esculturas grecorromanas

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RETRATO CLASICO: Grecorromano Tuvo sus raíces en el último helenismo , periodo en el cual se avanzó en la individualización de los retratos . Una segunda raíz la encontramos en los retratos funerarios etruscos (siglos VII y VI a.C.). Una tercera fuente estaría en una costumbre típicamente romana llamada imagines maiorum , costumbre de la clase patricia de hacer máscaras de cera de sus difuntos, para conservarlas en sus casas y llevarlas en las ceremonias religiosas funerarias, éstas máscaras se realizaban en bronce u otros materiales. Los retratos del mundo griego eran casi exclusivamente de varones y mujeres famosas , de personas que habían ganado reputación como atletas, poetisas, filósofos, gobernantes y oradores. Carecían de un tono fuerte, enérgico y decidido. Los retratos romanos podían ser de cualquier persona que tuviera medios , relaciones familiares o una cierta distinción para poder encargarlos. La gente de Roma quería la imagen precisa de una determinada persona. Bajo la influencia del arte griego, los escultores que trabajaban para los romanos modificaban muy a menudo su estilo de retrato y hacían que sus personajes parecieran más bellos o más poderosos de lo que realmente eran , pero sin sacrificar sus características particulares. Buscaron plasmar, no sólo el físico, sino también el alma, el carácter . Llegaron así, al retrato sicológico. La gloria de la escultura romana fue, indudablemente, el retrato. El retrato romano tiene su origen en el arte etrusco, en el mundo griego helenístico y en las imágenes mayorum, (máscaras en cera de los muertos que se guardaban en las casas para rendirles culto y sacarlas en procesiones) Cultivaron el retrato de cuerpo entero —de pie, sentado (sedente) o a caballo (ecuestre)—, o sólo de la parte superior del cuerpo; es decir, en busto.

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RETRATO CLASICO: Grecorromano

Tuvo sus raíces en el último helenismo, periodo en el cual se avanzó en la individualización de los retratos. Una segunda raíz la encontramos en los retratos funerarios etruscos (siglos VII y VI a.C.).

Una tercera fuente estaría en una costumbre típicamente romana llamada imagines maiorum , costumbre de la clase patricia de hacer máscaras de cera de sus difuntos, para conservarlas en sus casas y llevarlas en las ceremonias religiosas funerarias, éstas máscaras se realizaban en bronce u otros materiales.

Los retratos del mundo griego eran casi exclusivamente de varones y mujeres famosas, de personas que habían ganado reputación como atletas, poetisas, filósofos, gobernantes y oradores. Carecían de un tono fuerte, enérgico y decidido.

Los retratos romanos podían ser de cualquier persona que tuviera medios, relaciones familiares o una cierta distinción para poder encargarlos. La gente de Roma quería la imagen precisa de una determinada persona.

Bajo la influencia del arte griego, los escultores que trabajaban para los romanos modificaban muy a menudo su estilo de retrato y hacían que sus personajes parecieran más bellos o más poderosos de lo que realmente eran, pero sin sacrificar sus características particulares. Buscaron plasmar, no sólo el físico, sino también el alma, el carácter. Llegaron así, al retrato sicológico.

La gloria de la escultura romana fue, indudablemente, el retrato.

El retrato romano tiene su origen en el arte etrusco, en el mundo griego helenístico y en las imágenes mayorum, (máscaras en cera de los muertos que se guardaban en las casas para rendirles culto y sacarlas en procesiones)

Cultivaron el retrato de cuerpo entero — de pie, sentado (sedente) o a caballo (ecuestre)—, o sólo de la parte superior del cuerpo; es decir, en busto.

En los primeros tiempos, y hasta la época de Augusto, el busto sólo comprendía hasta el cuello; en el siglo II son frecuentes retratos de media figura. Aunque en la actualidad han perdido el color, normalmente eran policromados hasta el siglo II.A partir de entonces, fueron monocromos. El material más común fue el mármol, aunque también se utilizó el bronce.

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EVOLUCIÓN DEL RETRATO GRECORROMANO

Escultura de la Antigua Grecia

La escultura de la Antigua Grecia alcanzó el ideal de la belleza artística hasta donde pudo llegar por sí solo el ingenio humano. Aunque Grecia floreció en todas las Bellas Artes, ninguna le distingue tanto como la escultura.

Cultivó el arte de la Antigua Grecia todos los géneros de escultura, adoptando con predilección el mármol y el bronce como material escultórico y tomando como asuntos principales los mitológicos y los guerreros a los cuales añadió en su última época el retrato de personajes históricos.

Forman su característica en los mejores tiempos del Arte (los de Fidias) la expresión de la realidad idealizada, la regular proporción orgánica, el alejamiento de lo vago y monstruoso, la precisión en los contornos y detalles, la armonía y belleza en las formas y la finura en la ejecución.

División de la escultura

Suele dividirse la escultura griega en cuatro periodos históricos bien delimitados a los cuales precede el protohistórico1 o minoico y micénico (desde el año 3000 al 1100 a. C. aproximadamente) un arte rudimentario pero lleno de vida y movimiento que modeló el barro y trabajó la piedra, el marfil, el hueso e incluso el oro, el plomo y el bronce, produciendo relieve, grabados, entalles mitológicos en piedras finas y pequeñas estatuas e idolillos.

Los cuatro períodos arqueológicos que tras un prolongado silencio artístico siguieron al micénico se distinguen del siguiente modo: 

Retrato Griego Retrato Romano

Atenea (siglo VI a. C.). Copia romana de la obra de Fidiasel autor es anónimo

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1Período de formación (620 a. C. al 540 a. C.)

En el primer período después de los rudimentarios ídolos de madera llamados xoanon, (planos por delante y por detrás y redondeados en los bordes), después de las primeras estatuas de mármol de tosco labrado y a modo de columnas, va recorriendo el arte un camino de progreso que empieza en las escuelas jónico-asiáticas y sigue en la dórica.

Las jónicas se distinguen por cierta elegancia y simetría en el plegado de los paños. La dórica, por la robustez y el aspecto varonil de sus figuras y unas y otras por los reflejos de la tradición asiática en que debieron inspirarse, imitando modelos de procedencia oriental, traídos por el comercio. No obstante, en la escuela dórica se hace menos visible el influjo asiático y se revela ya por el espíritu de independencia sobre todo, en la talla de sus Apolos desnudos y de aspecto varonil.

2.Periodo arcaico (desde el 540 a. C. al 460 a. C.)

Caracterizado por la independencia que el arte griego va realizando respecto de imitaciones orientales y por el tipo atlético dado a sus estatuas que en su gran parte representan a los vencedores en los juegos olímpicos aunque se llamen Apolos.En este periodo en las imitaciones orientales y en todos los centros nombrados aun se observa alguna rigidez, uniformidad y falta de expresión en las figuras con cierta sonrisa amanerada e inexpresiva lo cual es distintivo del periodo arcaico.Se creó un convencionalismo formal de la figura tendente a su geometrización con los brazos rectos y pegados al cuerpo (a excepción de las mujeres con brazos en posición oferente), la anatomía muscular marcada de forma esquemática y un pelo largo y recto con corte rectangular que enmarca unos ojos almendrados y una orejas en forma de voluta que recordarían al orden jónico arquitectónico. Las vestimentas de las mujeres eran policromadas y con motivos geométricos.Su evolución haría que las formas se estilizaran y se pulieran las más toscas y rectas en la época clásica.

kurós delasclepeion deparos.

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3.Periodo clásico (siglo IV a. C.)

El tercer período señala el apogeo de la escultura, vencen la rigidez del anterior periodo dando a las figuras delicadeza, gracia y expresión de movimiento el Fidias, se celebra como escultor de los dioses pues nadie como él en el mundo antiguo supo dar a sus creaciones artísticas actitud noble y serena y sello de lo divino sin que le hiciera falta para ello el simbolismo. Obras suyas fueron entre otras:

Entrado ya el siglo IV   a.   C. , la escultura toma un carácter realista que degenera en sensualismo, al buscar el sentimiento, la gracia y la

delicadeza en vez de la grandiosidad y elevación que distinguía a los anteriores.

4. Periodo helenístico(323 a. C. a146 a. C.)

El cuarto período que es el de difusión se llama también alejandrino y helenístico por corresponder a la época de helenismo abierta por Alejandro Magno.

En él, las escuelas salen de Grecia y figuran principalmente en Pérgamo, Rodas, Tralles, Antioquía y Alejandría, distinguiéndose por su realismo, alguna exageración en las actitudes, predilección por las escenas trágicas o dolorosas y cultivo por el retrato.

La escuela griega de Alejandría se distinguió por los asuntos simbólicos o alegóricos y los rústicos o campestres que fueron objeto de sus relieves o estatuas. Elementos constructivos : templos , palacios y teatros.

Conclusiones

Venus

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Podemos decir que a la anonimia Griega del período clásico se le opone la identificación del busto romano. Esta diferencia es central ya que simboliza dos concepciones casi antagónicas de la función del arte en la sociedad.

Escultura Romana

Época Republicana (hasta el año 31 a. C)

Aunque fue, parece en su mayoría, obra de artistas de Grecia, la exigencia de realismo del gusto romano formado en las imagines maiorum, y la personalidad grave y serena de las personas retratadas, dan a estas esculturas un tono fuerte, enérgico y decidido, que falta en los retratos griegos.

Presentan un tipo de busto corto, triangular, en el que no se ve el vestido. El cabello es corto, muy plano de talla, casi sin peinar. Entre los ejemplos más notables (aparte del grupo ya mencionado de Catón y Porcia), figuran los retratos de Pompeyo, Cicerón y Julio César, todos del siglo I a. C.

Muy representativo de la escultura republicana, aún siendo realizado a comienzos del Imperio, es el también citado de Brutus Barberini, llevando los retratos de sus antepasados.

Época de Augusto (31 a.C.-14 d.C.)

El papel preponderante que en la vida romana ejerce la personalidad de Augusto, tiene su inmediato reflejo en el arte del retrato, que además, experimenta en este período la máxima influencia del arte griego. El idealismo aflora en los numerosos retratos oficiales de Augusto, exaltado por los artistas. Empieza a tener importancia el retrato oficial, el cual irá incrementándose durante la época imperial.

De Augusto se hicieron retratos excelentes, que querían ser testimonio de un gobierno perfecto. El idealismo obedece ahora, no sólo a un criterio estético, sino político. Augusto tenía que aparecer a los ojos de todo el mundo como un gobernante perfecto, poderoso, inteligente, bueno…

Retrato de Pompeyo.

Doríforo Augusto.

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Puede que el Augusto, de Prima Porta, sea el más representativo de sus retratos; en él, es obvia la influencia del Doríforo griego, con el típico contraposto (oposición armónica de las distintas partes del cuerpo de la figura humana, lo que proporciona cierto movimiento; una de las piernas está fija en el suelo y la otra se adelanta, los brazos hacen lo propio, mientras la cabeza mira hacia un lado simulando un paso).

Aparece con vestido de cónsul cum imperium y en gesto de arengar: lleva manto consular y se protege el pecho con una coraza con motivos alegóricos.

También hay retratos de Augusto como Pretor (con el rollo de la ley en la mano, y envuelto en la toga), como Pontifex Maximus (cabeza cubierta con el manto y en actitud oferente), y Heroizado (con la corona de laurel).

Lívia, esposa de Augusto, aparece igualmente idealizada en muchos retratos oficiales. Otras mujeres fueron también retratadas, siendo estos retratos fuente valiosa para el estudio de las costumbres, la moda y el peinado.

Época del Imperio (del año 14 d.C. hasta el siglo V d.C.)

El poder creciente de los emperadores no tardó en derivar a su divinización.

Ya en época de Augusto, se representaba a César desnudo y se le daba el calificativo de divino. Al morir Augusto, se constituyeron “cofradías” para honrar su memoria y a su sucesor, Tiberio, le levantaron en vida

templos en su honor.

A mediados del siglo I d.C., el emperador Claudio fue divinizado durante su reinado. Resultado de todo esto fue la creación de un tipo nuevo de retrato en el que se representó al emperador desnudo o semidesnudo y coronado con laurel, o bien con atributos divinos como el águila de Júpiter, el padre de todas las divinidades. Junto a estas estatuas apoteósicas del emperador divinizado, encontramos representaciones de éste como la clase patricia romana (retrato togatae).

Retrato ecuestre de Marco Aurelio Emperador Claudio

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En el siglo I, la divinización del emperador no se tradujo en la idealización del rostro, el cual siguió presentando los rasgos específicos de la persona (retratos de Tiberio y Claudio).

En el siglo II se mantiene el mismo tipo de retrato del emperador aunque con tendencia creciente a un mayor realismo del rostro (Trajano); a partir de Adriano se generaliza el uso de la barba, utilizándose la técnica del trépano en la representación de los cabellos (se agujerea profundamente el mármol para crear efectos de claroscuro). El retrato de Caracalla ya de comienzos del siglo III, es una obra maestra muy representativa (movimiento lateral de la cabeza, barba, busto hasta los pectorales, etcétera), que nos muestra el rostro enloquecido y cruel del emperador.

En bronce, ha llegado hasta nuestros días, la excepcional estatua ecuestre Marco Aurelio. A partir de la segunda mitad del siglo III, el retrato empieza a transformarse en un sentido anticlásico.

El fino modelado anterior desaparece, y en cambio, se subrayan los rasgos esenciales de la fisonomía; los bustos se simplifican y esquematizan; la expresión del rostro es intensa, pero el modelado es seco y duro; se apunta cierto hieratismo y una tendencia creciente hacia aquello que es colosal. Estas son las características del retrato de Constantino y de sus sucesores, en los cuales comienza a gestarse ya el retrato bizantino.

OBRAS REPRESENTATIVAS

Grupo funerario de Catón y Porcia, Siglo II

Atendiendo a la estética podríamos haber situado ese grupo funerario en la época republicana si no fuera por el cabello partido de la dama que nos indica que estamos ya en tiempos de Adriano.

Brutus Barberini

Es la representación de un patricio llevando dos bustos de sus antepasados en la procesión.

Polibio describe en los años centrales del siglo II a.C. el interés de las grandes familias patricias romanas por conservar el rostro de sus antepasados (imagines maiorum) en una mascarilla

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poplicromada de cera, que se obtenía directamente del cadáver poco después de morir.

También por el culto que se daba a esta colección de antepasados en el ámbito doméstico y en los entierros de sus miembros más cualificados.

"Venus de Milo". Milo (islas Cícladas)

Hacia 100 antes de C., mármol. Alto 2,02 metros.

A pesar de la ausencia de atributos, el tamaño y la actitud de esta estatua autorizan su identificación como una diosa. Afrodita, con frecuencia representada semidesnuda, o Amfitrite, diosa del mar, venerada en la isla de Milo.

El estilo es característico del final de la época helenística, que retoma el interés por los temas clásicos al tiempo que los renueva. Así, la forma como el drapeado se desliza sobre las caderas, ciñéndose a las piernas introduce la figura en un instante. Esconde la unión de los dos bloques de mármol esculpidos aparte, como fue

el caso para los brazos y el pie izquierdo, según una técnica muy novedosa.

Retrato de Homero

Roma, copia romana según un original griego creado hacia 150 antes de C.

Del mayor poeta griego, Homero, cuya obra se remonta al siglo VIII y vive en el corazón de la cultura, los artistas han propuesto varios retratos imaginarios. Este, que lo presenta como un anciano ciego con la cabeza envuelta en una banda, debió ser creado en bronce en el siglo II antes de C., dentro del movimiento del estilo que florecía en Pérgamo.

Las numerosas reproducciones romanas no dicen nada de la estatua completa que debía representarlo sentado. La

decadencia física del poeta acentúa su inspirada nobleza y su profundidad visionaria.

Discóbolo (Arte Griego).

Muestra esta escultura a un jugador olímpico en el violento esfuerzo de lanzar el disco.

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Fue una célebre obra del gran escultor Miron de Eleuteres, fechable hacia el año 450 a. C., ya desaparecida. Ésta que vemos aquí es una copia de época romana, en mármol, del original de bronce perdido, perteneciente a la colección Townley que se guarda en el Museo Británico.

Apolo de Belvedere. Arte Griego.

El original en mármol de Paros se descubrió en 1495, cerca de Grottaferrata, propiedad del Papa Julio II y pasó a las colecciones vaticanas. La estatua muestra al dios Apolo en toda su belleza, semicubierto tan solo por una corta clámide y portando en bandolera el carcaj para las flechas. Es copia romana de un original griego del siglo IV a. C., atribuido al escultor Leocares. Las manos y un antebrazo son restauraciones del escultor renacentista Agnolo de Montesori, discípulo de Miguel Ángel