque cada vez es ms difcil de distinguir del capitalismo 55.Otro tanto la India; crece en tanto que ha abandonado unaeconoma dirigida, estatalizada y sovietizada. Como hademostrado Jagdish Bhagwati, en In Defense of Globaliza-tion 56, durante las tres dcadas en las que India fue unaeconoma cerrada, creci al 4% pero la poblacin crecams, de modo que el crecimiento real fue del 1,3%, la ya ci-tada tasa hind de crecimiento. Las reformas de 1991 quepermitieron la integracin de la India en la economa mun-dial llevadas a cabo por el primer ministro Singh cuandoera ministro de hacienda, (bajada de tarifas, reduccin de

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    I N T R O D U C C I N

    55 Eugenio Bregolat, La segunda revolucin china, Destino, 2007.China ya camina hacia la socialdemocracia, asegura el embajadorBregolat.

    56 Oxford Univ. Press, Nueva York, 2004.

  • impuestos, devaluacin de la rupia, apertura a la inversinextranjera) impulsaron la economa, y en las dos dcadasltimas el crecimiento estuvo por encima del 5%, acelern-dose hasta alcanzar el ritmo de ms del 9%. Cuando retor-namos a una era de fuertes nacionalizaciones, como la quetenemos delante, no sobra recordar que fue la tendenciacontraria la que trajo prosperidad.

    Pero la libertad econmica no da todos sus frutos si no vaacompaada de la libertad poltica con la que est ntima-mente vinculada: no hay democracia sin mercado y slotransitoriamente puede haber mercado sin democracia. Ca-pitalismo sin democracia y libertades es igual a corrupcin,como vemos en China, Rusia y casi todos los petro-Estados.Y desde luego la democratizacin de los aos 90, la terceraola democratizadora (como la denomin Huntington 57),que ha trado libertad a numerosos pases, es otra causa fun-damental de la actual Gran Transformacin. En 1989, y deun total de 167 pases, slo 36 eran democracias mientrasotros 41 eran dictaduras. Pero con el fin de la guerra fra y elfracaso de la gran ilusin comunista, comenz una podero-sa oleada democratizadora tal que hoy, sobre 193 pases anali-zados, hay slo 22 dictaduras y 46 democracias de modo queel 46% de los pases, que representa ms de 3.000 millones depersonas, casi la mitad de los humanos, vive en regmenesdemocrticos (aunque hay excepciones como la reginMENA Middle-East and North Africa donde, de 18 pa-ses, slo uno, Israel, es una democracia) (Vase Grfico 1) 58.

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    E U R O P A , L I B R E Y F E L I Z C O M O S U I Z A

    57 S. Huntington, La Tercera Ola. La democratizacin a finales del si-glo XX (Paids, Barcelona, 1994).

    58 Los datos son del ultimo informe de Freedom House, Freedom inthe World 2009, que puede verse en freedomhouse.org. El grfico es deMonty G. Marshall y Ted Robert Gurr, Peace and Conflict. A Global Sur-vey of Armed Conflicts, Self-Determination Movements, and Democracy,Center for International Development & Conflict Management, 2005.El trmino anocracias alude a democracias electorales imperfectas.

  • Desde luego la correlacin entre democracia y prosperi-dad no parece discutible 59. La inmensa mayora de los pa-ses ricos son democracias (aunque no todos), y la inmensamayora de las democracias son pases ricos (aunque no to-dos y el ejemplo de la India es destacable). Lo que se discutehasta la saciedad es la conexin causal. Para unos la demo-cracia genera prosperidad; para otros es la prosperidad loque genera democracia. Ambas cosas pueden ser ciertas altiempo, y quizs la explicacin est, no en la economa nien la democracia, sino en algo intermedio: en las buenasinstituciones y buenas prcticas, el good governance.

    Efectivamente, los humanos no slo innovamos inven-tando tecnologa, hardware, cacharros, aparatos, cosas.

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    I N T R O D U C C I N

    Grfico 1

    Fuente: Monty G. Marshall y Ted Robert Gurr, Peace and Conflict. A Global Survey of ArmedConflicts, Self-Determination Movements, and Democracy, Center for International Develop-ment & Conflict Management, 2005.

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    Nm

    erodepases

    Democracias

    Autocracias

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    1946

    1948

    1950

    1952

    1954

    1956

    1958

    1960

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    1964

    1966

    1968

    1970

    1972

    1974

    1976

    1978

    1980

    1982

    1984

    1986

    1988

    1990

    1992

    1994

    1996

    1998

    2000

    2002

    59 Acerca de la (falsa) tesis de la eficiencia econmica de regmenesautoritarios vase Michael McFaul y Kathryn Stoner-Weis, The Mythof the Authoritarian Model, Foreign Affairs, enero/febrero 2008.

  • Tambin innovamos inventando software, organizaciones,instituciones, reglas, normas, moral, programas culturales.Eso es, por ejemplo, el Estado de Derecho o la tica, comolo son unos buenos cdigos de comercio, las leyes de socie-dades annimas, las auditoras, la contabilidad de doble en-trada, los registros de propiedad, una judicatura indepen-dientes o la hipoteca, y tantas y tantas instituciones o reglasy normas que reducen la corrupcin, eliminan costes detransaccin e incrementan la eficiencia. Pues bien, sin bue-nas instituciones no hay tampoco crecimiento. El BancoMundial especialmente, a lo largo de los ltimos aos, ymovilizado por la nueva economa institucional (alentadapor el Premio Nobel Douglas North), ha mostrado una cla-rsima correlacin entre buen gobierno y prosperidad, perotambin entre mal gobierno y pobreza como puede verse enel Grfico 2, tomado del mismo Banco Mundial. En el lospuntos representan pases (en azul los de renta alta; en ver-de los de renta baja y en naranja los de renta media) distri-buidos en dos ejes, el horizontal segn la renta per capita, yel vertical segn el buen o mal gobierno. Pues bien, salta a lavista que la prctica totalidad de los pases con buen gobier-no (en el cuadrante de arriba a la derecha) son ricos o derenta media, mientras que la prctica totalidad de los pasespobres (abajo a la izquierda) tienen mal governance. Ciertoque disponemos de no pocos ejemplos de pases autorita-rios con fuertes crecimientos econmicos, ya sean dictadu-ras de derecha (el Chile de Pinochet, o antes la Espaa deFranco) o de izquierda (la China actual). Pero no sin ser almenos Estados de derecho (a veces no democrticos) quegarantizan el r