Estela 4. Año 2002

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Estela F u n d a c i ó n C u l t u r a l I S T O L A C I O PUBLICACIÓN ANUAL 2ª ÉPOCA - Nº 4 AÑO 2002 MUERTE DEL GENERAL FERNÁNDEZ SILVESTRE Juan Antonio Gómez Martínez LAS BAJAS ESPAÑOLAS EN LA BATALLA DE CARABOBO Salvador Fontenla Ballesta LA REAL Y MILITAR ORDEN DE SAN FERNANDO José Luis Isabel Sánchez PANTEÓN DE LOS HÉROES DE LAS CAMPAÑAS. En el cementerio de la Purísima Concepción de Melilla Miguel Ballenilla y García de Gamarra FINES Y PROYECTOS DE LA FUNDACIÓN ISTOLACIO

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Revista de la Fundación Cultural Istolacio

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Estela Fundación Cultural

I S T O L A C I O

PUBLICACIÓN ANUAL

2ª ÉPOCA - Nº 4

AÑO 2002

MUERTE DEL GENERAL FERNÁNDEZ SILVESTREJuan Antonio Gómez Martínez

LAS BAJAS ESPAÑOLAS EN LA BATALLA DE CARABOBOSalvador Fontenla Ballesta

LA REAL Y MILITAR ORDEN DE SAN FERNANDOJosé Luis Isabel Sánchez

PANTEÓN DE LOS HÉROES DE LAS CAMPAÑAS.En el cementerio de la Purísima Concepción de Melilla

Miguel Ballenilla y García de Gamarra

FINES Y PROYECTOSDE LA

FUNDACIÓN ISTOLACIO

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s u m a r i o

EDITORIAL

MUERTE DEL GENERAL FERNÁNDEZ SILVESTRE.Juan Antonio Gómez Martínez

LAS BAJAS ESPAÑOLAS EN LA CAMPAÑA DECARABOBO DE 1821.

Salvador Fontenla Ballesta

LA REAL Y MILITAR ORDEN DE SAN FERNANDO; RECOMPENSA AL HEROÍSMO.

José Luis Isabel Sánchez

PANTEÓN DE LOS HÉROES DE LAS CAMPAÑASEn el cementerio de la Purísima Concepción de Melilla

Miguel Ballenilla y García de Gamarra

FINES Y PROYECTOS DE LA FUNDACIÓN ISTOLACIO

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DirectorMIGUEL BALLENILLA

Y GARCIA DE GAMARRA

Consejo Editorial

PRESIDENTE

SALVADOR FONTENLA BALLESTA

EditaFUNDACIÓN CULTURAL

ISTOLACIO

c/ Navas del Rey, 51 B. Dcha.28011 - MADRID†el. 915 090 696www.istolacio.org

Diseño y maquetaANA GARCÍA KIRMSE

J. JAVIER OLVEIRA

ISSN: 1139 - 1464

Dep. Legal: MA-1682/2002

Impreso en papel Reciplus por:Gráficas Urania, S.A.Av. Juan XXIII, 3529006 - Málaga

PUBLICACIÓN ANUAL2ª ÉPOCAAÑO 2002

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e d i t o r i a l

No hay soldado anónimo. No existe el soldado desconocido.

l monumento, la tumba del soldado desconocido es una moda forá-nea (que confiamos no arraigue en España) que tiene el origen bien-intencionado de representar simbólicamente el enorme sacrificio de

vidas humanas que ocasionaron las cruentas batallas de la Primera GuerraMundial. Tiene el peligro moral de la masificación del esfuerzo y delsacrificio, de anular el estímulo de los individuos de la sociedad al perci-bir inutilidad o posibilidad de eludir moral y físicamente sus deberes dedefensa con las armas, de esa misma sociedad. Los efectos negativos, y aveces demoledores, sobre la retaguardia se harán sentir irremediablemen-te sobre el frente.

Cada vida es singular, y singular es también la caída en combate decada soldado, sea esta más o menos heroica.

No hay soldado desconocido, en todo caso, es que nosotros no loconocemos. Es un problema de ignorancia propia. No hay soldado desco-nocido para su familia, donde ha dejado un hueco en la mesa y en la lum-bre del hogar, y que una madre, una esposa o hijo lo echarán siempre demenos. Ha dejado un recuerdo en su jefe y en sus compañeros de armas,aunque su puesto en formación sea cubierto por otro, que lo recordaránen sus homenajes y en el toque de oración. No hay soldado anónimo parala Patria. No hay soldado ni sacrificio desconocido para Dios.

Es empeño de la Fundación Cultural Istolacio rescatar del olvido,como homenaje de gratitud y lealtad, los nombres de los soldados caídosen acción, y las circunstancias particulares de la misma. Así como catalo-gar las tumbas donde descansan sus restos, rescatar y estimular su rescatey conservación, con el ornato y respeto que se merecen.

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General D. Manuel Fernández Silvestre

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a muerte del Comandante General de Melilla, General de Divisiónde Caballería D. Manuel Fernández Silvestre, durante los sucesos ocu-rridos en julio de 1.921 en el Sector Oriental de la Zona de Influencia

de España en Marruecos, ha sido un tema que desde aquel momento estu-vo envuelto en un cierto halo de misterio, llegándose, incluso, a afirmarque después de ese día aún continuaba con vida.

Pero el asunto tiene fundamento, y es que su cadáver no fue ofrecido ala venta por los indígenas, ni entregado como el del Coronel Morales, nirecogido por Dris Ben Said 1) durante su visita a la zona de Annual: Lagente que vive en las inmediaciones de Annual es la que más se ensañó con lossoldados españoles, lo que queda demostrado por la situación de los cadáveresy su proximidad a los poblados (...). Yendo por la carretera de Annual pudereconocer el cadáver del Coronel Manella al cual hice que envolvieran en unamanta y que fuera depositado en el lugar en que se situaban los carros detransportes. Otro cadáver, que sospecho debe ser el del Teniente CoronelManera, hice que también lo recogiesen y lo depositasen en la parte opuesta ala que se depositó el anterior (...). Tampoco fue encontrado por el SargentoBasallo 2): El 2 de octubre llegó un nuevo convoy de víveres para los soldados,con otro muy considerable para el personal de «La Alicantina», corresponden-cia y giros para la tropa y una caja de cinc destinada a recoger los restos delgeneral Silvestre, si hubieran sido o fuesen hallados. Con este motivo yo leexpuse a Idris Ben Said el incidente de la cuesta Intermedia, dónde un morome mostró un cadáver asegurándome que era el de Silvestre, y él me encargóque recogiera aquel cadáver y lo llevase a Sidi Dris cuando fuera a recibir elsiguiente convoy, con el cual iría un médico para reconocerlo y dar fe de si erao no el del general. En cuanto regresé a Annual fui al sitio donde se me habíamostrado el referido cadáver, marcado por mí con una piedra, pero me fueimposible recogerlo, por que los moros habían llevado su saña hasta majarlo,

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MUERTE DEL GENERAL FERNÁNDEZ SILVESTREJuan Antonio Gómez Martínez

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en unión de otros, formando un informe montón de tierra y despojos san-grientos. Yo no puedo afirmar si aquel cadáver era el de Silvestre, porquecuando lo vi estaba en completa descomposición, ni tampoco si formaba partedel montón de tierra y restos humanos que encontré en el lugar donde lo habíadejado con la indicada señal o si los moros se lo habían llevado. De vuelta alcampamento ordené al cabo Fichoto y a todos los soldados procedentes deAnnual que hicieran pesquisas en todas direcciones buscando el cadáver delgeneral, pero todas sus exploraciones resultaron vanas, lo mismo que las hechasentre los moros de los alrededores.

Algunos autores que han tratado sobre los últimos momentos de lavida de Silvestre, amparándose más en ideas preconcebidas y en una débilbase documental han preferido unas versiones a otras cuando, en la actua-lidad, no existe fundamento para tomar cualquiera de las opciones que sepresentan.

Pensando en el lector neófito, sólo expondré algunos aspectos para lle-gar a los momentos en cuestión.

El 20-07, Silvestre decidió trasladarse a Annual ante la situación que sehabía generado en las posiciones del valle del Amekrán: (...) Sin embargono se ha efectuado convoy a Igueriben, pues enemigo continúa cercando aque-lla posición en forma que General 2º jefe me indicó temores de no poder efec-tuarlo.- Mañana a primera hora se realizará a toda costa pues es imposiblecontinúe situación en que se encuentra aquella guarnición. (...) Me propon-go marchar mañana primera hora a aquel campamento (Annual), y desde allítendré a V. E. al corriente de la situación 3).

Silvestre llegó al Campamento General de Annual en la mañana del 21de julio, «al tiempo de iniciarse» la operación que conocemos como«esfuerzo supremo» para «meter» el convoy en Igueriben.

Como es sabido, Igueriben cayó en la tarde de ese día habiendo prota-gonizado sus defensores uno de los hechos de armas más gloriosos de lahistoria bélica de España del siglo XX. En realidad, la caída de Igueribenno supuso más que un efecto demoledor en la moral de las tropas quehabían participado en el prolongado combate que se desarrolló durante eldía donde las fuerzas de Regulares quedaron «diezmadas» 4).

Durante la noche del 22, Silvestre reunió en su tienda, situada en la«Loma de Ceriñola» y próxima a la entrada del Campamento General deAnnual, a los jefes más caracterizados de las unidades que allí se encontraban

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para celebrar la que ha sido llamada «Junta Histórica» 5) o «La noche tris-te de Annual» 6).

Pérez Ortíz participó en el cónclave y nos transmitió muchos detalles delo que allí se resolvió, pero no nos dice quién más asistió 7). Fue Vivero 8)

quién, por primera vez, dio los nombres a través de unas notas de uno delos asistentes.

La reunión parece que finalizó sobre las cinco de la mañana del 22 y sedecidió una retirada sobre la Línea Ben Tieb – Dar Drius 9). Según lasnotas citadas, con la opinión en contra de Manella que abogaba por que-darse en Annual en espera de los refuerzos prometidos por el AltoComisario (General Berenguer).

Parece que los asistentes quedaron juramentados a no comunicarlo alos oficiales hasta llegado el momento de iniciar la operación.

Al amanecer del día 22 somos muy pocos los que estamos en el secreto de lainmediata retirada. Por mi parte he limitado mis informaciones sobre nuestrallamada, diciendo que se trataba de una complicada operación sobre las lomasal pié de Izumar y a la derecha del camino a Ben Tieb 10).

Así mismo, parece, que hubo una cierta planificación de la evacuaciónen contra de lo que comúnmente se ha aceptado.

Otra llamada a la tienda del general, allí se está disponiendo apresurada-mente lo que cada unidad debe hacer y se nos da por el capitán Sabater elorden de marcha.

Ante todo saldrá el convoy de heridos, todos montados; esto no ha de llamar laatención; le escoltarán algunas fuerzas. Mientras tanto habrá que hacer la agua-da, pero de una sola vez, con cubas y cantimploras en cubas de las camillas. Eltiempo perdido apremia y ha de terminarse el servicio antes de que las diferentesunidades vayan poniéndose en marcha. Si retrasan que salgan a su encuentro.

Nuestros equipajes, toda la impedimenta, quedarán abandonados; losvíveres, los enseres para la confección de las comidas, lo mismo. Sólo hemos dellevar las cajas de municiones que buenamente se pueda, pues hay bastanteganado inutilizado 11).

A las 10.30 horas, Silvestre comunicó al Alto Comisario el inicio de laretirada mediante el conocido telegrama: Después de consejo de jefes, y antenumeroso enemigo, que viene en columnas, aumentando por momentos y nocontando más que con cien cartuchos por individuo, ordeno retirada sobreIzumar y Ben Tieb (...).

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Continuaré con la crónica de Pérez Ortíz porque, además de propor-cionar información fiable, y quizá poco conocida, sobre los últimosmomentos de la evacuación de Annual y de la columna en retirada, fueuno de los últimos que vio a Silvestre vivo.

Parece que el enemigo barrunta nuestro propósito, porque, no bien comien-zan a salir los heridos por la puerta principal de la posición, cuando desde losbarrancos de enfrente la enfilan eficazmente. Hay entonces necesidad decubrirla con un través pues en ella se aglomera la gente.

No me cabe duda de que muchos saben ya a que atenerse sobre el desordenque comienza a reinar. Las acémilas que pasan para recoger enfermos y heri-dos y se cruzan y estorban con las que van a salir, con las de artillería que espe-ran, con los caballos de silla, con las parejas de soldados que entran y salen lle-vando cubas y cantimploras, con nosotros mismos, jefes y oficiales que nosesforzamos por poner orden.

Desfilan al fin, los heridos y su escolta. Detrás va la artillería de montaña,algunas ametralladoras; —las mías no sé donde han de ir por tener órdenesdirectas del mando— entre ambas fuerzas, unidades de infantería; después norecuerdo si alguna batería más o parque de municiones, pero sí que detrásdebía yo ir con dos compañías. Las otras dos habían sido enviadas con ante-lación al campamento llamado de los Regulares, con orden de mantenerse enél hasta que ellos se replegasen; entonces debían bajar al camino y unirse a lacolumna.

Tan pronto como la vanguardia de esta columna rebasa el citado campa-mento, empieza a recibir fuego, al que se contesta sin detenerse.

Desde mi puesto, antes de emprender la marcha con mi fuerza, veo queotras a pié y muchas montadas salen de las otras posiciones y a los flancos ointercaladas, se suman a la columna.

Cuando llega mi turno busco al capitán Sabater para que me dé la salida,y, como me dicen entonces que está fuera a comunicar órdenes, pido permisoal General mismo, a quien cejijunto, pero muy sereno, impasible, veo en pié,próximo a su tienda, al lado de la puerta principal del campamento.

Cuando, concedida la autorización, voy en busca de mis compañías, apenas si queda fuerza ya en la posición, y, al recogerlas, formadas junto alparapeto opuesto, puedo darme cuenta de que así debe ser pues observo quevarios soldados de la Policía, que supongo pertenecen a una avanzadilla, vie-nen apresuradamente hacia él como para entrar en el campamento.

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Aún está el General inmediato a la salida al abandonar yo la posición; deesta descendemos en columna de a cuatro y a paso ligero para buscar el con-tacto con la unidad que nos precede, muy adelantada ya.

Al pasar una planicie crece el fuego que ha empezado a hacérsenos y mandopaso ligero para cruzar este corto recorrido. Salvado, se hace alto, monto acaballo y ordeno que las compañías, sin rebasar mi altura, sigan a la desfila-da en cuatro filas. Esta disposición permitirá que las filas de los flancos con-testen al fuego si hubiera necesidad y hará además vulnerable la formación.

Todo va bien mientras marchamos al amparo de las dos últimas posicionesdel campamento. Silvan los proyectiles pero todavía no he tenido una sola baja.

Encuentro varios soldados que subiendo del río, todos con cantimploras, nosaben si dirigirse a las posiciones de Annual o incorporarse hacia la largacolumna que hacia el desfiladero serpentea por todas partes hostilizadas. Elservicio de aguada se ha ordenado tarde y no pocos de estos infelices que no hansido agredidos haciéndola, lo han sido en el camino de ella.

Al pasar por el campamento de Regulares encuentro al comandante Munnéque tiene al mando dos de las compañías de San Fernando allí enviadas unahora antes. Me pide nuevas instrucciones y le recuerdo que debe sostenersemientras no se replieguen o se vayan de aquel punto los Regulares, en cuyomomento habrá de seguir con la columna en el puesto que le resulte. Comonovedad le advierto que abandonamos Annual y nos retiramos a Bentieb.

Más adelante el fuego que recibimos aumenta. Por diversas avenidas se venllegar de la derecha grupos que afluyen al camino y allí, sin orden, se mezclanentre mis hombres. Y como ignoramos si se nos flanquea, si tal o cual fuerza ala izquierda, hacia el camino viejo, es Policía, tenemos que dudar y conti-nuamos vivamente nuestra marcha, la que aún siguen las compañías en orden.Por retaguardia llegan apresuradamente más fuerzas.

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El Campamento General de Annual estaba ubicado sobre tres elevaciones en el valle de Amekrán.Parte del trayecto Annual - Izumar. (foto del autor)

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Al estrechar el terreno, cuando empieza el desfiladero ofreciendo al paso unangosto camino en la falda de una montaña y al borde de una profundabarrancada, la acumulación de fuerzas es tal que éstas se atascan, se atrope-llan por pasar. Mulos, unos montados, otros con carga, en su precipitada carre-ra rompen y separan las filas y formaciones obligando a los que van a pie asalirse del camino, arrojándose al barranco por donde, buscando la desenfila-da van ya muchos soldados.

Me veo entonces sin uno solo de los míos en medio de aquel torrente defugitivos alocados, hombres y bestias. Continuamente recibo golpes de las car-gas que pasan; uno de éstos está a punto de precipitarme al abismo por el que,cada vez más hondo, van mis soldados (...) 12) .

Pérez Ortíz dice en el prefacio de su crónica que el callar es también undelito en los códigos cuando por hacerlo se otorga veracidad a lo que es falsoy se pretende mostrar como cierto, que confiesa que su crónica encierra todasu verdad y no consentirá que a nadie se engañe, que sucedió todo como lodice y no fue de otra manera y que el testigo que se atreviera a decir lo con-trario de lo que expone faltaría a la verdad, que refiere únicamente lo que havisto, etc. Precisamente, parece que Pérez Ortíz no era de la «camarilla» quese ha atribuido que tenía Silvestre y, menos, uno de sus devotos.

En la actualidad, parece ser que la versión más aceptada como «verosí-mil» sobre la muerte de Silvestre es que se «pegó un tiro» en su tienda decampaña.

Esta tesis la encuentro apoyada por varios pilares.En el resumen de la Información instruida por el General Picasso 13)

aparece la declaración del soldado Moreno Martín (101-102) que dice:estaba de ordenanza y cuando empezaron a salir las tropas del campamento sedirigió al sitio donde estaba el Comandante general con su Estado Mayor,fuera de la posición principal, oyendo al Comandante general denostar decobardes a los policías que escapaban dirección a Izumar, dejando libre el fren-te del campamento por donde venía la harca, que cuando ya había morosdentro de aquel, llamó el general al sargento de la escolta y le dio orden demarchar a Melilla con los caballos, dirigiéndose luego con los coroneles Moralesy Manella y otros oficiales hacia su tienda, saliendo el testigo con los ordenan-zas del Cuartel general que llevaban de mano el caballo de aquél.

Uno de los momentos en que la declaración del soldado MorenoMartín tiene cierta coincidencia con el relato de Pérez Ortíz, es cuando

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los policías indígenas, bien si intentaban entrar en el campamento, proce-dentes de una avanzadilla o abandonaron el lugar asignado situado en elfrente por donde «venía la harca». En algún modo puede tratarse de lamisma acción y, de ser cierta, como parece, Silvestre les denostará decobardes. Creo que es de estos momentos cuando Bastos 14) atribuye aSilvestre la frase: «Huid, huid, soldaditos, que viene el coco» que, en miopinión, textualmente, es apócrifa.

La declaración del soldado Moreno Martín, entra en cierta concordan-cia con el siguiente documento 15), cuya copia literal es la siguiente:

Asunto: Muerte en Annual del General Fernández Silvestre.Muy Sr. Mío,De acuerdo con mi visita a Vds. de hoy y nuestra conversación tele-

fónica reciente, tengo el gusto de confirmarle por escrito los datos queposeo acerca de la por tanto tiempo misteriosa muerte del GeneralFernández Silvestre en el desastre de Annual en el Rif, el año 1.921.

Pero antes, y para que mi testimonio tenga su correspondiente valor,le indicaré a Vd. que mi Padre, Luciano López Ferrer, fue Cónsul deEspaña en Tetuán de 1907 a 1913, Secretario General de la AltaComisaría y Alto Comisario Interino en 1921-23 y por fin AltoComisario de 1931 a 1933. Nuestra familia ha estado por consiguientemuy relacionada con Marruecos y aunque este país no sea mi especia-lidad, le he dedicado muchas horas de estudio y atención.

En 1956 trabajé durante un año en la fábrica Standard Eléctricade Madrid a donde me llevó mi profesión de ingeniero industrial y allíconocí al Sr. D. Manuel Las Heras que era por entonces uno de los jefesdel taller de utillaje. Este señor me indicó que el y un compañero suyoeran las dos últimas personas que habían visto vivo al GeneralFernández Silvestre. Tomé nota de la conversación y tal como seencuentra entre mis papeles se la transcribo a Vd.

El 22 de Julio de 1921 estaban en la posición de Annual, junto alGeneral Silvestre el teniente Sr. Arias y el cabo Manuel Las Heras,ambos del batallón de Radiotelegrafía de Campaña estacionado enMelilla. Ambos habían ido a Annual a dar servicio a la estaciónTelefunken de carro que allí funcionaba, transportándose en una moto-cicleta. Cuando sonaron los primeros tiros, el General Silvestre dio

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orden a ambos de destruir el aparato de radio y marcharse a Melilla enla motocicleta. Estos destruyeron el aparato con un hacha y montaronen la motocicleta, mientras el General entraba en su tienda. No sehabían alejado cincuenta metros cuando oyeron un tiro que sonabadentro de la tienda del General. Indudablemente este se suicidó.

El teniente Arias murió en Monte Arruit. En cuanto al Sr. LasHeras, trabaja actualmente como jefe del taller de utillaje de laCompañía Standard Eléctrica de Madrid, y a él debo la relación pre-cedente.

Madrid 22 de Julio de 1976

Este es el contenido de mi nota.En cuanto al Sr. las Heras, es muy posible que viva todavía y puede Vd. en

la sección de personal de la Compañía Standard hallar su dirección. Él le con-firmará seguramente lo que en conversación privada me dijo hace veinte años.

Esperando que estos datos puedan ser útiles en su sección de Africa, quedade Vd.. atto.y s.s.

Resulta evidente que ni el soldado Moreno Martín, ni el Cabo LasHeras vieron morir a Silvestre aunque, según ellos, el primero le vio diri-girse hacia su tienda acompañado y el segundo entrar en ella y a conti-nuación oyó un disparo que dice sonó dentro. Y esto parece coincidir quefue en los últimos momentos de la evacuación del campamento deCeriñola durante los cuales Pérez Ortíz también vio a Silvestre cerca de laentrada y, por tanto, próximo a su tienda. Pero hay un detalle que convie-ne conocer: Ya parten los escalones defensivos finales. El General, que mirasin ver, sigue cosido al parapeto exponiéndose a las balas (...), les rodean suscompañeros de desventura, Morales, Manella, Hernández, Sabaté, Valcarce,Caddur Amar, que adora en él. Ínstanle a salir antes de que el enemigoadvierta lo que ocurre, antes de que los exterminen (...). De improviso da unaorden a su ordenanza, el soldado de Artillería Eusebio Casanova; inmediata-mente, sin tardanza, llevará a Melilla el maletín guardado en la tienda; espreciso que llegue 16). Según Vivero 17), el citado maletín fue abierto ante tes-tigos y sólo guardaba las insignias de Ayudante del Rey y una cruz. Haceesta aclaración para indicar que no era exacto que contuviera el fajín, diceque Silvestre lo llevaba puesto y desapareció con él. Si se acepta la versiónde Vivero, el citado maletín lo guardaba Silvestre en su tienda. Es muy

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probable que Moreno Martín y Las Heras vieran a Silvestre dirigirse haciasu tienda y el segundo que entrara. Pero también es posible que entrarapara recoger el maletín, si es que el asunto del maletín es cierto. Desdeluego los relatos parecen coincidir en el tiempo.

El asunto del supuesto suicidio tiene más apoyos.Sabemos que en Melilla quedó al mando de la guarnición el Jefe de

Estado Mayor, Coronel Sánchez Monje, quien envió un telegrama al AltoComisario, cuyo original no he encontrado, pero que el GeneralBerenguer 18) lo refiere así: A mi llegada a Tetuán, para donde salí ensegui-da, me dieron cuenta de un telegrama del Jefe del Estado Mayor de Melilla,participando el suicidio del General Silvestre al evacuar Annual. Ya habíanoticias del desastre del repliegue (...).

Según Ruiz Albéniz 19), Berenguer salió a la una de la tarde del campa-mento de Rokba el Gozal y en seis horas llegó a Tetuán. Se encerró en sudespacho con el jefe de su Gabinete Militar (Coronel Gómez Jordana),después llamó a sus ayudantes (Beigbeder, Lope, Lasquetty, SánchezDelgado y Luis Berenguer) y les dijo: Señores, ¡esto ha sido una hecatombe!.El general Silvestre se ha suicidado... Nada se sabe de lo que ha sido de susfuerzas y Navarro está en Dar Drius procurando salvar lo que queda (...).

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Inicio de las llamadas «Cuestas de Izumar». (foto del autor)

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No podemos saber la hora en que Sánchez Monje emitió el telegrama,pero sí que Berenguer lo recibió sobre las 19 horas.

Ante lo anterior, parece que no deben existir dudas acerca del suicidio. Sin embargo, el General Navarro (segundo jefe de al Comandancia

General) envió un telegrama a Berenguer 20), cuyo original tampoco heencontrado, pero que Ruiz Albéniz lo transcribe y atendiendo a lo dichopor Berenguer sobre esa obra: Me cumple declarar que cuantos documentosusted emplea para fundamentar sus razonamientos por mí eran conocidoscomo absolutamente ciertos y que están reproducidos fidelísimamente 21), creoque puede ser aceptado. En el citado telegrama de las 18.30 horas, emiti-do en Dar Drius, Navarro dice, entre otras cosas, además de que llegó a las17.30: No tengo noticias concretas de lo ocurrido; tampoco sé a ciencia ciertaparadero comandante general.

Pero, ¿quién pudo llegar a Melilla entre las una y las siete de la tarde,procedente de Annual, y que dijera a Sánchez Monje que Silvestre se habíasuicidado?

Navarro se encontró a la altura de Monte Arruit 22) con el coche queconducía el hijo de Silvestre en el cual también iba Alzugaray. Esto es sólouna posibilidad, pero si le hubieran visto morir se lo habrían dicho pri-mero a Navarro que a Sánchez Monje. Por otro lado, en ese espacio detiempo, sólo podrían haber llegado a Melilla aquellos que salieran deAnnual en coche.

Sánchez Monje prestó declaración en la Información instruida porPicasso (422-427) y en ella, en la parte que fue publicada, nada se diceacerca de la muerte de Silvestre. Cabe pensar que el mensaje que transmi-tió a Berenguer pudo estar basado en alguna transmisión recibida, posi-blemente, de Dar Drius con información proporcionada por tropas de lacolumna en retirada cuya opinión generalizada parece que era la del suici-dio; pero, llegado el momento de la declaración, no pudiera prestar testi-monio al respecto ante la ausencia de testigos presenciales.

Picasso, a pesar de la proximidad en el tiempo y elementos de que pudodisponer, y dedicando un apartado de su Instrucción de título: «Últimasnoticias del Cuartel General», parece que no pudo aclarar el asunto de lamuerte de Silvestre. Basándose en la declaración del Teniente de PolicíaCivantos (103-104 y 530) 23), se limita a decir: en los momentos que precedie-ron a la retirada, presintiendo —cual indica— la inmensidad de la catástrofe,

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parecía ajeno al peligro, y situado en una de las salidas del campamento gene-ral permanecía expuesto al fuego intenso del enemigo, silencioso e insensible acuanto le rodeaba.

Lo declarado por Civantos y Moreno Martín, lo relatado por Pérez Ortiz,y lo supuestamente contado por las Heras, sólo parece verificar los momen-tos en que Silvestre aún estaba vivo. Si a cualquiera de los anteriores se lehubiese preguntado: ¿Usted le ha visto morir? ¿Cuál habría sido la respuesta?

Entre las muchas cuestiones que surgen, una es que si Silvestre se «pegóun tiro» en su tienda en los momentos finales de la evacuación del cam-pamento de Ceriñola, cuando aún estaban vivos todos los miembros de suCuartel General, ordenanzas y algunos jefes de las harcas amigas, no es nor-mal que dejaran allí su cadáver y se marcharan puesto que, cuando menos,tendrían que dar explicaciones. Resulta difícil aceptar que personas de latalla que creo que tenían Morales, Manella, Manera o Sabaté hubieranabandonado el cadáver de Silvestre en el campamento de Ceriñola.

En bibliografía próxima a la época se dieron versiones como lassiguientes:

Ni él (refiriéndose al capitán Valcarce) ni nadie sabe cómo pereció el gene-ral; de ahí las leyendas de su muerte y las versiones de la esperanza de su vida 24).

Entretanto, ¿qué es de Silvestre? Quién supone haberle salvado CaddurAmar, fidelísimo adepto suyo, quién, dice que cayó al pié de unas higueras conun balazo en el torso; éste le juzga muerto al irrumpir los rebeldes en Annual;otros juran y perjuran que feneció suicidado 25).

El General Silvestre, con su Cuartel General, permaneció en Annual hastaúltima hora, y no se volvió a saber de él ni de los que le acompañaban; corrióprimero la versión de que se había suicidado, pero ni esta ni ninguna otra delas aseveraciones que se hicieron pudieron comprobarse 26).

Resulta curioso que Picasso, ni autores como Bastos, Vivero, RuizAlbéniz o García de Herrera y García Figueras se aventuraran en afirmar.

El hecho de que no fuese encontrado el cadáver del General Silvestregeneró la especie de que podía estar vivo.

En la prensa saltaron titulares como: ¿Vive el general Silvestre? (La Correspondencia de España, 24-11-1921).

Aquí se dice que S.M. D. Alfonso XIII expresó en una conversación par-ticular con un ayudante del general Navarro la frase: ¡Quién sabe si muypronto veremos otra vez al pobre Silvestre!

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«La sombra del General Silvestre» (A.B.C., 09-12-1921). Aquí se hacela pregunta: ¿O tiene acaso algún fundamento serio la afirmación quecorre tanto de boca en boca de que Kadur Hamar lo tiene prisionero enBeni Said, y que espera tan solo este jefe moro amigo de España a que lle-guen a su terreno nuestras fuerzas para entregarnóslo sano y salvo?

«El teniente Coronel Sr. Cabañas afirma que el general Silvestre vive»(La Correspondencia de España, 12-12-1921). En este artículo se dice,entre otras cosas, que Silvestre se quedó muy pronto aislado de sus tropasy que un grupo de rifeños le redujo y le ató y se lo llevaron a través delcampo hasta la casa de Abd el-Krim.

Transcurrieron los años y las dudas acerca de que Silvestre estuviera vivose acentuaron a través de un artículo que decía que se encontraba en 1925ó 1926 en Tafilete con 250 soldados, que se había convertido al Islam, quetenía un harén, etc. Este artículo tuvo una réplica de González Ruano 27)

que transmitió una entrevista con el conocido «Pajarito» 28) que dice:—Azerken: por España se dicen -y, a veces se creen- cosas un

tanto novelescas acerca de la vida del general Silvestre «después desu muerte»... Se ha llegado a asegurar que en la actualidad, enlo-quecida quizá por el amor su fe de buen militar español, acaudillauna de las disidencias del Atlas contra la colonización francesa...

Azerken sonríe:—Sería un anticipo del milagro de la resurrección de los muertos...

Silvestre está muerto.

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Camino Annual-Ben Tieb, tramo Posición «C» - Posición de Izumar. En el barranco que vemos ala derecha del camino es donde supone el suboficial García Bernal que sucumbieron

el General Silvestre y su Estado Mayor. (foto del autor)

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—¿Y quién se lo prueba a usted, después de todo?El «Pajarito» se lleva las manos a los ojos:—Estos ojos míos que le vieron sin vida.—¿Usted mismo? ¿Cómo fue eso?—De una manera bastante sencilla. Una muerte vulgar, que a él,

ciertamente no le correspondía. Durante la retirada que los españolesiniciaron en el Rif, en la cabila de Tensaman, o mejor dicho, en susconfines, cuando el general caminaba detrás de un ejército desbandadopor la sorpresa, unos rifeños dispararon sobre él. Las balas le alcanza-ron la cabeza. Yo lo vi muerto cuando ordené que se enterraran a todos,lo mismo moros que cristianos 29).

—¿No pudo existir una confusión? —Ninguna, lo conocía bien a Fernández Silvestre, y allí estaba,

tendido en tierra, con las señales inconfundibles: los dedos rotos, el pelocrespo... Yo avanzaba en compañía del hermano de Abd-El-Krim. Se lodije... «Mira, han matado a Silvestre». La misma prisa no me permi-tió descabalgar para saludar al cadáver (...).

Según González Ruano, esta debe ser la auténtica historia del bravo gene-ral Silvestre, al que España le debe muchos más triunfos que derrotas. Se cono-ce hasta el nombre del moro que, muy de cerca, le dio muerte: Al-lal-Ben-Mohamadi-el-Tuxani, se llama.

Además del soporte anterior, en cierto modo dudoso por el perso-naje en cuestión, donde ya se indica que fue muerto durante la retirada,hay otros.

En la misma Instrucción de Picasso está la declaración del SuboficialGarcía Bernal (101) en la que dice: que su compañía quedó defendiendo elreducto de la posición principal de Annual al ser evacuado el campamento,hasta que, llegado el momento de efectuarlo su unidad, lo hizo él con la terce-ra sección formada por 14 o 15 individuos; que al llegar a la altura delComandante general y de su Estado Mayor, constituido por los coronelesMorales y Manella, un Comandante de Intendencia y otros oficiales, quedócon su guerrilla de extrema retaguardia protegiendo al referido CuartelGeneral, que marchaba por un barranco pequeño que existe antes de la quefue posición «C», alcanzó al capitán del regimiento de Ceriñola don EmilioMorales, que marchaba a caballo y que algunas veces fue junto a la guerrilla;

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a poco rato se les incorporó el coronel Manella, que le esperaba con algunosindividuos que encontró en el camino que recorrió hasta llegar a su altura laguerrilla, dejando de ver al citado coronel antes de llegar a Izumar por haberentrado por un barranco e ir el testigo por la cresta del mismo.

Supone el declarante que el Comandante General y su Estado Mayordebieron sucumbir en el mismo barranco por donde se internó el coronel deCaballería (Manella); este barranco quedaba a la izquierda de la guerrilla ymás cerca de Izumar que de ella.

Creo que al testimonio de Bernal se le debe conceder, la misma credi-bilidad que a los anteriormente expuestos. Según él, Silvestre llegó, almenos, hasta las proximidades de la posición «C» 30), o sea, no lejos deIzumar. Ahora bien, Bernal tampoco le vio morir.

Con motivo del Expediente instruido a favor del Teniente Arce(Ceriñola nº 42) para concesión de Laureada (que no fue concedida), elJuez Instructor (Urbano Poblador) solicitó a la Sección de Operaciones deEstado Mayor de la Comandancia General los antecedentes que existíanen ese Centro sobre la retirada de Annual. La respuesta quedó reflejada enun escrito 31), de fecha 11-03-1923, en el que se puede leer: (...) quedandoel Comandante General el último en retirarse; empezó algo ordenada la reti-rada por la protección de la fuerza de la aguada, pero reforzado por fuertecontingente enemigo se desorganizó la columna rápidamente y el servicio deretirada también, con lo que aumentó la confusión, cercando los caballos delCuartel General y matando o hiriendo a casi todo él..- Las posiciones deIzumar (...).

Se conocen más datos. Gomá Orduña 32), publicó un importante trabajo, en dos volúmenes,

sobre la aeronáutica militar española, en el que se puede leer:Mohamed Azerkán, conocido por «El Pajarito», ha contado verdad en lo

dicho sobre la desaparición del General Silvestre, a los trece años de ocurrir.Todos los detalles de su heroica muerte fueron conocidos y comprobados porlas oficinas de información de la Policía Indígena que actuaron en Melillaen la campaña de reconquista 1922-1923. En aquella época pertenecía yoa una de ellas como Oficial Destacado. Fueron varias las informaciones queenvié a la Jefatura sobre este asunto; en sus archivos habrá, sin duda, unacopiosa información. Sépase de una vez para siempre, pues yo lo lanzo con ungrito que desearía se oyera en todos los rincones de España, que el mal traído

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y llevado General Silvestre, a quien no conocí, murió heroicamente en Annuala la retaguardia de su columna, como dice «El Pajarito», pero sin dar un solopaso para seguirla (...).

Continúa la exposición de Gomá:El General permanece ajeno a lo que le rodea. Van a salir las últimas fuer-

zas del campamento; ya no se puede perder un segundo, todos le instan a quemonte en el caballo que tiene preparado a su inmediación; pero es inútil, lesdespide diciendo que de él no se ocupe nadie. El Caid Amarusen 33) no se resig-na a dejarlo y, por última vez le ruega que le siga; él tira del brazo con el deseode decidirlo; pero no cede.

Al General Silvestre solo, fue herido en una mano; con ella ensangrentadahizo llamadas al agresor para que se acercara; éste que era un fakir de la cabi-la de Beni Tuzin, se inclinó sobre un soldado para saquearlo, y, mientras tanto,una bala certera quitó la vida del General. Así lo contaban los confidentesenviados por el citado fakir; él fue, sin duda, quien le mató.

Cuenta Amarusen que cuando se alejó al galope de su caballo con los jefesdel Cuartel General y los jefes moros que en último lugar abandonaron el cam-pamento, a los pocos segundos volvió la cabeza y vio que el General estabacaído en el suelo. Poco tiempo después, más tranquila aquella zona, volvióAmarusen con su gente al campamento de Annual, con objeto de recoger elcadáver, y en la imposibilidad de efectuarlo, por el estado de descomposiciónen que se encontraba, lo ocultaron de Abd-El-Krim, dejándolo debajo de unaalcantarilla de la carretera.

En el año 1922, después de una gestión de varios meses, en el puesto dePolicía Indígena de la cábila de Beni Sidel, que mandaba el Teniente ante-riormente citado (Gomá), un indígena emisario del fakir de referencia,supuesto autor de la muerte de Silvestre, entregó los gemelos y la brújula quellevaba el General cuando murió, así como los cordones y fajín del CoronelManella. Estos objetos los envió al Coronel Lasquety, jefe de Policía Indígenade Melilla, por lo que fue felicitado (...).

El relato de Amarusen hace recordar el de Basallo: (...) o si los moros selo habían llevado. Sin embargo, el cadáver referido por Basallo se encon-traba en la «cuesta Intermedia». ¿Cuál es esa cuesta? ¿Es la cuesta de la efí-mera Intermedia «C»?

García Figueras 34), afirmó doce años después de la publicación con-junta con Hernández de Herrera que: Silvestre fue muerto a la misma

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salida de Annual cuando su espíritu estaba sin duda sobrecogido por aquellasituación angustiosa (...).

Expuestos los principales datos que conozco acerca de la muerte delGeneral Silvestre, mi conclusión es que, a no ser que aparezca documen-tación inédita, en la actualidad, no se dispone de fuentes primarias sufi-cientes para conocer con exactitud cómo y en qué lugar de la zona deAnnual murió el General Silvestre.

Durante mi visita a la región del Rif, concretamente el 21 de julio del2001, con un grupo de investigadores de historia, fecha importante paramí por tratarse del día de la caída de Igueriben, pude «pisar» el trayectoAnnual – Izumar.

Uno de los atractivos de la investigación histórica es que, ciertamente,en raras ocasiones, aparecen noticias que, aunque puedan ser descabella-das, la estimulan.

En un croquis de la zona que ha sido reproducido en varias publica-ciones, se observa el signo convencional de un puente en el camino entreAnnual e Izumar. Indudablemente no tiene por que ser la «alcantarilla»citada por Amarussen. A la vista del terreno, el camino pasa por unavaguada próxima a las cuestas de subida a «C» e Izumar. A unos doscien-tos metros al Sur de donde creo que podía estar ese puente según el cro-quis, existía una construcción, tipo morabo, donde mis acompañantes 35)

me dijeron que, según los lugareños, estaba enterrado «Silvestrón», «elGeneral de los bigotes». Sabemos que en los morabos se les daba sepultu-ra a personajes venerados, aunque, principalmente, por aspectos relacio-nados con la religión; es decir, a los llamados «morabitos» o «santones». Locurioso es que parece que nadie sabía quién era realmente «Silvestrón»,pero, según me dijeron, afirmaban que estaba enterrado allí.

Lo más normal era que allí no estuviera inhumado Silvestre. Sinembargo, como en una investigación no se debe descartar ninguna posibi-lidad, se pensó en solicitar los permisos pertinentes para obtener unamuestra susceptible de ser analizada para contrastar el ADN con otra pro-cedente de la sepultura del hijo de Silvestre que, como es sabido, descan-sa en el cementerio de La Almudena.

Lamentablemente, no pudo ser. Al poco tiempo de nuestra visita, elmorabo ha sido prácticamente destruido y, según investigadores de historiaque le han visitado después de mi visita, en su interior se ha practicado un

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gran hoyo en el que cabe «una persona de pie». No creo que sean coinci-dencias, puesto que el proyecto del análisis solo era conocido por conta-dos investigadores españoles y aún no se había iniciado ninguna gestióncerca del Gobierno marroquí. Tengo noticias procedentes de fuentes fia-bles, que no ha sido el llamado por los lugareños «morabo de Silvestrón»el único que ha sufrido esa incomprensible profanación, han sido bastan-tes más los morabos saqueados.

Durante la época del Protectorado, España siempre respetó este tipo deedificaciones e incluso, el mismo Silvestre mandó rehabilitar algunas quese encontraban en ruinas. ¿Quiénes pueden estar interesados en suprimireste tipo de construcciones religiosas que desde tiempos remotos formanparte de la idiosincrasia del rifeño?

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1).- INSTITUTO DE HISTORIA Y CUL-TURA MILITAR. Número General 1.530,Legajo 1, Carpeta 5. Documento inédito. Es uninforme de Dris Ben Said (Secretario árabe de laAlta Comisaría y amigo personal de los herma-nos Abd el-Krim), fechado el 13-08-1921, queconsta de 16 páginas mecanografiadas dondeexpone los resultados de la misión encomendadacerca de los citados hermanos.

2).- BASALLO, F. Sin fecha; posible 1923:Memorias del Cautiverio por el Sargento FranciscoBasallo. (Julio 1.921 a enero 1.923). EditorialMundo Latino, pp. 37-38.

3).- Ibídem, Legajo nº 264, Carpeta 21. Eneste telegrama también indica que se ha coloca-do una posición de Compañía con dos ametra-lladoras en una loma que protege el caminoentre Izumar y Annual. Se refiere a la posición«C»; también, que ha fallecido el ComandanteRomero ( África nº 68 ) herido en el combate deldía anterior.

4).- ANÓNIMO. Con toda seguridad es delTeniente Coronel PÉREZ ORTÍZ (San Fer-nando nº.11), posible 1923: De Annual a MonteArruit y Dieciocho Meses de Cautiverio. Crónicade un testigo, pág.17. Se trata de una ediciónlimitada, tal vez de tipo familiar. Por su valordocumental, esta obra, muy poco conocida, hasido calificada por investigadores de historiacomo una «joya». En mi opinión, es una fuente,en su mayor parte, muy fiable.

5).- Ibídem, 17-19.6).- VIVERO, A., 1922: El Derrumbamiento.

La Verdad sobre el Desastre del Rif. Madrid., pp.157-165.

7).- PÉREZ ORTÍZ, op. cit., 17-19.8).- VIVERO, A., op. cit. 161-162. En nota (1)

a pie de página 161 dice: Muerto en la retirada, sufamilia pudo rescatar algunos de sus papeles y efectos;a la bondad de ella debemos las notas que aquíreproducimos y muchos pormenores de esta relación.Las notas comienzan diciendo que los asistentesa la junta de jefes fueron: Coronel Morales (Jefede la Oficina Central de Asuntos Indígenas y delas Tropas de Policía Indígena), Coronel Manella(Jefe del Regimiento de Caballería Alcántara nº14 y en esos momentos Jefe de la Circunscrip-ción de Annual), Teniente Coronel Marina

(Ceriñola nº 42), Teniente Coronel Pérez Ortíz(San Fernando nº. 11), Teniente CoronelManera (Ayudante de Silvestre), ComandanteÉcija (Regimiento Mixto de Artillería), Coman-dante Alzugaray (Ingenieros, Obras), Coman-dante Hernández (Ayudante de Silvestre),Comandante López (Ayudante y Secretario per-sonal de Silvestre), Capitán Sabaté (EstadoMayor), Capitán Valcarce (Ingenieros, en prácti-cas de Estado Mayor) y Alférez FernándezSilvestre (Regulares, hijo de Silvestre). Vivero no dice quién fue el autor de las notas; portanto, nos han llegado como anónimas. Aún noestoy seguro de quién pudo ser el posible autoratendiendo a que fue muerto durante la retirada.Leyéndolas, en las intervenciones, sólo se citan aMorales, Manella, comandantes de Artillería(Écija) e Ingenieros (Alzugaray), Valcarce ySabaté. No es posible saber quién pudo escribirlasy si todo lo que expone Vivero sobre estas notas esun montaje. No obstante, a esa reunión parecelógico que asistiera el jefe de las tropas de Áfricanº 68 destacadas en Annual, Comandante Piña.

9).- Me refiero al conocido radiograma emitidodesde Annual a las 05.00 horas: «Por lectura de sutelegrama relativo a requisa barcos en Cádiz (...)».En el radiograma al Alto Comisario en vez deDar Drius dice Beni Said. Esto se atribuye a unerror en la transmisión ya que, como es sabido,Beni Said es una cabila asentada en la zona delMonte Mauro, circunscripción de Kandussi.

10).- PÉREZ ORTÍZ, op. cit., 20. 11).- Ibídem, 21-22.12).- Ibídem, 22-24. 13).-DOCUMENTOS relacionados con la

información instruida por el señor general de di-visión D. Juan Picasso sobre las responsabilidadesde la actuación española en Marruecos durantejulio de mil novecientos veintiuno. Sin fecha.Edición probable de 1.922. Ediciones Morata.Madrid. Obra también conocida como RESU-MEN DEL EXPEDIENTE PICASSO.

14).- BASTOS ANSART, F. (Comandante deIngenieros y Diputado a Cortes), 1921: ElDesastre de Annual. Melilla en Julio de 1921.Barcelona, pág. 151.

15).- INSTITUTO DE HISTORIA Y CUL-TURA MILITAR: Caja 1.525 / Carpeta nº. 2/

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N O T A S

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nº. 4: Es una carta mecanografiada en papeltamaño folio, sin membrete, con un estampadoen tinta azul en la parte inferior izquierda quedice «Joaquín López Ferrer, IngenieroElectrónico E.I.L., Sagasta, 31. Madrid 4(España)». Está firmada -legible- por el anteriory dirigida a D. Eugenio de Santos Rodrigo,Comandante de Infantería, Servicio HistótricoMilitar, Mártires de Alcalá 9, Madrid-8. La fechaes: Madrid, 24 de mayo de 1.976.

16).-VIVERO, op.cit., 170.17).- Ibídem, 170, nota 2.18).- GENERAL BERENGUER (Senador del

Reino. Ex–Alto Comisario de España en Ma-rruecos), 1923: Campañas en el Rif y Yebala.1921–1922. Notas y Documentos de mi Diario deOperaciones. Madrid, pp., 80-81.

19).- RUIZ ALBÉNIZ V. (EL TEBIB–ARRUMI), 1922: Ecce Homo. Las Responsabili-dades del Desastre. Prueba Documental y AportesInéditos sobre las causas del Derrumbamiento yConsecuencias de él. Madrid, pág. 386.

20).- Ibídem, 387.21).- Ibídem, 539. Es la transcripción de una

carta contestación a Ruiz Albéniz donde éste lepide a Berenguer que manifieste si hay en su li-bro algo amañado, desvirtuado o apócrifo. Comose puede apreciar, la respuesta de Berenguer solohace mención a los documentos reproducidos.

22).- RODRÍGUEZ DE VIGURI Y SEOA-NE, L., 1924: La retirada de Annual y el asediode Monte Arruit. Escrito en defensa del GeneralDon Felipe Navarro y Ceballos-Escalera, Barón deCasa Davalillo, leído ante el Consejo Supremo deGuerra y Marina, reunido en Sala de Justicia.Madrid, pág. 22. DOCUMENTOS..., op.cit.,415 (declaración de Alzugaray).

23).- La declaración de Civantos ha sido atri-buida erróneamente a Sabaté.

24).- BASTOS ANSART, F., op.cit., 151. 25).- VIVERO, A., op. cit., 174. 26).- HERNÁNDEZ DE HERRERA, C. y

GARCÍA FIGUERAS, T., (Comandantes de Ar-tillería Diplomados Estado Mayor), 1929: Acciónde España en Marruecos. Madrid, pp. 330-331.

27).- ESPAÑA EN SUS HÉORES (Revista),1969, Núm. 27: «Monte Arruit. RetaguardiaPóstuma», pág. 842.

28).- Mohamed Azerkán era un miembro dela camarilla de Abd el-Krim.

29).- Es irrefutable que Azerkán miente en estaúltima frase en la parte que afecta a «los cristia-nos»; si es que la entrevista se produjo. Segúnmis investigaciones, la situación de Azerkán, enesos momentos, no le permitía dar órdenes deese tipo; más aún, ni al mismo Abd el-Krim.

30).- La posición «C» fue establecida en latarde del 20-07 en «loma que protege el caminoentre Izumar y Annual». Era una posición deCompañía con dos ametralladoras al mando delCapitán Vallés (África nº 68 ), éste ordenóincendiar la posición y se incorporó con suUnidad a la columna en retirada. No dispongode datos seguros para saber si esa actuación fuecon o sin órdenes (a diferencia de Izumar que sílas tenía), ni tampoco si cuando el CuartelGeneral, con o sin Silvestre, se encontraba pró-ximo a esa posición, su guarnición ya la habíaabandonado.

31).- Documento inédito. Proporcionado alautor por el reputado investigador africanistaD. Santiago Luis Domínguez Llosá.

32).- GOMÁ ORDUÑA, J., 1951 (Coronelde Aviación, Diplomado de Estado Mayor e In-geniero Aeronáutico): Historia de la AeronáuticaEspañola. Vol. II, pp. 81-83.

33).- Amarussen nunca llegó a ser nombradoCaid. Era el segundo jefe en importancia de lacabila de Beni Said; el primero era KaddurAmar. Instaurada la autoridad del Jalifa, el Caidera el jefe de la cabila de su jurisdicción. El Caidera, al mismo tiempo, una especie de Delegadodel Gobierno, jefe militar indígena, juez secular,recaudador de impuestos, etc. Dentro de su cabi-la ejercía los poderes delegados por el Jalifa perobajo la dirección del Gran Visir, etc. El nombra-miento se hacía mediante un Dahir jalifiano.Parece que Silvestre tenía dudas en proponerpara Caid a Kaddur Amar o Amarussen, por losrecelos que se podían producir entre ambos y seoriginara la división de la cabila.

34).- GARCÍA FIGUERAS, T., 1941: Ma-rruecos (La Acción de España en el Norte deÁfrica). Madrid, pág. 178.

35).- Entre ellos, D. Santiago Luis DomínguezLlosá al que agradezco la información.

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INTRODUCCIÓNEl ejército español, abandonado a su propia suerte, fue derrotado en la

Sabana de Carabobo, cercana a la ciudad de Valencia (Venezuela), el 24 dejunio de 1821, poniendo fin al dominio español en aquel territorio. Lasfuerzas leales a España continuaron la resistencia en grupos de guerrillas yen un pequeño contingente al mando del general Morales.

Este trabajo pretende realizar una aproximación a las bajas de las fuer-zas leales españolas.

EL COMBATE DE ABOYEl Teniente Coronel Pereira obtuvo una victoria en la acción de Aboy,

en el sitio de Rincón, el 8 de junio de 1821, a costa de las siguientes bajas:— 3º de Hostalrich: 1 muerto, 1 herido.— 1º de la Sabana de Ocumare: 1 muerto y 3 heridos.— 2º de la Sabana de Ocumare: 1 herido.— Caballería de la Sabana de Ocume: 1 herido.— 1º de Santa Lucía: 2 heridos.— Tacata: 1 muerto y 3 heridos.

Resumen: 3 muertos y 11 heridos.

EL COMBATE DEL CALVARIO (CARACAS)El Teniente Coronel Pereira arroyó a las fuerzas rebeldes en la acción

del Calvario (Caracas) del 23 de junio de 1821, en la que las unidades pro-pias que participaron fueron el Batallón del Rey, Granaderos del II deValencey, además del grueso de la División.

El parte oficial informa el jefe español: por nuestra parte hubo 40 bajasentre muertos y heridos, contándose en el número de los primeros un oficial delBatallón del Rey, cuyo nombre ignoro.

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LAS BAJAS ESPAÑOLASEN LA CAMPAÑA DE CARABOBO DE 1821

Salvador Fontenla Ballesta

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LA BATALLA DE CARABOBOFuerzas propias.Los datos sobre la organización y entidad del Ejército leal son precisos

y fiables por los minuciosos estadillos conservados en el Archivo Generalde Indias (sección de Cuba) y en el Servicio Histórico Militar.

El último estadillo conservado data del 15 de junio, nueve días antesde la batalla, y da la siguiente composición del Ejército español que sebatió en la Batalla de Carabobo:

— El General Jefe del Ejército era el Mariscal de Campo D. Miguel de la Torre.— Estado Mayor General: Teniente Coronel D. Feliciano Montenegro y Colón.— Escuadrón del General (67 h).

DIVISIÓN DE VANGUARDIA.Jefe y segundo jefe del Ejército era el general D. Francisco

T. Morales.Jefe de Estado Mayor Coronel D. Juan Saint Just.— 2º Batallón de Línea de Burgos (474 h).— Batallón ligero del Infante D. Francisco de Paula (458 h).— Regimiento de caballería Lanceros del Rey (841 h); menos

el 5º escuadrón, estimado en unos 60 hombres por comparacióncon el escuadrón de Artillería (62 h) o el del General (67 h).Quedan 781 h.

Total: 1.713 hombres

I DIVISIÓN.Jefe el Coronel D. Tomás García.

— 1er Batallón de Línea de Valencey (639 h).— Batallón Ligero de Barbastro (299 hombres, incluida la

banda, según manifestó su jefe que rectifica el estadillo de 319 indi-viduos del 15 de junio).

— Batallón Ligero de Hostalrich (286 h).— Regimiento de Caballería de Húsares de Fernando VII (315 h)

Total: 1.539 hombres.

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V DIVISIÓN.Jefe: Coronel José María Herrera.Jefe de Estado Mayor: Teniente Coronel D. Francisco de Paula

Alburquerque.— Batallón Ligero del Príncipe (283 h).— Compañías sueltas de Infantería (79 h).— Regimiento de Caballería de Dragones Leales a Fernando

VII (311 h).— Regimiento de Caballería Guías del General (184 h).

Total: 857 hombres.

ARTILLERÍA: 6º Escuadrón volante de 2 piezas (62 h).

Resumen:La suma de la Infantería es de 2.518 hombres, pero el general de la

Torre, en su parte oficial de la Batalla, escribe que los infantes alcanzabanlos 2.466. La diferencia, de 52 hombres, debe ser consecuencia del resul-tado del encuentro del 19 de junio, en el que un destacamento de obser-vación español fue deshecho, resultando muertos su jefe y 4 hombres, y elresto prisioneros; además de alguna disminución más del estadillo, similara la del batallón Barbastro, por enfermedad o deserción.

Caballería de las divisiones: 1.658 hombres. Artillería: 62 hombres.El informe oficial de Estado Mayor del Ejército español da una fuerza

de 3500 hombres de las tres Divisiones que entraron en la Batalla. Sinembargo el estadillo anterior el contingente de las divisiones asciende a4.109 hombres (1.713 + 1.539 + 857, o 1.518 infantes y 1.591 jinetes).¿Dónde está la diferencia? Seguramente en deserciones de la Caballería,cuya tropa fue reclutada precipitadamente sobre el país y con un mes esca-so de instrucción, estaba poco motivada y baja de moral, lo que explica suflojo comportamiento. El Archivo de Indias conserva una lista de 230 deser-tores (de todas las armas), con nombre y apellido, regimiento de origen y eldía de la fuga, desde el 1 de enero al 25 de abril 1821. Es decir, que el con-tingente de Caballería de las divisiones se puede estimar en 1.034 hombres(3.500 hombres – 2.466 infantes) sobre 1.658, con un 38% de deserciones.Y el total de la fuerza española 3.629 soldados (3500 + 67 + 62).

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Las bajas propias.El número de pérdidas, según el informe del general de la Torre, fue-

ron de 2098 incluyendo muertos, heridos, prisioneros y desaparecidos, sinpoder clasificar los muertos, por las circunstancias propias de la derrota.Con la siguiente distribución:

Jefes: 2. / Capitanes: 43. / Subalternos: 77.Tropa: 1.278 (sargentos, cabos y soldados).El informe oficial del Estado Mayor de 21 de septiembre de 1821, fir-

mado en Puerto Cabello, sólo entraron en esta plaza 700 hombres. La Caballería huyó casi íntegra, abandonando el campo de forma

cobarde y sospechándose incluso alevosa. Dos escuadrones de Húsares seretiraron después de disparar sus carabinas y el Regimiento de Lancerosdel Rey desobedeció la orden de cargar y huyó vergonzosamente. LosRegimientos de Caballería de Dragones Leales (311 h) y la mayor parte deGuías del General (184 h) llegaron a Valencia con Valencey, y desde allítomaron la dirección de Guacará por orden superior.

El estadillo total es de 3.293 hombres (2.098 + 700 + 311 + 184), elresto hasta 3.629 (336 h) debieron ser dispersos de otros escuadrones quelograron unirse y retirarse con el resto de la Caballería a Guacará.Efectivamente, de nueve jefes conocidos de Caballería, comparándolo conlas bajas de jefes, al menos ocho continuaron en filas y con ellos aquellosjinetes que también se mantuvieron leales. Sirva también para confirmarel estado de fuerza del Estado Mayor del 21 de febrero.

Las bajas en combate recayeron esencialmente sobre la Infantería.El general Torres y su Estado Mayor, viendo la batalla perdida, se incorpo-

raron al Batallón de Valencey que se replegaba bajo presión, pero en orden.El batallón de Valencey sólo llegó a Puerto Cabello con 400 infantes,

dado que siempre mantuvo la cohesión, el resto fueron muertos y prisio-neros heridos (239 h), de los que se estima que el 40% cayeron prisione-ros (incluidos heridos), y el resto muertos o dispersos

El batallón de Burgos perdió la mitad de su fuerza en el combate man-tenido sobre el campo de batalla (237 aproximadamente), según atesti-guaron el general de la Torre y el capitán de una de sus compañías. El restose dispersó, fue hecho prisionero y unos cuantos se unieron a Valencey.

El batallón de Barbastro destrozado y rodeado por el enemigo se rin-dió, perdiéndose por completo (299 h).

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Los batallones del Príncipe y de Hostalrich, después de ser duramentecastigados, fueron dispersos, hechos prisioneros y unos cuantos se suma-ron a Valencey.

El batallón del Infante, después de ser duramente castigado, se desordenóal contramarchar y se dispersó, retirándose sus restos hacia Puerto Cabello.

En resumen de Infantería y Artillería se perdieron 1828 hombres(2466 inf. + 62 art. - 700 supervivientes), mayoritariamente infantes. LaCaballería tuvo unas 270 bajas (2098 – 1828), la mayoría dispersos.

El camposanto de la Sabana de Carabobo.El general Bolívar ordenó, finalizada la batalla, a los tenientes Rafael

Mendoza y Vicente Piedrahita que quemaran a los muertos. Cumplimen-tando así lo acordado en el Tratado de Regularización de la Guerra (art.12): Los cadáveres de los que gloriosamente terminen su carrera en los camposde batalla, o en cualquier combate, choque o encuentro entre las armas de losdos Gobiernos, recibirán los últimos honores de la sepultura, o se quemaráncuando por su número, o por la premura del tiempo, no pueda hacerse lo pri-mero. El Ejército o cuerpo vencedor será obligado a cumplir con este sagradodeber, del cual sólo por una circunstancia muy grave y singular podrá descar-garse, avisándolo inmediatamente a las autoridades del territorio en que sehallen para que lo hagan. Los cadáveres que de una y otra parte se reclamenpor el Gobierno o por los particulares, no podrán negarse, y se concederá lacomunicación necesaria para portarlos.

El campo de batalla de la Sabana de Carabobo se convirtió en el cam-posanto donde las cenizas de los caídos en combate se fundieron parasiempre con aquella bendita tierra, por la que tanto lucharon y por la quetanto dieron.

El nombre del coronel Francisco Oberto es el único que he consegui-do averiguar entre los fallecidos en aquella jornada.

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BENCOMO BARRIOS, HÉCTOR. 1971.Campaña de Carabobo 1821. Caracas.

NECTARIO, MARÍA. 1971. La Batalla deCarabobo. Madrid.

SANTANA, ANTONIO. 1971. La Campañade Carabobo. Caracas.

SOTO TAMAYO, CARLOS. 1967. Estado his-tórico militar de la Campaña de Carabobo. Caracas.

B I B L I O G R A F Í A

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a Real y Militar Orden de San Fernando fue creada el 31 de agostode 1811 para agrupar a los componentes del Ejército cuyos relevan-tes méritos de guerra eran reconocidos mediante la concesión de

alguna de las diversas clases de Cruces que podían ser otorgadas. Fue suprincipal finalidad que sólo el distinguido mérito sea convenientemente pre-miado y que nunca pueda el favor ocupar el lugar de la justicia, algo que,como todo deseo humano, no se cumpliría en ocasiones.

La Orden de San Fernando supuso una revolución en el «sistema» derecompensas hasta entonces en uso. Desde la formación de los ejércitos per-manentes la concesión de recompensas para premiar las hazañas de sus com-ponentes había dependido única y exclusivamente de la benevolencia real, sinque el que se consideraba merecedor de recibirlas pudiese basar su solicitud enreglamentación alguna. Las condecoraciones hasta entonces concedidas sehabían limitado a un reducido número de medallas y escudos de distincióncreados con ocasión de la comisión de un determinado hecho de armas.

La ausencia de Fernando VII del suelo español permitió a las Cortes,reunidas en la Isla de León, aprobar un reglamento que, con toda seguri-dad, el Rey no hubiese aceptado en caso de estar presente, al creer quemenoscababa su poder absoluto.

De entre las principales innovaciones introducidas por la Orden de SanFernando cabe destacar:

— La aparición del mencionado reglamento, en el que a travésde sus 36 artículos se especificaban claramente los tipos de distin-ciones que se podían conceder —muy numerosas en un princi-pio— atendiendo al número de acciones merecedoras de tal recom-pensa, así como los requisitos requeridos.

— La exigencia de un juicio abierto contradictorio, que daría másvalor a las diversas distinciones, y, sobre todo

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LA REAL Y MILITAR ORDEN DE SAN FERNANDO:RECOMPENSA AL HEROÍSMO

José Luis Isabel SánchezCoronel de Infantería. Profesor Emérito de la Academia de Infantería.

Académico Numerario de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.

L

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— El que se permitiese pertenecer a esta Orden desde el másinsigne general al más humilde soldado.

Consecuente con su concepto del poder, Fernando VII introdujo a suregreso a España algunos cambios a través del Reglamento de 19 de enerode 1815, que dejaban traslucir claramente su talante, muy distinto al delas liberales Cortes de Cádiz. Las Cruces pasaron a concederse por real gra-cia y la leyenda La Patria, que figuraba en el reverso de las Cruces, se cam-bió por la de El Rey y la Patria.

El 10 de julio de 1815 un nuevo Reglamento dejó reducidas las dis-tinciones a tan solo siete clases, quedando claramente separados los hechosheroicos de los simplemente distinguidos, destinándose como premio a losprimeros las Cruces y Placas Laureadas, mientras las Cruces y PlacasSencillas, o sin laurear, estaban destinadas a los segundos:

— 5ª Clase: Gran Cruz y Placa Laureadas (generales en jefe)— 4ª Clase: Cruz de Oro y Placa Laureadas (generales y brigadieres)— 2ª Clase: Cruz de Oro Laureada (jefes y oficiales)— 3ª Clase: Cruz de Oro y Placa Sencillas (generales y brigadieres)— 1ª Clase: Cruz de Oro Sencilla (jefes y oficiales)— Cruz de Plata Laureada (clases de tropa)— Cruz de Plata Sencilla (clases de tropa). (Fig,s. 1 y 2)

Se volvió a imponer el juicio contradictorio, pero sólo para la conce-sión de las Laureadas, que pasaron a llevar anejas una pensión; por otraparte, se permitió la permuta de cuatro Cruces Sencillas por una Laureada

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Fig.1: Cruz Sencilla (izda.)

Fig.2: Cruz Laureada (dcha.)

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—lo que permite comparar el valor en que se tenía cada tipo de Cruz—,autorización que se mantendría hasta 1847.

El espíritu de la Orden se conservó con mejor o peor fortuna con elpaso del tiempo, manteniendo la Cruz Laureada su importancia y per-diéndola la Sencilla debido a su concesión con carácter multitudinario, yen ocasiones sin ser asignada a una persona en concreto, sino en un deter-minado número a un Cuerpo para que fuesen distribuidas —no se sabeatendiendo a qué razones— entre sus componentes.

A través del decreto de 14 de julio de 1856 se trató de devolver a la Ordenel prestigio que había perdido como consecuencia de su concesión por servi-cios no de guerra, para lo cual se crearon nuevos modelos de condecoracio-nes. Si hasta entonces en la parte central de las Cruces y Placas había figura-do la imagen de San Fernando, a partir de este momento quedó reservadaexclusivamente para las de 3ª, 4ª y 5ª Clases, siendo sustituida en las de 1ª y2ª por cuatro espadas unidas por el pomo formando una cruz. (Figs. 3, 4 y 5)

El Reglamento de 18 de mayo de 1862 dio un nuevo impulso a laOrden, exigiendo que todas las Cruces, excepto la de 5ª Clase, precisasende juicio contradictorio.

La reglamentación de la Orden no sufrió ningún otro cambio deimportancia hasta que en 1918 la Ley de Organización del Ejército supri-

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Fig.3: Placa de 1ª clase

Fig.4: Placa de 2ª clase

Fig.5: Placa de 4ª y 5ª clase

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mió las Cruces Sencillas como recompensa a las acciones distinguidas—se creó la Medalla Militar para premiar estos hechos—, conservándosesolamente la Gran Cruz y la Cruz Laureada, reservándose para la Placa yVenera de la primera la imagen de San Fernando y adoptando la segundala actual de las cuatro espadas en cruz. (Fig. 6). A los Caballeros que poseí-an las Cruces Sencillas de 3ª y 1ª Clase se les permitió usar el distintivocorrespondiente a la Cruz Laureada, pero siguieron disfrutando la pensiónasignada a aquéllas, que era la quinta parte de la de ésta.

El Gobierno de la Segunda República cambió la leyenda del reverso dela Gran Cruz y Venera (El Rey y la Patria) por La Patria a sus héroes, perodurante la Guerra Civil renunció a esta recompensa, creando en 1937 laPlaca Laureada de Madrid, de un valor —parece ser— similar al de laCruz Laureada. (Fig. 7)

En 1978 la Gran Cruz adoptó la misma condecoración que la CruzLaureada, excepto en que la hoja de las espadas era de color oro en lugarde rojo, manteniéndose la imagen de San Fernando solamente en laVenera de la Gran Cruz, que pasó a llevar en su anverso como leyenda Alvalor heroico, en lugar de Al mérito militar, que habían llevado las conde-coraciones desde la creación de la Orden.

Por último, el Reglamento de 27 de julio de 2001, además de intro-ducir como leyenda del reverso de la Venera de la Gran Cruz la fraseEspaña a sus héroes, incorporó a la Orden como nueva recompensa laMedalla Militar.

LA CORBATA Y LA LAUREADA COLECTIVALa Orden de San Fernando no se limitó a recompensar los hechos

individuales, sino también los de carácter colectivo protagonizados porlos componentes de una Unidad, creando como distinción la Corbata deSan Fernando, que luciría la bandera del Cuerpo merecedor de dicharecompensa 1).

En el Reglamento de 5 de julio de 1920 se creó la Laureada Colectiva,que además de dar derecho a lucir una Corbata en su bandera o estandar-te a las Unidades que dispusiesen de ella —Regimientos y similares—,concedió un distintivo a todos los componentes de las mismas que hubie-sen intervenido en el hecho, que debería ser llevado en la manga izquier-da del uniforme. (Fig. 8)

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Durante la última guerra civil se concedió la Laureada Colectiva amuchas Unidades que no tenían derecho al uso de enseña —secciones,compañías, batallones, etc.—, lo que ha provocado que, en ocasiones, laUnidad superior tipo Regimiento, que sí dispone de ella, haya convertidode forma arbitraria dicha Laureada en Corbata y la haya incorporado a lamisma. Para evitar que esto suceda se creó un Guión-enseña, en el que allado de una Laureada bordada y del nombre de la Unidad han de figurarel hecho que mereció la recompensa y la fecha en que tuvo lugar. (Fig. 9)

DATOS SOBRE LA ORDEN 2)

Entre los motivos que ocasionaron la decadencia de la Orden estuvo eluso abusivo que de ella se hizo. Como consecuencia de la ayuda prestadapor el ejército del duque de Angulema a la causa de Fernando VII, esteMonarca concedió a partir de 1823 más de una treintena de GrandesCruces a los generales franceses que formaban parte del mismo, cuando enese momento ostentaban tan valiosa condecoración solamente quincemiembros del Ejército y la Armada.

El número total de Grandes Cruces otorgadas desde la creación de laOrden ha sido alrededor de 260, de las que la mitad han sido ganadas porgenerales españoles del Arma de Infantería, habiéndose concedido treintaa Caballería, once a la Armada, diez a Artillería y tres a Ingenieros.

Los Reyes de España concedieron en ocasiones la Gran Cruz a miembrosde la realeza europea, siendo con ella honrados los reyes de Portugal, DosSicilias, Prusia e Italia, así como los de Suecia y Noruega y los Países Bajos(cuando sólo eran príncipes) y a cinco Infantes de España y uno de Portugal.

Por su cooperación con España en las guerras de la Independencia yPrimera Carlista recibieron la Gran Cruz los generales inglesesWellington, Lacy y Hay, el francés Harispe y los portugueses Conde deAmarante y Barón das Antas —Lacy y Das Antas estuvieron durante laprimera guerra civil al frente de las Legiones Auxiliares inglesa y portu-guesa, respectivamente—. A raíz de la Guerra de Crimea, se recompen-só con la Gran Cruz a los generales francés y ruso Pellisier yGortschakoff, que habían destacado en dicha contienda.

Un último caso de concesión poco ortodoxa fue el que tuvo lugar en1936 cuando se recompensó con la Gran Cruz al Gran Visir del Protec-torado de Marruecos por haber evitado el enfrentamiento entre moros y

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españoles a consecuencia del bombardeo deTetuán por la aviación republicana.

Se considera que la primera Gran Cruz quese concedió lo fue a Wellington en 1812, sien-do la última la impuesta en 1944 al generalQueipo de Llano.

Entre los Caballeros Grandes Cruces seencuentra lo más destacado del generalatoespañol del siglo XIX: Castaños, Palafox,Villacampa, Morillo, Santocildes, Espartero,León, Narváez, Van Halen, O’Donnell, losmarqueses del Duero y de la Habana, Prim,Serrano, Pavía, Pezuela, Ros de Olano, Zavala,Martínez Campos, Fernando Primo de Rivera,López Domínguez, Polavieja y otros muchos; ydel XX: Marina, Miguel Primo de Rivera,Sanjurjo, Mola y Franco. Solamente dos gene-rales han conseguido ganar dos GrandesCruces: Fernando Primo de Rivera, por suactuación en la Tercera Guerra Carlista y enFilipinas, y Manuel Gutiérrez de la Concha,marqués del Duero, por los relevantes méritosdemostrados en la Primera y Tercera GuerrasCarlistas, habiendo recibido la segunda a títulopóstumo tras su muerte sobre el campo debatalla. (Fig. 10)

El militar más veces recompensado duranteel siglo XIX ha sido Manuel Gutiérrez de laConcha, que a lo largo de su vida militar reci-bió nada menos que nueve Cruces de SanFernando, de ellas dos Grandes Cruces, unaLaureada y seis Sencillas; le siguen de cerca,con ocho Cruces, Ricardo de la Saussaye yFrancisco Lersundi. En cambio, si atendemosal valor heroico, nuestros grandes héroes deentonces fueron Rafael de Cevallos-Escalera,

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Fig.6: Cruz Laureada

Fig.7: Placa Laureada de Madrid

Fig.8: Laureada Colectiva

Fig.9: Guión-enseña

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Fig.10: Muerte del general Gutiérrez de la Concha en la batalla de Monte Muro

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Baldomero Fernández Espartero, Ricardo de la Saussaye, Felipe Rivero yFederico Roncali, que ganaron tres Cruces Laureadas cada uno.

En el siglo XX únicamente ha habido dos héroes que consiguiesenganar la Cruz Laureada en dos ocasiones: José Enrique Varela Iglesias yMiguel Rodríguez Bescansa, pertenecientes al Arma de Infantería. La dife-rencia entre ambos fue que el primero de ellos llegó a lucir en su pecho lasdos condecoraciones mientras el segundo murió antes de que se le conce-diese ninguna de ellas. Así como el nombre de Varela es conocido,Rodríguez Bescansa es uno de nuestros héroes olvidados. Ganó las dosCruces en 1925 con un intervalo de tan sólo dos meses, siendo capitán ya la temprana edad de 25 años, concediéndosele ambas en 1931. Además,en su persona se da otro caso singular: su padre, José Rodríguez Casa-demunt, también fue Caballero Laureado, habiendo ganado la CruzLaureada en 1897 en Cuba, también con el empleo de capitán.

Así como la Cruz Laureada se ha prodigado muy poco, de la CruzSencilla se hizo en ocasiones un uso abusivo, como lo demuestra que a lolargo de los aproximadamente dos años que duró la Segunda GuerraCarlista (1847-1849), se llegaron a conceder cerca de quinientas de ellas acomponentes del Arma de Infantería, número que fue superado en laGuerra de África (1859-1860), en la que durante los dieciséis meses decombate, pasaron del millar y medio las que se otorgaron a igual Arma.

Basándonos en los datos obtenidos sobre el Arma de Infantería, la CruzLaureada se ha concedido a infantes en 115 ocasiones en las Campañas deMarruecos, en 71 en la Primera Guerra Carlista, en 50 en la de Cuba y en42 en la última Guerra Civil.

Las Campañas de Marruecos no sólo destacan por el número de Crucesen ellas ganadas, sino también por las circunstancias que rodearon su con-cesión. De los 115 infantes Laureados, a más de la mitad —64 en total—se les concedió la Cruz a título póstumo, tras morir en la acción que mere-ció tal recompensa, porcentaje que aumenta al 80% si sólo tenemos encuenta el empleo de capitán; tampoco los comandantes y tenientes coro-neles se quedaron muy atrás, pues un 62,5% de los primeros y un 60% delos segundos no recibieron en vida tan valiosa recompensa.

En ocasiones un mismo hecho ha merecido la concesión de un grannúmero de Cruces a los participantes en el mismo. Destaca la defensa delcastillo de San Juan de Ulúa (Nueva España), que tuvo lugar desde que en

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el mes de septiembre de 1821 —como consecuencia de la independenciade Nueva España— se produjo el abandono de la ciudad de Veracruz y laretirada a este Castillo. A partir de ese momento la sufrida guarnición tuvoque soportar un duro bloqueo por tierra y mar, consiguiendo resistir gra-cias a que en algunas ocasiones le llegaron refuerzos y víveres. La situaciónempeoró a partir del mes de enero de 1825, viéndose sometidos los defen-sores a todo tipo de penalidades, entre ellas el hambre y las enfermedades,que ocasionaron la muerte de sus dos terceras partes y les obligaron a capi-tular en el mes de noviembre siguiente. El comportamiento heroico de suguarnición se vio recompensado con la concesión de 36 Cruces Laureadasa los oficiales y tropa que la componían.

A veces no es necesario demostrar durante tanto tiempo el valor paraingresar en la Orden de San Fernando. El 20 de febrero de 1871 la guar-nición de la Torre Óptica de Colón (Cuba), compuesta por veinticincosoldados al mando del alférez Cesáreo Sánchez y del sargento José Gara-bito, resistió el ataque de medio millar de insurrectos, resultando muertoscuatro defensores, el alférez y doce soldados heridos y el resto contusos.(Fig. 11). No sólo se concedieron 27 Cruces Laureadas a la guarnición, sinoque también fueron recompensados con igual condecoración tres paisanosque tomaron parte en la defensa. Entre la veintena de casos de paisanosrecompensados con la Cruz de San Fernando recogidos como fruto de lainvestigación realizada por el autor, éstos son los únicos que han recibidola Laureada, pues el resto de las Cruces otorgadas fueron Sencillas.

En muchas ocasiones los hechos heroicos han quedado sin recompen-sa oficial, aunque, eso sí, han merecido el reconocimiento de los propioscompañeros. No hay documentos que refrenden la veracidad del hechoque a continuación se narra, pero si no es verdadero merecería serlo.

En los primeros meses del año 1834 el general Vicente Genaro Que-sada sustituyó al general Jerónimo Valdés en el mando del Ejército delNorte. Tras impedir en el mes de marzo que Zumalacárregui penetrase enVitoria, el 22 de abril se dirigió Quesada desde esta ciudad a Pamplona,con fuerzas compuestas por dos regimientos de Infantería, el 4º Regi-miento de la Guardia Real, un batallón de Provinciales, caballería y arti-llería. A esta columna se unió el capitán Leopoldo O’Donnell Burgues,hijo del general Enrique José O’Donnell, conde de La Bisbal, con la inten-ción de trasladarse a Pamplona, donde pensaba contraer matrimonio.

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Conociendo Zumalacárregui los planes de su enemigo, trató de impedirleel paso por los puertos de Ciordia y Olazagoitia, decidiendo Quesada quela vanguardia se enfrentase a los carlistas mientras el resto de las fuerzascontinuaba su camino hacia Alsasua. El 4º Regimiento de la Guardia Realatacó con valentía, pero la superioridad numérica del contrario le obligó areplegarse hacia dicha población, lo que consiguió con gran esfuerzo.Cuando el combate llegaba a su fin, el capitán O’Donnell presenció cómoun alférez de la Guardia Real caía herido, por lo que se dispuso a socorrerloen unión de otros tres alféreces y un grupo de soldados del mismo Cuerpo,siendo todos ellos apresados y fusilados poco después en Echarri-Aranaz,donde recibieron sepultura. Días más tarde soldados de la Guardia Realllegaron a Echarri-Aranaz, entraron en el cementerio y honraron a suscompañeros poniendo en el pecho de cada uno la cinta de la Orden de SanFernando. Quesada sufrió la perdida de cerca de 300 hombres, de los que84 cayeron prisioneros, siendo muchos de ellos fusilados. El generalEnrique José O’Donnell, que permanecía exiliado en Francia desde 1824y se había acogido a la amnistía decretada por la Reina María Cristina, seencontraba en esos momentos de viaje hacia España, enterándose a su pasopor Montpellier del fallecimiento de su hijo, lo que le ocasionó la muerteen esa población el 16 de mayo siguiente.

Los largos años de paz transcurridos desde el último conflicto armado hahecho que, por ley de vida, el número de Caballeros Laureados haya idodisminuyendo progresivamente, hasta quedar reducido en estos momentosa tan sólo uno, sin que la incorporación de los condecorados con la MedallaMilitar suponga un gran alivio para la Orden, dada su elevada edad, pero lacontinuidad de la Orden de San Fernando queda garantizada a través de losCuerpos que lucen con orgullo en sus banderas la Corbata de esta Ordencasi bicentenaria, que prendiendo una sencilla Cruz en el pecho de muchoscombatientes ha permitido que se conserven los nombres de nuestros héro-es para que les tengamos presentes y nos sirvan de ejemplo.

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1).- En aquellos tiempos disponían de banderalas Unidades tipo Regimiento y Batallón, siendoestos últimos privadas de ellas en 1904.

2).- Las cifras que se ofrecen a continuación

proceden de una investigación realizada por elautor sobre el Arma de Infantería, ya que no seconservan relaciones de Caballeros que han per-tenecido a la Orden.

N O T A S

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Fig.11: Defensa de la Torre Óptica de Colón

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El capitán de Ingenieros José de la Gándara Cividanes nació en Vigo en 1880 ingre-sando en la Academia de Ingenieros en agosto de 1898. Este militar y gallego, ejemplo de laelevada cualificación profesional de los miembros del Arma de Ingenieros, llego a Melilla enoctubre de 1909 con el grado de teniente y agregado a la Comandancia de Obras con ocasiónde los sucesos de 1909, permaneciendo en la Ciudad hasta diciembre de 1914. Su ejecutoriaen Melilla merecería, por si solo, un artículo completo, pero no renunciamos a realizar unabreve síntesis de los que fue su espléndido trabajo en Melilla.

Su primera actividad en la Plaza norteafricana se centro en la instalación de cuatro depu-radoras que surtirían de Agua potable a la ciudad e Isla de Alhucemas, la dirección de la cons-trucción de dos puentes sobre los arroyos de Frajana y Sidi, la habilitación del Hospital de laAlcazaba y la creación de un cuartel de barracones para 1000 hombres en las inmediacionesdel Zoco Fondak, todo ello simultaneado con el mando ocasional que, de forma accidental,hacia de la compañía de zapadores en plenas operaciones.

Sus elevadas cualidades pronto fueron valoradas por la Junta de Arbitrios (lo que hoy lla-maríamos ayuntamiento) y el 1 de febrero de 1910, ya con el empleo de capitán, tomo pose-sión del cargo de ingeniero de la Junta de Arbitrios. A partir de este año, y a raíz del la cam-paña de 1909, la ciudad de Melilla experimentaría una autentica explosión demográfica, lo queexigió una adecuada planificación del crecimiento urbanístico de la Ciudad.

Entre los primeros encargos que recibió De la Gándara como ingeniero de la Junta de Arbitriosfigura el trascendental anteproyecto de instalación y ensanche de Melilla, sobre el que el arquitectoEnrique Nieto y Nieto, llegado a la ciudad también en 1909, encontraría terreno abonado paralevantar sus hermosos edificios modernistas que dan hoy a la Ciudad su singular belleza.

Proyectó y ejecutó el alcantarillado y adoquinado de la calle General Chacel, principal ave-nida de Melilla que en la actualidad recibe el nombre de Juan Carlos I, además de la especta-cular Plaza de España y calles General Puertas, Padre Lerchundi, Castelar, Conde de Serrallo,General Marina, O’Donell y Castillejos entre otras muchas menores. Trazó los planos y ejecu-tó los barrios del Real, Tesorillo, Industrial, Mantelete y Reina Victoria a los que doto de unaexcelente red de alcantarillado de centenares de metros, servicio indispensable del que tambiéndotó al Barrio de Alfonso XIII (840 metros de alcantarillado).

Llevó a cabo la construcción de los pontones de acceso al barrio del Hipódromo, los murosy espléndida verja que cierra el hermoso Parque Hernández, el arreglo del mercado del polí-gono, la construcción del deposito de cadáveres del Hospital Indígena, levantó la primera mez-quita que se construyó en Melilla, amplió el cementerio, construyó varias decenas de pabello-nes para jefes y oficiales, 40 de ellos en la calle Málaga, el edificio para la recaudación y aforosen el Muelle, el Grupo escolar modelo, un comedor popular, y la instalación de la CapitaníaGeneral, entre otros muchos proyectos y obras menores, todo ello sin renuncia a sus respon-sabilidades militares en la Comandancia de Ingenieros, alguna de ellas en operaciones.

La categoría de este oficial se vio reconocida por la Junta de Arbitrios que solicitó alComandante General una recompensa «por el celo, interés e inteligencia demostrados en loscinco años de incesante trabajo como ingeniero de la Corporación». Esta recompensa llego enla humilde forma de Mención Honorífica el 19 de enero de 1915, cuando ya estaba destina-do en la Comandancia de Ingenieros de su ciudad natal, Vigo.

Su hoja de servicios se cierra en julio de 1931, año en el que pasa a la situación de retira-do al amparo de la denominada Ley Azaña.

El artífice del hermoso Mausoleo que tratamos en este artículo, y que tan excelente eingente labor desarrollo en Melilla durante sus intensos cinco años de destino en la Ciudad, ala que tantas calles aportó, no tiene desafortunadamente ninguna dedicada, ni tampoco cree-mos que la Mención Honorífica recompensara suficientemente la valía de este Ingeniero mili-tar, por ello nos hemos querido hacer eco aquí, en forma de extensa nota, de su trayectoria,como humilde reconocimiento a su labor.

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elilla es una Ciudad de gran belleza y atractivo. Cuando en mis añosde destino en el Tercio Gran Capitán recibía visitas de familiares yamigos, me complacía ver su asombro por las bellezas que íbamos

descubriendo en el paseo por las amplias y perfectamente trazadas calles desu centro modernista o las más angostas de «Melilla la Vieja», con sus alji-bes, cuevas y baluartes que la hicieron inexpugnable durante siglos.

Pero si de asombro de mis invitados hablábamos, digno de ver era suexpresión cuando les anunciaba que una de las jornadas la dedicaríamos avisitar el Cementerio de la Purísima Concepción. No acababan de enten-der como un Campo Santo podía ser objeto de visita «turística», pero apoco de cruzar su umbral comprendían los motivos y agradecían la inicia-tiva que profundizaba en la historia de España, de Melilla y rendía unhomenaje a los que la protagonizaron entregando sus vidas.

El cementerio de la Purísima Concepción, nombre de la iglesia másantigua de Melilla, fue bendecido el 1 de enero de 1892, esta situado en elbarrio del Carmen, nombre que recibía un antiguo fortín de 1778 que vigi-laba la «rambla del Agua», precisamente el lugar que ocupa el cementerio.Pero lo primero que llama la atención de este sacramental es su situaciónjunto al mar. Muchas de sus parcelas no tienen otro muro que las olas rom-piendo en los cortados que lo cierran por el Este. Esta situación tan singu-lar inspiro al poeta Manuel Álvarez Ortega a llamarlo cementerio Marino.

Este cementerio nació como consecuencia natural del crecimiento dela ciudad fuera de sus centenarias fronteras, sustituyendo al de San Carlosque se encontraba intramuros y hoy, tras más de cien años, encuentranreposo en su tierra más difuntos que habitantes tiene la Ciudad.

Parte importante de los restos mortales que alberga el campo santo sonresultado de las Campañas Militares que dejaron un doloroso cortejo de

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PANTEÓN DE LOS HÉROES DE LAS CAMPAÑASEn el cementerio de la Purísima Concepción de Melilla

Miguel Ballenilla y García de Gamarra

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víctimas que tanta incidencia tuvo en la historia de España de principiosdel Siglo XX y para cuya honra se levantaron diferentes MausoleosMilitares. Son estos y las muchas tumbas aisladas que se encuentran dis-persas por el cementerio el objeto de la visita a la que invito a mis agasa-jados. «Margallo», «Aviación», «Regulares», «De los Héroes» son los nom-bres de los panteones más destacados, pero de todos ellos invito al lector aconocer el último, el que recoge los restos de los miles de héroes anónimosde la rota de Annual y al que dedico las siguientes líneas.

El Panteón de los Héroes de las Campañas es el más importante de losmausoleos del cementerio melillense y surgió no, como esta muy extendi-do, para rendir homenaje a las víctimas en el desastre de Annual, sinocomo respuesta a la sensibilidad despertada en España a raíz de los tristí-simos acontecimientos del Barranco del Lobo en la campaña de 1909.

La primera piedra fue puesta en enero de 1911, ni más ni menos quepor el Rey Alfonso XIII en su segunda visita a Melilla, la misma visita en

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Ángel que corona el Panteón Foto reciente de la escalera de acceso al Panteón

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la que prometió al niño Mohamed Ben Mezián, el futuro TenienteGeneral Mizziam, que ingresaría en la Academia Militar tras quedarimpresionando por la inteligencia del joven musulmán y su vehementedeseo de ser «capitán».

Los fondos con los que se levantó el Panteón procedían de la suscrip-ción nacional abierta por la Asociación de Señoras caritativas, fundada ainiciativa de la Reina Victoria Eugenia, con el fin de atender los numero-sos casos de desamparo familiar y personal entre los soldados participan-tes en la campaña del Rif de 1909. Parte de esos fondos se entregaron a laComandancia General de Melilla con el fin preciso de levantar unMausoleo donde descansaran los restos de los fallecidos en la guerra.

El proyecto, iniciado el 12 de mayo de 1910, fue obra del excepcionalcapitán de Ingenieros José de la Gándara Cividanes, quien dirigió las obrashasta diciembre de 1914 en que por destino a la península pasó a dirigir-las el también capitán de Ingenieros Tomás Moreno Lázaro. El Mausoleo

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Vista actual del Ángel y la Cruz Laureada del Panteón de los Héroes

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fue bendecido el 8 de junio de 1915 por el Vicario Eclesiástico MiguelAcosta, presidiendo la ceremonia el General Villalba. Externamente, lasobriedad de sus líneas y la proporción de sus dimensiones hacen de estaobra funeraria un conjunto bello y armónico. Una amplia escalinata con-duce a la entrada del panteón, en arco de medio punto. A izquierda y dere-cha se abren unas escaleras que dan acceso a sendas galerías con nichos—hoy horriblemente encaladas que estropean la armonía del conjunto—y a la parte superior del panteón, donde una estructura de piedra, queintegra cuatro claraboyas que dan luz a la cripta, sirve de soporte a unagran cruz que tiene dibujada una Laureada de San Fernando. Frente a ella,un ángel alado en bronce de más de dos metros de altura sostiene en susmanos el laurel de la victoria y la palma del sacrificio. El ángel, costeadocon los fondos de la suscripción «Melilla», fue realizado y fundido enAlemania por un artista de Stuttgart y colocado en 1925.

La cripta del panteón es soberbia por su sobriedad. De planta circularcubierta por una bóveda, esta realizada con una piedra veteada en tonosrojizos que dan a la estancia, iluminada por las cuatro grandes claraboyasa las que hacíamos referencia anteriormente, una claridad singular, muylejana del ambiente frío que suelen tener otras criptas de mármol o piedrablanca. Presidiendo la estancia un sobrio altar desde donde, a izquierda yderecha, se alienan en vertical dieciséis hileras de nichos cuyas lápidasrecogen nombres que evocan heroísmo, entrega y patriotismo. Sirva deejemplo la inscripción de la primera lápida a la izquierda, que reza: Restosmortales de los heroicos defensores de la posición de Igueriben que al mandodel comandante de infantería D. Julio Benítez Benítez prefirieron morir arendirse el 21 de julio de 1921, y junto a ésta lápida la de otros 22 laurea-dos. No existe en España lugar que recoja la memoria de tanto heroísmo(ver Estela nº 2).

Desde su bendición fueron trasladándose restos mortales al interior dela cripta, entre ellos las de algunos laureados en la campaña de 1909. perono fue hasta 1929 cuando fueron trasladados los restos que había encementerios provisionales del protectorado, concretamente el día 2 deagosto. La relación de cementerios cuyos restos fueron exhumados y tras-ladados a este Mausoleo podemos consultarla en el cuadro 1) que repro-duce una artística lápida con los emblemas de las diferentes Armas,Cuerpos y Servicios del Ejército.

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La Junta Municipal de Melilla dejo testimonio en el Panteón graban-do en sendas placas que hay a derecha e izquierda del pasillo que da acce-so a la Cripta en el interior del monumento la siguiente leyenda:

Querida amorosa y reverente, los restos mortales de los héroesanónimos que dieron su vida por la PATRIA.Excma. Junta MunicipalAbril 1929

Pero sin duda, el hecho que da a este mausoleo un significado singular,es el de recoger los restos mortales de la fosa en forma de cruz que se habi-litó en Monte Arruit para dar tierra a las miles de víctimas del desastre deAnnual, la tristemente famosa «Cruz de Monte Arruit».

No describiremos aquí el desastre, del que una breve aproximación rea-liza el artículo de Gómez Martín en esta misma revista, pero si traeremoslas líneas que describen lo que allí se encontró el jefe de la Legión—comandante Franco— el 24 de octubre de 1921, dos meses después delholocausto, cuando se ocupo la posición de Monte Arruit.

Renuncio a describir el horrendo cuadro que se presenta a nuestravista. La mayoría de los cadáveres han sido profanados o bárbaramen-te mutilados. Los hermanos de la Doctrina Cristiana recogen enparihuelas los momificados y esqueléticos cuerpos, y en camiones sontrasladados a la enorme fosa.

Algunos cadáveres parecen ser identificados, pero solo el deseo de losdeudos acepta muchas veces el piadoso engaño, ¡es tan difícil identifi-car estos cuerpos desnudos, con las cabezas machacadas! 1

Aquella fosa, aquella Cruz, se convirtió para España en todo un sím-bolo, de heroísmo para unos, de acusación para otros, pero ante tododolor y respeto para todos. Desafortunada e incomprensiblemente hoy noqueda ni un humilde recuerdo.

Sobre aquella fosa se recogieron en años posteriores los restos sepulta-dos en otras posiciones que jalonaban el camino del desastre. Así recoge elperiódico La Ilustración del Rif en su número 1º de 5 de septiembre de1925 la exhumación de los restos de la posición de Drius.

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Interior de la Cripta, al pie la lápida que cierra la fosa de los restos de Annual con el soneto de Goy de Silva

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Entrada a la posición de Monte Arruit.

En General Berenguer, Alto Comisario, ante unode los cadáveres de Monte Arruit.

Bidones con los restos exhumados en Driuss.

Berenguer y Cavalcanti ante los restos de Monte Arruit.

Soldados recogiendo restos.

El capellán bendice cadáveres en Monte Arruit. Recogiendo los cadáveres dispersos por el campo

Terrible imágen del interior de la posición de Monte Arruit

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TRISTES RECUERDOS DEL PASADOIncidentalmente y en el transcurso de nuestros trabajos informati-

vos, coincidimos en Drius con el emocionante traslado de los restos, alcementerio de Monte Arruit, de aquellos bravos soldados que sucum-bieron en la catástrofe del año 21. Tristemente célebre en la historia deMarruecos y cuyas cifras están impresas con lagrimas y sangre. La ope-ración de desmantelar el cementerio duró cerca de tres horas, que trans-currieron como una pesadilla. En el cerebro y en el corazón repercutí-an los golpes de los picos, que al desescombrar dejaban al aire los restos,sagrados por el sacrificio, de los hombres que dieron sus vidas por laPatria en aquellos momentos de tragedia y desconcierto...

En cinco bidones de hierro fueron transportados más de quinientoscadáveres bárbaramente mutilados por la traición y después por laacción del tiempo.

Hoy el cementerios de Drius, desaparecido, servirá de tierra abona-da, que tal vez en su día fructifique la espiga que ha de sustentar a loshijos de los que no supieron comprender a la nación protectora y man-charon sus manos y abonaron sus campos con nuestra sangre.

Pero fue en 1949, próxima ya a su fin nuestra labor de protectorado,cuando se procedió al levantamiento del Cementerio de Monte Arruit. El22 de agosto de ese año, 28 años después del desastre, Melilla acogía losrestos de quienes la defendieron. Gracias a la recopilación documentalque, como cronista oficial de Melilla entre los años 1921 a 52, realizó elinsigne Rafael Fernández de Castro y Pedrera, y a la labor de conservacióny difusión que ha realizado su hijo Francisco Fernández de Castro y Messa,tenemos puntuales datos2 de cómo se ejecuto el levantamiento, traslado ysepultura de los restos.

Los trabajos se iniciaron en Marzo de 1949 por una sección delRegimiento de Zapadores nº 10 que abrió una fosa circular en el interiorde la cripta del Panteón a los Héroes de las Campañas de Marruecos conun radio inicial de 5 metros y una profundidad de 1,5 metros para redu-cirse posteriormente a un radio de 4 metros hasta alcanzar la profundidadde 4 metros con una capacidad total de 61 metros cúbicos. Al ignorarse elvolumen de restos totales, se abrió una segunda fosa en la terraza superiorde la cripta, tradicionalmente denominada Patio del Ángel, con unas

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dimensiones de 9x4x2,5 metros y 90 metros cúbicos de capacidad quefinalmente no fue empleada.

Obtenidos los permisos de las autoridades municipales de Melilla yeclesiásticas militares y regionales, se inicia el 5 de agosto, por una seccióndel mismo Regimiento, a la exhumación de los restos en Monte Arruit,contabilizándose un total de 2.996 cráneos, recogiéndose en dieciséis arco-nes de 1,70x0,60x0,60 realizados por la Comandancia de Fortificacionesy Obras de Melilla.

Junto a los restos se encontraron objetos y efectos personales que seintrodujeron en una caja de hierro junto con la relación de los mismos(cuadro 2) y, con la llave colgada al mismo, se introdujo junto a los restosen el osario abierto.

El 22 de agosto de 1949, a las 10 horas, entraron en la Ciudad deMelilla los arcones sobre armones de artillería, cubiertos con banderas

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Recogiendo restos para su traslado al cementerio de Monte Arruit.

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nacionales y coronas de laurel. El cortejo era presidido por el General Jefedel Cuerpo de Ejército del Maestrazgo, Gustavo Urrutia y González. Elpueblo melillense, en pleno, acompañó el paso de los restos arrojando flo-res hasta la entrada del cementerio.

Inhumados en la fosa abierta en el interior de la Cripta, se procedió asu cierre situando en el centro de la misma una lápida con el soneto deGoy de Silva que se encontraba esculpido en un monolito en MonteArruit, monolito que fue trasladado al Palacio Municipal y actualmente seencuentra en la Plaza de España de la Ciudad.

También se instalaron en el Mausoleo las placas que dejaron algunasvisitas en homenaje a los mártires de Monte Arruit. La situada en la partesuperior de la puerta de entrada a la cripta corresponde a los AgregadosMilitares en España y tiene la siguiente inscripción:

«A los héroes defensores de Monte Arruit. Los AgregadosMilitares de: Argentina, Chile. N. América, Francia,Inglaterra, Italia, Méjico y Portugal»

Feb 1922

La instalada en lo alto del altar corresponde a la Asociación de la juven-tud hispano-argentina en una visita que realizó a Monte Arruit con oca-sión del 8º aniversario de los sucesos:

«La asociación de la juventud hispano-argentina en tes-timonio de admiración al heroísmo del soldado español y desus valerosos jefes que en ‘Monte Arruit’ demostraron suabnegación y sacrificio por la Patria.

1921-12 de Agosto-1929

BUENOS AIRES

El 12 de septiembre se dieron por terminados los trabajos de inhuma-ción y el 30 del mismo mes, fuerzas del Grupo de Regulares de Caballeríanum. 2 procedió al derribo del mausoleo de Monte Arruit.

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La víspera del traslado de los restos, Rafael Fernández de Castro publi-có en el Telegrama del Rif la siguiente necrológica:

«Pro Patria mori, eternum vivere»ANTE LOS GLORIOSOS RESTOS DE LOS HÉROES DE MONTE

ARRUIT 3

Llena de emoción patriótica, pues así vibró siempre su espíritu en cuantasocasiones lo demandaron, acudirá mañana la población de la Valerosa,Humanitaria y Muy Caritativa Ciudad de Melilla a rendir, enfervorizada,póstumo homenaje de exaltación y respeto a los sagrados restos de los heroicosdefensores de Monte Arruit en 1921, soldados que, en maravilloso rasgo de dis-ciplina y abnegación sin límites, ofrendaron resignadamente sus vidas en ser-vicio de la Civilización y de la Patria, regando con su sangre generosa los sur-cos que en el país iba abriendo, tesonera, la actuación de España en Marrue-cos, […]

[…] Los gloriosos restos mortales de aquellos heroicos soldados de MonteArruit, que sujetos al férreo cumplimiento del deber cayeron para siempre en tie-rras, por entonces inhóspitas, llegan aquí mañana para reposar dulcemente, porlos siglos de los siglos, en esta grata y acogedora tierra de soberanía española deMelilla, crisol en que al largo de los tiempos, desde 1947, se fundieron las vir-tudes del soldado español de todos los siglos, exponente viril de nuestra ínclitaRaza, pronta a las más audaces aventuras y a los más solemnes sacrificios, cuan-do pone el pensamiento en Dios y el corazón en la Patria, amor de sus amores...

Mañana, lunes, 22 de agosto de 1949, bajo el tañido funeral de los bron-ces de las parroquias y el ronco destemplado sonar de las cornetas y tambores,el Pueblo entero de Melilla, estremecido de dolor, dominado por la profundaveneración que de antiguo siente por su abnegado ejército, formará conmovi-do, musitando oraciones de «réquiem» en el fúnebre cortejo que, con máximasolemnidad y respeto, ha de conducir hasta el Panteón de los Héroes de nues-tro Campo Santo —tierra venerada donde se mezcló a raudales la sangre detodas las regiones y pueblos e España— los restos mortales de cientos de héroesque en fechas aciagas de 1921 se dieron fatalmente al sacrificio, resignadosante ajenos desaciertos que la historia juzgará, inexorablemente, pudiendoexclamar dolorosamente, como el vencido de Pavía en trance igualmenteamargo: «¡Todo se ha perdido, menos el honor!»...

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Melilla abre amorosa sus brazos a estos gloriosos mártires del deber, a losque seguirá rindiendo anualmente, como a los heroicos compañeros caídos enservicio de Dios y de la Patria, el homenaje de admiración y respeto a que sehicieron acreedores, porque los pueblos que honran a sus héroes, a sus Santos ya sus mártires, se honran a sí mismos.

¡Paz y gloria eterna a los que supieron sacrificarse por la Civilización, porDios y por España!

En el recogimiento de la Cripta, tras leer los nombres de quienes entre-garon heroicamente sus vidas y elevar una oración sobre la fosa que ateso-ra los restos de los miles de hombres que, anónimamente, murieron trastremendo suplicio, invito a mis acompañantes a depositar unas floressobre la lápida que dice:

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Cementerio de Melilla cuando se estaba construyendo el Panteón. Puede observarse el mismo sincruz ni ángel, en la parte superior central de la foto.

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POR LOS HEROES DE LA PATRIALA CRUZ DE MONTE ARRUIT

Después de aquella cruz divina del calvarioninguna cruz mas santa que esta cruz dolorosatrazada con la tierra bendita de esta fosadonde el alma española tiene su relicario.

No hay en la tierra un templo funerariode mayor emoción que esta tumba gloriosa.Conmueve mas el alma su sencillez hermosaque las regias pirámides del mundo milenario.

¿Qué ofrenda digna hay de esta cruz consagradaque no sea ni el lauro la palma ni la espadala oración ni la lagrima la rosa ni la estrella?

Busquemos entre todas la corona mas bellaaquella que ciñó las sienes mas divinasla del mártir del gólgota: ¡la corona de espinas!

Goy de Silva

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Monolito al pie de la Cruz de Monte Arruit con elsoneto de Silva (arriba izda.). Lápida que recuerdalos cementerios eventuales cuyos restos, exhumados fueron traídos al Panteón de los Héroes (arriba dcha.)Vista aérea de la Cruz de Monte Arruit, tomada en1921. Se puede observar la entrada a la posición a laizquierda de la foto. (abajo)

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LA MEDALLA DE IDENTIDAD DEL EJÉRCITO ESPAÑOLEl tremendo drama del desastre de Annual y la dificultad de proceder al reco-

nocimiento de los cadáveres recogidos en el campo, con las consiguientes reper-cusiones morales sobre los familiares, como bien refleja Franco en su relato delos hechos, impulsó al Gobierno para crear un sistema que facilitara la identifi-cación de bajas, algo que ya se había implantado en los ejércitos europeosdurante la I Guerra Mundial. Por el interés del documento, reproducimos inte-gra la Real orden circular de 17 de agosto de 1921 que creaba con carácter regla-mentario la «Medalla de identidad del Ejército Español», apenas unos días des-pués de la matanza de Monte Arruit, la medida llegaba demasiado tarde.

SUBSECRETARIA.- Excmo. Sr.:- Reconocida la utilidad y gran impor-tancia que tiene, en caso de guerra, la identificación de bajas producidas enlos combates, demostrado, recientemente, el resultado práctico proporciona-do por el empleo de medallas de identidad, de las que estaban dotados loscombatientes en la pasada guerra mundial, y llegada la ocasión de aprove-char tales enseñanzas, el Rey (q.D.g.) ha tenido a bien resolver lo siguiente:

1.º Se crea, con carácter reglamentario, la «Medalla de identidad del Ejércitoespañol», cuyas características son: Disco de aluminio, de 24 mm. de diáme-tro y de 2 mm. de espesor. A dos milímetros del borde, un orificio de 5 mm.de diámetro, para que por el mismo pase la cinta de suspensión. En una de lascaras llevará estampado un número, cuyas cifras serán de 5 mm. de altura.

2.º Estas medallas se numerarán correlativamente del 1 al 100.000, dentrode cada una de las series precisas para dotar de ella a todo el Ejército, seriesque llevarán en la parte inferior del número una letra mayúscula de igualesdimensiones que las cifras, empezando por la A.

3.º Se llevará en bandolera sobre la carne, de modo que quede a un costado.

4.º Por la Fábrica nacional de armas blancas de Toledo se construirán las pre-cisas para las necesidades actuales del Ejército, remitiéndose por lotes sucesivosa las Comandancias generales de Melilla, Ceuta y Larache. Una vez dotadoel ejército de África, se hará la propio con el de la Península, remitiéndolas alos correspondientes Capitanes generales.

5.º Cada Capitanía o Comandancia general, una vez recibido el lote corres-pondiente, lo distribuirá por cuerpos, anotando en las correspondientes filia-ciones el número de la medalla que a cada uno corresponda.

De real orden lo digo a V.E. para su conocimiento y demás efectos.- Dios guar-de a V.E. muchos años.- Madrid 17 de agosto de 1921.- Cierva.- Señor...

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1) FRANCO BAHAMONDE, Francisco,Marruecos: Diario de una Bandera, Pueyo,Madrid, 1922. Respecto a la labor desarrolladapor los hermanos de la Doctrina Cristiana, fuen-tes citadas por Juan Pando en su obra Historiasecreta de Annual (Pág. 305) alegan que los cita-dos religiosos solo acudieron a sacarse la foto yque la labor fue desarrollada principalmente porsoldados y colaboraron algunos religiosos capu-chinos. Es posible que el recuerdo del coman-dante Franco se asiente sobre documentos foto-gráficos, de los que algunos reproducimos enesta revista. Respecto a la identificación de cadá-veres ver recuadro al final del artículo.2) Los datos están extraídos del Acta de la

Comisión encargada del traslado de los restospresidida por el coronel Jefe de Ingenieros del XCuerpo de Ejército Gregorio Acosta Nieto, defecha 4 de octubre de 1949. Este documento esparte del archivo de Rafael Fernández de Castroy Pedrera y fue publicado por su hijo FranciscoFernández de Castro en el suplemento La Vozdel diario Melilla Hoy de fecha 10 de noviembrede 1996 y nuevamente el 29 de agosto de 1999con ocasión del cincuentenario del traslado delos restos. Agradezco al Presidente de laAsociación de Estudios Melillenses, José LuisBlasco López, atendiera mi petición de remitir-me copia de los mismos.3) El Telegrama del Rif. 21 de agosto de 1949.

CANO MARTÍN, José Antonio, Historia deMelilla a través de sus calles y barrios, Asociaciónde Estudios Melillenses, Melilla 1997.

FRANCO BAHAMONDE, Francisco,Marruecos: Diario de una Bandera, Pueyo,Madrid, 1922.

MIR BERLANGA, Francisco, Con el viento dela historia, Edición del Autor, Melilla, 1993.

PANDO DESPIERTO, Juan, Historia secreta deAnnual, Ediciones Temas de Hoy, Madrid, 1999.

SARO GANDARILLAS, Francisco, EstudiosMelillenses. Notas sobre urbanismo, historia ysociedad en Melilla, Ciudad Autónoma deMelilla, Melilla 1996

COLECCIÓN LEGISLATIVA DEL EJER-CITO 1921.

EL TELEGRAMA DEL RIF (Diario)MELILLA HOY (Diario)HOJA DE SERVICIOS DE JOSÉ DE LA

GÁNDARA Y CIVIDANES.

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N O T A S

B I B L I O G R A F Í A

Acceso al Panteón. Puede obsrvarse el blanqueado de las galerías a izquierda y derecha, oculando la piedra natural parte del conjunto.

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*HARDÚ

*CASABONA

*TAHUIMA

*TAURIAT-ZAC

*TAURIAT-bBUCHIT

*TUMIAT-

*NORTE

*ATLATEN

*PROXIMIDADES

*SAN JUAN-

*DE LAS MINAS

*ZOCO EL HACH

*HUERTA S.E.

*TIZZA

*YAZANEN

*TIFASOR

*XAMAR

*2ª CASETA

*SIDI HAMED

*SIDI MUSA

*SIDI ALI

*ZAIO

*KADOUR

*IZHAFEN

*RAS MEDUA

*TAURIAT-

*HAMED

*ZOCO EL ARBAA

*RESTINGA

*HARCHA ALTO

*YA DUMEN

*3ª CASETA

*CABO AGUA

*AIT CAMARA

*IGUERIBEN

*TUGUNTZ

*YEBEL BEN-

*HIDUR

*SIDI HOSAIN-

*(AFRAU)

*FARNA

*AXDIR AZÚS

*MON MIMUNS

*UGUAL

*AFSÓ

*ANNUAL

*BUERMANA

*BUHAFORA

*TELATZA DE-

*ESLEF

*QUEBDANI

*TISINGAR

*TIMAYAST

*TAR-SAF

*KADUSSI

*SIDI MESAUD

*YEBEL UDIA

*POSICIÓN B.

*DAR BUSADA

*REYEN

*BOQUETE-

*ESLEF

*TIZI ALMA

*LOMA ROJA

*ZOCO T’LATA-

*BU BEKER

*TASARUT U-

*CHAIB

A LOS HEROES DE LAS CAMPAÑAS

RELACION DE LOS CEMENTERIOS EVENTUALES

DE LOS QUE FUERON EXHUMADOS LOS RESTOS

MORTALES ENTERRADOS EN ESTE PANTEON

CUADRO 1

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CUADRO 2Relación de efectos depositados en un cofre junto a los restos

1 Reloj de bolsillo de plata

2 Tapa de reloj de bolsillo.

2 Alianzas de oro.

5 Fundas de oro de molares.

1 Fundas de oro de dientes.

9 Gemelos de camisa.

1 Pisa corbatas.

2 Medallas de plata.

3 Monedas de plata de 5 pesetas.

1 Moneda de plata de 2 pesetas.

6 Monedas de plata de 1 peseta.

1,20 pesetas en monedas de cobre.

2 Chapas de cinto del 68.

3 Chapas de cinto del 11.

1 Chapa de cinto del 59.

4 Chapas de cinto de Artillería.

1 Chapa de cinto de Ingenieros.

1 Chapa de cinto de Intendencia.

12 Hebillas de tirantes de correajes.

1 Trozo de galón de Sargento.

13 Trozos de tela pequeños.

35 Vainas de fusil.

6 Balines.

1 Cuchara de tropa.

1 Trozo de tijera.

1 Cristal de espejo.

3 Trozos de metralla.

1 Lápiz.

1 Ampolla de vidrio.

32 Castillos de emblema de

Ingenieros.

60 Bombas emblemas de

Artillería.

63 Números sueltos de emblemas

con el 4.

38 Números sueltos de emblemas

con el 5.

150 Números sueltos de emble-

mas con el 6.

98 Números sueltos de emblemas

con el 8.

40 Números sueltos de emblemas

con el 2.

272 Números sueltos de emble-

mas con el 1.

4 Emblemas de Caballería.

1 Emblema de Intendencia.

1 Emblema del 59.

1 Emblema del 18.

50 Botones de guerrera.

67 Botones de prendas interiores.

1 Chapa con el número 1l5

4 Emblemas sin identificar.

120 Trocotones de varios emblemas.

24 Hebillas de pantalón.

7 Hebillas de cinturones.

4 Trocitos de mecha rápida

6 Letras de D.R.M.N.U.X

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¿QUÉ ES ISTOLACIO?Una fundación independiente y libre. Ha nacido para servir a la paz, a través del conocimiento y respeto

hacia los caídos en combate de todos los credos, ideologías, lugares yépocas.

Adoptamos el nombre de ISTOLACIO por ser el primer guerrero his-pánico, de nombre conocido, del que se tenga noticias históricas,muerto en combate contra los cartagineses en defensa de laIndependencia.

CARACTERÍSTICAS.Istolacio es una Fundación Cultural, sin interés lucrativo, reconocida por el

Estado Español, de acuerdo con la Ley 30/1994, de 24 de noviembre, deFundaciones y de Incentivos Fiscales a la Participación Privada en Actividadesde Interés General (BOE 25 – 11 – 95). Está obligada a la rendición anual decuentas, y los cargos del Patronato son remunerados. Los particulares puedendesgravar el 20% de sus aportaciones y las empresas y sociedades deducir enla determinación de la base imponible, hasta el 100%.

FINES INSTITUCIONALES.- Fomentar la conservación, vigilancia y ornato de los cementerios o tum-

bas de combatientes españoles o bajo Bandera de España, caídos en lucha, sindistinción de época, lugar, credo ni ideología.

- Confeccionar y actualizar el catálogo de estas tumbas y cementerios.- Realizar y fomentar las investigaciones históricas sobre los citados

cementerios o tumbas y sus protagonistas.- Promocionar y realizar publicaciones o actividades científicas, educati-

vas y culturales, especialmente aquéllas que sirvan para difundir el conoci-miento y respeto hacia los muertos en combate.

CONSEJEROS.Pueden ser personas físicas (particulares) o las personas jurídicas (socie-

dades y organismos públicos o privados) que sean aceptadas por la Fundación.

Hay tres modalidades:- Honorífico: A propuesta del Patronato. Es compatible con las otras dos

modalidades.- De número: Tiene una vigencia anual.- Permanente: Tiene vigencia indefinida.

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ACTIVIDADES- Asamblea anual de Patronos.- Edición revista ESTELA nº 5.- Base de datos ISTOLACIO, con más de 3000 registros. Continuación de tra-

bajos de recopilacion de nombres y datos personales de los caídos en combate.- «Proyecto Adan». Estudio de viabilidad para la creación de una base de

datos ADN para facilitar la identificación de los restos de los caídos en acción.- Con relación a los fines institucionales sobre actividades docentes, en el

curso 2000-2002 se han mantenido en funcionamiento, por contrato con laRegión Militar Centro: 17 centros, 306 alumnos de Graduado Escolar, y un ren-dimiento del 57% de aprobados sobre alumnos presentados a las convocato-rias oficiales de las Administraciones Educativas correspondientes.

- Elaboración de informe sobre cementerios militares.

INDICES.REVISTA NÚM. 1. Año 1997.-Editorial.-La lucha por el cuerpo caído en la Ilíada.-Cementerios y tumbas de campaña.-El cementerio musulmán de Talavera de la Reina.-Tumbas de soldados extranjeros en España.

REVISTA NÚM. 2. AÑO 1998.-Editorial.-Caballeros Legionarios caídos en la Campaña de Marruecos y sepultados en el

Cementerio de la Purísima Concepciónde Melilla. Miguel Ballenilla y García de Gamarra.

REVISTA NÚM. 3. AÑO 1999.-Editorial.-Caballeros laureados de San Fernando caídos en la Zona Oriental, durante las

Campañas de Marruecos. Miguel Ballenilla y García de Gamarra.-Noticiario-Reseña Bibliográfica.

REVISTA NÚM. 4. AÑO 2002.

FUNDACIÓN CULTURAL ISTOLACIONavas del Rey nº 51 - 28011 MADRID Teléfono: 915 090 696 - www.istolacio.org

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Apellidos: ............................................................................... Nombre:....................................

DNI: ...................... Dirección: ................................................................ nº ........ piso ...........

Cód. postal: ................. Localidad: ............................................... Provincia: ..........................

Señalar con un aspa lo que proceda:

Adjunta resguardo transferencia de € a la cuenta corriente nº 0075 0294 49 0600415895. B. POPULAR, Pº Extremadura, 101. 28011- Madrid.

Acompaña fotocopia de D.N.I.

Adjunta dos fotografías recientes, tamaño carnet, firmadas al dorso.

Autoriza a que su nombre y apellidos, cuando proceda y como Consejero de la Fundación, sean esculpidos o grabados de la manera que determine la Fundación, en los monumentos que ésta restaure u obras que realice.

Desea colaborar en actividades de la Fundación. Especificar: ............................................................................................................................................................................................................................................................................................................………………

NOTAS:

1.- Si envía sólo el resguardo de transferencia bancaria y deja los demás datos en blanco, la fundación asig-nará un número a su aportación y dicho número será, a todos los efectos, su única identificación.

2.- Si nos facilita un nombre y una dirección, recibirá de la Fundación informe de las actividades realizadas,proyectos en ejecución, etc.

3.- Si adjunta fotocopia del DNI recibirá, además de lo reseñado en el punto anterior, certificado para des-gravar a Hacienda por su aportación.

4.- Si adjunta las fotografías, recibirá también el Diploma de Consejero y el Carnet de la Fundación.

CONSEJERO DE LA FUNDACION CULTURAL ISTOLACIO(No es necesario cumplimentar los datos. Ver notas a pie de página)

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MM

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