ESPERANDO - Colegio Don Orione...Esperando contra toda esperanza* 1. La CongregaCión antes deL...

Antonio Lanza

Luis Orionellega a

Latinoamérica

contra toda esperanzaESPERANDO

Esperando contra toda esperanzaLuis Orione llega a Latinoamérica

Antonio Lanza

© 2020 - Pequeña Obra de la Divina Providencia · Don OrioneProvincia “Nuestra Señora de la Guardia”Buenos Aires · Argentina1ª edición digital

Edición al cuidado del GEO · Grupo de Estudios Orionitas

Original: Lanza, Antonio, “In spe contra spem”, en: PeLoso, Flavio (a cura di), Atti del Convegno Missionario per l’Asia (Manila, 7-11 maggio 2001), Piccola Opera della Divina Provvidenza, Roma, 2002, 81-92.

Traducción: P. Gustavo Omar Cadenini, fdp

Revisión y adaptación: Hno. Jorge D. siLanes, fdp P. Santiago V. soLavaggione, fdp

[email protected] ─ www.donorione.org.ar

Lanza, Antonio Esperando contra toda esperanza. Luis Orione llega a Latinoamérica.

1ª ed. digital - Buenos AiresPequeña Obra de la Divina Providencia, 2020

48 páginas; 21 x 15 cm.

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Contenido

Siglas y Abreviaturas 4El Autor 5

Esperando contra toda esperanza 71. La Congregación antes del primer viaje de Don

Orione a Latinoamérica 72. El primer viaje a Latinoamérica: “¡La Virgen

estaba allá, como esperándome!” 133. Segundo viaje de Don Orione a Latinoamérica 15

3. 1. Obras comenzadas en Latinoamérica entre el primer y segundo viaje 16

3. 2. Obras que surgieron en el segundo viaje de Don Orione a Latinoamérica 22

3. 3. Obras en espera de realización y última in-tervención de Don Orione. 31

Anexo I Carta inédita de Don Orione 39Anexo II

Misioneros enviados por Don Orione a Latinoamérica de 1920 a 1940 41Anexo III

Bibliografía para profundizar en los viajes Don Orione y en la historia de las primeras

casas en Argentina, Uruguay y Chile 43

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Siglas y Abreviaturas

ADO Archivio Don Orione, Roma.

NdE Nota del Editor.

Scritti Gli Scritti di san Luigi Orione, 122 vo-lúmenes, Archivo de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, Roma. [inédi-to]. El 1er. número indica el volúmen, el 2do., la página.

Scritti.St Scritti di Don Carlo Sterpi, Archivo de la Pequeña Obra de la Divina Providen-cia, Roma. [inédito]. El 1er. número in-dica el volúmen, el 2do., la página.

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El Autor*

Antonio Lanza nació en Mestrino (Padua, Italia), el 12 de noviembre de 1918.

El mismo P. Antonio recuerda emocionado su primer encuentro con Don Orione, el 7 de diciembre de 1931, cuando el Fundador visitó las casas de la región del Vé-neto. Quedó fascinado de su personalidad y de su mirada. Desde esos días, su vida fue toda para el Señor, con Don Orione, de quien recibió el santo hábito en Tortona, el 29 de agosto de 1932.

Hizo el noviciado en 1935, con el P. Julio Cremaschi. Profesó sus primeros votos en manos del venerable P. Car-los Sterpi. Fue ordenado sacerdote el 18 de septiembre de 1943.

Estudió teología en la Universidad Gregoriana (Roma). Luego se graduó en letras, en la Universidad de Turín (1951).

Fue docente en Villa Moffa de Bra (1946-1952). Enseñó en el Instituto “San Filippo” de Roma (1952-1959), en el Instituto “Dante” de Tortona (1959-1964) y en el Instituto “San Giorgio” de Novi Ligure (1964-1969). En estos tres centros de estudios se desempeñó también como Rector.

Participó del IVº al VIIIº Capítulo General de la Con-gregación.

En el año 1969 pasó a la Curia General (Roma), como Consejero General, Secretario y Procurador, hasta 1981. Luego se desempeñó como archivista, dedicándose a los escritos y al estudio de Don Orione. Escribió numerosos

* Cf. Piccola oPera della divina Provvidenza, Atti e Comunicazioni della Curia Generale (Don Orione), 238 (2012), 178-179.

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artículos e investigaciones sobre diversos aspectos de la espiritualidad y misión del Fundador. Se caracterizó por su admirable constancia en la formación de los novicios, seminaristas y religiosas en formación.

Por razones de salud, a partir del 2004 residió en la Comunidad de Monte Mario (Roma).

Murió allí, el 18 de agosto de 2012, a 93 años de edad, 77 años de Profesión Religiosa y 68 años de Sacerdocio.

Transmitir a Don Orione fue su interés principal a lo largo de toda su vida. Muy valioso para todos es y será su aporte, de manera especial, por el gran trabajo de reordenamiento, catalogación y estudio de los escritos de Don Orione.

El P. Lanza, si bien tuvo contacto personal con Don Orione, afirmaba que lo había conocido mejor estudiándo-lo. Él nos recuerda hoy que, aunque estemos lejanos de los heroicos “tiempos de Don Orione”, no nos encontramos en desventaja.

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Esperando contra toda esperanza*

1. La CongregaCión antes deL primer viaje de don orione a LatinoamériCa

A fines del 1920, antes del primer viaje de Don Orione hacia Latinoamérica, las casas de la Congregación en las cuales era necesaria la presencia de sacerdotes, eran 16:

1. Casa Madre, en Tortona2. Noviciado, en Villa Moffa3. Colonia Agricola, en Cúneo4. Casa de Reposo, en Ameno5. Casa para huérfanos Manin, en Venecia6. Instituto Artigianelli, en Venecia7. Instituto Soranzo, en Campocroce (Venecia)8. Casa San Rómulo, en San Remo9. Colonia Santa Maria, en Roma10. Iglesia de Santa Ana, en Roma11. Parroquia de Todos los Santos, en Roma12. Instituto San Felipe de calle Alba, en Roma

* El título se inspira en las palabras del Apóstol Pablo de Rom 4, 18.

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13. Instituto San Próspero, en Reggio Calabria14. Iglesia de la Consolata, en Messina (Sicilia)15. Colonia Agrícola, en Noto (Sicilia)16. Casa en Mar de España (Brasil).

Los religiosos, al final de aquel año, eran 58: 19 semi-naristas de votos temporales, 5 ermitaños, 2 religiosos hermanos, 1 seminarista de votos perpetuos y 31 sacer-dotes, de los cuales uno, el P. Carlos Dondero, desde algún tiempo que trabaja fuera de la Comunidad.

En tal modo, para 16 casas había solo 30 sacerdotes en actividad, con un promedio de presencia –incluyendo también a Don Orione, el cual evidentemente no podía permanecer ligado a una obra– no se llegaba a 2 sacer-dotes por casa.

El año anterior habían estado haciendo cálculos y esfuerzos para proveer de personal a las tres casas del Véneto (a los dos institutos de Venecia y al de Campo-croce de Mirano), abiertos contemporáneamente, y con un número consistente de residentes (más de 300 en total), en los dos primeros. Ahora, para la proyectada partida del Fundador, es necesario volver a mezclar las cartas, poniendo en crisis el delicado equilibrio adquiri-do, porque con Don Orione partirán también otros dos sacerdotes (P. Mario Ghiglione y P. Camilo Secco). Se sobreentiende que la ida a Latinoamérica no tiene solo la misión de visitar a los tres cohermanos del Brasil, sino que también se propone dar un nuevo impulso a la actividad del otro lado del océano y, posiblemente, extender el campo de trabajo.

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Esperando contra toda esperanza

No obstante si bien hay pocas posibilidades de encon-trar ayuda en las reservas italianas, Don Orione partirá igualmente con su generoso programa, ayudado de una gran Fe en la Divina Providencia y de una gran confian-za en el espíritu de adaptación y de generosidad de los propios hijos.

En el transcurso de dos meses habrá puesto en mar-cha otras cuatro nuevas obras.

Después de nueve años del arribo del primer grupo de misioneros, en Brasil no se hizo ni un paso fuera de la primera residencia y, en esta, aún no estaba organiza-da ninguna otra actividad salvo la de guiar la parroquia confiada a la Congregación.1

“El así dicho instituto -escribía desanimado Don Orio-ne- lo encontré conformado por: el P. De Paoli, el P. Ballino, el P. Casa, el seminarista Dondero y un monaguillo de 13 años; ¡esto es todo el Instituto Barão de San Gerardo!”2

Era necesario arremangarse para poner en marcha algo nuevo. Incluso antes de llegar a Mar de España,

1 Nota del Editor (NdE): “La pequeña ciudad –la describía Don Orione en otra carta– tiene en su comarca muchas pequeñas aldeas (...) Nuestra Parroquia abarca un territorio de unos 10 ó 12 mil habitantes, con pobla-dos que distan unos 15 km. entre sí. Cada uno tiene su capilla a la que se llega a caballo los Domingos; para tal fin tenemos seis o siete caballos”. Así pues, Mar de Espanha, con sus seis mil habitantes y su Colegio se-cundario, “San Geraldo”, que tenía también internos, era como el cuartel general de la acción evangelizadora y misionera de los religiosos de Don Orione, en esa comarca (Enzo Giustozzi, “Introducción”, en: El Beato Luis Orione y la educación, San Miguel, Centro de Cómputos Tupâsy, 1993, 1).2 Carta a Mons. Cribellati, 28 de septiembre de 1921 (Scritti 28, 115).

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Don Orione había iniciado tratativas con la Nunciatu-ra Apostólica de Río de Janeiro para asumir la gestión de la Casa de Preservação, una especie de “reformatorio” con 260 jóvenes para asistir.3 Le daba noticias, sin mu-cho entusiasmo, al P. Sterpi, por que sabía que ya estaba muy preocupado por la escasez de fuerzas con que ha-bían quedado para llevar adelante, con algo de decoro, las obras en Italia. De hecho, en aquellos días se abrió en Tortona el colegio Dante y partió el primer grupo de cohermanos hacia la Tierra Santa (P. Adaglio, Fray José y el seminarista Gismondi) y la presencia de los sacerdotes en las casas quedaba reducida a un mínimo aceptable.

Por otra parte, con la asunción de las nuevas obras, Don Orione tenía mucha necesidad de más personal.

Para la casa de Río de Janeiro había pedido cuatro se-minaristas, y estos fueron enviados con la única dificul-tad de elegir aquellos que pudieran adaptarse al desafío.

Pero el mes siguiente, aceptada la parroquia de Aqui-ropita en San Pablo, pide al P. Sterpi el envío de los “cuatro mejores sacerdotes nuestros”,4 haciéndole saber que tramitó el pasaporte para Argentina, porque también de la nunciatura Apostólica le habían llegado algunas propuestas de actividad apostólica.

Esta vez, el P. Sterpi no le oculta su desacuerdo y a su vez le presentó su contrapropuesta: un rápido retorno de Don Orione a Italia. “Rece por nosotros –le responde– y

3 Carta al P. Sterpi, 26 de agosto de 1921 (Scritti 14, 87).4 Scritti.St 4, 226.

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piense en volver lo más pronto posible. Recuerde que si las cosas aquí no van bien, será un mal tambien para Latinoamérica. Y no diga que la caridad de Cristo nos une y que alcanzará con estar juntos en el Paraíso, etc., etc.; todas cosas verdaderas y santas, pero un poco fuera de lugar; y olvídese de la Argentina y todos los buenos proyectos, sino también yo voy para allá”.5

Cuando llegó la cortante respuesta, con la urgente invitación de un pronto retorno, Don Orione ya esta-ba en Argentina y en los primeros días de diciembre, escribía: “abriré aquí dos casas. En una hay 700 huérfanos... que en marzo serán 1.000”.6 Era la Colonia de Marcos Paz, a la cual arribarán sus religiosos de la Pequeña Obra algunos meses en abril de 1922; en cambio la otra era Victoria, que Don Orione ya había aceptado, con el pro-grama de abrir junto a la Iglesia, una casa de formación para las nuevas vocaciones: “En Victoria abrimos la casa de formación para Argentina”.7

Esta novedad, anticipada a los Consejeros P. Risi y al P. Cremaschi, le llegó al P. Sterpi justo el dia de Navidad y le arruinó inesperadamente la fiesta, como queda cla-ro en su respuesta:

Querido director, recibo en este momento su última carta. Aunque sus cartas son para mi muy queridas, le pido no me escriba más porque, dándome noticias de nuevas aperturas de casas, me mata. Usted sabe en qué condiciones dejó la pobre

5 Carta de fecha 21 de noviembre de 1921 (Scritti.St 4, 218). “...e poi lasciate perdere l’Argentina e tutti i bei progetti, altrimenti vengo giù anch’io” (ibídem).6 Carta al P. Risi, 1º de diciembre de 1921 (Scritti 6, 188).7 Carta al P. Cremaschi, 13 de diciembre de 1921 (Scritti 2, 208).

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Congregación cuando partió (...). Con todo el afecto y el respeto que le debo, y de rodillas, me siento forzado a decirle: ¡basta!, otro personal yo no veo ni mandaré más. Regrese usted a Italia, verá las condiciones de la Congregación y luego, si tiene cora-je, los mandará usted. ¿Quiere que vayamos todos a América? Mándeme la orden de cerrar todas las casas y no dude que ire-mos todos”.8

Don Orione comprende –e imaginamos con preocu-pación y desagrado- que estaba abriéndose un segundo frente de dificultad en el deseo de abrir nuevas posibili-dades de trabajo para el desarrollo de la Congregación: al problema de la escasez de personal se agregaba el de la delicada posición psicológica de su primer consejero y ayudante, completamente adversa al plan de expansión y de asunción de nuevas responsabilidades. “El P. Pensa escribe desde Venecia -le confiaba Don Orione, con cierta alarma, al P. Dondero- que el P. Sterpi está agotado, y que tiene miedo que caiga en la cama y que la demora de un mes en volver, podría ser causa ‘de una incalculable pérdida’. ¡Dios mío!”.9

En realidad, refiriéndose al principio de avanzar se-gún las propias posibilidades –principio usado por las personas que, entre creatividad y prudencia, dan pre-feriblemente la precedencia a la segunda–, había algo que no cuadraba en aquella apresurada ampliación de las fronteras de una actividad que tenía sus grandes pro-blemas para mantener el statu quo.10

8 Carta del P. Sterpi, 25 de diciembre de 1921 (Scritti.St. 4, 226).9 Carta al P. Carlos Dondero (Scritti 29, 50).10 NdE: Estado de cosas en un determinado momento (Diccionario de

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2. eL primer viaje a LatinoamériCa: “¡La virgen es-taba aLLá, Como esperándome!”

Eran seis las nuevas prometedoras flores que apare-cieron imprevistamente en el jardín de la Pequeña Obra de la Divina Providencia:

17. Colegio Dante Alighieri, en Tortona18. Colonia agrícola en Rafat (Palestina)19. Casa de Preservação, en Río de Janeiro20. Iglesia de Nossa Senhora Achiropita,

en San Pablo (Brasil)21. Instituto de reeducación,

en Marcos Paz (Argentina)22. Iglesia de Nuestra Señora de la Guardia,

en Victoria (Argentina),pero no había la misma proporción en el aumento de personal para asegurarles un armonioso crecimiento.

En 1921 fueron ordenados otros 6 nuevos sacerdotes, llevando el número a 37. De aquel número, sacando a P. Cribellati, promovido a Obispo y al P. Dondero, que continuaba su apostolado fuera de la comunidad, los principales encargados para sostener la responsabilidad de las obras de la Congregación, quedaban 35. El pro-medio de las presencias había bajado prácticamente a 1 y ½ por casa.

Don Orione, no había hecho este tipo de cálculos. El mes, advertido por P. Pensa para evitar un irreparable

la Lengua Española, 2019).

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colapso de la salud del P. Sterpi, no le bastaba para dar una mínima consistencia a todas las actividades promo-vidas.

Era prematuro escribir a Tortona y a los sacerdotes más ancianos de las varias casas, para que ayuden y ani-men al P. Sterpi en su extenuante esfuerzo, asegurando que todo se resolverá de la mejor manera para el bien de la Congregación. ¿No tenía la Pequeña Obra, la Virgen misma como celestial fundadora? Don Orione había ya tenido un claro signo de que, sobre sus pasos, velaba la Reina del Cielo.

Había partido casi en la víspera de la novena a la Virgen de la Guardia, con el dulce recuerdo de las fies-tas marianas celebradas en los dos años precedentes, después del voto de levantar en honor a la Virgen un Santuario en Tortona (1918); ¿no habría hecho alguna cosa por Ella también en el nuevo mundo? Esta advoca-ción de ‘Nuestra Señora de la Guardia’ (dado su amor al Papa) era como un homenaje al pontífice genovés Be-nedicto XV, que había dado el título de Basílica al San-tuario de la Guardia sobre el Monte Figogna. De hecho, llegado Don Orione a la Argentina, cuando le fue ofre-cida la Iglesia de Victoria, “había pensado en dedicarla a la Virgen de la Guardia”.11

Grande fue su emoción cuando, abierta la Iglesia, se encontró “la imágen –¡y esa imagen!- de la Virgen de la Guardia con su Benito Pareto. ¡PARECÍA QUE ME ESPERA-

11 Carta a Mons. Malfatti, rector del Santuario de la Virgen de la Guar-dia en el Monte Figogna (Scritti 9, 19).

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BA! Tenía mucho dolor de dientes, y de inmediato desapare-ció”.12 Y con el dolor de dientes, también desaparecieron las dudas por la salud del P. Sterpi, y pudo quedarse en Argentina y Brasil por otros cinco o seis meses, y dar inicio a aquellas obras bajo este reconfortante signo.

3. segundo viaje de don orione a LatinoamériCa

En junio de 1922, al final de su primera visita en Latinoamérica, Don Orione, antes de volver a Italia, ha-bía programado un pronto regreso al Nuevo Mundo.13 Con la muerte de Mons. Silvério Gomes Pimenta, Ar-zobispo de Mariana –arquidiócesis donde se encontraba la casa de Mar de España–, perdió un importante inter-locutor, pero no la razón del viaje, que en noviembre, era tenido todavía por cierto. Lo habría realizado con un notable compañero, el P. Semería.14 Algunos meses después se cambió la fecha a marzo de 1923.15

Siendo descartado aquel plan, la partida es re pro-gramada para los primeros meses del 1926,16 y después

12 Carta al P. Risi, 15 de diciembre de 1921 (Scritti 6, 191).13 “Espero que Dios me permita volver a Brasil en noviembre” (A Mons. Silvério Gomes Pimenta – Scritti 64, 130).14 El 27 de noviembre escribía al P. Zanocchi: “Vendrá conmigo a Latinoamérica el Padre Semeria” (Scritti 1, 58).15 El 9 de febrero de 1923 escribía al P. Franzé: “Dentro de un mes contaría con volver a Latinoamérica” (Scritti 43, 204).16 “A principios de 1926 espero volver a Brasil y Argentina” (al P. Casa – Scritti 29, 172).

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para el año 1929:17 pero, por un motivo o por otro, la po-sibilidad del viaje no se presentaba, mientras sí era cada vez más necesaria una visita, sea para afianzar las obras existentes, o que estaban surgiendo, como para no dejar caer ocasiones favorables de un generoso desarrollo de la Congregación en Latinoamérica...

3. 1. Obras comenzadas en Latinoamérica entre el primer y segundo viaje

En el nuevo mundo no se había mantenido –y , del resto, no se lo podía mantener– el mismo ritmo de expansión, después de las primeras esperanzadas fun-daciones. De hecho, dos de las cuatro, abiertas por don Orione habían sido dejadas.

En 1924 llegaba, con dolorosa sorpresa, la noticia del retiro del instituto de Preservação de Río de Janeiro: “recién ahora me llega una carta, donde se dice que nos hemos retirado de la casa de Preservação. Nadie me escribió nada de esto”,18 se quejaba con el P. Mario Ghiglione.

Tres años después, en 1927, el abandono de Marcos Paz era comentado con cierta esperanza: “Paciencia en que el P. Contardi deba dejar Marcos Paz. Nosotros volveremos y tendremos la libertad de hacer el bien a aquellos pobrecitos”19. De hecho no faltaban Obispos e Instituciones que nos pedían gestionar obras ya en marcha o nos pedían nue-

17 “En 1929 iré a Argentina” escribía el 15 de noviembre de 1928 al P. Zanocchi (Scritti 1, 92).18 Carta con fecha 24 de septiembre de 1924 (Scritti 29, 211).19 Al P. Zanocchi, con fecha 23 de enero de 1927 (Scritti 1, 85).

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vas fundaciones. A los pedidos de Argentina y Brasil, también se suman otros de Uruguay, y para reemplazar las dos casas dejadas, se abrieron unas diez casas.

Tres se habían abierto en esta última nación. En 1924 el arzobispo de Montevideo, Mons. Aragone, ha-bía ofrecido una “casa y dinero”,20 para que fuese abierto un patronato obrero en aquella capital; deseo realizado en 1929.21 El año siguiente hubo largas tratativas para asu-mir la gestión de la actividad propuesta por el Dr. Perea y compañeros en La Floresta; también aquello felizmen-te concluido en ese año (1930).22 De hecho, en abril de 1932, se aceptó la iglesia de San Carlos23 en Montevideo. Hubo un movimiento, y esto hacía prever un futuro es-peranzador.

Un desarrollo un poco más modesto, tuvo lugar también en Brasil. Mientras hacía tratativas por la ges-tión del instituto de Preservação en Río de Janeiro, Don Orione programaba “abrir en Río, rápidamente, otra casa que sea de nuestra propiedad, a diferencia del instituto de Pre-

20 Carta al P. Sterpi, con fecha 9 de julio 1924 (Scritti 15, 94).21 “Deseo que abran inmediatamente la Casa de Montevideo” (al P. Zanocchi, con fecha 15 de noviembre de 1928 – Scritti 1, 92).22 “Estoy muy contento de haber tomado la obra en La Floresta. Ha-remos el Santuario, el Noviciado, una Colonia agrícola y una Casa para Ejercicios espirituales” (al P. Zanocchi, con fecha 26 de diciembre de 1929 – Scritti 1, 112).23 “He escrito al P. Montagna para que vaya inmediatamente al Arzo-bispo y acepte la Iglesia de San Carlos de Montevideo” (al P. Zanocchi, el 24 de abril de 1932 - Scritti 1, 156).

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servação”.24 Así, en 1924, dejado el instituto que tenía-mos en gestión, se abrió la nueva casa25 en Gavea. En los primeros días de enero de 1929, se nos ofrecía, y fue aceptada, “una nueva casa con Iglesia, que es parroquia” en Niteroi.26 Don Orione planificaba abrir el primer novi-ciado de Latinoamérica.27 Enviaba “un sacerdote verdade-ramente bueno, para que haga de Maestro” y interpelaba al P. Zanocchi: “y ustedes, ¿cuándo abrirán en Montevideo o en Argentina el noviciado de ustedes?”.28

En Argentina, si bien todavía no se había abierto el noviciado, la Congregación había tenido el mayor desa-rrollo. Sin tener en cuenta de los ofrecimientos que no

24 Al P. Sterpi, en fecha 22 de septiembre de 1921 (Scritti 14, 104).25 “El P. De Paoli me escribe de la nueva Casa en Río, de nuestra propiedad” (al P. Zanocchi, en fecha 9 octubre de 1924 (Scritti 1, 75).26 “Es ofrecida por el Obispo, en uno de los mejores lugares, sobre el mar. Haremos el Noviciado de Brasil” (a Mons. Cribellati, en fecha 21 de enero de 1929 – Scritti 65, 62).27 NdE: en realidad, en Niteroi se abrió un Colegio Apostólico o semi-nario (casa de formación), pero no estrictamente un Noviciado (cf. Pe. Genesio Poli, fdp, Dom Orione e o Brasil, Direção da Provincia-Sul, San Paulo, 1990, 139-142. La Casa de formación funcionó desde el 24 de abril de 1930 al 2 de marzo de 1939; Ibíd., 149).28 Carta del 31 de julio de 1930 (Scritti 1, 124).

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fueron aceptados,29 habían surgido otras cinco institu-ciones.30

La primera –para asistencia de los hijos de pesca-dores, en mayoría de origen italiano– fue inaugurada, con sede provisoria, el 19 de marzo 1924, en el Puerto de Mar del Plata, asumiendo la construcción y gestión de la iglesia y colegio Sagrada Familia, por cuenta de las Damas Vicentinas.31

La segunda tiene su inicio en julio de 1927. Justo en aquellos días en los cuales la Iglesia de N. S. de la Guardia en Victoria, era elevada a parroquia y con el P. Zanocchi nombrado su primer párroco.32 Las Damas Vicentinas nos asignaban en Nueva Pompeya (Buenos Ai-res), un edificio para un Oratorio y Post Escuela que con el tiempo sería sede de una nueva Parroquia (1933) “cuya titular será la Divina Providencia”; parroquia que el P. Contardi aceptó sin hacer nada por el terreno en el cual hay que “edificar la Iglesia y la casa parroquial”.33 Comen-zar este nuevo desafío, de este modo, suma otra preo-

29 Carta con fecha 31 de julio de 1930 (Scritti 1, 124). “Sería bueno que el P. Montagna fuera a ver la Casa ofrecida en Córdoba” escribía al P. Zanocchi el 28 de febrero de 1923; y el 24 de 0ctubre de 1929, siempre al P. Zanocchi: “Vayan a ver el ofrecimiento de la Iglesia, Casa y Colonia agrícola, en provincia de Santa Fe; en esta provincia hay muchos piamonteses. ¿No se podrá hacer el bien allí?”.30 NdE: Ellas son: Puerto de Mar del Plata, Nueva Pompeya, Lanús (hoy, Villa Domínico), Tres Algarrobos y Mar del Plata (San José).31 Historial sobre la Iglesia y el Colegio ‘La Sagrada Familia”. ADO, Roma, R.III.16.32 Scritti 51, 191.33 Scritti 19, 48.

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cupación: “me apena que el P. Contardi se haya embarcado en la nueva fundación de Nueva pompeya. Es un hijo santo, pero un poco facilón y a veces superficial”,34 escribía Don Orione; pero el dado había sido arrojado y, aunque sea en una condición un poco precaria, la nueva parroquia dará sus primeros pasos.

El tercer compromiso fue la asunción de la ges-tión de la casa de Lanús.35 En un primer momento Don Orione había negado el permiso de poner interés en esa casa, para no vincularse “demasiado con las vicentinas”36 (...) dado que por el momento es una obra de ellas”.37

El 22 de septiembre de 1930 concedía que se con-cluyeran las tratativas, pactando que “la casa de Lanús sea un verdadero y propio Pequeño Cottolengo. Que no sea para tuberculosos, ni se admitan tísicos, dada su pequeñez”.38 Con el objetivo de abrir dicha actividad, la casa se confía par-ticularmente a las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad.39

34 Carta al P. Zanocchi, el 17 de septiembre de 1927 (Scritti 1, 89).35 NdE: Hoy llamada “Villa Domínico”.36 NdE: Don Orione está haciendo notar que ya eran obras de la Vicen-tinas el Puerto de Mar del Plata y Nueva Pompeya (en Capital Federal).37 Carta al P. Zanocchi, 3 de diciembre de 1929 y 7 de enero de 1930 (Scritti 1, 110 y 115).38 Carta al P. Zanocchi (Scritti 1, 126).39 NdE: Con este fin las 6 primeras Hermanas llegaron a Buenos Ai-res el 22 de diciembre de 1930. Se establecieron en febrero de 1931 en Villa Domínico, en el Asilo San Vicente de Paul. Permanecieron allí nueve meses, colaborando en la enseñanza catequística y dando clase de manualidades. Por falta de medios y alguna desinteligencia con las Vicentinas que deseaban otra obra, no se pudo abrir el Cottolengo para

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En diciembre de 1931 fue el turno de la cuarta ca-sa,40 “en las pampas... ¿No hay ninguna de ustedes, que quie-ra ser misionera?”41, escribía Don Orione a las hermanas del asilo de San Oreste. Partieron de hecho otras cuatro hermanas para la Argentina, y en Cuenca, localidad de Tres Algarrobos, se abrió el colegio “San José” (para va-rones), el colegio “Santa Catalina” (para mujeres) y la Iglesia pública “San José”.

La quinta y última institución que surgía el 19 de marzo de 1932 en Mar del Plata, que dependía de la co-munidad del puerto de Mar del Plata. “Estoy contento que el día de San José se bendiga la Iglesia dedicada a él en Mar del Plata”.42 La Iglesia, que más adelante tendrá al lado un

el cual Don Orione las había enviado, y se retiraron en noviembre de ese año. La casa fue restituida y quedó cerrada. La partida de un segundo grupo de Misioneras tuvo lugar el 6 de junio de 1931, desde Génova. El 20 de junio de 1931, las Hermanas comenzaron su misión en Uruguay (Montevideo), en el Seminario Diocesano. Luego abrían un Orfelinato en “La Floresta”, departamento de Canelones, el 3 de junio de 1933; hoy escuela primaria “Nuestra Señora de las Flores”. En Argentina, el 29 de junio de 1931, festividad de San Pedro y San Pablo, se abría en Buenos Aires (barrio de Floresta), la casa “Madre de Dios y San Joaquín y Santa Ana”, con taller de costura; hoy Casa Provincial. El 8 de noviembre, to-maban posesión de la “Casa de los Centros Catequísticos”, en la capital de Buenos Aires; hoy Escuela primaria con el nombre de “Instituto Don Orione” (en el barrio de Congreso). El 27 de diciembre, en Tres Algar-robos, provincia de Buenos Aires, habrían el taller de costura y Escuela primaria “Santa Catalina”.40 NdE: La piedra fundamental de esta obra se había colocado el 25 de enero de 1931.41 Carta con fecha 25 de febrero de 1931 (Scritti 39, 108).42 Carta al P. Zanocchi el 24 de april de 1932 (Scritti 1, 156).

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gran colegio, y elevada a parroquia (1942), será un cen-tro propulsor de actividad especialmente para la juven-tud, pero para dar un marcado impulso se necesitaba de la intervención directa del fundador.

En el intervalo entre los dos viajes de Don Orione a Latinoamérica, se trabajó mucho pero, tanto por el es-caso personal como, en algún caso, por la falta de prepa-ración, las obras no habían alcanzado su pleno desarro-llo. “Eran brotes –escribe Papasogli– plantados y crecidos al estilo orionita, pero sin el impulso directo, personal, de Don Orione, y la carencia se hacía sentir. No se tambaleaban, pero llevaban impresa en el tronco o en las hojas, como un símbolo invisible, la ausencia del Fundador”.43 Don Orione, luego de tres proyectos de viaje, el 24 de septiembre de 1934, se embarca con destino a Argentina.

3. 2. Obras que surgieron en el segundo viaje de Don Orione a Latinoamérica

En 1934 Don Orione podía finalmente realizar el tantas veces programado retorno a Latinoamérica. La partida –a pesar de las preocupaciones y dolores, por otros motivos– tenía el consuelo de que, esta vez, la dis-ponibilidad de personal religioso era superior a la canti-dad con la que contaba en el viaje de 1921.

El número de sacerdotes, de 37 pasó a 112; y mien-tras en 1921 no había seminaristas de votos perpetuos,

43 Giorgio PaPasoGli, Vida de Don Orione, Buenos Aires, Pequeña Obra de la Divina Providencia, 2006, 320.

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ahora había 45 y los seminaristas de votos temporales se habían cuadruplicado: de 74 pasaron a 351.

El 9 de octubre de 1934, vísperas de la apertura del Congreso Eucarístico Internacional, Don Orione llegaba a Buenos Aires y allí fijaba su residencia. En el trienio de permanencia en Latinoamérica, realizará paternas visi-tas de consuelo y animando a los cohermanos de Brasil y de Uruguay,44 pero casi exclusivamente, su actividad se centrará en Argentina. Allí dará vida a una decena de nuevas instituciones.

Durante el primer viaje estaba la Virgen de la Guar-dia en la Iglesia de Victoria para abrir las puertas de la Congregación en la Argentina. Durante este segundo viaje la Virgen también estará especialmente presente con el ofrecimiento del Santuario de Itatí. Solo un mes después de haber puesto un pie en tierra Argentina, Don Orione escribía al P. Sterpi: “el Nuncio, en acuerdo con el Obispo del territorio en el cual se creará una nueva dióce-sis,45 nos ha confiado uno de los Santuarios de la Argentina. Se necesitarán al menos dos sacerdotes”.46

44 También hará un viaje a Chile, del 30 de enero al 6 de febrero de 1936.45 NdE: En verdad, la diócesis de Corrientes ya había sido creada en 1910. En 1933 fallece su Obispo, Mons. Luis María Niella. Su sucesor, Mons. Francisco Vicentín, fue nombrado en septiembre de 1934, pero tomó posesión en marzo de 1935. Con ocasión del Congreso Eucarístico fueron creadas varias diócesis en Argentina, y varias de ellas estaban a la espera de que los Obispos nombrados tomaran posesión. Tales situa-ciones pudieron provocar el error de Don Orione cuando dice “se creará una nueva diócesis” refiriéndose a Corrientes.46 Carta fechada el 17 de noviembre de 1934 (Scritti 18, 24). Luego

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En la espera de ultimar los trámites por Itatí, se presentaba, el segundo signo providencial y la posibi-lidad de hacer cumplir un vivo deseo de Don Orione: trasplantar, también en este nuevo continente, las flores más expresivas de su caridad.

La primera es el noviciado en el edificio “San Vi-cente de Paúl” que las Damas Vicentinas le ofrecen en diciembre de 1934,47 ubicado “a las puertas de Buenos Aires”.48 Allí dará inicio a la primera casa de formación en Argentina. Así se lo expresaba el mismo Don Orio-ne al P. Sterpi: “El 1º de enero celebraré la Misa en el casa del noviciado, en Lanús, y allí dejaré en Santísimo Sacramento; el 7 comenzaremos los Ejercicios Espirituales para sacerdotes y seminaristas, y el 18 de enero, fiesta de la Cátedra de San Pedro en Roma, abriremos en Argentina el primer noviciado, en for-ma canónica, con la plena aprobación y bendición, tanto de Su Excelencia el Arzobispo [de La Plata] como del Nuncio Apos-tólico. Deo gratias!”.49 Y el 1º de abril de 1935 comienza a funcionar también una escuela primaria gratuita.50

precisará: “Es uno de los cinco principales Santuarios de la Virgen en Argentina” (Scritti 19, 266).47 NdE: Se trata de la misma casa en la cual habían estado las herma-nas hasta noviembre de 1931. Las Vicentinas, no pudiendo afectar el edificio para otra actividad, lo mantuvieron cerrado hasta este momento en el cual se la ofrecen formalmente a Don Orione.48 NdE: Hemos agregado esta referencia, dado que el autor no refiere a la apertura de esta presencia, como casa de formación.49 Carta al P. Sterpi del 28 de diciembre de 1934 (Scritti 18, 40). Cf. Facundo Mela, Historia de los Inicios del Colegio San Vicente de Paul 1924-1949, Buenos Aires, Colegio San Vicente de Paul, 2016, 8.50 Cf. Ibíd., 12 (Scritti 95, 112).

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El 23 de febrero de 1935 escribía: “una señora rica me da 20 hectáreas de terreno a las puertas de Buenos Aires para hacer el Pequeño Cottolengo Argentino. El nuncio se interesó por el proyecto. Ayer el arzobispo de Buenos Aires me dio la más amplia bendición a mi y a la obra”.51 Igualmente para la inauguración y puesta en funcionamiento de esta obra faltara casi un año y medio. Pero, mientras tanto, entre 1935 y 1936, surgirán otras seis nuevas instituciones.

La siguiente, en línea con las preferencias del fun-dador, será un Pequeño Cottolengo, que se abrirá en Avellaneda. Don Orione había ya visitado, durante su primer viaje, el edificio que resultara ser la sede: una casa, “que era habitada por dos comunidades de hermanas” que la habían dejado porque “se encontraban a disgusto”, escribía y continuaba a modo profético: “quizás es que Dios no había llevado a aquellas buenas hermanas a un lugar más adecuado para prepararle a los Hijos de la Divina Provi-dencia un lugar adaptado a nuestro origen humilde y pobre”.52 La apertura se realizó el 2 de julio de 1935. En el día del aniversario de la apertura del primer oratorio en Torto-na, escribía al P. Sterpi: “en estos días he abierto el Pequeño Cottolengo en Avellaneda, en el mayor centro industrial de la Argentina, y por cierto el más grande centro de obreros, la ma-yor parte socialistas... Estoy contento que la Divina Providen-cia me haya conducido a abrir una casa de caridad en el cora-

51 Carta al P. Sterpi (Scritti 18, 65).52 Carta a Mons. Maurilio Silvani, con fecha 22 de febrero de 1922 (Scritti 64, 125).

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zón del socialismo y del comunismo argentino. Ahora entiendo porqué Dios me hizo hacer el noviciado en San Bernardino”.53

El año 1936 iniciaba con la toma de posesión del Santuario de Itatí. El proyecto era ir algunos meses an-tes: “En noviembre (1935) asumimos el Santuario de la Virgen de Itatí, a orillas del río Paraná que separa del Paraguay...” era la comunicación que tuvo con el P. Sciaccaluga.54 La fecha se pasó, para enero siguiente: “sábado 25 de ene-ro se tomará posesión del Santuario y de la Parroquia de Itatí. Nos acompañará el mismo obispo Mons. Vicentín, hijo de Vé-netos”.55

En marzo de 1936, la apertura del instituto de San Fernando: “nos han dado en propiedad un adecuado edificio con dos grandes patios y un poco de jardín en el centro de la ciu-dad de San Fernando, a pocos kilómetros, de nuestra parroquia de Victoria. Ha sido una verdadera providencia, una casa ayu-dará a la otra”.56 Y precisaba: “abriremos los seis años del ni-vel primario, todos para externos, y un buen oratorio festivo”.57

Con la apertura del nuevo año escolar también se iniciará la actividad en Rosario. “Vean que he tenido que aceptar –escribía al P. Sterpi– una casa en la ciudad de Ro-sario, que es la segunda ciudad de la Argentina. Es casi toda

53 Carta del 3 de julio de 1935 (Scritti 18, 114).54 Carta del 5 de septiembre de 1935 (Scritti 27, 238).55 Carta al P. Sterpi del 22 de enero de 1936 (Scritti. 19, 8).56 Carta al P. Sterpi del 21 septiembre de 1935 (Scritti, 1, 153).57 Carta al P. Sciaccaluga (Scritti 27, 237).

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de italianos e hijos de italianos. No pude decir que no tanto al Nuncio como al Obispo de Rosario”.58

A finales de este mismo mes Don Orione viajó a Rosario para recibir el Colegio. Escribía: “esta tarde parto para Rosario de Santa Fe, donde mañana el Obispo nos entre-gará el instituto y la capilla pública anexa, que erigirá ya en parroquia.59 Aquí tenemos todo el nivel primario completo. Son todos externos, todo gratuito; es decir nadie paga un centésimo. Ya hay 470 y podrían llegar a 700 y tambien a 1.000, en otro año, si tenemos aulas. La Parroquia es una gran familia italia-na; y también los alumnos, muchos son hijos de italianos”.60

En abril se encaminaba la situación de Nueva Pom-peya, donde el Arzobispo de Buenos Aires había creado la Parroquia sin tener terreno para el templo, designan-do como sede provisoria el asilo post escuela.

“Ahora hay una señora –escribía el 8 de abril Don Orione– que está dispuesta a ayudarnos. Se necesita agarrar las cosas al vuelo... Si la casa no se termina, mientras yo es-toy aquí no se terminará más”.61 La empresa, puesta en su justo cauce, arribó a buen fin, y la Parroquia “Nuestra Señora de la Providencia”, años más tarde, tuvo su templo.

“El 21 de mayo, a las 3 de la tarde”, fue la coronación de las realizaciones de 1936 con la “bendición e inaugura-ción del Cottolengo” en Claypole.62

58 Carta del 27 de diciembre de 1935 (Scritti 18, 212).59 Carta al P. Sterpi del 23 de marzo de 1936 (Scritti 19, 38).60 Carta al P. Sterpi del 30 de marzo de 1936 (Scritti 19, 39.61 Carta al P. Sterpi del 13 de abril de 1936 (Scritti 19, 48s).62 Carta al P. Sterpi del 13 de abril de 1936 (Scritti 19, 49).

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Había sido una celebración muy solemne el 28 de abril del año anterior (1935), la “bendición y colocación de la primera piedra”, con la presencia de las máximas auto-ridades civiles y religiosas.63 Después de la donación del terreno, la benefactora se comprometió también a cons-truir la Iglesia: “La señora que nos dio el terreno en Claypo-le, también abonará la construcción de la iglesia: 50 metros de largo por 22 metros de ancho. Será la primera Iglesia dedicada al Cottolengo. En Latinoamérica es seguramente la primera, y pienso que será la primera del mundo”.64

En 1937 hay un nuevo florecimiento de obras. A fi-nes de febrero la Congregación puede finalmente traba-jar en “una verdadera tierra de misión”,65 en Sáenz peña, en el Chaco. “Allí solo hay escuelas, cines, casas de jue-gos y de mal, algunas iglesias protestantes, la sinagoga; pero no hay ni sacerdote ni iglesia católica; solo un salon que hace de capilla, pero sin sacerdote”.66 “Como altar usan tres tablas apoyadas sobre dos caballetes: falta el misal; no hay sacristía, no hay cocina. La ciudad tiene unos 20.000 pa-rroquianos y otros 10.000 están esparcidos y se necesitan horas de auto para encontrarlos: una fracción se llama: Colonia del Diablo”.67 “Allí mueren como perros”.68

63 Carta al P. Sterpi del 1º de mayo del 1935 (Scritti 18, 89).64 Carta al P. Sterpi del 13 de abril de 1936 (Scritti 18, 138).65 Carta al P. Tessari, el 7 de febrero de 1937 (Scritti 51, 65).66 Carta al P. Contardi del 6 de febrero de 1936 (Scritti 25, 197).67 NdE: Don Orione se equivoca, pues en realidad la localidad se llama “Pampa del Infierno”.68 Carta a Dolores Cobo de Marchi di Celere del 6 de febrero de 1937 (Scritti 51, 249 y 51, 245).

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Hubo dificultades para aceptar aquella presencia, porque el Padre visitador no permitía que se abrieran nuevas casas. Fue el mismo Arzobispo de Santa Fe quien escribió al Abad Caronti “una carta para explicarle cómo se llegó a este ofrecimiento (...) y cómo yo me encontré en una posición de no poder decir que no”.69

Sin embargo, en los primeros días de febrero, Don Orione destinaba al P. Enrique Contardi a Sáenz Peña, a donde llegaba en los últimos días del mes.70

Algunos días después, el 8 de marzo, Don Orio-ne escribe: “Tomé posesión de la casa de Tigre, que está en el centro de la ciudad, y donde espero se podrá hacer mucho bien. Por ahora es como la gruta de Belén”.71 Pronto tendrán allí sus actividades: el Oratorio y capilla semipública N.S. de Luján.

Casi contemporáneamente, con el comienza de un nuevo año escolar, iniciaba su actividad un nuevo cole-gio en Mar del Plata. El 8 de marzo Don Orione, en la misma carta con la cual comunicaba al P. Contardi la apertura de la casa de Tigre, agregaba: “He inaugurado el nuevo instituto para chicos pobres en Mar del Plata”.72 Ini-cialmente se pensaba llamarlo San José, como la Iglesia, que surge al lado, pero como en la ciudad hay otros ins-titutos con el mismo nombre, Don Orione le confiaba al P. Dutto: “quisiera que se llamase: colegio José Manuel Es-

69 Carta al P. Sterpi del 24 de febrero de 1937 (Scritti 19, 190).70 Cf. la precedente carta al P. Sterpi (Scritti 19, 190).71 Carta al P. Contardi (Scritti 25, 200).72 Carta al P. Contardi del 8 de marzo de 1937 (Scritti 25, 200).

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trada; un nombre que es un programa”, y dos días después, escribía: “llamen, sin más al colegio: colegio José Manuel Estrada”.73

De la última casa que Don Orione habría abierto antes de dejar Argentina – la casa de la calle Cochabamba (ciudad de Buenos Aires) – tenemos noticias del pedido di-rigido al arzobispo, Cardenal Santiago Copello: “reitero respetuoso pedido de poder ubicar en calle Cochabamba n° 566 algunos pobres ancianos, que creo será conveniente transferir de Avellaneda donde, por disposición del edificio no me parece lo suficientemente separados de las mujeres”.74 Pocos días des-pués de su regreso a Italia, recomendaba al P. Zanocchi: “trabaja silenciosa y activamente para poner en condiciones la casa de Cochabamba”,75 preocupado que se ponga en or-den, mas del lado higiénico –sanitario que del estruc-tural: “Hacer cerrar la casa de Cochabamba por una inspec-ción municipal es como hacer un deshonor a la familia que es la propietaria y sospecharan que la clausura la hemos provocado nosotros, sin duda nos sacarían también la casa”.76 Aparen-temente se encontró con más dificultades, y el 28 de diciembre Don Orione, desanimado, escribía: “entiendo que en calle Cochabamba no iremos más… Recibí carta del P. Gallone,77 donde me hace comprender que en calle Cochabamba

73 Cartas con fecha 4 y 6 de febrero de 1937 (Scritti 29, 229 y 230).74 Borrador de carta, sin fecha, al Cardenal Santiago Luis Copello (Scritti 51, 175).75 Carta del 6 de septiembre de 1937 (Scritti 1, 193).76 Carta al P. Zanocchi del 1º de noviembre de 1937 (Scritti 1, 212).77 NdE: Pbro. Ercole Gallone, Superior del Instituto Secular la Com-pañía de San Pablo y de la Obra del Cardenal Ferrari en Argentina en ese

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será imposible ir”.78 Sin embargo, también esta casa ten-dremos que elencarla entre las obras que quedan en es-pera de realización.79

3. 3. Obras en espera de realización y última inter-vención de Don Orione.

No todos los trámites, iniciados o programados por Don Orione, podrán ser llevados a término durante sus tres años en Argentina. Algunos verán su realiza-ción años después. Entre estos recordaremos:

La presencia de la Congregación en Mendoza. El 2 de febrero de 1936 don Orione había escrito al P. Za-nocchi: “Tendremos una casa, y tal vez dos, en el centro de Mendoza”.80

La primera sería “una casa para las hermanas, un Pequeño Cottolengo”.81 En el verano siguiente, Don Orione envía el personal esperado también para “asumir como propio el reformatorio de menores de Mendoza. Queda alguna dificultad, que espero pueda ser superada. De máxima

tiempo, fue luego presidente de la misma (1945-1956).78 Carta al P. Zanocchi (Scritti 1, 220).79 NdE: La obra del Cardenal Ferrari fundará el Hogar “Matilde Gol-pe de Naveira” el 18 de agosto de 1939, en Cochabamba 566 (cf. Inés coloMer, Pioneros de la Nueva Evangelización. La Compañía de San Pablo y la Obra Cardenal Ferrari en la Argentina, Buenos Aires, Com-pañía San Pablo, 2000, 40).80 Carta al P. Zanocchi del 2 de febrero de 1936 (Scritti 1, 165).81 Carta al P. Sterpi, del 22 de enero de 1936 (Scritti 19, 9).

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tengo siempre la mejor disposición”.82 Pero, no obstante las buenas disposiciones, por ahora no se podrá concluir la presencia83 en ninguna de las dos casas.84

Permanecen entre los deseos también las obras por realizarse en Chile, Perú, Bolivia y Mato Grosso.

La intención de hacer algo por Chile, Don Orione ya la había expresado durante el primer viaje. El 13 de di-ciembre de 1921 escribía al P.Cremaschi: “Quiero abrir alguna presencia también en Chile y en Bolivia, pero sería un general sin soldados”.85 Entre los motivos de su pronto re-torno a Latinoamérica, figura siempre también el ir a Chile: “9.2.23: Dentro de un mes cuento con volver a Lati-noamérica y llegar hasta Chile, donde me están esperando”.86

82 Carta a un Exc. Revma., del 7 de julio de 1936 (Scritti 67, 295).83 En el primer Elenco de los religiosos y de las Casas (1941) no apa-recen obras de la Congregación en Mendoza.84 NdE: “Aunque nuestro santo aceptó ambas proposiciones, éstas no pudieron concretarse debido a las graves dificultades por las que atra-vesaron la Obra y su Fundador por aquellos años. No olvidemos que eran tiempos de Guerra Civil en España, su Italia emprendía campañas militares en África y se avecinaba la Segunda Guerra Mundial. Don Orione tuvo que regresar a su país en el transcurso de 1937 y ya en el Viejo Continente no pudo disponer del personal necesario para llevar a cabo más emprendimientos en tierras lejanas. Será comenzada la década de 1940 cuando la Obra pueda establecerse en nuestra provincia” (Alba María acevedo, “Me detendré en Mendoza…”. Aportes para una Hi-storia de la Presencia de la Obra Don Orione en Mendoza y del colegio Padre Valentín Bonetti en el cincuentenario de su creación, Mendoza, SS&CC Ediciones, 2014, 53).85 Scritti 2, 210.86 Carta al P. Franzé (Scritti 43, 204).

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“28.4.25: En los primeros meses de 1926 espero volver a Brasil y a Argentina y llegarme hasta Chile”.87 Once días después de su arribo en Argentina en 1934 escribía al P. Sciacca-luga: “ayer vino aquí (Buenos Aires) una comisión para darnos una casa en Chile”;88 y al P. Sterpi: “Iré también a Chile y a Perú, invitado a plantar casas en la arquidiócesis de Santiago y de Lima”.89 Casi un año después hablaba ya de aceptación de obras: “Acepté dos casas en la capital de Chile: una para las hermanas y otras para nosotros. Iré a verlas en el viaje a Perú. Mientras que estoy acá, es necesario que vea bien todo y plante los cimientos, como dice el P. Zanocchi”.90

“Volverá a Chile en mayo –escribía el 11 de febrero de 1936- para dar comienzo al pequeño Cottolengo Chileno”(76). Pero tres meses después debía reconocer: “Esperaba dar inicio al Cottolengo de Chile, en Santiago, el 21 de junio, pero preveo que será casi imposible”.91 Y así fue, lamentablemente.

Desde hace tiempo, junto al proyecto de ir a Chile, estaba la intención de llegar hasta Perú.92 Esta idea se hace más firme en octubre de 1935: “Dada la insistencia que me hacen desde Lima, podría ser que vaya allí para el 23 de octubre; caso contrario, iré después, desde Chile”.93 No obs-tante estando todo preparado, aquella visita no pudo ser

87 Carta al P. Casa (Scritti 29, 172).88 Carta del 20 de octubre de 1934 (Scritti 27, 187).89 Carta del 26 de octubre de 1934 (Scritti 18, 19).90 Carta al P. Sterpi del 9 de septiembre de 1935 (Scritti 18, 143).91 Carta al P. Sciaccaluga, del 8 de mayo de 1936 (Scritti 27, 260).92 Cf. Scritti 18, 19; 9, 34 y 18, 143.93 Carta al P. Sterpi, del 12 de octubre de 1935 (Scritti 18, 174).

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efectuada: “el no haber ido todavía a Perú –mientras tengo todo pago, viaje, permanencia– llevará a prolongar por algunos meses más mi lejanía”.94 Perdida la esperanza de poder ha-cer aquel viaje, lo pone en programa para cuando haya vuelto de Chile: “no se si podré ir pronto a Perú. Deberé cier-tamente volver aquí (a Chile) otra vez, y entonces iré también a Lima”.95 A Chile no pudo regresar,96 y de Perú no se hizo más mención.

En 1921, el deseo de “abrir alguna tienda” era expre-sado también para ir hasta los confines de Bolivia.97 En mayo de 1926, había llegado una invitación del Nuncio Apostólico en Bolivia, para ir a aquella nación. En tal sentido, algunos pedidos fueron hecho por el Vaticano: “fui llamado a la Secretaría de Estado. También en el Vaticano me han hablado con insistencia”.98 Pero todo quedó ahí.

Con vivo entusiasmo y con mayor insistencia se ha-bía recibido el ofrecimiento de una misión en Brasil, en el Mato Grosso. Solo unos días después de su arribo a Buenos Aires escribía: “Acepté una misión en Brasil, en el Mato Grosso, entre los nativos, una zona de evangelización grande como dos veces Italia, donde los salesianos no están to-davía”.99 Del hecho estaba informado el P. Sterpi, al cual precisaba el 14 de diciembre: “en enero abriremos la misión

94 Carta al P. Sciaccaluga, del 23 de octubre de 1935 (Scritti 27, 244).95 Carta al P. Sterpi, del 31 de enero de 1936 (Scritti 19, 18).96 NdE: Para profundizar, véase: Angelo cantarutti; Gustavo valen-cia, Don Orione y Chile. Sueño e historia, Cerrillos, 2004.97 Cf. Carta al P. Cremaschi (Scritti 2, 210).98 Carta al P. Zanocchi, del 29 de mayo de 1926 (Scritti 1, 83).99 Carta al P. Sciaccaluga, del 20 de octubre de 1934 (Scritti 27, 187).

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del Mato Grosso”.100 La fecha de apertura fue posterga-da al 6 de marzo: “la misión del mato Grosso se abre el 6 de marzo, fiesta de San Marciano”.101 Comunicó también la noticia con entusiasmo a Mons. Bruno, de la Sagrada Congregación Consistorial, al Gral. Beaud y señora y al P. Adaglio,102 etc. Al primo Eduino le confió que, como misionero, “se entiende que iré yo primero”.103 La partida venía sucesivamente postergada y el 30 de septiembre de 1936 Don Orione escribía al P. De Paoli, encargado de preparar todo para el viaje: “por el momento (dado el nombramiento de un Visitador) creo en el Señor que se sus-penda toda próxima apertura de casa: Victoria, Mato Grosso, etc.”;104 por razones de fuerza mayor y el 28 de abril de 1937 le pedía: “de responder a Mons. Obispo del Mato Gros-so, por fuerza mayor, independiente de nuestra buena voluntad, que con mucha pena, no me es posible ahora, ni por un tiempo prolongado, mandar sacerdotes”.105 Y aquel buen sueño, por ahora, se desvanece.

En agosto de 1937 Don Orione volvía a Italia con al-gún intento de organización dejado en suspenso en La-tinoamérica. Durante los tres años de “exilio”106 del fun-dador, el número de religiosos había dado un buen paso hacia adelante. Habían comenzado a madurar los frutos

100 Scritti 18, 32.101 Carta al P. Sterpi, del 9 de febrero de 1935 (Scritti 18, 63).102 Cf. Scritti 90, 220; 41, 155; 5, 535.103 Carta del 16 de enero de 1935 (Scritti 40, 271).104 Scritti 29, 95.105 Scritti 29, 102.106 Cf. carta al P. Calegari del 4 de octubre de 1934 (Scritti 36, 147).

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de la campaña de las vocaciones de 1927. Hacia fines de 1937 el número de sacerdotes había subido a 124, y esta-ban próximos a ordenarse 65 seminaristas de votos per-petuos; los seminaristas de votos temporales eran 363, los ermitaños eran 3 y los religiosos hermanos eran 18. El número total de los religiosos. El número total de religiosos había llegado a la cifra de 573 miembros.

Sin embargo, estaba la disposición del Visitador de no abrir nuevas casas, y a Don Orione –aunque tenía las manos atadas en cuanto a nuevas fundaciones– se le ofrecían mayores posibilidades para reforzar las comu-nidades existentes, enviando personal jóven y bien pre-parado. En la operación de consolidación de las obras privilegió las casas de Latinoamérica con diversas ex-pediciones de Misioneros. El 11 de mayo de 1938, por ejemplo partían 14 buenos religiosos: 4 sacerdotes, 8 se-minaristas estudiantes de Teología y 2 religiosos herma-nos. De los que partieron; 3 fueron destinados a Brasil y 11 a la Argentina.107

El 11 de marzo de 1939 partía otra expedición, con otros 14 religiosos, alguno de los cuales fue destinado, esta vez, también a Uruguay.108 Esta expedición es digna de nota porque fue organizada solo con el permiso pre-sunto del padre visitador.

Don Orione tenía sus buenas razones para actuar así pero, conociendo su espíritu de obediencia, la inobser-

107 Carta al P. Zanocchi, del 5 de mayo de 1938 (Scritti 77, 140).108 Carta al Abad Emanuel Caronti, del 6 de marzo de 1939 (Scritti 83, 154).

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vancia de la disposición debe haberle costado mucho: sintió después la necesidad de disculparse con el Abad Caronti: “la situación me parecía de cierta urgencia, no solo para ayudar a aquellos hijos (...), sino también por otra razón, que mejor le diré verbalmente, los embarqué en el “Neptunia”, que saldrá de Nápoles el 11 de marzo confiando tener de Vues-tra Excelencia el consenso presunto, tanto más cuando se escu-cha que quieren suspender la emisión de pasaportes. Vuestra excelencia quiera disculparme si, en su ausencia, creí poder dis-poner así, en el Señor”.109

Quedará para la memoria la última expedición –programada para los primeros días de marzo de 1940–, porque a su organización Don Orione dedicó los últimos instantes de su vida. Debían partir 7 sacerdotes para la Argentina y los trámites para los pasaportes, dado el de-licado momento político, fueron muy complicados. Ha-bía sido enviado expresamente a Roma un sacerdote,110 para que siguiera personalmente esos trámites. Así se había llegado al 12 de marzo a la noche. Una vez que saludó al P. Humberto Terenzi (rector del Santuario del Divino Amor en Roma, que fue a San Remo por pedido del Padre Pío), hacia las 20 hs. de aquel día, Don Orione fue al escritorio para mandar al P. Zanocchi las últimas noticias:111 “en este momento recibo un telegrama de Roma que la partida (de los misioneros) fue aplazada”.

La demora, que podía representar un contratiempo no deseado, fue por el contrario recibido con alegría,

109 Cf. Ibíd.110 El P. Antonio Cardona.111 Cf. PaPasoGli, op. cit., 410.

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porque: “entonces hay tiempo para enviar también cuatro o cinco Hermanas” agregaba Don Orione y terminaba su escrito haciendo referencia a su estado de salud: “a mi escribanme siempre a Tortona; estaré por aquí algunos días, por orden médica, para recuperarme. Estoy bien”.112

Poco después se retiraba a su habitación, satisfecho por la buena perspectiva de los trámites para el viaje de los Misioneros. A las 22:45 hs. partía también él. Para el Cielo.

112 Scritti 1, 285.

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Anexo I

Carta inédita de Don Orione

Escrita desde Brasil, entre su 1ª y 2ª estadía en Argentina y dirigida a Mons. Simón Grassi (Obispo de Tortona)

+ ¡Almas y Almas!Mar de Espanha, 1º de enero de 1922

A mi querido y venerado Obispo y padre en Jesucristo (...)

Me estoy preparando para abrir la casa en San Pablo, y después, con la ayuda de nuestro Señor, regresaré a la Argentina… cuatro o, como máximo, en cinco días de mar y estaré allí.

Son pasos que los míos en Italia no los comprenden, y otros de allí junto con ellos tampoco los entienden, yo mismo no entiendo lo que estoy haciendo y lo que me está sucediendo aquí. Trato de rezar, y rezo más con el deseo y con el afecto del corazón, que como se reza nor-malmente. Luego, cada tanto, levanto los ojos a Nuestro Señor o a alguna imagen de la Santísima Virgen, y trato de desconfiar de mí y confiar en el Señor.

¡Veo y siento bien toda mi debilidad y de la pequeña Congregación, pero si nos arrojamos en Dios y lo busca-mos a Él y a las almas, siento que Él no nos dejará pos-trados, sino que nos levantará en su corazón, cuando

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Antonio Lanza

verá que nosotros, para amarlo y servirlo, quedaremos reducidos hasta no poder más! [...]

Pero a su Excelencia, como Obispo y como padre de mi alma… puedo decirle que algunas veces, después de haber rezado y de haberme abandonado en los brazos de la Divina Providencia, siento como una mano que pa-rece conducirme… ¡me parece que es la Santísima Vir-gen que me conduce, con amor, con amor, con amor!, que yo no sé cómo expresar. Y entonces tengo una gran paz en mi que me consuela. [...]

Y en estos actos de amor me parece verme obligado a vivir y a realizar obras que no son mías, y en una luz que inflama mi alma, y conducido de la mano de Aquella a quien no puedo nombrar sin llorar de ternura, por tanta misericordia de madre hacia mi alma. [...]

Entonces diré que muchas cosas también yo las en-tiendo poco, pero pienso que trabajo en el campo de la Divina Providencia, y por cuenta de Ella, y trato de avanzar en el Señor… y así voy adelante sin buscar otra cosa… [...]

¡Y me arrojo en Nuestro Señor Jesucristo crucificado, y deseo perderme en su corazón! ¡Y quiero perderme entre los brazos maternos de la Virgen Santísima! ¡Y quiero perderme en los brazos de la santa Iglesia de Je-sucristo, y del Papa y de los Obispos!

Sacerdote Orione de la Divina ProvidenciaScritti 45, 176-178

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Anexo II

Misioneros enviados por Don Orione a Latinoamérica de 1920 a 1940*

Año Nº Religioso/s misionero/s

19213 Luis Orione, M. Ghiglione, Secco

4 Arlotti, Gonzales, Menegoni, Basqetz

1922 5 Alferano, Castagnetti, Contardi, Montagna, Zanocchi

1923 1 Dutto

1924 5 Di Salvatore, Orzi, Putortí, Salvatori, Saponara

1927 2 Errani, Martinotti

1929 5 Anzolín, Colombo, Tassinazzo, Tiburzio, Torresan

1931 4 Aggio, Colombara, D’Attilia, Fragoli

1932 1 Gandini

* Datos consignados por el P. Humberto Zanatta (silanes, Jorge David; solavaGGione, Santiago Vicente, “Apertura y Misericordia: claves de la conversión misionera orionita”, en: Messaggi di Don Orione, 152 (2017), 26, nota 51).

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Antonio Lanza

1933 7 Cerruti, Colombano, Nardi, Rebora, Romualdo, Szimkus, Tessari

1934 9 Luis Orione, Cerasani, Dalla Costa, Felici, Lorenzetti, Punta, Silvi, Solano, E. Tonoli

1936 4 Brusaterra, Morelati, Pavoni, Varetto

1937 7 Garuffi, Genovese, Laganá, Mattei, Morlupi, Pirazzini, Vigo

1938 4 Bormini, Corazza, Galimberti, Tonatto

1939 9 Bonifaci, Colombara, Cont, D’Attilia, Garbelli, Ghio, Giordano, Iorizzo, Lingua

1940 7 Cabri, Carradori, Falappi, Fijalkowski, Kisilak, Pancheri, R. Tonoli

77 religiosos misioneros en total

«¡Qué hermoso subir al altar, recibir la bendición del Papa,

ir corriendo a saludar a la familia y luego, si el pasaporte está listo,

partir para las misiones!...»Don Orione

Última “buenas noches” Tortona, 08.03.1940 (Parola 12, 134)

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Anexo III

Bibliografía para profundizar en los viajes de Don Orione

y en la historia de las primeras casas en Argentina, Uruguay y Chile*

1. LIBRoS Y ARTÍCULoSALpeggIAnI, Luis, “El Padre Provincial nos cuenta cómo llegó

Don Orione a Montenideo. 11-12 de noviembre de 1921”, en: Boletín de la Pequeña Obra en Uruguay, número especial Don Orione Beato (1980), Escuela de Artes Gráficas Don Orione, Montevideo.

ACevedo, Alba María, “Me detendré en Mendoza…” Apor-tes para una Historia de la Presencia de la Obra Don Orione en Mendoza y del colegio Padre Valentín Bo-netti en el cincuentenario de su creación, Mendoza, SS&CC Ediciones, 2014.

–––, «“Me detendré en Mendoza…”. Apuntes para una his-toria de la presencia orionita en la ciudad (1936-1948)», en: Épocas 7 (2013), 97-131.

ALAmedA, Julián, Argentina Católica, Buenos Aires, Padres Benedictinos, 1935.

* Elaborada por el Hno. Jorge silanes y el P. Santiago solavaGGione (miem-bros del Equipo Coordinador del Grupo de Estudios Orionitas - GEO, Pro-vincia “Nuestra Señora de la Guardia” - Buenos Aires, Argentina).

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Antonio Lanza

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–––, Donde no corren los caballos. 1º Jornadas de Historia “Don Orione, hombre, sacerdote y santo”, Buenos Ai-res, Dunken, 2011.

FoRneRod, Fernando Héctor, Los Curas del puerto. Aportes para una historia de la Obra Don Orione en el puerto y en San José de Mar del Plata, Buenos Aires, San Be-nito, 2014.

–––, Edifiquen a Jesucristo en la vida de los jóvenes: Don Orione en Rosario. Apuntes para una historia de la Pa-

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Antonio Lanza

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en el Uruguay.mARá, María Tamara, Historia del Cottolengo de San Mi-

guel, agosto 2018.meLA, Facundo, “Estoy en Itatí, bajo la mirada de María San-

tísima…”. La presencia orionita en Itatí (1934-1950).–––, La amistad se hizo caridad. Inicios de la Obra Don

Orione en San Francisco.meLA, Facundo; qUevedo, Aníbal, ...Que la buena semilla de

Don Orione llegue a Tucumán, con prólogo del Cardenal Luis Héctor Villalba (Arzobispo emérito de Tucumán).

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SILAneS, Jorge David, Cronología de la Vida y Obra de San Luis Orione, actualización 2019.

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zAnATTA, Humberto, Apuntes para una historia de la Peque-ña Obra de la Divina Providencia en la Argentina.

–––, Don Orione y América Latina, “80 años de la Obra Don Orione” 1922-2002.

“¡Olvídese de la Argentina!”, se sintió obligadoa decirle el Padre Sterpi a Don Orioneen momentos de grandes angustiasy necesidades en Italia.Pero ya era tarde.El santo Fundador acababa de desembarcarpor primera vez en Buenos Aires,el 13 de noviembre de 1921.Luis Orione era conciente de la situaciónen la Congregación: “son pasosque los míos en Italia no comprenden”.Y confiado en la Divina Providencia,avanzó en su misiónde ampliar los horizontesdel bien y de la caridaden tierras latinoamericanas.

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