Estilos educativos marina

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Una de las cosas que más nos ayudarían como padres, sería tener la posibilidad de mirarnos desde fuera durante un tiempo. Como si rodasen la película de nuestra vida familiar. De esa manera nos sería muy fácil descubrir qué comportamientos, qué hábitos, qué gestos son los que más repetimos. Cuáles son los más ausentes. Y en cuáles nos complementamos con nuestra pareja. El mensaje más potente que enviamos a nuestros hijos está en nuestros actos. Detectar cuál es nuestro estilo educativo es una de las mejores herramientas para conocer cómo educamos realmente. En qué aspectos funcionamos y en cuáles necesitamos mejorar de acuerdo con nuestros objetivos y con las necesidades de nuestro hijo. Podemos ordenar los estilos educativos atendiendo a dos ejes: exigencia- permisividad; frialdad-calidez. Los padres autoritarios Los padres autoritarios fomentan relaciones de sumisión que pueden ser aparentemente eficaces, porque producen obediencia, pero que no preparan bien al niño o al adolescente para una vida posterior plena. Los padres negligentes La educación negligente no proporciona al niño los recursos básicos para dirigir y organizar su vida. Todo queda en manos de la casualidad. Los padres permisivos En los últimos años, se ha extendido la educación permisiva, que, en teoría estaba absolutamente preocupada por la felicidad de los hijos, pero que en la práctica los ha hecho extraordinariamente vulnerables, por ejemplo, al haber aumentado la intolerancia a la frustración, elemento necesario en el proceso educativo. Los padres responsables Llamamos “padres responsables” a aquellos que saben armonizar la calidez, el cariño, la ternura, con la exigencia, y las grandes expectativas. Como señala el gráfico adjunto, suelen fomentar en los hijos recursos muy convenientes para su vida futura.

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Una de las cosas que más nos ayudarían como padres, sería tener la posibilidad de mirarnos desde fuera durante un tiempo. Como si rodasen la película de nuestra vida familiar. De esa manera nos sería muy fácil descubrir qué comportamientos, qué hábitos, qué gestos son los que más repetimos. Cuáles son los más ausentes. Y en cuáles nos complementamos con nuestra pareja. El mensaje más potente que enviamos a nuestros hijos está en nuestros actos. Detectar cuál es nuestro estilo educativo es una de las mejores herramientas para conocer cómo educamos realmente. En qué aspectos funcionamos y en cuáles necesitamos mejorar de acuerdo con nuestros objetivos y con las necesidades de nuestro hijo. Podemos ordenar los estilos educativos atendiendo a dos ejes: exigencia-permisividad; frialdad-calidez. Los padres autoritarios

Los padres autoritarios fomentan relaciones de sumisión que pueden ser aparentemente eficaces, porque producen obediencia, pero que no preparan bien al niño o al adolescente para una vida posterior plena. Los padres negligentes

La educación negligente no proporciona al niño los recursos básicos para dirigir y organizar su vida. Todo queda en manos de la casualidad. Los padres permisivos

En los últimos años, se ha extendido la educación permisiva, que, en teoría estaba absolutamente preocupada por la felicidad de los hijos, pero que en la práctica los ha hecho extraordinariamente vulnerables, por ejemplo, al haber aumentado la intolerancia a la frustración, elemento necesario en el proceso educativo.

Los padres responsables

Llamamos “padres responsables” a aquellos que saben armonizar la calidez, el cariño, la ternura, con la exigencia, y las grandes expectativas. Como señala el gráfico adjunto, suelen fomentar en los hijos recursos muy convenientes para su vida futura.

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Es evidente que el tipo de EDUCACIÓN PARENTAL RESPONSABLE es el que nos parece adecuado y, por ello, al hablar de BUENAS PRÁCTICAS EDUCATIVAS habrá que referirse a la mejor manera de coordinar los grandes recursos educativos que tienen los padres: la ternura y la exigencia. Para usarlos eficazmente necesitamos apoyarnos en otro recurso aún más básico: la COMUNICACIÓN. No lo olvidéis: COMUNICACIÓN, TERNURA Y EXIGENCIA son vuestros tres grandes poderes educativos.