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    Estudios Bblicos:

    El Libro de Josu

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    UN EJEMPLO: EL LIBRO DE JOSU(POR G. NAPOLE, O.P., Y SU EQUIPO,

    ARGENTINA)

    Vase ahora este ejemplo directamente sobre el sitio www.bibest.org en su versin es- paola

    EL LIBRO DE JOSUE

    INTRODUCCIN

    I. Constitucin del texto.

    1. Canonicidad e importancia tradicional.

    La tradicin juda nunca dud acerca del valor y autoridad del sexto libro de la Bibliallamado yeh ac. Moiss recibi la Tor en el Sina y se la transmiti a Josu -dice la Min-

    y Josu a los ancianos, y los ancianos a los profetas y los profetas se la han transmitido a loshombres de la gran asamblea (Abot 1,1). El Talmud a rma que el mismo Josu fue su autor salvo 24,29-30 que fue obra del sacerdote Eleazar hijo de Aarn, y 24,31-33 escrito por suhijo Pinjs (b.B.Bat. 14b-15a).

    El libro es el primero en la sucesin de las obras reunidas bajo la cali cacin denebm .Al aseverar que si Israel no hubiera pecado, le habran sido dados slo los cinco libros de laTor y el libro de Josu (b.Ned. 22b), la separacin ya mani esta que lo que en este libro serelata no es la palabra dada por Moiss en el Pentateuco; ser su cumplimiento, pero parcialy efmero. En efecto, la historia se inicia con esta primera generacin del desierto que es tes-

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    timonio de delidad a los designios divinos, pero tambin de cierta fragilidad en ese empeo,tal como se advierte en los ltimos captulos (cf. 23,16; 24,20). El nal del texto griego indicaque esta posibilidad se hizo realidad. El texto dice: En aquel da los hijos de Israel, toman-do el arca de Dios, la hicieron circular entre ellos y Pinjs lleg a ser sacerdote en lugar deEleazar su padre, hasta que muri y fue enterrado en Guibe su ciudad. Entonces los hijos deIsrael se fueron cada uno a su lugar y a su ciudad. Y los hijos de Israel dieron culto a Astart ya las Astart y a los dioses de las naciones que les rodeaban. El Se or los entreg a las manosde Egln, rey de Moab, y los domin durante dieciocho aos (Jos 24,33a-b).Flavio Josefo profundiza la distincin, al considerar que los profetas que vinieron despus de Moiss yque relataron en trece libros la historia de su tiempo por inspiracin divina, no gozan de lamisma autoridad que los precedentes, porque no hubo una sucesin exacta a partir de aquelmomento (Cf. JOSPHEC. Ap. 1,40).

    Las listas griegas de los libros del AT no establecen la separacin entre Ley y Profe-tas. A continuacin de los cinco primeros libros cali cados como Pentteuchos, ellas januna secuencia de la cual Jos es el primero. En la tradicin catlica, tal como lo estableci elCONCILIO DE TRENTO en 1546, el orden en esta secuencia es el siguiente: Cinco [libros]de Moiss, a saber, el Gnesis, el xodo, el Levtico, los Nmeros, y el Deuteronomio; el deJosu; el de los Jueces; el de Ruth; los cuatro de los Reyes; dos del Paralipmenon; el primerode Esdras, y el segundo que llaman Nehemas (EB 58). Forma parte, con los anteriores ycon los que le siguen, de la narracin de una historia sagrada que no se interrumpir hastala llegada de Cristo, como lo atestiguan implcitamente las genealogas de Mt y Lc. De estamanera, el libro de Jsous(huis Nau ) no tiene un estatuto particular en la lectura cristianade la Biblia; su valor proftico lo comparte con los dems libros del Antiguo Testamento.

    2. Manuscritos y versiones.

    La tradicin textual de Jos se encuentra representada, sobre todo, por las versiones he- brea (M), samaritana (JS), griega (G), siraca (S), aramea (T) y latina (V). Mientras que S y Vse encuentran muy vinculadas con M, G y JS di eren en extensin, contenido y orden. Esasdiferencias no encuentran una explicacin compartida; o bien se admite que los traductoresgriegos tuvieron frente a s un modelo hebreo diferente al de M, probablemente ms breve;o bien, que ambos partieron de una fuente hebrea comn y se desarrollaron de forma inde- pendiente. La comparacin con 4Q47-48 (4QJosa-b) no es de gran utilidad al respecto ya quese observa, por un lado, una mayor proximidad con G, pero tambin se encuentran rastrosde expansin caractersticos del texto hebreo; todo lo cual re eja la existencia de lecturasoriginales y autnomas en los medios de Qumrn.

    En cuanto a JS, su ttulo es sefer haymm. Se trata de una obra samaritana que existeen ms de una versin y, de modo convencional, se la reconoce como Crnica II.Escritaen hebreo, contiene una forma corta y particular de Jos. A pesar de contener glosas judas ymusulmanas, este texto es signi cativo, entre otras cosas, por su brevedad respecto de M, por la ausencia de discursos deuteronomistas y por los llamativos contactos con Flavio Josefo.

    El targm yntn, tambin llamado de los Profetas anteriores, est escrito en arameoantiguo (prob. anterior al 135 d. C.) y ofrece una versin de Jos vinculada a la tradicin que

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    usualmente se reconoce como masortica. Cuando se distancia, lo hace para evitar el riesgode una comprensin antropomr ca de Dios y su obrar.

    II. Interpretacin

    1. Gneros literarios

    Jos forma parte de un tipo de literatura que realiza una representacin del pasado simpli-cado y embellecido conforme a los puntos de vista de una sociedad antigua, con el objeto

    de poner en evidencia ciertos valores morales y religiosos. En ese cuadro general de lo que podra llamarse una epopeya sacral, el libro exhibe narraciones de carcter cultual y etio-lgico, listas de ciudades y fronteras tribales; tambin presenta algunos relatos que puedencali carse como sagas, parte de algn poema y varias exhortaciones.

    2. Plan de conjunto del libro

    El libro est estructurado en dos partes y se cierra con tres conclusiones. La primera parte(c.1-12) comienza con un discurso de Dios a Josu, ordenndole cruzar el Jordn para ocupar la tierra que prometi a sus antepasados. Tras enviar unos espas a Jeric (c.2), tiene lugar el paso del Jordn (c.3-4) al que le siguen tres episodios: circuncisin, celebracin de la pascuay aparicin del jefe del ejrcito celeste (c.5), que revelan la novedad del momento en que seencuentra Israel. El c.6 re ere la victoria en Jeric. Cuando todo parece ir bien y se esperaconquistar las montaas centrales, tiene lugar la derrota en Ay motivada por el sacrilegio deAkn (c.7). Una vez resuelto el problema, se toma la ciudad (c.8). Precisamente este hecho provocar el pnico de los gabaonitas, que mediante una argucia consiguen engaar a Josu ysalvar la vida, aunque quedan sometidos como aguadores y leadores (c.9). El tratado de pazentre Gaban e Israel asusta a los reyes de Jerusaln, Hebrn, Yarmut, Laquis y Debir, que seunen para luchar contra Josu. En esta campaa tiene lugar el episodio de la detencin del sol(c.10). La ocupacin del sur provoca el pnico de los reyes de Jasor, Mern, Akaf y otros,que se enfrentan a Josu y son derrotados en las Aguas de Mern (c.11). Cierra la primera parte la lista de reyes vencidos (c.12).

    La segunda (c.13-21) est dedicada a la distribucin del territorio. Como la anterior, sta

    se inicia con un discurso de Dios a Josu en el que le encomienda repartir la tierra al pueblo(13,1-7). Acto seguido, se recuerda la entrega llevada a cabo por Moiss a las tribus de laTransjordania (13,8-33). Una segunda introduccin (14,1-5) atribuye la tarea del reparto alsacerdote Eleazar, a Josu y a los cabezas de familia. En los relatos que siguen, ubicadosen Guilgal, se procede a la asignacin del territorio a las tribus de Jud (14,6-15,63), Efran(c.16) y Manass (c.17); y en Sil, a las siete tribus y media restantes (c.18-19). Finalmentese enumeran los lugares de refugio (c.20) y las ciudades levticas (21,1-41). Esta parte secierra con la comprobacin de que se han cumplido todas las promesas de Dios (21,43-45).

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    Finalmente Josu despide a las tribus de Rubn, Gad y la media tribu de Manass (c.22);l mismo dirige a Israel su discurso de despedida (c.23) y preside la gran asamblea de Siquem(24,1-28). El libro se cierra con algunas noticias breves, entre ellas las muertes de Josu yEleazar (24,29-33).

    3. Propuesta de lectura

    a. Una teologa de la tierra

    El discurso divino con el que se inaugura la narracin (1,1-9) indica el comienzo de unanueva etapa, que se inicia con la a rmacin del don gratuito de YHWH. Como el jardncreado para la primera pareja humana (Gn 2,8-14) y como la libertad otorgada en Egipto(15,30s.), la tierra es ahora el smbolo de esa donacin y, quizs, la protagonista silenciosadel libro. No hay mrito que obligue; slo delidad que se dilata.

    Al nalizar la primera parte se constata: Josu se apoder de todo el pas, como el SE- OR haba dicho a Moiss (11,23). En efecto, lo prometido a Moiss y luego a Josu, se hacumplido. Acabado el reparto de la tierra, se insiste: De esta forma dio el SEOR a Israeltoda la tierra que haba jurado dar a sus padres (...) No dej de cumplirse una palabra de todaslas promesas que haba hecho el SEOR a la casa de Israel. Todo se cumpli (21,43-45). Laobtencin de la tierra se convierte en el signo de la delidad de Dios a sus promesas, temateolgico desplegado de forma narrativa a lo largo de todo el libro. Pero se trata de un signoque los lectores de las sucesivas generaciones debern tambin apropiarse. De all la invita-cin que se encuentra en el discurso de despedida de Josu: Reconoced de todo corazn ycon toda el alma que no ha dejado de cumplirse una sola de todas las promesas que os hizo elSEOR, vuestro Dios. Todas se han cumplido, ni una sola ha dejado de cumplirse (23,14).Esto ya es confesado por los que no pertenecen a Israel (2,9-13; 9,9-10).

    A la enunciacin de la delidad divina le sigue la exhortacin a la obediencia. Se trata decomprender qu har Israel con el don que ha recibido -la tierra- y cmo va a vivir en ella. Por eso, desde el primer discurso de Dios se establece la orientacin fundamental: No se alejarde tu boca este libro de la Ley y meditars en l da y noche para que cuides de cumplir todolo que ha sido escrito en l, ya que slo entonces hars prosperar tu camino y tendrs xito(1,8). La misma orientacin aparece tanto en la liturgia sobre el monte Ebal (8,34s.) comoa la hora de despedir a las tribus (22,5) e incluso en el mismo discurso nal (23,6). El libro

    destaca que durante la vida de Josu, an dejando entrever ciertas fracturas (c.7; 14,6-13;23,16; 24,20; G 24,33a-b), la respuesta del pueblo fue predominantemente positiva (cf. Jc2,7-10). Ella se presenta como un momento paradigmtico: Israel sirvi al SEOR mientrasvivi Josu y los ancianos que lo sobrevivieron y que haban visto las hazaas del SEOR en favor de Israel (24,31).

    b. Una teologa de la identidad

    Jos es una obra que mediante la forma narrativa ilustra determinadas tesis teolgicas yest destinada a construir sentido e identidad. Entre ellas destaca la confesin de que el pue-

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    blo, tras encontrar a Dios en el desierto, recibe ahora la tierra de l. Ese Dios ha combatidoen su favor (23,3-10; 24,11-12) y les concede en herencia el territorio que haba prometidoa sus padres (23,5.14).Llamativamente, la primera persona que realiza esa confesin es unamujer extranjera: Rajab (2,9-11). Etapa ideal de la historia del Israel bblico en la cual sobre-salen las caractersticas de unidad y homogeneidad: se acta como un pueblo al mando deun solo gua, cumpliendo los mandamientos del nico Dios y obedeciendo toda su Ley, paraobtener la tierra que le fue prometido. Los pueblos de Canan, en cambio, se caracterizan por su pluralidad y heterogeneidad: son diversos y viven esparcidos por el territorio, con susrespectivos reyes y dioses.

    c. Una tipologa cristolgica

    Dado que las Setenta transcribe el nombre de Josu comoIsos, la tradicin cristianaha considerado a Josu como gura de Jess. Segn Mt, bautizado en las fronteras de la tierra prometida (cf. 3,13-17), Jess penetra en ella en tanto que anuncia la inminencia (4,17; 6,10;10,7) y proclama la presencia del Reino (5,3; 11,12; 12,28). Adems, emplear los produc-tos espec cos de esa tierra, en especial el pan y el vino, que llegarn a ser la realidad delResucitado, primicia del Reino. Bajo la gua de Cristo, la humanidad entera puede acceder al Reino de Dios, su tierra prometida. Tanto por su nombre como por sus acciones -dirSan Jernimo- Josu pre gura a Jess: pasando el Jordn, venciendo a los reyes enemigos,distribuyendo la tierra al pueblo victorioso, enumerando ciudades, pueblo, montaas y lmi-tes, describe por anticipado los reinos espirituales de la Iglesia y de la Jerusaln celeste (Cf.JERNIMO, Prolog. galeat .). Y en un plano ms personal e interior, esta tradicin identi ctambin el proceso de la fe de cada creyente como un camino hacia la tierra prometida: la persona de Cristo, tanto en su cuerpo resucitado como en su prolongacin en la Iglesia.

    La gura de Josu y algunas escenas del libro fueron recogidas en diferentes expresio-nes artsticas. Mientras J. F. HNDEL(1685-1759) compuso en Inglaterra un oratorio sobreJosu con la colaboracin de TH. MORELL y su obra Joshua: A Sacred Drama, 1748,R.M. RILKE (1875-1926) produjo en 1906 el poema Josuas Landtag. Tambinla baslicaSanc-ta Maria Maggiore en Roma conserva una serie de mosaicos del siglo IV que ofrecen unciclo de episodios tomados del libro de Josu y en elCampanile de FlorenciaDONATE-LLO(1386-1466) esculpi una estatua de Josu acompaada de escenas de su vida.

    III. Elementos histricos

    1. Historia referencial

    Las caractersticas literarias de Jos estn muy lejos de las que corresponden a una obracontempornea de historia. En l, el conjunto de la conquista se presenta de forma esque-mtica y se concentra en el territorio de Benjamn. El reparto del pas est precedido de undiscurso de Dios a Josu en el cual, adems de sealarle al hijo de Nun que ya se encuentraviejo y entrado en aos, el Seor le aclara que an queda mucho territorio por conquistar del pas de Canan, entendiendo esta expresin en un sentido muy extenso (Jos 13,1s.). He

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    aqu por qu el catastro que sigue a este discurso revela un perodo diferente y la conquistaadquiere los trazos de una historizacin pica de relatos de fundacin, que nos remiten atiempos inmemoriales. El libro que sigue (Jueces) se inicia con un programa de conquistasque no llegar a realizarse en su totalidad. El libro de Josu, por lo tanto, es tpicamente bblico ya que est desprovisto de toda temporalidad mitolgica, caracterstica de las obrasliterarias de las culturas vecinas.

    Teniendo en cuenta esta complejidad en las relaciones entre historia y relato bblico, esnatural que la arqueologa solo pueda ilustrar hechos aislados. El ejemplo de la toma de Ai pareciera signi cativo: el nombre de esta ciudad signi ca ruinas. De hecho, se han en-contrado en ese emplazamiento los restos de una ciudad de la poca del Bronce antiguo (3milenio). En Jos, por consiguiente, el relato de la conquista de esta ciudad tiene un alcanceetiolgico.

    En estas condiciones, resulta muy difcil mantener la idea de una conquista a travs deuna invasin panisraelita a Canan en el siglo XII a. C. Las diferentes hiptesis explicati-

    vas sobre el origen de Israel se fueron sucediendo en la historia de la investigacin moderna,ajustndose o modi cndose a partir de los descubrimientos provenientes de la arqueologa,de los aportes epigr cos y de los avances en la crtica literaria sobre el texto bblico.

    Los resultados de la labor arqueolgica reciente muestran que el proceso de estableci-miento en las reas marginales y en las montaas de Canan debe ser considerado como unarealidad histrica heterognea, con diversos desarrollos en cada regin de acuerdo con suscaractersticas ecolgicas, econmicas y demogr cas. El agente principal de ese desarrollo-poblaciones rurales-, no tienen que ser identi cadas todas ellas como israelitas en el senti-do tnico, poltico y religioso que este trmino va a adquirir mucho ms tarde y gradualmente.

    Adems, muchas de las ciudades que el relato bblico considera conquistadas por Josuy los israelitas, simplemente no existan a nales del Bronce Reciente (1200 a. C) como Jes- bn, Arad, Jeric y Ay, ciudades cuya cada se describe con detalle. Otras que se considerabaque haban sido destruidas como resultado de un levantamiento masivo o de una conquistatotal en una campaa rpida, fueron en realidad destruidas paulatinamente en un perodo devarias generaciones. Jazor desapareci hacia 1200 a. C. mientras que Laquis fue destruidaun siglo despus. Dan, Guibe y Yarmut, que se mencionan como batidas por los israelitas,ofrecen restos del Bronce Reciente tan escasos, que debe aceptarse que en esa poca eranslo pequeas aldeas.

    Los datos precedentes han conducido a algunos investigadores a considerar Israelcomo una la entidad que se origin en el pas de Canan durante los siglos XIII-XI a. C.,a partir de la poblacin del pas. Sin embargo, otros arquelogos sealan la ausencia deargumentos serios para invalidar la teora tradiciones. El arribo de poblaciones extranjeras portadores de tradiciones venidas de Egipto y del desierto, estaran al origen de la formacindel pueblo de Israel. Tres hechos importantes lo con rmaran: 1) La mencin de Israel enla estela del faran Merneft, que data de 1209/1208 a. C. (el determinativo que precede alnombre de Israel en la estela, designa siempre en egipcio a un pueblo semi-nmade, diferentea las referencias a ciudades-estado caractersticas de las poblaciones cananeas); 2) el bruscocrecimiento demogr co en las montaas de Jud a nales del perodo del Bronce y comien-

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    zos de la edad del Hierro (1250-1150); 3) la inexistencia, en n, de cra de ganado porcino enlas poblaciones: la ausencia de huesos de cerdo entre los desechos de estos establecimientos poblacionales los distingue netamente de otros pueblos de Canan (aunque este ltimo datoes interpretado diversamente por los arquelogos). Las tradiciones relativas a la salida debie-ron ser antiguas, pues ya se alude a ellas en la profeca de Ams y Oseas, las cuales datan,en lo esencial, del siglo VIII a. C. (Am. 2,10; 3,1; 9,7; Os. 2,17; 11,1; 12,10; 12,14; 13,4).

    Desde el punto de vista histrico, la contribucin de Jos al debate sobre los orgenes deIsrael sigue siendo objeto de discusiones. l seala, en todo caso, la importancia de Siquem,entre Ebal y Garizim (Jos 8,30-35; Dt 11,29). Los resultados obtenidos por la arqueologaevidencian que la relacin entre el texto bblico y la historia no es tan sencilla como se pudohaber imaginado. En todo caso, no debera descartarse a priori que los autores bblicos cono-cieran tradiciones acerca del pasado de Israel y de Jud. Queda abierta la cuestin del sentidode la informacin que trasmiten en unos textos profundamente marcados por una perspectivareligiosa determinada con sus correspondientes repercusiones sociales mltiple.

    2. Historia literaria

    Desde el punto de vista lingstico, lo esencial de Jos revela el hebreo clsico queestuvo en vigor durante toda la poca monrquica hasta un poco ms all de la destruccinde Jerusaln. Los relatos de la conquista en Jos 2-11 parecen ms antiguos que los textos del

    n de la monarqua y del Exilio, testigos de una sintaxis ms desarrollada, que llegar a ser an ms compleja durante el perodo persa. Por otra parte, han debido utilizarse algunastradiciones antiguas, como lo testimonia la onomstica de Jos 10-11.

    El texto de Josu re eja un proceso complejo y extenso de formacin tanto en las tradi-ciones que testimonia como en su composicin literaria, que llega hasta el perodo posterior a las invasiones del reino de Jud. La crtica literaria ha permitido distinguir algunos estratosque con uyeron en la elaboracin de esta obra. Una buena parte de los relatos que se encuen-tran entre los c.2-10 se sitan en la ruta que va de Jeric a Gaban, y se mueven dentro de lastradicionales fronteras del territorio de Benjamn (cf. 18,11-28). El centro de operaciones sehalla en Guilgal (4,19; 5,9.10; 9,6; 10,6.15.43; cf. 1 S 11,12-15; 13,4), lugar donde se encuen-tra depositada el arca. El santuario benjaminita de Guilgal habra jugado un rol importante enla celebracin y conservacin de las tradiciones a partir de las cuales se compusieron estoscaptulos, lo cual permite establecer con cierto fundamento la existencia en Jos de un ciclode Guilgal. A la vez que se describen conquistas de ciudades y territorios, en estos textos seofrecen tambin explicaciones de carcter etiolgico (4,6-7.9.21-24; 5,9; 6,25; 7,26; 8,28.29;9,27; 10,27).

    En cambio, los c.14-20 ya no describen movimientos militares guiados por Dios, sinola distribucin del territorio llevada a cabo por los israelitas (14,1.4-5; 19,49a). Se basan enotras fuentes que deben buscarse en los archivos administrativos de los tiempos monrqui-cos. Subyace en los c.14-19 una lista de localidades del reino de Jud tras su divisin en docedistritos, probablemente procedente del reinado de Josas (640-609 a. C.), as como trazadosde lmites fronterizos y en el c.20 un catlogo de ciudades de asilo (cf. Ex 21,13).

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    Los c.1 y 23 poseen algunos rasgos en comn. Ambos presentan largos discursos: unoabre la nueva etapa y el otro la concluye; la gura de Josu concentra la atencin y las tribusson presentadas bajo su conduccin, unidas en el mismo propsito. En ellos, adems, se re-

    eja un esquema teolgico semejante: Dios ha dado la tierra a Israel cumpliendo su promesa;ahora Israel debe ser cuidadoso en cumplir toda la Ley que orden Moiss, sin desviarsede ella ni a derecha ni a izquierda (1,7; 23,6). El c.23 aclara que desviarse signi ca ir de-trs de otros dioses y darles culto (v.7-13). Por la vinculacin con el Dt, suelen identi carsecomo textos deuteronomistas, a cuya lista hay que agregar 8,30-35; 10,16-43; 11,10-20;12; 22,1-8; 24.

    Algunos indicios parecen revelar en este libro una actividad de redaccin sacerdotal. En-tre ellos, el nal de la obra, que culmina hablando de un sacerdote (24,33) y cuya importanciaen la distribucin del territorio (14,1; 17,4; 19,51; 21,1) se extender ms tarde a su hijo(22,8-34); la detallada descripcin de las ciudades que corresponden a los levitas (21,1-42),y por ltimo, la impronta litrgica que marca las escenas del paso del Jordn y la llegada aGuilgal (cf. c.3-4) como tambin el relato de la circuncisin del pueblo (5,2-8).

    IV. Presentacin de la percopa

    Este captulo es la introduccin a todo el libro y, a la vez, su marco teolgico. Lo es-tructuran dos discursos sucesivos y una respuesta del pueblo: habla el SEOR (v.2-9), luegoJosu (v.11-15) y, enseguida, responden las tribus de Rubn, Gad y la media tribu de Mana-ss (v.16-18). Como en el c. 24, a un discurso de Josu le sigue el acto de obediencia de susoyentes.

    Al otro lado del Jordn (Dt 1,1) Moiss haba advertido su cientemente al pueblosobre las condiciones para entrar a la tierra que el SEOR haba jurado dar a sus padres.Ahora, el mismos SEOR se dirige a Josu asegurndole ese don. En efecto, el verbo daraparece prcticamente cada vez que se habla de la tierra y en la mayora de los casos, Dios esel sujeto. En el principio estaba el don.*interp Temas A Josu -y con l al pueblo- le compete preservarlo. Para ello, lo que se les pide es que sean cuidadosos en cumplir toda la Ley quele orden Moiss (cf. v.7 M). Don de la tierra y obediencia a la Palabra con guran los dostrminos de una relacin de delidad entre Dios y su pueblo.

    La toma de la tierra ser obra de todas las tribus, inclusive de aquellas que ya tenan su parte del otro lado del Jordn. La hazaa la llevar a cabo un pueblo unido y bajo la conduc-cin de un gua: Josu, cuyo liderazgo se de ne a partir de la gura de Moiss (v.5.17).Y nohabr descanso hasta el Seor conceda reposo a todos los hermanos (v.15).

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    Propuestas de lectura

    c. 1 Narracin.Cinco actores intervienen e interactan en esta percopa. Los cuatro pri-meros son reales: el Seor, Moiss, Josu y las tribus de Transjordania; en cambio, el posiblees el rebelde. Buena parte del c. recoge lo dicho en Dt 1,38; 3,21-28; 31,1-8.14.15.23; 34,9.

    Moiss es la referencia y garanta que viene del pasado. En el presente, las tribus se disponena obedecer a Josu, v.17a; en el futuro, los hijos de Israel esperan que Josu demuestre que elSeor est con l, v.17b y castigarn al que se rebele, v.18a. Los v.7-8 introducen dos temas principales: el cumplimiento de la Ley (omitido por JS), que ser condicin del xito en lacampaa; y la unidad de Israel, que no estar ligada a una geografa sino a una delidad, yaque todos comparten el mismo destino. Hasta que los de Cisjordania no gocen de descansoen la tierra, los de Transjordania tampoco lo harn ni poseern de nitivamente su territorio.

    c. 1 Temas.Dios promete a Israel unas fronteras tan amplias que sorprenden, v.4.*hge4. Su ubicacin al comienzo de una nueva etapa de la historia provoca un efecto narrativo pode-roso: el lector es invitado a descubrir la sobreabundancia del don de Dios para su pueblo. Undon inabarcable; una suerte de jardn del Edn, que no se podr poseer plenamente y quesiempre conservar esa dimensin de promesa. Mt 5,4 recoge este motivo en la bienaventu-ranza que Jess -de quien Josu fue tipo-,*chr1, anuncia a los humildes, de acuerdo con elSal 37,11*chr3-4.Ms all de su emplazamiento exacto, lo esencial ser la caractersticasanta de esa tierra: el reinado de Dios. La herencia o la posesin del reino es uno de losanhelos ms importantes en la vida de los discpulos, segn la predicacin cristiana primitiva(cf. Mt 25,34; 1 Co 6,9; 15,50; Ef 5,5; Ga 5,21). Tierra prometida

    c. 1 Estructura. El c. se estructura en dos secciones. Los primeros nueve v. presentanel discurso de Dios a Josu, que introduce los tres temas fundamentales de todo el libro: la

    ocupacin del territorio, c.1-12, su distribucin entre las tribus, c.13-22, y la obediencia a laLey, c.23-24. Los v.10-18 narran los primeros pasos de los israelitas a las rdenes de Josu, poniendo as de mani esto la inmediata realizacin de los planes divinos.*gen10-18Estasegunda seccin reconoce una orden de Josu a los o ciales, v.10-11 y un discurso a las tribustransjordanas con la correspondiente respuesta, v.12-18.

    Texto

    Crtica textual

    1b servidor del Seor.G omite. Glosa aadida para armonizar con Dt 34,5?1c habl el Seor.JS emplea la forma abreviada yy para el nombre divino.2d entrego.V dar, igual que v.3 (entregar) 11 (dar), acentuando ms an el

    aspecto de promesa.4a este Lbano.Prob. gl. que manifestara el inters por reivindicar al Lbano como parte

    de la tierra prometida, cf. Dt 3,25; Jos 9,1; 11,17; 12,7; 13,5.

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    5b. como estuve con Moiss estar contigo.T como mi palabra estuvo con Moiss mi palabra estar contigo.

    6a mantente rme y s fuerte ya que t dars como herencia a este pueblo.4Q378(4QPsJosa) y no te acobardes mantente rme y se fuer[te ya] que t dars como herencia a[este pueblo y no ser.

    7c de ella.M lit. de l.7d por donde quiera que vayas.V para que comprendas todo lo que hagas.9b El Seor tu Dios [estar] contigo.T La palabra del Seor tu Dios [estar] contigo.9c. por donde quiera que vayas.V por donde quiera que atravieses [tu ruta].12a A los rubenitas, a los gaditas.T a la tribu de Rubn, la tribu de Gad.15c tomaris posesin de ella.V habitaris en ella.

    17a escuchamos a Moiss as te escucharemos.4Q378 (4QPsJosa

    ) [y] nosotros escu-chamos a Moiss a[si; V obedecimos y as te obedeceremos a ti tambin; T aceptamosy as te aceptaremos.

    17b el SEOR tu Dios est contigo.T la palabra del Seor tu Dios est contigo.18b y no escuche.4Q378 (4QPsJosa) l escuchar y no[; V no obedezca; T no

    acepte.

    18c. t solo mantente rme y se fuerte.V T slo acta como un hombre.

    Vocabulario1d Josu hijo de Nun. yeha: la designacin ms frecuente de Josu (Ex 33,11; Nm

    11,28; 13,16; 27,18; 32,28; Dt 1,38; 31,23; Jos 2,1.23; 6,6; 14,1; 17,4; 19,49.51; 21,1; 24,29;Jc 2,8; 1 R 16,34). Sin embargo, se encuentra tambin ha en Nm 13,8.16.17; Dt 32,44;ya en Ne 8,17. M, JS y V: hijo de Nun y G: hijo de Nau (prob. alteracin de NAYNen NAYH) a excepcin de 1Cr 7,27 Hijo de Noum. Misma frmula en a y s (Jos 1,1). Naukosen JOSEFO,A.J. 3,49.

    1b servidor. ebed: tt. que reciben personas a las que se les reconoce una especial rela-cin con Dios, elegidas para llevar adelante sus planes y que se mantienen eles (Nm 14,24;

    2 S 3,18; 1 R 11,13; 14,8; Is 42,1; 44,1.2; 49,3; Job 1,8; 2,3). G ho therapn indica un serviciolibre y honorable tanto para Moiss (Nm 12,7; Jos 1,2.11; 9,4s.) como para Josu (Ex 33,11).*bib1b

    1e ayudante. me rt de la raz rt desempear una funcin o ministerio, asistir,servir (Gn 39,4; Is 60,10). Designa tambin a funcionarios del rey (Cro 27,1; 28,1; Est1,10) o del culto (Ne 10,37; 10,40). Eclo 46,1: Josu, sucesor de Moiss en la funcin pro-ftica.*syn1e

    2c este pueblo.m: la palabra ms utilizada en Jos para identi car a los destinatariosde las promesas de Dios.

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    2f los hijos de Israel.En sus orgenes fue una designacin tribal (Gn 32,33; 42,5; Ex3,15; Nm 32,17; Jc 6,2; 1 S 7,6; Mi 5,2).

    10b o ciales.r designa un cargo subordinado o subalterno sea en el mbito militar (Dt 20,5.8.9), como en el administrativo (1 Cro 27,1) o judicial (Dt 16,18; 1 Cro 23,4). Sufuncin es de mediacin entre la autoridad y el pueblo, que incluye transmitir las rdenes. Eltrmino se destaca en Dt Jos y Cro; nunca se utiliza en Jc S y R ni en la literatura proftica.En Jos. los o ciales estn presentes en el paso del Jordn (3,2) y en la lista de autoridades(8,33; 23,2; 24,1).

    14c en orden de batalla. Hmm: lit . los que marchan al frente del ejrcito (Ex13,18; Nm 32,17; Jc 7,11).

    15a conceda reposo. lit. har reposar (Dt 3,20; 12,10; 25,19, 2 S 7,1.11; 1 R 5,18;8,56). El sentido primero de este verbo equivale al retorno a la casa despus de un largo dade trabajo.

    Gramtica

    3b lo entregu.M nttyw pf. La conquista ser el cumplimiento de un designio divinoestablecido de antemano.

    7a siendo cuidadoso en cumplir toda la Ley.En M se encuentran dos inf. cstr.(lmr -l c wt) ; en G se encuentran coordinaods(phulssesthai ka poiein) distinguiendo dos momen-tos en la observancia de la Ley (Dt 15,5; 28,1.15).

    8c. as tendrs xito.La amplitud de signi cados que tiene raz kl Hi. explica las for -mulaciones de G obtendrs inteligencia (sunseis) y de V lo comprenders(intellegeseam).

    13a recordad la palabra. zkwr inf. abs. sealando la importancia de la orden.13b.El mandamiento de Dios est construido por un ptc. pres. (mny est concediendo

    reposo) seguido de un pf. conwaw (wntn, y entreg). Este ltimo debe considerase copu-lativo, cf. G y V.*bib13b

    Procedimientos Literarios

    4. nfasis.En Dt 11,24 Moiss dice a los israelitas que la tierra les pertenece; en Jos,Dios directamente la da, recordando lo que prometi a Moiss. En Dt slo se dice Lbano;en Jos este Lbano. En Dt se dice desde el ro; en Jos hasta el ro grande.En Jos se aa-de todo el pas del hitita. En Dt se dice hasta el mar posterior o extremo; en Jos hasta elmar grande en donde se pone el sol.

    2-9. Pregunta retrica. Despus de una secuencia de rdenes (v. 2b.5b.6.7.8) el discursonaliza con una pregunta retrica que fuerza al destinatario a responder, ya que la certeza de

    la victoria no excluye la libertad personal. Josu responde mediante su inmediata obediencia(v.10). *gen10-18

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    5-9. Binomios.Cf. v.5b.6a.7.8a.9 todos en relacin con Josu. En esta parte del discursono se alude al pueblo, principal bene ciario del don de la tierra.

    Gneros Literarios

    2-9. Orden.El discurso de Dios introduce una forma clsica de presentar acontecimien-tos en la antigedad: la pica sacral. En ella la historia es impulsada por una serie de inter-venciones directas de Dios, quien gua al hroe y a su pueblo, y establece su destino. La presencia divina ocupa un lugar muy especial en la narracin de hazaas militares.

    10-18. Ejecucin.El hroe obedece de inmediato al mandato de Dios con el que se iniciala historia.*gen2-9Josu da rdenes a los o ciales del pueblo y a las tribus de la Transjor -dania.*pro2-9stos responden unnimes utilizando expresiones de absoluta delidad. Lasa rmaciones del pueblo destinadas a Josu en los v.16.17.18a bien podran dirigirse a Dios.

    CONTEXTOS

    Historia y geografa

    JS En el ao 2794 de la creacin del mundo.Datacin importante para el Islam. Lavenida de Mahoma establece, a la vez, el nal de la desaprobacin divina y el advenimientodel Mesas*juiJS que tendr lugar aproximadamente 1000 aos despus del profeta.

    2b este Jordn. Nace de tres fuentes al pie del Hrmn. En la Biblia aparece siempre precedido de art.(hyyardn) salvo Job 40,23 y Sal 42,7. En razn de su abrupto desnivel

    recorrido por este ro, se ha relacionado el nombre con el vb. yrd, uir (descender) torren-cialmente (Jos 3,13.16). Las expresinhyrdn hzh (1,2.11; 4,22) debe entenderse como elJordn que veis ah. Cf. Nm 26,3.63 el Jordn deJeric.

    4a Lbano.La etimologa ms aceptada se apoya en la raz lbn (blanco), de all la po-sible signi cacin de montaas blancas (Jr 18,14(. El nombre aparece en muchas ocasionesen el AT (Dt 11,24; Jos 1,4; 12,7; Jc 9,15; 1 R 5,13.20; Sal 72,16; 104,16; Ct 3,9; Is 10,34;Jr 18,14; Ez 27,5) e identi ca generalmente a la montaa occidental que marca el lmite delnorte de Israel. Pocos textos lo incluyen como parte del pas.*txt4aCiertos textos ugarticosas como el Sal 29,6 distinguen el Lbano del Sarin(ryn) que prob. sea el Antilbano de G(Jdt 1,7).*chr4a ste ltimo incluira hacia el este el valle de Beqahasta el Hrmn. En lostextos del tercer y segundo milenio as como en las fuentes asirias y babilonias, el Lbano esdescrito como una fuente muy importante de madera (Ez 27,5) y minerales, y como un pasde viedos (Os 14,8).

    4b el ro ufrates.M pert equivale a G Euphrts. E n general se trata del ro ufrates(2 R 23,29; 24,7; 1 Cro 5,9; 18,3; 2 Cro 35,20; Jr 46,2.10; 51,63).*bib4bSin embargo, en Jr 13,4-7 y en algunos comentarios rabnicos a Gn 15,18 y Dt 1,7 prob. se est haciendo refe-rencia alwdy fra, situado al sur de las ruinas deTell Fra y a diez kilmetros al noreste deJerusaln. Ya en la planicie de Jeric su nombre eswdy l-Qilt. *jui4b

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    JS: Todos los reclutados de los israelitas entre veinte y cincuenta aos totalizaro601.730. El nmero de la tribu de Lev de un mes en adelante era 23.000.Ambas cifrasse encuentran en Nm 26,51 y 26,62 respectivamente, pero sin la precisin entre veinte ycincuenta aos.

    12-18M - JS G. M recuerda las instrucciones que las tribus de la Transjordania ya habanrecibido con anterioridad y que haban cumplido. JS y G, en cambio, ellas estn presentesen el discurso de Josu y acogen sus rdenes, despus de las que dirigi a los o ciales oescribas del pueblo.

    14b Moiss.Moiss no se encuentra en G, de tal manera que en esta versin, todo esun discurso de Moiss hasta el v.15a (cf. Dt 3,18-19). M introduce Moiss indicando queJosu ha retomado la palabra. El texto hebreo no ofrece, pues, una orden de Moiss propia-mente dicha sino slo la constatacin del v.13b.

    Intertextualidad Bblica

    1b servidor. En el NT se aplica servidor y esclavo tanto a Jess (Mt 12,18; Mc10,43-45; Hch 3,13.26; 4,27.30) como a sus discpulos (Jn 12,26; Hch 26,16; Ga 1,10; Col4,12; 2 P 1,1; Ap 1,1).*voc1bServidores y esclavos en Pablo .

    1c habl el Seor a Josu.Si bien Josu nunca es llamado expresamente profeta, estafrmula se repite muchas veces en el libro, e indica su reconocimiento como transmisor de la palabra divina (3,7; 4,1.15; 5,9; 6,2; 7,10; 10,8; 11,6). En Nm 27,18 recibe un espritu por laimposicin de manos de Moiss, cf. Dt 34,9.

    1e ayudante de Moiss.En Jos la identidad de Moiss se de ne en relacin a Dios

    (1,2.7.13.15; 8,31.33; 9,24; 11,12.15; 12,6; 13,8; 14,7; 18,7; 22,2.4.5) y Josu es presentadosiempre en relacin a Moiss*ref1, salvo en 24,29 donde recibe el mismo ttulo servidor,uniendo an ms su gura a la de Moiss. En Dt. 1,38 es el que est de pie ante Moiss.

    4. Extensin del pas.Este territorio sorprendentemente extenso, incluye la antigua Siriay Transjordania. Slo cuando se describe el perodo davdico-salomnico se indica que lasfronteras de Israel llegaban hasta el ufrates. *ref4 Las fronteras descritas en el v. 4 superan,con mucho, los del territorio que se repartir en los c.13-19.

    4a este Lbano.En el AT el Lbano es asociado, sobre todo, con la naturaleza, formando parte de metforas*jui4a para expresar motivos mitolgicos (Jc 9,15; Ez 31,9.16.18) o con-

    tenidos teolgicos (Is 2,13; 10,34; 60,13; Za 10,10; Sal 104,16).*hge4a4b el ro grande el ro ufrates.Misma frmula en Gn 15,18 y Dt 1,7. En los tres casos,

    aparece en el cuadro de la promesa divina de la tierra.En Dn 10,4 el ro grande es el Tigris.En Is 7,20 y 8,7 el ro podra identi carse con el Tigris, ya que se relaciona con los asiriosy su invasin. En Dt 1,7; 11,24; 2 S 8,3 es claramente el ufrates,*hge4b

    6a mantente rme y s fuerte. Tipologa. Es la misma encomienda que Moiss hace al pueblo antes de su partida (Dt 31,6) y a Josu en forma personal (Dt 31,7).*syn6a *jui6a

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    7 Rplica: Tipologa AT. En 1 R 2,1-4 paral. 1 Cro 22,11s. David dirige a Salomn unas palabras muy semejantes a las que Dios dice a Josu. Tanto a ste como a Salomn, por laobediencia a la Ley, se les asegura prosperidad en todo lo que emprendan. Ellos son seme- jantes a Moiss y David respectivamente. Por su delidad, Josu conoci esta prosperidadmientras que Salomn, por su desobediencia, perdi el reino.

    8a este libro de la Ley. Otras formulaciones en el AT: libro de la Ley de Moiss (8,31;23,6; 2 R 14,6; Ne 8,1), libro de la Ley de Dios (24,26; Ne 8,18), libro de Moiss (2Cro 25,4; 35,12), libro de la Ley del Seor (2 Cro 17,9; 34,14). En el NT la expresin msfrecuente es la Ley. Igualmente se encuentra la Ley del Seor (Lc 2,2.29), la Ley deMoiss (Lc 24,44; Jn 7,23; Hch 13,38; 15,5; 28,23; 1 Co 9,9; Hb 10,28), la Ley de nuestros padres (Hch 22,3), la Ley de los judos (Hch 25,8).

    8b murmurars sobre l da y noche. Es el ideal de todo israelita el Sal 1,2.9a No tengas miedo. Frmula de proteccin con la cual se asegura que contar con la

    ayuda de Dios y podr llevar a cabo su papel mediador, continuando la tarea de Moiss (8,1;10,25). La autoridad del hijo de Nun se fundamentar en que el Seor est con l (v.5.17;3,7; 6,27).

    11a preparad provisiones.La orden contrasta con la salida de Egipto, cuando no pu-dieron llevar provisiones (Ex 12,39). Aquellos fueron momentos de huda angustiosa; sta se presenta como una entrada triunfal a la tierra. Segn 5,12 el pueblo haba sido alimentado conel man hasta el da que celebraron la Pascua en Guilgal.*jui11a *chr11a

    11c vuestro Dios. Es frecuente encontrar en Dt Dios de vuestros padres. En Dt 12,1 y27,3 la frmuala est relacionada con el don de la tierra. Misma frmula en Jos 18,3; Jc 2,12y 2 R 21,22.

    12a a los rubenitas , a los gadaitas y a la mitad de la tribu de Manass.El lugar sobresaliente de las tribus de Transjordania es reconocido (cf. 4,12-13) pero durante la cam- paa militar nunca se las mencionar. Al nal, Josu les reconoce su lealtad y las enva a suterritorio (22,1-8).*chr12a

    13b El Seor vuestro Dios os est concediendo reposo.El mandamiento que ordenMoiss se encuentra en Dt 3,18-20 donde ya se constata la posesin del territorio en la Tran-sjordania.*gra13b*pro12-18.Aqu Josu concede el reposo a esas tribus. A la tierra comolugar del reposo se re ere Sal 95,11 que a su vez remite a Nm 14,21-35. En ambos casos, el pecado de incredulidad impide a una parte del pueblo entrar a la tierra prometida. As tam- bin Hb 3,7-19 y 4,8.14 opone a Josu (que no introdujo a los israelitas en el reposo) conJess Hijo de Dios, que penetr los cielos. Por la fe en l se entra en el reposo de Dios, quees un descanso sabtico para el pueblo.

    13-14 y Dt. 3,18s.La comparacin con Dt 3,18s. re eja que, adems de introducir lasfrases os est concediendo reposo (13b) y les ayudarn (14b), Jos dice en la tierra(14a) donde Dt dice en las ciudades (3,19b) De igual modo, se encuentra en orden de batalla(14b) en lugar de armados (Dt 3,18b), y guerreros valerosos (14b) por hijos deIsrael(Dt 3,18b).

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    17b tu Dios est contigo.Se dice de los grandes personajes (Ex 3,12; Jc 6,16; 1 S 10,7;16,18; 2 S 7,3; Lc 2,40) y de todo el pueblo (Dt 2,7; 31,8; Is 7,14; 41,10).*chr17a

    Literatura para-testamentaria, tradiciones judas y samaritanas

    JS En el ao 2794 de la creacin del mundo.Datacin importante para la tradicinsamaritana. En JS la cronologa se fundamentan en el concepto teolgico segn el cual laexistencia del mundo, en su estado actual, fue establecida para 6000 aos: 3000 aos delfavor divino seguidos por tres milenios de desaprobacin. El Mesas(taeb) slo aparecerdespus de este perodo.

    1a despus de la muerte de Moiss. b.B.Bat 75: Josu recibe de Moiss parte de sumagni cencia; por eso, su rostro era como el sol y el de Josu, como la luna. As como staslo re eja la luz del sol, Josu slo transmite la doctrina de Moiss.

    1c habl el Seor a Josu. L.A.B. 20,2:Dios reproch a Josu que llore e imagine queMoiss sigue con vida. Luego se re ri a su misin, indicndole que debe ponerse las vesti-duras de sabidura de Moiss y ceirse sus ancoscon el cinturn del conocimiento.

    1e ayudante de Moiss.En el contexto de una plegaria, 4Q378 (4QPsJosa) llama a Jo-su ayudante de tu servidor Moiss.*voc1e

    4a este Lbano.Tg. Onq. Dt 3,25 traduceesta hermosa montaa y el Lbano por estahermosa montaa y el santuario, algo semejante Tg. Neof.: Esta hermosa montaa y her-moso lugar sagrado.Tg. Ps.-J.: En que ahora construs la ciudad de Jerusaln y la montaadel Lbano en la que habitar la Presencia Divina.*syn4aEl empleo metafrico de Lbanono slo tiene lugar en la Biblia,*bib4a sino tambin en Tg. Is. 2,13 donde ese pas son las

    naciones fuertes y poderosas y enTg. Onq. Ct 7,5 donde la torre del Lbano es asociada ala ciudadela de Sin. Para 1QpHab 12,3 el Lbano es el Consejo de la comunidad; para4Q169 (4QpNah) 1-2,7: el Lbano y la or del Lbano (Na 1,4) es [la congregacin de losque buscan cosas vanas] cf. 4Q163 (4QpIsac) 23,10; 1QHa 2,15.32, aludiendo probable-mente a los fariseos.

    4b el ro grande, el ro ufrates. Ber.Rab 16,2 (Gn 15,18): [El ro] se llama grande porque se introduce en el pas de Israel ms que porque es el ltimo de los cuatro ros corres- pondientes al jardn del Edn.SifDt 6 (Dt 1,7): La grandeza del ro y su fuerza le vienen por la proximidad al pas de Israel.*hge4b

    5b como estuve con Moiss, estar contigo.En Tg. Neb. Dios es sujeto de la accin bajo la cobertura del terminommr. Esta expresin aramea indica ms que la palabra divina, pues lammr media en toda relacin de Dios con Israel. El trmino permite evitar los antro- pomor smos en el discurso de Dios. En los v.9.17 el nombre divino va en la forma abreviadayy*txt1c para indicar a quin pertenece esa Palabra.

    5c No te abandonar ni te dejar. PHILON,Conf. 166: Se trata de un orculo llenode misericordia y dulzura, que anuncia una valiosa esperanza para quien ama la instruccinmoral.

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    6a mantente rme y s fuerte.L.A.B. 20,5 coloca esta exhortacin en boca del pueblo(Jos 1,15) y ubica la escena en tiempo de Moiss, para recordar una profeca sobre la voca-cin de Josu: Mira, sabemos hoy que Eldad y Medad profetizaron en los das de Moissdiciendo: Despus que Moiss descanse, el liderazgo de Moiss ser dado a Josu, el hijode Nun.*syn6a *bib6a

    7 Cita L.A.B. 25,3: Quenaz, del clan de Caleb, es sucesor de Josu, a la luz de Nm 26,65;32,12. Aquel recuerda al pueblo haber recibido de Moiss y Josu esta instruccin (1,7). Que-naz y su hijo Otniel ayudaron al asentamiento de la familia calebita en Hebrn (Jos 15,17).

    7b obrar segn toda la Ley. Abot 1,1: Moiss recibi la Tor en el Sina y se la trans-miti a Josu. En T. Mose 1,9.10 no es Dios sino Moiss el que se dirige a Josu, acentuan-do la necesidad de cumplir la ley como condicin del xito de la misin.

    8a No se alejar de tu boca este libro de la Ley.b.Ber 35b: Ensearon los rabinos:Como se podra creer que hay que interpretar al pie de la letra el texto que dice No se alejarde tu boca este libro de la Ley se ha agregado este otro: Recogers tu grano (Dt 11,14) para ensearnos que tambin tenemos que ocuparnos de las tareas mundanas.

    8b murmurars sobre l da y noche. L.A.B. 22,6: Las exhortaciones de Dios a Josulas reproduce l mismo a los rubenitas, gadaitas y a la media tribu de Manass. L.A.B. 38,2:Las palabras son dirigidas a los sucesores, en particular a Dbora. g.Menah. 99b:Ben Da-mah, hijo de la hermana de R. Ismael pregunt una vez: R. Ismael Puede uno como yo,que ha estudiado toda la Tor aprender sabidura griega? Entonces l le ley el siguienteversculo: No se apartar este Libro de la Tor de tu boca, sino de debes meditar en l day noche. Ve, entonces, y encuentra un tiempo que no sea da ni noche y entonces estudiasabidura griega R. Samuel ben Nahmani dijo en el nombre de R. Jonatn: Este versculo

    no es ni una obligacin ni un mandato, sino una bendicin. Cuando el Santo, bendito seal, vio que las palabras de la Tor eran las ms preciosas para Josu, como est escrito: Suministro Josu, el hijo de Nun, un hombre joven, no abandonaba la carpa l le dijo: Josu,como las palabras de la Tor son tan preciosas para ti, este Libro de la Ley no se debe apartar de tu boca. j.Pea 15b: Alguien le pregunt a rab Josu si le poda ensear griego a suhijo. Le respondi que le enseara cuando no fuera ni de da ni de noche, porque est escrito:meditars sobre l da y noche. Pero de esto no se debe deducir que al hijo no hay queensearle un o cio, porque rab Ismael entenda que t eligirs la vida (Dt 30,19) se re erea un trabajo.

    10a Josu orden.JOSEFO A. J. 5,1 inicia con esta frase la presentacin de Josu, sinreferirse al discurso inicial de Dios aunque parece aludirlo en 5,37.

    11a preparad provisiones.b.Tem. 16: Dios ocupa al pueblo en un menester espec codesviando as su atencin hasta que pueda resolver todas las dudas y los casos de jurispruden-cia que Josu, a causa de un desmayo, haba olvidado. El pueblo, al ver a su jefe en tal estadode perplejidad, quiso matarlo.*bib11a *chr11a

    13b El Seor vuestro Dios os est concediendo reposo.4Esd. 2,24: Detente y descan-sa, pueblo mo, porque llega tu reposo.

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    Tradiciones cristianas

    1. ORGENES In Iesu Naue 1,3: La intencin del libro de Josu no es tanto hacernos co-nocer las acciones de Jess hijo de Nau, sino describirnos el misterio de Jess nuestro Seor.Fue l, en efecto, el que asumi el mandato, despus de la muerte de Moiss. La tipologa

    que los autores cristianos hacen entre Jess y Josu se fundamenta en la homonimia (Barn.12,8; JUSTINO, Dial. 75,1-3; 89,1; 113,1-7; TERTULIANO, Adv.Marc. 3,16,3-7; LAC-TANCIO, Div.Inst. 4,17,12; HILARIO, Tract.myst. 2,5; GREGORIO DE ELVIRA,Tract.12; AGUSTN, Adv.Faust. 12,31; De Civ.Dei 16,43,2; JERNIMO, Ep. 53,8). A la pregunta por qu le fue cambiado el nombre deha eny eha (Nm 13,16) TERTULIANO, Adv.Iud. 9,21: Esta fue la primera a rmacin de que haba una gura del futuro. Por supuesto,era Jesucristo el que introduca el segundo pueblo en la tierra prometida (cf. IRENEO, Frag.19). TEODORETO DE CIRO, Quaest in Ios. Interrog. II: Josu es gura de Jess y el pasodel Jordn es el tipo del bautismo que, en l, permite el acceso a Dios, la tierra prometida para los cristianos. Tierra prometida.

    JS: Seor de los profetas.AGUSTN, In Joan. 24: Jesucristo es profeta y el Seor delos profetas, de la misma manera que el es ngel y el Seor de los ngeles. Es ngel (o envia-do) porque vino a anunciar las cosas presentes; es profeta, porque predijo el futuro y, en tantoque Palabra hecho carne, es el Seor de los ngeles y profetas, porque no se puede concebir un profeta sin la Palabra de Dios. RUPERTO DE DEUTZ, De Trinitate, In Dt 1,4: Ese gran profeta (que vendr) es ciertamente Cristo, el Hijo de Dios, profeta y Seor de los profetas.

    1c habl el Seor a Josu.CLEMENTE DE ALEJANDRA,Strom. 1,109,2: Despusde la muerte de Moiss la conduccin del pueblo pas a Josu que hizo la guerra durante cin-co aos y reposa en la buena tierra durante otros veinticinco aos. JULIO AFRICANO,

    Chron. 22,14 menciona este ltimo perodo. Para EUSEBIO DE CESAREA,Praep.Evang.10,14,3 fueron treinta aos. EUSEBIO DE CESAREA, Frag, varia: dado que era un hombreespiritual, Josu fue el simbolo de lo que a rma Pr 17,2.

    1e ayudante.TEODORETODECIRO,Quaest. in Ios. Interrog. I se pregunta de qumodo le conviene al Seor este ttulo y lee Gupourgs como equivalente al ttulodikonosaplicado a Cristo segn Rm 15,8.*voc1e

    2a Moiss mi servidor ha muerto. ORGENES In Iesu Naue 2,1: Si tu consideras aJerusaln destruida, el altar de tal forma inutilizado que no ves por ninguna parte sacri cios,ni vctimas, ni libaciones, ni sacerdotes, ni pont ces o liturgia de los levitas; cuando veasacabarse todo eso, di entonces que Moiss, el servidor del Dios ha muerto. Tambin signi-

    ca la muerte de la Ley, I.3. PROCOPIO DE GAZA, Comm. in Jos.: La muerte de Moiss yel paso del Jordn deben comprenderse como la superacin del rgimen veterotestamentario.

    2b Y ahora levntate, pasa este Jordn.AGUSTN,De Civit.Dei 16,43,2: Las prome-sas hechas a Abraham no se deban cumplir bajo la Ley sino con la encarnacin de Cristo.Esto est pre gurado en que no fue Moiss sino Jess Nau quien introdujera al pueblo enla tierra prometida.

    2d hacia la tierra que yo les entrego.AMBROSIO,Exp.Luc. 5,95: La Ley ha profe-tizado en el xodo la gracia del bautismo por la nube y el mar, ha anunciado por el cordero

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    la comida espiritual, ha mostrado en la roca la fuente perenne; ha revelado en el Levticola remisin de los pecados, ha anunciado en los salmos el reino de los cielos, ha declaradomani estamente en Josu, hijo de Nun, la tierra prometida. Todo esto es congruente con eltestimonio de Juan.*txt2d

    3-4 TEODORETODECIRO, Quaest. in Ios.Interrog. II:Para entender por qu Dios noles dio todo el territorio que les haba ofrecido, hay que buscar la respuesta en Jos 1,3b comohaba dicho a Moiss. Esa promesa tena una condicin: Si de verdad guardis todos estosmandamientos, Dt 11,22. Los israelitas, debido a sus transgresiones, no recibieron plena-mente lo prometido; los apstoles de Dios, pregoneros de la verdad, no slo obtuvieron loslugares que pisaron sino tambin los que vivi caron con su sabidura, transformndolos dedesiertos en parasos.*lectemPROCOPIO DE GAZA,Comm. in Jos.: Los paganos alcanzanlas realidades espirituales porque es Jess quien los conduce a la paz.

    3a todo lugar que pisar la planta de vuestro pie.ORGENESIn Iesu Naue 1,6: Si tno triunfas sobre esas pasiones en tu corazn y las exterminas de tu tierra, ya santi cada por

    la gracia del bautismo, jams recibirs la plenitud de la heredad prometida.4a Libano. ORGENES In Iesu Naue 2,4 se apoya en G e interpreta elAntilbano

    como en lugar del Lbano, identi cndolo con la Iglesia, el segundo pueblo que Jessrecibe de Dios, en lugar del primero. TEODORETODECIRO, Quaest. in Jos. Interrog. II: ElAntilbano signi ca la salvacin de las naciones. EUSEBIO DE CESAREA,Onom. 216,5:Es la regin que se encuentra al oriente del Lbano cerca de la ciudad de Damasco y que fueotorgada a la tribu de Manass.*txt4a *hge4a *syn4a

    5b. Como estuve con Moiss estar contigo.EUSEBIO DE CESAREA, Eclo.Proph.1,11: El mismo Dios que revel el tetragrama a Moiss es el que se dirige a Josu; por eso, no

    necesit de ngeles que lo guiaran como ocurri con el pueblo (Ex 23,20-21).8a este libro de la Ley.En su polmica contra quienes defendan el bautismo de los

    herejes, CIPRIANO,Epist. 73,2 identi ca esta Ley con lo ordenado por el Seor a susapstoles y que est prescripto en los Evangelios, Cartas y Hechos de los Apstoles. De esatradicin no se pueden desviar, v.7.

    8b murmurars sobre l da y noche.METODIO DE OLIMPO, De Sang. 1,5: El alma puede estar con ada que no caer en tentacin, si medita la Ley del Seor da y noche.

    11a preparad provisiones.ORGENES In Iesu Naue 1,4: Son las obras que acompaanal discpulo de Cristo, evitando que el estudio de las Sagradas Escrituras sea negligente yrpido. AGUSTN,Quaest. In Hept. 6,2: No debe parecer increble que aquellos con losque Dios hablaba quisieran hacer algo por iniciativa humana, con ando que tambin en estoactuara Dios, y que esa decisin fuera cambiada despus por la providencia de Dios que losguiaba.*bib11a *jui11a

    12a a los rubenitas, a los gaditas y a la mitad de la tribu de Manass. ORGENES In Iesu Naue 3,1: Aquellos que reciben una parte dada por Moiss son los nacidos en primer lugar (Gn 29,32; 30,10;41,50) ... En esto ya se manifest la gura de los dos pueblos; unoque apareci primero en el orden de la naturaleza, pero el otro recibi por la fe y la gracia, la bendicin de la herencia.PROCOPIO DE GAZA,Comm. in Ios. : Las tribus que encuentran

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    su tierra antes de pasar el Jordn son los que alcanzan la perfeccin antes del rgimen neo-testamentario de la gracia.

    17a como en todo escuchamos a Moiss, as te escucharemos. ORGENES In Iesu Naue 3,2: Toda persona que escucha a Moiss, escucha tambin a Jess (Jn 5,46).bib17b

    Islam

    1d Josu hijo de Nun. Si bien el Corn no lo nombra explcitamente, parece aludir aJosu en el momento en que Moiss quiere introducir al pueblo en la tierra santa. Ante elmiedo que esto provocaba, se dice que fueron animados por los hombres que teman a Dios(cf. Sur 5,20-26). Los comentadores explican que ellos eranYac ibn Nn y Klb ibnYfann. Al-abar conoce y reproduce las caractersticas bblicas concernientes a Josu.Pero adems, la tradicin islmica trata estos episodios de forma comparable a los elemen-tos que se encuentran en lahaggad juda. En ella se seala, por ejemplo, que Josu tuvo la

    misin de llevar a los hijos de Israel a la verdadera fe y que recibi de Moiss el espritu de profeca. El hijo de Nun est presente en su muerte y se qued con las vestiduras. Vence a loshabitantes de Canan, pero una parte de ellos pudo emigrar hacia el frica; sus descendientesson los bereberesdel norte del frica. La tumba deYacen Maarrat al-Unmn es un lugar muy antiguo de peregrinacin.

    Liturgia

    1-9. En la liturgia sinagogalcorrespondiente a la celebracin del sbado, estos primerosv. constituyen lahafr (conclusin) de la ltima pr (seccin) de la Tor, leda en-

    tre el comienzo del ao y la esta de las Tiendas, que comienza con las palabras: Y he aqula bendicin, Dt 33,1.8. En la liturgia catlica de rito latino, este v. se emplea en la antfona de entrada de la

    esta de San Jernimo, el 30 de septiembre.