“Esto les servirá de señal: encontrarán a un pesebre”. (Lc ...

“Esto les servirá de señal: encontrarán a un niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre”. (Lc. 2,12) Tiempo de espera, tiempo de esperanza

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La Corona deadviento

Símbolos que nos acompañarán

¿QuéAdvientoNavidad?

es ely laNo cabe duda que el mes de diciembre es siempre un mes especial para todos. Se respira un aire distinto a los demás meses del año, se percibe cierta alegría y expectativa por las fiestas familiares y por el compartir con los amigos. La ilusión de recibir regalos la tienen todos, especialmente los más pequeños.

Para los cristianos, el centro de este tiempo lo tiene Jesús. Todo lo anterior tiene sentido cuando realmente entendemos que la alegría y la esperanza tienen su razón de ser en Dios que nos da su mayor regalo: su propio Hijo.

En este sentido, el Adviento no se puede entender sin la Navidad. Adviento, que significa “venida”, hace referencia a las dos venidas de Jesús al mundo: la primera en la humildad de la carne y la segunda, en el final de los tiempos, como Señor de la historia y Juez Misericordioso. Las primeras dos semanas se medita en la dimensión escatológica, es decir, la segunda venida del Señor Jesús. Se reflexiona sobre el final de los tiempos y se acentúa el estar en vela, a la espera, y estar preparados. Para esto, meditar en la conversión es muy importante, porque aquel quien camina hacia un amor total a Dios es quien está preparado para acoger la salvación. Por otro lado, en la tercera y en la cuarta semana se medita en la Encarnación de Dios en la tierra y en la historia de la humanidad. Es la llegada del Mesías quien viene a salvarnos, es el culmen de la historia de la salvación.

¿Cómo podemos vivir este tiempo de Adviento?La Iglesia nos ayuda y acompaña en este caminar para que podamos disponer nuestro corazón para el nacimiento del niño Jesús en nuestros corazones. Entre los medios que pueden ayudarnos a vivir un adviento eficaz están: La oración, los sacramentos de reconciliación y eucaristía, lectura de la Palabra de Dios, obras de caridad y el rezo del rosario.

Pesebre

Color morado y rosado

Santa Eucaristía

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TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

MONITOR: Con toda la Iglesia celebramos el primer domingo de Adviento. Hoy comienza un camino de conversión que nos llevará, de la mano de María, hacia el Dios hecho hombre, hacia Jesús, quien es el Camino, la Verdad y la Vida. Como símbolo de la preparación interior, encendemos hoy el primer cirio de la corona de Adviento. La luz, que disipa las tinieblas, nos recuerda que Jesús viene a iluminar nuestra existencia y al mundo entero. La Iglesia nos invita a esperar con fe, esperanza y caridad. Escuchemos con atención la Palabra de Dios.

LECTOR 1: Lectura del libro del profeta Isaías (60, 1-2): «Levántate, brilla, Jerusalén; que llega tu luz y la gloria del Señor amanece sobre ti. Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y la espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece el Señor y su gloria sobre ti aparece». Palabra de Dios.

TODOS: Te alabamos Señor.

MONITOR: Hacemos un momento de silencio para meditar en lo que hemos escuchado.

MONITOR 2: La oscuridad impide que veamos con claridad. La imposibilidad de ver nos puede generar miedo, inseguridad y sobre todo la experiencia de estar a la deriva. Sin embargo, una pequeña luz puede hacer la gran diferencia. Basta con un pequeño destello para que podamos saber hacia donde ir. El pecado de Adán y Eva fue el acto por el cual el hombre le dijo “no” a Dios, le dijo no a la Luz para preferir vivir en la soledad de la oscuridad. La luz, por tanto, no podía venir del hombre mismo, porque no la tenía. Fue el mismo Dios, en su Hijo, quien decide, por su infinito amor, hacerse hombre para traer la luz que ilumine al hombre, y así, disipar la oscuridad. Este gran acto de misericordia de Dios para con el hombre es motivo de esperanza, porque así es como Cristo ilumina mi vida, mi existencia y mi familia, porque estábamos muertos por el pecado, y Cristo nos trajo la vida (cf. Ef 2, 5).

LECTOR 2: Oremos. La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor Jesús, que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas, de la ignorancia, del dolor y del pecado. Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona con ramos del bosque y la ha adornado con luces. Ahora,

¿QuéAdvientoNavidad?

es ely la Ubicar en una mesa a la vista de todos la corona sin ninguna vela encendida.

Se puede colocar una imagen de la Virgen María junto a la corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la llama para encender la primera vela morada de la corona.

Por María Del Pilar Jarrín

Domingoi AdvientodeLa luz que trae esperanza

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pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señor, que, mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta corona, con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de Aquel que, por ser la Luz del mundo, iluminará todas las oscuridades.

MONITOR: Amén.

MONITOR: Con el firme propósito de avivar en nuestro corazón el amor de Dios, vamos a encender la primera vela de nuestra corona mientras cantamos HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (solo se canta la primera estrofa). Página 15.

LECTOR 3:• Pidamos por la Santa Iglesia Católica, para que durante este tiempo de Adviento pueda prepararse para acoger la venida de Aquel que nos trae la reconciliación. Roguemos al Señor.

• Pidamos por los cristianos que son perseguidos a causa de la fe, para que su testimonio de amor a Cristo sea luz para el mundo entero. Roguemos a Dios.

• Por la paz en el mundo, especialmente en los lugares donde reina la injusticia y la guerra, para que la esperanza que trae el Niño Jesús sea siempre motivo de buscar la verdad y la paz.

• Por los más pobres, los necesitados, por los que han sido abandonados, y por los enfermos, para que se acojan con fe al amor de Dios. Roguemos a Dios.• Por nuestra familia, para que el Señor nos conceda la gracia de vivir con alegría este tiempo de Adviento y podamos así dar testimonio del amor de Dios a los demás. Roguemos a Dios.

MONITOR: Con la confianza de sabernos hijos de Dios, dirijamos a nuestro Padre la oración que el mismo Jesús nos enseñó: Padre Nuestro.

MONITOR: Ahora, cada uno de nosotros tomará un regalo que vamos a ofrecer al niño Jesús durante esta semana con la intención de avivar nuestro amor por Él.

MONITOR: Terminemos nuestra oración pidiendo a Nuestra Madre, Santa María, que seaella quien nos guíe durante este tiempo de Adviento. Rezamos todos juntos un Ave María.


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MONITOR: Continuamos en este camino hacia la Navidad. Hoy encenderemos la segunda vela de la corona de adviento en un espíritu de oración y contemplación del misterio del nacimiento del Señor Jesús. Pidamos al Señor que ante todo sea Él el protagonista de este tiempo y que prepare nuestros corazones para su venida. Escuchemos con atención la Palabra de Dios.

LECTOR 1: Lectura del santo evangelio según San Marcos (1, 1-8): «Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: "Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos"". Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaba sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: "Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo"». Palabra de Dios.



MONITOR: En este segundo domingo de Adviento, la Iglesia, con la Palabra de Dios, nos invita a la conversión. ¿Qué significa convertirnos? Se trata de dejar que el Espíritu Santo transforme nuestro corazón para que sea más como el del Señor Jesús. Como dice San Pablo: “no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gal. 2, 20). La primacía de la gracia es el fundamento, y para que ella nos transforme es necesario hacerle espacio al Espíritu Santo para que su acción se haga vida en nosotros y así nos despojemos de aquello que nos aleja de Dios, muriendo a los apegos mundanos, a nuestro hombre viejo y luchando siempre contra las tentaciones que vienen del demonio. Con la venida del Señor Jesús llega el Reino de los Cielos, y por esto san Juan Bautista proclama la conversión. Ayuda mucho la humildad y la sencillez, porque, como diría Santa Teresita del Niño Jesús: “La santidad no consiste en tal o cual práctica. Consiste en una disposición del corazón que nos vuelve humildes y pequeños en los brazos de Dios”.

Domingoii Advientode“Crea en mi, señor, un corazón puro” (Sal. 50, 12)

Al iniciar la oración, debe estar encendida solo una vela morada.

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LECTOR 2: Oremos. Enciende en nuestros corazones, Señor, el deseo de acercarnos más a Ti; para que así busquemos darte gloria con toda nuestra vida y ser así testimonio de amor y de conversión para las personas que están a nuestro alrededor. Que tu gracia abunde en nuestras vidas, y que nosotros sepamos disponer nuestro interior para acoger todo lo que venga de Ti.

MONITOR: Con el firme propósito de avivar en nuestro corazón el amor de Dios, vamos a encender la segunda vela de nuestra corona mientras cantamos de Hoy se enciende una llama, de la página 15. (Se enciende un cirio morado).

LECTOR 3: Con el corazón lleno de agradecimiento por los dones que Dios nos concede, elevemos nuestras peticiones respondiendo todos juntos “Prepara, Señor, nuestros corazones”.

• Pidamos por la Santa Iglesia Católica, para que los fieles puedan ser en el mundo verdadero testimonio del amor de Dios. Roguemos a Dios.

• Pidamos por todas aquellas personas alejadas de la Iglesia y de la fe, para que el Señor toque sus corazones con su amor y puedan responder a Su llamada. Roguemos a Dios.

• Por la paz en el mundo, especialmente pidamos por los gobernantes de las naciones, para que busquen siempre la justicia y la reconciliación. Roguemos a Dios.

• Por los más pobres, los necesitados, por los que sufren la injusticia, y por los enfermos, para que se acojan con fe al amor de Dios y nunca pierdan la esperanza. Roguemos a Dios.

• Por nuestra familia, para que el Señor nos conceda la gracia de la conversión y sea el Niño Jesús quien habite en nuestros corazones. Roguemos a Dios.

MONITOR: Con la confianza de sabernos hijos de Dios, dirijamos a nuestro Padre la oración que el mismo Jesús nos enseñó: Padre Nuestro…

MONITOR: Ahora, cada uno de nosotros tomará un regalo que vamos a ofrecer al niño Jesús durante esta semana con la intención de avivar nuestro amor por Él.

MONITOR: Terminemos nuestra oración pidiendo a Nuestra Madre, Santa María, que seaella quien nos guíe durante este Adviento. Rezamos todos juntos un Ave María.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

Y ella dio a luz un hijo varón, que ha de regir a todas las naciones con vara de hier�o; y su hijo f�e ar�ebatado hasta

Dios y hasta su t�ono.Apocalipsis 12, 5

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo

aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eter�a.Juan 3, 16

Y de repente apareció con el ángel una multit�d de los ejércitos celestiales, alabando a Dios y diciendo: Gloria a Dios en las alt�ras,

y en la tier�a paz ent�e los hombres en quienes Él se complace.

Lucas 2, 13-14

Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable

Consejero, Dios Poderoso, Padre Eter�o, Príncipe de Paz.

Isaías 9, 6

Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un

hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.Isaías 7, 14

Y el Verbo se hizo car�e, y habitó ent�e nosot�os, y vimos su gloria, gloria como del

unigénito del Padre, lleno de g�acia y de verdad.

Juan 1, 14

En navidad no puede faltar una buena lectura en unión familiar y más si lees la

Palabra de Dios.

El nacimiento de Jesús es algo que hay que celebrar… pero ¿sabes lo que dice la Biblia

sobre el nacimiento de Cristo? Si no lo sabes, es fundamental que leas en familia los

siguientes versículos bíblicos:

tiempoAdvientode

Así como los reyes magos le llevaron obsequios al niño Jesús (oro como rey, mirra

como hombre e incienso como Dios), tú también puedes dar algo de ti para

conmemorar el nacimiento de Cristo y agradecerle por ser tú Salvador.

Pensando en esto, compartimos contigo varias opciones de regalos que puedes hacerle a

Jesús en esta navidad:

Acur��carlo como bebéLlegará un día en que t� te acur��carás, como el

discípulo amado, en su pecho. Ahora Jesús necesita de t�s abrazos, de t�s sonrisas, de t�s caricias.

Que pueda sentir cómo t� corazón bombea amor del bueno.

Pon su nacimiento en primer lugarRevisa t� agenda, no sea que la

tengas tan llena de ocupaciones y preocupaciones que tengas que posponer su nacimiento.

El Niño Jesús quiere caminar a t� lado, por lo que uno de sus regalos favoritos sea,

precisamente, t� tiempo.

Ábrele las puer�as de t� familiaTen presente que navidad es

el nacimiento de Jesús, por ello no lo dejes f�era de t� vida debido a preparativos,

fiestas y ot�os compromisos.

Que nazca en ti verdadero amor hacia ÉlRíndete a Jesús, inclínate, póst�ate y ar�odíllate

solo a Él. Que sea Jesús el motor principal de t� corazón.

Búscalo y ríndete a ÉlEl mismo Dios se ha fijado en ti para t�abajar juntos, mano a mano, en la edificación de un mundo mejor. Preséntate ante Él y ofrécele t�

historia personal. No te preocupes por la escasa ex�eriencia; Él, si t� lo deseas,

te ofrecerá el cont�ato de t� vida.

Ordenar t� vidaTan sólo tienes que acudir a t� corazón y

comprobar que el Niño Jesús pueda establecer su morada en t� hogar, en t�s ambientes,

ent�e t� gente.

¿Qué regalar Jesúsa en esta

Navidad?

Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os t�aigo buenas nuevas de g�an gozo

que serán para todo el pueblo;Lucas 2, 10

He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que t�aducido sig�ifica: Dios con nosot�os.

Mateo 1, 23

Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo

de sus pecados.Mateo 1, 21

Y esto os (ser�irá) de señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado

en un pesebre.Lucas 2, 12

Y dio a luz a su hijo primogénito; le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque

no había lugar para ellos en el mesón.Lucas 2, 7

Porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.

Lucas 2, 11

Pero t�, Belén Efrata, aunque eres pequeña ent�e las familias de Judá, de ti me saldrá el

que ha de ser gober�ante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antig�os, desde

los días de la eter�idad.Miqueas 5, 2

Cuando vieron la est�ella, se regocijaron sobremanera con g�an aleg�ía.

Mateo 2, 10

Respondiendo el ángel, le dijo: El Espírit� Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo

te cubrirá con su sombra; por eso el santo Niño que nacerá será llamado

Hijo de Dios.Lucas 1, 35

Dad g�acias al Señor, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia.

Salmos 107, 1

Ofrécele t� amistad sinceraEl niño Jesús quiere for�ar par�e de t� pandilla, de

t�s compañeros de clase, de t�s colegas, del g��po de la par�oquia o del equipo de f�tbol en el que juegas. A t� lado quiere saborear la amistad, para que un

día pueda decir, porque lo ha ex�erimentado contigo, que nadie tiene amor más g�ande que

el que da la vida por sus amigos.

Ten un tiempo íntimo con ÉlQue las fiestas familiares y las celebraciones no te priven de estar a solas con Jesús. Míralo, sonríele,

háblale y per�anece a su lado.

Convier�e t� vida en una escuela de amorUno de los mejores regalos que puedes ofrecerle es

conver�ir t� vida en una escuela de amor, donde Jesús pueda crecer y aprender, sentado a t�

lado, el ar�e de la frater�idad, de la solidaridad, de la tolerancia y del amor.

Per�ite que nazca en t� corazónNi en Belén ni en Nazaret, ni en un pesebre, ni en una cueva… Jesús quiere nacer y dar sus primeros

pasos en t� corazón. Ojalá que t� mismo seas la morada perfecta donde Jesús crezca en sabiduría y en g�acia delante de Dios y de

los hombres.

Fe: Encomienda a Dios t�s preocupaciones

y temores. Confía en que sus desig�ios para ti tendrán un buen desenlace.

Amor: Trata con amor a t� prójimo y deja de lado

cualquier enojo hacia ellos.

Perdón: Perdona a alg�ien que ni

siquiera se ha dado cuenta que te ofendió.

Optimismo: Ve lo mejor que tienen los

demás y elógialos por esas cualidades.

Apoyo: Haz lo que esté a t� alcance para ay�dar a los demás a

desar�ollar todo su potencial.

Oración: Ora por t�s amigos y

mi familia a lolargo del año.

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MONITOR: Empezamos la tercera semana de Adviento, nos acercamos cada vez más a la Navidad y el Señor nos invita a vivir con alegría esta hermosa espera. Escuchemos con atención la Palabra de Dios.

LECTOR 1: Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses (5, 16): «Estad siempre alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de nosotros». Palabra de Dios.



MONITOR: Nos dice el Papa Francisco: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (Evangelii Gaudium, n.1). En este tercer domingo de Adviento, se acentúa la alegría de saber que el Señor viene a salvarnos. En la lectura que acabamos de escuchar, se nos exhorta a estar contentos, a perseverar en la oración y a dar gracias a Dios. Tres disposiciones que nacen de un corazón que reconoce la acción de Dios en la vida. Anunciemos a Cristo y contagiemos a los demás de esa alegría que solo Dios nos puede dar.

LECTOR 2: Oremos:

Domingoiii Advientode“Alégrense siempre en el señor, se los repito: ¡alégrense!” (Flp. 4,4)

Al iniciar la oración, deben estar encendida dos velas moradas.

Oh Maestro, que no busque yotanto ser consolado como consolar,ser comprendido como comprender,ser amado como amar.Porque dando se recibe,olvidando se encuentra,perdonando se es perdonado,y muriendo se resucita a la vida eterna.

Amén.(San Francisco de Asís)

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:donde haya odio, ponga yo amor,donde haya ofensa, ponga yo perdón,donde haya discordia, ponga yo unión,donde haya error, ponga yo verdad,donde haya duda, ponga yo la fe,donde haya desesperación, ponga yo esperanza,donde haya tinieblas, ponga yo luz,donde haya tristeza, ponga yo alegría.

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MONITOR: Con el firme propósito de avivar en nuestro corazón el amor de Dios, vamos a encender la tercera vela de nuestra corona mientras cantamos Hoy se enciende una llama, de la página 15. (Se enciende la vela rosada)

Lector 3: Con el corazón lleno de agradecimiento por los dones que Dios nos concede, elevemos nuestras peticiones respondiendo todos juntos “Te lo pedimos Señor”• Pidamos por la Santa Iglesia Católica, de manera especial por el Papa Francisco y por todas las personas que lo acompañan y aconsejan. Roguemos a Dios.• Pidamos por todos los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosas y religiosos; para que el Señor les conceda el don de la fidelidad y puedan responder siempre con amor al Plan de Dios. Roguemos a Dios.• Por la paz en el mundo, especialmente pidamos por los gobernantes de las naciones, para que busquen siempre la justicia y la reconciliación. Roguemos a Dios.• Te rogamos Señor por todas las personas que sufren en el cuerpo y en el espíritu, para que descubran en tu amor la fortaleza que necesitan. Roguemos a Dios.• Por nuestra familia, para que el Señor nos conceda la gracia de vivir la vida cristiana con alegría y que podamos así ser testimonios de Su presencia en el mundo. Roguemos a Dios.




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MONITOR: El niño Jesús está cerca de nosotros, abrámosle nuestro corazón para que podamos acoger el amor, la paz y la reconciliación que nos ha venido a regalar con su venida. Hoy, cuarto domingo de Adviento, miremos a María. Ella, la Madre de Dios, es quien nos enseña a esperar, a confiar, y a guardar todo lo que venga de Dios en nuestro corazón. Escuchemos con atención la Palabra de Dios.

LECTOR 1: Lectura del santo evangelio según San Lucas (1, 26-32.38): «Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue». Palabra de Dios.



MONITOR: En compañía de Santa María encendamos la última vela de nuestra corona de Adviento mieFijemos la mirada en María. Miremos su corazón. ¿Qué hay en el? Amor, ternura, cercanía, esperanza y alegría. Bienaventurada es la Virgen María, porque supo escuchar al Señor, porque supo responder con total amor y total entrega a su llamado, porque su alma proclama las grandezas del Señor (cf. Lc. 1, 46), porque reconoce que Dios es su Salvador (cf. Lc. 1, 47), y, sobre todo, porque ella sabe que es una humilde sierva en quien Dios ha puesto sus ojos (cf. Lc. 1, 48). No por sus grandes cualidades y habilidades, sino por su sencillez. Gracias al “Sí” de María es que Dios puede llevar a cabo su obra de reconciliación. María permite que Dios se encarne en Ella y por Ella el Señor toma la condición de hombre para salvarnos.

Domingoiv Advientode“He aquí la sierva del señor, hágase en mi según tu palabra” (Lc, 38)

Al iniciar la oración, deben estar encendidas dos velas moradas y la vela rosada.

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LECTOR 2: Oremos: “Abre, Virgen, tu seno, ensancha tu regazo, prepara tus entrañas, porque el Poderoso va a realizar en ti cosas grandes, en tanto grado, que en vez de la maldición de Israel, te felicitarán todas las generaciones. Virgen prudente, no vaciles ante la fecundidad, que no lesionará tu integridad virginal. Vas a concebir, pero sin pecado; quedarás encinta, sin ser lastimado tu pudor. Darás a luz, pero sin angustia. No conocerás varón, y engendrarás un hijo, ¿y qué hijo? Serás madre de Aquel cuyo Padre es Dios, el Hijo del esplendor del Padre será la corona de tu amor. La sabiduría del corazón del Padre será el galardón de tu vientre virginal; en una palabra, darás a luz a Dios”. (San Bernardo de Claraval).

MONITOR: Con el firme propósito de avivar en nuestro corazón el amor de Dios, vamos a encender la cuarta vela de nuestra corona mientras cantamos Hoy se enciende una llama, en la página 15.

LECTOR 3: Con el corazón lleno de agradecimiento por los dones que Dios nos concede, elevemos nuestras peticiones respondiendo todos juntos “María, intercede por tu Iglesia”.

•Pidamos por la Santa Iglesia Católica, de manera especial por las intenciones del Papa Francisco, por su salud y todo su apostolado. Roguemos a Dios.•Pidamos por los cristianos que son perseguidos a causa de la fe, para que su testimonio de amor a Cristo sea luz para el mundo entero. Roguemos a Dios.•Por la paz en el mundo, especialmente pidamos por los gobernantes de las naciones, para que busquen siempre la justicia y la reconciliación. Roguemos a Dios.•Te rogamos Señor por todas las personas que sufren: por los enfermos, los atribulados y aquellos que necesitan de nuestras oraciones, para que la venida del Niño Jesús traiga esperanza y paz sobre todos. Roguemos a Dios.•Pidamos para que en esta Navidad, el Señor Jesús nazca en nuestras familias y que su amor sea el centro de nuestras vidas. Roguemos a Dios.




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Hoy se enciende una llamaen la corona de Adviento

que arda nuestra esperanzaen el corazón despiertoy al calor de la Madre

caminemos este tiempo.

IUn primer lucero se enciendeanunciando al Rey que viene

preparad corazonesallánense los senderos.




IICrecen nuestros anhelos al ver

la segunda llama nacercomo dulce rocío

vendrá el Mesías hecho Niño.




IIINuestro gozo hoy quiere cantar

por ver tres luceros brillarcon María esperamos

al Niño con alegría.




IVHuyen las tinieblas al ver

cuatro llamas resplandecer ya la gloria está cerca

levanten los corazones.




Hoy se enciende una llama

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Revista Vive Ecuador

Textos: Colaboración del MVCDiseño y edición: Revista ViveAño 2019

CANTO DE ADVIENTO

Ecuador

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