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Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares Estudio de la Calidad Ambiental de la Cuenca Alta del Río Manzanares Setiembre 2014 – octubre 2015

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Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

Estudio de la Calidad

Ambiental de la Cuenca

Alta del Río Manzanares

Setiembre 2014 – octubre 2015

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

Índice

1. JUSTIFICACIÓN ...................................................................................................................... 1

2. DESCRIPCIÓN DEL MEDIO FÍSICO...................................................................................... 1

2.1. Regionalización ecológica .................................................................................................. 1

2.2. Factores climáticos y bioclimáticos ................................................................................... 2

2.3. Bioclimatología .................................................................................................................... 5

2.4. Geología ............................................................................................................................... 6

2.5. Edafología ............................................................................................................................ 8

2.6. Hidrología ............................................................................................................................. 9

2.7. Vegetación ......................................................................................................................... 11

2.8. Fauna .................................................................................................................................. 14

3. GESTIÓN DEL TERRITORIO. IDENTIFICACIÓN DE LOS AGENTES SOCIALES QUE

INCIDEN SOBRE EL TERRITORIO. AAPP QUE LO ADMINISTRAN Y COLECTIVOS CON

INTERESES. ............................................................................................................................... 17

4. DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO REALIZADO ....................................................................... 20

4.1. Definición de indicadores relativos a bosques de ribera ............................................. 20

4.2. Definición de indicadores relativos a la calidad del agua ........................................... 20

4.3 Definición de indicadores relativos a la biodiversidad .................................................. 21

4.4. Transectos a lo largo de la zona de estudio ................................................................. 21

4.4.1. Datos generales ............................................................................................................. 21

4.4.2. Toma de muestras de agua y características físico-químicas ................................. 24

4.4.3. Toma de datos sobre la vegetación de ribera ........................................................... 25

4.4.4. Toma de datos sobre fauna vertebrada e invertebrada .......................................... 26

5. RESULTADOS ........................................................................................................................ 28

5.1. Estado general de las diferentes subcuencas ............................................................... 28

5.2. Especies bioindicadoras ................................................................................................... 31

5.2.1. Nutria paleártica (Lutra lutra) ...................................................................................... 31

5.2.2. Visón americano (Neovison vison) .............................................................................. 33

5.2.3. Turón (Mustela putorius) .............................................................................................. 34

5.2.4. Insectívoros acuáticos. Musgaño de cabrera (Neomys anomalus) y desmán de

los pirineos (Galemys pyrenaicus). ........................................................................................ 34

5.2.5. Mirlo acuático (Cinclus cinclus).................................................................................... 35

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5.2.6. Rana patilarga (Rana iberica ) ..................................................................................... 36

5.2.7. Otros anfibios ................................................................................................................. 37

5.2.8. Galápago europeo (Emys orbicularis) ........................................................................ 37

5.2.9. Otros reptiles acuáticos o semiacuáticos. .................................................................. 37

5.2.10. Lamprehuela (Cobitis calderoni) ............................................................................... 38

5.2.11. Trucha (Salmo trutta fario) ........................................................................................ 39

5.2.12. Bosques de ribera ........................................................................................................ 39

5.2.13. Macroinvertebrados ..................................................................................................... 41

6. DISEÑO Y EJECUCIÓN DE ACCIONES DE INFORMACIÓN Y EDUCACIÓN AMBIENTAL

..................................................................................................................................................... 42

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1. JUSTIFICACIÓN

La cercanía de Madrid ha supuesto desde antiguo la degradación de los ecosistemas de

la Sierra de Guadarrama, dada la proliferación de segundas residencias y la

sobreexplotación de recursos como la madera, la caza, el suelo o el agua.

Las necesidades hídricas de una población pujante y de la masiva construcción de

edificaciones e infraestructuras ha traído aparejada una merma en la cantidad y la

calidad de los recursos hídricos, disminuyendo la cantidad de cursos permanentes,

reduciendo los caudales, contaminando incluso arroyos de montaña cerca de su

cabecera e interrumpiendo el carácter de ecosistema lineal de estas torrenteras

mediante la construcción de presas.

En la zona central de la sierra madrileña, el curso alto del río Manzanares mantiene

aún un alargado sistema fluvial de 16 kilómetros sin presas y con gran calidad de

agua, entre su nacimiento a 2010 metros de altitud en la Cuerda Larga y su

desembocadura a 894 metros de altitud en el Embalse de Santillana, tras atravesar la

localidad de Manzanares el Real. La existencia de un entramado orográfico formado

por varias sierras abruptas ha permitido que tan solo este río conserve un tramo de

gran valor natural en el entorno de las montañas que se vislumbran desde Madrid, a

diferencia de otros cauces como los de los ríos Guadarrama o Guadalíx en su Cabecera.

Dicho estado de conservación ha permitido la existencia de especies animales que

necesitan estos medios bien conservados para persistir, como el mirlo acuático (Cinclus

cinclus), la lamprehuela (Cobbitis calderoni), la trucha (Salmo trutta fario) o la nutria

(Lutra lutra), habiendo colonizado esta última en los últimos año el alto Manzanares.

A esto debemos añadir la probable presencia de otras especies como el turón (Mustela

putorius) o el desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus) con avistamientos en los

últimos años.

Sin embargo, los daños provocados sobre el río tras su paso por Manzanares el Real y

las molestias sistemáticas ejercidas sobre la fauna existente en esta afamada zona de

baño de 10 kilómetros de largo, que en verano soportaba decenas de miles de visitas,

unidas a la expansión del visón americano (Neovison vison, una especie exótica

invasora), ponen en peligro la calidad de los ecosistemas de la Cuenca Alta del

Manzanares. Es de esperar que la prohibición de baño establecida en 2016 contribuya

a la mejora de las condiciones ecológicas del río.

Por estos motivos hemos elaborado un censo de nutria y de otros organismos

bioindicadores de la calidad del agua y de los ecosistemas de la Cuenca Alta del

Manzanares.

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2. DESCRIPCIÓN DEL MEDIO FÍSICO

2.1. Regionalización ecológica

Nos encontramos en la región mediterránea, caracterizada por un clima extremo de

veranos secos y cálidos en el extremo sur del subcontinente europeo, una de las cinco

regiones mundiales con clima mediterráneo junto a zonas de California, Chile,

Sudáfrica y Australia.

La situación de la Península Ibérica, a caballo entre los continentes europeo y africano,

con un relieve muy montañoso que favorece el aislamiento y la especiación, muy

variado litológicamente y con fuerte influencia humana desde hace milenios, ha

provocado la existencia de una rica biodiversidad. El sur peninsular ha sido incluido en

uno de los “hotspot” mundiales de biodiversidad, junto al norte de África, en la región

Bético-Rifeña.

Faunísticamente, se encuentra incluida en el gran reino Holártico, dentro del subreino

Paleártico que incluye la mayor parte de Eurasia y el norte de África. Su posición de

“fondo de saco” occidental de Eurasia y su carácter meridional origina una interesante

conjunción de especies asiáticas y africanas, y norteñas y sureñas, a menudo en su

límite de distribución.

La sierra de Guadarrama, en la que se incluye el área de actuación, bebe de dichas

influencias, con un clima mediterráneo continental con matices atlánticos e incluso

boreales en sus zonas altas, permitiendo la presencia de una fauna y una flora de clara

tendencia mediterránea pero enriquecida con endemismos y con especies propias de

otros medios, acantonadas en estas islas frías y altas dentro de la Península Ibérica.

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2.2. Factores climáticos y bioclimáticos

Las características climáticas de esta zona están influidas por numerosos factores que

interaccionan entre sí:

Situación geográfica. El clima se considera mediterráneo continentalizado,

que se caracteriza por sus grandes diferencias de temperaturas entre el

invierno y el verano, y por sus veranos secos, debido a su distancia al mar.

Además, se ve fuertemente afectado por la existencia en su lado Norte del

macizo montañoso, que modifica el régimen de vientos y las precipitaciones.

Altitud. La altura del relieve modifica sustancialmente el clima de una zona ya

que, al aumentar la cota, se produce un descenso de las temperaturas que va

afectar a otros factores, como las precipitaciones o el tipo de vegetación.

Orografía. La disposición del relieve con respecto a la incidencia de los rayos

solares determina dos tipos de vertientes: de solana y de umbría. La solana,

con orientación suroeste, como es el caso de la zona de estudio, es más cálida

y luminosa.

Régimen de viento y precipitaciones. La presencia de obstáculos

montañosos cercanos afecta al movimiento de las masas de aire y determina la

existencia de dos tipos de vertientes con respecto a la incidencia de los vientos

dominantes: de barlovento y de sotavento. A barlovento se produce un ascenso

del aire, y en consecuencia, un descenso de las temperaturas, que favorece la

condensación y la formación de las precipitaciones. Mientras que, a sotavento,

el descenso del aire aumenta su temperatura y reduce drásticamente su

humedad. Por este motivo, la vertiente madrileña de la Sierra registra un

volumen de precipitaciones anuales considerablemente inferior que las

registradas en la ladera norte.

Además, en la zona existen distintas áreas que pueden considerarse microclimas, por

sus características específicas (lagunas, bosques…).

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Para determinar las características climáticas podemos considerar los siguientes

factores:

Temperatura. La temperatura media anual oscila entre los 13,5ºC de los

cerros expuestos a poniente del entorno del monte de El Pardo, a los 3,5ºC de

las cumbres de Cabeza de Hierro.

Precipitaciones y nubosidad. La precipitación media de la cuenca del río

Manzanares oscila entre los 450 mm. anuales del entorno de El Pardo y los

1.600 a 2.000 mm. de las cumbres de Cabeza de Hierro. Existe un tiempo de

escasez de lluvias coincidente con la época más cálida del año y que da lugar a

periodos de sequía.

Insolación y viento. La zona objeto de estudio se encuentra en la ladera Sur

de la sierra, por lo que se ve favorecida en su insolación y protegida de los

vientos fríos del Norte.

Los datos climatológicos con los valores medios anuales históricos de la zona aparecen

recogidos en la siguiente tabla:

Río Manzanares

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Mes Temperatura media(ºC)

Media de las temperaturas

máximas diarias (ºC)

Media de las temperaturas

mínimas diarias (ºC)

Precipitación media (mm)

Humedad relativa

media (%)

nº medio de días de

precipitación superior o igual

a 1 mm

nº medio de días

de nieve

nº medio de días de tormenta

nº medio de días

de niebla

nº medio de días

de helada

nº medio de días

despejados

nº medio

de horas

con sol

Enero -0,4 2,3 -3,2 124 80 11,5 12,4 0,1 12,6 25,6 6,2 109

Febrero 0,1 3,0 -2,9 96 79 9,9 11,7 0,0 9,5 22,0 5,4 114

Marzo 2,3 5,8 -1,1 84 74 9,2 9,4 0,4 8,7 19,0 5,7 162

Abril 3,4 7,0 -0,3 127 77 12,2 10,9 1,2 9,2 17,1 3,8 166

Mayo 7,4 11,5 3,2 124 72 12,4 4,6 3,7 7,8 7,5 3,2 215

Junio 13,2 18,0 8,3 64 59 6,6 0,6 4,2 3,6 0,8 7,0 289

Julio 17,0 22,4 11,5 23 47 3,2 0,0 2,9 2,4 0,0 14,6 348

Agosto 16,8 22,2 11,5 26 49 3,5 0,0 3,4 2,1 0,0 10,9 321

Septiembre 12,7 17,2 8,2 60 63 6,5 0,4 2,6 5,5 0,9 6,9 211

Octubre 7,3 10,6 3,9 156 79 11,5 2,6 0,6 9,1 4,9 5,2 146

Noviembre 2,8 5,6 0,1 176 83 12,2 7,7 0,2 11,9 15,4 5,4 103

Diciembre 0,7 3,3 -2,0 163 81 12,6 10,7 0,1 12,6 22,9 6,1 92

Año 6,9 10,7 3,1 1223 70 111,3 71,0 19,4 95,0 136,1 81,7 2268

Tabla 1: Valores climatológicos normales. Puerto de Navacerrada. Fuente: AEMET

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2.3. Bioclimatología

Los factores climáticos son los que afectan en mayor medida a la distribución de

organismos vivos en una zona. Entre estos destacan:

Precipitaciones y su distribución anual, qué determinan la duración de la

época seca, de los hidroperiodos y de los caudales de humedales y arroyos.

Temperaturas máximas, mínimas y variaciones diurnas/nocturnas.La

vegetación que se da en este clima está adaptada a soportar temperaturas

extremas y sequías prolongadas en verano. Las especies arbóreas son las

características de las zonas interiores de España, donde se da el clima

mediterráneo continentalizado, comola encina, el pino, el alcornoque, el rebollo,

el quejigo, el enebro y la sabina. También abundan arbustos y matorrales

característicos de la vegetación mediterránea, como la jara pringosa, el romero,

el tomillo y el cantueso.

Humedad. Determina no sólo el tipo de vegetación (arbórea o arbustiva) sino

también la existencia de otros organismos, como líquenes y hongos. En los

pinares de la zona se encuentra gran variedad de líquenes, debido al alto grado

de humedad, siendo uno de los más frecuentes la barba de capuchino

(Pseudoevernia furfuracea). Incluso en los encinares, donde la humedad

ambiental es menor, aparecen representantes de este grupo de organismos,

como el musgo del roble (Evernia prunastri).

Altitud. Determina la existencia de pisos térmicos o franjas climáticas

delimitadas por curvas de nivel o isotermas.

El Espacio Protegido se distribuye entre los pisos bioclimáticos crioromediterráneo

(0,1%), oromediterráneo (4%), supramediterráneo superior (5%), supramediterráneo

medio (7%), supramediterráneo inferior (31%) y mesomediterráneo superior (53%).

En función de su distribución se pueden distinguir dos grandes tipos de formaciones

vegetales: por una parte, las asociadas a estos pisos de vegetación y, por otra,

formaciones azonales determinadas por factores locales.

Con respecto a los pisos de vegetación, en el más bajo, que se extiende desde la

campiña hasta el pie de la Sierra de Guadarrama, nos encontramos el encinar

carpetano, que ocupa más del 37% del área. Junto con la encina aparecen el enebro y

diversos arbustos como torvisco, olivilla, aladierno o majuelo. En este piso, las

principales formaciones arbustivas son retamares, en la campiña, y jarales en el

piedemonte y en las laderas de la sierra. Por encima de los encinares se sitúan, con

mucha menor extensión, los melojares de roble melojo (Quercus pyrenaica), con un

estrato arbustivo de majuelo, retama negra, rosas, zarzas y retama de flor.

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En el piso superior se extienden los pinares de Pinus sylvestris con un sustrato

arbustivo en el que predominan el enebro rastrero y el piorno serrano, acompañados

por la retama de flor y, en las cotas más bajas, la retama negra. Por encima del piso

forestal la vegetación termina siendo sustituida por pastizales de alta montaña en los

que dominan las festucas (Festuca indigesta).

Entre las formaciones azonales más relevantes se encuentran los cervunales de Nardus

stricta, las fresnedas de fresno de hoja estrecha (Fraxinus angustifolia) y rebollares de

roble melojo (Quercus pyrenaica), la vegetación ligada a los afloramientos rocosos

(constituida por musgos, líquenes y especies peculiares de plantas vasculares

adaptadas a las condiciones adversas de estos medios) y la vegetación de ribera

constituida por fresnedas y saucedas de bardaguera blanca (Salix salviifolia) y

bardaguera negra (Salix atrocinerea).

2.4. Geología

Nos encontramos en el Sistema Central Oriental, dentro del Zócalo hercínico

peninsular, una de las zonas más antiguas de la Península Ibérica, cuya génesis se

remonta a la orogenia Hercínica o Varisca.

Su modelado final queda asociado a los movimientos compresivos de la Orogenia

Alpina, que rejuveneció estos relieves envejecidos y elevó diferentes bloques (“horst”)

que forman actualmente las principales alineaciones montañosas, haciendo descender

otros bloques que configurarían los anchos valles (“graben”).

Nuestro trabajo se centra en el área de la sierra de Guadarrama con mayores

desniveles, con el segundo pico más alto de la cordillera (Cabeza de Hierro Mayor,

2381 m.s.n.m) y el piedemonte descendiendo por debajo de los 900 metros (Embalse

de Santillana, 893 m.s.n.m). El escalonamiento de vertientes con casi 1500 metros de

desnivel se resuelve con la presencia de numerosas sierras secundarias, donde destaca

la espectacularidad y continuidad de los escarpes rocosos.

El contacto con la rampa se articula a través de un extenso fondo de valle conocido

como Depresión Manzanares-Guadalíx, colector de todas las aguas de las montañas

circundantes y ocupado parcialmente por rocas sedimentarias.

Su litología incluye diferentes tipos de granitos (porfídicos, adamellitas), gneises, y

pequeños depósitos de dolomías y margas en los fondos de valle, procedentes de la

invasión marina del Cretácico.

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Destacan como lugares de gran interés geológico el macizo de las Pedrizas del

Manzanares, ejemplo europeo de modelado granítico y posiblemente el enclave ibérico

con mayor profusión de dicha roca, y los pequeños circos glaciares pleistocenos de la

cara sur de la Cuerda Larga (Circo del arroyo Redondel, Circo del arroyo Chivato, Circo

del arroyo de los Hoyos, Circo de Hoyocerrado). Igualmente interesantes resultan los

diferentes nichos de nivación en los que nacen los principales arroyos serranos, como

el Ventisquero de la Condesa, que da origen al propio río Manzanares.

Embalse de Santillana, visto desde La Pedriza Anterior

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2.5. Edafología

La existencia de grandes alineaciones montañosas silíceas con laderas de moderadas o

fuertes pendientes y numerosos afloramientos rocosos en superficies caracterizan los

suelos del área de estudio, limitados en numerosas ocasiones a litosoles.

A lo largo de las extensas laderas serranas, su vocación es forestal y ganadera,

existiendo buenos suelos agrícolas en los fondos de valle de la Depresión Manzanares-

Guadalíx, utilizada antiguamente como campo de cultivo de las poblaciones de

Manzanares el Real y Soto del Real. No en vano era conocida como “Campo de

Manzanares” y “Campito de Chozas”.

Los suelos mayoritarios son los cambisoles, del grupo de las “tierras pardas”, ocupados

por pinares, robledales y encinares a menudo ahuecados por el ganado vacuno. En

zonas altas, erosionadas o muy pendientes dominan los ránkers, ocupados por ejemplo

por los extensos jarales de pringosa de la Pedriza del Manzanares.

En las zonas encharcadizas próximas a arroyos, turberas o fondos de valle bien

avenados localizamos fluvisoles o gleysoles, evidenciados por la presencia de

“verdinales” según dicho de los serranos, y por bosques de ribera.

Embalse de Santillana

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2.6. Hidrología

La cuenca alta del río Manzanares se articula en torno a los fondos de valle conocidos

como Depresión de Manzanares-Guadalíx, ocupados actualmente por el embalse de

Santillana, colector de todas las corrientes de agua que drenan este sector de la sierra

de Guadarrama hasta confluir en el río Manzanares.

Los principales cursos de agua, los ríos Samburiel, Manzanares y Mediano muestran un

régimen pluvio-nival propio de ríos mediterráneos de montaña caracterizado por las

fuertes crecidas equinocciales y un destacado estiaje. Superan fuertes desniveles que

rebasan en todos los casos los 1100 metros de desnivel, en los que predomina el

arrastre sobre la sedimentación y los cursos rocosos y rápidos, que tan solo se serenan

y alcanzan cierta complejidad morfológica al alcanzar la Depresión de Manzanares-

Guadalíx.

Hacia el noroeste de dicha depresión el río Samburiel, denominado en su cabecera río

Navacerrada, desciende desde el valle de la Barranca para recorrer el Valle del Berrocal

en torno a las localidades de Navacerrada, Becerril, Cerceda y Manzanares el Real,

acumulando 1200 metros de desnivel y 21 kilómetros hasta el embalse de Santillana,

donde desagua por su extremo oeste. Curso permanente en sus fuentes, el

abastecimiento humano provoca que el tramo existente aguas abajo del embalse de

Navacerrada se seque en verano, provocando graves alteraciones ecológicas en su

curso. Los pequeños cursos de los arroyos Piojo, Matalibrillo y Gargantilla desaguan en

él.

En el centro del alto Manzanares, el río del mismo nombre drena las montañas más

complejas, extensas y elevadas del área (sierras de la Cuerda Larga, Pedrizas,

Maliciosa, Barreras, Porrones) para conformar la garganta de mayor extensión del

Guadarrama, que recorre durante 16 kilómetros desde sus fuentes en el Ventisquero

de la Condesa hasta su desembocadura en el embalse de Santillana.

Numerosos afluentes de entidad drenan sobre el Manzanares en su recorrido por las

montañas, compartiendo similares características. Es el caso de los arroyos

Valdemartín, Berzoso, Simón de los Chorros, Hoyos, Umbría de la Garganta o Majadilla.

Arroyo Cortecero, en La Pedriza

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Embalse de Santillana a los pies de las sierras de las Pedrizas y Cuerda Larga

En el extremo oriental del alto Manzanares corre el río o arroyo Mediano, conocido por

ambos nombres, desde sus fuentes en el circo glaciar de Hoyocerrado hasta el embalse

de Santillana a la altura de Cerro Casar. Atraviesa 11 kilómetros de montañas y

dehesas, donde la instalación de balsas para el consumo humano de agua y la

multiplicación de las detracciones ilegales de caudal provocan su completo secado

estival aguas abajo de las montañas, donde aún conserva sus características originales.

El arroyo Chozas, otro importante curso de agua, y otros torrentes como el Recuenco y

el Santillana desembocaban antiguamente en el Mediano, aunque hoy no pueda

apreciarse al unirse todos ya bajo las aguas del embalse de Santillana.

Dicho embalse data de 1907 y fue recrecido en 1969, superando actualmente las 1000

hectáreas de extensión. Ocupa los antiguamente fértiles campos conocidos como

Campo de Manzanares y Campito de Chozas, y es el segundo embalse en extensión de

la comunidad de Madrid y el humedal de mayor importancia dentro del alto

Manzanares.

Asimismo, cabe citar los escasos humedales endorreicos a lo largo y ancho de la zona,

especialmente asociados a la cantería propia del valle del Samburiel. Puntualmente

persisten también en las altas vertientes pequeños humedales de escasa extensión

pero de gran interés biológico, como las turberas de la Cuerda Larga o las lagunillas de

la Pedriza del Manzanares.

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2.7. Vegetación

El alto Manzanares se caracteriza por el dominio de formaciones submediterráneas

acidófilas sobre granitos y gneises en laderas de montaña, adaptadas a un clima frío y

lluvioso con incidencia probable de las heladas durante 7-8 meses al año de media, y

un verano seco y cálido que imprime el carácter xérico característico de la vegetación

de las cotas bajas.

La zona queda enmarcada en la provincia florística Carpetano-Ibérica-Leonesa, distrito

Guadarramense. El ombroclima oscila entre el subhúmedo (600-1000mm), dominante

en los fondos de valle y cotas bajas que descienden hasta los 893 m.s.n.m., y el

húmedo (1000-1600 mm), rozando el hiperhúmedo (1600mm +) en las altas cotas de

Cuerda Larga como las Cabezas de Hierro (2381 m.s.n.m.).

Siglos de cortas, incendios y sobrepastoreo, en una comarca poblada desde antiguo,

han provocado la degradación de los bosques, los cuales han llegado hasta nuestros

días convertidos en jirones acantonados en lugares abruptos o en dehesas de secular

aprovechamiento silvo-pastoral. Su degradación en laderas de fuertes pendientes ha

provocado su sustitución por plantaciones protectoras de coníferas. La fuerte

urbanización difusa y la construcción de grandes infraestructuras como vías de

comunicación o embalses han provocado su fragmentación.

Área deforestada de La Pedriza. Quedan buenos ejemplares de alcornoque, encina y roble

entre el roquedo.

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La existencia de los fuertes escarpes de la sierra de Guadarrama, que superan los 1400

metros de desnivel en el alto Manzanares, provocan una gradación altitudinal de los

pisos de vegetación, y la existencia de relictos asociados a climas húmedos y/o fríos

que imperaron en la zona en épocas pretéritas.

En las cotas bajas y en espigones rocosos con suelo escaso domina el encinar con

enebros, que llega a mezclarse con retazos de alcornocal con madroños y labiérnagos

entre otras especies en las sierras más bajas; actualmente, salvo en algunas dehesas,

el encinar se encuentra muy degradado debido a su secular aprovechamiento para el

carboneo.

En los fondos de valle en los que culmina la cuenca de captación de los ríos Samburiel,

Manzanares y Mediano domina la fresneda-melojar, aprovechada por el ganado vacuno

en extensivo e incluida en una extensa red de pequeñas dehesas. Puntualmente, la

presencia de litologías básicas provoca la inclusión de quejigares basófilos.

Los robledales de roble melojo (Quercus pyrenaica) trepan por las laderas más allá de

los fondos de valle, incluso hasta los 1600-1700 metros de altura en la cálida Pedriza,

correspondiéndoles la mayor potencialidad en áreas de media montaña. Sin embargo,

actualmente han sido sustituidos por plantaciones de coníferas (Pinus sylvestris, Pinus

pinaster, Pinus nigra subsp. nigra, Cupressus arizonica) o por sus matorrales de

sustitución, como jarales (Cistus ladanifer, Cistus laurifolius), brezales con gayuba

(Erica arborea, Calluna vulgaris, Arctostaphylos uva-ursi subsp. crassifolia) o

escobonales (Cytisus scoparius, Genista florida, Genista cinerea subsp. cinerascens).

Por encima de los melojares se instalarían valiosos pinares de pino silvestre, con

ejemplares centenarios entre los riscos graníticos, situándose entre los 1600 (1500)-

1900 (2000) metros. El sobrepastoreo los ha convertido en formaciones abiertas, a

veces alternadas con modernas y adecuadas repoblaciones realizadas con esta especie,

y en otras ocasiones con desafortunadas forestaciones del aquí alóctono pino negro

(Pinus uncinata). Piornos (Cytisus oromediterraneus) y jabinos (Juniperus communis

subsp. alpina) son fieles acompañantes de estos pinares, sustituyéndoles cuando los

incendios o las cortas han acabado con ellos.

Praderas y dehesas de roble y fresno en Soto del Real

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Entre melojares y pinares, salpicados en riberas y roquedos, encontramos algunos

árboles propios de climas norteños que sobreviven acantonados en rincones

favorables, como abedules (Betula pubescens subsp. celtiberica), chopos temblones

(Populus tremula var. villosa), olmos de montaña (Ulmus glabra), tejos (Taxus

baccata), acebos (Ilex aquifolium), mostajos (Sorbus aria, Sorbus intermedia) o

serbales (Sorbus acucuparia) entre otras especies.

Los bosques de ribera están formados mayoritariamente por saucedas arbustivas (Salix

atrocinerea, Salix salvifolia y puntualmente Salix triandra y Salix purpurea) que se

convierten en saucedas arbóreas en los fondos de valle (Salix fragilis, Salix alba). Las

fresnedas suelen orlar a las saucedas en la banda exterior de las riberas por debajo de

los 1200 metros, y otras especies como los arraclanes (Frangula alnus), majuelos

(Crataegus monogyna) o endrinos (Prunus spinosa) suelen acompañarlas con fidelidad.

Destaca la presencia de abedulares en algunos cursos altos de los ríos, por encima de

los 1400 metros. En general la productividad de las formaciones ribereñas ha

provocado su simplificación cuando no su desaparición, sustituidas por cultivos, pastos

para el ganado o choperas de repoblación. La detracción de los recursos hídricos

también ha afectado en gran medida a estos bosques.

Hasta 2000 especies de plantas vasculares pueden encontrarse en la sierra de

Guadarrama, destacando la existencia de endemismos orófilos del sistema central. A

caballo entre el alto Manzanares y el alto Lozoya persiste actualmente la única

población conocida de Eryssimumhumile susbp. penyalarensis, y en los riscos de la

Pedriza las únicas poblaciones madrileñas conocidas de Dryopteris dilatata o

Conopodium bunioides. Taxones escasos y merecedores de protección son

Sempervivum vicentei subsp. paui, Armeria caespitosa, Aconitum vulparia subsp.

neapolitanum, Paris quadrifolia, Polygonum alpinum o Narcissus pseudonarcissus

subsp. portensis, entre otras especies.

Formaciones habituales de gran extensión superficial son los vallicares de Agrostis

castellana en las praderas del piedemonte, majadales de Poa bulbosa en praderas de

destacable carga ganadera o berciales de Celtica gigantea en laderas fértiles pero

pedregosas. En las cabeceras de los valles existen extensos cervunales de Nardus

stricta, de gran importancia estival para el ganado, y numerosas turberas.

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

14

2.8. Fauna

La situación central dentro de la península Ibérica del alto Manzanares, y su inclusión

en los grandes escarpes montañosos de la sierra de Guadarrama, supone la existencia

de una fauna muy variada y bien conservada a rasgos generales, con presencia de

endemismos ligados a los espacios montañosos y de orígenes diversos. El 40% de los

vertebrados existentes en Iberia aparecen en esta comarca.

La mastofauna ligada a amplios espacios bien conservados y las especies

bioindicadoras han resultado las más perjudicadas tras siglos de persecución y

perturbaciones de origen antrópico. Es el caso de los grandes depredadores como osos

y linces, hoy desaparecidos, y de los grandes herbívoros eliminados por la caza. No

obstante, en la actualidad, las políticas proteccionistas y el abandono de ciertas

prácticas tradicionales como la persecución directa están trayendo aparejadas la

recuperación de numerosos grupos faunísticos, aunque ven cada vez más mermado el

hábitat disponible por el desmesurado crecimiento de los núcleos de población y de las

infraestructuras asociadas.

Los grandes mamíferos están hoy representados por una boyante población de cabra

montés (Capra pyrenaica victoriae), corzos (Capreolus capreolus) y jabalíes (Sus

scrofa), por una importante cabaña de vacuno y ya, minoritariamente, de equino y

caprino. Entre los depredadores persiste un buen abanico de pequeños carnívoros

como zorro (Vulpes vulpes), tejón (Meles meles), garduña (Martes foina), gineta

(Genneta geneta), comadreja (Mustela nivalis) y mermadas poblaciones de gato

montés (Felis sylvestris). Destaca la recolonización reciente de la nutria (Lutra lutra),

del lobo (Canis lupus) y del ciervo (Cervus elaphus), que apuntan hacia una lenta

recuperación de las poblaciones de grandes mamíferos. Menos positiva es la instalación

de las introducidas poblaciones de visón americano (Neovison vison).

Cabras montesas en La Pedriza

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

15

Entre las especies clave del ecosistema se encuentran las mermadas poblaciones de

conejo (Oryctolagus cuniculus), al alza en los últimos años tras las epidemias sufridas;

y las menos boyantes de liebres (Lepus granatensis) y perdiz roja (Alectoris rufa).

Ratones, topillos como el endémico de cabrera (Microtus cabrerae) y el restringido al

Guadarrama neverón o nival (Microtus nivalis), musarañas y musgaños, al menos 11

especies de murciélagos y un sinfín de aves paseriformes entre las que destacan

especies escasas como el pico menor (Dendrocopos minor), conforman un amplio

elenco de productores primarios.

Entre las poblaciones de aves destacan las de rapaces, con la mayor colonia sobre

granito de buitre leonado (Gyps fulvus) del país en la Pedriza del Manzanares, y hasta

15 especies nidificantes. El embalse de Santillana destaca igualmente por sus

poblaciones de anátidas, limícolas y ardeidas, acogiendo un gran número de especies

migradoras durante los pasos pre-nupcial y post-nupcial, y espectaculares contingentes

invernales de gaviota sombría (Larus fuscus) y reidora (Larus ridibundus).

Las 11 especies de anfibios presentes en la comarca muestran un preocupante declive,

parcialmente frenado en los últimos años por las acciones in situ destinadas a su

recuperación. Destaca la presencia de algunos endemismos ibéricos (Hyla molleri,

Rana iberica, Triturus pygmaeus). La herpetofauna se completa con las poblaciones de

reptiles, representadas por dos tipos de lagartos que incluyen al endémico verdinegro

(Lacerta schreiberi), cinco de lagartijas, entre ella la alpina carpetana (Iberolacertis

cyreni), dos de eslizones, al lución (Anguis fragilis), la culebrilla ciega (Blanus

cinereus), los dos galápagos autóctonos y varios introducidos, las ocho especies de

culebras madrileñas y la víbora hocicuda (Vipera latastei).

Buitre leonado

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

16

En relación con los invertebrados persisten grandes lagunas de desconocimiento, aún

en un entorno próximo a la capital de España de gran tradición científica. Destacan las

102 especies de mariposas diurnas (ropalóceros) citadas, o los endemismos

Guadarramenses existentes entre los coleópteros Carabus o Iberodorcadion. Especies

bandera presentes en el alto Manzanares son Graellsia isabelae o los lucánidos Lucanus

cervus o Pseudolucanus barbarrosa.

Víbora hocicuda

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

17

3. GESTIÓN DEL TERRITORIO. IDENTIFICACIÓN DE LOS

AGENTES SOCIALES QUE INCIDEN SOBRE EL TERRITORIO. AAPP

QUE LO ADMINISTRAN Y COLECTIVOS CON INTERESES.

El uso del agua, un bien escaso en entornos mediterráneos, ha provocado el

asentamiento de poblaciones en sus inmediaciones desde antiguo, y frecuentes

conflictos por su disfrute y aprovechamiento.

En el caso del río Manzanares en su curso alto, la entidad del río dentro de la amplia

comarca de la sierra de Guadarrama motivó la presencia humana desde antiguo en las

fértiles vegas, hoy ocupadas por el embalse de Santillana, prolongadas ya en la edad

media por el señorío del Real de Manzanares e inundadas en época moderna por la

creación y posterior recrecimiento del embalse de Santillana, que abastece de agua a

la creciente población de la ciudad de Madrid y área metropolitana.

El aumento de las necesidades hídricas de Madrid y de las poblaciones serranas

limítrofes a los cursos de agua del alto Manzanares han exigido la construcción de

numerosas infraestructuras para aprovechar el agua: La balsa de los Palancares en el

arroyo Mediano, pequeños azudes y presas en arroyos menores, en muchos casos en

desuso, y los embalses de Navacerrada y la Maliciosa en el Samburiel y de Santillana

en el Manzanares. Su construcción ha supuesto la regulación de los caudales naturales

y una pérdida de naturalidad de los cursos de agua afectados.

Paralelamente, el interés creciente por el papel ecológico jugado por los ríos ha llevado

a desmantelar una pequeña presa en el curso del río Manzanares, en la Garganta

Camorza, permitiendo que éste sea el único río madrileño, junto al Riato, sin presas en

su curso alto.

El aprovechamiento ancestral de los caudales mediante acequias o regueras para regar

a manta prados de siega, aprovechados posteriormente por el ganado, ha caído en

desuso, aunque aún se mantiene en ciertas zonas como el valle del arroyo Mediano.

La lucha contra el paludismo conllevó igualmente en el pasado la desecación de

numerosas zonas húmedas, proceso que hoy comienza a invertirse con la recuperación

artificial de estos interesantes enclaves a cargo de las autoridades ambientales, debido

a sus altos valores ecológicos.

La apertura de pistas y la plantación de coníferas en las cabeceras de los arroyos

implicó serias afecciones sobre algunas turberas, medios pantanosos de gran

importancia en la regulación de los caudales y en la salvaguarda de la biodiversidad y

geodiversidad de las restringidas zonas altas. Actualmente, el aumento de la

concienciación acerca de su importancia ha reducido dichas afecciones, aunque no las

ha eliminado.

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

18

El crecimiento de los núcleos urbanos ha originado un aumento en los vertidos hacia

los cursos de agua, que la mejora de las depuradoras aún no ha conseguido reparar.

Es el caso del río Manzanares a su paso por la población de Manzanares el Real, donde

aún recibe pequeños vertidos perjudiciales

La detracción ilegal de los recursos hídricos y la ocupación del dominio público

hidrológico son dos hechos que afectan a ríos y arroyos como el Samburiel y el

Mediano, secos durante el verano una vez que atraviesan las primeras poblaciones, si

bien hay datos históricos que aluden a su carácter permanente en estos lugares. En el

caso del Samburiel, aguas abajo del embalse de Navacerrada, su caudal ecológico

establecido por ley era incumplido durante el verano hasta el año 2014, en el que el río

recuperó su caudal durante todo la época estival hasta la localidad de El Boalo.

La cabecera de los cursos de agua queda incluida en el Parque Nacional de la Sierra de

Guadarrama y el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, que velan por su

buen estado de conservación y que facilitan la labor de otras entidades como

universidades, ONG o iniciativas privadas que redundan en un buen estado de salud de

sus ríos.

Los pueblos del entorno obtienen sus aguas de los embalses creados y el Canal de

Isabel II gestiona el aprovechamiento del embalse de Santillana. Algunas poblaciones

serranas utilizan durante muchos meses al año pequeños embalses en tramos más

altos de los arroyos.

La pesca deportiva alcanza cierta importancia en embalses y tramos bajos de los ríos,

centrándose en las poblaciones de salmónidos y ciprínidos existentes. Los colectivos

locales utilizan activamente ciertos tramos fluviales.

Urbanizaciones junto al embalse de Santillana, en Manzanares el Real

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

19

La cercanía a la ciudad de Madrid, la entidad del río Manzanares, el fácil acceso y el

carácter emblemático de la Pedriza del Manzanares provocan un gran efecto llamada

para el uso público durante las estaciones cálidas; la zona de Charca Verde está

declarada zona de baño por la Comunidad de Madrid. La falta de regulación del baño

contribuye decisivamente a la degradación de casi 10 kilómetros de río durante los

meses de mayo a octubre, con cientos y a veces miles de personas a diario paseando y

bañándose, perjudicando fauna, bosques de ribera, paisaje e incluso parámetros físico-

químicos del curso de agua. La escasa sensibilización de algunos de los visitantes

multiplica aún más los efectos perjudiciales de esta actividad.

Esta situación es controvertida, y ha sido denunciada en varias ocasiones por sectores

de la sociedad como entidades locales, pescadores, montañeros, etc.

En su día, dos torrentes abruptos de la cabecera del Manzanares empezaron a usarse

para hacer barranquismo. La penetración del uso público en estos medios poco

frecuentados y bien conservados fue prohibida por el Parque Regional de la Cuenca

Alta del Manzanares.

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

20

4. DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO REALIZADO

4.1. Definición de indicadores relativos a bosques de ribera

Se ha utilizado el índice ADECAGUA, atendiendo a la continuidad longitudinal y de

anchura del bosque de ribera (estructura), a la altura de los árboles, a la existencia de

zonas aclaradas, a la regeneración y al estado de la vegetación de ribera.

La presencia de especies protegidas por la Comunidad de Madrid y/o escasas como

abedules (Betula pubescens subsp. celtiberica), chopos temblones (Populus tremula

var. villosa), alisos (Alnus glutinosa), mostajos y serbales (Sorbus aria, Sorbus

intermedia, Sorbus aucuparia), acebos (Ilex aquifolium) o tejos (Taxus baccata)

también ha sido analizada, realizándose pequeños catálogos florísticos de las especies

más características y más escasas presentes en cada uno de los transectos realizados.

4.2. Definición de indicadores relativos a la calidad del agua

Se han analizado turbidez, temperatura, oxígeno disuelto, porcentaje de saturación de

oxígeno, PH, nitratos, dureza y temperatura según el índice ADECAGUA en todas las

estaciones de muestreo mediante el empleo de reactivos.

Bosque de ribera en el río Manzanares

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

21

4.3 Definición de indicadores relativos a la biodiversidad

Es bien conocido el carácter bioindicador de las poblaciones de algunos órdenes de

macroinvertebrados acuáticos, que desaparecen incluso tras afecciones puntuales en el

curso de agua. Es el caso de numerosos efemerópteros, plecópteros o incluso

tricópteros, frente a otros grupos que alcanzan una fuerte abundancia en agua

contaminadas como los dípteros.

Se han establecido una serie de organismos bioindicadores de la buena calidad de las

aguas y de los ecosistemas asociados como nutrias, turones y micromamíferos

acuáticos, anfibios, ciertas especies de reptiles, mirlo acuático como bioindicador de

aguas no contaminadas, trucha como indicadora de aguas frías y puras y la

lamprehuela por su carácter endémico en estas aguas dentro de la cuenca hidrográfica

del Tajo.

Otras especies como el visón americano o el galápago de florida son bioindicadores

negativos que indican un mal estado de conservación de los ecosistemas.

4.4. Transectos a lo largo de la zona de estudio

4.4.1. Datos generales

De cara a la obtención de indicadores biológicos y físico-químicos que permitan

establecer el grado de conservación de los cursos de agua del río Manzanares, se han

realizado 17 transectos de 600 metros de longitud en los diferentes cursos de agua de

la zona de estudio.

En los trabajos de campo se utilizaron fundamentalmente dos índices que guiaban la

metodología utilizada y la información a obtener: El censo nacional de nutria y el índice

ADECAGUA, Asociación para la Defensa de la Calidad de las Aguas.

La integración de los datos de muestreo de la nutria en una red nacional implicó la

adopción del estandarizado censo nacional de nutria como método de muestreo de

este organismo bioindicador, adaptándolo para el seguimiento de otras especies de

interés.

Los objetivos del proyecto aconsejaron la adopción del índice ADECAGUA para el

análisis físico-químico de las aguas, pudiendo trasponer los datos obtenidos a la red

nacional de muestreos de dicho organismo.

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

22

En cada transecto se anotaron unos datos básicos incluidos en la ficha de campo del

censo nacional de nutria: zona, fecha, altitud, marcación GPS, provincia, término

municipal, nombre del curso de agua, cuenca hidrográfica y costa. Igualmente, se

anotaron datos generales necesarios para el índice ADECAGUA: nombre del voluntario

o asociación, apellidos, paisaje, ciudad más cercana, número de participantes,

presiones detectadas y hora.

Los puntos de muestreo se han establecido en torno a los principales cursos de agua:

Manzanares, Mediano y Samburiel. La especial entidad, grado de conservación e

importancia a nivel local del río Manzanares ha determinado el establecimiento de

transectos a lo largo de todo el gradiente altitudinal.

Con el fin de cubrir todos los medios posibles dentro de las posibilidades metodológicas

del estudio, se han establecido igualmente puntos de muestreo en el embalse de

Santillana (aguas leníticas) y el arroyo Recuenco (cursos de agua temporales).

Los transectos realizados han sido los siguientes:

Río Manzanares

1. Desembocadura en el embalse de Santillana-Prado Puente.

2. Prado Puente-Molino.

3. Molino-Ermita de Peña Sacra.

4. Peña Sacra-Tranco.

5. Tranco-Garganta Camorza.

6. Garganta Camorza-Canto Cochino.

7. Canto Cochino-Machacaderas.

8. Puente de los Franceses.

9. Puente del Retén-los Chorros.

10. Puente de los Manchegos.

Arroyo Majadilla

11. Desembocadura-antigua presa.

12. Antigua presa-charca Kindelán.

Arroyo de los Hoyos

13. Desembocadura- Chorrera del Risco.

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

23

Arroyo Umbría de la Garganta

14. Desembocadura-antigua zona de acampada.

Arroyo Recuenco

15. Dehesa de Colmenarejo.

Río Samburiel

16. Embalse de Santillana-desembocadura.

Río Mediano

17. Desembocadura-área recreativa del Mediano.

18. Hueco de San Blas.

Los transectos 1,9,14,15,17 y 18 fueron realizados por un técnico de la Asociación

Reforesta y por los Voluntarios Repsol, que apoyaban en las tareas de toma de datos.

El equipo quedó integrado por dieciséis Voluntarios Repsol y tres técnicos de la

Asociación Reforesta. Éstos completaron en solitario los once transectos restantes,

complementarios al trabajo principal.

Debido a las fuertes crecidas primaverales y otoñales de los ríos permanentes, la toma

de datos se concentró en los meses de mayo a octubre, época en la que, además,

resulta especialmente fácil el muestreo de rastros de nutria. Este mustélido puede

Voluntarios Repsol realizando un transecto en el arroyo del Recuenco

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

24

reproducirse en cualquier época del año, pero en el alto Manzanares la reproducción

tiene lugar en la primavera, época en la que el marcaje con excrementos resulta más

activo. La baja frecuencia de riadas desde finales del mes de mayo permite que los

excrementos se conserven en rocas elevadas sobre la corriente, y durante el verano,

los bajos caudales facilitan enormemente los trabajos de campo efectuados en el río.

En las corrientes temporales de menor entidad y en los tramos de río que pueden

llegar a secarse en verano, pudieron efectuarse transectos durante los meses de

noviembre, diciembre y abril.

Durante las tomas de datos se anotaban, en primer lugar, los parámetros físico-

químicos; posteriormente se identificaban, a nivel de familia, los macroinvertebrados

existentes y se aplicaban los índices biológicos, que incluían también los bosques de

ribera. Los organismos bioindicadores incluidos en el proyecto se censaban después,

recorriendo aguas arriba una distancia de 600 metros.

4.4.2. Toma de muestras de agua y características físico-químicas

Los transectos se iniciaron en un punto de muestreo seleccionado previamente por su

idoneidad dentro de la malla global de éste, comenzando desde allí el recorrido de 600

metros en sentido aguas arriba.

En dicho punto se tomó, con la colaboración de Voluntarios Repsol, una muestra de

agua representativa, de la que se obtuvieron los indicadores relativos a la calidad del

agua.

De acuerdo a la metodología del censo nacional de nutria se recogieron: tipo de

sistema acuático, anchura de la corriente, nivel del agua, contaminación aparente del

agua y meteorología, utilizando visores láser LEICA DISTO.

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

25

4.4.3. Toma de datos sobre la vegetación de ribera

Durante la toma de datos del punto de muestreo y la realización del transecto posterior

se anotaban las especies de árboles y arbustos presentes, así como las principales

especies de plantas vasculares atendiendo a las más importantes y a las más escasas,

con el asesoramiento técnico por parte de la Asociación Reforesta.

Se anotaba igualmente la anchura, longitud, estructura y regeneración de los bosques

existentes.

Para ello, el grupo se dividía en dos: la mitad de los participantes avanzaba por el

interior del cauce accediendo a la cara interior de la ribera, y la otra mitad recorría las

orillas accediendo a la zona exterior.

En los cuadernos de campo se especificaba la presencia de especies protegidas por la

legislación autonómica.

Voluntarios Repsol tomando muestras en el Manzanares

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

26

4.4.4. Toma de datos sobre fauna vertebrada e invertebrada

En el punto de muestreo los Voluntarios Repsol extrajeron todos los

macroinvertebrados presentes mediante el uso de bateas y frotado de rocas y de

orillas, para ser clasificados posteriormente a nivel de orden con el fin de obtener el

índice de calidad de ADECAGUA. Todos los ejemplares fueron devueltos vivos a la

corriente.

En cada uno de los transectos realizados se llevó a cabo un muestreo para detectar la

presencia de nutria (Lutra lutra), a lo largo de 600 metros, siguiendo la metodología

oficial del censo nacional de nutria, compaginándolo, si era posible, con una estación

de muestreo en puntos determinados de presencia de la especie.

A lo largo del transecto se localizaban rastros como excrementos, gelatina anal, presas,

madrigueras o toboganes, habiéndose localizado directamente a las nutrias en dos

puntos. Los rastros analizados incluían igualmente los de otras especies como

mamíferos carnívoros, micromamíferos o aves.

Otros organismos considerados bioindicadores, como anfibios, galápagos europeos,

turones, micromamíferos acuáticos, mirlos acuáticos, lamprehuelas o truchas fueron

censados en los muestreos, anotando presencia y número.

Igualmente se anotó la presencia de fauna de cualquier tipo, como peces, aves

acuáticas o reptiles, para obtener una visión global del ecosistema acuático.

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

27

Fuente: elaboración

propia

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

28

5. RESULTADOS

5.1. Estado general de las diferentes subcuencas

Para valorar la calidad de los ríos se ha procedido de la siguiente manera:

Se ha considerado la calidad del hábitat y la diversidad de especies

bioindicadoras en relación con el número de ellas que, potencialmente, podrían

encontrarse en el tramo estudiado.

Se ha tenido en cuenta también la cantidad de indicios de presencia de cada

especie encontrados, ya sean avistamientos, deposiciones o huellas.

Se ha analizado si existe correlación entre la calidad de la vegetación de ribera

y la presencia de fauna bioindicadora. Es de esperar que, en ausencia de otros

factores, se dé esa correlación. Por tanto, en los numerosos tramos en los que

la correlación es media o baja, cabe suponer que se dan otras condiciones

distintas de la calidad de la vegetación, que favorecen o perjudican a

determinadas especies (por ejemplo, la detracción de caudales, la presencia de

vertidos o el baño), cuya determinación precisa requeriría una investigación

más profunda. En algunos puntos, la falta de correlación se debe a la baja

densidad o extinción de organismos bioindicadores de los tramos medios y

bajos de los ríos, como anfibios, galápagos o turones.

Valoración alta: Cabecera del río Manzanares. Cursos de aguas permanentes. Fuerte

presencia de organismos bioindicadores. Ricas y saludables comunidades de

macroinvertebrados acuáticos. Buen estado general de conservación de los bosques de

ribera. Ausencia de vertidos.

Valoración media: Tramos altos de los afluentes del río Manzanares. Cursos de

aguas permanente. Presencia de organismos bioindicadores. Saludables comunidades

de macroinvertebrados acuáticos. Buen estado general de conservación de los bosques

de ribera, aunque con presencia de especies exóticas. Presencia de vertidos.

Valoración baja: Tramos bajos del arroyo Mediano y Chozas. Cursos de agua secos

en verano, posiblemente por causas antrópicas. Ausencia de numerosas especies

bioindicadoras. Comunidades de macroinvertebrados acuáticos empobrecidas. Buen

estado general de conservación de los bosques de ribera, aunque su estructura y

densidad se ha visto minimizada por la ausencia de caudales estivales. Presencia

ocasional de vertidos.

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

29

Fuente: elaboración

propia

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

30

Fuente: elaboración

propia

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

31

5.2. Especies bioindicadoras

5.2.1. Nutria paleártica (Lutra lutra)

Se han encontrado resultados positivos en diez de los transectos efectuados en los

diferentes cursos de agua, los cuales representan el 43,75% de los recorridos

realizados. En seis de ellos la nutria habitaba aguas corrientes, y en el séptimo las

aguas leníticas de un embalse. No se han localizado rastros en diferentes arroyos

afluentes y en una pequeña subcuenca, aunque parece probable su presencia temporal

en los mismos, a los que llega desde zonas próximas.

Los restos hallados son fundamentalmente excrementos y en algunos casos

secreciones anales asociadas. Los mismos están conformados fundamentalmente por

restos de peces, y en zonas bajas del río Manzanares y el embalse de Santillana por

cangrejos, presuntamente rojo (Procambarus clarkii) y señal (Pacifascatus leniusculus).

La introducción de este último cangrejo parece relativamente creciente, y el

seguimiento anterior a la realización de los trabajos ha permitido detectar una

importancia creciente de los cangrejos en la alimentación de la nutria. Se ha detectado

un posible "trampolín", consistente en un área arenosa con rastros sobre el sustrato de

repetidos arrastres sobre la arena en dirección al agua. Se ha establecido contacto

visual con la nutria en dos ocasiones.

La especie parece haber colonizado recientemente el área, durante la década de los

2000. Previamente, los últimos indicios sobre su presencia datan de la década de los

70, con limitada presencia en la cabecera del río y observaciones directas en torno al

área de Charca Verde. Al parecer, la contaminación química de la cuenca del

Manzanares y, quizás, la persecución directa a la que la nutria fue sometida por parte

de alimañeros primero y furtivos después, la acantonó en zonas altas. Con

posterioridad ha mejorado la calidad de las aguas de todo el tramo.

Sin embargo, las poblaciones establecidas en las cuencas altas del Lozoya y Jarama

han mostrado durante las décadas finales del siglo XX un aumento demográfico, que

Nutria

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

32

les ha llevado a colonizar aguas abajo nuevos tramos del Jarama y de su afluente, el

Guadalíx, llegando, actualmente, a través de éste hasta sus fuentes. Finalmente,

fueron detectadas en la desembocadura del Manzanares en el Jarama, en el término

municipal de Rivas Vaciamadrid.

Es probable que desde este punto hayan remontado la corriente, alcanzando primero

el embalse de Santillana y colonizando posteriormente los torrentes que descienden

desde las cabeceras montañosas hasta éste. Dicho proceso parece estar

completándose en la actualidad, dada la aparición de indicios en puntos altos donde

antes no habían sido localizados. En el área de estudio, se han localizado rastros al

menos hasta los 1210 metros, aunque parece muy probable que este límite altitudinal

deba ser incrementado. Habitualmente, la menor productividad trófica de los cursos

altos de los ríos suele limitar la presencia del mustélido, que no suele reproducirse por

encima de los 1200 metros de altitud, aunque sí explota puntualmente los cursos de

agua a mayor altitud, como ocurre en Gredos en épocas de reproducción de anfibios,

por encima incluso de los 2000 metros.

Las nutrias pueden igualmente cruzar a pie los interfluvios entre cuencas hidrográficas

atravesando cordilleras, habiendo sido localizadas en algunos puntos de Europa en

collados en torno a los 2000 metros de altitud. Sin embargo, no hay indicios de

contacto actual entre las poblaciones de los colindantes valles del alto Lozoya o alto

Guadalíx con el alto Manzanares, siendo más probable, como se ha explicado, una

colonización procedente de cotas más bajas de la cuenca hidrográfica.

Es destacable la ligazón de la especie a zonas de bosque de ribera denso,

enmarañado, donde puedan establecer sus madrigueras. En este sentido resultan muy

negativas las operaciones de "limpieza de arroyos" que eliminan las brozas de los

cursos de agua. La querencia de la especie hacia las desembocaduras de los arroyos

en los embalses convierte a éstas en hábitats prioritarios para la nutria, merecedores

de una protección férrea.

Igualmente, se anota la selección de hábitats con comunidades de peces variadas y

productivas, mayoritariamente situadas por debajo de los 1000 metros, representadas

por especies autóctonas y alóctonas como cachos, bogas, colmillejas, carpas, lucios o

percasoles. Por encima de estas cotas predominan los tramos trucheros donde la nutria

también se establece.

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

33

Visón americano

La mejora en los parámetros poblacionales de la especie parece ligada a la protección

de sus poblaciones, a la práctica desaparición de la persecución directa, a la

construcción de grandes embalses y, especialmente, a la mejora de la calidad de las

aguas de los ríos madrileños. Actualmente, la dinámica positiva de sus poblaciones en

el Alto Manzanares puede verse truncada o ralentizada por diversos problemas como la

detracción de los recursos hídricos de los arroyos Samburiel y Mediano, atropellos,

degradación y/o urbanización de los bosques de ribera (como ha ocurrido en el casco

urbano de Manzanares el Real) y uso público invasivo en torno a los cauces, muy

notorio hasta 2015 en la cabecera del río Manzanares.

5.2.2. Visón americano (Neovison vison)

Especie introducida en el Alto Manzanares, a partir de escapes iniciados en El Espinar a

mediados del siglo XX, fortuitos o provocados por grupos animalistas. Su presencia y

su carácter de predador generalista ha podido provocar descensos en poblaciones de

especies hoy amenazadas o desaparecidas, como la rata de agua (Arvicola sapidus), la

rana patilarga (Rana iberica) o el desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus). En la

sierra de Guadarrama se ha estudiado su espectro trófico en la Garganta de El Espinar,

donde se alimenta en un 22% de la amenazada y en regresión rana patilarga.

En el alto Manzanares, la especie ha aparecido en 6 transectos (37'5%) y coloniza toda

la comarca, superando los 1300 metros en los Chorros del Manzanares. Hemos

detectado su presencia en el alto Mediano a 1100 metros y en el Manzanares entre los

900-1000 metros mediante excrementos, con avistamientos directos de un ejemplar

atropellado en el valle del Samburiel (Moralzarzal) y de visones vivos en el Hueco de

San Blas y en la piscifactoría del río Manzanares al paso por la localidad homónima,

donde acuden a predar, provocando daños económicos sobre esta explotación.

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

34

Su presencia es una amenaza para el equilibrio ecológico de la cuenca del Manzanares,

aunque de momento no se han realizado esfuerzos serios de erradicación y su

establecimiento parece consumado. Durante la realización de los muestreos hemos

detectado indicios de cierta rarefacción de la especie en zonas de alta presencia de la

nutria, que puede predar sobre los visones, en un comportamiento que estaría

destinado a eliminar posibles competidores tróficos y que podría desplazar a los

visones hacia zonas subóptimas y hacia comportamientos más terrestres, aunque

confirmar estos parámetros requeriría estudios más profundos.

5.2.3. Turón (Mustela putorius)

Especie citada con anterioridad en el alto Manzanares en Cerro Ortigoso y en Garganta

Camorza, a partir de comunicaciones orales, encuestas y citas locales que aludían a su

presencia. Sin embargo, no se conoce en las últimas décadas prueba sólida de su

presencia, no habiéndose encontrado ejemplares atropellados de esta especie que,

desgraciadamente, suele detectarse con facilidad, dada su vulnerabilidad frente al

tráfico motorizado. Su muestreo mediante rastros directos suele ofrecer mayores

dificultades que las arrojadas por otras especies, complicando su detección.

No se han encontrado rastros del turón durante la realización del presente trabajo. Su

ligazón a riberas bajas y productivas y su preferencia por zonas ricas en conejo indican

la potencialidad de la comarca del embalse de Santillana para la especie, que quizás

pudiera recolonizar esta área en el futuro, no pudiendo descartarse su presencia en

baja densidad en la actualidad, aunque sin datos que la respalden.

5.2.4. Insectívoros acuáticos. Musgaño de cabrera (Neomys anomalus) y

desmán de los pirineos (Galemys pyrenaicus).

Especies bioindicadoras de una buena calidad de las aguas, endémicas de la Península

Ibérica y, en el caso del desmán, también de los Pirineos franceses.

El musgaño de Cabrera es un pequeño mamífero perteneciente a la familia de las

musarañas que se alimenta de invertebrados. Ha sido localizado en el río Manzanares,

habiendo sido citado por Javier Grijalbo en el libro Guía de un Naturalista en la Cuenca

Alta del Manzanares en el curso del Majadilla, afluente de dicho río. Es una especie de

difícil muestreo, merecedora de una férrea protección y de estudios específicos para

conocer sus patrones demográficos.

El desmán de los Pirineos es también un pequeño mamífero que se alimenta de

invertebrados. Vive únicamente en la mitad norte de la Península Ibérica y en el sur de

Francia. Ha mostrado un declive prolongado de sus poblaciones en el Sistema Central

(que es el límite meridional de su distribución) desde los años 90; se ha extinguido en

toda la cordillera, exceptuando las provincias de Cáceres y Ávila, donde sobreviven las

últimas poblaciones viables. Los muestreos realizados en la sierra de Guadarrama

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

35

Mirlo acuático

durante las décadas de los 90 y los 2000 han resultado, lamentablemente, negativos.

La degradación y urbanización de los cursos de montaña, la construcción de presas, la

contaminación, la fuerte sequía registrada en los años 90 y la introducción del visón

americano se apuntan como razones sinérgicas de dicha desaparición.

Sin embargo, hemos tenido la fortuna de observar fugazmente un posible ejemplar de

la especie buceando y ocultándose en una cueva subacuática en un arroyo del alto

Manzanares. Sin embargo, las condiciones en que tal observación tuvo lugar impiden

confirmar la presencia del desmán.

5.2.5. Mirlo acuático (Cinclus cinclus)

Especie bioindicadora de la calidad de las aguas, ligada a cursos de aguas limpias,

rápidas, rocosas y bien oxigenadas. En la comunidad de Madrid y la sierra de

Guadarrama está acantonado en las cabeceras fluviales, mostrando poblaciones

pequeñas y vulnerables. Los censos madrileños sitúan la cabecera del Manzanares

como el segundo feudo de la especie tras el río

Lozoya con, al menos, tres parejas reproductoras.

Se le ha detectado en la práctica totalidad de los

muestreos realizados: en quince de los diecisiete

(esto es, el 88,2% del total), demostrando el grado

de conservación excepcional de la cabecera del

Manzanares dentro de los ríos madrileños, con 16

kilómetros de ocupación y el mayor desnivel

observado. Los mirlos aparecen en concentraciones

invernales en la desembocadura del Manzanares, en

el embalse, entre 894-900 metros, y explotan

durante el verano las cabeceras, incluso por encima de los 1900 metros, con indicios

de reproducción en el arroyo Valdemartín, a 1950 metros de altitud. El rango altitudinal

en el que son más frecuentemente observables durante todo el año se sitúa entre los

920-1600 metros.

La observación directa ha sido la herramienta principal utilizada en la detección de la

especie, posada a menudo sobre los cantos rocosos situados en el centro de la

corriente o sobrevolando en vuelo bajo y rectilíneo el curso de agua. También se han

detectado excrementos y sus característicos nidos.

El mirlo acuático habita los ríos Manzanares, Mediano y Samburiel. No aparece en los

tramos secos durante el estío, ni en los fondos de valle de estos dos últimos ríos al

atravesar zonas sedimentarias y planas donde desaparece la corriente. El aceptable

caudal estival, el escalonamiento en gargantas y la buena calidad de las aguas del

Manzanares permiten la presencia constante de Cinclus cinclus durante la totalidad de

los tramos. Su presencia parece ligada a la obtención de buenos índices en la calidad

de las aguas y de macroinvertebrados.

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

36

Los mirlos acuáticos parecen persistir, sin embargo, en tramos urbanos y en zonas de

baño, donde las dificultades pueden estribar en establecer el nido en puntos tranquilos.

Pero estas circunstancias afectan a sus presas, incidiendo indirectamente sobre las

poblaciones de mirlo acuático.

5.2.6. Rana patilarga (Rana iberica )

Endemismo ibérico del cuadrante noroccidental. En la sierra de Guadarrama es una

especie en declive, protegida por la legislación autonómica. La degradación de los

cursos altos de los ríos, los únicos que coloniza, la introducción de peces y la presencia

del visón americano han provocado su extrema rarefacción.

Se ha localizado a la especie en cuatro de los transectos realizados (23'5%),

mostrando una distribución atomizada en torno al río Manzanares y conformada por

pocos individuos, no habiéndose localizado juveniles, aunque sí indicios de

reproducción. Destaca su presencia en cotas bajas, 980 metros en Garganta Camorza,

superando los 2000 en el nacimiento del río Manzanares. Han sido localizadas ranas

patilargas en cinco arroyos y en el propio río Manzanares.

Es muy destacable la presencia de la especie en marmitas de gigante, pilancones,

charcas inundables en brazos temporales del curso de agua y torrentes temporales en

torno a la corriente principal. Las poblaciones de peces y, especialmente, de trucha

(Salmo trutta fario) compiten con las ranas, predando sobre puestas y larvas y

desplazando al anfibio hacia medios efímeros, donde no hay peces. La existencia de

grandes cascadas o chorreras en tramos medios de los arroyos, como los Chorros del

Manzanares entre los 1300-1500 m.s.n.m., limitan el acceso de los peces a las

cabeceras, donde este anfibio mantendría sus mayores feudos. La introducción

intencionada de truchas en las cabeceras de todos los arroyos ha provocado el

descenso generalizado de la rana patilarga y una selección de medios subóptimos y

temporales en torno a la corriente. Resulta preocupante la extracción intencionada de

ejemplares en zonas de baño, como hemos podido observar en el río Manzanares. Los

bajos contingentes poblacionales de esta especie amenazada y protegida no pueden

soportar la persecución directa a la que se la somete actualmente. La prohibición de

baño adoptada en 2016 puede, de nuevo, ser un elemento esperanzador, ya que,

presumiblemente, la frecuencia con que se da esta situación desaparecerá o

disminuirá.

Rana patilarga

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

37

5.2.7. Otros anfibios

Durante la realización de los trabajos se ha detectado la presencia de otras diez

especies de anfibios, mostrando una rica comunidad conformada por once de las doce

especies que, sin injerencia humana, poblarían la zona: Salamandra (Salamandra

salamandra bejarae y Salamandra salamandra almanzoris), tritón pigmeo (Triturus

pygmaeus) y gallipato (Pleurodeles waltz), entre los urodelos y, entre los anuros, sapo

partero ibérico (Alytes cisternasii), sapo corredor (Bufo calamita), sapo común ibérico

(Bufo spinosus), sapo de espuelas (Pelobates culltripes), sapillo pintojo (Discoglossus

galganoi), ranita de san antonio (Hyla molleri) y rana común (Pelophylax perezi).

5.2.8. Galápago europeo (Emys orbicularis)

Es una especie escasa y de distribución atomizada en la Península Ibérica, que

mantiene poblaciones dispersas en la Sierra de Guadarrama.

En el Alto Manzanares lo hemos localizado en tres de los diecisiete transectos (17'6%).

Aparece en las cuencas de los tres ríos principales. En todos los casos se trataba de

ejemplares adultos, siendo algunos de grandes dimensiones. Resulta destacable su

rango altitudinal, situado entre los 893-1330 m.s.n.m.; esta altura es la máxima

registrada en la Península Ibérica entre los datos publicados a los que hemos podido

acceder.

La depredación, especialmente juvenil, ejercida por cigüeñas, garzas, ratas, zorros y

otras especies y el bajo contingente poblacional detectado parecen las principales

amenazas para la especie. La construcción de infraestructuras junto a algunos de sus

principales núcleos de población, también resultan muy perniciosas para el reptil.

5.2.9. Otros reptiles acuáticos o semiacuáticos.

Durante la realización del presente estudio se detectó presencia de galápago leproso

(Mauremys leprosa) y, por desgracia, también de especies alóctonas del género

Trachemys, que compiten con los galápagos autóctonos por las zonas de asoleamiento

del embalse de Santillana y cuyo control resulta importante de cara a la conservación

de estas especies.

La culebra viperina (Natrix maura) resulta abundante en numerosos arroyos, siendo

mucho más escasa su congénere la culebra de collar (Natrix natrix), que solo hemos

localizado en la cuenca del Samburiel y en el entorno de Charca Verde, en el

Manzanares.

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

38

El lagarto verdinegro (Lacerta schreriberi), endemismo ibérico con interesantes y

amenazadas poblaciones en la sierra de Guadarrama, está presente en todos los

arroyos muestreados por encima de los 1.100 metros de altitud. Se ha detectado

reproducción en numerosos puntos, y comportamientos defensivos consistentes en

trepar a árboles altos o en arrojarse al agua desde puentes situados a más de dos

metros de la corriente. Sus poblaciones del alto Manzanares parecen encontrarse aún

en un buen estado de conservación, aunque atomizadas en ciertos cursos de agua

como el Mediano o el Coberteros.

5.2.10. Lamprehuela (Cobitis calderoni)

Especie propia de la cuenca del río Duero, pero presente en la del Tajo tan sólo en las

cabeceras de los ríos Lozoya, Jarama y Manzanares. Su presencia allí puede

considerarse relicta o procedente de una introducción deliberada desde la cara norte

del Sistema Central.

Se ha localizado a la lamprehuela en seis de los transectos realizados (35'2%), siendo

frecuente en los tramos bajos del río Manzanares, especialmente en las inmediaciones

del embalse de Santillana.

Lamprehuela

Lagarto verdinegro

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

39

5.2.11. Trucha (Salmo trutta fario)

Presente en cursos de agua rápidos, bien oxigenados, cuya temperatura no asciende

habitualmente por encima de los 18 º C, caracterizando los cursos altos de los ríos o

"salmonícolas", en contraposición a los "ciprinícolas".

En los ríos del alto Manzanares es una especie aún abundante, presente en el

Navacerrada, Mediano y, especialmente, en el Manzanares, donde además ha sido

introducida hasta las cabeceras montañosas por encima de los 2000 metros de altitud.

En zonas bajas existen poblaciones introducidas de trucha arco-iris (Oncorhynchus

mykiss).

Ha sido localizada en todos los transectos realizados por encima de los 1.000 metros

de altitud, siendo localmente frecuente y dominante entre la ictiofauna.

5.2.12. Bosques de ribera

Los índices obtenidos permiten establecer un buen grado de conservación de los

bosques de ribera, que mantienen un buen funcionamiento ecológico de la interfase

agua-tierra y amparan a las principales especies bioindicadoras. Cabe destacar los

siguientes aspectos:

Dominio de las formaciones autóctonas en las riberas de los principales ríos y

arroyos. Fresnedas, saucedas arbustivas y arraclanedas son las formaciones

dominantes. Puntualmente, son sustituidas por choperas alóctonas de

repoblación. En términos generales, las especies exóticas son escasas, salvo en

las proximidades de los núcleos de población.

Las formaciones más valiosas se encuentran en las cabeceras de los arroyos o

en los fondos de valle más productivos.

Su complejidad, relacionada con el número de especies integrantes y extensión,

muestra un gradiente altitudinal alcanzando su máxima expresión en torno al

embalse de Santillana. La construcción de éste debió suponer la pérdida de los

bosques de ribera más productivos del alto Manzanares.

El tamaño del curso de agua está claramente relacionado con la entidad de su

bosque de ribera, alcanzando su mínima expresión en arroyos estacionales

como el Recuenco y mostrando bosques de decenas de metros de anchura en

tramos bajos de grandes arroyos como el Mediano, con numerosos cursos vivos

y otros anastomosados totalmente cubiertos por saucedas y fresnos.

Ciertas especies escasas por motivos climáticos o antrópicos encuentran refugio

en estas formaciones. Es el caso de acebos, tejos, abedules, chopos temblones,

mostajos, serbales o alisos. Sería conveniente reforzar sus poblaciones para

recuperar su funcionalidad ecológica en los ríos de la zona de estudio.

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

40

La anchura de los bosques de ribera suele estar ligeramente comprimida por la

presencia de pinares de repoblación, prados de siega, campos agrícolas o

medios urbanos. Resulta deseable la recuperación de la totalidad del ancho de

banda de estas formaciones, especialmente en áreas repobladas con coníferas.

Las operaciones de "limpieza de arroyos" y el uso público desmedido en zonas

de baño provocan la retirada de broza y madera muerta en el río, simplificando

las formaciones naturales y permitiendo una mayor incidencia de los visitantes

sobre las áreas refugio de las especies amenazadas. Sería necesaria la creación

de zonas de reserva donde se respetasen los procesos naturales de los bosques

de ribera, espesos y enmarañados. Esta situación puede verse paliada a partir

de las nuevas normas sobre baño adoptadas en 2016.

La presencia de bosques de ribera bien desarrollados trae aparejada una mayor

diversidad biológica, especialmente destacable en el caso de especies escasas y

protegidas como la nutria, que los selecciona para establecer sus áreas

reproductoras.

El río Manzanares a su paso por la Garganta Camorza

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

41

5.2.13. Macroinvertebrados

Los índices ADECAGUA muestran una buena representación de efemerópteros,

plecópteros y tricópteros, familias bioindicadoras de una buena calidad de las aguas.

La puntuación media del índice fue de 50, con todas las estaciones situadas entre

calidad buena y muy buena.

La calidad de las aguas desciende en tramos urbanos, donde son frecuentes los

vertidos ilegales, como puede observarse en el tramo final del río Manzanares y en

algunos de sus afluentes como el arroyo Cortecero.

La fuerte incidencia de las zonas de baño llega a provocar cambios en la composición

de las comunidades de macroinvertebrados y en los parámetros físico-químicos del río,

como ya ha sido puesto de manifiesto por otros autores. Afortunadamente, de nuevo

podemos afirmar que, presumiblemente, estos impactos negativos desaparecerán o

disminuirán cuando empiecen a apreciarse los efectos de la nueva normativa sobre

baño.

Ciertas especies como los cangrejos sólo se encuentran representadas en los tramos

bajos de los ríos, en torno al embalse de Santillana.

Efémera

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

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6. DISEÑO Y EJECUCIÓN DE ACCIONES DE INFORMACIÓN Y

EDUCACIÓN AMBIENTAL

Se ha elaborado un desplegable que explica la situación ambiental de los cursos de

agua de la Cuenca Alta del Manzanares y contiene una ilustración de gran tamaño

(50x70 cm) del ecosistema del río. Se han entregado varios ejemplares de éste a los

centros escolares de los municipios integrados en la comarca: Colmenar Viejo,

Manzanares el Real, Miraflores de la Sierra, Soto del Real, Tres Cantos.

Además, cada alumno participante en las sendas ecológicas llevadas a cabo en la

Cañada Real Segoviana a su paso por Soto del Real ha recibido un ejemplar, tras

recorrer las zonas de actuación y recibir explicaciones pormenorizadas sobre la

problemática de las zonas húmedas y su importancia en una jornada de 3 horas de

duración.

Uno de los principales recursos didácticos de estas sendas, llevadas a cabo en

noviembre de 2015, han sido las charcas construidas por el Voluntariado Repsol. En

ellas los alumnos han podido observar especies de flora y fauna propias de los

ambientes húmedos, parte de las cuales están presentes en los cursos de agua cuyo

estudio es el objeto de este documento. Especial atención recibió el grupo de los

anfibios, dada su vulnerable situación, que ha justificado la construcción de las

charcas. Los alumnos dispusieron de figuras a tamaño real y fichas de las especies

presentes en estas pequeñas zonas húmedas. Aprendieron a diferenciarlas y

conocieron la problemática que afecta a su conservación. Gracias a ello tomaron

conciencia de la necesidad de evitar algunos comportamientos muy negativos para la

conservación de los anfibios y de la naturaleza en general, como son el abandono de

desperdicios, la captura de ejemplares o la liberación de animales domésticos que

pueden terminar siendo especies invasoras, como ha sido el caso del galápago de

Florida.

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

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Póster que ocupa una de las caras del desplegable