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ESTÉTICA. PREGUNTAS EN TORNO A LA ESTÉTICA. INTRODUCCIÓN. 1- EL CONCEPTO DE BELLEZA. 2- LA CREACION DE LA OBRA DE ARTE. SU NACIMIENTO.

3- LA EXPERIENCIA ESTÉTICA. 3.1 Su carácter sensorio-intelectual. 3.2 Fases y características de la experiencia estética. 3.3 Análisis psicológico de la experiencia estética. 4- ONCE AFIRMACIONES SOBRE EL ARTE MODERNO. 5- LO ESTÉTICO EN LA HISTORIA. ▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒▒ PREGUNTAS EN TORNO A LA ESTÉTICA. 1. Qué es una obra de arte, qué la caracteriza. 2. En qué consiste crear una obra de arte. 3. Qué es y en qué consiste contemplar una obra de arte. 4. ¿Existe la inspiración artística? Si piensas que existe, ¿qué es? 5. ¿Hay arte sin técnica? 6. Quién establece las pautas, los criterios según los cuales debe construirse una obra de arte. Cuándo una obra de arte está terminada. 7. Qué es la belleza. 8. Qué diferencia existe entre el arte clásico y el moderno.

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INTRODUCCIÓN. EL término “estética” fue utilizado por primera vez por Baumgarten en 1750, aunque su contenido aparece a lo largo de toda la historia de la filosofía incluso ya en Homero s. IX a.C. Se entiende por estética la "ciencia de lo bello, a la que se agrega un estudio de la esencia del arte, de las relaciones de ésta con la belleza y los demás valores" Baumgarten Su objeto es: 1- La esencia de lo bello: qué es lo bello y la belleza tanto en la naturaleza como en el arte. (Aunque se centra más en el arte que en la naturaleza). 2- El estudio de la creación y la contemplación de la obra de arte. 1- EL CONCEPTO DE BELLEZA. El concepto de “belleza” etimológicamente significa “brillar”, “aparecer”, “ser visto”. ¿Qué es la belleza? Los tratados de estética suelen abordar el concepto de belleza desde tres ópticas diferentes:

A) Por un lado se trata de describir cuáles son las características que poseen determinados objetos que nos llevan a reconocerlos como bellos. Aunque pueden darse algunas divergencias, siguen gozando de especial consideración las que ya vinieron definidas en el mundo clásico griego y fueron recogidas por Platón: orden, medida, proporción, equilibrio, luminosidad...

B) A partir del siglo XVII se comienza a conceder una importancia considerable al gusto cuando se trata de hablar de la belleza. Lo importante ya no son las características del objeto, sino más bien el efecto que la contemplación de ese objeto produce en nosotros. Se retoma algo que ya estaba presente entre los griegos; la contemplación de la belleza es sumamente placentera, provoca en nosotros un estado de gozo y sosiego que no se alcanza en otras experiencias. De ahí se pasa a afirmar que son bellos aquellos objetos que producen en nosotros el placer.

C) Con la comprensión de la subjetividad de la experiencia estética y de la belleza, se acentúa esta última óptica y aparece la relativización del concepto. El concepto de belleza dependen de los criterios del creador y de las características del observador.

Belleza y arte. Aunque en la actualidad hay quien se confiesa agnóstico ante la cuestión ¿qué es el arte?, desde los griegos y durante más de dos milenios, la belleza ha sido la característica principal de la obra de arte, el fin del artista fue crear transmitir bajo una forma bella. Incluso las cosas desagradables de la naturaleza y de la vida, cuando son imitadas en el campo artístico, causan placer.

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La balsa de la medusa de Géricault (1791-1824), es un claro de ejemplo de tragedia embellecida por la mano del pintor. Naufragaron en una balsa, soportado las tormentas, el hambre, la muerte y por último, el hecho de que tuvieron que comerse unos a otros para sobrevivir. “El arte describe bellamente cosas que en la naturaleza podrían resultar feas; las tempestades, las guerras, pueden ser representadas bellamente.” Kant s. XVIII Esa unión de belleza y arte que se creía indisoluble recibe su golpe mortal cuando Marcel Duchamp (1887-1968) , expone un urinario titulado “Fuente” como obra de arte.

Utilizaremos, por el momento, el concepto de arte que tradicionalmente ha unido arte y belleza. 2- LA CREACION DE LA OBRA DE ARTE. SU NACIMIENTO. A) Las raíces de una obra de arte están en la totalidad de la vida y la experiencia personal del artista. Pero la vida no es sin más poesía o música sino que el artista "traduce" sus experiencias, su vida en arte. Un pensamiento, una intuición, una percepción es poética cuando alguien la convierte en arte: lo que para cualquiera puede ser un objeto común para el artista es motivo de inspiración o de un pensamiento poético que se traduce en una obra de arte. Lo que dice un verso es poético porque está en un verso, alguien lo ha convertido en arte, pero esa idea en sí no tiene porque ser poética: Nuestras vidas son dos ríos

que van a dar a la mar

que es el morir.

Allí van los señoríos

derechos a se acabar

y consumir. El pensamiento o el sentimiento de la muerte se han convertido en poema por la acción del poeta, en este caso de Jorge Manrique. El artista no es necesariamente alguien que tiene experiencias especialmente relevantes, pero sí tiene una predisposición artística que estimula su creatividad y que hace que sensaciones, sentimientos comunes se conviertan en materiales para una obra de arte. Lo que da calidad artística no son las experiencias profundas sino la manipulación que sufren en las manos del artista, su transfiguración en algo bello. Lo que hace de una persona artista es la voluntad de engendrar un nuevo ser bello. Para esta creación se utiliza la vida del artista, se comunica en ella. Detrás de una obra de arte hay toda una vida de experiencias, de sufrimientos, de alegrías, sin las cuales sería imposible crear. El artista es una persona que dedica todos sus esfuerzos, todas sus cualidades a crear objetos

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bellos. Dice el poeta Eliot: "Hay primero un embrión inerte o germen creativo y, por otra parte, el lenguaje, los recursos de las palabras bajo el imperio del poeta. Este tiene algo germinando

dentro de sí, para lo cual debe encontrar palabras; pero no puede saber qué palabras quiere

hasta que las ha encontrado: no puede identificar este embrión hasta que ha sido transformado

en una disposición de las palabras justas en el orden justo. Cuando se tienen las palabras para

ello, la "cosa" para la cual las palabras tenían que ser encontradas desaparece sustituida por

un poema". Así pues este hecho detonante del poema es el germen a partir del cual se desarrollará y el poeta que siente la necesidad de crear algo bello comienza a buscar la forma de expresarlo y crea el poema. La inspiración artística no es un don ajeno al artista, en cierta forma el artista es pasivo cuando recibe la inspiración pero esta inspiración le "viene" porque en el existe esta predisposición, esta predisposición artística. Detrás de la inspiración hay a veces años de búsqueda, de ensayos, que acaban apareciendo cuando menos lo esperas. B) Si la inspiración, el germen, es el inicio de la obra de arte, ella sólo no basta para explicar la obra: indisolublemente unida a ella está la técnica. Si el artista no domina una determinada técnica no sabrá sacar partido a la inspiración que no es sino un fragmento, un destello, que tiene que ser trabajado para expresarse en la obra de arte. Sin técnica la inspiración se agotaría muy pronto, hay que recogerla y cultivarla. El novelista encuentra algo que le llama su atención, que capta su interés, esta tensión provoca un vacío, un proyecto que hay que llenar y que una vez llenado será la novela. Al crear ocurre como cuando tengo algo en la punta de la lengua; sé lo que es pero no lo sé decir, sé lo suficiente para rechazar las palabras que no expresan lo que quiero expresar y para reconocer la que si lo expresa: es un proyecto vacío que hay que llenar y yo sé que lo llena aunque no lo he concretado todavía. En este momento tengo que buscar recurriendo a todos mis recursos (memoria, realidad) el "qué" que llena ese proyecto vacío. C) En el punto inicial del arte hay una vivencia, un pensamiento; en el arte se comunica esta vivencia o este pensamiento pero ninguno de estos resortes da razón de la obra de arte porque ninguno da la forma a la obra: sólo cuando el artista da forma a esa experiencia en la piedra, en el cuadro, con la palabra, con la música, etc. existe la obra de arte. El arte no es arte por lo que expresa, que se puede expresar de otra forma, sino porque lo expresa de una forma especial: fusionando el mensaje con la forma. En la obra de arte es tan importante lo que quiere transmitir como la forma de trasmitirlo: si en unos versos se refleja la tristeza del autor no podemos disociar la tristeza de las palabras que la trasmiten: es arte porque la forma está indisolublemente unida al contenido que transmite. D) La obra de arte es una cosa nueva, una creación, un nuevo producto que transciende la acción psíquica de su origen. En la creación artística busco la mejor forma de expresar lo que quiero expresar. En esa búsqueda utilizamos todos nuestros recursos: memoria, relaciones, imaginaciones, etc. La obra de arte es creación, es decir, es algo nuevo que aunque incorpora afectos, sentimientos, vida, es un nuevo ser "dado a luz" por el artista que en muchas ocasiones asombra a su propio creador. En el acto creativo tengo que evaluar si me voy acercando al fin, si voy por el camino correcto. Esto no es fácil, aquí aparece el sexto sentido, la "intuición" de que voy bien o no. (No es intuición como venida de la nada sino fruto de múltiples experiencias acumuladas ).

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El momento clave de la actividad artística es la evaluación: elegir bien entre infinitas posibilidades. Esta evaluación es mucha veces negativa: se sabe lo que no va a ser la novela y se rechazan opciones (por lo que dice, por la forma, por las posibilidades que coarta, etc.) a veces durante años, pero ese proyecto sigue vigente en el autor. Las operaciones con las que se evalúa un proceso creador son: juicio de gusto, comparación con el proyecto, percepción de las posibilidades derivadas de la integración. Otra operación es saber cuando acabar: cuando no busco más porque no hay solución y cuando una obra está acabada o debo seguir trabajando en ella. La calidad de la obra depende en buena parte de la calidad del criterio que la evalúe, pero ¿quién evalúa el criterio?, es una decisión subjetiva del gusto del artista. E) Lo que caracteriza a esta obra de otro tipo de obras (técnica) es que posee un valor intrínseco que se llama belleza, y ese valor es lo fundamental en ella. 3- LA EXPERIENCIA ESTÉTICA. 3.1 Su carácter sensorio-intelectual. Lo que llamamos bello es eso que impresiona nuestros sentidos, eso que empieza cautivando los ojos y lo oídos, produciendo sensaciones deleitosas. Hay dos teorías extremas y contrapuestas para explicar la belleza: para unos el goce estético es algo sensible tan ligado a la experiencia que se reduce a una reacción orgánica, por ejemplo William James quiere explicar el goce estético y las emociones en general como consecuencia de los cambios orgánicos: "No lloro porque estoy triste sino que estoy triste porque lloro". Para otros lo estético es algo propio del intelecto que es el que juzga si algo es bello o no. La corriente mas razonable es que en lo estético se entrecruza lo sensible y el intelecto: en la obra de arte se contempla la belleza que es algo sensible pero a la vez eso sensible que aparece en la obra de arte nos remite a un contenido que bajo su forma bella puede ser captado por la inteligencia. 3.2 Fases y características de la experiencia estética. 1º La experiencia estética comienza con la percepción sensible y con el asombro que nos produce dicha percepción. 2º Del asombro pasamos a captar las cualidades sensibles del objeto, de ahí a la contemplación. 3º Al final la emoción que produce esa contemplación es el goce estético. En este momento no se pasa a la inteligencia es un momento estético, puramente contemplativo. Cuando salimos de un concierto o contemplamos una flor, decimos que hemos tenido una experiencia estética, porque estamos afectados por la interpretación a la que hemos asistido o los colores que hemos observado. El sentir estético es el que hace posible esta afección, que posee un carácter experiencial, y no puramente conceptual. Porque, a pesar de que juzguemos intelectualmente la calidad del concierto o de la flor, no ha sido sólo nuestro intelecto el destinatario de esos objetos, sino que ha sido toda nuestra persona la que se ha visto afectada por ellos. La experiencia estética no es algo ajeno a la experiencia ordinaria, ni requiere menos intensidad que el resto de las experiencias. La contemplación estética no es el conocimiento. Sin embargo de la contemplación estética surge un nuevo conocimiento ya que en esta contemplación se pone en juego el hombre entero: memoria, imaginación, sentimientos, conocimientos, vivencias, etc. Cuanto mejor informado esté el que contempla la obra de los procedimientos técnicos, de las formas estéticas, del contexto histórico-cultural de la obra, de las intenciones del autor, tanto más preparado está para que esa experiencia estética active en él placer y una información

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mayor. La disposición psíquica en el momento de la contemplación también influye en la experiencia estética que se tenga. Llamamos experiencia estética al encuentro que el ser humano tiene con la belleza. La experiencia estética es una forma de aprehender el mundo, sacando a relucir tu sensibilidad y las emociones que pueden desencadenarse en tu interior al enfrentarte con una manifestación artística Ese placer de la belleza se caracteriza por su brevedad y por dejar un "sabor" de tristeza cuando ese breve momento pasa. 3.3 Análisis psicológico de la experiencia estética. La contemplación de la obra de arte es una especie de éxtasis que se caracteriza por el desinterés hacia cualquier otra cosa que no sea la contemplación de la obra Al crear la obra el artista pone su vida en ella pero al contemplar vemos o escuchamos más de lo que el artista ha puesto porque añadimos lo que es nuestro. Al contemplar una obra de arte vemos más de lo que el artista ha puesto en ella porque ese gozo que experimentamos en su contemplación, activa en nosotros experiencias, recuerdos, sufrimientos, gozos, etc. diferentes a los que han dado lugar a la obra. Captamos la obra de arte, su belleza y su contenido a la vez que ponemos un nuevo contenido que parte de nosotros a raíz de la contemplación de la obra. 4- ONCE AFIRMACIONES SOBRE EL ARTE MODERNO. 1. El arte moderno es un intento de libertad, de liberarse del mundo y de las reglas, esta liberación exige una gran ingenio. 2. En el arte moderno la subjetividad es la única fuente de valores. 3. Si Dios ha muerto el artista es creador. 4. Los regímenes totalitarios (nazis, comunistas) defienden el arte realista por ello el arte no figurativo fue una forma de rebeldía hacia regímenes dictatoriales. 5. En el arte moderno las técnicas clásicas han sido sustituidas: cualquier técnica vale. 6. Ahora es arte lo que el artista quiere que sea arte. 7. Todo objeto sacado de su ámbito habitual se libra de su sumisión a la utilidad y se puede convertir en arte. 8. El concepto de arte subjetivo, libre, está unido al concepto de Sartre de la conciencia como libertad. 9. El verdadero autor, el que confiere su estatuto a la obra de arte es el público. el arte moderno no dirige al público, da lugar a infinidad de interpretaciones y sentidos. 10. Ahora es artista todo aquel que el público admite como artista. 11. El fin último del arte moderno no es crear belleza, sino libertad. 5- LO ESTÉTICO EN LA HISTORIA. A lo largo de toda la historia del pensamiento el concepto "belleza" ha sido considerado de diferentes formas por los filósofos. A continuación veremos algunos ejemplos de esta consideración que no son sino pinceladas de una compleja historia de la Estética. PLATÓN (427-347 a.C.). En el pensamiento platónico, lo estético no es un aspecto secundario ni un tema periférico, sino una cuestión esencial. Simplificando, podríamos decir que Platón, en sentido positivo, ve el mundo y sus cosas como una obra de arte, pero, en sentido peyorativo, como un mal retrato de la Verdad divina, del mundo de las Ideas, con lo que el arte propiamente dicho resulta ser sólo la

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peor copia de una mala copia. Por otro lado, Platón entiende que la Belleza visible es el arranque y la primera llamada para ir subiendo desde la hermosura de los cuerpos a la intuición de la belleza de lo espiritual -intelectual y moral-, y, finalmente, a una unión casi mística con la Belleza suprema, que vendría a ser como la misma luz divina. Quizá, pues, el pensamiento platónico, en el amanecer del pensamiento occidental, haya dejado ya lo estético bajo un doble ataque, el más radical posible: en cuanto arte, es torpe copia, o como poesía y teatro, perniciosa alienación; en cuanto Belleza, es evasión hacia un éxtasis donde se borran las formas. Según Platón el alma se halla encerrada en el cuerpo material y ha olvidado lo que un día vio en el mundo de las Ideas. La belleza que percibe en lo visible le sirve al alma de introducción hacia lo no material, le recuerda a la Belleza que vio en el mundo de las Ideas, Belleza suprema e inalterable. EL PENSAMIENTO CRISTIANO. Pensamiento cristiano primitivo. El Cristianismo, en cuanto fe en Dios que se encarna en un hombre determinado, significaba una redención de todo lo visible, lo concreto y lo individual, pero enseguida, a efectos intelectuales, al menos, asume la hegemonía en la mentalidad cristiana un espiritualismo en parte platónico y en parte oriental unido a la interpretación literal de Isaías cuando dice: "Varón de dolores, afeado y de lamentable aspecto" refiriéndose al Salvador, y queda así desvalorizado lo sensible y lo palpable: lo estético, la belleza física. San Justino (Siglo II) llega a dar por seguro que Jesucristo tuvo que ser feo. Orígenes (185 - 253) dice: "La belleza propiamente dicha no es propia de la carne, que no es sino fealdad... Toda carne es heno." San Agustín (354-430), con él vuelve a considerarse lo estético como importante: "Dios es la belleza, y nada sería bello si no procediese de Dios." San Agustín habla de la música como belleza que se sucede en el tiempo y hace una alta valoración del cuerpo y del mundo sensible en general. Para San Agustín la fealdad es sinónimo del mal. Edad Media (siglo V-XV). En este período histórico no hay muchas ideas estéticas que resaltar. En esta época donde la cultura se concentra en los monasterios y los palacios lo bello se une con lo bueno y el arte no merece una consideración teórica aparte. Santo Tomás (1225-1274) dedica unos pocos pasajes a la belleza. La distingue claramente de lo bueno y no distingue la técnica de las bellas artes con lo cual libera a la obra de arte de todo moralismo. Con ello la belleza y el arte no se identifica con el bien. EL EXISTENCIALISMO DEL SIGLO XIX. Schopenhauer (1778-1860) tiene una visión pesimista de la vida: la vida del hombre es algo sin esperanza: "desesperanzado", es un negro vacío, algo incognoscible, ciego, implacable, con más de demonio que de Dios, vivir es dolor. Ante esta vida al hombre sólo le queda huir pero el suicidio no es algo decoroso. Sin embargo, en medio de tanta tiniebla hay algo relativamente positivo, ese algo incognoscible del universo produce unas ideas que sólo se captan en la contemplación estética: el arte es la clave para captar lo único positivo que hay en el mundo. El genio es la capacidad de abstenerse de todo en esta contemplación. Schopenhauer establece grados en lo estético según las artes: la arquitectura es la inferior porque opera con materia inorgánica, le siguen la jardinería, la pintura de paisaje, la escultura, la pintura de retrato, la literatura y por encima de todo la música.

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Kierkegaard (1813-1885) establece tres diferentes formas de vida que reflejan tres niveles de vida:

- Lo estético: el disfrute sin compromiso, lo romántico en el sentido de Don Juan Tenorio.

- Lo ético: hay que elegir y renunciar. - Lo religioso: implica el sacrificio de todas las categorías racionales y morales para dar el salto a lo desconocido. (Su modelo es Abraham). ESTÉTICA MARXISTA (Siglo XX). Ya antes de la Revolución se va gestando en Rusia la doctrina de la literatura -las demás artes cuentan con poca atención teórica- como expresión de la problemática política y como instrumento de propaganda y acción revolucionaria: un espejo de la vida social. Lenin, también antes de la Revolución, había acentuado esta puesta del arte al servicio de la política. Con Stalin, sobre todo en los años treinta, la literatura y el arte se reducen a propaganda de la Revolución. Sartre (1905-1980) tras un período existencialista en el cual piensa que la realidad no tiene sentido, se adhiere al marxismo y propugna el compromiso del escritor que ha de ponerse al servicio del combate por la liberación: sin embargo exime de tal servicio a la poesía, no sólo al verso sino a toda utilización del lenguaje que tiene una intención creativa o experimental.