Estudios Sobre La Trinidad

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Una investigacin realizada por J. L. Flores Copyright 2011, Juan Luis Flores Todos los Derechos Reservados Aunque esta copia est disponible en Internet esto no afecta ni reduce la proteccin de copyright de esta obra. Ninguna porcin de esta publicacin se puede reproducir, almacenar en un sistema electrnico, o transmitir en cualquier forma o por cualquier medio electrnico, mecnico, fotocopia, grabacin o de cualquier otra manera sin el permiso del autor, excepto cuando se haga una copia electrnica para uso exclusivamente personal. De cualquier manera, la reproduccin con fines comerciales, viola los derechos de autor de acuerdo con las leyes internacionales. Se pueden utilizar citas breves en obras literarias siempre y cuando sea dado pleno reconocimiento al autor y se mencione el ttulo del libro junto con la edicin y la pgina o pginas utilizadas. Para cualquier comentario o inquietud escribanos a: [email protected] o vistenos en: http://disfrutandolapalabra.blogspot.com Todas las citas bblicas de este libro, a menos que se indique lo contrario, son tomadas de la Biblia Textual propiedad de la Editorial Sociedad Bblica Iberoamericana Copyright 1999 por Sociedad Bblica Iberoamericana, Inc.

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Prlogo. Primera Parte: Anlisis histrico de la Trinidad Introduccin. Captulo I: La Trinidad: Una verdad Antiguo Testamentaria. 1. El uso del nombre Elohim. 2. El uso de los pronombres en plural. 3. El Dios de Abraham, Isaac y Jacob. 4. Los tipos y figuras. a) El candelero de oro. b) La roca hendida. 5. Los pasajes mesinicos del libro de los salmos. 6. El ngel de Jehov. 7. La distincin de personas. 8. La sabidura de Dios. Captulo II: Desarrollo histrico del dogma: Antecedentes que propiciaron la formulacin del dogma tradicional (Del Siglo II al IV d.C.). 1. El surgimiento del gnosticismo del siglo II. d. C. 2. El surgimiento de las herejas anti-trinitarias de los siglos III y IV d.C. Captulo III: Desarrollo histrico del dogma: La fijacin del dogma tradicional (El siglo IV d.C.). 1. El movimiento patrstico. 2. Referencias trinitarias en los escrit0s patrstico prenicenos. 3. Aportes patrsticos al dogma tradicional de la Trinidad. 4. El Concilio de Nicea, su credo y sus ampliaciones. 5. La contribucin de Atanasio al dogma de la Trinidad. 6. El establecimiento del dogma ortodoxo tradicional. Captulo IV: Desarrollo histrico del dogma: Acontecimientos posteriores al establecimiento del dogma tradicional (Del siglo IV hasta el presente). 1. El siglo IV d.C.: La disputa de la divinidad del Espritu. 2. El siglo V d.C.: La contribucin de Agustn de Hipona. 3. La edad media (siglo VI al XV d.C.): La postura de Toms de Aquino. 4. La reforma del siglo XVI d.C.: La postura de los reformadores. 5. La concepcin de la Trinidad despus de la Reforma. 6. Nociones contemporneas de la Trinidad. Captulo V: Historia etimolgica del dogma trinitario. 1. La problemtica en el empleo terminolgico del dogma. 2. Desarrollo histrico de la terminologa en el pensamiento patrstico. 3. La comprensin etimolgica ortodoxa. 4. La etimologa y la concepcin apropiada de la verdad. Segunda Parte: Puntos esenciales de la Trinidad Introduccin. Captulo I: El aspecto esencial y el aspecto econmico de la Trinidad. 1. El Dios Triuno en su aspecto esencial. 2. El Dios Triuno en su aspecto econmico. 3. La economa de Dios consiste en impartirnos su esencia: su vida y su ser (naturaleza). Captulo II: La eternidad y la deidad de la hipstasis de la Trinidad. 1. El Padre, el Hijo y el Espritu coexistiendo simultneamente desde la eternidad hasta la eternidad

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a) El Padre, el Hijo y el Espritu Todos Siendo Dios. (1) El Padre Siendo Dios. (2) El Hijo Siendo Dios. (3) El Espritu Siendo Dios. b) El Padre, el Hijo y el Espritu, Todos Siendo Eternos. (1) El Padre Siendo Eterno. (2) El Hijo Siendo Eterno. (3) El Espritu Siendo Eterno. c) El Padre, el Hijo y el Espritu Coexistiendo Simultneamente. Captulo III: La Coinherencia: Un aspecto obviado por la tradicin contempornea. 1. La definicin de coinherencia. 2. El argumento tradicional contemporneo. 3. El argumento de los padres apostlicos (Agustn de Hipona). 4. El argumento de la etimologa griega (John Nelson Darby). 5. El argumento del telogo escoses Thomas F. Torrance 6. Otros argumentos de renombrados telogos a favor de la coinherencia. 7. El argumento neotestamentario a) En el evangelio de Juan b) En el Apocalipsis de Juan 8. Otros aspectos relacionados con la coinherencia a) El aspecto de la coinherencia en Isaas 9:6 b) El aspecto de la coinherencia en 2 de Corintios 3:17 c) El aspecto de la coinherencia en 1 de Corintios 15:45 Captulo IV: Las hipstasis del Dios Triuno. 1. El Padre, como origen, es la fuente, el Hijo, como expresin, es el manantial, y el Espritu, como trasmisin, es el fluir . 2. El Padre propuso, el Hijo logr lo que el Padre haba propuesto, y el Espritu aplica lo que el Hijo ha logrado. 3. En cuanto al Hijo. a) La encarnacin del Hijo es por obra del Espritu Santo. b) El Hijo viene del Padre y juntamente con El. c) Toda la plenitud de la deidad mora en el Hijo. 4. En cuanto al Espritu. a) Dios es Espritu. b) El Espritu es enviado por el Padre y el Hijo, y viene desde y con el Padre. c) El Espritu viene en el nombre del Hijo. d) El Espritu es la consumacin mxima, la expresin final, del Dios Triuno. Captulo V: Los atributos del Dios Triuno. 1. Los atributos comunicables. a) El amor. b) La luz. c) La santidad. d) La justicia. e) La unidad. 2. Los atributos incomunicables. a) La simplicidad. b) La independencia. c) La inmutabilidad. d) La infinitud (o infinidad). e) La omnisciencia. f) La omnipresencia. g) La omnipotencia. h) La eternidad. i) La adoracin. 3. El creyente y los atributos de Dios. Captulo VI: El Dios Triuno y el hombre tripartito. 1. El hombre un ser tripartito. a) El Cuerpo. b) El Alma. c) El Espritu humano. 2. El Dios Triuno est en nosotros. 3. Nosotros estamos en el Dios Triuno. 4. Morar mutuamente con el Dios Triuno.

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5. La vid y los pmpanos: Un ejemplo del morar mutuo con el Dios Triuno. a) El Dios Triuno. b) Los creyentes. c) Los pmpanos que llevan fruto. 6. La Nueva Jerusaln: La consumacin final de la imparticin del Dios Triuno en el hombre tripartito. a) Una morada mutua. b) Tener la vida y la naturaleza de Dios. 7. Nuestro destino eterno Captulo VII: Una definicin apropiada sobre la Trinidad. Apndice Los nombres de Dios. 1. Elohim a) El uso. b) El significado. c) La forma plural. d) Las conexiones de este nombre. e) Los nombres compuestos. 2. Yahveh a) El origen de la palabra. b) La revelacin del nombre. c) La santidad del nombre. d) El significado del nombre. e) Combinaciones con el nombre. 3. Adonai 4. Dios (Theos) a) Uso b) Enseanza. c) Cristo como Dios. 5. Seor (Kyrios) a) Uso. b) Significado. c) Cristo como Kyrios. 6. Dueo (Despotes) a) Significado. b) Uso. 7. Padre Herejas contemporneas sobre la Triunidad. Los Testigos de Jehov. Los Unitarios o Unitarianos. La Teologa de la Unidad. Los Mormones. Bibliografa.

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Este pequeo libro, ms que una redaccin personal del autor es una recopilacin de escritos de grandes eruditos cristianos en cuanto al tema de la Trinidad; el mismo no tiene como finalidad discutir o generar disputa con ninguna persona, sino que ms bien tiene por objeto que los santos puedan tener una compresin clara, histrica y sobre todo bblica de la Trinidad divina, no para que sea una simple herramienta cognoscitiva o teolgica, sino mas bien, para que pueda ser llevada a la prctica en el diario vivir de cada creyente. La obra surge como una respuesta a la necesidad que muchos creyentes tiene hoy en da, sobre cmo encontrar una obra que aborde el tema de la Trinidad, sin que su contenido sea muy extenso y redundante, que su costo no sea muy elevado, y sobre todo, que posea un lenguaje comprensible que logre mostrar con claridad y sin adulteracin alguna la verdad sobre la Trinidad divina. La obra en s, est dividida en dos grandes secciones, la primera que abarca todo lo concerniente a la historia de la formulacin del dogma trinitario, y la segunda que retoma y profundiza en los puntos esenciales de la verdad trinitaria. Al final, el lector encontrara un apndice que toca dos temas relacionados con la Trinidad, dichos temas son: Los nombres de Dios y las herejas contemporneas sobre la Trinidad. No me resta nada ms que decir, que espero en el Seor que este humilde libro sea de bendicin y edificacin para aquellos lectores, que siendo movidos por el Espritu Santo, tomen a bien el poderlo leer.

En Cristo. Juan Luis Flores La Libertad, 04 de julio de 2011

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Primera Parte Anlisis histrico de la Trinidad

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En esta primera seccin o parte de este libro nos competer abordar el tema de la Trinidad desde una perspectiva histrica. En lo personal considero que para comprende en una mejor forma la verdad bblica de la Trinidad, se vuelve completamente necesario indagar en la conformacin histrica del dogma de la Trinidad. El problema de las definiciones contemporneas se centra bsicamente en esto, en el hecho de que los estudiosos de hoy en da solamente se remiten a los escritos contemporneos y sus opiniones sectarizadas o adulteradas, pero nunca suelen ir a la fuente, a los escritos de los primeros creyentes, comnmente llamados los padres de la iglesia o padres apostlicos. En esta presente seccin se ha echado mano de la mejor literatura patrstica y del recurso que el Catolicismo Romano suele llamar patrologa. Estos recursos me han brindado un slido cimiento y una compresin clara y no adulterada de las concepciones y uso etimolgico que los primeros padres tuvieron en sus apologas de la verdad trinitaria. Esa as que en los primeros cuatro captulos de esta seccin se aborda el desarrollo histrico del dogma trinitario desde la concepcin juda de Dios y la verdad antiguotestamentaria, pasando por el surgimiento de herejas como el gnosticismo del siglo II d.C. y las herejas anti-trinitarias surgidas en los siglos III y IV d.C. Luego se ahonda en el establecimiento del dogma en el siglo IV d.C., para posteriormente sumergirse en la evolucin de dicha concepcin trinitaria a lo largo del siglo V d.C. y durante toda la edad media, pasando por la reforma del siglo XVI d.C. y los albores de nuestra poca actual. Por ltimo, dentro del captulo cinco, como una base para los posteriores estudios que se analizaran en la segunda seccin, se retoma la historia de la etimologa patrstica empleada en la formulacin del dogma trinitario.

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La Trinidad: Una verdad Antiguo TestamentariaLa verdad de la Trinidad aunque ha sido incomprendida por parte de los judos, no obstante, siempre ha sido parte integra y pieza fundamental en el desarrollo y contenido del Antiguo Testamento, o de la Biblia Hebrea, como los judos lo conocen. A continuacin analizaremos tres puntos del Antiguo Testamento que testifican que la Trinidad es una verdad antiguo testamentaria. 1. El uso del nombre Elohim La palabra hebrea que generalmente se traduce como Dios en Gn. 1:1 es Elohim, este nombre de Dios denota pluralidad en nmero, mientras que la forma del verbo cre encontrada en ese mismo versculo, denota un sujeto singular. Por tal razn, el uso de este nombre es una clara referencia a la Trinidad. La palabra hebrea Elohim aparece en todo el Antiguo Testamento en los lugares siguientes: Gn. 1:1, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 14, 16, 17, 18, 20, 21, 22, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 31; 2:2, 3, 4, 5, 7, 8, 9, 15, 16, 18, 19, 21, 22; 3:1, 3, 5, 8, 9, 13, 14, 21, 22, 23; 4:25; 5:1, 22, 24; 6:9, 11, 12, 13, 22; 7:9, 16; 8:1, 15; 9:1, 6, 8, 12, 16, 17, 27; 17:3, 9, 15, 18, 19, 22, 23; 19:29; 20:3, 6, 13, 17; 21:2, 4, 6, 12, 17, 19, 20, 22, 23; 22:1, 3, 8, 9; 23:6; 25:11; 27:28; 28:4, 20; 30:2, 6, 17, 18, 20, 22, 23; 31:7, 9, 16, 24, 42, 50; 32:1, 2, 28, 30; 33:5, 10, 11; 35:1, 7, 9, 10, 11, 13, 15; 39:9; 40:8; 41:16, 25, 28, 32, 38, 39, 51, 52; 42:18, 28; 43:29; 44:16; 45:5, 7, 8, 9; 46:2, 3; 48:9, 11, 15, 20, 21; 50:19, 20, 24, 25; Ex. 1:17, 20, 21; 2:23, 24, 25; 3:1, 4, 6, 11, 12, 13, 14, 15; 6:2; 7:1; 9:30; 13:17, 18, 19; 18:1, 12, 15, 19, 23; 19:3, 19; 20:1, 19, 20, 21; 21:6, 13; 22:8, 9; 24:11; Lv. 26:12, 45; Nm. 7:89; 21:5; 22:9, 10, 12, 20, 38; 23:4; Dt. 1:17; 4:32, 35, 39; 5:9; 7:9; 21:23; 32:39; Jos. 2:11; 22:33, 34; 24:1; Jue. 1:7; 4:23; 6:31, 36, 39, 40; 7:14; 8:3; 9:7, 9, 13, 23, 56, 57; 13:9, 22; 15:19; 16:28; 18:5, 10; 20:18; 21:2; 1 S. 2:25; 3:13, 17; 4:7; 9:9; 10:3, 7, 9, 26; 14:37, 44, 45; 17:46; 22:3, 13, 15; 23:7, 14, 16; 25:22; 26:8; 28:15; 30:15; 2 S. 2:27; 3:9, 35; 5:10; 6:7; 7:22, 23, 25, 28; 12:16; 14:14; 15:32; 21:14; 1 R. 2:23; 3:5, 11; 4:29; 8:23, 27, 60; 10:24; 11:23; 18:21, 24, 36, 37, 39; 21:10, 13; 2 R. 1:3, 6, 16; 5:7, 15; 6:31; 19:19; 1 Cr. 4:10; 5:22; 13:8, 10, 12; 14:10, 11, 14, 15, 16; 15:26; 16:1, 42; 17:2, 16, 17, 20, 21, 24, 26; 21:7, 8, 15, 17, 30; 22:1, 19; 25:5; 26:5; 28:3, 20; 29:1; 2 Cr. 1:7, 8, 9, 11; 6:14, 18, 41, 42; 9:23; 13:12, 15, 16; 15:6; 18:5, 31; 19:3; 24:16, 20; 25:8, 16; 26:5, 7, 18; 29:36; 30:19; 31:14; 32:16, 29, 31; 33:13; 34:27; 35:21; 36:13; Esd. 1:3, 5; Neh. 4:15; 5:13; 6:12; 7:2; 8:6; 12:46; 13:25, 26; Job 1:5, 9, 22; 2:9, 10; 5:8; 32:2; Sal. 3:2; 5:10; 7:10, 11; 9:17; 10:4, 13; 14:2, 5; 25:22; 36:7; 42:1, 5, 11; 43:1, 4, 5; 44:1, 8, 21; 45:2, 6, 7; 46:5, 10; 47:1, 5, 6, 7, 8, 9; 48:3, 8, 9, 10, 14; 49:7, 15; 50:1, 2, 6, 7, 14; 51:1, 10, 14, 17; 52:1, 5, 7; 53:2, 4, 5, 6; 54:1, 2, 3, 4; 55:1, 16, 19, 23 ; 56:1, 4, 7, 9, 10, 12, 13; 57:1, 2, 3, 5, 7, 11; 58:6; 59:5, 9, 10, 13, 17; 60:1, 10, 12; 61:1, 5; 62:7, 8, 11; 63:1, 11; 64:1, 7, 9; 65:1; 66:1, 3, 10, 16, 19, 20; 67:1, 3, 5, 6, 7; 68:1, 3, 4, 5, 7, 8, 9, 10, 16, 18, 20, 21, 24, 26, 28, 31, 32, 35; 69:1, 5, 13, 29, 32, 35; 70:1, 4, 5; 71:11, 12, 17, 18, 19; 72:1, 18; 73:1, 26, 28; 74:1, 10, 12, 22; 75:1, 7; 76:1, 9; 77:1, 3, 9, 13, 16; 78:7, 8, 18, 19, 22, 35, 59; 79:1; 80:3, 4, 7, 14, 19; 81:1; 82:1, 8; 83:1; 84:7, 8, 9, 11; 86:10, 14; 89:8; 108:1, 5, 11, 13; 138:1; 139:23; 144:9; Ec. 1:13; 2:26; 3:10, 11, 14, 15, 17, 18; 5:2, 4, 6, 7, 18, 19, 20; 6:2; 7:14, 18, 26, 29; 8:2, 15; 9:7; 11:9; 12:7, 13, 14; Is. 13:19; 35:4; 43:13; 45:14, 18, 22; 53:4; 58:2; Jer. 5:14; 15:16; 32:18; 35:17; 38:17; 50:40; Dn. 9:3, 11; Am. 4:11; Jon. 1:6; 3:3, 5, 8, 9, 10; 4:6, 7, 8, 9; Miq. 3:7; Zac. 12:8; Mal. 2:15; 3:8, 14, 15, 18. 2. El uso de los pronombres en plural Aunque Dios es uno, muchas veces en el Antiguo Testamento se utiliza el pronombre plural Nosotros, para referirse a S mismo. En Gnesis 1:26 por ejemplo, El dice: Hagamos al hombre a nuestra imagen. Este versculo claramente indica que Dios es plural, pues la forma del verbo hagamos implica directamente el sujeto plural nosotros; sin embargo, la palabra hebrea traducida imagen se refiere a una persona singular. As pues, imagen que se refiere a una persona en singular usa el pronombre plural nosotros, lo cual indica que Dios es tres en uno. Del captulo 1 de Gnesis pasamos ahora al captulo 3. Despus de la cada del hombre, Dios vuelve a usar el pronombre plural nosotros para referirse S mismo: Y dijo Jehov Dios: he aqu que el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal (Gn. 3:22). En Gnesis 11 la rebelin del hombre contra Dios lleg al extremo de edificar la torre de Babel y la ciudad de Babel. Entonces Dios dijo: Ahora, pues, descendamos... (Gn. 11:7). Aqu de nuevo Dios utiliza el pronombre plural para referirse a S mismo. Por lo tanto, podemos ver claramente que, en Su relacin con el hombre, Dios usa el pronombre plural para referirse a S mismo: cuando cre al hombre, El us el pronombre plural para referirse a S mismo; cuando trat con el hombre cado, volvi a usar el pronombre plural; y cuando vino a lidiar con la rebelda del hombre, tambin lo us. Esto significa que El se relaciona con el hombre como el Dios Triuno. En Gnesis 1, mientras Dios creaba todas las cosas, El nunca us el pronombre plural para referirse a S mismo, aunque el sustantivo que se traduce Dios es plural en nmero. Esto sugiere que en cuanto a Su relacin con todas las otras criaturas, Dios era simplemente Dios, pero en cuanto a Su relacin con el hombre, El siempre se revela como el Dios Triuno. Este punto ser importante tenerlo presente cuando ahondemos en el estudio del aspecto econmico de la Trinidad ms adelante en este libro. 3. El Dios de Abraham, Isaac y Jacob En xodo 3:6 el Seor dijo a Moiss: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Este versculo revela el aspecto triple de Dios en la relacin con Su pueblo escogido. Con el Dios de Abraham, el nfasis recae en el Padre; con el Dios de Isaac, se hace hincapi en el Hijo; y con el Dios de Jacob, se da importancia al Espritu. Por lo tanto, mediante las experiencias de Abraham, Isaac y Jacob podemos entender mejor que Dios es Triuno, es decir, vemos al Padre, al Hijo y al Espritu. Primero vemos que Abraham fue llamado a salir de su entorno pagano para participar de la

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bendicin y el propsito divinos, lo cual revela el llamamiento que el Padre hace (1 Co. 1:9; Ef. 1:3 -5). En segundo lugar vemos en Isaac al hijo prometido de Abraham, a quien luego se le pidi ofrecerlo a Dios en sacrificio. Esto revela al Hijo, quien nos fue prometido por Dios, y quien fue ofrecido a Dios mediante la muerte y resurreccin. Por ltimo, en la experiencia de Jacob vemos al Espritu. Jacob fue una persona que siempre estuvo bajo la disciplina de Dios; l siempre haca lo posible para que las cosas funcionaran a su manera, pero el Seor siempre arreglaba las circunstancias soberanamente para lograr que Jacob no confiara en s mismo, sino en Dios. Esto representa la obra transformadora del Espritu. Aleluya por nuestro Dios! l fue quien nos llam a Su propsito maravilloso; El es nuestra porcin prometida; y es l quien nos est transformando a Su propia imagen. El es el Padre, el Hijo y el Espritu: el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. 4. Los tipos y figuras a) El candelero de oro xodo 25 describe el candelero de oro en el tabernculo, lo cual presenta un cuadro maravilloso del Dios Triuno. Este candelero no debe ser visto superficialmente, como si fuera un simple artefacto que alumbra en la oscuridad, sino que debemos considerar cuidadosamente tres aspectos importantes de este smbolo maravilloso, a saber: el oro, el candelero mismo y las lmparas. Primero, el candelero fue hecho de un talento de oro puro, que pesa aproximadamente 45 kilos, cuya forma fue labrada sobre una base y en su extremo superior tena siete lmparas. La sustancia o esencia del candelero era oro puro. En la Biblia, el oro representa la naturaleza de Dios. A diferencia del hierro, el oro no se oxida ni cambia su estructura qumica. Esto nos muestra que la naturaleza de Dios es inmutable, es decir, que nunca cambia. De aqu que el oro representa a Dios el Padre como la esencia y la fuente. En segundo lugar, el candelero de oro no era un trozo de oro sin forma, sino que dicho oro haba sido forjado y labrado en la forma de un candelero. Esto significa que el oro est corporificado en la forma de Dios el Hijo. Toda la plenitud de la Deidad habita corporalmente en el segundo de la Trinidad (Col. 2:9). Jesucristo posee la forma e imagen de Dios. En tercer lugar vemos la expresin del candelero. El candelero tena la finalidad de brillar, y tal brillo constitua su expresin. Tal expresin emanaba de las siete lmparas. La Biblia nos dice que las siete lmparas son los siete Espritus de Dios (Ap. 4:5). Por consiguiente, podemos decir que el candelero representa al Dios Triuno en Su expresin: su substancia es el Padre, su forma es el Hijo y su expresin es el Espritu. Qu cuadro tan maravilloso del Dios Triuno: el oro, la forma y el brillo. Podemos ver este candelero por toda la Biblia, hasta que finalmente aparece en el ltimo libro, el Apocalipsis. En la leccin doce veremos cmo el candelero en Apocalipsis nos muestra algo an ms maravilloso acerca de la expresin del Dios Triuno. b) La roca hendida La roca hendida mencionada en xodo 17 es un cuadro que nos muestra que podemos disfrutar al Dios Triuno. A los hijos de Israel se les agot el agua para beber durante su peregrinaje por el desierto. Entonces, el Seor orden a Moiss que golpeara la roca con su vara, a fin de que brotara agua; tan pronto Moiss lo hizo, el agua brot y el pueblo pudo saciar su sed. En 1 Corintios 10:4 dice que: La roca era Cristo. Moiss y su vara representan la autoridad de la ley de Dios. El hecho de que Moiss golpeara la roca muestra que cuando Cristo muri en la cruz, El fue juzgado por la autoridad de la ley divina. Ante los ojos de Dios, el Seor Jess fue sometido a muerte no por los judos, sino por la misma ley de Dios. El agua, por ende, representa al Espritu. De la misma manera que el agua brot de la roca herida, el Espritu brot del Cristo que fue herido por el juicio divino (Jn. 19:34). Los israelitas no podan obtener agua a no ser por la roca hendida; de igual manera nosotros no podemos obtener al Espritu a no ser por el Cristo que ha sido juzgado. Juan 7:37-39 revela que el Espritu estara disponible a todo aquel que le bebiera despus de que Cristo fuera juzgado en la cruz por nuestros pecados, una vez que resucitara como el Espritu vivificante. 5. Los pasajes mesinicos del libro de los salmos Dentro del libro de los Salmos hay pasajes en que a una misma persona se le llama Dios o el Seor, y se le distingue de otra persona a la que tambin se le llama Dios. En el Salmo 45:67 el salmista dice: Tu trono, oh Dios, permanece para siempre;T amas la justicia y odias la maldad; por eso Dios te escogi a ti y no a tus compaeros, tu Dios te ungi con perfume de alegra! Aqu el salmo va ms all de lo que pudiera ser cierto de algn rey terrenal y llama Dios al rey (v. 6), cuyo trono permanece para siempre. Pero luego, todava hablando a la persona a la que llam Dios, el autor dice que Dios te escogi a ti y no a tus compaeros, tu Dios!) (v. 7). As que a dos personas separadas se les llama Dios (heb. Elohim). En el Nuevo Testamento el autor de Hebreos cita este pasaje y lo aplica a Cristo: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo (He 1:8). Similarmente, en el Salmo 101:1David dice: As dijo el SEOR a mi Seor: Sintate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Jess correctamente entiende que David se refiere a dos personas separadas como Seor (Mt. 22:41-46), pero, quin es el Seor de David si no es Dios mismo? Y quin podra estarle diciendo a Dios: Sintate a mi diestra, excepto alguien que tambin sea plenamente Dios? Desde la perspectiva del Nuevo Testamento podemos parafrasear este versculo como Dios Padre le dijo a Dios Hijo: Sintate a mi diestra. Pero incluso sin la enseanza del Nuevo Testamento sobre la Trinidad, parece claro que David estaba consciente de una pluralidad de personas en un Dios. Isaas 63:10 dice del pueblo de Dios que se rebelaron y afligieron a su santo Espritu, al parecer sugiriendo que el Espritu Santo es distinguible de Dios mismo (es su santo Espritu), y que se le puede afligir, lo que sugiere capacidades emocionales caractersticas de una persona particular. 6. El ngel de Jehov De las 213 veces que la palabra hebrea malk (ngel) aparece en el Antiguo Testamento, 58 componen la expresin malk YHWH, ngel de Jehov, y otras 11 malk haelohim, ngel de Dios. La identificacin de este ngel es difcil. En algunos

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textos parece tratarse de un ser anglico que acta como mensajero o representante de Jehov, con quien tiene una relacin como la que existe entre un soberano y su embajador (Gn. 24:7; Zac. 1:12-13). Pero hay casos en que el ngel de Yahveh se identifica con Dios mismo (Gn. 16:7-13; 22:11-18; Jue. 13.2ss), lo que conduce a pensar que era una teofana, o sea una manifestacin de Dios en forma visible y corprea. Como tiene que ser una de las personas de la Trinidad, si no es la primera persona, tiene que ser el Espritu Santo o el Hijo. Como el Espritu no asume forma corprea, puede concluirse que el ngel del Seor es el Hijo de Dios, quien revela corporalmente a la divinidad (Jn. 1:18). Las referencias al ngel de Yahveh son las siguientes: Gn. 16:7, 9, 10, 11; 22:11, 15; Ex. 3:2; Nm. 22:22, 23, 24, 25, 26, 27, 31, 32, 34, 35; Jue. 2:1, 4; 5:23; 6:11, 12, 21, 22; 13:3, 13, 15, 16, 17, 18, 20, 21; 2 S. 24:16; 1 R. 19:7; 2 R. 1:3, 15; 19:35; 1 Cr. 21:12, 15, 16, 18, 30; Sal. 34:7; 35:5, 6; Is. 37:36; Zac. 1:11, 12; 3:1, 5, 6; 12:8. 7. La distincin de personas Algunos pasajes aparentemente distinguen personas dentro de la Deidad. 1. A Jehov se le distingue de Jehov o de Dios (Gnesis 19:24; Oseas 1:7). 2. Al Redentor (que tiene que ser divino) se le diferencia de Jehov (Isaas 59:20). 3. Al Espritu se le distingue de Jehov (Isaas 48:16; 59:21; 63:910). En estos versculos el Espritu es personal y activo. 8. La sabidura de Dios Muchas teologas (Berkhof, Payne, Thiessen) ven la personificacin de la sabidura en Proverbios 8:12-31 como una alusin a Cristo, y, al ser as, como una indicacin de la existencia de la Trinidad en el Antiguo Testamento. Sin embargo, parece que sera mejor ver en este pasaje, no una prefiguracin de Cristo, sino una descripcin del carcter eterno de la sabidura como un atributo de Dios (vase Louis Goldberg, Wisdom, Theological Wordbook of the Old Testament [Chicago: Moody, 1980], 1:283). Lo que si personifica al Hijo en el Antiguo Testamento, de forma clara e inequvoca es la palabra de Dios (Gn. 1:3; Sal. 33:9; 107:20; 108:91 cf. Jn. 1:1).

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Desarrollo histrico del dogma: Antecedentes que propiciaron la formulacin del dogma tradicionalEn este captulo trataremos de analizar las causas u orgenes histricos que sentaron las bases para la formacin del dogma de la Trinidad dentro de la iglesia. Los puntos que abordaremos en este captulo son: el nacimiento del gnosticismo en el siglo II d.C. y el surgimiento de las herejas trinitarias de los siglos III y IV d.C. 1. El surgimiento del gnosticismo del siglo II. d. C. Uno de los mayores acontecimientos surgidos durante los albores del siglo II d.C. fue el surgimiento del gnosticismo como religin sincretista del cristianismo. Ya en los escritos paulinos y juannos se encontraban rastros de esta hereja, pero no en la magnitud clara en insidiosa que sustentaba ya para el siglo II d. C. El gnosticismo deriva su nombre del griego gnosis, conocimiento y es una corriente filosfica de tendencia metafsica que combina puntos del apocaliptismo judo, de la astrologa babilnica, del dualismo persa, de la filosofa platnica y del misticismo oriental, y los incorpora en el cristianismo, a fin de producir una religin suprema y nica en la cual el razonamiento y la lgica se anteponen a lo espiritual. No hay rasgos comunes absolutos en los sistemas gnsticos; slo podemos presentar rasgos tpicos destacados. En general, Dios es concebido como un Abismo insondable, entre l y la creacin finita hay interpuesta una larga cadena de eones o poderes, emanaciones de lo divino, que constituyen en su totalidad el Pleroma o Plenitud de la esencia divina. El mundo no es una creacin del poder divino, sino el resultado de una ruptura o fallo en el Pleroma. En algunos sistemas la materia se hallaba al lado de Dios como un poder malo independiente; en otros es explicada como un resultado del desarrollo, o es derivada de una cada espiritual. En todos los sistemas se hace una distincin entre el Demiurgo, que forma esta creacin visible, o sea el Dios del Antiguo Testamento, y el Dios supremo, revelado en la plenitud de los tiempos en Cristo. El Dios del Antiguo Testamento es un ser inferior e imperfecto limitado, apasionado, vengativo , en tanto que el Dios de Cristo es identificado con la fuente primaria de virtud, bondad y verdad. Cristo mismo es, o bien un ser celestial, un En, que aparece en un cuerpo fantasmal entre los hombres para redimirlos (docetismo), o es el Jess terreno, con quien se asocia temporalmente el poder ms elevado. Los hombres se distinguen en dos clases: espirituales y fsicos; algunas veces en tres: espirituales, hlicos (materiales), y psquicos (anmicos), que es una clase intermediaria. Slo el espiritual es capaz de conocimiento elevado, en lo cual consiste la salvacin. La influencia prctica del sistema era doble, segn, por un lado, se hiciera, de la doctrina del mal de la materia, la base de la prctica asctica; o bien, por otro, el espritu procurara mostrar su superioridad a la carne, restringiendo la indulgencia y el libertinaje. El sistema de Marcin evitaba el trascendentalismo de los eones, pero opona el Dios del Antiguo Testamento al del Nuevo, y era doctico en sus ideas sobre Cristo. As pues, haba aqu una crisis que amenazaba la misma vida de la Iglesia, que requera los esfuerzos ms denodados de las mentes ms poderosas para resistirla. Fue ante esta hereja que los primeros padres de la iglesia tuvieron que enfrentarse, no fue una labor fcil, pero si fue una labor en la que ya haban sido entrenados con anterioridad por la soberana de Dios, ya que para principios del siglo II d.C. los ataques en contra del cristianismo por parte de los filsofos como Fronto, Celso y Luciano, hicieron que los primeros apologistas cristianos surgieran, entre ellos podemos mencionar a Quadratus, Arstides, Justino Mrtir, Taciano, Atengoras, Tefilo de Antioquia, Melito de Sardis, Minucio Flix, Tertuliano e incluso Orgenes. Este precedente hizo que en su momento, a la hora de presentar defensa en contra del gnosticismo, muchos cristianos lo hicieran sin mayor complejidad, as surgieron los apologistas anti-gnsticos como: Ireneo de Lyon, Tertuliano, Clemente de Roma, Hiplito, entre otros. Estos tuvieron que llevar la guerra al campo enemigo, mostrar la falta de base, el carcter no cristiano, las tendencias inmorales de las fantasas gnsticas. Nadie que estudie la gran obra de Ireneo Contra las Herejas, o del poderoso tratado de Tertuliano Contra Marcin, puede negar la capacidad con que esta obra apologtica fue ejecutada. Pero la tarea principal impuesta a la Iglesia fue positiva; y aqu lo concienzudo del ataque gnstico, el carcter fundamental de las preguntas hechas, algunas de las cuales, como la de la relacin entre el Antiguo Testamento y el Nuevo, la Iglesia se haba sentido tentada a pasar por alto, o a deslizarse fcilmente por encima de ella, oblig a sus representantes a escarbar en los problemas teolgicos ms profundos. Tena que rescatar la idea cristiana de Dios de las especulaciones mitolgicas que la deformaban; asegurar la idea de la creacin contra la de la emanacin involuntaria; reivindicar, como haba hecho Pablo antes, la gloria del Hijo contra la tendencia a fundirle en un enjambre de co-eones; defender, con Juan, la verdadera humanidad de Cristo contra una variedad de negaciones docticas; sostener la unidad de la revelacin y la identidad de Dios en el Antiguo Testamento con el Dios del Evangelio; presentar batalla por la historicidad de los grandes hechos de la vida de Cristo, su nacimiento virginal, sus milagros, su muerte, su resurreccin, contra teoras que los resolvan en alegoras; y reivindicar la receptividad universal de los hombres al Evangelio, en contra del exclusivismo y orgullo gnsticos.

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2. El surgimiento de las herejas anti-trinitarias de los siglos III y IV d.C. Luego de la disputa gnstica del siglo II d.C., a lo largo de los dos siguientes siglos se originaron una serie de herejas antitrinitarias entre las cuales se pueden mencionar tres como principales: 1. El Monarquianismo. El cual atacaba la dignidad del Padre. 2. El Arrianismo. El cual atacaba la divinidad del Hijo. 3. El Macedonianismo. El cual atacaba la divinidad del Espritu. Estas tres herejas en s, atacaban a cada uno de los pilares que sostienen la verdad bblica de la Trinidad. Sin embargo, de estas tres se derivaron otras ms entre las cuales podemos mencionar herejas como: el Platonsmo, la doctrina de Orgenes, el subordinacionismo, el adopcionismo y el modalismo. Analicemos a continuacin cada una de estas herejas. El Monarquianismo: El monarquianismo, como forma de error, procede de los ltimos decenios del siglo segundo. Tertuliano es el primero que da su nombre. Denota en general la tendencia al nfasis en la unidad de Dios, y rechaza la Trinidad personal o hiposttica. Este rechazo, sin embargo, puede tener lugar en dos formas ampliamente distintas. All donde el inters teolgico es fuerte y el inters cristolgico dbil, por un lado, tenemos una exaltacin, de modo natural, de la unidad divina a expensas de la verdadera divinidad de Cristo, ha esto se la llama monarquianismo ebiontico o unitario. All donde el inters cristolgico es predominante, donde, por ejemplo, el motivo es salvaguardar la verdadera divinidad de Cristo, tenemos, por otro, una identificacin de Cristo con la nica persona de la Divinidad, la cual entonces se considera que asume este modo particular de manifestacin, ha esto se le llama monarquianismo modalstico. En su forma primera es el patripasianismo, y en su forma ms desarrollada es Sabelianismo. Tenemos, pues, dos clases de Monarquianos: (1) los ebionticos, unitarios o monarquianos dinmicos; y (2) los monarquianos modalistas en sus dos divisiones de patripasianos y Sabelianos. El Arrianismo: El termino arrianismo se deriva de Arrio, obispo de Alejandra, cuyos puntos de vista fueron condenados en el Concilio de Nicea en el 325 d.C., y que muri en el 336 d.C. Arrio enseaba que Dios Padre en su momento creo al Hijo, y que antes de ese tiempo el Hijo no exista, ni tampoco el Espritu Santo, sino solo el Padre. Por tanto, aunque el Hijo es un ser celestial que exista antes que el resto de la creacin y que es mucho mayor que todo el resto de la creacin, con todo no es igual al Padre en todos sus atributos, se puede incluso decir que es como el Padre o similar al Padre en su naturaleza, pero no se puede decir que sea de la misma naturaleza como el Padre. Los arrianos dependen fuertemente en pasajes que llaman a Cristo el Hijo unignito de Dios (Jn. 1:1 4; 3:16, 18; 1 Jn. 4:9). Si Cristo fue engendrado por Dios Padre, razonaban, eso debe querer decir que Dios Padre le dio la existencia (porque la palabra engendrar en la experiencia humana se refiere al papel del padre en la concepcin del hijo). En Colosenses 1:15 hay respaldo adicional para el concepto arriano: El es la imagen del Dios invisible, el primognito de toda creacin, y acaso la expresin primognito aqu no implica que el Hijo fue en un punto trado a la existencia por el Padre. Y si esto es verdad del Hijo, necesariamente debe ser cierto del Espritu Santo tambin. Pero estos pasajes no nos exigen creer la posicin humana. Colosenses 1:15, que llama a Cristo el primognito de toda creacin, se entiende mejor si se dice que quiere decir que Cristo tiene los derechos 0 privilegios del primognito: es decir, de acuerdo al uso y costumbre bblicos, el derecho de liderazgo a autoridad en la familia de la generacin de uno. (Vase He. 12:16 en donde se dice de Esa que vendi su primogenitura: la palabra griega prototokia cognada del termino prototokos primognito en Col. 1:15). As que, Colosenses 1:15 significa que Cristo tiene los privilegios de autoridad y gobierno, privilegios que le pertenecen como primognito, pero con respecto a toda la creacin. La NIV en Ingles traduce esto en forma til: el primognito sobre toda creacin. En cuanto a los pasajes que dicen que Cristo fue el Hijo unignito de Dios, la iglesia primitiva sinti tan fuertemente la fuerza de muchos otros pasajes que enseaban que Cristo era plena y completamente Dios, que concluyeron que, lo que sea que unignito significara, no significaba creado. Por consiguiente el credo niceno en 325 d.C. afirmo que Cristo era engendrado, no hecho En repudio adicional a la enseanza de Arrio, el cr edo niceno insista que Cristo era de la misma esencia que el Padre. La disputa con Arrio tena que ver con dos palabras que se hicieron famosas en la historia de la doctrina cristiana, homoousios (de la misma naturaleza) y homoiousios (de naturaleza similar). La diferencia depende del significado diferente de dos prefijos griegos: homo que quiere decir mismo, y homoi que quiere decir similar. Arrio se contentaba con decir que Cristo era un ser celestial sobrenatural y que fue creado por Dios antes de la creacin del resto del universo, e incluso que era similar a Dios en su naturaleza. Por tanto, Arrio aceptaba la palabra homoiousios. Pero el concilio de Nicea en 325 d.C. y el concilio de Constantinopla en 381 d.C. se dieron cuenta de que esto no era suficiente, porque si Cristo no era exactamente de la misma naturaleza del Padre, no es plenamente Dios. As que ambos concilios insistieron en que los creyentes ortodoxos confiesen que Jess es homoousios de la misma naturaleza de Dios Padre. La diferencia entre las dos palabras era solo una letra, la letra griega iota, y algunos han criticado a la iglesia por permitir que una disputa doctrinal sobre una sola letra consuma tanta atencin durante la mayor parte del siglo IV d.C. Algunos se han preguntado: Podra algo ser mas necio que discutir por una sola letra en una palabra? Pero la diferencia entre la dos palabras era profunda, y la presencia o ausencia de la iota realmente marcaba la diferencia entre el cristianismo bblico, con una doctrina verdadera de la Trinidad, y una hereja que no aceptaba la plena deidad de Cristo, y por consiguiente no era trinitaria y a la larga destructiva para toda la fe cristian a. El Macedonianismo: Conjunto de doctrinas herticas promovidas por el obispo de Constantinopla, Macedonio. Influenciado por las teoras semi-arrianas, ense que el Espritu Santo era una criatura espiritual subordinada (como los ngeles), de naturaleza no divina ni consubstancial a Dios Padre ni al Hijo. A pesar de ello, no todos los macedonios se pusieron de acuerdo sobre la naturaleza del Espritu Santo, considerndolo unos como la divinidad del Padre y del Hijo, y otros, una mera virtud divina. Muchos combatieron la hereja macedoniana destacndose San Atanasio, San Basilio, Ddimo de Alejandra y Gregorio Nacianceno. En el ao 336 d.C., Macedonio, fue destituido del cargo eclesistico que posea y sus doctrinas condenadas en el primer Concilio Ecumnico de Constantinopla (381 d.C.) llevado a cabo durante el

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papado catlico de Dmaso I (366-384 d.C.). All se reafirm la doctrina de la divinidad y consubstancialidad del Espritu Santo, siguiendo la lnea establecida en el Smbolo de Nicea, al que slo se le agreg algunas palabras esclarecedoras: Creemos (....) Y en el Espritu Santo, Seor y vivificante, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo a ha de ser adorado y glorificado, que habl por los santos profetas..... (Conforme versin de Dionisio el Exguo). De esta hereja ahondaremos ms en un captulo posterior. Ahora, pasemos analizar las herejas derivadas de estas tres, las cuales se diseminaron a lo largo de los siglos III y IV d.C. El Platonsmo: El sistema platnico, tal como fue modificado por Filn y aplicado por l a la explicacin filosfica de la teologa del Antiguo Testamento, tuvo mucha ms influencia en las especulaciones de los primeros Padres que el gnosticismo. Segn Platn, Dios form, o tena en la razn divina, las ideas, tipos o modelos de todas las cosas, ideas que vinieron a ser los principios vivientes, formativos, de todas las existencias reales. La razn divina, con sus contenidos, era el Logos. Por ello, Filn, al explicar la creacin, presenta al Logos como la suma de todos estos tipos o ideas, que constituyen el kosmos notos, o mundo ideal. En base de esta perspectiva, el Logos era designado como endiathetos (mente conceptus). En la creacin, o auto-manifestacin de Dios en la naturaleza, esta razn divina, o Logos, es nacida, enviada o proyectada, deviniendo el logos prophorikos, dando vida a todas las cosas. Filn llam a Dios, como as manifestado en el mundo, no slo logos sino tambin huios, eikon, monogenes, protogonos, skia, paradeigma, doxa, episteme, theou y deuteros Theos. En la aplicacin de esta filosofa a la doctrina de Cristo, era fcil hacer de l el logos prophorichos, asumiendo y afirmando su personalidad, y presentndolo como especialmente manifestado o encarnado en Jess de Nazaret. Este intento lo hicieron Justin Mrtir, Taciano y Tefilo. Tuvieron xito en cuanto a que exaltaron a Cristo por encima de todas las criaturas; haca de l el creador y preservador de todas las cosas, la luz y la vida del mundo. Pero no satisfizo la consciencia de la Iglesia, porque presentaba la divinidad de Cristo como esencialmente subordinada; haca su generacin ante-mundana, pero no eterna; y especialmente debido a que la filosofa, de la que haba sido tomada esta teora del Logos, estaba totalmente opuesta al sistema cristiano. El logos de Platn y Filn era solo un trmino colectivo para denotar el mundo ideal, la idea tn ideen; por ello, la verdadera distincin entre Dios y el logos era la que exista entre Dios como oculto y Dios como revelado. Dios en s mismo era ho theos; Dios en la naturaleza era el Logos. sta, despus de todo, es la vieja doctrina pagana pantesta, que hace del universo la manifestacin o forma existencial de Dios. La doctrina de Orgenes: Orgenes present la doctrina platnica de la generacin y naturaleza del Logos de una forma ms elevada que aquella en la que haba sido exhibida en las especulaciones de otros entre los padres. No solo insisti, en oposicin a los Monarquanos o Unitarios, en la personalidad distinta del Hijo, sino tambin en su generacin eterna, como opuesta al ante-mundana. Sin embargo, atribuy su generacin a la voluntad del Padre. EI Hijo qued as reducido a la categora de las criaturas, porque segn Orgenes la creacin es desde la eternidad. Otra caracterstica insatisfactoria d e todas estas especulaciones acerca de la teora del Logos era que no dejaba lugar al Espritu Santo. El Logos era la Palabra, o Hijo de Dios, engendrado antes de la creacin a fin de que creara, o, segn Orgenes, creado desde la eternidad; pero, qu del Espritu Santo? Aparece como persona distinta en el servicio bautismal y en la bendicin apostlica, pero la teora del Logos solo daba lugar a una Dada, no a una Trada. Por ello, aparece la ms grande confusin en las declaraciones de esta clase de escritores acerca del Espritu Santo. A veces es identificado con el Logos; a veces, es representado como la sustancia comn al Padre y al Hijo; a veces, como el mero poder y eficiencia de Dios; a veces, como una persona distinta subordinada al Logos, y una criatura. Definitivamente que la opinin de Orgenes, aunque realizada con buena intensin, trajo confusin a muchos santos, y muchos se sumieron en este error creyndolo verdadero. El Subordinacionismo: Al afirmar que el Hijo era de la misma naturaleza que el Padre, la Iglesia primitiva tambin excluyo una doctrina falsa relacionada, es decir, el subordinacionismo. En tanto que el arrianismo sostena que el Hijo fue creado y no era divino, el subordinacionismo sostena que el Hijo era eterno (no creado) y divino, pero con todo no igual al Padre en ser o atributos; el Hijo era inferior o subordinado en ser a Dios Padre. El padre de la Iglesia primitiva Orgenes (ca. 185- 254 d.C.) abogaba, como ya lo vimos, una forma de subordinacionismo que sostena que el Hijo era inferior al Padre en ser, y que el Hijo eternamente deriva su ser del Padre. Orgenes intentaba proteger la distincin de personas y escriba antes de que la doctrina de la Trinidad fuera claramente formulada en la Iglesia. El resto de la Iglesia no le sigui sino que en el concilio de Nicea claramente rechazo su enseanza. El Adopcionismo: El adopcionismo es el concepto de que Jess viva como un hombre ordinario hasta su bautismo, pero que Dios adopto a Jess como su Hijo y le confine poderes sobrenaturales. Los adopcionistas no sostienen que Cristo existi antes de que naciera como hombre; por con siguiente, no piensan que Cristo fue eterno, ni piensan que es el ser exaltado y sobrenatural creado por Dios que sostienen los arrianos. Los adopcionistas piensan que incluso despus de que Jess fue adoptado por Dios como el Hijo, no fue divino en su naturaleza, sino solamente un hombre exaltado a quien Dios llama su Hijo en un sentido nico. El adopcionismo nunca logro la fuerza de un movimiento como el arrianismo, pero hubo algunos que sostuvieron ideas adopcionistas de tiempo en tiempo en la Iglesia primitiva, aunque sus puntos de vista nunca se aceptaron como ortodoxos. Muchos en tiempos modernos que piensan que Jess fue un gran hombre, alguien a quien Dios concedi poderes de manera especial, pero que no era realmente divino, caeran en la categora de adopcionistas. El Modalismo: En varias ocasiones algunos han enseado que Dios no es en realidad tres personas distintas, sino una sola persona que se aparece a los seres humanos en diferentes modos en ocasiones diferentes. Por ejemplo, en el Antigua Testamento Dios aparece como Padre. En los Evangelios. Esta misma persona divina aparece como el Hijo como se ve en la vida humana y ministerio de Jess. Despus de Pentecosts, esta misma persona entonces se nos revelo

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como el Espritu activo en la iglesia. A esta enseanza tambin se hace referencia con dos otros nombres. A veces se le llamas sabelianismo. Por un maestro llamado Sabelio que vivi en Roma a principios del siglo III d.C. Otro nombre que se le da al modalismo es monarquismo-modalista. Debido a que esta enseanza no solo dice que Dios se nos revelo en modos diferentes sino tambin dice que hay solo un supremo gobernador (monarca) en el universo y que es Dios mismo, que consiste de solo una persona. El modalismo obtiene su atractivo del deseo de recalcar claramente el hecho de que solo hay un Dios. Puede aducir respaldo no solo de pasajes que hablan de un solo Dios, sino tambin de pasajes como Jn. 10:30 (EI Padre y yo somos uno) y Jn. 14:9 (El que me ha visto a m, ha visto al Padre) La debilidad fatal del modalismo es el hecho de que debe negar las relaciones personales dentro de la Trinidad que aparecen en tantos lugares de la Biblia (0 debe afirmar que estas fueron simplemente una ilusin, no algo real). Por tanto, debe negar que hubo tres personas separadas en el bautismo de Jess, donde el Padre habla desde el cielo, y el Espritu desciende sobre Jess como una paloma. Debe decir que todas esas instancias en donde Jess ora al Padre son una ilusin a una charada. La idea del Hijo o el Espritu Santo intercediendo por nosotros ante Dios Padre se pierde. Finalmente, el modalismo en ltima instancia pierde la esencia de la doctrina de la expiacin: es decir, la idea de que Dios envi a su Hijo como sacrificio sustitutivo, y que el Hijo llevo la ira de Dios en nuestro lugar, y que el Padre, representando los intereses de la Trinidad, vio el sufrimiento de Cristo y quedo satisfecho (Is. 53:11). Es ms, el modalismo niega la independencia de Dios, porque si Dios es solo una persona, no tiene capacidad de amar o comunicarse sin otras personas en su creacin. Por consiguiente fue necesario que creara al mundo, y Dios ya no sera independiente de la creacin. Una presente denominacin dentro del protestantismo (definida ampliamente), la Iglesia Pentecostal Unida, es modalista en su posicin doctrinal.

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Desarrollo histrico del dogma: La fijacin del dogma tradicionalLuego de haber analizado el trasfondo hertico que contaminaba los aires de los siglos que precedieron al Concilio de Nicea en el ao 325 d.C., debemos ahora proseguir en nuestro estudio abordar el punto concerniente al establecimiento del dogma tradicional sobre la Trinidad por parte de los padres apostlicos. 1. El movimiento patrstico Para inicia un anlisis inteligente y compresible sobre el aporte patrstico al origen al dogma de la Trinidad, primeramente se hace necesario tener una visin clara sobre el desarrollo del pensamiento de los denominados Padres apostlico, as como la forma en que el pensamiento de los mismos se agrupaba para ese tiempo. Comenzaremos entonces, primeramente desglosando la estructura en que el pensamiento patrstico se agrupaba; para ese fin, haremos uso del recurso que la teologa denomina patrologa. La patrologa es la ciencia que se encarga de sistematizar el pensamiento de los padres apostlicos, que van desde inicios del siglo II d.C. hasta finales del siglo V d.C. Segn esta rama teolgica, el pensamiento patrstico se agrupa por la regin donde se origino en tres grandes ramas: Los padres latinos, los padres griegos y los padres africanos. Existen otras formas de dividir el pensamiento patrstico, sin embargo, estas son las ms importantes, y para nuestro estudio bastara con tener en claro la misma solamente. Entre los grandes pensadores latinos podemos mencionar a: Ambrosio de Miln (333397 d.C.), Agustn de Hipona (354430 d.C.), Jernimo de Estridn (342420 d.C.) y Gregorio Magno (ca. 540-604 d.C.). Entre los grandes pensadores africanos tenemos a: Tertuliano (155230 d.C.) y a Cipriano de Cartago (ca. 257 d.C.). Por ltimo, tenemos a los pensadores griegos, entre los cuales los ms destacados fueron: Atanasio (295373 d.C.), Basilio de Cesrea (329389 d.C.), Gregorio Nacianceno (329-389 d.C.) y Juan Crisstomo (344407 d.C.). De estos tres grupos de pensadores patrsticos, los que ms aporte hicieron a la formulacin del dogma trinitario fueron los padres griegos. 2. Referencias trinitarias en los escrit0s patrstico prenicenos Pasemos ahora, analizar las referencias trinitarias que los padres apostlicos escribieron mucho tiempo antes de la celebracin del Concilio de Nicea. Es necesario tener en cuenta estas aportaciones a fin de refutar cualquier argumento que pretenda establecer que la doctrina trinitaria es una invencin nicena ms que cristiana y sobre todo bblica. Entre las referencias patrsticas ms primitivas que podemos encontrar las siguientes: Policarpo (70-155/160 d.C.). Obispo de Esmirna, discpulo del Apstol Juan. Seor Dios omnipotente: Padre de tu amado y bendecido siervo Jesucristo ... Yo te bendigo, porque me tuviste por digno de esta hora, a fin de tomar parte ... en la incorrupcin del Espritu Santo... T, el infalible y verdadero Dios. Por lo tanto, yo te alabo ... por mediacin del eterno y celeste Sumo Sacerdote, Jesucristo, tu siervo amado, por el cual sea gloria a Ti con el Espritu Santo, ahora y en los siglos por venir (Martirio de San Policarpo, 14:1-3, en D. Ruiz Bueno, Ed., Padres Apostlicos, pg. 682). Ignacio de Antioqua (aprox. 35-107 d.C.). Obispo de Antioqua. En su camino al martirio, escribi varias cartas en defensa de la fe cristiana. sois piedras del templo del Padre, preparadas para la construccin de Dios Padre, levantadas a las alturas por la palanca de Jesucristo, que es la cruz, haciendo veces de cuerda el Espritu Santo. (Carta a los Efesios, 9: 1; Ruiz Bueno, o.c., pg. 452-453). La verdad es que nuestro Dios Jess, el Ungido, fue llevado por Mara en su seno conforme a la dispensacin de Dios [Padre]; del linaje, cierto, de David; por obra, empero, del Espritu Santo. (Carta a los Efesios, 17:2; Ruiz Bueno, Padres Apostlicos, pg. 457). Justino Mrtir (aprox. 100-165 d.C.). Fue un maestro, apologista y mrtir, discpulo de Policarpo. A l [el "Dios verdadersimo"] y al Hijo, que d El vino y nos ense todo esto... y al Espritu proftico, le damos culto y adoramos, honrndolos con razn y verdad. (Primera Apologa 6: 2; en D. Ruiz Bueno, Ed., Padres Apologetas Griegos, pg. 187) entonces toman en el agua el bao en el nombre de Dios, Padre y Soberano del universo, y de nuestro Salvador Jesucristo, y del Espritu Santo. (Primera Apologa 61:3; en Ruiz Bueno, Padres Apologetas Griegos, pg. 250).

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Ireneo de Lyon (115-190 d.C.). Originario de Asia Menor, de nio fue discpulo de Policarpo. Lleg a ser obispo de Lyon, en las Galias. Fue el principal telogo del segundo siglo. La Iglesia, aunque dispersa en todo el mundo, hasta lo ltimo de la tierra, ha recibido de los apstoles y sus discpulos esta fe: ... un Dios, el Padre Omnipotente, hacedor del cielo y de la tierra y del mar y de todas las cosas que en ellos hay; y en un Jesucristo, el Hijo de Dios, quien se encarn para nuestra salvacin; y en el Espritu Santo, quien proclam por medio de los profetas las dispensaciones de Dios y los advenimientos y el nacimiento de una virgen, y la pasin, y la resurreccin de entre los muertos, y la ascensin al cielo, en la carne, del amadsimo Jesucristo, nuestro Seor, y Su manifestacin desde el cielo en la gloria del Padre, a fin de reunir en uno todas las cosas, y para resucitar renovada toda carne de la entera raza humana, para que ante Jesucristo, nuestro Seor, y Dios , y Salvador, y Rey, segn la voluntad del Padre invisible, se doble toda rodilla, de las cosas en los cielos, y las cosas en la tierra, y las cosas debajo de la tierra, y que toda lengua le confiese, y que El ejecute un justo juicio sobre todos... (Contra las herejas, I, 10:1; en Ante-Nicene Fathers vol. 1). Tefilo de Antioqua (Segunda mitad del siglo II d.C.). Obispo de Antioqua y apologista. Present la doctrina cristiana a los paganos. Igualmente tambin los tres das que preceden a la creacin de los luminares son smbolos de la Trinidad, de Dios, de su Verbo y de su Sabidura [el Espritu]. (Tres libros a Autlico II:15; en Ruiz Bueno, Padres Apologetas Griegos, pg. 805). Atengoras de Atenas (Segunda mitad del siglo II d.C.). Defensor de la fe cristiana. Dirigi una "Legacin" o defensa de los cristianos al emperador Marco Aurelio y su hijo Cmodo, hacia 177 d.C. Quin, pues, no se sorprender de or llamar ateos a quienes admiten un Dios Padre y a un Dios Hijo y un Espritu Santo, que muestran su potencia en la unidad y su distincin en el orden? (Legacin a favor de los cristianos, 10; en Ruiz Bueno, Padres Apologetas Griegos, pg. 661) Tertuliano de Cartago (160-215 d.C.). Apologista y telogo africano. De profesin abogado, escribi elocuentemente en defensa del cristianismo. Definimos que existen dos, el Padre y el Hijo, y tres con el Espritu Santo, y este nmero est dado por el modelo de la salvacin... [el cual] trae unidad en trinidad, interrelacionando los tres, el Padre, el Hijo y el Espritu Santo. Ellos son tres, no en dignidad, sino en grado; no en sustancia sino en forma; no en poder, sino en clase. Ellos son de una sustancia y poder, porque hay un Dios de quien estos grados, formas y clases se muestran en el nombre del Padre, Hijo y Espritu Santo. (Contra Praxeas, 23; PL 2.156-7). Orgenes (aprox. 185-254 d.C.). Telogo de Alejandra, crtico y exegeta bblico, telogo, prolfico autor. Discpulo de Clemente de Alejandra. Si alguno dijese que el Verbo de Dios o la Sabidura de Dios tuvieron un comienzo, advirtmosle no sea que dirija su impiedad tambin contra el ingnito Padre, ya que negara que El fue siempre Padre y que El ha engendrado siempre al Verbo, y que siempre tuvo sabidura en todos los tiempos previos o edades, o cualquier cosa que pueda imaginarse previamente. No puede haber ttulo ms antiguo del Dios omnipotente que el de Padre, y es a travs del Hijo que El es Padre. (Sobre los principios 1.2.; Patrologia Graeca 11.132). Pues si este fuera el caso [que el Espritu Santo no fuese eternamente como El es, y hubiese recibido conocimiento en algn momento y entonces llegado a ser el Espritu Santo] el Espritu Santo nunca hubiese sido reconocido en la unidad de la Trinidad, es decir, junto con los inmutables Padre e Hijo, a menos que El siempre hubiese sido el Espritu Santo... De todos modos, parece apropiado inquirir cul es la razn por la cual quien es regenerado por Dios para salvacin tiene que ver tanto con el Padre y el Hijo como con el Espritu Santo, y no obtiene la salvacin sino con la cooperacin de toda la Trinidad; y por qu es imposible tener parte con el Padre y el Hijo, sin el Espritu Santo. (Sobre los principios I, 3:4-5, en Alexander Roberts and James Donaldson, eds., The Ante-Nicene Fathers, Grand Rapids: Eerdmans, Reimpr. 1989, Vol. 4, pg. 253). Ms an, nada en la Trinidad puede ser llamado mayor o menor, ya que la fuente de la divinidad sola contiene todas las cosas por Su palabra y razn, y por el Espritu de Su boca santifica todas las cosas dignas de ser santificadas... Habiendo hecho estas declaraciones concernientes a la Unidad del Padre, y del Hijo y del Espritu Santo, retornemos al orden en el cual comenzamos la discusin. Dios el Padre otorga, ante todo, la existencia; y la participacin en Cristo, considerando que Su ser es la palabra de la razn, los torna seres racionales... [y] es la gracia del Espritu Santo presente por la cual aquellos seres que no son santos por esencia, pueden ser tornados santos por participar de ella. (Sobre los principios I, 3: 7-8, en Roberts and Donaldson, pg. 255).

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3. Aportes patrsticos al dogma tradicional de la Trinidad Luego de haber analizado las referencias patrsticas prenicenas tocantes al tema de la Trinidad, debemos pasar ahora a hablar de los aportes teolgicos que los padres apostlicos hicieron en la formacin del dogma trinitario tradicional. Teolgicamente hablando, los aportes de los Padres Apostlicos al dogma de la Trinidad se desarrollaron de la forma siguiente: Justino Mrtir (100-165 d.C.), Ireneo de Lyon (ca. 130-202 d.C.), Tertuliano (155230 d.C.), Hiplito de Roma (170-236 d.C.), Clemente de Alejandra (150-215 d.C.) y Orgenes (185-254 d.C.). Veamos este desarrollo teolgico a continuacin: Justino Mrtir (100-165 d.C.): Un ejemplo del pensamiento de los apologistas se ve en los escritos de Justino Mrtir sobre la naturaleza y el significado de Cristo. Este fue el Logos o el principio de razn que habita en todo hombre, el medio unificador entre Dios y los hombres, el cual les comunic el conocimiento de Dios. En las teofanas del A.T. fue el Logos quien se revel, porque el Dios trascendente no poda hablar con los hombres de esta manera. Este Logos fue encarnado en un individuo histrico, Jesucristo, para efectuar la salvacin de los hombres. Aunque su naturaleza no difera de la de Dios el Padre, era subordinado a l. Para los apologistas, Dios el Padre significaba no meramente la primera persona de la Trinidad, sino la deidad entera. Adems, la esencia del Logos es idntica con la esencia de Dios mismo. Puesto que el Logos estuvo presente inmanentemente dentro del Padre desde la eternidad, ha sido generado como producto de la autoseparacin de Dios y ha sido enviado por Dios. Ireneo de Lyon (130-200 d.C.): Sostena que el Logos se encarn en Jesucristo, el cual era el Hijo de Dios, la mente de Dios y en un sentido el Padre mismo. En Jess, Dios mismo sufri en la cruz por los hombres. Este apologista se interesaba poco en las especulaciones sobre la Trinidad. Afirmaba que Dios es Padre, Hijo y Espritu Santo, sin disertar sobre las relaciones entre ellos. Sin embargo, Ireneo aseveraba que el Hijo y el Espritu Santo eran las manos de Dios, las cuales este utiliz para crear el universo. No son seres intermedios entre Dios y el mundo, sino que son Dios mismo en su relacin con el mundo. Parece que Ireneo era modalista en alguna forma. Sin embargo, es ms probable que Ireneo ideara el concepto econmico de la Trinidad, doctrina que fue desarrollada por Hiplito y Tertuliano. Segn este punto de vista, la historia humana se divide en tres perodos, cada uno de los cuales pertenece a una persona de la deidad. La era del Antiguo Testamento es del Padre, el perodo del evangelio corresponde al Hijo, y la poca desde el da de Pentecosts en adelante es del Espritu Santo. Tertuliano (155230 d.C.): Se ha caracterizado a este telogo como el ltimo de los apologistas griegos y tambin como el primero de los Padres latinos. Comenz a escribir en Cartago, frica del Norte, hacia fines del siglo segundo y continu esta actividad hasta el 212 d.C. Defendi vigorosamente la fe, sin embargo, es famoso principalmente por sus formulaciones de la Trinidad. Tertuliano se preocupaba mucho por el problema que representaba la relacin del Padre, del Hijo y del Espritu Santo. Su elaboracin de esta relacin vino a ser la frmula aceptada por la Iglesia durante muchos aos. Latourette le describe: Con mente legalista, Tertuliano tuvo el don de una enunciacin clara y exacta. Tambin empleaba trminos con los cuales se hizo familiar en los tribunales para dar expresin a conceptos cristianos... Aunque verta escarnio sobre la filosofa, l tena una deuda grande para con el estoicismo... sus ideas estaban modeladas por el pensamiento estoico y eran igualmente expresados en trminos estoicos. Sin embargo, trataba de basar sus creencias justamente sobre las Escrituras. Fue Tertuliano quien acu el trmino trinidad (lat. trinitis). En este pensador encontramos el desarrollo de lo que se llama el punto de vista econmico de la Trinidad. Aqu por primera vez hay un pequeo intento de explorar las relaciones eternas entre los tres miembros de la deidad. Tertuliano crea en la monarqua o gobierno solo de Dios. Difera de los otros monarquianos en que para ellos exista solamente un Gobernante divino no diferenciado, quien asuma, en sucesin, papeles apropiados en la obra de la salvacin (Creador, Redentor y Santificador). Aunque Tertuliano conceda libremente el principio de un dominio, sostena que este dominio se administraba a travs del Hijo y del Espritu Santo como corregentes del Padre. R. Kearsley comenta: A pesar de esta igualdad de posicin (de las tres personas divinas), Tertuliano reconoca una delegacin del poder del Reino al Hijo en su auto-humillacin redentora. Por lo tanto provea una distincin concreta entre el Padre y el Hijo por lo menos en la economa... que rompa el hermtico molde monotesta del monarquianismo. Con referencia a Dios, Tertuliano usaba la palabra latina substantia (sustancia). Hay en Dios una sola sustancia, pero tres personas la comparten; es decir, el Hijo y el Espritu Santo tienen la misma sustancia que el padre, o sea, en una sustancia moran tres personas. Aqu hay unidad de substantia, pero una trinidad en forma y aspecto. Segn el pensamiento de este telogo, antes de la creacin Dios estaba solo pero no completamente solo. Estaba solo en el sentido de que no hubo nada externo de su ser. Puesto que Dios es un ser racional, moraba en l la Razn, que es idntica a lo que la Escritura denomina Sabidura. La Razn y la Sabidura llegaron a ser tambin el Hijo de Dios. Sin embargo, hubo un tiempo cuando la Razn no se haba expresado en el Logos o Palabra, es decir, cuando el Hijo no estaba. En el momento en que Dios quiso crear el mundo, engendr al Hijo. As lo que antes era interno lleg a ser externo (y junto con el Espritu Santo llev a cabo la creacin); lo que antes era invisible, vino a ser visible en la encarnacin. De esta manera hizo una distincin concreta entre el Padre y el Hijo, por lo menos, en la economa. De acuerdo con el esquema de Tertuliano, el Espritu Santo tambin aparece como una de las dos manos o agentes de Dios en la creacin. Del Padre haba procedido el Hijo; ahora del Padre y del Hijo procedi el Espritu divino. Se complet la trada. El concepto de la Trinidad que ide este pensador occidental no es completamente claro. Cul fue el significado del trmino personae que l tena en mente? En la ley romana esa palabra significaba una parte en alguna accin legal o un individuo. En el griego quera decir una mscara o un actor en un poema dramtico. Varios telogos piensan que Tertuliano la empleaba en el ltimo sentido pues aceptaba la doctrina de las dos manos y de la Trinidad econmica. En tal caso, l ataba la Trinidad al marco del tiempo y del espacio, y sostena una forma del modalismo. Lamentablemente para nosotros, Tertuliano se ocup ms en escribir sobre el lado prctico (la Trinidad en relacin con su revelacin a los hombres) y descuid definir la relacin interna de las personas. De todos modos, la doctrina de Tertuliano fue un paso gigantesco hacia la formulacin final. Este telogo proporcion el mtodo y algo del vocabulario que la tradicin occidental usa en la actualidad.

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Hiplito de Roma (170-236 d.C.): Define la relacin entre el Logos y el Padre en trminos subordinacionistas, como ellos. Pero su subordinacionismo es an ms acentuado. No solamente distingue entre el Verbo interno e inmanente en Dios y el Verbo emitido o proferido por Dios, como Tefilo, sino que describe la generacin del Verbo como un desarrollo progresivo en tres fases. Ensea que el Logos como persona no apareci hasta ms tarde, en el tiempo y en la forma determinados por el Padre: Dios, que subsiste solo, y no teniendo en s nada contemporneo a s mismo, determin crear el mundo. Y concibi el mundo en su mente, quiso y pronunci el Verbo, y cre el mundo; entonces el mundo apareci inmediatamente, en la forma en que El se haba complacido hacerlo. Para nosotros, pues, basta simplemente con saber que no hubo nada contemporneo a Dios. Fuera de l no haba nada; pero El, con existir solo, exista, sin embargo, en pluralidad. En efecto, El nunca careci ni de razn, ni de sabidura, ni de poder, ni de consejo. Todas las cosas estaban en El, y El lo era Todo. Cuando quiso y como quiso, manifest su Verbo en los tiempos que El haba determinado, y por El [Verbo] hizo todas las cosas. Cuando quiere, hace; y cuando piensa, ejecuta; y cuando habla, manifiesta; cuando forma, obra con sabidura. Porque todas las cosas creadas las forma con razn y sabidura, crendolas en razn y ordenndolas con sabidura. Las hizo, pues, como El lo consideraba conveniente, porque era Dios. Y como Autor, Compaero, Consejero y Hacedor de las cosas que estn en formacin, engendra al Verbo; y as lleva al Verbo en s mismo, y de una manera [de momento] invisible al mundo creado. Pronuncia la palabra por vez primera y engendra (al Verbo) como Luz de Luz: lo enva al mundo como su propio pensamiento para ser Seor del mundo. Mientras antes era visible solamente a l e invisible al mundo creado, Dios lo hace ahora visible para que el mundo pueda verle a l en su manifestacin y obtener la salvacin. Y es as como apareci otro a su lado. Pero, cuando yo digo otro (irepos), no quiero significar que hay dos dioses. Por el contrario, no hay ms que una sola Luz de Luz, o como la nica agua de un manantial, o como el nico rayo de sol. Porque hay solamente un poder que viene del Todo, del cual viene este Poder, el Verbo. Y sta es la razn () que entr en el mundo y se manifest como Hijo () de Dios. Todas las cosas, pues, son por El, y El solamente del Padre. Quin se atrever a presentar una multitud de dioses en serie? Porque todos deben callar, aunque no quieran, y admitir este hecho, que el Absoluto tiende hacia la unidad (Contra Noet. 10-11). El tiempo que precede a la creacin y el tiempo que sigue despus son las dos primeras fases de la evolucin del Logos. La tercera es la encarnacin, que hace al Logos Hijo perfecto ( ): Quin sera el propio Hijo de Dios enviado por Este en la carne sino el Verbo, al cual se dirige como a su Hijo porque deba llegar a serlo (o a ser engendrado) en el futuro? Al llamarlo Hijo, toma el nombre comn, que entre los hombres evoca el afecto tierno. Antes de la encarnacin y por s mismo en este momento, el Seor no era perfecto Hijo, aunque fuese el Verbo perfecto, el Unignito. La carne tampoco poda subsistir por s misma fuera del Verbo, puesto que tiene su subsistencia en el Verbo. As se manifest el nico Hijo perfecto de Dios (Contra Noet. 15). Hiplito, pues, fue ms lejos que los apologistas, asociando a la generacin del Logos no solamente la creacin del mundo, sino tambin la encarnacin. Evidentemente no se dio cuenta de que esta evolucin del Verbo en distintas fases introduca un crecimiento en la divina esencia. Ahora bien, el progreso es incompatible con la inmutabilidad divina. Hiplito cometa otro error al hacer de la generacin del Verbo un acto libre como el de la creacin, y al sostener que Dios, de haberlo querido as, podra haber hecho de un hombre Dios: El hombre no es ni Dios ni ngel. No hagis confusiones. Si El hubiese querido hacerte Dios, lo habra podido: tienes el ejemplo del Verbo: pero porque quera hacerte hombre, te hizo lo que eres (Philos. 10, 33,7). Clemente de Alejandra (150-215 d.C.): Clemente quiso fundar un sistema teolgico cuya base y principio fuera la idea del Logos. Esta idea domina todo su pensamiento y su manera de razonar. Se sita, pues, en el mismo terreno que Justino el filsofo, pero va mucho ms lejos que l. La idea que Clemente tiene del Logos es ms concreta y ms fecunda. Es, para l, el principio supremo para la explicacin religiosa del mundo. El Logos es el creador del universo. Es el que revel a Dios en la Ley del Antiguo Testamento, en la filosofa de los griegos y, finalmente, en la plenitud de los tiempos, en su propia encarnacin. Con el Padre y el Espritu Santo forma la Trinidad divina. No podemos conocer a Dios ms que a travs del Logos, pues el Padre es inefable: As como es difcil descubrir el primer principio de todas las cosas, es tambin extremadamente difcil demostrar el principio absolutamente primero y el ms antiguo, que es causa de que todas las dems cosas hayan nacido y subsistan. Porque, cmo puede expresarse lo que no es ni gnero, ni diferencia, ni especie, ni individuo, ni nmero: ms an, que no es ni accidente ni puede ser sujeto del mismo? No se puede decir correctamente que sea el todo; porque el todo se encuentra en la categora de la grandeza y es el Padre del universo. Pero tampoco se puede decir que tenga partes, pues el Uno es indivisible, y por eso mismo es infinito. No se le concibe como algo que no puede ser recorrido enteramente, sino como algo que carece de dimensiones y de lmites; consiguientemente, no tiene forma ni nombre. Cuando, impropiamente, le llamamos Uno, Bien, Mente, Ser, Padre, Dios, Creador, Seor, no lo hacemos como dndole su nombre, sino que por impotencia empleamos todos estos hermosos nombres, a fin de que nuestra mente pueda tenerlos como puntos de referencia para no errar en otros respectos. Porque ninguno de ellos por s solo revela a Dios, pero todos juntos concurren a indicar el poder del Omnipotente. En efecto, las cosas que se dicen, se dicen de las propiedades y relaciones; ahora bien, nada de esto se puede concebir en Dios. Ni tampoco puede ser aprehendido por una ciencia deductiva, porque sta parte de principios y de nociones mejor conocidas; ahora bien, no hay nada que sea anterior al Ingnito. Queda, pues, que solamente por la gracia divina y por el Verbo que procede de El podemos conocer al Desconocido (Strom. 5, 12, 81, 4-82,4). El Logos, siendo razn divina, es, por esencia, el maestro del mundo y el legislador de la humanidad. Clemente le reconoce, adems, como a salvador de la raza humana y fundador de una nueva vida que empieza con la fe, avanza hacia la ciencia y la contemplacin y, a travs del amor y de la caridad, conduce a la inmortalidad y a la deificacin. Cristo, por ser el Verbo encarnado, es Dios y ser humano, y por medio de El hemos sido elevados a la vida divina. As, habla de Cristo como del sol de justicia: Salve, luz! Desde el cielo brill una luz sobre nosotros, que estbamos sumidos en la obscuridad y encerrados en la sombra de la muerte; luz ms pura que el sol, ms dulce que la vida de aqu abajo. Esa luz es la vida eterna, y todo lo que de ella participa, vive, mientras que la noche teme a la luz y, ocultndose de miedo, deja el puesto al da del Seor. El Universo se ha convertido en luz indefectible y el occidente se ha transformado en oriente. Esto es lo que quiere decir la nueva creacin: porque el sol de justicia, que atraviesa en su carroza el Universo entero, recorre asimismo la humanidad, imitando a su Padre, que hace salir el sol sobre todos los hombres (Mt. 5:45) y derrama el roco de la verdad. l fue quien cambi el occidente en oriente; quien crucific la muerte a la vida; quien arranc al hombre de su perdicin y lo levant al cielo, trasplantando la corrupcin en

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incorruptibilidad y transformando la tierra en cielo, como agricultor divino que es, que muestra los presagios favorables, excita a los pueblos al trabajo del bien, recuerda las subsistencias de verdad, nos da la herencia paterna verdaderamente grande, divina e imperecedera; diviniza al hombre con una enseanza celeste, da leyes a su inteligencia y las graba en su corazn (Protrept. 11,88,114). De esta manera, la idea del Logos es el centro del sistema teolgico de Clemente y de todo su pensar religioso. Sin embargo, el principio supremo del pensamiento cristiano no es la idea del Logos, sino la de Dios. Esta es la razn por la cual Clemente fracas en su intento de crear una teologa cientfica. Orgenes (185-254 d.C.): Considerado por muchos eruditos el ms grande telogo de su poca, Orgenes contribuy significativamente a la doctrina de la Trinidad con su enseanza sobre la eterna generacin del Hijo por el Padre. As aseguraba que el Hijo era eternamente de la misma naturaleza que el Padre pero derivado de l. Lo hizo desarrollando una doctrina de las tres hipstasis (griego: ser real o verdadero; se usa para designar a las personas dentro del ser nico d e Dios), del Padre, el Hijo y el Espritu Santo. Se revelaron como compartiendo la misma usia (esencia) divina. Este pensador arregl estas (personas) en orden jerrquico, con el Padre como Dios en s mismo (autotheos), el Hijo como su imagen exacta y el Espritu Santo como la imagen del Hijo. Insisti en que este orden exista en la eternidad. La debilidad del pensamiento de Orgenes, como ya lo mencionamos en un punto anterior, consiste en relegar al Hijo y el Espritu Santo a un rango inferior al del Padre (subordianismo). El Logos es una emanacin del Padre, el primognito de la creacin, la sabidura divina (PI. 8:22-31). La voluntad del Padre es ms sabia que la del Hijo; en la creacin el Hijo era el siervo del Padre, ejecutando sus mandatos, Orgenes afirmaba que el Padre y el Hijo eran coeternos pero no coiguales (la hereja del subordianismo del Hijo). Sin embargo, fue ortodoxo en el sentido de que enseaba que el Hijo particip de la misma esencia del Padre y exista desde la eternidad. El Concilio de Nicea en 325 d.C. conden toda forma de subordianismo. Declar que Jesucristo es "verdadero Dios de verdadero Dios", no menos que el Padre, sino uno con el Padre. El Segundo Concilio Ecumnico reunido en Constantinopla en el 381 d.C. se opuso a la enseanza de que el Espritu Santo era subordinado al Padre y al Hijo. Sostuvo que el Espritu Santo deba ser adorado y glorificado junto con el Padre y el Hijo. Finalmente, el credo atanasiano afirm: "En esta Trinidad, ninguno (miembro) es antes o despus del otro, ninguno es mayor o menor que el otro". Bloesch seala la amenaza de la hereja de Orgenes: Los peligros del subordianismo son el politesmo y el agnosticismo. Si hacemos a Cristo y el Espritu Santo (seres) inferiores a Dios el Padre, estamos en peligro de postular tres deidades distintas. Si hacemos que el Padre sea un abismo eterno del cual emanan el Hijo y el Espritu, terminaremos con un Dios que es bsicamente incognoscible e inalcanzable. Este ltimo argumento se basa sobre el hecho de que un Cristo que es menos que el Padre, no pudiera conocer al Padre y, por lo tanto, no podra darnos a conocer al Padre. 4. El Concilio de Nicea, su credo y sus ampliaciones El primero de los llamados Concilios ecumnicos fue convocado para reunirse en Nicea, en Bitinia, en mayo o junio del ao 325 d.C. All, despus de algunos procedimientos preliminares, fue formalmente abierto con gran esplendor por el mismo emperador en persona. Bastar dar una breve relacin de lo ocurrido. Participaron unos 300 obispos (tradicionalmente 318) (ver Atanasio, Scrates, Teodoreto, etc.), pero haba una multitud de presbteros, diconos, aclitos, que engrosaron la asistencia hasta mil o incluso dos mil. Eusebio lo describe de la manera siguiente: En efecto, los ms distinguidos de entre los ministros de Dios de todas las iglesias que, abundaban en Europa, frica y Asia estaban all reunidos. Y una sola casa de oracin, como si hubiese sido ampliada por Dios, bastaba para incluir a una vez a sirios y cilicios, a fenicios y rabes, a delegados de Palestina, ya otros del Egipto, a tebanos y libios, juntamente con quienes venan de la regin de Mesopotamia. Tambin haba en la conferencia un obispo persa, Y ni an faltaba entre ellos un escita. El Ponto, Galacia y Panfilla, Capadocia, Asia y Frigia, cada regin envi a sus prelados ms distinguidos. Y tampoco dejaron de asistir quienes vivan en los distritos ms remotos de Tracia y Macedonia, de Acaya y del Epiro. Hasta de la misma Espaa, uno de fama universal ocup su puesto como un individuo en la gran asamblea (Eusebio, Vita Const., m:7; NPNF, Second series, 1,521). El espritu que inspiraba los debates por el lado ortodoxo fue Atanasio, joven dicono de Alejandra, que estaba presente para ayudar a su obispo, Alejandro. Los arrianos claros eran pocos. Incluso los eusebianos eran apenas una veintena. Un credo propuesto por los arrianos fue rechazado con horror: el credo fue literalmente rasgado en pedazos (Teod. i. 8). La direccin del partido medio fue asumida por Eusebio de Cesrea, el cual ahora present un credo, que l dijo haba aprendido cuando era catecmeno en Cesrea; pero ste, tambin, a pesar de la gran influencia del que lo propona, y del apoyo del emperador, fue rechazado a causa de la ambigedad de sus expresiones. Se necesitaba algo que marcara de modo preciso la distincin entre los dos partidos, y esto, se dice, lo proporcion, sin tener intencin de hacerlo, Eusebio d e Nicomedia mismo en el trmino homoousios. La mayora del Concilio se dio cuenta que la frmula de que el Hijo era de la misma sustancia que el Padre expresaba exactamente aquello por lo que luchaban, y exclua ambigedades por medio de las cuales el partido eusebiano procuraba evadir la fuerza de los otros trminos. Por tanto, se le concedi aceptacin. El emperador tambin vio ahora que si haba que conseguir unanimidad haba de lograrse slo en el terreno de esta frmula. Por tanto ech su influencia en la balanza, y qued asegurado el triunfo de la frmula de homoousion. Se redact un nuevo credo a base del de Eusebio, y su aceptacin fue hecha obligatoria por decreto imperial. Esto me parece a m que es una presentacin del curso de los sucesos ms probable que la que suele darse, que presenta a la mayora del Concilio como perteneciente al partido semiarriano, y supone que fue el emperador que impuso sobre ellos la aceptacin de la frmula homoousion. Da la impresin de que las simpatas del emperador, en cuanto fueron manifestadas, se inclinaban al otro lado. Eusebio de Cesrea era su consejero, y haba dado ya su aprobacin al credo eusebiano. Es evidente que slo cuando vio que la frmula de Atanasio era la nica que tena probabilidades de ser aceptada por el Concilio en conjunto, el emperador dio el peso de su apoyo al mismo. Esto no es incompatible con la idea de que la mayora del Concilio estaba ms o menos indeciso originalmente; y slo cuando la discusin fue avanzando, llegaron a

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percibir claramente que Atanasio estaba luchando por la esencia de la fe, segn ellos mismos la haban sostenido siempre. Este famoso smbolo, el ms antiguo de los credos eclesisticos, si exceptuamos el llamado Credo de los Apstoles, del cual es realmente una expansin, no corresponde exactamente en su forma original a la que hoy tenemos. Su contenido es el siguiente: Creemos en un Dios, Padre, Omnipotente, Hacedor de todas las cosas visibles e invisibles; y en Jesucristo, el Hijo de Dios, engendrado del Padre, Unignito, esto es, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, verdadero Dios, Dios mismo, engendrado, no hecho, que es de la misma sustancia (homoousios) que el Padre; por el cual fueron hechas todas las cosas tanto en el cielo como en la tierra; que para nosotros, hombres, y para nuestra salvacin, descendi y se encam y se hizo hombre; padeci y al tercer da resucit; ascendi al cielo, y vendr a juzgar a los vivos y a los muertos. Y en el Espritu Santo. Pero los que dicen Era cuando no era, y Antes que fuera engendrado no era, y que Fue hecho de la nada, y los que dicen que el Hijo de Dios es de otra sustancia o esencia, o que el Hijo de Dios es creado o mudable o alterable, son anatematizados por la Iglesia Catlica y Apostlica. Como se ver, el Credo consiste en dos partes: el Credo propio, o parte doctrinal, que declara la fe catlica, y la parte anatematizadora, que condena los errores de Arrio. En los cambios hechos ms adelante podemos notar, primero la omisin de dos clusulas, a saber, Unignito, esto es, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, y tanto en el cielo como en la tierra, y finalmente, toda la parte anatematizadora; y adems, aparte de la insercin de varias clusulas, como Unignito antes de las palabras Hijo de Dios, la frase antes que todos los mundos despus de engendrado del Padre, y especialmente una adicin considerable despus de las palabras el Espritu Santo. Los cambios se vern bien si se compara el original, ms corto, con el Credo tal como se halla en los devocionarios o libros de oraciones presentes. El Concilio haba hablado, pero su decisin, lejos de terminar la controversia, fue en un sentido slo el comienzo de la misma. La batalla fue transferida ahora a la Iglesia en conjunto, y sigui fortunas cambiantes durante medio siglo ms, hasta el tiempo del Concilio de Constantinopla en el ao 381 d.C. La Iglesia estaba ahora cosechando el fruto de una imprudente concesin a los emperadores, al darles el poder de intervenir en los asuntos eclesisticos, un poder que hizo de las decisiones sobre la doctrina, las determinaciones de la fe cristiana, con demasiada frecuencia un asunto de capricho imperial e intrigas cortesanas, e introdujo en la Iglesia el principio de persecucin empleado antes contra la Iglesia, o sea en la relacin de los bandos entre s. En este largo conflicto de la fe de Nicea con sus adversarios, el hombre que destaca por encima de todos es el noble Atanasio. La historia de la controversia arriana despus de Nicea es poco ms que la historia de las persecuciones de Atanasio. Hooker no exagera cuando resume la situacin en su famosa frase: Esta era la condicin simple de aquellos tiempos: todo el mundo contra Atanasio, y Atanasio contra el mundo (Eccl. Polity, v. 42). En medio de estas pruebas brilla el carcter de Atanasio con esplndida grandeza. De todos los santos de la Iglesia primitiva, como dice Stanley, es el nico que ha encandilado realmente las pginas fras y crticas de Gibbon en una hoguera de entusiasmo. El decir que Atanasio es el hombre ms grande de su poca es decir muy poco. En comparacin con los hombres que se le oponan, intrigantes, cambiadizos, sin escrpulos; en comparacin con los emperadores que le empujaron al destierro, descuella como un gigante en estatura moral y fuerza de propsito. En buena fama y en mala fama sostuvo en alto su fe sin vacilar. Los mtodos que us en sus luchas estn en contraste conspicuo con los de sus adversarios. Procur vencer con argumentos, persuasin, no por la violencia. En la hora de la victoria fue generoso y tolerante. Los hombres contra los que pugnaba, en cambio, en lo que menos fiaban era en la justicia de su causa. Su nico intento, segn muestra la historia del perodo, era entramparle, rodearle, destruirle, y a este fin ningn acto era demasiado ruin, ninguna medida demasiado mezquina. Fue enviado cinco veces al exilio, y los hombres que le reemplazaron fueron un oprobio para la humanidad y la religin. En el terreno moral solamente, al margen de la cuestin de verdad y error, el partido arriano del siglo cuarto ya queda condenado. De las fases especiales del conflicto, slo puedo hablar en trminos brevsimos. No tard mucho en cambiar la poltica de Constantino, y volvi a traer a Arrio y procur imponerlo a la Iglesia, un paso frustrado slo por la muerte sbita del gran heresiarca en la hora de su triunfo (336 d.C.). Pero fue bajo el sucesor de Constantino, Constancio, un hombre de espritu estrecho y desptico, dbil e irresoluto, herramienta en manos de intrigantes, sin el genio de su padre, pero con toda la aficin de ste para intervenir en los asuntos eclesisticos, que la crisis se hizo realmente aguda. Los hitos principales en la historia son el Concilio (semiarriano) de Antioqua en el ao 341 d.C, notable por el nmero de sus credos; el Concilio (ortodoxo) de Srdica en 343 d.C., del que se retir el bando de Eusebio, y estableci un concilio rival en Filippolis; los concilios y credos mltiples de Sirmium, 351, 357 d.C. (arriano), 358 d.C. (semiarriano), 359 d.C.; finalmente los concilios gemelos de Ariminum y Seleucia, 359 d.C., en conexin con los cuales, despus de una prolongada resistencia, prevaleci la fuerza para asegurar la aceptacin de una frmula de la corte, y en que, en frase memorable de Jernimo, el mundo entero gimi y se asombr de hallarse arriano. Nos falta el espacio para contar en qu forma despus de esto los partidos semiarrianos divergieron gradualmente; cmo la persecucin del sector sincero de los mismos bajo Valente los llev a los brazos de la ortodoxia; cmo las vicisitudes de fortuna llevaron a Teodosio al trono del Oriente, y dieron un nuevo giro a los asuntos en la capital, en que la predicacin de Gregorio Nacianceno ya haba dado oportunidad para un cambio en la opinin del pueblo; y que al final, en 381 d.C., fue convocado en Constantinopla el Concilio con el que termina la historia de la controversia arriana. Este Concilio, cuando se reuni, era puramente oriental; y fue slo la adopcin subsiguiente de sus decisiones por toda la Iglesia en general lo que le dio el ttulo de ecumnico. Tradicionalmente se adscriben al mismo las implicaciones al Credo de Nicea a que nos hemos referido antes. Esto se sabe ahora que es una equivocacin. Las adiciones que recibi el Credo de Nicea no fueron la obra de este Concilio, sino que tuvieron un origen anterior. La mayora de las clusulas, por ejemplo, se hallan en el Credo de Cirilo de Jerusaln, hacia 350 d.C., y en un Credo de Epifanio de Salamis, hacia 374 d.C. El Credo as ampliado fue el adoptado por la mayora y sancionado por el Concilio de Constantinopla, el Concilio de los 150, y aun de esto no hay evidencia contempornea. El Credo ampliado fue atribuido a este Concilio por el Concilio de Calcedonia en 451 d.C. Este fue, pues, [el resultado doctrinal] de esta controversia larga y atribulada, y se puede juzgar hasta qu punto fue un triunfo para la filosofa griega o una victoria para la fe cristiana. La verdad es que toda la fuerza de Atanasio se aplic al rescate de la idea cristiana de Dios de manos de las influencias

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derivadas de la filosofa griega que intentaba subvertirla. Sohm, en su fogoso bosquejo de la historia de la Iglesia, dice co n justicia que la lucha del Concilio de Nicea no fue una disputa estril sobre palabras, ni una pugna para introducir una idea especulativa ms en la teologa. Fue una lucha para la expulsin definitiva de la filosofa pagana del territorio cristiano, para que la esencia del Cristianismo no tuviera que ser buscada en una explicacin lgica del Universo, ni su resultado en el establecimiento de una teora filosfica. La helenizacin del Cristianismo fue combatida con xito por Atanasio y el Concilio de Nicea. Las afirmaciones de Nicea son metafsicas slo en el sentido de que todas las afirmaciones que relacionan al ser o esencia, afirmaciones, por ejemplo, sobre la existencia, personalidad, absolutez, eternidad de Dios, o tambin de nuestra propia identidad y libertad personal, son metafsicas. Pero estas afirmaciones, despus de todo, son necesarias. El habla ordinaria est saturada de ellas, y no podramos pasamos sin ellas. Lo que puede afirmarse verdaderamente es que, precisamente debido a que las definiciones nicenas se refieren a la esfera del ser y la esencia, son metafsicas en este sentido, requieren ser suplementadas por otras sacadas de la esfera moral y espiritual. La manifestacin ms elevada de la Divinidad de Cristo hay que buscarla, segn todos estarn de acuerdo, en la esfera del carcter y de la voluntad: en lo que hace lo humano en Cristo la imagen y exponente de lo divino: Vimos su gloria, la gloria del unignito del Padre, lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14). Aqu, indudablemente, la teologa moderna viene a suplementar las deficiencias de la teologa nicena. Pero la teologa moderna nunca puede prescindir del fundamento puesto en el testimonio de la teologa nicena a la divinidad esencial de Cristo. 5. La contribucin de Atanasio al dogma de la Trinidad En su Primera carta a Serapion. Atanasio afirma: Existe, pues, una Trinidad, santa y completa, de la cual se afirma que es Dios en el Padre, el Hijo y el Espritu Santo, que no tienen mezclado ningn elemento extrao o externo, que no se compone de uno que crea y de otro que es creado, sino que toda ella es creadora; es consistente e indivisible por naturaleza, y su actividad es nica. El Padre hace todas las cosas por el Verbo en el Espritu Santo. De esta manera se salva la unidad de la santa Trinidad. As en la Iglesia se predica un solo Dios, que esta sobre todos (Ef. 4:6), por todos y en todos: sobre todos, en cuanto Padre, principio y fuente; por todos, por el Verbo; en todos, en el Espritu Santo. Es una Trinidad no slo de nombre y por pura apariencia verbal, sino en verdad y realidad. Pues as como el Padre es el que es, as tambin su Verbo es el que es, y Dios sobre todos. El Espritu Santo no est privado de existencia real; existe y tiene verdadero ser. Menos que estas [Personas] la Iglesia no sostiene, so pena de caer al nivel de los modernos judos, imitadores de Caifs, y al nivel de Sabelio. Pero tampoco inventa nuevas personas, por no caer en el politesmo de los paganos (1,28). Las palabras no se compone de uno que crea y de otro que es creado dan a entender claramente que Atanasio no comparte la opinin de quienes crean que Dios necesita del Logos como instrumento para la creacin del mundo, como haba afirmado Arrio siguiendo las ideas de Filn y de Orgenes. Refuta la doctrina arriana segn la cual Dios, cuando quiso crear la naturaleza, vio que esta no podra soportar la mano intemperante del Padre, e hizo y creo primeramente al Hijo y Verbo, para que por su medio todas las cosas pudi