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Vol. 2 No 2 2012ISSN: 16695186
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CONFERENCIA ESTHER HERMITTE
La invención de los gauchos judíos: etnografía, historia y memoria socialJudith Freidenberg*
Conferencia Hermitte impartida en Diciembre de 2010 en el Centro de Antropología Social del Instituto de Desarrollo Económico y Social. La autora agradece a Rosana Guber por su amable presentación, y al Centro de Antropología Social por habermebrindado la oportunidad de honrar la memoria de Esther Hermitte. Espero esta contribución estimule la memoria de una de lasprincipales promotoras de la antropología social en Argentina.
Al promover el desarrollo de la antropología socialen Argentina a través de la formación de equiposde trabajo, Hermitte contribuyó a que se entendiera el objeto de estudio de la disciplina más alládel estudio tradicional de las poblaciones indígenas promoviendo una versión pluralista de la Argentina contemporánea. Sus aportes a lametodología etnográfica desde su trabajo decampo en Chiapas, Méjico (Fábregas Puig y Guber, 2007), al estudio antropológico de las estructuras de poder en Latino América (en Strickon yGreenfield: 1972), y de paradigmas conceptualescomo los procesos de articulación social (Hermitte y Bartolomé, 1977) lograron precisar el perfildel antropólogo social como un profesional capazde contextualizar los conocimientos y prácticas degrupos culturales como procesos sociales vinculados a clase, etnia, región, nación y, por ende,como un profesional que puede abordar la conectividad en la estructura social y comunicar losresultados de su aprendizaje a diversos gruposde interés (Krotz, 2012). La primera generaciónde antropólogos sociales en la Argentina se empeñó en cuestionar sistemáticamente los trabajosantropológicos que aislaban las poblaciones bajoestudio como entidades estáticas y las prácticasetnográficas ahistóricas lo que abrió la puerta auna nutrida producción antropológica sobre la sociedad argentina. El énfasis en la relevancia de lahistoria y de la economía política en las conexiones sociales en la antropología social argentinaformaba parte de una nueva antropología de lassociedades contemporáneas (Wolf, 1984; Nash,1981).
La inmigración también puede ser conceptualizada como un proceso de articulación social que, en esta presentación, ilustraré por mediode tres proyectos: en orden cronológico la inmigración europea a Entre Ríos entre fines del siglo
XIX y comienzos del XX; la inmigración a los Estados Unidos desde los cincuenta; y la entrada deestadounidenses a Argentina durante la últimadécada. Cualquier instancia de movilidad humanapodría conceptualizarse como teniendo su origenen factores de expulsión, o sea que no es sóloinstancia de desplazamiento geográfico sino también de cambios a nivel económico, político, cultural, social que afectan tanto a la entidad móvil–los inmigrantes como las que aparentementepermanecen estáticas—la sociedad donde se establecen así como a la de origen. Esto hace queel fenómeno migratorio pueda ser explicado através de las articulaciones sociales en perpetuocambio, lo que remite a estructuras de poderlocales, regionales y globales, y a cambios en laeconomía política de un mundo interconectado.Estudiar la migración, por lo tanto, es indagar sobre procesos conectivos entre varios estadosnación.
Esta concepción teórica se refleja en lametodología de campo: si estudiamos algo quese mueve y que promueve movimiento, debemosentender el proceso desde dentro y desde fuera yseguir lo que se mueve. Mi metodología por lotanto combina la historia—tanto la oficial como labasada en la memoria personal y la etnografía– tanto la convencional como la virtual. Al seguir apersonas, objetos, y hasta metáforas – al decir deMarcus (1995) – necesito repensar modelos deespacio humano y no solo lugares geográficos;necesito repensar modelos de tiempo, y no solodiacronizaciones.
Finalmente, no solo me interesa la producción del conocimiento: considero que esta tarea intelectual está profundamenteretroalimentada por procesos de difusión y usodel producto antropológico. Indagar sobre la interrelación entre los problemas teóricos y prácticos
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constituye un reto para el antropólogo social contemporáneo, ya que no trabajamos aisladamenteen la producción de conocimiento sino en relacióncon entidades financiadoras, el Estado, clientesfuera de la academia, usuarios de museos, etc.
Considero que un desafío importante paralos estudios de migración contemporánea es elpoder trascender el foco en las características delinmigrante y hacer hincapié en los mecanismosde su articulación con la sociedad de destino. Losprocesos de construcción de la alteridad (Boivin,Rosato, Arribas, 2004) obligan a repensar no soloa “los otros” sino también a un “nosotros”, lo cualabre importantes interrogantes sobre la sociedadreceptora: Somos tan homogéneos como decimos? Como pensamos que debieran comportarselos “otros”? Hay gradaciones entre los “otros”?Tanto las políticas sociales como el discurso popular contienen ideaciones sobre el proceso decambio que debiera transitar el extranjero paraser aceptado como un nativo. Utilizando conceptos tales como integración, asimilación, aculturación, transculturación, para nombrar los másmentados, se le ofrece al inmigrante un caminopara cumplimentar la expectativa de la sociedadmayor: que minimice la diferencia y abrace la similitud. Pero raramente escudriñamos las características del referente a quien pensamos quedeben parecerse. Se hace más hincapié sobre lanecesidad del cambio parecerse a—que de definir el estadio social final. Y aquí es donde las estructuras de poder tienen tanta relevancia: porquela exigencia de convertir la alteridad en semejanza es mayor respecto de poblaciones de escasosrecursos. Las ideologías y políticas públicas sobre la incorporación inmigrante difieren según elmomento histórico en que el estadonación recibeal inmigrante y según su origen socioeconómico,étnico, ocupacional y educacional del inmigrante.En otras palabras, la ideología sobre la alteridad ylas prácticas de incorporación son desiguales para diversas categorías de extranjeros, cualquierasea su mecanismo de incorporación a la sociedadde destino. Me interesa entender los procesosque conectan estas dos entidades o sea entenderlos procesos de construcción de la identidad inmigrante dentro del contexto de las políticas e ideologías de la sociedad mayor que formulaexpectativas sobre el ciclo de vida del extranjero.La construcción del “otro” como diferente es unsímbolo de la politización de las ideologías lo cual
contribuye a explicar por qué las expectativasrespecto de la conducta del inmigrante sean diversas. Paso entonces a los casos ilustrativos.I. Articulación Social Híbrida: El Caso de losGauchos Judíos
Utilizo este caso para comprender los procesos de articulación social inmigrante que resultan en la construcción de una identidad nacionalpero entiendo el término “gaucho judío” metafóricamente, como una estrategia de integración queglorifica a los gauchos como argentinos auténticos. Cuando aparece el término, el gaucho cimarrón estaba en proceso de desaparición comotipo humano, y el gaucho era más bien el eficiente conocedor de la naturaleza que encontrabanlos recién llegados. La ideología gauchesca tradicionalista glorifica un gaucho mítico y no real,presentando una versión a histórica del pasado,donde se minimiza la discriminación de esta población. Entendiendo al objeto de investigación deeste modo, consideré oportuno combinar una etnografía sobre el pasado con una del presente.La primera me permitió acceder a la memoria, elpasado biográfico, para reconstruir la historia social de un pueblo a través de su articulación conla región y los países de origen de los inmigrantes. La etnografía del presente me permitió comprender cómo diversas versiones del pasadojustificaban la organización social actual de esepueblo.
Me interesé en reconstruir la historia social del pueblo de Villa Clara retrospectivamente,desde la perspectiva de sus residentes en el momento del estudio para comprender el impactoque tuvo la inmigración europea del siglo diecinueve en la construcciónón de la identidad nacional. Villa Clara se establece como el centroetnográfico, pero la diversidad étnica y de clasepermiten entender la historia social del pueblo como la versión local de las políticas migratorias delgobierno argentino que equiparaban lo europeocon la civilización y el buen gobierno con el incremento de la población, especialmente la blanca,en áreas rurales en el siglo XIX. Esos eran lostiempos en que el campo estaba despoblado, enque se quería introducir la agricultura, en que elgaucho era el personaje despreciado, entendiéndose su nomadismo como barbarie y su ansia delibertad como negadora de la autoridad guberna
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mental.Pero la historia de Villa Clara no podría
comprenderse totalmente sin la de Entre Ríos,donde muchos inmigrantes europeos se establecieron en colonias agrícolas resultado de la migración organizada mucho antes de lafundaciónón del pueblo de Villa Clara. La provincia de Entre Ríos llevó la delantera en el reclutamiento activo de inmigrantes, usando estrategiastales como legislación favorecedora de la colonización agrícola, transporte gratis desde BuenosAires al lugar de asentamiento y hasta enviandoemisarios a Europa para atraer mano de obra experimentada en la industria agrícola. Ya en 1860Entre Ríos había aprobado su propia constituciónque promovía la colonización agrícola, gesta comenzada por el Gobernador Urquiza para animara otros terratenientes a vender o arrendar tierra aaquellos que se comprometieran a practicar laagricultura.
Simultáneamente a la inmigración espontánea e independiente, las políticas migratorias estimulaban la inmigración de gruposfamiliares a través de colonizaciones agrícolasorganizadas. Entre 1853 y 1857, el GobernadorUrquiza fundaba las dos primeras con vascos yalpinos (que terminaron siendo italianos, suizos yfranceses, después de la formación de esos estadosnación). Expulsados por la pobreza, las familias numerosas, el desempleo, la confrontaciónentre protestantes y católicos, vascos y alpinosconsideraron la emigración como una alternativaatractiva.
La segunda ola de inmigración europea enEntre Ríos comenzó en 1876 y estaba conformada por alemanes conocidos como alemanes delVolga ya que sus antepasados efectuaron unadoble migración: a Rusia a finales del siglo 18 y alfinalizar cien años de privilegios, a la Argentina.La tercera ola estaba constituida por belgas quellegaron a Entre Ríos en 1881, compartiendo conlas inmigraciones anteriores su experiencia enagricultura y las barreras que encontraban en supaís de origen para practicar una agricultura sustentable. Recién la cuarta que terminó siendo laúltima ola de inmigración europea organizadacon fines de colonización agrícola llegó a EntreRíos a finales del siglo diecinueve con diversosgrupos nacionales de Europa Oriental que profesaban la religión judía. Esta ola compartía tresmetas con las migraciones organizadas anterio
res: el acceso a la tierra, la educación de los hijosy el derecho a practicar su religión libremente.También compartían con los alemanes del Volgauna historia de discriminación y expulsión duranteel reinado de los zares rusificadores.
A pesar de las semejanzas, los grupos nacionales que profesaban la religión judía se diferenciaban de las cohortes anteriores en cuanto laemigración era una estrategia de sobrevivencia,ya que la emigración automáticamente negaba elderecho de regresar al país de origen. Ello explica porque, a pesar que la empresa filantrópica delBarón de Hirsh prefería traer solo agricultores,muchos de los aceptados no contaban con esaexperiencia en su haber.
La historia de Villa Clara comienza con lacolonización agrícola establecida por la JewishColonization Association en Entre Ríos. Comoocurre con la historia de otros pueblos en la Argentina, existe una fecha de fundación (el 27 deenero de 1902, cuando el primer tren pasóó por larecién inaugurada Estación Clara). Desde entonces, la política económica y el desarrollo institucional local se entrelazan íntimamente con lahistoria del ferrocarril.
Las primeras calles del pueblo eran caminos barrosos cuyo recuerdo evocaban el atrasoen la mente de mis informantes—un ejemplo dela selectividad de la memoria que tiende a comparar el pasado con el presente donde asfalto implica progreso. Contrastando con esta visiónretrospectiva de los problemas de infraestructuraque enfrentaba el pueblo, los informantes señalaban a la fundación de instituciones (escuelas,cooperativas y asociaciones de crédito) como unindicio indiscutible del desarrollo de Villa Claraque termina constituyéndose como centro económico y social del centro de Entre Ríos. La sociabilidad y articulación de criollos con europeos sedaba tanto durante la producción como la comercialización de productos, durante los trámites administrativos y, porque no, también durante losentretenimientos como los bailes de campo.
Hasta mediados de la década de los cuarenta, la poblaciónón residente en Villa Clara estaba constituída predominantemente porindividuos oriundos de Europa Oriental de religiónjudía, pero a partir de los años cincuenta la deserción rural resultó en movimientos poblacionales que afectaron el desplazamiento depoblaciones rurales de manera inversa. Muchos
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de los colonos traídos por Hirsch se trasladaban acentros urbanos mientas que los colonos suizos,franceses, belgas, italianos y alemanes asentados en la región lindante con Villa Clara se mudaban al pueblo. Siguiendo a estos éxodos óbuscando mejores condiciones de vida, muchoscriollos también se asentaron en el pueblo que seconvirtió en un verdadero crisol de etnias y clasessociales. Con el correr del tiempo, las diferenciasétnicas y religiosas perdieron importancia encomparación con las de clase social que son evidentes en el trazado del pueblo. Así, el centrocontinúa siendo el espacio ocupado por hijos deinmigrantes de clase media y la periferia concentra ranchos (hoy remplazados casi en su totalidadpor proyectos públicos de vivienda). Las distinciones étnicas y sociales del pasado siguen existiendo y se reflejan en conflictos yenfrentamientos acerca de la definición de patrimonio, tal como se presenta en el museo, o en lacelebración de los aniversarios del pueblo, especialmente el centenario.
Pero volvamos a la frase Gaucho Judío,símbolo de la articulación social del nuevo inmigrante con el tipo social en la zona de asentamiento, los gauchos, una categoría reservada enese entonces para personas de escasos recursosy tradicionalmente marginalizada por la estructurade poder. Como otros inmigrantes, los reciénllegados de Europa Oriental no estaban solos enel campo, ni era la colonia un enclave injertado enel espacio. Más bien, los inmigrantes tenían queinteractuar con los criollos en el campo, con losempleados argentinos en los centros administrativos, con los dueños de las grandes estancias ycon los diversos inmigrantes asentados en la región. Pero para los esta última migración organizada asentada en Entre Ríos, el grupo humanocon mayor relevancia cotidiana era criollo. Al decir de un informante:
Los criollos, los nativos, todos los que trabajaban los campos, ya sabían hacer el trabajo máspesado, puesto que así era como se ganaban lavida. Cuando la gente nueva llegó, los criollosles enseñaron a uncir el buey al arado y a enlazar. Cuando la gente de aquí, los criollos, los nativos y los indios, vieron que los nuevos noentendían el idioma, muy espontáneamente congestos y signos les ayudaron a limpiar el terrenode árboles y maleza, para aprovechar lo mejorde la tierra.
Mientras que algunos criollos eran contratados individualmente, sea por temporada ó pordía, a menudo eran familias enteras las que seasentaban en la colonia para trabajar para losnuevos dueños de la tierra, los inmigrantesjudíos. Así, en el curso de la vida diaria, los trabajadores criollos se constituían en el referentesocial más inmediato de la cultura argentina paralos inmigrantes. A pesar de las diferencias culturales, los criollos y los judíos se necesitaban unosa otros ambos tipos sociales arrastraban vulnerabilidades del pasado y enfrentaban marginalidad en distintas dimensiones de la sociedadargentina del presente. Esto motivó la constitución de una relación simbiótica extensiva a los hijos de los inmigrantes judíos, que adoptaronalgunas costumbres del gaucho, tales como ocupación, vestido y lenguaje. Aunque esta transculturación se aplica casi exclusivamente a loshombres, puesto que las mujeres se involucrabanmenos en la vida pública, la frase gaucho judío seconvirtió en una metáfora de adaptación rápida yexitosa a la sociedad nacional. Como tipo humano, el gaucho judío surgió de una combinación defactores: la necesidad estratégica de adaptacióna las nuevas condiciones de vida, el estar expuesto diariamente a la cultura del gaucho, y elprofundo deseo de los hijos del inmigrante de integrarse y romper con las reglas estrictas impuestas por sus antepasados. Un gaucho judíome lo explicó así:
Nuestros padres y abuelos inmigrantes respetaban sus ritos de alimentación (kosher). Nosotros nacimos en Argentina y socializábamos conlos criollos a quienes tratábamos de imitar en todo y que eran excelentes para asar carne. Nosotros comíamos la carne que ellos compartían connosotros.
La expresión gaucho judío entonces surgepara designar la identidad híbrida de la primerageneración de inmigrantes oriundos de EuropaOriental que, habiendo nacido en la Argentina,desarrolló un sentido de pertenencia a la nación.Fue Gerchunoff quien acuñó la frase como títulode una colección de viñetas sobre la vida rural enEntre Ríos publicada en 1910. La frase compuesta inmortalizó la exitosa incorporación de losinmigrantes judíos a la sociedad política argentina, y si Gerchunoff hace alarde de la habilidad de
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los recién llegados para integrarse con los gauchos, como sostiene la historiadora Bernasconi,la visión fue especialmente exitosa al dejar apareados para siempre dos conceptos que los nacionalistas y los xenófobos considerabanmutuamente excluyentes – ó sea, era impensableser gaucho si uno era inmigrante. La frase también resulta particularmente efectiva para demostrar que los judíos eran iguales a los otrosinmigrantes europeos a Entre Ríos en el siglo 19.Gerchunoff demostró una extraordinaria astuciapolítica al publicar “Los Gauchos Judíos” coincidiendo con la celebración del primer centenariode la independencia nacional, cuando los crecientes movimientos nacionalistas intentaban popularizar una imagen de las colonias inmigrantescomo entidades social es aisladas culturalmentedel país.
Sugiero que la frase gaucho judío debeser entendida en dos sentidos: como declaraciónpolítica en 1910 y como metáfora de un tipo deincorporación inmigrante. Pasemos a revisar loscambios históricos experimentados tanto por losgauchos como por los judíos. Como tipo social, elgaucho experimentó cambios desde que la Argentina se independizó de España el gaucho nómade era considerado un bárbaro—entendidocomo incivilizado, que actuaba con independencia de todo poder político. Subyugado y expulsado de la tierra como las poblaciones indígenas, elgaucho había pasado a ser empleado de estancias y luego de las colonias inmigrantes. En 1910el gaucho era aclamado por los nacionalistas yxenófobos como el “auténtico” argentino, y el quefuera el errante primitivo de las pampas fue transformado en el representante de la “verdadera” Argentina, en contraste con el extranjero, de quiense sospechaba era el que incitaba a la lucha porlos derechos de los trabajadores y la sindicalización obrera.
Los judíos, por otra parte, no aspirabanuna integración a un sector de la población argentina considerado pobre, inculto, marginado.Todo lo contrario, como lo demuestra una fraseque se usaba para describir a los agricultoresjudíos de las colonias como “el que siembra trigoy cosecha doctores”. La mayoría de los recién llegados deseaban que sus hijos dejaran la agricultura y adquirieran educación para convertirse enprofesionales o comerciantes. Los judíos referentes de la frase “gaucho judío” eran agricultores
pacíficos bien adaptados a la nación y a su cultura. Sin embargo, a pesar de compartir algunoselementos culturales, el “gaucho judío” estaba lejos de ser un “gaucho criollo”, ó sea desposeído,marginalizado, pobre y empleado por los dueñosde la tierra de turno. Más bien, el gaucho judíoera un colono de la Jewish Colonization Association que vivía de trabajar la tierra que pagaba aduras penas mes a mes, aunque aspirara poseerla alguna vez.
Así, por una parte, la metáfora “gauchojudío” es emblemática de un tipo de articulacióninmigrante a la sociedad mayor: la asimilación esuna estrategia de sobrevivencia que no necesariamente resulta en una aculturación completa.Pero, por la otra, la metáfora también simbolizalos cambios ideológicos en la Argentina respectodel extranjero y el proceso de argentinizacióndentro de las categorías de inclusión y exclusiónprevalentes. Pasemos ahora al Segundo caso dearticulación social.II. Articulación Social basada en IdeologíasAsimilacionistas: El Caso de los Barrios Inmigrantes Marginales en los EEUU
Como otros antropólogos urbanos, utilizoel caso etnográfico para ahondar en la comprensión de temas sociales en barrios con preponderancia de poblaciones inmigrantes de escasosrecursos en Nueva York y Washington – dos ciudades donde he vivido por largos períodos detiempo que puedan contribuir a la formulacióny/ó implementación de políticas públicas. Paraeste caso, reconstruyo la historia de un espaciosocial utilizando fuentes históricas, tanto escritascomo orales, para entender la articulación de unbarrio con la ciudad entera y de alguna maneracon la nación. En Nueva York, por ejemplo, lahistoria de Harlem del Este se remonta a la de laspoblaciones indígenas (parte de los Delaware)anteriores a la llegada de los europeos conquistadores y de la inmigración proveniente de Irlanda,Alemania, Europa Oriental e Italia. En los cincuenta llega a Nueva York una oleada masivadesde Puerto Rico. Además de la confluencia deidentidades de clase, lugar de origen y etnia, lospuertorriqueños se caracterizan por dos indicadores adicionales de estratificación social: su asentamiento en un espacio marginal en una ciudadque concentra riqueza y la creciente pobreza ur
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bana al disminuir las industrias que emplean mano de obra no calificada a partir de los setenta.
Ahora bien, los límites de los barrios – como las personas que los habitan – cambian con eltiempo; el espacio social se contrae ó se expandede tal modo que frecuentemente parece no existiruna congruencia entre los límites trazados porinstituciones prestadoras de servicios ó por undistrito administrativo. Por eso, delimito el espacio de estudio a través de datos poblacionales einstitucionales y en segundo lugar a través de lainvestigación etnográfica que me permite contextualizar espacialmente la experiencia de los residentes del barrio a través de la comprensióninsitu del impacto que ejerce la estructura social,la economía política, la prestación de servicios(salud, educación, vivienda y organizaciones comunitarias) en la vida diaria. Una vez delimitadoel espacio a estudiar institucional y experiencialmente, la etapa de recolección de datos sobre temas sociales utiliza la etnografía que incluye elhacer campo utilizando el mapeo etnográfico, encuestas con validación etnográfica, historias devida, entrevistas usando fotografía y videos.
Durante el proyecto en Harlem, NuevaYork, surge la siguiente pregunta: Qué hacer contodo este material amén de publicarlo en mediosespecializados? En mi trabajo con inmigrantesen barrios marginales, he podido valorar la utilidad de las metodologías visuales tanto para la recolección de datos como también para la difusióny debate del producto antropológico con públicosmuy diversos. Tres metodologías visuales me hansido particularmente útiles: la fotografía, el video yla exhibición museológica. Descubrí el valoragregado de la fotografía a la entrevista etnográfica de manera puramente casual. Al llevar fotostomadas en espacios públicos ó en la privacidadde los hogares que visitaba, pude constatar quelos informantes proyectaban sus propias vivencias mientras observaban las fotos. Era como siconversaran con las fotos, en vez de conmigo, ynotaba que se explayaban sobre sus vidas máslibremente que cuando establecíamos un contacto cara a cara. Basada en esta observación, elaboré una guía de entrevista compuestaexclusivamente por fotos, ó sea un instrumentode entrevista visual, y lo utilicé sistemáticamentepara entender el significado de la condición inmigrante durante el ciclo de vida de individuos residentes en un barrio marginal como tema
importante de gestión. Pude así comparar y contrastar las necesidades de la población definidaspor la estructura institucional con las basadas enla experiencia personal.
Combiné fotos y videos con citas etnográficas para preparar exhibiciones diseñadas paramuseos históricos, como el Museo de la Ciudadde Nueva York y la Institución Smithsonian enWashington, teniendo como objetivo que el informante hable directamente con el público, sin miintermediación ó interpretación. Las fotos ayudana contar el producto antropológico desde las paredes y computadoras y se contextualizan con citas de entrevistas. Esto me permite divulgar elconocimiento local basado en sus interpretaciones de mi representación visual de su espacio.Por ejemplo, debajo de una foto de un edificio conmuchas ventanas tapiadas, hay tres citas que sondiferentes lecturas de lo que los informantes interpretan:
El proyecto municipal ahora mismo está todos los meses subiendo. ¿Cuando tú has vistouna persona mayor en un proyecto de la ciudadpagando 500 pesos?
Estos son edificios vacíos…lo que quierenes que la gente se mude para ellos arreglarlos ypedir 500 para arriba.
No se sabe a dónde va a parar El BarrioLos videos permiten sumar el sonido a la
imagen. Cuentan con la ventaja de una mayorportabilidad que los paneles con fotos y citas ycontribuyen a aportar datos vivenciales a la institución ó agencia donde se quiera dar una charla oarmar una consulta popular. Pensar el conocimiento antropológico como producto visual enfotos y videos para su difusión en escuelas, museos, organizaciones comunitarias, etc. –aportatres elementos que retroalimentan la investigación antropológica: uno, difundir la investigaciónetnográfica en el contexto de otros saberes, comoel histórico y poblacional; dos, pensar “como lodigo” ó sea como cuento lo que aprendí como antropóloga en un lenguaje comprensible a públicosmás variados; y tres, cuestionar estereotipos sobre los inmigrantes.
Trasladé este conocimiento a barrios circundantes al campus universitario de la Universidad de Maryland donde en colaboración concolegas y estudiantes, intenté buscar maneras deutilizar el conocimiento etnográfico para contra
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rrestar la visión propagada por medios periodísticos, que estereotipan al inmigrante como un latinoamericano indocumentado y borracho.Preponderantemente originaria de Centro América, especialmente de El Salvador, la población inmigrante del condado de Prince George’s cuentatambién con una gran diversidad de inmigrantesde Asia y África. En el 2011 inauguré una exhibición titulada “Experiencias Migratorias en el Condado de Prince Georges” para proveer de datoshistóricos y etnográficos sobre la población inmigrante, con el objetivo de crear debate sobre eltema, y contribuir a contrarrestar generalizacionesinadecuadas y simplistas del inmigrante. La exhibición cuenta con dos secciones: una, panelesque describen cronológicamente la historia de lainmigración a los Estados Unidos, al estado deMaryland y al condado de Prince Georges y dos,un video que ilustra las experiencias personalesde los inmigrantes provenientes de Latino América, Asia y África. Se trata de una exhibición itinerante destinada a difundir informacióndemográfica, histórica y etnográfica como disparador para establecer diálogo sobre el tema inmigratorio, blanco contemporáneo de furiososdebates nacionalistas, utilizando espacios públicos, como agencias de gobierno, bibliotecas, ycentros comunitarios. Pasemos ahora al tercercaso.III. Articulación Social sin Expectativa de Asimilación: El Caso de los “Expats” Estadounidenses
Los movimientos migratorios pueden conceptualizarse como una metáfora de las conexiones entre Estados que, materializadas en lacirculación de bienes, servicios, ideas, y personas, acusan diferencias de poder. El estudio dela movilidad humana, sin embargo, se ha concentrado en una categoría poblacional las migraciones laborales, y en una direccionalidad las migraciones dirigidas hacia países centrales.En el caso que presento a continuación, intentorevertir este modelo de estudio centrándome enuna categoría de movilidad humana poco explorada tanto por investigadores como por el Estado:el flujo migratorio de elites originado en “paísescentrales”, como los Estados Unidos, con destinoa países como la Argentina.
La terminología utilizada usualmente para
designar a los estadounidenses en el extranjeroes “expat”, la versión abreviada de expatriados,en lugar de inmigrantes. Derivado del latín expatriare vivir fuera de la madre patria , el términofue apropiado originalmente por los funcionariosdel gobierno colonial británico enviados al extranjero, y en la actualidad el término se ha extendidoa los extranjeros de clase media, muchas vecesde habla inglesa con las siguientes características: uno, alto nivel de educación y entrenamiento profesional que abandonan su país de origenpara mejorar su carrera ó su estilo de vida; dos,planificación de una estadía temporaria; y tres,certeza sobre el retorno, independiente del éxito ófracaso de la estadía. Quizás estas características expliquen porque el expat piensa en “irse”, noen inmigrar, como una alternativa, no como unpunto final. Si bien no todos los estadounidensesutilizan la categoría expat para autodenominarse,es el término utilizado en sitios virtuales para elintercambio de bienes y servicios y la convocación a eventos.
El interés por los expat ha alcanzado a losmedios de difusión, aunque aún no a los investigadores. En una nota reciente en La Nación,leemos que “dentro de la jerga migratoria se haimpuesto la denominación ‘expat’ para nombrar aquien reside de manera temporal o permanenteen otro país, con la particularidad de que lo haceno por razones políticas o económicas, sino porpuro gusto”. El artículo, titulado “Argentina, tierrade inmigrantes VIP” los describe así: “Tienen dinero, vienen de países centrales y eligen quedarse acá. Aunque perciben una inseguridadcreciente, cada vez son más los inmigrantes debuen pasar que se radican en el país, alentadospor el tipo de cambio y un ambiente amigabledonde ven mucho por hacer” (La Nación,2010).
El Ministerio del Interior también confirmael notorio aumento de los estadounidenses en elpaís: las radicaciones permanentes, más elevadas que las temporarias, se duplicaron durante elperíodo 20042009, colocando a los EEUU en eloctavo lugar dentro de una lista donde los únicospaíses nolimítrofes eran EEUU y China (Ministerio del Interior, 2009). Estas cifras, naturalmente,no incluyen aquellos que han permanecido en elpaís con visas expiradas que se estiman en varios miles de individuos.
Mi investigación con expats en Buenos Aires cruzó varias metodologías, incluyendo etno
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grafía, encuesta, observación participante deeventos sociales y espacios donde concurren losexpats, análisis temático de los medios de difusión que cubren el fenómeno; análisis de datosestadísticos sobre los extranjeros en la Argentina;entrevistas con personal de la Embajada de losEstados Unidos en Buenos Aires, con líderes deorganizaciones de expats y con diversas categorías de estadounidenses.
Veamos lo que cuentan algunas historiasde vida: Para Laura, las circunstancias condicionan la pertenencia a un país: nos cuenta “soy unapersona que de casualidad soy de los EstadosUnidos pero que elegí vivir en Argentina”. Mauricio se autoidentifica como “un ciudadano delmundo”, antes que un estadounidense. Annie,originaria de un país del Commonwealth estadounidense nos cuenta que se sentía como “una inmigrante cuando vivía en los Estados Unidos”pero en Argentina se siente estadounidense. YBettie nos asegura “no dejo de ser una estadounidense sólo por no vivir en los Estados Unidos”.
Cómo perciben los informantes a los Estados Unidos mientras residen fuera de sus límitesgeográficos? Todos mis informantes expresaronestar insatisfechos con algunos aspectos de lacultura ó estilo de vida estadounidense. Porejemplo, Laura considera que la Argentina es unlugar “más amigable” para criar a los hijos y quelos Estados Unidos se volvió muy nacionalistadesde el 11 de Septiembre. Mauricio y Bettiepiensan que el trabajo les consume la vida a losestadounidenses, por lo cual pierden oportunidades de hacer lo que realmente quieren hacer. Annie usa su experiencia personal para manifestarsu preocupación sobre el racismo en los EstadosUnidos, particularmente hacia los Afroamericanosy los Latinoamericanos.
Estos datos llevan a reflexionar sobre dostemas relevantes al estudio de la migración: nospreguntamos si la conceptualización de la “otredad” y los procesos de articulación deberían repensarse en relación con la categoría demigrante. Pareciera ser que el expatriadoconstruye una identidad de extranjero antes dedejar los Estados Unidos ya que está más abiertoa experiencias fuera del país, lo que los hacesentirse diferentes de sus pares en los EstadosUnidos y a la vez disfrutar de esa diferencia. Sinembargo, es su vida cotidiana en el país de destino la que enmarca su identidad personal como
expatriados. Laura no se autodenomina expatriada porque su empleador no la considera una extranjera por estar casada con un argentino. Sinembargo, no se percibe como una argentina tampoco, aunque su marido e hijos lo sean. Annieasocia la condición de expatriada con un mejornivel de vida en Buenos Aires puede acceder aun departamento amplio, enviar a sus hijos a escuelas privadas y pagar una empleada doméstica. Para Mauricio y Bettie, la condición deexpatriados es una estrategia de marketing paralos negocios y el liderazgo organizacional. Sibien los informantes definen la condición de expatriado de diversas maneras, la sociedad mayorlos aglutina como estadounidenses y esto suavizalas diferencias étnicas y de clase que se les imputan al vivir en los Estados Unidos color de lapiel, origen nacional, clase social, etc. En resumen, si los expats perciben diferencias socialesentre sí mismos cuando residen en los EstadosUnidos, cuando se desplazan al extranjero y lasociedad mayor los engloba como estadounidenses, ellos se identifican como miembros del mismo grupo. Es entonces cuando tienden areafirmar su condición de estadounidense conectándose entre sí, sea virtual o personalmente.
Cómo se relaciona la construcción de símismo que tiene el expatriado con su entendimiento del “otro”? Cómo cambian las distintascategorías del “otro” cuando los estadounidensesestán residiendo en el extranjero? Y cómo impacta esta reevaluación de sí mismos como“otro” en el imaginario de los expats dentro de losEstados Unidos? Dicho en otros términos: Quédiferencia existe entre un individuo originario deun país de acogida masiva al extranjero cuandoéste se muda a un país donde los flujos emigratorios resultan mayores que los inmigratorios? Cómo se autopercibe un individuo de un país“central”, como es usualmente caracterizado Estados Unidos, cuando reside en un país “nocentral”, por decirlo de alguna manera? Cuáles sonlas semejanzas y diferencias entre un estadounidense y un boliviano en Argentina? Cómo juegala clase social y la etnicidad del individuo con losdiscursos políticos sobre la inmigración y la globalización? Habiendo crecido en los EstadosUnidos y experimentado la alteridad especialmente a través de los grandes flujos inmigratorioshacia ese país, ¿cómo y en qué medida se perciben a sí mismos como "otros" cuando se encuen
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tran en otras tierras? ¿Cómo se compara esaconstrucción del "yocomootro" con las experiencias de la otredad que pudieran haber tenidomientras crecían en los Estados Unidos?
La motivación para dejar los Estados Unidos en una etapa específica del ciclo de vidatambién refleja la economía política global. Deeste modo, un joven profesional puede trasladarse ya sea buscando un avance en su carrera ópara escapar a la recesión de los mercados detrabajo en países centrales, mientras que un trabajador de más edad podría decidir que los beneficios de su jubilación rinden más fuera quedentro de su país de origen. En cuanto la decisiónrefleja aunque sea en parte un cálculo económico, los estadounidenses en el extranjero son similares a los inmigrantes económicos en losEstados Unidos. Existen, sin embargo, dos diferencias importantes: los emigrantes estadounidenses son predominantemente de clasemediaalta y no se perciben como inmigrantes enel país de residencia.
Sugiero que el expatriado sólo cambia losprincipios básicos de la cultura de Estados Unidos para adaptarse a la vida cotidiana fuera delas fronteras territoriales del estadonación sin intentar transformar su acervo cultural como condición inherente a su incorporación a la sociedadmayor. Obviamente, el cambio mayor es vivir enuna cultura donde el castellano es el idioma oficial de comunicación, lo que genera una preocupación por la educación bilingüe de los niños.Pero también los expats encuentran que puedendisfrutar de privilegios a los que no podrían acceder en los Estados Unidos, como el poder adquisitivo necesario para contratar personaldoméstico. En cierto modo, el expatriado es unhíbrido entre turista, inmigrante y residente temporario. Consideremos las siguientes características: en primer lugar, hay un elemento de elecciónen la decisión de mudarse, es decir no existenfactores traumáticos de expulsión que provoquenla decisión de dejar el país de origen. Al contrario,la decisión parecería responder a la necesidad deexpandir horizontes trasladándose a otras geografías como medio de autoexploración. En segundo lugar, los expatriados parecen concebir suelección como transitoria incluso cuando la estadía puede llegar a ser permanente, como ocurrecon el matrimonio y el tener hijos. La persistenciaen la utilización del término “expatriado” sugiere
un acomodamiento a las circunstancias de vidapresentes, a diferencia de la exigencia de la sociedad mayor a los inmigrantes, donde el mensaje es que el compromiso a largo plazo predice elproceso de incorporación a la sociedad de destino. En otras palabras, no se concibe a un inmigrante como un turista. Podrían ser “pájaros depaso”, como Piore (1979) conceptualiza a la población migrante golondrina que cruza de Méjicoa los Estados Unidos durante las cosechas? Dehecho, en tanto residente temporario, tanto connacionales como anfitriones tienen expectativaslimitadas de integración, por ejemplo, con respecto al dominio del idioma oficial en el país de destino o a la adopción de formas de vida locales.Reflexiones Comparativas
Sometamos estas características imputadas a los expats a la comparación con otras categorías de personas viviendo lejos de su país denacimiento. La primera similitud es con los inmigrantes, en tanto muchos de ellos se aferran almito del retorno al país de origen a lo largo de suciclo de vida, independientemente de la duraciónreal de su estadía en el país de destino. Peroaquí es notable una diferencia ya que, si el inmigrante concibe el retorno como una posibilidad afuturo, para los expatriados estadounidenses elretorno no es posibilidad sino certeza—ellos hablan de mudanzas, no de migraciones porque noimaginan que se les cierren las puertas en los Estados Unidos. A este respecto, los expatriadosparecerían parecerse más al personal profesionaly técnico de organizaciones internacionales óembajadas en los Estados Unidos, que construyen una idea de "hogar" como un lugar al que regresarán una vez que hayan terminado sucontrato de trabajo. A diferencia de la mayoría delos inmigrantes económicos en los Estados Unidos, el expatriado tiene una opción real de volvera su país de origen, incluso si ese regreso nuncase realizara; de hecho, en la medida en que elexpatriado no percibe su relocalización como unamigración, no puede entender la categoría de regreso en la misma forma que la concebida por losinmigrantes.
Otro eje de comparación es con respectoa las expectativas sobre los modos de incorporación a la sociedad de destino. El expatriado noes presionado por la sociedad de destino a con
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cebir su propia cultura como una identidad a serdescartada, algo que les sucede a muchos inmigrantes de clase obrera en los Estados Unidos yArgentina. Más bien, el expatriado considera yse le hace sentir que su cultura se asemeja a lacultura bonaerense de clase media y que es bienvenido. Los inmigrantes en los Estados Unidosson presionados a cumplir con las expectativasnoescritas de la sociedad mayorque su propiacultura es una carga, algo de lo que deben desprenderse y remplazarla con la cultura del mainstream, término que raramente es definidoclaramente. Debido a las diferencias señaladas,cuando el expatriado se muda al extranjero, sucultura de origen termina siendo una ventaja y nouna carga.
Estas consideraciones demuestran que eltema migratorio raramente indica una problemática individual sino que remite procesos de intercambio entre países receptores y emisores y, porende, a relaciones entre naciones interdependientes aunque insertas en distintos momentoshistóricos, modelos de desarrollo, y desequilibriosde poder. El modelo tradicional en la investigaciónsobre la migración es el flujo laboral no calificadohacia países centrales. Para poder comprender ladinámica migratoria en toda su complejidad, debemos ampliar el modelo y estudiar inmigrantesen todos los espacios que ellos ocupen. El proyecto sobre los estadounidenses en la Argentinaque comparto aquí invita a repensar el campo delos estudios migratorios. Indagar sobre la composición y direccionalidad de los desplazamientosque estudiamos puede abrir nuevas formas depensar las teorías de incorporación a la sociedadmayor. Si los movimientos migratorios reflejan lasrelaciones entre Estados, tanto reales como imaginarios, la forma y expectativas de integracióndel migrante contribuyen al estudio del Estado,tanto emisor como receptor, ya que la inmigraciónen el país del destino equivale a emigración delpaís de origen.A Modo de conclusión
Me he explayado sobre tres casos de migración internacional para ilustrar los procesos dearticulación social que entrelazan dimensioneslocales y globales de la movilidad humana. Laeconomía política y los marcos ideológicos queencuadran las políticas públicas condicionan las
formas de inserción posible de los nuevos integrantes a la población. En otras palabras, la estructura receptora delimita las alternativas deincorporación de los nuevos residentes, e influencia las construcciones de alteridad y afecta susentido de pertenencia. En cierta manera, sostengo que la incorporación del inmigrante a la sociedad mayor es en gran parte un tema político.
Aunque por supuesto existen variacionesal examinar cada caso especifico, podríamos esgrimir un modelo comparativo de incorporacióndel inmigrante basado en la articulación entre elestadonación receptor y la población inmigratoria. El indicador central de ese modelo sería laideología política del estadonación existente enel momento histórico de la llegada de la nuevapoblación. Cuáles son las expectativas de la sociedad mayor respecto de la incorporación de lasnuevas poblaciones? Esta pregunta está enmarcada en consideraciones de espacio y tiempo, yremite a mecanismos de articulación social de índole política: el inmigrante llega en un momentohistórico de un estadonación, con una definiciónsituada de la alteridad reflejada en ideologías ypolíticas públicas que condicionaran los mecanismos de articulación posibles.
Si bien los tres casos son similares – sontodos inmigrantes internacionales—hay diferencias importantes en varios aspectos. Uno es laclase social: por ejemplo, no es un dato menorque los inmigrantes suizos, franceses, belgas yalemanes vienen como “farmers” mientras que losde Europa Oriental combinan alguna noción deagricultura con la de oficios manuales. Peroconsidero que la mayor diferencia entre los casoses la estructura social e ideología política respecto de la alteridad en el momento histórico en quellega el extranjero. En el primer caso, los “gauchos judíos” necesitaban hacer pública su articulación híbrida al gaucho, el referente de laargentinidad en 1910. Esta estrategia legitimabasu inserción como argentinos, elemento esencialpara su supervivencia: por un lado, las puertasdel retorno al lugar de partida estaban cerradaspara siempre y, por el otro, debían hacer frente anacionalismos xenofóbicos.
En el segundo caso, los inmigrantes aNueva York y Washington practican la transnacionalid“El proyecto municipal ahora mismo está todos los meses subiendo. ¿Cuando tú has vistouna persona mayor en un proyecto de la ciudad
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pagando 500 pesos?"“Estos son edificios vacíos…lo que quieren
es que la gente se mude para ellos arreglarlos ypedir 500 para arriba”.
“No se sabe a dónde va a parar El Barrioadestableciendo lazos simultáneamente con dos estadosnación, el de origen y destino. Pero el crecimiento de la inmigración latinoamericana nocalificada en los Estados Unidos se convierte enel blanco de presiones asimilacionistas por partede la sociedad mayor. Existen diferencias notables, sin embargo, en cuanto la definición políticade los recién llegados: los puertorriqueños residentes en Harlem, Nueva York son ciudadanosestadounidenses aunque con restricciones impuestas por el sistema del Commonwealth. Losinmigrantes provenientes de Latino América, África y Asia de los barrios marginales del área metropolitana de Washington, incluyen uncaleidoscopio de inclusión legal que incluye residentes permanentes, refugiados e indocumentados. A pesar de esta diversidad, la expectativa dela sociedad mayor es que utilicen mecanismoscomo la naturalización, el aprendizaje del idiomanacional y la participación electoral. Para los inmigrantes de mano de obra no calificada quecuentan con escasos recursos y residen en barrios marginales, sin embargo, estos mecanismosno son fáciles de implementar dadas las estructuras de oportunidad vigentes (por ejemplo, losmercados de trabajo segmentados por ocupacióny etnicidad dejan poco tiempo para el estudio dellenguaje que les permitiría acceder a la ciudadanía y por ende al voto).
Consideremos el tercer caso, los expats
estadounidenses. La sociedad mayor no tiene lasmismas expectativas de articulación social paraun quintero boliviano que alquila un puesto dentrode un supermercado coreano, que para un empresario estadounidense que toma café en elStarbucks de Palermo Soho. Eso explica por quéalgunos segmentos de los estadounidenses residentes en Buenos Aires son convocados por lasorganizaciones de expats, y otros se autodefinencomo “estadounidenses que viven en Argentina”aún después de años de permanencia en el país.Su nivel profesional coloca al expat en mejorescondiciones para competir en el mercado de trabajo. Pero es la percepción de tener todas laspuertas abiertas – tanto para regresar al país deorigen como para enraizarse en el de residenciaactual—y el no tener la presión de familiares en elpaís de origen que dependan del envío de remesas lo que contribuye a un mejor nivel de vida delexpat, no solo su poder adquisitivo y nivel deeducación formal. Sería interesante indagarmás profundamente en la clase social como indicador cultural.
En conclusión, hay tres factores que condicionan la articulación social del extranjero a lasociedad de destino al momento de llegada: suclase social en el lugar de origen; la política eideología sobre la alteridad en el lugar de destino;y las desiguales relaciones de poder entre lospaíses de origen y destino. Así, el fenómeno migratorio, en toda su diversidad y complejidad,contribuye a la comprensión de los procesos dearticulación social del inmigrante pero es tambiénun mecanismo para comprender a la sociedad receptora.
Notas* Profesora, Departamento de Antropología, University of Maryland , EEUU ([email protected])1 Alicia Bernasconi, Centro de Migraciones Latinoamericanas, Comunicación personal.BibliografíaBOIVIN, M., A, ROSATO, V. ARRIBAS 2004 Constructores de Otredad. Buenos Aires, Antropofagia.FABREGAS PUIG A. Y R.GUBER 2007 Chiapas en las notas de campo de Esther Hermitte. BuenosAires, Antropofagia.FREIDENBERG, J. 2000 Growing Old in El Barrio. New York, NYU Press._______ 2009 The Invention of the Jewish Gauchos: Villa Clara and the Construction of ArgentineIdentity. Austin, Texas University Press________2009 "Metodologías Etnográficas para el Estudio de los Expatriados Norteamericanos: UnaAproximación Exploratoria". Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos, vol. 6, pp. 219234.
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